HISTORIA MÁGICA DE

EL CABALLO DE ÉBANOCuentos de las Mil noChes y una

ॐIlustraciones

Melina Belén Agostini

2

2

Las Mil Noches y Una Schehrazada en el Palacio

Cuentan que había un rey Muy grande y Muy poderoso entre los reyes de los persas, que se llaMaba shiraz y era sin duda el rey Más riCo en tesoros de todas Clases, CoMo taMbién el Más dotado de sagaCidad y de prudenCia. adeMás, estaba lleno de generosidad y de aMabilidad, y tenía sieMpre abierta sin desMayo la Mano para ayudar a los que le iMploraban, sin reChazar nunCa a quienes le soliCitaban un soCorro. sabía otorgar la hospitalidad liberalMente a los que solo le pedían Cobijo, y reConfortar en oCasiones, Con sus

palabras y sus Maneras iMpregnadas de dulzura y de aMenidad, a los Corazones heridos. era bueno y Caritativo Con los pobres. los extranjeros nunCa veían Cerradas a su llaMaMiento las puertas de los palaCios de aquel soberano. en Cuanto a los opresores, no enContraban sino la graCia de su justiCia. el rey shiraz tenía una hija bella CoMo el sol de invierno y un hijo que era la MisMa luna plateada.

HISTORIA MÁGICA DE EL CABALLO DE ÉBANO

3

3

todos los años daba el rey a su pueblo dos grandes fiestas, una al CoMienzo de la priMavera, la de nuruz, y otra en el otoño, la del Mihrgán; y Con aMbas oCasiones Mandaba abrir las puertas de todos sus palaCios, distribuía dádivas, haCía que sus pregoneros públiCos proClaMasen ediCtos de indulto, noMbraba nuMerosos dignatarios y otorgaba asCensos a sus lugartenientes y ChaMbelanes.

así es que de todos los puntos de su vasto iMperio aCudían los habitantes para rendir pleitesía a su rey y regoCijarse en aquellos días de fiesta, llevándole presentes de todo tipo.

y he aquí que durante una de esas fiestas, la de la priMavera preCisaMente, estaba sentado en el trono de su reino.

el rey, quien a todas sus Cualidades añadía el aMor a la CienCia, a la geoMetría y a la astronoMía vió avanzar a un extranjero ante él.

el sultán estaba terMinando su audienCia públiCa Cuando el hindú se aCerCó. traía un Caballo artifiCial tan hábilMente fabriCado que podía ser toMado por un aniMal vivo.

4

El hindú dijo al Sultán:

- Este caballo es una gran maravilla. Puede transportarlo a los más distantes puntos de la tierra.

El Sultán dijo que le gustaría verlo. De inmediato el hindú puso el pie en el estribo.

- ¿Ves allá esa montaña? -preguntó el Sultán señalándola. Cabalga hasta allí y tráeme una rama de la palmera que hay al pie del cerro.

El hindú giró entonces una clavija que estaba en un hueco del cuello del caballo. Al instante, el caballo se alzó del suelo y comenzó su carrera en el aire, con la velocidad de un relámpago.En menos de un cuarto de hora retornó el hindú con la rama de palmera en su mano.

5

El Sultán maravillado dijo al hindú:

- Quisiera comprártelo, si es que lo vendes.

- Majestad -respondió el hindú- hay una sola condición: que me otorgues la mano de la princesa, vuestra hija.

El Príncipe Feruz Shah, hijo mayor del Sultán, estaba muy indignado con la petición.

- Padre -dijo-, no le permitirás eso a este miserable truhán.

- Hijo mío -replicó el Sultán- no le concederé lo que pide. Mas puedo hacer un negocio diferente con él: deseo que primero examines tú el caballo.

Al oír esto, el hindú se apresuró a ayudar a montar al Príncipe. Pero este, sin esperar las instrucciones del hindú, montó y dio vuelta la clavija como había visto hacer al otro. Instantáneamente, el caballo partió rápido por el aire. En pocos momentos, ni el caballo ni el Príncipe pudieron ser vistos.

6

7

El Sultán estaba muy alarmado por el peligro que corría su hijo y ordenó a sus guardias que tomaran prisionero al hindú.

Mientras tanto, el Príncipe iba corriendo por el aire con una aterradora velocidad. Pensando en volver, comenzó a girar la clavija hacia uno y otro lado, a la vez que tiraba de la rienda. Pero el caballo continuaba ascendiendo. Entonces empezó a examinar el caballo y descubrió una segunda clavija más pequeña. Le dio vuelta y de inmediato sintió que estaba descendiendo de la misma manera que había ascendido, pero no tan rápidamente. A eso de la medianoche, el caballo tocó tierra firme. El Príncipe se encontró sobre la azotea de un magnífico palacio y, al tantear a su alrededor, tocó una escalera que lo condujo a un aposento. El Príncipe avanzó cautelosamente al interior de la sala. Allí contempló dormir a una joven de belleza tan extraordinaria que quedó fascinado al primer golpe de vista. Se puso de rodillas y tiró suavemente una manga de la Princesa. Ella abrió los ojos y se sorprendió muchísimo de ver a un hermoso joven junto a su cama. El Príncipe dijo:

— Hermosa Princesa, a causa de la más extraordinaria de las aventuras, ves a un Príncipe suplicante, hijo del Sultán de Persia, quien te solicita protección.

En respuesta a esta petición, la bella Princesa dijo:

— Príncipe, estás en el Reino de Bengala y yo soy la Princesa.

Te garantizo la protección que solicitas. El Príncipe, le habló de las maravillas del caballo encantado, de su estupendo viaje por el aire y de como había conseguido entrar a su cámara. Por dos meses Feruz Shah y la Princesa fueron inseparables. Pero, un día, el príncipe declaró que no podía permanecer más tiempo ahí y le rogó que lo acompañara a reunirse con su padre.

A la mañana siguiente, Feruz Shah volvió el caballo hacia el sur y juntos, la princesa y el príncipe, partieron por los aires.

8

Al cabo de dos horas ellos tuvieron a la vista la capital de Persia. El Príncipe dirigió su cabalgadura hasta su palacio, un poco distante de la ciudad.

Luego condujo a la Princesa a una hermosa habitación. Después de asegurarle que regresaría inmediatamente tras informar a su padre de su regreso, ordenó preparar un caballo y partió hacia el palacio del Sultán. El Sultán recibió a su hijo con lágrimas de alegría y escuchó atentamente mientras el Príncipe relataba sus aventuras durante su cabalgata por el aire, la amable recepción de la Princesa de Bengala y su larga permanencia ahí, a causa de su afecto mutuo. Agregó que, habiéndole prometido matrimonio, la había persuadido de que lo acompañara hasta Persia.

— La traje conmigo en el caballo de ébano —concluyó— y la dejé en mi palacio, hasta que yo pueda regresar llevándole tu consentimiento.

Al oír estas palabras, el Sultán abrazó a su hijo y le dijo:

— Hijo mío, consiento en tu matrimonio con la Princesa de Bengala y tu boda se celebrará hoy mismo.

El Sultán ordenó que el hindú fuese sacado de su prisión.

9

Cuando lo tuvo ante él le dijo:

— Te mantuve preso para que tu vida respondiera por el Príncipe, mi hijo. Pero ha regresado a salvo. Ve, toma tu caballo, y que jamás yo vuelva a ver tu cara.

El hindú supo, por los que lo custodiaban, todo lo referente a la Princesa que el príncipe Feruz Shah había traído consigo. De inmediato empezó a pensar en su venganza. Montó en su caballo de ébano y se fue por el aire directamente a ese palacio. Una vez allí, dijo al capitán de la guardia que venía con órdenes de conducir en vuelo a la princesa de Bengala ante el Sultán, la Princesa de inmediato aceptó lo que, según pensó, el Príncipe deseaba de ella.

Mientras tanto, el Sultán de Persia y el Príncipe, iban camino al palacio. Repentinamente, el hindú, para vengar el maltrato que había recibido en la prisión, apareció con la prisionera sobre sus cabezas. La furia del Príncipe Feruz Shah fue indescriptible cuando vio que el hindú se llevaba a la Princesa que él amaba tan apasionadamente. Inmediatamente salió en su búsqueda. Estaba resuelto a no regresar hasta haber encontrado a la Princesa o perecer en el intento.

10 10

Las Mil Noches y Una Schehrazada en el Palacio

MIENTRAS TANTO, MONTADO EN SU CABALLO ENCANTADO Y LLEVANDO A LA PRINCESA, EL HINDÚ

LLEGÓ A EL BOSQUE DEL REINO DE CACHEMIRA.

11 11

Entonces ocurrió que el Sultán de Cachemira y su corte, que pasaban por allí, escucharon una voz de mujer que pedía socorro. La buscaron para ayudarla, y el Sultán de Cachemira ordenó que apresaran al hindú y le cortaran la cabeza. La alegría de la Princesa fue inconmensurable al verse libre del malvado hindú. Pero fue decepcionada rápidamente ya que su libertador había decidido casarse con ella al día siguiente. La Princesa al enterase de esto se desmayó.

Una vez recobrada, decidió que en cuanto se quisiera forzarla a casarse con el Sultán de Cachemira, ella fingiría que se había vuelto loca. Consecuentemente, empezó a hablar en forma disparatada, dio varias otras señales de desorden mental y aun saltó de su asiento como si quisiera atacar al Sultán. Éste se alarmó muchísimo y envió a buscar a los médicos de la corte para que la examinaran.

Como los médicos de su corte no la podían sanar, mandó en busca de los más famosos doctores de su Reino, quienes tampoco tuvieron éxito. Enseguida, envió mensajes a las cortes vecinas, con promesas de recompensa a quienquiera que curase a la Princesa de su locura.

Entretanto, el príncipe Feruz Shah, viajaba a través de muchas provincias y ciudades, preguntando en todas partes acerca de su perdida Princesa.

Un día le hablaron de una Princesa de Bengala que se había vuelto loca el día en que iba a contraer matrimonio con el Sultán de Cachemira. Convencido de que era su prometida, se apresuró a ir a la capital de Cachemira. Cambiando su traje por uno de médico, fue de inmediato al palacio y anunció su deseo de intentar la curación de la Princesa. El Príncipe dijo al Sultán que el mal de la Princesa no era incurable. Pero, para poder ir en su ayuda, debería hablarle en privado.

12

13

14

15

Al día siguiente FeruzShah preguntó al Sultán cómo la princesa había podido venir al Reino de Cachemira desde un país tan

distante. Entonces, el Sultán repitió la historia del mago hindú, agregando que el caballo de ébano se guardaba muy seguro, entre

sus tesoros.

“Majestad, cuando ella fue traída hasta aquí en el caballo de ébano, contrajo parte del encantamiento. Mandad traer el caballo a la

gran plaza mañana. Prometo mostrardle a la Princesa de Bengala completamente restablecida“

Cuando FeruzShah entró a la cámara de la Princesa, la joven recurrió a su práctica de recibir a los médicos con amenazas y ademanes de atacarlos. Pero Feruz Shah se acercó y le dijo en voz baja: “Princesa, no soy médico, sino FeruzShah y vengo a obtener tu libertad.” La Princesa lo reconoció y se llenó de alegría a la vista del Príncipe que ella amaba.

16

A la mañana siguiente el caballo de ébano fue llevado a la gran plaza. El Sultán de Cachemira estaba rodeado de su corte y de sus ministros. La Princesa de Bengala, fue conducida hasta el caballo de ébano y ayudada a montar. Entonces, el pretendido médico colocó varias vasijas llenas de carbones encendidos y arrojó sobre éstos puñados de incienso. Después, dio tres rápidas vueltas alrededor del caballo, fingiendo murmurar ciertas palabras mágicas. Las vasijas desprendían una oscura nube de humo, de modo que ni la Princesa ni el caballo podían verse. En un momento, el Príncipe montó ágilmente e hizo funcionar el caballo. En cuanto el humo se hubo disipado, el Sultán engañado los vio desaparecer en el cielo.

Así el Príncipe Feruz Shah liberó a la Princesa de Bengala y ese mismo día la llevó a la Capital de Persia. Aquí, el Sultán dispuso la inmediata preparación del matrimonio con adecuada pompa y magnificencia.

17

18

“En este momento de su narración, Scherazada vio aparecer la mañana y se calló

discretamente”

Cuentos de las Mil Noches y Una

19

20

taller de proCesos Creativos

ॐesCuela de arte sótano blanCo

Fotografías de los Originales

Lucas Taborcías