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Foto: Pablo Lorenzana

¿Hasta cuándoun paraíso?

sturias, finales del siglo XXI. La temida mediterraneización del norte peninsular se traduce en un mayor número de incen-dios y en menos recursos hídricos, se in-tensifica la incidencia de enfermedades como el dengue y la malaria, crecen las muertes causadas por las olas de calor, las plagas y las garrapatas se multipli-

can, y algunas especies de animales y plantas desaparecen mientras llegan otras nuevas. A ello se sumarán inviernos ligeramente más cálidos –aproximadamente de dos a cuatro grados más entre los años 2070 y 2100– y veranos mucho más sofocantes y secos –la temperatura aumentará entre seis y siete grados más en las mismas fechas–, y las precipitacio-nes se reducirán –entre 1 y 0,5 milímetros de agua por día en verano–.

Estos son los resultados de algunos informes realizados sobre las consecuencias de las emisiones de gases que se pueden consultar en Internet, como 'Evidencias y efectos potenciales del cambio climático en Asturias (CLIMAS, 2009)', 'Principales conclusiones en la evaluación preliminar de los impactos en España por efecto del cambio climático (MMA, 2005)' y el 'Es-tudio sobre impactos, vulnerabilidad y adaptación del cambio climático en la biodiversidad española', este último presentado el pasado mes de marzo y promovido por el Ministerio de Medio

Ambiente con la colaboración del Centro Superior de Investiga-ciones Científicas (CSIC) y la Universidad de Extremadura.

¿Significa eso que el Principado dejará de ser un paraíso dentro de unos años? El catedrático de Ecología del De-partamento de Biología de Organismos y Sistemas de la Universidad de Oviedo y profesor honorario de la citada institución, Ricardo Anadón Álvarez, que ha participado en la segunda de esas investigaciones y dirigido la primera, no lo tiene del todo claro. “Hacer predicciones no es tan fácil. No hay estudios que analicen qué efectos produci-rá sobre las especies, ni tampoco podemos saber lo que puede ocurrir en un futuro ni qué respuesta le dará el hombre”, explica. Lo que sí conocen los expertos, indica, es cómo ha variado el clima en los últimos años y hasta qué punto podría crecer el calor si las emisiones de gases a la atmósfera siguen como hasta ahora.

Mientras hace 80 años la temperatura subía aproximadamen-te 0,02 grados por década, en los últimos 25 años la media mundial es de 0,2 grados más por década. El futuro no mejo-rará mucho las cosas, y los expertos estiman que lo haga 0,4 grados más cada diez años. Eso quiere decir que el calor será unos cinco grados superior a finales de siglo en el mundo, y que en Asturias “podría llegar a subir seis o siete grados más” en esas mismas fechas.

Los estudios realizados sobre los efectos del cambio climático en Asturias arrojan un panorama desolador si no se pone freno a las emisiones contaminantes: el nivel del mar podría subir cerca de un metro antes de que acabe este siglo, la temperatura aumentará uno o dos grados más que la media mundial, y concejos como Villaviciosa y Ribadesella sufrirán inundaciones con frecuencia. En la montaña, los Picos de Europa empiezan a perder paulatinamente su nieve y, en el mar, los vientos se intensifi can con olas más grandes en el occidente que en el oriente. Osos, urogallos, salmones, lampreas, anchoas, hayas, robles y eucaliptos serán las especies de fauna y fl ora más amenazadas por el efecto invernadero.

Por BLANCA M. GARCÍA

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“La temperatura se está incrementando en todas partes, pero más en la zona de la montaña que en la costa”, apunta Anadón. Los investigadores calculan que ésta aumenta aproximadamen-te 0,2 grados más en las montañas asturianas que en las pla-yas, ya que, en el conjunto de la Península Ibérica, ésta sube también más en el interior. El propio Ricardo Anadón recuerda que en los Picos de Europa era frecuente ver muchos neveros que ahora se echan de menos, como el de La Forcadona –debajo de la cara norte de Peña Santa de Castilla– y el que había bajo Torre Santa de Enol. Pero, ¿dejará algún día de haber nieve en Picos? El catedrático afirma que “no se puede poner una fecha a algo así ni podemos saberlo con certeza, pero sí hay datos oficiales que indican que está desapareciendo la nieve en otros lugares de características similares como Pirineos”.

En cuanto al Mar Cantábrico, las aguas de éste están su-biendo unos 0,5 grados por década, un aumento que está siendo más notable en la zona oceánica –lejos de la costa–. Otro de los componentes que varía con el cambio climático son los vientos, que se han empezado a intensificar ya, pro-duciendo olas más grandes en el occidente del Principado que en el oriente.

NUEVOS MUROS DE CONTENCIÓNSegún el informe 'Principales conclusiones en la evaluación preliminar de los impactos en España por efecto del cambio climático', “para finales de siglo es razonable esperar un au-mento de 50 centímetros en el nivel del mar, con un metro como escenario más pesimista” en todo el país. Este cambio

Los científi cos asturianos viajan con la expedición Malaspina

Dos equipos de científicos de la Universidad de Oviedo y del Instituto de Oceanogra-fía de Gijón forman parte

de la expedición oceanográfica Ma-laspina 2010, una iniciativa en la que participan cerca de 400 investigadores de toda España y que desde diciembre del año pasado y hasta el próximo julio busca tomar muestras de los océanos a gran profundidad, a bordo del bu-que Hespérides de la Armada Española, para conocer el cambio global y el fon-do marino. El catedrático de Ecología de Oviedo Ricardo Anadón, que regresó recientemente del viaje, estuvo 18 días embarcado como profesor entre Santo Domingo y Vigo en el llamado Buque Escuela de Oceanografía 2011 junto a Antonella Rivera, alumna del Máster en Biodiversidad Marina y Conserva-ción. Su objetivo era tomar una serie de muestreos y estudiar los organis-mos más pequeños y abundantes que habitan en el mar, el microzooplancton.

El siguiente en embarcarse será el equipo del también profesor de Ecolo-gía de la misma institución académica José Luis Acuña, que se encargará de investigar el microplancton y el planc-ton gelatinoso.

podría suponer “pérdidas de un número importante de playas, sobre todo en el Cantábrico”. Ricardo Anadón subraya que, en Asturias, de ser así “concejos como Villaviciosa y Ribadesella sufrirán inundaciones con cierta frecuencia”. El investigador advierte que “lo más probable es que hubiera que replantear-se los muros de todas las playas”. Ante este hecho, entiende que de nada sirve la política actual de las administraciones: pan para hoy y hambre para mañana. “Hay más preocupación por rellenar una playa con arena cuando hace falta, que por poner en marcha las medidas oportunas para solucionar lo que puede llegar a ocurrir en un futuro”, explica.

El estudio que el catedrático coordinó, 'Evidencias y efec-tos potenciales del cambio climático en Asturias', recopila

: : Ricardo Anadón, catedrático de la Universidad de Oviedo.

Para fi nales de siglo es razonable esperar un

aumento de 50 centímetros en el nivel del mar,

lo que podría suponer pérdidas de un número importante de playas

Programa de Desarrollo Rural del Principadode Asturias 2007.

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en 13 capítulos escritos por un grupo de 46 expertos las investigaciones que ya habían sido realizadas previamente sobre el impacto del calentamiento global, y aborda aspectos como el clima, la biodiversidad, los recursos forestales, la agricultura, los océanos y costas, la salud, las enfermedades transmitidas por mosquitos, el turismo, la energía y el alma-cenamiento de dióxido de carbono, entre otras cosas. Sin embargo, el catedrático de la Universidad de Oviedo recuer-da que aún existen muchos interrogantes sobre los que ape-nas hay información, como los recursos hídricos y agrícolas de la comunidad para los próximos años, y las medidas que deberían adoptar las administraciones ante el ascenso del nivel del mar. Tampoco existe un conocimiento preciso sobre los ambientes de cada especie.

El efecto invernadero provocará cambios entre los depredado-res y sus presas, y favorecerá la expansión de especies inva-soras. Así, “están entrando en las pesquerías especies como la caballa del sur”, mientras que otras propias del Cantábrico, como la anchoa, comienzan a reproducirse en los mares Bál-

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tico y del Norte, comenta Ricardo Anadón. Entre los animales que sufrirán condiciones más desfavorables para sobrevivir en la región, figuran el oso y el urogallo en tierra firme; que se unirán a otras especies de mar y río que pueden verse afectadas y que quizás varíen sus fases reproductivas como el salmón, la lamprea, el esturión y la anguila.

Los robles y las hayas dispersos en rincones montañosos ten-derán a desaparecer, y los eucaliptos también podrían verse amenazados. “El carballo puede llegar a las estepas de Rusia e, incluso, a Finlandia”, apunta el científico. Por el contrario, casta-ños y encinas tendrán en Asturias mejores condiciones de vida.

Ante este panorama, el informe 'Principales conclusiones en la evaluación preliminar de los impactos en España por

efecto del cambio climático' alerta de que es muy posible que se produzca un incremento de la demanda eléctrica, que deberá cubrirse sin poder recurrir a la energía hi-dráulica, ya que ésta se reducirá. También está previsto un incremento de la demanda de petróleo y de gas natural, por lo que los investigadores creen que únicamente la energía solar se vería beneficiada debido al incremento de las ho-ras de insolación.

Para reducir los efectos del cambio climático, los expertos recomiendan, además, poner en marcha políticas de mejora de la calidad del agua e intensificar las de conservación de las especies más amenazadas. “No están previstas todavía respuestas concretas ante el cambio climático”, concluye Ricardo Anadón.

El efecto invernadero provocará cambios

entre los depredadores y sus presas y favorecerá la expansión de especies

invasoras

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