Historiografía Sobre Pobreza y Caridad en La Época Moderna

download Historiografía Sobre Pobreza y Caridad en La Época Moderna

of 24

Transcript of Historiografía Sobre Pobreza y Caridad en La Época Moderna

  • 8/17/2019 Historiografía Sobre Pobreza y Caridad en La Época Moderna

    1/24

     

    Entre historia social e historia cultural: La historiografía sobre pobreza y caridad en laépoca Moderna

    Author(s): Mónica Bolufer Peruga

    Source: Historia Social , No. 43 (2002), pp. 105-127

    Published by: Fundacion Instituto de Historia Social

    Stable URL: http://www.jstor.org/stable/40340812

    Accessed: 17-05-2016 19:44 UTC

     

    Your use of the JSTOR archive indicates your acceptance of the Terms & Conditions of Use, available at

    http://about.jstor.org/terms

     

    JSTOR is a not-for-profit service that helps scholars, researchers, and students discover, use, and build upon a wide range of content in a trusted

    digital archive. We use information technology and tools to increase productivity and facilitate new forms of scholarship. For more information about

    JSTOR, please contact [email protected].

    Fundacion Instituto de Historia Social  is collaborating with JSTOR to digitize, preserve and extend accessto Historia Social 

    This content downloaded from 200.89.69.88 on Tue, 17 May 2016 19:44:08 UTCAll use subject to http://about.jstor.org/terms

  • 8/17/2019 Historiografía Sobre Pobreza y Caridad en La Época Moderna

    2/24

     Perspectives

     historiogrdficas

     ENTRE HISTORIA SOCIAL E HISTORIA

     CULTURAL LA HISTORIOGRAFIA

     SOBRE POBREZA Y CARIDAD

     EN LA EPOCA MODERNA

     Monica Bolufer Peruga

     En 1978, en el volumen colectivo La Nouvelle Histoire, obra emblematica de los estudios

     historicos desarrollados por la tercera generation de Annales, Jean Claude Schmitt refle-

     xionaba sobre un tema, La historia de los marginados , que habia empezado por entonces

     a cobrar relevancia, al calor de la eclosion de la historia social y de la voluntad de restituir

     el protagonismo a los sujetos historicos silenciados y excluidos (Schmitt, 1988). Mas de

     veinte anos separan el momento actual de nuestra disciplina de aquel balance sobre un

     objeto historiografico que en los anos 1970 aparecia como novedoso. Veinte anos enorme-

     mente significativos en la transformation de la Historia, por cuanto que en ellos se han

     producido una serie de evoluciones teoricas, metodologicas y tematicas apenas en ciernes

     hace dos decadas. Entre las lineas maestras del cambio, cabe mencionar el desgaste de la

     historia estructural, basada en las grandes explicaciones y en el uso casi exclusivo de meto-

     dos cuantitativos, en favor de los analisis en detalle y los enfoques microhistoricos, el des-

     credito del determinismo materialista y la exploration de nuevas vias para escribir una his-

     toria sensible al protagonismo de los individuos, la incorporation de la perspectiva de

     genero o la creciente sensibilidad hacia los usos del lenguaje. Las siguientes reflexiones se

     inscriben en el contexto de esas trascendentales mutaciones historiograficas. Mas que ofre-

     cer un estado de la cuestion de la historiografia de las ultimas decadas acerca de la

     pobreza y la asistencia en la Europa moderna, nos interesa tomarla como ejemplo signifi- ■

     cativo de la evolution de la Historia en el siglo que acabamos de cerrar y como ocasion I

     para reflexionar sobre los debates e inquietudes actuales de la disciplina. I

     Historia Social, n.° 43, 2002, pp. 105-127. | 1 05

    This content downloaded from 200.89.69.88 on Tue, 17 May 2016 19:44:08 UTCAll use subject to http://about.jstor.org/terms

  • 8/17/2019 Historiografía Sobre Pobreza y Caridad en La Época Moderna

    3/24

     Aunque los estudios historicos sobre los sistemas asistenciales, catolicos y protestan-

     tes, nacieron a principios del siglo xx, en relation con el debate sobre los origenes cultura-

     les y religiosos del capitalismo, fue a partir de los anos 1970 cuando las investigaciones

     sobre la pobreza experimentaron un particular impulso. Constituyeron una de las principa-

     les manifestaciones de la nueva historiografia comprometida en restituir protagonismo a los

     sujetos olvidados de la historia (pobres, enfermos, locos, delincuentes, heterodoxos) y con-

     tribuyeron a cuestionar las visiones parciales y excesivamente optimistas que veian en los

     siglos modernos la historia de un progreso casi ininterrumpido hacia la consolidation de la

     economia capitalista. Pronto, en efecto, se hizo evidente que el estudio de la marginalidad

     no se reducia a la justa reparation de una exclusion, sino que apuntaba al corazon mismo

     de la dinamica historica. Asi, durante los anos 70 y 80 se afianzo la conviction de que la

     pobreza, la caridad y la asistencia constituian temas centrales para aprehender la organiza-

     tion y evolution de las sociedades, sus sistemas de valores, actitudes y mentalidades colec-

     tivas, al tiempo que se desvanecia la idea, implicita en algunos estudios iniciales, de que la

     pobreza constituia un problema propio de las precarias economias preindustriales, demos-

     trandose que la formation del mundo moderno y la transition del feudalismo al capitalis-

     mo habian tenido sus costes sociales en forma de pauperization y politicas mas represivas

     de control de la poblacion marginal. El analisis historico de la pobreza adopto a partir de

     esos anos dos perspectivas distintas y complementarias. De un lado, el estudio del paupe-

     rismo vinculado a las estructuras y coyunturas economicas que, partiendo de estudios loca-

     les, aspiraba a ofrecer estimaciones a nivel nacional o europeo (Gutton, 1971 y 1974;

     Pullan, 1971 y 1994). De otro, el de las actitudes sociales frente a la pobreza, el valor sim-

     bolico que se le acordaba y las medidas legislativas y asistenciales con que las sociedades

     de Antiguo Regimen se enfrentaron a ella, enfoque que dio lugar a estudios de los tratadis-

     tas y de las representaciones literarias de la marginacion (Chartier, 1984; Bataillon, 1977;

     Geremek, 1991; Alonso, 1979; Maravall, 1986; Cavillac, 1994), de la subcultura de la

     pobreza (Riis, 1986 y 1990; Slack, 1988: 104-107; Jutte, 1994) o de los nexos, reales y

     simbolicos, entre pobreza, criminalidad y epidemia (Betran, 1990; Pullan, 1992).

     De ese modo, la historia de la pobreza ha constituido desde sus origenes un escenario

     para la relation entre historia social e historia cultural, que en muchos casos se ha estable-

     cido en terminos de yuxtaposicion no del todo bien resuelta, por ejemplo en la propuesta de

     Michel Mollat (1978) de deslindar el estudio de los pobres como realidad sociologica del

     de la pobreza como perception colectiva (Polica, 1976), pero que ha producido tambien,

     desde los primeros trabajos de historiadores doblemente vinculados a la historia social y la

     historia de las mentalidades (Gutton, 1974; Geremek, 1989), otros intentos fructiferos de

     aunar el enfoque socioeconomico con el cultural. Superar las distinciones rigidas entre

     aproximaciones sociologicas y culturales al fenomeno de la pobreza, la asistencia y la cari-

     dad constituye una aspiration perceptible en muchos de los estudios mas recientes. Insatis-

     fechos con afiadir al estudio de los pobres reales el de las formas en que la sociedad los

     percibia, los historiadores vienen ensayando conceptos que permitan captar el modo en que

     las categorias mentales condicionaban la action caritativa y el sentido que a estas les atri-

     buian los sujetos historicos, tanto asistidos como benefactores, como el de culturas asis-

     tenciales , que engloba tanto los modelos institucionales, actuaciones legislativas y practi-

     cas privadas de prevision y caridad como los valores sociales que a traves de ellas se

    This content downloaded from 200.89.69.88 on Tue, 17 May 2016 19:44:08 UTCAll use subject to http://about.jstor.org/terms

  • 8/17/2019 Historiografía Sobre Pobreza y Caridad en La Época Moderna

    4/24

     1. Revisiones del concepto historiogrAfico de pobreza

     Los estudios sobre pobreza, caridad y asistencia en el Antiguo Regimen incorporan

     siempre, de forma implicita o explicita, un interrogante fundamental cuya respuesta es

     menos obvia de lo que pueda parecer: £que es un pobre? Apoyandose en la moderna teoria

     sociologica, la historiografia especializada viene recordandonos que la pobreza constituye

     un concepto relativo, vinculado a las expectativas que sobre necesidades y carencias alber-

     ga una sociedad concreta, es decir, a realidades culturales y no meramente biologicas, por

     lo que su definition resulta dificil (Carbonell, 1990: 53; Woolf, 1989: 96). Por aiiadidura,

     en el Antiguo Regimen la pobreza resultaba una realidad no marginal, sino extensa y enrai-

     zada en el propio sistema social y economico, un peligro recurrente para las clases popula-

     res mrales y urbanas que vivian al filo de la supervivencia, de modo que el estudio de la

     pobreza en sentido amplio, como ha venido senalando Grendi, es el estudio de una socie-

     dad pobre .

     Esa realidad compleja se traduce en las distinciones sutiles que los propios contempo-

     raneos establecian entre distintos tipos de pobres, pero tambien en los afanes de los histo-

     riadores por diferenciarlos con precision entomologica. Unos y otros tienden a utilizar la

     notion de pobreza en un doble sentido. El primero, amplio, define la pobreza como una

     situation de precariedad economica, proxima a la experiencia de todas las clases populares:

     por ejemplo, en las palabras, de lucidez estremecedora, de una mujer ingresada en 1777 en

     la Casa de Misericordia de Barcelona, citadas por Montserrat Carbonell en su estudio de

     esta institution. l Asi, para el humanista Lluis Vives, pobre es todo aquel que necesita de

     la ayuda de otro y, segiin un moderno estudioso, quien carece de reservas o bienes y

     depende de su trabajo para ganarse la subsistencia (Gutton, 1974: 8). El segundo sentido,

     mas restringido, limita el calificativo de pobre a quien, de forma temporal o permanente,

     debia recurrir a la caridad para sobrevivir. Desde finales del siglo xvn, ambas situaciones

     comenzaron a diferenciarse hasta cuajar en las postrimerias del Antiguo Regimen en dos

     conceptos distintos, sistematizados por Jeremy Bentham en sus Ensayos sobre la ley de

     pobres de 1796: los de pobreza e indigencia . Sin embargo, el doble uso del termino

      pobreza sugiere que en las sociedades tradicionales la pendiente que llevaba de la preca-

     riedad y la estrechez a la necesidad apremiante era gradual, y la separation entre ambas cir-

     cunstancias fluida.

     Los historiadores han tratado de sistematizar esta compleja realidad distinguiendo con-

     ceptualmente entre distintos tipos o grados de pobreza. En un trabajo clasico, el medievalista

     Michel Mollat (1978) diferencio la pobreza movil u ocasional (la de los sectores pauperiza-

     bles ) de la pobreza permanente, subdividida a su vez esta en dos niveles: el del pobre inte-

     grado en la sociedad y el del marginado. Sin embargo, la distincion que ha hecho mas fortu-

     na es la propuesta por Gutton y Pullan, que representa la pobreza en el Antiguo Regimen

     con la metafora de los circulos concentricos: uno, el interior, ocupado por los llamados

     pobres estructurales (viejos, nifios, viudas, enfermos), imposibilitados, por enfermedad,

     edad o circunstancias sociales, para ganarse el sustento y por tanto dependientes de la bene-

     ficencia, y otro, el exterior, por los pobres coyunturales , a quienes una situation de crisis

     economica general o una circunstancia personal o familiar conflictiva (enfermedad tempo-

     ral, nacimiento de hijos, desaparicion del cabeza de familia) empujaba eventualmente a la

     pobreza. Una dualidad que otros prefieren denominar, con terminos importados de la demo-

     1 Som realment pobres tant que no tenim bens de raises, rendas, ni altres bens ab que sustentar-nos, sino

     de nostra suhor, y treball de les mans . Petition de Maria Sanges en 1777 para ingresar en la Casa de Misericor-

     dia (en Carbonell, 1997: 45).

     I 107

    This content downloaded from 200.89.69.88 on Tue, 17 May 2016 19:44:08 UTCAll use subject to http://about.jstor.org/terms

  • 8/17/2019 Historiografía Sobre Pobreza y Caridad en La Época Moderna

    5/24

     grafia historica, background level y crisis level of poverty, que podriamos traducir como

     pobreza ordinaria o habitual y catastrofica o de epoca de crisis (Slack, 1988: 39).

     ^Como identificar en las fuentes historicas y clasificar, de acuerdo con esas catego-

     rias, a los pobres? Los resultados dependen, obviamente, de los procedimientos utilizados

     por los historiadores. Estos han sido basicamente tres (Henderson y Wall, 1994: 1-28). El

     primero se basa en el porcentaje de ingresos que la poblacion del pasado dedicaba a la

     compra de alimentos para calcular umbrales de pobreza, teniendo en cuenta factores como

     el niimero de bocas a alimentar o miembros dependientes de la familia, la evolution com-

     parada de precios y salarios y los dias trabajados. Por ese procedimiento, se ha considerado

     que las familias europeas traspasaban el nivel de subsistencia o la frontera de la pobreza

     cuando se veian obligadas a gastar en alimentos entre un 50% y un 70% de sus ingresos

     (variable segun autores), linea por debajo de la cual se imponian severas privaciones en

     otros gastos. Un segundo metodo consiste en identificar y contar a los pobres a partir de

     fuentes fiscales, recuento que puede realizarse siguiendo dos tipos de criterio: uno restricti-

     vo, tomando como pobres tan solo a los que asi designan los documentos para justif icar su

     exencion del impuesto, u otro mas amplio, incluyendo tambien a aquellos contribuyentes

     situados en los tramos inferiores del recuento, es decir, sometidos al menor gravamen fis-

     cal. El tercero, por ultimo, se basa en los registros de las instituciones que les prestaban

     asistencia y en los censos de pobres establecidos por muchas ciudades europeas a partir del

     siglo xvi (Jiitte, 1994: 45-61). Todos estos metodos presentan sus problemas. El primero,

     porque, al establecer un umbral de pobreza fijo, no refleja el caracter relativo de la nocion

     de pobreza, dependiente de los cambios en el nivel de vida general. El segundo, porque la

     nocion fiscal de pobre no es, por exceso y a veces por defecto, sinonimo de pobreza real: la

     escala de imposition y el minimo de renta exigible para constituirse en contribuyente po-

     dian variar, y con ella la parte de la poblacion legalmente exenta de pago en razon de su

     indigencia. El ultimo, porque los registros asistenciales y censos de pobres no son conti-

     nuos ni exhaustivos, pues se elaboraban tan solo en coyunturas especialmente criticas y de

     ellos escapaban, voluntaria o inadvertidamente, una buena parte de la poblacion en dificul-

     tades. Todas esas reservas explican la habitual disparidad que ofrecen los resultados cuanti-

     tativos e imponen prudencia a la hora de compararlos en el tiempo y en el espacio, pues las

     propias nociones de pobreza implicitas en las fiientes no son, con gran frecuencia, equipa-

     rables.

     Sin embargo, las objeciones recientes a este tipo de estudios van mas de alia de recor-

     dar la necesaria cautela en el uso de las fuentes e incluso de advertir que el concepto de

     pobreza manejado por los agentes de la administration no es identico en distintos lugares,

     momentos y circunstancias ni siempre concordante con el utilizado por el historiador. Las

     criticas apuntan al propio eje de toda una poderosa tradition de investigaciones historicas,

     propia de los aiios 1950-70, que tenia como objetivos primordiales el analisis cuantitativo y

     la clasificacion taxonomica. Se ha venido seiialando que dicho enfoque partia de una con-

     ception en cierta medida estatica del fenomeno de la pobreza y de una distincion demasia-

     do tajante tanto entre los pobres y el resto de la sociedad como, dentro de aquellos, entre

     pobres estructurales y coyunturales. Hoy la historia social tiende, en cambio, a estudiar la

     pobreza como un fenomeno dinamico y mutante, entendiendola en el sentido de procesos

     de pauperization, y a enfocarla desde la experiencia de los pobres, centrandose en sus

     estrategias de vida y presentandolos no como individuos aislados, sino como sujetos inser-

     en redes sociales y relaciones familiares, comunitarias y clientelares (Woolf, 1989;

     Henderson y Wall, 1994; Carbonell, 1997).

     Este cambio de enfoque ha producido resultados visibles en las ultimas decadas. Por

     una parte, se ha subrayado que la frontera de la miseria no constituia una linea de separa-

     tion nitida entre los pobres y el resto de la poblacion, sino un espacio fluido que atravesa-

    This content downloaded from 200.89.69.88 on Tue, 17 May 2016 19:44:08 UTCAll use subject to http://about.jstor.org/terms

  • 8/17/2019 Historiografía Sobre Pobreza y Caridad en La Época Moderna

    6/24

     ban individuos y familias en distintos momentos de su ciclo de vida. Pero ademas, ese

     umbral no puede calcularse en funcion unicamente del salario del cabeza de familia, sino

     que los modelos deben tomar en consideration que la subsistencia de las unidades familia-

     res en el Antiguo Regimen dependia de las aportaciones que a la economia domestica reali-

     zaban todos sus miembros en edad y en condiciones de trabajar (Woolf, 1989: 24-25). Asi

     pues, en los estudios de demografia historica e historia social se han elaborado modelos

     que, partiendo del clasico de Rowntree para la ciudad de York en el siglo xix, ponen en

     relation el ciclo de pobreza con el ciclo familiar. De ese modo, se han identificado tres

     etapas de la vida en las que aumentaba el peligro de pobreza: durante la infancia, que ponia

     a prueba las posibilidades de subsistencia de las familias, forzando en ocasiones al abando-

     no de los pequenos; en la edad adulta, despues del matrimonio y durante la primera edad de

     los hijos, cuando se acumulaban las bocas que mantener, y en la vejez, al disminuir, por

     incapacidad fisica, las posibilidades de ganarse el sustento. A esas tres situaciones respon-

     dia el mayor niimero de casos documentados entre los receptores de la caridad. Pero ade-

     mas, bajo el impulso de los analisis sociologicos e historicos sobre pobreza y genero, como

     veremos mas adelante, se ha corregido el esquema de Rowntree para incorporar la variable

     del sexo. Desde la perspectiva que trata de integrar la experiencia de la pobreza en el con-

     texto de los modelos y las relaciones familiares, se ha debatido tambien sobre que formas

     de familia entre las habituates en Europa suponian un mayor riesgo de pobreza, fuese,

     como argumento Peter Laslett, el sistema de familia nuclear predominante en la Europa

     noroccidental, que dejaba desprotegidos a los individuos solos, celibes o viudas, o, segiin

     sostiene Paolo Viazzo, el modelo meridional de matrimonio (Henderson y Wall, 1994). Son

     estas algunas de las vias por las cuales los estudios sobre el concepto de pobreza han evolu-

     cionado en el sentido de una mayor complejidad teorica y refinamiento metodologico.

     2. El poder de nombrar. Configuraci6n del campo semantico de la pobreza

     en el Antiguo Regimen

     Los criterios de clasificacion de los pobres elaborados de forma retrospectiva por los

     historiadores no pueden ignorar la importancia de las categorias que en la propia epoca

     manejaban los contemporaneos y en especial las autoridades encargadas de organizar la

     asistencia y la represion, configurando esquemas clasificatorios con frecuencia muy com-

     plejos. 2 La rica terminologia de la pobreza, la frondosidad del lenguaje que a ella se refiere

     en las distintas lenguas europeas y lo sutil de las distinciones traslucen el esfiierzo de orde-

     nar el mundo social de acuerdo con categorias perfectamente tipificadas, a las que se aso-

     ciaban connotaciones morales diferenciadas y se asignaban tratamientos asistenciales y

     penales diversos. Asi, la diferencia establecida por William Harrison en 1576 entre tres

     tipos de menesterosos: pobres por impotencia , por azar y pobres ociosos -thriftless-,

     divididas a su vez en otras varias segiin las causas de la pobreza: enfermedad o defectos

     fisicos, vejez, guerra, aumento demografico, alza de precios, malas cosechas y crisis de

     subsistencia, pero tambien derroche y vicios , constituye un ejemplo significativo que

     evoca tanto la variedad de circunstancias que arrastraban a la pobreza como la creciente

     hostilidad hacia aquellos pobres a quienes se consideraba indignos de ayuda.

     2 Hasta 25 categorias distintas de pordioseros falsos podian enumerar en el siglo xv los magistrados de

     Basilea (Davis, 1993); vease tambien Giusberti (1982). Por limitaciones de espacio hemos eliminado de la redac-

     tion original de este articulo un extenso apendice dedicado al lenguaje de la pobreza en fuentes literarias y nor-

     mativas, que publicaremos en nuestro trabajo en preparation Pobreza, mendicidad y asistencia en Europa en el

     siglo xvi .

     I 109

    This content downloaded from 200.89.69.88 on Tue, 17 May 2016 19:44:08 UTCAll use subject to http://about.jstor.org/terms

  • 8/17/2019 Historiografía Sobre Pobreza y Caridad en La Época Moderna

    7/24

     Las categorias manejadas por los tratadistas de la caridad, plasmadas en la legislation

     aprobada por autoridades civiles y eclesiasticas y utilizada por las instituciones de benefi-

     cencia, se traducian en decisiones concretas sobre que tipo de asistencia proporcionar (o

     negar) a cada sujeto en fancion de su adscripcion a una de ellas: en especie o monetaria, a

     domicilio o mediante el ingreso en una institution (hospital, orfanato, inclusa, recogimien-

     to de doncellas o casadas, casa de correction...). Por ejemplo, la detention y condena como

      vagabundos constituia, para una amplia gama de individuos (trabajadores eventuales,

     vendedores ambulantes...) situados en la frontera entre la respetabilidad social y la margi-

     nalidad, un peldano en la escala descendente de la degradation social: castigar a una per-

     sona como vagabunda contribuia a convertirla en tal (Slack, 1988: 92-99). Asi pues, el

     desarrollo durante el Antiguo Regimen de esquemas clasificatorios cada vez mas comple-

     jos para identificar y diferenciar a los pobres constituye un signo de la evolution de las

     mentalidades colectivas y las estructuras sociales y, lejos de representar tan solo una ver-

     tiente ideal , literaria e iconografica, del problema de la pobreza, distinta de su evolution

      real , mensurable en terminos de cifras y porcentajes, constituye en si mismo un fenome-

     no social y politico. Un ejercicio de poder, el poder de nombrar, es decir, de asignar a los

     individuos una identidad social fija y cargada de significados valorativos y con frecuencia

     peyorativos, situandolos bajo el signo de la marginacion y justif icando un tratamiento asis-

     tencial con buenas dosis de coercion.

     La clasificacion de los pobres incluia elementos diversos, entre los que se contaban la

     edad, el sexo, estado de salud, origen, condition familiar, oficio o grado de respetabilidad

     social y moral del sujeto. Sin embargo, la clave discriminatoria en la casuistica asistencial y

     en la legislation a partir de la Baja Edad Media la constituyo la dicotomia entre el pobre

      digno e indigno , verdadero o falso , consolidada a lo largo del Quinientos como

     concepto basico a traves del cual los contemporaneos organizaban su vision del orden

     social. Pobre verdadero era el pobre involuntario, incapaz, por su edad, salud o circuns-

     tancias, de ganarse el sustento y por ello acreedor a la caridad: fundamentalmente, por defi-

     nition, los enfermos y tullidos, nifios, viejos y viudas. Pobre falso era, en cambio, el

      ocioso , de quien se decia que rehuia voluntariamente trabajar e incluso fingia achaques y

     enfermedades para mover a compasion, y al que en epoca medieval y moderna se atribuian

     todo tipo de vicios fisicos y morales: contagio de enfermedades y plagas, tendencia al cri-

     men, el desorden social, el libertinaje sexual y la irreligion. 3 Los rigidos criterios de la res-

     petabilidad social introducian tambien otra importante distincion entre pobres de solemni-

     dad , aquellos cuya pobreza era publicamente reconocida y certificada a efectos de recibir

     asistencia, y pobres vergonzantes (los pauperes verecundi medievales), personas honora-

     bles sumidas temporalmente en la pobreza, a quienes se reconocia el derecho a mantener su

     honor y se les protegia de la humiliation asociada al conocimiento piiblico de su estado,

     mediante formulas de ayuda particulares (como la asistencia domiciliaria) que guardaban la

     reserva y el anonimato (Ricci, 1983). El significado de esta ultima categoria se transformo

     de forma reveladora a lo largo del Antiguo Regimen, haciendose mas restrictivo: por ejem-

     plo, en los territorios italianos la notion de pobres vergonzantes paso de comprender en

     los siglos xvi y xvn a artesanos y comerciantes empobrecidos a abarcar tan solo a personas

     de los estamentos privilegiados, signo de una degradation de los valores corporativos que

     tendia a excluir a los grupos inferiores, a quienes ya no se reconocia, a principios del siglo

     xix, un honor de cuerpo que defender (Politi, 1980: 862).

     110 I

     3 Como muestran las agrias representaciones del falso mendigo en Sebastian Brandt, La nave de los

     necios (1494), Tomas Moro {Utopia, 1516), Erasmo (Elogio de la locura, 1511, y Coloquio de los mendigos,

     1524) y Lluis Vives (Socorro de los pobres, 1526), o los grabados incluidos en la obra de Brandt o en el anonimo

     bajomedieval Liber vagatorum.

    This content downloaded from 200.89.69.88 on Tue, 17 May 2016 19:44:08 UTCAll use subject to http://about.jstor.org/terms

  • 8/17/2019 Historiografía Sobre Pobreza y Caridad en La Época Moderna

    8/24

     Criterio basico era tambien la condition de pobre local o forastero , que solia

     determinar la admision o la exclusion de una asistencia concebida y organizada en termi-

     nos locales y municipalistas (Giusberti, 1982). Asi sucedia en sociedades que fiincionaban

     por medio de mecanismos de patronazgo, protection y recomendacion, estructuradas en

     torno a organizaciones corporativas y regidas por valores de honor y status familiar, donde

     la confianza se cimentaba en el reconocimiento, personal o indirecto, de la filiation y con-

     ducta de cada individuo y en su pertenencia a la comunidad (Woolf, 1989: 35). En los esca-

     lones mas bajos de la gradation moral, el pobre indigno o falso se confundia con el

     vagabundo, termino que en una sociedad corporativa identificaba no tanto a la persona

     errante en un sentido de estricta movilidad geografica como a la desligada de los lazos

     sociales y de la pertenencia a cuerpos constituidos que constituian la base de la identidad

     social: el sin amo ( sans aveu o masterless ), sin oficio definido o domicilio fijo. El teo-

     logo dominico Domingo de Soto, al referirse en su Deliberation en la causa de los pobres

     (1545) a los vagabundos como quienes andan vagando sin necesidad ni utilidad , como

      ganado sin duefio , nos lego, en su castellano limpido y preciso, la definition mas exacta

     y brutal de un termino que evoca toda la desconf ianza suscitada en las sociedades de Anti-

     guo Regimen por aquellos individuos carentes de adscripcion en el rigido esquema esta-

     mental.

     La pobreza viciosa se asociaba tambien con otras categorias del campo de la delin-

     cuencia como las del picaro, el embaucador, gallofo o gallofero en castellano, o, en el

     caso de las mujeres, la prostituta. Implicita en esta conexion entre el mundo de la pobreza y

     el de la criminalidad esta la estrecha relation simbolica establecida entre indigencia, ociosi-

     dad y degradation moral y la idea de que si el pobre litil no trabajaba era por propia volun-

     tad. Ello justificaba la sospecha y, eventualmente, la represion de los individuos errantes,

     calificados y castigados en las diversas legislations europeas, desde la Baja Edad Media y

     especialmente a partir del Quinientos, como ociosos y criminales en potencia, cuando en

     muchos casos los desplazamientos de esa poblacion flotante respondian a la biisqueda de

     ocupacion o de solidaridades familiares con las que ayudarse para superar las circunstan-

     cias criticas. Solo con el tiempo, desde finales del siglo xvi, la traditional dicotomia entre

     el pobre incapaz de trabajar y el holgazan se complico con el reconocimiento de una terce-

     ra problematica, la del trabajador desocupado por razones ajenas a su voluntad, abriendose

     paso la idea de que la pobreza ligada al desempleo podia ser producto de adversas circuns-

     tancias economicas y no solo de una viciosa ociosidad (Slack, 1988: 27-32).

     3. Pobreza, espiritu religioso y orIgenes del capitalismo

     Buena parte del debate historiografico sobre la pobreza y la caridad en la Europa

     moderna ha versado sobre el grado de protagonismo que en el cambio asistencial del siglo

     xvi cabe atribuir a la Reforma. Desde finales del siglo xix, historiadores protestantes como

     R. H. Tawney o E. Troeltsch consideraron que la nueva vision protestante del trabajo habria

     sustituido la traditional estima religiosa hacia el pobre como imagen de Cristo y la valora-

     cion de la limosna como obra piadosa para obtener la salvation por una intensa condena

     moral de la ociosidad que, con el tiempo, propicio en los territorios protestantes la ocupa-

     cion forzosa de indigentes en las manufacturas, especialmente en Inglaterra, cuyas leyes de

     pobres de la epoca Tudor habrian sentado las bases para la fiitura revolution industrial

     (Beier, 1983). Sus interpretaciones armonizaban con las tesis de Max Weber, para quien el I

     moderno capitalismo hallo su caldo de cultivo en la etica luterana y en especial calvinista, I

     con su enfasis en las virtudes de la laboriosidad, la austeridad y el sentido de la responsabi- I

    dd I 111

    This content downloaded from 200.89.69.88 on Tue, 17 May 2016 19:44:08 UTCAll use subject to http://about.jstor.org/terms

  • 8/17/2019 Historiografía Sobre Pobreza y Caridad en La Época Moderna

    9/24

     S

      I

     Una contraposicion tan tajante entre los territorios protestantes, que habrian afrontado

     con diligencia la reforma asistencial, y los paises catolicos, en los cuales habrian pervivido

     intocados los modelos medievales de caridad privada, indiscriminada y dispersa, se encuen-

     tra hoy ampliamente superada. Los estudios han venido demostrando que los cambios en la

     atencion a los pobres tenian precedentes medievales y se produjeron tambien en ciudades

     catolicas de los Paises Bajos, Francia o Italia. No hubo, en efecto, una mutation brusca ni

     una radical contraposicion entre formas medievales y modernas de abordar la pobreza,

     sino que buena parte de los rasgos propios de la llamada revolution asistencial de los

     afios 1520 (centralization, discrimination, medidas contra la libre mendicidad) existian ya

     en los siglos anteriores e impregnaron las medidas tomadas, de forma notablemente similar,

     por paises y ciudades catolicos y reformados (Pullan, 1971; Gutton, 1971; Cavillac, 1975;

     Davis, 1993). Diferia el concepto de caridad en el que se basaban: mientras que para los

     catolicos las obras caritativas constituian un merito en el camino de la salvation, la notion

     de la caridad la entendia como testimonio de fe, deber fraternal y obligation

      I p r o t e s t a n t e c i v i l h a c i a l a c o m u n i d a d c r i s t i a n a G r e l l , 1 9 9 6 ) . N o o b s t a n t e , l o s r e s u l t a d o s p r a c t i c o s f u e -

     ron muy semejantes, y las diferencias detectables no siempre pueden imputarse a razones

     religiosas.

    This content downloaded from 200.89.69.88 on Tue, 17 May 2016 19:44:08 UTCAll use subject to http://about.jstor.org/terms

  • 8/17/2019 Historiografía Sobre Pobreza y Caridad en La Época Moderna

    10/24

     El debate, con todo, no se encuentra definitivamente zanjado, como muestra su reacti-

     vation en dos recientes obras colectivas (Grell, Cunningham, 1997; Grell, Cunningham,

     Arrizalabaga, 1999). Sin embargo, en general ha perdido credibilidad la contraposition

     rigida que la historiografia venia estableciendo entre dos modelos, el protestante, habitual-

     mente def inido por una decidida centralization y secularization de la asistencia y una seve-

     ra politica contra la mendicidad, y el catolico, comunmente caracterizado por el dominio

     eclesiastico, el menor papel de los poderes civiles, el auge de la caridad privada e indiscri-

     minada y la multiplication de instituciones asistenciales progresivamente especializadas, a

     favor de visiones que insisten en la gran diversidad de las formas locales, cuyo analisis y

     explication obligan a considerar la action de otros factores, economicos, politicos y socia-

     les.

     Frente a las interpretaciones en clave religiosa, segiin las cuales fueron ante todo los

     cambios en el concepto de la caridad y las nuevas exigencias espirituales, desde la activi-

     dad de las ordenes mendicantes a partir del siglo xm al humanismo cristiano, la Reforma y

     la Contrarreforma, los factores que impulsaron la transformation de los sistemas de cari-

     dad (Fatica, 1992; Baroncelli, Asseretto, 1983), la historia social, en particular britanica

     (Beier, 1983; Hufton, 1974), ha tendido a poner el acento en las razones socioeconomicas y

     a ver en los cambios en las politicas asistenciales y la imagen de los pobres una respuesta

     directa a los problemas suscitados por el aumento de la pobreza, la mendicidad y el vaga-

     bundeo. Dentro de este modelo explicativo cabe distinguir dos tendencias. La vinculada a

     la historia social al estilo de Annales relacionaba los cambios en las politicas asistenciales

     con las oscilaciones coyunturales propias de la economia preindustrial (Mollat, 1978), con-

     siderando el pauperismo, fundamentalmente, como un fenomeno inherente a la fragilidad

     economica y la desigualdad jerarquica de las sociedades modernas. Con mayor ambition

     teorica, la historiografia marxista estudio los fenomenos de pauperization desde la Baja

     Edad Media en el marco del proceso de acumulacion primitiva y su consecuencia social, el

     ensanchamiento de las desigualdades en los origenes del capitalismo. Asi, segiin la tesis

     establecida por Lis y Soly (1984), el aumento de la pobreza en las ciudades flamencas de

     los siglos xv y xvi estuvo vinculado a la proletarizacion de los pequenos productores rura-

     les y urbanos, victimas del avance de la gran propiedad, la polarization social en el seno de

     los gremios y la competencia de la industria rural. Ello origino medidas de restriction o

     prohibition de la mendicidad y empleo forzoso de los indigentes en las manufacturas con

     salarios miseros, con las que las ciudades textiles flamencas (como, algo mas tarde, las

     inglesas) respondieron a la escasez de mano de obra y a las amenazas de orden piiblico

     ligadas al alza de precios y el exodo rural. Se configuraba asi una nueva policia de

     pobres que contribuyo a moderar las tensiones sociales derivadas del proceso de transi-

     tion y a maximizar los beneficios capitalistas.

     Sin embargo, los cambios en la asistencia no pueden ser liquidados exclusivamente

     como una respuesta al incremento de la pobreza y las tensiones sociales, interpretando las

     acciones de gobernantes y particulares bajo el linico signo de una policia de pobres desti-

     nada a obtener provecho economico y controlar a la poblacion potencialmente peligrosa, en

     la linea de lo que Sandra Cavallo (1991) llama modelo de la demanda . Pero tampoco es

     suficiente considerar los cambios, desde un enfoque idealista, como consecuencia de moti-

     vaciones ideologicas, sean estas la predication de las ordenes mendicantes, las conviccio-

     nes del humanismo cristiano, las doctrinas protestantes sobre la caridad o el ideal ilustrado

     de beneficencia, segiin las pautas explicativas del denominado por Cavallo modelo de la

     oferta . En la configuration de las politicas de pobres adoptadas en distintos territorios y I

     momentos intervino una compleja constelacion de causas, entre ellas las dificultades eco- I

     nomicas y los sistemas de creencias religiosas y valores morales, pero tambien los patrones I

     de relation y conflicto social entre las elites o entre estas y los pobres y las tensiones y | 113

    This content downloaded from 200.89.69.88 on Tue, 17 May 2016 19:44:08 UTCAll use subject to http://about.jstor.org/terms

  • 8/17/2019 Historiografía Sobre Pobreza y Caridad en La Época Moderna

    11/24

     colaboracion entre los distintos poderes civiles y eclesiasticos. Factores multiples cuyo

     papel solo ha empezado a dilucidarse a traves de estudios a nivel local que, sin partir de

     concepciones deterministas acerca de la relation entre economia, politica, sociedad y cultu-

     ra, esten abiertos a explorar las complejas combinaciones de todos esos elementos.

     4. Marginaci6n y control social: ^el gran encierro ?

     Frente a las anteriores explicaciones del cambio asistencial, en clave ideologica o bien

     socioeconomica, otros autores (Slack, 1988; Andrew, 1989; Politi, Rosa y Delia Peruta,

     1982; Carasa, 1988) han interpretado la caridad y la atencion a los pobres como parte de

     las estrategias del poder para controlar y moralizar a las clases populares, que comprende-

     rian formas diversas de coercion, tanto dura como blanda , concordantes en sus objeti-

     vos de control social. Desde esa perspectiva, los cambios asistenciales de los siglos xvi-

     xviii traducirian el endurecimiento de las estructuras sociales y el aumento de las tensiones

     propio de la Edad Moderna, periodo en el que las aceleradas transformaciones economicas,

     sociales y politicas generaron crecientes sentimientos de inseguridad colectiva. Estas inter-

     pretaciones han prestado particular atencion a una de las manifestaciones mas claramente

     represivas y punitivas de la policia de pobres : el desarrollo desde mediados del Quinien-

     tos de nuevas instituciones ( casas de correction inglesas, llamadas desde el siglo xvn

     workhouses, ospedali del mendicanti en Italia, hospicios y casas de misericordia en la

     Peninsula Iberica, rasphuis y spinhuis holandeses...), caracterizadas por el encierro, la dis-

     ciplina severa y carcelaria, las largas jornadas de trabajo forzoso y una estricta vigilancia

     moral. Lecturas economicistas han visto en ellas el signo de actitudes capitalistas proclives

     a buscar un uso rentable para una mano de obra abundante y cuasi-gratuita (Slack, 1988;

     Geremek, 1989: 232). Sin embargo, cabe recordar que la eficiencia productiva de estos

     establecimientos fue por lo comun escasa, y que en su origen pesaron razones no solo utili-

     tarias, sino tambien y fundamentalmente de orden moral y punitivo. En la sociedad medie-

     val y moderna, el trabajo se concebia primordialmente como una obligation del genero

     humano y una medicina del alma, y su ejercicio forzoso, como un instrumento de correc-

     cion y castigo: no fue hasta el siglo xvn, sobre todo en Inglaterra y Francia, cuando desde

     enfoques mercantilistas se comenzo a presentar el trabajo obligatorio de los pobres como

     un recurso para la prosperidad economica y la utilidad publica.

     De todos estos establecimientos, es ante todo el hopital general frances, nutrido en el

     siglo xvn de redadas forzosas de pobres a cargo de sus tristemente celebres arqueros, el que

     se convirtio, a partir de los trabajos de Michel Foucault, en el simbolo de la politica represi-

     va que el filosofo bautizo como el gran encierro (le grand renfermement), es decir, de las

     nuevas formas de disciplinamiento social caracteristicas de la modernidad (Foucault, 1979

     y 1994). Un amplio dispositivo de marginalizacion y reclusion de todos aquellos elementos

     considerados amenazantes para el sistema de valores y normas de conducta fijado por el

     poder, con metodos que sustituian la punicion fisica por el castigo y sometimiento a traves

     del trabajo, el adoctrinamiento moral y la rigida reglamentacion y compartimentacion de

     los espacios y los tiempos. Este marco interpretativo ha inspirado una pleyade de estudios

     que se han esforzado por integrar el analisis de las politicas de caridad, sanitarias y carcela-

     rias aplicadas a pobres, presos y enfermos mentales dentro de una vision critica de los ori-

     genes de la modernidad, diferente de la perspectiva desarrollada por el marxismo en la

     medida en que ponia el acento, mas que en las formas de explotacion economica, en los

     mecanismos de la coaccion moral que inculcaron valores y modelos de conducta acordes

     con los designios del poder (Melossi y Pavarini, 1980; Fraile, 1987).

    This content downloaded from 200.89.69.88 on Tue, 17 May 2016 19:44:08 UTCAll use subject to http://about.jstor.org/terms

  • 8/17/2019 Historiografía Sobre Pobreza y Caridad en La Época Moderna

    12/24

     Sin embargo, como otros conceptos historiograficos de indudable atractivo por su

     caracter sugerente y ambicioso, la notion de gran encierro ha devenido en ocasiones una

     suerte de receta infalible o de conclusion predeterminada en el estudio de los sistemas asis-

     tenciales (Schwartz, 1988; Andrew, 1989). En la actualidad, las generalizaciones excesivas

     a partir del caso frances y la propia lectura de este en clave linicamente represiva se

     encuentran sometidas a intensas criticas. En efecto, se ha comprobado que la tendencia a la

     reclusion resulto, en general, poco efectiva, entre otras razones porque los poderes centrales

     no dispusieron de los medios ni de la voluntad para implementar semejante despliegue

     represivo. Asi, el movimiento de reclusion nunca llego a afectar mas que a una pequefia

     parte de la poblacion asistida: a lo largo de todo el Antiguo Regimen, la asistencia a domi-

     cilio constituyo la forma mas usual de prestar ayuda a los pobres, especialmente en Inglate-

     rra pero tambien en el resto del continente, incluida Francia. Por ello, la historiografia

     actual se inclina a considerar el gran encierro como una ambition o una amenaza mas

     que como una realidad. Pero ademas, el ingreso en las instituciones no era siempre obliga-

     torio: en los ospedale dei mendicanti e incluso en los hopitaux generaux, a los internos

     conducidos a la fuerza se les unian otros que ingresaban por propia iniciativa. Esa eviden-

     cia, aunque presente en las fuentes documentales, no se ha impuesto hasta que los cambios

     de orden teorico y metodologico producidos en la Historia en los ultimos tiempos la han

     hecho visible. Asi, el empeno teorico de desvelar las estrategias de los individuos en el

     marco de los sistemas normativos y de la vigilancia de las autoridades y la tendencia a usar

     metodos de analisis en detalle, que caracterizan la nueva historia social, han impulsado

     otras aproximaciones al problema de la pobreza y la caridad, cuestionando los usos dema-

     siado rigidos del esquema foucaultiano.

     5. Las estrategias de los asistidos

     En efecto, en los ultimos tiempos las interpretaciones de los sistemas asistenciales han

     desarrollado una interesante critica contra una idea demasiado simple y vertical de la cari-

     dad y la asistencia, consideradas exclusivamente como formas de control social. Conse-

     cuencia de extremar este enfoque era un relato de las actitudes hacia los pobres desde el

     siglo xvi al xx carente de matices y de atencion a las transformaciones (por ejemplo, en

     Sassier, 1990), protagonizado por los moralistas y las autoridades civiles y eclesiasticas en

     sus esfuerzos ordenancistas, mientras que los asistidos aparecian como una masa anonima

     e indiferenciada de sujetos pasivos y sometidos, objetos y victimas de las acciones de cari-

     dad y disciplinamiento social. Desde los anos 80, la historia social, en particular italiana y

     britanica, viene insistiendo, en cambio, en la necesidad de ofrecer una vision mas compleja

     y menos unidireccional de la caridad, entendida como una practica interpersonal de reci-

     procidad. Asi, segiin Sandra Cavallo, la practica de las instituciones puede reconstruirse

     solo a traves de la lectura de las interacciones entre directrices centralizadas, dinamica

     interna de los grupos que participaban en su gestion y estrategias diferenciadas de cuantos,

     de forma mas o menos directa, eran sus beneficiarios (citado por Grendi, 1983: 386). Los

     cambios institutional en la asistencia a los pobres deben entenderse, por tanto, dentro de

     un marco de relaciones, de un orden social en el que dar y recibir eran expresion necesaria

     de los lazos de clientela basados en los valores de familia, status, honor y respeto (Woolf,

     1989 y 1990), relaciones que, aunque desiguales y jerarquicas, eran instrumentalizadas, en

     cierto grado, por los dos extremos de la cadena: benefactores y asistidos. I

     Esta sensibilidad hacia los aspectos interpersonales de la relation caritativa debe I

     enmarcarse en el contexto de los cambios experimentados por la Historia en los ultimos I

     tiempos: la revision del concepto de poder en un sentido que subraya la pluralidad y no uni- | 115

    This content downloaded from 200.89.69.88 on Tue, 17 May 2016 19:44:08 UTCAll use subject to http://about.jstor.org/terms

  • 8/17/2019 Historiografía Sobre Pobreza y Caridad en La Época Moderna

    13/24

     direccionalidad de los poderes y de los modos de resistencia, la creciente complejidad con

     que se abordan las relaciones sociales, prestando atencion a las formas de jerarquia pero

     tambien a los vinculos verticales de solidaridad y clientela, y las visiones que, contra el

     determinismo de las estructuras, tratan de resaltar el margen de autonomia relativa de los

     sujetos historicos dentro de las coordenadas economicas, politicas y culturales que condi-

     cionan sus vidas. Destaca, en esa linea, el reciente interes por el uso que individuos y fami-

     lias hacian de la caridad, percibida como un expediente no forzosamente humillante, sino

     como un recurso necesario para subsistir en las dif icultades y como un derecho a recibir la

     protection de los superiores sociales y las autoridades, formando parte de la economia

     moral de la multitud teorizada por E. P. Thompson. Asi, se ha sefialado que no deben exa-

     gerarse las funciones punitivas y represoras de los hospitales generales, que, ademas de

     recluir y obligar al trabajo a los pobres litiles , seguian proporcionando otros tipos de asis-

     tencia (fundamentalmente domiciliaria) a pobres inutiles y vergonzantes , y, mas que

     representar instrumentos monoliticos de control social , respondian tambien a una deman-

     da por parte de los asistidos. En cierta medida, el recurso a la caridad constituia, junto a la

     apelacion a otros modos de ayuda como las redes de parentesco, vecindario o comunidad o

     el empeno de los escasos bienes, un procedimiento habitual en tiempos de dif icultades eco-

     nomicas o en fases criticas del ciclo vital, en el marco de las estrategias de supervivencia,

      economias de la improvisation (O. Hufton) o economias familiares adaptativas (R.

     Wall) de las clases trabajadoras. En consecuencia, la solicitud voluntaria de ingreso en los

     hospicios u hospitales no era siempre un expediente adoptado al f ilo de la miseria, sino que

     las instituciones caritativas podian desempeiiar tambien otras funciones, como atenuar el

     transito a la ciudad para la poblacion rural inmigrante y facilitar su insertion en el mercado

     laboral y matrimonial, a traves de su colocacion como sirvientes y aprendices o de la con-

     cesion de dotes, segiin ha documentado Carbonell (1997) para la Barcelona del siglo xvm.

     Desde esa nueva perspectiva, los registros de entrada y salida de las instituciones asis-

     tenciales han dejado de contemplarse exclusivamente como fiientes seriales aprovechables

     para establecer recuentos de los asistidos y clasificaciones por sexo, edad o condicion. Sin

     desdeiiar el imprescindible tratamiento cuantitativo, han pasado a utilizarse tambien en bus-

     ca de las historias de vida, de las peripecias individuales, de las causas aducidas por los

     sujetos para solicitar el ingreso propio o de algiin familiar en una institution o bien para

     abandonarla, y de la forma en que los individuos se autodefinen socialmente y afirman su

     identidad. Por ejemplo, el trabajo de Lombardi (1988) sobre el hospital de mendigos de

     Florencia en los siglos xvi y xvn ha puesto de relieve la insistencia con que los trabajado-

     res textiles reivindicaban su honorabilidad, incluso en la circunstancia de solicitar la cari-

     dad piiblica. Contra la mirada unificadora de las autoridades, que amenaza con disolverlos

     en una masa anonima, marginal y sospechosa de indigentes, reivindican su propia conside-

     ration de artesanos, de doncellas, de padres o madres de familia, de personas respetables

     que han atravesado tan solo temporalmente la linea que los separa de la indigencia, afir-

     mando en sus declaraciones, en el caso de los hombres, la dignidad de su oficio de tejedo-

     res, y, en el de las mujeres, una respetabilidad basada en su virtud sexual y su condicion

     familiar. En reaction contra el excesivo anonimato de la historia estructural, lo que se pre-

     tende es construir una historia con rostros humanos : en este caso, restituir a los pobres su

     voz, audible a traves de las fuentes, aunque admitiendo que sus palabras se encuentran ine-

     vitablemente mediatizada por la intervention de quienes las transcriben y por las expectati-

     vas sociales, que les exigen adoptar en sus demandas de ayuda los codigos vigentes de

     I correction moral.

     I De ese modo, los pobres van apareciendo con mayor claridad no como individuos ais-

     I lados, sino insertos en (o carentes de) una trama de relaciones familiares mas amplias y fle-

     116 I xibles que la unidad familiar de referencia, que abarcan el parentesco en toda su compleji-

    This content downloaded from 200.89.69.88 on Tue, 17 May 2016 19:44:08 UTCAll use subject to http://about.jstor.org/terms

  • 8/17/2019 Historiografía Sobre Pobreza y Caridad en La Época Moderna

    14/24

     dad y que se activan en especial en los momentos de dificultades. Vinculos de solidaridad y

     reciprocidad que no excluyen el recurso temporal a la asistencia (por el cual se deposita a

     un hijo, un progenitor anciano u otro pariente en una institution, a la espera de poderlo

     recuperar cuando mejoren las circunstancias economicas de la familia) y en los que inter-

     vienen tambien, junto al afecto y al sentido de obligation moral y social, razones interesa-

     das (que inducen, por ejemplo, a sacar a parientes ingresados en un hospicio con el fin de

     que aporten su trabajo al negocio familiar). De todo ello se desprende que todo intento de

     comparar las distintas culturas asistenciales de la Europa moderna no puede limitarse a

     diferenciar las iniciativas institucionales (repitiendo, por ejemplo, la usual dicotomia que

     opone las formas de la caridad contrarreformista, mas dispersas y supuestamente mehos

     severas, a los modelos de caridad protestante, de caracter extensivo, coercitivo y utilitario),

     sino que debe incluir tambien un analisis de las redes informales de prevision a traves de

     los vinculos de parentesco y vecindad, que en la Europa mediterranea, por ejemplo, reves-

     tian mayor importancia que en Inglaterra (Carbonell, 1997: 193).

     6. LOS MOTIVOS DE LOS BENEFACTORES

     Complementaria de esa vision centrada en las estrategias de uso de los recursos asis-

     tenciales por parte de las clases populares es otra que ha trasladado el enfasis hacia el

     segundo polo de la relation caritativa: los benefactores. Asi, por ejemplo, en Francia Colin

     Jones (1989) ha insistido en la importancia de la emulation entre elites urbanas catolicas y

     protestantes como estimulo de la inversion asistencial en el siglo xvi y ha entendido el des-

     pliegue de iniciativas de caridad dieciochescas como producto de un sentido moral de

     deber por parte de las elites ( the charitable imperative ). En un sentido similar, Macfarla-

     ne (1986) ha apreciado en el auge de la beneficencia en Londres en el siglo xvn la pugna

     de familias acomodadas por el poder, prestigio y conexiones que proporcionaba participar

     en los cuadros dirigentes de las fundaciones caritativas. En particular, Sandra Cavallo

     (1991 y 1995) ha desarrollado este enfoque, tanto en sus estudios de caracter teorico e his-

     toriografico como en una modelica investigation sobre el sistema asistencial de Turin en la

     larga duration, entre los siglos xv y xvm. Cavallo considera insuficiente explicar las trans-

     formaciones en la asistencia bien como respuesta de las autoridades civiles y eclesiasticas a

     la presion de la demanda , es decir, al aumento tendencial de la pobreza y su particular

     agravamiento en coyunturas criticas, bien como resultado de cambios religiosos y cultura-

     les (el influjo de las ordenes mendicantes en la Baja Edad Media, el humanismo y la Refor-

     ma, la piedad contrarreformista o la secularization de las mentalidades en el siglo xvm), y

     propone introducir una tercera dimension, la de los significados que la caridad tenia para

     los benefactores. Se trata de entender la caridad como una gestion de recursos simbolicos

     y forma de poder social , aplicando efectivamente en el analisis la idea de que los cambios

     en la asistencia pudieron responder en ocasiones no tanto a las necesidades de ayuda y pro-

     tection por parte de los pobres como a las de ostentation y prestigio social de sus benefac-

     tores.

     Asi, en el caso de Turin, Cavallo ha identificado en el origen de los cambios que las

     practicas caritativas experimentaron entre los siglos xvi y xvm (tanto en las iniciativas ins-

     titucionales como en la orientation de los donativos particulares, apenas estudiadas por los

     historiadores) conflictos de poder, fundamentalmente de dos ordenes: cambios en el status

     e influencia de distintos grupos sociales y en su acceso al poder municipal y transformacio- I

     nes en las relaciones familiares y de genero en el seno de las elites dirigentes. Factores que, I

     a su juicio, operaron de forma diferente a lo largo del tiempo, lo que le permite distinguir I

     una evolution en tres etapas. La primera, entre 1541 y 1620, estuvo marcada por el choque I 117

    This content downloaded from 200.89.69.88 on Tue, 17 May 2016 19:44:08 UTCAll use subject to http://about.jstor.org/terms

  • 8/17/2019 Historiografía Sobre Pobreza y Caridad en La Época Moderna

    15/24

      1

      I

     

    entre las autoridades municipales y las del ducado de Saboya. El Consejo Municipal, en

     competencia con el poder ducal, desplego una intensa actividad asistencial apoyada en una

     retorica civica que subrayaba la obligation de la ciudad y los ciudadanos hacia sus pobres y

     que consideraba como forasteros excluidos de la ayuda no solo a los originarios de otros

     estados sino tambien de otras localidades del propio ducado de Saboya, hasta entonces

     objeto del mismo trato que los pobres turineses. La respuesta de la autoridad ducal a esa

     iniciativa municipalista fue doble: intento controlar la administration de las instituciones

     municipales, a la vez que fundaba por iniciativa propia otros establecimientos de patronaz-

     go ducal. La segunda etapa, desde 1670, se caracterizo por el auge de la caridad privada, a

     medida que familias e individuos desplazados de los cargos politicos reorientaron sus estra-

     tegias de poder y patronazgo hacia las instituciones caritativas, en forma de donaciones que

     buscaban inscribir visualmente en la arquitectura urbana su prestigio mediante la erection

     de hospitales monumentales donde lapidas y estatuas celebraban de forma espectacular la

     generosidad de los benefactores. En la tercera fase, a partir de 1730, se produjeron dos

     novedades. Por una parte, el desarrollo de formas de caridad orientadas y circunscritas a los

     miembros del propio grupo de solidaridad, que Cavallo relaciona con la perdida de espa-

     cios de poder institutional por parte de las elites tradicionales, a favor de los funcionarios

     ducales. Por otra, la divergencia entre las practicas caritativas en funcion del sexo de los

    118 I

    This content downloaded from 200.89.69.88 on Tue, 17 May 2016 19:44:08 UTCAll use subject to http://about.jstor.org/terms

  • 8/17/2019 Historiografía Sobre Pobreza y Caridad en La Época Moderna

    16/24

     benefactores. Las mujeres de las elites, que hasta entonces habian ajustado sus donativos a

     las estrategias de caridad de sus familias de nacimiento o alianza, comenzaron a reorientar-

     los especificamente hacia la protection de las mujeres pobres, actitud que Cavallo conside-

     ra indicativa, mas que de un crecimiento de la pobreza femenina, de una actitud mas solida-

     ria por parte de las damas acomodadas, relacionada con la degradation de su propia

     condition legal tras las leyes ducales que a principios del siglo xvm impusieron la primo-

     genitura masculina en la transmision de vinculos y titulos nobiliarios.

     Aunque los argumentos de Sandra Cavallo deberian ser contrastados con nuevas

     investigaciones locales, su interes reside en haber fundamentado, con solidez teorica y

     empirica, la consideration de variables que han desempenado hasta la fecha un papel muy

     secundario en los estudios sobre pobreza y caridad. Lo que este enfoque nos obliga a tener

     en cuenta es que la multiplication de iniciativas asistenciales no fue siempre resultado

     directo de la necesidad apremiante de los pobres ni de las solidas convicciones religiosas de

     los donantes, sino tambien signo de tensiones y conflictos entre sectores de las elites, tradu-

     cidos en luchas por el gobierno local y en competencia por el prestigio social, asi como de

     enfrentamientos entre poderes politicos diversos, como el municipal y el monarquico. La

     evolution de los sistemas asistenciales reflejaria, asi, tanto transformaciones en la relation

     entre benefactores y asistidos, poderosos e indigentes, como conflictos en el seno de las

     propias clases dominantes, dirimidos en ocasiones a traves de enfrentamientos por la erec-

     tion y control de instituciones caritativas.

     7. Mujeres y hombres ante la pobreza y la caridad

     La perspectiva de la diferencia entre los sexos, construida social y culturalmente, ha

     permitido no solo sacar a la luz la diversidad de las experiencias individuates de la pobreza

     y de los significados que la sociedad le acordaba, o las relaciones entre hombres y mujeres

     como asistidos y como benefactores, sino tambien comprender el papel que en la organiza-

     tion de la sociedad y la preservation del orden ejercian formas de asistencia, control y

     represion especificas en funcion del sexo. El analisis de esos distintos aspectos no se

     encuentra desarrollado en igual medida. Asi, por ejemplo, en lo que concierne a la expe-

     riencia diferencial de la pobreza, esta comprobado que los hombres en el Antiguo Regimen

     constituian mayoria entre los vagabundos, es decir, ejercian en mayor medida estrategias

     basadas en la movilidad que les convertian en victimas de las disposiciones represivas con-

     tra el vagabundeo. En cambio, la mayor parte de las personas pobres asistidas a domicilio y

     muchas de las ingresadas en instituciones de beneficencia eran mujeres. En cierta medida,

     ello se explica porque resultaban mas vulnerables a la pobreza, en razon de sus limitaciones

     laborales (frecuente exclusion de las corporations y predominio del trabajo precario y

     peor retribuido) y su position desigual en los mecanismos de transmision hereditaria y con-

     trol de los bienes. En efecto, el ciclo de la pobreza presentaba en el caso de las mujeres un

     perfil especifico que multiplicaba el riesgo en caso de muerte, abandono o ausencia tempo-

     ral del marido (Lombardi, 1988; Carbonell, 1990, 1992 y 1997). Por ello, la mayoria de las

     indigentes que se acogian a la asistencia eran viudas o mujeres solas, muchas veces con

     cargas familiares.

     El estudio de esta experiencia historica diferencial ha hallado un gran apoyo teorico en

     los analisis sociologicos sobre la feminizacion de la pobreza en las sociedades actuates, y

     algunas coincidencias de intereses en otras tendencias historiograficas, como los estudios I

     sobre modelos y ciclos familiares. A su vez, la teoria y la historiografia feminista han con- I

     tribuido a enriquecer y cuestionar muchos de los planteamientos clasicos sobre el ciclo I

     familiar de la pobreza. Asi, han venido a recordar una evidencia no siempre contemplada: I 119

    This content downloaded from 200.89.69.88 on Tue, 17 May 2016 19:44:08 UTCAll use subject to http://about.jstor.org/terms

  • 8/17/2019 Historiografía Sobre Pobreza y Caridad en La Época Moderna

    17/24

     a saber, que no todo el mundo vivia en familia en el Antiguo Regimen, razon por la cual los

     modelos teoricos deben considerar tambien los casos de las personas, en su mayoria muje-

     res, que afrontaban la pobreza solas o bien recurrian a la convivencia con otras mujeres,

     parientes o no, en similares dificultares (Henderson y Wall, 1994; Carbonell, 1997: 130-

     136). Quiza mas importante todavia, estos analisis han puesto de relieve que la familia no

     constituia en el pasado (como tampoco en el presente) una unidad homogenea, segiin pare-

     cer asumir implicitamente buena parte de los estudios sobre la familia desde la Historia y

     las Ciencias sociales. Por el contrario, se trataba de una realidad jerarquizada, en cuyo seno

     la distribution y acceso a los recursos estaba lejos de ser igualitaria. Consecuentemente, la

     experiencia de la pobreza resultaba distinta para los diversos miembros de la familia, en

     funcion de su sexo y de otros factores, como la edad o el orden de nacimiento, como reve-

     lan las distintas estrategias por las familias en dificultades al abandonar, definitiva o tem-

     poralmente, a hijas e hijos en inclusas y hospitales.

     Menos desarrollado esta el estudio de las diferencias de genero en el otro extremo de

     la relacion caritativa, el de los benefactores, es decir, el analisis de las relaciones que se

     establecian entre hombres y mujeres como donantes y como asistidos. Algunos trabajos

     se han interesado por las formas especificas en que las mujeres de las elites utilizaban el

     vinculo de la caridad y establecian relaciones de proteccion con otras mujeres o con hom-

     bres (Ferrante, Palazzi, Pomata, 1988). Por lo que respecta a la ratio de ambos sexos en las

     instituciones asistenciales (hospitales, hospicios, inclusas...), se ha apreciado un aumento

     de la presencia de mujeres en los establecimientos mixtos y una tendencia a la creation de

     instituciones exclusivamente femeninas en la Europa del Antiguo Regimen, que han condu-

     cido a aplicar el concepto de feminizacion de la asistencia , inspirado en los estudios

     sociologicos sobre el presente, a los siglos modernos, al menos en la Europa mediterranea

     (Lombardi, 1988; Carbonell, 1997: 62, 112-120).

     Sin embargo, las razones de todos estos procesos son complejas y no se deben solo a

     factores socioeconomicos, sino que deben ponerse en relacion, fundamentalmente, con la

     transformation de los valores sociales. Ya en la Europa medieval y renacentista existian

     formas de asistencia particulares para las mujeres: obras pias para dotar a doncellas pobres

     y una variedad de institutes religiosos o semirreligiosos (casas para arrepentidas , teorica-

     mente reservadas a las prostitutas, conservatorios de doncellas, casadas y viudas, hospicios

     y refugios casas de trabajo para ninas abandonadas,), inspirados en propositos que oscila-

     ban entre la proteccion, la redencion y el castigo. En ellos convivian internas en situaciones

     diversas y no siempre concordantes con los objetivos oficiales de cada fundacion: prostitu-

     tas, jovenes seducidas que se retiraban para dar a luz, evitando asi el escandalo, huerfanas o

     pobres, viudas, esposas maltratadas o abandonadas, casadas y doncellas cuyos maridos o

     parientes habian solicitado su encierro aduciendo su mala conducta; es decir, tanto mujeres

     sin una clara identidad social o carentes de los lazos y vinculos necesarios a la superviven-

     cia como otras de condicion social respetable que ingresaban de forma voluntaria u obliga-

     das por sus familias.

     Fue, no obstante, bajo el impulso de la Contrarreforma cuando se multiplicaron las

     fundaciones eclesiasticas y privadas, configurando en los territorios catolicos una amplia

     red de instituciones especificas mantenidas con el apoyo de las autoridades civiles o ecle-

     siasticas y la aportacion de donaciones piadosas particulares (Ferrante, 1983; Cohen, 1989

     y 1995; Perez Baltasar, 1984; Vidal, 2001). Estos establecimientos crecieron en niimero y

     en tamaiio y tendieron a especializar sus funciones, configurando entre ellos una jerarquia

     en la que se podia ascender o descender en funcion del comportamiento. Asimismo, las ins-

     tituciones mixtas (hospicios, hospitales, casas de misericordia) fueron fortaleciendo en su

     interior la separation entre los sexos, y tanto estas como las fundaciones exclusivamente

     femeninas fijaron de forma gradual espacios acotados y diferenciados segiin la condicion

    This content downloaded from 200.89.69.88 on Tue, 17 May 2016 19:44:08 UTCAll use subject to http://about.jstor.org/terms

  • 8/17/2019 Historiografía Sobre Pobreza y Caridad en La Época Moderna

    18/24

     social y moral de las reclusas. La justification de todo ese despliegue era clara en el discur-

     so moral y religioso. En efecto, la pobreza se vinculaba a la degradation moral, y esta en

     las mujeres solia representarse asociada a la perdida de la honestidad e incluso, en los casos

     mas graves, a la prostitution. De acuerdo con ello, la intervention correctora sobre las

     mujeres pobres y pecadoras se consideraba una de las obligaciones impuestas por la cari-

     dad cristiana, que contemplaban no solo la ayuda material, sino tambien la correction

     moral del prqjimo, entendida como una de las obras de misericordia. Asi pues, la secuencia

     causal entre pobreza economica y degradation moral, asi como entre estas dos circunstan-

     cias y la correspondiente protection, castigo y enmienda a traves de la asistencia, se daba

     por sentada y vertebraba el discurso de reforma de la caridad, justificando toda nueva ini-

     ciativa emprendida en este sentido, desde la fundacion de la Opera dei Poveri Mendicanti

     en Bolonia en 1560, en el ambito catolico, a la del spinhuis o casa de trabajo de Amster-

     dam, dentro del area protestante.

     Sin embargo, la conexion entre pobreza, prostitution e intervention asistencial era

     mas compleja y menos directa de lo que sugerian los discursos. La proliferation de recogi-

     mientos de muy diverso signo, desde casas de prostitutas arrepentidas a establecimientos de

     correction o refiigios para mujeres respetables, no puede explicarse unicamente como res-

     puesta al proceso de pauperization general, particularmente grave entre la poblacion feme-

     nina. Tampoco como la manifestation de una religiosidad mas severa, obsesionada por

     erradicar el pecado, en especial el de la carne, pues, como es sabido, la actuation del poder

     civil, municipal o monarquico, y aun eclesiastico, fue menos severa al respecto de lo que

     sus diatribas morales daban a entender, y tendio a tolerar los burdeles, considerados como

     una expansion necesaria de la sexualidad masculina (Carrasco, 1994). En efecto, el signifi-

     cado de las nuevas instituciones de reclusion y correction femenina y su fisionomia, con

     frecuencia ambigua con respecto a sus declaradas intenciones, no se explica, como bien ha

     sefialado Daniela Lombardi, si se atiende tan solo al proposito de correction del pecado

     que esgrimian sus constituciones, sino en funcion del codigo, social mas que religioso, del

     honor, dos sistemas de valores no exactamente coincidentes pero que actuaron imbricados

     en los siglos modernos.

     En efecto, en el complejo panorama de estas instituciones puede hallarse una clave de

     lectura comiin: es la carencia o perdida temporal del honor el rasgo que comparte la mayo-

     ria de las mujeres en ellas recluidas, pobres o acomodadas, casadas y solteras, encerradas

     de manera voluntaria o forzosa. Asi pues, el desarrollo a lo largo del Antiguo Regimen de

     un entramado de instituciones y formas de asistencia especificamente femeninas ponia en

     juego el entramado simbolico en torno a la salvaguarda o recuperation del honor de las

     familias, que se hacia descansar en buena medida sobre la virtud sexual de las mujeres,

     amenazada por la pobreza, la ausencia de protection o un comportamiento juzgado inade-

     cuado, y cuya defensa movilizo, segiin los casos, a las familias, que demandaban el encie-

     rro, a las propias mujeres, que se acogian a la protection de las instituciones, o a las autori-

     dades, que podian ordenar de oficio su reclusion.

     En este sentido, comprender la diferenciacion sexual de la pobreza, la caridad y la asis-

     tencia en su desarrollo historico implica un doble esfiierzo teorico que conecta con algunas

     de las inquietudes mas fertiles de la historiografia actual. Se trata de realizar una lectura cul-

     tural de lo social, descifrando los significados y los valores, no siempre explicitos, que se

     expresan en las medidas correctivas y asistenciales, y de entender la Wstoria de las mujeres

     -en este caso, de las formas de caridad y castigo aplicadas sobre ellas- no solo como el rela-

     to de su experiencia diferencial, sino como una perspectiva que ilumina el funcionamiento _

     de la sociedad en su conjunto, a traves de los valores sociales que esta deposita en los sujetos I

     historicos en funcion de su sexo y de las desigualdades que entre ellos establece. I

      121

    This content downloaded from 200.89.69.88 on Tue, 17 May 2016 19:44:08 UTCAll use subject to http://about.jstor.org/terms

  • 8/17/2019 Historiografía Sobre Pobreza y Caridad en La Época Moderna

    19/24

     Veinte afios despues de las reflexiones vertidas por Jean Claude Schmitt sobre La

     historia de los marginados , la historiografia ha desarrollado ampliamente la idea de que la

     pobreza y la marginacion constituyen un aspecto esencial de la historia social y cultural, en

     la medida en que a traves de los discursos y practicas de la marginalidad, la exclusion y la

     correction se manifiestan las transformaciones fundamentals en las estructuras economi-

     cas, sociales, ideologicas y politicas de la Edad moderna. A la luz de las aportaciones mas

     recientes, podriamos anadir que el tema, lejos de estar agotado, continiia renovandose con

     nuevos enfoques, como las visiones dinamicas del ciclo de pobreza ligadas a la demografia

     historica y la historia de la familia, la perspectiva de la diferencia de sexos, la atencion a las

     estrategias de los pobres, sus vinculos de solidaridad y los modos en que se representaban

     su propia identidad social, o las estrategias de patronazgo y protection de los benefactores,

     entendidas dentro de un esquema de relaciones jerarquicas pero no unidireccionales. En

     este sentido, la multiplicidad de perspectivas en el estudio de la pobreza, la caridad y la

     asistencia ilustra sobre la complejidad de las relaciones sociales que se establecen no solo

     en sentido vertical, de arriba abajo, con la caridad actuando como un mecanismo de domi-

     nio, sino a distintos niveles de la trama social y del reparto de los poderes: entre hombres y

     mujeres, donantes y beneficiarios, laicos y religiosos, entre las autoridades monarquica,

     municipal y eclesiastica, o en el seno de los propios grupos dirigentes. Y sobre todo, las

     formas y criterios de la asistencia y sus cambios nos hablan de los valores simbolicos pro-

     pios de las sociedades de Antiguo Regimen: la caridad como deber cristiano y como practi-

     ca redistributiva en una sociedad desigual, el valor moral y productivo del trabajo, las rela-

     ciones de desigualdad, poder y compensation entre los sexos y los estamentos, el honor de

     las familias, encarnado de forma particular en las mujeres, como principio articulador del

     orden social. Es la herencia de los caminos recorridos por la historia social y la historia cul-

     tural en la segunda mitad del siglo xx, de sus interrogantes siempre renovados y sus deba-

     tes abiertos, muestra de una complejidad en el estudio de las sociedades del pasado cuyo

     reconocimiento, hoy mas que nunca, constituye una necesidad para el historiador.

     APENDICE GLOSARIO

     Las categorias manejadas en el siglo xvi, en especial por las autoridades encargadas de organi-

     zar la asistencia y la represion, configuran esquemas clasificatorios en ocasiones muy complejos.

     Las multiples acepciones del termino pobre y sus distintas connotaciones morales, asi como el

     esfuerzo por distinguir y jerarquizar tipos de pobres, muestran la frontera labil que separaba la esca-

     sez cotidiana de la indigencia e indican los valores por los que se regia la sociedad de la temprana

     Edad Moderna, como puede apreciarse en los significados de los terminos aqui compilados, algunos

     de los mas habituales en las clasificaciones de la epoca:

     Pobre: El menesteroso y necessitado, a parva pecunia, vel a parvo lore, sed in rigore pauper non

     dicitur, qui nihil habet (Covarrubias, 1611; 1995: 827); poor, pauper (ingl.); pauvre (fr.); povere

     (it.); pauper (lat).

      Necessitado, menesteroso y falto de lo necessario para vivir, o que lo tiene con mucha esca-

     sez .

      Se llama comunmente el mendigo que pide limosna de puerta en puerta (Diccionario de la

     lengua castellana, 1726-1739; 1990: V 304).

     En la definition, extremadamente amplia pero clasica, de Mollat, pobreza constituye: una

     situation, padecida o voluntaria, permanente o temporal, de debilidad, dependencia y humildad,

     caracterizada por la privation de los medios, cambiante segun epocas y sociedades, del poder y la

     consideration social: dinero, saber, ciencia o calif icacion tecnica, honorabilidad de nacimiento, vigor

     fisico, capacidad intelectual, libertad y dignidad personates (Mollat, 1978).

    This content downloaded from 200.89.69.88 on Tue, 17 May 2016 19:44:08 UTCAll use subject to http://about.jstor.org/terms

  • 8/17/2019 Historiografía Sobre Pobreza y Caridad en La Época Moderna

    20/24

     Domingo de Soto expresaba claramente en 1545 la conception providencialista de la pobreza:

      este fiie el saber y providencia de Dios: que hubiese ricos que como anima sustentasen y goberna-

     sen los pobres, y pobres que como cuerpo sirviesen a los ricos, que labrasen la tierra y hiciessen los

     otros oficios necesarios a la republica (Soto, 1545; 1965: 26).

     En 1796, Jeremy Bentham en sus Ensayos sobre la ley de pobres establecio una diferenciacion

     nitida entre pobreza e indigencia: La pobreza es el estado de cualquiera que, para subsistir, se ve

     obligado a trabajar. La indigencia es el estado de aquel que siendo desposeido de la propiedad... esta

     al mismo tiempo incapacitado para el trabajo o es incapaz, incluso trabajando, de procurarse los

     medios que necesita (citado por Woolf, 1989: 20).

     Mendigo; beggar, begging poor, tramp; gueux, pauvre mendiant; mendicante: El pobre que anda

     pidiendo de puerta en puerta, del latino mendicus, qui victum hostiatim quaeritat (Covarrubias,

     1611; 1995: 748).

      Mendigo es el que pide a otro; pobre el que no tiene lo que ha de menester (Robles, 1545;

     1965).

     Pobres vergonzantes / envergonzantes; shamefaced poor; poveri vergognosi; pauvres honteux;

     pauperes verecundi: personas que se encontraban sumidas temporalmente en la indigencia, pero a las

     que se reconocia un honor a proteger y por ello debian ser asistidas con la debida reserva y guardan-

     do su anonimato: Otro genero de pobres que hay en la republica, que por ser honrados y haberse

     visto en algun descanso y bien, no quieren descubrir sus necesidades mendigando de puerta en puer-

     ta (Perez de Herrera, 1598; 1975).

      ...muchos de buena sangre que estan en pobreza, o porque perdieron sus haciendas o porque

     son escuderos, los cuales no aprendieron oficio ni tienen arte de vivir, y estos no por eso son obliga-

     dos a abatirse a oficios viles y trabajosos para sobrevivir, sino que justamente pueden pedir limosna,

     y se les debe hacer en mayor cantidad que a otros pobres de menor condition (Soto, 1545; 1965:

     76-77).

      La persona que, por su calidad y obligaciones, no puede pedir limosna de puerta en puerta, y lo

     hace de modo que sea con el mayor secreto posible {Diccionario de la lengua castellana, 1726-

     1739; 1990: V, 305).

     El caso opuesto es el de los pobres de solemnidad , aquellos cuya pobreza era publicamente

     reconocida y certificada:

      Se llama [pobre de solemnidad] el que padece total necessidad y pobreza, por la que se ve obli-

     gado a pedir limosna para mantenerse {Ibidem: VI, 140).

     Pobres dignos/indignos, verdaderos/falsos; meritevoli; deserving/undeserving, worthy, on the dole

     (los pobres receptores de asistencia; notese que, significativamente, en ingles actual el termino dole

     tiene dos acepciones, limosna y subsidio de desempleo , y to be on the dole, hoy estar en el

     paro , significaba antiguamente figurar entre los beneficiarios de caridad institutional): pobres ver-

     daderos [...], necesitados de bienes temporales, salud y fuerza para ganar lo que han menester con

     que sustentar la vida ; fingidos, falsos, engaiiosos, y vagabundos, usurpadores de la limosna de los

     otros, transgresores de las buenas leyes y costumbres de los reinos [...], provocadores con sus peca-

     dos y excesos de la ira de Dios contra todo el pueblo, y causa de los contagios y enfermedades perni-

     ciosas del (Perez de Herrera, 1598; 1975, 13-14).

     Pobres utiles/inutiles (para el trabajo); able-bodied poor; sturdy beggars (en sentido despectivo)/

     impotent poor: ...para que uno sea legitimamente pobre no es necesario que sea enfermo, sino basta

     que sea hombre en dias o flaco o que tenga otro cualquier impedimento, por donde no pueda sufrir

     tanto trabajo cuanto es menester para su sustentacion o de su familia si la tuviere. Y esto se nota en

     aquella ley de los mendicantes validos, que no se intitula de mendicantes sanos, sino validos (Soto,

     1545 1965 74-75■

     Solo con el tiempo, la traditional dicotomia entre el pobre incapaz de trabajar y el holgazan se I

     complico con una tercera figura, la del trabajador desocupado por razones ajenas a su voluntad I

     {labouring poor): ...aunque sea un hombre sano, por ventura no halla amo o no halla labor u oficio, I

     y si en su tierra no lo halla tiene derecho de irlo a buscar por todo el reino {Ibidem: 76). | 123

    This content downloaded from 200.89.69.88 on Tue, 17 May 2016 19:44:08 UTCAll use subject to http://about.jstor.org/terms

  • 8/17/2019 Historiografía Sobre Pobreza y Caridad en La Época Moderna

    21/24

     Pobres locales/forasteros (locali/forestieri): diferenciacion fundamental que, en sociedades donde la

     confianza se cimentaba en el conocimiento y la pertenencia a la comunidad, solia determinar el dere-

     cho a la asistencia, organizada comunmente segun criterios municipalistas: ...mayor y mas particu-

     lar obligation tenemos de proveer y hacer limosna a los pobres de nuestra tierra que a los extranjeros

     della, porque a aquellos con quien la naturaleza nos trabo y ayunto con mas vinculos de amor, mas

     obligation tenemos de hacerlos bien [...]. Ansi que por el comun titulo o derecho a ninguno haya-

     mos de echar fuera de las entrafias ni de las obras de misericordia, pero mas especial cuidado somos

     obligados a tener de los que son nuestros naturales vecinos, domesticos o parientes (Robles, 1545;

     1965: 178-180).

      la distincion que parece de derecho se debe hacer es entre verdaderos pobres y falsos y fingi-

     dos. Empero siendo verdaderos pobres, no solo no es piedad distinguir si son naturales o extranjeros,

     mas hablando so toda correction y con todo acatamiento, ni parece conforme a justicia (Soto, 1545;

     1965:51-52) .

     Vagabundo, vagamundo: el que se anda ocioso o vagando por todas partes (Covarrubias, 1611;

     1995: 948); vagabonds, vagrants; vagabonds; vagabonds en el sentido de persona sin amo: sans

     aveu; masterless men; rodamon. Termino que, en una sociedad corporativa, donde la pertenencia a

     alguno de los cuerpos constituidos (estamento, gremio, profesion...) constituia la base de la identidad

     social, identificaba, mas todavia que la movilidad geografica, la carencia de lazos sociales: [los

     que] podrian trabajar y vivir de su afan, y no lo hacen; los quales no tan solamente viven del sudor de

     otros, sin lo trabajar y merescer, mas aun dan mal exemplo a otros, que los ven hacer aquella vida,

     por lo qual dexan de trabajar, y tornanse a la vida dellos (disposiciones castellanas bajomedievales

     recogidas en la Novisima Recopilacion, lib. XII, tit. XXXI, ley I).

      ...aunque el nombre de vagabundo nos parece suena mas de hombres que no tiene propia casa

     ni habitation sefialada, sino que anda vagando por el mundo..., empero la propiedad deste nombre

     anade que anden por el mundo sin necesidad ni utilidad. Porque vagar no solo quiere decir no tener

     casa, empero no tener oficio ni legitima causa o necesidad de discurrir. Que de otra manera no seria

     este nombre infame como lo es ni sonaria mal como suena, porque significa ociosidad. Y ansi, en

     castellano, se Hainan baldios, como ganado sin dueno (Soto, 1545; 1965: 23-24).

      ...vagabundo es aquel que sin justa causa anda vagando y no quiere asentar en ninguna manera

     determinada de vivir ni se quiere contentar con lo que le ofrecen conforme al estado en que le hallan

    (Robles, 1545; 1965: 276).

     Pobres ociosos; idle poor, idlers; faineants, gens de neant En castellano tambien gallofos o

      galloferos : El pobreton que, sin tener enfermedad, se anda holgazan y ocioso, acudiendo a las

     horas de comer a las porterias de los conventos, adonde ordinariamente se hace caridad y en especial

     a los peregrinos. Y porque por la mayor parte son franceses, que pasan a Santiago de Galicia, y por

     otro nombre se llaman gallos [sic], los dijeron gallofos (Covarrubias, 1611; 1995: 576).

     En los escalones mas bajos de la gradation moral, el pobre indigno o falso o el vagabun-

     do se confundian con una amplia gama de terminos que designaban conductas reprobadas o margi-

     nales: en el caso de los hombres, por ejemplo, los estatutos de Zurich de 1520 contraponian a los

     pobres piadosos y honorables otros dados a los vicios de la fornication o el juego , y en el de las

     mujeres, solia clasificarselas por su virtud sexual, desde las jovenes en peligro a las prostitutas

     arrepentidas.

     Picaros; rogues, thriftless (malgastadores). Segun la Vagrancy Act inglesa de 1598, personas erran-

     tes y trabajadores que, estando sanos, deambulan y rehusan trabajar . Fr.: maraux, ribauds, belitres,

     coquins. Literature of roguery: literatura picaresca.

     Caridad: Ya antes del siglo xv existian, en el piano de la doctrina moral, distinciones entre los con-

     de hospitalitas o asistencia (indiscriminada) y liberalitas o caridad (que debia privilegiar a los

     pobres honestos y desvalidos por encima de los mendigos utiles o de comportamiento inadecuado)

      I c e p t o s ( G e r e m e k , 1 9 8 9 : 3 5 - 3 6 ) . A l o l a r g o d e l a e p o c a m o d e r n a , s e e x t e n d i o l a r e p u l s a d e l a c i e g a c a r i d a d

    o caridad indiscriminada en favor de la caridad discreta , generando reacciones entre los defensores

     del modelo traditional: Yo no tengo por cristiano a quien no socorre al hermano indigente en la

    This content downloaded from 200.89.69.88 on Tue, 17 May 2016 19:44:08 UTCAll use subject to http://about.jstor