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CENTRO DE INVESTIGACIÓN ECONÓMICA PARA EL CARIBE "Diagnóstico de la competitividad sistémica del sector agropecuario dominicano con énfasis en los productos ofensivos, en el marco del DR-CAFTA " 1 Por Hecmilio A. Galván 2 Fondo de Investigación Económica y Social- FIES SEEPyP Agosto de 2008 Santo Domingo República dominicana 1 H. Galván es miembro del equipo de CIECA. El Dr. Pavel Isa y Francisco Checo participaron en la planificación, obtención de la data y revisión de este documento. [email protected] 2 [email protected]

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CENTRO DE INVESTIGACIÓN ECONÓMICA PARA EL CARIBE

"Diagnóstico de la competitividad sistémica del

sector agropecuario dominicano con énfasis en los productos ofensivos, en el marco del DR-CAFTA "1

Por Hecmilio A. Galván2

Fondo de Investigación Económica y Social- FIES SEEPyP

Agosto de 2008 Santo Domingo

República dominicana

1 H. Galván es miembro del equipo de CIECA. El Dr. Pavel Isa y Francisco Checo participaron en la

planificación, obtención de la data y revisión de este documento.

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ÍNDICE

0 INTRODUCCIÓN 5 1 MARCO TEORICO 7 1.1 La Competitividad 7 1.2 El Enfoque Sistémico de la Competitividad 10

1.2.1 Los Niveles de la competitividad sistémica 11 Recuadro 1: - Factores determinantes de la competitividad sistémica en diferentes niveles de agregación política 13 Recuadro 2: Factores determinantes de la competitividad sistémica en los cuatro niveles del sistema 14

2 PRODUCTOS OFENSIVOS DEL SECTOR AGROPECUARIO

DE LA REPÚBLICA DOMINICANA 16 Recuadro 3 – MAGIC 16

2.1.1 Proceso de determinación de los productos ofensivos 18 2.1.2 El análisis desde la perspectiva sistémica de la competitividad para productos ofensivos. 19

3 DIAGNOSTICO DE LA COMPETITIVIDAD SISTEMICA DEL

SECTOR AGROPECUARIO DOMINICANO 20 3.1 Análisis del Nivel Meta de la Competitividad Sistémica 21

3.1.1 Breve reseña histórica de la evolución económica dominicana 21

3.1.2 Cambios en la Composición del Producto Interno Bruto 25 3.1.3 Sistema Político-Institucional de la República Dominicana 26 3.1.4 Partidos Políticos 27 3.1.5 El clientelismo 28 3.1.6 Altos niveles de corrupción 29 3.1.7 Valores Socio-Culturales 30 3.1.8 Índice de Desarrollo Humano 31 3.1.9 Recursos humanos, culturales y naturales, 32 3.1.10 Índice global de competitividad (IGC). 33 3.1.11 El ejercicio de la ciudadanía 35 3.1.12 Confianza en las Instituciones 35 3.1.13 Gestión Pública 36 3.1.14 Estado de la Democracia 37 3.1.15 Calificación riesgo país. 38 3.1.16 Índice de los Estados Fallidos 39

3.2 Análisis del Nivel Macro de la Competitividad Sistémica 40 3.2.1 La política macroeconómica de la República Dominicana 40 3.2.2 Reporte Global de Competitividad 42 3.2.3 Nivel de Deuda Externa 43 3.2.4 Política monetaria y cambiaria 45 3.2.5 Estabilidad de Precios 46 3.2.6 Tasas de Interés del Sistema Financiero 47 3.2.7 Diferencial de tipos de interés. 49 3.2.8 Política Cambiaria 51 3.2.9 Balanza de Pagos 52 3.2.10 Inversión Extranjera Directa 55 3.2.11 Mercado de Trabajo 57 3.2.12 Política Fiscal 59

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3.2.12.1 La Carga Tributaria 60 3.2.12.2 Gasto público 61

3.2.13 Infraestructura General 62 3.2.13.1 Sector Eléctrico 63 3.2.13.2 Tecnología de la información y

la comunicación 64 3.2.13.3 Puertos 65 3.2.13.4 Aeropuertos 66 3.2.13.5 Carreteras 66 3.2.13.6 Transporte 67 3.2.13.7 Agua 67 3.2.13.8 El Ranking de Competitividad en

Infraestructura 68 3.3 Análisis del Nivel Meso de la Competitividad Sistémica 68

3.3.1 La evolución reciente del sector agropecuario 69 3.3.2 Regímenes de Política Y Desempeño Agropecuario

Dominicana 71 3.3.3 La política agropecuaria actual y las instituciones sectoriales 76 3.3.4 Política comercial 77 3.3.5 Política fiscal agropecuaria 77 3.3.6 Política de Comercialización 78 3.3.7 Política de Créditos 78 3.3.8 Política de transferencia de Tecnología 81

Recuadro 4 - El PATCA 86 Recuadro 5 -Investigación y transferencia de tecnología agropecuaria de Costa Rica 87

3.4.9 Organización del sector 89 3.4 Análisis del Nivel Micro de la Competitividad Sistémica 91

3.4.1 Mejoras organizacionales en la agricultura dominicana 93 3.4.2 Mano de obra y división del trabajo 93 3.4.3 Planificación 95 3.4.4 Utilización de tecnología 95 3.4.5 Diferenciación productiva 96

4 ESTUDIO DE CASOS: EL EJEMPLO DE LOS CLUSTERS DESDE UNA PERSPECTIVA SISTÉMICA. 98

4.1 La experiencia del Cluster del Mango Dominicano 99

4.1.1 Número de productores y evolución de la exportación de mango 99 4.1.2 Aspectos tecnológicos 100 4.1.3 Penetración del mango dominicano en el mercado externo 100 4.1.4 Políticas públicas de incidencia en la producción de mango. 101

4.2 Producción de vegetales en ambiente controlado. El Cluster de Invernaderos 102 4.2.1 Número de productores y capacidad instalada 102 4.2.2 Aspectos tecnológicos 103 4.2.3 Penetración de los vegetales dominicanos en el mercado

Externo 104 4.2.4 Políticas públicas de gran incidencia en la producción de

vegetales 105

4.3 El Cluster de Chinola 105

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4.3.1 Superficie bajo cultivo y aspectos tecnológicos 106 4.3.2 El mercado de chinola 106 4.3.3 Limitaciones para el aumento de la producción de chinola 106

5 CONCLUSIONES 107 6 RECOMENDACIONES 113 7 BIBLIOGRAFÍA 115 Anexo 1 Lista de entrevistados 118 Anexo II Lista de participantes en el taller de validación del estudio 119

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0 INTRODUCCIÓN El proceso de apertura comercial llevado a cabo por la República Dominicana en la última década, a través sobretodo de mecanismos bilaterales de libre comercio, plantea grandes desafíos externos para la economía del país, poniendo en relieve el tema de la competitividad, principalmente de los sectores considerados potencialmente competitivos con capacidad de aumentar su potencial exportador con la liberalización, y en los sectores considerados ofensivos, los cuales se ven obligados a mejorar sus niveles de competitividad bajo el riesgo de ser desplazados por las importaciones y desaparecer lentamente. Parte importante del desafío del país consiste en aprovechar las oportunidades que estos procesos de apertura pudiesen generar para favorecer el desarrollo y la competitividad de nuestra economía, cuyos sectores productivos tendrán que enfrentarse directamente a la competencia de sus socios más cercanos en el corto plazo. La apertura comercial requiere de estructuras económicas y sociales competitivas, que, en primer lugar, permitan a las empresas nacionales satisfacer la demanda interna y hacer frente a la competencia externa generada por la apertura; en segundo lugar, que faciliten la inserción externa y la búsqueda de nuevos mercados sostenibles; y tercero, que sean favorables al desarrollo en sus múltiples dimensiones. La competitividad se convierte en un tema de mucha importancia, al tiempo en que se viene desarrollando un riquísimo debate a nivel internacional que genera nuevos enfoques que superan las visiones parciales para crear visiones integrales que apuntan a la competitividad, determinada por una red de complejas relaciones políticas, económicas, sociales y culturales. El enfoque de Competitividad Sistémica, en sus niveles Meta, Macro, Meso y Micro nos provee de un marco de referencia para el análisis y evaluación del estado de desarrollo de los factores que determinan la competitividad en el sector agropecuario, en donde la interacción dinámica de los actores es el componente clave en el desarrollo de las ventajas competitivas del sector. El presente estudio pretende hacer una evaluación integral de los factores que determinan la Competitividad Sistémica del sector agropecuario dominicano en el marco del DR-CAFTA, haciendo un énfasis en sus productos ofensivos. Este énfasis en un grupo de productos, no intenta romper con el paradigma sistémico-estructural y permite crear un marco de referencia que guíe el proceso de investigación y diagnóstico hacia un análisis más concreto de la competitividad sistémica, que aunque abarca las relaciones económicas, políticas y culturales del país, puede ser enfocada desde una perspectiva relativamente especifica para obtener un diagnóstico más preciso de la realidad, y por lo tanto, propuestas de políticas más efectivas. El primer capitulo, que contiene el marco teórico, hace una explicación del término competitividad e intenta resumir brevemente la interesante discusión académica que ha surgido en las últimas décadas sobre el tema de la competitividad. También provee una base teórica importante sobre el tema exponiendo sus principales elementos en los niveles Meta, Macro Meso y Micro. El segundo capitulo contiene una aproximación en el proceso de determinación de los productos ofensivos del sector agropecuario dominicano, incluyendo la explicación metodológica de dicho proceso, realizado a través del software MAGIC. Este análisis servirá de marco referencial y guía para esta investigación.

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El capitulo siguiente, el tercero, contiene el diagnóstico de la competitividad sistémica en sus diferente niveles, con información estadística comparativa con los países de Centroamérica socios del DR-CAFTA. Este apartado, particularmente en sus niveles Micro y Meso, además de contar con una extensa base bibliográfica y de datos de carácter secundario, se desarrolló a partir de información de primera mano obtenidas de una serie de entrevistas a expertos en la materia y productores representativos del sector, sobretodo productores del conjunto de productos considerados ofensivos en esta investigación. En el apartado cuarto se intenta hacer un aterrizaje en el abordaje sistémico hacia tres productos descritos como ofensivos por el estudio, los cuales han desarrollado la experiencia de los clusters, intentando hacer una aproximación dentro del enfoque sistémico, para productos seleccionados (mango, vegetales y chinolas). Finalmente, el apartado quinto y sexto presentan las conclusiones y recomendaciones del estudio relativas a la competitividad sistémica del sector agropecuario dominicano, como una contribución al esfuerzo por aprovechar las oportunidades derivadas de la apertura comercial, y para consolidar el proceso de la integración de la economía dominicana a la economía global desde una posición más ventajosa.

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1 MARCO TEORICO 1.1 La Competitividad El tan difundido término competitividad deriva del verbo competir, y está asociado a la capacidad de una empresa, una organización, un producto, un sector o un país de competir en los mercados y sobrevivir a dicho proceso de interacción económica. Desde una defección más formal, la competitividad es la capacidad de una organización pública o privada, lucrativa o no, de mantener sistemáticamente ventajas que le permitan alcanzar, sostener y mejorar niveles de rentabilidad y una posición en el entorno socioeconómico en el que se desenvuelve. La competitividad es también la característica de una organización cualquiera de lograr su misión, en forma más exitosa que otras organizaciones competidoras. Para la Organización de Cooperación y Desarrollo Económico-ODCE- el término competitividad es “el grado en que un país o región produce bienes o servicios bajo condiciones de libre mercado, los cuales enfrentan la competencia de los mercados internacionales, mejorando simultáneamente los ingresos reales de su población y la consecuente productividad de sus empresas y gestión gubernamental” Para Michael Porter, Profesor de la Universidad de Harvard, la competitividad no es más que “un indicador que mide o cuantifica la capacidad de una nación de competir frente a sus socios comerciales” (Porter 1989) El concepto actual es el producto una larga trayectoria de discusión teórica de la cual podemos cifrar sus orígenes con David Ricardo y su teoría sobre las “ventajas comparativas”; esa discusión pasa posteriormente por las aproximaciones de la ODCE y el Foro Económico Mundial, y se ve enriquecida por los aportes de teóricos de la talla de Porter, Krugman, Messner y Fajnzylber; llegando hasta la CEPAL y sus discusiones sobre la competitividad sistémica con sus niveles micro, meso, macro y meta. Es, por su parte, la liberalización comercial de finales de siglo XX y principios del XXI, la que ha hecho de la discusión competitividad un tema fundamental en la discusión de las políticas económicas de la mayoría de los países, en especial en los países en vías de desarrollo. La evolución del concepto competitividad parte desde los clásicos Adam Smith y David Ricardo, quienes identificaron la tierra, el trabajo, el capital y la gente, como los factores fundamentales para la generación de riqueza, hasta los momentos actuales, en donde, la discusión sobre la competitividad está vinculada no únicamente a los procesos de transformación industrial, sino más bien, a la estructura social y económica del sector y del país cuestión. Porter definió la competitividad en función de las empresas, y como una creación del ser humano. Afirmó que la competitividad de un país es la suma de resultados de sus empresas o sectores los cuales están determinados por circunstancias específicas de las empresas y por las condiciones nacionales donde estas operan; es decir que las condiciones microeconómica y macroeconómica se complementan para generar condiciones de competitividad. Éste, define la competitividad como, “la producción de bienes y servicios de mayor calidad y menor precio que los competidores domésticos e internacionales, que se traducen en crecientes beneficios para los habitantes de una nación al mantener y aumentar los ingresos reales”

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Fue a Porter a quien le tocó elaborar el término ventaja competitiva en sus trabajos de 1986 y 1990, lo cual constituyó una verdadera revolución en dicha discusión, superando el anterior enfoque basado en las ventajas comparativas de Ricardo. Las ventajas competitivas, a diferencia de las comparativas, se crean, las comparativas se heredan. Las ventajas comparativas se derivan de costos o disponibilidad de factores, como la disponibilidad de materias primas, el costo de los insumos o cercanía; mientras que la ventaja competitiva se desarrolla con habilidades particulares como la tecnología, las marcas o los equipos de trabajo. El “diamante” de Porter, donde las ventajas competitivas de la localización se basan en cuatro factores interconectados (instituciones de apoyo, empresas de apoyo, demanda sofisticada y empresas clave con competencia local) fue y sigue siendo una herramienta analítica muy poderosa para realizar un diagnóstico de la competitividad en un territorio específico. En los últimos años se ha desarrollado el enfoque cuantitativo de la competitividad, el cual busca determinar el nivel de competitividad de una región, un país o una empresa determinada. Un esfuerzo significativo de medición es el Informe Global de Competitividad que analiza una serie de indicadores que califican el desempeño de los países en aspectos que influyen en un mayor o menor grado de competitividad. El Foro Económico Mundial (WEF, inglés) desde 1999 ha venido midiendo comparativamente la competitividad de 59 países (actualmente 125) en el Informe Global de Competitividad (IGC), basado en un índice correlacionado con el crecimiento económico durante cinco años. Incluye además datos cuantitativos y datos cualitativos provenientes de encuestas a ejecutivos de negocios en los países referenciados.. Desde el 2000, incluye un estudio microeconómico de un grupo seleccionado de países y empresas. Los diferentes “rankings” o índices que miden el desempeño económico se han convertido en populares herramientas para ejecutivos y hacedores de políticas alrededor del mundo ya que reflejan diferentes opiniones sobre las variables que determinan la competitividad. Entre los demás índices más ampliamente difundidos se encuentra el Índice de Libertad Económica, Haciendo Negocios (Doing Business), que está compuesto de un conjunto de datos organizados en 10 categorías, que incluyen política monetaria, inflación, derechos de propiedad, política fiscal y regulación. Este índice recoge 10 dimensiones del entorno del país y asigna una puntuación del 1 al 5, donde 1 es lo mejor el 5 representa el entorno más desfavorable. El Banco Mundial, de su lado, realiza la medición “Doing Business” y, aunque no es presentada como un índice, resalta los factores microeconómicos que apoyan las mejoras en el clima de negocios. El conjunto de datos está organizado en cinco categorías que son a) iniciar un negocio, b) flexibilidad laboral, c) obligatoriedad de los contratos, d) crédito, y e) bancarrota. Por cierto tiempo el concepto competitividad fue asociado a la comparación de precios y costos de producción entre empresas y países, sin embargo, nuevos enfoques han ido cuestionado esta visión, proponiendo una visión que entienden la competitividad como un fenómeno amplio y complejo. Estos enfoques observan que las estrategias empresariales recurren a otros atributos del producto más allá del precio (calidad, nivel de adecuación a la demanda, los servicios posventa y todo aquello que diferencie técnica y comercialmente al bien).

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Por su parte, la OCDE ha estado, desde 1992, realizando diversos estudios para sistematizar los enfoques nuevos de competitividad, los cuales ha resumido en el concepto de “competitividad estructural” Referido a la mejora continua de la estructura productiva, en función de nuevas redes y/o alianzas a través de interacciones entre empresas, gobiernos, industrias y nuevos espacios activos conocidos como regiones innovadoras. La competitividad estructural incluía los determinantes políticos y los económicos del desarrollo industrial de un país, estado o región. La competitividad estructural, analizada por la OCDE, surge como una respuesta a las ventajas competitivas nacionales propuestas por Porter al otorgarle importancia a las características estructurales de la economía en la competitividad de las empresas que operan dentro de ella. La capacidad competitiva de una empresa estará determinada por características estructurales como el tamaño de mercado doméstico, la forma en que se relacionan los distintos sectores productivos, el nivel de concentración en las distintas industrias, las relaciones que se establecen entre las diversas empresas más allá del mercado, la infraestructura científica y tecnológica, la tasa de ahorro y de inversión, el sistema de subsidios y transferencias de ingresos, el sistema de financiamiento, el nivel educativo y la calificación de la mano de obra. Chesnais (1986) El concepto de competitividad estructural ha sido útil para muchos países desarrollado, pero ha tenido resultados limitados para explicar el fenómeno en países en desarrollo como los latinoamericanos, en los cuales el entorno empresarial es ineficaz La Comisión Económica para América Latina y el Caribe CEPAL desde mediados de los años ochenta y principios de los noventa, ha hecho sus esfuerzos para definir los factores explicativos de la reestructuración productiva en la región y la competitividad. La CEPAL ha intentado mantener un enfoque integral y de largo plazo, en el cual el ritmo de crecimiento de la productividad es el factor determinante en la evolución de la competitividad a largo plazo y cualquier avance en materia de competitividad resulta “espurio” cuando se da en presencia de una caída del ingreso por habitante, una merma de los coeficientes de inversión, rebaja del gasto en investigación y desarrollo tecnológico y en el sistema educativo, y erosión de los salarios reales. Los relevantes aportes de La CEPAL al debate de la competitividad y su medición para América Latina tienen en los trabajos de Fernando Fajnzylber (Fajnzylber, 1981, 1988, 1990) su mejor ejemplo. Fajnzylber logró realizar un conjunto de avances teóricos importantes, sobretodo en la descripción del fenómeno de establecimiento de una “competitividad espuria” en Latinoamérica. Según Fajnzylber gran parte del aumento de la competitividad latinoamericana “resulta espurio cuando se adopta un enfoque más integral, toda vez que se dan en presencia de una caída del ingreso por habitante, una merma de los coeficientes de inversión, rebaja del gasto en investigación y desarrollo tecnológico y en el sistema educativo, y erosión de los salarios reales” (Fajnzylber, 1988, pág. 13). En ese esfuerzo se han definido a su vez distintas formas de competitividad, basadas en algunos criterios. Estas son la Competitividad efímera, artificial o espuria, la cual está asociada con bajos salarios, la explotación no sustentable de los recursos naturales y las condiciones laborales inadecuadas. Según la CEPAL la competitividad espuria es basada en ventajas comparativas estáticas.

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La Competitividad real o auténtica, la cual está asociada con la introducción de nuevos y mejores productos, el incremento de capacidad productiva, nuevas formas de organización empresarial. Este enfoque permite incrementar salarios y nivel de vida, y esta basado en ventajas comparativas dinámicas. 1.2 El Enfoque Sistémico de la Competitividad El concepto competitividad sistémica surge también a partir de un significativo debate teórico y como una respuesta a las ventajas competitivas nacionales propuestas por M. Porter. Messner en sus distintos artículos reflexiona respecto a los casos de numerosos países en desarrollo, en los cuales no existe un eficaz entorno empresarial enfatizado en el concepto de la OCDE de competitividad estructural Es en 1999 que se publica el articulo de Esser/Hillebrand/Messner/Meyer-Stamer (sobre competitividad sistémica y competitividad estructural) que estudia el fenómeno de la competitividad a nivel de redes intra e interempresariales, por lo cual incluye los aspectos analíticos meta, macro, meso y micro que afectan a las empresas y a los territorios en el plano local, regional, nacional y supranacional. El concepto de competitividad sistémica se distingue, no sólo por el análisis a partir de cuatro niveles si no también por la noción de redes y su interacción, elemento central detrás del concepto de competitividad sistémica. Para Messner, et al, “La competitividad industrial no surge espontáneamente al modificarse el contexto macro ni se crea recurriendo exclusivamente al espíritu de empresa a nivel micro. Es más bien el producto de un patrón de interacción compleja y dinámica entre el Estado, las empresas, las instituciones intermediarias y la capacidad organizativa de una sociedad. Esser/Hillebrand/Messner/Meyer-Stamer (1994) La competitividad sistémica implica por tanto que un desarrollo industrial exitoso deberá estar determinado no únicamente por el impulso de factores a nivel micro y macro económicos, si no, además, por la existencia de medidas específicas por parte del gobierno y de instituciones no gubernamentales. El enfoque sistémico de la competitividad está orientado al análisis de las estructuras económicas. Según este enfoque, la manera como interactúan los sistemas y las organizaciones permite un mayor o menor grado de competitividad. Este enfoque parte de la necesidad de tener una visión estratégica de mediano y largo plazo para crear una estructura económica competitiva, pero no sólo mediante el mejoramiento de las condiciones en las que opera el mercado doméstico, como lo propone la visión neoclásica, sino identificando y reforzando aquellas partes débiles de la estructura y consolidando las fuertes. El análisis de la competitividad desde un enfoque sistémico, incluye no sólo a la empresa o el sector en si mismo, sino que también estudia el entorno en el cual se desarrolla y todas las interrelaciones que se generan en el sistema económico. El enfoque sistémico tiene en cuenta la manera en la que se organiza la sociedad, para desarrollar el proceso productivo a través de las organizaciones. Por tanto las mediciones provenientes del enfoque cuantitativo no permiten interpretar adecuadamente el fenómeno, ya que no consideran interrelaciones entre factores. El concepto de competitividad sistémica parte entonces del principio de que el desarrollo industrial no se genera únicamente por el desempeño del mercado. La actuación colectiva del Estado junto con los demás actores claves de un país o

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región son igualmente importantes para favorecer la competitividad de la economía. Con tal propósito se incorpora en el análisis de competitividad los espacios Meso y Meta, como aquellos en los que se produce la interacción dinámica entre actores clave y como la otra cara de la competitividad determinada por los espacios Macro y Micro, relacionados todos en forma sistémica en un modelo de cuatro niveles de competitividad: Meta, Macro, Meso y Micro. En donde los parámetros de relevancia competitiva en todos lo niveles del sistema y la interacción entre ellos es lo que genera las ventajas competitivas.

1.2.1 Los Niveles de la competitividad sistémica El Nivel Meta El nivel meta se refiere al modelo general de organización de la vida política, jurídica y económica de una sociedad, al conjunto de elementos socioculturales y de valor, a los acuerdos explícitos e implícitos sobre los grandes propósitos nacionales en el mediano y lago plazo; a la capacidad de organización y de gestión de la sociedad, para movilizar los recursos y las aptitudes creativas y de resolución de conflictos. Es por tanto el espacio de articulación de los actores claves en el ámbito de toda la economía y como tal es la piedra angular de la Competitividad Sistémica. En él se establecen los consensos básicos sobre la dirección del desarrollo, el diseño de estrategias en la economía y la estabilidad del sistema político y económico. Los actores claves en el Nivel Meta son los partidos políticos, el Estado, las organizaciones empresariales, los sindicatos y las diferentes organizaciones de la sociedad civil. El nivel macro El nivel macro representa la concreción de los acuerdos del nivel meta, plasmados en las políticas macroeconómicas y macro sociales, especialmente del contexto económico y social.

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La estabilidad macroeconómica favorece significativamente el funcionamiento de los mercados y de las empresas, lo cual debe traducirse en la existencia de mercados de factores eficientes, mercados de capitales transparentes, bajos niveles de inflación, tipo de cambio ajustado a la realidad económica del país. El Nivel Meso El nivel meso corresponde a las políticas específicas de fomento formuladas y ejecutadas por los sectores público, privado y social, a su capacidad para articularse entre sí y satisfacer las necesidades de las empresas de servicios de apoyo y asesoría, para promover el desenvolvimiento de las condiciones generales para la producción. Y, Se sitúa entre el Nivel Macro y el Nivel Micro para estrechar la interacción de múltiples actores públicos y privados. Funciona para fortalecer el desempeño económico de los sectores productivos. Los actores claves en el Nivel Meso son las instituciones específicas del Estado, asociaciones empresariales, asociaciones público-privadas y otros proveedores de servicios de entorno para las empresas como tecnología, financiamiento e infraestructura, entre otros. El nivel meso tiene una vital importancia para la creación de ventajas competitivas regionales y nacionales, ya que las políticas a nivel macro se van homogeneizando a nivel internacional, mientras que las localizaciones productivas difieren mucho de país a país. El "diseño" de gestión local está determinado por el conjunto de instituciones existentes en el nivel meso, es allí donde se generan las ventajas competitivas tanto institucionales como organizativas, los patrones específicos de organización y gestión y los perfiles nacionales que sirven de base a las ventajas competitivas y que son difícilmente imitables por los competidores. El Nivel Micro El nivel micro se conforma por el conjunto de empresas de los diferentes tamaños y sectores, la cultura empresarial donde se encuentran inmersas, su capacidad gerencial y para integrarse a las diversas formas de asociación y cooperación ínter empresarial, por las actividades que desarrollan para subsistir, crear y desarrollar ventajas competitivas. Este nivel está relacionado con la empresa directamente, la organización de la producción, del desarrollo del producto, el sistema de manejo de proveedores, los sistemas de comercialización, sistemas de gestión y procesos de innovación. Las interacciones entre los niveles Los niveles de la competitividad sistémica, aunque diferenciados no pueden concebirse como “compartimentos estancos”; las interacciones dinámicas que se producen entre ellos son múltiples y complejas, y son las que al final determinan el estado de competitividad de un sector. La calidad de estas interacciones condiciona y/o potencia el desempeño eficiente de la competitividad. Un elemento clave dentro de cada uno de los niveles es el proceso de dialogo entre los diferentes actores, ya que esto asegura la coordinación, permite aunar los esfuerzos y canalizar correctamente las acciones de la sociedad. Por ejemplo la inexistencia de consensos firmes alrededor de planes comunes entre los actores claves de; Nivel Meta, (ausencia de un plan nacional) se refleja significativamente en su interacción con los demás niveles. La falta de un paradigma a largo plazo en este nivel, genera la toma de decisiones cortoplacistas

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regularmente ineficientes y con alto riesgo de que sean aprovechadas por grupos de presión privilegiados. La falta de competencia en el nivel micro, en ausencia de regulación, genera también enormes riesgos de crear escenarios que perjudiquen a pequeños productores frente a grandes, lo que contribuiría a la desintegración social y productiva. La eficiencia de los patrones de organización en forma de red en el Nivel Meso depende de la orientación estratégica para el desarrollo industrial que la interacción de actores clave imprime en el Nivel Meta, lo que demuestra la interconexión total entre los actores y los niveles. Recuadro 1: - Factores determinantes de la competitividad sistémica en diferentes niveles de agregación política Nivel Supranacional Nacional Regional Local Meta Competencia de

diferentes modelos de economía de mercado

Modelo nacional de desarrollo. Sistema nacional de innovación

Identidad regional Capacidad estratégica de actores regionales

Capacidad de cooperación de actores locales. Confianza Ambiente creativo

Macro Mercado internacional de capitales

Condiciones básicas macroeconómicas(sistema tributario, monetario)

Política presupuestaria sólida Capacidad de inversión del gobierno

Política presupuestaria sólida. Capacidad de inversión del gobierno Ambiente creativo. Calidad de vida

Meso Política industrial y de tecnología

Promoción de nuevas tecnologías. Promoción de exportaciones Instituciones específicas de financiamiento. Política ambiental orientada a sectores

Promoción económica regional. Centro de demostración tecnológica. Institutos de investigación y desarrollo Institutos de formación. Política ambiental

Promoción de la economia local y de mercado de trabajo. Institutos de capacitación. Centros de tecnología y de nuevos empresarios. Asociaciones competentes

Micro Empresas internacionales, encadenamientos globales de commodities

Empresas de tamaño medio y grande. Redes dispersas.

Pymes y Clusters

Fuente: Meyer-Stamer, 2000, Septiembre p.25-26.

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Recuadro 2: Factores determinantes de la competitividad sistémica en los cuatro niveles del sistema

1. Nivel meta - Factores y escalas de valores socioculturales: de ellos depende por ej. que se aliente o desaliente el despliegue de la dinámica empresarial en el seno de la sociedad. - El patrón básico de organización político-económica: un patrón básico que apuesta por la competencia (entre empresas, pero también entre formaciones políticas) y se orienta hacia el mercado mundial, fomenta la competitividad internacional; un patrón básico que apuesta por el clientelismo, el proteccionismo y la orientación “hacia adentro”, no la fomentará. - La capacidad estratégica y política de los actores sociales: la competitividad internacional surge solamente cuando una sociedad logra establecer un consenso viable en torno a ese objetivo y desarrolla estrategias en el mediano plazo. 2. Nivel macro - La política monetaria procura un marco estable (baja tasa inflacionaria), sin obstaculizar la inversión con tasas de interés demasiado elevadas. - La política presupuestaria persigue mantener el déficit bajo control para garantizar la consistencia macro. - La política fiscal estimula la productividad de la inversión. El sistema tributario está escalonado con justicia y transparencia, siendo de carácter progresivo. - La política de competencia contrarresta la formación de monopolios y cárteles, así como el abuso de poder de mercado. - La política cambiaria está concebida para impedir que las exportaciones encuentren obstáculos y las importaciones necesarias se encarezcan demasiado. - La política comercial fomenta una integración activa al mercado mundial. 3. Nivel meso - Las políticas de importación y exportación se manejan de manera que protejan o fomenten durante un período fijo y limitado ramas industriales designadas con criterio selectivo. - La política de infraestructura física asegura que las ventajas competitivas en la producción no quedan anuladas por pérdidas en el transporte o las comunicaciones, sino que las ramas industriales prósperas pueden apoyarse en una infraestructura moderna. - La política educacional está diseñada con miras a asegurar una educación básica amplia y sólida a todos los ciudadanos, independientemente de su sexo, ofreciendo al mayor número posible de personas una enseñanza secundaria y de mayor nivel, concebida pensando en las necesidades de las áreas de especialización del sector productivo. - La política tecnológica tiene por objetivo primordial la amplia difusión de nuevas tecnologías y nuevos conceptos organizativos, fomentando así, un proceso ininterrumpido de modernización industrial. - La política regional no procura una distribución uniforme de la industria por todo el territorio nacional, sino fortalece selectivamente los clusters industriales emergentes. - La creación de nuevas ramas industriales es iniciada y estimulada por el Estado. - La política ambiental asegura que la competitividad sea el producto de la efectividad técnica y organizativa, y no de la explotación exhaustiva de recursos humanos y naturales; asegura la búsqueda simultánea de eficiencia económica y ecológica. 4. Nivel micro - Son factores determinantes para la competitividad de las empresas la

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calificación del personal y la capacidad de gestión. - Las empresas competitivas están en condiciones de diseñar e implementar estrategias. - Una premisa importante para la competitividad es la capacidad de gestión en el área de innovaciones. - La competitividad de una empresa se basa en la aplicación de best practice a lo largo de toda la cadena de valor agregado (desarrollo, adquisición y almacenaje, producción, comercialización). - La competitividad de las empresas se fortalece a través de su integración a redes de cooperación tecnológica (con otras empresas y con instituciones de investigación científica y tecnológica). - Una logística eficaz entre empresas constituye un importante punto de partida para incrementar la eficiencia. - Los impulsos innovadores son productos de procesos de aprendizaje que se forman para la interacción entre subcontratistas, productores y clientes. Fuente: Esser/Hillebrand/Messner/Meyer-Stamer (1994)

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2 PRODUCTOS OFENSIVOS DEL SECTOR AGROPECUARIO DE LA REPÚBLICA DOMINICANA

La determinación de los productos ofensivos del sector agropecuario de la República Dominicana se desarrolló a partir de un proceso de análisis y selección utilizando el programa computarizado “MAGIC” creado por la Comisión Económica para América Latina –CEPAL-, el cual posee una tipología para los productos o grupos de productos de acuerdo a su competitividad basado en su comportamiento reciente en el comercio internacional3. . El MAGIC es un instrumento de análisis de la competitividad asociada a la capacidad de las exportaciones de un país de aumentar su participación en el mercado mundial; es decir, la competitividad que se revela en el mercado mundial. En este programa, una industria gana competitividad si su participación en el comercio mundial aumenta, y es mayor aún si este aumento se realiza en sectores en donde la demanda por estos productos crece en el mercado que recibe. La competitividad depende tanto del desempeño de la estructura exportadora (oferta), como del dinamismo del comercio internacional o los mercados receptores específicos (demanda). De la matriz de MAGIC resultan cuatro posibilidades de inserción de un producto específico en un período de tiempo, dependiendo de cómo respondió su participación en el mercado, y su dinamismo en el mercado receptor. Recuadro 3 - MAGIC Tomado de la CEPAL La inserción dinámica o la competitividad dependen de la dinámica temporal de las siguientes variables, tomando en lo que sigue como mercado de referencia a los países industrializados: 1) Participación global: la participación de un país en el total de las importaciones de los países industrializados = (Mj / M) * 100. 2) Participación de mercado: la participación de un país en un rubro determinado en las importaciones de los países industrializados = (Mij / Mi) * 100. 3) Contribución de mercado: la contribución de un rubro a las exportaciones totales de un país = (Mij / Mj) *100. 4) Contribución del sector: la contribución exportadora de un rubro a las importaciones totales de los países industrializados = (Mi / M) * 100. 5) Especialización: compara la contribución con respecto a la contribución del sector =(Mij * M) / (Mj * Mi). 6) Participación relativa: compara la participación de mercado de un país con respecto a otro = Mij / Mir. Donde: M: Importaciones totales de los países industrializados Mi: Importaciones de los países industrializados del sector i

3 El Módulo para Analizar el Crecimiento del Comercio Internacional (MAGIC, por sus siglas en inglés) es un

programa desarrollado por la Sede Subregional de la CEPAL en México, con el fin de evaluar la competitividad

expost de las exportaciones de los países en el mercado de los Estados Unidos

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Mij: Importaciones de los países industrializados del sector i procedentes del país j Mir: Importaciones de los países industrializados del sector i procedentes del país r (rival) Mj: Importaciones de los países industrializados procedentes del país j. Con base a estos criterios se desarrolla entonces una matriz de competitividad que clasifica las actividades en los cuatro grupos siguientes: aumento en la demanda y en la oferta (estrellas nacientes), aumento en la demanda y caída en la oferta (oportunidades perdidas), caída en la demanda y aumento en la oferta (estrellas menguantes) y caída en la demanda y la oferta (retiradas). La matriz de competitividad de MAGIC refleja la inserción dinámica de los productos de los países seleccionados que dependen tanto del desempeño de la estructura exportadora (oferta), como del dinamismo del comercio internacional o los mercados receptores específicos (demanda). Las condiciones de oferta están determinadas por el aumento o la disminución de la contribución del sector o producto; y las condiciones de demanda están determinadas por el aumento o la disminución de la participación de mercado del país o producto de las exportaciones en el mercado de destino

Estrellas Menguantes

Estrellas nacientes

Retiradas

Oportunidades perdidas

Mayor Participación de mercado o contribución de mercado o especialización Menor participación de mercado o contribución o especialización

Menor contribución del sector Mayor contribución del sector

Un producto X exportado desde un país A hacia un país B a lo largo de un período dado, puede ser clasificado en función de dos aspectos clave: • Primero, si el país exportador (A) está ganando o perdiendo participación en las importaciones del producto por parte del país importador (B); y • Segundo, si las importaciones del producto dado están ganando o perdiendo participación en las importaciones totales del país B. El primer criterio permite determinar si el país exportador está siendo competitivo en el mercado del producto en cuestión, mientras el segundo criterio permite saber si el mercado de ese producto está expandiéndose o desapareciendo. Frecuentemente se considera como deseable a las estrellas nacientes -porque señalizan participación creciente en un mercado presumiblemente creciente-, y las retiradas –porque señalizan habilidad para dejar mercados moribundos. Por un raciocinio similar, se considera indeseable las oportunidades perdidas -en tanto señalizan incapacidad de participar en un mercado creciente- y las estrellas menguantes –en tanto señalizan incapacidad de abandonar mercados moribundos. Por supuesto, este juicio está lejos de ser infalible, pues podría haber situaciones en los cuales razones estratégicas hacen conveniente retirarse de un mercado a

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pesar del mismo estar creciendo, o permanecer en un mercado a pesar de haber estado decreciendo Desde esta perspectiva, sin embargo, no se explican las causas estructurales de la competitividad —por ejemplo aspectos institucionales, tecnológicos, de cambios en la productividad, entre otros—, no distingue factores endógenos de competitividad de aquellos con características “espúreas”. El concepto de competitividad basada en información estrictamente comercial sólo abarca un segmento de la competitividad analizada y planteada por la propia CEPAL y por otros autores. Por último, el cambio en las diferentes matrices de competitividad es altamente sensible con respecto al tiempo. 2.1.1 Proceso de determinación Para la selección inicial de los productos ofensivos de la canasta exportadora agropecuaria dominicana que guiarán el diagnóstico de la competitividad sistémica que este estudio pretende realizar, se desarrolló un análisis a nivel de capítulos del Sistema Armonizado, seguido de un análisis pormenorizado de las líneas arancelarias para las cuales hubo información disponible para el periodo 2001-2006. En tal sentido, se seleccionaron los capítulos 1 al 24 del Sistema Armonizado correspondientes al sector agropecuario y sus derivados, cuyos componentes no hayan experimentado procesos industriales de alto valor agregado. De dichos capítulos se seleccionaron posteriormente aquellos productos o grupos de productos (líneas arancelarias) cuyo proceso industrial no exceda el lavado, secado o cortado o procedimientos similares, y que, acorde a la metodología MAGIC, resultaron catalogados como estrellas nacientes y estrellas menguantes por su comportamiento en el mercado norteamericano entre los años 2001 y 2006. De las veinticuatro primeras líneas arancelarias preseleccionadas por su tipología de estrellas nacientes y estrellas menguantes, finalmente se seleccionaron las 10 partidas, correspondientes a productos o grupos de productos clasificados como estrellas nacientes, es decir, aquellos cuya participación en las importaciones totales de Estados Unidos se incrementó, al propio tiempo que se registró una mayor participación en ese mercado para sus países de origen. Las diez líneas arancelarias que resultaron seleccionadas mediante este ejercicio, correspondientes a cinco capítulos del Sistema Armonizado, fueron las que presentamos a continuación. • 0106 Animales vivos; • 0304 Filetes de pescado y otra carne de pescado (picado); fresco; enfriado o congelado • 0702 Tomates; • 0707 Pepinos frescos o enfriados y pepinillos; • 0710 Verduras frescas o enfriadas (no cocinado o cocinado por vapor o agua hirviendo); congelado • 0805 Frutas cítricas; fresco o secado • 0810 Frutas • 0812 Fruta fresca y nueces provisionalmente conservado (por gas de dióxido de azufre; en salmuera etc.); pero inadecuado en aquel estado para consumo inmediato • 0813 Frutas; secas; (no contenidas en títulos 0801 a 0806) • 0902; Te, condimentado o no

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Vale destacar que esta selección a partir de los criterios ya mencionados, no constituye una determinación categórica que implique una lista cerrada de productos o sectores competitivos. La determinación a partir de la tipología de MAGIC nos permite fundamentalmente hacer una selección preliminar a partir de la cual sea posible trabajar, en la determinación de los factores de competitividad sistémica. 2.1.2 El análisis desde la perspectiva sistémica de la competitividad para productos ofensivos. Uno de los resultados que procuraba este proceso de investigación era determinar y diagnosticar los elementos de competitividad sistémica para los productos ofensivos de la agricultura dominicana de cara al DR-CAFTA. Aunque no es completamente aplicable el análisis desde un enfoque sistémico de la competitividad a un producto o un grupo especifico de productos de forma aislada, porque precisamente la competitividad sistémica comprende elementos, actores y factores que son comunes al sector y a la economía en su conjunto, en los cuatro niveles en que se subdivide, Nivel Meso, Nivel Macro, Nivel Meso y Nivel Micro, es posible orientar el análisis desde esa perspectiva hacia ciertos productos seleccionados. En otras palabras, la competitividad es sistémica porque abarca todo el sistema en que se desarrolla la producción, sin embargo, el análisis puede hacer énfasis en algunos productos o sectores para obtener un diagnóstico integral que considere áreas más concretas. El enfoque sobre algunos productos agropecuarios seleccionados por su potencial competitivo en el mercado externo, nos permitirá adoptar criterios analíticos y metodológicos discriminatorios, que nos ayuden a conducir el proceso de evaluación de la competitividad sistémica hacia un terreno más concreto, sin perder el enfoque integral y holístico de la teoría de la competitividad sistémica, que precisamente supera los enfoques parciales anteriores, porque propone una visión de conjunto. Los capítulos que vienen, en especial los análisis Meso y Microeconómicos, hacen un énfasis en los productos señalados por MAGIC como competitivos, particularmente los frutales y vegetales.

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3 DIAGNÓSTICO DE LA COMPETITIVIDAD SISTÉMICA DEL SECTOR AGROPECUARIO

DOMINICANO.

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3.1 Análisis del Nivel Meta de la Competitividad Sistémica Para analizar la competitividad del sector agropecuario dominicano y de sus productos ofensivos, desde una perspectiva sistémica, se hace necesario caracterizar el entorno político, económico y social en que se desempeña la producción agropecuaria, por ello, en primer lugar, se caracterizarán los niveles meta y macroeconómico, que corresponden a un nivel estructural nacional, con el objetivo de tener una visión clara y concreta respecto a las facilidades o barreras que este entorno puede generar para el crecimiento del sector agrícola exportador. El Nivel Meta de la competitividad sistémica incluye el modelo general de organización de la vida política, jurídica y económica del país, así como el conjunto de elementos socioculturales que caracterizan una sociedad. También incluye los acuerdos explícitos e implícitos sobre los grandes propósitos nacionales en el mediano y lago plazo; la capacidad de organización y de gestión de la sociedad de resolución de conflictos. Y además incluye la estabilidad del sistema político y económico.

3.1.1 Breve reseña histórica de la evolución económica dominicana

La economía dominicana ha sido la de mayor crecimiento del continente en las últimas décadas, registrando para el período 1961-2002, una tasa de crecimiento promedio anual del PIB de 5.4%, dos puntos porcentuales por encima del promedio regional, y 0.8% más elevada que Brasil, la segunda economía de más alto crecimiento. Además fue un crecimiento relativamente estable comparado con el resto de la región. El nivel de volatilidad de la tasa de crecimiento del PIB (medido por el coeficiente de variación) se colocó en un 23% por debajo del promedio regional. Es decir, durante medio siglo la República Dominicana creció de forma acelerada y estable en comparación con el resto de la región. (Isa & Ceara, 2003; PNUD 2005)

Cuadro 1 - Años Recesivos de la Economía Dominicana (1950- 2003)

Años Crecim. PIB Causas

1953 -1.2% Crisis azucarera 1961 -1.5% Caída de Trujillo 1965 -11.7% Guerra Patriótica contra la Intervención Extranjera 1968 -1.1% Crisis azucarera

1985 -2.1% Ajuste con el FMI y crisis de la deuda, transición hacia servicios

1990 -5.5% Intento de revertir el modelo de servicios 2003 -3.0% Socialización de la perdida Baninter Fuente: (Isa & Ceara, 2003; PNUD 2005)

Históricamente el país basó su dinamismo en la exportación de materias primas, fundamentalmente provenientes del sector agropecuario. La reforma económica consistió en la implementación de adelantos técnicos a los procesos productivos, el surgimiento de nuevos pilares de motorización de la economía y el desarrollo de políticas para la liberalización, unido a la reducción del patrimonialismo del Estado dominicano. A finales de la década del 60’s se comienzan a implementar políticas tendentes a desarrollar el Modelo Sustitutivo de Importaciones (MSI) que se basó fundamentalmente en lograr un cierto grado de semi-industrialización y en darle prioridad al mercado interno. Empieza a caracterizarse por la promoción de la actividad industrial (muy dependiente de importaciones de materias primas), el

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fomento a nuevos sectores productivos como turismo, zonas francas y minería, y el aumento del nivel de inversión pública en construcciones, en especial urbanas A la luz del nuevo modelo de desarrollo, Y probablemente por primera vez en la historia del país, se adecuó con exactitud la política económica en torno a los objetivos trazados por el mismo. El sector privado gozó de incentivos importantes como salarios bajos, que se subsidiaban a su vez con los bajos precios de los alimentos, lo que obligó a adecuar la política de precios, para aumentar la rentabilidad del sector industrial, a través de mantener los precios bajos del sector agropecuario.4* A pesar de todo, la industria mostró signos de una administración ineficaz. La protección excesiva que caracterizó ese periodo, y que sin duda fue junto a los largos periodos de protección el principal problema de la implementación del modelo, provocando el desarrollo de productores ineficientes. Otro gran problema de la implementación del MSI fue su escaso encadenamiento productivo, y que en muchas situaciones se observó a la agricultura únicamente como fuente del excedente que financiaría a la industrialización. Tal situación provocó que las políticas públicas sectoriales y macroeconómicas perjudicaran al sector agropecuario nacional y lo debilitaran estructuralmente a través de una transferencia de recursos hacia los sectores más pujantes de la economía, impidiendo así su proceso de modernización, un proceso cuyas consecuencias se pueden observar aun hoy. El agotamiento de este modelo quedó evidenciado hacia finales de la década de los 70's, pero en especial a raíz de la crisis de inicios de los 80's. Es así que la inserción de la República Dominicana en la economía mundial a través de bienes de industria básica o ligera, logrados a través del MSI, no llegó a dar los resultados esperados, y a finales de la década de los 70’s todavía la economía dominicana dependía fundamentalmente de la exportación de materias primas. Ya en la década de los 80s, la situación colapsaría. La década de los 80's en República Dominicana fue, como en todo el continente, una década muy difícil. Los estragos de la crisis de la deuda, el agotamiento del MSI y la situación política y social interna, fueron la conjugación de las condiciones necesarias para una crisis prolongada. Dicha década se caracteriza fundamentalmente por un deterioro de los términos de intercambio y por la recesión de los países industrializados, La agudización de los procesos de endeudamiento insostenibles que provocaron importantes desajustes macroeconómicos; y la interrupción de los flujos de capitales externos que caracterizaron la década anterior, menguaron la capacidad de respuesta fácil a la situación. Hubo crisis de balanza de pagos, bajo crecimiento económico, un estancamiento de la agricultura y un crecimiento lento de las manufacturas, y como ya apuntamos, se produce una caída de la inversión pública y privada. La inserción economía dominicana durante esta década, aunque cambió junto al cambio del aparato productivo, mantuvo un sesgo importante hacia la exportación de productos agrícolas, debido a que el peso de los productos tradicionales, sobretodo la azúcar, continuó siendo importante en las exportaciones del país. Todavía para el año de 1984, las exportaciones de caña de azúcar constituyan el 25% de todas las exportaciones del país; mientras que juntos (azúcar y derivados, cacao, café y tabaco) los productos tradicionales representaron en ese año un 47% del total de las exportaciones del país. 4 A la luz de esas políticas surge El Instituto Nacional De Estabilización De Precios (INESPRE),, mediante la ley No. 526 el día 10 de diciembre del año 1969

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En 1983, 1984 y 1985 se intentan numerosas medidas para estabilizar la economía, lo que sin duda eran indicadores evidentes de una necesidad en la reestructuración económica que permitiera una reestructuración del ingreso de divisas. Los sectores turismo y zona franca tuvieron un impresionante crecimiento en la década de los años 80's, con tasas de crecimiento de promedio anual superiores al 20% entre 1980-1989. Estos nuevos procesos de producción recibieron un incondicional respaldo de las fuentes crediticias, fueron privilegiados por las políticas monetarias y por asignaciones especiales de fondos vía el Banco Central, así como por un conjunto de leyes y disposiciones administrativas, que establecieron amplias concesiones fiscales y una fuerte protección institucional. La ley 153 de 1971 sobre Promoción e Incentivo al Desarrollo Turístico, otorgaba incentivos fiscales (exención del 100% del impuesto sobre la renta) durante 10 años a las personas físicas o morales radicadas en el país que invirtieran en este sector. Finalmente en la última mitad de la década se desarrolló una insostenible política expansiva, manifestada principalmente a través de un ambicioso plan de inversiones públicas. Desde 1986 se inició un proceso de expansión de la demanda agregada que ignoró las restricciones fiscal y externa y se tradujo en déficit externo y en una importante pérdida de las reservas internacionales, y finalmente esta situación obligó a postergar el pago de la deuda externa. Poco se avanzó en las reformas económicas necesarias, y aunque se logró una recuperación productiva, fue a costa del sobrecalentamiento de la economía. De esa forma después de enfrentar por un proceso de crisis y desequilibrios a inicios de la década, terminaríamos la década sumergidos en otras crisis. Lo más importante es que en los 80's a pesar de la inestabilidad macroeconómica, la crisis indicó el camino sobre la necesidad de reconvertir la economía. Se inició un conjunto de políticas de desarrollo que gestarían la transformación estructural a favor de los sectores comercializables, que sin duda alguna, con su profundización durante los 90's, han configurado el modelo económico y social de la actualidad, y la forma de inserción en la economía mundial dominante hasta la época. En esta década en la economía dominicana se produce un cambio de modelo. En 1980 las exportaciones de zonas francas apenas alcanzaban US$117 millones lo que representaba el 8% de las exportaciones totales de bienes y servicios, mientras que las exportaciones de servicios eran 22% de un total de US$1,400 millones. Diez años más tarde las exportaciones de zonas francas se habían multiplicado por más de 7 veces creciendo a un ritmo de 23.8% anual, alcanzado en 1990 el 32% de las exportaciones de bienes y servicios. Cuadro 2 - Tasa de Crecimiento Promedio

AÑOS ZZFF Expor. Nac Totales

Export. Servicios

Export ByS

Tipo Cambio

1950-59 - 7.8 7.8 45.9 8.9 0.0 1960-69 - 5.2 5.2 12.7 6.1 1.2 1970-79 89.1 18.9 19.9 21.1 20.0 0.9 1980-89 23.8 2.2 7.2 14.8 9.0 21.4 1990-99 22.5 0.4 13.9 10.7 12.3 9.8 2000-02 0.3 -0.1 0.1 2.6 1.0 5.2 1950-02 39.6 6.4 10.4 18.4 10.8 7.0 Fuente: Isa, Pavel, 2007, actualizada por el autor.

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Cuadro 3. Nivel de Exportaciones de Bienes y Servicios

AÑOS ZZFF Exp. Nac. Bienes Totales

Export. Servicios

Export ByS

Tipo de Cambio

1950 84 84 3 86 1.00 1960 180 180 18 198 1.00 1970 1 213 214 43 257 1.00 1980 117 962 1,079 309 1,388 1990 850 735 1,585 1,097 2,682 8.42 2000 4,771 966 5,737 3,228 8,964 16.18 2002 4,317 848 5,165 3,071 8,236 17.45 2003 4,407 1,064 5,471 3,469 8,940 29.06 2004 4,685 1,251 5,936 3,504 9,940 41.24 2005 4,750 1,395 6,145 3,913 10,058 30.00 2006 4,678 1,931 6,610 4,543 11,153 33.09 2007 4,563 2,674 7,237 4,690 11,927 33.52 Fuente: Isa, Pavel, 2007, actualizada por el autor. Las exportaciones nacionales que habían representado el 83% de las exportaciones totales en 1970, se reducían a 69% en 1980 y a 27% en 1990, creciendo a 18.9% en los setentas por el efecto del boom azucarero de mediados de la década; ese crecimiento se redujo a 2.2% en los ochentas y en 0.4% en los noventas. Las exportaciones nacionales se han estancado desde la década de los ochentas. Solamente en 1981 y 1997 han registrado un nivel superior a mil millones de dólares. En el 2000, las zonas francas representaron cerca del 53% de las exportaciones del país, y en el 2007 representaron un 63.1% del total de las exportaciones. En 20 años las exportaciones totales de bienes y servicios se habían multiplicado por 6.45 veces mientras que el valor del peso se había depreciado rápidamente (de 1.26 x dólar en 1980 a 11.13 en 1990) en la década de los ochentas y se había estabilizado en los noventas. La República Dominicana había registrado una profunda reestructuración de sus ingresos de divisas y de su estructura económica, pero en la última década de los noventas, hay claros indicios de que el modelo empieza a perder dinamismo y a “agotarse”, lo que requiere una nueva readecuación. La tasa de crecimiento del turismo y de las zonas francas se ha venido reduciendo. El Modelo de inserción dominante basado en venta de servicios parece estar agotándose. La década de los 90’s se desarrolla y consolida el modelo de los sectores terciarios. Las exportaciones de zonas francas y el turismo son los instrumentos predominantes en este modelo. Es también la década donde se producen los mayores procesos de liberalización, y posteriormente se inicia una serie importante de negociaciones comerciales. En el segundo lustro de los noventa la situación de aislamiento en cuanto a política comercial cambió por varios factores. Cambió la estructura productiva. Se produjo una serie de reformas estructurales que impulsó la liberalización y la apertura comercial, así como el desarrollo de sectores productivos de servicios. Como vimos, ya a finales de la década del setenta las exportaciones tradicionales dominicanas entraron en una crisis irreversible que reorientó el aparato productivo hacia el desarrollo del turismo y las zonas francas. Esta situación entonces obligó al sector empresarial nacional a internacionalizarse5.

5 .- El azúcar que generaba entre 50-60% de divisas a finales de los 70´s a finales de los 80´s generaba

menos del 2-3% de los ingresos de divisas. El valor total de las exportaciones de bienes y servicios que

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En los años 90's se sucedieron también, importantes procesos de reformas económicas. Era necesario "adaptar" la economía a los procesos internacionales de la Globalización que exigían liberalizaciones y modificaciones en nuestra economía.6*Las reformas más importantes durante el periodo fueron: • Reforma Arancelaria • Reformas al Régimen Textil • Reforma al Código Tributario • Código Laboral • Reforma a la Inversión Externa - Ley 16-95 • Rectificación Técnica a los Acuerdos del GATT • Ley General de Telecomunicaciones 153-98. • Capitalización de la Empresa Pública • Reforma al Régimen Exportador • Reforma al Régimen de Derecho de Propiedad Industrial. • Reforma al Régimen de Regulación de la competencia

3.1.2 Cambios en la Composición del Producto Interno Bruto

A pesar de la relativa estabilidad en el crecimiento económico, la estructura de la economía dominicana ha cambiado dramáticamente. En las décadas de los sesenta y hasta inicios de los setenta, la economía era principalmente agroexportadora, el peso del sector azucarero era muy elevado y era casi el único que exportaba, la mayor parte de la población trabajadora se dedicaba a la agricultura, produciendo especialmente en pequeños predios de muy baja productividad, y el sector manufacturero era pequeño en términos del número de empresas, del valor de la producción y del volumen empleo.

Gráfico No. 1

0%

20%

40%

60%

80%

100%

1973 1977 1981 1985 1989 1993 1997 2001 2005*

Composición Porcentual del PIB 1970-2005

OTROS SERVICIOS

GOBIERNO

PROP. DE VIVIENDAS

FINANZAS

ELECTRICIDAD Y AGUA

COMUNICACIONES

TRANSPORTE

HOTELES, BARES Y REST.

COMERCIO

CONSTRUCCION

MANUFACTURA

MINERIA

AGROPECUARIO

Fuente: Banco Central de la República Dominicana

alcanzaban menos de mil millones de dólares se multiplican entre 6 y 7 veces hacia la mitad de la década

de los noventa. 6 Este es el argumento fundamental de la CEPAL para denominar ese proceso como reformas adaptativas.

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Desde finales de los setenta, el sector azucarero inicia una larga crisis que culminaría años después con su casi completa desaparición como sector exportador de importancia en el marco de una tendencia sostenida de caída de los precios internacionales y de reducción de la cuota de exportación al mercado de los Estados Unidos. A partir de los noventa, la importancia del sector manufacturero se estancó, la agricultura empezó a retroceder, los sectores de comercio y servicios continuaron desarrollándose en el marco de un proceso de liberalización económica, e irrumpieron en la escena dos nuevos sectores de exportación, las zonas francas y el turismo, que reemplazaron completamente al azúcar en la generación de divisas.

3.1.3 Sistema Político-Institucional de la República Dominicana

La Republica Dominicana se define como una democracia representativa, que responde al modelo clásico de la división de poderes: Poder Ejecutivo, Poder Legislativo y Poder Judicial. Los espacios de libertades alcanzados en las últimas décadas han permitido ir configurando un esquema político con avances en materia de libertades públicas, pero con importantes rezagos en materia de institucionalidad y transparencia. Desde el fin de la dictadura de Trujillo hasta las elecciones de 1978, la incipiente democracia fue oscurecida por múltiples acontecimientos; se produjo primero el golpe de Estado (1963), dos constituciones (1963 y 1966), una Guerra Civil (1965), una ocupación militar estadounidense (1965) y un período de doce años de gobiernos autoritarios de Joaquín Balaguer (1966-1978). El impulso democratizador dominicano, evidenciado por las elecciones de 1978, estuvo franqueado por una serie de condiciones sociales, económicas, políticas y del contexto internacional. El Poder Ejecutivo está representado por el Presidente de la República, que es elegido por voto directo; nombra el Gabinete de Gobierno, ejecuta las leyes provenientes del Poder Legislativo y es el Comandante en Jefe de las Fuerzas Armadas y la Policía Nacional. El Poder Legislativo está representado por el Congreso Nacional, que está conformado por dos cámaras legislativas: El Senado de la República, que es el ente de representación territorial, cuenta con 32 escaños, uno por cada una de las treinta y una provincias y uno por el Distrito Nacional; y la Cámara de Diputados actualmente con 178 escaños. El Poder Judicial lo ejerce la Suprema Corte de Justicia, compuesta por 16 jueces que son nombrados por un Consejo nominado por los tres principales partidos políticos. La Suprema Corte de Justicia tiene jurisdicción sobre acciones contra el Presidente de la República, miembros de su Gabinete de Gobierno y sobre los legisladores. La Suprema Corte de Justicia es también el tribunal constitucional. En cada una de las 31 provincias existe, en representación del Poder Ejecutivo, un Gobernador Provincial, nombrado por el Presidente. La máxima autoridad municipal lo constituyen los Síndicos (alcaldes), que son elegidos por votación popular. El sistema de Gobierno se ve afectado por una hegemonía del Poder Ejecutivo sobre los demás Poderes del Estado que cuestiona la verdadera independencia de Poderes, así como la utilización de modelos artesanales y atrasados en administración pública, lo cual redunda en una ineficiencia generalizada de la institucionalidad caracterizada por el abultamiento de la nómina pública; la ineficiencia funcional de los mecanismos de fiscalización y rendición de cuentas, que impiden el empoderamiento y el control ciudadano. El Poder Legislativo se limita a la elaboración y aprobación de las leyes, pero posee un mínimo control y seguimiento sobre las ejecuciones del Ejecutivo.

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El Poder Judicial, a pesar de las últimas reformas, mantiene también poca influencia en las acciones emprendidas por los demás poderes. La justicia es percibida como de difícil acceso y discriminatoria, como mediada por los intereses económicos. Aunque, a diferencia de otros países de la región y firmantes del DR-CAFTA como Guatemala, el Salvador, Nicaragua y en cierta medida Honduras, la República Dominicana no ha tenido conflictos armados de envergadura desde el año de 1965, lo que ha permitido crear un ambiente de mayor estabilidad política y por tanto de mejores condiciones para la estabilidad económica, actualmente el sistema político-institucional atraviesa por una importante crisis institucional, que afecta sobretodo a los partidos políticos. Porque, a pesar de que el país ha logrado avances en reformas estructurales de la economía, las reformas institucionales han avanzando muy lentamente.

3.1.4 Partidos Políticos La República Dominicana tiene un sistema político multipartidario; y aunque existen al menos dos decenas de partidos políticos reconocidos por la Junta Central Electoral, los dos partidos políticos más importantes son el Partido de la Liberación Dominicana (PLD) (53% de los votos en las últimas elecciones de 2008) y el Partido Revolucionario Dominicano (PRD) (41% de los votos en las últimas elecciones de 2008). Existen severos cuestionamientos sociales sobre la representatividad y las prácticas en el ejercicio de los partidos políticos dominicanos. El informe Nacional de Desarrollo Humano del 2008 del PNUD afirma que la institucionalidad existente en República Dominicana bloquea la posibilidad de que los partidos políticos se constituyan en “un medio para apropiarse colectivamente del capital social”. Según el PNUD, Los partidos no actúan como puentes naturales entre las personas y el Estado. Por el contrario, en ocasiones contribuyen con la apropiación individual del capital social, vía el clientelismo, o minan la confianza interpersonal y en las normas, obstaculizando la formación de instituciones y organizaciones de la comunidad articuladas a través del capital social. (PNUD, 2008) Dicho informe a su vez cita las cuatro encuestas DEMOS realizadas desde 1994 al 2004, según las cuales, cerca de la mitad de las personas encuestadas sostuvieron que los partidos políticos sólo representan los intereses de los políticos, mientras que entre el 36% y el 43% dijeron que representan los intereses de algunos grupos o personas. Apenas entre el 7% y 10% sostuvo que representaban a todos los grupos de la sociedad. Por su parte, el Informe INDH de 2005, sostiene que “el carácter patrimonialista de la política; es decir, la concepción de la política y del poder como una extensión del espacio privado y no como un espacio público, ha llevado a que en los partidos políticos predominen prácticas clientelistas, un bajo perfil ideológico, el caudillismo y un déficit de democracia interna”. PNUD 2005, p. 231 La credibilidad de los partidos políticos como instrumentos de ejercicio de la ciudadanía va en declive en la República Dominicana ante la evidencia constante de prácticas negativas como el clientelismo, el nepotismo, el caudillismo, el soborno, la compra de conciencia y la corrupción administrativa. Esta situación de descrédito de los partidos políticos, pese a que aun no se reflejado en una disminución apreciable de la intención de voto que mantienen, tiene un significativo impacto en la confianza de los ciudadanos hacia el sistema político e institucional del país, al tiempo que compromete la estabilidad política hacia el futuro.

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Esta baja percepción de confianza de la ciudadanía hacia los partidos políticos tiende a inhabilitar dichas organizaciones para servir como instrumento de ejercicio de la ciudadanía y por tanto limita la participación democrática de la sociedad en la toma de decisiones políticas, debilitando así la institucionalidad pública que es configurada a la luz de este esquema de funcionamiento político, y es contaminada con las prácticas de dichas instituciones. Necesariamente esta importante falla en el sistema político institucional del país influye negativamente en la competitividad sistémica del país, que depende en parte de cómo funcionen las instituciones del país, y se ve afectada por la ineficiencia en la provisión de bienes y servicios públicos del Estado. Por otra parte, la sostenibilidad de la estabilidad política no se ve garantizada por cuanto los partidos políticos dejan de ser instrumentos de participación y ejercicio ciudadano, y se generan entonces nuevos mecanismo y formas de participación y presión ciudadana, mientras estas organizaciones se alejan cada vez más de las aspiraciones e intereses de la sociedad. Ese proceso de generación de nuevas formas de canalización de las voluntades sociales y populares frente a una institucionalidad orgánica en crisis puede amenazar la estabilidad política y económica del país y por tanto el ambiente propicio para que se generen los factores de la competitividad sistémica. Por último, la crisis de “representatividad social” los partidos políticos tradicionales en República Dominicana, que se expresa en su desconexión con los intereses de la sociedad, su descrédito ante la opinión pública y finalmente su bajo perfil ideológico, ha impedido a su vez la asunción de compromisos y consensos políticos de largo plazo que permitan articular una agenda común sobre los principales problemas y desafíos de la nación. La ausencia de compromisos a largo plazo y, por tanto de una agenda nacional de desarrollo, es un factor que influye negativamente en la competitividad sistémica porque implica ausencia de acciones y estrategias coherentes y de largo plazo para enfrentar problemas estructurales del país, además de que plantea un escenario de inseguridad futura en la adopción de las políticas públicas y sus repercusiones.

3.1.5 El clientelismo El clientelismo responde a una visión patrimonialista del Estado en la cual las organizaciones políticas buscan y acceden al poder para beneficiarse y beneficiar a su red de “clientes” de los fondos públicos y otras prebendas (influencia, poder sobre decisiones políticas, etc). Según el citado informe del PNUD, la definición de clientelismo es asumida como una “reciprocidad difusa”, en donde se genera un intercambio de apoyo político por favores económicos y sociales; y es el que explica el apoyo al sistema de partidos en República Dominicana y es la razón por la cual, a pesar de no colaborar en la formación de un capital social de apropiación colectiva, los partidos mantienen altos niveles de legitimidad, como lo demuestra el número de votantes en los procesos electorales. Este fenómeno no sólo afecta a los partidos políticos, si no que está profundamente enraizado en la sociedad dominicana como un rasgo cultural. En efecto, para el año 2004, prácticamente todas las personas tenían algún nivel de clientelismo: el 36% tenía un nivel bajo, el 28% un nivel moderado, el 23% un nivel alto y el 12% un nivel muy alto. ( DEMOS, 2004) Es un mal grave en la sociedad dominicana porque bajo esta práctica, y utilizando los recursos provenientes de los fondos públicos, se ha construido una inmensa red, que además de desviar los fondos públicos hacia patrimonios particulares, lacera

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significativamente el tejido social y cultural de la nación, fomentando antivalores como el individualismo, el parasitismo y el enriquecimiento ilícito como formas válidas de superación, generando a su vez una actitud de complicidad colectiva que no contribuye a crear una articulación social y ciudadana que favorezca la competitividad sistémica.

3.1.6 Altos niveles de corrupción Otro elemento que influye negativamente en la competitividad sistémica de la República Dominicana, además de las prácticas clientelares, es la corrupción administrativa asociada a ésta. Este problema estructural que parece afectar a todas las instituciones del sector público queda evidenciado en los datos de los informes de organizaciones internacionales. La corrupción gubernamental puede definirse como el aprovechamiento indebido de la administración de un patrimonio publico en beneficio particular. Obviamente la corrupción no sólo se manifiesta en la administración pública, sino en muchos niveles de la vida. Es por tanto que diferentes organizaciones han manejado definiciones similares, la misma Transparencia Internacional (TI), por su parte, ha elegido una definición del término que reza: “La corrupción se define operacionalmente como el uso ilegal de los recursos confiados para el enriquecimiento privado”. Según un estudio realizado por la ONG dominicana Participación Ciudadana, entre 1983 y 2003, fueron sometidos a investigación judicial doscientos casos de corrupción. Hasta el año 2004, de estos casos, 40 habían sido descargados, 166 se encontraban pendientes de fallo en libertad “provisional bajo fianza” y tan sólo uno había sido condenado para luego ser indultado por el Poder Ejecutivo. Según el estudio, hasta dicho año no había una persona condenada y en prisión por corrupción7. Según los datos de esta investigación el 75 % de los dominicanos y dominicanas considera que en la administración pública existe mucha corrupción y bastante impunidad. Transparencia Internacional (TI), una ONG reconocida a nivel internacional, elabora el Índice de Percepción de la Corrupción el cual publica anualmente para todos los países. El CPI (por sus siglas en inglés), mide la percepción que la sociedad tiene de la corrupción en su país, basado en encuestas de opinión y estudios técnicos de expertos. Como era de esperarse, la República Dominicana ha venido presentando retrocesos en materia de corrupción. Mientras, el informe de 2003 presenta al país en el lugar 70 de 133, con un índice de 3.3, en el 2007 el país desciende al puesto 99 de 179, con un índice acumulado de 3.0, lo que representa un aumento significativo del nivel de percepción de la corrupción en los últimos años. Aunque en términos regionales, la República Dominicana ocupa el tercer lugar en cuanto al Índice de Percepción de la Corrupción (puesto 99 a nivel mundial), por encima de Guatemala (puesto 111), Nicaragua (puesto 111), y Honduras (puesto 121); la diferencia frente a Costa Rica (puesto 55) y El Salvador (puesto 57), es realmente significativa, mostrando serias desventajas de nuestro país en materia de transparencia y corrupción, elemento que influye negativamente en la competitividad sistémica porque genera ineficiencia en los servicios públicos y

7 Recientemente, la Justicia ha tomado decisión sobre los casos relacionados con el plan de renovación de

autobuses para el servicio transporte público (Plan Renove) y el fraude en el banco Baninter, condenando

a gran parte de los involucrados con prisión e indemnizaciones al estado. Mientras que, por otro lado, el

Ministerio Público suspendió la persecución contra los funcionarios inculpados en otros dos importantes

casos de prácticas corruptas (el PEME y la distribución de gas licuado de petróleo).

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aumenta los costes burocrática de la actividad productiva, al tiempo que crea un ambiente de inseguridad jurídica y de falta de transparencia que dificulta la inversión y la actividad económica. Cuadro 4- Índice de Percepción de la Corrupción para los Países del DR-CAFTA (2006) Posición País en Ranking Global

País

Puntuación CPI Surveys

utilizadas

Rango de Confidencialidad

55 Costa Rica 4.1 5 3.3 - 4.8 57 El Salvador 4 5 3.2 - 4.8 99 República Dominicana 2.8 5 2.4 - 3.2 111 Guatemala 2.6 5 2.3 - 3.0 111 Nicaragua 2.6 6 2.4 - 2.9 121 Honduras 2.5 6 2.4 - 2.7 Fuente: Transparencia Internacional Este problema de la corrupción se ha convertido ya en un asunto de salud del sistema democrático, y constituye un mal estructural de la economía y su competitividad sistémica. Al tiempo que desvía los fondos que deberían utilizarse para ejecutar las políticas públicas productivas y de desarrollo y hace ineficientes las instituciones públicas, también dificulta los trámites y los procesos naturales asociados con la producción económica. Por otra parte, la corrupción generalizada crea un ambiente de inseguridad e indefensión de los agentes productivos que se desarrollan bajo marcos legales y de regulación que son poco claros o que no se cumplen por la falta de voluntad política asociada a ésta.

3.1.7 Valores Socio-Culturales Para diagnosticar el Nivel Meta de la competitividad sistémica también hay que poner atención a los valores o rasgos culturales que caracterizan la sociedad y que influyen determinantemente como ejes transversales de los asuntos económicos, políticos y sociales del país. Aunque, un análisis de rasgos culturales, es tarea para un ensayo diferente, en este acápite haremos mención de algunos patrones socio-culturales estudiados profusamente en otras publicaciones. Según el citado INDH 2008 del PNUD, existen aspectos dentro de la cultura dominicana que actúan positiva o negativamente en el desarrollo del capital social y el fortalecimiento del tejido social. Según este informe los principales aspectos son: • El “pesimismo dominicano”, que es una corriente de pensamiento desarrollada en la primera mitad del siglo XX, y que remite a ciertos rasgos raciales y culturales que explican la falta de confianza en el pueblo dominicano para constituirse como nación. La característica central de esta corriente, que sigue siendo común dentro de la población, es subestimar la capacidad y potencialidad del dominicano como pueblo y país. El hecho de que una parte importante de la población quiera emigrar del país (un 57% según encuesta Hamilton-Hoy 2007) y que la gran mayoría no crea posible que se puedan producir cambios, evidencia un gran desencanto y una falta de confianza en el liderazgo nacional, que se convierte en un factor que limita la capacidad del empoderamiento y articulación social para el ejercicio de la ciudadanía. En efecto en 2004, más de la mitad de la ciudadanía no confiaba en la posibilidad de cambio. Entre 1994 y 2004 la proporción de personas que desconfiaban en la posibilidad del cambio pasó de un 37.4% de la población a un 51.3%. (PNUD, 2008)

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• El “complejo de gancho”, que es un factor sociocultural que parte de la idea de que en “el otro” no se puede confiar, porque en cualquier momento nos pone “un gancho” o trampa. Esta percepción impide la construcción de relaciones de confianza mutua, por la suspicacia frente al “otro”. • El llamado “doble pensar”, según el cual las personas en público expresan algo diferente a lo que realmente sienten o sencillamente no se expresan. • El “exteriorismo”, analizado también en el INDH 2005, que se basa en la percepción de que las cosas que le ocurren a la gente están determinadas por factores externos, que están fuera del dominio de la propia persona o del grupo al que pertenece.

3.1.8 Índice de Desarrollo Humano Un indicador importante para evaluar el Nivel Meta de la competitividad sistémica es el Índice de Desarrollo Humano publicado por la Oficina de Desarrollo Humano (ODH) del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo PNUD; Esta es una medición por país de los niveles de calidad y duración de vida de la población (según la esperanza de vida al nacer), el nivel educativo de la sociedad (medida por la tasa de alfabetización de adultos y la tasa bruta combinada de matriculación en educación primaria, secundaria y terciaria), y nivel de vida digno (medido por el PIB per. cápita en USD). El IDH va de 0 a 1, siendo el 1 el mayor nivel de desarrollo humano. Es un indicador cruzado importante que describe muy bien el ambiente metaeconómico de la competitividad sistémica, porque diagnostica la calidad de vida de la población y la calidad educativa del capital humano, pero además diagnostica la “libertad” económica de la población. En el 2007 la República Dominicana se encuentra entre los países con un nivel de desarrollo humano medio y ha ganado unos 15 puestos al disminuir desde el lugar No. 94 en 2006 hasta el lugar No. 79, significando esto una considerable mejoría de la situación global del desarrollo humano del país. A pesar de esto y a través de las ultimas dos décadas el país ha experimentado un ascenso significativamente lento en el índice de desarrollo humano ya que en las últimas dos décadas ha pasado desde 0.62 hasta 0.78 de 1975 a 2005.

Gráfico No. 2

Índice de Desarrollo Humano

0

0.1

0.2

0.3

0.4

0.5

0.6

0.7

0.8

0.9

1

1975 1980 1985 1990 1995 2000 2004 2005

Fuente: PNUD

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En cuanto al índice de Desarrollo Humano para los países del DR-CAFTA encontramos que el nivel de desarrollo humano del país es más alto que para la mayoría de la región (solo por debajo de Costa Rica), sugiriendo esto que los dominicano/as acceden a una mayor calidad de vida y a tienen más acceso a la educación que la mayoría de los ciudadanos de los países socios del DR-CAFTA. Este índice es importante desde el enfoque sistémico porque puede indicar importantes potencialidades de desarrollo de la economía del país a través de un empleo de una mano de obra de calidad y de buenos niveles de distribución de la riqueza.

Cuadro 5 - Índice de Desarrollo Humano para los Países del DR-CAFTA (2007) País Puesto Costa Rica 48 República Dominicana 69 El Salvador 103 Nicaragua 110 Honduras 115 Guatemala 118 Fuente: PNUD

3.1.9 Recursos humanos, culturales y naturales,

Otro índice importante, que complementa al anterior, y que puede aportar a la descripción del Nivel Meta de la competitividad sistémica, es el Subíndice C sobre Recursos Humanos, Culturales y Naturales elaborado por el Foro Económico Mundial en el Travel & Tourism Competitiveness Report. Este indicador, aunque se utiliza fundamentalmente en la competitividad en el sector turístico, resulta interesante porque incorpora elementos tangibles e intangibles que influyen desde el punto de vista del capital humano, cultural y natural, en la competitividad sistémica de un sector y de una economía. Si hacemos un análisis de este índice para el año 2008 podemos encontrar que la República Dominicana quedó situada en el puesto No. 67 de 130 lugares, en el cuál, el primero de los puestos corresponde a Australia, el país de mayores recursos naturales per cápita del mundo, y el último puesto, lo ocupa Lesotho, un diminuto país africano incrustado en Sudáfrica, de 30,000 kilómetros cuadrados y menos de 200 mil habitantes. Este puesto en el 2008 significó para la República Dominicana una considerable pérdida de su calificación con respecto al 2007, cayendo desde el puesto No. 29 en 2007, hasta el puesto No.67 en el 2008; con una puntuación de 5.24 y 3.89 respectivamente. En el caso de sus principales competidores en el DR-CAFTA, la República Dominicana ocupa el 4 lugar de seis, por encima únicamente de Nicaragua (puesto No.87) y El Salvador (puesto No.121), lo que indica una más baja competitividad sistémica del país en materia de recursos humanos, culturales y naturales.

Cuadro 6 - Subíndice C sobre Recursos Humanos, Culturales y Naturales para los Países del DR-CAFTA (2008) País Puesto Costa Rica 24 Honduras 62 Guatemala 55 República Dominicana 67

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Nicaragua 87 El Salvador 121 Fuente: Foro Económico Mundial

En términos de competitividad sistémica este índice muestra una importante desventaja del país en materia de capital humano, que es a fin de cuenta el principal recurso que garantiza la sostenibilidad del desarrollo económico. A su vez este índice hace un diagnóstico de la disponibilidad en materia de recursos naturales, los cuales, bien empleados, son una materia prima fundamental para garantizar el desarrollo económico; y por ultimo, el índice incorpora aquellos valores intangibles que se describen como culturales y que son muy importantes en materia de competitividad porque tienen que ver con tradiciones, costumbres, usos, procedimientos y formas de pensamiento y acción, los cuales influyen determinantemente en la economía de un país.

3.1.10 Índice global de competitividad (IGC). El índice global de competitividad (IGC) publicado por el Foro Económico Mundial es otro extraordinario indicador para hacer un diagnóstico comparativo de la competitividad sistémica del país en el Nivel Meta. Los rankings se calculan utilizando información disponible al público así como también los resultados de la Encuesta Ejecutiva de Opinión (Executive Opinion Survey) llevada a cabo por el Foro Económico Mundial en conjunto con su red de instituciones de investigación y organizaciones empresariales líderes. Se basa en 12 pilares de competitividad, e intenta ofrecer un panorama del escenario competitivo. Los pilares incluyen: Instituciones, Infraestructura, Estabilidad Macroeconómica, Salud y Educación Primaria, Educación Superior y Capacitación, Eficiencia del Mercado de Bienes, Eficiencia del Mercado Laboral, Sofisticación del Mercado Financiero, Preparación Tecnológica, Magnitud de Mercado, Sofisticación de los Negocios e Innovación. Por desarrollarse sobre la base de una encuesta y pese a ser depurado por numerosos expertos, permanece fuertemente influenciado por las percepciones de empresarios/as y lideres. Esto implica que tiende a poseer mucha subjetividad, lo estudiamos aquí, haciendo esa anotación pertinente. Según este índice en 2007, la República Dominicana ocupa el puesto No. 83 a nivel global y el lugar No. 15 del listado de los 22 países de la región, (con una puntuación de 3.75), mejorando en 8 puestos con respecto al año 2006 que ocupó el puesto 91. Sin embargo, los principales países competidores de República Dominicana salieron mejor puntuados que el país en este ranking. Este es el ejemplo de Costa Rica (puesto No. 52), El Salvador (puesto No. 61), Guatemala (puesto No. 75). De la región centroamericana sólo Honduras (puesto No. 93) y Nicaragua (puesto No. 95) quedaron con peor calificación que nuestro país en este importante índice de competitividad en el mundo.

Cuadro 7 - Índice global de competitividad para los Países del DR-CAFTA (2007) País Puesto Costa Rica 52 El Salvador 61 Guatemala 75 República Dominicana 83 Honduras 93

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Nicaragua 95 Fuente: Foro Económico Mundial

Según este importante índice la República Dominicana sólo es más competitiva que Honduras y que Nicaragua en la regio del DR-CAFTA, viéndose en desventaja frente a Costa Rica, El Salvador y Guatemala. El país más competitivo en la región de América Latina y el Caribe para el año 2006, es Chile, el cual ocupa la posición 27 a nivel regional y el menos competitivo es Guyana (111) En materia de “Requerimientos Básicos”, indicador que está conformado por cuatro subcomponentes: instituciones, infraestructura, macroeconomía, y salud y educación primaria, la República Dominicana, alcanza una posición un tanto más desfavorable que en el Índice Global (lugar 89), y en “Factores de Innovación” alcanza el lugar 91, mostrando sin embargo un mejor desempeño en lo concerniente a los Reforzadores de Eficiencia (lugar 76), que incluye aspectos fundamentales sobre la formación del capital humano. El pilar “Reforzadores de Eficiencia”, contempla tres subcomponentes: educación superior y formación técnica, eficiencia de mercado, y preparación tecnológica. La República Dominicana ocupa una posición favorable en el apartado de preparación tecnológica (lugar 58), sobrepasando el promedio de la región por unas 20 posiciones. La República Dominicana no destaca positivamente en ninguno de los subcomponentes de este pilar de “Requerimientos Básicos”, ocupando posiciones superiores al lugar 80 en la clasificación global en todos los casos. En lo relacionado al pilar “Factores de Innovación” y sus subcomponentes: sofisticación empresarial e innovación, República Dominicana ocupa las posiciones No. 79 y No. 99 en los dos subcomponentes, respectivamente. En el Índice de Competitividad Empresarial, que mide la calidad del clima de negocios a nivel nacional, así como las operaciones y estrategias empresariales, la República Dominicana ocupa la posición 84 en este índice de 125 países analizados. Nueva vez, sólo Nicaragua (102) y Honduras (106) de la región centroamericana quedaron en una posición más desfavorable que República Dominicana, la mayor parte de los países como Costa Rica (50), El Salvador (60), y Guatemala (61) por ejemplo, superan a la Republica Dominicana en materia de competitividad del ambiente empresarial. Para los países que componen el DR-CAFTA, el país ocupa el 4to lugar en materia de clima empresarial.

Cuadro 8 - Índice de Competitividad Empresarial para los países del DR-CAFTA (2007) País Puesto Costa Rica 50 El Salvador 60 Guatemala 61 República Dominicana 84 Nicaragua 102 Honduras 106 Fuente: Foro Económico Mundial

Otro indicador que nos ofrece el Foro Económico Mundial es el Índice de Tecnología, que mide el grado de preparación y apertura de un país o comunidad a participar en o beneficiarse del desarrollo tecnológico. La República Dominicana ocupa la

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posición 89 dentro del ranking que clasifica a 115 países, teniendo a Honduras (100) y Nicaragua (102) de la región, en posiciones menos favorables. En este sentido, Chile es, otra vez, el país más competitivo en materia de tecnología, a nivel regional, ocupando la posición 29 a nivel global.

3.1.11 El ejercicio de la ciudadanía El INDH 2008 del PNUD utiliza los datos de una encuesta titulada “LAPOP 2006” para medir los niveles de participación en organizaciones por parte de los dominicanos/as, la cual construyó tres índices de participación: cívica, política y religiosa. El tipo de organizaciones cívicas en donde hay mayor participación es en los comités de mejoras para la comunidad, en los que el 6.9% de las personas encuestadas participa semanalmente. La encuesta DEMOS de 2004, por su parte, confirma esta tendencia, ya que indica que la junta de vecinos es la modalidad organizativa que alcanzó el nivel de pertenencia más alto de todas las consideradas: el 19% de las personas entrevistadas dijo ser miembro activo o no tan activo de esta organización territorial. Cuadro 9 - Índice de Participación y componentes por región, 2006

Región

% de personas que ha asistido a reuniones comunitarias sobre algún problema de la

comunidad

% de personas que en el último año ha contribuido a la solución de algún problema de su comunidad

Índice de participación

Norte 54,9 50,6 0,82 Metropolitana 54,3 41,4 0,54 Sur 57,8 31,5 0,5 Este 50,0 48,2 0,44 País 54,7 43,8 0,62 Fuente: ODH/PNUD en base a LAPOP 2006 El Índice de Participación para el año 2006, elaborado en base a la encuesta LAPOP, muestra que un 54,7% de los dominicano/as ha participado en alguna reunión de su comunidad, y un 43,8% ha contribuido alguna vez a la solución de algún problema de su comunidad, lo que indica que cerca de la mitad de la ciudadanía dominicana tiene alguna propensión a la participación social y comunitaria. Las prácticas negativas descritas anteriormente, y que afectan a las organizaciones políticas partidarias, también afectan a las organizaciones comunitarias y sociales, y aunque una parte importante de la sociedad está organizada, la debilidad institucional de éstas limita su alcance y efectividad como representantes legítimos de los intereses sociales, generando así un movimiento social débil, con escasa incidencia social y política.

3.1.12 Confianza en las Instituciones El complejo escenario político de la República Dominicana, sobretodo el descrédito y las prácticas clientelares de los Partidos políticos influye negativamente en la configuración institucional de la República, debilitándola y generando bajo niveles de confianza en ellas, lo que a su vez genera una desconexión ciudadano-Estado y una desarticulación de las redes necesarias para crear el capital social que necesita la competitividad sistémica El PNUD en base a la encuesta DEMOS 2004, creó un Índice de Confianza en las Instituciones gubernamentales, en el cual se descubre que la confianza de la

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ciudadanía en sus instituciones es alarmantemente bajo y va decreciendo. Mientras que en 1994 el 33% de la población tenía un nivel medio o alto de confianza en las instituciones, en 2004 esta confianza había descendido a 22.2%. Esta situación influye negativamente en la competitividad sistémica del país ya que en un ambiente de desconfianza no se pueden crear las relaciones de cooperación entre las instituciones públicas y los agentes productivos que permitan a las primeras servir en forma plena como instrumentos de fomento de la economía y de la competitividad, y a los segundos aprovechar en magnitud y calidad los servicios y bienes públicos necesarios para desarrollar sus actividades económicas en un ambiente que permita desarrollar con plenitud sus potencialidades.

3.1.13 Gestión Pública El Banco Interamericano de Desarrollo.-BID- desarrolla una interesante evaluación de la gestión pública de los países de América latina a partir del cruzamiento de un conjunto importante de índices y puntuaciones. Este compendio es publicado por BID mediante el portal “DataGob”, que ofrece acceso a unos 400 indicadores de gobernabilidad, compilados por 30 fuentes, que incluyen instituciones académicas, ONGs, empresas privadas y organismos multilaterales. Entre los indicadores más destacados en materia de función pública aportados por esta publicación se encuentran: el nivel de competencia de los funcionarios públicos, en el cuál la puntuación del país (33.0), quedó por debajo de la puntuación regional de calificación de competencia de los funcionarios públicos del conciente que fue de 35.62. Esto coincide, a su vez, con el indicador que mide si el desempeño de las Instituciones Públicas del país es catalogado de "muy bueno" o "bueno", en donde la puntuación de la República Dominicana fue de 12.31, mientras que la puntuación regional en promedio fue de 18.82. Estos dos indicadores cruzados sugieren una baja calificación del capital humano empleado en el sector público, el cual puede estar asociado a los tradicionales patrones de contratación vigentes en el país (clientelismo.) Otro indicador interesante en materia de gestión pública para la competitividad aportado por el BID es la puntuación asignada a la carga administrativa para el comienzo de un nuevo negocio, en donde la puntuación para el país alcanzó el 3.60, mientras que la puntuación regional fue de 3.32; esta situación refleja una situación de exceso de burocracia y significa que los emprendedores dominicanos tienen mayor carga burocrática que el promedio del continente, afectado así la competitividad sistémica del país ya que pone al emprendedor local en desventaja con el emprendedor en la región. Destacable es también el costo de corrupción para los negocios, los cuales son mayores en República Dominicana que en el promedio regional. El país alcanza una puntuación de 4.10, mientras que el promedio regional es de 3.90. Por su parte, en materia impositiva el país presenta una menor eficiencia en el sistema de impuestos, alcanzando una puntuación de 2.90, frente a la puntuación regional promedio que fue de 3.00. Otro de los temas de mayor envergadura en materia institucional sobre competitividad sistémica es el tema de los sobornos a los funcionarios públicos. Según el BID, la República dominicana tiene una mayor incidencia en cuanto a los sobornos, que en el promedio de la región. Se destacan el soborno a la policía, en el cual el país alcanza una puntuación de 51 frente a un 30.9 del promedio regional. También el soborno a los Registros (Registro de Identificación, Registro Civil, Registro Comercial.), en el cual el país alcanzó una puntuación de 26, frente a una puntuación promedio de 18.2 para América Latina.

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Existe un mayor soborno en los servicios de salud en el país, obteniendo una puntuación de 13.00, frente a un 5.60 como promedio regional. También existe mayor soborno en el impuesto sobre la renta (9.00 a 5.90), sistema educativo (11.00 a 6.40) y un mayor soborno al Poder Judicial (30.00 a 21.00). El Indicador de la Efectividad del Gobierno puede servir para obtener una panorámica regional y comparativa de la situación institucional del país en materia de cogobierno. El país se encuentra a una distancia muy grande por debajo de Costa Rica (posición 65 de 100), y por debajo de El Salvador (puesto 45. Mientras, esta por encima de Honduras (puesto 33), Guatemala (puesto 20) y Nicaragua (puesto 16)

Cuadro 10- Indicador de la Efectividad del Gobierno para los Países del DR-CAFTA (2007)

País Posición (0-100)

Puntuación (-2.5 to +2.5)

Costa Rica 65,4 0,29 El Salvador 46,4 -0,26 República Dominicana 37,4 -0,44 Honduras 32,7 -0,6 Guatemala 28,9 -0,67 Nicaragua 16,1 -0,97

Fuente: Governance Matters 2007, Banco Mundial

3.1.14 Estado de la Democracia Basados en las informaciones publicadas por DataGob del BID, es posible describir cuantitativamente la situación del factor político-institucional del Nivel Meta de la competitividad sistémica en República Dominicana Existen elementos positivos desde el punto de vista institucional; por ejemplo, el nivel de apoyo a la democracia entre los ciudadanos de República Dominicana es superior al apoyo recibido por este sistema de gobierno en el promedio de los países latinoamericanos. Por su parte, la satisfacción con la democracia es de 49%, mientras que el promedio regional es de 47%. En el país, el apoyo a la democracia es de un 71%, mientras que el promedio regional es de apenas un 56%. Por su parte la confianza en el Congreso Nacional es de 43.53%, mientras que la confianza en esta institución como promedio latinoamericano alcanza apenas un 28.05%. También hay mayor confianza en el Sistema Judicial y en las municipalidades que en el resto de la región (49.02% a 30.56%) y (43.51% a 36.75%) respectivamente. Finalmente la confianza en los partidos políticos alcanza un 29.2% de la población, mientras que el promedio regional es de apenas un 18.33%. En cuanto al voto, existe una mayor valoración de éste por parte de los ciudadanos dominicanos, ya que un 65% de ellos creen que el votar puede hacer la diferencia, frente a sólo un 57.28% como promedio en América latina que piensa lo mismo. Estos indicadores cruzados indican una relativa fortaleza del sistema de democracia representativa en República Dominicana frente al promedio regional, sobretodo medida como la percepción de su población. Sin embargo, y en contraste, quedan tareas pendientes en materia de consolidación del sistema democrático. Por ejemplo, el índice de libertad de prensa en el país alcanzó un 12.75%, mientras que el promedio regional fue de un 20.95%

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Queda pendiente la rendición de cuentas de los funcionarios públicos del país, en la cual la República Dominicana obtuvo una puntuación de 0.2 y a nivel regional, en promedio, se obtuvo una puntuación de 0.33. Además como hemos descrito persiste un alto grado de clientelismo ya que el Índice de Favoritismo en las decisiones de los oficiales públicos es de 1.9, frente a un 0.7 en América Latina. Persisten también elementos de discriminación, la cual se evidencia en el índice de Igualdad ante la Ley, en el cual el país llega al 21.93, mientras América Latina en promedio alcanza un 26.19. También en el porcentaje de la representación de las mujeres en el Congreso; mientras en República Dominicana es un 15%, el promedio en América Latina es de 19.1% Finalmente, lo que si está claro es, qué en términos cuantitativos, los procedimientos de la democracia formal está más fortalecida en el país que el promedio regional, y eso es observable por la cantidad de votos totales como por ciento de los votantes registrados en las elecciones presidenciales, el cuál para el país alcanza un 72.84%, mientras que el promedio regional de América Latina a penas alcanza un 64.31%.

3.1.15 Calificación riesgo país. La calificación Riesgo-País, elaborado por la agencia calificadora internacional The Economist Intelligence Unit, es un indicador importante para el Nivel Meta, se desprende una apreciación sobre el riesgo de no pago de la deuda pública y el desempeño del país en el largo plazo, observando aspectos políticos, económicos, sociales e internacionales. Una mejor calificación permite a los gobiernos y empresas acceder a financiamiento internacional a tasas más bajas y plazos más largos, y hace al país más atractivo para los inversionistas. El problema de este índice es que sólo refleja tendencias coyunturales de la economía, constituyendo un indicador de escaso horizonte temporal para el análisis. La República Dominicana, para el 2006, ostentaba una calificación de riesgo país C, manteniéndose en la posición 53 que ostentaba desde 2006. Los países de América latina con un diagnóstico más favorable con calificaciones B fueron Chile (21), Costa Rica (24) y Panamá (37), el resto de países latinoamericanos obtuvo una posición de C.

Cuadro 11 - Calificación riesgo país para los Países del DR-CAFTA (2006) País Calificación Puesto Costa Rica B 34 El Salvador C 48 República Dominicana C 53 Nicaragua C 58 Guatemala C 59 Honduras D 64

Fuente: The Economist Intelligence Unit (EIU) En cuanto a sus competidores más cercanos (DR-CAFTA), la República Dominicana ocupa el tercer puesto, con una calificación de C, y mantiene una puntuación más favorable que Nicaragua, Guatemala y Honduras, lo que sugiere un manejo más saludable de la economía por parte de las autoridades del país que la mayoría de sus competidores en el área DR-CAFTA, lo que es importante para la competitividad sistémica del país al generar mayor confianza a los mercados internacionales.

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Entre los elementos que el país obtuvo una mejor calificación (B), fueron el Riesgo de Seguridad y el Riesgo de comercio internacional y pagos; donde obtuvo una peor calificación (D) fue en “Riesgo de efectividad gubernamental”, “Riesgo legal y regulatorio”, “Riesgo financiero” y “Riesgo de infraestructura”, todos elementos importantes de la competitividad sistémica.

3.1.16 Índice de los Estados Fallidos Finalmente, un indicador interesante sobre el funcionamiento de la institucionalidad pública y la sostenibilidad y salud del Estado es el Índice de Estados Fallidos (Failed States Index), que anualmente es publicado por el think-tank estadounidense Fund for Peace (Fondo por la Paz) y la revista Foreign Policy. Este índice a diferencia del anterior, refleja tendencias estructurales importantes que pueden sostenerse en el tiempo. Este índice realiza un “ranking” de los países estudiados basándose en doce factores determinantes de la sostenibilidad económica y política del Estado, como son: la presión demográfica creciente, los movimientos masivos de refugiados y desplazados internos; el descontento grupal y búsqueda de venganza, la huida crónica y constante de población; el desarrollo desigual entre grupos; la crisis económica aguda o grave; la criminalización y deslegitimación del Estado; el deterioro progresivo de los servicios públicos; la violación extendida de los Derechos Humanos; el aparato de seguridad que supone un ‘Estado dentro del Estado’; el ascenso de élites fraccionalizadas y la intervención de otros Estados o factores externos. Cuando se dio a conocer este índice en el país en el año 2005, que situaba el país en la lista de estados fallidos, en el número 19, se desató una polémica nacional en la que intervinieron diversas personalidades de la vida pública nacional, incluyendo el Presidente de la República, y miembros del Congreso Nacional. Este último organismo emitió una resolución rechazando la inclusión del país en dicha lista. A pesar de los severos cuestionamientos a este índice, reproducimos su evolución en los últimos años como una panorámica de la situación del Estado. En el año 2007, la República Dominicana ocupa el puesto 69, rebasando ya el área de alerta de estado fallido, pero manteniéndonos bajo amenaza. En 2006 el país llegó al puesto 48. Para este año 2007 la RD comparte su situación con la mayoría de los países de Latinoamérica, con excepción de Costa Rica (puesto 140), Panamá (131), Argentina (150), Uruguay (151) y Chile (159). En términos de peligrosidad, peor catalogados que República Dominicana sólo quedaron tres países de la región Guatemala (60), Bolivia (59) y Haití (11), lo que significa que la Republica Dominicana en este índice, a pesar de registrar un considerable aumento respecto al diagnóstico reportado en el 2005, continúa siendo uno de los países de América latina peor calificados en materia de la sostenibilidad y funcionamiento del Estado.

Cuadro 12 - Índice de los Estados Fallidos para los Países del DR-CAFTA (2007) País Puesto Costa Rica 140 Honduras 94 El Salvador 92 Nicaragua 72 República Dominicana 69 Guatemala 60 Fuente: The Fund for Peace

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En comparación con sus socios en el DR-CAFTA, la República Dominicana ha quedado muy mal posicionada en el índice de estados fallidos ya que ocupa el penúltimo lugar, en una posición más favorable sólo que Guatemala. Este índice de funcionamiento de las políticas públicas y de sostenibilidad del Estado significa que los servicios públicos y el Estado en general son más deficientes en la República Dominicana que en la mayoría de los países miembros del acuerdo, afectando así la competitividad sistémica de sus sectores productivos, lo cual pone al país en desventaja frente a sus potenciales rivales en la región. Entre los elementos negativos que más salieron a flote del Estado dominicano en 2006 fueron la violación extendida de los Derechos Humanos (8.5), el desarrollo desigual entre grupos (8) y el deterioro progresivo de los servicios públicos (8). Los aspectos más positivos destacados fueron la crisis económica aguda o grave (6), la criminalización o delegitimización del Estado (6.2) y la intervención de otros Estados o factores externos (5.5) Por su parte, en el 2007, los aspectos más negativos fueron la violación extendida de los Derechos Humanos (8.3) y el desarrollo desigual entre grupos (8.1). Los aspectos más positivos fueron la crisis económica aguda o grave (5.8), y la intervención de otros Estados o factores externos (5.6)

3.2 Análisis del Nivel Macro de la Competitividad Sistémica El análisis del nivel macro es importante en el estudio de la competitividad sistémica porque describe el contexto económico y social en que se desarrolla la producción y condiciona la competitividad de los agentes productivos facilitando o promoviendo su desarrollo. Un ambiente macroeconómico estable y sano favorece el desarrollo de las actividades productivas a través de generar las condiciones generales para el funcionamiento eficiente de los mercados lo cual se traduce en un ambiente de expectativas positivas que favorece el ahorro, el consumo y la inversión. Los agentes productivos tienden a no invertir en momentos de inestabilidad macroeconómica. Las políticas monetarias, financieras, fiscales, cambiarias, comerciales y de competencia, medidas por los indicadores de tipo de interés, tipo de cambio, tasa de inflación, déficit fiscal, manejo de la deuda externa, entre otros, constituyen elementos fundamentales de fomento de la competitividad sistémica a través de la estabilidad macroeconómica. Estas políticas bien manejadas se traducirán en un ambiente macroeconómico atractivo para la inversión productiva y elevarían las capacidades competitivas del país generando un círculo virtuoso donde un ambiente macroeconómico competitivo elevaría la competitividad productiva del país y a su vez, esto permitiría que la economía dominicana evolucione con estabilidad y equilibrio interno y externo.

3.2.1 La política macroeconómica de la República Dominicana

La República Dominicana es la mayor economía de la región de Centroamérica y el Caribe; su PIB se eleva a unos 40,000 millones de dólares EE.UU. y su población alcanza unos 9.3 millones de habitantes. Durante la década de los 90’s la estabilidad macroeconómica hizo posible que se lograran altas tasas de crecimiento real con una inflación media anual inferior al 7 por ciento, un aumento de las reservas internacionales y un tipo de cambio relativamente estable. En consonancia con la coyuntura económica mundial

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desfavorable, en 2001 la tasa de crecimiento cayó bruscamente, al 1.8 por ciento, y posteriormente, durante la crisis bancaria, cayó a -0.3% en 2003 y 1.3% en 2004 . La política macroeconómica de la República Dominicana ha logrado ciertos éxitos luego de la crisis bancaria del 2003. Esta crisis generó la necesidad de un programa de ajuste y estabilización a partir del 2004, el cual se propuso la estabilización de la economía, con niveles inflacionarios menores a un dígito y la reactivación económica. Entre 2005 y 2007 la economía dominicana ha experimentado una de las tasas de crecimiento económico más altas del mundo (alrededor de 9%), acompañado de una notable estabilidad. Esta recuperación le ha valido al país, en los últimos años, alcanzar las tasas de crecimiento más altas de toda la región del DR-CAFTA, mostrando una significativa fortaleza económica relativa frente a sus socios regionales; lo que por un tiempo prolongado, puede contribuir, desde la perspectiva macroeconómica, al desarrollo de las condiciones estructurales que potencien la competitividad de los agentes productivos. Un crecimiento económico acompañado de estabilidad puede contribuir a fortalecer no sólo las políticas públicas, sino el ambiente empresarial y microeconómico.

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Gráfico 3 -

Crecimiento económico países DR-CAFTA (2004-2007)

0.0

2.0

4.0

6.0

8.0

10.0

12.0

2004 2005 2006 2007

Periodo

Tasa de crecimiento

Costa Rica

El Salvador

Guatemala

Honduras

Nicaragua

RepúblicaDominicanaEstados Unidos *

Fuente: Banco Central de la República Dominicana

3.2.2 Reporte Global de Competitividad Tras la crisis económica que enfrentó República Dominicana en el 2003, la competitividad macroeconómica del país se ha recuperado con velocidad. El Reporte Global de Competitividad 2006-2007 del Foro Económico Mundial, indica que la República Dominicana ocupa el lugar el 85 de 125 países en cuanto a la competitividad macroeconómica, un significativo avance ya que este mismo reporte para el año anterior, ubicaba al país en el lugar 112 de 117 países En términos comparativos con la región del DR-CAFTA para el año 2007, la República Dominicana (lugar 85) ocupa un puesto inferior al promedio, siendo superada por El Salvador (lugar 69), Guatemala (lugar 79) y Costa Rica (81), y superando únicamente a Honduras (lugar 87) y a Nicaragua (lugar 89). Esto demuestra que, a pesar de los avances, la Republica Dominicana tiene aun importantes retos que afrontar en materia macroeconómica para fortalecer su competitividad frente a sus socios del DR-CAFTA

Cuadro 13 - Pilar sobre Macroeconomía (GCR) de los Países del DR-CAFTA 2007. País Lugar Calificación

El Salvador 64 4.44 Guatemala 79 4.24 Promedio DR-CAFTA 80.83 4.23 Costa Rica 81 4.22 República Dominicana 85 4.2 Honduras 87 4.18

Nicaragua 89 4.07 Fuente: Reporte Global de Competitividad 2006-2007

Analizando el Reporte de una forma más minuciosa podemos observar que en materia del déficit/superávit gubernamental, la República Dominicana muestra

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43

cierta posición de ventaja comparativa a nivel mundial ya que se encuentra en la posición 49 de los 125 países analizados. También muestra ventaja en materia del ahorro nacional, en el cual el país se ubica en la posición 53 de 125 países analizados. En cuanto a las expectativas de recesión, la República Dominicana, muestra también fortaleza relativa, ubicándose en el puesto número 56 de los 125 países analizados, con una calificación de 4.6. Sin embargo muestra una posición de debilidad comparativa en cuanto al diferencial entre las tasas de interés activa y pasiva, ya que se ubica en la posición 95 de 120 países analizados, con un spread de poco más de diez puntos porcentuales, dónde las primeras posiciones son ocupadas con índices de entre 0.4 y 1.7 puntos porcentuales. Más adelante haremos un análisis más profundo de este tema. Otro reto de la República Dominicana es en materia de la tasa de cambio efectiva real, la posición del país en este Reporte es 101 entre 122 países analizados, situación que analizaremos también en lo adelante.

3.2.3 Nivel de Deuda Externa

Un indicador importante sobre la situación macroeconomía lo constituye el nivel de deuda externa contratada, el cual, si no es controlado puede desencadenar presiones que afecten la estabilidad macroeconómica, y por tanto a la competitividad sistémica. La República Dominicana es el país con mayor nivel de deuda nominal de los países de la región del DR-CAFTA en este año 2008, manteniendo una deuda externa cercana a los 8,842 millones de dólares, mientras que el promedio para todos los países es de 5,764 millones de dólares. La deuda externa dominicana es también la que más rápido ha crecido de toda la región, creciendo a un ritmo promedio anual de 14% en el periodo 2003-2008, situándose 10 puntos porcentuales por encima del promedio de crecimiento regional que fue de 4%. En dicho período, Nicaragua disminuyó su deuda a un ritmo promedio de 7% anual y Honduras a 5% anual.

Cuadro 14 -Deuda externa de de los Países del DR-CAFTA 2008 en Millones de US$ País Millones

de US$ Tasa de crecimiento (2003-2008*)

República Dominicana 8,842 14%

Costa Rica 7,163 9%

Promedio DR-CAFTA

5,764

4%

Guatemala 5,561 5%

El Salvador 5,444 6%

Honduras 3,871 -5%

Nicaragua 3,702 -7%

*preliminar Fuente: Index Mundi elaborado en base a CIA World Factbook

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44

Gráfico - 4

200320042005200620072008

Nicaragua

Guatemala

Honduras

El Salvador

Costa Rica

Republica Domi...

0

1000

2000

3000

4000

5000

6000

7000

8000

9000

Millones de US$

Paises

Deuda Externa nominal (2004-2008)

Fuente: Index Mundi elaborado en base a CIA World Factbook

Sin embargo, si calculamos el nivel de deuda externa como porcentaje del Producto Interno Bruto, la República Dominica, con un 26% de nivel deuda como porcentaje del PIB para el 2008, se encuentra a sólo por debajo del promedio regional. En el 2008 los países más endeudados de la región del DR-CAFTA fueron Nicaragua (56%) y Costa Rica (47%) y los menos endeudados Honduras (29%) y Guatemala (23%).

Cuadro 15 - Deuda pública como porcentaje del PBI de los Países del DR-CAFTA 2007. País %PIB

Nicaragua 56 Costa Rica 47 El Salvador 38 Promedio DR-CAFTA 37 República Dominicana 26 Honduras 29 Guatemala 23

Fuente: Index Mundi elaborado en base a CIA World Factbook

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45

Gráfico - 5

Deuda pública como porcentaje del PBI (2008)

56

47

39 38

2926

23

0

10

20

30

40

50

60

Nicaragua

Costa Rica

Promedio

El Salvador

Honduras

Republica Domininicana

Guatemala

Periodo

Porcentaje

Fuente: Index Mundi elaborado en base a CIA World Factbook

Gráfico - 6

2004

2005

2006

2007

2008

Nicaragua

Guatemala

Honduras

El Salvador

Costa Rica

Republica Domin...

0

20

40

60

80

100

120

140

Porcentaje

Paises

Deuda Pública como porcentaje del PIB (2004-2008)

Fuente: Index Mundi elaborado en base a CIA World Factbook

Aunque el país ha mantenido niveles de crecimiento de la deuda externa elevados en los últimos años, todavía se encuentra en términos porcentuales debajo del rango promedio de los países del DR-CAFTA, sugiriendo esto un nivel de deuda externa relativamente moderado en comparación con sus socios del DR-CAFTA.

3.2.4 Política monetaria y cambiaria

En los años recientes, el Banco Central ha venido utilizando como principal como instrumento de política las operaciones de mercado abierto. En los años previos a la Crisis Bancaria de 2003, el Banco Central siguió una política tendiente a favorecer los bajos tipos de interés para estimular el crecimiento y

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compensar la falta de demanda internacional iniciada en el 2001; sin embargo, entre 2004 y 2006, el Banco siguió una política restrictiva de altas tasas de interés con el objetivo de contraer, a través de un instrumento financiero llamado “certificado de inversión”, la enorme emisión monetaria que se hizo para garantizar los ahorros de los depositantes de los bancos quebrados y que socializó los efectos de dicha crisis. Producto de esa política, las tasas de interés para los certificados de corto plazo llegaron hasta el 50%, y se originó una deuda del Banco Central que sobrepasó los cien mil millones de pesos. Una vez recuperada la estabilidad en los precios y en el tipo de cambio, el Banco Central inició una política para bajar la tasa de interés de los “certificados de inversión” (de referencia para la banca comercial) y reconvertirlos a plazos más largos. En 2007, aunque los certificados colocados por el Banco Central mostraron un crecimiento de 11.9%, esa expansión estuvo notablemente por debajo de lo observado en 2006 cuando los valores en circulación se incrementaron en 18.1%. La desaceleración en el ritmo de crecimiento de los valores en circulación del banco central refleja una postura monetaria menos restrictiva. En efecto, el balance de los certificados como porcentaje del PIB se redujo ligeramente de 13.2% del PIB en el 2006 a 12.8% del PIB en el 2007. La reducción en las tasas de interés de los títulos valores del Banco Central fue más significativa en los instrumentos cero cupón, que pasaron de una tasa de interés promedio ponderada de 14.88% anual en diciembre de 2006 a 11.09% anual en diciembre de 2007. Asimismo, la tasa de interés promedio ponderada de los Certificados de Inversión a Plazo Fijo, colocados por medio de ventanilla directa, pasaron de 19.86% anual a 17.02% anual en igual período. El déficit cuasifiscal alcanzó 1.8% del PIB al cierre de 2007, por debajo de nivel del déficit cuasifiscal reflejado en el año 2006, que fue de 2.2% del PIB, lo cual esta estrechamente vinculado a la disminución de la tasa de interés pagada por los “certificados de inversión”. En el primer trimestre de 2008 la política de extensión de plazos de los valores emitidos por el Banco Central ha continuado de manera exitosa. Al final del primer trimestre de este año, el 95.1% de los valores en circulación estaban colocados a plazos de vencimiento de un año en adelante, mientras que sólo el 4.9% de los valores totales tenían vencimientos más cortos. Las reservas internacionales brutas, que se situaron en 2001 en 1.341 millones de dólares EE.UU., y que disminuyeron hasta su desaparición en 2004, han venido registrando un fuerte aumento en los últimos cuatro años, ascendiendo a US$2,892.2 millones al cierre del primer trimestre de 2008. El manejo adecuado de la política monetaria y la acumulación de reservas internacionales ha incidido positivamente en la confianza de los agentes económicos y en la competitividad sistémica. Unas reservas internacionales sólidas, aumentan la capacidad de la economía para hacer frente a los desequilibrios, tanto en el entorno internacional (turbulencias financieras e incertidumbre de los mercados internacionales), como en el entorno interno.

3.2.5 Estabilidad de Precios La política monetaria restrictiva ha sido exitosa en mantener la estabilidad de los precios, un factor importante para la competitividad del país. Luego de la crisis bancaria de 2003-2004, la tasa de inflación en República Dominicana se ha mantenido relativamente estable a nivel de un sólo digito. En efecto, durante 2005-2007, la inflación registró un crecimiento promedio anual de 7.11%, concluyendo el año 2007 en 8.88% y durante el primer trimestre del año 2008 se situó en 2.79%.

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Lo más probable es que en el presente año la inflación sea significativamente mayor y alcance los dos dígitos como resultado del incremento de los precios internacionales del petróleo y los productos alimenticios importados. En términos comparativos la República Dominicana no se ha destacado en los últimos tres años por inestabilidad de los precios al consumidor. El país quedó en el penúltimo lugar de la región en términos de inflación acumulada para el periodo 2006-2008, con una tasa de 14,5% frente a un promedio regional de 23,18%, lo que sugiere una buena posición competitiva del país en esta materia.

Cuadro 16 - Tasa de Inflación Acumulada 2006-2008 para los Países del DR-CAFTA País TI% Costa Rica 35,2

Nicaragua 28,8

Promedio regional 23,18

Guatemala 21,5 Honduras 20,9 República Dominicana 18,2 El Salvador 14,5

Fuente: Index Mundi elaborado en base a CIA World Factbook

Gráfico - 7

Tasa de Inflación Acumulada para Países del DR-CAFTA (2006-2008)

0

5

10

15

20

25

30

Nicaragua Guatemala Honduras El Salvador Costa Rica RepúblicaDomininicana

Países

Porcentaje

Fuente: Bancos Centrales de los Países del DR-CAFTA La estabilidad de precios es un factor muy importante de competitividad porque genera un ambiente económico favorable al desarrollo de la actividad productiva. La inflación puede amenazar la estabilidad macroeconómica y comprometer la continuidad del crecimiento económico a mediano y largo plazo. Los productores y consumidores suelen perder la confianza en el mercado interno cuando los precios comienzan a aumentar. Un país de altos niveles de inflación e inestabilidad en los precios al consumidor es un país inestable y poco atractivo a los emprendedores.

3.2.6 Tasas de Interés del Sistema Financiero El sistema financiero, su profundidad, competencia y eficiencia, son fundamentales para la competitividad sistémica en el Nivel Macro. Un manejo de política económica que permita reducir la brecha entre las tasas pasivas y activas, que mantenga tasas de activas de interés bajas, sin aumentar la inflación, permitiría que los productores accedan a crédito barato.

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Aunque la política monetaria ha sido exitosa en reducir las tasas de interés, las cuales vienen disminuyendo desde la crisis bancaria de 2003-2004, aun la República Dominicana cuenta con tasas de interés activas mucho más altas que el promedio de la región del DR-CAFTA. El país presenta en el 2007 una tasa de interés activa como promedio ponderado para bancos comerciales de 15.70%, mientras que el promedio regional es de un 13.73% en los países del DR-CAFTA, excluyendo a Nicaragua, donde no se pudo obtener la data. Para el año 2007 la República Dominicana era el segundo país con mayores tasas de interés activas de la región, después de Honduras; lo que indica que es más difícil y costoso acceder al crédito en Republica Dominicana que en la mayoría de los países socios del DR-CAFTA, lo que disminuye su posición competitiva.

Cuadro 17 - Tasas de interés activas y pasivas para los Países del DR-CAFTA 2007 País Activa Pasiva Honduras 16.60 (d) 5.61 República Dominicana 15.70 (e) 6.95 Costa Rica 14.93 (a) 7.00 (b) Promedio 13.73 5.81 Guatemala 12.83 4.91 El Salvador 8.61 (c) 4.59 (c)

Fuente: Bancos Centrales de los Países del DR-CAFTA a) Tasa Promedio para todas las actividades y tipos de bancos b) Tasa básica pasiva c) Promedio Simple d) Tasas Activas Sobre Préstamos e) Promedio Ponderado Bancos Comerciales

Gráfico - 8

Tasas de Interés para Países del DR-CAFTA (2007)

1.00

3.00

5.00

7.00

9.00

11.00

13.00

15.00

17.00

Honduras RepublicaDominicana

Costa Rica Promedio Guatemala El Salvador

País

Porcentaje

Activa Pasiva

Fuente: Bancos Centrales de los países del DR-CAFTA Bajo una perspectiva de tendencia, la República Dominicana tuvo las tasas de interés activas más altas de la región del DR-CAFTA, que aun haya disminuido considerablemente para el 2007, se mantienen todavía en niveles elevados. Ver siguiente gráfico.

Gráfico - 9

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49

Tasas de interés activas de países del DR-CAFTA 2000-2007

Republica Dominicana

5.00

10.00

15.00

20.00

25.00

30.00

1999 2000 2001 2002 2003 2004 2005 2006 2007 2008

Periodo

Porcentaje

Costa Rica El Salvador Guatemala Honduras Republica Dominicana

Fuente: Bancos Centrales de los países del DR-CAFTA

Como promedio para los años 2000-2007, la República Dominicana tuvo la más alta tasa de interés activa, teniendo una tasa de interés promedio de 24.85%, seguida por Costa Rica, que tuvo una tasa de interés promedio para ese periodo de 23.05%

Cuadro 18 - Tasas de interés para los Países del DR-CAFTA Promedio 2000-2007 Repúblicinicana 24.85 23.05 Honduras 20.85 Guatemala 14.76 El Salvador 8.44 Fuente: Bancos Centrales de los países del DR-CAFTA

Gráfico - 10

Tasas de Interés para Países del DR-CAFTA (Promedio 2000-2007)

1.00

6.00

11.00

16.00

21.00

26.00

RepublicaDominicana

Costa Rica Honduras Guatemala El Salvador

País

Porcentaje

Republica Dominicana Costa Rica Honduras Guatemala El Salvador

Fuente: Bancos Centrales de los Países del DR-CAFTA

3.2.7 Diferencial de tipos de interés. Aunque los datos demuestran que los niveles de las tasas de interés nominales han ido disminuyendo tras la crisis de 2003 para la República Dominicana, la brecha entre las tasas de interés activa y pasiva, continúa amplia y equivale casi a diez puntos porcentuales, ocupando un segundo lugar entre los países del DR-CAFTA. A

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pesar del éxito de la política monetaria de disminuir los tipos de interés, los márgenes de intermediación financiera se han mantenido elevados en la Republica Dominicana, manteniéndose en un nivel de 9.57% como promedio anual para el periodo de 2000-2007. En el 2007el spread fue de 8.75%. Esta situación significa que los costos de intermediación financiera son elevados en el país, lo que puede sugerir un sistema financiero poco competitivo y que se ve limitado a cumplir su función de incentivar la inversión productiva a través del crédito barato.

Gráfico - 10

Diferencial de tasas de interés activa y pasiva para bancos comerciales de República Dominicana (2000-2007)

3

8

13

18

23

28

33

2000 2001 2002 2003 2004 2005 2006 2007

Periodo

Porcentaje

Promedio Ponderado de Activas Pasivas

Fuente: Banco Central de la República Dominicana

Cuadro 19 - Diferencial de tasas de interés para los países del DR-CAFTA Promedio 2007 País % Honduras 10.99 República Dominicana 8.75 Costa Rica 7.93 Guatemala 7.92 Promedio 7.92 El Salvador 4.02

Fuente: Bancos Centrales de los países del DR-CAFTA

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Gráfico - 11

Diferencial de tipos de interés para Países del DR-CAFTA (2007)

1 3 5 7 9 11

Honduras

Republica Dominicana

Costa Rica

Guatemala

Promedio

El Salvador

País

Porcentaje

Fuente: Bancos Centrales de los países del DR-CAFTA Este elevado diferencial (spread) de tipos de interés demuestra que la competitividad sistémica de la Republica Dominicana en el nivel macroeconómico se ve influida negativamente por los problemas existentes en el mercado de dinero, convirtiendo el sistema financiero en un cuello de botella que impide el crecimiento económico y limita la competitividad. Para que las empresas dominicanas mejoren su acceso al crédito, la tasa de interés activa debe reducirse, lo que generaría costos financieros más bajos y mayor acceso al crédito, sobretodo para las pequeñas y medianas empresas. A pesar del país haber implementado una política macroeconómica saludable, que ha contribuido a la estabilidad necesaria para fortalecer la competitividad, la misma no han podido resolver los problemas estructurales, que como éste, disminuyen significativamente el potencial competitivo de la economía.

3.2.8 Política Cambiaria La República Dominicana tiene tres mercados cambiarios principales: el oficial, el de los bancos comerciales y el de los agentes de cambio. La diferencia entre el tipo oficial y el tipo comercial es reducida. El Banco Central ha venido fijando diariamente el tipo de cambio oficial, igual al promedio ponderado de los tipos comerciales del día anterior, que están determinados por la oferta y la demanda. En las economías abiertas como la dominicana, el tipo de cambio real es el precio más importante para la competitividad macroeconómica debido a su impacto en todos los precios relativos de de la economía, afectando los bienes comerciables (exportaciones e importaciones y producción doméstica que compite con importaciones), así como los bienes y servicios no comerciables. Cuando se tiene un tipo de cambio apreciado, los bienes producidos en el extranjero resultan relativamente más baratos para la población que los bienes producidos nacionalmente, los cuales tienen entonces una pérdida de competitividad que los desplaza a favor de las importaciones. Desde la crisis de 2003-2004, el Banco Central de la República Dominicana ha utilizado el tipo de cambio como ancla desinflacionaria, es por tanto que el tipo de cambio real (TCR) de la República Dominicana refleja una tendencia a la valoración.

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Desde 2005 el TCR empieza a reflejar una tendencia a la sobrevaloración cambiaria manteniendo una significativa estabilidad. El Banco Central ha mantenido un sistema de flotación con intervención. Si se compara el promedio del año 2007 con respecto al año anterior se observa una disminución promedio de 7 puntos en la tasa de cambio de compra y de 13 puntos en la de venta, situándose las mismas en RD$33.02/US$ y en RD$33.17/US$, respectivamente. Durante el primer trimestre del año 2008, la tasa de cambio, que se ha mantenido estable alrededor del 32-34 pesos por dólar estadounidense, registró un valor nominal promedio de RD$33.83/US$, lo cual representa una depreciación de 1.11% respecto al cuarto trimestre del año anterior.

Gráfico - 12

Tipo de Cambio promedio para la venta de la República Dominicana (2000-2008)

0.0

5.0

10.0

15.0

20.0

25.0

30.0

35.0

40.0

45.0

2000 2001 2002 2003 2004 2005 2006 2007 2008

Periodo

Pesos por US$

Fuente: Banco Central de la República Dominicana

Por un lado, un tipo de cambio apreciado por un tiempo prolongado puede deteriorar la competitividad de la economía y contribuir a desmantelar las cadenas productivas al desplazar la demanda hacia bienes de importación. Por otro lado, la estabilidad del tipo de cambio en República Dominicana, lograda en los últimos cuatro años, es un factor que incide positivamente en la competitividad sistémica del país porque crea las condiciones para que los agentes económicos desarrollen su actividad económica en un ambiente de expectativas positivas, seguridad económica y con una perspectiva favorable a mediano plazo El logro de objetivo de estabilidad cambiaria muestra la ejecución de una política monetaria saludable, un factor fundamental para la competitividad sistémica. Sin embargo, en una economía abierta, la política cambiaria debe tener como objetivo el mantener el tipo de cambio real a niveles que garanticen la competitividad de sus exportaciones en el mercado mundial. La utilización del tipo de cambio como ancla para controlar la inflación, trae como consecuencia un incremento en las importaciones e impacto negativo sobre las exportaciones, llevando a grandes déficits en la balanza comercial, los cuales no son sostenibles a largo plazo y llevan a nuevas devaluaciones del tipo de cambio. El manejo de la política cambiaria enfrenta el reto de mantener la estabilidad del tipo de cambio nominal en el corto plazo y mantener el tipo de cambio real en el mediano plazo en un valor de equilibrio competitivo.

3.2.9 Balanza de Pagos En el año 2007, La balanza de pagos del país finalizó con un balance global superavitario de US$657.0 millones, superior en US$466.9 millones al obtenido el

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año anterior. Este resultado indica que el saldo de la cuenta corriente fue más que financiado por el balance de la cuenta financiera, en especial por los recursos procedentes de la inversión extranjera directa. Por su parte, en el primer trimestre del año 2008, la balanza de pagos del país contabilizó un resultado global deficitario de US$134.9 millones. Entre los principales factores que influyeron en éste balance se destaca el impacto del extraordinario incremento en los precios de los combustibles, así como de los principales bienes comestibles en el mercado internacional. La cuenta corriente registró, durante el año 2007, un déficit de US$2,230.8 millones. Este resultado refleja, básicamente, un incremento en el déficit de la balanza comercial de bienes en respuesta al mayor crecimiento de la economía de 8.5%, lo que incidió en una mayor demanda por bienes importados. Las importaciones totales ascendieron a US$13,817.1 millones, con un crecimiento de 13.5%, cerca de US$1,640.0 millones superior al monto registrado en igual período del pasado año. En el primer trimestre de 2008 las transacciones corrientes de la balanza de pagos registraron un déficit de US$804.0 millones, lo que refleja el aumento de US$337.3 millones en la factura petrolera. En términos comparativos con sus socios centroamericanos del DR-CAFTA, la República Dominicana registra un saldo de cuenta corriente muy superior al promedio de los demás países, con un saldo de -2,230.80 millones de dólares, frente a un saldo de -1,260.50 en promedio, lo que sugiere severos desequilibrios en el país en materia de comercio internacional; el saldo de la balanza comercial del país se ha casi duplicado desde el año 2000 pasando de -3.741,8 millones de US$ a -6.579,93.741,8 millones de US$ en 2007.

Gráfico - 13

Balance Comercial de la República Dominicana (2000-2007)

0,0

1.000,0

2.000,0

3.000,0

4.000,0

5.000,0

6.000,0

7.000,0

2000 2001 2002 2003 2004 200 2006 2007

Periodo

Millones de US$

Fuente: Banco Central de la República Dominicana

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Gráfico - 14

Exportaciones e Importaciones de la República Dominicana (1997-2007)

2.000,0

4.000,0

6.000,0

8.000,0

10.000,0

12.000,0

14.000,0

1997 1998 1999 2000 2001 2002 2003 2004 200 2006 2007

Periodo

Millones de US$

EXPORTACIONES IMPORTACIONES

Fuente: Bancos Centrales de los países del DR-CAFTA Este apreciable desequilibrio en la cuenta comercial de bienes (exportaciones – importaciones) se debe a que el crecimiento de las importaciones ha sido más acelerado que el crecimiento de las exportaciones. En la década pasada la tasa de crecimiento promedio anual de las exportaciones fue de 4.8%, mientras que las importaciones crecieron a una tasa promedio de 8.4%. Desde el año 2004 hasta el año 2007 las importaciones dominicanas han crecido a una tasa de 16%, mientras que las exportaciones han creció en una tasa promedio anual de 7%. La balanza de pagos del país para el 2007, en comparación con los países del DR-CAFTA, también refleja un saldo superior en la cuenta de capital y financiera, de 2,554.50 millones de dólares, frente a 1,171.70 millones de dólares, con un saldo positivo en el balance global, también por encima del promedio de los países del DR-CAFTA. El desequilibrio de la balanza comercial dominicana se compensa con la cuenta financiera, sobretodo la de inversión extranjera directa.

Cuadro 20 - Resumen de Balanza de Pagos para los Países del DR-CAFTA (2007) República

Dominicana Costa Rica

Nicaragua EL Salvador

Guatemala Honduras Promedio CAFTA

Cuenta Corriente

-2,230.80 -1.499,2 -1,001.20 -1,118.70

-1,696.90 -1225.2 -1,260.50

Cuenta de Capital y Financiera

2,554.50 2.548,3 1,112.20 494.7 1,921.90 1,158.00

1,171.70 Errores y omisiones

333.3 97,4 624 -52.6 285.7

Balance Global

657 1,146.50 111 0 225 -161.8 264.14

Fuente: Bancos Centrales de los países del DR-CAFTA Durante la última década, el balance global de la balanza de pagos de la República Dominicana ha ido reflejando una tendencia positiva, al pasar de -48 millones de

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dólares en 1997 a 657 millones de US$ en el 2007. Este resultado positivo por el gran peso positivo en la balanza de servicios (2,967.6 millones de US$), el peso de las remesas familiares (3,032.7 millones de US$) y el saldo positivo de la cuenta financiera (2,352.6 millones de US$), compuesta esencialmente por inversión extranjera directa.

Gráfico - 15

Balanza de Pagos de la República Dominicana (1997-2007)

-800.0

-600.0

-400.0

-200.0

0.0

200.0

400.0

600.0

800.0

1997 1998 1999 2000 2001 2002 2003 2004 2005 2006

Periodo

Millones de US$

Fuente: Banco Central de la República Dominicana Este superávit de la balanza de pagos, implica que el país ganó divisas en el 2007; pero lo más importante es que la tendencia positiva reflejada desde 1999, y que no obedece a reducción de las importaciones por una contracción del consumo de los hogares, sugiere que el equilibrio en la balanza de pagos puede indicar cierta fortaleza de los sectores comercializables de la economía, sobretodo las exportaciones, la inversión extranjera directa, y los servicios exportables.

3.2.10 Inversión Extranjera Directa La Inversión extranjera Directa en la República Dominicana tuvo una significativa tendencia de crecimiento promedio de recepción de 16% en la década de 1997 a 2007, pasando de 420,6 millones de dólares a 1,057,88 millones de dólares . Más del 70% de esta inversión se ha dirigido a los sectores del turismo, el comercio, la industria, las telecomunicaciones y la electricidad. Este aumento de la inversión extranjera progresivo puede sugerir la existencia de factores de competitividad en el país, al menos en esos sectores, que lo hacen más atractivo frente a sus socios

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Gráfico - 16

Inversión Extranjera Directa en la República Dominicana (1997-2007)

-

200.0

400.0

600.0

800.0

1,000.0

1,200.0

1,400.0

1,600.0

1,800.0

1997 1998 1999 2000 2001 2002 2003 2004 2005 2006 2007

Periodo

Millones de US$

Fuente: Banco Central de la República Dominicana Efectivamente, la República Dominicana quedó en segundo lugar en 2007 entre los países del DR-CAFTA como receptora de inversión extranjera directa, lo que sugiere la existencia de factores que favorecen al país como receptor de inversión frente a sus socios del DR-CAFTA.

Cuadro 21 - Flujo de Inversión Extranjera Directa para los Países del DR-CAFTA 2007. (En millones de US$)

País IED

Costa Rica 1,884.6

República Dominicana 1,698

El Salvador 1.070

Honduras 815,9

Guatemala 536

Nicaragua 293 Fuente: Bancos Centrales de los países del DR-CAFTA

En el cuadro No. 22, a continuación, podemos observar que la República Dominicana, en términos acumulados, recibió de 1997 a 2007, la mayor cantidad de inversión extranjera directa de todos sus socios en el DR-CAFTA, monto que ascendió a 11,209 millones de US$, lo que representó el 34% del total de inversión extranjera directa de la región DR-CAFTA. Esta tendencia positiva de la Republica Dominicana es un importante indicador del fortalecimiento de la competitividad del país, aunque insuficiente para ofrecer una afirmación concluyente desde un enfoque sistémico de la competitividad.

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Cuadro 22 - IED acumulada para los Países del DR-CAFTA 1997-2007. País IED en millones de

US$) % República Dominicana 11,209 34% Costa Rica 8,749,3 26% Honduras 4,464,3 13% El Salvador 3,368,6 10% Guatemala 2,974,8 9% Nicaragua 2,613,8 8% Fuente: Bancos Centrales de los países del DR-CAFTA

Gráfico - 17

Inversión Extranjera Directa en los Países del DR-CAFTA (1997-2007)

0

200

400

600

800

1000

1200

1400

1600

1800

2000

1997 1998 1999 2000 2001 2002 2003 2004 2005 2006 2007

Periodo

Millones de US$

Costa Rica Nicaragua El SalvadorGuatemala Honduras República Dominicana

Fuente: Bancos Centrales de los países del DR-CAFTA

3.2.11 Mercado de Trabajo

La tasa de crecimiento demográfica del país ha venido decreciendo paulatinamente en los últimos cincuenta años. En consecuencia, la población económicamente activa ha visto reducir su dinamismo en los últimos años, creciendo a un ritmo de 4.5%, mientras que la población ocupada crece a 4.8%. La tasa de desempleo en la economía dominicana se ha ido reduciendo lentamente en los últimos años, pasando de 18.4% en 2004 a 15.5% en 2007, pero sin recobrar los niveles previos a la crisis bancaria 2003-2004, de 13.9% en el año 2000. Para 2007, la tasa de desempleo de las mujeres (25.1%) es 2.7 veces mayor que la registrada por los hombres (9.4%), aunque se observa una ligera disminución de esta proporción en relación a octubre de 2006 (era de 2.8 veces). A su vez, la tasa de desocupación juvenil (compuesta por jóvenes entre las edades de 15 a 24 años) se mantiene en niveles muy superiores al promedio nacional (30.5%). Por otra parte, la Tasa Global de Participación (TGP), indicador que mide el nivel de actividad económica del país, se situó en 56.3% en 2007, como consecuencia del

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crecimiento que se verificó en la población ocupada, manteniéndose estable desde los niveles previos a la crisis con un 55.2% en 2000. En relación con las actividades que absorben más empleo en la República Dominicana, hay que destacar los servicios que absorbieron, durante el 2007, el 71.44% de todos los ocupados. La actividad manufacturera absorbe un 13.88%, y la agricultura 14.42%. Este último sector ha venido reduciendo su participación en el mercado de trabajo, que en los años 2000 y 2001 fue de 16.5% y 15.1%, respectivamente. Los niveles de informalidad en el sector productivo se mantienen elevados; para 2007 un 55.4% trabaja en establecimientos informales. El restante 44.6% se inserta en el sector formal de la economía, recibiendo un ingreso promedio por hora trabajada de RD$63.78, superior en RD$12.00 a los ingresos promedios que perciben los ocupados informales (RD$51.78). En términos comparativos con sus socios del DR-CAFTA, la República Dominicana tiene un nivel de desempleo significativamente superior al promedio de los países del DR-CAFTA, con un nivel de 15.5 % frente a un 10.7% en promedio. El país con mayor tasa de desempleo regional para el 2008 es Honduras (27.8%), y el país con menor desempleo es Guatemala (3.2%).

Cuadro 23 - Tasa de Desempleo para los Países del DR-CAFTA 2008. País Tasa de Desempleo Honduras 27.8% República Dominicana 15.5% Promedio DR-CAFTA 10.7% Costa Rica 5.5% El Salvador 6.6% Nicaragua 5.6% Guatemala 3.2%

Fuente: Index Mundi elaborado en base a CIA World Factbook En términos de tendencia, la mayoría de los países muestran niveles estables de desempleo, salvo Nicaragua, que ha podido reducir el desempleo desde 24% en 2003 hasta un 5.6% en 2008.

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Gráfico - 18

Tasa de Desempleo para Países del DR-CAFTA (2003-2008)

República Dominicana

0.0%

5.0%

10.0%

15.0%

20.0%

25.0%

30.0%

2002 2003 2004 2005 2006 2007 2008 2009

Países

Porcen

taje

Nicaragua Guatemala Honduras El Salvador Costa Rica Republica Dominicana

Fuente: Index Mundi elaborado en base a CIA World Factbook Los altos niveles de desempleo observado en la economía dominicana muestran la incapacidad del sector productivo para absorber una mayor cantidad de trabajadores/as. Estos desequilibrios pueden estar explicados también en el cambio de modelo de desarrollo del país en las últimas décadas. Los desarrollos tecnológicos, y el cambio de estructura productiva del sector primario (agricultura) hacia el sector terciario (servicios), requieren nuevas cualificaciones. También, los nuevos sectores en auge no poseen la capacidad productiva para absorber toda la mano de obra desplazada. En términos generales, en una economía azotada por altos niveles de desempleo estructural por un tiempo prolongado, tienden a generarse condiciones adversas que debilitan la competitividad sistémica. El desempleo alto significa que una parte importante de la población tiene que sobrevivir con una renta menor, lo que tiene múltiples y complejos costos económicos y sociales. Por ejemplo, una familia desempleada tiene severas dificultades de proveer a sus hijos de una educación de calidad y otros servicios necesarios para garantizar su calidad de vida. El alto desempleo genera una serie de efectos psicosociales graves sobre la población. Las personas sometidas a una ociosidad forzosa pueden padecer frustración y pérdida de autoestima Además de la degradación del capital humano provocado por una subutilización de la mano de obra, que resulta en la pérdida de destrezas y habilidades, el desempleo afecta la competitividad sistémica porque tiene importantes efectos sobre la vida social y política de un país, reduciendo la calidad de vida de la población, y aumentando la desigualdad, la criminalidad e inseguridad y poniendo en juego la estabilidad política, elementos que reducen de manera significativa la competitividad sistémica .

3.2.12 Política Fiscal La política fiscal es un factor importante del Nivel Macro que puede fortalecer o perjudicar la competitividad sistémica de un país, impulsándola por la vía tributaria,

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garantizando un sistema impositivo transparente, progresivo y que no desincentive la actividad económica y en segundo lugar, promoviendo la competitividad por el lado del gasto publico, manteniendo sanas las cuentas del Estado, promoviendo el desarrollo económico a través de políticas públicas adecuadas y la provisión eficiente y de calidad de servicios públicos (infraestructura, seguridad ciudadana, , entre otros) y ejecutando una política de gasto transparente. La formulación de la política fiscal en República Dominicana es competencia principalmente de la Secretaría de Estado de Hacienda, con participación también de la Secretaría de Estado de Economía, Planificación y Desarrollo. La elaboración del presupuesto queda a cargo de la Dirección General de Presupuesto, adscrita a la Secretaria de Estado de Hacienda. En los últimos años, un conjunto de leyes para reformar los ingresos fiscales promulgadas de 2000 a, 2006 y desde la entrada en vigencia del Tratado de Libre Comercio, dieron lugar a una reducción considerable de la importancia de los derechos de aduana en los ingresos del Estado. Como consecuencia de las reformas, la proporción que representan los derechos de aduana en el total de los ingresos del Estado disminuyó de más del 26% en 2000 a menos del 9% en 2008. La disminución de los ingresos fiscales causada por la reducción de los aranceles y la eliminación de la comisión cambiaria, ha sido compensada por aumentos progresivos de los impuestos internos (ITBIS e ISR) Entre 1996 y 2007 se han registrado aumentos particularmente importantes en la recaudación del impuesto sobre la renta, con un aumento considerable también en la recaudación de los impuestos indirectos; los ingresos por derechos de aduana disminuyeron como consecuencia de la entrada en vigencia del DR-CAFTA. En el 2007 los ingresos totales del Gobierno Central, sobre base devengada, aumentaron en 25% con respecto al año 2006, al pasar de RD$188,857.5 millones a RD$236,011.5 millones.

3.2.12.1 La Carga Tributaria La carga tributaria es igual a los ingresos fiscales del gobierno como porcentaje del Producto Interno Bruto del país. En resumidas cuentas puede indicar los niveles de presión tributaria del Estado sobre los productores y los trabajadores. Una mayor carga fiscal indica que los agentes productivos deben destinar una mayor parte de sus ingresos al pago de los impuestos, y los inversionistas suelen verse motivados a invertir en países en donde los impuestos sean menores; sin embargo, una alta carga tributaria significa mayor disponibilidad de fondos públicos, los cuales bien administrados, se traducen en políticas publicas de desarrollo que favorecen la competitividad En términos, en los últimos años, la República Dominicana ha mostrado los niveles de presión tributaria muy superiores al promedio de la región del DR-CAFTA, mostrando un nivel promedio de 15.29% entre los años 2000-2006, frente a un 13.67% del promedio para los seis países, y quedando sólo por debajo de Honduras que tuvo un promedio de 16.69%.

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Cuadro 24 - Carga Tributaria para los Países del DR-CAFTA (promedio 2000-2006)

País Carga Tributaria

Honduras 16.69% República Dominicana 15.29% Nicaragua 15.19% Promedio 13.67% Costa Rica 12.96% El Salvador 11.64% Guatemala 10.22%

Fuente: CEPAL/ ILPES *No incluye Seguridad Social

La carga fiscal es un factor importante como indicador a estudiar por los inversionistas, pero no es suficiente para determinar la competitividad de un país, ni siquiera del sistema tributario. La competitividad fiscal de un país radica sobretodo en su transparencia, sencillez y progresividad, pero especialmente en el destino de los fondos recaudados.

3.2.12.2 Gasto público En materia de gasto público, las operaciones fiscales del Gobierno Central en 2007, arrojaron un balance superavitario ascendente al monto de RD$1,619.4 millones, lo que contrasta con el déficit de RD$12,979.0 millones que dichas operaciones generaron durante el 2006. Esta mejora en el desempeño fiscal, se atribuye en gran medida, al crecimiento económico, la mejora en el manejo de la deuda pública, las reformas fiscales (rectificación) aplicadas y la adopción de medidas encauzadas a lograr una mayor eficiencia de la administración tributaria. Entre 2004 y 2007 el Gobierno ha venido practicando un manejo conservador del gasto con el objetivo de paliar el déficit fiscal y cuasifiscal generado por la crisis bancaria de 2003-2004. En este último año se ha visto un aumento del gasto público vinculado al proceso electoral, para enfrentar los efectos de las tormentas Noel y Olga, y para paliar los efectos de la crisis alimentaria mundial. Durante el 2007, el gasto del Gobierno Central, excluyendo el residual, ascendió a RD$241,320.6 millones, experimentando un incremento absoluto del orden de RD$36,138.3 millones, equivalente a 17.6%, en comparación con igual período del 2006. Las autoridades se han propuesto modernizar el sistema tributario no sólo para reducir el costo administrativo de su operación, sino para elevar la capacidad de recaudación

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3.2.13 Infraestructura General

En el Nivel Macroeconómico de la competitividad sistémica, la infraestructura es un factor fundamental, porque es determinante de los costos, de la productividad, y porque constituye el marco físico en que se desarrolla la actividad productiva. La energía eléctrica, el transporte, las vías de comunicaciones, la tecnología y los elementos de infraestructura en general, facilitan el desarrollo de la actividad económica, interviniendo en todas las fases de la cadena reduciendo costos y generando externalidades positivas que benefician la competitividad de los países. Según el Reporte Global de Competitividad 2006-2007 (GCR por sus siglas en inglés) elaborado por el Foro Económico Mundial, la República Dominicana, ocupa la posición número 80 entre 125 países en el pilar de infraestructura, con una calificación de 2.9 de los 7 puntos. El promedio mundial fue de 3.2 puntos, mientras que el de Latinoamérica fue de 3.7, lo cual indica que el país aún enfrenta grandes retos en el área de infraestructura para la competitividad Según el Informe Global de Competitividad del Banco Mundial, en comparación con sus socios del DR-CAFTA, el país ocupa una posición relativamente en desventaja en cuanto a infraestructura en general, ocupando una posición inferior al promedio de los países socios. Según este reporte, la República Dominicana sólo posee una mejor infraestructura que Nicaragua y Honduras; destacándose El Salvador como el país con mejor calificación en la región.

Cuadro 25 - Pilar sobre Infraestructura (GCR) para los Países del DR-CAFTA 2007. País Lugar Calificación El Salvador 54 3.75 Costa Rica 73 3.22 Guatemala 74 3.2 Promedio DR-CAFTA 77 3.04 República Dominicana 80 2.86 Honduras 81 2.86 Nicaragua 101 2.34

Fuente: Reporte Global de Competitividad 2006-2007 Entre los elementos de infraestructura más importantes, la República Dominicana tiene un nivel medio con respecto al tema aeroportuario, en el lugar 34 del Ranking, y en la infraestructura telefónica, está por arriba del promedio mundial, mientras que en el sistema carretero el país se posiciona en el lugar 51 de 125, con 3.7 puntos. El sector de infraestructura eléctrica es el que presenta mayores debilidades, pues tanto el costo del servicio como la distribución presentan deficiencias que obstaculizan la productividad de la economía dominicana. Además se presentan debilidades en el tema portuario, en donde, aunque se cuenta con la infraestructura necesaria, los servicios y la administración limitan su competitividad. Y finalmente, el transporte urbano e interurbano, en donde el problema no es fundamentalmente la infraestructura, si no la falta de la oferta y la calidad y eficiencia del servicio

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Cuadro 26 - Posicionamiento Mundial de la República Dominicana en materia de infraestructura el IGC 2006-2007 Indicador Lugar RD Calificación Promedio

Mundial Infraestructura en General 90 2.9 3.7 Calidad de la Infraestructura en General

61 3.6 4.5

Calidad de la infraestructura portuaria

54 3.7 3.7

Calidad en la infraestructura aeroportuaria

34 5.5 4.5

Calidad en el abastecimiento de electricidad

124 1.4 4.5

Calidad de la infraestructura telefonica-fax

34 6.3 5.4

Calidad de las carreteras 51 3.7 3.7 Fuente: Foro Económico Mundial

3.2.13.1 Sector Eléctrico

Sin duda alguna, la República Dominicana atraviesa por una crisis en el sector eléctrico que se evidencia en largos apagones periódicos, costos operativos elevados de las empresas de generación y distribución eléctrica, subsidios cruzados de energía, tasas bajas de cobro de facturas, elevadísima ineficiencia por la autogeneración de electricidad, entre otros. En el Índice de Calidad de la Oferta Eléctrica, contenido en el GCR 2006-2007, el país obtuvo 1.4 puntos de siete y se colocó en el lugar 124 de 125 países analizados. En términos comparativos, el país muestra los precios de la electricidad promedio más altos de la región del DR-CAFTA por kilovatio hora, alcanzando precios promedios de $18.03 centavos de dólar, mientras que, países como El Salvador y Nicaragua, el precio del kilovatio hora en promedio es de $08 y $10 centavos de dólar, respectivamente. El sector eléctrico dominicano cerró el 2007 con un déficit operacional de $718.2 millones de dólares, y generó pérdidas de energía por 34.25%. A eso se suman largas interrupciones del servicio y problemas generalizadas con el voltaje.

Cuadro 27 - Tarifas de Energía Eléctrica en Países del DR-CAFTA 2008 País (US$ por

kWh)

República Dominicana 0.18 Guatemala 0.15 Honduras 0.13 Costa Rica 0.12 Nicaragua 0.10 El Salvador 0.08

Fuente: SIECA En materia de electricidad, la economía dominicana está en una situación de desventaja frente a sus socios del DR-CAFTA, influyendo esto negativamente en su competitividad sistémica, ya que la energía eléctrica es fundamental para los procesos productivos en todas sus fases

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3.2.13.2 Tecnología de la información y la comunicación

En materia de tecnologías de la información y de las comunicaciones (TICs), la República Dominicana ocupa un lugar destacado a nivel mundial. Las tecnologías de la información tienen un efecto transversal en toda la economía, e impactan positivamente en la competitividad de todos los sectores porque facilitan la adopción de innovaciones y cambios organizacionales. De acuerdo al Índice de Potencial para la Conectividad del Reporte Global de Tecnologías de Información 2005, la República Dominicana se posiciona en el lugar 89 de 115 países con una calificación de -0.73. En general el país cuenta con una buena infraestructura de telecomunicaciones y una importante oferta en casi toda la geografía nacional de servicios de telefonía, radio, televisión e internet; con una mayor penetración y disponibilidad en las zonas Norte y Este del país, así como en la propia ciudad capital. En términos comparativos el país se destaca en materia de uso de las tecnologías de la información y la comunicación frente a sus socios centroamericanos del DR-CAFTA, sobretodo en el área de telefonía móvil y uso del Internet. En términos de telefonía fija, la República Dominicana cuenta en el 2008 con 897,000 líneas instaladas, frente a 1,355,000 que posee Guatemala. En términos per –cápita (aunque la comparación no es precisa porque un teléfono suele ser usado por varios usuarios), las líneas telefónicas fijas corresponden al 9% de la población; frente a un 34% de Costa Rica, y frente al 18% de El Salvador. Sin embargo, el país si se destaca en materia de telefonía móvil, al ser el país líder cuantitativamente de usuarios de la red de telefonía móvil en la región del DR-CAFTA, alcanzando en 2005 unos 3, 623,000 usuarios de celulares. Sin embargo, quedó en ese año en segundo lugar frente al Salvador en términos per capita. El 38% de los dominicanos, en 2005, poseía acceso a la telefonía móvil, frente al 42% de El Salvador. En cuanto a usuarios de Internet el país también se destaca, ocupando en 2008 el segundo lugar en términos per. capita, entre los países del DR-CAFTA, con un 13% de los dominicanos con acceso de Internet, frente a un 21% de los costarricenses y un 11% de los salvadoreños. Estos datos pueden muestran claramente la situación de acceso a las tecnologías de la información y la comunicación en la región del DR-CAFTA; y muestran que la República Dominicana tiene niveles por encima del promedio en cuanto a su infraestructura de acceso a las TICS, lo que redunda en incidir positivamente en su competitividad sistémica.

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Cuadro 28 - Indicadores de la Infraestructura de las Comunicaciones en los Países del DR-CAFTA 2008 País Líneas

Fijas % Población

Líneas Móviles (2005)

% Población

Usuarios de Internet

% Población

Costa Rica 1,351,000 34%

1,101,000 27%

1,214,000 21%

El Salvador 1,037,000 18%

2,412,000 42% 637,000 11%

Guatemala 1,355,000 11%

3,168,000 25%

1,320,000 10%

Honduras 708,400 10%

1,282,400 18% 337,300 5%

República Dominicana

897,000 9%

3,623,000 38%

1,232,000 13%

Nicaragua 247,900 5%

1,119,900 20% 155,000 3%

Fuente: Index Mundi elaborado en base a CIA World Factbook, también con datos de la CEPAL

3.2.13.3 Puertos El sistema portuario de la República Dominicana está conformado por 14 puertos marítimos, siendo estos: Manzanillo, San Pedro de Macorís, Santo Domingo, Río Haina (Occidental y Oriental), Palenque, Barahona, Boca Chica, Cabo Rojo, Caucedo, Puerto Plata, Duarte, La Romana y Azua; y se clasifican en puertos comerciales, marinas, puertos deportivos y turísticos. En términos comparativos con los países del DR-CAFTA, el país exhibe niveles de infraestructura superior que el resto de los países, con 10 puertos de carga, frente a 5 puertos que es el promedio regional de puertos de carga para los seis países. Cuadro 29 - Sistema Portuario de Carga para los Países del DR-CAFTA 2004 País No. Puertos República Dominicana

10 Manzanillo, San Pedro de Macorís, Santo Domingo, Río Haina (Occidental y Oriental), Barahona, Boca Chica, Caucedo, Puerto Plata, Azua;

Nicaragua 6 Corinto, Sandino, San Juan del Sur, El Bluff, Arlen Siu, Cabezas

Honduras 6 Cortés, Castilla, La Ceiba, Tela, San Lorenzo, Roatán

Promedio regional

5

Costa Rica 4 Caldera, Limón-Moín, Puntarenas, Punta Morales

Guatemala 4 Santo Tomás de Castilla, Barrios, Quetzal, San José

El Salvador 1 Acajutla Fuente: Comision Centroamericana De Transporte Marítimo (COCATRAM) La calidad de la infraestructura portuaria de la República Dominicana se ubica en el lugar 54 dentro de 125 países. Este indicador mide el desarrollo de las facilidades de los puertos y su comunicación al interior del país. En el contexto regional, Naciones Unidas la coloca en el lugar 18, lo que sugiere cierto nivel de competitividad del país en ese sentido, a pesar de revelar problemas de

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administración y seguridad portuaria que le restan competitividad al país en esa materia.

3.2.13.4 Aeropuertos En cuanto a los aeropuertos, la República Dominicana se posiciona a nivel mundial en el lugar 34 de 125 países, siendo el quinto a nivel de Latinoamérica. En lo que se refiere a logística comercial, los tres aeropuertos internacionales de la República Dominicana con mayor capacidad son el Cibao, Las Américas y el Gregorio Luperón. En términos comparativos con sus socios del DR-CAFTA, el país ocupa el segundo lugar en el número de aeropuertos con pistas pavimentadas. Costa Rica, con 36 aeropuertos pavimentados encabeza la lista, seguida por la Republica Dominicana con 15 aeropuertos con pistas pavimentadas.

Cuadro 30 - Aeropuertos con pistas pavimentadas en los Países del DR-CAFTA 2008 País Aeropuertos

Costa Rica 36 República Dominicana 15 Guatemala 12 Honduras 12 Nicaragua 11 El Salvador 4

Fuente: Index Mundi elaborado en base a CIA World Factbook

3.2.13.5 Carreteras Los sistemas carreteros y los medios de transporte son otros elementos importantes para la competitividad sistémica de un país. En la Republica Dominicana el sistema carretero es el medio por el cual se desarrolla la actividad comercial terrestre, ya que no se cuenta con vías férreas importantes. Según el Foro Económico Mundial la República Dominicana se posiciona en un lugar privilegiado en la competitividad de su sistema carretero a nivel de Latinoamérica, ocupando el séptimo lugar en el ranking que realiza el FEM. EL 41.1% de las carreteras troncales se clasifican como buenas, el 32.5% de las carreteras regionales como regulares, mientras que el 39.7% de las carreteras locales como malas. Sacando un índice aproximado resultado de dividir cantidad de carreteras (pavimentadas o no) entre la superficie total del país, descubrimos que, en términos de extensión de la red de comunicaciones viales, el país tiene un lugar medio entre sus socios del DR-CAFTA, ocupando el tercer lugar en materia de kilómetros de carreteras y caminos con respecto a su superficie, con una longitud de 12,600 kilómetros de extensión, mientras que Costa Rica, la de mayor numero de kilómetros, tiene unos 35,330 kilómetros de carreteras y caminos.

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Cuadro 31 - Kilómetros de carreteras y caminos (pavimentadas o no) Países del DR-CAFTA 2008

País Km Area (Km2) %

Costa Rica 35.330 51.100 69% El Salvador 10.886 21.041 52% República Dominicana 12.600 48.730 26% Nicaragua 19.036 129.494 15% Guatemala 14.095 121.127 12% Honduras 13.603 122.703 11% Fuente: Index Mundi elaborado en base a CIA World Factbook

Ademas, si hacemos la comparación en cuanto al número de carreteras pavimentadas, la Republica Dominicana saca ventaja frente a sus socios. En el país el 49% de las carreteras (unos 6,224 kilómetros de longitud están pavimentadas), frente a 4,941.3 kilómetros de Guatemala y 4,500 kilómetros de Costa Rica. El país muestra ventajas comparativas frente a sus socios del DR-CAFTA, en cuanto a su sistema de carreteras, sobretodo en lo que se refiere a las carreteras troncales, aunque, muestra debilidades en la extensión y estado de los caminos vecinales, los cuales también juegan un papel fundamental en materia de la competitividad sistémica, sobretodo en materia agropecuaria.

3.2.13.6 Transporte En materia de transporte urbano e inter-urbano de pasajeros, lo cual es también un factor importante para la competitividad de la mano de obra, el país cuenta con un sistema de transporte público en manos privadas que ha sido calificado por los expertos como precario y costoso. Por otro lado, los transportistas están organizados de manera tal que no se permite una oferta adicional, por lo que el servicio opera en condiciones de monopolio, bajando así la calidad y elevando los precios, debido a los tipos de vehículos utilizados. La infraestructura de carreteras no ha sido diseñada para vehículos de carga pesada. El sector camionero está involucrado en casi el 5% de los accidentes viales en la carretera, y esto generalmente se debe a que en lugar de contar con cuatro o seis carriles sólo se disponen de dos. Además, la señalización es insuficiente y no existe un límite de velocidad mínima.

3.2.13.7 Agua El agua es un elemento básico en el desarrollo económico de todo país, su disponibilidad y seguridad de su abastecimiento, son factores fundamentales para el desarrollo de la actividad productiva y para la calidad de vida la población. La República Dominicana cuenta con una red hidráulica antigua y con alto grado de deterioro, sobre todo en los principales barrios de las ciudades más pobladas, estimándose una pérdida del 45% del agua servida. Por otro lado, la oferta de agua ha sido insuficiente para cubrir el requerimiento actual, el problema es mayor en las zonas rurales, por la distancia y la falta de infraestructura para su distribución. En el sector agroindustrial es importante la actualización de técnicas y de la maquinaria de riego para el ahorro del agua. El progreso que ha tenido la

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tecnificación de los sistemas de riego en el campo ha beneficiado a la agricultura, aunque aun se presentan problemas de cobertura.

3.2.13.8 El Ranking de Competitividad en Infraestructura Finalmente, analizamos aquí el Ranking de Competitividad en Infraestructura lo que nos permite ofrecer una panorámica global y comparativa de los países del DR-CAFTA en matera de infraestructura. El Ranking de Competitividad en Infraestructura es realizado por CG/LA (Global Infrastructure and Competitiveness Leadership), el cual intenta examinar y comparar la situación en que se encuentra la infraestructura de los países Latinoamericanos, analizando cuatro de sus componentes principales: energía eléctrica, transporte y logística, gestión del agua (potable y servida) y conectividad digital (TIC´s). Cada uno de estos componentes es analizado a partir de 40 variables distintas que agrupadas en dos dimensiones: las variables de infraestructura (que incluyen datos cuantitativos como km de caminos pavimentados, cobertura de agua potable, etc.) y las variables de economía/política, que describen la capacidad de un país para llevar adelante proyectos (como disponibilidad de recursos técnicos, acceso a financiamiento, calidad de la implementación de los proyectos). Según este ranking, la infraestructura de la República Dominicana ha mejorado sustancialmente desde el año 2006, al pasar del lugar número 10 al lugar número 8 en este ultimo año; y sustituyendo a Costa Rica como país líder en la región del DR-CAFTA en materia de infraestructura.

Cuadro 32 -Ranking Global de Infraestructura para los Países del DR-CAFTA 2007

Ranking General Ranking 07

Ranking 06

Índice 2007

República Dominicana 8 10 54.5 Costa Rica 10 8 52.7 El Salvador 12 12 51.7 Guatemala 17 18 42.2 Honduras 19 16 38.2 Nicaragua 22 22 28.5

Fuente: Página Web de la Global Infrastructure and Competitiviness Leadership. Estos datos contrastan con los aportados por el Banco Mundial para el año 2006. Muestran un panorama mixto en materia de competitividad en la infraestructura, por un lado de ventajas relativas del país en diferentes aspectos, como en aeropuertos, puertos y las telecomunicaciones frente a sus socios del DR-CAFTA, pero también retos y desventajas importantes en el área de energía eléctrica, comunicación vial y transporte.

3.3 Análisis del Nivel Meso de la Competitividad Sistémica El análisis del Nivel Meso de la competitividad sistémica en la agricultura dominicana es un análisis sobre la situación actual del sector, su trayectoria, las políticas sectoriales, la capacidad de articulación sector privado-estado y la capacidad del Estado de satisfacer las necesidades de las empresas, ofreciendo servicios de apoyo de tipo público y asesoría para fortalecer el desempeño económico del sector. Un importante componente de este análisis es un diagnóstico de las relaciones actuales entre las instituciones de investigación, las asociaciones empresariales, las

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instituciones públicas y los otros proveedores de servicios de entorno para las empresas agrícolas como de tecnología, financiamiento e infraestructura, entre otros. En este nivel es donde se generan las condiciones para las ventajas competitivas, tanto institucionales como organizativas del sector, y los patrones de organización y gestión que contribuyen a fortalecer las capacidades de las empresas agropecuarias de competir.

3.3.1 La evolución reciente del sector agropecuario dominicano.

El sector es fundamental para la garantía de la seguridad y soberanía alimentaria, la reducción de la pobreza rural, la generación de empleos, la estabilidad política y económica y, adecuadamente manejado, genera externalidades positivas sobre el medio ambiente. Al finalizar la década del los 90’s este sector contribuyó con el 12% del PIB y actualmente representa (utilizando una nueva metodología de medición) alrededor de un 8% del PIB. Las exportaciones agrícolas y agroindustriales para el año 2007 representaron alrededor del 50% de las exportaciones nacionales; proporcionando además el 70% de los alimentos que se consumen en el país, y generando empleos directos para el 15% de la población. (Isa & Aquino, 2004) Los productos agrícolas de exportación más importantes son el azúcar, el café, el tabaco y el cacao, considerados productos tradicionales de exportación, y los bananos, las frutas, los vegetales, raíces y tubérculos, considerados no tradicionales. Para el mercado interno se destacan productos como el arroz, la habichuela, los plátanos, la carne y la leche.

Cuadro 33 - Principales productos agrícolas de República Dominicana, 2005

Productos Volumen de la Producción

Valor de la Producción

Porcentaje en el total Agrícola

(T.M.) (Miles de RD$) Arroz en Cáscara 644,940 9,137,705.22 14,4 Caña de Azúcar 4,848,079 3,636,059.25 5,7 Café en Cerezos 87,051 5,487,837.74 8,6 Cacao en Grano 50,817 1,417,182.95 2,2 Frijoles o Habichuelas 22,699 855,601.782 1,3 Yuca 97,538 1,297,741.28 2,0 Guineos (miles de Racimos) 22,280 1,416,950.29 2,2 Tomates 293,012 2,184,684.93 3,4 Plátanos (miles de unds.) 1,549,985 3,867,011.08 6,1 Otros 34,192,583.8 53,9 - Fuente: BCRD

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Cuadro 34 - Principales productos pecuarios de República Dominicana, 2005

PRODUCTOS

Volumen de la Producción

Valor de la Producción

Porcentaje en el total Agropecuari

o (T.M.) (Miles de RD$)

Carne de res 106,106 15,879,276 39.33% Carne de cerdo 13,543 1,657,193 4.10% Carne de pollo 227,999 7,438,630 18.42% Leche Fresca (miles lts.) 751,622 9,829,984 24.35% Huevos de Consumo (miles unds.) 1,345,034 3,228,041 8.00% Otros 2,342,377 6.00% Total 40,375,502 100% - Fuente: BCRD La agricultura dominicana verifica una alta concentración económica en términos de importancia en el valor total, los productos más importantes son el arroz (que aporta el 14,4% del total de la riqueza generada por el sector), el Café (8,6%), los plátanos (6,1%) y la caña de azúcar (5,7%). Se registra también cierta concentración regional de algunos cultivos; por ejemplo el 32% y el 48% de los productores de cereales y leguminosas respectivamente están localizados en la región Suroeste y el 61% de los fruticultores está en las regiones Nordeste y Central. En tanto que la producción de plátano, banano, batata, ganadería bovina, yuca y café está dispersa prácticamente en todas las regiones. En la pecuaria, por su parte, la concentración económica es mayor concentrándose un 63.68% del valor en la producción bovina y sus derivados; y un 26.42% del valor total en la producción avícola y sus derivados. El 45% de la tierra está destinada a cultivos agrícolas y el 55% a explotaciones ganaderas. Existen un total de 243,939 productores8, y de éstos un 33% posee menos de 1.26 hectárea (20 tareas) y 81% menos de 6.3 hectáreas (100 tareas), y todos ellos ocupaban el 21% de la superficie, mientras que solamente 256 productores (un 0.11% del total) poseen establecimientos mayores a 315 hectáreas y ocupan el 17% de la superficie total. Lo cual refleja también que la producción agropecuaria dominicana es fundamentalmente de pequeñas propiedades. La población rural en República Dominicana se caracteriza por una alta movilidad, impulsada por la pobreza en las zonas rurales provocadas por un modelo de desarrollo concentrador, donde la pobreza rural y la falta de oportunidades han provocado una importante migración hacia zonas urbanas con graves consecuencias negativas de carácter social, económico, ambiental y nutricional. Se estima que más del 60% de los hogares rurales están por debajo de la línea de pobreza; mientras que la mitad de ellos son indigentes. El 39.2% de los hogares rurales no disfrutan de la satisfacción de sus necesidades básicas, en tanto que en el área urbana solo el 25.3% no la tiene satisfecha. En algunos lugares la pobreza alcanza a más del 90% de la población. (ONE, 2002)

8 Registro Nacional, censados en 1998,

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3.3.2 Regímenes de política y desempeño agropecuario 9

Tradicionalmente en la República Dominicana, el sector agropecuario ha sido de atención residual para la política económica. El resultado de esto ha sido un significativo rezago productivo de ese sector, una sostenida caída de su participación en el producto total, y una acentuación de los retrocesos e inequidades sociales en las zonas rurales. La participación del PBI agropecuario en el PBI total se redujo de 15% en la última década a 7% en 2007/2008, resultado de un menor dinamismo relativo de la agricultura respecto a los otros sectores de la economía. También se redujo la participación porcentual de las exportaciones agropecuarias en el total nacional, de 19.8% en 1990 a 8% en 2003. Esta situación de atención marginal del sector por parte del Estado ha sido una recurrente a lo largo de los diferentes regímenes de política. Durante la política de sustitución de importaciones, vigente desde fines de los sesenta hasta inicios de los ochenta, se puso énfasis en los incentivos a la industrialización y la urbanización, mientras el sector agropecuario fue afectado con severos controles de precios, discriminación en la asignación de crédito y de recursos públicos y sobrevaluación del tipo de cambio que constriñó la capacidad exportadora (Ceara, 1983; CEPAL, 2001). Entre 1971 y 1984, el crecimiento medio anual del producto agropecuario fue de 3.49%, menos de un 60% de la tasa observada para la economía. Entre 1991 y 2005 el sector agropecuario mantuvo un crecimiento medio de 4.07% anual, el cual alcanzó apenas al 79% de la tasa de crecimiento de la económica en su conjunto, la cual fue para ese período de 5.2%., lo que indica que se mantuvieron las condiciones que penalizaron la agricultura frente a otros sectores de la economía. Entre 1983 y 1986, el conjunto de políticas adoptadas para el cambio estructural en el marco del agotamiento del esfuerzo industrializador, favoreció sectores no comerciables en desmedro de sectores comerciables como la agricultura, la industria nacional y la minería, evidenciados como actividades en declive. Así mismo, el esfuerzo de estabilización y ajuste de esos años se tradujo en una significativa contracción del gasto público que afectó de manera especial al sector en las principales áreas de intervención de política: investigación, asistencia técnica, servicios de apoyo (sanidad animal y vegetal, mecanización, distribución de insumos) política de precios, comercialización, crédito, infraestructura de riego, asignación de tierras y otros. Durante esos años, los esquemas de regulación de precio se debilitaron significativamente y tendieron a desaparecer. Igualmente, se verificó una astringencia crediticia hacia el sector que implicó un proceso de descapitalización sectorial. El desplome de las políticas activas de fomento al desarrollo agropecuario se reflejó en pérdida de impulso del comportamiento del producto sectorial y en pérdida de importancia económica y social. En la segunda mitad de los ochenta imperó un régimen de activismo fiscal y significativos desequilibrios monetarios que desembocaron en una aguda crisis macroeconómica. Sin embargo, aunque algunas de las más relevantes barreras al desarrollo exportador fueron eliminadas, como los impuestos a la exportación, el gasto público sectorial continuó en declive. Sin embargo, a partir de 1990 se inauguró un nuevo período de políticas caracterizadas por énfasis en la estabilidad macroeconómica, la apertura comercial y la reforma económica al estilo del Consenso de Washington (Ceara & Isa, 200). Para el sector agropecuario dominicano esto se tradujo una continuada restricción

9 Tomado de Contreras, Galván, Monegro (2006)

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de recursos públicos y en una redefinición de prioridades y forma de intervención del sector público en el desarrollo de la economía agropecuaria. Específicamente, los programas de intervención profundos como los programas de control y sustentación de precios, reforma agraria, provisión de infraestructura y subsidios crediticios generalizados dieron paso a otros de provisión de bienes y servicios públicos y privados como servicios de sanidad animal y vegetal, suministro de semillas, mecanización, fijación de precios de referencia, subsidios crediticios focalizados, suministro de agua, y almacenamiento o pignoración de algunos productos. Sin embargo, en términos globales, el cambio implicó una reducción significativa de los recursos dirigidos hacia el sector. Durante el primer lustro de los noventa, el desempeño del sector fue el peor de la historia reciente. El producto sectorial creció a una tasa promedio anual en 0.1%. El sector recuperó la dinámica de crecimiento a finales de los noventa cuando evidenció un crecimiento robusto de 5.5% como promedio anual. Esta recuperación, en el marco global de un régimen de políticas adverso se asoció a algunos factores específicos como un régimen de protección selectiva a algunos productos de sustitución de importaciones en el marco de un proceso gradual de apertura comercial, un mejoramiento en el acceso al financiamiento privado, y el desarrollo de prácticas productivas con carácter empresarial muy articuladas con la demanda turística, externa y también con la demanda interna. No obstante, este desempeño también se acompañó de un proceso de desmantelamiento de muchas de las barreras no arancelarias a las importaciones agropecuarias que implicó un incremento de las importaciones, y la retirada casi definitiva del Estado de la exportación de azúcar a través del arrendamiento al sector privado de los principales activos del emporio estatal azucarero . En términos comparativos con sus socios del DR-CAFTA, la República Dominicana muestra la reducción más pronunciada de la participación de la agricultura en las exportaciones totales desde 1980, disminuyendo de un 40% a alrededor de un 6% entre 1980 y 2000. Esta tendencia (apreciable en el cuadro no. 19) puede indicar un cambio estructural en el modelo de inserción económica y en la estructura de un país. En el caso dominicano indica un desmantelamiento progresivo del sector exportador agropecuario producto de una reestructuración en la economía.

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Gráfico - 19

Participación de las exportaciones agropecuarias en las exportaciones totales de bienes y servicios en los Países

del DR-CAFTA

0

10

20

30

40

50

60

1980 1990 2000 2003Periodo

Porcentaje

Rep, Dominicana Costa Rica El Salvador Guatemala

Honduras Nicaragua Estados Unidos

Fuente: elaborado con información de la CEPAL, la FAO y el US Department of Commerce Los procesos de reestructuración productiva que no están acompañados de asistencia, gradualidad y de procesos reales de modernización, pueden contribuir a deteriorar la competitividad sistémica del sector en cuestión, porque se traducen en subutilización y uso menos eficiente de los recursos, muchos de ellos quedando ociosos lo que conduce a un deterioro progresivo de los recursos tanto físicos como humanos. Según el Registro Nacional de Productores Agropecuarios de 1998, la superficie explotada en el sector se redujo en 24% entre 1991 y 1998, al pasar de 2.5 millones de hectáreas, a 1.9 millones hectáreas. Esto, junto a las tendencias observadas en la productividad, revela el declive secular de la agricultura en el país. Tendencias similares se han revelado para la participación del sector agropecuario en el PIB. Durante el periodo 1993 – 2006, la mayoría de los cultivos no han tenido una clara tendencia al crecimiento del volumen de la producción y los rendimientos, lo cual evidencia, por el lado de los rendimientos, el muy escaso nivel de tecnificación, el bajo nivel de especialización, reducida práctica de utilización de técnicas apropiadas de selección de semillas y fertilizantes, control de plagas etc. Ni siquiera en el arroz y el guineo, los cuales son considerados los cultivos de mayor nivel de tecnificación, encontramos una tendencia hacia el incremento de los rendimientos, llegando a caer hasta un 50% durante el período. (Isa Pavel, 2006) Dos de las causas más relevantes de este comportamiento de reducción de importancia del sector en la economía han sido la crisis de las actividades exportadoras tradicionales (vinculada a un declive tendencial de los precios internacionales y a una reversión de las condiciones de acceso a los mercados, especialmente para el azúcar) y a la caída significativa del gasto público en la agropecuaria, así como a la residualidad de las políticas sectoriales. El gasto agropecuario cayó de manera sostenida en las últimas tres décadas, al punto de que en la actualidad, en términos reales, representa sólo una tercera parte de lo

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que significó a inicio de los ochentas, previo a la adopción de la estrategia de cambio estructural. (Isa, Pavel 2006). Desde el año 2000 no se han dado cambios significativos en las políticas públicas hacia el sector agropecuario. Entre 2000 y 2007 el sector tuvo un desempeño dinámico aunque menor que durante la segunda mitad de los noventa, al crecer a una tasa media anual de 4.1%. En la actualidad (2007), el sector aporta el 7% del PIB10, lo que significa que la riqueza generada por el sector en el año es de alrededor de $3.3 miles de millones de dólares. A su vez, la agricultura y la ganadería emplean el 14.5% de la fuerza de trabajo. Durante el 2007, la economía dominicana tuvo una tasa de crecimiento del producto interno bruto (PIB) de 8.5 %, este desempeño resultó esperanzador, pero el sector agropecuario creció solamente un 1.2% en 2007, cayendo desde un robusto 8.6% durante el 2006. En cuanto a la participación de la agricultura en la mano de obra total; en términos comparativos, el país muestra una tendencia de disminución progresiva pronunciada, aunque similar a los demás países. Sin embargo, de todos los países de la región del DR-CAFTA (Con excepción de Estados Unidos) la República Dominicana es el país en el cual el sector agrícola aporta menos empleo respecto a la población ocupada, aportando menos de un 15%, mientras países como Guatemala y Honduras, el empleo agrícola representa un 43,6% y 28,2%, respectivamente.

Gráfico - 20

Participación de la fuerza ocupada en la agricultura en la población ocupada total en los países del DR-CAFTA (1986-

2003)

0

10

20

30

40

50

60

1986-90 1991-2000 2001-2003

Periodos

Porcentaje

Costa Rica El Salvador GuatemalaHonduras Nicaragua Rep. DominicanaEstados Unidos

Fuente: elaborado con información de FAO (2004) La tendencia de pérdida de importancia del sector agropecuario dentro de la economía en su conjunto se ha mantenido a lo largo de los años como producto del desmantelamiento progresivo de las políticas públicas y se evidencia en que entre 2001 y 2007 el sector agropecuario pasó de aportar un 9.1% a un 7.7% para una caída de un 15% de su aporte al PIB global.

10

El PIB de la República Dominicana para el 2007 fue de 41,245.9 millones de dólares.

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Gráfico - 21

Participación Porcentual del PIB Agropecuario en el PIB Global 2001-2007

7

7.5

8

8.5

9

9.5

10

2001 2002 2003 2004 2005 2006 2007

Años

Tasa de Participación

Fuente: Banco Central de la Republica Dominicana Esta desaceleración estuvo motivada por la caída en la tasa de crecimiento de la mayoría de los productos agropecuarios. La desaceleración de los demás sectores queda evidenciada en productos como el arroz, que desaceleró su tasa de crecimiento de 9.48% en 2006 a 4.9% en 2008; la ganadería, silvicultura y pesca que pasó en ese año de crecer de 5.8% a 3.8% de 2006 a 2007. Manteniendo la tendencia, las actividades agrícolas dentro del sector agropecuario han venido perdiendo importancia, mientras que las pecuarias han incrementado su peso. En la actualidad, el peso de la pecuaria es superior al de la agricultura en términos del valor agregado. En efecto, en 2007 el valor agregado de las actividades agrícolas representó el 45% del valor agregado total del sector mientras, el valor agregado de las pecuarias superó el 55%. Durante los últimos dos años, las políticas sectoriales agrícolas han empezado a poner más de énfasis en el desarrollo de programas orientados al mejoramiento de la productividad y la creación de capacidades y condiciones para la competencia. No obstante, todavía son esfuerzos incipientes que en este momento no es posible evaluar adecuadamente. En suma, tres elementos cabe resaltar en el proceso de transformación de la política sectorial en las últimas décadas: i) desregulación de la producción y el comercio agropecuario, dada por la supresión de la totalidad de controles de precios, la eliminación de impuestos a las agroexportaciones y el desmantelamiento del sistema de medidas no arancelarias; ii) reducción del estado propietario, con recorte de la intervención del Estado en actividades productivas sectoriales; y iii) política de intervención moderada y facilitación del desarrollo del sector privado en la agropecuaria, mediante la provisión de bienes de dominio público. Valga puntualizar que se trata de una intervención suave, con mayor comedimiento, si se la compara con el activismo que caracterizó la política pública en el desempeño sectorial, décadas atrás.

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Cuadro 35- Resumen de indicadores de desempeño del sector agropecuario dominicano - 1990/1991 - 2000/2001 - 2007/2008 Participación del PBI agropecuario en el PBI total

- 15% - 12% - 7%

Empleo en el sector rural como % del empleo total

- 20.3%* - 13.1%** - 14.5

Pobreza rural / pobreza urbana

- 47%*** / 28%

- 42%*** / 20%

- 42%*** / 20%

Exportaciones agrícolas – importaciones agrícolas

- US$ 130 millones

- US$ -70.9 millones

- US$221 millones

Crecimiento agrícola / crecimiento total

- 3.1% - 4.8%

- 4.1% - 7.1%

- 8.6-1.2

* excluido azúcar y ganadería, ** 2001, *** 1986 y 1998 respectivamente Fuente: Datos del Banco Central de RD.

3.3.3 La política agropecuaria actual y las instituciones sectoriales

La principal institución pública en materia agropecuaria en el país es la Secretaría de Estado de Agricultura (SEA), una de las instituciones más antiguas del país, vigente desde el 1854. La función principal de la SEA es formular y dirigir la política agropecuaria del país. La SEA fue instituida en el marco de la Constitución Política del 25 de febrero de 1854, denominándose, Secretaría de Estado de Interior, Policía y Agricultura. En los 150 años que transcurren desde 1854 al 2004, a la Secretaría de Estado de Agricultura se le ha cambiado la denominación en 16 ocasiones. Entre los principales servicios que ofrece tradicionalmente la SEA se encuentran la mecanización agrícola fundamentalmente orientada a la preparación del terreno; la regulación de las importaciones agropecuarias a través de un sistema de permisos; la distribución de material de siembra, principalmente semillas; el asesoramiento a las organizaciones para el desarrollo de organizaciones rurales; y la asistencia técnica contra plagas, cuyo objetivo es mantener la sanidad en del sector. Actualmente la SEA mantiene en ejecución un conjunto importante de proyectos agropecuarios, estos son:

1. El Mercado Frigorífico e Invernaderos (PROMEFRIN), es un proyecto de alcance nacional, con una duración de cuatro años y con una inversión de más de dos mil ochocientos millones de pesos, cuyo objetivo es establecer y operar una red de mercado de mayorista para abastecer los mercados de detallistas, evitar la especulación, mejorar la calidad de los rubros agropecuarios en el proceso de comercialización.

2. El Proyecto de Apoyo a la Transición Competitiva Agroalimentaria (PATCA)

financiado por el BID-SEA, también de alcance nacional, con una duración de seis años y una inversión de más de dos mil cuatrocientos millones de pesos, cuyo objetivo es aumentar la eficiencia de la agricultura dominicana,

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con el fin de mejorar la competitividad del sector agroalimentario y disminuir los niveles de pobreza en las zonas rurales.

Otras instituciones que tienen que ver con la producción agropecuaria son: • El Instituto Agrario Dominicano (IAD), creado por la Ley No.5879 del 27 de Abril del año 1962, que tiene como función primordial implementar y dar seguimiento a la política de Reforma Agraria en todo el territorio nacional • El Instituto Nacional de Recursos Hidráulicos (INDRHI), creado en 1965 como “la máxima autoridad nacional sobre las aguas superficiales y subterráneas del país” quedando “facultado para controlar y regular el uso de las mismas”. • El Banco Agrícola de la República Dominicana, institución estatal autónoma creada en 1945, y cuya función es garantizar financiamiento asequible al sector agropecuario. • La Secretaria de Estado de Medio Ambiente creada por la Ley 64 del 2000, que tiene como objetivo velar por la preservación y conservación de los recursos naturales. • EL Consejo Estatal del Azúcar (CEA), institución de carácter patrimonial encargada de administrar los ingenios propiedad del Estado. • El Instituto Azucarero Dominicano (INAZUCAR) creado en 1965, cuya función es recomendar al Poder Ejecutivo las normas de la política Azucarera Nacional en todos sus aspectos. • El Instituto Nacional de Estabilización de Precios (INESPRE), creado en 1969, para la comercialización de los productos agropecuarios y la regulación de precios de los productos de la canasta básica familiar, además que los mismos lleguen a los sectores de menos ingresos en condiciones optima para el consumo • Otros organismos del sector son, el Consejo Nacional para el Café (CODOCAFE), el Consejo Nacional para la Reglamentación y Fomento de la Industria Lechera (CONALECHE) y el Instituto del Tabaco (INTABACO), entre otros.

3.3.4 Política comercial Desde la conclusión de la Ronda Uruguay, la República Dominicana llevó a cabo renegociaciones conforme al artículo XXVIII respecto de diversos productos agropecuarios, a fin de poder modificar su Lista de Compromisos. Como resultado de ello, se aplican a diversos productos tipos arancelarios superiores o inferiores al tipo consolidado del 40 por ciento. La República Dominicana mantuvo contingentes arancelarios para la importación de carne de pollo, maíz, frijoles secos, ajo, cebollas, leche en polvo, arroz y azúcar amparados en dicha rectificación técnica en la OMC. Actualmente el país es parte del Tratado de Libre Comercio entre Centro América, Republica Dominicana y Estados Unidos, y está en proceso de implementación del Acuerdo De Asociación Económica AAE entre el CARIFORO y la Unión Europea, lo que significa, además de la liberalización progresiva del sector, la eliminación progresiva de al menos los contingentes asignados a la Unión Europea y Estados Unidos.

3.3.5 Política fiscal agropecuaria En materia fiscal, no se perciben impuestos de exportación sobre los productos agropecuarios; los productores pueden obtener diversos incentivos fiscales. Desde

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1997, se viene aplicando un arancel del 0% a las importaciones de ciertos insumos y bienes de capital destinados a la agricultura. Los productos agropecuarios están exentos del Impuesto sobre la Transferencia de Bienes Industrializados y Servicios (ITBIS); por otra parte, los productores de productos agropecuarios primarios están exentos del adelanto del 1,5%del importe bruto del impuesto sobre la renta. Sin embargo, están grabados con algunos impuestos como el Impuesto Sobre la Renta (25% de la renta anual), aranceles a algunos insumos, y los impuestos aplicados a los combustibles y la energía eléctrica. Los productores del sector agropecuario han venido planteado desde hace un tiempo la revisión de la política tributaria aplicada al sector agropecuario, con el objetivo de que contribuya mucho más al estímulo de la producción agrícola y pecuaria. Solicitan un régimen de tasa cero de todos los impuestos al sector, equivalente a las zonas francas de exportación, lo que además de aumentar la rentabilidad de los productores incentivaría la inversión en el sector En Costa Rica, por ejemplo, además de existir exoneraciones fiscales, también existen los incentivos forestales y el pago de servicios ambientales, que ha mantenido el Estado desde 1997, el cual es un claro ejemplo de una política tributaria estimulante en materia de reforestación y protección del bosque natural en Centroamérica. Estos incentivos son financiados con un tercio del impuesto del consumo aplicado a los combustibles fósiles y es administrado por FONAFIFO, organismo que actúa como un banco del sector forestal. Estos incentivos han logrado llegar a más de 22.000 pequeños y medianos propietarios de bosques lo que representan un área de 279.000 hectáreas.

3.3.6 Política de Comercialización La política pública de comercialización ha sido debilitada significativamente con el paso del tiempo. El Gobierno interviene en la comercialización cuando hay excedentes de producción. La intervención del Gobierno se realiza a través del Instituto de Estabilización de Precios (INESPRE) y va dirigida a los pequeños productores, pero tiene un impacto muy residual en la producción en sentido general. Desde hace unos años se han implementado las plazas agropecuarias a través de la Secretaría de Estado de Agricultura (SEA). En los últimos meses de 2007 y como una consecuencia de la crisis alimentaria mundial, el Gobierno Dominicano ha iniciado un conjunto de programas de subsidios focalizados con el objetivo de reducir el precio de los productos al consumidor final. Ese es el caso del subsidio a la leche a través de una transferencia directa a los productores de RD$3.00 pesos por litro producido. Otras modalidades se aplican para subsidiar la harina importada, el arroz y el pollo. Existe una apreciación colectiva de que estos subsidios resultarán coyunturales y tendrán un impacto temporal sobre la producción agropecuaria.

3.3.7 Política de Créditos El crédito agropecuario es un instrumento importante de política agraria, porque permite lograr un acceso más equitativo al financiamiento a los productores pequeños y medianos, que en condiciones normales de mercado les sería imposible acceder a financiamiento barato También permite a los productores usar los paquetes tecnológicos que se requieren para lograr incrementos en la producción y productividad de los bienes agropecuarios. Incidiendo igualmente en el proceso de comercialización de los mismos, traduciéndose en mejor rentabilidad para el productor.

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La política sectorial de crédito agropecuario es fundamental para la competitividad sistémica del sector en el Nivel Meso, ya que ésta depende en gran medida de las facilidades en las condiciones de acceso al financiamiento que permita producir con un bajo costo financiero, El crédito agropecuario en República Dominicana es canalizado al productor a través de instituciones financieras públicas y privadas. Pero son las instituciones públicas las que dedican la mayor parte de su cartera de crédito al sectorl destacándose entre éstas el Banco Agrícola de la República Dominicana, que destina toda su cartera a pequeños y medianos productores, principalmente a los de la Reforma Agraria, a bajas tasas de interés y con garantía prendaría. El Banco de Reservas, aunque en menor proporción, también destina parte de su cartera al financiamiento agropecuario, directamente y usando como intermediario al Banco Agrícola. Los Bancos Comerciales y de Desarrollo, las Asociaciones de Ahorros y Préstamos, las Financieras, entre otras entidades privadas, son fuentes adicionales de financiamiento, aunque debido a los riesgos propios de la actividad agropecuaria y a la informalidad con que se manejan las unidades productivas, la proporción de la cartera de préstamos que estas instituciones destinan es muy baja. El producto más beneficiado con los préstamos del Banco Agrícola sigue siendo el arroz, con RD$ 1,841,078,196 en 2006, lo que constituye un 34.9% del total de préstamos otorgados por esta institución. Los otros productos a los cuales el Bagricola destina una parte importante de sus préstamos son: la ganadería bovina con un 10.45%, la ganadería avícola con un 3.85%, el café con 3.31% y el ajo, que recibió el 3.26% del total de desembolsos para ese año. En cuanto al costo del financiamiento, la tasa de interés activa de los préstamos del Bagricola se mantuvo de 1997 a 2004 en un 18%, reduciéndose en 2005, a 16% y a 14% en el 2006. Estas tasas de interés resultan competitivas con algunos de nuestros competidores en Centroamérica. Por ejemplo, en el caso de Costa Rica, la tasa de interés activa para la agricultura en el sector público se encontraba en 20.6% en 2006, disminuyendo a 14% en el 2007. Cifras del Banco Agrícola demuestran un estancamiento progresivo en los resultados la política de crédito en el país; es así, que la superficie beneficiada por préstamos agropecuarios se ha mantenido relativamente estática a lo largo de los años, pasando 1,074, 234 tareas en 1997 a 1,290, 545 tareas en el año 2006. Otra muestra de la ineficiencia de la política de crédito agropecuario del Estado, es la reducción de la participación del sector agropecuario como beneficiario de préstamos. La cual ha descendido a la mitad en la última década. En efecto, de 1997 a 2006, la cartera agrícola con respecto a la cartera total del sistema financiero ha caído desde un 10% a un 5%. Sin embargo esto parece ser una tendencia transversal para toda la región. En Costa Rica, por ejemplo, para el año 2007, la participación del sector agropecuario en la cartera global de la banca estatal y pública fue de apenas un 4%, cayendo desde 2002 cuando fue un 6% del total. (SEPSA, 2008)

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Gráfico - 22

Evolución de la cartera de crédito agrícola como porcentaje de la cartera de crédito total en todas las entidades

finacieras (1997 - 2006)

0%

2%

4%

6%

8%

10%

12%

1997 1998 1999 2000 2001 2002 2003 2004 2005 2006

Periodo

(%)

Fuente: SEA, 2007 El Banco Agrícola, por su parte, ha mantenido su participación en la cartera de crédito agropecuario total a razón de un 35% en promedio para el periodo de 1997-2007..A partir del 1990, los bancos comerciales se convierten en las instituciones que más recursos canalizan al sector agropecuario, alcanzando en el 1990 un 35% y para el 2006 un 45%. El Banco Agrícola aporta para el 2006 el 50% de todos los préstamos dirigidos a la agropecuaria El monto total de la cartera agropecuaria de la banca formal en el 1997 fue de RD$5,2110.6 millones, mientras que en 2006 ascendió a unos RD$9,819.90 millones. La cartera de crédito de la banca comercial al sector agropecuario durante la década 1997-2006, ha disminuido cerca de un 48% reduciéndose de 7% en el 1997 a 3% en el 2003. Aún así, en conjunto, son las entidades financieras privadas que más recursos canalizan al sector como se indicó anteriormente. En todas las instituciones financieras, con excepción del Banco Agrícola, durante la década de 1997-2006, los créditos otorgados al sector agropecuario disminuyeron considerablemente como proporción de la cartera total, lo que agrava la situación de financiamiento para la agricultura e influye negativamente en su competitividad sistémica. Los datos del Banco Central revelan que la cartera agrícola en los bancos múltiples ha disminuido considerablemente en los últimos años, al decrecer a una tasa anual de 22.5% en 2006 y de 23.4% en 2007, lo que sugiere una limitada acción de la política crediticia del país que limita mucho más el acceso a los productores al financiamiento, apuntalando la situación de inequidad y falta de competencia e ineficiencia que prevalece en el sector financiero y que limita la competitividad sistémica del país y del sector agropecuario en especial.

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Cuadro 36 - Prestamos de la Banca Múltiple Marzo 2006- Marzo 2008 Variación Préstamos 2006 2007

2008 *

Absoluta Relativa

2007/2006

2008/2007

2007/2006

2008/2007

Prestamos por Destino

171,341.5 208,981.9 268,692.3 37,640.4 59,710.3 22.0 28.6

Sector Público 23,033.6 26,985.5 28,287.3 3,951.9 1 ,301.8 17.2

4.8

Sector Privado 148,307.9 181,996.4 240,405.0 29,060.3 58,408.5 22.7 32.1

A la Producción 80,712.4 102,851.8 128,356.2 17,511.2 25,504.3 27.4 24.8

Manufactureras 6,575.8 8,957.8 8,393.4 2 ,382.0 (564.4) 36.2 -6.3 Extractivas 125.3 194.6 211.7 6 9.4 1 7.1 55.4 8.8 Agropecuaria 7,244.9 5,612.0 4,301.4 (1,632.9

) (1,310.6)

-22.5 -23.4

Construcción 8,694.3 16,237.2 18,467.0 7,542.8 2 ,229.9 86.8 13.7 Electricidad, Gas y Agua

533.9 303.1 1,616.4 (230.8) 1 ,313.4 -43.2 433.4

Comercio 55,969.0 64,685.7 86,666.5 8 ,716.7 2 1,980.8

15.6 34.0

Microempresas - 4,628.3 6,744.4 - 2 ,116.1 -

45.7

Almacenamiento y Comunicaciones

1,569.2 2,233.2 1,955.3 6 64.0 (277.9) 42.3 -12.4

Personales 34,307.1 50,503.8 75,645.0 16,196.7 25,141.1 47.2 49.8 De Consumo 25,192.8 36,825.1 48,215.6 1

1,632.3 11,390.5 46.2 30.9

De Viviendas 6,137.7 9,675.4 20,761.0 3 ,537.7 11,085.7 57.6 114.6 Resto Prést. Pers.

2,976.6 4,003.4 6,668.4 1 ,026.8 2 ,665.0 34.5 66.6

Varios 33,288.4 28,640.8 36,403.8 (4,647.6)

7 ,763.0 -14.0 27.1

Tarjetas de Crédito

11,419.9 13,319.3 15,245.2 1 ,899.4 1 ,925.9 16.6 14.5

Resto Varios 21,868.5 15,321.5 21,158.6 (6,547.0)

5 ,837.1 (29.9) 38.1

Fuente: Banco Central de la República Dominicana

3.3.8 Política de transferencia de Tecnología El proceso de utilización y transferencia de tecnología es fundamental para el desarrollo de la agricultura. El mismo debe ser un objetivo esencial de toda política agropecuaria, porque es la piedra angular en el proceso de modernización que pueda conducir a usos más eficientes de los recursos, aumentando la productividad y, por tanto, a mejorar la competitividad sistémica del sector en el marco de la liberalización comercial actual. Tradicionalmente la política de transferencia de tecnología en República Dominicana ha sido desarrollada a través de la Secretaria de Estado de Agricultura, y ha predominado en ella la promoción de la mecanización en los cultivos, sobretodo la utilización de maquinarias pesadas para la preparación del terreno. Ha habido también cierta participación de la cooperación internacional y un esfuerzo por promover nuevas variedades a partir del proceso de la hibridación y de mejoría en el manejo de plagas.

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Sin embargo, según el grueso de los expertos y productores entrevistados, el proceso de innovación tecnológica en la agricultura dominicana ha sido y continúa siendo lento debido a la ausencia de una política consistente, enfocada en el tema de la tecnología, y también como resultado de la situación de abandono tradicional y progresivo de la producción agropecuaria, que la coloca en una atención residual, no sólo de la política pública, si no también de la atención del sector privado y sus prioridades de inversión. Entre las instituciones públicas de mayor importancia en la investigación tecnológica en el país en materia de agricultura se encuentra el Instituto Dominicano de Investigaciones Agropecuarias y Forestales (IDIAF), de reciente creación, el más importante de todos, y el cual desarrolla investigaciones en materia de mejora de las especies, manejo de plagas y temas agrícolas en general, ofreciendo también importantes servicios de laboratorio, asistencia técnica y capacitación. El IDIAF trabaja bajo los criterios de prioridad fijados por el Consejo Nacional de Investigaciones Agropecuarias y Forestales (CONIAF), establecido en virtud del Decreto Nº 687-00, de 2 de septiembre de 2000, que está compuesto por representantes de las principales instituciones públicas y privadas que se ocupan de la investigación agropecuaria y presidido por el Secretario de Estado de Agricultura. También desarrollan investigaciones en el área de la agricultura, aunque con menor énfasis que en décadas anteriores, la Universidad Autónoma de Santo Domingo (UASD), La Universidad Nacional Pedro Henríquez Ureña (UNPHU), y otras universidades regionales como la Universidad Central del Este (UCE), la Universidad Católica Tecnológica del Cibao – UCATECI, entre otras. También tienen proyectos de investigación el Instituto Superior de Agricultura (ISA) y el Instituto politécnico Loyola Otras instituciones públicas que promueven investigación en el sector, aunque de una forma menos sistemática, son, el Instituto de Innovación en Biotecnología e Industria (IIBI) y el Consejo Nacional de Competitividad (CNC). Se destacan también instituciones privadas como la Junta Agroempresarial Dominicana (JAD), instituciones semioficiales como el Consejo Nacional para la Reglamentación y Fomento de la Industria Lechera (CONALECHE), y la organización no gubernamental, Centro para el Desarrollo Agropecuario y Forestal – CEDAF-, que ofrece capacitación y apoyo a la publicación de investigaciones. El Consejo Nacional de Investigaciones Agropecuarias y Forestales (CONIAF) establece y define la política de investigación del país y funciona como una sombrilla para la investigación en materia de agricultura privada y pública. Aunque no con la magnitud, ni extensión deseada se pueden identificar, sobretodo en la última década, avances en materia de tecnología para la agricultura. Se destaca la mejoría en las semillas, en donde se han generando nuevas variedades mejoradas (tempraneras); ha habido mejora en el proceso de fertilización del suelo como el Ferti-riego y en el control químico de malezas con productos biodegradables; también hay mejoría en la preparación y acondicionamiento del terreno, como la nivelación por rayos láser, sobretodo para el arroz. Otro avance tecnológico utilizado tiene que ver con una mayor eficiencia en el uso del agua, y un avance en el sistema de riego en cantidad y calidad, como el riego por goteo, el riego presurizado y la microaspersión.

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Según la FAO, la República Dominicana es el país con mayor cantidad de hectáreas irrigadas de la región del DR-CAFTA, la cual en el 2003 tenía una superficie irrigada de 275,000 hectáreas, seguida de Guatemala con 130,000. La utilización de esta tecnología contribuye significativamente a la competitividad sistémica del sector agropecuario en el Nivel Meso.

Cuadro 37 - Tierras de regadío en los Países del DR-CAFTA 2003 País (Miles de

ha) República Dominicana 275 Guatemala 130 Costa Rica 108 Honduras 80 Nicaragua 61 El Salvador 45 Fuente: FAO

Sin embargo, cuando el análisis se realiza desde la perspectiva de las tierras cultivables de los países del DR-CAFTA, Costa Rica ocupa el primer lugar de la región, teniendo un 20.57% de su total de tierras cultivables bajo el sistema de regadío. La República Dominicana ocupa el segundo lugar con 17.23% de las tierras cultivables, lo que muestra niveles positivos para el país de competitividad sistémica en el uso de esta tecnología.

Cuadro 38 - Tierras de regadío como proporción en las tierras cultivables en los Países del DR-CAFTA 2003 Pais % Costa Rica 20.57 República Dominicana 17.23 Guatemala 6.34 Honduras 5.60 El Salvador 4.95 Nicaragua 2.82 Fuente: FAO

Otras innovaciones importantes son, la producción en ambiente controlado (los invernaderos en el caso de vegetales, el cultivo in vitro (sobretodo para la producción de plátano y frutales), la agricultura orgánica (destacada en la producción de café, cacao, banano, mangos, limones, macadamia, entre otros) y la superación del enfoque químico en el manejo de plagas. En la ganadería hay avances significativos en el mejoramiento de pastos, utilizando nuevas especies de mayor volumen, mayor aporte nutricional y adaptadas al medio. También ha avanzado la tecnificación a través del ordeño mecánico, el cuál es relativamente común entre los productores grandes y medianos. El almacenamiento y manejo de los alimentos a través de técnicas de ensilajes y pacas está relativamente difundido. Otros avances en la ganadería menos difundidos son la utilización de tanques de enfriamiento para el almacenamiento de la leche, la inseminación artificial y el transplante de embriones. Estos avances no impactan aun en un aumento considerable de los rendimientos en el sector debido a que se trata de un proceso de innovación limitada a los grandes productores, que no se derrama especialmente hacia los productores más pequeños que son la inmensa mayoría.

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No sólo existe mucha diversidad en la utilización de tecnología por nivel de producción, si no que también existen notables diferencias de acceso y utilización de la tecnología basada en el tipo de producto. Por ejemplo, entre los productos de mayor avance tecnológico se destacan la producción de vegetales, la caña, la ganadería avícola y los frutales. Entre los productos de mediano avance tecnológico se destacan el cacao y la producción porcina. Entre los productos de menor avance se destaca el café, la yautía, la yuca y la ganadería de leche. Un dato que demuestra la residualidad de la política de acceso a la tecnología a través de la mecanización del Estado dominicano a lo largo del tiempo, es la reducción de la superficie preparada con servicios de mecanización de los Centros de Servicios de Mecanización Agrícola de 1997 a 2006, la cual se ha reducido a un 40% de su magnitud, de 1,349,990 tareas en 1997 a apenas 548,802 tareas en el 2006. (SEA, 2007) Por su parte, un dato que puede ofrecer un panorama comparativo sobre el uso de la tecnología en la agricultura dominicana frente a sus socios en la región del DR-CAFTA es el consumo total de fertilizantes. Sin embargo, aunque este indicador puede sugerir uso intensivo de la tierra y tecnología, no toma en cuenta la creciente producción orgánica de nuestros países, la cual no utiliza fertilizantes químicos. Aunque en todos los países del DR-CAFTA, existe producción orgánica, Republica Dominicana tiene importantes sectores de producción orgánica como son el cacao, el café y el banano. Haciendo esta importante salvedad, sin embargo, el país ocupa el tercer lugar en materia de consumo total de fertilizantes en la región centroamericana según la FAO, consumiendo un 15% del total de la región. Costa Rica y Guatemala consumen juntas el 58% del total, mientras que el Salvador, Nicaragua y Honduras consumen un 9% del total de fertilizantes de la región cada una.

Cuadro 39 - Consumo total de fertilizantes en los Países del DR-CAFTA 2002 País Toneladas Guatemala 186,200 Costa Rica 151,562 República Dominicana 89,703 El Salvador 55,333 Nicaragua 53,796 Honduras 50,228 Fuente: FAO

En materia de uso de tecnología y mecanización el indicador más importante en la agropecuaria es el número de tractores, cosechadoras y trilladoras por cada 1000 hectáreas de tierra cultivable. Según La FAO, el país que mayor numero de tractores posee por cada 1000 hectáreas es Costa Rica, (31.1), mientras que tiene 5.3 cosechadoras y trilladoras por la misma cantidad de tierra. La República Dominicana, queda en el penúltimo lugar de la región, poseyendo a penas 1.7 tractores por cada 1000 hectáreas de tierra cultivable, superando sólo a Nicaragua que posee 1.5 tractores/1000ha. No hay datos sobre cosechadoras y trilladoras por hectárea para estos dos últimos países.

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Cuadro 40 - Número de tractores, cosechadoras y trilladoras por 1000 ha de tierra cultivable en los Países del DR-CAFTA (2003)

Tractores Cosechadoras y trilladoras

Costa Rica 31.1 5.3 El Salvador 5.2 0.6 Honduras 5.0 0.0 Guatemala 3.0 2.1 República Dominicana 1.7 0.0 Nicaragua 1.5 0.0 Fuente: FAO

Esta situación de bajos niveles de utilización de maquinaria por parte de los agricultores dominicanos con respecto a sus pares en la región, demuestra gráficamente la existencia de severas desventajas competitivas del sector agropecuario dominicano; cuyos productores tienen un menor acceso a la tecnología y por tanto, a los beneficios que esta implica como reducción de los costos, aumento de la productividad, entre otros. Finalmente, y aunque no es un indicador especifico para la agricultura, El Índice de Preparación Tecnológica (NRI por sus siglas en inglés) incluido en el, “The Global Information Technology Report 2007-2008”, y que mide el grado de preparación y apertura de un país para beneficiarse del desarrollo tecnológico, es un indicador que permite obtener una panorámica general sobre el impacto generado por la innovación tecnológica en el país en general. En el ranking de 120 países analizados, la República Dominicana (que ocupa el puesto no. 75 en el 2007-2008) ha quedado, en los últimos tres años, por debajo de Costa Rica (puesto 60) y de El Salvador (puesto 66) en este índice para la región del DR-CAFTA, quedando por encima de Guatemala (puesto 66), Honduras (puesto 66), y Nicaragua (puesto 66). Este índice coincide con los anteriores en mostrar niveles medios de acceso y aprovechamiento de la tecnología del país frente a sus competidores más cercanos, mostrando ventajas comparativas en este sentido frente a Nicaragua, Guatemala y Honduras, y desventajas frente a Costa Rica y El Salvador.

Cuadro 41 - Índice de Preparación Tecnológica los Países del DR-CAFTA (variación 2006-2008)

Países Puesto

2007-2008 Puesto

2006-2007 Puesto

2005-2006 Costa Rica 60 56 69 El Salvador 66 61 59 República Dominicana 75 66 89 Guatemala 80 79 98 Honduras 90 94 100 Nicaragua 116 103 112 Fuente: The Global Information Technology Report 2007-2008.

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Recuadro 4 - El PATCA El Proyecto de Apoyo a la Transición Competitiva Agroalimentaria (PATCA) es actualmente el principal programa de transferencia de tecnología implementado por el Estado dominicano. Es financiado por el BID-SEA, con una duración de seis años y una inversión de más de dos mil cuatrocientos millones de pesos. Este proyecto consiste en establecer un sistema de apoyo a la adopción de tecnología, mejorar el sistema sanitario y de inocuidad de los alimentos y el diseño de políticas comerciales y de cambios asociados requeridos en la organización del sector público agroalimentario El componente “Apoyo a la Adopción de Tecnologías” ofrece ayuda para nivelación de suelos por láser, tecnificación del riego, cero o mínima labranza, utilización de vitro plantas, rehabilitación y conservación de pastizales. A pesar de la existencia de numerosas instituciones especializadas o que dedican esfuerzos a la investigación en materia agropecuaria, la mayoría de los expertos entrevistados desatacan que la investigación en la agropecuaria continúa siendo marginal, destacándose incluso una reducción significativa de la investigación desarrollada por las universidades en las últimas dos décadas, lo que constituye el principal indicador del cambio de las prioridades de investigación en la sociedad en general. Utilizando los indicadores de la OCDE, sobre inversión en investigación y desarrollo (I&D) en general podemos tener una panorámica comparativa sobre la política de transferencia de tecnología de los países de la Región DR-CAFTA. Costa Rica sigue destacándose como el país que más invierte en investigación y desarrollo, con un inversión de 52 millones de dólares, con 28 patentes solicitadas. República Dominicana y Guatemala ocupan el último lugar de la región, con una inversión de a penas 10 millones de dólares, y 15 y 9 patentes, respectivamente. Gráficamente, los números demuestran la residualidad de la política de transferencia de tecnología del país, en sentido general, y su relativa desventaja frente a sus competidores más cercanos en la región del DR-CAFTA Cuadro 42 - Indicadores OCDE - América Latina y el Caribe y países del DR-CAFTA

(2000-2004) (Medidas quinquenales a precios de 2000)

Regiones y países

I+D (Millones de dólares)

Artículos científicos

Solicitud de patentes

Solicitud de patentes USPTO

OECD 622706 2.50 754835 310672 ALC 11222 0.60 5496 702 Costa Rica 52 0.30 28 9 El Salvador 11 0.10 9 2 Honduras 3 0.00 9 2 Nicaragua 2 0.00 6 1 República Dominicana

10 0.10 15 4

Guatemala 10 0.10 9 2 Fuente: CEPAL, OMPI, USPTO, UNESCO, TICYT, Estadísticas de Oficinas Nacionales de Patentes. Como demuestra el cuadro anterior, todavía faltan los recursos necesarios para desarrollar la investigación en sentido general, y en materia agropecuaria en

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particular, sobretodo para extender los programas ejecutados por el IDIAF; recomponer los sistemas de investigación de las universidades, pero, el principal problema en la transferencia de tecnología y su contribución a la competitividad sistémica del sector, identificado con la investigación, consiste en el bajo impacto que ésta sigue teniendo sobre la transferencia de tecnología a la producción real en la República dominicana. La tecnología existe, pero es poco conocida entre los productores y es aprovechada aún por un reducido número de ellos, vinculado al tamaño y tipo de la producción, lo que contribuye finalmente a ampliar las grandes brechas existente entre productores grandes y pequeños. Otra razón por la cual el proceso de innovación tecnológica ha sido lento en la agropecuaria es porque, en la mayoría de los casos, ha sido el resultado de la iniciativa privada, tanto como producto de la decisión del productor de modernizar su finca, como por la acción mercadológica de las empresas proveedoras de insumos, las cuales han logrado introducir notables avances en la producción con el objetivo de vender sus productos. Al ser resultado de la iniciativa privada, el proceso de aplicación de nuevas tecnologías en la agricultura se da mediante el mecanismo de prueba error que conduce a la ocurrencia de numerosos errores de utilización en los primeros intentos de su aplicación y, consecuentemente, mayores costos. La utilización de nuevas tecnologías se produce de forma accidentada debido a que articulación investigación-producción sigue siendo lenta y reducida por las carencias en la política de extensión, que impiden se genere un acompañamiento en la implementación de nuevas tecnologías para todos los productores. Por tanto, el Estado deberá hacer un mayor esfuerzo no sólo en la recuperación, fomento y promoción de los programas de investigación y acceso a la tecnología existentes y los nuevos programas que son necesarios, si no, que deberá generar mecanismos directos que permitan articular la investigación y la extensión a fin de corregir el impacto residual de la investigación sobre la producción real, aumentar el acceso global, corregir el problema de los errores del primer intento, y con el objetivo de incidir positivamente para reducir las desigualdades de acceso existentes entre productores grandes y pequeños. Recuadro 5 -Investigación y transferencia de tecnología agropecuaria de Costa Rica Costa Rica es un ejemplo paradigmático en materia de agricultura, no sólo en la región centroamericana y en la región DR-CAFTA, sino en todo el continente americano. En la política de innovación tecnológica costarricense intervienen seis tipos de entes: Las Universidades Públicas, el Ministerio de Agricultura y Ganadería, las Instituciones Autónomas, la trilogía ICAFE, CORBANA, LAICA, las organizaciones de productores y las Organizaciones No Gubernamentales. Veamos algunos ejemplos. La Universidad de Costa Rica, la cual cuenta con un Instituto de Investigaciones Agrícolas (IIA), con 10 Centros de Investigación relacionados en forma directa o indirecta con el sector agropecuario, con 2 estaciones experimentales, 5 fincas experimentales, 3 reservas forestales y un jardín botánico. Dicha universidad mantiene un Convenio Cooperativo con el Ministerio de Agricultura y Ganadería para garantizar un flujo rápido, constante y oportuno de la información técnica agropecuaria que produce la Universidad, teniendo para esto

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una Oficina de Enlace MAG-UCR La Universidad Nacional, la cual desarrolla tareas de investigación y extensión agropecuaria principalmente por medio de la Escuela de Ciencias Agrarias, la Escuela de Ciencias Ambientales y la Escuela de Medicina Veterinaria., y ejecuta un conjunto importante de proyectos y programas de investigación y de extensión agropecuaria. El Instituto Tecnológico de Costa Rica, el cual dirige su desarrollo a la investigación y la transferencia de tecnología. Creando centros de investigación y laboratorios con infraestructura y personal suficiente, parte de los cuales están orientados a contribuir con el desarrollo agropecuario. La Universidad Estatal a Distancia, que ofrece las carreras de Producción y Comunicación Agropecuaria, Agroindustria, Administración de Empresas Agropecuarias y Protección y Manejo de Recursos Naturales. También tiene como oferta la Maestría en Extensión Agrícola. Con estas carreras ha realizado un importante aporte a la formación de profesionales en las diferentes temáticas del sector agropecuario El Ministerio de Agricultura y Ganadería MAG. Esta institución gubernamental ha tenido la responsabilidad de la investigación y la extensión agropecuaria.. Posee una Dirección Nacional de Investigación, además de las de Extensión, Salud Animal y Sanidad Vegetal). La Dirección de Investigaciones Agropecuarias está conformada por los departamentos de Suelos y Evaluación de Tierras, Agrícola y Pecuario. A su vez, cuenta con la participación de las estaciones experimentales Enrique Jiménez Núñez, Carlos Durán y los Diamantes. Manteniendo un Programa de Investigaciones Agropecuarias permanente. El Consejo Nacional de la Producción (CNP), el cual es una institución que promueve el desarrollo tecnológico, centrada en los temas asesoría a la comercialización, la agroindustria y la calidad agrícola. Administrando también un importante programa de Reconversión Productiva para apoyar la transformación de los sistemas de producción, la comercialización y organización de los pequeños y medianos productores. El CNP administra la Ferias del Agricultor, y financia la gestión de estudios de mercado, el estímulo a la participación de las organizaciones de productores a ferias internacionales, la asistencia técnica en el desarrollo de marcas, acciones hacia el mejoramiento de la calidad de los productos También administra Sistema de Información Sectorial, INFOAGRO, el cual tiene efectos significativos los procesos innovadores en el ámbito de la producción y comercialización agropecuaria. El Instituto Nacional de Aprendizaje, el cual participa en los procesos de innovación tecnológica del sector agropecuario por medio del Núcleo Agropecuario. Realiza la capacitación, entrenamiento y asistencia técnica en fitotecnia, zootecnia, forestales y ambiente, tecnología de suelos y aguas, mecanización agrícola y gestión empresarial. A su vez, el INA, se apoya en tres Unidades Tecnológicas: Granja Modelo, Centro Nacional Especializado en Agricultura Orgánica y la Unidad Tecnológica de Agricultura Bajo Riego. Los cuales apoyan los respectivos programas de capacitación con instalaciones, experiencias demostrativas, realización de investigaciones y suministro de documentación e información. La Corporación Bananera Nacional (CORBANA), la cual cuenta con laboratorios y

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campos experimentales para realizar trabajos en fertilidad y nutrición, fitopatología, nematología, cultivo de tejidos, suelos y drenajes, microbiología de suelos y agronomía. Para implementar las recomendaciones la CORBANA tiene un servicio de asistencia técnica que incluye supervisión mediante la visita a fincas, validación y transferencia, capacitación y una relación estrecha con los investigadores en la identificación de problemas y necesidades de soluciones. La Liga Agroindustrial de la Caña (LAICA) que cuenta con la Dirección de Investigación y Extensión de la Caña de Azúcar (DIECA), que realiza investigación y extensión en la búsqueda de la productividad y rentabilidad de la actividad y en el establecimiento de una relación equilibrada entre el desarrollo tecnológico y la protección de los recursos naturales y el ambiente. La definición de la agenda de investigación y extensión, así como la programación que se deriva de ella, se establece y formula como producto de una activa participación entre los productores y los dirigentes del sector y los investigadores-extensionistas. Las acciones de la DIECA están concentradas en las siguientes áreas: mejoramiento genético, entomología, agronomía, transferencia de tecnología y servicios de apoyo, cooperación e información. La transferencia de tecnología se realiza por medio de la asistencia técnica y la divulgación. La divulgación se realiza por métodos grupales e individuales como cursos, charlas, días de campo, seminarios, demostraciones de método y giras técnicas. ICAFE, que desarrolla tecnología para la caficultora a través de la ejecución del Programa Cooperativo ICAFE-MAG. La generación de información y tecnología por el proceso de investigación en los marcos de esta cooperación, bajo la conducción de CICAFE, se transfirió a los productores por medio del programa de extensión del MAG. El CICAFE se relaciona con los técnicos y profesionales del MAG, con las cooperativas y con los productores por medio de diversos eventos tales como seminarios, charlas, cursos, días de campo, etc. Por otra parte, también realiza visitas a fincas y genera una serie de publicaciones dirigidas a técnicos y productores. El énfasis del ICAFE ha estado centrado en fertilización, manejo de plantación, mejoramiento genético y fitoprotección.

3.3.9 Organización del sector El sector agropecuario dominicano se encuentra relativamente organizado de forma gremial. Existen numerosas instituciones (asociaciones, federaciones y gremios de otro tipo. Los productores se agrupan por tipo de productos y por regiones y sólo tres grandes organizaciones resultan genéricas y tienen capacidad de agrupar a productores diferentes, estas son la Junta Agroempresarial Dominicana (JAD), la Asociación Dominicana de Hacendados y Agricultores (ADHA) y el Patronato Nacional de Ganaderos. Otras organizaciones de productores más especificas son la Asociación de Productores de Leche (Aproleche), Asociación Dominicana de Avicultores, la Federación Dominicana de Colonos Azucareros (FEDOCA), la Asociación Dominicana de Productores de Café, Asociación de Productores Hortícolas de Constanza, la Unión de Caficultores del Norte (UNACAFEN), La Confederación Nacional De Mujeres del Campo (CONAMUCA), el Movimiento de Campesinos Trabajadores “Las

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Comunidades Unidas” (MCCU), la Federación de Caficultores de la Región Sur (FEDECARES), la Asociación de Productores Avícolas (ANAPROVI), el Comité Agropecuario Unitario (CAU) de San Juan de la Maguana, la Confederación Nacional Campesina (CONFENACA), la Federación de Campesinos Independientes Mama Tingó. (FECAINMAT. Azua), la Cooperativa Unión y Progreso de Monte Plata, la Federación de Mujeres Campesinas de Ocoa, la Asociación Central de Agricultores Luz y Esperanza de Nagua. (ACALEN), la Junta de Asociaciones Campesinas de Samaná (JACASA), la Unión de Federaciones Campesinas de Cotui, la Federación de Productores del Bosque Seco del Suroeste (FEPROBOSUR), la Federación Urbana y Campesina Mama Tingó de San Francisco de Macorís, y así un sinnúmero más de organizaciones rurales. Los ganaderos además del Patronato Nacional de Ganaderos, APROLECHE y el CONALECHE, están organizados en 250 asociaciones por todo el país, con 05 Federaciones y 05 cooperativas regionales. El grueso de los expertos consultados durante esta investigación destaca la existencia, en términos numéricos, de muchas organizaciones agropecuarias, estando el país, en términos cuantitativos en el promedio de la región en ese sentido. Sin embargo, afirman, que las organizaciones dominicanas adolecen de representatividad, dado que las organizaciones nacionales y de gran dimensión como la Junta Agroempresarial (JAD) o la ADHA, rara vez, representan los intereses de los pequeños y medianos productores. Otro problema destacado también es la dispersión y atomización existente, el gran número de organizaciones y las divisiones internas en el sector, impiden conformar una gran organización nacional de productores agropecuarios que haga sentir su importancia en la vida pública del país. Existe un gran número de productores y de organizaciones pero éstas han perdido peso social y progresivamente su incidencia en la vida publica. El liderazgo es descrito como conflictivo a lo interno y caudillista, aunque se han registrado avances en esta materia. Las organizaciones agropecuarias aunque generalmente representan a un gran número de productores y a una fuerza económica considerable, tienen escasa influencia en la opinión pública nacional y en la toma de decisiones de política pública, a diferencia de las organizaciones de banqueros, de transportistas, de industriales, de hoteleros, hasta de distribuidores de combustibles, etc. En Costa Rica, y en la mayor parte de Centroamérica, existe una mayor concentración de la organización agropecuaria; aunque hay relativamente menos organizaciones, éstas son grandes y tienen mucho peso en las decisiones de compra, gestión y producción de sus agremiados. Todos los entrevistados asintieron que las organizaciones agropecuarias dominicanas tienen un menor peso político y representatividad que sus pares en la región centroamericana, donde se destacan los casos de Guatemala (con la Coordinadora Nacional Indígena y Campesina y la Coordinadora Nacional de Organizaciones Campesinas, CONIC), Costa Rica (con el Consejo Nacional de Producción, la Unión de Productores Agropecuarios UPANACIONAL, la Mesa Nacional Campesina, MNC, la Unión Nacional de Agricultores de Costa Rica, UNAC, y la Confederación de Asociaciones Cooperativas, COACES), Honduras (con el Consejo Coordinador de Organizaciones Campesinas de Honduras, COCOCH) y Nicaragua (con Unión Nacional de Agricultores y Ganaderos, UNAG y la Unión Nacional de Productores, UNAPA) en donde las organizaciones de productores y campesinas

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La ausencia de un liderazgo cohesionado, representativo y no contaminado con la política partidaria que pueda ejercer presión política, hace que las organizaciones de productores agropecuarios dominicanos vean limitadas sus posibilidades de servir como interlocutores validos e independientes con el Estado, a fin de hacer valer los intereses generales del sector. También se destaca que las organizaciones del sector tienen un énfasis fundamentalmente gremial y reivindicativo, siendo débil aun la organización en cooperativas y corporaciones. Actualmente el productor compra solo y vende solo, lo que lo convierte en presa fácil de la especulación, y no permite que acceda a mejores precios y ventajas. Por eso sugieren vincular la asociación de los productores a los criterios económicos como las cooperativas que les permitan a la vez de defender los intereses del sector, generar relaciones de colaboración que otorguen beneficios mutuos a los productores.

3.4 Análisis del Nivel Micro de la Competitividad Sistémica El nivel microeconómico de la competitividad sistémica es el último nivel de análisis, y el primero desde la perspectiva de la producción, desde el ambiente cotidiano de la finca o la granja. La situación del ambiente microeconómico, de la situación de la finca y su relación con otras fincas, su modelo gestiónd y fortaleza interna, influyen significativamente en generar condiciones favorables para la competitividad sistémica. El Nivel Micro de la competitividad sistémica se conforma por el conjunto de empresas y/o entes productivos de un sector. Su competitividad depende entonces de su organización a lo interno y a lo externo, de la cultura empresarial donde se encuentran inmersas, de su capacidad gerencial, de sus relaciones, de las diversas formas de asociación y cooperación ínter empresarial y de las acciones que desarrollan para subsistir, crear y desarrollar ventajas competitivas. Durante esta investigación hacemos el esfuerzo por identificar a grandes rasgos los conceptos y esquemas organizacionales actuales en el sector agropecuario dominicano, los niveles jerárquicos y la división funcional del trabajo existente como una forma de diagnosticar variaciones positivas que contribuyan a mejorar los esquemas de gestión empresarial y administración de la producción que permita mejorar su competitividad sistémica. Durante las entrevistas quedó manifiesto que la cultura empresarial en el sector agropecuario dominicano continua siendo precaria, siendo aun predominante la propiedad familiar en el sector; pocas fincas llevan registros contables. Según algunos de los entrevistados entre el 80 y el 90 por ciento de la producción se produce en fincas familiares. Para el año de 1998, cuando se produjo el Registro Nacional de Productores Agropecuarios (RNPA), que es la medición más reciente del sector, sólo 845 fincas estaban registradas como propiedad de empresas, lo que correspondía al 0.35% del total de productores. Aunque estos números presumiblemente han variado para aumentar, esto indica que la cantidad de empresas debe seguir siendo inapreciable, Sin embargo, existe constancia de que en este número de fincas que funcionan formalmente como empresas, se aplican ciertos criterios avanzados de administración; pero en la mayoría de los casos la agricultura sigue siendo no empresarial.

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Otro indicador que nos puede sugerir la baja formalidad de la agricultura dominicana y por tanto su cultura empresarial es el indicador de titulación y regularización de la tierra. Según el Registro Nacional de Productores Agropecuarios 1998, sólo un 29% de los productores del sector agropecuario no reformado de la República Dominicana poseía títulos de propiedad. Y sólo un 40% mantenía un estatus relativamente regular (arrendamiento, propiedad titulada y prestada). El 28% no tenía títulos de propiedad, el 7% ocupaba terrenos estatales y el 13% ocupaba terrenos propiedad de una sucesión de herederos. La ausencia de títulos de propiedad es parte de la informalidad del sector agropecuario, e impide realizar transacciones propias de una empresa, tales como solicitar préstamos o realizar transferencias.

Cuadro 43 - Distribución de Productores según forma de tenencia de la tierra sector no reformado. Forma de Tenencia

Número de productores %

Arrendada 6,086 3.16% Propia con Titulo 55,778 28.99% Propia sin Titulo 54,594 28.38% Del Estado 14,300 7.43% Sucesión 24,147 12.55% Prestada 13,852 7.20% Aparceria 7,513 3.90% Otra 16,126 8.38% Totales 192,396 100.00% Fuente: SEA

Según este censo, existen un total de 243,939 productores; un 33 % de ellos poseen menos de 20 tareas (1.26 hectárea y 81%), y un 81% tiene menos de 100 tareas (6.3 hectáreas) y todos ellos ocupaban el 21% de la superficie, mientras que solamente 256 productores poseen establecimientos mayores a 315 hectáreas y ocupaban el 17% de la superficie total. Si asumimos que los pequeños productores11 son aquellos que poseen menos de 100 tareas (6.3ha), los medianos productores aquellos que poseen entre 100 y 1000 tareas (63ha), y los grandes aquellos que poseen más de 1000 tareas, concluiríamos que de casi la totalidad de los productores son pequeños (81%) y medianos (17%), siendo grandes solo una parte muy reducida que a penas alcanza el 2%. Cuadro 44 - Distribución de productores según tamaño de finca. Rango (tareas) Número de productores % del total 0-100 198,150 81% 100-1000 41,751 17% >1000 4,038 2% Total 243,939 100% Fuente SEA. 11 La definición de productor basado en el tamaño del predio varía según país y según producto. Por

ejemplo, mientras en Costa Rica la definición es de 12 hectáreas o menos, en Argentina puede llegar hasta

las 150 hectáreas. Tampoco es lo mismo un productor de vegetales chinos o limones persas que un

productor de leche o ganado de carne. Nuestro parámetro responde fundamentalmente a los parámetros

adoptados por el Registro Nacional de Productores Agropecuarios de 1998.

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3.4.1 Mejoras organizacionales en la agricultura dominicana

La introducción de nuevos conceptos organizacionales y la reducción en los niveles jerárquicos y la reestructuración de flujos de materiales e información dentro de las fincas, que permite incrementar la flexibilidad y eficiencia de la producción, es un proceso que no se ha profundizado en la agricultura dominicana y sólo ha tocado al gran productor.. Pese a eso, en la última década se ha producido una tendencia a la especialización de las fincas en zonas determinadas (Baní, Barahona, SFM) y se han expandido los proyectos corporativos vinculados a la exportación. La introducción de criterios y esquemas administrativos modernos ha ido de la mano de la modernización de los productos de exportación. Existen productos modernizados como son el tomate industrial, los vegetales y las frutas de exportación, el azúcar, el tabaco, frente a subsectores rezagados como la ganadería bobina y el plátano.

3.4.2 Mano de obra y división del trabajo Observamos que no hay división del trabajo clara. En general se mantiene una reducida utilización de capital humano especializado. La administración de la finca descansa fundamentalmente en el capataz, generalmente de bajos niveles educativos, y quien tiene a su cargo la dirección de un conjunto de empleados generalmente encargados de hacer todo tipo de trabajo en la hacienda. No se registra la utilización de novedosas prácticas organizacionales que no operen sobre la base de la obediencia. En la teoría de la competitividad sistémica, la fuerza de trabajo - incluyendo de manera especial los niveles más bajos de la jerarquía – se convierten en más productivos cuando se les da la posibilidad de tomar decisiones y se les da una más amplia esfera de actividades donde intervenir, así como también cuando puede cargar con una mayor responsabilidad. Esta tendencia de nuevas prácticas de concebir la fuerza de trabajo está ausente en la agricultura dominicana. Existe una renuencia a utilizar personal técnico cualificado por parte de los productores agropecuarios, especialmente vinculada a los esquemas culturales que llevan a la falsa creencia de la autosuficiencia que genera la tradición. Una parte importante de los productores considera que nadie “sabe más de la tierra que ellos” que los hace desistir de contratar mano de obra cualificada. Según el Registro Nacional de Productores Agropecuarios de 1998, el 40% de los productores agropecuarios tiene más de 55 años y un 20% de ellos poseen más de 65 años, lo que refleja un envejecimiento de los productores agrícolas que se traduce en la existencia de factores ideosincráticos particulares en los cuales la historia y la tradición tienen un mayor peso, pero también que refleja un relevo natural lento e insuficiente para remover la fuerza productiva del sector, lo que tiene consecuencias sobre la competitividad sistémica que analizaremos más adelante. Es por ello que en escasas producciones se utiliza personal especializado fijo, tales como zootecnistas, agrónomos, administradores de empresas, etc. Sin embargo, es innegable que el proceso de mejora en los niveles de educación del país ha influido positivamente en la agricultura; que gracias a la generación de relevo de las últimas dos décadas, las fincas han comenzado a ser propiedad de jóvenes profesionales de diferentes áreas, lo que ha contribuido a mejorar los niveles de empleo de mano de obra especializada. También se ha incluido nuevo capital humano en la producción para la exportación, dado que es necesario mantener estándares de calidad que sólo son posibles de lograr gracias a la introducción de técnicas profesionales de producción.

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También ahora hay una mayor disponibilidad de asesoría técnica a nivel de mediano productor en adelante y las cooperativas están demandado cada vez más técnicos cualificados. Sin embargo, según los expertos entrevistados, que corrobora los datos del Registro Nacional de Productores Agropecuarios de 1998, este proceso se ha dado más lentamente en la agricultura que en el resto de los sectores productivos, debido al rezago productivo de este sector y a la residualidad que ha tenido en la política pública del país. El relevo generacional en las fincas dominicanas, cuando se produce, tiende a producir administradores más concientes, regularmente profesionales, y con un análisis de riesgo más ofensivo que permite no sólo la contratación de nuevo capital humano, sino también mejorar el componente administrativo con esquemas de contabilidad agropecuaria. Se han mejorado así los esquemas administrativos, pero la utilización de programas de software y tecnología de la información es aun un asunto de la minoría. En términos comparativos con los países socios del DR-CAFTA, el país no registra niveles destacados de analfabetismo, lo que redundaría indirectamente en baja calidad de su mano de obra. En el 2008 el país ocupaba el segundo lugar en materia de alfabetización con un 87.2%, superado sólo por Costa Rica, con un 96.1% de su población alfabetizada. Está demostrado, que bajos niveles de alfabetización y de educación en general pueden impactar negativamente el desarrollo económico de un país, especialmente en un mundo en que la adopción de nuevas tecnologías de una forma rápida y eficiente es fundamental para el desarrollo económico. Es por esto qué, aunque es un indicador poco especifico sobre la competitividad del sector agropecuario, este puede sugerir cierto nivel de competitividad del país en cuanto a calificación de la mano de obra en general.

Cuadro 45 - Tasa de Alfabetización en los Países del DR-CAFTA 2008 País % Costa Rica 96.1 República Dominicana 87.2 Honduras 80.2 El Salvador 77.7 Nicaragua 67.8 Guatemala 63.3

Fuente: Index Mundi elaborado en base a CIA World Factbook Un cambio importante en la administración de la finca agropecuaria dominicana ha tenido que ver con la creciente migración haitiana en el país. Con la migración haitiana de las últimas décadas, y la sustitución casi generalizada de la mano de obra dominicana por haitiana, se han introducido también nuevas prácticas de producción y el surgimiento de nuevos paradigmas en las relaciones laborales que aumentan la subexplotación y la proletarización del obrero del campo. Los obreros haitianos son temporeros y son una mano de obra de menor calificación que la dominicana, con un idioma distinto, que obliga al productor diseñar esquemas nuevos y más rudimentarios de dirección del personal.

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3.4.3 Planificación

En la gestión empresarial de la agricultura y la ganadería, continúan predominando los criterios de planificación natural que tradicionalmente han guiado la producción. La ausencia de otros criterios de planificación, también se ve motivada por la informalidad y los bajos niveles de rentabilidad en el sector. La economía de subsistencia impide utilizar criterios avanzados de planificación. Los productores en su mayoría siguen entonces respondiendo a criterios de tradición, los cuales siguen siendo predominantes a la hora de tomar las decisiones. Dos casos excepcionales se dan en los productos ligados directamente a la industria, como el tomate industrial cuya producción se orienta en base a los criterios pautados por la industria; y en la agricultura empresarial de exportación, que toma criterios del mercado internacional, muy vinculados a los contratos de exportación, los tiempos y las temporadas de los países destinatarios. En los productos agroalimentarios como el arroz, la leche, la habichuela la planificación sigue estando basada en criterios atados a la naturaleza misma de la producción agropecuaria como la estacionalidad. Aunque cada vez hay mayor aplicación de criterios de planificación de mercado, sobretodo en los cultivos de ciclo corto, en el cual los productores tienden a utilizar criterios estacionales para planificar su producción, por ejemplo, sembrar fuera de la temporada para obtener mejores precios, el problema de planificación se genera en el cultivo perenne el cual no responde a estos criterios y regularmente responde a la estacionalidad tradicional. El aprendizaje e innovación en la producción, a juicio de los entrevistados, continúa siendo lento y precario. El proceso de aprendizaje, que generalmente se generaba por transmisión padre e hijo, se ha visto limitado en los últimos años debido a que el relevo generacional en la mano de obra y de los dueños de predios agrícolas se ha convertido en un problema serio debido al abandono del campo. Los hijos de los obreros agrícolas, y hasta de los mismos propietarios no encuentran incentivos para permanecer en el campo y emigran hacia la ciudad. Otro problema es que el aprendizaje en la producción está siendo influido por la utilización necesaria de la mano de obra extranjera lo que influye en complicar los procesos de aprendizaje productivo debido a las tradiciones, el idioma, y la temporalidad. La falta de asistencia técnica también hace que el proceso de aprendizaje de productores y obreros sea más lento de lo adecuado. Las cooperativas y las organizaciones de productores y sus socios registran un mayor acceso a la capacitación que los productores lo que redunda en mejora de sus niveles de información y manejo de la producción.

3.4.4 Utilización de tecnología Por otra parte, la utilización de tecnología de la información en la agricultura y mucho más en la ganadería sigue siendo precaria, sólo los grandes productores tienen acceso ella. El acceso a Internet es inapreciable. Los datos muestran que sólo el 13% de la población dominicana utiliza el Internet, de seguro se mostrarán mucho más exiguos en el caso de los productores agropecuarios. Las redes celulares, sin embargo, han contribuido mucho a mejorar la gestión empresarial y la comunicación con los empleados encargados de fincas y los proveedores de servicios como extensionistas, veterinarios, etc.

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3.4.5 Diferenciación productiva

Descubrimos también que existe una muy reducida diferenciación entre los productos, la cual depende fundamentalmente de la variedad y la región donde este ubicada la producción. No hay una diferencia significativa entre productores y si entre regiones, generando así denominaciones geográficas de origen. En la República Dominicana, en cuanto a las cadenas productivas y la organización de la producción, hemos identificado tendencias positivas en la integración horizontal de algunos productos determinados como el café, la carne y los cítricos, dándose en cierta medida en los frutales en sentido general y en el arroz. En sentido general la organización de la cadena productiva es relativamente mejor en los productos de exportación que son vendidos directamente en el mercado internacional, que en los productos de consumo interno, particularmente los pequeños productores, los cuales se enfrentan a un mercado dominado por una red de pequeños intermediarios que son los que adquieren los productos en la finca y los conducen hasta los establecimientos del sector comercio. En Costa Rica, al menos, existe amplia variedad de empresas suplidoras de insumos en ámbito privado, así como de organizaciones de productores que ofrecen desde semillas, fertilizantes y alimentos hasta materiales para la construcción de infraestructura Por otro lado se registra una relación más fluida entre los proveedores de insumos y los productores, que es generalmente una relación de confianza que permite manejar créditos a nivel de insumos, a un plazo significativo (tres meses sin intereses en el caso del tomate industrial), como parte de política de ventas de los suplidores. Sin embargo, se destaca una mejoría innegable en el sistema de transporte de los productos, así como un surgimiento de mecanismos de acopio que permiten obtener mejores precios al productor. Las cooperativas han avanzado progresivamente en la integración de las cadenas productivas; sin embargo la ausencia de un mercado general de productos agropecuarios contribuye a la especulación y crea distorsiones en los precios de los productos agropecuarios. En cuanto a las relaciones de suministro de materias primas en el sector, se destaca una importante importación de insumos sobretodo en los productores grandes, más destacado en la ganadería que en la agricultura. Las relaciones con los suplidores de materias primas se dan en un contexto adverso para el productor dominicano debido a que en la mayoría de los casos la agricultura funciona con poco crédito, lo que obliga a pagar a los suplidores inmediatamente. Los productores pequeños en sentido general compran sus insumos en mercados secundarios, por lo regular más caros. Y auque existe un mercado competitivo en el mercado de las materias primas para la ganadería, sobretodo en el alimento de la ganadería bovina, existe un oligopolio en el suministro de semillas y pesticidas. En sentido general para todos los productores la compra en volumen de materias prima es reducida, lo que implica que acceden a precios más altos. Los casos más positivos son los de los productores de café, de banano, de arroz y los ganaderos, los cuales a través de sus gremios y cooperativas acceden a precios mejores por sus compras en volumen.

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En cuanto al proceso de comercialización de los productos, destacamos la dependencia del agricultor del intermediario por necesidades económicas, ya que los créditos accesibles al sector son insuficientes y el productor se ve obligado a recibir financiamiento de los intermediarios. Falta un sistema moderno de pagos que genere mayor flujo a los productores; el sistema actual por parte del intermediario (supermercados) obliga a los productores a refugiarse en el intermediario (acopiador). Por otro lado el sistema de medidas mixto no favorece al productor porque vende sus productos al granel con muy baja precisión (ejemplo el plátano). Se destacan avances en el etiquetado de los productos agropecuarios, pero existe aun una red de intermediación gigantesca que aumenta los precios finales y reduce los márgenes de beneficio de los productores. Aunque hay una reducción en los niveles de intermediación en los productos de exportación como café, cacao, mango, guineo, esto no ha ocurrido con los productores de productos agrícolas de ciclo corto que tienden a estar menos organizados. En definitiva, los productores empresariales (especialmente los de exportación) han podido acceder a condiciones aceptables en el manejo de las variables Micro, que les permiten acceder a niveles importantes de competitividad sistémica en el Nivel Macroeconómico. Los productores agropecuarios medianos y pequeños, que son la mayoría de productores en la Republica Dominicana, tienen un sistema productivo basado en el esfuerzo de los dueños de las fincas, y cuentan poco apoyo de su estructura organizacional y productiva. Utilizan baja tecnología, no tienen influencia sobre los precios de los insumos, reciben poco apoyo de las empresas proveedoras de insumos, Tienen un mal manejo de la comercialización de sus productos, ya que dependen de la red de intermediarios y acopiadores. Su acceso a la tecnología y/o capacitación depende de si están organizados en gremios, y no han podido desarrollar asociaciones productivas, a través de las cuales podrían fortalecer todas las variables. Para los pequeños productores la situación es peor; tienen un casi nulo acceso a las nuevas tecnologías y al tener una estructura organizacional precaria, no tienen un manejo de insumos que le permita acceder a precios más favorables y se someten a las peores condiciones en la comercialización de sus productos en el mercado interno exclusivamente. Cabe destacar sin embargo la existencia de una agricultura modernizada y tecnificada donde hay un manejo profesional de la producción, incorporando criterios avanzados de administración, fenómeno vinculado al tipo de cultivo (sobretodo de exportación, frutales, vegetales, arroz) al tamaño de la propiedad (grandes productores), a la zona geográfica, y en menor medida al grado o eficiencia de la asociatividad.

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4 ESTUDIO DE CASOS: EL EJEMPLO DE LOS CLUSTERS DESDE UNA PERSPECTIVA SISTÉMICA. La competitividad sistémica se distingue por la importancia que adjudica a las redes y su interacción, elemento central detrás del concepto de competitividad sistémica. Implica interacción entre el Estado, las empresas, las instituciones intermediarias y la capacidad organizativa de una sociedad. Una adecuada vía para fortalecer la competitividad de las empresas es su integración a redes de cooperación tecnológica con otras empresas y con instituciones de investigación científica y tecnológica. Desde hace varios años en el país se promueven organizaciones o arreglos institucionales de alianza pública y privada que procuran mejorar la competitividad en determinado grupo de cultivos, bajo una visión sistémica. Nos referimos al establecimiento de cadenas agroalimentarias o Clusters. Actualmente existen clusters de café, mango, aguacate, chinola, vegetales (invernaderos), entre otros rubros. Alrededor de los principales productos ofensivos identificados en el presente estudio se han venido constituyendo redes, que procuran fortalecer los determinantes de competitividad sistémica a nivel de sus fincas (micro), con factores propios de competitividad a nivel de política sectorial y regional (meso), como los señalados en la primera parte de este trabajo (Recuadros 1 y 2). Estas redes o clusters, como la de mango, vegetales y chinola, de acuerdo a los técnicos y productores miembros de los mismos a los cuales realizamos entrevistas a profundidad, tienen suficiente dominio sobre su rol, sus objetivos y visión estratégica. Por ejemplo, el cluster de mango tiene como objetivo “convertir al país en líder, en relación a los países de Centroamérica y El Caribe, de mango de alta calidad para el mercado orgánico, étnico y gourmet”. En correspondencia con esto, manifestaron que el grupo de productores, entidades privadas y públicas organizadas en el cluster tienen el propósito de “crear un ambiente de negocio sinérgico, mejorando la capacidad de gestión y competitiva de manera sostenida”. Los productores de vegetales organizados en el Cluster de Invernaderos procuran “definir las estrategias para retomar una participación importante del país en el mercado de frutas y vegetales de los Estados Unidos y Puerto Rico, así como la conquista del mercado europeo, tanto para la producción convencional, como para los productos orgánicos, implementando medidas de buenas prácticas agrícolas, justos precios e integración de los intermediarios al proceso” Los entrevistados destacaron el gran potencial existente para aumentar la producción y exportación de vegetales y frutales, pero resaltaron que se requiere fortalecer los mecanismos de articulación entre los clusters y los organismos públicos sectoriales. La alianza con organizaciones no gubernamentales como el CEDAF y la JAD ha sido un importante punto de apoyo.

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Esta relación resulta fundamental dado que el campo de acción e incidencia de los clusters se concentra en el Nivel Meso, donde se diseñan y se ejecutan las políticas por parte del sector público y de las instituciones privadas y organizaciones sociales. Aquí deben de gestionar servicios de apoyo y asesoría para crear y desarrollar ventajas competitivas a Nivel Micro, es decir, en las fincas. Los entrevistados destacaron que una de las carencias a Nivel Meso, para el logro de ventajas competitivas sostenibles, es la falta de investigaciones para el desarrollo de mejores prácticas específicas para el cultivo de chinola, mango, frutales y otros productos ofensivos.

4.1 La experiencia del Cluster del Mango Dominicano12 El cluster de mango es un grupo de productores, entidades privadas y públicas organizadas en torno al conjunto de actividades relacionadas con la producción, procesamiento y comercialización del mango, con el propósito de crear un ambiente de negocio sinérgico, mejorando la capacidad de gestión y competitiva de manera sostenida13. El acuerdo de asociación entre el sector privado y el público que implica el Cluster, hace menos vulnerable la sostenibilidad de los programas y actividades generales de la organización, en vista de que la participación de los actores del sector privado (productores, exportadores, agroindustriales, entidades no gubernamentales como el CEDAF y la JAD), limita las perturbaciones que el ciclo político y las debilidades institucionales tienden a provocar. El centro de la estructura del cluster de mango es el productor y el exportador, pero también forma parte la agroindustria. La primera empresa agroindustrial que se asoció al cluster fue Helados Bon.

4.1.1 Número de productores y evolución de la exportación de mango

El Cluster del Mango Dominicano se inició en 2003, año en el cual fueron censados 749 productores, con un área bajo cultivo de 26,000 tareas. La organización adquiere personería jurídica en diciembre de 2004. En la actualidad, existen 4 asociaciones de productores de mango en las principales zonas de producción (Peravia, San Cristóbal, San Juan y Azua). Alrededor de 500 productores de mango pertenecen al cluster, de un total de 1,100 productores censados en el 2007. La superficie total bajo cultivo en dicho año era de alrededor de 50,000 tareas y el valor de la producción ha sido estimada en RD$300 millones. Una gran parte de los productores son pequeños; algunos tan sólo poseen hasta 20 plantas, generalmente dispersas en la finca. Las plantaciones con determinados niveles de organización y prácticas culturales con las que tienen potencial para exportar. El volumen de exportaciones ha crecido significativamente en los últimos 5 años. En efecto, en el 2003 se exportaron 49 contenedores de 40´, cantidad que se elevó a 80 contenedores en el 2005 y a 120 en el 2007. El número de exportadores pasó de 8 en el 2003 a 13 en el 2007, mientras que los procesadores pasaron de 3 a 12 respectivamente.

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Entrevistas separadas a Gisela Taveras, de Cluster de Mango Dominicano y A Máximo Jerez, Abt.

Coordinador Nacional de Clusters. Proyecto Diversificación Económica Rural. 13

Ing. Agrón. Máximo Jerez.

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El número de empleos directos generados en la producción de mango fue de aproximadamente 1,500 en el 2003, elevándose a unos 4,000 en el 2007. Los entrevistados manifestaron que el plan estratégico del cluster enfoca aspectos como el control fitosanitario, fortalecimiento de la integración con la agroindustria y el mejoramiento de los servicios, como financiamiento, transporte, asistencia técnica e investigación. El cluster es una entidad clave, cuyo fortalecimiento es fundamental para promover la competitividad del producto; según sus dirigentes, la organización ha contribuido significativamente al aumento de la producción y la exportación que se ha registrado en los últimos cinco años. En términos financieros, la entidad se ha sostenido con aportes externos, recursos provenientes de la Secretaría de Estado de Agricultura a través del Fondo Especial para el Desarrollo Agropecuario (FEDA). En el presupuesto nacional de 2007 fue asignada una suma de alrededor de RD$480 mil para el cluster de mango, cifra que cuadruplicó la del período anterior que fue de sólo RD$120 mil. Este es un apoyo muy modesto, como lo es también el aporte de los productores, que realizan donaciones puntuales para determinadas actividades. El Cluster de Mango es parte de la Red de Desarrollo Tecnológico de Frutales (REDIF), auspiciada por el CEDAF. Esta entidad ha sido un soporte importante para el Cluster, apoyándole en actividades de capacitación, intercambio de experiencias entre su membresía y en el fortalecimiento institucional de la organización. Para aumentar la capacidad de gestión, el cluster requiere de mayor apoyo financiero para el sostenimiento de su estructura de dirección y seguimiento a sus planes de trabajo, así como fortalecer el liderazgo en el seno de productores y exportadores para una mayor incidencia en la mejoría de los servicios a su membresía y en las políticas públicas directamente relacionadas con la competitividad de esta rama productiva.

4.1.2 Aspectos tecnológicos Las personas entrevistadas destacaron que entre los factores tecnológicos de gran incidencia en la productividad y la calidad de la fruta se encuentran una adecuada práctica de poda y el control fitosanitario. Sobre este último aspecto, merece particular atención el control de la mosca de la fruta, específicamente la Anastrepha oblicua y Suspensa, así como el adecuado combate de la Antracnosis y la Cochinilla. Por lo anterior, a través del cluster en el 2005/2006 en 35 fincas fueron entrenadas 95 personas en práctica de poda, en las cuales fueron podados 50 mil árboles y se instalaron 180 trampas para el control de la plaga de moscas. La primera y única planta existente el al país para tratamiento hidrotérmico de mosca fue instalada en el 2005 en el municipio de Moca, lo que ha permitido la exportación de mango hacia Estados Unidos. En el 2007 fueron entrenadas 110 personas en poda y se instalaron 320 trampas de moscas en 110 fincas. Por otro lado, en este último año fueron instalados 3 biodigestores y se impartieron conocimientos sobre manejo de postcosecha a los 13 exportadores existentes.

4.1.3 Penetración del mango dominicano en el mercado externo

Una de las principales limitaciones para la expansión de la exportación y su penetración a mercados como el de Estados Unidos es alcanzar el estándar de calidad requerido, principalmente en términos de coloración, tamaño e inocuidad, lo

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que está muy asociado a la selección de variedades, a una adecuada poda y al control fitosanitario, entre otras buenas prácticas de cultivo y manejo postcosecha. En adición a estos elementos tecnológicos, a través del cluster se emprenden otras iniciativas para hacer del mango dominicano un producto más competitivo y más ofensivo en el mercado externo. Una de estas iniciativas ha sido la realización del estudio del ADN del mango local para el registro del mismo en el mercado internacional. Este tipo de acreditación se añadiría a los Certificados EUREPGAP, el primero de los cuales fue obtenido hace dos años, habiéndose ya logrado un total de 12. La mayoría de las exportaciones de mango del país se destina a Europa. Las exportaciones a Estados Unidos, iniciadas en 2005 luego de la instalación de la planta de tratamiento en Moca, se mantienen entre 15 y 17 contenedores al año, lo que representa en promedio menos del 20% del total exportado en los últimos tres años. En el 2007, el volumen exportado a Estados Unidos representó solo el 12% del total, que como ya hemos señalado alcanzó 120 contenedores. Con respecto a la competencia regional, los entrevistados señalaron que los países de Centroamérica no representan amenaza para la República Dominicana, ya que la temporada de producción de dichos países no coincide con la de nuestro país, ni son volúmenes de exportación significativos. En cambio, el principal competidor es México, que suple a Estados Unidos alrededor del 60% de su demanda, con el agravante de que la oferta de México entra en la misma temporada que la de República Dominicana. El período de exportación del país está limitado a abril-agosto. Se inicia con el mango variedad Banilejo y continúa con las variedades Tommy Atpins, Kent, Haden y Keitt. El vecino Haití es otro exportador de mango a Estados Unidos, principalmente de su variedad Madame Francé. Por sus condiciones de clima más seco, tiene mucho menos plagas que República Dominicana y está dotado de unas 11 plantas de tratamiento, de las cuales 5 o 6 operan regularmente. Desde hace varios años Haití recibió apoyo de Estados Unidos para facilitar las exportaciones de mango, por lo cual ya algunas de sus plantas de tratamiento están obsoletas o no se utilizan a plena capacidad por falta de contratos. De todos modos Haití tiene una capacidad de tratamiento fitosanitario mucho mayor que la de República Dominicana, que como ya hemos expresado sólo dispone de una planta. .

4.1.4 Políticas públicas de incidencia en la producción de mango

La política de financiamiento tiene una repercusión mayor en cultivos permanentes, que requieren de una alta inversión inicial para el establecimiento de la plantación y un período de maduración de la inversión relativamente largo, como es el caso del mango. Por tal razón, las altas tasas de interés, como las registradas actualmente, implican una restricción muy importante para el establecimiento de nuevas plantaciones o renovación de las existentes, así como para la construcción de plantas de tratamiento para la exportación.. A esto se suma el tradicional comportamiento de la banca a destinar una baja proporción de su cartera al financiamiento agrícola y a la ineficacia de las políticas públicas para estimular un mayor flujo de financiamiento a rubros como el mango. Los servicios de apoyo que ofrece el Estado a los productores de mango son costosos y mal aprovechados. Se destinan muchos recursos a las instituciones públicas del sector, particularmente gastos en personal y gastos administrativos. Una política de focalización del gasto, mediante la cual se destine recursos a los productores de mango de manera más directa, a través del Cluster y de las

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asociaciones que componen el mismo, para mejorar prácticas agrícolas, como la poda, control fitosanitario y manejo postcosecha. Las políticas anteriores, junto a otras que tiendan a dar mayor valor agregado a la producción de mango, mediante el desarrollo agroindustrial, así como una política agresiva de promoción del producto en los mercados externos, contribuirían enormemente a un mejor aprovechamiento del gran potencial que tiene el país para aumentar la producción y la exportación de mango.

4.2 Producción de vegetales en ambiente controlado. El Cluster de Invernaderos14

La producción de vegetales bajo ambiente controlado se inició en el país hace seis años, existiendo a la fecha un gran número de productores dedicados a la producción de vegetales mediante esta tecnología, principalmente pimiento, pepino y tomate de ensalada. Con el acompañamiento de entidades no gubernamentales como el CEDAF y la JAD y apoyo del sector estatal, los productores de vegetales en invernaderos se han ido organizado a fin de constituir una red de comunicación en toda la cadena productiva y de comercialización de estos productos. La primera tarea fue identificar los actores de la cadena, para crear un espacio de coordinación que, reconociendo las diferencias en la cultura organizacional e intereses, sirviera para facilitar el acceso a tecnología, mercado, financiamiento, insumos y capacidad de gestión para promover la productividad y competitividad. A la fecha existen alrededor de 230 invernaderos en torno a cuyas unidades de producción se ha ido conformando un conjunto de actores constituido por productores, exportadores, empresas suplidoras de insumos y tecnología, entidades financieras e instituciones públicas y no gubernamentales. El Cluster tiene un gran potencial para cumplir con su misión, aunque requiere de mejoras permanentes en los mecanismos y procedimientos de articulación entre los productores, la Secretaría de Estado de Agricultura y otras entidades públicas y privadas relacionadas con la producción de vegetales. La incidencia de los productores en las políticas y en la elaboración de planes y proyectos orientados a fortalecer la producción de vegetales y la capacidad exportadora del sistema de invernaderos necesita un mayor grado de consolidación.

4.2.1 Número de productores y capacidad instalada De acuerdo al Ing. Miguel Peña, Coordinador del Cluster de Invernaderos, actualmente existen unos 230 productores de vegetales en ambiente controlado, con un área total de aproximadamente 1.7 millones de m2. En los mismos se cultiva principalmente pimiento morrón (60% del total), pepino (20%), tomate de ensalada (10%) y aproximadamente el 10% restante está dedicado a ají cubanela, melón y tomate cherry. La mayoría de los productores ha instalado invernaderos con el apoyo de la Secretaría de Estado de Agricultura (SEA). Bajo este programa han sido instalados 170 invernaderos de 4,800 m2 cada uno, para un total de 816,000 m2. Mientras que entre 30 y 40 productores poseen invernaderos construidos por cuenta propia, sin el apoyo financiero del Estado. Estos invernaderos tienen una capacidad total de 700,000 m2.

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Entrevista a José Miguel Peña. Presidente del Cluster de Invernaderos

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Por otro lado, se ha ido desarrollando una nueva modalidad de invernaderos, construidos de madera en lugar de metal, la cual está siendo utilizada por unos 26 productores de zona baja, con una capacidad de 175,000 m2. En algunos casos se trata de reconversión de granjas avícolas que han dejado de producir debido a los problemas causados por la aparición de influenza aviar y la consecuente disminución de las exportaciones de huevos y carne de pollo hacia Haití.

De acuerdo a la SEA, la producción de vegetales en ambiente controlado en el 2007 fue de 13.6 millones de toneladas, lo que representó ingresos para el país del orden de US$12.6 millones, equivalentes a aproximadamente RD$430 millones. Según el Programa de Mercados, Frigoríficos e Invernaderos (PROMEFRIN) que desarrolla la SEA, en dicho año la producción de pimiento morrón fue de 5.8 millones de toneladas, mientras que la de pepino fue 3.67 millones de libras y la de tomates de ensalada de millón 482 mil 83 toneladas entre los meses de enero a octubre.

El Cluster de Invernaderos, según lo expresado por el Ing. Peña, se propone impulsar varias iniciativas para ampliar la capacidad del país de producción de vegetales a través de invernaderos. Las mismas, de materializarse, incrementarían la capacidad instalada actual en 3.1 millones de m2, equivalente a mas de 180% de la capacidad actual. Estas iniciativas serían:

1. Plan de financiamiento a través del Banco Nacional de la Vivienda y

Producción (BNV) por un monto de RD$600 millones para pequeños invernaderos de madera, el cual permitiría aumentar la capacidad instalada de invernaderos en 1,224,000 m2.

2. Otro programa de financiamiento, también a través del BNV, con recursos provenientes de una firma española, por un monto de 18 millones de euros (RD$864 millones) para 100 invernaderos de 5,000 m2 cada uno, para un total de 500 mil m2 adicionales.

3. Instalación de 7 zonas francas de invernaderos, de 200,000 m2 cada una, para un total de 1,400,000 m2, con el apoyo de la Secretaría de Hacienda, a través de Proindustria.

Las facilidades de financiamiento son fundamentales para poder expandir el sistema de invernaderos y la capacidad exportación con un adecuado nivel de competitividad, dado los costos de instalación de la infraestructura de un invernadero. Se estima que en promedio el costo de un invernadero de metal es de aproximadamente US$50 por m2, de manera que un invernadero de este tipo, de un tamaño de 5,000 m2, tiene un costo de alrededor de US$250,000 (RD$8.6 millones). Para un invernadero de madera, el costo por m2 se estima en US$14.

4.2.2 Aspectos tecnológicos La agroplasticultura, técnica de producción agrícola en ambiente controlado o bajo invernadero, se ha ido convirtiendo en un nuevo modelo de producción de vegetales que está siendo adoptado por un creciente número de productores nacionales. Aunque la instalación de invernaderos implica una alta inversión inicial, los altos niveles de productividad que esta tecnología genera han hecho de la producción de vegetales una actividad más rentable y con mayor capacidad competitiva en el mercado, tanto local como internacional. Se considera que en el país se está aplicando un buen nivel de tecnología en los proyectos de agricultura en ambiente controlado, y se ha confirmado su validación no sólo en zonas altas, sino también en zonas bajas. Se ha observado que en determinadas áreas de montaña los costos de producir bajo invernadero son mayores que en las zonas bajas, debido a que la inversión inicial se eleva cuando hay que incurrir en costos de movimiento de tierra para construir la infraestructura del invernadero. Las zonas bajas, además de la reducción de este tipo de costos,

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tienen la ventaja de que, en general, las vías de comunicación permiten mejor acceso a insumos y servicios, así como más facilidades para el transporte de la producción a los centros de consumo local y a los puertos y aeropuertos para la producción exportable. Además de los invernaderos de metal, en las zonas bajas se está promoviendo la instalación de invernaderos de madera, utilizando la técnica de suelo enriquecido con gallinaza y abono verde. El Cluster está realizando evaluaciones tecnológicas y actividades de divulgación para presentar experiencias y recomendaciones sobre mejores prácticas para el desarrollo de los invernaderos, a fin de que sus miembros y los diferentes actores relacionados con la producción de vegetales dominen los aspectos de la agricultura de ambiente controlado; no sólo las nuevas tecnologías, servicios e insumos necesarios para el desarrollo de esta rama de producción, si no también las restricciones y oportunidades del entorno socioeconómico, institucional y de políticas públicas. La mano de obra, como en muchos otros rubros de producción, es básicamente haitiana. Esto no constituye una limitación a la competitividad, puesto que tanto el obrero dominicano como el haitiano requieren de niveles de entrenamiento similares. Según los entrevistados es necesaria una mayor participación de los centros educativos en el entrenamiento de su personal docente y sus alumnos en las técnicas de producción bajo invernadero. El Estado ha apoyado la instalación de invernaderos en varias universidades y otros centros de enseñanza, los cuales no están siendo utilizados, como ocurre en la Universidad Autónoma de Santo Domingo, el Instituto Superior de Agricultura, la Universidad Católica Tecnológica del Cibao, en la Vega, y la Universidad Fernando Arturo de Meriño, en Jarabacoa. El invernadero instalado en la Escuela Agrícola San Ignacio de Loyola de Dajabón, fue destruido por un tornado y no ha sido rehabilitado. El CEDAF empezó a producir en un invernadero instalado en la comunidad de Los Montones, en San José de las Matas.

4.2.3 Penetración de los vegetales dominicanos en el mercado externo

El país tiene un gran potencial para el desarrollo de la producción de vegetales en ambiente controlado y, consecuentemente, para aumentar la capacidad exportadora de estos rubros de creciente demanda en el mercado exterior. La cantidad de invernaderos a instalar en el país estaría limitada por restricciones internas, entre las que se destaca el acceso a financiamiento. Estados Unidos, nuestro principal mercado, importa anualmente alrededor de US$4,500 millones de productos de invernadero, mientras las exportaciones nacionales de este tipo de productos hacia Estados Unidos es de apenas el 0.6% de dicho monto. México es el principal exportador de productos de invernaderos hacia Estados Unidos, pero su producción tiene lugar principalmente en la costa del Pacífico, de manera que República Dominicana tiene más facilidades en términos de costo de transporte y tiempo de entrega para colocar el producto en Miami. En Centroamérica no hay desarrollo de la industria de invernaderos, de manera que los países que componen esta zona en la actualidad no representan competidores que pudieran desplazar a República Dominicana del mercado o limitar una mayor penetración. Costa Rica exhibe un relativo nivel de desarrollo en esta modalidad de producción, país en el cual se está instalando la primera zona franca para la producción agrícola bajo la técnica de ambiente controlado.

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Toda la exportación de vegetales de invernaderos se destina a Estados Unidos. En el mercado local se consume alrededor del 10% de la producción. Para penetrar al mercado de Europa hay que desarrollar la producción de orgánicos, para lo cual ya existe en Jarabacoa un pequeño invernadero de prueba. Es necesario avanzar en las gestiones para la realización de los estudios de implementación de proyectos para mejorar los servicios de logística de transporte de la producción de vegetales hacia los mercados de exportación, y crear los mecanismos institucionales y acuerdos necesarios para realizar la pre-inspección in situ. Otras acciones que, a juicio del Presidente del Cluster de Invernaderos, contribuirían a aumentar la competitividad y conquistar una mayor proporción del mercado estadounidense es la instalación de una oficina de negocios en Miami e infraestructura de almacenamiento en dicha ciudad, para lo cual se requeriría de apoyo gubernamental. También podría diversificarse el destino de las exportaciones de vegetales, para lo cual un acuerdo con Venezuela en el marco de Petrocaribe podría ser una oportunidad.

Se requieren acciones de contacto con el mercado externo, a fin de disminuir la dependencia de la comercialización de la producción de los invernaderos de intermediarios de mala calidad.

4.2.4 Políticas públicas de gran incidencia en la producción de vegetales

Las políticas públicas deben prestar especial atención al acceso al financiamiento, mediante el otorgamiento de garantías o aval del Estado para que la banca especialice programas de financiamiento para los invernaderos. Las disponibilidades de contratos de comercialización, para productos de ciclo corto, con riesgos significativamente mas bajos que la producción de vegetales mediante tecnología convencional, más el hecho de que gran parte de los productores son propietarios de sus terrenos, debería facilitar la aplicación de una política orientada a promover una mayor cobertura y acceso al crédito de los productores en invernadero. Se requiere una mejor coordinación de esfuerzos y asumir los compromisos contraídos entre el sector público y los productores de vegetales en invernadero. Esta política de coordinación debe trascender los acuerdos entre las instituciones públicas y un Cluster determinado. Debieran impulsarse acciones para integrar todos los clusters existentes (invernaderos, aguacate, cítricos, piña, cacao, café, casabe, etc.) en una organización, lo que generaría sinergias positivas y crearía mayor capacidad de incidencia en las políticas públicas y de negociación con los proveedores de servicios.

4.3 El Cluster de Chinola15 El cluster de la chinola funciona desde hace un año, bajo el concepto europeo de cluster, agrupando a los productores de chinola, los intermediarios, los industriales, los transportistas y los otros actores relacionados con la producción de esta fruta. El cluster de la chinola promueve la productividad y la competitividad, a través del intercambio de experiencia, la obtención de servicios de asesoría técnica, capacitación e información. Con el fortalecimiento de la organización pretende lograr más acceso a mercado, lo que implica mantener una oferta permanente, aplicar adecuadas prácticas de cultivo, entre ellas el control de enfermedades, y mejorar la calidad de la fruta.

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Entrevista a Marín del Rosario, Coordinador del Cluster de Chinola.

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El principal soporte institucional para la organización y las actividades de cluster ha sido el Centro de Desarrollo Agropecuario y Forestal (CEDAF). A través de esta institución ha recibido apoyo para las actividades de capacitación, información de mercado y enlace con otras instituciones, como el Consejo Nacional de Competitividad (CNC). El Cluster se encuentra en proceso de incorporación, para tener personería jurídica.

4.3.1 Superficie bajo cultivo y aspectos tecnológicos. Se estima que en el país se cultivan aproximadamente 7,000 tareas de chinola. Las principales áreas de cultivo se localizan en las provincias de Monte Plata y Hato Mayor. La mayoría de los predios son pequeños, entre 20 y 30 tareas. En el Cluster participan unos 80 productores, de los cuales 25 son productores individuales y el resto son representantes de asociaciones locales. Los rendimientos del cultivo son bajos, pero tiene un gran potencial para aumento de la productividad, lo que requiere mejoras tecnológicas. Actualmente en el país no se están realizando trabajos de investigación sobre este cultivo. En una tarea se siembran alrededor de 70 plantas, cuya producción por planta fluctúa entre 400 y 700 frutas, y en determinados casos supera el millar de frutas. La cosecha se inicia 9 meses después de la siembra y la plantación se mantiene en producción entre uno y tres años, dependiendo de las condiciones climatológicas y las prácticas de cultivo aplicadas. En el área de Monte Planta la vida útil de las plantaciones es baja, a causa de la elevada pluviometría y la menor cantidad de días de sol. La estructura de enredadera para el soporte de la planta más utilizada es la “espaldera”, ya que la misma garantiza más el soleado. La otra estructura utilizada es la “barbacoa” o “enramada”. Para el aprovechamiento del terreno entre hileras de chinolas los agricultores acostumbran intercalar cultivos como frijol, ají, jengibre, yuca, entre otros.

4.3.2 El mercado de chinola Más del 90% de la producción de chinola se destina al mercado interno. El producto llega a los consumidores a través de supermercados, cafetería y hoteles. Cerca del 85% de la producción es vendida por el productor en forma de fruta fresca y el resto en forma de pulpa, incluyendo pequeñas cantidades de concentrado, ambos productos elaborados de manera artesanal. La pulpa se puede conservar refrigerada por un período de hasta un año, sin necesidad de aplicarle preservante. Para su elaboración, en general, se utilizan las frutas que por su tamaño pequeño y otras características no son aceptadas en el mercado.

4.3.3 Limitaciones para el aumento de la producción de chinola

El Cluster no ha logrado articular alianzas y niveles de compromisos de las políticas públicas agrícolas concretas orientadas al aumento de la producción de chinola, tanto para el mercado interno como para la exportación. La participación de los productores, que es la base de la organización, es todavía escasa y poco consistente. De acuerdo al Coordinador del Cluster, hay muchos productores “mirando por la ventana”, que son miembros potenciales de la organización, una vez observen determinados resultados atribuibles a la gestión del Cluster.

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5 CONCLUSIONES El análisis de la competitividad desde una perspectiva sistémica que hemos desarrollado durante esta investigación ha hecho énfasis en aquellos productos del sector agropecuario dominicano con potencial competitivo revelado por su comportamiento en el mercado de Estados Unidos, sirviendo de marco referencial, no sólo para guiar metodológica y analíticamente el proceso de diagnóstico que nos propusimos, si no, para producir un análisis más concreto que permita tener una mejor panorámica de la competitividad de la agricultura dominicana, sobretodo de sus productos ofensivos de cara aprovechar las ventajas de la liberalización comercial que conlleva el Tratado de Libre Comercio con Centro América y los Estados Unidos. La perspectiva sistémica constituye una superación de los paradigmas parciales de entender competitividad que, en el mejor de los casos, vinculan la competitividad a un asunto de rendimientos y precios comparados. Nuestro análisis va más allá, analizando precisamente las causas estructurales y de fondo que originan los bajos rendimientos y los altos precios. El enfoque sistémico tiende a estudiar una compleja gama de indicadores y relaciones en sus cuatro niveles (Meta, Macro, Meso y Micro), que tienen que ver con el modelo de desarrollo político-social, los valores o rasgos culturales de la sociedad, la eficiencia de las políticas públicas macroeconómicas y sectoriales, la profundidad del sistema financiero que garantice acceso a financiamiento barato, la estabilidad de precios, la política de investigación y transferencia de tecnología, el tipo de cambio, las relaciones de los productores con los proveedores, el manejo y administración de la empresa y/o finca, la calidad de la mano de obra y la capacidad asociativa de los productores, entre otros importantes aspectos, que a fin de cuentas, se relacionan mutuamente e influyen en la estructura productiva de los países, determinando su competitividad. Nivel Meta En el nivel Meta, como nivel superestructural de la economía, los datos comparativos presentados, sugieren la existencia de severas limitaciones en este nivel, relacionadas con la institucionalidad pública que afectan la competitividad sistémica, como es una baja calificación y sostenibilidad del capital humano empleado en el sector público, lo que redunda en una limitada eficiencia de las acciones de la institucionalidad pública en general. El sistema democrático, por su parte, está afectado por una severa crisis de representatividad de los partidos políticos, que aunque continúan gravitando en la vida pública nacional, se van progresivamente desconectando de las necesidades e intereses de los ciudadanos, persistiendo en prácticas negativas como el clientelismo, la corrupción, el nepotismo y el caudillismo, lo que influye negativamente, contaminado con dichas prácticas a las instituciones públicas. Existen también elementos socioculturales que caracterizan la sociedad dominicana, como son el “pesimismo” y el “complejo del gancho”, que limitan la articulación necesaria para crear las relaciones en el tejido social que contribuyan a la competitividad sistémica. Las organizaciones sociales, en general, se caracterizan por una crisis de estructuración, representatividad y debilidad a la hora de canalizar los intereses y aspiraciones de la sociedad. La debilidad más importante, sin embargo, que influye negativamente en el Nivel Meta de la competitividad sistémica de la República Dominicana, es la ausencia de compromisos explícitos e implícitos, sobre los grandes propósitos nacionales en el

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mediano y lago plazo, lo que significa ausencia de una estrategia de desarrollo que permita dotar al país de un marco general de seguridad que permita generar la confianza en el futuro del país, que necesitan los agentes productivos y la sociedad en general. Nivel Macro En el Nivel Macro de la competitividad sistémica se puede apreciar la existencia de ciertos éxitos en la política macroeconómica posteriores la crisis bancaria del 2003, que generan un nivel apreciable de estabilidad macroeconómica. El manejo de la política macroeconómica ha sido relativamente saludable, ha logrado tasas de inflación baja y competitiva con el resto de la región del DR-CAFTA, y un tipo de cambio estable a lo largo de los últimos cuatro años. Los programas de ajuste y estabilización ejecutados a partir del 2004, han logrado la reactivación económica que, para el 2005 y 2006, han alcanzado tasas de crecimiento del PIB superiores al 9%. El país se destaca en la región en materia del manejo del déficit gubernamental y en cuanto a las expectativas de recesión. Sin embargo, existen aun severas limitaciones en la política crediticia, dado que los tipos de interés continúan siendo de los más altos de la región, existiendo también un elevado diferencial entre las tasas de interés activa y pasiva, generando que el sistema financiero no pueda garantizar financiamiento barato a la producción. Otro reto de la República Dominicana es en materia de la tasa de cambio efectiva, cuya tendencia a la valorización ha limitado la capacidad exportadora del país y afectado la competitividad por precios de la producción local en comparación con los productos importados. Aunque el país no es uno de los más endeudados en comparación con su PIB, de la región del DR-CAFTA, posee la mayor deuda externa nominal, y también el mayor nivel de crecimiento de ésta, la cual ha crecido en un 14% anual en el periodo de 2003-2008, acercándose al 30% del PIB. El país no se destaca en materia de inestabilidad de precios a nivel regional y después de El Salvador, es el país con mayor estabilidad de precios en el periodo 2006-2008. En términos comerciales, República Dominicana se destaca por sostener un significativo desequilibrio en la balanza comercial, provocado por un crecimiento acelerado de las importaciones, que desde el año 2004 hasta el año 2007 han crecido a una tasa de 16%, mientras que las exportaciones han crecido sólo en una tasa promedio anual de 7% para el mismo periodo. Este desequilibrio comercial ha sido, sin embargo, compensado con un importante y creciente superávit en la cuenta financiera, sobretodo la inversión extranjera directa, generando un balance global de la balanza de pagos con tendencia positiva, que pasó de de -48 millones de dólares en 1997 a 657 millones de US$ en el 2007. La República Dominicana ha tenido una significativa tendencia de crecimiento promedio de la recepción de Inversión Extranjera Directa de 16% en la década de 1997 a 2007, pasando de 420,6 millones de dólares a 1,057,88 millones de dólares en el 2007. Recibiendo en ese periodo la mayor cantidad de inversión extranjera directa de todos sus socios en el DR-CAFTA, explicando el 34% del total de inversión extranjera directa de la región.

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El nivel de desempleo es relativamente superior al promedio de los países del DR-CAFTA, con un nivel de 15.5% frente a un 10.7% en promedio. Entre los elementos de infraestructura más importantes, la República Dominicana muestra niveles competitivos frente a sus socios del DR-CAFTA, en materia aeroportuaria y en cuanto al uso de las tecnologías de la información, y un nivel de competitividad media en el sistema carretero, sobretodo en las carreteras troncales y en el sistema portuario. Sin embargo, presenta severas deficiencias en el área de energía eléctrica, en la infraestructura del servicio de transporte urbano e interurbano y en la infraestructura de agua potable. En términos generales y según el Informe Global de la Competitividad 2006-2007 la República Dominicana ocupa un lugar inferior en la competitividad macroeconómica que el promedio de los países del DR-CAFTA, siendo superada por El Salvador (lugar 69), Guatemala (lugar 79) y Costa Rica (81), y superando únicamente a Honduras (lugar 87) y a Nicaragua (lugar 89).en cuanto al manejo macroeconómico. Esto demuestra que, a pesar de los avances registrados en cuanto a estabilidad de la macroeconomía, la República Dominicana tiene importantes retos que afrontar en materia macroeconómica para fortalecer su competitividad frente a sus socios del DR-CAFTA; sobretodo en las áreas estructurales de la macroeconomía como son el sistema financiero, la infraestructura y la competitividad del tipo de cambio. Nivel Meso Haciendo un análisis breve de la evolución reciente del sector agropecuario dominicano y describiendo los diferentes regímenes de política sectorial aplicados al sector agropecuario dominicano, hemos mostrado un cambio estructural importante en la economía, en el cual como resultado de este modelo de políticas sectoriales la participación del PBI agropecuario en el PBI total se ha reducido de 15% a 7% sólo en la última década. El estudio hace un enfoque sucinto de la política agropecuaria actual y una descripción de las diferentes instituciones sectoriales que tienen que ver con la producción agropecuaria, especialmente los programas de la Secretaria de Estado de Agricultura aplicados a los productos ofensivos del sector. Entre los elementos más importantes del análisis Meso, se encuentran la descripción de la política sectorial de crédito agropecuario, el cual ha ido diminuyendo considerablemente en República Dominicana ya que la cartera agrícola con respecto a la cartera total del sistema financiero ha caído desde un 10% a un 5%, en la última década. El proceso de utilización y transferencia de tecnología es fundamental para la agricultura porque es la piedra angular en el proceso de modernización que aumenta la productividad y mejora la competitividad sistémica del sector. Costa Rica ocupa el primer lugar de la región en utilización del riego, teniendo un 20.57% de su total de tierras cultivables bajo el sistema de regadío. La República Dominicana ocupa el segundo lugar con 17.23% de las tierras cultivables, lo que muestra niveles positivos de competitividad sistémica en el uso de esta tecnología. En materia de uso de tecnología y mecanización el indicador más importante en la agropecuaria es el número de tractores, cosechadoras y trilladoras por cada 1000 hectáreas de tierra cultivable. Según La FAO, el país que mayor numero de tractores posee por cada 1000 hectáreas es también Costa Rica, (31.1), mientras que tiene 5.3 cosechadoras y trilladoras por la misma cantidad de tierra. La República Dominicana, sin embargo, queda en el penúltimo lugar de la región,

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poseyendo a penas 1.7 tractores por cada 1000 hectáreas de tierra cultivable, superando sólo a Nicaragua que posee 1.5 tractores/1000ha. Esta situación de bajos niveles de utilización de maquinaria por parte de los agricultores dominicanos con respecto a sus pares en la región demuestra gráficamente la existencia de severas desventajas competitivas del sector agropecuario dominicano en materia de acceso a la tecnología y, por tanto, los productores tienen un menor acceso a los beneficios que esta implica como reducción de los costos, aumento de la productividad, entre otros. A pesar de la existencia de numerosas instituciones especializadas o que dedican esfuerzos a la investigación en materia agropecuaria ésta continúa siendo marginal, destacándose incluso una reducción significativa de la investigación desarrollada por las universidades en las últimas dos décadas, lo que constituye el principal indicador del cambio de las prioridades de investigación en la sociedad en general. Faltan los recursos necesarios para desarrollar la investigación en materia agropecuaria, sobretodo para extender los programas ejecutados por el IDIAF; recomponer los sistemas de investigación de las universidades. República Dominicana es el penúltimo país de la región del DR-CAFTA en materia de inversión en investigación y desarrollo en todas las áreas productivas, quedando muy por debajo de Costa Rica, que ostenta el liderazgo con una inversión de $52 millones de dólares anuales en esta materia, mientras República Dominicana apenas destina $10 millones de dólares anuales a la investigación. El principal problema en la transferencia de tecnología y su contribución a la competitividad sistémica del sector, identificado con la investigación, consiste en el bajo impacto que ésta sigue teniendo sobre la transferencia de tecnología a la producción real en la República Dominicana. En materia organizativa se identifica que la ausencia de un liderazgo cohesionado, representativo y no contaminado con la política partidaria, que pueda ejercer presión política, hace que las organizaciones de productores agropecuarios dominicanos vean limitadas sus posibilidades de servir como interlocutores con el Estado, a fin de hacer valer los intereses generales del sector. También se destaca que las organizaciones del sector tienen un énfasis fundamentalmente gremial y reivindicativo, siendo débil aun la organización en cooperativas y corporaciones. Nivel Micro Aun con la evidente ausencia de data que soportara un análisis más detallado, a través de las entrevistas a especialistas y productores pudimos concluir que, en definitiva, los productores empresariales (especialmente los de exportación y en cierta medida los productos calificados como ofensivos como frutales y vegetales) han podido acceder a condiciones aceptables en el manejo de las variables Micro, que les permiten acceder a niveles importantes de competitividad sistémica en el Nivel Macroeconómico. Cabe destacar, la existencia de una agricultura modernizada y tecnificada donde hay un manejo profesional de la producción, incorporando criterios avanzados de administración, fenómeno vinculado al tipo de cultivo (sobretodo de exportación, frutales, vegetales, arroz) al tamaño de la propiedad (grandes productores), a la zona geográfica, y en menor medida al grado o eficiencia de la asociatividad. Sin embargo, también se descubrió, que los productores agropecuarios medianos que son la mayoría de productores en la República Dominicana (17% del total), mantienen un sistema productivo basado en el esfuerzo de los dueños de las fincas, y cuentan poco apoyo de una estructura organizacional y productiva. Tienen un

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acceso marginal a la tecnología, no tienen influencia sobre los precios de los insumos, reciben poco apoyo de las empresas proveedoras de insumos, y se ven enfrentados a los mercados competitivos, dependiendo de de la red de intermediarios y acopiadores. Su acceso a la tecnología, capacitación y mejores condiciones de mercado, puede estar correlacionado con sus niveles organizativos en gremios, aunque las asociaciones productivas, a través de las cuales podrían fortalecer todas las variables, continúan siendo marginales en el sector. Para los pequeños productores (81% del total), la situación es relativamente peor; tienen un casi nulo acceso a las nuevas tecnologías y, al tener una estructura organizacional precaria, no tienen un manejo de insumos que le permita acceder a precios más favorables, y se someten a las peores condiciones en la comercialización de sus productos en el mercado interno exclusivamente. El capitulo cuatro presenta la conclusión del estudio de casos sobre los Clusters, describiendo este incipiente proceso en la República Dominicana, sus principales características, sus logros más notables, pero también sus debilidades principales de cara a plantear soluciones de políticas públicas para fortalecer la competitividad sistémica del sector agropecuario dominicano. En términos globales En términos generales los datos para los niveles Micro, Macro, Meso Y Micro revelan resultados mixtos para el país en materia de competitividad sistémica frente a sus socios del DR-CAFTA. En el Nivel Meta se muestran severas limitaciones institucionales, y debilidad en las organizaciones, sin embargo el país se ha caracterizado, a diferencia de sus socios, por una prolongada estabilidad política. En el caso del Nivel Macro también se observan resultados mixtos, destacándose positivamente en áreas como la estabilidad macroeconómica y la atracción de la inversión extranjera directa, y desacatándose negativamente frente a sus socios en áreas como el sistema financiero, y áreas de la infraestructura como la energía eléctrica y el transporte. Por lo tanto en ese sentido la competitividad del país en nivel Macro puede catalogar como media dentro de los países del DR-CAFTA. En el nivel Meso se muestra la pérdida de importancia del sector agropecuario en la economía en su conjunto como parte de la evolución del modelo de desarrollo, que aunque ha sido un denominador común en todas las economías de la región, ha sido en República Dominicana un proceso más acelerado y pronunciado que en los demás países, pudiendo sugerir el surgimiento de condiciones estructurales en el nivel Meso que afecten la competitividad sistémica del país. En cuanto a la política de crédito y a la política de acceso a la tecnología, la República Dominicana se posiciona en un nivel medio respecto a sus socios del DR-CAFTA, sugiriendo la existencia de debilidades en este nivel que limitan la competitividad sistémica del país. En el Nivel Microeconómico, aunque no se dispone de data suficiente que permita realizar comparaciones regionales, se identifican severos problemas de equidad en la República Dominicana que limitan la posibilidad de competir de los pequeños y medianos productores (el 98% de los productores). La posibilidad de sortear estas debilidades se encuentra en la capacidad de estos últimos de asociarse, pero los modelos asociativos están aun en ciernes, parcialmente fuertes en algunos productos y muy orientados al plano reivindicativo.

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Utilizando los datos disponibles es posible concluir que el país muestra en la mayoría de los factores descritos, niveles de competitividad promedio con respecto a los países socios del DR-CAFTA. Si hacemos un análisis cuantitativo de los factores de competitividad descritos, el país queda en la mayoría de ellos en lugares inferiores a Costa Rica y el Salvador, y por encima de Nicaragua y Honduras, mostrando niveles de competitividad muy cercanos a Guatemala en la mayoría de los factores descritos. En términos generales, este trabajo permite tener una panorámica general de la competitividad sistémica del sector agropecuario de la República Dominicana, haciendo énfasis en sus productos ofensivos, identificando y describiendo los principales factores que influyen positiva y negativamente en la competitividad sistémica del país, con el objetivo de que las políticas públicas puedan tener un marco referencial integral y contribuyan a fortalecer la competitividad sistémica del país y por tanto mejorar las condiciones en que se inserta en la economía mundial.

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6 RECOMENDACIONES

En el Nivel Meta de la competitividad, se hace necesario desarrollar un profundo proceso de reformas estructurales que permita modernizar y fortalecer la institucionalidad del Estado y hacer más eficientes las políticas públicas para que el Estado dominicano convierta sus políticas en reales instrumentos del desarrollo. Los problemas de falta de transparencia, de clientelismo y de la corrupción deben ser enfrentados y reducidos con compromisos públicos consistentes con voluntad política suficiente que ataque el mal de la complicidad y la impunidad. Es preciso en ese sentido fortalecer la capacidad social de auto-organización como una condición fundamental para el ejercicio de la ciudadanía. En el Nivel Macro, es necesario mantener los niveles de estabilidad actuales, pero a la vez, desarrollar reformas que permitan resolver los problemas estructurales de la economía, como son la debilidad y falta de competitividad del sistema financiero, así como afrontar seriamente los principales cuellos de botellas del país en materia de infraestructura que son la crisis del sector energético y la crisis del transporte. En el Nivel Meso es necesario revertir el proceso de desmonte de la política pública sectorial agrícola, fortaleciendo con financiamiento y personal humano, los programas estatales de asistencia al sector, sobretodo en materia de extensión y promoción de la competitividad sistémica. En materia institucional agropecuaria, los expertos siguieren que el país se aboque a un profundo proceso de reingeniería institucional que modernice conceptualmente las instituciones del sector y se aboque hacia la definición de una verdadera política pública de desarrollo del sector agropecuario dominicano. Es necesario revertir el proceso de deterioro productivo del sector agropecuario a través de políticas públicas de fomento de la producción y uso de las tierras baldías, como son las exoneraciones fiscales, fundamentalmente la liberación de los impuestos a los hidrocarburos y el Impuesto Sobre la Renta, y facilidades para la adquisición de nuevas tecnologías. Es preciso hacer un mayor esfuerzo, no sólo en la recuperación, fomento y promoción de los programas de investigación y acceso a la tecnología existentes y crear los nuevos programas que sean necesarios, si no, que hay que generar mecanismos directos que permitan articular la investigación y la extensión a fin de corregir el impacto residual de la investigación sobre la producción real. Esta política deberá aumentar el acceso global, corregir el problema de los errores del primer intento e incidir positivamente para reducir las desigualdades de acceso a la tecnología existentes entre productores grandes y pequeños. Es necesario desarrollar una iniciativa a través de la Secretaria de Estado de Educación Superior, Ciencia y Tecnología para recuperar los programas de investigación agropecuaria desde las universidades, fortaleciendo los programas existentes. Se propone también el desarrollo de programas de capacitación y fomento del uso de la tecnología de la información y la comunicación a los productores agropecuarios, con el objetivo de que tengan mayores niveles de acceso a las informaciones climáticas, de mercado y de nuevas técnicas agropecuarias.

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Es preciso ejecutar una política que apoye la comercialización de los productos agropecuarios, fomentando el encadenamiento productivo como herramienta para la competitividad, así como fortalecer los mecanismos de apoyo al crédito, principalmente a través del Banco Agrícola. En el ámbito microecnómico es necesario desarrollar un enfoque transversal de políticas públicas que contribuyan a disminuir las enormes inequidades existentes entre grandes, medianos y pequeños productores, sobretodo, relacionados al acceso al crédito, la tecnología y la comercialización de sus productos. También se hace necesario la implementación de un amplio programa de fomento de la regularización y de la instauración de una cultura empresarial en la agricultura que mejore los modelos de administración de la producción agropecuaria. Se hacen necesarios también mecanismos generalizados de capacitación a los productores en el manejo eficiente de sus explotaciones. Este programa tendrá como objetivo cambiar la visión del agricultor de productor a empresario, implicando un cambio cultural importante que le permita sentirse y actuar como empresario. Dentro de esta nueva visión es fundamental contar también con espíritu emprendedor, que lo incentive a enfrentar nuevos desafíos a nivel individual y colectivo. También se hace necesario afrontar el problema de la escasez de la mano de obra agrícola, a través de la mejora sustancial en la provisión de servicios públicos en las zonas rurales que desincentive la enorme migración urbano-rural. Finalmente, se propone desarrollar planes de asistencia y acompañamiento que fortalezcan la asociación rural y agraria, sobretodo vinculado al área económica como las cooperativas y corporaciones. En términos generales, este trabajo propone una revalorización del ámbito rural y de sus componentes que genere un cambio de actitud hacia el sector y que permita superar la visión sesgada y parcial que visualiza al sector agropecuario como un sector “atrasado”, “rezagado” y poco rentable. El Estado, y la sociedad en general, deben apostar a la modernización del sector agropecuario dominicano en el marco de un proceso de desarrollo armonioso y sostenible que redunde en un aumento considerable de la competitividad sistémica, y obviamente en mejores condiciones de vida para todos los seres humanos que dependen de él.

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7 BIBLIOGRAFÍA 1. Abreu Malla, María “Informe sobre el Reporte Global de Competitividad 2006-2007 del Foro Económico Mundial: Resultados Generales y el Caso Dominicano”. Consejo Nacional de Competitividad (CNC), 2006, Disponible in [http://www.observatoriocompetitividad.com.do/c/document_library/get_file?folderId=13059&name=DLFE-305.pdf. 2006 ] 2. Abreu Malla, María “Informe analítico de la competitividad dominicana en el contexto regional”. Consejo Nacional de Competitividad (CNC), 2007 http://www.observatoriocompetitividad.com.do/c/document_library/get_file?folderId=13059&name=DLFE-308.pdf 3. , Abreu Malla, María “Clusters de Agronegocios Estratégicos en la República Dominicana, de acuerdo al Plan Nacional de Competitividad Sistémica (PNCS)”. Consejo Nacional de Competitividad (CNC), 2007 http://www.observatoriocompetitividad.com.do/c/document_library/get_file?folderId=13059&name=DLFE-298.pdf 4. , Abreu Malla, María. “Análisis de la Competitividad Interna de la República Dominicana”. Consejo Nacional de Competitividad (CNC), 2007 http://www.observatoriocompetitividad.com.do/c/document_library/get_file?folderId=13059&name=DLFE-297.pdf 5. Banco Central de la República Dominicana. Datos BC, en:[www.bancentral.gov.do] 6. Banco Interamericano de Desarrollo. “base de datos virtual DataGob”. http://www.iadb.org/DataGob/home_esp.html 7. CEPAL. “ TradeCAN MAGIC Plus” Presentación PPw 8. CEPAL. “ELEMENTOS DE COMPETITIVIDAD SISTÉMICA DE LAS PEQUEÑAS Y MEDIANAS EMPRESAS (PYME) DEL ISTMO CENTROAMERICANO” 9. Centro De Ciencia y Tecnología de Antioquia “Competitividad sistémica”. seminario 14 de abril de 2004 10. CNC, Base de datos Observatorio de La Competitividad del Consejo Nacional de Competitividad (CNC), 11. Esser, Klaus; Hillebrand Wolfgang; Messner, Dirk, Meyer-Stamer, Jörg. “Competitividad sistémica. Competitividad internacional de las empresas y políticas requeridas”. Instituto Alemán de Desarrollo, Berlín, 1994 12. Esser, Klaus; Hillebrand, Wolfgang; Messner, Dirk; Meyer-Stamer, Jörg. “Competitividad sistémica: Nuevo desafío a las empresas y a la política”. Revista de la CEPAL, Santiago 1996, No. 59, pág. 39 - 52 13. FAOSTAT, estadísticas de la FAO 14. Fiallos Oyanguren, Álvaro “Las organizaciones de productores de Centroamérica y el diálogo sobre políticas públicas en el marco de los

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29. Ministerio Agropecuario y Forestal. “Política Sectorial Agropecuaria de Nicaragua”. Disponible in [http://www.iica.int.ni/Estudios_PDF/Estrat_Des_Rural.pdf 30. Ministerio de Planificación y Cooperación. “Desarrollo de competitividad sistémica de la agricultura de exportación- región de Coquimbo” INFORME FINAL, Santiago, 2005 31. Montero, Cecilia; Morris, Pablo. “Territorio, competitividad sistémica y desarrollo endógeno Metodología para el estudio de los Sistemas Regionales de Innovación” 32. Mortimore, M. y Peres, W "La competitividad internacional de America Latina y el Caribe: las dimensiones empresarial y sectorial". CEPAL. Santiago de Chile. (2001) 33. Sangronis Padrón, Joel. “Desacreditar el mito de la competitividad” ALAI, América Latina en Movimiento, 2007-04-18 http://alainet.org/active/16975 34. Secretaría de Estado de Agricultura. “Informaciones Estadísticas del Sector agropecuario de República Dominicana 1997-2006”. Santo Domingo, 2007, 66p. 35. Secretaría de Estado de Agricultura. “Antecedentes y Funciones de las Instituciones que conforman el Sector Agropecuario y Otras Relacionadas al Sector. Capitulo II diagnóstico agropecuario 2005”. Disponible in [ http://www.agricultura.gov.do/Publicaciones/anuario2004/capitulo2.pdf 36. Secretaría de Estado de Agricultura “Registro Nacional de Productores Agropecuarios de 1998”. Subsecretaría Técnica de Planificación, 37. Secretaría de Estado de Industria y Comercio/Consejo nacional de competitividad (1998). Plan Nacional de Competitividad. Secretaría de Estado de Industria y Comercio. 38. Tkachuk, Carolina. “Innovación y Territorio como factores de entorno para la competitividad de las PYMES. Hacia nuevas estrategias de desarrollo local”. 39. Vial, Joaquín. “CUAN COMPETITIVA ES LA REPUBLICA DOMINICANA?” Diciembre 2002 40. Villarreal, René “Plan Nacional de Competitividad Sistémica de la República Dominicana”. Consejo Nacional de Competitividad (CNC), 2007 41. . _____,______Informe de Competitividad Global del World Economic Forum (WEF) – CADEP (Instituto Miembro) 2006 – 2007 Disponible in [http://www.cadep.org.py/V2/sistema/editor/UserFiles/Image/preswef.pdf ]

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Anexo I

Lista de entrevistados Nombre Área Bolívar Toribio Experto en producción animal y

agricultura en general. Manuel Sena Ing Agrónomo. Productor de tomate

industrial. Juan José Espinal Economista. Experto en temas agrícolas.

Director del CEDAF Eric Rivero Productor de leche. Presidente del

Patronato Nacional de Ganaderos Joaquín Díaz

Economista, experto en temas agrícolas.

Otto González Médico veterinario. Productor de vegetales

Máximo Jerez Ing. Agrónomo. Experto al servicio de Abt. Proyecto Diversificación Económica Rural.

Gisela Taveras Coordinadora del área de exportación. Cluster del Mango Dominicano. PROMANGO.

José Miguel de Peña Productor agropecuario. Presidente del Cluster de Invernaderos

Martín del Rosario Ing. Agrónomo. Productor de frutales. Coordinador del Cluster de Chinola.

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Anexo II

Lista de Participantes en el taller de validación del estudio

NOMBRE INSTITUCION 1

Sócrates Puello OTCA-SEA

2 Pablo Contreras

FEDAGARE

3 Eric Rivero

Patronato Nacional de Ganaderos

4 Martha Fernández

Junta Agroempresarial Dominicana

5 Joaquín Díaz

CONSULTAG-USAID

6 Raymundo Garrido

ONFED

7 Willison Quiñones B.

Honts Point EDC-JAD

8 Yolanda Suárez A.

Secretaría de Agricultura

9 Héctor Turbí

Cooperativa Unión Integral

10 Eloy Cercas

Agropecuaria San Rafael, S.A

11 Wagner R. Gomera Aquino Instituto de Desarrollo de la Economía Asociativa (IDEAC)

12 José Urbina G.

Instituto de Desarrollo de la Economía Asociativa (IDEAC)

13 Gian Mateo Fiabane ONE

14 Otto González CONALECHE

15 Juan José Espinal CEDAF

16 Pável Isa Contreras CIECA

17 Hecmilio Galván CIECA

18 Francisco Checo

CIECA