Historiograf a y Sociolog a Del Neoliberalismo

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Historiografía y Sociología del neoliberalismo Roberto Jiménez Méndez. Conceptos y Problemas Filosóficos. 2014-2015.

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  • Historiografa ySociologa del neoliberalismo

    Roberto Jimnez Mndez. Conceptos y Problemas Filosficos. 2014-2015.

  • Es importante recordar que el mito de que la libertad se sustenta nicamente en la igualdad ante la ley determina un concepto de libertad insustancial, meramente coyuntural. Desposeer a la libertad de fundamentos materiales es una estrategia dialctica que opera de manera que legitima las desigualdades y que permite a los poderes, econmicos y polticos, ser refractarios a las demandas de las mayoras sociales. La isonoma es una condicin necesaria, pero no suficiente. La libertad ha de tener un fundamento material: slo hay autntica libertad cuando se goza de independencia material, uno es libre cuando es autnomo, y ello requiere la intervencin de los poderes constituidos socialmente para garantizar esa independencia que le corresponde a todos y cada uno de los miembros de la sociedad.

    Es muy difcil ganar una batalla si las condiciones iniciales de la disputa favorecen a unade las partes. Por ello, las desigualdades e injusticias derivadas de un sistema econmico (que, por otro lado, siempre ser imperfecto) como el actual, no se pueden superar si no se realiza un trabajo de clarificacin y recuperacin de los conceptos sobre los cuales se basa nuestra sociedad, y que tantas veces son apropiados por aquellos que son favorecidos por la situacin actual. En este sentido, creo que es un deber tico-poltico de toda persona que reflexione sobre la sociedad tomarse en serio la tarea de repensar los trminos en torno a los cuales se desarrolla la deliberacin poltica. Por ello, considero que es fundamental recuperar conceptos polticamente tan esenciales como los de libertad y mercado, ejes de la discusin poltica: es una derrota empezar el debate poltico asumiendo que los mercados son instituciones sociales que pertenecen a los poderes constituidos y que poco tienen que ver con el desarrollo de una sociedad verdaderamente democrtica. Son los mercados configurados segn los criterios de un capitalismo financiero globalizado, y su fundamento ideolgico que llamaremos neoliberalismo, los que podemos rechazar, pero ese rechazo no debe suponer una cesin de la legitimidad de construir todo discurso poltico que implique elementos esenciales de toda sociedad precisamente a los agentes polticos dialcticamente opuestos.

    Este hecho sugiere la necesidad de hacer precisa una aclaracin conceptual que se halla a la base de muchas de las distorsiones analticas que se hacen de la sociedad y suestado actual. No es lo mismo el mercado que el capitalismo, as como hay gran diferencia entre capitalismo y neoliberalismo. El mercado podramos definirlo comoel mbito de interaccin social entre agentes en condiciones de libertad e igualdad mutua, es decir, es un espacio de encuentro en donde se dirimen las distintas configuraciones de intereses de los integrantes de la sociedad a travs de contratos entre las partes involucradas. En este sentido, la oferta y la demanda como principio rector que surge en todo mercado no es otra cosa que el libre juego que se establece entre las distintas posibilidades de intercambio de intereses.

    En otros trminos, la situacin de mercado es una consecuencia de la divisin del trabajo, como ya advirtieron los economistas clsicos. En efecto, la especializacin en un tipo de actividad, que es un principio de toda sociedad compleja, implica que uno

  • mismo no pueda satisfacer todas sus necesidades a partir de su propio trabajo, por lo que emerge una situacin de interdependencia que es el fundamento de lo que venimos llamando mercado.

    As, vemos con claridad que la libertad es consustancial a esa situacin de mercado, y que toda coaccin o relacin de dependencia y, por tanto, de dominacin, en el seno de un mercado lo destruye por completo (por ejemplo las distintas formas de monopolio y oligopolio). Es por ello que se precisa de una legislacin que regule las conductas garantizando los principios de libertad e igualdad. As como existe un cdigo civil y un cdigo penal que garantiza derechos y libertades, ha de existir un cdigo mercantil efectivo que garantice la ausencia de coaccin y la igualdad de condiciones a la hora de establecer contratos. Tambin es evidente, por tanto, que una sociedad de mercado no implica unas determinadas relaciones entre productores, propietarios y consumidores, precisamente porque es esencial a la nocin de mercado el estar abierto a todo tipo de configuraciones en las relaciones sociales que se establezcan sin coaccin, sea esta directa o estructural.

    Esta es, precisamente, la diferencia entre mercado y capitalismo, pues ste implica una determinada configuracin de relaciones entre productores, propietarios y consumidores. El capitalismo se define, as, como un tipo determinado de configuracin de relaciones en una situacin de mercado, que, al determinarlas, convierte el mercado en otra cosa, a saber, el capitalismo. Las relaciones fundamentales del capitalismo son las de la propiedad privada de los medios de produccin y la del trabajo asalariado, por la que un trabajador recibe una cantidad de dinero fijo por una cantidad de trabajo fijo (salario), establecindose un desfase entre produccin del trabajador y beneficio obtenido por l, diferencia que repercute sobre el propietario de los medios de produccin. De este modo, la situacin de mercado, que permite tantos tipos de relaciones entre los agentes como contratos libres (es decir, establecidos sin ningn tipo de coaccin) se acuerden, da lugar al capitalismo como estandarizacin de una de sus posibilidades, que se fundamenta en el trabajo asalariado, de forma que polariza la sociedad entre grandes propietarios y una mayorade trabajadores que dependen de los propietarios. Es evidente, pues, que el mito de que el capitalismo defiende la libertad de mercado (algo que es una perogrullada por redundante, ya que el mercado o es libre o no es mercado) es falso, pues como vemos imprime unas determinadas formas de produccin, trabajo y reparto de beneficios.

    Una consecuencia directa de estas determinadas relaciones (propiedad privada de los medios de produccin y trabajo asalariado) es la formacin de oligopolios y la violacinde las condiciones de mercado. Y es la legitimacin de estructuras econmicas y polticas que garanticen esa desigualdad econmica (y por tanto poltica) la funcin esencial de lo que hemos llamamos neoliberalismo, defendiendo un tipo de capitalismo, financiero y globalizado, que fundamentalmente beneficia a los grandes propietarios frente al grueso de la poblacin.

  • As, si bien los mercados han existido en todo tiempo y lugar desde que el hombre comenz a vivir en sociedades complejas en las que apareci la divisin del trabajo, el capitalismo y el neoliberalismo son formas de organizacin poltico-econmica y social que se comienzan a dar en un determinado momento y en un determinado lugar, ms o menos definible. Detengmonos en este punto a analizar esos momentos en los que emergieron el capitalismo y el neoliberalismo.

    El capitalismo surge a partir de las nuevas condiciones productivas, econmicas y sociales que se van determinando al final de la Edad Media. Esenciales en este desarrollo fue, por un lado, la aparicin de pequeos propietarios manufactureros que gracias a los desarrollos tcnicos y cientficos podan producir ms cantidad y variedad de bienes, lo que permiti el desarrollo de los mercados urbanos y locales y la acumulacin de pequeos capitales que otorgaban independencia a una pequea burguesa incipiente; y por otro lado, la expansin colonialista que comienza en el sigloXV, que posibilit el acceso a una gran cantidad de materias primas y metales preciososa la vez que ofreci gran cantidad de mano de obra esclava, condiciones que permitieron la acumulacin de grandes cantidades de capital (proceso que se explica con gran lucidez en Las venas abiertas de Latinoamrica, de Eduardo Galeano)

    En este contexto, surge en 1460 la Bolsa de Amberes (Blgica), y la ms importante Bolsa de Valores de msterdam en 1602. La formacin de expediciones ultramar exiga la contribucin de grandes cantidades de capital, es decir, una financiacin suficiente, algo a lo que no era fcil de acceder debido a los riesgos inherentes a este tipo de inversiones: naufragios, asalto de piratas, estafas, enfermedades, traiciones etc. Por ello, se ide un sistema de pequeas contribuciones que ofrecan participaciones de los beneficios obtenidos de las expediciones comerciales, lo que conocemos hoy da como acciones. La comunidad de pequeos burgueses con pequeas cantidades de capital disponible, entre las que destacaba la juda de msterdam, encontr de este modo una interesante manera de rentabilizar esas propiedades acumuladas. Y de este modo se va configurando un capitalismo que, en sus inicios, como vemos, aconteci dediversas maneras: un capitalismo de profesionales manufactureros que dio lugar a una pequea burguesa ms o menos independiente, y un capitalismo de grandes inversores y explotadores que dio lugar a una alta burguesa.

    A travs de estos acontecimientos, que comprende varios siglos, se va conformando unpensamiento en torno a las relaciones, en un plano material, que surgen en la sociedad: es lo que conocemos como economa. La figura de Adam Smith, que surge eneste contexto, se ha colocado como representante principal de la teorizacin sobre el capitalismo, algo parecido al padre intelectual, e incluso se le ha llegado a denominar defensor del liberalismo. Lo cierto, es que Smith vivi un siglo antes del desarrollo del capitalismo industrial que se desarrollara en el siglo XIX, con sus grandes fbricas mecanizadas y el desarrollo de una alta burguesa que concentraba los beneficios de stas, por lo que no pudo conocer sus enormes consecuencias en la vida social de Europa y del mundo. Sin embargo, la tradicin escocesa de economistas (los Hume,

  • Freguson y el mismo Smith) conoci el desarrollo de sociedades manufactureras y estuvo convencida de las posibilidades emancipadoras que podran surgir en el seno decomunidades de productores libres.

    En efecto, el posicionamiento de Smith se sita frente al de los mercantilistas, aquellos tericos que abogaban por una proteccin estatal de los intereses de los grandes oligopolios, en un contexto de economas colonialistas, como garanta de la prosperidad del pas, cifrando su riqueza en la cantidad de oro de sus reservas que se acumularan bsicamente a travs del comercio exterior. La sociedad mercantilista reproduca un orden social esclavista ms all de las fronteras nacionales, y feudal en elterritorio nacional.

    El escocs, por su parte, propone una comunidad en la que los individuos, desprovistos de cualquier coaccin o relacin de dominacin, se interrelacionan de forma autnoma buscando su propio inters, dando lugar a inercias que resultan en climas sociales de paz y prosperidad. Porque, como advierte en su Teora de los sentimientos morales (1759): Por ms egosta que se pueda suponer al hombre, existen evidentemente en su naturaleza algunos principios que le hacen interesarse porla suerte de otros, y hacen que la felicidad de stos le resulte necesaria, aunque no derive de ella nada ms que el placer de contemplarla. As, la riqueza la cifra Smith enla cantidad de trabajo global de la nacin, y su prosperidad es el beneficio social derivado de la actividad econmica. La sociedad smithiana est formada por productores libres en una sociedad cohesionada.

    As pues, la tesis fundamental de Smith en su Riqueza de las Naciones (1776), contra lo que se suele suponer, es que el desarrollo de la libertad est directamente ligado al de las posibilidades materiales de la independencia, por lo que concibe una sociedad de pequeos propietarios que, independientemente y atendiendo a sus intereses, es decir, sin coaccin, formasen alianzas y cooperasen en proyectos comunes para el desarrollo y consecucin de esos intereses. No se trata, pues, de una libertad meramente nominal la que defiende Smith, sino que est configurando una idea de libertad cuyo fundamento descansa sobre las posibilidades materiales, reales, de su ejercicio. Es la desposesin, antes que nada, la esencia de toda relacin dominacin, pues es a travs de ella por la que, atendiendo a las necesidades primarias, uno ha de ceder su libertad en favor de la voluntad ajena. Por tanto, slo a partir de la independencia material de unos y otros, que Smith concibe a partir de una propiedad privada suficiente como para gozar de la capacidad de pensar la propia vida de forma autnoma y de formar las alianzas (o contratos) que a cada cual conviene, es concebible una sociedad libre.

    Es necesario notar, en este punto, la analoga con la tesis en la que se funda el Contrato Social (1762) de Rousseau, cuando ste nos dice: como los hombres no pueden engendrar nuevas fuerzas, sino solamente unir y dirigir las que existen, no tienen otro medio de conservacin que el de formar por agregacin una suma de

  • fuerzas capaz de sobrepujar la resistencia (CS VI). Como vemos, ambos autores incidensobre la misma idea de que la consecucin de los propios intereses slo puede resolverse, en libertad, mediante la alianza y la cooperacin, siendo as que los intereses de unos se corresponden directamente con los de otros, y los propios con los ajenos.

    La percepcin general que se tiene de la figura de Adam Smith, en la que se le perfila como un defensor de un egosmo que retricamente nos muestra a travs de la metfora de la mano invisible, no es, pues, ms que una imagen parcial, anacrnica e interesada de una obra mucho ms sugestiva. Llegados a este punto, cabe preguntarse por las causas que han situado a un autor que adverta del carcter potencialmente faccioso de aquellos que viven de los beneficios del trabajo ajeno y cuyo inters suele estar desvinculado al del resto de la sociedad: Por consiguiente, [dado que tratar por todos los medios mantener los precios por encima de los costes marginales], el inters de esta [] clase no se halla tan ntimamente relacionado como [en el caso de los asalariados], con el inters general de la sociedad (RN I.xi), como un defensor de los intereses de tal clase. Salim Rashid (The mith of Adam Smith) ha sostenido que fue la necesidad de disponer de hroes y santos y, en particular, de (re)crear mitos fundadores de y para la ciencia econmica naciente y, en particular, para un paradigma dentro de sta, lo que situ a posteriori la figura de Adam Smith en los altares del pensamiento neoliberal que, como veremos, est, quizs, ms coalineado con las tesis mercantilistas y proteccionista de los oligopolios contra las que se erigi Smith.

    Pero esa sociedad manufacturera que conoci el escocs pronto se transformara, situando de nuevo a los grandes propietarios en una posicin de ventaja respecto al resto de la sociedad para buscar su lugar en el nuevo mundo que estaba llamando a laspuertas. La revolucin habra de llegar de la mano de otro escocs, ingeniero mecnico,que invent el movimiento paralelo: un sistema capaz de transformar el movimiento circular en movimiento lineal, llamado James Watt. Contemporneo de Smith, Watt hizo contribuciones, a su vez, a la creacin de la mquina de vapor, que una un motor trmico a un sistema diseado para reproducir su movimiento paralelo, lo que dio lugar a la primera de una serie de transformaciones productivas, econmicas, sociales ypolticas que cambiarn el mundo para siempre. Aparecen mquinas para tejer y otras funciones similares aumentando los beneficios comerciales exponencialmente mientras se reduce la mano de obra, se especializa el trabajo, se maquiniza la navegacin y se desarrolla el ferrocarril. El flujo de materiales y personas crece indefinidamente. Se disparan las necesidades de materias primas como carbn, metales y madera, contribuyendo a un desarrollo formidable de diversos mercados y economas. Al mismo tiempo, se produce una migracin masiva del medio rural a las ciudades, debido a una doble causa: el aumento de la necesidad de mano de obra en las ciudades industriales y la disminucin de la misma necesidad de mano de obra en laagricultura, debido al desarrollo de maquinaria especializada. A su vez, florece por primera vez una alta burguesa que acumula la mayor parte de los beneficios de este desarrollo, generndose algo inaudito hasta el momento: fortunas mayores que la

  • riqueza de algunos pases europeos. De este modo, la alta burguesa se aristocratiz y adquiri una capacidad de accin y coaccin en el plano poltico que la situ en una posicin privilegiada respecto al resto de la sociedad. Josep Maria Fradera, en su libro sobre Las burguesas europeas del siglo XIX, seala cmo los crteles y consorcios se formaron enteramente gracias a la ayuda estatal (pg 70), confirmando el triunfo de las viejas tesis mercantilistas.

    El surgimiento de empresas que operaban simultneamente en diferentes economas de todo el mundo promovi la mxima econmica del laissez-faire (dejar hacer), como premisa que implicaba la omisin de cualquier instancia gubernamental en los mercados. El laissez-faire de los mercados, consiguientemente, otorgaba libertad de accin a una alta burguesa que era la que poda operar como agente en los mercados, ya que siendo propietaria de las fbricas, duea de las materias primas y poseedora de las acciones empresariales, situaba como figura paciente a la mayor parte de la poblacin: trabajadores asalariados desprovistos de operatividad alguna en los mercados y sin posibilidad de percibir los beneficios que la actividad econmica pudiera ofrecer.

    Este proceso, que se ha dado a conocer como la Revolucin Industrial, represent la frontera que ha diferenciado la historia, en trminos materiales, en dos grandes perodos: el preindustrial, y el industrial.

    Grfico 1.

    A pesar de este incremento en las posibilidades productivas y, por tanto,emancipadoras, de la sociedad, la existencia de la alta burguesa distorsion los efectosdel crecimiento econmico para la mayora de la poblacin. Altos porcentajes de los

  • ingresos de los pases, en algunos casos cercanos al 50%, que como vemos en elGrfico 1 crecieron de forma inaudita en la historia, fueron a parar a las manos de lossectores poblados por la alta burguesa, que representan menos del 10% de lapoblacin.

    Grfico 2.

    Pero este sistema, que dio lugar, como vemos, al mismo tiempo al mayor crecimiento econmico jams observado en la historia y a una distribucin de los beneficios de estecrecimiento que de forma significativa privilegiaba a una minora muy reducida, mostren la primera mitad del siglo XX la crudeza de sus limitaciones. Ser a partir de este hito cuando se perciba la necesidad de reformular una teora econmica, el neoliberalismo, que justifiquen estos porcentajes de distribucin.

    Un jueves, 24 de octubre, 13 millones de ttulos bancarios a bajo precio no encuentrancomprador en la bolsa de Wall Street despus de un periodo de cinco aos en el que el

  • Down Jones haba quintuplicado su valor. Es lo que se conoce como el Crack del 29, unacada del mercado de valores que contagi a Europa y que supuso el comienzo de la Gran Depresin.

    El esquema de sucesos de la crisis nos es tristemente conocido. Un boom especulativo que consisti en abrir un perodo de crdito barato y fcil para estimular el consumo decierto producto atractivo, dada su alta tasa de revalorizacin (en el caso de la crisis del 29 el producto financiero en cuestin se trat simplemente de acciones burstiles, en el ao 2008 fueron las hipotecas subprime). Ello implica una escalada de precios como consecuencia del aumento de la demanda, seguido de una necesaria secuencia de impagos de los crditos producida como consecuencia de las precarias condiciones en las que se ofrecan los crditos; condiciones, a su vez, necesariamente poco restrictivas para que puedan resultar atractivas a una cantidad importante de la poblacin. Es lo que comnmente se conoce como una burbuja econmica.

    Tras el trauma de esta crisis sin precedentes, la primera leccin que aprendieron los economistas fue la de la necesaria intervencin de los Estados en los mercados a travsde cierto tipo de regulaciones que evitasen los errores cometidos anteriormente. Fundamentalmente se desarrollaron dos tesis: la keynesiana, formulada por John Maynard Keynes, que propone la inyeccin de capital para estimular la oferta segn las vicisitudes del mercado y que sita el desarrollo econmico en el seno de una alta tasa de consumo (lo que implica el crecimiento de una clase media que consuma cada vez ms); y la de aquellos economistas que reducen la intervencin del estado a crear las condiciones para que las empresas puedan aumentar el PIB nacional y entendiendo, por tanto, el desarrollo en trminos de porcentajes de crecimiento de ese PIB. Ser esta segunda opcin fue la que ms tarde dara lugar a la consolidacin de lo que hoy conocemos como neoliberalismo.

    Algunos de los economistas ms destacados de esta fase de proto-neoliberalismo, pertenecientes al primer momento de lo que se ha dado a conocer como Escuela Austriaca, como Carl Menger, Ludwing von Mises o Schumpeter, elaboraron sus tesis enun clima de reaccin a las tesis difundidas desde la Unin Sovitica, y que representaban una determinada concepcin del marxismo en forma de control estatal de la produccin, o leninismo. De este modo, surge el rechazo de la intervencin del Estado en la produccin, pero no as, a la luz de los acontecimientos del 29, de la intervencin mediante una reglamentacin (legislacin) que garantice las condiciones de mercado favorables a la expansin de las tasas de crecimiento.

    Sin embargo, los acontecimientos histricos que dieron lugar a la Segunda Guerra Mundial y la necesidad de la reconstruccin europea a nivel econmico, poltico y social, hicieron que se implantase la propuesta de Keynes a ambos lados del Atlntico, en tanto que no se acept la posibilidad de que las desigualdades sociales pudiesen reproducir episodios tan trgicos en una regin esencial en la geoestrategia mundial. A ello hay que sumar el nuevo horizonte econmico y poltico dibujado por una Guerra

  • Fra que pona en cuestin el rgimen poltico y social Occidental y que obligaba a convencer a los ciudadanos europeos y del resto del mundo de la conveniencia de un sistema mundial dentro de los estndares capitalistas.

    Por ello, la inversin pblica prescrita por Keynes dio lugar a unos sistemas pblicos de sanidad, educacin y pensiones, acompaados de una regulacin del mercado de trabajo que fue atendiendo progresivamente las demandas de los trabajadores. Este sistema econmico con un fuerte papel del Estado en un mercado libre, pero regulado, es lo que David Harvey denomina liberalismo embridado en su Breve Historia del Neoliberalismo.

    Pero a finales de la dcada de 1960 este liberalismo embridado mostr sntomas de agotamiento, entrando en un proceso que los economistas marxistas califican como disminucin tendencial de la tasa de ganancia segn la cual: el mismo desarrollo que hace aumentar la masa del capital constante en proporcin con el capital variable, disminuye, como consecuencia de la fuerza productiva acrecentada del trabajo, el valorde sus elementos, e impide en consecuencia que el valor del capital constante, si bien aumenta permanentemente, lo haga en la misma proporcin que su volumen material,es decir que el volumen material de los medios de produccin puestos en movimiento por la misma cantidad de fuerza de trabajo. En casos aislados incluso puede aumentar la masa de los elementos del capital constante, mientras su valor permanece invariado o incluso disminuye (El Capital, III, vol.VI, cap 3). Es lo que se conoce como crisis de acumulacin del capital, segn la cual la bsqueda de beneficios lleva a buscar el aumento de la produccin, lo que slo es posible mediante la mecanizacin del trabajo,reduciendo el capital variable (el que depende de los salarios) en relacin con el constante (el que se dedica a maquinaria, materias primas etc). En resumen, lo que Marx profetiz, Keynes suscribi y los economistas leyeron en la crisis de los 60s es que el mismo desarrollo del capitalismo, al aumentar la competencia, reduce los mrgenes de beneficio.

    El crecimiento del desempleo as como de la inflacin, no prevista por Keynes, produjo lo que se conoce como estanflacin, que se extendi varios lustros. En este contexto, la batalla ideolgica que se fragu en el periodo de entreguerras entre keynesianos y neoliberales, y que se haba resuelto a favor de las tesis que hemos denominado liberalismo embridado, comenz a inclinarse en favor de los neoliberales.

    El Coloquio de Walter Lippmann, que se celebr en Pars en agosto de 1938, reuni a una serie de economistas, entre los que destacan: Friedich Hayeck (alumno de von Mises), L. Rougier, Wilhem Rpke o el mismo Walter Lippmann, para discutir la estrategia que permitara sustituir la de liberalismo estatal de Keynes. El Coloquio concluy con la declaracin de la necesidad de llevar a cabo un trabajo intelectual de refundacin de la doctrina para asegurar mejor su victoria contra los principios adversos (La nueva razn del mundo, II). A este Coloquio le sucedi la creacin, despus de la Segunda Guerra Mundial, de la Sociedad de Montpllerin, que sera algo

  • as como una prolongacin de la reunin de 1938. Esta Sociedad es la primera tentativa de creaci de una internacional neoliberal que luego tendra su prolongacin en organismos, entre los cuales se encuentran la Trilateral y el Frum Internacional de Davos (LNR, II).

    Esta renovacin doctrinal encontrar sus focos en instituciones prestigiosas y bien financiadas, comenzando con la London School of Economics o la Universidad de Chicago, y que luego se diversificara en centenares de think tanks por todo el mundo.

    Atendiendo a las consecuencias materiales que se derivaron de la directriz de la implantacin de la batalla ideolgica desde determinadas instituciones acadmicas, merece la pena recordar que el primer experimento de formacin de un Estado neoliberal se produjo en Chile tras el golpe de Pinochet el 11 de septiembre menor de 1973. El golpe contra el gobierno democrticamente elegido de Salvador Allende fue promovido por las elites econmicas domsticas que se sentan amenazadas por el rumbo hacia el socialismo de su presidente. Cont con el respaldo de compaas estadounidenses, de la CIA, y del secretario de Estado estadounidense Henry Kissinger.

    Como nos recuerda David Harvey: Para ayudar a reconstruir la economa chilena, se convoc a un grupo de economistas conocidos como los Chicago boys a causa de su adscripcin a las teoras neoliberales de Milton Friedman, que entonces enseaba en laUniversidad de Chicago. La historia de cmo fueron elegidos es interesante. Desde la dcada de 1950 Estados Unidos haba financiado la formacin de algunos economistas chilenos en la Universidad de Chicago, como parte de un programa de la Guerra Fra destinado a contrarrestar las tendencias izquierdistas en Amrica Latina. Estos economistas formados en Chicago, llegaron a dominar la Universidad Catlica privada de Santiago de Chile. A principios de la dcada de 1970, las elites financieras organizaron su oposicin a Allende a travs de un grupo llamado el Club de los lunes, ydesarrollaron una productiva relacin con estos economistas financiando sus trabajos atravs de institutos de investigacin. Despus []Pinochet puso a estos economistas enel gobierno donde su primer trabajo fue negociar los crditos con el Fondo Monetario Internacional. []El derecho de las compaas extranjeras a repatriar los beneficios de sus operaciones chilenas fue garantizado. Se favoreci un crecimiento basado en la exportacin frente a la sustitucin de las importaciones. [] Todo se agri en la crisis de la deuda que azot Amrica Latina en 1982. Como resultado, en los aos que siguieron se produjo una aplicacin mucho ms pragmtica y menos conducida por la ideologa de las polticas neoliberales. Todo este proceso, incluido el pragmatismo, sirvi para proporcionar una demostracin til para apoyar el subsiguiente giro hacia elneoliberalismo, tanto en Gran Bretaa (bajo el gobierno de Thatcher) como en Estados Unidos (bajo el de Reagan), en la dcada de 1980.

    Paralelo a todo este proceso experimental del neoliberalismo, descrito por Naomi Kleinen La doctrina del shock, que implicaba la tesis de Milton Friedman de que solo una crisis -real o percibida- da lugar a un cambio verdadero. Cuando esa crisis tiene lugar,

  • las acciones que se llevan a cabo dependen de las ideas que flotan en el ambiente. Creo que sa ha de ser nuestra funcin bsica: desarrollar alternativas a las polticas existentes, para mantenerlas vivas y activas hasta que lo polticamente imposible se vuelva polticamente inevitable, se dan una serie de acontecimientos que apuntalan lalenta pero progresiva ventaja de los neoliberales en la batalla ideolgica prescrita en la Sociedad de Montpllerin. En 1973 se crea la Comisin Trilateral, una organizacin privada destinada a fomentar una mayor cooperacin entre EEUU, Europa y Japn. Fundada por la iniciativa de Rockefeller, a la luz de las recomendaciones de Montpllerin, actualmente es presidida por Jean-Claude Trichet. En el ao de su fundacin publican un documento titulado The Crisis of Democracy en el que se discute sobre la necesidad de un nuevo modelo poltico que atienda las demandas de las grandes corporaciones financieras, y sobre la viabilidad de ese modelo en el marco de sociedades democrticas. En el texto, podemos leer: The incorporation of substantial elements of the population into the middle classes has escalated their expectations and aspirations, thereby causing a more intense reaction if these are not met in reality. Broadened political participation has increased the demands on government. Widespread material well-being has caused a substantial portion of the population, particularly among the young and the intellectual professional classes, to adopt new life-styles and new social-political values. Lo que se propona es un nuevo orden internacional que superase las conceptualizaciones y praxis democrticas para dar lugar a un gobierno mundial que respondiese a un capitalismo sin fronteras.

    La trilateral expone su programa de mximos polticos en 1975, pero mientras le es concedido el premio Nobel de Economa Milton Friedmann, a pesar de las reacciones en contra en todo el mundoy de la manifestacin expresa de rechazo de algunos asistentes a la ceremonia de la entrega del galardn. En 1978, Deng Xiaoping emprendi los primeros pasos decisivos hacia la liberalizacin de una economa comunista en un pas que integra la quinta parte de la poblacin mundial. En el plazo de dos dcadas, el camino trazado por Deng iba a transformar China, un rea cerrada y atrasada del mundo, en un centro de dinamismo capitalista abierto con una tasa de crecimiento sostenido sin precedentes en la historia de la humanidad. En la costa opuesta del Pacfico, y bajo circunstancias bastante distintas, Paul Volcker asumi el mando de la Reserva Federal de Estados Unidos en julio de 1979, y en pocos meses ejecut una drstica transformacin de la poltica monetaria. A partir de ese momento,la Reserva Federal se puso al frente de la lucha contra la inflacin, sin importar las posibles consecuencias (particularmente, en lo relativo al desempleo). Al otro lado del Atlntico, Margaret Thatcher ya haba sido elegida primera ministra de Gran Bretaa enmayo de 1979, con el compromiso de domear el poder de los sindicatos y de acabar con el deplorable estancamiento inflacionario en el que haba permanecido sumido el pas durante la dcada anterior. Inmediatamente despus, en 1980, Ronald Reagan era elegido presidente de Estados Unidos y, armado con su encanto y con su carisma personal, coloc a Estados Unidos en el rumbo de la revitalizacin de su economa apoyando las acciones de Volcker en la Reserva Federal y aadiendo su propia receta

  • de polticas para socavar el poder de los trabajadores, desregular la industria, la agricultura y la extraccin de recursos, y suprimir las trabas que pesaban sobre los poderes financieros tanto internamente como a escala mundial. Una vez ganada una batalla ideolgica perdida treinta aos atrs, la victoria en la batlla poltica estuvo al alcance a travs de la doctrina del sock de Milton Friedmann. Tras la cada del muro de Berln en 1989 el nico elemento antagonista del capitalismo mundial se encontrabaen los partidos socialistas de todo el mundo, particularmente en los europeos. Pero tras la firma de los dirigentes socialistas brinico y aleman, Blair y Schoeder, de la declaracin conjunta que configuraba la Tercera Va como esencia del nuevo socialismo, que aceptaba los fundamentos del capitalismo en su versin neoliberal y que reduca la posibilidad de las propuestas a ocasionales correcciones de los efectos de las polticas neoliberales y no de sus causas, el xito de los neoliberales fue total.

    Fukuyama describi este momento como el fin de la historia, reconociendo la imposibilidad estructural que se haba impuesto en el nuevo orden internacional de que opciones alternativas al orden neoliberal pudiesen operar en el escenario poltico internacional. Sin embargo, una nueva crisis de deuda en Amrica Latina fue el germen de procesos polticos y econmicos que buscaron, y lo siguen haciendo en el presente con distinta fortuna, abrir una nueva etapa de emancipacin de la sociedad. Europa, actualmente, reproce algunos elementos de ese proceso de emancoipacin abierto tras un periodo de crisis econmica, poltica y social.

    Crticas al neoliberalismo

    La primera crtica al sistema capitalista financiero fue la que hizo Marx a mediados del siglo XIX. Si bien an no estaba configurado el neoliberalismo, merece la pena prestar atencin a su anlisis del funcionamiento del capitalismo, que incluye una filosofa de la historia y una sociologa implcitas muy fecundas conceptualmente.

    La teora de Marx distingue entre fuerzas de produccin, que es la capacidad de una sociedad para producir (conocimientos cientficos y tcnicos, materias primas y trabajo en s mismo) y las relaciones de produccin, que se establecen entre propietarios entres, entre propietarios y asalariados y entre stos mismos, materiaizadas en un ordenamiento jurdico. As, concibe el curso de la historia como la secuencia de estadosde fuerza de produccin que determinan las relaciones de produccin. En el capitalismo, sin embargo, las fuerzas de produccin evolucionan, pero no ocurre as con las relaciones de produccin y propiedad; estas se mantienen, o cambian demasiado lentamente. La consecuencia, es que tan slo la alta burguesa se ve beneficiada del progreso econmico.

    La consecuencia de la contradiccin entre fuerzas y relaciones es una polarizacin social, germen del cambio revolucionario motor de la historia, que dar lugar a una supreacin del capitalismo y la implantacin del comunismo. En el esquema de Marx, la revolucion no es un hecho contingente, sino necesario, regido por leyes histricas

  • determinadas, como la lucha de clases. Por ello, es consustancial al capitalismo ser sustituido por el comunismo, una vez que su curso natural conduzca a una pauperizacin progresiva de la sociedad y haga inviable econmicamente para los empresarios insistir en dico modelo debido al descenso tendencial de la tasa de ganancia. Sin embargo el comunismo no ha tirunfado. El capitalismo ha mutado tras cada una de sus crisis mostrndose verstil ante cada una de sus dificultades. Actuamente, su formaneoliberal ha finaciarizado al extremo su funcionamiento, haciendo ms productivas las rentas del capital que las rentas del trabajo (El capital en el siglo XXI, Thomas Piketty). No hay una ley del descenso de la ganancia como propone Marx, ni el capitalismo lleva en s el germen de su destruccin.

    Pero una nueva crtica, innovadora en tanto que atenda de forma indita a las consecuencias socieales e institucionales del capitalismo desde sus diferentes desarrollos hasta el neoliberalismo, fue llevada a cabo a finales de la dcada de 1970 por Michel Foucault. Para Foucault, los Esados modernos se haban gubernamentalizado en extremo a partir del siglo XVIII, y haban dibujado tres espaciosde gobierno: la poblacin como objetivo, la economa poltica como saber y los dispositivos de seguridad como instrumentos tcnicos.

    As, para Foucault, en contra del mito fundacional de la ciencia poltica moderna, de cuo liberal, las sociedades no surgen del pacto libre entre personas, que ceden su derecho natural subjetivo a una figura que los objetiviza en la forma del Estado y sus leyes. Antes al contrario, las sociedades surgen al calor de las disputas y las batallas, de la victoria de unos sobre otros que configura las relaciones de poder; es decir, para quehaya una ley antes tiene que haber un perdedor en la disputa social. La novedad que introduce el neoliberalismo es que introduce desde la economa una nueva forma de gobernalidad.

    No se reducen, pues, las tesis del neoliberalismo simplemente de una opcin econmica, sino que suponen una reestructuracin, a escala general, de las relaciones de poder. Concretamente, la sustitucin del Estado por el mercado como mbito de deliberacin econmica no implica nicamente una opcin macroeconmica, sino que configura unas relaciones de poder determindas, que son las que se persiguen. As, el neoliberalismo en Foucault no es un sistema econmico sino gubernamental.

    Si para Foucault el Estado no es otra cosa que una tecnologa de poder, el mercado representa otra tecnologa de poder. En este sentido, esta reestructuracin de las tecnologas de gobierno, ms que ser pensadas desde una oposicin entre mercado y Estado, ha de ser pensada como una reconfiguracin de las relaciones entre Estado y mercado; o de otra forma, ms que una sustitucn del epicentro del poder de lo pblico a lo privado, es una reconfiguracin de sus relaciones como expresin del poder de la sociedad civil y del poder poltico. Y da un paso ms, advirtiendo que en realidad estas distinciones son ficciones.

  • El resultado social e institucional a que ha dado lugar el neoliberalismo, dice Foucault, es una sociedad disciplinaria, una sociedad de control y coaccin de la poblacin, que ejerce su poder mediante instituciones, creadas en el mismo perodo de desarrollo del capitalismo, como los hospitales (psiquatricos sobre todo), las escuelas, (que estandarizan la educacin), el cuartel, las fbricas, etc. que se muestran como instituciones mediante las que el poder ejerce su coaccin al conjunto de la sociedad. Segn Foucault, el poder soberano no se muestra ya, a partir del siglo XVII como poder de muerte sobre el sbdito, a modo de Dios, sino como el poder de disciplinar.

    Pero una nueva crtica nos advierte de la escasa capacidad del concepto foucaultiano de sociedades disciplinarias para describir las cualidades del poder en un mundo domindo por el neoliberalismo, cuyas formas de poder no son coaccitivas, sino que estan cargadas de una positivivdad que invita al propio seujeto a la autoexploacin. Esta es la Crtica que realiza el coreano Byung-Chul Han en su opsculo que, parafraseando a a Foucault, titula Psicopoltica.

    Si en El naciemiento de la biopoltica Foucault describe el poder neoliberal como dirigido a controlar y dirigir a la poblacin, a travs de instituciones y de prohibiciones dirigidas al sometimiento de la voluntad, Han muestar de forma sutil y contundente cmo ese esquema ineficiente en la sociedad actual. El poder neoliberal, para el coreano, Adquiere una forma sutil, flexible, inteligente, y escapa a toda visibilidad. El sujeto sometido no es siquiera consciente de su sometimiento. El el entramado de dominacin le queda totalmente oculto. De ah que se presuma libre (Psicopoltica, pg 16).

    Si bien la sociedad desiciplinaria se organiza como un cuerpo, el poder neoliberal tal ycomo lo ve Han es ms bien un alma, pues vivimos en una fase histrica especial en la que la libertad misma da lugar a coacciones. La libertad del poder hacer genera incluso ms coacciones que el disciplinario deber. El deber tiene un lmite, el poder hacer no tiene ninguno. Es por ello que la coaccin del poder hacer es ilimitada, pues el sujeto de rendimiento, que se pretende libre, es en realidad un esclavo. Un esclavo absoluto, en la medida en que sin amo alguno se explota de forma voluntaria. No tiene frente a s un amo que le obligue a trabajar. El sujeto del rendimiento absolutiza la mera vida y trabaja. Este tipo de sociedad es descrita en otra obra del coreano, que la denomina La sociedad del cansancio: el hombre cede su soberana y su libertad. Pero lo ms llamativo es que el propio amo ha renunciado tambin a la libertad al convertirse en explotador de s mismo. Ha interiorizado la represin y se ve abocado al cansancio y la depresin. Pero el cansancio y la depresin no se pueden interpretar como alienacin, en el sentido tradicional marxista. Solo la coercin o la explotacin llevan a la alienacin en una relacin laboral. En el neoliberalismo desaparece la coercin externa, la explotacin ajena. En el neoliberalismo, trabajo significa realizacin personal u optimizacin personal. Uno se ve en libertad. Por lo tanto, no llega la alienacin, sino el agotamiento. Uno se explota a s mismo, hasta el colapso. En

  • lugar de la alienacin aparece una autoexplotacin voluntaria (LSC)

    El proceso que Han muestra es el de una progresiva disolucin de los lazos sociales, mediante una operacin en la que la autoexigencia de la sociedad del rendimiento localiza el focus de toda potencialidad nicamente en el individuo. Slo el individuo, o ms concretamente el yo concreto, puede hacerse responsale de conseguir las metas que cada cual se propone. Lo que opera en este sistema, pues, es una destruccin paulatina de los elementos de sociabilidad que, recordemos, como deca Rousseau en el Cotrato Social: los hombres [] no tienen otro medio de conservacin que el de formar por agregacin una suma de fuerzas capaz de sobrepujar la resistencia. Se trata, pues, en la sociedad tpica neoliberal en la que estamos inmersos, de diluir toda conciencia colectiva en una amalgama amorfa de voluntades individuales incapaces de concebir las potencialidades de la accin en comn.

    La tarea, pues, del pensamiento filosfico de nuestros das debe afrontar, entre otras, esta problemtica de la disolucin de la conciencia social y, por consiguiente, del contrato social que fundamenta las sociedades modernas, no desde una perspectiva histrica sino dialgica. La sociedad no tiene sentido meramente como una colectividad de individuos interactuando en situaciones de mercado, es decir, de clculo de preferencias y costes, que prescribe el neoliberalismo. Sin egar la existencia de esferas en las que la situacin de mercado pudiera resultar til para la sociedad (como escenario de transmision de informacin sobre preferencias), stas no pueden estar ms que incluidas en un todo ms amplio, la sociedad civil, cuya esencia es la coperacin y la consecucin de fines que trascienden la potencialidad del individuo.

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