Historiografia española contemporanea

27
1 10.Historiografía española contemporánea Síntesis elaborada por Msc. Lilly Soto Vásquez

Transcript of Historiografia española contemporanea

1

10.Historiografía española contemporánea

Síntesis elaborada por Msc. Lilly Soto Vásquez

2

Entre tanto, las universidades españolas se vacían por la Guerra Civil y el exilio interior y exterior.

3

A la mitad del siglo XX podía contemplarse repartido por todo el mundo un nutrido grupo de individualidades: Ramón Menéndez Pidal, Américo Castro, Claudio Sánchez Albornoz, Julio Caro Baroja, José Antonio Maravall, Jaume Vicens Vives (a quien se debe entre otras aportaciones, la creación del Índice Histórico Español en 1952), Antonio Domínguez Ortiz, Luis García de Valdeavellano, Ramón Carande y Thovar...

4

En la posguerra se crea el CSIC, en cuyo organigrama se incluyen departamentos de historia.

5

La requisa de papeles por el bando vencedor con fines represivos y su concentración permitirán el funcionamiento de una sección del Archivo Histórico Nacional en Salamanca especializada en la Guerra Civil Española (desde 1999 denominado Archivo General de la Guerra Civil Española).

6

Fue centro de una polémica que trascendió el ámbito de lo historiográfico para entrar completamente en el ámbito de lo político, muy intensa entre 2004 y 2006, por la devolución a la Generalidad de Cataluña de los originarios de esta institución y de otras catalanas (los llamados papeles de Salamanca), que se puede considerar como parte de la polémica simultánea en torno a la llamada recuperación de la memoria histórica.42

7

En la segunda mitad del siglo XX se produce una intensa renovación metodológica en todas las ramas de la ciencia histórica, y se multiplican los departamentos universitarios.

8

Algunos historiadores vuelven del exilio, donde se habían mantenido como referentes de una forma de hacer historia no sometida a censura, es el caso de Manuel Tuñón de Lara, preocupado por la reflexión metodológica (materialismo histórico) a la vez que mantiene una postura militante en política.

9

Es de destacar la labor efectuada, también en Francia, por la Editorial Ruedo Ibérico, cuyos libros se distribuían de forma semiclandestina, así como de algunas en México (Fondo de Cultura Económica).

10

Hay una división clara entre una minoría de historiadores conservadores (Luis Suárez Fernández, Ricardo de la Cierva) y una mayoría abiertos a las nuevas tendencias, que no forman una corriente historiográfica unida. Ver Gonzalo Anes, Julio Aróstegui, Miguel Artola, Ángel Bahamonde, Bartolomé Clavero, Manuel Espadas Burgos, Manuel Fernández Álvarez, Emiliano Fernández de Pinedo, Josep Fontana, Jordi Nadal, Gabriel Tortella, Javier Tusell, Julio Valdeón Baruque...

11

Son reseñables las figuras destacadas en campos de estudio concretos: la de Francisco Tomás y Valiente y Alfonso García-Gallo en la historia del Derecho, la de Emilio García Gómez en el arabismo, la de Guillermo Céspedes del Castillo en americanística, la de Antonio García y Bellido y Antonio Blanco Freijeiro en la arqueología, las de Pedro Bosch Gimpera, Luis Pericot, Juan Maluquer o Emiliano Aguirre en la prehistoria (la de éste último vinculada al inicio del excepcional yacimiento de Atapuerca, cuyo estudio es continuado por Juan Luis Arsuaga, Eudald Carbonell y José María Bermúdez de Castro que han puesto a la prehistoria española en el centro de la atención mundial).

12

10.1. Historia excéntrica. La mixtificación. Falsear la historia

13

No puede dejarse de referir lo que podría llamarse la historia excéntrica, o alejada del "consenso" o campo central del trabajo de los historiadores "oficiales".

14

Siempre ha habido literatura semejante, y podría recordarse un ejemplo notable, como Ignacio Olagüe y su libro La Revolución islámica en Occidente, que pretendía probar la inexistencia de invasión árabe en el siglo VIII, y que obtuvo algún eco en los años 1960 y 1970.43

15

En la actualidad el debate en torno a la Segunda República Española, la Revolución de octubre de 1934 y la Guerra Civil Española, que afecta incluso a cuestiones tan aparentemente peregrinas como qué fecha tomar como comienzo de ésta,44 está llenando los estantes de los supermercados con una literatura que algunos llaman revisionismo histórico, por paralelismo con el negacionismo del Holocausto.

16

La necesidad de que determinadas afirmaciones o negaciones historiográficas sean objeto de sanción penal es objeto de debate.45

17

Lenin se dirige al Ejército rojo en 1920. Trotsky aparece más abajo a su izquierda, derecha de la foto.

18

Con Stalin, el pasado ya no es lo que era: Trotsky no sale en la foto.

19

No es la española la única historiografía que debe enfrentarse con la excentricidad: el caso más llamativo de los últimos años ha sido seguramente el de la atribución del descubrimiento de América al almirante chino Zheng He.46

20

Sobrepasar la frontera de la historia excéntrica es entrar de lleno en el fraude histórico, en el que hay egregios precedentes: desde la Donación de Constantino (que justificó el poder temporal de los papas) a los Protocolos de los Sabios de Sión (que alimentaron el antisemitismo y están en el origen de la Conspiración Judeomasónica).

21

El caso reciente más estrafalario (sin llegar al éxito de los anteriores, por lo que como mucho se puede comparar a los intentos fallidos de falsificar la historia, como los plomos del Sacromonte), es el de los famosos (y falsos) Diarios de Hitler publicados por la revista Stern en 1983, con los que un historiador tan serio como Trevor Roper fue engañado o se dejó engañar.

22

El último en desvelarse, de momento, es el de los documentos falsificados e introducidos en archivos británicos que sustentaron los libros donde Martin Allen revelaba extrañas conspiraciones durante la Segunda Guerra Mundial.47

23

La utilización de la historiografía para falsear la historia es tan antigua como la propia disciplina (habría que remontarse al menos hasta Ramsés II y la batalla de Kadesh), pero en el siglo XX la capacidad que alcanza el Estado y los medios de comunicación de masas (llamados cuarto poder) permitieron a los regímenes totalitarios jugar con la posibilidad de cambiar la historia, no sólo hacia el futuro, sino hacia el pasado.

24

La novela 1984 de George Orwell (1948) es un testimonio de lo verosímil que esto resultaba. Las fotografías retocadas fueron una especialidad no sólo de Stalin contra Trotsky, sino del mismo Francisco Franco con Hitler.48

25

El propio Winston Churchill tenía claro, incluso desde la democracia, que "La historia será amable conmigo, porque tengo la intención de escribirla".49

26

La reflexión acerca de si la Historia es escrita por los vencedores es una tarea más propia de los filósofos de la historia.

27

Lo cierto es que en historia todo cambia, nada es permanente, y mucho menos su ocultamiento, como prueba el debate sobre la subasta al alza de malignidad entre izquierdas y derechas, que aún dará para muchos libros como el de Stéphane Courtois (El libro negro del comunismo, 1997) y su respuesta El libro negro del capitalismo.