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La Poltica es un arma cargada de futuro

Susana Hintze

La Coleccin Becas de Investigacin es el resultado de una iniciativa dirigida a la promocin y difusin de los trabajos de los/as investigadores/as de Amrica Latina y el Caribe que CLACSO impulsa a travs del Programa Regional de Becas. Este libro presenta la investigacin que el autor realiz en el marco del Concurso de proyectos para investigadores de nivel superior Cultura, poder y contrahegemona organizado por el Programa Regional de Becas de CLACSO con el apoyo de la Agencia Sueca de Desarrollo Internacional, Asdi.

Hintze, Susana La poltica es un arma cargada de futuro : economa social y solidaria en Brasil y Venezuela . - 1a ed. - Buenos Aires : Consejo Latinoamericano de Ciencias Sociales - CLACSO, 2010. 240 p. ; 23x16 cm. - (Becas de investigacin) ISBN 978-987-1543-59-5 1. Sociologa Poltica. I. Ttulo CDD 306.2

Otros descriptores asignados por la Biblioteca virtual de CLACSO: Economa social y solidaria / Polticas pblicas / Discursos / Instituciones / Organizaciones sociales / Estado / Sociedad civil / Amrica Latina / Brasil / Venezuela

Coleccin Becas de Investigacin

La Poltica es un arma cargada de futuroLa economa social y solidaria en Brasil y Venezuela

Susana Hintze

Editor Responsable Emir Sader, Secretario Ejecutivo Coordinador Acadmico Pablo Gentili, Secretario Ejecutivo Adjunto Coleccin Becas de Investigacin Directora de la Coleccin Bettina Levy, Coordinadora del Programa Regional de Becas Asistentes Natalia Gianatelli - Luciana Lartigue - Magdalena Rauch Revisin tcnica de textos Ernesto Funes rea de Produccin Editorial y Contenidos Web de CLACSO Responsable editorial Lucas Sablich Director de arte Marcelo Giardino Responsable de contenidos web Juan Acerbi Webmaster Sebastin Higa Logstica Silvio Nioi Varg Produccin Fluxus Estudio Arte de tapa Ignacio Solveyra Primera edicin La Poltica es un arma cargada de futuro. La economa social y solidaria en Brasil y Venezuela (Buenos Aires: CLACSO, noviembre de 2010) ISBN 978-987-1543-59-5 Consejo Latinoamericano de Ciencias Sociales. Queda hecho el depsito que establece la Ley 11723. CLACSO Consejo Latinoamericano de Ciencias Sociales - Conselho Latino-americano de Cincias Sociais Av. Callao 875 | Piso 5 | C1023AAB Ciudad de Buenos Aires | Argentina Tel. [54 11] 4811 6588 | Fax [54 11] 4812 8459 | | Patrocinado por la Agencia Sueca de Desarrollo Internacional No se permite la reproduccin total o parcial de este libro, ni su almacenamiento en un sistema informtico, ni su transmisin en cualquier forma o por cualquier medio electrnico, mecnico, fotocopia u otros mtodos, sin el permiso previo del editor. Este libro est disponible en texto completo en la Red de Bibliotecas Virtuales de CLACSO

Director editorial: Juan Carlos Manoukian Consejo editorial: Mariano Garreta, Susana Ferraris, Violeta Manoukian, Hctor Olmos Produccin: Cecilia Camporeale, Toms Manoukian Comunicacin: Ignacio Snchez Durn Administracin y logstica: Eliana Fiorito, Ariel Schafran Ediciones CICCUS | Medrano 288 | C1179AAD Ciudad de Buenos Aires | Argentina Tel. [54 11] 4981 6318 | [email protected] | www.ciccus.org.ar

Para Alberto, Luca y Diego, en recuerdo de nuestra historia por Amrica Latina.

ndice

Introduccin. Acerca del objeto y las preguntas de investigacin El abordaje metodolgico La secuencia de exposicin captulo 1. La economa social y solidaria como estrategia alternativa al capitalismo El debate sobre la economa social y solidaria Las condiciones generales de la produccin y reproduccin de la economa social y solidaria: un sistema pblico de reproduccin del trabajo asociativo autogestionado? La nocin de polticas pblicas para la economa social y solidaria La gestin de las polticas pblicas para la economa social y solidaria captulo 2. Venezuela: transformacin del estado y la economa social El contexto de las intervenciones de la economa social Los discursos sobre la economa social Instituciones e intervenciones pblicas: el Ministerio del Poder Popular para la Economa Comunal

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Las organizaciones socioeconmicas de la economa social Alcances y dificultades del proceso venezolano: La economa social por ahora captulo 3. Brasil: la poltica como compleja construccin entre estado y sociedad El contexto de las intervenciones de economa solidaria Los discursos sobre la economa solidaria Instituciones e intervenciones pblicas Las organizaciones socioeconmicas de la economa solidaria Convergencias y divergencias: la relacin entre estado y sociedad en las polticas de economa solidaria Alcances y dificultades del proceso brasileo: outra economia acontece captulo 4. Para pensar Amrica Latina: las polticas pblicas en las condiciones de desarrollo de la economa social y solidaria Una lectura de conjunto de las polticas pblicas de Brasil y Venezuela El largo camino por delante: los desafos de las polticas pblicas para la economa social y solidaria Para seguir pensando: crisis global y economa social y solidaria Anexos Anexo 1. Venezuela 1.1. estadstico 1.2. cronologa sobre la economa social en Venezuela 1.3. Venezuela: Ministerio del Poder Popular para la Economa Comunal, organismos adscritos y relacionados, 2008 1.4. Venezuela: configuracin del mbito organizativo Misin Vuelvan Caras 1.5. Procedimientos metodolgicos para la elaboracin de la informacin

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Anexo 2: Brasil 2.1. Estadstico 2.2. Cronologa sobre la EconomaSolidaria en Brasil 2.3. Brasil: Secretaria Nacional de Economia Solidria, 2008 2.4. Brasil: Programa Economia Solidria em Desenvolvimento, 2008 2.5. Brasil: Acciones relacionadas con la economa solidaria en el gobierno federal, 2008 2.6. Brasil: Acciones relacionadas con la economa solidaria en el gobierno federal. Presupuesto total y participacin porcentual por programas, 2008 y 2009 a 2.7. Brasil: Acciones relacionadas con la economa solidaria en el gobierno federal. Presupuesto total, participacin porcentual y variacin anual por ministerios, 2008 y 2009 a 2.8. Procedimientos metodolgicos para la elaboracin de la informacin Bibliografa General Caso Venezuela Caso Brasil

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Siglas utilizadas en el texto

Brasil

ADS: Agencia de Desarrollo Solidaria ANTEAG: Asociacin Nacional de los Trabajadores en Empresas de Autogestin BNDES: Banco Nacional de Desarrollo Econmico y Social CNES: Consejo Nacional de Economa Solidaria CONSAD: Consorcios de Seguridad Alimentaria y Desarrollo Local CONTAG: Confederacin de los Trabajadores en la Agricultura CUT: Central nica de los Trabajadores EAF: Entidades de Apoyo, Asesora y Fomento ECOSOL: Cooperativa Central de Crdito y Economa Solidaria EES: Emprendimientos Econmicos Solidarios FASE: Federacin de rganos para la Asistencia Social y Educacional FBES: Foro Brasilero de Economa Solidaria ITCP: Incubadora Tecnolgica de Cooperativas Populares MAPA: Ministrio da Agricultura, Pecuria e Abastecimento MC: Ministerio das Cominicaoes MCID: Ministrio das Cidades MCT: Ministrio da Cincia e Tecnologia MDA: Ministrio do Desenvolvimento Agrrio

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MDS: Ministrio do Desenvolvimento Social e Combate a Fome ME: Ministerio dos Esportes MEC: Ministrio da Educao MI: Ministrio da Integrao Nacional MinC: Ministrio da Cultura MJ: Ministrio da Justia MMA: Ministrio do Meio Ambiente MME: Ministrio de Minas e Energia MPO: Ministrio do Planejamento, Oramento e Gesto MS: Ministrio da Sade MST: Movimiento de los Trabajadores Rurales Sin Tierra MTE: Ministrio do Trabalho e Emprego MTUR: Ministrio do Turismo PETROBRAS: Petrleo Brasileiro S.A. PNQ: Plan Nacional de Calificacin PPA: Plan Pluri-Anual PR: Presidncia da Repblica PRONIC: Programa Nacional de Incubadoras de Cooperativas Populares SENAES: Secretara Nacional de Economa Solidaria SIES: Sistema Nacional de Informacin en Economa Solidaria UNISOL: Unio e Solidariedade das Cooperativas Emprendimentos de Economia Social do Brasil UNICAFES: Unio Nacional das Cooperativas da Agricultura Familiar e Economia Solidria UNITRABALHO: Red Nacional de Universidades e Instituciones de Enseanza Superior

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IntroduccinSusana Hintze*

No es una poesa gota a gota pensada. No es un bello producto. No es un fruto perfecto. [...] Son lo ms necesario: Lo que no tiene nombre. Son gritos en el cielo, y en la tierra, son actos. Gabriel Celaya La poesa es un arma cargada de futuro1

EN UN INTENTO HETEROGNEO, que vara de pas a pas, en densidad y profundidad, en los aspectos abarcados y en los nfasis polticos, Amrica Latina confronta el patrn del ajuste estructural que propugn el neoliberalismo en el ltimo tercio del siglo pasado. En aos recientes comenzaron a gestarse procesos polticos nacionales en cuyo marco se observa el surgimiento de novedosas formas de organizacin y prcticas sociales que ponen en cuestin el* Sociloga. Profesora e investigadora de la Universidad de Buenos Aires y la Universidad Nacional de General Sarmiento (UNGS), Argentina. Directora y consultora en proyectos de asistencia tcnica en organismos internacionales. Docente de grado y posgrado en Argentina, Bolivia, Mxico y Venezuela en epistemologa y metodologa de las ciencias sociales y en temas relacionados con la problemtica alimentaria, polticas sociales, evaluacin de programas y proyectos sociales, polticas para la economa social y solidaria. Responsable de numerosos cursos en instituciones acadmicas y profesionales y autora de diversos artculos y libros sobre temas de su especialidad. Secretaria de Investigacin (1997-1999) y Vicerrectora de la Universidad Nacional de General Sarmiento (1998-2002). Actualmente es investigadora-docente y Directora Acadmica de los Cursos Virtuales de Formacin en Economa Social y Solidaria del Instituto del Conurbano de la UNGS. 1 Celaya, Gabriel 1960 Poesa urgente (Buenos Aires: Losada).

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orden neoliberal, dentro de las cuales se incluye a las de economa social y solidaria2. La valorizacin y apoyo a las organizaciones socieconmicas basadas en el trabajo asociativo autogestionado y la propiedad colectiva tiene alcances diferentes en los distintos pases de la regin. Entre ellos destacan Venezuela y Brasil, por las caractersticas de la conformacin estatal y organizaciones de la sociedad civil que se encuentran en su gnesis y desarrollo. La potencialidad de la economa social y solidaria en Amrica Latina como estrategia alternativa al capitalismo es una cuestin abierta. Por potencialidad se entiende aqu aquello que est en lo posible y an incipientemente en acto, a la vez que refiere al poder y a la fuerza que requiera su construccin. El ttulo de este informe parafrasea el poema de Gabriel Celaya para reconocer los importantes avances de las polticas de economa social y solidaria en los pocos aos que llevan de desarrollo, as como lo que an les falta por recorrer en su contribucin a la utopa de otro mundo posible. El trabajo aqu presentado3 pretende reflexionar acerca de las condiciones que en el contexto de determinados procesos polticos, socioeconmicos y culturales favorecen u obstaculizan el desarrollo de iniciativas constructoras de formas no capitalistas de produccin y reproduccin asociadas a una estrategia de economa social y solidaria. Lo hace a partir del anlisis de dos experiencias: la venezolana y la brasilea. En el transcurso de la investigacin que gener este trabajo, las transformaciones del contexto del objeto de estudio dieron lugar a una perspectiva de anlisis originalmente no contemplada. La crisis global del capitalismo, iniciada en Estados Unidos como crisis financiera, se despliega con fuerza en el segundo semestre de 2008 alcanzando a la llamada economa real de los pases centrales, con efectos an no previsibles en los perifricos. A mediados de 20092 Para un anlisis del campo en perspectiva europea ver entre otros Laville (2004a). 3 Es resultado del proyecto La construccin de la economa social y solidaria como estrategia alternativa en Argentina: reflexiones a partir de la experiencia de Brasil y Venezuela llevado a cabo en el 2008 a travs de una beca CLACSO Senior. La investigacin asume el enfoque terico-metodolgico del proyecto en que se enmarc: Institucionalidad socio-econmica y condiciones de vida: Economa Social y Poltica Social en la Argentina post-crisis 2001-2002, Instituto del Conurbano, Universidad Nacional de General Sarmiento, Argentina, 2006-2008, dirigido por Claudia Danani y Jos Luis Coraggio.

Acerca del objeto y las preguntas de investigacin

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su presencia impregna cualquier intento de pensar alternativas en nuestra regin, y como tal no puede ser ignorada en una investigacin de estas caractersticas. Sin pretender abordarla de hecho la crisis no apareci como cuestin durante el trabajo de campo-, la reflexin sobre los casos estudiados intentar avanzar de manera preliminar y provisoria sobre algunos interrogantes que este contexto de crisis plantea a una estrategia de economa social y solidaria en Amrica Latina. Como punto de partida, conviene aclarar que la denominacin de economa social y economa solidaria ha dado lugar a un extenso debate acadmico en Europa y Amrica Latina (entre otros Defourny, 2003, a y b; Laville 2004 a, b, y c; Coraggio, 1999; Singer, 2004), as como en los movimientos sociales4. De hecho, reconoce antecedentes histricos de largo plazo. La economa social es un movimiento iniciado en el siglo XIX en Europa, entre cuyos antecedentes en tanto pensamiento crtico al capitalismo pueden mencionarse a Saint-Simon, Owen, Fourier y ciertas vertientes del marxismo (Santos, 2002; Defourny, 2003a; Singer, 2004). La discusin sobre la denominacin tiene componentes conceptuales, ideolgicos y valorativos, e incluso de procedencia geogrfica, referidos a un campo en construccin que en Amrica Latina comienza a tomar entidad a fines de la dcada pasada. Como se ver ms adelante, sus contenidos estn an definindose y comienzan a expresarse en novedosas formas institucionales5. Se adopta aqu la conjuncin de ambas expresiones como denominacin comprensiva de lo que usualmente y de manera restrictiva se ha denominado economa social tradicionalla larga tradicin de experiencias cooperativas y mutualistas aunadas a las nuevas formas asociativas y de trabajo autogestionado surgidas en aos recientes4 Por ejemplo, de Melo Lisboa (2008) considera que se trata de un campo cruzado por una gran diversidad, donde el nico consenso es tal vez la oposicin al fundamentalismo de mercado del neoliberalismo. En su perspectiva, el concepto de economa solidaria remite en la actualidad a una realidad caracterizada por experiencias econmicas en las cuales el inters colectivo predomina sobre el individual, estando asociado a los conceptos de sociedad civil, desarrollo local y empoderamiento. 5 El debate contina. En un intercambio de una lista sobre economas alternativas, levantado por la revista Otra Economa, un grupo de destacados intelectuales latinoamericanos expuso su interpretacin acerca de la mejor manera de denominar a las experiencias y movimientos inspirados por valores solidarios y articulados alrededor del trabajo asociativo. El espectro incluy socieconoma solidaria (que refiere al concepto de economa imbricada de K.Polanyi y entronca con el movimiento de socioconoma) y entre los que consideran pertinente seguir utilizando economa, el de economa solidaria, economa de solidaridad, economa social, economa del trabajo (Guerra, 2007).

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que se asumen como de economa solidaria6. Entre las ms destacadas se encuentran los emprendimientos comunitarios, los emprendimientos asociativos mercantiles y no mercantiles con apoyo pblico y/o de organizaciones de la sociedad civil, las redes de trueque y las empresas en quiebra recuperadas por los trabajadores. En general, estn organizadas en base a formas de propiedad colectiva, valores de solidaridad y cooperacin. Asimismo, se orientan primordialmente a la reproduccin de la vida, y en ellas la reproduccin del capital es un medio para conseguirlo, y no un fin en s mismo (Hintze, 2003 y 2007).7 Hablar de economa social y solidaria en una denominacin comn, como se hace aqu, no desconoce la complejidad de sus relaciones y la necesidad de la articulacin entre s, en un sistema de economa mixta bajo formas diferentes de regulacin de la sociedad, esto es, de la economa y la poltica. Con distintas perspectivas, en la mayora de pases de Amrica Latina se estn llevando a cabo polticas de promocin de este tipo de experiencias. De manera simplificada y reconociendo los riesgos de las clasificaciones polares estas intervenciones en algunos casos no van ms all de acciones de promocin del autoempleo como medio para la autosustentacin, bsicamente a travs de microemprendimientos. Constituyen una forma ms de apoyo a sectores vulnerables excluidos del mercado de trabajo (formal o informal), en el marco de las polticas sociales asistenciales, generalmente con escasos recursos presupuestarios y de gestin. Son criticadas en tanto expresin de lo que suele llamarse polticas pobres para pobres. En el otro extremo se encuentran enfoques que adems de entender a la economa social y solidaria como un conjunto de polticas socioeconmicas (y en ese sentido se las incluye dentro de las polticas pblicas en general, y no especficamente dentro de las sociales) plantean la posibilidad de conformarla en una estrategia que dispute espacios con el capitalismo, o que se convierta, a largo plazo, en un alternativa superadora de ste (en esa lnea avanza la llamada economa del trabajo de Coraggio, o la relacin que postula Singer entre economa solidaria, trabajo autogestionado y socialismo (Singer, s/f)8).6 En este trabajo, siguiendo a Coraggio, se las denomina genricamente como organizaciones socioeconmicas. 7 Sin desconocer la necesidad de clarificacin conceptual y de sentido que implica la discusin sobre la denominacin de este tipo de experiencias, tal conjuncin es utilizada como forma amplia de abarcar este campo por las redes internacionales de promocin (RIPESS-Red Intercontinental de Promocin de la Economa Social y Solidaria) y de investigacin (RILESS-Red de Investigadores Latinoamericanos de Economa Social y Solidaria). 8 Gaiger lo interpreta del siguiente modo: Tomndola sea como un campo de trabajo institucional, como un objetivo de polticas pblicas de contencin de la pobre-

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El trnsito hacia polticas de economa social y solidaria es un proceso complejo y poco teorizado hasta el momento, alimentado por el anlisis de casos empricos, mayoritariamente de tipo puntual (programas, iniciativas) en el caso de los pases de Amrica Latina, y de carcter ms global en Europa y Qubec, Canad (Laville, 2004a; Vuotto, 2007). En la especificacin del campo es importante comenzar por distinguir el enfoque que aqu se presenta de la concepcin de Tercer Sector, particularmente en cuanto sta postula que en el mercado descansa la solucin a los problemas sociales y que es ante sus fallas que se hace necesaria la intervencin del Estado y/o de un Tercer Sector, es decir, el de las organizaciones de la sociedad civil. Sobre todo en la literatura norteamericana cuya versin acadmica ms conocida proviene de la Universidad Johns Hopkins adquiere un peso importante la filantropa y el trabajo voluntario. En el Tercer Sector predomina tambin un enfoque operacional que acenta el tema de la gestin profesionalizada de las organizaciones civiles, que busca patrones de eficiencia gerencial semejantes al del campo empresarial (de Melo Lisboa, 2004). En contraposicin a ella hay un amplio debate de autores francfonos con Jean-Louis Laville y la red EMES (European Reserch Network) como unos de los principales referentes. No existe tampoco un campo consolidado de investigacin crtica sobre la sostenibilidad de las nuevas iniciativas que abarca la economa social y solidaria9. De manera preliminar, siguiendo a Coraggio, cabe aclarar que se la entiende aqu como la posibilidad de estructurar configuraciones favorables a la gestacin, multiplicacin sinrgica y perduracin en el tiempo de modalidades autnomas, independientes de la lgica del capital, de organizacin del trabajo, as como de los recursos necesarios para el cumplimiento de los objetivos de formas socioeconmicas orientadas a la reproduccin ampliada de la vida de sus miembros (Coraggio, 2007a). En relacin con lo sealado, el objetivo general perseguido por la investigacin en que se basa este texto es aportar al conocimientoza o como un nuevo frente de lucha de carcter estratgico, las visiones, conceptos y prcticas se entrecruzan intensamente, interpelndose y promoviendo la economa solidaria como una alternativa para los excluidos, los trabajadores, un nuevo desarrollo, comprometido con los intereses populares, etc., una alternativa a la profundizacin de las inequidades, a las polticas de rasgo neoliberal, en fin, al propio capitalismo (Gaiger, 2007:80, nfasis original). 9 La excepcin se encuentra en el sector de las cooperativas (Malo, 2001 a y b), en general cuando se refiere a cuestiones como viabilidad financiera, marcos normativos y posibilidades de afianzar los valores cooperativos en presencia del mercado capitalista.

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de las condiciones requeridas para la sostenibilidad de la economa social y solidaria a partir del estudio de dos casos de distinto signo y singular significacin en Amrica Latina: Brasil y Venezuela. Tales condiciones son consideradas exteriores y objetivas, en el sentido de que existen independientemente de la continua conciencia/ no-conciencia que los sujetos tienen de ellas10. Siguiendo a Ragin, se entiende que la combinacin de condiciones es la que produce los cambios sociales, tanto los de larga como los de pequea escala. En pos de explicar las transformaciones sociales, la tarea de la investigacin requiere reconstruir la naturaleza de la especial coyuntura de combinaciones que emerge de la interseccin en el tiempo y el espacio de un conjunto de precondiciones apropiadas (Ragin, 1987: 24-25). La perspectiva aqu asumida retoma de Karl Polanyi la inescindible relacin entre economa y sociedad, as como su anlisis de las formas de integracin o principios de comportamiento: reciprocidad, redistribucin, intercambio de mercado y economa domstica. Principios con peso diferencial segn los momentos histricos y las relaciones que establecen entre s. Interesa en especial su concepto de imbricacin (embeddedness), que muy simplificadamente puede resumirse sealando que Polanyi plantea que un cierto sistema econmico slo es posible en cierta sociedad en la que debe insertarse (echar races, entretejerse, generando as un funcionamiento regular). Y esa insercin slo es viabilizada por la mediacin de instituciones y polticas que impulsan y favorecen ciertas prcticas de sujetos y agentes muy variados en el mediano y largo plazo, regenerando sus condiciones de perdurabilidad, vale decir, su rutinizacin (Polanyi, 1989). Es en este marco que se considera central la cuestin de las polticas pblicas, las cuales conforman las condiciones en las que se desarrolla la actividad econmica en general y, en particular, las iniciativas de economa social y solidaria promovidas desde tales polticas y el accionar de organizaciones de la sociedad civil. Cabe aclarar que la sociedad civil es entendida en el sentido de Portantiero (2000), quien la define como una esfera organizada de la vida social, en la cual los actores colectivos expresan tanto intereses y valores, como as tambin efectan demandas al Estado (que las considera como fines pblicos). A partir de los temas esbozados, varios son los interrogantes que se abren y orientan el trabajo: cules son las caractersticas centrales de las polticas de promocin de la economa social y solidaria en los casos estudiados, y cmo contribuyen a su sostenibilidad?10 El cambio cultural que demanda una estrategia social de este tipo est tambin en debate, pero se reconoce que las organizaciones, tanto pblicas como privadas, constituyen mbitos de produccin cultural (Rami, 1999).

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Cmo se genera conexin y solidaridad social entre organizaciones pblicas y actores de organizaciones socioeconmicas? Qu cambios culturales y qu capacitacin y profesionalizacin son necesarios para que los funcionarios pblicos acepten y contribuyan a realizar modificaciones en sus organizaciones y en sus relaciones con la sociedad (tanto en trminos de nuevos enfoques de polticas como de articulacin horizontal y cooperativa entre actores pblicos y de la sociedad civil)? Dentro de estas cuestiones generales, la investigacin se interroga tambin sobre: cules y cmo son las organizaciones de la sociedad civil con capacidad de interpelar al Estado y proponer otras polticas? Cules y cmo son las experiencias relevantes de polticas para la economa social y solidaria y, por consiguiente, de las organizaciones socieconmicas por ellas promovidas? En lo terico-metodolgico, se define al objeto de investigacin en trminos de procesos, los cuales son registrados y analizados mientras ocurren. Estudiar procesos en curso supone, en lo emprico, problemas de captacin y registro11, pero tambin de conceptualizacin, debido a que se pretende elucidar y enunciar condiciones sociales de potencial transformacin de los mismos procesos estudiados. Dicho de otro modo, se est pretendiendo simultneamente conocer lo realmente existente y establecer las condiciones posibles. A su vez, definir el objeto de estudio en trminos de procesos impone una perspectiva comprensiva, entendiendo por tal aquella que considera que sus insumos no son datos objetivos, accesibles a la simple observacin, medicin o registro, sino que, siguiendo a Habermas, requieren la participacin en un proceso de entendimiento y desentraamiento de significados, cualquiera sea su forma de expresin: acciones, instituciones, productos del trabajo, documentos (Habermas, 1988). Respecto del estudio de casos en que se basa esta investigacin, es necesario precisar algunos aspectos relevantes12.11 Dado los ritmos de produccin y difusin de la informacin, el momento actual en las estadsticas y documentos esto es, el lapso abarcado por dicha informacin no suele corresponder estrictamente con el tiempo histrico de la investigacin. En los anexos metodolgicos de los respectivos captulos se detallan cuestiones tcnicas especficas relativas a la construccin de la informacin. La finalidad de este apartado es nicamente hacer explcito el enfoque metodolgico que orient el proceso de investigacin. 12 Ms que discutir la nocin de caso, lo que significa adentrarse en las implicancias de la pregunta ya clsica: qu es un caso? (Ragin y Becker, 1992), interesa aqu plantear el uso que se da a la metodologa de estudios de caso en el marco de esta investigacin.

El abordaje metodolgico

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De acuerdo con Krll, se entiende por caso a una entidad dotada de lmites espacio-temporales, de una estructura y de una lgica especfica de funcionamiento (Krll, 2001: 283). Trabajar con casos tiene aqu una finalidad instrumental. El caso no tiene en la investigacin un inters intrnseco: no es un objeto que tiene valor por s mismo, sino como medio para alcanzar una comprensin ms desarrollada de los procesos bajo estudio. Constituye un apoyo para la elaboracin terica, as como para captar particularidades y a la vez aproximarse a regularidades empricas. Varias de las cuestiones desarrolladas por este autor han influido en la decisin metodolgica de utilizar los casos de esta forma: el uso instrumental de los casos permite aproximarse a la generalizacin cuando se consideran y seleccionan como medios de aprendizaje. En esa lnea, la seleccin de los casos se rige por su representatividad terica. Se los elige segn una intencionalidad definida tericamente, y es con relacin a la teora que los resultados obtenidos del anlisis de uno o ms casos estudiados pueden trasponerse a otros (Krll, 2001:284-285). En definitiva, se intenta una generalizacin analtica, en la cual la teora, la red conceptual que se desarrolla en el curso de la investigacin, se compara con los resultados empricos del caso (Krll, 2001:270). En esta investigacin, la seleccin de los pases-casos se corresponde con dos consideraciones que estn en la base de la teorizacin adoptada sobre la economa social y solidaria: la primera referida al papel fundamental que le cabe al Estado en el impulso de esta estrategia. Debido a la combinatoria de varias condiciones, Venezuela es el ejemplo emblemtico de tal consideracin: la economa social tiene rango constitucional y un gran desarrollo normativo, una institucionalidad que se expresa organizativamente al ms alto nivel (ministerio), importantes recursos presupuestarios, aparece inscripta en el proyecto poltico del denominado socialismo del siglo XXI y tiene una dimensin pblica que deviene, adems de lo anterior (y a su vez ha incidido en todo ello), del peso simblico del discurso del presidente Chvez. La segunda consideracin se relaciona con el carcter de las relaciones entre actores del estado y la sociedad civil en la construccin de la economa social y solidaria, y de las polticas que la sostienen. Como seala Mendell (2007: 56-57), no se trata de procesos top down ni tampoco bottom up, sino ms bien de un proceso horizontal y dinmico que implica un dilogo y aprendizaje permanente entre distintos actores sociales y a distintos niveles (local, regional, nacional). Brasil es el caso que ms se acerca en Amrica Latina a esta concepcin, en razn de la trayectoria de lucha de movimientos sociales que desarrollan

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en la prctica, conceptual y polticamente, la economa solidaria, y confluyen en una organizacin propia (el Foro Brasileo de Economa Solidaria), logrando incidir en el primer gobierno Lula para establecer un espacio institucional especfico de la economa solidaria e incrementar su presencia en varios otros. Todo ello en el marco de una visin de cooperacin/alianza entre Estado y organizaciones sociales. Desde el punto de vista metodolgico, en el presente estudio los casos no son comparados entre s, ni interesa buscar similitudes o diferencias entre ellos13. La comparacin tiene la finalidad de aportar a la generalizacin, a travs de una comprensin ms acabada de la combinatoria de condiciones que apoyan u obstaculizan los procesos, teniendo como objetivo la posibilidad de extenderlas a otras realidades. Los casos aportan en esa bsqueda de la siguiente manera: Un conjunto de casos mostrar variaciones, producto de la operacin de variables y condiciones que no estn presentes, o lo estn en distinto grado y condicin en otros casos. La diversificacin de casos permitir el conocimiento de una gran gama de factores y condiciones que operan produciendo distintos resultados (Krll, 2001:274). Teniendo en cuenta lo anterior, en cada uno de los casos se consideran los siguientes objetos empricos que operan en procesos en curso: Los discursos sobre la economa social y solidaria. Bsicamente el poltico-normativo expresado en los documentos oficiales, y el poltico que se reconstruye por medio de las expresiones pblicas de actores significativos. Al analizar la relacin de la percepcin del mundo social con la lucha poltica, Bourdieu (1984) enfatiza la contribucin que la representacin de los agentes sobre lo social produce en la construccin de la visin del mundo, necesaria para imponer su propia visin de ese mundo, de su posicin y de su identidad en l14. En tanto objetos histricos, los objetos del mundo social estn sometidos a variaciones

13 En ninguna de las maneras posibles: Hay dos formas de pensar las diferencias: una que consiste en partir de una teorizacin general frente a la cual la diversidad de los casos concretos es pensada como sistema de alternativa, y otra que consiste en transformar a un caso concreto en paradigma y pensar a los otros como desvos respecto a dicho paradigma (Laclau, 1985:31). 14 Lo denomina construccin de ese mundo por medio del trabajo de representacin. Aclara que recordar que la percepcin del mundo entraa un acto de construccin no implica en modo alguno una teora intelectualista del conocimiento: lo esencial de la experiencia del mundo social y del trabajo de construccin que esta experiencia implica se opera en la prctica (Bourdieu, 1984: 287 y 288, cursiva original).

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temporales y se pueden percibir y decir de diferentes maneras dado que comportan siempre una parte de indeterminacin. Esta incertidumbre, a su criterio, es la que fundamenta la pluralidad de visiones del mundo, y est vinculada con la pluralidad de los puntos de vista, con todas las luchas simblicas por la produccin e imposicin de la visin del mundo legtima. Esto est en juego en la lucha poltica, lucha terico-prctica por el poder de conservar o transformar el mundo social conservando o transformando las categoras de percepcin de este mundo (Bourdieu, 1984: 288):La capacidad de dar existencia explcita, de publicar, de hacer pblico, es decir objetivado, visible, decible o, incluso, oficial a aquello que, al no haber accedido a la existencia objetiva y colectiva continuaba en estado de experiencia individual o serial [..] representa un formidable poder social, el poder de hacer los grupos haciendo el sentido comn, el consenso explcito de todo el grupo. De hecho el trabajo de categorizacin, es decir, de explicitacin y de clasificacin, se realiza sin cesar en todo momento de la vida diaria, en ocasin de las luchas que oponen a los agentes en cuanto al sentido del mundo social y de su posicin en ese mundo, de su identidad social (Bourdieu, 1984: 290, cursiva original).

La descripcin de la forma en que se estructura el sentido acerca de qu es (o no es) la economa social y solidaria, cules son su componentes y qu caractersticas deberan tener las polticas que las promueven, constituye una parte importante del trabajo, y esto ha sido registrado a nivel del discurso oficial expresado en la normativa y documentos de polticas. Para el caso de Venezuela se cuenta con un importante instrumento de produccin simblica en las expresiones del presidente Chvez, a las que hacen contrapunto las de la prensa de oposicin.15 Para Brasil se incorpora la rica produccin discursiva del movimiento de economa solidaria. La manera en que los discursos normativos y de protagonistas polticos son resignificadas por los entrevistados en el trabajo de campo refuerza la concepcin de que ningn discurso puede ser analizado de manera independiente de sus condiciones sociales de produccin y de recepcin (de Ipola, 2002: 71). Instituciones e intervenciones pblicas estatales y de la sociedad civil. De acuerdo con lo sealado, el punto de observacin que se busca res15 En la lucha por la imposicin legtima de la visin del mundo social [..] los agentes poseen un poder proporcional a su capital simblico, es decir al reconocimiento que reciben del grupo (Bourdieu, 1984: 293). Como se ver ms adelante, esto es aplicable a la fuerza simblica del discurso de Chvez.

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catar no es ya el estado, sino un enfoque que se sita en un espacio de interaccin entre la institucin estatal y las de la sociedad civil, y que toma en cuenta las caractersticas de cada una de ellas y la forma en que stas inciden en esa interaccin. Las polticas pblicas son aqu identificadas, en un nivel analtico, como el elemento dinmico de los acuerdos plasmados en instituciones, y se incluye en el trmino polticas pblicas (Oszlak y ODonnell, 1995: 112) acciones y omisiones estatales y de la sociedad civil. Respecto de las preguntas de investigacin, la nocin de relevancia de las polticas y experiencias organizativas se define operativamente como aquellas que renan dos o ms de estos atributos: han logrado promover un nmero significativo de organizaciones socioeconmicas; stas han permitido satisfacer la reproduccin de sus integrantes durante un perodo relativamente extenso; han avanzado en la constitucin de redes o circuitos de produccin, distribucin y consumo; se han ligado a experiencias de desarrollo local. Reconociendo la ambigedad de los trminos aqu utilizados (significativo; extenso) se aclara que por el grado de desarrollo de las investigaciones en Amrica Latina su definicin no puede ser considerada un problema terico. Se la trata como un problema emprico cuyo alcance se establece y justifica en el marco de cada caso. Organizaciones socioeconmicas de la economa social y solidaria promovidas por tales instituciones e intervenciones. Se hizo referencia a ellas ms arriba en relacin con el enfoque de la economa social y solidaria asumida en este trabajo. En cada uno de los casos estudiados se recortan aqullas que renen algunos de los atributos recin consignados. Nuevamente, en tanto la economa social y solidaria es un proceso en incipiente construccin, la definicin de tal significatividad no es considerada aqu un problema terico. En el movimiento analtico-descriptivo necesario para avanzar hacia lo conceptual-interpretativo, la investigacin utiliza recursos clsicos del tipo de sistematizacin y anlisis de estudios e investigaciones y de material bibliogrfico. En el trabajo especfico sobre Venezuela y Brasil se agregan a ello estadsticas, el relevamiento documental sobre los problemas comprendidos en la investigacin (normativa; documentos de formulacin de polticas, evaluaciones, informes) e informacin periodstica institucional y de los medios de comunicacin masiva. En los estudios de casos, las entrevistas con funcionarios pblicos, participantes de instituciones de la sociedad civil, acadmicos e integrantes de organizaciones socioeconmicas y las observaciones de

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experiencias, han operado en un permanente ida y vuelta respecto al trabajo con la informacin secundaria (orientando su bsqueda, definiendo campos problemticos de indagacin), a la vez que precisando, reorientando y ampliando los objetivos y preguntas de investigacin. Respetando la confidencialidad, se transcriben testimonios provenientes de las entrevistas, cuando lo dicho por los actores sintetiza de manera expresiva las cuestiones a las que se alude. El uso textual de los testimonios (limitado en relacin con la cantidad de horas de grabacin realizadas), tiene la finalidad de ilustrar o aclarar algn punto con la fuerza de las propias palabras de quienes forman parte del tema. La magnitud de lo textual no se relaciona con la importancia que en la investigacin tiene el material de las entrevistas, que ha vertebrado el anlisis y la interpretacin. Necesariamente resignificado por la propia perspectiva terica y metodolgica, lo que dicen y cmo lo dicen quienes estn en presencia de los acontecimientos y pueden atestiguar sobre ellos los testigos, a los que remite la palabra testimonio asume aqu una relevancia que deviene de su condicin de actores, desde muy distintos lugares, de las ideas y las acciones que se ha intentado reconstruir. En lo que hace al nivel de anlisis de las polticas se considera exclusivamente el nivel central. Para ello se ha construido el mapa de los organismos pblicos que operan en relacin con polticas de promocin de la economa social y solidaria en el gobierno nacional. Para hacerlo se toma en cuenta su ubicacin institucional, las misiones, funciones, objetivos y acciones (programas, proyectos, intervenciones); sus destinatarios y las otras organizaciones pblicas y las de la sociedad civil con las que se articulan. La descripcin institucional es sincrnica: este estudio presenta las instituciones y las polticas tal como son en el momento de ser relevadas (en ese sentido constituye una radiografa institucional al final del ao 2008). Sin embargo se considera fundamental incorporar una mirada histrica que reconstruya el proceso por el cual las mismas llegaron al estado actual. Para ello se ha elaborado una cronologa, y se incluyen en el anlisis los principales acontecimientos relacionados con la economa social y solidaria en perodo estudiado, que se inicia con la creacin de los organismos pblicos especficos en el gobierno nacional (2004-2008 en Venezuela y 2003-2008 en Brasil). Finalmente, en cada uno de los casos se incorporar un breve anlisis contextual que a partir de algunos indicadores estadsticos bsicos tiene por objetivo presentar el marco en el que se desenvuelven las intervenciones. Vale recordar con Oszlak y ODonnell que el contexto no es un objeto-que-est-ah, sino por el contrario es una creacin analtica que busca con la mayor economa posible `situar

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el tema especfico estudiado, respecto del conjunto de factores indispensables para comprenderlo, describirlo y eventualmente explicarlo (Oszlak y O`Donnell, 1995: 127). En este punto se recurre a una serie histrica ms extensa, con la intencin de dar cuenta de los procesos de transformacin ocurridos a partir de los gobiernos de Chvez y Lula en comparacin con la situacin previa. La serie se inicia en 1990, para reflejar el perodo de polticas de ajuste neoliberal, y llega hasta la informacin disponible ms cercana a 2008. La secuencia expositiva muestra los resultados del proceso de investigacin en un orden que se subordina a la necesidad de facilitar la comprensin del texto, apelando a una divisin en captulos que se inicia con una presentacin predominantemente terica seguida de una predominantemente emprica (los casos). El primer captulo tiene por objetivo desplegar los instrumentos conceptuales construidos para el anlisis e interpretacin de los casos. De acuerdo con la perspectiva de estudio de casos que se seal ms arriba, la teora se va redefiniendo con y desde el trabajo emprico. A partir de un enfoque terico general que opera como punto de partida16, en el proceso de investigacin se han ido definiendo los instrumentos analticos necesarios para trabajar tericamente el material de campo. Por lo tanto, el momento analtico interpretativo no parte de un modelo terico del cual deriva las categoras de anlisis y contra el cual se contrastan los hallazgos empricos, sino que los conceptos centrales que se presentan en este captulo se han ido reconformando, precisando, a la luz de tales hallazgos empricos. Como sola recordar Marx, el mtodo de exposicin es una versin rectificada del mtodo de investigacin, que muestra los resultados en una secuencia organizada, sistemtica, a la vez que no registra el trabajo de prueba y error, de experimentacin implcito en la indagacin: las idas y vueltas, los caminos iniciados, abandonados y en algunos casos retomados en el proceso de investigacin, caminos que para ser seguidos a la vez han reclamado, pero tambin dejado de lado, soportes conceptuales que a priori se suponan necesarios. En funcin de lo anterior el captulo se inicia con una breve presentacin de lo que se entiende en Amrica Latina por economa social y solidaria como alternativa contrahegemnica. En un trabajo que desea aportar en lo propositivo, el enfoque guiado por el inters terico/ideolgico/poltico, incorpora las contribuciones de distintos

La secuencia de exposicin

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En particular desarrollado en Hintze (2007) y Hintze y Deux (2008).

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autores para construir los instrumentos conceptuales necesarios que permiten leer los casos y avanzar en algn nivel de generalizacin. Dos son los instrumentos centrales que interpelan y son interpelados por los objetos empricos: el concepto de sostenibilidad y, articulado con ste, el de polticas pblicas para la economa social y solidaria. Los dos captulos siguientes como indica su extensin constituyen el ncleo del trabajo y estn organizados siguiendo el movimiento de los tres objetos empricos que se describieron en el apartado anterior: discursos, instituciones, polticas y organizaciones de la economa social y solidaria. A partir de ello se intenta pensar en las condiciones que favorecen u obstaculizan el desarrollo de iniciativas constructoras de una estrategia de economa social y solidaria en Venezuela y Brasil. El orden de presentacin responde simplemente al orden en que fueron indagados: por razones operativas el trabajo de campo y la redaccin del caso venezolano se hizo primero, lo que hace que no sea necesario volver a describir algunas cuestiones (sobre todo metodolgicas) en el brasileo. En las conclusiones, partiendo de los casos como medio de aprendizaje, se intenta reflexionar sobre la potencialidad de una estrategia de economa social y solidaria en Amrica Latina, en el contexto de la actual crisis global del capitalismo. Para terminar, se desea agradecer a aquellos cuya colaboracin hizo posible la investigacin que sostiene este trabajo. En primer lugar a los entrevistados en el trabajo de campo en Brasil (Brasilia, San Pablo, Osasco, Porto Alegre y Santa Mara) y en Venezuela (Caracas, Los Teques, Mrida y el Zulia), quienes aportaron sus ideas, su interpretacin de los procesos, su tiempo y colaboraron en ampliar la bola de nieve acercando nuevos contactos, e incluso en la logstica, facilitando transporte, acompaamiento y cuidado17. Los compaeros del proyecto de investigacin Institucionalidad socio-econmica y condiciones de vida: Economa Social y Poltica Social en la Argentina post-crisis 2001-2002 (Instituto del Conurbano/ UNGS) discutieron los avances del campo de Venezuela y Brasil, y con sus preguntas e intervenciones ayudaron a centrar algunas cuestiones claves. Claudia Danani, directora del proyecto y Jos Luis Coraggio, co-director, leyeron los captulos iniciales e hicieron comentarios muy agudos sobre sus contenidos, que estimularon la revisin de algunos aspectos de la perspectiva desarrollada originalmente. Gonzalo Vzquez discuti algunas partes de la versin actual del primer captulo, e hizo observaciones muy pertinentes. Mara Ignacia Costa lidi con el borrador, detectando eficientemente problemas de edicin. Leticia17 Se incluyen sus nombres en los anexos metodolgicos al final del texto.

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Barbosa, alumna brasilea de la Maestra en Economa Social del Instituto del Conurbano, realiz las transcripciones en espaol de las entrevistas en portugus, y agreg referencias que ayudaron a la mejor comprensin de las desgrabaciones. Finalmente Mara Victoria Deux, quien actu como asistente de investigacin, fue una inestimable colaboradora. Con enorme eficiencia y responsabilidad adems de compromiso con la temtica particip a lo largo de todo el estudio y aport capacidad e inteligencia para resolver los problemas, lo que no es menor en un trabajo con tanta informacin cualitativa y cuantitativa. Mostr asimismo una apreciable habilidad y tolerancia para andar y desandar caminos en la bsqueda de las soluciones metodolgicas y tcnicas ms adecuadas. A todas y todos, muchas gracias.

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captulo 1La economa social y solidaria como estrategia alternativa al capitalismo

El debate sobre la economa social y solidaria

En la introduccin se hizo mencin a la condicin de construccin conceptual y en la prctica de la economa social y solidaria, y a la forma en que operativamente se la define en el marco de este trabajo. Desde una perspectiva latinoamericana interesa detenerse en este primer apartado en aquellos elementos que hacen a su conformacin como estrategia alternativa al capitalismo. La discusin sobre el sentido de la economa social y solidaria abarca un amplio espectro, que va desde considerar que las organizaciones socieconmicas que generan trabajo (incluyendo las asociativas autogestionadas) no tienen posibilidad de evitar la subsuncin al capital al cual terminan siendo funcionales por disminuir la presin social sobre el mercado de trabajo y/o el estado18-, hasta otras perspectivas (dentro de las cuales se inscribe este trabajo) que ponen el acento en su potencialidad emancipatoria y contrahegemnica.18 Es realista la posibilidad de vnculos no utilitarios en un contexto donde el capitalismo es el modo de produccin ampliamente dominante; es posible general lucro y solidaridad al mismo tiempo; la competitividad impuesta por el capitalismo no mercantilizar la solidaridad en la economa solidaria? Estas son algunas de las preguntas que formula Armando de Melo Lisboa en el editorial de la revista Katlysis 2008 Vol. 11, N 1, Florianpolis, destinado a discutir estas cuestiones.

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Vale recordar a Santos (2002) cuando seala que la historia del capitalismo desde su aparicin en el siglo XVI es tambin la historia de la resistencia y la crtica al capitalismo. Considera urgente la necesidad de desarrollar alternativas econmicas concretas, que constituyan propuestas para una globalizacin contrahegemnica, porque al contrario de lo ocurrido durante los siglos XIX y XX, la economa socialista planificada ha dejado de constituir un modelo viable de alternativa sistmica al capitalismo. Para precisar en qu consiste la economa social y solidaria desde la perspectiva aqu adoptada, se considera relevante la distincin de Coraggio entre economa popular, social y del trabajo, cuyo valor heurstico deviene tanto por lo que aporta a la definicin de los contenidos del objeto, como por que ste es visto de manera transicional. Este autor entiende como Economa Popular a aquella que refiere al conjunto de actividades que realizan los trabajadores a partir de sus capacidades de trabajo y otros recursos. Aunque su sentido no es la ganancia, sino la reproduccin ampliada de la vida de sus miembros, es parte de la economa capitalista y cumple entre otras funciones la de reproducir la fuerza de trabajo que requiere el capital (en Hintze, Susana, 2007: 10619). En su interpretacin la Economa Popular no es asimilable al sector informal, que agrupa a los remanentes del trabajo asalariado (formal), y lo asocia sobre todo a microemprendimientos mercantiles precarios y no registrados en la economa oficial. La concibe tomando como base las unidades domsticas y sus extensiones asociativas. Si bien las unidades domsticas varan entre culturas, mbitos urbanos y rurales, y en diferentes contextos histricos, su principal fuerza productiva es el conjunto de capacidades de trabajo de sus integrantes, al que denomina fondo de trabajo20. Considera que la economa popular realmente existente no puede ser idealizada por contraposicin al capitalismo. Le atribuye un carcter interna y externamente contradictorio, inestructurado econmicamente, e ideolgica y materialmente subordinado al capitalismo, y propone someterla a una crtica conceptual y prctica, buscando no su `mayor eficiencia, sino su superacin; a la vez que recupera la importancia de las unida-

19 Esta definicin y las de economa social y del trabajo corresponden a una comunicacin realizada por Jos Luis Coraggio en el momento de la redaccin de Hintze, Susana, 2007. 20 El fondo de trabajo puede ser usado como trabajo mercantil (por cuenta propia, productor de bienes y servicios para el mercado); de reproduccin propiamente dicha: autoconsumo, produccin solidaria para el consumo comunitario; de formacin y capacitacin (Coraggio, 2003: 344-346).

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des domsticas y su fondo de trabajo en otras formas de organizacin socioeconmica (Coraggio, 2003: 346)21. Coexistiendo con la economa popular, pero diferenciable de ella, la Economa Social es un trmino muy marcado por las formas de cooperativa, mutual y asociacin tradicionales, estatuidas y codificadas por el sistema como formas de asociacin autnomas del capital. Si bien surgi como un proyecto de emancipacin de los trabajadores en el siglo XIX, su evolucin adaptativa dentro del sistema de mercado capitalista ha generado en una parte importante, comportamientos muy distantes del ideario cooperativista. Paralelamente, las empresas del capital han aprovechado los resquicios de la legislacin de este sector para evadir impuestos y responsabilidades sociales por sus trabajadores. En un sentido ms profundo, debera significar el reencastramiento de la economa en una sociedad en proceso de transformacin progresiva o el reconocimiento de que la economa produce sociedad y de que queremos una economa que produzca otra sociedad ms justa (en Hintze, 2007: 106-107). Por lo tanto, a su criterio, la economa social no es una realidad que est ya reproducindose sobre sus propias bases o en articulacin estructural relativamente autnoma con el resto del sistema econmico. La interpreta como una propuesta transicional de prcticas econmicas de accin transformadora, concientes de la sociedad, que quieren generar desde el interior de la economa mixta existente actualmente y en direccin a otra economa, otro sistema econmico, organizado por el principio de la reproduccin ampliada de la vida de todos los ciudadanos-trabajadores (Coraggio, 2007b: 27). Cabe sealar que lo que se viene denominando aqu como economa social y solidaria se corresponde con esta concepcin de Economa Social de Coraggio22. Se entiende adems que la crtica que realiza al proceso sufrido por las asociaciones tradicionales puede hacerse extensiva a las nuevas organizaciones que en la introduccin se han incluido en este campo23.21 Por su parte, Gaiger considera que la economa solidaria no cancela las formas populares de la economa, sino que las compatibiliza y potencia a medida que reorganiza los factores productivos, materiales y humanos (Gaiger 2008: 14). 22 A criterio de Coraggio, quien lo distingue del uso europeo de Economa Social y Solidaria (extensible a su vez al canadiense), el trmino Economa de Solidaridad usualmente se usa como sinnimo de Economa Social, pero conviene reservarlo para las corrientes ideolgicas (sobre todo de vertiente cristiana de base en Amrica Latina) que buscan construir formas de accin econmica orientadas por valores afines al concepto de solidaridad hacia el otro y predominantemente dirigidas a los pobres (en Hintze, 2007: 107). 23 La diferencia entre la concepcin aqu propuesta y la de Coraggio radica, en todo caso, en cmo se interpreta la transicin, que en este trabajo opera como horizonte.

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Finalmente para este autor, en contraposicin con la Economa del Capital, la Economa del Trabajo es un sistema de organizacin de la produccin y divisin social del trabajo, de circulacin y distribucin, as como de legitimacin de las formas de satisfaccin de las necesidades, centrado en el trabajo libremente asociado y con un sujeto sociopoltico articulador de los diversos movimientos que pugnan por aspectos parciales de la reproduccin ampliada de la vida de todas las personas y comunidades. Se lo presenta como principio de organizacin opuesto al del capital, para el cual la fuerza de trabajo es un recurso, una mercanca ms (en Hintze, 2007: 15). No lo refiere a experiencias actuales, sino a un componente utpico, en el cual la reproduccin ampliada de la vida es resultado del trabajo asociado, cooperativo y autnomo (intervencin de Coraggio, en Guerra, 2007: 25). Otro de los autores latinoamericanos que considera la economa solidaria como estrategia alternativa al capitalismo, ms precisamente como va al socialismo, es Singer, para quien constituye una economa sin patrones. Define al socialismo como una sociedad con plena igualdad y libertad para todos sus miembros: democrtica, con sufragio universal, gobierno representativo, en la cual todos los ciudadanos tienen los mismos derechos y deberes y el mismo acceso a los medios de produccin, un sistema de libre asociacin de productores autogestionados. Superada la experiencia del socialismo real, entiende que el camino que hoy se abre a los trabajadores para construir el socialismo es su accin directa en los terrenos econmico y social, disputando tambin el campo poltico. Encuentra propuestas socialistas en la economa solidaria y la ecolgica de pases de Amrica Latina, Qubec, Europa Occidental y Asia (Singer, s/f). Atribuye a la autogestin generalizada de la economa y la sociedad el principal papel de la economa solidaria en la lucha por el socialismo, la cual slo alcanzar credibilidad cuando exista una prueba patente de que ella no es inferior a la gestin capitalista en el desarrollo de las fuerzas productivas. La construccin de emprendimientos solidarios es el mtodo ms racional de obtener dicha prueba (Singer, 2007:67)24. Sin pretender desarrollarlas especficamente, se sealan a continuacin dos cuestiones fundamentales que concluyen en una ptica que da pie al valor contrahegemnico con el cual distintos autores invisten a la economa social y solidaria, una de orden emprico y otra terica.Dicho de otra manera, el componente utpico se le atribuye tambin a la economa social y solidaria, y no solamente a la economa del trabajo. 24 Sobre si la economa social y solidaria puede ser considerada un modo de produccin y distribucin, ver los trabajos de Singer, Gaiger, Coraggio y Quijano en Coraggio (2007c).

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En trminos de anlisis del funcionamiento actual de la sociedad capitalista, esta propuesta se sostiene en la interpretacin de que el modelo de acumulacin propio del capitalismo latinoamericano de la etapa de la globalizacin no est en condiciones de volver a integrar la masa de excluidos por medio de polticas keynesianas e intervenciones redistributivas propias del Estado de Bienestar, tal como ste fue desarrollado en sus momentos de auge entre la posguerra y mediados de la dcada de los setenta (Coraggio, 1999, 2007b; Federico-Sabat, 2003; Pochmann, 2007; Quijano, 2007, Frana Filho, 2007). As, para un autor como Pochmann, el avance general de la economa solidaria en Amrica Latina se debe a la convergencia de dos movimientos: un indito excedente de fuerza de trabajo urbano calificado producto de la desproletarizacin de la antigua clase obrera industrial, y el desaburguesamiento de una parte de los empleados de clase media. A esto se une la manifestacin de un conjunto significativo de militantes sociales crticos y con intensa participacin en organizaciones sociales colectivas y autogestionarias (Pochmann, 2007: 226). Desde el punto de vista terico, una referencia ineludible es la crtica de Karl Polanyi a la universalizacin del concepto de economa, a la utopa del mercado autorregulado y el reconocimiento de diferentes principios de comportamiento econmico histricamente coexistentes, dentro de los cuales el mercado omnipresente es slo uno de ellos25. Entre los temas de la obra de Polanyi que dan soporte a la forma de interpretar aqu la economa social y solidaria se encuentran los siguientes: La crtica a la concepcin de la economa humana como un mecanismo potencial de oferta-demanda-precio aplicable universalmente, la cual es en realidad un producto del mundo occidental a partir del siglo XVIII y, por lo tanto, slo es vlida en el marco institucional del mercado26.

25 En su obra fundamental La gran transformacin analiza el final de una poca en que colapsan las cuatro instituciones (dos econmicas y dos polticas, dos nacionales y dos internacionales) que, a su criterio, caracterizaron la civilizacin del siglo XIX: el sistema de equilibrio entre las grandes potencias que logr durante cien aos (1815-1914) evitar que la guerra las destruyera; el patrn-oro como expresin del sistema econmico internacional; el mercado autorregulado por la oferta-demandaprecio y el Estado liberal (Polanyi:1989). 26 Critica en los estudios econmicos el hbito de ver en los diez mil ltimos aos, y en la organizacin de las primeras sociedades, un simple preludio de la verdadera historia de nuestra civilizacin, que comenzara en 1776 con la publicacin de La riqueza de las naciones (Polanyi, 1989: 86, nfasis original).

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Los distintos significados del trmino economa. El significado real deriva de la dependencia del hombre con la naturaleza y sus semejantes para conseguir el sustento, y refiere al intercambio con el entorno material y social, en la medida en que esta actividad es la que proporciona los medios para satisfacer las necesidades materiales (subsistencia). El significado formal deriva del carcter lgico de la relacin medios-fines. As la economizacin es entendida, desde esta perspectiva, como la eleccin y utilizacin alternativa de recursos escasos, y la accin racional es la que remite al uso de recursos escasos. Para Polanyi, slo el significado real del trmino posibilita comprender todas las economas que existen o existieron. Entiende a la economa emprica o real como una actividad institucionalizada de interaccin entre el hombre y su entorno que da lugar a un suministro continuo de medios materiales de satisfaccin de necesidades (Polanyi, 1976).

La institucionalidad de la actividad econmica confiere unidad y estabilidad, da lugar a una estructura con una funcin determinada en la sociedad, y modifica el lugar de la actividad econmica en la sociedad, aadiendo as significacin a su historia, centra el inters sobre los valores, las motivaciones y la actuacin prctica. La economa humana est integrada y sumergida en instituciones de tipo econmico y extraeconmico (como el gobierno o la religin). De esto el autor deduce dos proposiciones: primero, el estudio del lugar cambiante que ocupa la economa en la sociedad no es ms que el anlisis de cmo est institucionalizada la actividad econmica en diferentes pocas y lugares; segundo, el estudio de la institucionalidad de la actividad econmica debe empezar por la forma en que la economa adquiere dicha unidad y estabilidad. A partir de estudios antropolgicos e histricos muestra que esto es producto de pocas pautas, a las que denomina inicialmente principios de comportamiento (Polanyi, 1989), y luego como formas de integracin (Polanyi, 1976) ya mencionados en la introduccin. Siguiendo a Polanyi, y de acuerdo con tales principios histricos de comportamiento econmico, Jean-Louis Laville distingue tres formas actuales de economa: la mercantil, en la cual el mercado autorregulado define la distribucin de bienes y servicios; la no mercantil (la distribucin de bienes y servicios deviene de la redistribucin organizada por el estado); y la no monetaria, en la cual esta distribucin est basada prioritariamente en la reciprocidad (Laville, 2004b: 22). Coraggio, por su parte, considera que todo pas est conformado por la combinacin de tres subsistemas diferenciados por la lgica

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o sentido dominante en las unidades de organizacin econmica: el subsistema de economa capitalista (cuya lgica es la reproduccin ampliada del capital); el estatal (lgica de la acumulacin del poder poltico, de la gobernabilidad y regulacin del sistema social) y el subsistema de economa popular (orientado por la reproduccin biolgica intergeneracional y social en las mejores condiciones posibles de sus integrantes). A cada una de ellas les corresponde distintas formas de organizacin: la empresa es la forma microeconmica de organizacin del subsistema capitalista; las agencias y empresas pblicas de la economa estatal27. Las unidades domsticas y sus extensiones lo son de la economa popular28 (Coraggio, 2007a: 8-9). En el marco de esta economa plural (Laville) o mixta (Coraggio) est an por esclarecer qu es lo que da unidad y estabilidad, hace sostenible y genera las bases de la institucionalizacin de formas basadas en la reciprocidad y la solidaridad, que deberan ser recuperadas por las intervenciones pblicas destinadas a su promocin. Como seala Coraggio, la elucidacin de la cuestin de la sostenibilidad de las formas no capitalistas de produccin y reproduccin no es un problema menor pues afecta el diseo de las polticas y programas, su implementacin desde el estado y las prcticas de promocin descentralizada as como la autopercepcin de los trabajadores que emprenden autnomamente la produccin de bienes y servicios para el mercado y/o la satisfaccin directa de necesidades (Coraggio, 2005: 7).

Las condiciones generales de la produccin y reproduccin de la economa social y solidaria: un sistema pblico de reproduccin del trabajo asociativo autogestionado?

Si la produccin en general no existe, y por lo tanto es una abstraccin29, las condiciones generales de toda produccin tampoco son ms que momentos abstractos, que no permiten comprender ningn nivel27 La economa estatal produce bienes pblicos, opera redistribuciones, pero tambin produce bienes y servicios que comercializa, subsidiados o no (Coraggio, 2007a: 8). 28 Entiende por extensiones de la unidad domstica a redes de ayuda mutua, comunidades y asociaciones voluntarias diversas (asociaciones sindicales, cooperativas, asociaciones barriales, culturales, etc., que se organizan a travs de intercambios mercantiles o de reciprocidad. Este conjunto inorgnico sigue cumpliendo la funcin de reproducir la fuerza de trabajo (Coraggio, 2007b: 10). 29 Para todas las pocas la produccin tiene ciertos rasgos en comn, ciertas determinaciones comunes. La produccin en general es una abstraccin, que tiene un sentido, en tanto pone de relieve lo comn, lo fija y nos ahorra as una repeticin. Sin embargo lo general o lo comn, extrado por comparacin, es algo a su vez completamente articulado y que se despliega en distintas determinaciones. Algunas pertenecen a todas las pocas, otras son comunes slo a algunas (Marx 1978: 5, nfasis original).

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histrico concreto de la produccin. Respecto de un procedimiento en gran medida destinado a naturalizar/universalizar las relaciones capitalistas, Marx ironiza sobre la moda de incluir como captulo previo en los estudios de la economa de su poca una parte general sobre la produccin en la que se trata sobre las condiciones generales de toda produccin. Esto incluye dos aspectos: las condiciones sin las cuales no es posible la produccin (sus elementos esenciales) y las condiciones que la hacen avanzar en menor o mayor medida (Marx, 1978: 6-8). Ahora fuera de moda y salvando las distancias con los procesos histricos de largo plazo a los que Marx haca referencia, este procedimiento se utiliza aqu como herramienta para empezar (solamente empezar) a desbrozar la compleja materia de la sostenibilidad. Agrega Marx que las abstracciones ms generales surgen nicamente all donde existe el desarrollo concreto ms rico, donde un elemento aparece como lo comn a muchos, como comn a todos los elementos (Marx, 1978: 21)30. En el caso de la economa social y solidaria, el desarrollo concreto de formas de organizacin es incipiente; sin embargo mltiples formas empiezan a expresarse en los ltimos aos, en un proceso de experimentacin que, en general, vale ms por su significado intrnseco que por su impacto (Gaiger, 2007:103)31. En tanto subsistema en construccin novedosa, en crecimiento importante, heterogneo, necesariamente desestructurado e inorgnico, cules son los elementos comunes que caracterizan la organizacin econmica de la economa social y solidaria?: aquellos que podran considerarse los elementos esenciales de su produccin, reconstruidos como abstraccin a partir de las formas concretas que han ido asumiendo hasta ahora. Coraggio (2007d), a partir de un conjunto de autores latinoamericanos, distingue dos niveles de acuerdo a los que se han llegado hasta el momento: a. Respecto de las formas microeconmicas, las organizaciones de trabajadores que se asocian se caracterizan por: la produccin para el mercado no orientada por la ganancia, sino por la generacin de autoempleo e ingresos monetarios; compras conjuntas que mejoran el poder de negociacin en el mercado; socializa-

30 A su vez lo concreto (en tanto sntesis de mltiples determinaciones, por lo tanto, unidad de lo diverso), aparece en el pensamiento como proceso de sntesis, aunque es el punto de partida de la intuicin y la representacin (Marx, 1978: 21). 31 Las iniciativas solidarias viven un momento de profusin y al mismo tiempo de debilidad. A todo instante surgen nuevas organizaciones [..] sin embargo, excepto pocas iniciativas de mayor alcance o madurez, esos mecanismos son experimentales (Gaiger, 2007:103).

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cin de riesgos; autoprovisin de crdito; produccin conjunta de medios de vida para su propia reproduccin (materiales, como alimentos o vivienda, pero tambin culturales, como celebraciones) o para su comunidad, del tipo de infraestructura productiva, hbitat, servicios pblicos (Coraggio, 2007d:18). A ello puede agregarse la generacin de sus propios mercados y monedas. A nivel sistmico: no separacin del trabajo y la propiedad y gestin de los medios de produccin y el producto; libre asociacin, autogestin y trabajo cooperativo; organizacin de los factores de la produccin con predominio del factor trabajo, siendo los lazos interpersonales parte de las relaciones sociales de produccin; el valor de cambio, si bien no desaparece en tanto parte de una economa de mercado, tiende a estar subordinado al valor de uso; concepto de eficiencia no reductible al de productividad (Coraggio, 2007d: 19).

Si estos son los elementos esenciales de esta forma de produccin, el segundo aspecto es: qu condiciones la haran avanzar en menor o mayor medida? La manera en que se intentar aproximarse a esta cuestin es razonando por analoga con la economa capitalista mercantil. Por un lado, cabe sealar que desde antes, y sobre todo a partir de la dcada del cuarenta del siglo pasado, en los distintos pases de Amrica Latina tuvieron lugar procesos de reconstitucin de sus modelos productivos, con fuerte impulso estatal. La industrializacin sustitutiva de importaciones la etapa desarrollista en nuestros pases requiri de polticas activas, va subsidios directos y equipamientos generales para la produccin, que implicaron la transferencia de ingentes recursos sociales a la constitucin de un nuevo sector de la economa y a los nuevos agentes sociales que encabezaron el proceso. La discusin sobre si esto implic la conformacin de una burguesa nacional en la regin, o si la presencia temprana del capital internacional en las economas latinoamericanas hizo que su carcter fuera marginal y circunscrito a algunos pocos pases y sectores, es un punto discutible que excede este trabajo. Solamente interesa marcar que la etapa desarrollista implic una clara orientacin de la sociedad y el estado a la gestacin de nuevas condiciones de produccin y reproduccin del capital, constituyendo a la vez nuevas fracciones de las clases propietarias (la burguesa industrial) y de las desposedas de los medios de produccin (los asalariados industriales urbanos). La etapa neoliberal en el marco de la globalizacin lo hizo poniendo el acento en el capital financiero. A la vez y en relacin con las condiciones de la reproduccin ampliada del capitalismo interesa detenerse en el momento de mayor

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confluencia entre la reproduccin de la vida y la del capital: el perodo del estado de bienestar de posguerra. Aunque en Amrica Latina fue claramente limitado respecto del europeo y muy desigual entre los propios pases que la componen, constituye un recurso heurstico para el razonamiento por analoga. Treinta aos atrs Christian Topalov preguntaba: Por qu existe un sistema pblico de mantenimiento de la fuerza de trabajo? (Topalov, 1979: 39). Encuentra la raz de la aparicin de un sistema socializado estatal que cumple esta funcin en la contradiccin entre el estatuto de mercanca de la fuerza de trabajo y las exigencias objetivas de la reproduccin de los trabajadores (Topalov, 1979: 41). Su argumentacin se basa en las siguientes proposiciones: en el modo de produccin capitalista, los productores slo existen para el capital en tanto fuerza de trabajo. sta es una mercanca (la articulacin de un valor de uso y un valor de cambio) cuyo precio es el salario. Como tal, est sujeta a la contradiccin de la mercanca en general: el valor de una mercanca particular no es el resultado del tiempo de trabajo que efectivamente se ha tomado para producirla, sino del socialmente reconocido como necesario para hacerlo. La transformacin de los productores en mercanca comporta una forma especfica de expresin de esta contradiccin: el carcter de mercanca de la fuerza de trabajo va a oponerse a la reproduccin ampliada de la vida de los trabajadores, en tanto el valor de cambio de la fuerza de trabajo no incluye al conjunto de las necesidades histricas de los trabajadores, sino solamente a aqullas que deben satisfacerse en un momento determinado para que el productor pueda valorizar el capital, esto es, la reproduccin inmediata de la fuerza de trabajo (Topalov, 1979: 43-44). En esta doble contradiccin (salario-valor y valor-necesidades) se funda la socializacin estatal de una parte del consumo popular, como respuesta a las exigencias objetivas de la reproduccin ampliada de los trabajadores32. Estas exigencias son objetivas porque estn determinadas en la propia estructura de las prcticas de trabajo y fuera del trabajo de los trabajadores; no resultan de preferencias individuales sino del movimiento mismo de las fuerzas productivas, y encuentran dos formas concretas de expresin: como necesidades y como reivindicaciones. Para Topalov las necesidades son la forma subjetiva de las exigencias objetivas de la reproduccin, y aunque varan al infinito segn los individuos, estn determinadas social, cultural e ideolgicamente.32 La distincin entre trabajadores y fuerza de trabajo es una precisin importante. La expresin trabajadores refiere a los productores concretos y al conjunto de la reproduccin social, y no a esos productores considerados como un momento del ciclo del capital, es decir, como fuerza de trabajo (Topalov, 1979: 54).

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Las reivindicaciones son la expresin colectiva de las exigencias objetivas de la reproduccin (Topalov, 1979: 54-55)33. Las necesidades disociadas del salario34 son cubiertas (sin entrar aqu en la cuestin emprica de hasta cunto y cmo lo son) por vas como el trabajo domstico o el trabajo de consumo, o bien como formas comunitarias o grupales. La luchas de los trabajadores, impulsndolas como reivindicaciones (y el propio inters del capital en la disposicin de la fuerza de trabajo apoyndolo en algunos casos), han logrado su reconocimiento social, dando lugar a un sistema pblico con dos componentes centrales: transferencias monetarias (que permiten el consumo mercantilizado) y el suministro directo de valores de uso: escuelas, hospitales, viviendas, transportes pblicos (Topalov, 1979: 60-61). Este proceso de reconocimiento de necesidades de los trabajadores a travs de la accin pblica es el que ha sido revertido parcialmente en los pases centrales, y desmantelado en gran medida cuando exista en los pases perifricos durante el perodo neoliberal; pero que, sin embargo, forma parte de la dimensin simblica de la organizacin poltica de nuestros estados en la actualidad35.

Sobre la reproduccin de los trabajadores asociativos autogestionados Con todas las falencias mencionadas, el desarrollo histrico del capitalismo ha demostrado la importancia de crear y mantener mecanismos sociales de reproduccin que cubran las necesidades no asumidas de manera directa por los ingresos provenientes de la produccin y/o el trabajo domstico o comunitario. Haciendo provisoriamente abstraccin de lo actualmente existente, y en relacin con la potencialidad derivada de la concepcin que lo sustenta, en un subsistema de economa social y solidaria no estara presente la doble contradiccin salario-valor y valor-necesidades, en tanto la autogestin y la cooperacin son acompaadas por una reconciliacin entre el trabajador y las fuerzas productivas que emplea (Gaiger, 2007: 91)36.33 En Danani (2004), partiendo tambin de Topalov, se encuentra un tratamiento ms amplio del tema de las necesidades y sus implicancias en relacin con la poltica social. 34 El salario no reconoce ms que las necesidades inmediatas, fraccionables, uniformes de los productores. Disocia las de educacin, salud, vivienda, todas aquellas que se extienden a lo largo de la vida y no pueden asignarse a perodos determinados de venta de la fuerza de trabajo (Topalov, 1979: 58-59). 35 La sociedad se constituye como tal tambin a travs de normas morales e imgenes colectivas. Por medio de normas y smbolos la sociedad se produce y reproduce como espacio y tiempos sociales (Lechner, 1981: 1.080). 36 En un estudio comparativo de emprendimientos solidarios, Gaiger encuentra que cuando las prcticas de autogestin y cooperacin aparecen de modo pleno, se

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De acuerdo con lo anterior, un sistema pblico de reproduccin del trabajo asociativo autogestionado refiere a la reproduccin de la vida dentro y fuera de las organizaciones socioeconmicas, a la vez que a la reproduccin de dichas organizaciones. Por lo tanto, tambin a la relacin de esta forma de trabajo y quienes la llevan a cabo con el estado y la sociedad. En el marco de un subsistema de economa social y solidaria, con fines analticos, en el sistema pblico de reproduccin del trabajo asociativo autogestionado, es posible distinguir dos planos: uno de ellos, el de la reproduccin de los sujetos sociales. Respecto del estado, las exigencias objetivas de la reproduccin ampliada de los trabajadores, al igual que en el capitalismo, constituiran reivindicaciones como expresin de demandas especificas. El desarrollo de un sistema pblico que garantice la reproduccin intergeneracional de los trabajadores de las organizaciones socioeconmicas de la economa social y solidaria, seguramente tomara como antecedente (definiendo sus propias particularidades) a los sistemas de proteccin actuales37. Los mecanismos de seguridad social conocidos son resultado de la lucha de los trabajadores, y si pueden ser discutidos en cuanto a sus modalidades especficas, no deberan serlo como principio y en tanto derecho: en cualquier sociedad las condiciones de trabajo deben garantizar la reproduccin de la vida antes, durante y despus del perodo productivo38. Como adecuadamente indica Laville, el estado social ha promovido una concepcin de la solidaridad centrada en los derechosfavorecen las relaciones simtricas en lo que hace a la posicin de cada trabajador frente a los medios de produccin. Asimismo, desde el punto de vista de las relaciones sociales de produccin, el trabajo incorporado al proceso productivo en los emprendimientos no reviste las mismas propiedades de mercanca que en la produccin capitalista: en relacin con sus puestos de trabajo, los socios propietarios del emprendimiento, al no estar sujetos a la ley de la oferta, se substraen a la condicin de mera fuerza de trabajo negociable en el mercado (Gaiger, 2008: 14). Reconoce sin embargo que en los casos estudiados las contingencias econmicas que enfrentan no liberan a los emprendimientos de atenerse a la media del trabajo socialmente necesario para la produccin de los bienes en cuestin, deprimiendo su valor, si eso es conveniente para el mercado (Gaiger, 2008: 19). 37 A comienzos de 2008 en la Argentina se extendi el subsidio por hijo (que cobran los asalariados formales) a los monotributistas sociales, estimados en alrededor de 70 mil pequeos emprendedores. Al respecto, ver: Pgina 12 (Buenos Aires) Para los ms desprotegidos, 16.02.09. Este es uno de los tantos ejemplos de los contenidos posibles de un sistema pblico de reproduccin del trabajo solidario. 38 La seguridad social de la fuerza de trabajo capitalista protegida constituye un referente para pensar los contenidos de un sistema de seguridad social del trabajo asociativo autogestionado. Debera tratrselo metodolgicamente como tipo ideal y no como lo idealizable, dado que no ha tenido en nuestros pases una extensin en cobertura ni calidad que lo convierta en un modelo real a imitar.

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individuales y la redistribucin. Aunque esto es indispensable, no es suficiente sin una ampliacin de la promocin de bienes comunes y de relaciones sociales basadas en el respeto del principio de libertad e igualdad. Proceso complejo en tanto, segn su opinin, una fertilizacin cruzada de intervenciones pblicas y de la sociedad civil bajo la referencia comn de la solidaridad democrtica no podr ocurrir mientras perdure la monopolizacin de la economa por el mercado y la naturalizacin del capitalismo (Laville, 2004b: 33). Si se aceptara la necesidad de constituir un sistema pblico de reproduccin del trabajo asociativo autogestionado se abrira un amplio debate poltico, terico y tcnico respecto de las caractersticas que un sistema de este tipo debera tener, y cules seran los contenidos especficos de la proteccin de los trabajadores de las organizaciones socioeconmicas solidarias.

Sobre la sostenibilidad de la economa social y solidaria como subsistema El otro plano al que refiere analticamente la cuestin de un sistema pblico de reproduccin del trabajo asociativo tiene que ver, no ya con los sujetos (al que alude el plano anterior), sino con la reproduccin de las unidades socieconmicas en las que los sujetos operan. Se enfatiza el carcter analtico de estas distinciones porque, desde una perspectiva que tiene como objetivo la reproduccin ampliada de la vida, en el largo plazo no resulta escindible la proteccin de los trabajadores de la consolidacin de estas nuevas formas de produccin. Este plano avanza sobre la pregunta general: qu es lo que hace sostenibles a las organizaciones de la economa social y solidaria en una etapa transicional, con presencia de una economa mixta con predominancia capitalista? Y, en particular, cul es el papel del estado y las polticas pblicas en la sostenibilidad? En la literatura latinoamericana (dejando de lado las versiones de las polticas pobres para pobres) se encuentran diversas posturas, que sern simplificadas en dos con relacin a la magnitud y densidad de cuestiones incluidas en la conceptualizacin de la sostenibilidad: una visin abarcativa, que incluye un conjunto muy extenso de condiciones necesarias para hacerla posible, y a diversos niveles y versiones las que priorizan un conjunto de cuestiones orientadas ms al nivel especfico de las organizaciones. Coraggio es un representante de la primera visin, y la corriente de la economa solidaria brasilea lo es de la segunda. El centro del argumento de Coraggio es que la sostenibilidad de la economa social y solidaria no puede ser planteada a nivel micro (el/ 43

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los emprendimientos)39. Llevado al extremo, ello implicara asignarles un criterio de sostenibilidad econmica mercantil estricta, sin subsidios monetarios de ningn tipo, criterio que en la prctica no es aplicado a las empresas del capital, que reciben muy distintos aportes. En el proceso de transicin hacia la economa social y solidaria aboga por una sostenibilidad socioeconmica que admita subsidios econmicos generalizados, entre ellos, a la educacin, capacitacin, exceptuacin de impuestos, sistemas de salud, etc., a partir del principio de redistribucin progresiva por parte de la economa pblica, y tambin aportes de trabajo u otros recursos (trabajo voluntario, redes de ayuda mutua, uso de la vivienda para la produccin, etc.) no computados como costos (Coraggio, 2005: 14). Para este autor la sostenibilidad de nuevas formas de produccin va organizaciones autogestionadas basadas en el objetivo de la reproduccin ampliada de la vida de todos, dependen no slo de la voluntad y consistencia de las acciones de los trabajadores y sus comunidades inmediatas, sino del contexto en el que es central el acceso a bienes pblicos no monetizados, provistos primordialmente (aunque no solamente) por el estado40. A ello agrega que depender adicionalmente: (a) de las capacidades y disposiciones de los trabajadores que cooperan a39 El problema de la sostenibilidad suele ser planteado a nivel de un emprendimiento, slo vinculado con otros o con consumidores finales a travs de relaciones de competencia/cooperacin mediadas por el mercado, y expresada, tal sostenibilidad, en una cuenta de `capital simplificada que registra en trminos monetarios las previsiones de los movimientos y formas de los recursos y flujos econmicos. Est muy instalado en el sentido comn, no slo del pblico, sino de tcnicos y profesionales, as como de los mismos emprendedores, que sostenibilidad significa que `cierren las cuentas y eventualmente que quede un saldo monetario favorable entre ingresos y gastos (Coraggio, 2005: 8). 40 Entre ellos incluye: la canalizacin de una parte del poder de compra del estado en sus diversos niveles hacia este sector, una poltica fiscal progresiva que limite polticamente el enriquecimiento particular y redistribuya de los que ms a los que menos tienen, la implementacin de normativas jurdico-administrativas que reconozcan y promuevan estas formas autogestionadas, el acceso, la calidad y adecuacin de la educacin bsica, del conocimiento cientfico-tecnolgico, de las condiciones que hacen a la salud, el acceso a una seguridad social que socializa riesgos y asiste en situaciones de indefensin (reduciendo no slo las catstrofes sino la necesidad de tener reservas para cubrirlas en un contexto de incertidumbre), el acceso a la seguridad personal, el acceso a la ciudad y a la justicia, el derecho de asociacin, el derecho a la apropiacin de medios esenciales de vida y/o produccin en funcin de una racionalidad social y no del inters de las elites, el derecho al pluralismo cultural y en las formas sociales de propiedad (colectivas o no), el derecho a la informacin fidedigna, la regulacin social y poltica de los mercados para evitar la formacin de poderes asimtricos, la regulacin social de la libre iniciativa individual y la accin de fundaciones, ONG, corporaciones gremiales y muchas otras organizaciones de la sociedad, etctera (Coraggio, 2005: 9).

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nivel micro, (b) de sus disposiciones a cooperar y coordinarse entre unidades microeconmicas (nivel meso), (c) del contexto socioeconmico y cultural (distribucin y organizacin de recursos, funcionamiento de los mercados, definicin de necesidades legtimas), y (d) de la existencia de una poltica de estado conducente (Coraggio, 2005: 8-9). Como sntesis de la segunda visin puede citarse a los siguientes autores brasileos: Singer seala que la construccin de un sector integrado de empresas e instituciones que se rigen por los principios de la economa solidaria es condicin esencial [..] La construccin de las habilidades dentro de los principios de la solidaridad sera perfectamente posible si cada emprendimiento pudiera financiarse, abastecerse, dar salida a su produccin, perfeccionarse tecnolgicamente y educar sus miembros en intercambio con otros emprendimientos solidarios (Singer, 2007:73). En este proceso las polticas pblicas son un soporte imprescindible. Para Gaiger quien pone el acento en la importancia del emprendedorismo colectivo en el posicionamiento de las organizaciones solidarias en el mercado (Gaiger, 2008) la consolidacin de la economa solidaria depende de una nueva institucionalizacin de la economa, lo que requiere el reconocimiento y legitimacin de los sectores asociativos, entre otros medios, reasignando recursos pblicos mediante polticas especiales que valoren las empresas sociales, algo que fue un hecho bastante saliente en la historia de las empresas capitalistas (Gaiger, 2007:105). En relacin con ese mismo punto pueden mencionarse las cinco grandes lagunas que Pochmann considera que tienen un rol crucial para el fortalecimiento de la economa solidaria: el del estatuto legal del trabajo bajo el rgimen de la economa solidaria; el modelo de financiamiento; la conformacin de una red de produccin, difusin de tecnologa y extensin tcnica; la incorporacin de la economa solidaria en el mbito de las polticas pblicas para la industria y el comercio exterior; las compras del sector pblico y la promocin de redes orientadas a la comercializacin y distribucin solidaria (Pochmann, 2007:237). Como se puede observar, a pesar de sus diferencias, en ambas visiones el rol del estado y las polticas es fundamental para la sostenibilidad. En el siguiente apartado se intenta una aproximacin al tema.

La nocin de polticas pblicas para la economa social y solidaria

Las polticas pblicas conforman las condiciones en las que se desarrolla la actividad econmica y a su vez son por ella condicionadas. De acuerdo con la perspectiva de Polanyi reseada ms arriba, el desarrollo de un sistema econmico slo es posible en cierta sociedad cuando

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se inserta en ella: echa races y genera un funcionamiento regular. Tal insercin es posible gracias a la mediacin de instituciones y polticas que impulsan y favorecen determinadas prcticas de sujetos y agentes en el mediano y largo plazo, creando sus condiciones de perdurabilidad (Polanyi, 1989). De acuerdo con tal concepcin, las polticas son expresin de la particular relacin entre sociedad/economa y estado en una coyuntura determinada. Siguiendo a Lechner, se considera que: el Estado repite y reproduce la sociedad; la re-presenta. No es agente de uno u otro grupo social, sino la representacin simblica del proceso social en su conjunto. Esta perspectiva presupone la no separacin orgnica entre sociedad y estado, entre lo econmico y lo poltico, y rechaza la idea de la existencia de una sociedad civil previa e independiente del estado (Lechner, 1981: 1.099). En el marco de estas consid