Hacia un nuevo paradigma historiografico 2

download Hacia un nuevo paradigma historiografico 2

of 20

Transcript of Hacia un nuevo paradigma historiografico 2

  • 8/7/2019 Hacia un nuevo paradigma historiografico 2

    1/20

    H acia un nuev o par adig m a historiografa)*Carlos BarrosUniversidad de Santiago de Com postela

    A finales del siglo X X se habla, y con razn, de la crisis de lah is tor ia . El d icc ionar io de la Real Academia Espaola d ice que lapalabra 'c r is is ' v iene a s ignif icar dos cosas juntamente : una mutacinimportante y una situacin difcil . Es decir que hay crisis cuando haydif icu l tades pero se es t produciendo un cambio , y seguramente losegundo expl ica lo pr imero . No se suele ver as : cuando se a lude auna cr is is se p iensa ms en problemas y complicac iones que en so luciones y facilidades, lo cual dificulta la salida.1. La historia en crisis

    Pero cuando hablamos de la cr is is de la h is tor ia a lgunos puedenestar pensando, tambin con razn, que hay quien cree en la cr is is dela historia y quien no. Sin embargo, nuestra disciplina vive su crisisindependientemente de l grado de conocimiento que cada colega tengade e l la . Cuando en octubre de 1917 explo t la revolucin en la Rusiazar is ta , poda haber gente que es taba haciendo ca lce ta mientrassucedan esos hechos , que no dejaban por e l lo de ser h is tr icamenteex t rao rd ina r ios 1 . No estamos acaso los cientf icos sociales para eso,

    'Versin escrita de las conferencias dictadas, con este mismo ttulo, el da23 de abril de 1998 en la facultad de Ciencias Sociales de la UniversidadAu tno ma d e Chiapas (San Cristbal de las Casas), y el 24 de jun io de 1998en la Facultad de Humanidades y Artes de la Universidad de Rosario(Argentina). Trabajo realizado en el marco del proyecto de investigacin "Elestado de la historia" financiado por la Xunta de Galicia (XUGA40101B96).

    1 En una pelcula inglesa reciente, Two Deaths (1995) , varios comensalescelebran un banquete, en casa del mdico de Ceaucescu, mientras tiene lugaren la calle la revolucin democrtica rumana, aparentando una indiferenciahacia unos hechos que sin embargo van, antes incluso de finalizar el film, acambiar radicalmente sus vidas individuales.[Memoria y Civilizacin 2 , 1999 , 223-242]

  • 8/7/2019 Hacia un nuevo paradigma historiografico 2

    2/20

    224 Carlos Barrospara ir ms all de la apariencia y de la cotidianidad de las cosas,t ra tando de ver lo que pasa en las profundidades de los momentoshis tr icos , y en las profundidades de nuestra d isc ip l ina doblementehis tr ica?

    La crisis de la historia como disciplina forma parte de una crisisgeneral, ideolgica, polt ica, de valores, que afecta al conjunto de lasc iencias socia les y humanas . Mucho de lo que vamos a hablar de cr i sis y salidas podra aplicarse, mutatis mutandis, a la antropologa o ala socio loga , pero nos vam os a refer i r a aquel lo que conoc em os y quenos interesa ms: la historia como oficio en la transicin entre los doss ig los .El carcter general de esta crisis deriva de la simultaneidad de lacrisis de la historia y la crisis de la escritura de la historia , y atae atodas las dimensiones de la profesin de historiador, y de su relacincon la sociedad. Vivimos, por consiguiente , una cr is is , una d if icu ltad/mutacin que es global porque afecta a la prctica de la historia(la manera de investigar y escribir la historia), a la teora de la histo

    r ia ( los conceptos y p lanteamientos ter icos que subyacen en nuestrotrabajo), y a la funcin social de la historia (devaluada en un mundofuturo qu e todava a lgunos quieren s in a lma , tecnocr t ico) .La primera vctima de la crisis historiogrfica ha sido el parad igm a economicis ta , de terminis ta y es t ruc tura l is ta que ha ident i ficadoa los nuevos h is tor iadores a par t i r de la Segunda Guerra Mundia l 2 .Pero no se ha parado ah , como ha puesto en evidencia Georg Iggers 3 ,concierne tambin a la propia definicin cientf ica de nuestra

    disc ip l ina , cuyo or igen se remonta a l posi t iv ismo decimonnico . Crt icos de la historia-ciencia propugnan la equiparacin de la historiacon la l i teratura por la va de su emparentamiento con la f iccin, lanarrac in , la hermenut ica o e l giro l ings t ico , propuesto desdeEstados Unidos . Relac iones epis temolgicas product ivas en su ver-2 C. BARROS, El paradigma comn de los historiadores del siglo XX,

    en La formacin del historiador}Aichoacn), n 14, invierno de 1994-95, pp.4-25; en Estudios Sociales(Santa. Fe), n 10, 1996, pp. 21-44; Medievalismo,n 7 , 1997 , pp. 235-262 .

    3 Georg IGGERS, La ciencia histrica en el siglo XX. Las tendencias actuales, Barcelona, Labor, 1995.

  • 8/7/2019 Hacia un nuevo paradigma historiografico 2

    3/20

    Hacia un nuevo paradigma historio grfico 225sin moderada pero des truc t ivas cuando nos re tro traen , lo quieran ono sus defensores ms extremistas, al s iglo XIX, cuando la historiaera una d isc ip l ina pre-paradigmtica , anulando buena par te de l capi ta lacumulado por nuestra d isc ip l ina durante ms de un s ig lo . Por es tecamino la vertiente de dificultad que tiene nuestra crisis toca fondo, yes entonces cuando t iende a imponerse la ver t ien te de l cambio parad igmtico , impresc indib le para proporc ionar respuestas a las anomalas que cuestionan nuestra vieja identidad (la nueva historia).

    Vamos a explicar en tres fases cmo se fue manifestando esta crisis finisecular de la historia", tomando como referencia las dcadas delos aos 70, 80 y 90 (las tendencias que analizamos se muestran conclar idad en e l f ina l de cada per iodo cronolgico) . Para le lamente ,debemos dejar claro que nos estamos refir iendo a la evolucin de lahistoriografa internacional, en general, ms que a un pas en concre to , sa lvo que e l a rgumento lo prec ise . Todos sabemos que Espaay Amrica Lat ina han rec ib ido e l impacto de las h is tor iograf as msavanzadas con un desfase cronolgico que nos obl igar a a in troducirvariaciones temporales en el supuesto de nuestras historiografas nac ionales . Desfase que , hay que decir lo , cada vez es menor . En laltima dcada del siglo, la globalizacin historiogrfica est acortando la distancias entre las historiografas nacionales, se trasmitenms rpidamente los cambios: en e l s ig lo XXI v iv iremos todava mssimultneamente las evoluciones de la historia y de la historiografa.2. Primer retorno del sujeto

    El contexto sociopol t ico e ideolgico que carac ter iza los aos 70est marcado por e l re t roceso de todo lo que supuso Mayo del 68 enla historia , y en su escritura. En ese contexto de repliegue acusa supr imer golpe e l paradigma es truc tura l is ta , economicis ta y de terminista, imperante en nuestra disciplina, y en otras ciencias sociales,durante los aos 60. La primera reaccin historiogrfica al objetiv ismo rampante , que nos auguraba un fu turo fe l iz merced a l desenvolvimiento ineluctable de las contradicciones estructurales, fue elre torno del su je to inscr i to v ir tua lmente , pero jams desarro l lado , en

    4 Crisis de fin del siglo que es simtrica de la que vivi la historiografapositivista a principios de siglo X X .

  • 8/7/2019 Hacia un nuevo paradigma historiografico 2

    4/20

    226 Carlos Barroslas matr ices de la nueva h is tor ia , sea annaliste, sea marx is ta . La his tor ia descubre , pues , el sujeto antes que la socio loga y que la filosofa 5:casi veinte aos antes de que los soci logos se p o n g a n a invest igar yreflexionar sobre el actor social , la eleccin rac ional o la accin colectiva, o de que se pusiera de m o d a la filosofa del sujeto. . .

    De manera que la his tor iograf a europea avanza , en los aos 70,ms a l l de la his tor ia econmica y estruc tura l : la historiografa francesa desarro l lando lo que se l l a m la his tor ia de las menta l idades , yque despleg despus como his tor ia del imaginar io , an tropologahistrica, nueva historia cultural. . . 6; y la his tor iograf a inglesa impulsando un nuevo t ipo de historia social , no estruc tura l is ta .En el pr imer caso hab lamos del paso de los segundos a los te rcerosAnnales, del redescubrimiento del sujeto mental ya presente en laobra y la reflexin de los fundadores de esta escuela . En el segundocaso se trata de un desarrollo original del mater ia l ismo his tr ico , conuna buena base empr ica y antropolgica , centrado en el estudio h istr ico de las revuel tas y del cambio socia l .E m p e r o , el redescubrimiento ingls del sujeto social tuvo lugardemas iado ta rde y demas iado p ron to . Nos exp l icamos . Demas iadotarde porque el parad igma comn , e sos consensos que compar t an loshis tor iadores en las dcadas centra les del s ig lo , haba evolucionadoc la ramen te , en los aos 60, hacia un p lan teamien to economic is ta ,es t ruc tura l is ta y determinis ta , que domin tambin la lec tura acadm i c a (y no acadmica ) del m a r x i s m o . Hay que recordar que lareaccin de los historiadores marxistas frente a los excesos del es-

    t ruc tura l ismo marxis ta es muy tarda. 1978 es la fecha de edic in deese magnf ico l ibro -aunque a su vez cr i t icable como demostr PerryAnderson, en tre o tros- de E. P . Th o m p s o n , Miseria de la teora, d o n d e5 Con frecuencia, pendientes de la evolucin de otras disciplinas ms

    fuertes en lo terico, infravaloramos los hallazgos de nuestras historiografaspara luego recibir con entusiasmo ideas parecidas de otras ciencias sociales:un efecto perverso de una versin de la interdisciplinariedad que ignora lapropia tradicin.

    6 C. B ARRO S, La contribucin de los terceros Annales y la historia delas mentalidades. 1969 -1989 , en La otra historia: sociedad, cultura y mentalidades, Bilbao, Universidad del Pas Vasco, 1993, pp. 87-118.

  • 8/7/2019 Hacia un nuevo paradigma historiografico 2

    5/20

    Hacia un nuevo paradigma historiogrfwo 227se defiende un marxismo con sujeto frente al marxismo objetivista ,sin conciencia y sin historia , de los seguidores del estructuralismoal thusser iano. Y tambin demasiado tarde porque , cuando semanif ies ta en Gran Bretaa es ta lec tura cul tura l y humanis ta de Marxque entenda la historia como la historia de la lucha de clases, elcontexto ideolgico y pol t ico haba cambiado tan to que e l marxismo,cualquiera que fuese su versin, haba dejado de interesar, lo cualarrastr consigo a las tesis doctorales sobre conflictos, revueltas yrevoluciones , que dejaron de hacerse . Y, por l t imo, l legaba demasiado pronto si consideramos que el inters por la historia socialdura se reproduce en los aos 90 , segn hemos anal izado en o troluga r 7 , y slo ahora empiezan a darse las condiciones para el trnsitoa un nuevo paradigma que pueda incorporar e l su je to (socia l y mental) .

    Estos avances h is tor iogrf icos que han devuel to hace vein te aosel sujeto al centro de la historia son, por tanto, una referencia indispensable para las d iscusiones en curso sobre e l nuevo paradigma quetiene como reto capital la integracin, en un slo enfoque, de la historia objetiva y de la historia subjetiva (tanto nos refiramos al agentehis tr ico como a l mismo his tor iador) : en tre ambas osc i l pendular-mente la historiografa del siglo XX. El futuro de la historia de lasmenta l idades y de la h is tor ia de l cambio socia l es t , en consecuencia ,en e l cambio g lobal de paradigmas.3. La fragmentacin

    En los aos 80 cam bia de ra z e l contex to pol t ico- ideolgico en e lmundo, pr inc ipalmente en Estados Unidos y en Gran Bretaa . Son losaos de l neoconservadurismo, lo que despus se l lam neol ibera l ismoo pensamiento nico , y son los aos de la d ifus in del postmodernismo como propuesta f i losfica de moda. La historiografa occidenta l se f ragmenta entonces en temas, mtodos y escuelas , has ta un

    7 C . BARROS, El retorno del sujeto social en la historiografa espaola,en Estado, protesta y mo vimientos sociales. III Con greso de Historia Social,Vitoria, julio 1997 .

  • 8/7/2019 Hacia un nuevo paradigma historiografico 2

    6/20

    22 8 Carlos Barrosl mite an ter iormente in imaginable , co legas f ranceses l lamaron a esoel desmigajamiento de la h is tor ia 8 .

    La primera gran fisura fue el retorno del sujeto en los aos 70,menta l y /o socia l , porque has ta ese momento importaban mayormentela historia econmica y la historia de las estructuras sociales 9 . Desdeentonces tenemos una historia objetiva y una historia subjetiva, y ahcomienza la d ivers i f icac in y e l a le jamiento de unas especia l idadesde o tras : raramente la h is tor ia econmica contempla e l su je to ; raramente la h is tor ia de las menta l idades inc luye lo socio-econmico.Otros dicen, no sin razn, que la fragmentacin de la historia y lainevi table especia l izac in no es ms que una cr is is de crec imiento ,una prueba de la madurez de nuestra d isc ip l ina . Es evidente que pasardel monocul t ivo de la h is tor ia econmico-socia l a la he terogeneidadactual, donde interesan para la investigacin todos los aspectos delpasado, supone un gran avance , pero a l t iempo un gran problema,porque nos a le ja de la v is in g lobal de l pasado humano que nos exigela ciencia y la sociedad.En los aos 80 tiene lugar el segundo gran retorno del sujeto. Eneste caso se trata del sujeto tradicional - la biografa, la narracin, lahistoria polt ica-, cuyo regreso arroja un notorio ments a la revoluc in h is tor iogrf ica de l s ig lo XX, animada por la escuela de rmales,el marxismo y los sectores reciclados de la historiografa tradicional.Se produce , para le lamente , una implosin , una explos in desde dent ro , del paradigma comn de los nuevos h is tor iadores : una cr is is g lobal de las t res grandes corr ien tes que renovaron la manera de escr ib ir

    la historia en el siglo que acaba. Se habl por separado de la crisis de

    8 Francois DOSSE, La historia en migajas. De Annales a la nuevahistoria, Valencia, Instituto Alfonso el Magnnimo, 1989 (Pars, 1987); unode los errores de este libro, que tanto anim el debate, est en no habersepercatado de que la fragmentacin no solamente afectaba a la escuela deAnnales, sino a todas las corrientes historiogrficas y a las relaciones entreellas.

    9 En Espaa hay que aadir al menos una dcada ms para notar estoscambios subjetivistas en la manera de investigar la historia.

  • 8/7/2019 Hacia un nuevo paradigma historiografico 2

    7/20

    Hacia un nuevo paradigma historiogrfico 229Annales, de la crisis de la historia social , de la crisis de la c l iomet r a 1 0 :v iendo cada uno la paja en el ojo ajeno y no la v iga en el prop io , sincomprender -has ta hoy mismo cuando re su l ta , si c a b e , ms ev iden te -e l carc ter g lobal de la crisis de la his tor ia , y m e n o s an el subyacen tec a m b io de parad igmas .

    T. S. Kuhn, el autor de la Estructura de las revoluciones cientficas, ha descub ie r to que los parad igmas compar t idos que unifican unadisc ip l ina s iguen v igentes mientras no exis ta un p a r a d ig m a c o m nq u e los sustituya. Esto justif ica que en los aos 80 , y an en los 90, ses iga d ic iendo en muchas c la ses de his tor iograf a lo m i s m o que hacevein te aos , y en m u c h a s m e m o r i a s de oposic in: la nica ocas in enq u e el profesor univers i ta r io es t obl igado -en Es p a a - a definir suconcep to de la historia, y d o n d e es habi tua l dedicar una par te delproyec to al posi t iv ismo, o tra al m a r x i s m o y otra a Annales, calculando quizs el concursan te que, s iendo t res de los c in c o m ie m b r o sdel t r ibunal e legidos por sor teo , mal ser que no se consideren prxim o s a una o a var ias de dichas corr ien tes . As se vinieron haciendolas memor ias de oposic in , excelente fuente para es tudiar los para d igmas compar t idos de una disc ip l ina , has ta hace b ien poco" , dondese demues t ra la fuerza de inerc ia de un p a r a d ig m a que sobrev ive , apesa r de la cr is is , mientras no se perfila su al ternat iva .4. La filosofa contra la historia

    En 1989 a lcanza su c l im a x una d c a d a m a r c a d a por el neol ibera-l i smo y el p o s t - m o d e r n i s m o , la f ragmentac in h is tor iogrf ica y lacrisis de la idea de progreso , que cons t i tuye la fi losofa base de lost res movimientos h is tor iogrf icos ms impor tan tes del siglo XX , y engenera l de las ciencias socia les , las cuales se han a l imen tado , desdesus or genes , al igual que la historia cientf ica, de la filosofa de laI lus trac in .

    1 0 La historia cuantitativa ha sido la aportacin ms importante de la corriente neopositivista al paradigma comn.1 1 Desde 1995 es cada vez ms frecuente el uso de las Actas del ICongreso Historia a Debate para la redaccin de los proyectos docentescomo medio de asegurar una visin ms actualizada y problematizada denuestra disciplina.

  • 8/7/2019 Hacia un nuevo paradigma historiografico 2

    8/20

    2 3 0 Carlos BarrosLos ataques desde la f i losofa polt ica a la idea de progreso 1 2 ,por un lado la tesis de Francis Fukuyama y por el otro la postmodernidad , tocan de l leno a uno de los paradigmas compart idos msimportantes de los historiadores del siglo XX: la relacin pasado/presen- te /fu turo . Conceptos que has ta no hace mucho es tabanbien imbricados: es tudiamos e l pasado para comprender e l presente yconstruir un futuro mejor; un futuro socialista se deca incluso desdee l marx ismo . . .La proclamacin del final de la Historia parti de un artculo

    in te l igente e in tu i t ivo del neoconservador Fukuyama escr i to en e lverano de 1989, cuando no poda saber el autor que a f ines de esemismo ao caer a e l Muro de Ber l n y se in ic iar a la t rans ic in delsocialismo real al capitalismo (que luego result frustrante, salvaje,mafioso) en los pases de la rbita sovitica. Para Fukuyama, intrprete mediato de Hegel, la Historia haba l legado al f inal del trayectoy todos los pa ses de l mundo se unif icar an a lrededor de l s is temapol t ico democr t ico y de lo que eufemis t icamente se denominaeconoma de mercado. La reaccin de los h is tor iadores fue de hosti l idad y desprecio, se mat, en suma, al mensajero de las malas notic ias , descal i f icando su proclama como una argucia pol t ica imperial is ta . Algunos , s in leer los t rabajos de Fukuyama, en tendieron inc lusive que pretenda finiquitar la disciplina que nos da de comer, confundiendo la h minscula , de la h is tor ia como sucesin de acontec imientos , con la H mayscula de la His tor ia universa l 1 3 . Hay quedecir que e l propio Fukuyama en t rabajos poster iores ha ido matizando y autorrec t i f icando su p lanteamiento in ic ia l , has ta desmentir lo ,reconociendo su equivocacin , en una entrevis ta concedida a l NewYork Times (30 de agosto de 1998), una vez conocido el fracaso de last ransic iones en e l Este de Europa , especia lmente en Rusia , y la c r is is

    1 2 "Ataques" entrecomillas porque no son gratuitos, disponen de una baseobjetiva que nos obliga por higiene intelectual a su toma en consideracin.1 3 Israel SANMARTN, La Historia segn Fukuyama, 1989-1995, Sant iago, tesis de licenciatura, 1997; el lector puede comprobar que, lo que sidesaparecera con la tesis de Fukuyama, es la Historia entendida tambincomo reflexin terica y como compromiso con el progreso de laHumanidad, dimensiones a las que siempre se resisti, y resiste, elpositivismo historiogrfico.

  • 8/7/2019 Hacia un nuevo paradigma historiografico 2

    9/20

    Hacia un nuevo paradigma historiogrfico 231de las economas emergentes de Extremo Oriente , acontec imientoseconmicos qu e amenazan con una reces in econm ica m und ia l .

    Con todo, qu hemos aprendido del debate Fukuyama? Pues quela His tor ia no t iene una meta pref i jada 1 4; conclus in rea lmente revoluc ionar ia porque venimos de la t rad ic in judeo-cr is t iana , cuya lectura providencialista de la historia hace terminar sta en el JuicioFinal; teleologismo que la f i losofa alemana del siglo XIX continu,reemplazando la resurreccin de los muertos y la segunda venida deJess por e l Estado l ibera l hegel iano , pr imero , y por la sociedad comunis ta de Marx y Engels , despus . La f i losof a occidenta l ms influyente ha sido finalista, aceptar ahora que el futuro est abierto nojus t i f ica , aunque no hubiese ms motivos , que los hay, hablar de unnuevo paradigma de la h is tor ia , que nos hace ms l ibres , porque nossabem os ms responsables d e nuestro des t ino?: los fu turos son var ios ,y la funcin del historiador, dando a conocer las encrucijadas de lah is tor ia , es hacer ver -a nuestros con tem por neos - que exis ten fu turosa l ternat ivos , cont ingentes .

    S i la humanidad no marcha ine luctablemente hacia un f ina l fe l iz ,quiere es to decir que hay que res ignarse con lo que tenemos yrenunciar a transformar e l mundo? Evidentemente no , renunciandoa una h is tor ia de terminis ta -que hoy es re iv indicada , cur iosamente ,por e l pensa mie nto nico - recuperam os una l ibertad para e l su je to , s inmesianismos, que no excluye grandes obje t ivos , inc lusorevo luc iona r ios , com o lo demu es t ra e l neozapa t i sm o mex icano .Decamos que ha habido as imismo un ataque desde e l postmo

    dernismo a la re lac in pasado/presente /fu turo . Aclarar pr imero que ,cuando hab lamos de pos tmodern ismo , nos re fe r imos , p r imord ia l -mente , a las obras de Jean-Francois Lyotard y de Gianni Vat t imo, porsu claridad expositiva, la consecuencia de su contenido y su difusin,sobre todo, en Europa . En Estados Unidos , s in embargo, se suele in-1 4 La historia de la humanidad no avanza hacia una meta fijada de antemano, pero tampoco tiene vuelta atrs, tesis 5 de La historia que viene,Historia a Deba te. I, Santiago, 1995, p. 101; la cada del comunismo, confirma la primera parte, y el desastre que sup uso, posteriorm ente, en el Este deEuropa, el desmantelamiento del Estado de bienestar construido por los comunistas, ratifica la segunda parte.

  • 8/7/2019 Hacia un nuevo paradigma historiografico 2

    10/20

    23 2 Carlos Barrosclu ir , de una manera inapropiada , a postes truc tura l is tas como MichelFoucaul t y deconstruccionis tas como Jacques Derr ida , ba jo la e t iquetade una pos t -modern idad cuyo pos ic ionamien to con t ra e l compromisoin te lec tual choca con la e jecutor ia de d icho s a utor es" .

    Los f i lsofos post-modernos y Fukuyama par ten efec t ivamente depresupuestos opuestos , los pr imeros n iegan la modernidad y e l segundo d ice que s ta ha l legado a su p leni tud , pero ambos coincidenen una cosa: nos dejan sin futuro. Ambos enfoques desubican a loshis tor iadores acometiendo contra e l paradigma c ls ico pasado/presente /fu turo , porque s i no tenemos nada que decir sobre e lfu turo es que tampoco tenemos nada que decir de l pasado.

    Fukuyama niega un porvenir a l te rnat ivo porque asegura que a laHistoria ha l legado el f in, y por lo tanto el futuro como algo esenc ia lmente d is t in to de l presente desaparece; su fu turo es , pues , un presente cont inuo. Y e l postmodernismo reniega de la conquis ta de unfuturo mejor, desde el conocimiento del pasado y la crt ica del presente, al aseverar que el fracaso de la modernidad arrastra a la idea deprogreso . Desde uno u o tro s i t io se nos sugiere , en una palabra , queno tenemos fu turo como his tor iadores , sa lvo como erudi tos , sabiosmarginales y a is lados , sumergidos en un pasado cuya invest igacinno in teresa socia lmente .

    Cuando hablamos de post-modernidad h is tor iogrf ica noqueremos asegurar que los historiadores estn al da en la corrientefilosfica en s: el histo riado r no lee reg ula rm ent e fi losofa, p ero scomparte -compartimos- con el f i lsofo de fin de siglo unpostmodernismo ambienta l que afec ta de l leno a la metodologa de lahistoria y a la f i losofa que, queramos o no, subyace en nuestrotrabajo 1 6: la disgregacin de la disciplina y el todo vale, el

    1 5 Sobre el compromiso de Foucault, a finales de los aos 70 y principiosde los 80, con los derechos del hombre, a la manera de Sartre, vase FranoisD O S S E , Histoire du structuralisme. II, Pars, La Dcouverte, 1992, pp. 424-4 2 6 ; Derrida ha sido uno de los cientficos sociales franceses que se hanunido, recientemente, a los cineastas en la defensa de los inmigrados.1 6 El reduccionismo lingstico, difundido desde los Estados Unidos,tambin se reclama como historia post-moderna pero su influencia es

  • 8/7/2019 Hacia un nuevo paradigma historiografico 2

    11/20

    Hacia un nuevo paradigma historiogrfico 233desin ters de l h is tor iador -como ta l- hac ia e l mundo que nos rodea ysus problemas, c ier to n ih i l ismo exis tencia l surg ido del desencantop o s - 6 8 , el indiv idual ismo exacerbado, la oposic in anarquis ta a todoparad igma , e tc te ra .

    Lo que nos l leva a contemplar e l post-modernismo desde su ladoambiguo y negat ivo . El rasgo v i ta l que def ine a l h is tor iador postmoderno -que f recuentemente rec i ta esa prosa s in saber lo- es que seins ta la cmodamente en la f ragmentac in y en la cr is is de la d isc ip l ina s in voluntad -n i in ters- por superar ambas anomalas , quenatura lmente no son contempladas como ta les . Esta ins ta lac in en lacr is is gen era t res posic iones:La primera posicin es la de los que argumentan que si se hanhundido los paradigmas h is tor iogrf icos de l s ig lo XX, para qu buscar o tros? Vienen a decir : es tamos b ien s in paradigmas compart idos(que a lgunos , s in leer a Kuhn, inventando a l adversar io , equiparana vulgares or todoxias) , todo vale , se acabaron las cer tezas , qucada uno haga lo que quiera . . . Apl ican as , muchos s in conocer la , la

    propuesta de Feyerabend de sus t i tu ir e l rac ional ismo por e l anarquismo en la teor a de l conocimiento 1 7 . Se trata, en el fondo, de unaposic in conservadora que , como ya d i j imos, perpeta e l presente .La segunda posic in , y la ms consecuente , es mantenida por losque def ienden qu e e l nuevo parad igm a es la propia f ragmentac in contodo lo que supone de l ibertad para el investigador, pluralismo ygarant a contra toda or todoxia acadmica y /o pol t ica . Es decir , laacrac ia metodolgica has ta sus l t imas consecuencias : paradj ica

    mente e levada a ca tegor a ins t i tuc ional .La tercera posic in es propugnada por aquel los que reducen lah is tor ia post-moderna a la nueva h is tor ia o , con ms propiedad, a lanovs ima h is tor ia : giro l ings t ico , microhis tor ia o nueva h is tor iacul tura l ; forzando en ocas iones la in tencin de sus promotores que

    bastante menor, entre los historiadores, que el mencionado post-modernismoambiental.1 7 Paul FEYERABEND, Tratado contra el mtodo. Esquema de una teora anarqu ista del conocim iento, Madrid, Tecnos, 1992 (Londres, 1975).

  • 8/7/2019 Hacia un nuevo paradigma historiografico 2

    12/20

    2 3 4 Carlos Barroscasi nunca pre tenden presc indir en b loque del d iscurso de la modern id a d 1 8 .

    Los t res supuestos (post-modernidad anarquis ta , consecuente oneoposi t iv is ta) t ienen en comn e l abandono, en menor o mayorgrado, de la funcin crt ica de la historia y, en el peor de los casos, larenuncia a toda def in ic in de la h is tor ia como c iencia , condic ionandogravemente el futuro de nuestra disciplina en la sociedad y en la acad e m ia .La punt i l la de l proceso de d isgregacin y des-ubicacin de lahistoria como oficio, a lo largo de los aos 80, ha sido or declamar -ydejar el exabrupto sin respuesta- que el mercado sustituye a loshombres como sujetos de la historia , en una alucinante giro de la histor ia in te lec tual (y econmica) que nos ha devuel to a un obje t iv ismo,economicismo y es truc tura l ismo de d is t in to s igno que en los aos 60y 70 , pero s i cabe ms daino , ep is temolgicamente , porque coincidecon un re troceso h is tr ico-socia l de los va lores humanis tas que haninformado las c iencias humanas y socia les desde su creacin .Y con es to nos acercamos a los aos 90 , que sorprendentementees tn resul tando decis ivos en var ios sent idos , tambin para e l cambiode paradigmas en nuestra d isc ip l ina , puesto que , inadver t idamente , sees tn poniendo ya las bases de los paradigmas del s ig lo XXI.

    5. Nuevo siglo, nuevo paradigmaEl contexto de los aos 90 es la propia crisis del neoliberalismo y

    del postmodernismo: se es t poniendo de moda hablar de tercerasvas , tambin entre la modernidad y la postmodernidad . Es la hora ,p u es , de buscar una nueva modernidad: ms autocr t ica , loca l y g lobal , social y cultural, estatal y l ibrecambista, ms compleja y difcil ,que no abandone e l c r i t ic ismo pero que tampoco renuncie a la t ransformacin de la sociedad con la gua de la razn. . .1 8 El problema mayor aqu es caer en la ilusin de pensar que la actual crisis de la historia se puede resolver cambiando lneas de investigacin, apostando por la innovacin, factor necesario pero desde luego para nada suficiente dado el carcter global -metodolgico, epistemolgico y social- de lacrisis historiogrfica.

  • 8/7/2019 Hacia un nuevo paradigma historiografico 2

    13/20

    Hacia un nuevo paradigma historiogrfwo 235Nuestra d isc ip l ina es t , c ier tamente , en cr is is , pero ha conservado-incluso incrementado- su d inamismo, y exis te una base es table de lacomunidad de h is tor iadores ( funcionar ios en bas tantes pa ses) , quemediante consensos tc i tos va reemplazando, o in tentando reemplazar, los paradigmas en crisis . Unos insisten en la situacin de crisis , yotros en el crecimiento de los estudios de historia . Se l lega a decir quenunca se han producido tan tas obras de h is tor ia como en es tost iempos. Algunos sos t ienen que no hay cr is is porque se s igue publ i cand o. . . En rea l idad , ambo s d iagnst icos t ienen base , y su conf luenciaes t dando como resul tado una t ransic in entre los paradigmas dels ig lo XX y los paradigmas del s ig lo XXI, que va engendrando nuevosconsensos , perc ib idos an con d if icu l tad , que es tn cambiando lamanera de escribir la historia , y no siempre en el mejor de los sentidos. Los nuevos consensos t ienen , en nuestra opin in , aspectos posi t i vos y negat ivos . Lo peor es que es te cambio de paradigmas se ha desarrollado, inicialmente, sin el suficiente grado de autoconciencia, dedebate y de ref lex in . Para combatir es te defec to , organizamos, en1993, el I Congreso In ternacional His tor ia a Debate , t ra tando deaprehender y comprender los cambios en marcha , cuya segunda edicin estamos preparando para los das 14-18 de julio de 1999, con lameta de contr ibuir ahora a l proceso de formacin de los nuevos paradigmas, es decir , la escritura de la historia en el siglo XXI, uno decuyos rasgos ser, est siendo ya, un mayor inters por la reflexinhis tor iogrf ica : son cada vez ms los co legas que combinan, que inten tamos combinar , los t rabajos empr icos con la ref lex in h is tor io-grfica y el debate.La pregunta que se impone, por tan to , es : cmo se cambia de pa

    radigma? Exis te a lguna autor idad mundia l o nacional que d ic te losparadigmas por los que deber regirse una disciplina? En rigor, no. Losmotores de los cambios paradigmticos no suelen es tar a la luz , yac tan ms por la v a de l consenso y de la comunicacin que por lava de la fuerza. Verificamos que tres son los caminos que nos hanl levado, usualmen te , a cam biar la l nea de invest igacin: 1) La ley derendimientos decrecientes. Tan to ind iv idua l como co lec t ivamen te ,cuando se agota una l nea de invest igacin se suele buscar o tra . Msinvest igaciones sobre una temtica o metodologa en la que se l levatrabajando a veces muchos aos no aaden ms conocimiento h is tr ico, y entonces se produce el cambio, por ejemplo: el trnsito (en el

  • 8/7/2019 Hacia un nuevo paradigma historiografico 2

    14/20

    236 Carlos Barrosque inc iden adems o tros fac tores) de la h is to r ia econmica a la histor ia de las menta l idades , cu l tura l , an tropolgica . 2) El mimetismocon historiografas de vanguardia. Las his tor iograf as del mbi tohispano, t rad ic ionalmente dependientes de Eu r o p a , o de N o r t e a m rica, son un buen e jemplo (a superar) . 3) La influencia de la sociedad.Fac to r hoy clave: es tamos ante un fin de siglo que co inc ide con unc a m b io de civ i l izac in que , no pod a ser de otro modo, afec ta a todaslas ciencias sociales.

    Y la historiografa no s iempre va por de lan te de la his tor ia . Anuestras d iez y seis tesis de La his tor ia que v iene (en rea l idad unaconc lus in del I Congreso His tor ia a Deba te ) aad i r amos hoy otra,con el nmero d iez y s ie te , hac iendo h incapi en que el futuro denuestra d isc ip l ina depende de nuestra capacidad para adaptarnos a losprofundos , ver t ig inosos y paradj icos , cambios que se estn dandoentre el siglo XX y el XXI . Pa rece una obviedad, pero la verdad esque demas iado a m e n u d o nos h a c e m o s la i lus in de qu e la academiagira al m a r g e n del m u n d o (o peor todava , que el mundo g i ra a l rede dor de la a c a d e m ia ) .Veamos a lgunos desa f os que p lan tea el nuevo s ig lo , segnnues t ro pun to de vista, al nuevo pa rad igma de la escr i tura de lahis tor ia :1.- Exigencias sociales derivadas de la globalizacin. Entendemospor g lobal izac in el fenmeno de mundia l izac in de la e c o n o m a

    (previsto por Marx en el Manifiesto del Partido Comunista) y de lacomunicac in (la aldea g lobal anunciada por M a c Lu h a n ) , p r o c e s oobje t ivo s lo parc ia lm ente ident i f icable con las (transitorias) polt icasneo l ibe ra le s 1 9 . En qu puede afec tar , o est afec tando, la unificacindel mundo, informativa y cultural, social y e c o n m ic a , a la his tor iaq u e se escr ibe? Cules son los re tos que la mundia l izac in p lan tea ala h is tor iograf a?

    1 9 Reducir globalizacin a capitalismo sera caer en un error parecido alque cometi la izquierda poltica y acadmica cuando identific -y combati-en el pasado la democracia como un fenmeno burgus.

  • 8/7/2019 Hacia un nuevo paradigma historiografico 2

    15/20

    Hacia un nuevo paradigma historiogrfico 237-La historia fragmentada de los aos 80 no sirve para el mundoglobalizado que viene. Urge re tomar e l concepto de la h is tor ia g lobal ,buscar nuevas formas de l levarlo a la prctica y estudiar, en suma, porqu fracas el paradigma de historia total de la historiografa dels ig lo XX.-El nuevo paradigma de la historia como todo ser digital. E lordenador no slo repercute, o va a repercutir , en el acceso a lasfuentes (CD-ROM, archivos d ig i ta l izados) , en e l mtodo de t rabajo(tratamientos de texto y bases de datos) o en el proceso de divulgac in , s ino que , y es to es lo ms importante , va a cambiar e l resu l tadofinal de nuestro trabajo, nos conduce a la construccin de otro objeto(e l medio es e l mensaje) , na tura lmente ms g lobal . La posib i l idad dein troducir , juntamente con tex to , e lementos sonoros y v isuales ( f i josy en mov imien to ) en un CD-ROM, o en un DVD-ROM, a l te ra tan tola forma de exponer como la forma de invest igar : la s imultaneidad dela evidencia escrita , oral y visual, no hacen posible unareconstruccin ms g lobal de nuestro obje to? Es e l caso , as imismo,del h iper texto (que u t i l izamos habi tua lmente navegando en las

    pginas Web): desborda ampliamente las posib i l idades de l l ibro ,has ta hoy medio cas i nico para la ins trumentac in de nuestrasinvest igaciones , donde podemos in terpolar a lgunas c i tas en e l tex to ynotas a p i de pgina , a condic in de no sa l imos del d iscurso l inea l(cada libro t iene un principio y un final) . Con el hipertexto, medianteenlaces se podr acceder a mucha ms informacin cola tera l , a o trol ibro, que a su vez pued e l levarnos a o tros enlace s , de ma nera que yano hay un principio y un final nicos sino diversas lecturas, como lamisma rea l idad s iempre mult id imensional y que de es te modo serreconstruida ms fielmente. La historia podr ser as ms globaldesde e l punto de v is ta empr ico , no s lo ter ico . Habra que aadirlas posibilidades que nos ofrecen la realidad virtual 2 0 o la inteligenciaartif icial . . . En resumen: las nuevas tecnologas van a permitirnosempezar a rebasar las l imitac iones tcnicas y epis temolgicas que nos

    2 0 La mod elizacin informtica y la simulacin han hech o ya posible la reconstruccin virtual, en tres dimensiones y con animacin, sobre la base delos resultados de las excavaciones arqueolgicas, de ciudades neolticas,antiguas o medievales, y de otros monumentos.

  • 8/7/2019 Hacia un nuevo paradigma historiografico 2

    16/20

    238 Carlos Barroshan impedido en la prctica dar cuenta de la realidad histrica en suglobal idad .

    -Con Internet nace una nueva comunidad internacional de historiadores. La red digital vara las reglas de la sociabilidad en lacomunidad de h is tor iadores . Las comunidades nacionales de h is tor iadores seguirn ten iendo su importancia , pero la comunidad in ternac ional es tar ms prxima, ser ms decis iva , porque e l debate y lacomunicacin g lobal ser ms fc i l y l ibre , en cada especia l idad ypara e l conjunto de los h is tor iadores . La formacin en curso de nuevos paradigmas se ver favorecida por la red de redes (correo elect rnico , pginas Web, grupos de not ic ias y chats) conforme la d is t r i bucin de los usuar ios (y de los id iomas usados) se in ternacional icede ve rdad .-Con la globalizacin la historiografa mu ndial deviene mspolicntrica. Las h is tor iograf as occidenta les de los s ig los XIX y XXsiempre han ten ido un centro focal (Alemania , Francia , Ingla terra . . . ) .En 1993, en e l I Congreso Historia a Debate, Peter Burke deca que ,

    en es tos momentos , la renovacin pasa por la per i fer ia , c ier to , y aadimos nosotros que lo vital ahora es que cada historiografa desarrollesu capacidad de pensar por s misma, s in a taduras colonia les , pero ,eso s , con un conocimiento cercano de lo que sucede en e l mundo(ms asequib le hoy grac ias a las nuevas tecnologas) . Ya no hay ungran centro promo tor de los cam bios: todas las h is tor iograf as puedenser centro de in ic ia t iva . Desde Estados Unidos se in tenta , de a lgunaforma, reproducir viejas dependencias, pero no va a resultar sencillotras ladar la hegemona mundia l nor teamericana del mundo del c ine a lmundo acadmico, y menos an en e l campo de las c iencias humanasy sociales, una vez sobrepasada la guerra fra y en tiempos tan sens ib les a toda ident idad "nacional i ta r ia" , como demuestran lashistoriografas pos-coloniales y los estudios subalternos en la India,y en otros pases, que acreditan hasta que punto la descentralizacin yla descolonizacin h is tor iogrf ica son par te ya de l nuevo paradigmag loba l .

    2 .- Exigen cias culturales y educativas que condiciona rn el sigloXXI: la respuesta de los historiadores. Estamos v iv iendo una vuel ta

  • 8/7/2019 Hacia un nuevo paradigma historiografico 2

    17/20

    Hacia un nuevo paradigma historio grfico 239-todava t mida- a los va lo res human s t icos 2 1 y formativos que nodeber a de pasar desaperc ib ida , como consecuencia del repl iegue dele c o n o m ic i s m o y del tecnocra t ismo neol ibera l que m a r c los aos 80y par te de los 90. En algunos pases , como Espaa, se e m p ie z a are lanza r el p a p e l de la his tor ia y las h u m a n id a d e s en la e n s e a n z a 2 2 .Los adal ides de la tercera v a entre neol ibera l ism o y soc ia l i smo , T.Blair y W. Clin ton , ya hicieron de la educac in el eje de sus l t imas(y exi tosas) campaas e lec tora les en Gran Bre taa y en EstadosU n id o s . Se imponen, pues , nuevos valores y nuevos re tos para el papel de la his tor ia en el nuevo s ig lo . Cmo invest igar y ensear h is toria e n el s ig lo mult icu l tura l , mult i r rac ia l y mul t inac iona l , de la glo-ba l izac in?

    3 . - Exigencias polticas y sociales de los nuevos (y viejos) sujetospolticos y sociales. Los nuevos (y viejos) sujetos polticos buscan suident idad en la Histor ia a nivel loca l , reg ional , nac ional , macrona-c iona l . La mitif icac in de la historia por par te de los n u e v o s (y v ie jos ) nac iona l i smos reav iva la funcin crt ica del his tor iador , comobien ha sea lado E. J. H o b s b w a m . Los nuevos (y viejos) sujetos colec t ivos pers iguen as imismo el c o m p r o m is o del in te lec tual , y del h is tor iador , para e laborar su discurso y su prct ica . Es el caso de losnuevos movimientos socia les der ivados de las etn ias , los gneros , losgrupos de edad , las opciones sexuales . . . Y es el caso de los confl ic tos ,las revuel tas y las revoluciones que, en la l t ima dcada del s ig lo ,

    2 1 Algunos reaccionarios pretenden todava ir en direccin contraria a lahistoria (nunca mejor dicho): una perla encontrada en una reciente estanciaacadmica en la Universidad Nacional del Sur (Argentina): es superfluo queel Estado siga pagando la formacin de literatos, filsofos, socilogos y psi-clogos, nota editorial en la primera pgina de La Nueva Provincia (BahaBlanca, 6 de jul io de 1998); otros lo piensan, son demcratas y hasta izquier-distas, pero no lo dicen, por vergenza, claro.

    2 2 Le sigue, en este camino, Francia, donde el gobierno de Lionel Jospin,despus de la movil izacin el 15 de octubre de 1998 de medio mil ln deestudiantes de enseanza media, ha prometido volver a la formacin tica ycvica de los estudiantes, incrementando el peso de la filosofa y la literatura(a diferencia de Espaa, la historia no ha dejado de jugar su papel educativoen la Francia socialista) en los programas, junto con la informtica y lasmatemticas.

  • 8/7/2019 Hacia un nuevo paradigma historiografico 2

    18/20

    2 4 0 Carlos Barrosre to rnan 2 3 a la arena de la h is tor ia en e l Este de Europa (1989-1991) ,en Chiapas (1994) , en Francia (1995-1998) , en Blg ica contra lospederes tas y sus cmplices , en Estados Unidos movil izando un mil ln de hombres negros , en Espaa (se is mil lones de personas , enju l io 1997, contra e l ases ina to de Miguel ngel Blanco: motivo grfico del cartel de Historia a Debate I I ) 2 4 .

    Los movimientos socia les cuando son verdaderamente s ignif ica t i vos y autnomos acaban arras trando a los acadmicos . Por vez pr i mera, desde los aos 60 y 70, el intelectual vuelve en algunos pases aun c ier to compromiso pol t ico y socia l ( lo que es t provocando unagr io pero muy necesar io debate) . En Mxico se es t dando e l mejore jemplo , par t icu larmente en la UNAM, donde los acadmicos es tntrabajando desde 1994 a favor del compromiso social , tico ydemocr t ico con la s i tuac in en Chiapas . No se t ra ta de una d inmicatercermundis ta , s ino de un fenmeno tendencia lmente g lobal ,tambin en Francia se es t dando una vuel ta a l compromisoin te lec tual , desde las movil izac iones socia les de 1995, especia lmenteen so l idar idad con los inmigrantes i legales , pro tagonizadooriginalmente por cineastas, artistas y escritores, pero en el que partic ipan c ient f icos socia les como Pierre Bourdieu , que ha generado lapolmica ms importante en las c iencias socia les f rancesas -a t ravsde g rupo Raisons d'Agir- sobre e l compromiso in te lec tual desde Zolay Sar tre , y como Jacques Derr ida , que con su l ibro Spectres de Marxresuci t e l debate sobre e l marxismo, tema tab en la in te l igenciafrancesa desde los t iempos de Althusser . Estamos, obviamente , an teuna mil i tancia b ien d iferente de la que conocimos en los aos 60 y7 0 2 5 : menos par t id is ta , menos unid imensional y absorbente , desde laespecia l izac in acadmica ms que desde la mil i tancia pol t ica , a lmargen de la TV ( impermeable a l debate y la cr t ica , a l contrar io queInternet) . Era previs ib le , cmo poner l mites a los re tornos? Lass n tes is que es tamos v iv iendo entre modernidad y post-modernidaddan lugar a paradojas como la cur iosa desconexin entre h is tor iador y

    2 3 Se trata del tercer retorno del sujeto (colectivo, social): el primerretorno tuvo lugar en los aos 70 (mental, social), y el segundo en los aos80 (individual, poltico).

    24 Vid. la nota 7.2 5 Una manera inevitable de manipular el debate es afirmar, natural-

    mente, lo contrario.

  • 8/7/2019 Hacia un nuevo paradigma historiografico 2

    19/20

    Hacia un nuevo paradigma historiogrfico 241ciudadano que sufren algunos colegas, comprometidos en su vidacivil pero que mantienen por inercia posiciones academicistas en sutrabajo, como investigadores y como docentes, cuando resulta que elprincipal desafo poltico y social del nuevo siglo a la historia profesional es la bsqueda de un pasado para los sujetos que bullen paradeterminar el futuro.

    3.-Exigencias cientficas: la redefinicin de la historia comociencia. Hoy es insostenible la definicin positivista decimonnica dela historia (conocer el pasado tal como fue), que tanto eco tienetodava en nuestra disciplina, porque es inconcebible una ciencia sinconciencia (Edgar Morin), un objeto sin sujeto: las teoras del caos yla complejidad estn abundando en esa direccin. La nueva fsica es,de nuevo, la referencia ms segura para redefinir cientficamentenuestra disciplina cara al futuro. En la tesis n 3, de La historia queviene, decamos que es una falsa alternativa decir que la historia,como no puede ser una ciencia 'objetiva' y 'exacta', no es un ciencia, porque hoy sabemos que la tarea de la ciencia no es averiguaruna inexistente verdad absoluta, que la nica verdad cientfica son lasverdades relativas. Tal es nuestro porvenir: no abandonar la identidadde la historia como ciencia sino volver a definirla echando mano delconcepto de ciencia, de paradigma y de revolucin cientfica, que hoyaplican la fsica y que elabora la filosofa de la ciencia. De hecho, lanocin de nuevo paradigma que venimos utilizando historio-grficamente, desde hace aos, est sacada de la epistemologa y de lahistoria de la ciencia.6. Despus de la crisis

    Las ltimas tendencias historiogrficas apuntan la va adecuadapara salir de la crisis: avanzan sintetizando lo ms viejo y lo msnuevo 2 6 .

    El nuevo paradigma no puede ser -es decir, que no responde a lasexigencias del contexto y al consenso de la comunidad- la simple

    2 6 En esto rectificamos a Kuhn que tiene una visin demasiado simple dela revolucin (cientfica) como ruptura neta entre lo viejo y lo nuevo(paradigmas).

  • 8/7/2019 Hacia un nuevo paradigma historiografico 2

    20/20

    242 Carlos Barrosvuelta a la historia tradicional, individualista , de las grandes batallas,pero tampoco la huida hacia adelante de la f ragmentac in post-moderna , s in per ju ic io de que se asuman los aspectos posi t ivos deambos p lanteamientos (que tan pronto convergen como divergen) .

    La historia y la historiografa del nuevo siglo no pueden hacer tabla rasa de la historia y de la historiografa del siglo XX, con susformidables enseanzas y errores , y menos todava puede volver a ls ig lo XIX: queremos ayudar a nacer un s ig lo XXI mejor , pos-postmoderno , pos-neo l ibera l , contr ibuye ndo de sde la h is tor ia a constru ir o tramodernidad, otra i lustracin, otra racionalidad, otra historia . . . y otragenerac in: us tedes .Entre el ao 2010 y el ao 2020 se va a producir , por razonesbio lgicas , un gran re levo generac ional que incumbe a los puestos deinvest igacin y de enseanza . Com o es sabido , lo nuev o y lo jov en not iene , au tomticamente , por qu ser mejor , ms progres is ta o ms ef i caz, que lo viejo: el lt imo servicio que debe prestar una parte de lagenerac in del 68 , la ms autocr t ica y menos arrepent ida , an tes de

    desaparecer de los grandes y pequeos puestos de decis in , es hacerde puente para que la nueva generac in , que ignora en demasa -y porlo tanto mitif ica en exceso- la historia reciente, aprenda de nuestropasado ms inmedia to y pueda abr ir nuevas avenidas para la h is tor ia ,que as sea y que e l espr i tu de Ma rc Bloc h nos ay ude.