HISTORIA DE HERACLEApor Memnón de Heraclea

Nota introductoria:

Heraclea es una ciudad griega levantada en las orillas del Mar Negro durante el siglo VII/VI a.C. Gano fama dentro de la helade gracias a la persona del tirano Clearco (401/353 a.C.) que fue discipulo de Platón e Isócrates.

Lea el trabajo histórico de Memnón desde el noveno al decimosexto libro. Esta historia intenta describir las cosas notables que pasaron en Heraclea Póntica. Enlista los tiranos de Heraclea, su carácter y hechos, las vidas de los otros [ciudadanos distinguidos], la manera de su muerte, y los dichos que estaban asociados a ellos.

[1] [Memnón] dice que Clearco fue el primero en intentar hacerse tirano de la ciudad. Clearco había recibido educación en filosofía; fue alumno de Platón, y durante cuatro años fue alumno del retórico Isócrates. Pero resultó ser verdaderamente salvaje y sanguinario hacia sus súbditos, y alcanzó la cima de arrogancia, llamándose el hijo de Zeus, y tiñó su cara con los tintes antinaturales, adornándola con todos los tipos de modos diferentes de hacerlo para aparecer brillando o rojizo a aquéllos que lo veían; y variaba su ropa para parecer temible o elegante.2).Este no era su único vicio; él mostró ingratitud a sus benefactores, era sumamente violento, y osó llevar a cabo los actos más espantosos. Destruyó cruelmente a aquéllos que atacó, no sólo entre su propia gente sino siempre que percibía alguna amenaza en cualquier parte. Sin embargo fue el primero de aquéllos que fueron llamados tiranos en establecer una biblioteca.3) Debido a su carácter asesino, cruel y arrogante se formaron muchos complots contra él, pero escapó de todos hasta que Quión hijo de Matris, un hombre magnánimo que era pariente consanguíneo de Clearco, formó una conspiración con León, Euxenón y muchos otros. Le dieron a Clearco un golpe fatal, y él murió miserablemente de su herida.4) Cuando el tirano estaba haciendo a un sacrificio público, Quión y sus complotados pensaron que ésta sería una oportunidad para la acción, y Quión hundió una espada en el costado de su enemigo común. Clearco fue sacudido por un penetrante y gran dolor, y fue atormentado por horribles visiones (estas visiones eran los fantasmas de aquéllos a los que él había cruelmente asesinado). Dos días después expiró, después de vivir 58 años de los cuales fue tirano durante 12 años. En ese momento Artajerjes era rey de Persia, y

después de él, su hijo Oco. Clearco envió muchas embajadas a ellos durante su vida.5) Sin embargo casi todos los asesinos del tirano fueron muertos. Algunos fueron abatidos por la guardia personal en el momento del ataque, luchando valientemente. Otros fueron capturados después y sometidos a terribles torturas.[2] Sátiro, el hermano de Clearco, se hizo cargo del gobierno, actuando como guardián de los hijos del tirano, Timoteo y Dionisio. Sátiro no sólo excedió a Clearco, sino a todos los otros tiranos en su crueldad. No solamente tomó venganza sobre aquéllos que habían compltado contra su hermano, sino que infligió igualmente intolerables daños en sus hijos, que no habían tomado parte alguna en lo que sus padres habían hecho y castigó a muchas personas inocentes como si fueran criminales.2) Fue completamente indiferente al estudio, la filosofía y todas las otras artes liberales. Su única pasión fue el asesinato, y no quiso aprender o practicar nada que fuera humano o civilizado. Era malvado en todos los sentidos, aun cuando el tiempo disminuyó su [deseo] se hartó con los asesinatos y la sangre de sus compatriotas; pero mostró un afecto conspicuo hacia su hermano.3) Mantuvo [la sucesión a] la conducción del estado a los hijos de su hermano, y estimó tan favorablemente el bienestar de los muchachos que, aunque tenía una esposa y la amaba amorosamente, se determinó a no tener hijos, y usó todo dispositivo posible para no tener hijos, de modo de no dejar a nadie que pudiera ser rival a sus sobrinos.4) Mientras él estaba todavía vivo, pero agobiado por la vejez, Sátiro pasó el mando del estado a Timoteo, el hijo mayor de su hermano, y poco después fue afligido por una severa e intratable enfermedad. Un crecimiento canceroso se extendió debajo, entre su ingle y su escroto, e irrumpió dolorosamente hacia su interior. Una apertura formada en sus carnes con descargas, corría fuera con impurezas y un olor insufrible, hasta que su séquito y sus doctores no pudieran ocultar ya el hedor saturando todo con la putrefacción. Los punzantes e incesantes dolores atormentaron todo su cuerpo, obligándolo al insomnio y las convulsiones, hasta que la enfermedad, extendida a sus órganos internos, lo privó de su vida.5) Como Clearco, Sátiro dio a aquéllos que lo vieron cuando estaba muriendo, la impresión que estaba pagando la pena por su abuso salvaje e ilegal de los ciudadanos. Dicen que a menudo, durante su enfermedad, oraba vanamente por la muerte, y después de haber sido consumido por esta áspera y dolorosa aflicción por muchos días, pagó su deuda finalmente. Vivió 65 años, y fue tirano durante siete años, mientras Arquidamo era rey de Esparta.[3] Timoteo tomó al gobierno y lo reformó a un régimen más apacible y más democrático, de modo que sus súbditos ya no lo llamaran tirano, sino benefactor y salvador. Pagó sus deudas a los prestamistas de sus propios recursos, y dió préstamos sin interés al necesitado para su comercio y para el resto de sus gastos para vivir. Liberó a hombres inocentes, e incluso a culpables, de las prisiones. Era un juez

estricto pero humano, y en otros aspectos tenía una naturaleza bondadosa y confiable. Así cuidó de su hermano Dionisio como un padre en todos los sentidos, haciéndole co-gobernante desde el principio, y señalándolo entonces para ser su sucesor.2) Mostró también un espíritu valiente en las cuestiones de la guerra. Era noble y magnánimo en cuerpo y mente, y era justo y bondadoso en los acuerdos guerreros. Era habilidoso en asir una oportunidad, y vigoroso logrando lo que proyectaba; era misericordioso y justo de carácter, e implacable en su intrepidez; era moderado, amable y compasivo. Por consiguiente en su vida fue objeto de gran temor a sus enemigos que le temían y odiaban; pero para sus súbditos era conforme y manso, de modo que cuando murió, fue muy extrañado, y su muerte despertó pesar mezclado con anhelo.3) Su hermano Dionisio incineró su cuerpo magníficamente, vertiendo lágrimas de sus ojos y gemidos de su corazón. Decretó carreras de caballos en su honor; y no sólo carreras de caballos, sino concursos teatrales, corales y gimnásticos. Realizó algunos de los concursos inmediatamente y otros, más espléndido aún, después.Esto, brevemente, es lo que está relatado en los libros nueve y diez de la historia de Memnón.[4] Dionisio se convitió en el próximo gobernante [de Heraclea] y aumentó su poder; la victoria de Alejandro sobre los Persas en el río Gránico había abierto el camino para aquéllos que quisieron aumentar su poder, reduciendo la fuerza de los Persas, que había sido previamente un obstáculo a todos ellos. Pero luego experimentó muchos peligros, sobre todo cuando los desterrados de Heraclea enviaron una embajada a Alejandro, quién por entonces había conquistado completamente Asia, pidiéndole que les concediera su retorno y restaurar la ciudad a su democracia tradicional. Debido a esto Dionisio fue casi alejado del poder, y habría sido alejado si no hubiera sido muy diestro y agudo, ganando la buena voluntad de sus súbditos y cortejando el favor de Cleopatra. Y así resistió a los enemigos que lo amenazaron; a veces se allanó a sus demandas, apaciguando su enojo y aplazándolos con retrasos, y en otros momentos tomando medidas contra ellos.2) Cuando Alejandro murió en Babilonia de [veneno?] o enfermedad, Dionisio emplazó una estatua de la Alegría después de oír las noticias. En su gran deleite cuando el mensaje recién llegó, sufrió el mismo efecto que el pesar extremo podría producir: casi se derrumbó con el shock, y parecía haber quedado insensible.3) Los desterrados de Heraclea instaron a Perdicas, quién había tomado el gobierno, que siguiera la misma política, pero Dionisio, a pesar de estar sobre el filo de la navaja, escapó de todos los peligros por métodos similares que los que estaban enfrentándolo. Pérdicas era un líder pobre y fue muerto por sus hombres; se extinguieron las esperanzas de los desterrados, y Dionisio disfrutó la prosperidad en todos sus emprendimientos.4) La buena fortuna más grande le vino de su segundo matrimonio. Él casó con Amastris, la hija de Oxatres; este Oxatres era hermano de Darío, a cuya hija Estatira, Alejandro tomó como su esposa después

de matar a su padre. Así que las dos mujeres eran primas, y también habían sido criadas juntas, lo que les dio un afecto especial la una para con la otra. Cuando él se casó con Estatira, Alejandro dio Amastris a Crátero, uno de sus amigos más íntimos. Después que Alejandro partió de este mundo, Crátero volvió a Fila, la hija de Antipatro, y con el acuerdo de su anterior marido, Amastris fue a vivir con Dionisio.5) De ahí en adelante, su reino floreció grandemente, debido a la riqueza que el matrimonio le trajo y su propio amor de ostentación. Decidió comprar el equipo real completo de Dionisio, tirano de Sicilia, que había estado alejado del poder.6) No fue sólo esto que fortaleció su poder, sino también el éxito y buena voluntad de sus súbditos, incluyendo a muchos que no habían estado previamente bajo su mando. Dio ayuda excelente a Antígono, gobernante de Asia cuándo él estaba sitiando (?) Chipre, y como premio recibió a Ptolomeo, sobrino de Antígono, general de las fuerzas en el Helesponto, para ser marido de su hija; ésta era su hija de su matrimonio anterior. Después de lograr tal distinción, desdeñó el título de tirano y se llamó rey.7) Ahora que estaba libre de todo miedo y preocupación, se entregó a una vida de lujo incesante, poniéndose gordo y antinaturalmente hinchado. Como resultado, no sólo prestó menos atención a gobernar el estado, sino también cuando se iba a dormir, sólo despertaba con dificultad de su estado soporífero, pinchándosele con grandes agujas que era la única manera de reavivarlo de su inconsciente entorpecimiento.8) Tuvo tres hijos con Amastris: Clearco, Oxatres, y una hija con el mismo nombre de su madre. Cuando estaba a punto de morirse, dejó a Amastris a cargo del gobierno, actuando como guardián junto con algunos otros por los niños que eran todavía bastante jóvenes. Vivió 55 años de los cuales gobernó por [30] años. Él era, se dice, un gobernante muy apacible y ganó el epíteto de «el bueno» por su carácter; sus súbditos se entristecieron profundamente con su muerte.9) Incluso después de su partida de este mundo, la ciudad aún floreció, mientras Antígono cuidadosamente protegía los intereses de los niños de Dionisio y sus ciudadanos. Pero cuando el interés de Antígono se convirtió en otra cosa, Lisímaco se encargó de nuevo de Heraclea y los niños, e incluso hizo de Amastris su esposa. Para empezar, él estaba muy enamorado de ella, pero cuando la presión de los eventos lo exigió, él la dejó en Heraclea y fue a tratar cuestiones urgentes. Cuando estuvo libre de sus muchos problemas, envió pronto por ella para unírsele en Sardis, dónde él le demostró igual afecto. Pero después transfirió su afecto a [la hija] de Ptolomeo Filadelfo, llamada Arsinoe, y esto causó que Amastris se alejara de él. Después de dejarlo, tomó el mando de Heraclea; reavivó la ciudad con su presencia, y creó la nueva ciudad de Amastris.[5] Clearco había alcanzado ahora la edad adulta, y se hizo gobernante de la ciudad; luchó en muchas guerras, a veces como aliado de otros y a veces resistiendo los ataques contra él. En una de

estas guerras, fue como aliado de Lisímaco contra los Getas, y fue capturado junto con él. Lisímaco fue liberado de su cautividad, y luego aseguró la libertad de Clearco también.2) Clearco y su hermano se establecieron como gobernantes de la ciudad en sucesión de su padre, pero la manera en que ellos trataron a sus súbditos era muy diferente de su apacible benevolencia. Ellos llevaron a cabo el peor de los crímenes; porque causaron que su madre, que no había interferido particularmente en sus asuntos, se ahogara en el mar cuando estaba a borde de una nave, por medio de un dispositivo terrible y malvado.3) Lisímaco a quien hemos mencionado muchas veces antes, era ahora rey de Macedonia, y aunque su relación con Arsinoe había causado que Amastris lo dejara, él aún sentía un poco del brillo de su anterior pasión por ella. Él no estaba preparado para ignorar su cruel asesinato; pero escondió muy cuidadosamente sus sentimientos, y pretendió mostrar la misma amistad hacia Clearco como antes. Por muchos ardides y trucos engañosos (porque era el más inteligente de los hombres en esconder sus intenciones) llegó a Heraclea como para aprobar la sucesión. Aunque se puso una máscara de amor paternal hacia Clearco, mató a los matricidas, primero a Clearco y luego a Oxatres, haciéndoles pagar la pena por el asesinato de su madre. Puso a la ciudad bajo su protección, y se llevó mucho del tesoro que los tiranos habían acumulado. Después de permitir a los ciudadanos establecer una democracia que era lo que ellos querían, se marchó a su propio reino.4) Cuando llegó allí, estaba pleno de alabanzas para Amastris; se maravilló de su carácter y la manera en que ella gobernaba, cómo había construido su reino en tamaño. importancia y fortaleza. Exaltó a Heraclea e incluyó alabanzas para Tio y Amastris, la ciudad que ella había fundado con su nombre. Diciendo todo esto, despertó en Arsinoe un deseo de ser señora de los lugares que él estaba alabando, y ella le pidió que le concediera su deseo. Al principio se negó, diciendo que era demasiado para dar, pero luego comoella continuó rogándole, él le permitió tenerlo; ya que Arsinoe no se aplacaba fácilmente y la vejez había hecho a Lisímaco más maleable.5) Cuando tomó posesión de Heraclea, envió allí a Heráclides de Cime, un hombre que estaba bien dispuesto hacia ella, pero que era por otra parte hábil y cruel, un hábil y agudo planificador. Cuando él llegó a Heraclea, gobernó la ciudad estrictamente, trayendo imputaciones contra muchos de los ciudadanos y ordenando los castigos, de modo que ellos fueron nuevamente privados de la buena fortuna que habían justamente adquirido.6) Bajo la influencia de Arsinoe, Lisímaco mató a Agatocles, el mayor y mejor de sus hijos, que eran descendencia de su anterior matrimonio. Primero intentó envenenarlo en secreto, pero cuando Agatocles descubrió esto y escupió fuera el veneno, dispuso de él de la manera más vergonzante; lo arrojó en prisión y ordenó que fuera ejecutado, con el pretendido cargo que estaba complotando contra Lisímaco. Ptolomeo, que llevó a cabo este ultraje, era el hermano de

Arsinoe, y debido a su tontería y atolondramiento se le dio el nombre de Cerauno [«rayo»].7) Asesinando a su hijo, Lisímaco se ganó justamente el odio de sus súbditos. Así Seleuco, enterándose de esto y viendo qué fácilmente podía derrocarse el reino, ahora que las ciudades se habían sublevado contra Lisímaco, entró en batalla con él. Lisímaco murió en esta guerra, después de haber sido impactado por una lanza tirada por un hombre de Heraclea llamados Malacon, que estaba luchando para Seleuco. Después de la muerte de Lisímaco, su reino fue unido como parte del reino de Seleuco.El libro12 de Memnón acaba en este punto.[6] En el libro 13º, Memnón dice que los Heracleos, cuando oyeron que Lisímaco había sido muerto por un hombre de Heraclea, recuperaron su confianza, y valientemente buscaron la independencia de la que habían sido privados durante 84 años, primero por sus tiranos nativos y luego por Lisímaco.2) En primer lugar, fueron donde Heráclides y le instaron a que dejara la ciudad, ya que ellos no sólo le permitirían irse ileso, sino que le enviarían en su camino con espléndidos regalos, sólo si él les permitía recobrar su libertad. Pero lejos de persuadirse, él se enfadó y envió algunos de ellos al castigo, así que los ciudadanos hicieron un pacto con los líderes de la guarnición, prometiendo que la guarnición recibiría iguales derechos de ciudadanía y continuaría recibiendo la misma paga como antes. Entonces capturaron a Heráclides y lo mantuvieron durante algún tiempo como prisionero. Esto los libró de todo temor. Tiraron abajo las paredes de la acrópolis hasta sus cimientos, designando a Fócrito como gobernador de la ciudad, y enviando una embajada a Seleuco.3) pero Zipetes, gobernante de los Bitinios, que era hostil a Heraclea a causa de Lisímaco y Seleuco (porque era enemigo de ambos), atacó el territorio de la ciudad y lo arrasó. Ni sus propios soldados escaparon sin las lesiones similares a aquéllas que perpetraron, porque sufrieron casi tanto daño como el que hicieron a otros.[7] Entretanto, Seleuco envió a Aprodisio que administrara las ciudades de Frigia y las partes superiores del Ponto. Él llevó a cabo su misión, y a su retorno alabó a las otras ciudades, pero acusó a los Heracleos de ser hostiles hacia Seleuco. Irritado por esto, Seleuco usó amenazas para desacreditar y asustar a los enviados que vinieron a él, pero uno de los enviados llamado Cameleón no se asustó por las amenazas, y dijo : «Heracles es karron, Seleuco» («karron» significa«más fuerte» en dialecto dórico). Seleuco no entendió esto, pero permaneció enfadado, y se alejó de ellos. Los enviados no veían ventaja volviendo a casa o permaneciendo donde estaban.2) Cuando los Heracleos oyeron esto, entre otros preparativos juntaron aliados, enviando embajadores a Mitrídates, rey del Ponto y a las ciudades de Bizancio y Calcedonia.3) Entonces Nimfis, que era uno de los desterrados de Heraclea, instó a los otros a volver a casa, y dijo que esto podía lograrse fácilmente si ellos no parecieran estar presionando por la restauración de la propiedad que se tomó a sus padres. Persuadió muy fácilmente a los

otros desterrados, y su retorno tuvo lugar como él predijo. Los desterrados retornados y la ciudad que los recibió sintieron igual placer y encanto, ya que las personas en la ciudad les dieron calurosamente la bienvenida y aseguraron que nada faltaba que pudiera contribuir a su bienestar.4) de esta manera los Heracleos recobraron su tradicional nobleza y constitución.[8] Seleuco, animado por su éxito contra Lisímaco, partió para atravesar Macedonia. Anhelaba retornar a su patria de la que había partido con Alejandro, y pensaba pasar el resto de su vida allí (él era ya un hombre viejo), después de entregar al gobierno de Asia a su hijo Antíoco.2) Pero Ptolomeo Cerauno, a raíz de que el reino de Lisímaco había caído bajo el control de Seleuco, acompañaba él mismo a Seleuco; no fue despreciado como un prisionero, sino dado el honour y consideración debidos al hijo de un rey. Sus esperanzas se elevaron por las promesas que Seleuco hizo de establecerlo nuevamente en Egipto como el justo heredero al reino, cuando su padre Ptolomeo murió.3) Sin embargo, aunque era honrado con mucha atención, estos favores no mejoraron la disposición de un hombre malvado. Armó un complot, cayó sobre su benefactor y lo mató. Entonces saltó sobre un caballo y corrió a Lisimaquea dónde se puso una diadema, y escoltado por una espléndida guardia personal, salió para encontrar el ejército; les obligaron a aceptarlo y llamarlo rey, aunque habían servido previamente bajo Seleuco.4) Cuando oyó lo que había pasado, Antígono, el hijo de Demetrio, intentó cruzar a Macedonia con un ejército y una flota para anticipar a Ptolomeo; y Ptolomeo fue a confrontarlo con la flota de Lisímaco.5) En esta flota había algunas naves que habían sido enviadas de Heraclea, hexarremes y quinquerremes y transportes y un octorreme llamado el «portador de leones», de extraordinario tamaño y belleza. Tenía 100 remeros en cada línea, 800 hombres en cada lado, haciendo un total de 1.600 remeros. Había también 1.200 soldados en las cubiertas, y 2 timoneles.6) Cuando se libró la batalla, la victoria fue para Ptolomeo que derrotó a la flota de Antígono, con las naves de Heraclea luchando más valientemente que todas; y de las naves de Heraclea, el premio fue para el octorreme «portador de leones». Después de esta derrota en el mar, Antígono se retiró a Beocia, y Ptolomeo atravesó a Macedonia, a la que puso firmemente bajo su mando.7) Inmediatamente mostró su maldad casándose con su hermana Arsinoe (esto era tradicional entre los egipcios) y asesinando a los hijos que ella tenía con Lisímaco. Entonces, después de disponer de ellos, desterró a la propia Arsinoe del reino.8) Cometió muchos otros crímenes en un periodo de dos años, hasta que una banda de galos dejó su país debido al hambre e invadió Macedonia. El trabó batalla con estos galos, y fue muerto de una manera que convenía a su propia crueldad, siendo desmembrado por los galos que lo habían capturado vivo después que el elefante en el

que estaba montando fue herido y lo tiró. Antígono, el hijo de Demetrio, que había sido derrotado en la batalla naval, se convirtió en gobernante de Macedonia después de la muerte de Ptolomeo.[9] Antíoco, el hijo de Seleuco, que, a través de muchas guerras recuperó el reino de su padre con la dificultad y aun así no completamente, envió a su general Patrocles con un destacamento de su ejército a este lado del Tauro [montañas]. Patrocles designó a Hermógenes, cuya familia venía de Aspendo, para conducir los ataques contra Heraclea y las otras ciudades.2) Cuando los Heracleos enviaron una embajada a Hermógenes, él hizo un pacto con ellos y los hizo retirar de su territorio, y en cambio marchó a través de Frigia a Bitinia. Pero Hermógenes fue emboscado por los Bitinios, y fue muerto junto con todo su ejército, aunque él luchó valientemente contra el enemigo.3) Como resultado de esto, Antíoco decidió montar una expedición contra los Bitinios, y su rey Nicomedes mandó enviados a Heraclea a pedir una alianza que obtuvo rápidamente, prometiendo ayudar a la ciudad a cambio cuando estuviera en una condición similar.4) Entretanto, gastando mucho dinero, los Heracleos recuperaron Ciero y Tio y el territorio Tinio, pero no tuvieron éxito en recobrar Amastris (qué había sido tomada de ellos junto con otras ciudades), aunque ellos intentaron arduamente por la guerra y ofreciendo dinero. Eumenes, que mantuvo Amastris, osciló por un enojo irrazonable, y prefirió entregar la ciudad por nada a Ariobarzanes, el hijo de Mitrídates, en lugar de para aceptar el pago por ella de parte de los Heracleos.5) Aproximadamente al mismo tiempo, los Heracleos entraron en guerra con Zipetes el Bitinio, que gobernaba sobre Tinia en Tracia. En esta guerra muchos de los Heracleos fueron muertos después de realizar actos de verdadera valentía, y Zipetes los derrotó absolutamente; pero cuando un ejército aliado vino al rescate de los Heracleos, él deshonró su victoria huyendo. Aunque derrotados, los Heracleos pudieron recuperar e incinerar los cuerpos de sus muertos sin estorbo. Entonces, después de haber logrado que fueran a guerrear, trajeron de vuelta los huesos de sus muertos a la ciudad dónde les dieron un espléndido entierro en el monumento de los héroes.[10] Aproximadamente al mismo tiempo, se desató una guerra entre Antíoco, el hijo de Seleuco y Antígono, el hijo de Demetrio. Grandes fuerzas fueron desplegadas por ambos lados, y la guerra duró mucho tiempo. Nicomedes, el rey de Bitinia, luchó como aliado de Antígono, y muchos otros lucharon en el lado de Antíoco.2) Después de chocar con Antígono, Antíoco emprendió una guerra contra Nicomedes. Nicomedes reunió fuerzas de varios lugares, y mandó enviados a los Heracleos a pedir ayuda; ellos enviaron 13 trirremes para ayudarlo. Entonces Nicomedes salió a oponerse a la flota de Antíoco, y por algún tiempo siguieron confrontándose, pero ningún bando empezó una batalla, y volvieron sin lograr nada.[11] Cuando los galos vinieron a Bizancio y saquearon la mayor parte de su territorio, los Bizantinos estaban arruinados por la guerra y

pidieron ayuda a sus aliados. Todos los aliados proporcionaron la tal ayuda cuando pudieron, y los Heracleos dieron cuatro mil piezas de oro (esto es lo que los enviados habían pedido).2) No mucho después, Nicomedes hizo un pacto con los galos que estaban atacando Bizancio, y convino con ellos atravesar a Asia; los galos habían intentado cruzar muchas veces antes, pero siempre habían fallado, porque los Bizantinos no lo permitían. Las condiciones del pacto eran como sigue: los bárbaros debían siempre apoyar a Nicomedes y sus hijos, y no debían entrar en alianza con cualquier otro estado que lo pidiiera, sin permiso de Nicomedes. Ellos debían ser aliados de sus aliados, y enemigos de sus enemigos. Debían servir siendo aliados de los Bizantinos, si fuera necesario, y de los habitantes de Tio, Heraclea, Calcedonia y Ciero, y de algunos otros gobernantes.3) En estas condiciones, Nicomedes trajo a la multitud de galos a Asia. Los galos tenían líderes eminentes, de los cuales los más importantes y distinguidos eran Leonorio y Luturio.4) Al principio este cruce de los galos a Asia parecía causar sólo problema a los habitantes, pero al fin redundó en su beneficio. Los reyes intentaron acabar con las democracias en las ciudades, pero los galos las fortalecieron, rechazando a los opresores de las ciudades.5) Nicomedes, después de armar a los galos, empezó conquistando el país de Bitinia y matando a los habitantes, con la ayuda de los Heracleos. Los galos compartieron el resto del botín entre ellos.6) Después de avanzar mucho en el país, los galos se retiraron y escogieron una sección del país para quedárselo para ellos, lo que ahora es llamado Galacia. Ellos dividieron esta tierra en tres partes, para las tribus de los Trogmos, Tolostobogios, y Tectósagos.7) Cada una fundó ciudades, los Trogmos en Ancira, los Tolostobogios en Tabia, y los Tectósagos en Pesino.[12] Nicomedes disfrutó de gran prosperidad, y fundó una ciudad llamada con su nombre opuesta a Astaco. Astaco fue fundada al principio de la 17ª Olimpiada [712/11 A.C.] por colonos de Megara y fue llamada, como fue instruido por un oráculo, con el nombre de uno de los llamados Sparti indígenas (los descendientes de los Sparti Tebanos), un hombre noble y magnánimo llamado Astaco.3) La ciudad soportó muchos ataques de sus vecinos y estaba agotada por la lucha, pero después que los atenienses enviaron colonos allí que para unirse a los Megarios, se libró de sus problemas y logró gran gloria y fuerza, cuando Dedalso era el gobernante de los Bitinios.4) Dedalso fue sucedido por Boteiras que vivió 76 años y fue a su vez sucedido por su hijo Bas. Bas derrotó a Calas, general de Alejandro, aunque Calas estaba bien provisto para una batalla, y dejó a los macedónicos fuera de Bitinia. Vivió 71 años, y fue rey durante 50 años.5) Fue sucedido por su hijo Zipoetas, un guerrero excelente que mató uno de los generales de Lisímaco y echó a otro general fuera de su reino. Después de derrotar a Lisímaco primero, rey de los macedónicos, y luego Antíoco el hijo de Seleuco, el rey de Asia, fundó

una ciudad bajo la Montaña (?) Liparo que fue llamada con su nombre. Zipoetas vivió 76 años y gobernó el reino durante 48 años; le sobreviveron cuatro hijos.6) Fue sucedido por el mayor de los hijos, Nicomedes, que no actuó como un hermano sino como un verdugo de sus hermanos. Sin embargo fortaleció el reino de los Bitinios, particularmente arreglando el cruce de los galos para pasar a Asia, y como se dijo antes, fundó la ciudad que lleva su nombre.[13] Al poco tiempo, estalló una guerra entre los Bizantinos y los habitantes de Callatis (una colonia de Heraclea) y de Istria. La guerra fue causada por el centro comercial de Tomis, que los habitantes de Callatis querían administrar como un monopolio. Ambos bandos mandaron enviados a los Heracleos pidiendo ayuda; los Heracleos no dieron ayuda militar alguna a ningún bando, pero enviaron árbitros a cada uno de ellos para arreglar una tregua, aunque en ese momento no lo lograron. Después de sufrir enormemente a manos de sus enemigos, los habitantes de Callatis aceptaron una tregua, pero para ese tiempo eran ya casi incapaces de recuperarse de los desastres que los habían golpeado.[14] Después de un corto intervalo de tiempo, Nicomedes, el rey de Bitinia que estaba cerca de la muerte, nombró a los hijos de su segunda esposa Etazeta como sus herederos; ellos todavía eran muy jóvenes, de modo que designó a Ptolomeo, Antígono, y el pueblo de Bizancio, Heraclea y Cio para ser sus guardianes. Zeilas, el hijo de su matrimonio anterior, había sido expulsado por los planes de su madrastra Etazeta y estaba en el destierro con el rey de los armenios.2) Pero Zeilas volvió para exigir el reino con una fuerza que se vió aumentada por los galos Tolostobogios. Los Bitinios quisieron conservar el reino para los hijos más jóvenes, y arreglaron que el hermano de Nicomedes se casara con la madre de los niños. Los Bitinios reunieron un ejército de los guardianes que arriba mencionados, y resistieron el ataque de Zeilas aunque ocurrieron muchas batallas y cambios de fortuna, hasta que los dos lados estuvieran de acuerdo en una tregua. Los Heracleos lucharon heroicamente en las batallas, y se aseguraron que hubiera un tratado favorable.3) Por consiguiente los galos, considerando a Heraclea como un enemigo, asolaron su territorio hasta el río Calles, y volvieron a casa con una gran cantidad de botín.[15] Cuando los Bizantinos estaban en guerra con Antíoco, los Heracleos los apoyaron con 40 trirremes, pero la guerra no prosiguió más allá de las amenazas.[16] No mucho después, Ariobarzanes partió de este mundo, mientras estaba en el medio de una disputa con los galos. Su hijo Mitrídates era todavía joven; así que los galos trataron al hijo con desdén y devastaron su reino.2) Los súbditos de Mitrídates sufrieron muchas penalidades, pero fueron rescatados por los Heracleos que enviaron grano a Amiso para que pudieran alimentarse y pudieran satisfacer sus necesidades básicas. Debido a esto los galos hicieron otra expedición contra el

territorio de Heraclea, y lo devastaron hasta que los Heracleos le enviaron una embajada.3) El historiador Nimfis iba a la cabeza de la embajada; pagando 5.000 piezas de oro en conjunto al ejército de los galos, y 200 piezas a cada uno de sus líderes, los persuadió a retirarse del país.[17] Ptolomeo el rey de Egipto había alcanzado la cumbre de la prosperidad, y decidió favorecer a las ciudades con magníficos regalos. A los Heracleos les dió (?) 500 artabas de grano, y construyó en su acropolis un templo a Heracles hecho de mármol Proconesiano.[18] Habiendo llegado su relato a este punto, el autor hace una digresión sobre la elevación de los romanos al poder: de qué raza vinieron, cómo se establecieron en Italia, que pasó antes y durante la fundación de Roma. Brinda un informe de sus gobernantes y de los pueblos contra los que lucharon, la designación de los reyes, el cambio de la monarquía a gobernar por cónsules, y cómo los romanos fueron derrotados por los galos y su ciudad hubiera sido capturada por los galos, si Camilo no hubiera venido ensu ayuda y la hubiera rescatado.2) Luego describe cómo Alejandro les escribió, cuando él pasó a Asia, que ellos deberían conquistar a otros, si eran capaces de gobernar sobre ellos, o rendirse ante aquéllos que eran más fuertes que ellos; y el romano le envió una corona, mientras conteniendo muchos talentos de oro. Luego él describe su guerra contra los Tarentinos y su aliado Pirro de Epiro en la que, después de sufrir ambos reveses e infligir derrotas a sus enemigos, forzaron a los Tarentinos a someterse y echaron a Pirro fuera de Italia.3) Luego describe las guerras de los romanos contra los cartagineses y Aníbal, y sus éxitos en España bajo Ecipión y otros líderes; cómo Escipión fue proclamado rey por los españoles pero rehusó el título, y cómo Aníbal fue finalmente derrotado y huyó.4) Luego describe cómo los romanos atravesaron el mar Jónico, y cómo Perseo, el hijo de Filipo, impetuosamente rompió el tratado que su padre había hecho con los romanos cuando se convirtió en rey de los macedónicos, y fue derrocado después de haber sido derrotado por Paulo.5) Luego describe cómo derrotaron a Antíoco el rey de Siria, Comagene y Judea en dos batallas, y lo expulsó fuera de Europa.6) Reasumiendo luego este relato de las conquistas romanas, el autor dice que fueron mandados enviados por los Heracleos a los generales romanos que habían atravesado entrado a Asia; los romanos les dieron la bienvenida cálidamente y los trataron con amabilidad. Publio (?) Emilio les dió una carta, en la qué les aseguraba la amistad del senado para con ellos, y decía que recibirían todo el cuidado y atención que necesitaran.7) Luego mandaron enviados a Cornelio Escipión que había conquistado Africa para los romanos, para confirmar la alianza que había sido previamente convenida.8) Después de esto, mandaron enviados nuevamente a Escipión, porque ellos querían que el rey Antíoco se reconciliara con los romanos; y también se dirigieron con un decreto a Antíoco,

llamándolo a que depusiera su enemistad hacia los romanos. Cornelio les contestó a los Heracleos, empezando como sigue: «Escipión, general y procónsul de los romanos, al senado y pueblo de los Heracleos, os saludo». En la carta él confirmó la buena voluntad de los romanos hacia los Heracleos, y que ellos desaban acabar la guerra con Antíoco. El hermano de Lucio, Publio Cornelio Escipión, que comandaba la flota, dio una contestación similar a los enviados de los Heracleos.9) Poco después, Antíoco renovó la guerra con los romanos; fue completamente derrotado, y acabó las hostilidades aceptando un tratado que lo expulsó de Asia del todo, y lo privó de sus elefantes y flota. Se salieron Comagene y Judea quedaron bajo su mando.10) La ciudad de Heraclea mandó enviados con un mensaje similar a los próximos generales mandados por los romanos, y éstos fueron recibidos con la mismo buena voluntad y amabilidad que antes. Al final, se pactó un tratado entre romanos y Heracleos en el que ellos no sólo estaban de acuerdo en permanecer como amigos, sino también en luchar como aliados por o contra otros estados, como ambos pudieran requerirlo. Se inscribieron copias idénticas del tratado en dos tablas de bronce, una de los cuales fue fijada en Roma en el templo de Zeus Capitolino [Júpiter], y el otro en Heraclea, también en el templo de Zeus.[19] Después de narrar todos esto en los libros 13º y 14º de su historia, el autor describe al principio del libro 15º cómo Prusias, el vigoroso y muy activo rey de los Bitinios, guerreando trajo a Ciero (qué pertenecía a los Heracleos) bajo su mando, junto con algunas otras ciudades. Cambió el nombre de la ciudad a Prusias, en lugar de Ciero. También capturó Tio, otra ciudad de los Heracleos, de modo que que su territorio rodeaba a Heraclea por ambos lados hasta el mar.2) Después de estas ciudades, sometió a la misma Heraclea a un severo sitio, y mató a muchos de aquéllos que estaban sitiados. La ciudad estaba cerca de ser capturada, pero mientras subía a una escalera, Prusias fue golpeado por una piedra que fue tirada de las almenas. Se rompió una pierna, y debido a esta lesión se levantó el sitio.3) El herido rey fue llevado por los Bitinios en una litera, no sin dificultad, y volvió a su propio país dónde se mantuvo vivo durante unos años antes de morir, llamámdosele (debido a su lesión) «el cojo».[20] Antes que los romanos cruzaran a Asia, los galos que vivían en la parte superior del Ponto, deseando tener acceso al mar, intentaron capturar Heraclea, pensandp que no sería una tarea difícil porque la ciudad había perdido mucha de su anterior fuerza, de modo que la consideraron con desprecio. Marcharon contra ella con todas sus fuerzas, y los Heracleos pidieron ayuda a cualquiera que pudiera ofrecerla al momento.2) Así fue que la ciudad fue sometida a un sitio que siguió durante algún tiempo hasta que los galos empezaron a padecer de falta de comestibles; ya que los galos están acostumbrados a emprender la

guerra con pasión en lugar de hacer los preparativos necesarios. Cuando dejaron su campamento y comenzaron a acopiar comestibles, los defensores de la ciudad hicieron una salida y cayeron inesperadamente sobre ellos. Capturaron el campamento y mataron a muchos de los galos allí, capturando a los otros que estaban esparcidos por el campo sin dificultad, de modo que menos de un tercio del ejército de los galos escapó hacia Galacia.3) Este éxito indujo a los Heracleos a esperar que serían restaurados en su gloria y prosperidad anteriores.[21] Cuando los romanos estaban luchando contra los Marsos, Pelignos y Marrucinos (éstas son tribus que viven en el norte de Africa, cerca de Gades), los Heracleos fueron con dos trirremes con cubiertas a ayudar a los romanos. Después de ayudar a ganar la guerra y hacerse acreedores a muchas alabanzas por su valor, los Heracleos volvieron a casa en el 11º año después de haber salido.[22] Después de esto, estalló la dolorosa guerra entre los romanos y Mitrídates rey del Ponto; la causa aparente de esta guerra fue la captura de Capadocia. Mitrídates ganó el control de Capadocia cuando capturó a su sobrino Arates después de romper su juramento acerca de una tregua, matándolo con sus propias manos. Este Arates era el hijo de Ariarates y de la hermana de Mitrídates.2) Mitrídates era un asesino persistente desde su niñez. Se había convertido en rey a la edad de 13 años, y poco después encarceló a su madre, a quien su padre había dejado como co-gobernante con él, y acabó con ella con violencia; también mató a su hermano.3) Aumentó su reino dominando a los reyes alrededor del río Fasis guerreando hasta las regiones más allá del Cáucaso, y creció sumamente jactancioso.4) A causa de este los romanos consideraron sus intenciones con sospecha, y dieron un decreto que él debía restaurar a los reyes de los Escitas su territorio ancestral. Él obedeció esta orden sin resistencia, pero reunió como sus aliados a los partos, medos, Tigranes el armenio, los reyes de los Frigios y [al rey de] los Iberos.5) Aportó otros pretextos para la guerra. Por ejemplo, después que el senado romano designó a Nicomedes, hijo de Nicomedes y Nisa, para ser rey de Bitinia, Mitrídates preparó [Sócrates] llamó a Cresto como rival de Nicomedes. Sin embargo los deseos de los romanos prevalecieron, a pesar de la oposición de Mitrídates.6) Después, cuando Sila y Mario estaban comprometidos luchando por el mando del estado romano, Mitrídates dio 40.000 infantes y 10.000 jinetes a su general Arquelao, y pidió que marchara contra los Bitinios. Cuando se encontraron en la batalla, Arquelao fue victorioso, y Nicomedes escapó con sólo unos compañeros. Después de oír estas noticias, Mitrídates, que ahora tenía a sus fuerzas aliadas con él, partió de la llanura de Amaseia y marchó a través de Paflagonia, llevando un ejército de 150.000 hombres.7) Manio confrontó (?) a Menófanes, el general de Mitrídates, con sólo unos pocos soldados romanos, porque los soldados de Nicomedes que estaban con él huyeron en cuanto oyeron del acercamiento de Mitrídates; Manius fue derrotado y huyó, perdiendo todo su ejército.

8) Entonces Mitrídates invadió Bitinia con impunidad y capturó las ciudades y la campiña sin una batalla. Algunas de las otras ciudades de Asia fueron capturadas y otras se aliaron con Mitrídates, de modo que hubo una completa transformación en el estado de las cosas. Solamente los rodios mantuvieron su alianza con los romanos. Por consiguiente Mitrídates emprendió la guerra con ellos por tierra y mar, aunque los rodios tuvieron el mejor de los encuentros, y el propio Mitrídates estuvo cerca de ser capturado en una batalla naval.9) Entonces Mitrídates, porque había oído que los romanos que estaban esparcidos a lo largo de las ciudades estaban impidiendo sus planes, escribió a todas las ciudades instruyéndolas que mataran a los romanos en su medio en un día específico. Y muchos obedecieron estas instrucciones, haciendo semejante matanza que en ese un día 80.000 personas fueron muertas por la espada.10) Cuando Eretria, Calcis y toda Eubea se pasaron a Mitrídates, junto con otras ciudades, y los Espartanos fueron derrotados, los romanos mandaron a Sila contra él con un conveniente ejército.11) A su llegada, Sila triunfó sobre algunas ciudades que cambiaron de lados por su propia voluntad, y capturó otras por la fuerza, y derrotó en batalla a un gran ejército del Ponto. También capturó Atenas, y la ciudad habría sido destruída, si el senado no hubiera puesto fin rápidamente a las intenciones de Sila.12) Tuvieron lugar muchas escaramuzas en la mayoría de las cuales los hombres del Ponto llevaron la ventaja, y la situación cambió como resultado de sus éxitos. Pero las tropas reales padecieron una falta de suministros, porque usaron lo que tenían imprudentemente y no supieron conservar lo que habían adquirido. Habrían estado en un problema desesperado, si Taxiles no hubiera capturado Amfípolis después de lo cual el resto de Macedonia se pasó a su lado, y pudo así proporcionar abundantes suministros.13) Taxiles y Arquelao unieron sus ejércitos, teniendo así más de 60,000 hombres, y tomaron posición en el territorio de Focis, esperando a Sila. Sila recibió los refuerzos de Lucio Hortensio quién trajo más de 6.000 hombres de Italia y acampó en situación opuesta a una distancia considerable. Mientras los hombres de Arquelao estaban procurándose alimento descuidadamente, Sila atacó inesperadamente el campamento de sus enemigos. Mató inmediatamente a los hombres que capturó si eran fuertes, pero puso a aquéllos de quienes no tenía nada que temer, alrededor del campamento y les dijo que encendieran fuegos, para recibir a aquéllos que volvían de forrajear sin darles sospecha alguna de lo que había pasado. Esto resultó como él lo planeó, y los hombres de Sila ganaron una inteligente victoria.[23] Mitrídates acusó a los habitantes de Quíos de ayudar a los rodios, y envió a Dorileo contra ellos. Dorileo capturó la ciudad con alguna dificultad. Entonces repartió la tierra con los hombres del Ponto, y transportó a los Quíos por mar al Ponto.2) Los Heracleos, que eran aliados de los de Quíos, atacaron las naves Pónticas llevando los cautivos cuando zarparon y las trajeron a la ciudad sin resistencia, porque las naves no fueron equipadas para

defenderse. Los Heracleos reavivaron rápidamente a los de Quíos proporcionándoles liberalmente todo lo que ellos necesitaron, y después los llevaron a su patria, después de ofrecerles generosos regalos.[24] El senado envió a Valerio Flaco y a Fimbria que lucharan contra Mitrídates. Les ordenó que compartieran la guerra con Sila, si él cooperaba con el senado, pero si no, cer la guerra primero contra él.2) Flaco sufrió varios infortunios para empezar (como la falta de comida y pérdidas en la batalla) pero mayormente tuvo éxito. Cruzó a Bitinia con la ayuda de los Bizantinos, y de allí fue a Nicea dónde se detuvo. Fimbria cruzó igualmente con sus tropas.3) Flaco se disgustó porque la mayoría del ejército prefirió ser conducido por Fimbria, porque él era un comandante considerado. Mientras Flaco estaba reprendiendo amargamente a Fimbria y a los soldados más distinguidos, dos de ellos, en quienes se despertó una furia mayor que los otros, lo asesinaron. El senado se enfadó con Fimbria por esto; pero enmascaró su enojo, y arregló para que fuera elegido cónsul. Fimbria, convirtiéndose así en el comandante de toda la fuerza, conquistó algunas ciudades por acuerdo y capturó a otras por la fuerza.4) El hijo de Mitrídates, acompañado por los generales Taxiles, Diofanto y Menandro, confrontó a Fimbria con una gran fuerza. Al principio los bárbaros llevaban la ventaja y Fimbria decidió usar una estratagema para reparar sus derrotas en la batalla (el ejército enemigo era mucho más grande que el suyo). Cuando ambos ejércitos llegaron a un cierto río, con el río entre ellos, y una tormenta rompiendo al alba, el general romano cruzó el río inesperadamente. Cayó sobre el enemigo mientras estaban todavía dormidos, y mató a la mayoría de ellos antes de que supieran lo que estaba pasando. Algunos de los líderes y la caballería escaparon de la matanza, incluyendo a Mitrídates, el hijo de Mitrídates, quién cabalgó y escapó donde su padre en Pérgamo junto con algunos otros.5) Después que el ejército del rey hubo sufrido esta aplastante derrota, la mayoría de las ciudades pasó a los romanos.[25] Después que Mario, uno de la facción opuesta, fue restaurado a Roma de su destierro, Sila tuvo miedo que él pudiera ser forzado a un destierro similar debido a su áspero tratamiento a Mario; así que mandó enviados a Mitrídates, proponiendo una tregua entre él y los romanos.Mitrídates, que alegremente aceptó la propuesta, pidió encontrarse para acordar las condiciones. Sila partió ansiosamente.2) Después de avanzar uno hacia el otro, se encontraron en Dárdano para discutir el tratado. Cuando sus asistentes se hubieron retirado, llegaron a un acuerdo, que Mitrídates rendiría Asia a los romanos, que los Bitinios y Capadocia serían gobernados por sus reyes nativos, que Mitrídates sería confirmado como rey de todo el Ponto, con tal que proveyera 80 trirremes y 3.000 talentos personalmente a Sila para su retorno a Roma, y que los romanos no castigarían a las ciudades por su apoyo a Mitrídates. De hecho los romanos no cumplieron esta

última parte del tratado, y forzaron a muchas de las ciudades después a la esclavitud.3) Así Sila volvió con gloria a Italia, y Mario se retiró nuevamente de Roma. Mitrídates regresó a su país, y comenzó a dominar muchas de las naciones que se habían sublevado de su gobierno después del desastre que sufrió.[26] Murena fue enviado como comandante por el senado, y Mitrídates le mandó enviados, recordándole el tratado que Sila había hecho y pidiéndole que se atuviera a él. Pero Murena no se dio por enterado de los enviados (eran principalmente griegos y filósofos, y desacreditaron a Mitrídates en lugar de apoyarlo) y partió contra Mitrídates. Estableció a Ariobarzanes como rey de Capadocia, y fundó la ciudad de Licinia en la frontera de reino de Mitrídates.2) Entretanto Murena y Mitrídates enviaron mensajeros a los Heracleos, pidiendo cada uno de ellos que se hicieran sus aliados. Los Heracleos consideró que el poder de los romanos era formidable, pero tenían miedo de Mitrídates porque él era su vecino. Por consiguiente contestaron a los enviados que cuando tales grandes guerras estallaban, ellos escasamente podían proteger su propio territorio, ni hablar de ayuda a otros.3) Algunos de los consejeros de Murena dijeron que él debía atacar Sinope y empezar una guerra para controlar la capital del rey, porque si él capturaba esa ciudad, fácilmente triufaría sobre otros lugares. Pero Mitrídates protegió Sinope con una gran fuerza y se preparó para la guerra abierta.4) En las escaramuzas abiertas las fuerzas del rey tenían la ventaja, pero la subsecuente batalla fue uniformemente equilibrada, y esta batalla embotó el entusiasmo de los dos lados por la guerra. Mitrídates se marchó a las regiones alrededor del río Fasis y el Cáucaso, mientras Murena volvió a Asia; y los dos cuidaron sus propios asuntos.[27] Poco después Sila murió en Roma, y el senado envió a Aurelio Cota a Bitinia y a Lucio Lúculo a Asia, ambos con la orden de luchar contra Mitrídates.2) Mitrídates congregó otro gran ejército y 400 trirremes, junto con un número considerable de naves más pequeñas, incluso las naves de cincuenta remos y kerkouroi. Envió a Diofanto (?) Mitaro con una fuerza a Capadocia, para establecer guarniciones en las ciudades y, si Lúculo marchara hacia el Ponto, confrontarlo e impedirle adelantarse más allá.3) Mitrídates reunió un ejército de 150.000 infantes, 12.000 jinetes y 120 carros falcados, así como un número igual de obreros. Avanzó a través de Paflagonia Timonitis en la Galacia, y nueve días después llegó a Bitinia4) Lúculo ordenó a Cota que zarpara hacia el puerto de Calcedonia con todas sus naves.5) La armada de Mitrídates navegó pasando Heraclea; no se le admitió en la ciudad, pero los Heracleos le proporcionaron los suministros cuando se los pidieron. Mientras los marineros y los habitantes se mezclabans, como era natural, Arquelao, el

comandante de la armada, capturó a Sileno y Sátiro, dos Heracleos distinguidos, y no los soltó hasta no haberlos persuadido de proporcionar cinco trirremes para ayudarlo en la guerra contra los romanos. Como resultado de esta acción, como Arquelao había ideado, el pueblo de Heraclea fue considerado como enemigo por los romanos. Por consiguiente los romanos, que estaban exigiendo contribuciones de las otras ciudades las exigieron de Heraclea también.6) Cuando los recaudadores llegaron a la ciudad, desatendieron las leyes del estado, y sus demandas por dinero apenaron a los ciudadanos que consideraron esto como el principio de la esclavitud. Quisieron enviar una comisión al senado para pedir ser librados de las contribuciones, pero fueron persuadidos por uno de los hombres más audaces de la ciudad de deshacerse de los recaudadores en secreto, de semejante manera que nadie estuviera seguro de cómo murieron.7) Las flotas de Roma y Ponto se encontraron en batalla cerca de la ciudad de Calcedonia, y una batalla también se libró en tierra entre el ejército del rey y los romanos; los generales ambos lados eran Mitrídates y Cota. En la batalla terrestre los Bastarnas derrotaron a los italianos, y mataron a muchos de ellos. Hubo un resultado similar en la batalla naval, y en el mismo día la tierra y el mar se cubrieron con los cuerpos de romanos muertos. En la batalla naval se mataron 8.000 hombres y se capturaron 4.500; en la batalla terrestre 5.300 de los italianos fueron muertos, y del ejército de Mitrídates, aproximadamente 30 Bastarnas, y otros 700. Todos estaban intimidados por este triunfo de Mitrídates.8) Lúculo, que estaba acampado cerca del río Sangarius, cuando oyó del desastre, habló a sus soldados y los animó a que no se desalentaran.

[28] Mitrídates confiadamente se trasladó a Cízico y decidió sitiar la ciudad. Lúculo lo siguió y en la lucha resultante derrotó totalmente al ejército Póntico. En un corto tiempo mató muchas decenas de miles, y tomó 13.000 prisioneros.2) Los soldados de Fimbria sabían que sus líderes los considerarían como desleales debido a su crimen contra Flaco, y en secreto enviaron a Mitrídates, prometiendo desertar e integrar sus filas. Mitrídates, pensó que este mensaje era un golpe de suerte, y cuando llegó la noche envió a Arquelao a confirmar el acuerdo y traer a los desertores a sus filas Pero cuando Arquelao llegó, los soldados de Fimbria lo capturaron y mataron a sus compañeros.3) Encima de este infortunio, el ejército del rey fue apretado por el hambre y muchos de ellos murieron. A pesar de sufrir todos estos reveses, Mitrídates no desistió del sitio; pero después, después de infligir y recibir muchas pérdidas, se retiró de la ciudad sin capturarla. Designó a Hermeo y (?) Mario para llevar a los infantes, con un ejército de más de 30.000 hombres, mientras él regresaba por mar. Varios desastres ocurrieron cuando abordó los trirremes, porque los hombres que estaban todavía esperando para abordarlos, se asieron

de las naves y colgaron de ellas, tanto de las naves que ya estaban llenas como de las que quedaban Tantos hombres provocaron que algunas de las naves se hundieran y otros volcaran.4) Cuando los ciudadanos de Cízico vieron esto, atacaron el campamento Póntico, mataron a las exhaustas tropas que quedaban allí y saquearon todo lo había quedado en el campamento. Lúculo persiguió al ejército hasta el río Esepo dónde lo sorprendió y mató un gran número de enemigos. Mitrídates se recuperó lo mejor que pudo y sitió Perinto, pero fracasó en tomarla y cruzó a Bitinia.5) Entonces (?) Barba llegó a la cabeza de una gran fuerza de italianos y Triario, el general romano, avanzó y comenzó a sitiar Apamea; los ciudadanos de Apamea se resistieron tanto como pudieron, pero finalmente abrieron sus puertas y dejaron entrar a los romanos.6) El ejército romano capturó también la ciudad de Prusa, que queda al pie del Monte Olimpo asiático.7) De allí Triario llevó su ejército a la ciudad de Prusias cerca del mar. En tiempos antiguos, Prusias se llamó Ciero que es la escena de muchas historias, tales como como la llegada del Argos, la desaparición de Hilas y los vagabundeos de Heracles en busca de Hilas. Cuando Triario llegó allí, los habitantes de Prusias expulsaron a los soldados pónticos y voluntariamente lo dejaron entrar.8) de allí Triario siguió a Nicea dónde Mitrídates había puesto una guarnición. Pero los soldados Pónticos comprendieron que los habitantes de Nicea estaban inclinandos hacia los romanos, y así se retiraron por la noche hacia Mitrídates en Nicomedia; después de esto, los romanos obtuvieron el control de la ciudad sin una lucha.9) La ciudad de Nicea tomó su nombre de una Náyade (ninfa de río) llamada Nicea, y fue esrablecida por los hombres de Nicea que lucharon en el ejército de Alejandro. Después de la muerte de Alejandro, fundaron y establecieron esta ciudad en memoria de su patria. Se dice que la ninfa Nicea era hija de Cibeles y Sangario, que era el gobernante del país. Prefiriendo la virginidad a la convivencia con un hombre, pasó su vida cazando en las montañas. Dionisio se enamoró de ella, pero ella rechazó sus avances. Después de su rechazo, Dionisio intentó cumplir su deseo por medio de un truco. Llenó la fuente em la que Nicea bebía cuando estaba agotada de cazar, con vino en lugar de agua. Ella no sospechó nada y, actuando normalmente, se hartó del engañoso líquido. Entonces la embriaguez y el sueño se apoderaron de ella, y se sometió a los deseos de su amante, incluso contra su voluntad. Dionisio tuvo coito con ella, y engendró a Sátiro y otros hijos con ella.10) Los hombres que fundaron y establecieron la ciudad de Nicea vinieron originalmente de la Nicea que está al lado de Focis. Ellos lucharon a menudo contra los focios que finalmente los privaron de su patria, dominándola y arrasándola con gran celo.11) Así es cómo Nicea fue llamada y fundada y cómo pasó a los romanos.[29] Cota quiso reparar sus antiguos fracasos, y avanzó desde Calcedonia dónde había sido derrotado, a Nicomedia, dónde estaba

Mitrídates. Acampó a 150 estadios de la ciudad, pero estaba renuente a entrar en batalla. Sin esperar a ser convocado, Triario se apresuró para reunirse con Cota, y cuando Mitrídates se retiró dentro de la ciudad, el ejército romano se preparó a sitiarlo por ambos lados.2) Pero el rey oyó que la armada póntica había sido derrotada en dos batallas navales que habían sido libradas con Lúculo cerca de Tenedos y en el Egeo, y no pensó que era lo suficientemente fuerte como para resistir a la armada romana que lo confrontó. Por consiguiente él (?) embarcó sus fuerzas y navegó por el río. Perdió algunos de sus trirremes en una violenta tormenta, pero llegó al río Hipio con la mayoría de sus naves.3) Allí pasó el invierno, y con muchas promesas y regalos de dinero le rogó a Lámaco de Heraclea, un viejo amigo suyo de quién él oyó que era un líder del estado, que dispusiera ser recibido en la ciudad. Lámaco aceptó el pedido. Preparó una magnífica fiesta para los ciudadanos fuera de la ciudad, y proveyó a las personas con bebida, después de instruir que las puertas de la ciudad fueran dejadas abiertas durante la fiesta. Pero él había arreglado de antemano que Mitrídates viniera en secreto el mismo día, y de esta manera Mitrídates obtuvo el control de la ciudad antes que los Heracleos se hubieran dado cuenta que había llegado.4) Al día siguiente, Mitrídates congregó al pueblo y lo saludó con palabras conciliatorias. Les aconsejó que mantuvieran su buena voluntad hacia él, y estableció una guarnición de 4.000 hombres, con Conacorex como comandante de la guarnición, con el pretexto que si los romanos decidían atacarlos, la guarnición defendería la ciudad y salvaría a los habitantes. Luego distribuyó dinero a los residentes, sobre todo a aquéllos en posiciones de autoridad, y zarpó hacia Sinope.5) Lúculo, Cota y Triario, los comandantes generales romanos, fueron juntos a Nicomedia, y partieron para invadir el Ponto. Pero cuando oyeron de la captura de Heraclea, ellos no sabían que habían sido traicionados, pero pensaron que la ciudad entera había cambiado su lealtad, decidieron que Lúculo marchara con la mayoría del ejército a través de los distritos interiores de Capadocia para atacar a Mitrídates y a todo su reino; que Cota atacara Heraclea; y que Triario recogiera las fuerzas navales alrededor del Helesponto y la Propóntide, y quedara a la espera del retorno de las naves que Mitrídates había enviado a Creta y España.6) Cuando Mitrídates oyó de sus planes, hizo sus propios preparativos, y mandó enviados a los reyes de los Escitas, al rey de Partia y a su yerno Tigranes, rey de Armenia. Los otros no le dieron ayuda alguna, pero Tigranes, después de ignorar muchas súplicas de la hija de Mitrídates, acordó finalmente una alianza con él.7) Mitrídates envió diferentes generales a luchar contra Lúculo. Cuando entraron en batalla, tenían éxitos variables, pero en la mayoría de las ocasiones los romanos tenían la ventaja.8) El rey se descorazonó con esto, pero no obstante reunió 40.000 infantes y 8.000 jinetes, y los envió además del anterior ejército, con Diofanto y Taxiles como sus generales. Después de haberse unido con

los otros, al principio los dos bandos se probaron en escaramuzas casi cada día, y entonces hubo dos batallas de caballería, en la primera de las cuales los romanos fueron victoriosos, y en la segunda los hombres del Ponto ganaron.9) Como la guerra proseguía, Lúculo envió algunos hombres a Capadocia a conseguir suministros, y cuando Taxiles y Diofanto oyeron de esto, enviaron una fuerza de 4.000 infantes y 2.000 jinetes para atacar y pillar a los hombres que traían los suministros. Pero cuando las dos fuerzas chocaron, los romanos llevaron la ventaja, y después que Lúculo envió refuerzos a su bando, se convirtió en una completa derrota de los bárbaros. En su persecución de los bárbaros fugitivos, el ejército romano llegó al campamento de Diofanto y Taxiles, procediendo a un ataque feroz sobre ellos. El ejército póntico resistió el ataque durante algún tiempo, pero entonces todos ellos se retiraron, siendo sus generales los primeros en huir. Los generales fueron a Mitrídates como los mensajeros de su propia derrota; y un gran número de bárbaros fue muerto.[30] Después de haber sufrido este desastre manifiesto, Mitrídates ordenó que fueran ejecutadas las princesas de la casa real, y decidió escapar de Cabeira dónde estaba, sin conocimiento de sus súbditos. Pero fue perseguido por algunos galos que no se dieron cuenta quién era, y lo habrían capturado, si no se hubieran encontrado con una mula que llevaba el oro y la plata de Mitrídates, y se detuvieron para pillar ese tesoro. Mitrídates llegó a Armenia, aunque Lúculo envió a Marco Pompeyo en persecución de él.2) Entonces Lúculo avanzó a Cabeira con todo su ejército, y rodeó la ciudad; ganó el control de los muros después que los bárbaros acordaron rendirse bajo una tregua.3) De allí fue a Amiso, e intentó persuadir a los habitantes de aceptar las condiciones de los romanos, pero como no le escucharon, se marchó y empezó a sitiar Eupatoria. Allí pretendió dirigir [el sitio] negligentemente, para poder calmar al enemigo con la misma actitud de negligencia, y entonces lograr su objetivo montando un ataque súbito. El resultado fue como él esperaba, y capturó la ciudad por esta estratagema. Lúculo ordenó de repente que sus soldados trajeran escaleras, mientras los defensores prestaban poca atención porque no esperaban nada de eso, y envió a los soldados por las escaleras a la cima de los muros. De esta manera Eupatoria fue capturada, y destruída inmediatamente.4) Poco después Amiso fue capturada de una manera similar, el enemigo trepó sus muros con las escaleras. Muchos de los ciudadanos de Amiso fueron muertos inmediatamente, pero entonces Lúculo acabó con la matanza. Restauró la ciudad y su territorio a los restantes ciudadanos, y los trató consideradamente.[31] Mitrídates permanecía ahora en el territorio de su yerno [Tigranes], quién se negó a encontrarse con él, pero le dió guardia personal y todas las otras muestras de hospitalidad.2) Lúculo envió a Apio Claudio como embajador a Tigranes, exigiéndole la rendición de Mitrídates, pero Tigranes se negó a entregarlo, diciendo que él incurriría en la censura universal si

traicionara al padre de su esposa; por consiguiente, aunque sabía de la inútil personalidad de Mitrídates, respetaría sus lazos de parentesco.3) Tigranes escribió una carta a Lúculo, conteniendo el mismo mensaje, pero la carta sólo irritó al romano, porque no se dirigió a él como «general», en contestación a sus propias cartas en las cuales él no se había dirigido a Tigranes como «el rey de reyes».En este punto termina el 15º libro de la historia.[32] Los contenidos de la próxima parte de la historia son como sigue. Cota marchó con el ejército romano contra Heraclea, pero primero lo llevó a Prusias. Prusias se había llamado antes Ciero, del río que fluye cerca de ella, pero el rey de Bitinia la renombró después de él cuando la tomó de los Heracleos. De allí bajó al [Euxino] mar; marchó a lo largo de la orilla, y estacionó a sus hombres cerca de punto más alto de las murallas.2) Los Heracleos estaban confiados en la natural fuerza del sitio, y cuando Cota presionó atacando ellos lucharon junto con la guarnición. Un gran número de soldados romanos pereció, aunque los Heracleos recibieron muchas heridas por proyectiles. Por consiguiente Cota retiró su ejército del ataque a los muros, y acampó a corta distancia. Puso su atención en impedir que los suministros llegaran a los sitiados habitantes. Cuando los ciudadanos quedaron cortos de las necesidades básicas, mandaron enviados a sus colonias, pidiéndoles que les proveyeran suministros a cambio de dinero, lo que las colonias prontamente acordaron.[33] Poco después Triario partió de Nicomedia con la flota romana para confrontar los trirremes pónticos que, como se ha dicho previamente, habían sido enviados a Creta y España. Se enteró que se estaban retirando al Ponto, después de perder muchas naves que se habían hundido en las tormentas y en varias batallas. Interceptó las restantes naves y libró una batalla contra ellos cerca de Tenedos en la que él tenía 70 trirremes y la armada póntica tenía menos de 80.2) Cuando los dos bandos se encontraron, las naves del rey ofrecieron para empezar un poco de resistencia, pero luego fueron completamente derrotadas y la armada romana obtuvo una victoria decisiva. Y así la fuerza naval entera que había navegado a Asia con Mitrídates fue destruida.[34] Cota, que había acampado cerca de Heraclea, no atacó la ciudad con todo su ejército, pero envió adelante destacamentos, algunos de los romanos, y muchos de los Bitinios. Pero como muchos de sus hombres fueron heridos o muertos, construyó varios máquinas de sitio, incluso la Tortuga, que bastante alarmó a los defensores de la ciudad. Trajo esto adelante a plena fuerza contra cierta torre que parecía susceptible al daño; sin embargo, después de uno o dos golpes, no sólo quedó la torre de pie, sino que la cabeza del ariete se rompió. Esto restauró los espíritus de los Heracleos, pero descorazonó a Cota quién pensó que la ciudad nunca sería capturada.2) Al día siguiente Cota trajo nuevamente el artefacto de sitio, pero sin éxito; de modo que quemó el artefacto, y decapitó a los hombres

que lo habían hecho. Dejando a un guardia cerca de los muros, levantó el campamento y se marchó con el resto de su ejército a la llamada llanura de Licea que le dió un abundante suministro de provisiones. Desde allí devastó todo el territorio de Heraclea, causando grandes penurias a los ciudadanos.3) Así que enviaron otra embajada, pidiendo una alianza a los habitantes del Quersoneso Escita, Teodosia y a los reyes del Bósforo, pero la embajada volvió sin lograr nada.4) Los ciudadanos sufrieron casi tanto del maltrato interno como de los ataques de los enemigos externos, porque la guarnición no estaba satisfecha con las mismas provisiones con las que sobrevivía el populacho, y les obligaron a que les proporcionaran lo que ellos no podían afrontar fácilmente, asaltando a los ciudadanos. Conacorex, el comandante de la guarnición, era más brutal aún que sus hombres; en lugar de refrenar su violencia, los animó.5) Después de asolar la campiña, Cota atacó nuevamente los muros. Pero vió que los soldados eran renuentes a presionar el sitio, de modo que los llevó de nuevo lejos de los muros, y envió a Triario, pidiéndole que viniera rápidamente y evitara con sus trirremes que la comida llegara a la ciudad por mar.6) Triario tomó las naves que tenía con él y 20 naves rodias, haciendo un total de 43 naves. Cruzó el [Euxino] mar e informó a Cota de la fecha en la que llegaría. El mismo día en que apareció la escuadra de naves de Triario, Cota llevó su ejército a los muros.7) Los Heracleos estaban alarmados por la súbita llegada de las naves. Ellos fletaron 30 de sus propias naves al mar, aunque incluso éstas no estaban totalmente tripuladas, y el resto de los hombres se volvió a defender la ciudad. Las naves Heracleas zarparon a confrontar la escuadra próxima del enemigo, y los rodios (que eran reputados como los marineros más valientes y experimentados que otros) fueron los primeros en atacarlos. Se hundieron inmediatamente tres naves rodias y cinco Heracleas. Entonces los romanos se unieron a la lucha; ambos lados sufrieron fuertes pérdidas, pero los romanos infligieron el mayor daño a sus enemigos. Finalmente se derrotaron las naves de Heraclea y les obligaron a que huyeran a la ciudad; 14 de sus naves se perdieron, y las que escaparon fueron ubicadas en la gran bahía.8) Cota movió también el ejército terrestre para renovar el sitio. Las naves de Triario se estacionaron a cada lado del puerto, para impedir que los suministros de comida alcanzaran a esos que estaban dentro de la ciudad, y la ciudad fue inadida por tal severa hambruna que un choinix de grano se vendió por 80 [drachmas] Áticas.9) Encima de estos males, una plaga golpeó a los ciudadanos, causada por un cambio en el clima o por su dieta pobre. La plaga consumió a sus víctimas con muchos tipos diferentes de sufrimientos, incluso Lámaco que soportó una muerte particularmente lenta y dolorosa. La guarnición sufrió en su mayor parte la enfermedad, que mató a mil de sus tres mil hombres; y su aflicción era obvia a los romanos.

[35] Conacorex se desanimó por estos desastres y decidió traicionar a la ciudad entregándola a los romanos, comprando su propia seguridad por la ruina de los Heracleos. Se le unió a él en esta empresa un Heracleo llamado Damófeles, un adherente al partido de Lámaco, que había sido elegido jefe de los guardias de la ciudad después de la muerte de Lámaco.2) Conacorex no se acercó a Cota, a quien él consideraba como opresivo y poco fiable, sino que hizo un arreglo con Triario, al que Damófeles consintió prontamente. Después de acordar condiciones que ellos esperaban que asegurarían su bienestar, se aprestaron a traicionar a la ciudad.3) La naturaleza de los planes de los traidores fue conocida por las personas de la ciudad, que rápidamente se reunieron en asamblea y convocaron al líder de la guarnición. Britágoras, uno de los principales ciudadanos, fue a ver Conacorex. Él describió la situación en Heraclea, y le imploró, si quería, negociar con Triario por la seguridad común de todos ellos. Después que Britágoras hubo hecho este pedido con mucho lamento, Conacorex se puso de pie y se negó a pactar semejante tratado, pretendiendo que estaba defendiendo su libertad y que tenía grandes expectativas. Dijo que se había enterado a través de cartas que el rey [Mitrídates] había recibido una amistosa recepción por parte de su yerno Tigranes, y esperaba ayuda suficiente para llegar desde antes. Conacorex había inventado todo esto, pero los Heracleos fueron engañados por sus palabras, y creyeron sus invenciones como si fueran verdad; porque los hombres siempre escogen creer lo que realmente desean.4) Conacorex, dándose cuenta que los había engañado con éxito, embarcó calladamente su ejército en los trirremes en medio de la noche, y navegó lejos; porque el pacto con Triario estipulaba que sus hombres podrían salir ilesos, y llevar con ellos cualquier botín que hubieran adquirido. Damófeles abrió entonces las puertas, y Triario y el ejército romano entraron a raudales en la ciudad; algunos de ellos entraron a través de las puertas, y otros subieron encima del tope de las murallas.5) Sólo entonces los Heracleos comprendieron que habían sido traicionados. Algunos de ellos se rindieron, y otros fueron muertos. Se saquearon sus objetos de valor y otras posesiones, y los ciudadanos fueron sometidos a todo tipo de brutalidades, mientras los romanos recordaban sus pérdidas en la batalla naval, y las penalidades que soportaron durante el sitio. Los romanos no perdonaron ni a aquéllos que huyeron a los templos, sino que los abatieron cerca de los altares y las imágenes de los dioses.6) Por consiguiente muchos de los Heracleos, temiendo la muerte inevitable, escaparon por encima de los muros y se desparramaron alrededor del campo circundante, y algunos fueron obligados a entregarse a Cota. Por ellos Cota se enteró de la captura de la ciudad, la matanza de los ciudadanos y el saqueo de su propiedad. Él estaba lleno de enojo, e inmediatamente avanzó a la ciudad. Su ejército compartió su enojo, no sólo porque les habían robado la gloria de victoria, sino también porque todas las riquezas de la ciudad habían

sido ya pilladas por los otros soldados. Habrían empezado una lucha con sus compañeros soldados, y los dos ejércitos se hubieran matado entre sí, si Triario no hubiera comprendido lo que ellos pensaban. Haciendo muchos discursos conciliatorios, y prometiendo hacer que el botín disponible lo compartieran todos, evitó la erupción de una disputa interna.7) Pero cuando se dieron cuenta que Conacorex había capturado Tio y Amastris, Cota envió inmediatamente a Triario a que le quitara esas ciudades. Entretanto Cota tomó a los hombres que se habían rendido a él y los prisioneros de guerra, y los trató a todos con suma crueldad. En su búsqueda del tesoro no perdonó ni siquiera los bienes de los templos, sino que tomó de ellos muchas finas estatuas e imágenes.8) Quitó la estatua de Heracles del mercado junto con su equipo, de la pirámide; qué en preciosidad y tamaño, así como en armonía, gracia y talento artístico, no era inferior a la más famosa [obra de arte]. Incluía un garrote revestido de oro fino, con una gran piel del león grabada en él, y una aljaba hecha del mismo material, llena de flechas y un arco. Cargó en sus naves muchas otras bellas y notables ofrendas que sacado de los templos y de la ciudad. Por último ordenó a los soldados que pusieran fuego a la ciudad, quemando muchas partes de ella.9) La ciudad resistió el sitio durante dos años antes de ser capturada.[36] cuando Triario llegó a las ciudades a las que había sido enviado, permitió a Conacorex, que estaba intentando ocultar su traición a Heraclea reteniendo la posesión de las otras ciudades, retirarse ileso, y tomó posesión de las ciudades sin oposición. Cota, después de actuar como fue descrito anteriormente, envió la infantería y caballería a Lúculo, despidió a los aliados a sus patrias, y partió para casa con la flota. Algunas de las naves que estaban llevando los despojos de Heraclea, se hundieron por su peso no lejos de la ciudad, y otras fueron arrastradas a aguas poco profundas por un viento septentrional, perdiéndose mucho de su carga.[37] Leonipo, a quien Mitrídates había puesto a cargo de Sinope junto con Cleocares, abandonnó toda esperanza de resistencia, y envió un mensaje a Lúculo prometiendo traicionar a la ciudad. Cleocares y Seleuco, que era otro general de Mitrídates de igual rango que los otro dos, se enteraron de la alevosía de Leonipo, y lo denunciaron a una asamblea del pueblo. Pero la gente no les creyó, porque él parecía ser un hombre derecho. Por consiguiente Cleocares y sus socios, alarmados por el favor que las personas mostraron hacia Leonipo, lo emboscaron y lo mataron durante la noche. Este incidente irritó al populacho, pero Cleocares y sus socios tomaron el control del gobierno y gobernaron tiránicamente, esperando así escapar al castigo por el asesinato de Leonipo.2) Entretanto Censorino, el almirante romano a cargo de 15 trirremes que estaban trayendo grano del Bósforo al ejército romano, se detuvo cerca de Sinope. Cleocares, Seleuco y sus socios navegaron zarparon contra él con los trirremes en Sinope. En la batalla naval resultante, bajo la orden de Cleocares, derrotaron a los italianos y capturaron el transporte para su propio uso.

3) Cleocares y sus socios fueron animados por este éxito, y se tornaron más tiránicos aún en su gobierno de la ciudad. Asesinaron a los ciudadanos indiscriminadamente, y actuaron cruelmente en cualquier otra manera.4) Estalló una disputa entre Cleocares y Seleuco: Cleocares quiso persistir en la guerra, y Seleuco quería matar a todos los ciudadanos de Sinope y entregar la ciudad a los romanos a cambio de una gran recompensa. Como ninguno de ellos prevaleció sobre el otro, pusieron en secreto sus posesiones en barcos de carga y los enviaron a Macares, hijo de Mitrídates, que en ese momento estaba en las vecindades de Cólquide.5) Entretanto Lúculo, el general romano, llegó a Sinope y sitió vigorosamente la ciudad.6) Macares, el hijo de Mitrídates, mando enviados a Lúculo, pidiendo amistad y una alianza. Lúculo convino prontamente, diciendo que él consideraría la alianza como confirmada, si Macares no enviaba suministro alguno a los habitantes de Sinope. Macares no sólo obedeció esto, sino que incluso envió a Lúculo los suministros que se habían preparado para las fuerzas de Mitrídates.7) Cuando Cleocares y sus socios percibieron esto, abandonaron toda esperanza. Cargaron una gran cantidad de tesoro hacia sus naves durante la noche, y al mismo tiempo permitieron a sus soldados saquear la ciudad. Después de quemar las naves que no necesitaban, partieron al interior del [Euxino] mar, al territorio de los Sanegeos y los Lazi.8) Cuando las llamas se alzaron altas, Lúculo comprendió lo que estaba pasando y ordenó a sus soldados que trajeran escaleras a las murallas. Los soldados montaron las murallas, y empezaron una considerable matanza [de los ciudadanos]; pero Lúculo sintió piedad por ellos, y acabó con la matanza.9) Así fue cómo Sinope fue capturada. Amasia se mantuvo todavía, pero poco después se rindió también a los romanos.[38] Mitrídates se había quedado en la región de Armenia durante un año y ocho meses, y aún no había llegado a presencia de Tigranes. Entonces Tigranes se sintió obligado a concederle una audiencia; lo recibió con un espléndido desfile y le dio una bienvenida real. Después de haber pasado tres días charlando en secreto, Tigranes recibió a Mitrídates con un magnífico banquete, y envió lo envió de vuelta al Ponto con 10.000 jinetes.2) Avanzando a través de Capadocia, cuyo gobernante Ariobarzanes era su aliado, Lúculo cruzó inesperadamente el río Éufrates y llevó su ejército a la ciudad en la que él había oído que Tigranes guardaba a sus concubinas, junto con muchas valiosas posesiones. Lúculo también envió un destacamento de sus hombres a sitiar Tigranocerta, y a otra fuerza a atacar otras ciudades importantes.3) Tigranes, viendo muchas partes de Armenia bajo sitio de esta manera, hizo retornar a Mitrídates y envió un ejército a la ciudad en que sus concubinas estaban guardadas. Cuando este ejército llegó a la ciudad, los arqueros impidieron a los romanos dejar su campamento y enviaron durante la noche a las concubinas y los más

valiosos artículos lejos. Pero al alba los romanos y tracios atacaron fuertemente, y hubo una matanza generalizada de los armenios. El número de armenios capturados no era menor al número de los muertos; pero el convoy que enviaron por delante, llegó a Tigranes sano y salvo.4) Tigranes reunió un ejército de 80.000 hombres y bajó a Tigranocerta para levantar el sitio y ahuyentar al enemigo. Cuando llegó allí y vió que pequeño era el campamento romano, dijo con desprecio, "Si han venido como embajadores, son muchos; si han venido a luchar, son muy pocos". Después de decir esto, acampó cerca de los romanos.5) Lúculo preparó su ejército cuidadosamente y hábilmente para la batalla, y se dirigió a sus hombres con palabras alentadoras. Inmediatamente derrotó el ala derecha del enemigo; y entonces las tropas cercanas a él abrieron el paso, y así sucesivamente hasta que el ejército entero estuvo huyendo. Un pánico terrible e imparable se apoderó de los armenios, e inevitablemente siguió a esto la destrucción de su ejército. Tigranes entregó su diadema y emblemas del poder a su hijo y huyó a una de sus fortalezas.6) Lúculo volvió a Tigranocerta y presionó el sitio más decididamente, hasta que los generales de Mitrídates en la ciudad abandonaron toda esperanza y le rindieron la ciudad a cambio de su propia seguridad.7) Sin embargo Mitrídates fue donde Tigranes y levantó su moral, volviendo a vestirlo con ropas reales, para nada menos espléndido que antes. Mitrídates tenía ya una fuerza considerable, y animó a Tigranes a que reuniera otro ejército, para que pudiera esforzarse una vez más por la victoria. Entonces Tigranes puso a Mitrídates al mando total, confiando en su nobleza e inteligencia, porque él parecía muy capaz de mantener una guerra contra los romanos.8) El propio Tigranes envió una embajada al parto [rey] Fraates, ofreciendo rendirle Mesopotamia, Adiabene y el Gran Cañón. Al mismo tiempo los enviados de Lúculo se acercaron al parto, que privadamente fingió a los romanos que era su amigo y aliado, y privadamente entró en un acuerdo similar con los armenios.[39] Cuando Cota llegó a Roma, fue honrado por el senado con el título de «Ponticus imperator» porque había capturado Heraclea. Pero entonces llegó a Roma la imputación que él había destruido la gran ciudad meramente por su beneficio personal, y sus enormes riquezas despertaban envidia, volviéndose objeto del odio público. En un esfuerzo por evitar los celos que sus riquezas provocaron, entregó mucho del pillaje de la ciudad a la tesorería, pero esto no ablandó a los otros, que asumieron que él estaba rindiendo sólo un poco y guardando la mayor parte para él. Ellos votaron por soltar inmediatamente a los prisioneros de Heraclea.2) Trasimedes, uno de los Heracleos, acusó a Cota en la asamblea. Describió la buena voluntad de la ciudad hacia los romanos, y dijo que si la ciudad hubiera actuado de forma alguna contrariamente a esta buena voluntad, no se hizo por consentimiento general de los ciudadanos, sino que fueron engañados por aquéllos que habían sido puestos a cargo de los asuntos, o coercionados por los enemigos que

los atacaron. Se quejó de la devastación que la quema de Heraclea había causado, y cómo Cota se había llevado las estatuas como botín y había saqueado los templos, y todas las otras atrocidades que había cometido después que entró en la ciudad. Trasimedes también describió la inmensa cantidad de oro y plata de la ciudad, y los otros tesoros de Heraclea que Cota se había llevado para él.3) Los líderes romanos se conmovieron por este discurso que Trasimedes pronunció con lágrimas y gemidos, mientras una multitud de cautivos de pie cerca de él, hombres y mujeres con sus hijos, vistiendo ropajes de luto sostenían tristemente ramas de olivo, suplicantes. En respuesta, Cota pronunció un discurso corto en su idioma [latino] y luego se sentó. Carbón se puso de pie y exclamó : «Cota, nosotros le dijimos que capturara la ciudad, no que la destruyera», y luego los disertantes acostumbrados censuraron a Cota de una manera similar. Por consiguiente muchas personas pensaron que Cota debía ser enviado al destierro; pero en cambio lo expelieron del senado, como un castigo menor. Restauraron a los Heracleos su territorio terrestre y marítimo y sus puertos; también votaron que ninguno de los Heracleos fuera reducido a la esclavitud.[40] Después de lograr esto, Trasimedes envió a la mayoría de los Heracleos a casa. Él se quedó más tiempo con Britágoras y Propilo (Propilo era el hijo de Britágoras) para atender otros asuntos urgentes; varios años después, volvió a Heraclea en tres barcos ligeros.2) A su llegada, intentó refundar la ciudad en todos los sentidos, como para provocar su regeneración; con todos sus esfuerzos, sólo pudo reunir 8.000 colonos aproximadamente, junto con los miembros de su propia casa.3) Cuando la condición de la ciudad mejoró, Britágoras abrigó la esperanza que él podría restaurar la libertad de los ciudadanos. Muchos años habían pasado, y el gobierno de los romanos había llegado a estar bajo el mando de un solo hombre, Cayo Julio César. Britágoras partió en una embajada a César, y entabló una amistad con él, pero no pudo conseguir inmediatamente la libertad para su ciudad, porque Cayo no se quedó en Roma, sino que partió en expedición a otros lugares. Sin embargo Britágoras no se rindió, sino que él y Propilo acompañaron a César por todo el mundo, y fueron vistos en su presencia, como si el dictador estuviera indicando que aprobaba su petición.4) Después haber estado asistiendo a César durante 12 años, y justo cuando César estaba planeando volver a Roma, Britágoras murió, desgastado por la vejez y sus ejercicios incesantes. Su muerte causó gran tristeza en su patria.En este punto acaba el decimosexto libro de la historia de Memnón.

Esta historia es inteligente y está escrita en un estilo llano, con atención a la claridad. Evita las digresiones, excepto si su propósito

hace necesaria la inclusión de algunos eventos externos; e incluso entonces, la digresión no dura mucho, sino que concentrándose en lo que es esencial, retorna pulcramente al curso principal de la narrativa. Usa un vocabulario convencional, aunque hay algunas palabras inusuales. No hemos encontrado copia alguna para leer de los primeros ocho libros, o de algo después del decimosexto libro.

Traducido al inglés por Andrew Smith del texto de Jacoby (FGrH. 434), puesto por él en el dominio público. El [número] y otros números en la traducción son los números de capítulo y subdivisiones de capítulos en el texto griego de Jacoby. Los números de capítulo son también «anclas nominales» para que usted pueda ir directo al capítulo correcto tecleando eg.

http://www.attalus.org/translate/Memnón2.html#22.

Traducido libremente del inglés al castellano por Ignacio Nachimowicz en Buenos Aires, Marzo de 2007.