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ESTUDIOS DE HISTORIA ECONÓMICA ARGENTINA Desde mediados del siglo XX a la actualidad por Eduardo M. Basualdo siglo veintiuno editores

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ESTUDIOS DEHISTORIA ECONÓMICA

ARGENTINA

Desde mediados del siglo XXa la actualidad

porEduardo M. Basualdo

sigloveintiunoeditores

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los restantes tipos ~e bien. Así, su participación en la producción de bientermedlOs era la m~s ele~'ada, al Igual que en la elaboración de bienes detal, en la que la fabncaclOn de tracto~es ocupaba un lugar destacado (Fiat 11tores, J. Deere, Deutz Argen tina, etcetera). ,

En síntesis, en el marco de la modificación el carácter del comp- . . - ortaIllito ClC]¡COde la producclOn que caracterizó a la segunda etapa de s .

. '. Ustnuc'de ImportacIOnes, se regIstraron transformaciones estructurales que Illo .caron la. n.aturalez~ de la industrialización en la Argentina. Se consolidópredominIO extranjero sobre el proceso económico a partir de la propiede las ~ra~des firmas de la p~~ducción industrial. No fue una participacimayontana sobre la producclOn clave de la economía, sino circunscriptacontrol de los núcleos técnicos y económicos de los bloques sectoriales cetrales, en tanto determinaba el flujo del excedente y el comportamientonológico del resto de las actividades o cadenas productivas de estos blo umediante la determinación de los precios relativos. q

La contracara de la consolidación extra~era fue la disminución de la indencia de la burguesía nacional. En sintonía con las características que asumíla expansión extra~era, el capital nacional no redujo su participación de umanera abrupta sino que fue perdiendo gravitación dentro de la cúpula de lfirmas de mayor facturación, definitorias en la distribución del excedente yperfil productivo. De allí que, a pesar de tener una presencia mayoritaria enproducción sectorial, haya quedado subordinada a las fracciones industriales dminantes, con escaso acceso a los núcleos centrales y dinámicos de esa nueva ecnomía industrial. Por eso, su inserción era especialmente importante en las ~,"mas menos concentradas y en la producción de bienes de consumo no durables-y algunos intermedios, todos ellos típicos de la primera etapa de sustitución de,importaciones y estrechamente vinculados a la demanda de los asalariados.'

A diferencia de la burguesía nacional, la otra fracción local, la oligarquía di- \versificada, conservó su participación en la cúpula industrial sustentándose enla elaboración de bienes intermedios y producciones agroindustriales. También I

fue la que impulsó, den tro de la oligarquía agro pecuaria en su co~un to, la mo-'dificación de las formas de propiedad encaminada a conservar la unidad de t~rra y a modernizar la producción de acuerdo con las transformaciones econó-micas de la época, tanto en el ámbito interno como en el internacional.

Finalmente, se debe destacar que la importancia de las empresas estata-les se mantuvo o incluso se incrementó sobre la base de la producción de in-sumos básicos (acero y derivados del petróleo), pero no como parte de unproce~o de sustitución conducido por el aparato estatal -como proponía elperomsmo en sus primeros gobiernos-, sino mediante la subordinación a lalógica de acumulación de capital de las fracciones empresarias dominantes.

," f ¡.I IS10Rl.h1A ECONÓMICA ARGENTINA'f$Tl1VIOS V

VNA \U:VlS2SIÓN DEL COMPORTAMIENTO DEL CICLO SUSTITUTIVO

2.2.3 pE CORTO • PlAZO TENIENDO EN CUENTA TODAS LAS FRACCIONES

pEL CAPriA:'AL (1956-1975)

1 C011sidc&"7aciones preliminares2_2.J· " . d' d 'd/1' . s dIe :::IclosustltUtlVOde corto plazo Ispone e un nutn o acer-1 11<l 151. eE a tHal y e.-npírico, ya que se trata de un tema clásico en el pensa-

concep .. L' ./ dVo nómic~ argentino y latmoamencano. a IntenclOn e estas no-. to eCO .tIlI

en5 repetir ni sintetizar los notables avances reahzados por otros

ras nO e h' / . l . l. dores 5iJ1,JGOaportar algunos elemen tos, Ipotesls a ternatIVas a as. ve5Uga , .10 ladas, e inel .uso interrogantes que permitan complementarios y con-forJIl u . - dI' fl' . al mismo t :.iempo, a la comprenslOn e as causas que In uyeron entrlbUlr, . / . ,.. / le' '1 . tior interr:-upClon de la mdustnahzaCJon y e leroz amqUJ amlen ola poster /., .de las organizacio ·nes populares que llevara a cabo la dIctadura mlhtar quee inició en 1976.

s Sin ,embargo, 23.ntes de abordar el tema, es necesario plantear algunas aco-. es que se desprenden de las evidencias y los avances analíticos realizadostaClOn .

en ;os apartados a.-Iteriores de este trabajo.El primero, se refiere al carácter estructural de la oligarquía pam~ea~~ y

algunas;concepcio.nes equívocas acerca del modelo de dos sectores,denommac~oncon la que, en el Qnálisis económico, se conoce a la segunda etapa de sustItu-ción de: importacic::mes. Cabe recalcar que la oligarquía fue el sujeto social fun-daciomal del Estado moderno en la Argentina, a partir de su control sobre lapropiedad de la tierra -principalmente pampeana pero también extrapam-peana- y del pap el estratégico que cumplió la producción agropecuaria pam-peana en el desarrollo económico del país, una vez subordinadas las economíasregion<ales a la cor¡ducción del Estado 0ligárquico.67

Unta vez establecido que la base económica fundamental de la oligarquíanativa ~seencontraba en la propiedad de la tierra pampeana, se debe tener encuenta, que, coma se mencionó, desde sus orígenes este sector de clase destinóparte die la renta agropecuaria a diversificarse hacia otras actividades económi-cas est1ratégicas.

07 FEo este sentido, es relevante mencionar que G. ü'Donnell (1977), tomando como punto departida 'el trabajo de F. H. Cardoso y E. Faleno (1969) sostiene que: "Lo ,(ue inlpresa recalcar es que esees·ladofue, creación de /a bu rgllPSíapampmna .~.In< pmúmgaciones financinm.v comrrrialesm el sectorurbanu, a tra'vés<k un" proceso que también implicaba la constitución de esa burguesía, )' del sútema que dominaba, m ap';'ulicedirecto\' , altamente intC7naricmaliwdo delmercrulo mundial. ¿ Qué significa esto?Para aclarar/o, debemos rerun,rnUelir¡~lfenle a algunas comparariones. La bll1guesía pm"peana)' su.\ !JrolongaClone.\urbanas se mganaron dúpc·/an1nlte, -constituvéndulo-- ccm un eslrulu lIariollal, no con el estado regional '{"t en tI resto de Amérim {.atinafUe /'iIl/na., ¡'fces ti jmnripal ámbito de poda político de 1m respertiv,~, dase.\ dominantes .•. (pp. 38-39).

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Esta proyección comprendió no solamente sectores tan relevantes como laactividad financiera y comercial, sino que también incluyó la que será actividad'central de la economía local en las décadas posteriores: la producción indus-'trial. Esta diversificación de la renta del suelo por parte de la oligarquía reco-.nació éxitos y fracasos a lo largo del tiempo, ya que la apertura de estos nuevosespacios de acumulación implicó competir con otras fracciones del capital, gc-.neralmente extranjeras, lo que no resultó fácil en una economía con un alto,grado de concentración económica, aun cuando contara para ello con un ins-trumento tan decisivo como el Estado. Como resultado de ese proceso, desdeel comienzo de la industrialización en el país hubo una fracción de este sectorde clase firmemente arraigado en esta actividad pero sin perder su inserciónen la producción agropecuaria sino, por el contrario, manteniéndola y forman-do parte indisoluble de los grandes terratenientes, incluso como propietariade las mayores extensiones de tierra dentro de la oligarquía argentina.

Tener en cuenta la génesis de este proceso resulta fundamental para apre-hender el comportamiento de esta fracción oligárquica durante la segunda eta-pa sustitutiva. No se trataba, básicamente, de un sector del empresariado indus-trial que al diversificarse hacia la producción agropecuaria confluía y searticulaba con los grandes terratenientes, sino del proceso inverso, pero con lasalvedad de que tampoco era un recién llegado al mundo urbano sino un so-cio fundacional del mismo. Esto no significa olvidar que, a lo largo del tiempo,esta fracción oligárquica incorporó nuevos integrantes de origen industrial, co-mercial y financiero, luego devenidos también en grandes terratenientes. Pe-ro esa convergencia no le imprimió un nuevo carácter a este sector de clase si-no que, a la inversa, fue la oligarquía diversificada la que asimiló a los nuevosintegrantes.

No menos importante es insistir en que, a partir de que el peronismo con-solidó la industrialización como el eje central de la economía argentina, huboun replanteo de la oligarquía agro pecuaria en todos sus aspectos. En términosdel proceso de acumulación de capital en su conjunto, perdió su centralidadpero conservó una notable capacidad de veto a partir de su condición de pro-ductor de bienes exportables que eran, al mismo tiempo, los bienes salario.Desde esa nueva posición, la oligarquía diversificada impulsó transformacionesadentro de su sector de clase (la modernización del agro y el resguardo de launidad de tierra) y neutralizó los intentos del mundo netamente industrial porredefinir su conformación y funcionamiento en la búsqueda de remover las res-tricciones externas que limitaban la expansión económica (rechazo a los diver-sos intentos por imponer un impuesto a la propiedad de la tierra).

En síntesis, durante la sustitución de importaciones, la oligarquía pampea-na estuvo presente tanto en la producción agropecuaria, de la que ejercía supredominio tradicional, como en la producción industrial, de la que compar-

. ECONÓMICA ARGENTINAaS DE HISl ORlA . .

f,S'f0DI 1 dominio sectorial. Esta, 1'0 e pre

del capital extranJe , 'bl'lidades de con-, menor 010 sus pOSI, como SoCIO to sUretroceso co b de un re-(la" ión expresaba tan , dustriales. Se trata adoble lOS:~~sfracciones de clase neta~en~~ ~:e ser central en el proceso e,c,o-dicionar , 'dad agropecuana d j ., d d' . as y la produCcIOn

orque la acUVI 1 eneraclon e IVIS ,roceso p , 1control sobre a g , ' , n de importaCIO-t o conservo e 'de la susutuClO ,I1órIlico, per , vitales en el funcionamlen~o d generar una alternauva

bienes salano, o tUVOcapaoda para . , , idiendode fue sUretroceso que n, ndicionar su evoluCIon, Impf\e~, Talla industrialización pero SI,para co a reestructuración sectorial, con.elv{t.hda,a " de políticas que implIcaran u~ . la producción agropecuana.la aplicaClon ebilitamiento de su predomInIO en e' erció la conducción delconsecuente ~ unstancias, la oligarquía dwersifi~~da ? populista entre la clase

En esas CIrc con'unto, enfrentó a la a la.nza oció con el capi-sector de clase en su ues/a nacional y, al mismo tIempo,. neg0010 las de la oli-trabajado~a y l~ hduurs~rialtanto las reivindicaciones. ~ropolbasr;el conJ'unto de la

nJero ID d t fracClon stal ext:a - sUconjunto. Elliderazgo e es a n los terratenientes pampea-garqUla en "no' en que sus integrantes era orque por su diver-

, 'a se ongl cialmente PohgarqUl s extensiones de tierras, Yespe , ' de concebir una estra-nOSco~ mayore, ica era la que estaba en condICIones ital extranjero -talsifiraeIon econom. 'nto a través de alianzas con el caP

hresultaba esen-

, 1 b 1 de creCImle . d lo que a orategla g o a, b do con el Plan PIDe 0-, , en los años trein-

lo habla es oza " de lo que ocurnacomo r rquía a dIferenCIacial al no ocupar la,o ~ga , , eana tieneta, el lugar hege~on~co:nserción estructural de la oligarqma Pga:~rales de la

Sin duda, el tIpO e I to de analizar los rasgos lanotables repercusiones en el mome~ficamente el ciclo sustitutivo de co.rtod,p -

, , , taciones y espeCI I " t ucturales In IcansustitucIOn de lmpor. ecto, las caractenstIcas es r , f mabazo, Avanzando sobre el pnm,er asp ólo su fracción diversl[¡cada, 01'

, nJunto, Yno sque la oligarqUla en su co 1 de a

de poder. 'e cuando se a uparte del bloque " estructurales indIcan qu (1 cual la

Esas mismas caractenstlCaS odelo de dos sectores en e, , 'ortaciones como un m , , 'd strial netamen-

la sustituCIOn de Imp, x ortadora Y la producCIon ID u, da elastici-actividad agropecuana es e ~a una de ellas tiene una dete~mlOa lano ma-te importadora y, a la vez, ca , descripción circunscnpta al p

, ') se reabza una , , sociales, ya quedad preciO, etcetera , términos polIucos Y d

, ' sin un correlato en , , 1 sectores pro uc-tenal o productivO las caractenstIcas de os d la

" únicamente a d los sectores ese hace referenCIa 'ales Casualmente, uno e , 'd des al, a las de las clases SOCI' t ba en ambas acUVI a

tlVOS v no 'd' 'ficada es a d', , te la oligarquza /Versl l, de vista de las contra lC-elase domlOan , 'a desde el punto ocia-, E onsecuenCI, . los hloques smismo uempo, n c dominantes v enue

, d trO de los sectores . , 1era disputa entreciones SOCIales, en , , f ' s compleja que una n

, tadOs, la cuestlOn ue m,ales enfl en , ' dustnales,, nOS y los IDlos in tereses agra

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También es importante analizar la naturaleza que asumieron la clase traba-jadora y la burguesía nacional y, en consecuencia, la de la alianza que estable-cieron para enfrentar al bloque de poder dominante. La conformación de laclase trabajadora argentina estuvo ligada al proceso de sustitución de importa-ciones, y se fortaleció y homogeneizó cuando la producción industrial pasó aser el eje central de la actividad económica, potenciando la formalización delmercado de trabajo. Por lo tanto, se expandió y se fortaleció como parte de unapugna entre dos formas alternativas de organización social capitalista -el mo-delo agroexportador oligárquico y la industrialización basada en la sustitución [de importaciones- que oscurecieron la contradicción fundacional entre el ca- 'pital y el trabajo. Quizá por eso su identidad original-que se plasmó duranteel peronismo- reconoció como un tema central la posibilidad de lograr unadistribución del ingreso más equitativa entre el capital y el trabajo, relegandopropuestas de corte socialista o de redistribución de la propiedad dentro de unplanteo capitalista, como fue la reforma agraria de Lázaro Cárdenas en Méxi-co durante la década de 1930.

Dentro de esta concepción, la condición de posibilidad para lograr y man-tener en el tiempo la equidad distributiva era plantear un tipo de Estado quela plasmara y que, al mismo tiempo, generara una burguesía nacional que porsu inserción estructural y grado de conciencia asumiera como propia la nece-sidad de garantizar esa distribución del ingreso, considerándola innegociablecon el bloque de poder dominante. Se hace evidente que, en gran medida, laorganización y expansión de la burguesía nacional fue resultado de la irrup-ción de la clase trabajadora en la escena política y social argentina.68

Inicialmente, el punto fundamental de la alianza entre la clase trabajado-ra y la burguesía nacional a lo largo del ciclo, radica en que esta última era pro-veedora de bienes salario no exportables y que los bienes agro pecuarios expor-tables eran, al mismo tiempo, bienes salario, teniendo la demanda de cada unode estos bienes elasticidades distintas, y más aún, opuestas, respecto de la varia-ción de los precios y de los ingresos. En efecto, mientras que la elasticidad/in-greso de la demanda de los bienes salario no exportables era elástica (superioral), la elasticidad/precio de la demanda interna de los bienes salario expor-

6.' A partir de un análisis de la burguesía nacional, G. O'Donnell señala indirectamente esta ca-racterística peculiar del caso argentino. Así, en su trabajo publicado en DesanvlloEcollómico (1977) afir-ma: "La ra:ólI de la comparativmnn¡te mayor caparidarl politira rle la burguesía local m la Argnltina TlOse ha-

/la taTlto en Pila misma romo ni las mrrlctmstiras delsntor po/miar y -UII asperto de lo mismr~ en el ma~or

grado de homol(mridad Tlanona! del rmo arKmtíTlo rPsperto de los restanus latinoameámnos. UTI sertor popularurbano más débil. menos o~l(aniwdo"~ mmos autóllomo, oá¡;illado en UTIgraTl peso de las regían es mar..gínaies Je-ll las numerosas nperrusiones de una distrilrurián genITal de rfl1lnOS signljicativamente m(ü drsiglltll (en/re ('J{lJ

:Otla., y d rmtro, e intl"ma al emtro mismo, romo ya h" allotado) despoja a 1m jrrlrrirmes rlél,;"', d" la bU~~"lPsía

latílloamnirana dd importantúimo aliado '1"" tW'Iáoll f'n la Argmtina. Fste es '1II /mllto n·",ial. " (p. ')7).

DE HISTORIA E.CONÓMICA ARGENTINAcSTlJOIOS . 11<- verá con mavor deta e

S b esta base, como se ' . .ra rígida (menor al). o re. . de intereses entre ambos mtegran-

rabies e nte se generó la convergenCla f endente como en la des-püstenorrnl: ' distribucionista, tanto en la ase asc

de la a lanza . _ "teS del ciclo sustitutivo. . tas para hacer econom¡ca-

1dente . obiernos peroOlS . . -(el El fracaso de los pnmeros g d una creciente industriahzaClon con

te sustentable un pr~ceso ~asa o endio lu ar a una experiencia de la cl~-m~~distribución equitatIva ~e~ mg~~::tidad le clase social. Durante los pn-u baiadora que profundIZO su dos modelos capitalistas alterna-se tra :J . la pugna entre . - labiernos peroOlstaS, .' _ d' ortaciones) oscureClomeros go 1 de SUStItuClOn e Imp .' d"VOS(el agroexportado~ Ye .' 1m edimen to que tendió a dI1Ulrse u-

tlontradicción entre capItal y t~aba:~. dePimportaCiones porque la pugna a~-( d t pa de sustltuClOn . - eraba baJOrante la segun a e a. f" de una industrializaClon que op .

. se había defiOldo en avor 'a práctica de la clase trabaJa-tenor 1 njero La propl .el predominio del capita. extra .' mediación alguna, en la antinomIa en-

d - plenamen te Inmersa, SIndora que o . 'tre capital y trabajo. . evio al análisis del ciclo sustitUtiVOesta

'l' o comentano pr ., d 1comporta-El tercer, Y u tIm , .d d de evitar la generalizaClon e

orientad') a remarcar.l~ nec~~~:8 -1964) a todo el período (1958 -1975). Co-miento de los años inIClales homogénea sino marcadamente

- 1 d o se trató de una etapa " se conside-mo fue sena a o, n . bl s macroeconomlcas queheterogénea, cualquiera se~~ la~ van:a v~sión, que le atribuye a toda e~ta eta-

S' duda la modificaClon e es " . t'vo sólo de los pnmerosreno In, . to economlCO pnva I _pa sustitutiva el comportamlen 'as en que se realizaron algunos tra

1 . cunstanCl .años está relacionada con as Clr . da la necesidad de introdUCIr mo-

69 trae apareJ<l . . ,baJ'osclásicos sobre el tema, bre el ciclo corto de la sustItuClOn

. , .mperan te sodificaciones en la concepClon Ide importaciones.

;¡:; ción del ciclo corto a lo largo de la segunda2.2.3.2 Notas sobre la modl}~ca

• o, d importacwnes di' 1etapa de sushtucwn e . 1 mportamiento e ClCo. osible analIzar e co

Hechas estas aclaraClones, es p . tores sociales durante su desa-, 1de los dIferentes sec ." n

corto sustitutivo aSIcomo ~ . . r los supuestos e hipóteSIs que se aSl~merro1\o. Para ello es necesano sl.ntetlzda 1 riables económicas y las fraCCIOnes

. , 1 portamlento e as vaen relaClon con e comsociales (Cuadro n° 2.18).

L J '(1981) fue publicado ori-"d "O Braun y . O) .. . .' clásico realiza o pOI. '. "8-1965. E.sdeor. que 110

m Asi por eJem plo, el u ab·lJo .. corresponde al penado 19.) '. " "do de la. 968 ,toda Stl base emplnca .' . mente el pnmel peno

gmariamente en 1 ) . '. posterior porque conSIdera Ilmca 11 (19-,9) se utilizaron las. conom1cO" (' O'Donne - .percibe el dinanllsmo e "Como es el casO de ,. d período de la. . ros postenores. ." . t del segun oetapa sllstitutlVa. En estU( l . d 19-0 que aminoran el crectlmen o ,. '. . precIos e :J h'b 1 de Braun y ¡()\.series Inacroecononllcas .\ - "1I1teS a loS que ex 1 e e· , ,

1 roblemas semeJ' .etapa analizada. generan( o p

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Cuadro n° 2.18Características, supuestos e hipótesis acerca de las variables econo' ml'cas y l f .. l '. . as raCClonessocia es que Intervienen en el ciclo corto de la segunda etapa de SuSt'ltuC',O' d . ._._ _. __ .________ n e Importac'on~

____ . ._.__ 1956-64 1964-74l. Características L f: ~----~------~generales del ciclo as ases descendentes del ciclo Las fases descende;e~

generan una caida del PBIen del ciclo generan desaceleración_____________ .. t~~m~~s_a_b_so_'~~':...____~ e_I_P~_

2. Ocupación La I d de astici a ocupación/ingresoy salarios es rígida (> Il,mientras que la

elasticidad salario/ingresoes elástica « Il.

3. Bienesagropecuariosexportables

Son bienes salarios. Tanto su demanda Idem.como su oferta tienen una elasticidadprecio inelástica (> Il.

Se producen internamente ysu demanda y oferta tienen unaelasticidad/precio elástica « I).

-------_._._----------- ----~,. __ .._-~._------ - ---~---~- - --

No son significativas lasexportaciones industrialesdurante el periodo.

Son minoritarios perosignificativos en lasexportaciones totales (las demayor dinamismo). Suelasticidad /precio es elástica(>1).--------_ .._-------------_._----------_._-

6. Bienes importados La elasticidad demanda/precioes inelástica (> 1)porque no son bienessustituibles por producción interna.

Aporte de capital externo destinadoa la instalación de las empresasy las actividades dinámicas de allíen más

Incorporación mediantecompras de empresasnacionales. Salida de recursosmediante la remisión deutilidades de las subsidiarias asus casas matrices.

Se incrementa en las crisis y se Idem.origina tanto en el sector públicocomo privado.

Fluctuantes y decrecientes a lo lar~~ctuantes ~-::~~ntes a 10---_______________ .~~eríodo. Iarg~del período.

10.Empresas de Son predominantes en lacapital extranjero producción interna. Producen

bienes, principalmente, para sectoresde ingresos relativamente altos.

Idem.Además son las queconcentran las exportacionesindustriales.

Son terratenientes y forman parte Idem.de la cúpula industrial; tienen unasignificativa presencia en lasexportaciones primarias. Producenbienes industriales intermediosvinculados con la construcción yen menor medida bienes de consumo.

Producen bienes salarios industriales Idem.no exportables.

Una rápida lectura del cuadro indica que muchos de los supuestos asumi-dos reflejan los rasgos centrales del análisis realizado en este trabajo. Tal es elcaso de los períodos comprendidos en esta etapa sustitutiva, las característicasde las fracciones empresarias, el comportamiento del endeudamiento externo,etcétera.

Sin embargo, el caso de los salarios y el de la ocupación han sido pocotratados y, por lo tanto, requieren algunas explicaciones adicionales. La in-discutible importancia que asumió la demanda interna durante la sustitu-ción de importaciones determinó que el nivel de los salarios tuviera un mí-nimo por debajo del cual la economía interna entraba en depresión ypodían emergen conflictos sociales de gran envergadura. Esto no significaque sus posibilidades de crecimiento fueran infinitas, sino que su expansióntambién tenía un límite superior que difícilmente podía ser vulnerado por-que a partir de allí se registraba un aletargamiento de la tasa de rentabili-dad, o incluso un descenso, si la economía operaba en una situación de cua-si pleno empleo.

Dentro de los límites mencionados, se puede asumir que los salarios exhi-bíao una elasticidad ingreso mayor que 1, porque se incrementaron más queproporcionalmente a medida que aumentaba el PBI en las etapas ascendentesdel ciclo y descendieron también más que proporcionalmente en las crisis,mientras que se supone una ocupación inelástica, menor al, porque ésta reac-cionó tenuemente ante esas mismas alteraciones cíclicas.7o

La discrepancia en el comportamiento de los salarios y la ocupación se de-be al papel que asumió la estructura sindical en esta etapa y a que las represen-taciones gremiales tendieron a negociar el nivel salarial pero consideraron in-negociable el nivel de ocupación. Este comportamiento reiterado trajo comoconsecuencia una política empresaria remisa a aumentar la ocupación en la fa-se ascendente porque luego, durante la recesión, sería socialmente muy con-flictivodisminuirla.

Finalmente, es necesario analizar brevemente la diferenciación que se es-tableció entre los bienes salario exportables y los no exportables. Los bienes sa-lario exportables eran los productos agropecuarios en los que los terratenien-

7" En relación con la rigidez de la demanda de mano de obra y sus efectos sobre la producti\idaden el corto plazo, véase]. Villanueva y A.J. Geretto (1973). Al respecto. señalan: "En fst'Tlcia, U" ob,n1Ja-ciD>]esSOIl itLI ,iguinztt": A) El emp/m de la malla de obra timde a crecer J contraerse .<egún lo, vaivenes de la Im>-

durn6>] en el cirio. Prro. por un lado, dicha relaci61l mtre empl"" y producá6n 110presltn/a el mismo grado de ill-lellsulad m /odaslas acliuidades ernn6micrzs, J plJr el otro, PIl la mayoría de los casos puede IJbSnl,arse r¡w' en lase1apal de ascmso del cirio el allmmlo del empleo es mellas que /Jropmáonal a/ azwu'1Ilo m la producción J fII el

deseen 'o la mÍda de la onlpacióll es asimismo menos que propmáona/ al desrellso m la producción. B) La/mxlllcli-

""Iad de la mano de obra tiende a variar m "ulcióll directa con la producnón, m el corto plazo. El d"ár, que aCfuP-lU/ligue, ('(mjun/amen/" con UJpmdllcáón. 1m j/llc/lIaáone.\ del cirio económico" (pp. 4'13-54)

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tes pampeanos tenían una presencia destacada. Entre ellos se encontraba la oli-garquía diversificada, que además ejercía el control sobre la comercialización ex-terna de dichos bienes. Por el contrario, en la producción de bienes salario noexportables el papel protagónico era de la burguesía nacional, y la demandapor parte de la clase trabajadora era muy sensible a los cambios en el ingreso,ya que se trataba de bienes industriales no alimenticios.

El estudio del comportamiento del ciclo corto debe identificar las caracte_rísticas que adoptó en los dos períodos que se desplegaron dentro de esta eta-pa de la sustitución de importaciones en el país. El primero de ellos (1955-1963) es conocido porque su generalización dio lugar a la versión tradicionalsobre toda la etapa. No obstante, es necesario reverlo para poder identificar elpapel que jugó la oligarquía diversificada y poder confrontarlo, con las caracte-rísticas que asumió el ciclo corto en el segundo período, entre 1964 y 1974.

Considerando como punto de partida, de acuerdo con los usos y costumbres,la fase ascendente, el nivel de actividad de la economía interna comenzó a reac-tivarse en una situación en la que se disponía de reservas y había una significati-va capacidad ociosa. El incremento de la actividad no fue automático sino indu-cido básicamente por tres factores que se combinaron en distinta proporción: laspolíticas estatales monetarias y fiscales expansivas, el aumento del salario real yla inversión extranjera.71 Así la implementación de una política estatal que incre-mentó el crédito, induciendo una disminución de la tasa de interés, fue acom-pañada por el aumento del salario real, que se encontraba seriamente deteriora-do. Estos elementos impulsaron una expansión del consumo que, a su vez,generó un crecimiento de la producción sobre la base de la capacidad ociosa.

Durante esta fase, es dable asumir que se produjo una mejoría no sólode la situación de los asalariados sino también del conjunto de las fraccio-nes empresarias comprendidas en la producción industrial. Por supuesto,mejoró la situación de las firmas extranjeras -predominantes en la activi-dad- pero igualmen te la burguesía nacional registró un alza de la masa yla tasa de beneficios por la expansión de la demanda de los asalariados y, enmenor medida, por la disminución de la desocupación. Incluso la oligarquíadiversificada recompuso su masa y tasa de beneficios, ya que las obtenidas enla actividad industrial compensaban ampliamente su retracción en la pro-ducción agropecuaria y exportadora. En efecto, durante este lapso hubo undeterioro en los ingresos percibidos por el sector agropecuario -específi-

71 En un interesante estudio sobre el primer período de eSLc'letapa, \-1. Brodersohn (1969) sostie-ne: "bl el período 1960-61 la inversión, financíada con recunos externos, fue el elemento dinámiro en el proreso de

lel1lperarión), expansión. En esta fonna, expandiendo la capacidad produrtiva del país, se trató de harer compatl·ble la mufívaGÍón de carta plazo ron las necesidades de largo plazo. I.a reartivación del período 1964/65, por lo con-

lrarío. se brL'Ú en la expansión del ronS11mo /J,ivadu)' en la prudurción de automolores ... (pp. 48-49).

camente la oligarquía pampeana-ya que sus precios relativos internos sedeterioraron respecto del nivel general y, más aún, a los precios industria-les. La coexistencia de una tasa y masa de beneficios creciente con un au-mento del salario real fue posible porque el incremento en la productividaddel trabajo superó al registrado por el salario debido a que la ocupación tie-ne una elasticidad/ingreso muy reducida por las razones mencionadas pre-ceden temen te.

Sin embargo, la expansión económica sustentada en el crecimiento indus-trial tuVOuna serie de efectos sobre el sector externo. Por un lado, el incremen-to de la demanda de la clase trabajadora redujo las exportaciones de bienes sa-lario, cuya producción permaneció sin alteraciones. Por el otro, la expansiónindustrial generó una demanda creciente de bienes intermedios y de capital im-portados, ya que su elasticidad/ingreso es mayor que la unidad. El resultado delmayor dinamismo de las importaciones respecto de las exportaciones fue el de-terioro de la situación del sector externo -específicamente de la reserva de di-visas-, factor que anunciaba el comienzo de la fase depresiva del ciclo corto. Seaplicaron entonces las conocidas y reiteradas políticas de estabilización: devalua-ción uel peso para lograr un incremento de las exportaciones y una reducciónde las importaciones; reducción del déficit fiscal mediante la disminución delgastoestatal y el incremento de los ingresos fiscales (sobre la base de impuestosregresivos en materia de distribución del ingreso); una política monetaria res-trictivaque redujo el crédito y elevó la tasa de interés; y una redistribución delingreso contraria a los trabajadores mediante el deterioro del salario real.

La crisis de la Balanza de Pagos dio lugar a que se registrara el momentode mayor incidencia relativa de los organismos internacionales de crédito -es-pecíficamente el FMI- en la política económica interna, a través de las men-cionadas políticas de estabilización que exigían aplicar a cambio de facilitarpréstamos tendientes a cerrar la brecha externa. Objetivamente, esas políticasestablecían una alianza de esos organismos con los terratenientes pampeanos,que se beneficiaban con la redistribución del ingreso que acompañó la deva-luación del signo monetario local.

Sin embargo, no se trató de una alianza entre el mundo rural y el sector fi-nanciero en contra de las fracciones empresarias industriales ni tampoco queestosúltimos adhirieran en bloque a las políticas de ajuste. Lo que en realidadpa~eceque ocurrió es que se fracturó el sector industrial porque, a pesar de susCOincidenciasdurante la fase anterior, sus intereses económicos eran hetero-géneos. La oligarquía diversificada, que además de tener una significativa pre-~n" . .C1amdustnal era parte de los grandes terratementes pampeanos y ostenta-ba llna 1 . 1 . • d ".re evante presenCIa en a exportaClon e productos pnmanos, formoparte indisoluble de la alianza que definió la política económica durante la fa-Se depresiva del ciclo corto.

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En consecuencia, la oligarquía diversificada fue la que nuevamente, peroen sentido contrario a la fase de recuperación del ciclo, movió el fiel de la bao,lanza dentro del bloque de poder, dejando relativamente aislados tanto al ea.:pital extranjero industrial como a la burguesía nacional en la definición dela política de corto plazo. No obstante, sería un error entender que el aisla•miento de estas últimas significa que tuvieran intereses objetivos comparti.dos y fueran afectados de la misma manera. El capital extranjero recibió Un,impacto más atenuado de la crisis en tanto estaba más vinculado a la deman.da de los sectores de mayores ingresos y además podía paliar su situación me-diante múltiples recursos (endeudamiento con su casa matriz, obtención del,escaso crédito interno, etcétera) e incluso avanzar en su liderazgo estruetu_:ral adquiriendo empresas locales con problemas económicos o financieros.En cambio, la burguesía nacional se vio inmersa en una crisis provocada por;la retracción de los ingresos y el consumo de los asalariados demandantes de.:;sus productos.72

Resultan evidentes las razones que objetivamente impulsaron la alianza en-,'.tre los trabajadores y la burguesía nacional con el propósito de modificar la&;!'políticas estabilizadoras y dar por terminada la fase descendente del ciclo cor~ito. No obstante, también intervinieron en la misma dirección algunas modifi,¡caciones en las variables económicas a medida que transcurrió esta etapa. )(

En primer lugar, duran te este primer período (1956-64) la fase descenden-fte del ciclo acarreó una caída del PBI que, cuanto más profunda fue, mayores~repercusiones tuvo sobre la situación del sector industrial predominante: las'empresas extranjeras.

En segundo lugar, impulsar una mayor reducción de los salarios y del nivelde actividad se hizo cada vez más insostenible ya que, a medida que se profun~dizó la crisis, se incrementaron los saldos exportables y disminuyeron las importaciones. Estas modificaciones, junto con los créditos externos otorgado.por los organismos internacionales, determinaron una mejora sensible en la stuación externa de la economía argentina.

El análisis realizado hasta el momento recoge, con readecuaciones que repetan el argumento básico, la "visión clásica" sobre el ciclo corto, pero intrO-duciendo el papel que cumplió la oligarquía diversificada en su desarrollo. An1tes de abordar el estudio de las características de ciclo corto durante el segundO

72 La diferenciación de la nlif'arr¡llía diversificada permite identiticar los distintos intereses y co~portamientos que conviven dentro de lo que G. O'Donnell caracteriza como "gran burguesía",respecto. en su trabajo publicado en Drsarrollo ¡';conómiro (1977), entiende que: "Por conslglllrn/e,tr el desnzmdrnaminztn de la crisis de la balanza dr pagos. la f'mn hurguesín pendulaba haria los Interesesjetivos dI' laltlllgursía /Hlmperlna, j"vpiáando J apoyando los 'programas de estabilización' que trrlllsferían tl~

e:ran masa de inf'rrsos (fundamnztalmente desde d resto del sertor urbano)haáa la /tUlguesía pam/Jerl7lay''''jJUest(>- haria los sertores comerciales yfillrlnrieros ligados a la eX/Jortación de sus jnYHluctos... (p. 51).

eríodo de esta etapa de sustitución de importaciones -e incluso como intro-~ucción a su tratamiento-- se examinarán las que presuntamente aparecen co-rnoincongruencias, o al menos ausencias explicativas que, sin invalidar los avan-c~srealizados, sí despiertan dudas acerca de la validez excluyente de algunasde sus concepciones básicas.

No es necesario realizar un análisis exhaustivo de los múltiples estudioseconómicos realizados sobre la problemática para concluir que la piedraangular del ciclo corto durante la segunda etapa de sustitución de importa-ciones fue la situación del sector externo, a partir de la rigidez de la ofertade los bienes agropecuarios exportables. De allí que la fase ascendente delciclo culminó cuando la situación de la Balanza de Pagos se volvió deficita-ríay la fase descendente finalizó cuando la recomposición de la Balanza Co-mercial y los créditos externos dieron como resultado un superávit en tér-minos de las divisas disponibles en el Banco Central. Por lo tanto, deacuerdo con esta visión, las contradicciones entre trabajo y capital, así co-mo las que se desplegaron entre las diferentes fracciones del capital estu-vieron mediadas por el comportamiento de una variable económica especí-fica, la :eserva de divisas. Se trata de una mediación porque fue a partir dela abundancia o escasez de reservas que se desencadenaron los diversos con-flictos que caracterizaron la fase de expansión o retracción de la produc-ción y la redistribución del ingreso.

Esto significa que, según el análisis precedente, la oligarquía diversificada sedesprendió del bloque industrial obligada por la crisis en el sector externo yno a partir de la modificación de sus propias condiciones de acumulación decapitaly,al mismo tiempo, que al capital extranjero le ocurrió lo mismo y con-validólas políticas de ajuste que iniciaron la fase descendente del ciclo sin en-frentar ningún problema en su propio proceso de acumulación de capital. Eltemaes trascendente porque implica determinar si el tránsito de una fase a otradependió exclusivamente de la rigidez de la oferta de bienes exportables y,porlo tanto, estuvo desvinculado de la evolución de las relaciones entre el capitalyel trabajo en la producción industrial.

. Considerando nuevamente como punto de partida la fase ascendente delCIC~OCOrto,parece inobjetable que durante el lapso inicial la expansión gene-ralIzadade la demanda, impulsada por el incremento del salario real y en me-nOrmedida por el aumento de la ocupación, trajo aparejada una expansión delaoferta de bienes industriales. En ese momento, la producción industrial ob-tuvoUna tasa de rentabilidad y una masa de ganancias creciente, ya que ope-raba can capacidad ociosa por estar saliendo del proceso recesivo anterior. LaCoeXistenciade un salario real y una tasa de rentabilidad crecientes fue posibledebido a Id' 'd di' -que a pro UCtIVIa evo uClOno por encima del incremento de lossalarios.

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Sin embargo, asumiendo que la producción creció más que la inversiónmedida que se sucedieron la expansión de la producción y disminución de 1;capacidad ociosa, las condiciones iniciales se modificaron ante una desacelración en el aumento de la tasa de rentabilidad, ya que los salarios siguieraaumentando por la presión de las organizaciones sindicales y de la clase tbajadora en general, superando los incrementos en la productividad. Esta de-saceleración de la tasa de rentabilidad -que se hizo cada vez más pronuncida a la vez que la economía se acercó al pleno empleo-- hizo que las empresindustriales se vieran impulsadas a aumentar sus precios y/o su nivel de pro.;'ducción para mantener la misma masa de ganancias, lo cual agravó el deteriro del sector externo, al generar un aumento de las importaciones en un con.'texto inflacionario originado en la pugna distributiva. De allí que la crisis en'"el sector externo se manifestó cuando la economía funcionaba en una situción de pleno empleo, desplegándose a partir de ese momento las políticas destabilización mencionadas.

De acuerdo con las evidencias disponibles, la evolución de los indicadoreeconómicos parece avalar la existencia de un funcionamiento económico sutentado en un régimen de pleno empleo en la culminación de la fase ascendente del ciclo corto. En efecto, si se considera la culminación de las fasescendentes posteriores a los primeros gobiernos peronistas (que se registran e1958 y 1961) se puede verificar que, durante esos años, la capacidad utiliza(o, de acuerdo con la información disponible, la relación entre el producto gnerado y el producto potencial) llegó a los valores máximos, para luego dcender durante la fase decreciente del ciclo.73

En términos de las diferentes fracciones del capital, parece indiscutiblque ~l comienzo de la fase ascendente del ciclo todas ellas tenían una tasauna masa de ganancias crecientes. Sin embargo, cuando la economía se acecó progresivamente a la situación de pleno empleo y comenzó a desacelerse la tasa de rentabilidad, el proceso adoptó características particulares en cda una. La burguesía nacional logró, como mínimo, mantener su tasa drentabilidad y aumentar la masa de utilidades, porque sus bienes eran derodados por los trabajadores, que vieron incrementados sus salarios reales. Pel contrario, las fracciones dominantes -especialmente el capital extranjer

,1 La evolución de la capacidad productiva utilizada entre 1955 v 196i fue estimada por M. Bdersohn (1969, p. 37): "Como puedf aprfriarse, los años 1958 y 1961 -previos a los planes de estaúilirión- son los más cercanos al pleno empleo. En 1958 la coincidencia es total, mientras qUf en 1961 se apre .un margen muy reducido de capacidad ociosa que, de acuerdo con nuestro conc'1'to df pleno empleo, no nel-¡amente se PUfde deber a insufiriencia df dnnanda efectiva, sino que puede provenir de ngzdeces en algunostores productivos y/o limitaciones fn la rapacidad para importar." (p. 37). Cabe aclarar que, de acuerd~ .•con la información provista por el mismo Brodersohn, el grado de aprovechamiento de la capaa:.dad productiva potencial en 1958 llegó al 100% yen 1961 al 97.7 por ciento.

"...,¡DIOS DE HISTORIA ECONÓMICA ARGENTINAES!"

. dustrial- encontraron mayores dificultades para expandir su masa de uti-In .lidades, ya que sus bIenes eran demandados por los sectores de mayores in-greSOS,q~e .estaban perdiendo partic~pación. relativ~ en el ingreso total. Es-taSpecuhandades, a su vez, repercutIeron dlferenClalmente sobre el sectorexterno (porque la expansión de la producción de la burguesía nacional te-nía menor impacto que la de las empresas extranjeras sobre la demanda debienes importados), tendiendo a prolongar el tiempo en que la economía ensUconjunto funcionó en un régimen de pleno empleo.74

Esto significa que la crisis en el sector externo estuvo acompañada porun descenso o al menos una desaceleración acentuada de la tasa de rentabi-lidad en la actividad industrial y en las fracciones dominantes, aliadas ahoracon los organismos financieros y los terratenientes pampeanos, que intenta-ron revertirla mediante las polític~s de estabilización. La oligarquía diversifi-cada impulsó la adopción de estas políticas porque la devaluación potencia-ba la tasa de rentabilidad de la producción agropecuaria pampeana y laexportación de productos primarios de tal manera que su tasa de rentabili-dad total (incluida la obtenida en la producción industrial) se elevaba noto-riamente. Por su parte, el capital extranjero industrial aprobaba la aplica-ción de estas políticas porque de esta manera elevaba su tasa de rentabilidadydisponía de recursos políticos y económicos para paliar los efectos de la cri-sis.De allí que las políticas de estabilización tuvieran como objetivo tanto re-componer la situación del sector externo como redistribuir el ingreso encontra de los asalariados.

Los mismos factores estuvieron presentes en el momento de tránsito de lafasedepresiva a la ascendente del ciclo. En ese momento se verificó una recom-posición tanto de la situación del sector externo como de la tasa de rentabili-~adde las fracciones empresarias, por la severa redistribución del ingreso queImplicó la reducción del salario real y el incremento de la desocupación. Sin

,4 E .s pertmente recordar algunas de las conclusiones a las que arriba M. Kalecki (1977) al tra-

~~~. . 1 . .aClOn que mantienen los sa anos y las ganancias (pp. 177-186). El autor demuestra queen Una economía cerrada, oligopólica y con capacidad ociosa el incremento de les salarios trae~parejada una reducción de las ganancias, siempre y cuando medie un poder sindical significati-o. Sin emb b" . d' .. dd' argo, tam len m Ica que en un reglmen e pleno empleo no hay una redistribuciónel lOgre' '" di''. so smo una reaslgnaclOn e as ganancIas de los sectores productores de bienes de inver-

510n y d .. .el .' e consumo de no asalanados haCIa los productores de bIenes salario. Aplicando estas con-

USIOnesal . d I 1- .1 caso argentIno urante a etapa ana Izada, se puede conclUIr que, en una situación dePeno em I h b . d"b'" .P eo, a na una re Istn uClon de las ganancIas desde las empresas extranjeras v la oli-garqUía d' ifi .. .. .bu

r_ IVerSl ¡cada -productora de bIenes de mverSlOn y de consumo de no asalariados-- hacia la

!<lbgueSZanaclOnal-productora de bienes salarios no exportables--, ya que los bienes salarios expor-les tIenen . d d 1 d' . .rel . preclOs a os por e merca o mternaClonal e mternamente se abaratan por el atraso

etiat¡Vodel tipo de cambio. Así, desde otra perspectiva se arriba a conclusiones similares a las des-ptas (u - d " di' d d' .na le ucclon e as gananCIas e las os fraCCIones predommantes)_

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embargo, la contracción de la demanda produjo una muy acentuada reduccióde la masa de ganancias. Frente al deterioro del salario real y de la ocupaciógenerado por las políticas de estabilización, la presión política y social deIalianza entre la clase trabajadora y la burguesía nacional fue incesante, pertambién confluían en la misma dirección las presiones de las empresas exjeras industriales para recomponer su nivel de actividad. Incluso la oliga~ •dlVersificada reclamaba la reversión de la crisis an te el deterioro del nivel deatividad de sus empresas industriales y las pérdidas patrimoniales en términde dólares que se registraron durante la fase descendente del ciclo. La conclsión es que los terratenientes pampeanos quedan aislados, aunque transitanmente, porque en el bloque industrial también se encontraba la fraccióncoductora de la clase en su conjunto, la oligarquía diversificada.

A partir de 1964, luego del aumento de la capacidad productiva generadpor la incorporación del capital extranjero en la producción industrial, come,zó un nuevo período que se caracterizó por la ausencia de reducción delPBen la fase descendente del ciclo corto. De allí en adelante, no se produjo lasperposición de una reducción, o una acen tuada desaceleración de la tasadrentabilidad con el estrangulamiento del sector externo, ya que se consolidla expansión de las exportaciones -especialmente las de origen industrialy se incrementó el endeudamiento externo. La pugna entre capital y traba'ocupó nuevamente el lugar central, pero ahora ya no estuvo oscurecida porIreiteradas crisis en la Balanza de Pagos. En realidad, la disminución dela .ponibilidad de divisas fue aprovechada por los sectores dominantes pararcomponer su tasa y masa de ganancias sin afectar seriamente la situación ensector externo ni la evolución del PBI, en tanto las exportaciones industrialy el endeudamiento externo operaron como las variables de equilibrio del .clo corto sustitutivo. ¡

La relevancia de las exportaciones y del endeudamiento externo duranestos años radicó no solamente en que éstos permitieron equilibrar el funci"namiento macroeconómico sino también en que tendieron a compatibililos intereses del capital extranjero con los de la oligarquía diversificadaen Idos fases del ciclo corto. Cabe recordar que, en la culminación de la fasecendente, el capital extranjero consintió la aplicación de políticas de estab'.zación por el deterioro -relativo o absoluto- que se registraba en su tasad,re,nt~biIidad, pero sabiendo que la recesión también afe,ctaría su ~ituaCiónec1...•.•.nomlCa aunque menos que al promedIO de la economla: su caracter transn~

cional y su peso estructl.ml! lo dotaban de ~rivilegios co~ los que c~ntabanI;'J..'..'otras fracciones del capital. En cambIO, baJOlas nuevas CIrcunstanCIas, elcap]tal extranjero concentró un factor muy relevante que le permitió beneficial"se con las devalllaciones: las exportaciones industriales. Esto implicó introdu-:cir modificaciones en las políticas de estabilización tradicionales, ComoI

fSTl'DIOS DE HISTORIA ECO!\iÓMIC ..AARGENTINA

d . 'n de un tipo de cambio diferencial que hiciera posible la expan-'otro lICClO .l., d las exportaciones de bienes industriales. Por su parte, el mcrementoslon e . . .'.

la deuda externa privada tuvo un efecto similar al de las exportaCIones pa-de las firmas extranjeras, pero con la diferencia de que, en este caso, las ven-ra, f ron compartidas con las firmas de la oligarquía diversificada que tam-tajas ue .. , eden al endeudamiento externo. Ambas fraCCIOnes se endeudaronbien acc .

t la fase descendente del ciclo y cancelaron total o parCIalmente susduran e . , .obligaciones durante la fase expansiva, en la que se registro un atraso relativo

del tipo de cambio. .'Por estas transformaciones, desde medIados de la decada del sesenta lastradicciones entre capital y trabajo, al no estar opacadas por las reiteradascon , .

'.' econo'micas fueron percibidas como tales contradicciones en la practIcacnsIS ,

cotidiana de los sectores populares. Vinculando estas características con loacontecido a lo largo de toda la sustitución de importaciones, se puede afirm.arque durante los años treinta y los primeros gobiernos peronistas la contradIC-ción entre el capital yel trabajo estuvo mediada por la pugna entre el mo~elooligárquico agro exportador y el desarrollo industrial; a partir del ~~rrocam,Ie~-10 del peronismo, fue oscurecida por la irrupción de reiteradas cnsI~ ec~~omI-cas y, finalmente, en el último período de la segunda etapa de sustItuCIon deimportaciones, se expresó diáfanamente, sin estar distorsionada por otros f~c-tores sociales. En la culminación de este largo periplo transitado por la SOCIe-dad argentina, las posiciones asumidas tanto por los sectores dominantes .~o-mo por los populares se modificaron de tal manera, que para la comprensIOnde ese momento histórico, y la feroz dictadura militar que le sucede, mereceanalizarse con algún detenimiento.

Respecto de los sectores dominantes, el comportamiento económico quecaracterizó al período indica que durante esos años tomó cuerpo una nue.vaortodoxia en términos de las políticas de estabilización dirigidas a cohesIO-nar las fracciones predominantes entre sí y a ellas con el capital financiero,plasmando la hegemonía política de todas ellas en la sociedad argentina. Conestas transformaciones no sólo se produjeron cambios en el funcionamientodel capital extranjero y la oligarquía diversificada sino también en la~ p.ropues-tas y visiones sostenidas por los organismos internacionales de credIto, queaprobaron y fomentaron medidas hasta ese momento vedadas y consideradasheterodox~s. La política económica y social aplicada por Krieger Vasena fueel intento más acabado de plasmar esta nueva ortodoxia económica y de avan-zar hacia una hegemonía política que bloqueara definitivamente la posibili-dad de volver a los planteos distribucionistas, típicos de la experiencia pero-nista. De allí la trascendencia histórica del Cordobazo al dar por concluidaesta experiencia.

Sin embargo, las condiciones económicas, sociales y políticas también in-

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fluyeron en lascaracterísticas que asumieron los proyectos alternativos de lossectores populares, específicamente dentro del peronismo.

Para aprehender el núcleo de esta cuestión tan decisiva, es imprescindibleinsistir en que erauna sociedad que, lejos de los supuestos que sustentan la teo-na del empate hegemónico,se encontraba inmersa en un proceso en el que la in-dustria -luego de haber concretado un nuevo salto en la sustitución de im-portaciones-- erael eje del proceso económico y su expansión fue, en términoshistóricos, acelerada e ininterrumpida a lo largo de una década, aun con unresultado relativamente modesto en términos internacionales. En otras pala-bras, la producóón industrial fue la actividad más dinámica con una significa-tiva generación de empleo y la base de sustentación principal del mercado detrabajo formal en la Argentina. 75

Podría decirseque efectivamente no se trató de un régimen de acumula-ción basado en laexplotación de mano de obra barata ni de una mera extrac-ción de materia prima, sino de una dinámica más aproximada a lo que en elpensamiento latinoamericano se denominó un desarrollo dependiente asociado76pero que, en el casoargentino reconoce una particularidad: las fracciones em-presariales predominantes en la economía interna eran tanto el capital extran-

75 Al respecto, B.Kosacoff (julio de 1984) señala: "El análisis de los resultados económicos del CensoIndustrial de 1974 nos¡,rindaelementos muy valiosos para la determinación de algunos rasgos estructurales delsector manufacturero aatmara 1976 [ ... } En relación a la comparación intercensal 1974-64, los resultados in-dican un comportamientodel sector industrial altamente positivo:

*La producción manufactureracreciócontinuamente durante elperiodo -sin ningún año de disminución-a una tasa anual cercanaaI8%, lo que significa la expansión histórica más importante del sector indus-trial;

* el crecimiento de Inproducciónestuvo acompañado por un mayor volumen de empleo. En este periodo se in-corpararon 290.000personas al sector industrial, que totaliza en 1974, 1.600.000 personas ocupadas. Latasa anual de ereamientointercensal del personal ocupado en la industria fue del 2 %;

* el ma'¡orritmo decrecimientode la producción en comparación al registradopor el empleo, se traduce en un in-crem:nto de la productividadde la mano de obra, que crecióentre los dos censos a una tasa anual del 6 %;

* el crecimiento del tamañomedio de los establecimientos -medido en términos de ocupación- fue superioral 25% para el tolalindustrial de todo el periodo. Los que ocupan más de 100 personas son los que máscrecierony en I974representabanla mitad de la ocupación y las dos terceraspartes de la producción. Su ta-sa de crecimiento casiduplicó a la de los establecimientos de menor ocupación y originó casi las 4/5 partesdel crecimiento delproductoy absorbió 250.000 de los 290.000 nuevos puestos de trabajo. En el periodo in-tercensal se incorporaronmás de 700 establecimientos nuevos de este tamaño.En síntesis, la comparaciónintercensal nos indica un fuerte incremento de la producción y el empleo, con

un liderazgo de laJ industriasmetalmecánicas, químicas y petroquímicas y una importancia creciente de los eJ-

tablecimientos de mayortamaño,cuya productividad tuvo avances significativos y fue acompañado positivamen-te por salarios medios máselevadosy menores precios relativos. "(pp. 7 Y 8).

76 F. H. Cardoso (1974) al tratar el caso brasileño destaca que el desarrollo asociado "hace unadivisión de áreas de act,ariónque sin eliminar la expansión de los sectores controlados por la inLrguesía local,desplaza a ésta de los serloresclave de la economía o la mantiene en ellos en forma asociada y subordinada; almismo tiempo, crecela baseeconómica del sector estatal, que se dirige hacia los sectores de infraestructura, mien-tras que los bienes de consumoduradero (automotores, electrodomésticos, etcétera) quedan especialmente bajo elcontrol directo de laJ emp"sasmultinacionales." (p. 20).

. ( r su I'ndiscutida primacía industrial) como la oligarquía diversificada (porJefO po. ".en la producción industrial y tamblen agropecuana).sUpeso l .

. de los an-os setenta las condiciones estructura es vIgentesA comIenzos ,durante los primeros gobiernos peronistas ya no existían, en tanto el nuevo

l st'tución de importaciones ya se había llevado a cabo, pero nosalto en a su I . . rconducido por el Estado sino por el capital extranjero que,~unto a la o zgar-

. d' ;¡;;cada habían "colonizado" el aparato estatal. BaJOel nuevo con-qUla zverszJz , . . .no'ml'co todo intento de reproducir esas primeras expenenClas Im-texto eco , . ,. .

Iicaba desplazar tanto al capital extranjero como a la olzgarquza dzversifica~a~el control sobre las producciones centrales mediante el av~nc.e de.:a prop.le-dad estatal y la burguesía nacional, e implementar una redlstnb~clOn del ¡n-

hacia los sectores asalariados influenciada por el abaratamIento de losgreso . . , .bienes salario y la redefinición del patrón de creCImIento economlCo.

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3. Instauración de un nuevo régimende acumulación de capital a partir dela dictadura militar (1976-1983)

La nueva gestión del peronismo en el gobierno (1973-1976) fue breve y tu-multuosa, lo que dificulta el análisis de los ejes centrales que guiaron su man-dato. No obstante, la evolución de los acontecimientos y de las políticas imple-mentadas parecería indicar que el planteo original del peronismo sufrióalteraciones notables en sus concepciones primigenias, sustentadas en el capi-talismo de Estado.

A partir de 1973, la propuesta de fondo del nuevo gobierno peronista yano pareció concebir al Estado como mascarón de proa garante de la expansiónindustrial y de la consolidación económica, social y política de un frente socialconformado por los sectores populares y la burguesía nacional, desplazando pa-ra eso -o al menos reduciendo- el neto predominio que ejercían las fraccio-nes del capital dominantes en el nivel económico. De lo que se trataba ahora,era de que el Estado fuera el impulsor y garante de una asociación entre el ca-pital extranjero y la fracción dinámica de la burguesía nacional que condujerael proceso de industrialización, pero reconociendo la necesidad de implemen-tar una redistribución del ingreso hacia los asalariados.

Indudablemente, el rumbo estratégico adoptado por el peronismo impli-caba que a mediano plazo debía producirse una redefinición del papel y de losingresos de los grandes terratenientes pampeanos, e incluso una redefiniciónde la oligarquía diversificada en su relación privilegiada con el Estado y en su sig-nificativa inserción industrial. El énfasis puesto por el nuevo gobierno en la ne-cesidad de expandir las exportaciones industriales, así como los acuerdos esta-blecidos con los países latinoamericanos y del bloque socialista, se encaminabaa profundizar el proceso en marcha y otorgarle sustentabilidad externa a la in-dustrialización, debilitando el papel estratégico que tenían las ventas externasde los productos agropecuarios. Por otra parte, la necesidad de imponer un ni-vel significativo de retenciones a las exportaciones agropecuarias resultaba acu-ciante no sólo para garantizar los ingresos fiscales sino también para reducir elimpacto sobre los costos de las remuneraciones de la mano de obra industrial.

En síntesis, ante las nuevas circunstancias, el general Perón intentaba plas-

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mar un capitalismo asociado cuya suerte dependía de su capacidad para integrar-se con el capital extranjero y, al mismo tiempo, redimensionar y subordinar alconjunto de la oligarquía pampeana.1

Resulta ineludible apuntar que la tergiversación del planteo original delperonismo exacerbó hasta límites desconocidos los enfrentamientos entrelas dos tendencias que estaban presentes en el movimiento desde sus oríge-nes. El sector "ortodoxo" del peronismo se enfrentó con el que enarbolabael socialismo nacional como la nueva línea estratégica. Esta última, lideradapor las organizaciones armadas (principalmente Montoneros), fue el resul-tado de la confluencia de las concepciones originales con la práctica socialque desplegaron los sectores populares a lo largo de los dieciocho años deproscripción, a lo que se sumaron las experiencias resultantes de las luchassociales y políticas latinoamericanas, especialmente las provistas por la Re-volución Cubana.

La conjunción de todos esos procesos generó una revisión explícita de lospostulados del peronismo, pero de signo contrario a la que llevaba a cabo, im-plícitamente, el general Perón. Desde esta perspectiva, la coexistencia entre elcapital y el trabaJo planteada originariamente por el peronismo respondió a lascondiciones económicas, sociales y políticas específicas de la época de su sur-gimiento.2 Dichas condiciones se alteraron a partir del derrocamiento de losprimeros gobiernos peronistas, volviéndose irreconciliables los intereses espe-cíficos de ambos términos de la ecuación capitalista.

De esta forma, el contenido ideológico del Movimiento Peronista se modi-ficó drásticamente, adoptándose los postulados socialistas como nuevo eje doc-trinario.3 Desde esta visión la alteración de los contenidos ideológicos del pe-

ronismo respondía a la modificación de las condiciones materiales de los sec-tores sociales que integraban el frente popular, como resultado de las trans~or-maciones económicas. El control ejercido por el imperialismo norteamenca-no a través de las empresas extranjeras industriales, había sido el facto.rdesencadenan te de la sobreexplotación de la clase trabajadora y de la subordI-nación o extinción de la burguesía nacionaI.4

Dentro de este cuerpo doctrinario, la vanguardia revolucionaria? que, por surelación con las masas populares tenía la capacidad de sintetizar los ejes de lalucha popular e interactuar con la conducción estratégica, cumplió un pap.elinsustituible Yterminó encarnándose en las organizaciones armadas peroms-tas, especialmente Montoneros, luego de su fusión con las Fuerzas Armadas Re-volucionarias y Descamisados, entre otras organizaciones.

De esta esquemática caracterización, que omite la riqueza de los debates yconcepciones de la época porque sólo intenta rescatar algunos de los rasgosbásicos de la situación del peronismo, se puede inferir que los dos proyectospresentes dentro del movimiento político que accedió al gobierno en 19?3.sealejaban de la doctrina original pero en sentido contrario, lo que los volVIa111-

compatibles.Sin embargo, conviene insistir en que la pugna entre ellas se puso de

manifiesto desde el comienzo de la resistencia peronista, a través de lo que sedenominó la lucha contra la burocracia política y sindical,6 y que su nivel deviolencia se fue incrementando sensiblemente a través del tiempo. Por cier-to, el general Perón estuvo involucrado en la conformación del denomina-

1 Cabe señalar que algunos autores interpretan que se trató de un proceso que ya estaba en mar-cha desde 1964. Tal el caso, de P. Gerchunoffy J. J. Llach (1975, p. 42), quienes afirman: "Una carrec-ta visión de ta nueva etapa [1964 en adelante] que aqui se ha señalado es la de Fernando H. Cardoso en suanálisis sobre las contradicciones del desanollo asociado; con el ténnino 'asociado' se hace referencia a la inClYr-poración de nuevos sectorespropietarios al modelo de crecimiento dirigido por el capital monopolista extranjero,dicha incO/poración no elimina las contradicciones, sino que plantea problemas inéditos en el plano de la depen-dencia tecnológica y la dist,ilmción del ingreso" (p. 42).

2 Dentro de la polémica entre las FAR (Fuerzas Armadas Revolucionarias) yel ERP (Ejército Re-volucionario del Pueblo), c:. Olmedo (Fuerzas Armadas Revolucionmias, 1974) señala: "Esencialmentepoliclasista, el ,\¡[uvimiento Peronista se define desde el comienzo por su carácter nacional-populm; antioligárqui-co y anti-impm'alista [... ] Producto de la excepcional cO)'untura histórica ronformada por el periodo de la gue-rra J la pnmera lJOsguerra, la expresión politica de esta alianza de e/ases nacionales, el AIovimiento Peronista,time en PSf momrnlo una concejJcióndortrinaáa que, (omo iriPa (entral, !f'7)anta la coexistenrin annónirQ de Ca-pitaly TrabajO [.. ,] La coexistPlwia del capital y del trabajO era la idm dominante del mOlnrnlo, surgida de lasrondicionps eronómims l' politiras existentes" (p, 13),

'¡:\I respecto, Carlos Olmedo (Fuer:.as Armadas Rroolurivnrmas, 1974) sostiene: "Ho)' Pn dia, la con-ajJáón idf'oló,L,rir(lsoria/istrz (Iue eLPeronismo Revoluciorta17'o asume, no es sino el reflejo de una ~~itu(Jrión objeti-va J al mismo tiempo muestra f! jJmnanente e inr1aut1irable rompromi,':io del Pemnismo ron los intrreses naciona-I"s)' 10\ de la clme trabajadO/'a" (p. 14).

4 C. Olmedo (Fuerzas Armadas Revolucionarias, 1974) al analizar la situación a comienzos de losaños setenta, señala: "La liquidación de la burguesía nacional, tendencia histórica que a nadie es,capa, llevaimplicita la desnacionalización continua y la pérdida cada vez mayor de peso politico de la burguesza naaonaly de sus concepciones. Quienes quieran sobrevivir deberán resignarse a la asociación o la dependen aa del capllal

imperialista o perecer" (p. 14). . .5 J. W. Cooke, (1985) la define de la siguiente manera: "La conciencia revoluaonana es un grado

de lucidez con que la voluntad humana lucha en medio de una realidad complicada y ambigua. Y la vanguar-dia revolucionaria no es una minoría autodesignada en mérito a la admiración que a sí misma se profesa, smoel cumplimiento de una función que revalida constantemente mediante la comprensión teórica de una realidadfluyente que escapa a toda sabiduría inmóvil centellante de verdades definitivas. Con eso.estamos afirmando, enprima lugar, que ese conocimiento no es exterior a la práctica de las masas, sino la expenenaa directa, de esa lu-cha enriquecida por el pensamiento crítico. y, además, que tal conocimiento sólo adquiere valor rev~luaonano encuanto se socializa al ser incmporado por las masas a su acción, pues ellas son las aetoras y tambien las destma-

tarias de la revolución" (p. 18). ,6 Al respecto, J. W. Cooke (1985) señala: "Lo burocrático es un estilo en el ejercicio de las funaones, o

de la influencia. Presupone, por lo pronto, operar con los mismos valores del adversario, es denr, con una ~'slOnreformista, superficial y antitética de la revolucionaria. Pero no es exclusivamente una determmante ldeologzca,puesto que hay burócratas con buen nivel de capacidad teórica, pero que la disocian de s~ práctlca, y, en to~o ca-so les sirve para justificar con razonamientos de 'izquierda' el oportunismo con que actuan .. [oo.] El burocrataquiere que caiga el régimen, pero también quiere durar; espera que la transición se cumpla sm que el abandone

el cargo oposición ... " (pp. 20-21).

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do peronismo revolucionario no solamente porque]. W. Cooke fue su delega_do personal a partir de 1956 sino porque aprobó la lucha armada yantibu_rocrática llevada a cabo por las organizaciones guerrilleras pero eludiendo,hasta 1973, el debate sobre el fondo de la cuestión, es decir, sobre el nuevaproyecto estratégico para el peronismo que cada una impulsaba.'

Se puede percibir que estos dos proyectos definían el carácter básico de lacrisis que se abatía sobre el frente popular. En esa pugna se inscriben hechostan definitorios y dramáticos como la masacre de Ezeiza, la renuncia de Cárn-pora,H la muerte deJosé Ignacio Rucci y las palabras del general Perón ellº demayo de 1974 que produjeron la retirada del peronismo revolucionario de la Pla-za de Mayo. La muerte del general Perón, ellº de junio de 1974, dio por ter-minado este ciclo y abrió la etapa preparatoria para el golpe militar que se Con-cretó en marzo de 1976.

Como fue señalado, una de las pocas coincidencias de fondo entre ambosproyectos estratégicos fue la convicción de que la experiencia de los primerosgobiernos peronistas era irrepetible. Sin embargo, profundizando el análisisde la evolución histórica del peronismo, se puede percibir que ambas vertien-tes dejaron de lado un rasgo fundacional de vigencia decisiva en el proceso eco-nómico-social y que es vital para aprehender la naturaleza de la dictadura mi-litar que irrumpió en marzo de 1976.

Contando con la perspectiva que otorga el tiempo transcurrido, un some-ra revisión de los contenidos medulares de ambos proyectos permite detectar

7 Por ejemplo, en el intercambio epistolar entre Montoneros y el general Perón de febrerode 1971 (R. Baschetti, 1993), dicha organización le plantea en el último punto que: "5. Bien, he-mos visto la eficacia de nuestro método de lucha para golpear al régimen con la ejecución de Aramburu, eldescreimiento popular sobre el sindicalismo como herramienta capaz de ronducir un proceso revolucionario,la imposibilidad de que el ejército pueda generar un proceso de liberación nacional y la insuficiencia del ca-mino electoral para tomar el/Joder {... ] 7(mern05 clara una doctrina y dara una teoría de la cual extraemosromo conclusión una estrategia también clara: el único ramino posible para que el pueblo tome el poder e ins-taure el socialismo nacional, es la guerra revolucionaria total, nacional y /Jrolongada que tiene romo ejefun-damental y motor al peronismo. El método a seguir es la guerra de guerrillas urbana y rural. Esto no es uncapricho, es una necesidad: a carencia de potencia rerurrinlOs a la movilidad; en fin, no es nada nuevo pe-ro no por ello deja de ser eficaz {. .. ] Es para nosotros de fundamental importancia conocer sus opiniones so-bre estas consideraciones ... "(p. 128). Pocos días después, el general Perón les responde: """'lisqueri-dos compmiero5: 5. Totalmente de acuerdo en cuanto afirman sobre la guerra revolucionaria {... ] Como,,,tedes dicen ron gran propiedad, Clumdo no se dispone de la potencia y en cambio se puede echar mano ti

la movilidad, la guerra de guerrillas es lo '1ue se impone en la ciudad o en el rampa. Pero, en este caso es ne-ceSa110comprender que se hace una lucha de dfSgaste como preparación para busrar la decisión tan prontoromo el enemigo se ha~vadebilitado lo suficiente. Por eso la guerra de guerrillas no es un fin en si mismo si-no solamente un medio y hay '1uepensar también en preparar el dispositivo general '1ue aUn no intervinien-do en la lucha de ¡;uerril/as, deb,' ser factor de decisión en el momento y en el lugar en que tal decisión debeproducirse {. .. ¡Un r;ran abrazo. Juan Perón" (p. 132).

H Véase M. Bnnasso (1997).

d·' t'ca disolución del carácter antioligárquico que estaba tan presente enna las I . . .u l cI'ón original del peronismo. No solamente omitIeron la presenCIala formu a "'" ' .

. t I'entes pampeanos en la producClon mdustnal-es deCIr, la eXls-de los terra en ..,- . de la oliaarquía diversificada-, smo que asumieron, hsa y llanamente, quetenCla b d .. 1 f

l· . 'al en su conjunto ya no era uno de los factores eClSlVOSen e un-sta case SoCl ~e. . . to económico ni uno de los integrantes fundamentales del poderClOnamlen ,dominante establecido en el país. .

Esta omisión se expresó de una manera diferente en cada proyect~. ~~plan-1 cI'dopor el general Perón se dirigía a concretar una negoClaClon, noteo cone u , . .,

d· puta con el poder dominante, y su polltlca respecto de la ohgarqU1auna IS ,

a se Puede percibir conociendo quiénes eran los interlocutores y cua-pampean .les los escollos que debían superarse. . .

El interlocutor privilegiado de esa negociación fue el capital extranjero In-dustrial que había consolidado su predominio económico a p~:tir de la pro-fundización de la sustitución de importaciones durante la gestlOn del des~rro-llismo. Si se considera el planteo original del peronismo, esto ~u~le,raim licado la emergencia de un nuevo proyecto estratégico en clave antIohgar-qurca, tras el cual se habría convocado a la movilización popu~ar como mediopara garantizar la subordinación de esa fracción dominante. Sm e.~bargo, na-da de esto ocurrió porque se asumió que la oligarquía estaba deblhtada y, porlo tanto, se evaluó que con esgrimir algunas propuestas económicas (como elimpuesto a la renta potencial de la tierra) y modificar los precios relativos erasuficiente para garantizar un incremento de la producción de bienes salarioque generara divisas y consolidara la distribución progresiva del ingreso. Enrealidad el intento fue recurrir a la indudable convocatoria popular del ge-neral Pe~ón -incluso entre quienes lo cuestionaban dentro del movimien-to- para dirimir la pugna in terna con el peronismo revolucionario y no para en-frentar al bloque dominante.

En el caso de la propuesta del peronismo revolucionario, la ausencia de unContenido antioligárquico se percibe de una forma mucho más directa, ya queefectivamente intentó llevar a cabo una drástica modificación del orden esta-blecido, por lo que aludía a los sectores poderosos. En este caso, el carácter dela propuesta fue fundamentalmente antiimperialista, entendiendo que éste noera ejercido por varias fracciones del capital sino exclusivament~ por las em~presas extranjeras industriales, en particular de origen norteamencano. De alhque en esta concepción el contenido antioligárquico del peronismo fuera unatributo histórico, específico de la etapa fundacional--debido al enfrentamien-to entre los sectores populares y la oligarquía para consolidar la industrializa-ción como eje del proceso económico- pero sin vigencia en la r.ealida~ naci~-nal de ese momento. De esta manera, el enfrentamiento con la ohgarqU1a habladejado de ser un problema central, quedando acotado a conflictos regionales

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en los ~ue los trabajadores rurales y los pequeños y medianos productores agro-pecuanos se enfrentaban a los grandes propietarios.

Se trata de una distorsión de enorme importancia que está profundamen_te arraigada en los sectores populares. Así, sólo como un ejemplo de los mu-chos ~u~ se podrían analizar, esta situación parece expresarse, con sus propiaspeculIandades, en lo que fue el Movimiento de Sacerdotes del Tercer Mundo.Creado en 1967, se disolvió en 1973 ante la imposibilidad de sintetizar una.. _ _ _ po-SIClOncomun .entre las IIneas afines a la "ortodoxia" peronista, las concepcio-nes del peromsmo revolucionario y aquéllas abiertamente "clasistas". Sin em-bargo, de acuerdo con las evidencias disponibles, la oligarquía como factor depoder no estaba presente en las visiones del peronismo "ortodoxo", pero tam-poco e.n las líneas alternativas, las que, a lo sumo, incorporaron la figura del te-rrate.mente co~o e~plotador de los trabajadores rurales o de los pequeños ymedIanos propIetarIos agropecuarios.9

Este dramático error estratégico fue el resultado de una lectura estructuralen la que se sobredimensionó la importancia de una serie de procesos relativa-mente recientes (el aceleramiento de la industrialización desde mediados deI~s años sesenta, la acentuada transnacionalización de las empresas norteame-rIcanas y la agresiva política imperial de EE.UU. en la región) y se subestimó latrasce~dencia de la clase social que fundó el Estado argentino moderno, la oli-garqUla pampeana. No menos relevante, pero quizá más comprensible, es ha-ber obviado lisa y llanamente la existencia de la oligarquía diversificada, a pesarde que esta fracción de clase había accedido a la conducción de la clase terra-teniente en su conjunto durante la etapa de consolidación de la industrializa-ci.ón (y, final.n:ente, condujo el bloque social dominante interno a partir de ladIctadura mIlitar que se inició en marzo de 1976).

Estas distorsiones de fondo impidieron a los sectores populares contar conlos elementos para aprehender la idiosincrasia del golpe militar. En efecto, es-ta car~ncia ~arece haber asumido una notable importancia, ya que quien hil-vanara las alianzas -con otros integrantes de las fracciones locales dominan-tes y fundamentalmente con el capital financiero internacional- para plasmarun nue~o pat~ón de acumulación durante la dictadura militar, será precisamen-te la olIgarqUla argentina, la clase social que se suponía disgregada o debilita-da d~s~ués de varias décadas de industrialización y extranjerización de la eco-nomla Interna.

9 Al respecto.]. P. Marún (1992) señala: "Los Sacerdotes para el Tercer Mundo han tenido un blancogeneraúzado para vl'ncer, .aunqul' no del todo definido: el imperialismo J la oligarquía. Han tenido una confí-guraclOn '~al ~el polo a~orllco: elpueblo, concebido como sujeto de la úberarión. Pero han osciladofrecuentemen-te en la dl'jzn~rlOnsoclOlogzcad~ los componentes de e.ltl'sujeto agonista. En particular, su lenguaje ha dejado enla zndefinznon la voz olzgarqUla, desde el punto de vista cultural • .Iorial o económico" (pp. 213 Y214).

La importancia del tema exige una indagación más desarrollada del proce-so' La derrota que los sectores populares le habían infligido al proyecto con-ducido por Onganía-Krieger Vasena no sólo dio lugar a una retirada progresi-

. va de la dictadura militar sino que les anuló a los sectores dominantes laviabilidad de cualquier proyecto alternativo al sustentado por el general Perónyal del peronismo revolucionario. Salta a la vista que para este último, la oli-garquía pampeana, así como el conjunto de las fracciones dominantes, debíanser, como mínimo, redimensionadas, y, especialmente, debían perder su indis-cutible capacidad para conducir el rumbo de la economía interna. Sin embar-go, para la oligarquía era una amenaza, más inminente y factible, que el pro-pio proyecto del gobierno peronista requiriera, como condición de posibilidad,que la conducción de la oligarquía pampeana, la oligarquía diversificada, fueseparcialmente desplazada por la fracción dinámica de la burguesía nacional y, almismo tiempo, que los grandes terratenientes se subordinaran a las necesida-des del nuevo patrón de acumulación (como proveedores de divisas y garantíade la redistribución del ingreso), todo dentro de un cambio significativo de losprecios relativos en detrimento de los bienes salario. En esa dirección confluíanel acuerdo entre la CGT y la CGE, la orientación de la promoción industrial yel intento de imponer el impuesto a la renta normal potencial de la tierra.

Ante estas circunstancias, la estrategia adoptada por la oligarquía en su con-junto consistió en cohesionar a las fracciones dominantes planteando comoúnica alternativa válida, ante la convulsión social y el peligro de un "régimensocialista" en el país, el golpe de Estado. A los gobiernos del doctor Cámporay del general Perón se los boicoteó de todas las formas posibles para garantizarsu fracaso, incluso exacerbando la pugna interna del peronismo y la crisis delcampo popular. De allí que el golpe de Estado de marzo de 1976 se puso enmarcha a partir de la muerte del general, que dejó sin conducción al intentode plasmar un capitalismo asociado en la Argen tina,

A partir de la dictadura, el bloque dominante se encaminó hacia una mo-dificación drástica de las relaciones sociales y, como consecuencia, a potenciarsu capacidad de acumulación de capital, especialmente el de la oligarquía lo-cal, la fracción social que condujo ese proceso,

3.2 La naturaleza de la revancha oligárquica que pone en marchala dictadura militar en 1976

Las evidencias analizadas previamente indican que la instauración de unnUevorégimen de acumulación de capital no se origina en el agotamiento dela industrialización basada en la sustitución de importaciones, ya que duranteladécada anterior (1964-1974) se había producido un crecimiento ininterrum-

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pido del PBI interno, se había registrado una acentuada expansión industrialy se había modificado la naturaleza del ciclo corto sustitutivo, que ahora no im-plicaba una reducción del PBI en la etapa declinante.

Al tener en cuenta la irrupción del predominio de la obtención de rentafinanciera en la economía internacional, y asumir que el fracaso de las dicta-duras anteriores radicaba en haber intentado disciplinar a los sectores popula-res impulsando la expansión industrial, esta vez la estrategia elegida consistióen restablecer el orden capitalista modificando drásticamente la estructura eco-nómica y social para disolver las bases materiales de la alianza entre la clase tra-bajadora y la burguesía nacional y, de esa manera, restablecer relaciones de do-minación permanentes en el tiempo. 10

Si bien el golpe militar en la Argentina no parece haber respondido a unainiciativa motorizada directamente por los Estados Unidos -como sí ocurrió enChile-, caben pocas dudas acerca del apoyo irrestricto por parte de la adminis-tración norteamericana previa a la presidencia de CarteroLo mismo ocurre conel capital extranjero radicado en la producción industrial local, cuya participa-ción fue fundamental para asegurar la viabilidad del golpe. Al respecto, todo pa-rece indicar que la adhesión de este último a la interrupción del orden constitu-cional no reconoció fisuras ni excepciones, ya que se trataba de la fracción delcapital que era repudiada y hostigada por los sectores populares en tanto encar-naba las nuevas formas de la dominación imperialista en América Latina.

Por cierto, esta cruzada anticomunista, que escondía reivindicacionesexclusivamente particulares de la oligarquía vernácula y el capital financie-ro internacional, contó con la participación activa de los factores de poderque integraban el bloque oligárquico. Es el caso de la Iglesia oficial -par-te constitutiva de la oligarquía desde la industrialización en adelante-, quese ubicó como parte de la conducción ideológica de la dictadura militar, ymarginó de sus propias filas a los sectores vinculados al movimiento popu-lar, lo que implicó la tortura, la desaparición o la muerte de muchos de susmiembros.11

Sobre la base de estas concepciones y de estos alineamientos, los sectoresdominantes, a través del terrorismo de Estado que ejerció la dictadura militar, leimpusieron a la sociedad argentina un nuevo patrón de acumulación de capi-

10 Proceso que estuvo muy alejado de algunos pronósticos realizados en la época. Poco antesdel golpe militar. P. GerchunoffyJ.J. Llach (1975) afirmaban: "Finalm"nte. no desculniriamos nada aldnir que el carácter rsencialmente inestable de este estado tendencial tiende a rNllzar ubjetivamente el papel arbi-tral de las Fu"rzas Armadas, e11cuyas manos está en buena medida convertir este ',uasi-estado' en un proreso deReronstrurción .l' Liberación Nacional o en un neoliberalismo desarrollista remozado ",

1I Sobre el nefasto papel que cumplieron el \icariato castrense, el episcopado, el nuncio apos-tólico, así como el asesinato, tortura v desaparición de militantes y autoridades eclesiásticas durantela dictadura militar, véase F. F. Mignone (1999).

tal cuyo núcleo central fueron las políticas económicas y un nuevo comporta-miento estatal. Este comportamiento implicó la convalidación de la valorizaciónfinanciera de una parte del excedente apropiado por el capital oligopólico, apartir de la adquisición de diversos activos financieros (títulos, bonos, depósi-tos, etc.) en el mercado interno e internacional, en un momento en el que lastasas de interés, o su combinación, superaban la rentabilidad de las actividadeseconómicas, y en el que el acelerado crecimiento del endeudamiento externoposibilitaba la remisión de capital local al exterior al operar como una masa deexcedente valorizable y/o liberar los recursos propios para esos fines. En rela-ción con este núcleo central se desplegaron otras modificaciones sustantivas,como la redefinición de la protección arancelaria de las importaciones y el des-plazamiento del mercado interno como el ámbito privilegiado del proceso deacumulación de capital.

Las transformaciones que se sucedieron entre una estructura asentada enla industrialización y otra que se sustentaba en la valorización financiera, intro-dujeron una modificación inédita en todas las instancias sociales. Así es comocambió drásticamente la relación entre el capital y el trabajo y, en consecuen-cia, el carácter del Estado, adoptando ambos sesgos inéditos en favor del grancapital oligopólico. Pero también, inf1uenciadas por esos mismos contenidos,se desplegaron alteraciones tan decisivas como la destrucción y la reasignacióndel capital. De allí en más cambiaron la fisonomía, el comportamiento y tam-bién las contradicciones de las propias fracciones dominantes, y,al mismo tiem-po, se redimensionó la presencia de la burguesía nacional, especialmente la frac-ción industrial, más que su núcleo central.

La redefinición de la relación, de por sí desigual, entre el capital y el traba-jo tuvo tal magnitud que sólo puede entenderse como una revancha oligárquieasin precedentes históricos en el país, acorde con el profundo resentimientoque guardaba la oligarquía nativa hacia la clase trabajadora argentina. Desdeel golpe de Estado en adelante, los trabajadores fueron perdiendo los derechoslaborales más básicos y elementales que habían conquistado a través de las lu-chas sociales desarrolladas a lo largo de muchas décadas. Dicho proceso se ini-ció al hacerse palpable que el nuevo patrón de acumulación diluía el papel quela demanda asalariada había asumido durante la vigencia de la industrializa-ción sustitutiva. En tanto la valorización financiera desplazó a la producción debienes industriales como el eje del proceso económico y de la expansión delcapital oligopólico, el salario perdió el atributo de ser un factor indispensablepara asegurar el nivel de la demanda y la realización del excedente: de allí enmás, contó como un costo de producción que debía ser reducido a su mínimaexpresión para asegurar la mayor ganancia del empresario.

Por otra parte, ya instalada la valorización financiera, la reestructuración eco-nómica y el deterioro de la producción industrial, trajeron aparejada una sig-

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nificativa expulsión de mano de obra. Surgió entonces otro instrumento fUn-damental para disciplinar a la clase trab~adora: el flagelo de la desocupación.

La alianza policlasista terminó de desestructurarse Con la crecien te margi-nación política y económica de la burguesía nacional. No se trató ya -como ocu-rrió durante la segunda etapa de sustitución de importaciones_ de su subor-dinación al capital extranjero y su desplazamiento hacia empresas con menorvalor de producción y ocupación, sino de la expulsión progresiva de este tipode capitales a medida que se consolidaba la desindustrialización, pese a que setrataba de una fracción del capital que, en términos generales, inicialmente ad-hirió al golpe de Estado.

Por otra parte, el giro copernicano que se aplicó al Estado no involucró úni-camente aspectos económicos -que fUeron fundamentales- sino también elejercicio irrestricto de la coerción que el Estado monopoliza, desde las concep-ciones y la estructura de las Fuerzas Armadas. 12 Éstas, a través de su participaciónactiva en la represión previa al golpe fueron definiendo la doctrina represiva quedespués aplicaron con toda su intensidad durante la dictadura. La actualizaciónde la doctrina represiva fue una derivación directa de la nueva concepción de lossectores dominantes y, al mismo tiempo, su objetivo fue hacer socialmente via-bles las modificaciones económicas y sociales que se llevarían a cabo.

Al respecto, es pertinente señalar que, a lo largo de la segunda etapa de sus-titución de importaciones, especialmente a partir de 1966, se dio forma a la de-nominada Doctrina de Seguridad Nacional, que asumía -como una de sus hipó-tesis centrales- que la superación de las contradicciones entre el trabajo y elcapital requería, junto al ejercicio de la represión estatal, asentar un procesode desarrollo económico que les planteara a los sectores subalternos ciertas víaspara el ascenso social y el mejoramiento de las condiciones de vida. Su fracasoy la modificación de la economía internacional impulsaron una revisión y trans-formación de la doctrina original. La hipótesis de que el crecimiento económi-co es una de las condiciones para superar las contradicciones sociales fue reem-plazada por la contraria. De esta manera, la crisis económica y los mecanismosde disciplinamiento social fueron elementos centrales de la nueva doctrina re-presiva. Así, el concepto de represión institucional, orientado en las dictadurasprecedentes a disgregar a las organizaciones armadas, se reemplazó por el de

J~ En relación con la naturaleza del Estaclo y su campo de acción, ü'Donnell (1984) señala: "lagarantia que presta el ¡;;,tado a Clerta.srelaClonP5soCiales, incluso las relaCiones de produaión, que son el cora-zón de ulla sociedad enllitalista y de su rontradictoria articulaCión en clases SOCIales,no es una garantia exter-na ni a posteriori de dicha relación, Fs parte intrimeen y comtitutiva de la misma, tanto como otros elementos-económicos, de mJonnarión y rontrolldeológico-- que son aspectos que sólo podemos distinguir analitienmen-te en dicha r"latlón, ¿(Jué quine decir a su ve::esto? Que las dimensionP5 del E\tado, o de lo propiamente polili-ro, no son -como tamporo lo es 'lo {'(onómico '- ni una cosa, ni Una institución, ni una 'fStnlctura': 'iOn as-pectos de una relación social", (p, 204),

, '1 . to del coniunto de las organizaciones populares, realizado poraOlqm amlen J

d I normas institucionales -aun de las que funcionaban durante esafuera e as , .,, d Ymaterializó a través de la tortura y la desapanclOn de personas,dIcta ura-,

dando lugar a la figura de terrorismo de Estado. .. .,Junto a estas transformaciones, de por sí deCISIvas,se regIstro otra que re-

I ba la hipótesis de guerra tradicional, en la cual las Fuerzas Armadas ac-p antea . b' db como principal garantía de la defensa nacional. En efecto, SI len es-tua an . h'"

de el punto de vista institucional se la ma~tuvo, dicha . Ipotesls -~uef . ba la defensa de las fronteras- fue vaCIada de contemdo y subordma-en atiza . . I

d t nto a las necesidades de supervivencia de la dictadura militar como a aa a .,., de que la estrategia represiva debía extenderse a la reglOn, en tan-concepCIon . .

to la supuesta guerra interna formaba parte de ~n enfr~nt~mlento a mvel ~un-dial. En este sentido, la guerra de las Islas Malvmas senalo el ~unto culmman-

d la tergiversación de los contenidos de la defensa naCIonal y su plenare e .' 13subordinación a las necesidades propias del terronsmo de Estado. . .,

No menos trascendentes fueron las alteraciones en la compo~lClOn ~ elcomportamiento de los propios sectores dominante~. ~n este sentido, ~s Im-

. dible destacar que, a medida que se consohdo el nuevo patron deprescm . . dacumulación, se fracturaron y realinearon las empresas extranjeras m .us-triales que habían sido el núcleo dinámico de la segunda etapa de sustItu-ción de importaciones. ,

El conjunto de las empresas extra~eras industriale,s no fue: co~o ~odlase en un inicio, la fracción del capital que encarno la dommaCIon Impe-prever " d 1 d

rialista en la dictadura militar. La prueba palpable de la disoluCIon e po .erque ostentaba el capital extranjero industrial fue ~~e esta actividad ~roduct1Va

d" la centralidad económica que había exhIbIdo desde los pnmeros go-per 10 . . ,. dbiernos peronistas, para entrar en un proceso de progre~lva y slstematIC~ ~-sindustrialización caracterizada, entre otros rasgos regreSIVOS,por: un~ ,perdI-da de incidencia en el valor agregado total; una acentuada reducclOn delespectro productivo y del grado de integración local de la produc.c,ión; la repa-triación de capital extranjero industrial; un salto de la con~entraclOn de la pro-ducción sectorial en un reducido conjunto de firmas, etcetera. .

Paralelamente al proceso de desindustrialización se fractura el.bl~q.ue m-dustrial extranjero, registrándose, por un lado, una acentuada e medIta re-patriación de capital industrial-durante la ~écada del o~henta- y, por otro,una modificación sustantiva del comportamIento de vanos de los conglo~e-rados extranjeros que asumieron los parámetros vinculados a~nuevo patronde acumulación de capital. En otros términos, algunos de los mtegrantes del

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bl~que extranjero retiraron las inversiones productivas radicadas en el país,mIentras que otros confluyeron con la oligarquía diversifirada incorporándo-se al nuevo bloque de poder.l! No es menos relevante señalar que la contra_parte extranjera fundamental del patrón de acumulacl'oon n f' .. o ue ese co~un_to de conglomerados extranjeros industriales sino el capital financieromternacional, incluidos los organismos internacionales ele crod'to . ' ' e I o, que Sonsus representantes pOhtICos durante esa etapa.

3.3 La redistribución del ingreso como hecho fundacionalde la dictadura militar

La dictadura militar comenzó con un planteo económico que respondíaa las tradicional~s p~!íticas,de estabilización implementadas durante la segun-da etapa de sustItUClOnde Importaciones. Ante una aguda crisis del sector ex-terno, provocada en buena medida por la negativa del FMI a negociar unacu~rdo c.on el.anterior gobierno constitucional, y por las acentuadas presio-nes .mflaclOnanas, se implementó una fuerte devaluación del peso que pro-v~~o una aguda modificación de los precios relativos. El rasgo peculiar y de-C~SIVOde esta. ~olítica radicó justamente en la profundidad que asumida pordIcha alt~raclOn de los precios relativos en favor de la oligarquía pampeanay en detnmento de los asalariados. Tanto los exportadores de bienes salarioc~mo los productores agropecuarios -especialmente los grandes terrate-mentes pa~peanos--: se beneficiaron no sólo por la devaluación del peso,que supero el 80%, smo que adicionalmente se redujeron las retencionesagropecuarias a la mitad.15

o 14 El ap~)yo rle estos capitales extranjeros fue tan intenso como el brinrlado por los grupos eco-nomlCOS loc~l~s, llegand~ meluso a pen11ltlr e impulsar la represión en sus plantas industriales. Al1 especto la e lA rlenunclO ante el Juzgado Cinco de la Audiencia Nacional de Madrid en 1993 en-t1:eotra~ cuestiones, que: "El oúwro de la frílrrira Ford, de Grneral Par/zeco, provinria de Buenos Aires,juan(arios (ontl, fue seruestmdo de5de el mtenor de lafiálrrira IIrvado a un r~tro d d t ". 1 di' ••

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nor de la planta faúnl, y retirado del mismo por pn:mnal del Ajh-rito, todo ello con conorimiento)' evidente anum-<lade la empre.la. Contl era delegado de personal l ... } a partir del 25 de marzo de 1976 romirnzan a producir-" detenCIOnesde oÚrn,os,dl'~tm dI' la planta, a lo 'IUI'el gn:entl' dI' la fábrira les dijo que 'e.5taban dispuestos aIImane (l 'IU/m fuera. Segun laprueha rolntada, le produjn:on de.5deentonres entre d05 o tre5seruestros par díaen la mlSlI'" planta, dandI' !ÍIn rlOnaba un rentm de detn¡r¡ón o interrogatorios' (pp. 13 y 14). A este caso, sele agrega postenormente la denuncia judicial de la responsabilidad en la repres'ión de los directivosdoeMerc:"des Benz en la planta industrial de González Catán y del secretario gen"ral de SMATA,Jo-se Rodnguez.

lo D" acuerdo con las e\idencias empÍJicas presentadas por N. Ras y R. Le\is (19RO), el notable in-cremento de la reutabdldad agropecuaria ref,'Ístrado en 1976 determinó que el precio de la tierra (me-dldoen do!,l!'('s de 1900) fuese el más el"vado de la historia. Al respecto, los autores indican: "Elpreciodl'lfJ.ltm,(umlaArl[mtlllfll'/{Jaf>rrmmadmnnzteelm",,,nen 1955 mleel "n,o S" h /.' I I?- - '-al. r .~. '1' 1-'-'- aula ·')ng(l( o _J anos [lnU'..l

En este sentido, los diferentes estudios realizados sobre la época señalan,explícita o implícitamente, la notable influencia que ejerció el deterioro del sa-lario real en la regresividad distributiva y cómo para 10grarIo la dictadura mili-tar, además del contexto represivo, liberó los precios y congeló los salarios, di-solvió la CGT, suprimió las actividades gremiales y el derecho de huelga,eliminó las convenciones colectivas de trabajo, etcétera.

De esta manera se consumó una disminución en la participación de losasalariados en el PBI sin antecedentes desde la irrupción del peronismo enadelante. En efecto, los asalariados perdieron el equivalente a 13 puntos por-centuales del PBI, en circunstancias en que este último permaneció práctica-mente constante. Más aún, tal como se verifica en el Gráfico n° 3.1, en 1977se profundizó la distribución regresiva del ingreso, a pesar de que el PBI sehabía incrementado, disminuyendo al 25% la participación de los asalaria-dos en el PBI.

En el último año de la dictadura, esta participación fue prácticamente lamitad de la que se registraba en 1975. Asimismo, durante todo el período, másallá de los altibajos, se ubicó muy por debajo de la registrada en el peor año(1969) de la segunda etapa de sustitución de importaciones.

Desde la perspectiva de algunos autores, no ocurre lo mismo con la de-socupación. Presuntamente, se habría mantenido el cuasi pleno empleo, por-que los dictadores -por razones tácticas e ideológicas- habrían impedidola implementación de políticas que implicaran la expulsión de mano deobra.16 En el Gráfico nº 3.2 se expone la evolución de la desocupación en elGran Buenos Aires (desocupados/población económicamente activa) conuna tasa de actividad (población económicamente activa/población total) va-

wmienzo de la Gran Depresión. [, .. 1En esta segunda mitad del siglo, los precios de la tiena en términos rea-les creren en forma nota&le, ha.<taalranwr un pico elevadísimo en 1975-76. En ese momento la tienalle¡;ó avaler en la Argentina más cara qu.e 511 equivalente en los Estados Unidos, fenómeno con J1lu)' poros an/p(('dl'n-

tl'S. "(p. 19).

In Así, por ejemplo. en relación con el mantenimiento del pleno empleo, :\. Canitrot (1 CJR3)

snia!<I: "Los trabajadores desplazados de la industria fueron absorúirlos en otros ser/ores (el pleno mZ/1lm SI'

ma"tuvo). l ...} La ma)'or partl' de las actividades por ruenta pmpia rorTes/)()nden al5ntor sen'irios. [. .. j /:'nrealzrlad, hubo una tmslarión rle la mano de obra desde 1m sectores de la pmducl'lón de bienn trrlllsahlps ro"pl I!xlrr¡ur~ a los de !Jruducrión dI' no Ira1lsables, lrrulnrión que Sf rorresporufjiJ (on [a tra71sjfTfncias df ill,l,'7P-

>0.1 re",/tante de la modifiración rle los prerios a favor de los ú/timos." (p. 3D). Sobre la base de esta carac-t"rización,..\. Canitrnt en otro de sus trabajos (19RO) concluye: "Se ha herho referi'llC/{/preuw l!Im le (/I¡'eto. ,-,/}liritn en 1976 l' i",plirito des/JlII;s,de las Fun:as Armadas a torlo /Jrogrrwza que sig7llflmm U" ril'-vmplt'o extensu)' prolungado de la furr:.a de trabajo. Para f.\le velo se ini/ocaron Ta7..Ul1eS tárticas de 5fK/J.n-rlrul,

pno ~ll grnesis hay que buscar/a en la ideolof(l-a de las FUf7-:as Annadas. Por un lar/o, la 'l'isinn r/f' la r!asl' tra-

ba}adora como U/la clase destl7lad" a oru/)(IT un" posición sorial suborriin"d" pno /}rotegida; por otm I"do,u l/a (Ol1í1prú¡n del ordf'll y progreso dandI' no cut'nta n ronlrruiirr-innes ri¡al;(tira~, dI' tal modo que 10.\ ronfhr-10.\ entre a(umularlón )' disln'burúJJl, plPJIO emplp() f inflación, oufrn'y m07.lllidad social. flritrra, \ó/o fljJarf'-

(ni romo resultados dI' una rourdinaoún l'tlsujlrienlr ... (p. ;")(}).