Historia y Vida #151

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La Revista Historia y Vida es el órgano de comunicación de la Provincia Meridional San Juan de Ávila de la Orden Hospitalaria de San Juan de Dios.

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Oración de intercesiónAcudimos a Ti, Jesús,

que eres el divino Samaritano y el mártir del Gólgota,recordando a los Mártires Hospitalarios de San Juan Dios.

Tú prometiste confesar delante de tu Padre celestiala quien te confesara ante los hombres.

Los Beatos Hno. Mauricio Íñiguez de Heredia y 23 Hermanos compañeros mártires

testimoniaron, con su vida hospitalaria y con su muerte por la fe,la autenticidad del amor a Ti en el servicio de los pobres y enfermos.

Con la humildad y confianza, apoyados en tu palabra fielunida a los méritos de su sacrificio,

te pedimos, por la intercesión de éstos tus bienaventurados mártires,nos concedas la gracia que ahora imploramos

para gloria tuya y nuestra salvación.

Así sea.

Padre Nuestro, Ave María y Gloria…

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SUMARIO

REHABILITACIÓN

La clínica familiar: su porqué

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PSIQUIATRÍA

Integralidad humana en la formación psiquiátrica, una necesidad pedagógica

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BIOÉTICA

Los derechos del paciente

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FORMACIÓN

Una Escuela que se renueva y convoca

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GESTIÓN HOSPITALARIA

El servicio social y su labor en el Sanatorio Marítimo

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VIDA RELIGIOSA

La espiritualidad de la peregrinación a Luján

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CASOS CLÍNICOS

Paraplejia por hipopostasemia severa secundaria a diarrea

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FICHA TÉCNICAREPRESENTANTE Hno. Luis Alberto Mojica Paz - Curia Provincial - Ardoíno 714 - B1704EIP - Ramos Mejía - Buenos Aires - ArgentinaEQUIPO DE REDACCIÓN Hno. Luis Alberto Mojica Paz - Hno. Jaime Gutierrez - Lic. Carlos Maximiliano Nieto - Matías CasanoADMINISTRACIÓN [email protected] - www.hsjd.org DISEÑO E IMPRESIÓN Synapsis C.I. - www.synapsis.com.ar

VIDA RELIGIOSA

Beatificación de nuestros Hermanos mártires de la fe y la hospitalidad

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HISTORIA Y VIDARevista informativa | Año 31 N° 151 | Noviembre 2013

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VIDA RELIGIOSA

El pasado 12 al 14 de octubre tuvieron lugar en Tarragona, Espa-ña, las celebraciones de Beatificación de los 522 Mártires (obispos, sacerdotes, religiosos, religiosas y laicos) victimas de la persecu-ción religiosa durante la Guerra Civil Española. Entre ellos, fueron beatificados 22 Hermanos Mártires de nuestra Orden Hospitalaria.

Las ceremonias comenzaron en la tarde del sábado 12 de octubre, con las vísperas oficiadas por el Arzobispo de Tarragona, monse-ñor Jaume Pujol Balcells, en la Catedral de Tarragona, lugar donde se encuentran las reliquias del protomártir San Fructuoso. Al día siguiente, se celebró la eucaristía presidida por el cardenal Ángelo Amato, Prefecto de la Congregación para las causas de los Santos, en el antiguo Complejo de Universitario de Tarragona.

Los Mártires beatificados han sido en total 522, de los cuales, 24 Hermanos pertenecían a la Orden Hospitalaria de San Juan de Dios.

En conexión televisiva con el Vaticano, el Santo Padre, el Papa

Francisco, ha podido participar de la celebración, definida como “la mayor beatificación realizada en España”.

En la Santa Misa celebrada en Tarragona estuvieron presen-tes 25.000 peregrinos, de los cuales 8 cardenales, 97 obispos, 1.385 sacerdotes, 2.720 religiosos, 3.947 familiares de los Már-tires y numerosas autoridades civiles, según informes de la Ofi-cina de Prensa de la Conferencia Episcopal Española.

Los Hermanos y Colaboradores pertenecientes a la Familia de San Juan de Dios, unas 550 personas, se congregaron en la Iglesia del Parc Sanitari Sant Joan de Déu, en Sant Boi de Llo-bregat (Barcelona) el lunes 14 de octubre, para asistir a la San-ta Misa de agradecimiento. En esa Iglesia descansan los restos mortales de 24 Beatos Mártires. La ceremonia estuvo presidida por Monseñor José Luis Redrado, Obispo de la Orden, y fue concelebrada por el Superior General de la Orden, Hno. Jesús Etayo, por el Provincial de Aragón, Hno. Pascual Piles, por el delegado del Obispo de la diócesis y por otros sacerdotes.

Para toda la Familia Hospitalaria de San Juan de Dios es una gran alegría y un gran honor el reconocimiento que hizo la Iglesia de nuestros Hermanos Mártires. Con su beatificación, han sido propuestos a todos los creyentes como modelo y camino de santidad.

BEATIFICACIÓN DE NUESTROS HERMANOS MÁRTIRES DE LA FE Y LA HOSPITALIDAD

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VIDA RELIGIOSA

Finalizada la Santa Misa, para clausurar este gran acontecimien-to se ofreció un almuerzo fraterno en los jardines de la Curia Provincial, como colofón de las celebraciones de Beatificación de nuestros Hermanos Mártires.

HERMANOS MÁRTIRES HOSPITALARIOSBeatificados en octubre de 2013 en España

Del Hospital San Juan de Dios de ManresaHno. Mauricio Íñiguez de Heredia AlzolaHno. Luis Beltrán Solá

Del Centro Psiquiátrico San Juan de Dios de MálagaHno. Silvestre Pérez LagunaHno. Segundo Pastor GarcíaHno. Baltasar Charco HorquésHno. Gumersindo San SanzHno. Honorio Ballesteros RodríguezHno. Raimundo García MorenoHno. Estanislao Peña OjeaHno. Salustiano Alonso Antonio

Del Hospital San Juan de Dios de ValenciaHno. Leoncio Rosell LaboríaHno. Jaime Oscar ValdésHno. Cristóbal Pérez del BarrioHno. Leandro Aloy DoménechHno. Cruz Ibánez LópezHno. Leopoldo Francisco PíoHno. Feliciano Martínez GraneroHno. Juan José Orayen AizcorbeHno. José Miguel Peñarroya DolzHno. Publio Fernández GonzálesHno. Avelino Martínez de Arenzana Candela

Del Sanatorio San Juan de Dios de CalafellHno. Matías Morín Ramos

Del Sanatorio Psiquiátrico de San Juan de Dios de CiempozuelosHno. Gaudencio Íñiguez de Heredia Alzola

Del Hospital San Rafael de MadridHno. Trinidad Andrés Lanas

QUIÉNES FUERONLos Beatos Mártires Hospitalarios del siglo XX fueron verdaderos seguidores de Cristo y del espíritu de San Juan de Dios. Si hoy podemos estar recordándolos y la Iglesia los reconoce como modelos de fidelidad a su vo-cación, es porque a pesar de las dificultades que se ave-cinaban se mantuvieron firmes en la fe y en el servicio a los enfermos y necesitados.

Los Hermanos pertenecían a las comunidades españolas de Valencia, Ciempozuelos, Calafell, Manresa, Málaga y Ma-drid y los acontecimientos tuvieron lugar en los años 1936 y 1937 durante la Guerra Civil. Fueron arrestados mientras se hallaban en los hospitales prestando su asistencia bené-fica a los enfermos, a pesar de la precaria situación social, política y religiosa que se vivía en España en esos años.

La Orden Hospitalaria ha elaborado un sitio web espe-cial, http://www.martireshospitalarios.tk, para que to-dos podamos conocer un poco más de las vidas sencillas de estos Hermanos. Sus testimonios han de ser, para todos los que formamos parte de la Familia Hospitalaria, un estímulo para vivir y encarnar el Carisma de la Hos-pitalidad allí donde nos encontremos.

UN TESTIMONIO CONMOVEDOR“El día 19 de julio de 1936, muy de mañana, el Hermano Gil de San José Lladó, Superior de la Comunidad de Má-laga, informó a los Hermanos que se vistieran de seglar, se les entregó una pequeña cantidad de dinero y se les invitó a que, si querían, volvieran con sus familiares. Ha-ciéndoles saber que se avecinaban situaciones difíciles e, incluso, peligrosas. Con cierta sorpresa para el Hermano Superior todos los Hermanos, casi al unísono, le manifes-taron unánime y heroicamente: ‘Padre, me quedo junto a los enfermos, pase lo que pase, y quiero correr la mis-ma suerte que pueda correr su Reverencia y los pobres enfermos’. Esta manifestación unánime hicieron que el Superior llegara a derramar algunas lágrimas”.

Cecilio Eseverri, Mártires Hospitalarios del siglo XX

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REHABILITACIÓN

Un día, hace casi tres años, llegué al Centro de Rehabilitación San Juan de Dios de Hurlingham sabiendo y sintiendo (de ser sincera, debo decir que todavía estoy trabajando el “por qué”) que me faltaba ese “algo más” de la práctica de psicología clíni-ca, encontrando el clima amable y la hospitalidad de la Orden y el dolor y el desasosiego de los pacientes y sus familiares.

El objetivo con cada paciente es, desde la dependencia que tie-ne entre el estado emocional y los fenómenos físicos, que supe-re el desinterés y/o duelo al que lo llevó la pérdida y despliegue

sus posibilidades, haciendo posible su integración social desde apropiación de un rol y asumiendo la diferencia.

Trabajo desde la escucha, valoro toda expresión que me indique comunicación y generalmente no es necesario hablar para ex-presar un estado de ánimo.

Escucho las demandas, el dolor del cuerpo perdido, el enojo, la aceptación, la valoración por la vida y las expectativas futuras.A veces con palabras, a veces no. Me pasó el no entender los neologismos y la jergafasia hasta que sólo me puse a escuchar la música de las palabras, la cadencia y así me pude comunicar. Es-cucho el duelo, el no saber qué ser y por consiguiente qué hacer.

La rehabilitación de pacientes con discapacidad consigue mejoras y alcanza resultados sostenidos en el tiempo cuando su núcleo familiar participa y se involucra en el tratamiento terapéutico. La experiencia de la clínica familiar en el proceso de rehabilitación.

LA CLÍNICA FAMILIAR: SU PORQUÉ

LIC. MIRTA FRAGA

PSICÓLOGA MN 48157, PSICÓLOGA SOCIAL.

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En las situaciones de duelo y de crisis,la familia vive emociones encontradas, con intensas reacciones donde se encuentran in-vadidos por la tristeza, la apatía y los episodios depresivos. A su vez, se juegan culpas y reproches, conflictos comunicacionales y desavenencias familiares con los consiguientes descuidos de los integrantes más pequeños de la familia.

Esta situación disfuncional familiar (que enfrentan con un vol-ver a empezar cada vez que aparece la diferencia) necesita de la ayuda profesional que, en un proceso de atención, brinde herra-mientas necesarias para transformarse en una familia de sostén y desarrollo, fortaleciendo recursos psíquicos de los integrantes del grupo, logrando roles funcionales, de implementación adecuada, generando una nueva dinámica adaptada a cada caso.

La importancia del tratamiento terapéutico de la familia está comprobada desde el acompañamiento en el proceso de rehabi-litación del paciente y en el trato y ayuda hacia los profesionales. El tratamiento terapéutico posibilita la circulación de la palabra, la posibilidad de reconocerse y enfrentarse con los sentimientos, con ese ser real, con las posibilidades futuras y transitar una nue-va etapa, una nueva vida en el camino de la salud.

Trabajo en una escala de calidad de vida para lograr el equilibrio de la cohesión familiar y el autovalimiento del paciente, con me-joras significativas que puedan sostenerse a través del tiempo.

Hasta que aparece el sujeto, apelo a la resiliencia que pueda tener para ayudarse a transitar el proceso de rehabilitación y construir su futuro.

Esto tiene el tiempo del sujeto, que se acompaña generalmente con el proceso de rehabilitación.

Con cada singularidad hay una generalidad: creo firmemente que la clínica de la discapacidad, sea esta congénita o adquirida en forma tardía, lleva su importancia en “no trabajar solamente con el paciente, sino con éste y su familia como parte necesaria de su proceso de rehabilitación”.

La familia es un pilar fundamental en el proceso de rehabilita-ción del paciente, como estructura funcional a través del vín-culo. Detecto a través de los “signos vitales familiares” el rol principal, el más cercano y trabajo con ellos en reacomodar la dinámica familiar.

Las familias también sufren la despersonalización, se encuen-tran sin rumbo al romperse la dinámica familiar, no reconocen a ese sujeto que es hoy, no le entienden y se desesperan.

Lo discapacitante impacta en la familia generando un grado de desestabilización difícil de controlar, con situaciones desbor-dantes que van desde la negación y el aislamiento: se alejan, no vienen a las visitas, no los retiran los fines de semana porque es una carga muy pesada y no saben cómo actuar.

O impacta generando sobreprotección: es un “como si”, como que si lo quiero tanto que no le dejo hacer esfuerzos, “estoy en todo” y en realidad están en el lugar al autovalimiento del paciente, en el único lugar donde nadie debe estar.

Sí, es tan importante la rehabilitación del paciente como la de la familia. O dicho de otro modo, es necesaria la rehabilitación de la familia para que el paciente logre su rehabilitación.

Ese es el caso de las familias que no están preparadas para “ha-cerse cargo” y entonces buscan a su manera que otro lo haga, generando con su forma de vinculación un caos en la atención, tanto en el plantel profesional como administrativo, teñido por la desvaloración y la recriminación porque no les restituyen aquello que la familia pretende.

Y contra eso va su ataque, con destratos, falta de confianza y omisión de indicaciones

Porque tanto con un niño nacido con una alteración discapa-citante, como en una discapacidad adquirida tardíamente, será necesario que la madre, el padre, la esposa, el esposo, los hijos y demás familiares atraviesen por un trabajo de duelo por “aquel que anteriormente era” o “aquel no nacido” que conduzca a la posibilidad de que este nuevo sujeto deje de ser un ajeno y pueda estar inscripto en una filiación familiar.

REHABILITACIÓN

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Se escribe mucho sobre las características óptimas en la for-mación de los psiquiatras, desde los conocimientos científicos, las habilidades y la capacidad de empatía; se critica al ser ya formado, a sus instituciones y a los centros destinados a ofre-cer atención médica, e incluso se acude a términos exagerados como la “deshumanización de la medicina”; pero lo que poco se propone es cómo formar con integralidad a este ser que in-tenta “salvar vidas” que por vocación le interesan y, al mismo tiempo, trata de no renunciar a su propia existencia, única y vulnerable como de cualquiera de sus pacientes.

Trataré de no evadir la reflexión y el juicio crítico ante mis per-cepciones de médico del “alma” siendo psiquiatra y al mismo tiempo como médico de la misma “muerte y sus causas” como médico legista; y tratar de encontrar argumentos tanto huma-nos como científicos para ofrecer una alternativa a la actual enseñanza de la medicina de la mente, en seres que ante todo confían en un “estar” al servicio de otros seres.

Empecemos por el origen latino de la palabra integer como ad-jetivo, que significa no tocado, no alcanzado por un mal, en-tonces la integralidad humana en la formación del psiquiatra debería concebirse como un “total de conocimientos científicos y habilidades sin que éstos sean alcanzados por el mal”, un principio general de una educación que nos lleve a ser un poco más humanos ante el humano resentido en su salud mental.

Enseñar implica varias categorías: legal, política, ética; pero también es una categoría sociopsicológica y estética. La posi-bilidad que tiene el psiquiatra en sus manos cuando el paciente acude a él, es la de realizar su arte único e irrepetible ante ese

ser humano de un valor de alta complejidad, porque el ser que sufre un dolor psíquico es altamente sensible al dolor social, al dolor moral y a un dolor “estético”.

Tratando de encontrar esta formación con integralidad, creo que uno de los pilares fundamentales debería ser el principio: “primum non nocere” y hacerlo consciente todo el tiempo, aprendiéndolo y reprendiéndolo, mejorándolo constantemente. La educación basada, entonces, en conceptos y método cientí-fico, debe complementarse con los principios que hacen que el individuo sea coherente con su condición humana y social, prin-cipios hechos conscientes, una vez más; porque todo esfuerzo ante el argumento legítimo del cansancio, el salario no justo, las malas condiciones hospitalarias o la imposibilidad de acceder a tecnología de última generación o a mejores medicamentos o simplemente porque no hay tiempo suficiente, sería nulo. Qui-zás el principio “primum non nocere” podría proteger no sólo al paciente si no al médico, al humano y a su sociedad.

Vale la pena preguntarse si estamos educando en la forma que requieren nuestros psiquiatras, en darle valor a sus destinos con lo que ellos y la sociedad necesitan. Las preguntas surgen más aún cuando se ve el descontento de los pacientes y sus familiares ante la bata médica, pero más aún cuando los resultados son peores y el enfermo requiere más tratamientos sin ser informado, sin previa explicación y sin ni siquiera saber el por qué ni el para qué.

Estoy seguro de que las tantas materias cursadas en el pregrado de las facultades de Medicina sirven, pero no creo que sirvan al paciente, de la forma en que son enseñadas. El toque “clínico” debe ser fundamental y el “maestro” acompañando siempre en

PSIQUIATRÍA

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INTEGRALIDAD HUMANA EN LA FORMACIÓN PSIQUIÁTRICA, UNA NECESIDAD PEDAGÓGICA

DR. ERNESTO MÁLAGA VÁSQUEZ

MÉDICO ESPECIALISTA EN PSIQUIATRÍA Y MEDICINA LEGAL

DIRECTOR MÉDICO DEL CENTRO DE REHABILITACIÓN Y SALUD MENTAL SAN JUAN DE DIOS DE LA PAZ

la “klini” del paciente no puede ser reemplazado por un libro ni por la apabullante información de internet, un vínculo real con un maestro ético enseñará muchísimo más que el simple re-forzamiento positivo (la buena calificación) que da un maestro ante la memorización de conocimientos.

La medicina se estudia como una ciencia pero se ejerce como un arte y, es cierto, es un producto singular lleno de emocio-nes y afectos, de valor estético más allá de su valor puramente científico. “Curar” no es suprimir el dolor ni retirar la lesión, ni siquiera controlar la muerte; es un acto de integralidad, siempre que ambos -paciente y médico- asuman la experiencia como única, irrepetible y de gran valor para la autorrealización (un proceso “Maslowiano”).

En la educación médica ortodoxa se aspira al logro de tres fines: cognitivos, de destrezas y habilidades, y de actitudes y con-ducta profesional; pero el primero que debería mencionarse es precisamente el que el maestro provoque la búsqueda de la autorrealización en el deber diario del médico psiquiatra.

Es importante, antes de terminar, hacernos un bosquejo del proyecto pedagógico dialéctico de educación integral que me parece fundamental en sus aportes pedagógicos para la ense-ñanza médica. Consiste en la formación del hombre omnilateral o polivalente: un hombre que ha desarrollado plenamente la totalidad de sus capacidades, permitiéndole vivir una vida plena de bienes materiales y espirituales, gozando de su trabajo y de su ocio y liberándolo de cualquier tipo de alienación.

Ello abarca la educación corporal, la formación politécnica, los

saberes teóricos y prácticos de la formación intelectual, la di-mensión social de la persona y la formación moral. Tanto el ocio como los bienes materiales y espirituales y la liberación de la alienación pueden servir al desarrollo de una educación con in-tegralidad en el médico pues “no solo de pan vive el hombre”.

El ideal pedagógico de una educación que contemple la totali-dad del ser en la formación psiquiátrica es quizás más que una necesidad, una urgencia. La integralidad humana de un médico no debería ser una habilidad más que se puede o no enseñar, debería ser un requisito para “curar”.

El amor al prójimo no constituye un acto que se remunera, ni siquiera un acto que se agradece, es un acto en sí mismo que debiera ser parte de la autorrealización de cada psiquiatra y de cada maestro de psiquiatras.

Si queremos ser partícipes de la construcción de una realidad nueva deberemos hacernos codueños de la frase de Bernard Shaw: “uno ve cosas y se pregunta… ¿por qué?; uno sueña cosas y se pregunta… ¿por qué no?”. Y por qué no modificar el deseo del hombre, de aquel que quiere abrir las puertas del dolor físico y del dolor espiritual y como artista escrupuloso de su arte rendir tributo a la naturaleza humana tan magis-tralmente hecha, pero tan vulnerable de ser destruida; ante ello construir al psiquiatra bajo conceptos altamente valora-dos por su contexto sociocultural sin abandonar su estatus de humano persiguiendo también su propia satisfacción y reco-nocimiento tantas veces agredido. Soñar como un principio y hacer como un objetivo y por qué no autorrealizarse como una felicidad.

PSIQUIATRÍA

En este artículo, buscamos realizar un análisis de la formación psiquiátrica actual, sus implicaciones éticas dentro de un contexto sociocultural complejo, el desarrollo personal del psiquiatra en búsqueda permanente de su autorrealización, considerando el “otro” como ser (paciente) también único en la misma búsqueda.

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BIÓETICA

El respeto de los derechos del paciente es un elemento central de la relación médico-paciente. Analizamos este aspecto fundamental de la asistencia médica a la luz de la legislación argentina, los principios de la bioética y los valores y principios de la Orden Hospitalaria.

LOS DERECHOS DEL PACIENTE10

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BIÓETICA

DRA. GRACIELA SIGÜENZA

ABOGADA Y ASISTENTE SOCIAL DE LA CASA HOSPITAL SAN

JUAN DE DIOS DE RAMOS MEJÍA. VOCAL TITULAR DEL COMITÉ

DE BIOÉTICA HOSPITALARIO.

La Argentina cuenta, desde noviembre de 2009, con la Ley N°26.529 que regula los derechos del paciente, la cual ha sido modificada en mayo de 2012 por la Ley N°26.742 (conocida como Ley de Muerte Digna), cuya reglamentación se concretó en junio de ese mismo año. Es mi intención reflexionar en estas líneas acerca de los motivos y fundamentos jurídicos que sustentaron esta ley, relacionándo-los con los principios bioéticos (de autonomía, beneficencia, no maleficencia y justicia) que deben caracterizar a toda relación médico-paciente y pensar la relación de esta ley con los valores de la Orden Hospitalaria de San Juan de Dios, en tanto no de-ben estar ajenos a la evolución propia del paradigma a analizar.

Las leyes usualmente no crean una situación, sino que reco-nocen un fenómeno complejo, que no es puramente jurídico regulándolo a los fines de su funcionamiento práctico. Es decir, plasman una situación de la realidad, generalmente con poste-rioridad a su aparición.

En este orden de ideas, la Ley de Derechos del Paciente no es una excepción, ya que vino a plasmar una profunda transfor-mación operada en la medicina y en la sociedad occidental, que conllevó una forma radicalmente distinta de resolver el proble-ma de quién toma las decisiones médicas.

Podemos decir, sin lugar a duda, que en las sociedades occi-dentales ha operado un cambio de paradigma en cuanto a la respuesta a este interrogante.

Este cambio de mentalidad obedece a la evolución de la re-lación médico-paciente, esto es, el cambio de un modelo pa-ternalista propio de la cultura hipocrática por el actual modelo de la autonomía de la voluntad. ¿Qué legítima entonces desde esta nueva postura a la actuación médica?

Desde el punto de vista del paternalismo del que venimos ha-blando, la legitimidad de la actuación médica estaba dada por la realización por parte del profesional de todo lo que la cien-cia médica aconseje para tratar la enfermedad en cuestión, con prescindencia del consentimiento informado del paciente.

A partir de este «modelo de autonomía», se considera esen-cial el respeto a la voluntad del paciente, lo cual conlleva a la necesidad de priorizarla, aun cuando resulte contraria a lo que habría decidido un paciente sensato. Desde este modelo, el mé-dico debe respetar la decisión del enfermo así vaya en contra de los propios intereses del mismo enfermo.

Por lo tanto, en la actualidad, la legitimidad de la actuación mé-

dica se sustenta en el consentimiento informado del paciente, lo que por sí implica el derecho a la información como requisito previo a la emisión del consentimiento. Por ello, aun cuando la intervención sea necesaria para salvaguardar su salud, e incluso en casos extremos, para salvar su vida, habrá de omitirse si con ella se lesiona su derecho a decidir, en condiciones de libertad, si quiere y hasta dónde someterse a una terapia.

Si bien es cierto que la finalidad de la actividad médica es la curación del enfermo, hace tiempo que el consentimiento de éste se reconoce como presupuesto indispensable de aquella en cualquier Estado que haya abandonado cánones autoritarios o actitudes paternalistas extremas.

El respeto de los derechos del paciente es un elemento central de la relación médico-paciente en el nuevo modelo autonomis-ta de asistencia médica.

Este es el fundamento profundo y primordial que debe guiar la in-terpretación de esta ley. Este concepto está contenido en uno de los principios básicos de la bioética: el de la autonomía del paciente.

Paralelamente, entiendo que, si analizamos la ley a partir de los valores de la Orden -hospitalidad, calidad, respeto, responsabi-lidad, espiritualidad- es el valor del respeto por el derecho que tiene el paciente a decidir sobre su salud y su propio cuerpo y el valor de la responsabilidad en cuanto a brindarle la informa-ción necesaria -que incluya ventajas, riesgos y alternativas de las conductas terapéuticas propuestas- los que deben primar en este análisis. Este paradigma requiere un abordaje desde el va-lor de la calidad, al exigir profesionalidad y atención holística del enfermo, incorporando en los profesionales colaboradores este profundo y necesario cambio en la interpretación asistencial.

DERECHOS DEL PACIENTEEn su Capítulo I la ley enumera los derechos del paciente que analizaremos a continuación.

1. Asistencia (evitando cualquier tipo de discriminación). El profe-sional actuante sólo podrá eximirse del deber de asistencia cuando se hubiere hecho cargo efectivamente del paciente otro profesio-nal competente. A su hora, el decreto reglamentario remitió al art.19 de la Ley N°17.132, y refirió a la función social de la medi-cina, al establecer que, en ningún caso el profesional de la salud podrá invocar, para negar su asistencia profesional, reglamentos administrativos institucionales, órdenes superiores o cualquier otra cuestión que desvirtúe la función social que lo caracteriza. Obliga además a documentar en la historia clínica la mención del nuevo profesional tratante si mediara derivación, o bien la decisión del paciente de requerir los servicios de otro profesional. Y agrega que sin perjuicio de ello, cuando se trate de pacientes menores de edad, siempre se considerará primordial la satisfacción del interés superior del niño en el pleno goce de sus derechos y garantías consagrados en la Convención sobre los Derechos del Niño y re-conocidos en las leyes N°23.849, N°26.061 y N°26.529.

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2. Trato digno y respetuoso. El paciente tiene derecho a que los agentes del sistema de salud intervinientes le otorguen un trato digno, con respeto a sus convicciones personales y morales, prin-cipalmente las relacionadas con sus condiciones socioculturales, de género, de pudor y a su intimidad, cualquiera sea el padecimiento que presente, y se haga extensivo a los familiares o acompañantes.

3. Intimidad. Toda actividad médico-asistencial tendiente a ob-tener, clasificar, utilizar, administrar, custodiar y transmitir in-formación y documentación clínica del paciente debe observar el estricto respeto por la dignidad humana y la autonomía de la voluntad, así como el debido resguardo de la intimidad del titular de la información en cuestión.

4. Confidencialidad. El paciente tiene derecho a que toda persona que participe en la elaboración o manipulación de la documentación clínica, o bien tenga acceso al contenido de la misma, guarde la debida reserva, salvo expresa disposición en contrario emanada de autoridad judicial competente o autori-zación del propio paciente. De acuerdo al decreto reglamenta-rio existe otro supuesto en el que el médico y demás profesio-nales se eximen de esta obligación de confidencialidad: cuando se trate de evitar un mal mayor con motivo de salud pública.

5. Autonomía de la voluntad. El paciente tiene derecho a acep-tar o rechazar determinadas terapias o procedimientos médicos o biológicos, con o sin expresión de causa, como así también a revocar posteriormente su manifestación de la voluntad. Los niños, niñas y adolescentes tienen derecho a intervenir en los términos de la ley N°26.061 (de Derechos del Niño) a los fines de la toma de decisión sobre terapias o procedimientos médicos o biológicos que involucren su vida o salud.

En el marco de esta potestad, el paciente que presente una en-fermedad irreversible, incurable, o se encuentre en estadio ter-minal o haya sufrido lesiones que lo coloquen en igual situación, informado en forma fehaciente, tiene el derecho a manifestar su voluntad en cuanto al rechazo de procedimientos quirúrgicos, de reanimación artificial o al retiro de medidas de soporte vital cuando sean extraordinarias o desproporcionadas en relación con la perspectiva de mejoría, o produzcan un sufrimiento des-mesurado.(Principio bioético de no maleficencia). También podrá rechazar procedimientos de hidratación o alimentación cuando los mismos produzcan como único efecto la prolongación en el tiempo de ese estadio terminal irreversible o incurable.

En todos los casos, la negativa o el rechazo de los procedimien-tos mencionados no significará la interrupción de aquellas me-didas y acciones para el adecuado control y alivio del sufrimien-to del paciente.(Principio bioético de beneficencia).

En caso de discrepancia en las decisiones, podrá recurrir a un comité de bioética.

Los profesionales de la salud deben tener en cuenta la voluntad

de los niños, niñas y adolescentes sobre esas terapias o procedi-mientos, según la competencia y el discernimiento de los meno-res. En los casos en que de la voluntad expresada por el menor se genere un conflicto con el o los representantes legales, o entre ellos, el profesional deberá elevar, cuando correspondiere, el caso al comité de ética de la institución asistencial o de otra institución si fuera necesario para que emita opinión, en un todo de acuer-do con la ley N°26.061 (de Derechos del Niño). Para los casos presentados por la vía de protección de personas, conforme lo establecido en los arts. 234 a 237 del Código Procesal Civil y Co-mercial, deberá prevalecer en idéntico sentido el mejor interés del paciente, procurándose adoptar el procedimiento más expedito y eficaz posible que atienda su competencia y capacidad.

Tanto del diagnóstico, incluyendo los parámetros físico psíqui-cos del paciente que lo sustenten, como del ejercicio efectivo de la autonomía de la voluntad, deberá quedar constancia ex-plícita en la historia clínica, con la firma del médico tratante, del segundo profesional si correspondiere, y del paciente o, ante su incapacidad o imposibilidad, del familiar, o representante o persona habilitada.

6. Información sanitaria. El paciente tiene derecho a recibir la información sanitaria necesaria, vinculada a su salud. El derecho a la información sanitaria incluye el de no recibir la mencionada información.

El paciente debe ser informado incluso en caso de incapacidad, de modo adecuado a sus posibilidades de comprensión y com-petencia.

En estos supuestos, el profesional debe cumplir también con informar al representante legal del paciente.

Cuando el paciente, según el criterio del profesional de la salud que lo asiste, carece de capacidad para entender la información a causa de su estado físico o psíquico, la información se pondrá en conocimiento de las personas vinculadas a él por razones familiares o de hecho.

Aun en contra de la voluntad del paciente, el profesional de la salud deberá -bajo su responsabilidad como tratante- poner en conocimiento de aquella información sobre su salud cuando esté en riesgo la integridad física o la vida de otras personas por causas de salud pública.

Deberá dejarse registrada esta circunstancia en la historia clínica del paciente y las razones que la justifican.

Sin perjuicio de lo establecido en el párrafo precedente, el pa-ciente mayor de edad y capaz, cuando así lo decida, deberá dejar asentada su voluntad de ejercer su derecho de no recibir infor-mación sanitaria vinculada a su salud, estudios o tratamientos, mediante una declaración de voluntad efectuada por escrito, que deberá quedar asentada en su historia clínica. Ante la circunstan-

BIÓETICA

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cia descripta, deberá indicar la persona o personas que autoriza a disponer de dicha información y a decidir sobre su tratamiento o, en su caso, señalar su autorización para que las decisiones perti-nentes sean tomadas por él o los profesionales tratantes, con los alcances y del modo previsto en los arts. 4 y 6 de la ley N°26.529, modificada por la ley N°26.742 y su reglamentación.

El derecho a la información sanitaria de los pacientes puede limitarse por la existencia acreditada de un estado de necesidad terapéutica cuando el profesional actuante entienda que por razones objetivas el conocimiento de la situación de la salud del paciente puede perjudicar su salud de manera grave. En ese caso, deberá dejar asentado en la historia clínica esa situación y comunicarla a las personas vinculadas al paciente por razones familiares o de hecho, según lo previsto en los arts. 4 y 6 de la ley N°26.529, modificada por la ley N°26.742 y su reglamenta-ción. Estas situaciones deben ser valoradas por los profesionales de la salud de modo restrictivo y excepcional, consultando al comité de ética.

7. Interconsulta médica. El paciente tiene derecho a recibir la información sanitaria por escrito, a fin de obtener una segunda opinión sobre el diagnóstico, pronóstico o tratamiento relacio-nados con su estado de salud. El médico está obligado a prestar colaboración a estos fines. La entrega completa de la informa-ción sanitaria debe efectuarse por escrito y también debe ser registrada en los plazos previstos por esta reglamentación en la historia clínica respectiva.

CONCLUSIÓNEs clara la intención de los legisladores argentinos de horizon-talizar y nivelar la relación médico-paciente haciéndola más de-mocrática y autonomista a la vez de darle un contenido más contractual. Pero, más allá de contar con el soporte legal nece-sario, creo que para que los derechos del paciente puedan ser

operativos y se canalicen de manera adecuada resulta necesario el diálogo entre ambas partes de esta relación, lo que sólo puede lograrse apelando al humanismo y a la empatía del profesional.

Debemos recordar que el paciente no es un objeto del que de-ben extraerse datos para lograr una aproximación diagnóstica, sino que es -al mismo tiempo- un sujeto, cuya consideración resulta también primordial a los fines de buscar una cura o un tratamiento para la patología que lo afecta.

Se ha dicho que la empatía constituye la quintaesencia del arte de la medicina, y desde ese punto de vista podemos afirmar que la simple existencia de una adecuada relación médico-paciente es sin dudas la primera y más eficaz herramienta terapéutica. Sabemos que en el mundo actual los profesionales de la salud se ven continuamente presionados por diversas circunstancias como la enorme competitividad del medio, las condiciones de trabajo que las más de las veces distan de ser propicias, etcétera.

Sin embargo, la alianza terapéutica, entendida como el proce-so interpersonal entre médico y paciente que asegura un fiel cumplimiento de las indicaciones y un trato honesto por parte del médico, es parte fundamental del proceso curativo y es allí adonde el valor supremo de la hospitalidad, que caracteriza a la Orden Hospitalaria, debe hacerse presente en el trato cotidiano brindado a los pacientes que acuden a nuestros Centros.

BIBLIOGRAFÍA:

CANET, Julia; MAZZEO, Carina: Análisis de la Ley sobre derechos del paciente.

(cita: MJ-DOC-6317-AR)

EN LA WEB:

Ley N°26.529 - Derechos del Paciente, Historia Clínica y Consentimiento Informado.

www.infoleg.gob.ar/infolegInternet/anexos/160000-164999/160432/texact.htm

Carta de Identidad de la Orden Hospitalaria de San Juan de Dios.

www.hsjd.org/docs/carta-identidad.pdf

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FORMACIÓN

La Escuela de Hospitalidad mantiene sus puertas abiertas para recibir a nuevos Hermanos, Colaboradores y Voluntarios que deseen conocer más sobre la vida de nuestro Santo Fundador, sus valores y principios, la historia de la Orden Hospitalaria y tener un acercamiento teórico y práctico a temáticas vinculadas a la gestión de la salud y, por sobre todas las cosas, la gestión carismática.

UNA ESCUELA QUE SE RENUEVA Y CONVOCA

LIC. CARLOS MAXIMILIANO NIETO

COMITÉ PROVINCIAL DE ESCUELA DE HOSPITALIDAD

Es una inmensa alegría haber finalizado el primer curso de nues-tra Escuela de Hospitalidad, que dio sus primeros pasos en agosto del 2011. Con más de 50 egresados en toda la Provincia, que son los nuevos inductores del Carisma Juandediano, con los que la Orden Hospitalaria puede contar ahora para formar a más Cola-boradores y Voluntarios en el valor de la Hospitalidad. En tanto, seguimos con la formación de los alumnos del segundo grupo, que ingresaron a la Escuela en 2012 y hoy se encuentran cursan-do los primeros módulos del segundo y último año.

Son casi tres años de llevar adelante este proyecto, una pro-puesta que unió a Colaboradores y Hermanos de distintos Cen-tros de la Provincia que creyeron en él y apostaron y dedicaron

parte de su tiempo para transformar una idea en un programa de formación y para convertir un curso a distancia en un apren-dizaje lo más amigable y cercano posible para todos los que han decidido y decidirán ser parte de la Escuela.

La experiencia de estos años nos ha permitido trabajar mucho sobre el temario del programa, la modalidad de su transmisión, la búsqueda de los docentes y, por sobre todas las cosas, el acom-pañamiento y la motivación de los alumnos, dado que a veces la distancia física y la condición de ser un curso virtual, sumado a los acontecimientos de la vida diaria, han dificultado la posibilidad para algunos alumnos de completar el curso en su totalidad.

Desde el Comité de Escuela de Hospitalidad, entendemos y tra-bajamos sobre la idea de que en ninguno de los Centros que lleve la granada como símbolo de la presencia de la Orden

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FORMACIÓN

Hospitalaria se puede desconocer el valor fundamental de la Hospitalidad y, cuando pensamos y hablamos de conocer, lo hacemos no sólo a nivel teórico sino, fundamentalmente, a ni-vel práctico: la labor diaria de todos y de cada uno de quienes formamos parte de la Orden debe ser distinguida por el carisma juandediano, en nuestro trato con respeto y humildad hacia el prójimo y en nuestra toma de decisiones con el propósito claro de ayudar al otro y no perjudicar a nadie.

El programa de la Escuela intenta acercar al alumno a la figura de Juan Ciudad, nuestro Santo Fundador. A través del conoci-miento de su historia, su vida, su sacrificio, su lucha y su en-trega, intentamos replicar en la actualidad, en los ámbitos que conforman nuestra vida, las acciones del Santo. Y, a través de este aprendizaje, cosechar en todos los Centros de la Provincia renovadas muestras de ayuda a la persona enferma, y de con-tención y respeto a la persona que sufre.

Agradecemos inmensamente al Superior Provincial y su Conse-jo por el acompañamiento y el apoyo que nos brindan en todas y cada una de las decisiones que -con aciertos y errores- hemos tomado y seguiremos haciéndolo para mejorar continuamente este proceso de formación. Consideramos de suma importancia manifestar también nuestro agradecimiento al equipo de do-centes, en su mayoría Hermanos y Colaboradores, que nos ha brindado y dedicado su tiempo y conocimiento en el armado de las clases y la corrección de los trabajos de aplicación de cada uno de los módulos de estudio.

Este nuevo año, esta nueva apertura de las puertas de la Escuela de Hospitalidad, es un acontecimiento que debemos agradecer tam-bién a los Gerentes y Directores de los Centros de la Provincia, por haber comprendido la necesidad fundamental de la formación de sus equipos de trabajo en el carisma juandediano y por haber mo-tivado y alentado la inscripción, cuando no su propia participación.

Tenemos las mejores voluntades para seguir adelante. La mo-tivación y el esfuerzo de todos quienes este año culminan la Escuela nos indican que estamos haciendo las cosas bien. De-beremos mejorar muchas cosas, seguramente. Pero nos alienta que, quienes han llegado hasta el final, son aquellos que más promocionan y difunden la Escuela. Sin dudas, a ellos debemos pedirles disculpas porque han tenido que soportar algunas fallas de nuestros primeros pasos, pero saben que siempre hemos va-lorado su opinión y nunca dejamos de estar atentos a cualquier mejora que se pudiera implementar.

Hemos logrado mucho y nos animamos a más. Cuando pensa-mos en la Escuela, la pensamos para todos, con la necesidad de

formar grupos por una cuestión de organización. Pero nuestro objetivo fue siempre pensar en todos, la gran familia hospitala-ria y hacia ella vamos.

Seguiremos revisando el contenido del programa en función de los comentarios que se han hecho sobre cada una de las uni-dades. Procuraremos ampliar el Comité con aquellas personas que deseen dar un paso más y se atrevan a formar parte de esta organización. Vamos a proponer más encuentros presen-ciales intentando que cada Centro pueda hacerlo por sí mismo, porque sabemos que son motivadores y acortan las distancias propias de un curso virtual.

Continuamos entonces trabajando con la convicción de que -más allá de los tiempos no tan fáciles que nos tocan vivir- como Co-laboradores, como Hermanos o como Voluntarios somos parte de una misión, una misión que nos conecta con lo más noble y bondadoso de cada uno de nosotros, con nuestra solidaridad y hospitalidad para asistir y acompañar a los más necesitados.

Son casi tres años de llevar adelante este proyecto, una propuesta que unió a Colaboradores y Hermanos de dis-tintos Centros de la Provincia...

Pero nos alienta que, quienes han llegado hasta el final, son aquellos que más promocionan y difunden la Escuela.

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La hipopotasemia puede dar una clínica variada pero en su mayoría es asintomática si es leve, las causas más frecuentes son diarreas. Se presenta un caso clínico de hipopotasemia se-vera debida a diarrea que se manifiesta con paraplejia severa ascendente que mejora rápidamente con la normalización del potasio.

CASO CLÍNICOPaciente de 43 años de edad sin antecedentes patológicos co-nocidos, de nacionalidad boliviana, que se encontraba de va-caciones en la ciudad de Sucre. Presenta, dos días previos al ingreso, debilidad en miembro inferior derecho, con episodios de diarreas 2 a 3 veces desde hace una semana y automedica-do con ciprofloxacina. No presenta vómitos, ni fiebre. Agre-gándose, en las últimas 12 horas, debilidad progresiva simé-trica ascendente con dificultad para ponerse de pie y mover los miembros superiores, asociado a mialgias, cierta dificultad

respiratoria con disminución de la expansión torácica. Por tal motivo, es ingresado a la unidad de terapia intermedia de nues-tra institución.

EXÁMEN FÍSICO AL INGRESOHemodinámicamente estabilizado, normotenso, afebril, satura-ción 89% al 0,21%. Cardiovascular, abdomen, sin particulari-dades. Respiratorio con disminución de la expansión torácica, buena entrada de aire bilateral, paresia severa en miembros inferiores 4/5 de predominio proximal, imposibilidad para po-nerse de pie, hiporeflexia tendinosa, sensibilidad conservada, paresia 3/5 en miembros superiores. Glasgow 15/15.

EXÁMENES COMPLEMENTARIOS10 de julio de 2013, 12:44 hs.Hemograma con leucocitosis 15.550, linfocitos 14%, segmen-tados 86%, plaquetas 322.000, Hto 41%, glucemia 110, Urea

El diagnóstico de la paraplejia o tetraplejia en principio sigue tres pasos consecutivos: diagnóstico sin-drómico, diagnóstico topográfico medular y etiológico. La paraplejia o tetraplejia agudas son debidas, en general, a mielopatias, pero también pueden ser debidas a polirradiculoneuropatías agudas inflamatorias tales como el síndrome de Guillain Barré clásico y las variantes axonales como también las polirradiculo-neuropatías agudas no inflamatorias.

CASOS CLÍNICOS

diarrea

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CASOS CLÍNICOS

E. PABLO ARÉVALO, H. GERMAIN RAMÍREZ Y GUSTAVO PEREDO.

SERVICIO DE TERAPIA INTERMEDIA DEL HOSPITAL CRISTO DE LAS AMÉRICAS

PARAPLEJIA POR HIPOPOTASEMIA

SEVERA SECUNDARIA A DIARREA

35, Creatinina 1,1, TGO 27, TGP 63, BT 0,5 , TP 0,98, POTA-SIO 1,9 Sodio 149.Electrocardiograma ritmo sinusal, con ondas T achatadas.Estudio Neurofisiológico de velocidades de conducción reporta severo compromiso polineuropático mixto de carácter axonal con cambios desmielinizantes secundarios y mayor involucro sensitivo.

EVOLUCIÓNSe instauró tratamiento con reposición aguda de cloruro de po-tasio, las primeras 4 horas con 108 mEq de cloruro de potasio a 27 mEq hora. Observándose notable mejoría de sintomatología neurología razón por la cual se demoró el inicio de Plasmafé-resis por sospecha de Síndrome de Guillain Barré. Decidiéndose continuar con reposición de Cl K recibiendo un total de 351 mEq de Cl K en 24 horas recuperándose totalmente de los sín-tomas neurológicos. Paciente solicita su alta a las 24 horas de su ingreso totalmente asintomático, se dan recomendaciones para estudio de hipopotasemia, y continuar con suplementos de potasio.

CONTROL DE LABORATORIOS10 de julio de 2013, 19:02 hs.POTASIO 2,1 , sodio 150.11 de julio de 2013, 13:57 hs.Leucocitosis 14.300 , Hto 35%, urea 27, Creatinina 1, CPK 31, POTASIO 5,7 sodio 151.

CONCLUSIÓNSe trató de un paciente con hipopotasemia severa con paresia profunda de miembros inferiores, de forma ascen-dente y simétrica con compromiso de miembros superiores y leve afectación respiratoria, que responde a tratamien-to inicial con cloruro de potasio, mejorando sorprenden-temente las manifestaciones neurológicas, motivo por el cual se suspendió la plasmaferesis. Atribuyéndose dicha sintomatología a hipopotasemia asociada a diarrea, no pu-diendo llegar a concluir el diagnóstico definitivo por el alta solicitada por el paciente.

diarrea

hipopotasemia severadiarrea

hipopotasemia severa secundaria

paraplejia

paraplejia diarrea

diarrea

paraplejia

paraplejia

Bibliografía

1. Fernández – Sola J, Pedro l E, Masanes F, GalofreJ. Parálisis periódica tirotóxi-

ca normocaliemica. Ann Med Interna (Madrid) 1992;9: 294-296.

2. Agarwal R, Afzalpurkar R, Fordtran J, Pathophysiology of potassium Absorp-

tion and Secretion by Human Intestine. Gastroenterogy, 1994; 107(2):548-751.

3. F. Ortuño, N. Caballo, R. De Diego Hipokalemic Paraplegia Due To Acute

Diarrhea. An. Med. Interna (Madrid) 2002;19:76-78.

4. Rose, BD, Post, TW, Clinical Physiology of Acid-Base and Electrolyte Disor-

ders, 5th ed, McGraw-Hill, New York, 2001, pp. 857-863

5. Ben Salem C, Hmouda H, Bouraoui K. Drug induced hypokalemia,Corrent

Drug Safety 2009;4:55-61.

6. Terapia Intensiva IV edición Sociedad Argentina de Terapia Intensiva sección

IX riñón y medio interno.

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VIDA RELIGIOSA

HNO. ELÍAS REALES, OH

El fundamento de la espiritualidad de la peregrinación, lo tra-bajé a partir del Documento de Aparecida que destaca el valor de la espiritualidad cristiana: existe “una búsqueda de espiri-tualidad, de oración y de mística que expresa el hambre y sed de Dios”.

LA ESPIRITUALIDAD DE LA PEREGRINACIÓNEl pueblo de Dios camina hacia la consumación del Reino (como lo sostiene Carlos María Galli en la página 314 de “Seguimos caminando, la peregrinación juvenil a Luján”). Esta experiencia espiritual vivida por los peregrinos se ve expresada simbólica-mente y festivamente en las peregrinaciones.

En el siglo XX, se han revitalizado en toda la Iglesia las peregri-naciones. Nuestra peregrinación juvenil a Luján es un hermoso ejemplo de esto.

El camino de la peregrinación, que lleva hasta el Santuario de Luján, es también un peregrinaje interior; es la metáfora de la vida del hombre y de la Iglesia. La meta no es sólo llegar al San-

tuario de la Virgen. La meta es que el hombre peregrino alcance el abrazo de Dios misericordioso.

El documento de la V Conferencia General de Aparecida pone de relieve algunas expresiones de esta espiritualidad: las pe-regrinaciones, fiestas patronales, novenas, rosarios, vía crucis, procesiones, las danzas y los cánticos del folclore religioso, el cariño a los santos y la devoción a los ángeles, las promesas, las oraciones en familia. En ellas, se encuentra “una síntesis entre las culturas y la fe cristiana” (Benedicto XVI, Discurso de inau-guración de la Conferencia de Aparecida, Nº1).

La misma Conferencia afirmó que “no podemos devaluar la es-piritualidad popular, o considerarla un modo secundario de la vida cristiana, porque sería olvidar el primado de la acción del Espíritu y la iniciativa gratuita del amor de Dios. En la piedad popular se contiene y expresa un intenso sentido de la tras-cendencia, una capacidad espontánea de apoyarse en Dios y una verdadera experiencia de amor teologal. Es también una expresión de sabiduría sobrenatural, porque el amor de Dios no depende directamente de la ilustración de la mente, sino de la acción interna del Espíritu. Por eso, la llamamos espiritualidad popular. Es decir, una espiritualidad cristiana que, siendo un en-cuentro personal con el Señor, integra mucho lo corpóreo, lo sensible, lo simbólico y las necesidades más concretas de las personas. Es una espiritualidad encarnada en la cultura de los

La espiritualidad cristiana es una espiritualidad inser-tada en la Iglesia y en el mundo, por lo tanto, partici-pa de sus desafíos permanentes.

LA ESPIRITUALIDAD DE LA PEREGRINACIÓN A LUJÁN

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VIDA RELIGIOSA

sencillos, que no por eso es menos espiritual, sino que lo es de otra manera.” (DA. 263).

Entre las expresiones de la religiosidad popular, Aparecida desta-có las peregrinaciones que manifiestan la condición itinerante del pueblo de Dios que camina como familia hacia Él con actitud de gozo y esperanza. Al final de la meta, “la mirada del peregrino se deposita sobre una imagen que simboliza la ternura y la cercanía de Dios. El amor se detiene, contempla el misterio, lo disfruta en silencio. También se conmueve, derramando toda la carga de su dolor y de sus sueños. La súplica sincera, que fluye confiadamen-te, es la mejor expresión de un corazón que ha renunciado a la autosuficiencia, reconociendo que solo nada puede. Un breve instante condensa una viva experiencia espiritual”.

LA PEREGRINACIÓN ES COMO UN SIGNO SACRAMENTALLa peregrinación es una acción ritual. Este sentido se manifiesta de formas distintas y a veces, misteriosas.

a) En el culto a Cristo (V Conferencia de Aparecida, Nº. 265. Nuestros pueblos se identifican particularmente con el Cristo sufriente, lo miran, lo besan o tocan sus pies lastimados como diciendo es Él “que me amó y se entregó por mí” (Gal 2,20)… también encuentran la ternura y el amor de Dios en el rostro de María), la Virgen María en sus diversas advocaciones, los santos y mártires.

b) En la memoria de los difuntos, se muestra simbólicamente y ritualmente la participación del pueblo fiel en la comunión de los santos.

c) “La caridad es la sustancia de la santidad y el corazón de la Iglesia”, “que produce la intercomunicación de los bienes teo-logales y salvíficos entre los miembros de sus distintos estadios”.

EN LA PEREGRINACIÓN A LUJÁN SE VISIBILIZA LA FE DEL PUE-BLO DE DIOS TEMPORAL Y GEOGRÁFICAMENTE SITUADO“Muchos miembros comunes del pueblo de Dios viven la perte-nencia ‘cordial’ a la Iglesia a partir de la experiencia comunitaria” de la peregrinación; ya sea que vayan solos o en grupo se siente siempre inserto en una sociedad de peregrinos que incluye un movimiento espacial (desde un aquí cercano hacia un allí lejano) y que se realiza durante un itinerario temporal (según un antes y un después). Caminamos para celebrar una fiesta. La fiesta religiosa y litúrgica que es culmen de la peregrinación. La peregrinación es una realidad sacramental. El Documento de Puebla introduce la noción del “Pueblo de Dios” a partir de la realidad de las pere-grinaciones a los santuarios y también como “Familia de Dios”.

EL FENÓMENO RECIENTE DE LAS PEREGRINACIONES SISTE-MÁTICASEn las últimas décadas, las peregrinaciones a los santuarios de los pueblos y al santuario viviente del Pueblo de Dios se han hecho sistemáticas. Lo representa el papa Juan Pablo II, con sus más de 104 viajes apostólicos internacionales y sus textos

en los que pone de relieve las peregrinaciones a los santuarios históricos y las jornadas mundiales de jóvenes.

El culto a la Virgen de Luján expresa un modelo “criollo” de peregrinación popular mariana que integra motivos festivos, sacramentales, penitenciales, milagrosos, éticos, familiares, cul-turales y folclóricos. En este mismo contexto, se realizan otras peregrinaciones importantes, por ejemplo: peregrinación a ca-ballo a Luján; peregrinaciones de los enfermos; peregrinación a pie de los jóvenes; peregrinación de la Policía Federal; peregri-nación en bicicletas, entre otras.

CONCLUSIÓNLa misma Iglesia viene trabajando para canalizar esta sed a tra-vés de diversas propuestas espirituales.

Una de las propuestas que fomenta la Iglesia Católica en la Argentina se expresa por medio de las peregrinaciones al San-tuario Mariano de Nuestra Señora de Luján. Para los peregrinos significa ponerse en un camino espiritual de apertura amorosa para recibir una mirada nueva de simplicidad, ternura, humil-dad; lo que cuenta poco a los ojos materiales del mundo, lo ordinario vivido en forma extraordinaria, en búsqueda de aquel tesoro escondido dentro de nosotros mismos, requiere viajar a la interioridad hasta alcanzar la hondura donde Dios nos habi-ta, donde reside nuestra libertad, donde habita el Espíritu.

Nuestro pueblo ama las peregrinaciones. En ellas, el cristia-no sencillo expresa su experiencia espiritual, celebra el gozo de sentirse inmerso en medio de una multitud de hermanos caminando juntos hacia el Santuario verdadero, donde está el verdadero Santo de los Santos.

El documento de Aparecida destaca los valores fundamentales de la espiritualidad cristiana. “Es una espiritualidad encarnada en la cultura de los sencillos que, no por eso, es menos espi-ritual, sino que lo es de otra manera, no podemos devaluar la espiritualidad popular.” Abre un camino para integrar el as-pecto personal de la espiritualidad cristiana con las exigencias comunitarias y sociales del mensaje evangélico.

La espiritualidad de los discípulos misioneros, según Aparecida, está focalizada en promover una espiritualidad de comunión, participación, integración, formación y de servicio al Pueblo de Dios peregrino, para que cultiven una vida cristiana basada en la Palabra de Dios, los sacramentos, para mantenerse en comu-nión con la Iglesia local y universal.

Bibliografía

V Conferencia General del Episcopado Latinoamericano y del Caribe: Documen-

to de Aparecida. Brasil, mayo de 2007.

González, Eduardo A.: “El pueblo joven, caminante y peregrino”. Revista Pastoral-

San Pablo, Nº 261- Septiembre- Octubre 2006; www.san-pablo.com.ar/vidapastoral.

Galli, Carlos María: “Seguimos Caminando, la peregrinación juvenil a Luján”.

Agape Libro-Editorial Guadalupe, Buenos Aires, 2004.

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HNA. VALENTINA PÉREZ

ESCUELA ESPECIAL SANATORIO MARÍTIMO

Actualmente, el área de Servicio Social se aboca a atender el área infanto juvenil, portadora de discapacidad motora e inte-lectual severa a profunda. Este sujeto de atención se aborda a través de dos dimensiones: el Proyecto Mejoramiento de la Ca-lidad de Vida y la Escuela Sanatorio Marítimo San Juan De Dios.

MEJORAMIENTO DE LA CALIDAD DE VIDAEl Proyecto Mejoramiento de la Calidad de Vida es la denomina-ción del sistema residencial que acoge a niños, niñas y jóvenes que han sido gravemente vulnerados en sus derechos, por tanto judicialmente se ha solicitado la internación en nuestro Centro.

La labor del Servicio Social, en esta dimensión, apunta a la reali-zación de diferentes acciones de manera interdisciplinaria y con una mirada biopsicosocial para restituir los derechos vulnerados

de nuestros sujetos de atención, fomentando el buen trato in-fantojuvenil.

La asistente social se ocupa de que los niños y los jóvenes re-ciban atención educativa, médica y la rehabilitación adecua-da. Para ello, realiza un trabajo de red, tanto interna (con los diferentes profesionales y estamentos de la institución) como externa (es decir, convenir acuerdos y tramitar beneficios con instituciones estatales y privadas). Asimismo, coordina diversas actividades recreativas y de interacción con la comunidad.

Otro foco de trabajo que la asistente social ha desarrollado en la institución ha sido el Programa de Apadrinamiento Afectivo que nació como una forma de disminuir los efectos de la ins-titucionalización, considerando que casi el cien por ciento de la población del Sanatorio Marítimo se encuentra en situación de abandono familiar total o progresivo. Este programa, busca enlazar a adultos con un niño o joven, para que éstos reciban

EL SERVICIO SOCIAL Y SU LABOR EN EL SANATORIO MARÍTIMO

El Servicio Social es una área de trabajo que ha estado permanentemente en el quehacer de la obra del Sanatorio Marítimo San Juan de Dios, en Viña del Mar. Esta área ha ido evolucionando y modificando su foco de acción en base al desarrollo del país, de sus políticas sociales y, principalmente, por la opción de trabajo que ha realizado el Sanatorio Marítimo como institución, donde priman los valores guías de la hospitalidad: calidad, respeto, responsabilidad y espiritualidad.

GESTIÓN HOSPITALARIA

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estimulación socioafectiva a través de visitas regulares, donde se dedique el tiempo para hablarles, brindarles cariño, llevarlos a pasear y apoyar las acciones de rehabilitación, implementadas en cada uno de ellos. Cabe señalar que el Apadrinamiento es un Programa Protocolizado y Riguroso en su quehacer, siendo cada postulante a padrino o madrina evaluado psicosocialmen-te antes de firmar su compromiso como tal.

El apadrinamiento afectivo nos ha brindado un resultado más allá de lo esperado y grato por cierto. A través de este progra-ma, se logró la adopción de niños y niñas residentes, consi-guiendo restituir en ellos el derecho a vivir en familia. TRABAJO SOCIAL Y ESCUELA, UNA TAREA INTEGRADALa labor de una escuela es proporcionar educación e inclusión, en donde todos formamos parte y aportamos a la construcción social.

En Chile, mi país, la política pública de educación determina que para brindar atención a los alumnos con discapacidades múltiples se debe contar con un gabinete técnico. Esta instancia la conforman diversos profesionales como psicólogos, terapeutas ocupacionales, kinesiólogos, educadores diferenciales y asistentes sociales; con el fin de abordar al sujeto de atención -el alumno- en su totalidad, aportando en cada una de las áreas que favorecen a su desarrollo.

La Escuela Especial Sanatorio Marítimo San Juan de Dios realiza un trabajo directo con la familia de los alumnos externos que vienen desde sus hogares. Este trabajo consiste en crear y forta-lecer redes de apoyo primarias y secundarias que les permita una mejor calidad de vida y un bienestar para el alumno y su entorno.

Como Asistente Social, una de mis funciones en la Escuela con-siste en mantener un contacto directo con las familias de los alumnos a través de visitas domiciliarias. Durante las mismas, se realiza una encuesta con el fin de obtener información del nú-cleo familiar, rutinas del alumno y su realidad socioeconómica. Luego, con esta información se elabora un informe social con el fin de conocer la realidad y proporcionar apoyo, gestionando recursos según nuestras posibilidades para responder a las ne-cesidades que se manifiesten.

Quisiera compartir, con sencillez y humildad, la importancia que estas familias demuestran a la presencia del profesional en estas intervenciones, manifestado en la colaboración de entrega de

datos, acogida y la confianza en aportar antecedentes familia-res que son propios a sus historias de vida.

MI RELACIÓN CON EL SANATORIO MARÍTIMODurante los años 2006 y 2007, me presenté en el Sanatorio para ser voluntaria libre, es decir, colaborar en la medida de mis posibili-dades de tiempo, prestando un servicio significativo para la institu-ción y para mí de cara a la labor que se realiza con niños y jóvenes. Fue de este modo que la actual Asistente Social (hoy, mi colega) me designó las salas de San Juan y de San Rafael para que las visite semanalmente y así familiarizarme con los niños -lo que no resultó fácil en un primer momento- ya que son muchos los sentimientos que surgen debido a las historias de abandono y discapacidad.

En lo personal, era un tiempo de adaptación en mi país después de un largo tiempo en el extranjero. Y sentía la necesidad de hacerlo en un servicio que me ofreciera una realidad que fuera potente -periférica- y que me provocara un impacto de aterrizaje forzoso. Enseguida, gusté mucho del trabajo que se realizaba en el Sanato-rio. Lo encontré efectivo en una realidad que para mí era novedosa, como lo es el campo de la salud. En 2010, volví nuevamente al Sa-natorio para que me aceptaran como alumna de Práctica de Traba-jo Social. Allí volví a confirmar en este campo mi compromiso con los niños con discapacidad neurológica severa, convirtiéndose para mí en el sujeto de atención más importante, que advierte toda la focalización de mi entrega, y defendiendo sus derechos y bienestar.

Hoy, el Sanatorio Marítimo también brinda atención al grupo etario comprendido por los Adultos Mayores, con el perfil de postrado-terminal en el Establecimiento de Larga Estadía de Adulto Mayor (ELEAM). Allí también brindo mi asistencia, reali-zando las visitas domiciliarias, en los ingresos de “casos” socia-les, para quienes los recursos son escasos. Se trata de procurar y facilitar a los ancianos una mejor calidad de vida en esta última etapa. Podríamos decir que el Sanatorio Marítimo atiende a los dos grupos etarios más vulnerables, aquellos que se ubican en los extremos de la vida: los niños y los ancianos. Y, como dice el papa Francisco, “es un trabajo hermoso y desafiante”.

No puedo dejar de mencionar que soy religiosa de los Sagrados Corazones y que formo parte de la diversidad de dones y caris-ma de esta gran familia, viviendo una la intercongregacionali-dad que sólo San Juan de Dios entiende y hace posible: la meta común es el Reino de Dios.

GESTIÓN HOSPITALARIA

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