Hábitos de comunicación e interacción de adolescentes en su contexto presencial y virtual...
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HÁBITOS DE COMUNICACIÓN E INTERACCIÓN DE ADOLESCENTES EN
SU CONTEXTO PRESENCIAL Y VIRTUAL
Víctor González Calatayud ([email protected])
Isabel María Solano Fernández ([email protected])
Universidad de Murcia
RESUMEN
La interacción social ha dejado de ser patrimonio exclusivo del contexto presencial
para ser cada vez más frecuente en la comunicación que se produce a través de la red.
La Web 2.0 ha popularizado más, si cabe, el uso de herramientas de comunicación para
favorecer el intercambio de información y la construcción compartida del conocimiento,
fruto de estos procesos de interacción social. No obstante, aun produciéndose este
cambio, poco conocemos cómo los jóvenes se relacionan en los diferentes contextos –
presencial y virtual-, y cómo esto afecta a los intercambios comunicativos que se
producen en la escuela y a los proceso de construcción del conocimiento. Partiendo de
este hecho, se ha llevado a cabo una investigación, financiada por el Ministerio de
Ciencia e Innovación de España, con el propósito de explorar los hábitos de
comunicación presencial y virtual, las herramientas que más utilizan los jóvenes para
comunicarse y relacionarse y los tipos y magnitud de la interacción. Una vez obtenidos
los resultados se han analizado los mapas de interacción social y se han propuesto
modelos orientados a establecer implicaciones y propuestas educativas.
En este trabajo presentamos algunos de los resultados obtenidos del estudio.
Constatamos que el ordenador, como Internet, son las tecnologías cuyo uso está más
extendido en los jóvenes de secundaria, y que Internet lejos de concebirse como un
medio de aislamiento, se manifiesta un medio de socialización, confirmando así los
datos obtenidos en el ámbito internacional por Kraut et al. (2002) y Boase y Wellman
(2006). Apoyándonos en estos resultados, presentaremos las principales conclusiones de
la investigación y daremos algunas orientaciones para la intervención educativa
mediada por tecnologías en Educación Secundaria.
PALABRAS CLAVE: Tecnologías de la Información y la Comunicación, hábitos de
comunicación, interacción social, adolescentes.
1. TIC, Comunicación y Jóvenes en la Sociedad del conocimiento
Cuando hablamos de comunicación, de colaboración y de interacción social,
solemos situarnos en situaciones de comunicación interpersonal que se llevan a cabo en
contextos. Sin embargo, la red ha promovido en los últimos años un aumento de las
posibilidades de comunicación entre sus usuarios, favoreciendo incluso la
generalización de herramientas comunicativas como el correo electrónico y la
mensajería instantánea. La Web 2.0 ha popularizado más, si cabe, el uso de
herramientas de comunicación para favorecer el intercambio de información y la
construcción compartida del conocimiento, fruto de estos procesos de interacción
social. De este modo, coincidimos en que la interacción social ha dejado de ser
patrimonio exclusivo del contexto presencial para ser cada vez más frecuente en la
comunicación que se produce a través de la red.
La Web 2.0 manifiesta un estado de madurez favorecida no tanto por una
revolución tecnológica cuanto por una evolución de las posibilidades comunicativas y
de interacción en la red así como un cambio de actitud y una nueva filosofía de trabajo
del propio usuario de Internet. En los últimos años, la red de redes ha contribuido a que
se elimine el espacio que separa a las personas y ha promovido este tipo de relaciones
sociales que desde sus inicios ya se daban en la red, aunque evidentemente con procesos
de interacción y compromiso diferentes.
En este análisis, preocupa particularmente el rol que ocupan los jóvenes en este
nuevo entorno social, marcado por la generalización de la tecnología en todos los
ámbitos, y por un uso no siempre todo lo reflexivo y crítico que quisiéramos. Nos
encontramos así con el desarrollo de un nuevo estrato social compuesto por jóvenes que
se comunican más y mejor, hace unos años a través de la mensajería instantánea
(Messenger) y ahora a través de las redes sociales (Tuenti, Facebook…), o aplicaciones
de videollamada, video por IP o videoconferencia (Skype). Además, en el último año,
ha proliferado el desarrollo de Tecnologías móviles, entendidos como aquellos
dispositivos de tamaño reducido que permiten obtener, editar o procesar imágenes,
audiciones de contenidos, vídeos, documentos de texto, así como comunicarnos con
otras personas en tanto que pueden tener una conexión a Internet fija o intermitente
(Llorente y Marín, 2010). Estas tecnologías móviles nos permiten acceder desde nuestro
móvil a redes sociales, a las recientes aplicaciones de microblogging como twitter, estar
conectado mediante RSS (sistemas de sindicación) a información global, intercambiar
información con otras personas a través de blogs, foros, o incluso seguir las reflexiones,
valoraciones y aportaciones de nuestros contactos en la red a través de las aplicaciones
de lifestreaming como FriendFeed.
Para lograr que el usuario se convierta en un agente activo en la edición de
información y construcción colaborativa del conocimiento están surgiendo herramientas
de comunicación y creación de información que permiten la interacción simétrica entre
todos los usuarios de la red, facilitando con ello la colaboración e interacción orientada
a un objetivo común. Entre este conjunto de servicios y herramientas, destacamos las
redes sociales, concebidas como espacios de interacción social que adquieren sentido
gracias al intercambio de información y recursos, la organización y gestión de los
mismos y la colaboración y comunicación entre sus usuarios.
Todos estos cambios socio-tecnológicos ha dado lugar a la proliferación de
términos que refuerzan los rasgos que caracterizan a esta nueva generación de jóvenes:
el homo videns de Sartori, el homo zappiens de Veen, y el reciente, homo conexus de
Fallows, que añade, a su vez, la posibilidad de conectar personas que conformarán
comunidades de aprendizaje que generan conocimiento de forma colaborativa,
convirtiendo de este modo, el conocimiento en el motor clave de los cambios sociales
(Fallows, 2006; Pisani, 2006). Por su parte, Moncencahua (2005) establece la relación
entre el homo conexus, la sociedad del conocimiento, los nuevos jóvenes y la familia,
señalando que tanto los jóvenes del siglo XXI, como los adultos del siglo XX utilizan
herramientas de comunicación, en el caso de los primeros, tanto informáticas (PDA´s,
portátiles y televisión digital), no informáticas (telefonía fija y móvil), y mediáticas
(televisión, radio y prensa), mientras que los adultos están más acostumbrados y
dominan mejor las herramientas mediáticas.
Si bien es cierto que la mayoría de estas tecnologías se han generalizado en la
población, sobre todo en los jóvenes, su uso se sigue asociando a actividades de ocio y
entretenimiento. En un reciente debate sobre la aplicación de las redes sociales en
Educación (del Moral, 2008) se esgrimían como argumentos a favor de las redes
sociales que éstas ayudan a los alumnos a ser más abiertos y comunicativos al mundo
(aprender de los demás), que los alumnos se motiven más a aprender al poder hacerlo en
comunidad, y por último, que con estas herramientas les sigamos facilitando a los
alumnos vías de socialización con sus compañeros. Por otro lado, los argumentos en
contra partían de la consideración de que utilizando estas herramientas los alumnos
tendrían la excusa perfecta para perder el tiempo, que muchas de las empresas buscarían
su propio interés económico más que el valor educativo, que contribuirían al
aislamiento social y que las redes sociales ahondarían en la brecha digital.
Algunas de las investigaciones realizadas en los últimos años ha rebatido estos
argumentos al comprobarse la relación y asociación existente entre la frecuencia de la
comunicación en contextos presenciales y virtuales (Wellman y Gulia, 1999; McKenna
y Bargh, 2000; Wellman, 2001; Kraut et al, 2001). Kraut et al. (2002) y Boase y
Wellman (2006), llegándose a afirmar que el contexto virtual es una prolongación del
contexto presencial, y que con las diferencias comunicativas lógicas de un entorno y del
otro, la forma, intensidad, interés y sentido de la comunicación se produce de forma
similar y contextos presenciales y virtuales. Sin lugar a dudas, todos estos factores son
claves para tomar decisiones sobre el uso que los jóvenes realizan de tecnologías de
comunicación en el contexto social y para su consideración en el diseño de procesos
formativos y de modelos de enseñanza-aprendizaje que identifiquen al alumno como
gestor del aprendizaje a lo largo de toda la vida. El proyecto de investigación
“CIPRECES: hábitos de comunicación y relaciones sociales de los jóvenes en contextos
presenciales y virtuales”, dirigido por Francisco Martínez Sánchez (Universidad de
Murcia) se ha propuesto el anàlisis de estos factores y la formulación de propuestas
educativas para integrar las potencialidades educativas de ambos contextos.
2. CIPRECES: un proyecto para el análisis de los hábitos de comunicación y
relaciones de los jóvenes
Partiendo de este estado de la cuestión, el Grupo de Investigación de Tecnología
Educativa de la Universidad de Murcia se planteó la necesidad de realizar una
investigación que explorara las relaciones sociales y los hábitos de comunicación en
entornos presenciales y virtuales de los jóvenes. El Proyecto “CIPRECES: Hábitos de
Comunicación y Relaciones Sociales de los estudiantes en contextos presenciales y
virtuales” se ha propuesto describir y analizar los hábitos de comunicación de los
estudiantes en edad de escolarización secundaria, tanto en su modalidad presencial,
como a través de las redes de telemáticas. Pretendíamos de esta manera explicitar las
correlaciones entre tipos, frecuencias y protagonistas de dichas relaciones
comunicativas en ambos contextos (presencial y virtual), y de esta manera conocer los
procesos comunicativos de los estudiantes de Educación Secundaria en tanto que
herramienta clave de su desarrollo educativo.
El proyecto de investigación CIPRECES, concedido en el marco del Programa
Nacional de Proyectos de Investigación Fundamental del VI Plan Nacional de I+D+I
2008- 2011 de la Secretaría de Estado de Universidades y la Secretaría de Estado de
Investigación. Dirigido por Francisco Martínez Sánchez (Universidad de Murcia), el
proyecto reúne a un equipo de investigación, profesionales de la Tecnología Educativa,
de las Universidades de Murcia, Alicante, Málaga, Huelva, Las Palmas de Gran
Canaria, Oviedo y Palma de Mallorca.
La realización del proyecto CIPRECES se estructura en cuatro líneas de trabajo.
En la primera se exploran los hábitos de comunicación presencial y virtual, los factores
del contexto y las herramientas utilizadas para llevarlos a cabo; en la segunda línea, se
realiza un análisis sociométrico en el que se han definido los mapas o modelos de
interacción social de los sujetos de la muestra; la tercera línea, consiste en analizar la
interacción que los jóvenes realizan en las redes sociales más utilizadas por ellos, así
como en realizar un estudio pormenorizado de las características de las principales redes
sociales utilizadas por los alumnos de secundaria. Por último, la cuarta línea permitirá
establecer implicaciones y propuestas educativas a partir de los resultados extraídos en
las dos fases anteriores.
Para el desarrollo de estas cuatro líneas de trabajo, se ha realizado un diseño
metodológico que se concreta en tres fases de Investigación. La primera fase, que se ha
llevado a cabo durante el año 2009, pretendía describir los hábitos de comunicación de
los alumnos de secundaria tanto en un contexto presencial como en red, haciendo
especial hincapié en el uso que los jóvenes hacen de la tecnología, y en particular, de las
redes sociales. La segunda fase se ha comenzado en el año 2010 y consistió en analizar
los mapas de interacción social de los jóvenes en un contexto tecnológico y en un
contexto presencial. Por último, en la última fase, que se realizará a mediados del 2010,
se ha concluido con una serie de implicaciones educativas de los modelos de interacción
social identificados en los nuevos entornos de relación.
3. Hábitos de comunicación, relaciones y uso de las TIC en los jóvenes
En primer lugar, es importante indicar que los datos han sido obtenidos de un total de
3103 alumnos de los cursos de 3º (54,3%) y 4º (45,7%) de la ESO, de los cuáles un
47,4% son hombres y un 51,8% mujeres. La mayoría de los sujetos de la muestra tienen
edades comprendidas entre 14 y 16 años, alcanzando un 97% de la muestra, que son las
edades en las que se cursa los niveles educativos que hemos utilizado de referencia en
este estudio (3º y 4º de la ESO).
3.1. La comunicación presencial de los jóvenes
Para conocer más fondo la comunicación que los jóvenes realizan de manera presencial
es necesario determinar qué actividades son las que realizan y con quien las suelen
realizar. Después de analizar los datos del cuestionario, podemos determinar que son
muy pocos los alumnos que se interesan y participan en actividades que organizan el
instituto, la ciudad/barrio o cualquier otra organización ya que tan solo un 27,4% lo
hace a menudo o muy a menudo y un 33,8% no lo hace nunca o casi nunca (gráfica 1).
Sin embargo, más alentador es el resultado relacionado con la práctica del deporte. En
este sentido nos hemos encontrado con que tan solo un 5,4% no practica ningún
deporte, identificándose, por el contrario, un 57,5% de alumnos que practican algún
deporte a menudo o muy a menudo (gráfica 2).
NuncaCasi nuncaAlguna vezA menudoMuy a menudoPerdido
Nunca
Casi nunca
Alguna vez
A menudo
Muy a menudo
Perdido
Gráfico 1: participación de los alumnos
en actividades recreativas
Gráfico 2: Práctica de algún deporte por
parte de los alumnos
Cuando nos centramos en si realizan actividades con sus amigos nos encontramos con
una gran mayoría de los alumnos (76,2%) que suele salir a menudo o muy a menudo
con sus amigos a pasear, a discoteca o al cine, encontrando un porcentaje pequeño de
alumnos (1,7%) que no sale nunca. Además, hemos podido constatar que la mayoría de
los alumnos (69,3%) de la muestra no pertenece a ningún grupo cívico como pueden ser
los boy scout, grupos de música o coros.
Con el afán de conocer un poco más a fondo las peculiaridades de la comunicación
presencial, realizamos una correlación entre el hecho de participar en actividades
recreativas y de ocio con el hecho de salir a pasear con los amigos para conocer si existe
una relación entre dichas variables. Para ello, realizamos una tabla de correlación
utilizando el coeficiente de correlación de tau-b de Kendall y la rho de Spearman, ya
que son las más indicadas cuando hablamos de variables ordinales. De los datos
obtenidos en la misma podemos determinar que existe una correlación significativa
(0.00) entre ambas variables.
Aunque cuando hagamos correlaciones debemos de intentar evitar extraer conclusiones
exactas de causa-efecto, sí podemos decir en este caso que hay relación entre ambas
variables, no podemos dejar de lado la idea de que seguramente los alumnos realizan las
actividades recreativas con sus amigos. La correlación entre ambas es positiva, por lo
que cuanto más participan los alumnos en actividades recreativas organizadas por la
ciudad, el centro educativo y otras entidades del contexto, más aumenta el hecho de salir
con amigos a pasear, a la discoteca, al cine, etc.
3.2. La comunicación de los jóvenes en la red
Una de las principales preocupaciones de la investigación era conocer como la red
influye en las comunicaciones de los alumnos. Para ello es preciso conocer primero
cuáles son las herramientas de las que disponen para esa comunicación. De esta manera,
hemos podido comprobar como el 95,7% de los alumnos tienen un teléfono móvil a su
disposición. Si nos centramos en el ordenador, resulta significativo indicar que la
presencia de ordenadores es bastante elevada ya que un 95,3% de los sujetos de nuestra
muestra poseen ordenador de sobremesa y un 57,67% ordenador portátil, ya sean suyos,
de algún miembro de la familia o de uso general en la unidad familiar. Este dato es
bastante significativo si tenemos en cuenta los últimos datos del Instituto Nacional de
Estadística referidos al año 2010 donde el 68,7% de los hogares posee algún tipo de
ordenador. También pudimos constatar que de los alumnos de nuestro estudio un 82,8%
posee un ordenador personal que no comparte con ningún miembro de su familia.
Una vez que conocemos cuales son las herramientas que poseen para la comunicación,
nos centramos en conocer cuantas horas utilizan las mismas. De este modo, aunque el
teléfono móvil es la tecnología más extendida, el ordenador es la más utilizada. Los
datos recogidos reflejan que un 27% utiliza el ordenador más de 26 horas semanales,
extendiéndose además un 54,2% de los alumnos que lo utilizan entre 6 y 25 horas
semanales (gráfico 3). La proporción de uso del teléfono móvil es similar a la del
ordenador ya que un 26% lo utiliza más de 26 horas semanales, aunque no existe
relación estadísticamente significativa entre ambos datos.
Gráfica 3: Frecuencia de uso del ordenador en los jóvenes
En relación al uso de Internet hemos podido comprobar como el mismo está muy
extendido, ya que sólo un 8,1% no utiliza Internet o lo hace muy poco, además de que
de los que sí lo utilizan habitualmente, un 27,2% lo utiliza más de 25 horas semanales
(gráfico 4). La mayoría suele acceder a Internet desde su casa (84,7%), seguido pero
con mucha diferencia, de en casa de familiares o amigos (29,3%), desde el centro
educativo o IES (26,3%) y desde asociaciones y entidades en las que el acceso a Internet
sea gratuito (6,6%). Los datos que aquí presentamos coinciden con los que se
obtuvieron en los estudios que recientemente se han realizado sobre el uso de Internet
(INE, 2009; Fundación Pfizer, 2009; Sánchez Burón, Rodríguez y Poveda Fernández,
2009).
0
200
400
600
800
1000
Nunca ocasi nunca
5 horas omenos
semanales
De 6 a 10horas
semanales
De 11 a 15horas
semanales
De 16 a 25horas
semanales
Más de 25horas
semanales
Fre
cue
nci
a
Gráfico 4: Frecuencia de uso de Internet en los jóvenes
Realizando un análisis estadístico bivariado, queríamos comprobar es si existe relación
entre la frecuencia de uso del ordenador y la frecuencia de uso de Internet. El ji
cuadrado de Pearson nos indica que existe una diferencia significativa entre ambas
variables (p=0.000). Si escogemos la Tau C de Kendall obtenemos un valor de 0.798.
Como el signo es positivo podemos interpretar que a mayor frecuencia de uso del
ordenador existe una mayor frecuencia de uso de Internet.
Si nos centramos en la comunicación que los jóvenes hacen a través del ordenador, y
más concretamente en las redes sociales, podemos distinguir que la red social más
utilizada por los alumnos de educación secundaria es Tuenti con un porcentaje del 65%,
seguida de lejos, según revela nuestro estudio, por Hi5 con un 27,7% de uso, Facebook
con un 20,9% y Myspace utilizada solo por el 17,2% (gráfica 5). Otras de las
herramientas de red social utilizadas para la comunicación con amigos son Haboo,
Badoo y metroblog, aunque éstas se utilizan fundamentalmente para conocer personas,
no para relacionarse con amigos o familiares con los que también suelen tener contacto
presencial.
0
200
400
600
800
1000
Nunca ocasi nunca
5 horas omenos
semanales
De 6 a 10horas
semanales
De 11 a 15horas
semanales
De 16 a 25horas
semanales
Más de 25horas
semanales
Fre
cue
nci
a
Gráfico 5: Redes sociales utilizadas por los jóvenes en edad de escolarización secundaria
Resulta significativo indicar que los sujetos que utilizan todos los días tuenti tienen
presencia en otras redes sociales como facebook, Hi5 y Myspace. Así, de los 1104
sujetos que utilizan tuenti todos los días, un 13,31% utiliza facebook al menos una vez
al mes, un 7,51% utiliza Hi5 y un 5% utiliza Myspace. Realizando un análisis
correlaciones, se constata que no existe relación entre la edad de los sujetos y el uso de
las principales redes sociales identificadas en este estudio, ya que los coeficientes Tau-b
de Kendall arrojan una significación de 0.425 en la relación estudiada entre la edad y el
uso de tuenti, de 0.848 referida al uso del facebook y 0.05 en cuanto al uso de Myspace.
Sin embargo, sí se encuentra una relación estadísticamente significativa entre la edad y
el uso de Hi5 (p=0.02), aunque el escaso porcentaje de usuario que utilizan esta red
social, nos lleva a no contemplar como significativos los datos obtenidos.
Las herramientas que más utilizan los alumnos encuestados para comunicarse son
Messenger, Tuenti y correo electrónico. Messenger es indiscutiblemente el más
utilizado ya que obtiene un 90% de uso, aunque sólo un 68,7% lo utiliza a menudo o
muy a menudo. El correo podríamos considerarla como la segunda herramienta más
utilizada ya que obtiene un 81% de uso, pero de estos un 31% lo utiliza muy poco, por
lo que Tuenti es la segunda herramienta más utilizada para comunicarse con los amigos
con un 75,8% de porcentaje de uso. Aun así, el móvil sigue siendo el recurso más
utilizado por los alumnos de Educación Secundaria para hablar con sus amigos (93%)
aunque el mayor número de los alumnos encuestados suele realizar llamadas perdidas o
toques en el móvil como mecanismo para establecer contacto con sus amigos y
familiares (84,1%).
65%
27,70%
20,90%
17,20%
Tuenti Hi5 Facebook Myspace
Si relacionamos el uso de las redes sociales con la realización de actividades escolares,
comprobamos que son muy pocos los alumnos que las utilizan para dicha finalidad. Los
alumnos del estudio no suelen utilizar las redes sociales para realizar tareas vinculadas
con la escuela; tan sólo un 4,6% de los encuestados utilizan Tuenti, Facebook y/o
Myspace con una finalidad educativa, y ni quiera Messenger, a pesar del enorme
potencial educativo que tiene para la colaboración y la construcción compartida del
conocimiento, es utilizado por los alumnos con este propósito, aunque sí se pone de
manifiesto que el porcentaje de uso de esta aplicación para el estudio y la realización de
actividades escolares es mayor que en las redes sociales enumeradas (9,8%).
3.3. La relación existente entre la comunicación presencial y virtual de los jóvenes
Dentro del estudio nos interesó conocer si existía relación entre el mundo presencial y el
virtual de los jóvenes, y para ello realizamos, en primer lugar, una serie de correlaciones
para conocer si existe alguna relación entre diferentes ítems del cuestionario. Un
elemento que se consideró relevante fue valorar el qué grado la frecuencia de hacer otro
tipo de actividades de ocio (deporte, salir con los amigos o participar en actividades del
instituto) se relaciona con el uso que se hace de Internet.
El análisis de esta correlación nos aporta algún dato de interés, como el hecho de que las
personas que indican que pasan más de 25 horas semanales delante del ordenador
utilizando Internet son las que nunca, casi nunca han participado en actividades
recreativas, o lo han hecho de forma esporádica (alguna vez). Aun así, encontramos que
en los datos arrojados por los coeficientes de Kendall, se pone de manifiesto que la
significación de estos coeficientes no es significativa, por tanto no existe relación entre
ambas variables, de ahí que no podemos concluir en este estudio que cuanto más se
utiliza Internet, menos participación en actividades sociales existe.
Otro aspecto que resultó interesante valorar fue la relación existente al hecho de salir
con los amigos y la frecuencia de uso de Internet. En este apartado si pudimos encontrar
una relación significativa entre ambos ítems (p=0.000), la cual se confirma también en
el estudio de Kendall. Puesto que los niveles críticos son menores de 0.05 podemos
decir que las variables están relacionadas, y como el valor de las medidas es positivo
podemos concluir que las personas que más suelen salir con sus amigos (al cine,
discotecas, a pasear, etc.) son los que más utilizan Internet (gráfica 6).
Gráfica 6: Relación entre las salidas con los amigos con la frecuencia de uso de Internet
Este análisis lo consideramos especialmente interesante. Los estudiantes que utilizan
muy a menudo Internet son los que también salen con sus amigos muy a menudo. Esto
nos puede llevar a colegir que, por un lado, que Internet no es un medio de aislamiento
social, y por el otro que, por el contrario, Internet puede funcionar como un medio de
socialización básico de los estudiantes, que utilizan Internet para quedar con los amigos
con los que además después quedan presencialmente para hacer otro tipo de actividades.
Lo mismo ocurre si realizamos la correlación entre la participación en las redes sociales
y la frecuencia de salida con los amigos, ya que los datos muestran una correlación
significativa en todas las redes sociales (Tuenti, Facebook, Hi5 y Myspace) (p=0.000),
aunque como el valor del coeficiencia Tau-b de Kendall refleja una relación muy débil
con Facebook (0,077), Myspace (0,096) y Hi5 (0,063), y un poco más alta con Tuenti
(0,204).
Por último, otro de los propósitos del estudio era percibir los paralelismos existentes
entre el contexto presencial de comunicación y el contexto de comunicación en red.
Quizás, uno de los datos más significativos que hemos obtenido ha sido que en Internet
se amplía el número de contactos y amistades, siendo lo más habitual que en las
herramientas de red social y mensajería instantánea tengamos una larga lista de personas
agregadas, independientemente de que hablemos habitualmente con ellas o no, las
conozcamos presencialmente o no. El 11,7% de los sujetos encuestados tiene entre 1 y
0
50
100
150
200
250
300
350
400
450
500
Nunca Casi nunca Alguna vez A menudo Muy amenudo
Re
cue
nto
Salida con los amigos
Nunca o casi nunca
5 horas o menossemanalesDe 6 a 10 horassemanalesDe 11 a 15 horassemanalesDe 16 a 25 horassemanalesMás de 25 horassemanales
Frecuencia de uso de Internet
10 amigos en el contexto presencial. Sin embargo, utilizando este mismo intervalo con
los amigos que tienen en Internet, el número asciende al 22,2%. Este dato es aún más
significativo en el caso de los contactos que los sujetos de la muestra tienen en
Messenger y Tuenti aumentando esta proporción al 60% en Messenger y 50% en Tuenti
de usuarios que tienen entre 1 y 200 contactos. Sin embargo, en el plano presencial no
existe este interés por tener un elevado número de contactos y/o amigos en Internet: el
57,5% de los sujetos encuestados tienen entre 1 y 10 amigos en su pandilla.
Este hecho llevo a plantearse si los jóvenes realizan las mismas tareas con los amigos
tanto en el contexto presencial como en el virtual, o si el hecho de utilizar la red
cambiaba con quien hacia las actividades. Para ello se escogió una muestra de 320
cuestionarios distribuidos en las distintas provincias participantes en el estudio. El
instrumento diseñado para obtener información sobre la interacción de los sujetos en
contextos presenciales y virtuales ha consistido en una serie de ítem abiertos en los que
cada sujeto tenía que asignar cinco nombres por orden de preferencia en cada una de las
dimensiones objeto de análisis (educativa, ocio, y personal) en diferentes contextos de
interacción, en este caso, presencial y tecnológico, diferenciando en este último el
llevado a cabo por medio del móvil o herramientas y aplicaciones de comunicación
interpersonal a través de Internet. De este modo, cada sujeto debía indicar, por orden de
preferencia, un máximo de 5 personas con las que hiciera los deberes en el contexto
presencial, a través del móvil y a través de Internet, un máximo de 5 personas con las
que se divirtiera en el contexto presencial, a través del móvil y por Internet, y un
máximo de 5 personas con las que interaccionara en el contexto presencial, a través del
móvil y en Internet para hablar de su vida personal y/o problemas.
Una vez obtenidos todos los datos comprobamos que se podían identificar una serie de
rasgos comunes que nos permitían organizar al alumnado y agruparlo por modelos de
interacción. Antes de detallar en qué modelos de interacción se ubican los sujetos del
estudio se realizó un marco previo en el que se han identificado todos los modelos
posibles que podemos encontrar. Este marco se ha basado en dos criterios. Uno se
refiere a la relación existente entre el entorno presencial y el entorno tecnológico, que se
ha podido encontrar a partir del análisis de la coincidencia de los contactos en unos y
otros entornos. El otro criterio se refiere al número de contactos que el sujeto indica
para cada contexto.
A través de estos criterios podemos identificar tres modelos. El modelo 1 representa
aquellos alumnos que indican que su entorno presencial y su entorno tecnológico no
tienen relación, es decir, los contactos que ellos consideran importantes en cada entorno
no coinciden. El modelo 2 representa a aquellos alumnos que se relacionan de manera
presencial con un determinado número de personas y en el contexto tecnológico con
otros, sin embargo, al contrario que el primer caso, este grupo de alumnos si tienen
contactos comunes entre ambos contextos. El último modelo, el modelo 3, es aquel
donde los alumnos han indicado que prácticamente todos sus contactos forman parte de
ambos entornos, es decir, se trata de aquellos casos donde los alumnos indican un
determinado número de personas con las que se relacionan presencialmente y estas son
las mismas con las que se relacionan en el contexto tecnológico. Después del análisis de
contenido del cuestionario pasado, la muestra de nuestros alumnos se ubican
principalmente dentro del modelo 2, de esta manera, casi el 75% estarían en el mismo.
El resto de la muestra estaría ubicado, con un porcentaje del 27,11% dentro del modelo
3.
Para conocer más a fondo todo lo relacionado con los mapas de interacción y los
modelos propuestos se puede acudir a una comunicación anterior del Grupo de
Investigación de Tecnología Educativa de la Universidad de Murcia (GITE), presentado
en noviembre de 2010 en el congreso EDUTEC (Solano, Martínez y Sánchez, 2010).
4. Reflexiones finales
La presencia de los ordenadores y de Internet se ha generalizado sobre todo en los
hogares de los jóvenes en edad de escolarización secundaria, debido a la extensión de su
uso a las actividades escolares. Se perciben así atisbos de superación de las diferentes
manifestaciones de la brecha digital, principalmente las de acceso y uso, entre las que
destacamos particularmente la brecha generacional (diferencia en el uso de la tecnología
de aquellos personas que han nacido en generaciones diferentes). Sin embargo, el escaso
aprovechamiento educativo que los jóvenes realizan de los dispositivos tecnológicos
que promueven la comunicación pone en el punto de mira de nuestra atención la brecha
cognitiva, entendida como la forma en que las personas son capaces de entender,
aprender, expresarse, producir, compartir y colaborar utilizando los nuevos canales de
comunicación (Fonseca, 2010).
Por otro lado, los contextos tecnológicos, entendidos como aquellos en los que la
comunicación se lleva a cabo por móvil, mensajería instantánea, redes sociales o
cualquier otra aplicación o herramienta de comunicación mediada por las redes de
telecomunicación, y el contexto presencial de comunicación se fusionan existiendo,
como hemos expuesto en este trabajo, paralelismos entre uno y otro. Partiendo de esta
premisa, y de la constatación del aumento del uso de Internet como medio de
comunicación entre los alumnos de Secundaria, sobre todo de las redes sociales, es
imprescindible que realicemos propuestas educativas orientadas a la integración
curricular de estas herramientas de comunicación, colaboración e interacción social
entre el alumnado, así como promover el desarrollo de iniciativas que den protagonismo
a centros, profesores y padres en espacios sociales y educativos en Internet, permitiendo
así hacer confluir las posibilidades educativas de estas aplicaciones y herramientas de
comunicación entre los diferentes agentes educativos, y superar la brecha cognitiva que
se ha puesto de manifiesto en los jóvenes españoles.
En este sentido, partiendo del uso que hacen los alumnos de Educación Secundaria de la
Tecnología como recurso para el intercambio, la comunicación y la relación con su
grupo de iguales, es preciso asegurarse de que aprovechan todas las potencialidades
comunicativas de estas herramientas, es decir que conocen los recursos y saben
utilizarlos eficazmente. Para lograrlo no basta con que los alumnos manejen
instrumentalmente la tecnología (alfabetización 1.0), sino que también las utilicen para
comunicarse con los diferentes agentes educativos. Así, tendremos que formular
propuestas educativas que vayan encaminadas intervenir dentro del aula, en la
interacción formal que se realiza entre alumnos, y entre estos y el profesorado. Se
trataría de propuestas curriculares adecuadas a una o varias áreas curriculares y cuyo
objetivo sea lograr la interacción social a la que hace referencia la competencia digital
formulada en el Decreto de Enseñanzas Mínimas de Educación Secundaria (2006). Para
ello, es preciso atender también a la formación del profesorado de Educación
Secundaria, que debe conocer las estrategias metodológicas orientadas a la
comunicación e interacción social (proyectos telecolaborativos; aprendizaje basado en
tareas, aprendizaje orientado a problemas, grupos de discusión, etc.) y los medios
utilizados para lograrlo (redes sociales, microblogging, mensajería instantánea,
videoconferencia, Voz por IP, etc.).
Por otro lado, atender a la competencia digital implica incidir también en la ciudadanía
digital, es decir, en lograr que los alumnos aprendan a ser, a desenvolverse, a pensar y
actuar en la Sociedad del Conocimiento, siendo conscientes de que las conductas que
manifiestan en la red y las reflexiones y valoraciones que emiten en los espacios de
Internet son una prolongación de su identidad física y presencial. Para lograrlo, sería
interesante formular una propuesta de transversalidad que atiendan al concepto y a las
manifestaciones de identidad y ciudadanía digital. En principio, estas actividades se
podrían desarrollar en contextos no formales, a modo de taller, impartido por
asociaciones juveniles o entidades externas a los centros escolares. Sin embargo, a largo
plazo sería necesaria su consideración como área transversal del currículum de
Educación Secundaria, para lo cual sería imprescindible el debate con las
administraciones educativas encargadas de su formulación, implantación y desarrollo.
En definitiva, era cuestión de tiempo que, en función de su desarrollo e
incardinación social, las Tecnologías de la Información y la Comunicación, y
específicamente las TIC, propiciaran el surgimiento de nuevos modelos comunicativos
en los que la colaboración y la multiculturalidad serían sus rasgos más significativos. El
momento llegó y estamos ante nuevos modelos asociados a los conceptos de software
social, aunque en sentido estricto no es software sino más bien aprovechamiento de las
posibilidades comunicativas de las herramientas existentes casi desde el comienzo, de
ahí que el modelo haya comenzado a ser vinculado más con los principios de la
construcción social del conocimiento y el concepto de inteligencia colectiva.
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