Hombres Sin Mujeres Lectura

13
HARUKI MURAKAMI HOMBRES SIN MUJERES Traducción del japonés de Gabriel Álvarez Martínez

description

Primeras paginas

Transcript of Hombres Sin Mujeres Lectura

HARUKIMURAKAMIHOMBRESSINMUJERESTraduccindeljaponsdeGabriellvarezMartnez001-272 Hombres sin mujeres.indd 5 23/01/15 11:48ndiceDrive My Car . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 9Yesterday. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 53Un rgano independiente. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 95Sherezade . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 139Kino . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 173Samsaenamorado . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 217Hombres sin mujeres . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 249001-272 Hombres sin mujeres.indd 7 23/01/15 11:48Hombres sin mujeres001-272 Hombres sin mujeres.indd 249 23/01/15 11:48251El timbre del telfono me despierta pasada la una de la madrugada.Unallamadatelefnicaenplenanochesiem-preresultaviolenta.Escomosialguienintentasedestruir elmundovalindosedeunabrutalpiezametlica.Como miembro del gnero humano, tengo la obligacin de acallar-lo. As que me levanto de la cama, voy a la salita de estar ydescuelgoelauricular.Unavozgravedehombremedaunaviso:unamujer hadesaparecidoparasiempredeestemundo.Lavozper-tenece al marido de la mujer. Por lo menos as se present. Ymedijoalgo:Mimujersesuicidelmircolesdela semana pasada y, en cualquier caso, pens que deba comu-nicrselo; eso me dijo. En cualquier caso. Su tono me pare-ci desprovisto de todo sentimiento. Daba la impresin de que dictara un texto para un telegrama. Apenas haba silen-cios entre palabra y palabra. Un aviso puro y duro. La ver-dad sin ornamentos. Punto.Qu respond yo? Deb de decirle algo, pero no recuer-do qu. De todas formas, se hizo un silencio. Un silencio comosicadaunonosasomsemosaunextremodeun hondo agujero abierto en el medio de una carretera. Luego l colg, sin ms ni ms, sin haber aadido nada. Como si suavemente depositase una frgil obra de arte en el suelo. 001-272 Hombres sin mujeres.indd 251 23/01/15 11:48252Yyomequedallplantado,coneltelfonoenlamano, absurdamente. En camiseta blanca y bxers azules.No s de qu me conoca. Le habra dicho ella que yo era un viejo amante? Para qu? Y cmo es que tena mi nmero,sinovieneenlaguatelefnica?Adems,para empezar, por qu yo? Por qu tuvo el marido que tomar-se la molestia de llamarme e informarme de que ella haba desaparecido para siempre? Me resulta difcil creer que ella selopidieraporescritoeneltestamento.Denuestrarela-cin haca una eternidad. Y una vez rota, nunca volvimos avernos.Nisiquieraahablarportelfono.Pero,enfin,esonotenaimportancia.Elasuntoes quenomedioniunasolaexplicacin.lcreyquete-naqueinformarmedequesumujersehabasuicidado. Yenalgnsitioconsiguielnmerodetelfonodemi casa. Pero no vio necesario informarme de nada ms. Todo indica que su intencin era dejarme en ese punto interme-dio entre el conocimiento y la ignorancia. Pero por qu? Pretendera hacerme pensar enalgo?Enqu?No lo s. El nmero de interrogantes slo fue en aumen-to. Como un nio que estampa su sello de juguete sin ton nisonensucuaderno.Y es que ni siquiera tena idea de por qu se haba sui-cidado o cmo haba puesto fin a su vida. Aunque hubiera querido averiguarlo, no habra podido. Desconozco dnde viva y, ya puestos, ni siquiera saba que se hubiera casado. Como es natural, tampoco s su apellido de casada (el ma-rido no me dijo su nombre por telfono). Cunto tiempo haba estado casada? Haba tenido hijos, hijas?No obstante, acept sin ms lo que el marido me haba comunicado.Noalbergabaningunasospecha.Trasrom-per conmigo, ella sigui viviendo en este mundo, se enamo-001-272 Hombres sin mujeres.indd 252 23/01/15 11:48253rara (probablemente) de alguien con quien luego se habra casado,yelmircolesdelasemanapasadaacabconsu vidaporalgnmotivo,dealgnmodo.Encualquiercaso. En la voz del marido haba, sin duda, un vnculo profundo con el mundo de los muertos. En la quietud de la noche, fuicapazdesentiresacrudaconexin.Perciblatirantez del hilo tensado y su agudo destello. En ese sentido, llamar-me pasada la una de la madrugada fuese o no su inten-cin era la opcin correcta para l. A la una de la tarde seguramentenohabracausadoelmismoefecto.Cuando por fin colgu el auricular y volv a la cama, mi mujer estaba despierta.Quinhallamado?Sehamuertoalguien?pre-gunt ella.No, nadie. Se han confundido de nmero contes-t arrastrando las palabras, con voz somnolienta.Pero ella, por supuesto, no me crey. Porque incluso en mitonosepercibaunatisbodemuerte.Laconmocin queprovocaunamuerterecienteesaltamentecontagio-sa. Se transforma en un temblorcillo que se propaga por la lnea telefnica, deforma el eco de las palabras y hace que elmundosesincroniceconsuvibracin.Miesposa,con todo, no aadi nada. Estbamos acostados a oscuras, cada uno pensando en sus cosas, con el odo pendiente de aque-llaquietud.De modo que aqulla era la tercera mujer que elega la vadelsuicidiodeentretodasconquieneshabasalido. Bienpensado...,no,no,tampocohacefaltapensarlotan-to, pues la verdad es que es una tasa de mortandad consi-derable.Apenaspuedocreerlo.Porquetampocohesalido con tantas mujeres. Me cuesta entender cmo pueden ir qui-001-272 Hombres sin mujeres.indd 253 23/01/15 11:48254tndose la vida, una tras otra, siendo tan jvenes. Ojal no sea culpa ma. Ojal no me vea implicado. Ojal ellas no me tomen como testigo o cronista. Lo deseo de veras, de cora-zn. Adems..., cmo expresarlo?.., ella la tercera (dado que me resulta incmodo no nombrarla de algn modo, he decidido llamarla provisionalmente M) no era, en absolu-to, una persona con rasgos suicidas. Y es que a M siempre la vigilaban y protegan todos los marineros fornidos del mundo.Nopuedoexplicarcondetallequclasedemujerera, dnde y cundo nos conocimos ni las cosas que haca. La-mentndolo mucho, aclarar ciertos aspectos me causara di-versos problemas en la vida real. Posiblemente se generaran unas molestias que afectaran a personas (todava) vivas de suentorno.Asqueslopuedodecirquemantuveunare-lacin muy ntima con ella durante una poca, pero que un buen da sucedi algo y nos separamos.Adecirverdad,creoqueconocaMcuandotenaca-torceaos.Enrealidadnofueas,peroaqulodarpor hecho.Nosconocimosenelcolegioaloscatorceaos. Debideserenclasedebiologa.Estabanhablndonos sobre los amonites, los celacantos o algo por el estilo. Ella estaba sentada en el pupitre de al lado. Yo le dije: Podras pasarmelagoma,sitienes?Esqueheolvidadolama,y ella parti su goma de borrar en dos y me dio un pedazo. Sonriendo. Y, literalmente, en ese mismo instante tuve un flechazo. Ella era la chica ms guapa que jams haba visto. Oesopensabayoentonces.AsescomoquieroveraM. Quiero imaginar que nos encontramos por primera vez en unaula.Porlaabrumadoraysubrepticiaintermediacin de los amonites, los celacantos o lo que quiera que fuese. Y es que al imaginarlo as, muchas cosas encajan a la per-feccin.001-272 Hombres sin mujeres.indd 254 23/01/15 11:48255Aloscatorceaos,yoestabasanocomounproducto recin fabricado y, por consiguiente, cada vez que soplaba el clido viento de poniente tena una ereccin. Al fin y al cabo,estabaenlaedad.Peroconellanomeempalmaba. Porque ella superaba con creces a todos los vientos de po-niente.Bueno,ynosloalosdeponiente:eratanma-ravillosa que anulaba cualquier viento que soplase desde cualquier direccin. Cmo iba a tener una sucia ereccin delante de una chica tan perfecta? Era la primera vez en mi vida que me encontraba con una chica que provocaba en mtalsensacin.Siento que se fue mi primer encuentro con M. En rea-lidad no fue as, pero si lo pienso de esa manera, todo cobra sentido. Yo tena catorce aos y ella tambin. Para nosotros fue la edad del encuentro perfecto. As fue como de verdad debimos conocernos.Pero luego M desaparece de pronto. Adnde habr ido? La pierdo de vista. Algo ocurre y, en el preciso instante en que miro hacia otro lado, ella se va sin ms ni ms. Cuan-do me percato, ya no est, aunque un rato antes se encon-traba ah. Quiz algn astuto marino la haya engatusado y se la haya llevado a Marsella o a Costa de Marfil. Mi deses-peracin es ms profunda que cualquier ocano que hayan podido surcar. Ms profunda que cualquier mar, guarida de calamaresgigantesydragonesmarinos.Meaborrezco.Ya no creo en nada. Cmo es posible! Con lo que me gusta-baM!Conelcarioqueletena!Conloquelanece-sitaba!Porqutuvequemirarhaciaotrolado?Pero,porelcontrario,desdeentoncesMestentodas partes.Puedoverlaencualquiersitio.Sigueah,ylaveo endistintoslugares,endistintosmomentos,endistintas personas. Me doy cuenta. Yo met la mitad de la goma de borrar en una bolsa de plstico y la llev siempre conmigo. 001-272 Hombres sin mujeres.indd 255 23/01/15 11:48256Como una especie de talismn. Como una brjula que mar-caelrumbo.Silallevabaenelbolsillo,algndaencon-trara a M en un rincn del planeta. Estaba convencido. Lo nicoqueocurraeraquesehabadejadoengaarporlas sofisticadas lisonjas de un marinero que la embarc en un granbuqueyselallevatierrasremotas.Porqueellaera una chica que siempre procuraba creer en algo. Una perso-naquenotitubeabaalahoradepartirunagomaendos yofrecertelamitad.Intento obtener siquiera algn retazo de ella en distin-toslugares,atravsdedistintaspersonas.Pero,porsu-puesto,nosonmsquefragmentos.Unfragmentoesun fragmento,pormuchosqueserenan.ElncleodeM siempre me rehye, como un espejismo. Y el horizonte es infinito. Tanto en la tierra como en el mar. Yo sigo despla-zndomeincansablementetrasella.HastaBombay,Ciu-daddelCabo,ReikiavikylasBahamas.Recorrotodaslas ciudadesportuarias.Perocuandollego,ellayasehaesfu-mado.Enlacamadeshechapermanecetodavaeltenue calordesucuerpo.Elfularconadornosdeespiralesque llevaba cuelga del respaldo de la silla. Hay un libro sobre la mesa,abiertobocaabajo.Unasmediasalgohmedasse secan en el lavabo. Pero ella ya no est. Los pesados de los marinerosdelmundointuyenmipresenciayselallevan atodaprisaaotrolugar,laesconden.Yo,claro,yano tengo catorce aos. Estoy ms moreno y ms curtido. Lle-vo barba y he aprendido la diferencia entre un smil y una metfora. Pero cierta parte de m todava tiene aquella edad. Yesaparteeternademqueesmiyodecatorceaoses-pera con paciencia a que un suave viento de poniente aca-riciemisexovirgen.Alldondesopleeseviento,alles-tarM.saesMparam.001-272 Hombres sin mujeres.indd 256 23/01/15 11:48257Ella no es amiga de permanecer en un sitio.Pero tampoco es de las que se quitan la vida.Ni siquiera yo s qu pretendo al contar todo esto. Su-pongoqueintentoescribirsobrelaesenciadealgoirreal. Pero escribir sobre la esencia de algo irreal se asemeja a que-dar con alguien en la cara oculta de la Luna. Est oscuro y nohayseales.Encima,esvastsima.Loquequierodecir es que M era la chica de quien deb enamorarme cuando tena catorce aos. Pero en realidad fue mucho ms tarde cuando me enamor de ella y, para entonces, ella (por desgracia) ya no tena catorce aos. Nos equivocamos en el momento de conocernos.Comoquienconfundeeldadeunacita.La horayellugarerancorrectos.Peronolafecha.En M, sin embargo, todava viva aquella nia de catorce aos. Yaca dentro de ella en su totalidad no de manera parcial. Si yo aguzaba bien la vista, poda vislumbrar su figura,queibayvenadentrodeM.Cuandohacamosel amor,avecesenvejecaespantosamenteentremisbrazos yotras se transformaba en nia. Siempre transitaba de ese modo por su propio tiempo personal. Me gustaba esa face-tasuya.Enesosmomentosyolaabrazabacontodasmis fuerzas,hastahacerledao.Quizhiciesedemasiadafuer-za. Pero no poda evitarlo, porque no quera entregrsela a nadie.Noobstante,llegdenuevoeldaenquevolvaper-derla. Y es que todos los marineros del mundo van tras ella. Solo, soy incapaz de protegerla. Cualquiera tiene un despis-te en algn momento. Necesito dormir, ir al bao. Incluso limpiar la baera. Picar cebollas y quitar las hebras a las ju-das. Necesito revisar la presin de los neumticos del coche. As fue como nos alejamos. Es decir, ella se fue distanciando 001-272 Hombres sin mujeres.indd 257 23/01/15 11:48258de m. Detrs, claro, se hallaba la sombra infalible de los marineros.Unadensasombraquetrepabasinayudade nadie por los muros de los edificios. La baera, las cebollas ylapresindelairenoeranmsquefragmentosdeuna metfora que esa sombra se dedicaba a esparcir como quien esparce chinchetas por el suelo.Seguroquenadieimaginacuntosufr,lohondoque ca cuando ella se march. No, es imposible que alguien sehagaunaidea.Porquenisiquierayologrorecordarlo. Cuntohabrsufrido?Cuntomedolielalma?Ojal existiera en el mundo una mquina que midiese fcilmen-teyconprecisinlatristeza.Aspodraexpresarloenci-fras.Unamquinasemejantejamscabraenlapalmade la mano. Eso pienso cada vez que mido la presin de los neumticos.Y al final ella muri. Me enter gracias al telefonazo en plena noche. Ignoro el lugar, los medios, el motivo y el ob-jetivo,peroelcasoesqueMestabadecididaaquitarsela vida, y eso hizo. Se retir de este mundo real tranquilamen-te(quiz).Aunqueyopudiesedisponerdetodoslosma-rinerosdelmundoydetodassussofisticadaslisonjas,ya nunca podr rescatarla ni siquiera raptarla de las pro-fundidades del ms all. Si a medianoche escuchas con aten-cin, es posible que t tambin percibas a lo lejos el canto fnebre de los marineros.Adems, tengo la impresin de que, debido a su muer-te,heperdidoparasiempreamiyodecatorceaos.Esa parte ha sido arrancada de cuajo de mi vida, como el nme-roretiradodeluniformedeunequipodebisbol.Lahan depositadoenunarobustacajafuerteconunacompleja cerradura y arrojado al fondo del ocano. Tal vez la puerta 001-272 Hombres sin mujeres.indd 258 23/01/15 11:48259noseabraenmilmillonesdeaos.Losamonitesycela-cantos la vigilan en silencio. El esplndido viento de ponien-te ya ha dejado de soplar. Todos los marineros del mundo lamentan de corazn su muerte. As como todos los anti-marineros del mundo.CuandomeenterdelamuertedeM,mesentelse-gundo hombre ms solo del planeta. El primero, sin duda, es su marido. Le cedo la plaza. No s qu clase de persona ser. No dispongo de ninguna informacin sobre su edad, a qu se dedica o a qu no se dedica. Lo nico que conoz-co de l es que su voz es grave. Pero el hecho de que tenga la voz grave no me da ningn dato concreto sobre l. Ser un marinero? O quiz alguien al que no le gustan los ma-rineros? Si fuese de estos segundos, tendra en m un alia-do. Si fuese de los primeros... aun as contara con mi soli-daridad. Ojal pudiese hacer algo por l.Peronotengomaneradeacercarmealqueundafue elmaridodeM.Nossunombrenidndevive.Quiz hayaperdidotambinelnombreyellugar.Despusde todo,eselhombremssolodelplaneta.Enplenopaseo, me siento delante de la estatua de un unicornio (la ruta que siemprehagopasaporunparqueconunaestatuadeun unicornio) y, mientras observo una fresca fuente, pienso en l. Intento imaginar qu se siente al ser el hombre ms solo delmundo.Yoyasqusesientealserelsegundohom-bre ms solo del mundo. Pero todava ignoro qu se siente siendo el hombre ms solo del planeta. Entre la segunda y laprimerasoledaddiscurreunhondoabismo.Quiz.No es que solamente sea hondo, sino que adems tiene una an-chura espantosa. Tanto que desde el fondo se eleva una alta montaa formada por los restos de los pjaros muertos que, incapaces de franquearlo de extremo a extremo, cayeron ex-tenuados en pleno vuelo.001-272 Hombres sin mujeres.indd 259 23/01/15 11:48260Unbuenda,derepente,teconviertesenunhombre sin mujer. Ese da sobreviene de repente, sin mediar el me-nor indicio o aviso, sin corazonadas ni presentimientos, sin llamar a la puerta y sin carraspeos. Al doblar la esquina, te das cuenta de que ya ests all. Y no puedes dar marcha atrs. Unavezquedoblaslaesquina,seconvierteentunico mundo. En ese mundo pasan a decir que eres uno de esos hombres sin mujeres. En un plural glido.Sloloshombressinmujeressabencundolorosoes, cunto se sufre por ser un hombre sin mujer.(...)001-272 Hombres sin mujeres.indd 260 23/01/15 11:48