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Revista de Dialectología y Tradiciones Populares, vol. LXIX, n. o 2, pp. 327-348, julio-diciembre 2014, ISSN: 0034-7981, eISSN: 1988-8457, doi: 10.3989/rdtp.2014.02.004 La parte negada del parto institucionalizado: explorando sus bases antropológicas Denied Part of Institutionalized Delivery: Exploring Their Anthropological Bases José Manuel Hernández Garre Paloma Echevarría Pérez Universidad Católica de Murcia RESUMEN El objetivo del artículo ha sido explorar, a través de un exhaustivo análisis documental, las características y bases antropológicas del parto institucionalizado. Los resultados muestran cómo los nacimientos hospitalarios se han convertido en un ritual clínico cuyo fin es controlar la pro- creación a través del uso indiscriminado de la tecnología y las nociones tayloristas. Las madres se han transformado en sujetos pasivos de sus propios partos, mientras la injerencia anatómica y el control biométrico de su dimensión corporal se convertían en norma. Se trata, en definitiva, de un auténtico patrón cultural de asistencia, caracterizado por la medicalización, el control biomecánico y la mecanización del proceso, atributos alimentados, a su vez, por toda una serie de ideologías y bases antropológicas de fondo como la biopolítica, el posthumanismo o el productivismo. Se concluye, pues, que la institucionalización de los partos en Occidente se ha debido más a causas culturales e ideológicas que a la supuesta practicidad epidemiológica de- fendida desde las ciencias médicas. Palabras clave: Parto institucionalizado, Parto hospitalario, Parto medicalizado, Procreación. SUMMARY The objective of this article was to explore, through a comprehensive documentary analysis, features and anthropological bases of institutionalized delivery. The results show as hospital births have become a clinical ritual whose purpose is to control procreation through the indiscriminate use of technology and taylorist notions. Mothers have become passive subjects of their own births, while the interference anatomic and biometric control of their body became standard. It is, in short, a true cultural attendance pattern characterized by medicalization, biomechanical control and mechanization of the process, attributes fed, in turn, by a range of ideologies and anthropological bases background as biopolitics, the posthumanism or productivism. It is therefore concluded that the institutionalization of deliveries in the West has been due more to cultural and ideological causes than the alleged practicality epidemiological defended from medical science. Key words: Institutionalized childbirth, Hospitalized birth, Medicalized birth, Procreation.

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327Revista de Dialectologa y Tradiciones Populares, vol. LXIX, n.o 2, pp. 327-348, julio-diciembre 2014,ISSN: 0034-7981, eISSN: 1988-8457, doi: 10.3989/rdtp.2014.02.004LAPARTENEGADADELPARTOINSTITUCIONALIZADO... Revista de Dialectologa y Tradiciones Populares,vol. LXIX, n.o 2, pp. 327-348, julio-diciembre 2014,ISSN: 0034-7981, eISSN: 1988-8457,doi:10.3989/rdtp.2014.02.004Lapartenegadadelpartoinstitucionalizado:explorandosusbasesantropolgicasDenied Part of Institutionalized Delivery:Exploring Their Anthropological BasesJos Manuel Hernndez GarrePalomaEchevarraPrezUniversidadCatlicadeMurciaRESUMENElobjetivodelartculohasidoexplorar,atravsdeunexhaustivoanlisisdocumental,lascaractersticasybasesantropolgicasdelpartoinstitucionalizado.Losresultadosmuestrancmolos nacimientos hospitalarios se han convertido en un ritual clnico cuyo fin es controlar la pro-creacinatravsdelusoindiscriminadodelatecnologaylasnocionestayloristas.Lasmadresse han transformado en sujetos pasivos de sus propios partos, mientras la injerencia anatmica yelcontrolbiomtricodesudimensincorporalseconvertanennorma.Setrata,endefinitiva,deunautnticopatrnculturaldeasistencia,caracterizadoporlamedicalizacin,elcontrolbiomecnicoylamecanizacindelproceso,atributosalimentados,asuvez,portodaunaseriedeideologasybasesantropolgicasdefondocomolabiopoltica,elposthumanismooelproductivismo.Seconcluye,pues,quelainstitucionalizacindelospartosenOccidentesehadebidomsacausasculturaleseideolgicasquealasupuestapracticidadepidemiolgicade-fendidadesdelascienciasmdicas.Palabrasclave:Partoinstitucionalizado,Partohospitalario,Partomedicalizado,Procreacin.SUMMARYTheobjectiveofthisarticlewastoexplore,throughacomprehensivedocumentaryanalysis,features and anthropological bases of institutionalized delivery. The results show as hospital birthshave become a clinical ritual whose purpose is to control procreation through the indiscriminateuse of technology and taylorist notions. Mothers have become passive subjects of their own births,whiletheinterferenceanatomicandbiometriccontroloftheirbodybecamestandard.Itis,inshort,atrueculturalattendancepatterncharacterizedbymedicalization,biomechanicalcontrolandmechanizationoftheprocess,attributesfed,inturn,byarangeofideologiesandanthropological bases background as biopolitics, the posthumanism or productivism. It is thereforeconcludedthattheinstitutionalizationofdeliveriesintheWesthasbeenduemoretoculturaland ideological causes than the alleged practicality epidemiological defended from medical science.Keywords:Institutionalizedchildbirth,Hospitalizedbirth,Medicalizedbirth,Procreation.328 JOSMANUELHERNNDEZGARREyPALOMAECHEVARRAPREZRevista de Dialectologa y Tradiciones Populares, vol. LXIX, n.o 2, pp. 327-348, julio-diciembre 2014,ISSN: 0034-7981, eISSN: 1988-8457, doi: 10.3989/rdtp.2014.02.004INTRODUCCINLaobsesinporelcontrolestatalsobrelapropiafertilidad,conelfindeconse-guirciudadanosproductivos,hacontaminadolospilaresmismosdelaexistencia,propiciandoladescontextualizacindelosnacimientosdelosdomicilios,parasertraslados a las fras instituciones hospitalarias. Esta migracin del parto, producida desdefinalesdelaSegundaGuerraMundial,sehadebidoalaurademisterioqueharo-deado a la atencin especializada dada por los mdicos en el seno de los hospitales,yalafalsaideadequeloshospitaleserancentroslibresdebacterias,apesardeque las infecciones obsttricas se presentaran tambin en el seno de los mismos (Vlezet al. 2005). La bsqueda utpica del riesgo cero ha provocado una autntica revolu-cin en el modo de dar a luz, transformndose el rol de las parturientas y los profe-sionales implicados en el proceso (Towler y Bramall 1997), hasta el punto de que endeterminadoscontextoselbienestarylosdeseosdelosindividuossehansacrifica-do gradualmente en aras de los intereses burocrticos y profesionales, adquiriendo latecnologa ms importancia que las necesidades de los individuos (Huntingford 1978:8).Porprimeravezlosalumbramientoscorrenelriesgodenoseralgoquehacenlasmujeres,quesimplementeacontece,sinoalgoquelosespecialistasleshacenalas mujeres, algo provocado, inducido (Tweedie 1974). Las razones argidas desde ladisciplinaqueostentaelpoderestatalsobreladimensincorporaldelserhumano,la biomedicina, se reducen a la defensa de que esta reclusin del parto en el hospi-tal ha reducido espectacularmente las cifras de mortalidad1. El supuesto pragmatismoprevaleceportantosobrelaexperienciadesdelosmismosalboresdelaexistencia,imponindose la mecanizacin fabril de los alumbramientos a la vivencia espontnea.No se trata de un tema trivial, ya que estn en juego los engranajes que dictan laforma en que se aborda el principio de nuestra existencia, y por ello no faltan vocescrticasquerebatanelsupuestopragmatismodeunabordajedelpartotanalejadode las pulsiones intuitivas. Desde este contrafuego ideolgico, se argumenta que existenevidencias de que la disminucin en la mortalidad materno-infantil no se puede achacaralaaplicacindelatecnologahospitalariasobreelparto,sinocomoafirmaelDr.Wagner(1989)excomisariodelaOrganizacinMundialdelaSalud(OMS)ensa-ludreproductiva,aotrascircunstanciascomounamejornutricin,unamayorsa-lud de las mujeres, una disminucin de la natalidad y algo muy importante, unas me-jores condiciones de la vivienda y la higiene2.1TalcomoapuntaAlferedo(1989)ladisminucindelamortalidadinfantilduranteelsigloXXsecifraenun71%enlospasesdesarrolladosyun51%enlossubdesarrollados.2 Autores como Fausto Dopico (2000) han puesto de relieve que el descenso de la mortalidadmaterno-fetal se generaliz mucho antes de la aparicin de los antibiticos y de cualquier medi-camento eficaz contra las infecciones. Como sealan autores como Michael Foucault (1990), JosepBernabu y Sonia Contada (1991), a pesar de que la reduccin fue atribuida a la medicalizacinhospitalariadelospartos,parecequeenestedescensoinfluyeronmslasvariablesdelmedioquelosavancesmdicos.Variablescomoelaumentodelniveleducativoque,comomuestraelestudiodeElenaRobles,JosepBernabuyFernandoGarcaBenavides(1996),tuvieronunpa-pelcrucialenladisminucindelamortandad,producindoseunareduccindelamortalidadinfantil de entre un 7% y un 9% por cada ao adicional de escolarizacin. Otros autores (Gmez1985)muestrancmoladisminucindelamortalidadinfantilenEspaa,durantedelsigloXX,sehadebidoalasmejorasenlaalimentacinyenlascondicionesdesalubridad,mientrasque329Revista de Dialectologa y Tradiciones Populares, vol. LXIX, n.o 2, pp. 327-348, julio-diciembre 2014,ISSN: 0034-7981, eISSN: 1988-8457, doi: 10.3989/rdtp.2014.02.004LAPARTENEGADADELPARTOINSTITUCIONALIZADO...Perolasperspectivascrticasprofundizananmsenestatramaydiferentesin-vestigaciones (Tew 1985 y 1990; Campbell y Macfarlane 1987; Olsen 1997) apuntan aqueelpartoenelhospitalhapodidoinclusoaumentarlamorbimortalidaddelasmadresylosbebs,noexistiendopuesevidenciadequeseamsseguroparalasmujeres parir en ste. La conclusin a la que llegan estos estudios es que una inter-vencinobsttricapuntualpuedesalvarlavidadedeterminadasmujeresysusbe-bs, pero cuando se interviene de forma sistemtica en casos de bajo riesgo, esa in-tervencin incrementa considerablemente el peligro de complicacin. De esta manera,el parto en casa podra considerarse tan seguro como en el hospital para mujeres debajoriesgo,peroenelhospitallasmujeresdebajoriesgoestaranexpuestasama-yorescomplicacionesduranteydespusdelmismo.Desdeestaptica,eldescensodelamortalidadmaternoinfantilnosehadebidotantoaloquehanhecholosobstetrasenelmediohospitalario,sinoalosautocuidadosqueempezaronapracti-carlasmujeresensuspropiascasas(Wagner1989).Lascontroversiassehanvistoavivadas,aunms,porlasdiferentesestrategiasdehumanizacindelpartopublica-das en los ltimos aos por parte de diversos organismos sanitarios oficiales3. Se tra-tadedocumentosquehanapostadoporlaadopcindepatronesdeasistenciaalnacimientomenosintervencionistas,pidiendoasuvezunmayoresfuerzoinvestiga-dorentornoalaformaenqueseestnasistiendolospartosyunarevisindelasdiferentes tecnologas que se aplican en los mismos.ExistepuesunautnticodebateentornoalaformaenqueseestenfocandolaasistenciaalpartoenOccidente.Comoencualquierdisputalasposicionesantitticas,esgrimidas por los que podramos catalogar como intervencionistas y naturistas del parto,dibujanenciertamedidalosextremosdelproblema,enunasociedadactualqueconfrecuencia lleva al extremo el principio de los opuestos, en oposicin al justo medioaristotlico.Laspesquisasintelectualesentornoaestenudogordianoyahancomen-zado, y las espadas dialcticas estn en alto, por lo que el esclarecimiento de la propiaidiosincrasiadelasdiferentesrepresentacionesyperspectivasasistencialespareceunalabor til, en aras de la mayor comprensin de nuestra propia sensibilidad.La compresin de todas estas escaramuzas ideolgicas parte, sin duda, de la asun-cindequeelparto,comocualquierotrarealidadsocial,seconstruyeyconfiguraen clave cultural. Por tanto, las representaciones que existen sobre el mismo no sonaleatorias, sino que se originan en una matriz contextual e histrica concreta, al for-marse dentro de un marco biosocial producido, tanto por factores biolgicos univer-sales,comoporfactoresculturalesparticulares(Jordan1993).Estasrepresentacionesideolgicas se instituyen en autnticos paradigmas obsttricos que dibujan el conjuntodeprcticasautorizadasduranteunperodoespecficodetiempo(Kuhn2005:10)para dar cobertura a los procesos del nacimiento. Un conjunto de prcticas que hansido agrupadas en diferentes paradigmas ideolgicos, que representan a su vez dife-rentescosmovisionesdelparto,situndoselasperspectivastecnocrticas,tpicasdela mortalidad intraparto no ha experimentado diferencias significativas, a pesar de la hospitaliza-cindelosnacimientosacaecidadurantelasegundamitaddesiglo.3 Entidades oficiales como la Organizacin Mundial de la Salud (1985, 1996), el Ministerio deSanidad y Consumo espaol (2007, 2010), la Sociedad Espaola de Ginecologa y Obstetricia (2008)o la Federacin de Asociaciones de Matronas de Espaa (2008) han editado documentos a favordeladesmedicalizacinyhumanizacindelparto.330 JOSMANUELHERNNDEZGARREyPALOMAECHEVARRAPREZRevista de Dialectologa y Tradiciones Populares, vol. LXIX, n.o 2, pp. 327-348, julio-diciembre 2014,ISSN: 0034-7981, eISSN: 1988-8457, doi: 10.3989/rdtp.2014.02.004labiomedicina,enelespectrodelamedicalizacindelaasistencia,encontraposi-cin con los enfoques humanizados y holsticos, situados en la bsqueda de una ar-monaentrelasnecesidadesdelasinstitucioneshospitalariasylasdelaspropiasmadres (Davis-Floyd 2001). Estas cosmovisiones se traducen en la prctica clnica enautnticasculturasdelnacimiento(Montes2007:10)oetno-obstetricias(McClain1975)4,querecogenlasdiferentesmanerasenquecadaculturaparticularestablecelos itinerarios asistenciales del mismo. Estos patrones culturales de atencin, en con-secuencia con las representaciones que los alimentan, cristalizan en diferentes arque-tiposasistenciales,comoelpartoinstitucionalizado-intervencionistaomedicalizado,tpicodelparadigmatecnocrtico,oelpartohospitalario-humanizadoydomiciliario,propiodelasvertienteshumanitariauholstica(Blzquez2009).Estospatronesseencuentran en continua pugna por la hegemona5 ideolgica, siendo en nuestro con-textoelpartoinstitucionalizadoeintervencionistalamodalidadmscomn,mayori-tariaylegitimadadesdelasegundamitaddelsigloXX(Martin1989).Estamosanteunpatrnasistencialquehaencontradosujustificacinclnicaenunsupuestopragmatismoepidemiolgicoconvenientementehigienizadodelascausasculturales,pero en cuya difusin y asentamiento han influido factores sociolgicos curiosamen-tenegadosdesdelascienciasbiomdicas.Estosfactoresyrazonesdefondoseex-ploran en el presente artculo, a travs de un anlisis documental exhaustivo, con elobjetivo de dilucidar las principales caractersticas y bases antropolgicas que susten-tan el modelo.Elanlisisdocumentalsecentrenelexamendedocumentospertenecientesadiversas reas de conocimiento como la antropologa, la sociologa, la obstetricia o lamatronera,revisndoselibros,monografas,tesisdoctorales,artculosindexadosenbases de datos del mbito de las ciencias sociales y mdicas (Antro Base: Social andCultural Anthropology, Current Contens, SOC-Antropologa social, Periodicals ArchiveOnline PAO, Pudmed, Cochrane), declaraciones, estrategias, guas de prctica cl-nica, programas, protocolos asistenciales, documentos utilizados en centros sanitarios(cartilla maternal, folletos informativos, etc.), e informacin manejada por las madresnopertenecientealoscircuitosformales(informacinvertidaporasociacionesrela-cionadas con la maternidad a travs de pginas Web y folletos no oficiales).4Lostrminosculturasdelnacimientooetno-obstetriciashacenreferenciaalasdiferentesrepresentacionessimblicasypraxisderivadasquecaracterizanaundeterminadoabordajecul-turaldelparto.5AntonioGramsciintrodujoelconceptohegemonaybloquehegemnicoparareferirsealasupremacaculturalquelasclasesdominanteslograbanejercersobrelasclasessometidas.Elconceptohasidollevadoalcampodelaantropologadelamedicinaporelantroplogoar-gentino Eduardo Menndez, para referirse a la hegemona que ejerce el sistema mdico occiden-tal,alquecatalogaconelapelativodeModeloBiomdicoHegemnico,sobreotrossistemasmdicosquequedanarrinconadosyconvertidosensubalternos.Noesuntemaajenoaloqueaquseplantea,yaqueelmodelodeasistenciadelpartoqueenestosmomentossecomportacomohegemnicoenOccidenteeselpartoinstitucionalizadoque,comonopodaserdeotramanera,eselidiosincrsicodelabiomedicinaoccidental.331Revista de Dialectologa y Tradiciones Populares, vol. LXIX, n.o 2, pp. 327-348, julio-diciembre 2014,ISSN: 0034-7981, eISSN: 1988-8457, doi: 10.3989/rdtp.2014.02.004LAPARTENEGADADELPARTOINSTITUCIONALIZADO...CARACTERSTICASYATRIBUTOSElpartohospitalarioesunaculturadelnacimientoquehasidoetnografiadaenlosltimosaosdesdediferentesperspectivas,entreellospuedencitarseanlisiscomoeldeFrancaPizzini(1989),quedescribelasdiferentesescenasdemedica-lizacinqueacontecenenlosparitoriositalianos,losdeTeresaJoaquim(1983),queabordalascreenciasyprcticasentornoalembarazoypartohospitalarioenPor-tugal,olosdeBrigitteJordan(1993),quecomparaelpartoencuatropasesdife-rentesMxico,Holanda,SueciayEE.UU.haciendounanlisiscrticodelexce-sivo intervencionismo del parto en EE.UU. Ya en el mbito espaol, destacan algunosestudioscomolosdeMaraLuzEsteban(1992),YolandaBodoque(1996),MaraJessMontes(2007),MaraIsabelBlzquez(2009)oJosManuelHernndez(2011),centradosenlositinerariosasistencialesdelpartoinstitucionalizado.Setrata,ende-finitiva,detodaunaseriedeetnografasquetratandedibujarelobjetodeestudioyquehanpermitidocaracterizaralpartoinstitucionalizadocomounaetnoobstetriciavertebradaportresatributoscardinales:lamedicalizacindelosprocesosnormales,laobsesinporelcontrolbiotecnolgicoylaorganizacinprotocolizadaymecani-zada del trabajo6. Estamos, pues, ante un modelo intervencionista e institucionalizado,atendidoporprofesionalesdelamedicinaespecializados(MSC2007:16),quecobravidaenlamedidaenquesusidiosincrasiasencuentranelhabitus7necesarioparasurealizacin.Porellosuspropiedadesnoshablandeunadoblefinalidad,lademediadorasenlaconstitucindelosescenariosdeorigen,yladepilaresdecuyomantenimientodepende,enltimainstancia,elmantenimientodelsistema.Analice-mos,portanto,cadaunodeestoscaracteres,detenindonosenlasimplicacionesquetienenparalamaternidad.TENDENCIA A LA MEDICALIZACINElnacimientonohaescapadoalatendenciamedicalizadora(Stoller1974),yapesar de ser uno de esos procesos que ni para el sujeto, ni para el clnico, constitu-yenunaenfermedad(Foucault1990),sehainstituidoenunejemploparadigmticodesta(Zola1981),entendidacomounaactividadquesehaidoexpandiendo,enaos recientes, a muchos problemas que antes no eran considerados como entidadesmdicas(MrquezyMenau2003:47-43),interponindoseimpdicamenteenelflujonaturaldelasinteraccionesmaterno-fetales.Deestamanera,lainjerenciaenelparto,producidatrassuhospitalizacinenlasegundamitaddelsigloXX(Va1972;Hernndez2012),haencontradosumodus6AutorascomoNancyStoller(1974:131-142)oBrigitteJordan(1993),trasestudiarelpartohospitalario en Estados Unidos, han otorgado diferentes atributos al parto hospitalario, entre losquedestacansutendenciaalamedicalizacin,suabordajeautoritarioyasimtrico,suobsesinporelcontroltecnolgicoylafragmentacindeloscuidados.7ElhabitusesunodelosconceptoscentralesdelateorasociolgicadePierreBourdieu.Por tal podemos entender esquemas de obrar, pensar y sentir asociados a la posicin social, quehacenquepersonasdeunentornosocialhomogneotiendanacompartirconcepcionesyesti-losdevidaparecidos.332 JOSMANUELHERNNDEZGARREyPALOMAECHEVARRAPREZRevista de Dialectologa y Tradiciones Populares, vol. LXIX, n.o 2, pp. 327-348, julio-diciembre 2014,ISSN: 0034-7981, eISSN: 1988-8457, doi: 10.3989/rdtp.2014.02.004operandienlaprogresivaproblematizacindelareproduccin,comoinstrumentoindirecto de control social (Esteban 1996). Las nuevas coordenadas orgnicas han lle-vado a definir la morfologa femenina como tendente a la patologizacin (De Miguel1979) y a las mujeres como vctimas en s mismas por su naturaleza biolgica pasiva(Douglas 1996; Burin et al. 1990; Stolcke 2003). Vivimos, pues, una distorsin por laque los ritos alumbratorios son considerados como un periodo liminal o etapa de tran-sicin(Imaz2001),bloqueando,as,elmiedoalaincertidumbre,losrecursosancestrales y las capacidades decisorias. Estamos ante una experiencia extra-corporal,anteundesdoblamientoporelquelasmujeresvivensusembarazosypartosatra-vsdelosespecialistas,careciendosussensacionesdevalorobjetivo.Setrata,endefinitiva, de un viaje astral, de una apropiacin de sus propios sentidos que revistealosprofesionalesenexpertosdelconocimientodelascosastalycomoelloslasdefinen,yalasmadreseninvalidas,dependientesdelmdico,paracurarmanifes-taciones propias de su cuerpo (Juan 1991: 38).Desdeestaperspectiva,laasistenciaseconstruyeatravsdetodaunacascadadeintervencionesqueelevanprogresivamentelosriesgos(Inch1982),realidadquees vivida como parte natural del proceso, y no como una cosmovisin cuya conse-cuenciafinaleslaiatrogeniainstitucionalizada.Esunescenarioquenoseapoya,como sera previsible, en las pruebas empricas del positivismo, sino en la mstica delos metarrelatos del modernismo, no existiendo, de hecho, ninguna evidencia de lasventajasdelintervencionismosistemticoenlospartosnormales(Thomson2000).Estamos,pues,anteunarepresentacinteatralquegenerasentimientosdeinseguri-dad y desconfianza, promoviendo, a su vez, la delegacin forzada del poder intuitivomaternoalpersonalsanitario(Narotzky1995).Setrata,sinms,deunhabitus,me-diadoporelpasoatravsdediferentesescenasdeadaptacindurantelaestanciaenlassalasdeparto(Pizzini1989),quegarantizaelcontroldelasnefitasporme-dio de la normalizacin de su conducta bajo la gida de las nociones de la tecnociencia(Esteban 1992). La justificacin del uso de la medicalizacin indiscriminada en el partohayquebuscarla,portanto,enelcontextodelejerciciodecontrolque[sobrelamaternidad] ejerce el sistema [hospitalario], de quien se espera que d solucin a unasmanifestaciones fsicas que, aunque normales, se viven como irregulares y amenazantes(Montes 2007: 44).OBSESIN POR EL CONTROL BIOTECNOLGICOOtradelascaractersticasquevertebranestaculturadelnacimientoessupro-pensin a significar los partos desde la perspectiva tecnolgica. Predisposicin, cuyoorigensepuedesituarenlaintroduccindelatecnocienciaenlosalumbramientos,y ms concretamente en la creacin de los primeros bioinstrumentos aplicados a s-tos,comoelfrcepsoelcloroformo(Narotzky1995;Hernndez2012).Desdeesemomento la tecnologa ha ido cobrando cada vez ms relevancia en el manejo de lareproduccin(Oakley1984),apoyada,comono,enlosdiscursosdelaprevencinde riesgos.Esta obsesin por el control biomecnico de los cuerpos maternos ha encontradosumodusvivendienlanecesidaddeaportardatosobjetivossobrelasdesviaciones333Revista de Dialectologa y Tradiciones Populares, vol. LXIX, n.o 2, pp. 327-348, julio-diciembre 2014,ISSN: 0034-7981, eISSN: 1988-8457, doi: 10.3989/rdtp.2014.02.004LAPARTENEGADADELPARTOINSTITUCIONALIZADO...biolgicasdelparto.Desviacionesquelatecnologa[posibilita],alpenetrarenelcuerposacandoalaluzsealesquesoncodificadasysignificadasatravsdelossaberes culturalmente establecidos (Montes 2007: 197). Se trata de un escenario quepermiteelcontrolbiomtrico,elestudiodelosrasgosantropomtricossusceptiblesdeserestablecidosycomparadosmedianteinstrumentosymediostcnicosadecua-dos, posibilitando, as, cuantificar, en trminos matemticos, las caractersticas fisiol-gicasy/ocomportamentales(Fernndez2007:88)delasmadres.Ellohapermitidoqueporprimeravezseimpongaeldatoproducidoporlaspruebastcnicas,comoecografas, monitores o analticas, que es lo real frente a la prctica sanitaria tradicio-nal basada en la clnica y observacin del paciente, denostada por el enfoque tecno-lgico(Blzquez2009:89).As,laverdaderapatologaserevela,ahora,atravsdeloshallazgosfsicosdetectadosporlosartilugiosmecnicos,orientndoselasactua-ciones clnicas en relacin con este conocimiento objetivo (Good 2003) que se cen-trar, en adelante, en el continente del feto -el tero- mientras las madres se diluyencomounazucarillo.Losriesgosdeestasperspectivasnoestribanenlatecnologaensmisma,sinoen la reduccin de las madres a un conjunto de datos, [ hasta el punto] de que seconciban a s mismas bajo el signo de la tcnica (Fernndez 2007: 88). Estamos anteunodeloscortocircuitostericosquelabiometrapodraactivar,lasimplista,peroseductora confusin, entre lo que es medido, y el ser humano mismo (Saraceni 2005:88).Unadistorsinquepuedeconduciralacreacindeuncuerpocadavezmsmanipulable a travs de la tecnologa, una tecnologa que se interpone e interrumpeel flujo de las interacciones (Marchesini 2002: 245). Se trata de una nueva forma deafrontarlamaternidad,elpartobioltico8,cuyarepresentacinsesustentaenunasimbiosisdelasparturientasconlasmquinasquelasequiparaaobjetosinertes.Elriesgo de la biometra radica, en definitiva, en el hecho de que los expertos dejen demirar a las gestantes a los ojos, para desplazar su atencin hacia un sinfn de artefac-tos mecnicos que nada entienden de su subjetividad, ni de sus necesidades emocio-nales, reduciendo as, de forma definitiva, lo que quedaba del homo patiens a simpleinformacin.Esta obcecacin por el control biotecnolgico parasita a las propias gestantes, que,inducidasporlaentelequiadelosartefactos,experimentanunaencarnacintecno-lgica(Montes2007:192-195)quelesllevaaquesusvivenciasyanodependandelasensibilidadinmediata,sinodelosdatosbiomtricosaportadosporlosartilugiosmecnicos. As, las percepciones de las madres quedan condicionadas por los frecuen-tesexmenesqueplasmangrficamentesuestado,estandosussensacionessupedi-tadasalasdefinicionesbiotecnolgicas.Elprocesosegarantizaatravsdeunaes-pecie de catequesis obligatoria de desorientacin, en el curso de la cual las madresson iluminadas sobre la vida en sus entraas (Duden 1996: 91). El objetivo de estacatequesiseselestablecimientodeunadialcticasustentadaenladesconfianzaso-bre el discurso sentivo-corporal, que es sustituido por los datos que dictan los resul-tados de los exmenes de la ciencia emprica. El abuso de la biotecnologa tiende as8 Trmino acuado por el periodista y escritor francs Herv Kempf (1998) para referirse a lasimbiosis entre el hombre y la mquina, a la equiparacin entre lo vivo y lo mineral que generaunanuevaformadetranshumanismo.334 JOSMANUELHERNNDEZGARREyPALOMAECHEVARRAPREZRevista de Dialectologa y Tradiciones Populares, vol. LXIX, n.o 2, pp. 327-348, julio-diciembre 2014,ISSN: 0034-7981, eISSN: 1988-8457, doi: 10.3989/rdtp.2014.02.004areforzarunavisindelamaternidadcomoenfermiza,hechoquejustificalabiointervencinyconvierte,tantoalasmadrescomoasuscriaturasnonacidas,envctimas de problemas y enfermedades (Corea etal. 1987).Estamos,pues,anteunafrontamientobiotecnolgicoquereafirmalasubordina-cinmaterna,altransformarunprocesointuitivoenalgoque,peseasucederenydesdeelcuerpodelasmujeres,esinterpretadoymanejadodesdeelsaberdelosasistentes. Las mquinas sirven, por tanto, para potenciar el poder de la tecnocienciaen las definiciones de la salud y la enfermedad, al anular el saber y la autonoma delas mujeres. Desde esta doctrina, stas tienen que consultar peridicamente a los sa-nitarios, que son quienes dan explicacin de lo que acontece, lo que sucede en suscuerpos.Elloproporcionaunpoderprximoalomgico-religioso,dandoalosex-pertos un hlito de divinidad derivado de la capacidad de interpretacin de los gali-matasvenidosdelmsalldelaspantallasinstrumentales.Noesdeextraar,portanto,quedesdeestasposicioneselfetonotengamscomoportavozalamadresino al clnico (Imaz 2002: 4).El uso de la tecnologa se ha convertido, as, en un instrumento social, poltico yeconmico(GinsburgyRapp1995).Demaneraquelastecnologassirven,tambin,a intereses socioeconmicos de determinados grupos, teniendo las madres que pres-cindirdesuprotagonismoenarasderditosburocrticosyprofesionales(Gonzlezde Chvez 2001). Y es que tener hijos se ha convertido en algo ms que un objetivodelasmujeres,sehaconvertidoenunproyectodelassociedadescapitalistas,conraces en polticas eugensicas, respaldado desde las ciencias clnicas (Rapp 1999). Estecontrol se produce desde la misma concepcin, por medio de las tcnicas de repro-duccinartificial,perotambinduranteelembarazo,cuandolosfetossonseleccio-nadossegnsusposibilidadesproductivasatravsdetcnicascomolaecografaolasamniocentesiseugensicas,yporsupuestoduranteelparto,dondeelcontrolbiomtrico determina la viabilidad de un feto sano y funcional.Queda,pues,bienpatenteelriesgodelabusodelabiotecnologaenelmbitode la maternidad. Abuso que, en ltima instancia, puede propiciar la limitacin de laexperiencia a la simple biometra, vehiculizndose, as, una encarnacin tecnolgicaque asegure la subordinacin de las madres a los intereses del poder tcnico-estatal.ORGANIZACIN DEL TRABAJO PROTOCOLIZADA Y MECANIZADAIgualqueocurraconlamedicalizacin,elpartoconstituyetambinunejemploparadigmtico de protocolizacin-mecanizacin de la atencin clnica (Zola 1981). Estarigidez se ha producido como consecuencia de la especializacin y fragmentacin delcuidado, acaecida tras la hospitalizacin definitiva de los procesos de salud-enferme-dad,yquehallevadoahacerrutinarioslosprocesosasistencialesatravsdetodaunaseriedeprotocolos,procedimientosypruebas,cuyoobjetivoesalcanzarlauniformizacin de los itinerarios clnicos (Esteban 2001). Se ha conseguido, as, darlacondicindeasistabilidadalparto,condicinquenodependenecesariamentede un substrato biolgico o psquico, sino de la existencia de un conjunto de reglas,necesariamentearbitrarias(Comelles1985:140),ycuyofinltimoesgarantizarquelamadreseaincluidaenelrecorridohospitalarioestipulado.Desdeestaperspectiva335Revista de Dialectologa y Tradiciones Populares, vol. LXIX, n.o 2, pp. 327-348, julio-diciembre 2014,ISSN: 0034-7981, eISSN: 1988-8457, doi: 10.3989/rdtp.2014.02.004LAPARTENEGADADELPARTOINSTITUCIONALIZADO...sehanespecificadoclaramentetodaslaspautas,controlesypruebasquesereco-miendanalolargodelembarazoyparto,ascomolasposiblesdiferenciasocam-biosqueencadamujersepuedendar,ycmoyculdebeserlaactuacinento-dos los casos (Montes 2007: 55). Se instituyen, as, los protocolos en guas de obligadocumplimiento para los equipos sanitarios, que planifican sus actividades en un ordenpreestablecido y mecanizado. No ha de extraar, pues, que los partos estn impreg-nados de experiencias de sometimiento a innumerables tareas repetitivas, quehaceresquelosprofesionalesdebenrealizaramparadosenlasimplejustificacindequeelprotocolo lo establece.Estamos ante una degeneracin ritual por la que los procesos alumbratorios se hanimplantadodetalmanera,quelasmadres,desdeelprimermomentodelembarazo,seponenencontactoconlosprofesionalesparaquelesorganicentodounprogra-ma automtico de visitas. Secuencia mecanizada que es, adems, registrada en docu-mentos escritos, como las cartillas maternales, las historias clnicas o los partogramas,manuscritos que se convierten en autnticos instrumentos fiscalizadores y controladores,alaportartodoslosdatossobreelgradodecumplimientodelositinerarios,convir-tiendo, as, a las gestantes en objetos de estrecha vigilancia. La mecanizacin no sloafecta a la praxis, sino tambin a los discursos, ya que en los protocolos se especifi-ca que es necesario vehicular la informacin, es decir dar una informacin preestable-cida que evite el libre albedro informativo de los profesionales. Se trata, en definiti-va,deungalimatasburocrticolegitimadoporlosespecialistasyporlacreenciapopularenelpoderdelatecnocienciaparaprevenirycurarnuestrasimperfeccio-nes,porelloelenfoqueraravezescuestionado,colaborandoenelprocesohastalas propias madres que acatan y se someten a todas las pruebas, y exploraciones n-timas, que dicte el protocolo.Los protocolos se convierten, as, en materia de obligado cumplimiento, debiendoasumir las madres de forma vertical, y al margen de sus opiniones, conocimientos oestadoclnico,todoslosdiscursoseideologasinstitucionales.Discursosquedebeninteriorizar, dando muestras fehacientes de participacin y responsabilidad en su apren-dizajeyreproduccin.Elmiedoalriesgoylasconnotacionesmoralesderecrimina-cinquepuedeconllevarelnocumplimientodelasnormas,favorecelamanipula-cinmoral.Laobligatoriedadenelcumplimentoafectatambinalospropiosprofesionales,alconvertirselaspautasquedictanestosdocumentosenunaespeciedereglamentoformalqueadquieretintesdeley.As,suacatamientoseconvierteenunaresponsabilidadquegarantizaunaatencindecalidad,convirtindoselossanitariosenautnticosguardianesdelordenestablecido,sobretodoenelcasodelas profesiones paramdicas, que asumen de forma diligente el papel de controladoresde la observancia de las indicaciones9.Lamecanizacindelaasistenciacontribuyetambin,enparte,alaliberacindelas responsabilidades profesionales. En una sociedad en la que las demandas por malapraxis obsttrica se han convertido en una conducta habitual (Cunningham 1998; Martin1987),llevaracabotodoloquedictanlosprotocolosprotegedeposiblescontra-9AutorescomoSarlet,GarcayBelando(1996),trasunanlisisantropolgicodelosproce-sosasistenciales,hanconcluidoquesonlasprofesionesparamdicaslasquecumplenelpapeldedifundirlasideologasbiomdicasrelacionadasconlositinerariosdeatencin.336 JOSMANUELHERNNDEZGARREyPALOMAECHEVARRAPREZRevista de Dialectologa y Tradiciones Populares, vol. LXIX, n.o 2, pp. 327-348, julio-diciembre 2014,ISSN: 0034-7981, eISSN: 1988-8457, doi: 10.3989/rdtp.2014.02.004tiempos, justificando unas decisiones clnicas que forman parte del engranaje normal.De esta manera, aunque son los expertos los que dictan las pautas, no se hacen res-ponsables de lo que en ltima instancia pueda ocurrir, descargando sistemticamentelasresponsabilidadessobrelasmadres,quedebenfirmarmltiplesconsentimientosinformadosycumplirsinrechistarlosformulismos.Seproduceasunaconversindelaspacientesenobjetospasivosysumisosdeintervencin,enmquinascorpo-rales que deben ajustarse a unas prcticas que se aplican como si de un solo cuerpose tratara. Nocin que refuerza la actuacin del clnico sobre el cuerpo, al convertir-se en una especie de mecnico-tcnico que arregla la mquina (Martin 1987).La consecuencia final es una falta de la individualizacin asistencial desde la quenosepuedenintegrarlasdiferentesnecesidades,emocionesyopinionesmaternas.Estamosanteunarigidezconceptualquepartedeunaconcepcinmecanicistadelcuerpoydelhospitalcomounafbricadesacarnios(Montes2007:246).As,elnacimiento transcurre como un proceso rgido, como un trance inflexible dictado porfrreos protocolos, cuyo curso se vertebra a travs de una ceremonia ritual desde laquecobransentidomuchasdelasrigidecesqueformanparteestructuraldelaasis-tenciadelosprocesosreproductivos.Asistimos,pues,aunadeshumanizacindelaasistencia (Hernndez 2009) en la que las rutinas, caractersticas del parto biotecnol-gico, dejan de ser actuaciones puntuales para convertirse en prcticas cotidianas quesenormalizanynaturalizan(Blzquez2009:293).BASESANTROPOLGICASTrasunitinerarioasistencialtanalejadodelosritmoseinstintosmaternalesseescondetodaunaserierepresentacionesideolgicasdelasquedepende,enltimainstancia,lacomprensindelosatributoslitrgicosdeestaetno-obstetricia.Filoso-fas de fondo que, a pesar del discutido pragmatismo del modelo asistencial, subyacenalapropiadinmicadelritualynutrenlascaractersticaslitrgicasrelatadasenelapartadoanterior.Basessociantropolgicascomolabiopoltica,uobsesinporelcontrol estatal de la reproduccin, que alimentan la tendencia a la medicalizacin, elposthumanismo, o propensin por significar a las madres a travs de la tcnica, quesostienelatendenciaalatecnologizacin,oelproductivismo,orepresentacindelparto como un proceso productivo ms, que mantiene la conceptualizacin del naci-mientoenclavedemecanizacin.Examinemosporseparadocadaunadeestasba-ses antropolgicas con el fin de desentraar el lado negado del parto institucionalizado,yconelobjetivodeesclarecerlosautnticosinteresesycosmovisionesquelosus-tentan.BIOPOLTICACuandohablamosdebiopolticanosreferimosalaformaenquelasorganizacio-nes nacionales y estatales se han ido introduciendo en el control de los procesos bio-lgicos,conelfindegarantizarciudadanostilesyproductivos.ParaelloelEstadohagarantizadolahegemonadelpodertcnicoyprofesionaldelosespecialistas,que337Revista de Dialectologa y Tradiciones Populares, vol. LXIX, n.o 2, pp. 327-348, julio-diciembre 2014,ISSN: 0034-7981, eISSN: 1988-8457, doi: 10.3989/rdtp.2014.02.004LAPARTENEGADADELPARTOINSTITUCIONALIZADO...hacumplidosobretodofuncionesdecontrolylegitimacin(Menndez1984:36),imponindose as la ciencia al individuo, enfermo o sano, como un acto de autoridad(Foucault 1990: 60). De esta manera, la sapiencia clnica se ha ido dotando de un poderautoritario con funciones normalizadoras que han ido ms all de la existencia de en-fermedades (Foucault 1990: 180), y que responde a los intereses y necesidades de lasnaciones.Supoderdenormativizacinhacomprendidotantolaenfermedadcomolasalud,pretendiendoelcontroldeloscuerposquehansidodomesticadossegnlasnecesidadesdelordensocialypoltico(Scheper-HughesyLock1987).Estamosanteunaestrategiaporlaquelaprofesinhipocrticasehaidoconvirtiendo,entrenoso-tros, no slo en un segmento importante de nuestra cultura sino en el dominante, noestando incluso muy lejos de ser l toda la cultura (Laplantine 1999: 380-381). Hasta elpunto de que ha sido organizada de la misma manera que el clero e investida, en elnivel corporal y de la salud, de los poderes que ste ejerce sobre las almas (Foucault2007: 42). As, se ha asegurado que el control estatal no se opere simplemente desdelaconcienciaylaideologa,sinoqueseejerzatambinsobreelpropioorganismo.Organismoquesehaconvertidoenunarealidadbiopoltica,alavezque[laclnica]se transformaba en un estrategia biopoltica (Foucault 1990: 125).Esta tendencia ha afectado de lleno a la reproduccin, cuyo control se ha conver-tido en una medida poltica de proteccin a las criaturas por nacer, puesto que sonconsideradas como bienes sociales necesarios (Montes 2007: 116). Por ello, el siste-ma sanitario vigila las condiciones de produccin, y las de la mujer que aporten da-tos sobre el hecho de que el feto se desarrolla adecuadamente, y que los embarazosse ajustan a la finalizacin del proceso (Blzquez 2009: 95). Aunque suene un pocodrstico, se podra decir que estamos ante una nueva explotacin de las mujeres confinesdereproduccinsocial(Tabet1985).Unaexplotacinquelascienciasempri-cas han perpetrado a travs de la medicalizacin sistemtica de los teros maternos,a fin de garantizar unos estndares de produccin. Se ha generado, as, una eugene-siaculturalapoyadaenlainseguridadqueproducendiscursoscomoeldelriesgoyeldolor10,que,asuvez,garantizanelacatamientoysumisinalaspautasestatalesyprofesionales.Yesquelaideadelriesgoenlospartosnormaleshaconducidoadarprotago-nismoalaenfermedadfrentealasalud,dejandodeserlareproduccinunaexpe-rienciacotidianadelavidadelasmujeres,comoocurraenpocasanteriores(Blzquez2009:101-102),paraconvertirseenunaenfermedadms.Setratadeuncaminosinretornoporelquelaposibilidadderiesgohadesestructuradolaseguri-dad cotidiana, haciendo dciles a las mujeres en manos de los especialistas (Taussing1995).Lasituacinancobramayorimportanciacuandolosdiscursosdelaspolti-cassanitariasqueregulanelnacimiento,nocontemplanelriesgoceroycuando,adems, los programas de prevencin delegan la responsabilidad en las propias pa-cientes (Montiel 1997), que son culpabilizadas de los daos si no acatan las directri-ces estatales. As, las estrategias de prevencin de riesgos se convierten en instrumentos10 La antroploga y comadrona Mara Jess Montes (2007: 40-50) hace una interesante reflexinsobrecmoestosdosdiscursoshandifundidolainseguridadenlasmadres,hastaelpuntodeque sus recursos naturales quedan anulados, arrojndose como blsamo redentor al aura de su-puestaseguridadqueledaelcontrolbiomdicodelproceso.338 JOSMANUELHERNNDEZGARREyPALOMAECHEVARRAPREZRevista de Dialectologa y Tradiciones Populares, vol. LXIX, n.o 2, pp. 327-348, julio-diciembre 2014,ISSN: 0034-7981, eISSN: 1988-8457, doi: 10.3989/rdtp.2014.02.004polticosdecontrol,alsertodoenlavidasusceptiblederiesgos.Desdeestapers-pectiva, el proceso reproductivo es entendido como una situacin de especial interspara los Estados, por lo que supone de reemplazo de los individuos, en cuanto a suvaloreconmicocomofuerzadetrabajo.Todoelloinvisibilizaelhechodequelaprevencin de los peligros genera, a su vez, nuevos riesgos, desoyendo as los efec-tos iatrognicos de la injerencia clnica (Illich 1978).Otra de las herramientas gnoseolgicas que ha garantizado la sumisin materna alamedicalizacin,hasidoeldiscursosobrelaabolicindeldolor.Disertacinque,comocualquiercognicin,haevolucionadoparalelamentealprocesoculturalytec-nolgico,perdiendo,ennuestrocontexto,lasconnotacionesdepurificacin,expia-cin del pecado, y fortalecimiento del vnculo madre-hijo, que tena bajo la ideologacristiana (Roca 1996), para ser concebido ahora, desde las ciencias clnicas, como algoinnecesario, inaceptable y devaluado (Winston y Parris 2000). Sinsentido, que redun-daenunaumentodelaviolenciadelosritualesalumbratorios(LeBreton1999),mediandoeneltrnsitodeldoloralsufrimientoqueseproducecuandolasmadrespierden el control, al depender de agentes externos para su alivio (Montes 2007). Laconsecuenciafinaleslainstauracindeuntratamientoestandarizadodeldolor,quejustifica la medicalizacin de los partos y que desvaloriza otros aspectos en su reduc-cin, como la autogestin de la mujer u otras tcnicas de afrontamiento no biomdicas.Se refuerza as la autoridad del experto y la visin del parto como algo negativo, comoun mal del que slo los tcnicos pueden liberar a la mujer, fortaleciendo una actitudpasiva que engrandece la autoridad profesional sobre los cuerpos grvidos.Estamos,pues,anteunaespiralqueseautoalimenta,anteunahliceconceptualpor la que la biopoltica la obsesin del Estado por controlar los cuerpos gestantesencuentrasuestatusdeposibilidadenladelegacindelpoderenlascienciasclni-cas, que ejercen su control, y autoridad, a travs de la medicalizacin sistemtica delos partos normales. Injerencias que son justificadas, a su vez, por discursos como eldelriesgoyeldolorque,alacrecentarlasinseguridadesmaternas,hacenmaleableslasvoluntades.Secierra,as,uncrculoviciosoquelegitimalaeugenesisestatalso-brelareproduccin,realidadquesernegada,comotal,mientraslosexpertoslaavalen.POSTHUMANISMOElposthumanismoesunafilosofaquepretendelasuperacindelohumanoatravs de la exaltacin de la tecnologa, como medio de liberacin de la persona frentea sus limitaciones y deficiencias fsicas y morales (Ballesteros 2007). Estamos ante unacorrienteideolgicacuyoorigenpodemossituarenFrancisBacn11yqueproclamaelocasodelorganismotalycomoloconocemos(Caronia2001),despreciandolapropiabiologacorporal(Punzi2003).Laactitudquesubyacealposthumanismoesla del control sobre la naturaleza con que despunt la ciencia moderna, slo que ahora11ElclebrefilsofoypolticoFrancisBaconrecogeensulibroLanuevaAtlntida(1960)lasbasesdelospostuladosposthumanistas,quesefundamentaneneldespreciohacialanatu-ralezayloorgnico.339Revista de Dialectologa y Tradiciones Populares, vol. LXIX, n.o 2, pp. 327-348, julio-diciembre 2014,ISSN: 0034-7981, eISSN: 1988-8457, doi: 10.3989/rdtp.2014.02.004LAPARTENEGADADELPARTOINSTITUCIONALIZADO...extendida a la propia naturaleza humana, con la que se pretende hacer tanteos paraaveriguar sus posibilidades de mejora (Ferrer 2007: 156). Se trata de una nueva vuel-tadetuercaeneseprocesodeabominacindelohumano,demaneraquelano-cindelyo,conqueseinaugurabalaModernidad,buscaahoradesligarsedeloscaucesderealizacinqueofrecesupropia[ndole]compartida,renunciandoacom-prenderse desde su identidad biolgica especfica (Ferrer 2007: 157).El posthumanismo se presenta, de esta manera, como un proyecto de mejora delhumanismoconracesenideologasdeconstructivistas12.As,sidesdeelhumanis-mo se propugnaba que toda [persona], en cuanto tal, tena una dignidad inalienabley por tanto no poda ser tratada como un medio, ni instrumentalizado en ninguna desusformas(Ballesteros2007:26),ahoradesdeelposthumanismoserechazanlasdeficienciasfsicasymorales,buscandosusuperacinatravsdesuexaltacinbiomecnica.Elproblemaseplanteaporqueelindividuohaidentificadosunatura-leza humana con la inseguridad y la vulnerabilidad, por lo que la rechaza y no quie-reidentificarseconella(Viola2007:56).Partiendodeestaspremisas,losposthumanistaspretendenutilizarlatecnologaparapotenciarelcuerpohumano,curndolo, de una vez por todas, de sus debilidades constitutivas (Saraceni 2007:145).Se trata de una nueva manipulacin tecnolgico-mecnica, que persigue la simbiosisdel individuo con la mquina, el cyborg. Estamos, en definitiva, ante un reduccionismoontolgicoquepretendereducirlarealidadhumanaasimpleinformacin,anteunproyecto de dudosa eugenesia que cede a las exigencias de la urbanidad.Estas ideologas posthumanistas han encontrado su caldo de cultivo en el mbitodelnacimiento,redundandoenunusoinhumanistadelatecnologaquevulneraladignidaddelasmadres(Habermans2002)alcosificarlas,equiparndolaseinterpre-tndolas a travs de las mquinas. Se ha producido, as, la paradoja de que han ad-quiridomsimportancialosdatosbiomtricos,aportadosporlatecnologa,quelassensaciones de las propias gestantes. La consecuencia final ha sido el desplazamien-todelasmiradashacialosartilugiosmecnicos,producindoseladilucindelasparturientas tras los cortocircuitos tecnolgicos que parasitan sus propios organismos.Estamosanteunaprofanacindeloscuerposgestantes,queseconvierten,desde12EnestacorrienteposthumanistasesitancientficoscomoNorbertWiener,JulianHuxley,Marvin Minsky o Hans Moravec que pretenden la superacin de lo humano a travs de la mani-pulacintecnolgico-mecnica.ElmatemticoestadounidenseWieneresconsideradocomoelfundador de la ciberntica y a l se deben los deseos de superacin del humanismo a travs delaInteligenciaArtificial.DeseosqueplasmaenlibroscomoCiberntica.Elusohumanodelosseres humanos (1969) y El control y la comunicacin en animales y mquinas (1985). Por su parte,el bilogo britnico Huxley consideraba que esta simbiosis biolgica y mecnica (bioltica) cons-tituira la superacin de la humanidad, dando lugar a un nuevo transhumanismo. Posicionamientostericos defendidos en su libro New Bottles for new win (1957). En esta misma lnea, el cientficoestadounidenseMinskyseautoproclamaungrandefensordelasimbiosisentreelhombreylamquina, desde posturas que devalan el cuerpo y el cerebro, demostrando su contrariedad porlasubjetividadhumana.IdeasdefendidasensulibroLasociedaddelamente,lainteligenciahumana a la luz de la inteligencia artificial (1987). Por ltimo, el investigador australiano Moravecdesea traducir la subjetividad humana a bits, con el objetivo de que la conciencia humana pere-grinedesdelacarnehastalamquina,considerandoelcuerpohumanocomounaantiguallayvaticinandolasuperacindelhombreporelcyborgenel2050.Argumentosdefendidosenli-bros como MindChildren (1988).340 JOSMANUELHERNNDEZGARREyPALOMAECHEVARRAPREZRevista de Dialectologa y Tradiciones Populares, vol. LXIX, n.o 2, pp. 327-348, julio-diciembre 2014,ISSN: 0034-7981, eISSN: 1988-8457, doi: 10.3989/rdtp.2014.02.004ahora, en simples contenedores biolgicos que son interpretados mediante los datosaportados por las proyecciones mecnico-tecnolgicas. Se corre, as, el riesgo de quelaspacientessedistanciencadavezmsdelaexperienciadesuentornoydesupropia corporalidad, hasta el punto de que les cueste encontrarse a s mismas (Barrett1987).Elriesgoesquelatecnologaacabepordisolvertodoconfn,todaviejaba-rrera:natural-artificial,mente-cuerpo,fabricado-creado(Amato2007:77),demaneraque las parturientas, confundidas por la masa, desaparezcan tras los instrumentos. Setrata del modo en el que las intervenciones biotecnolgicas, de la era posthumanista,modificanlarelacinconlapropiacorporeidad(Warwick2002).Estamoshablandode prtesis, es decir estructuras artificiales que sustituyen, completan y potencian, enparteototalmente,unadeterminadaprestacindelorganismo(Maldonado1999)materno. Se trata, en definitiva, de la bioltica que equipara lo vivo a lo mineral (Kempf1998), surgiendo as un conflicto entre la especial dignidad de las madres y el proce-so tecnolgico (Arendt 1978). Esta nueva perversin ideolgica no es algo menor, sinoun modus operandi que lleva a la idolatra tecnolgica, a la deshumanizacin defini-tivadelosprocesosreproductivos(Hernndez2009:55).Loqueaquseplanteaeslaconversinenexploradoresdelodesconocido(Giddens2000),latransformacinen apstatas de la ltima frontera, el propio cuerpo gestante, en un afn por supe-rar su propia finitud e imperfeccin (Saraceni 2005: 55). Se trata de la consideracin[delasmadres]comoobjeto,[loque]suponeunanegativaatratarlascomo[sereshumanos]consudignidad(Marcel2002:245-246),lanegativaaconcebirlascomofines objetivos, esto es, seres cuya existencia es, en s misma un fin, y un fin tal queen su lugar no puede ponerse ningn otro fin para el cual debieran ellas servir comomedios (Kant 1992: 64). Estamos pues, ante un circunloquio que reflexiona sobre elhecho de que el binomio maternofetal no se reduzca, desde delirios posthumanistas,aunasimplesecuenciabiomtricalegiblenicamentedesdelosartefactos.Reduccionismo que llevara a concebir la tecnologa ms all de sus usos lcitos, paraconvertirla en una nueva religin (Noble 1999).PRODUCTIVISMOElproductivismopuededefinirsecomounaticaenlaqueeltrabajocumpleunpapelcrucial,alexpresarlaprimacadelaindustriaylaproduccinenlasociedadmoderna (Giddens 1994). Desde esta perspectiva la productividad medible es el lti-mo fin de la organizacin humana, entendiendo que la mayor produccin posible esnecesariamentebuenaparalasociedad,porloqueeltrabajodebeorganizarseenpos de este objetivo. El origen de esta filosofa hay que situarlo en las reglas del jue-gocapitalista,convirtindose,ennuestrosdas,enunacaractersticadominantequevrtebra todos los discursos sociales (Climent 1999).Uno de los discursos ms afectado por esta filosofa ha sido el de la salud, hastaelpuntodequesehaarticuladotodalaatencinsanitariaentornoaella.As,lositinerarios asistenciales han sido organizados como un trabajo ms, en el que el tiempo,el coste y el rendimiento se han convertido en elementos centrales. Ello ha propicia-doquelosprofesionalesestnmspreocupadosporelcumplimientodelosobjeti-vos,reflejadosenprotocolos,queporeltipodeatencinprestada.Demaneraque341Revista de Dialectologa y Tradiciones Populares, vol. LXIX, n.o 2, pp. 327-348, julio-diciembre 2014,ISSN: 0034-7981, eISSN: 1988-8457, doi: 10.3989/rdtp.2014.02.004LAPARTENEGADADELPARTOINSTITUCIONALIZADO...elhospitalsehaconvertidoenunaespeciedefbrica,dondetodoslosesfuerzoseintereses residen en el producto final, la salud, olvidando el proceso. Estamos, pues,anteunacrisisdelaclnicaenlaqueseeconomizaelencuentroclnico-paciente,relacin que se articula en torno a los resultados de las pruebas y exmenes.Saturado por estas tendencias, no es de extraar que se haya organizado todo eltrabajo hospitalario en base a las leyes de la oferta y la demanda, transformndose laevaluacin econmica de las actuaciones sanitarias, tanto en trminos de efectividad,consecucindelosobjetivos,comodeeficiencia,enloprioritario,porloqueello-grodelosfines,conelmenorgastoposible,hacobradoprotagonismo(Olivaetal.2008).As,laeficaciayelcontroldeloscostessehanconvertidoenlosaspectosbsicosquedeterminanlatomadedecisionesdelossistemassanitariospblicos,yfrutodeellolosprocesosasistencialeshansidoclasificadosenlosllamadosGruposdeDiagnsticosRelacionados(GRD),etiquetasque,utilizandovariablesdemogrfi-casydediagnsticoparaelclculodeloscostes,hanconvertidoalasaludenunproducto estandarizado que hay que ofertar al menor coste y bajo el criterio de equi-dad.Laconsecuenciadirectahasidolaprotocolizacin-mecanizacindelaatencinsanitaria,yaquelaestandarizacindelaasistenciapermiteelclculoycontroldelos gastos, asegurando adems el suministro ecunime de los mismos.Procesos como el embarazo, el parto o el puerperio no han escapado a esta lgi-caproductivistay,apesardequedurantemuchotiempohabanpermanecidoalmargen del proceso capitalista (Stoller 1974; Martin 1987), tras su traslado al hospitalhan entrado de lleno en ste. De esta manera la asistencia se ha ido instaurando deuna forma taylorista13, en el sentido de que la organizacin cientfica de la misma haempezado a estar basada en el clculo y ajuste de los tiempos, que permiten obtenerelmejorproductofinal,alosmejorescostesyconlosmximosbeneficiosdepro-duccin.Taltraslacinhafavorecidoquelareproduccin,alenmarcarsedentrodelmodelo clnico, se haya transformado en un proceso de produccin ms, aunque sufinalidadseaproducirsaludyprevenirenfermedades,alavez,claro,queseprodu-cen personas (Blzquez 2009: 94). A partir de estas nociones se ha tomado en cuen-ta la duracin de las diferentes fases del parto como un valor predictivo. De maneraquecuandolostiemposaumentansonpercibidoscomounindicadorderiesgoquerefleja la naturaleza defectuosa de las mujeres, justificndose, as, la intervencin so-bre los cuerpos de las gestantes con el objetivo de adecuarlos a la duracin estable-cida como normal. Los tiempos se han constituido, de esta manera, en un elementocentralenladefinicindelanormalidaddelospartos,convirtindoseenuninstru-mentoquegualaactuacinprofesionalysirveparaidentificarlasdesviaciones.Esta filosofa productivista queda reflejada en los diferentes protocolos de asisten-ciaalpartonormal,enlosqueseespecificaquelafaltadeprogresoydetencindeldescensoimplicanmalpronstico,porloqueenestoscasos[sedebe]extremar13 El trmino taylorismo es un derivado del nombre del ingeniero mecnico y economista es-tadounidenseFrederickWinslowTaylor.Hacereferenciaalaorganizacindeltrabajocaracteri-zadaporladivisin,yasignacindetiempos,alasdistintastareasdelprocesodeproduccin.Fueunmtododeorganizacinindustrialcuyofineraaumentarlaproductividad,evitandoelcontrol del obrero sobre los tiempos de produccin. Se trata de una organizacin laboral ntima-menteunidaconlaproduccinencadena.342 JOSMANUELHERNNDEZGARREyPALOMAECHEVARRAPREZRevista de Dialectologa y Tradiciones Populares, vol. LXIX, n.o 2, pp. 327-348, julio-diciembre 2014,ISSN: 0034-7981, eISSN: 1988-8457, doi: 10.3989/rdtp.2014.02.004lavigilanciafetalyreplantearselaactuacinobsttrica(SEGO2008:7).Eldesajustecon los tiempos estndar conduce a una mayor intervencin profesional, justificandola realizacin de cesreas o partos instrumentados, mediante frceps o ventosas, conelobjetivodefavorecerquelosnacimientosacontezcandentrodelostiemposesti-pulados como normales. El imperio capitalista llega hasta el punto de que el trancefabrilesaceleradoatravsdeintervencionescomoromperlabolsadeaguasyad-ministrar determinados frmacos, como oxitocina o prostaglandinas vaginales, ajustn-dose, as, la cadena de produccin de nios a la presin asistencial. De esta manera,sistaaumentalosprofesionalessiemprepuedenacelerarlospartosparaqueaca-ben antes, a pesar de que ello suponga un intervencionismo no justificado, o inclusoentre en contradiccin con las expectativas de las propias mujeres. De la misma ma-nera, una vez obtenido el beb, el nmero de intervenciones disminuye, ya que des-deperspectivascapitalistasseprefierequesealamujerlaqueseautogestione,dis-minuyendo as la asistencia. Lgicamente una vez conseguido el producto no se quierereinvertir tiempo y dinero en l.Otrodelosaspectosquereflejalafilosofaproductivista,propiadeestaetno-obstetricia, es la construccin ideolgica de la ruta asistencial en torno a la centralidaddel producto: el embrin, feto o criatura (Blzquez 2009: 219). As, lo que realmenteimportaeslaobtencindeunproductoapto,porloqueelinterssecentraenelcontrol y medicin del nmero de partos realizados, como si de un almacn de stockse tratase. Desde esta perspectiva, el feto se convierte en un paciente ms con el quelossanitariosestablecendilogosatravsdelaecografaoelregistrocardiaco,sinmediacinalgunadelamujer(Rapp1999),vertebrndosetodoelprocesoentornoal bienestar fetal. Las criaturas y los costes econmicos se instituyen, pues, en los ejesde la asistencia, determinando, una vez nacido el beb, e independientemente de lasdemandasynecesidadesmaternas,laclausuradelitinerarioasistencialbajocriteriosdecoste-efectividad.Estamos, pues, ante una endogamia ideolgica en la que se espera de las madresque ocupen su lugar en una cadena de produccin, que acepten las pautas y cum-plan con el rol esperado; lo contrario supondr que sus profesionales las tengan queconvocar, que convencer, que obligar a ello (Blzquez 2009: 232). Se trata, en defi-nitiva,deunaconcepcinmecnicadelcuerpoenlaqueladinmicadelaorgani-zacindeltrabajofabrilnopuedeserinterrumpida.Laruedadelsistematieneunosengranajespreestablecidosparasufuncionamiento,y[lasmadres]debenaprender-los (Montes 2007: 146). Desde esta realidad, la poltica de gestin se automatiza, hastaelpuntodequepuedeescaparalcontroldelostrabajadoresqueseconviertenensimplesejecutores(Castel1986:219)delsistema.Quedaaspatentelatradicindela clnica de suministrar cuidados a las parturientas como si de una cinta manufactu-rerasetratase(LeBreton1994:55);unaorganizacin,claroest,ntimamenteunidaalalgicaproductivista.CONCLUSIONESTraslaexploracindelfenmenodeestudioquedapatentequeciertasbasesantropolgicasestndeterminandosuscaractersticascardinales.Tendenciasideol-343Revista de Dialectologa y Tradiciones Populares, vol. LXIX, n.o 2, pp. 327-348, julio-diciembre 2014,ISSN: 0034-7981, eISSN: 1988-8457, doi: 10.3989/rdtp.2014.02.004LAPARTENEGADADELPARTOINSTITUCIONALIZADO...gicascomolabiopolticaque,comodiraFoucault,encuentransucaldodecultivoenunintervencionismoestatalquepretendeahoradomesticarloscuerposfemeni-nos, en aras de un control de la reproduccin con tintes eugensicos. Los engranajesdelmodernismohancontaminadopues,atravsdelainjerenciaobsesivadelatecnociencia,laspropiasvasdecomunicacindelosterosmaternos.Delamismamanera,losdeliriosposthumanistashanminado,enelsentidoapuntadoporHabermans,lapropiadignidaddelasmadres,alrepresentarlascomoentessometi-dos a los intereses procreadores y no como fines en s mismos. Se trata del ocaso delo orgnico, propugnado en su tiempo por Francis Bacon, del delirio de la biometradesdeelquelasensibilidadmaternahasidodespreciadaysustituidaporlosfrosdatos que dictan los artilugios. Lo importante es el control biotecnolgico de los terosgestantes,disolvindoselasmadrescualfrgilescastillosdearena.Atodoellohayque sumar los infundos del productivismo, que ha encontrado, en contra de lo quehubiera previsto el mismo Adan Smith, su filn de oro en los proceso alumbratorios.Demaneraquelasdinmicasdelascadenasdeproduccinsehaninstaladoenlosmismos paritorios, donde las mujeres son asistidas segn los intereses reproductivos.Estamos ante el parto cosmopolita, en el que los diseos tayloristas han convertidoa las madres en objetos pasivos y sumisos de una cadena de fabricacin de bebs, alestilo ms Henry Ford.Enestehbitatideolgico,nohadeextraarquelospartosdelaurbanidades-tn vertebrados por caractersticas como la medicalizacin, la biotecnologizacin y lamecanizacin de la asistencia. Se ha convertido pues, desde esta etno-obstetricia, alnacimiento en un proceso de consumo ms, que alcanza su significacin a travs dela medicalizacin de los cuerpos maternos. Se trata de una adulteracin que, de otramanera, garantiza el control de la corporalidad de las propias madres, que sometidasaladictaduradelatecnologaesperanquelosexpertoslesdictenlaspautasase-guir dentro del ritual. La fragmentacin del cuidado ha encontrado en los ceremonia-lesmodernistassumodusoperandi,porloqueelprotocolonodejalugaralasim-provisacionesintuitivasdelaspropiasmadres.As,durantelaliturgiaasistencial,seinstaura,bajolosdiscursosdelriesgoydeldolor,unadinmicaintervencionistaenlos partos normales por la que las pacientes son abordadas fundamentalmente desdesudimensinbiolgica,centrndoselosasistentesenelcontroltecnolgicodelosparmetrosfsicosdelproceso.Estaobsesinporlatecnologaylasdimensionesf-sicas, hace que las madres pierdan su condicin de sujeto para convertirse en objetode intervencin. El ritual se encuentra, de esta manera, protocolarizado, adaptndoselas praxis a modelos estndar que se aplican de rutina a todas las mujeres. La conse-cuencia final es la conversin de las mujeres en vehculos pasivos del feto, principalsujetodeinters,formandopartedeunacadenadeproduccinritualizada,cuyasrepresentaciones alimentan, y dan continuidad, a una realidad cultural muy difcil decambiarmientrashayaespecialistasquelaacrediten.Estamos,endefinitiva,anteunocasodelanormalidadterciadoporlainvasindoctrinal de las representaciones de los cuerpos grvidos, ante un ritual posthumanistaque ha depositado en la presunta practicidad de la tecnociencia todas sus expectati-vas. Un supuesto pragmatismo que supone el ltimo contrafuego ideolgico para sumantenimiento, por lo que los expertos, como esclavos del empirismo, intentan fun-damentar la totalidad de su praxis desde un asptico biologicismo, heredero del dua-344 JOSMANUELHERNNDEZGARREyPALOMAECHEVARRAPREZRevista de Dialectologa y Tradiciones Populares, vol. LXIX, n.o 2, pp. 327-348, julio-diciembre 2014,ISSN: 0034-7981, eISSN: 1988-8457, doi: 10.3989/rdtp.2014.02.004lismocartesiano.Sinembargo,elpragmatismodeestaculturadelnacimientosedesintegra al ser contrastado con las evidencias cientficas, apareciendo de inmediatolos efectos iatrognicos de la cascada de intervenciones que la caracteriza. Pese a ello,los positivistas de la tecnociencia, siguen aferrndose a esta quimera, conscientes dequenopuedenreconocerqueenlosritualesobsttricosdelamodernidadhaymsdecultural,debasessocioantropolgicasdefondo,quedepracticidadreal.Setratade la parte negada del parto institucionalizado, de una realidad que seguirn obvian-do,aunqueellosupongaignorardeterminadosestudiosquerevelanlocontrario,quedando as claro, tal como ya apunt Imre Lakatos, que la ciencia no es ms queun proyecto de investigacin cientfica que intenta satisfacer los tics de cada pocaconcreta, en este caso los de la era posthumanista.BIBLIOGRAFACITADAAlferedo,E.L.1989.Mortalidadinfantil:situacinylogros.RevistadeDivulgacinCientficayTecnolgicadelaAsociacinCienciaHoy[Revistaelectrnica],1(2).Disponibleen:http://www.cienciahoy.org.ar/hoy02/mortalidad.htm(Acceso1-2-2014).Amato,A.C.2007.Elcuerpoglorioso,entrerepresentacinyexperimentacin,enBallesteros,J.yFernndez,E.(coords.),BiotecnologayPosthumanismo:63-80.Navarra:Aranzadi.Arendt, H. 1978. 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