Historia vs Historicidad
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Historia vs historicidad
Gerardo González Lara
La perspectiva histórica de Agnes Heller, es una aproximación crítica sobre cómo se ha
venido trabajando el concepto de la historia. Cuando suele hablarse sobre la historia
inmediatamente se relaciona con acontecimientos que puestos en juego tienden a crear
una narrativa lineal que opera con una cierta lógica para explicar el devenir de una
sociedad. Así, cuando uno asiste a la escuela a uno se le instruye en historia, pero es
una historia muy específica, la historia de occidente, por lo tanto el único relato
verdadero es el que dicta la historia de occidente o como dicen los de la escuela de los
annales, la historia que escriben los vencedores.
La importancia que Agnes Heller les da a las narraciones es tal porque a través de ellas
el ser humano puede objetivarse y siguiendo a Lukács, Heller nos dice que es gracias a
la capacidad de “contar historias” que el individuo transforma su subjetividad. Por ende
el hecho de hablar de una sola narración, nos lleva a pensar que solamente habrá una
subjetividad, por lo tanto se puede decir que el individuo ya está determinado. Pero
siendo más críticos, podemos decir que no hay una sola subjetividad, las formas de ser,
pensar y actuar no han sido las mimas a lo largo de todo el tiempo, sino que han sido
distintas, para poder entender esto, es necesario acceder ya no al terreno de la historia
universal, sino de la historiografía.
La historiografía, para Agnes Heller implica una toma de conciencia de la historia, por
ello ya no se puede hablar únicamente de una historia universal, sino de múltiples
historias. El ser consciente historiográfico, por decirlo de alguna manera, se da cuenta
de que la historia es producto del ser humano, alejándose así tanto de explicaciones
teológicas como de ciertas filosofías sobre todo de Hegel y Marx, que caen en una
especie de historia ya determinada.
Con la indeterminación de la historia, Agnes Heller abre la posibilidad de introducir un
cambio en la estructura temporal, para la autora toma principal relevancia y pone en el
centro de la teoría de la historia al presente, a partir del cual se configura tanto el futuro
como el pasado. En términos estrictos se puede pensar que el pasado no es posible
que pueda ser cambiado, y claro que no lo es si se piensa únicamente en un términos
materiales, sino que para Agnes Heller el cambio en el pasado es a partir del significado
que se le pueda dar en el presente, para ejemplificar este asunto, la autora pone como
ejemplo el caso del psicoanálisis, el cual permite resignificar el pasado, por otra parte
también el futuro toma relevancia a través del tiempo presente.
Esto implica pensar el tiempo subjetivo más allá de las teorías que desde la física tratan
de explicar las características del tiempo, pensar el tiempo subjetivo nos introduce en la
dimensión de la vida cotidiana, la cual se puede definir como: “el conjunto de
actividades que caracterizan la reproducción de los hombres particulares, los cuales, a
su vez, crean la posibilidad de la reproducción social” (Heller, 1977).
Agnes Heller nos dice que al nacer el hombre se encuentra en un mundo que ya existe
independientemente de él, es decir, el hombre nace en condiciones sociales concretas,
en instituciones concretas, siendo así, el hombre debe aprender a usar su entorno,
debe conservarse en una época determinada en un ámbito de un estrato social dado;
por esto la reproducción de un hombre particular siempre es la reproducción de un
hombre histórico, es decir de un particular en un mundo concreto.
La importancia que tiene el presente como configurador del pasado y el futuro para
Agnes Heller, permite la posibilidad de pensar la historia ya en una forma lineal, donde
domina una única narración, sino que permite pensar la historia como un conjunto de
relatos que no están determinados, en este punto el pensamiento de Agnes Heller se
aproxima al pensamiento de Hannah Arendt cuando la autora refiere que el totalitarismo
no debe ser entendido como lo harían los teóricos de la Escuela de Frankfurt
específicamente Horkheimer y Adorno, como una manifestación de algo que desde los
griegos ya se encontraba implícito en la racionalidad occidental. Así, tampoco considera
apropiada la vía que señala Popper que desde Platón, pasando por Hegel y Marx no
han conducido a otra cosa que a la clausura de la sociedad. Lo que advierte Hannah
Arendt con respecto a la cuestión del totalitarismo es que no debe de reducirse en
términos teóricos lo nuevo a lo viejo, así si bien hay una elemento que parece atravesar
a las narraciones como puede ser en este caso, el totalitarismo, el hecho de decir que
el totalitarismo ha existido si bien no manifiesto, pero sí de alguna manera latente, es
relatar la historia desde únicamente una narración, eso para bien o para mal, desde
Agnes Heller puede caer en una especie de justificación del totalitarismo como algo que
ha existido prácticamente desde toda la “Historia de occidente”, cosa que es
inaceptable para la autora, es decir no se pueden justificar las atrocidades del presente
con base en hechos pasados, sino que la historia debe ser leía en un momento y en un
contexto específico.
A pesar de que desde la vida cotidiana, nuestras acciones parecen estar conducidas
desde lo inmediato, para Heller el singular posee la capacidad de hacer y rehacer la
Historia, nuevamente las narraciones ocupan un lugar central, como elementos que
posibilitan el contar la Historia desde otras perspectivas, así como incluir las historias
singulares, eso posibilitará una autoconciencia de la Historia. Posteriormente dirá Heller
que todo en la Historia y en la filosofía de la Historia gira alrededor de la
autoconciencia, puesto que para empezar ella es un requisito para que se haga la
construcción mental histórica, después pasando por el hecho de que el termino filosofía
trae invariablemente una reflexión. Pero además de eso está el hecho de que las metas
que las sociedades se puedan poner para progresar y los sucesivos avances o
retrocesos con respecto a ellas, invariablemente serán definidas por la autoconciencia
que dichas culturas tengan y la reflexión sobre sus actos que estén llevando a cabo.
En este punto es muy notable la inclinación marxista de la autora, a pesar de que la
lectura del marxismo que Agnes Heller realiza es una lectura más crítica, evitando no
caer en el determinismo de Marx, aun así se fuertemente marcada la influencia
marxista, sobre todo el concepto de conciencia de clases, que en Agnes Heller es la
conciencia historiográfica, es decir el darse cuenta desde donde se narra la Historia, la
historicidad.
Un elemento que resulta ser muy interesante en la lectura de Agnes Heller es que a
diferencia de otras concepciones que puedan haber de la Historia como puede ser
desde la teología o desde un tipo de filosofía, es que retorna la responsabilidad al ser
humano, es decir desde el momento en que le dota de poder sobre la transformación de
la Historia también es un golpe a tradiciones que suprimen la posición del hombre como
mero títere del destino, en palabras de Agnes Heller: “Cuanto más libre es la relación de
una persona con su destino, más es capaz de tener en cuenta la irreversibilidad de los
acontecimientos y tanto menor es su necesidad religiosa” (Heller, 1977).
Como conclusión, el hecho de considerar a las distintas narrativas de una manera
crítica y reflexiva nos ayudan a prender de la historia para poder aprender para la
acción, es decir, nos permite posicionarnos no como meros títeres del destino, sino
también como agentes creadores y actores de la Historia, posicionarnos como agentes
historiográficos, también es todo un reto, pues devuelve la responsabilidad al humano
en la construcción del presente.
Bibliografía
Arendt, Hannah, ¿Qué es la política?; introducción por Birúles, Fina, Ediciones Paidós, Barcelona, 1997.
Heller, A. (1977). Sociología de la vida cotidiana. Barcelona: Ediciones península .
Heller, A. (1988). Teoría de la historia. Barcelona: Fontamara