22_ MAYO 2013 REVISTA 21

Mª Ángeles López RomeroTEXTO

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uede que alguien noconozca a Iñaki Ga-bilondo. Pero es

poco probable. Lo que casinadie sabrá es que el afamadoperiodista vasco ha sido du-rante muchos años suscriptorde la revista 21, cuando aún sellamaba Reinado Social. Nom-brarla nos abre las puertas desu despacho de Gran Vía y desu apretadísima agenda. “Metrae al recuerdo muchas emo-ciones de mi infancia”, nosdice al primer instante. Y dejaque el tiempo corra, relajado,mientras le hacemos una y milpreguntas y él las respondecon su verbo ágil, su pensa-miento bien estructurado y lacercanía y naturalidad que sólolos hombres y mujeres noblesson capaces de mostrar seacual sea el peso de su fama. Supongo que ya está muyhabituado, pero, ¿cómo sesiente el entrevistador en-trevistado?Siempre resulta un poquitodescolocante. Porque a lolargo de mi vida he tenido mu-

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chas más preguntas que res-puestas. Cada vez tengo másla impresión de que tengomenos que decir. Algunas de sus entrevistashan pasado a la historia delperiodismo. Recuerdo aque-lla en que preguntó a FelipeGonzález por los GAL.¿Ahora estamos dejandoque se marchen crudosnuestros líderes?El paro, que es a mi juicio elmayor enemigo de la libertad deexpresión, ha aflojado muchísi-mo la tensión en los periodistas,que tienen demasiada preocu-pación por tratar de acomodar-se al rinconcito pequeño deoportunidades que les da uncontrato normalmente basura yun salario miserable. Y por otrolado las empresas, que vivenuna situación económica deses-perada, están dedicandomucha más atención a tratar deresolver sus cuentas que a lapropia comunicación. Se saldráde esta tormenta con muchoscadáveres en el camino. Luego,por lo que se refiere a la actitud

Iñaki Gabilondo. “La ética es la madre de todas nuestrasposibilidades de futuro”Ha cumplido setenta años y sigue al pie del cañón, comentando cada día la actualidaddesde la Cadena Ser y su videoblog de El País. Iñaki Gabilondo (San Sebastián, 1942), queha conducido durante años el programa más oído de la radio, es uno de los principalesreferentes del periodismo español. Hoy se escandaliza más que nunca ante las situacionesque vivimos pero no pierde la confianza en el futuro. Sostiene que vivir es tener esperan-za. Y que si hay algo seguro son esos valores que le enseñó su madre cuando contaba ape-nas cinco años y en casa se recibía puntualmente esta revista. A ellos se aferra cada díadesde su atalaya, convencido de que el periodismo vestido de ética será “imprescindiblepara entender y entendernos” en lo por venir.

personal, estas cosas tienen unvalor de verdad, de excusa,pero también pueden ser unacoartada. Los principios tienenque ser mantenidos hastadonde se pueda. ¿Cómo se gana uno la cre-dibilidad?Yo suelo decir en ocasionesque la credibilidad, la solvencia,

es decencia más tiempo. Sólocon decencia no basta porqueuna actividad periodística estásiempre salpicada de errores.De manera que para que la de-cencia se termine más o menos

posando convertida en credibili-dad tiene que haber pasadotiempo. Que se parece bastan-te a la solvencia para vivir. Por-que una de las cosas que termi-nas descubriendo cuando tehaces mayor es que lo que ver-daderamente tiene importanciaes lo que nos enseñaron nues-tras madres que tenía importan-cia cuando teníamos cincoaños. Con eso prácticamente lotienes todo. Entre esos errores de los quehablaba, usted ha reconoci-do públicamente que huboun momento en que Aznarllegó a sacarle de quicio. Sí, claro. Porque yo siempre hecreído que quien hace un granprograma tiene una gran res-ponsabilidad. Y transmite dosmensajes. De manera que túcuentas lo que estás contandopero indirectamente estás con-tando cómo discrepas, cómoescuchas, cómo respetas,cómo atiendes a los demás.Ese segundo mensaje es ungran compromiso que yo siem-pre he tenido. Creo que lo que

“A lo largo de mivida he tenido mu-chas más pregun-tas que respuestas”

“El paro es el mayorenemigo de la libe-tad de expresión”

“¿Que la juventud no tiene futuro? El que no tiene futuro soy yo”

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nunciado la prensa más vincu-lada al PSOE y que los proble-mas que está teniendo el PPlos estuviera denunciando laprensa más vinculada al PP.Pero se juega a estos juegos

de la adscrip-ción. ¿Porqué? Puesno sé muybien por qué.Y lo más tre-mendo detodo es quecon el daño

que nos está haciendo no seproduce la rectificación quecabría esperar. Aun así, ¿piensa que estepaís tiene remedio?Sí. Yo suelo decir en broma queEspaña solo tiene tres salidas,que es por tierra, mar y aire(risas). Pero es un chiste. Aun-que hay días que me pareceque no está tan lejos de la reali-dad. Pero este país, claro quetiene remedio. Yo nunca he cre-ído que tuviera una especial fa-talidad ni un especial carisma…¿Ni los peores políticos?

Ni los peores políticos. Ni lapeor gente, ni los más ladro-nes… Somos como todo elmundo solo que somos hijosde nuestra historia. La posibili-dad de optar y de elegir conuna cierta discrecionalidad esmuy reciente todavía. Es unode los regalillos que nos deja-ron cuatro décadas de verdadoficial y sometimiento. Usted estuvo en primera filade acontecimientos históri-cos como la Transición o el23-F. Ahora hay quienesestán poniendo en cuestiónla calidad de ese proceso oel papel que jugó la coronaen el golpe de Estado. A mí me hace bastante graciacomprobar que una sociedadque está caracterizándose por-que no está haciendo nada, seesté dedicando a explicar lomal que se hizo antes. E inclu-so justificar algunos de los pro-blemas que ahora se tienenporque aquello se hizo mal. Sehicieron unas cosas bien y sehicieron cosas mal. Ningunageneración se ha encontrado

con un pasado perfecto que lehaya permitido seguir remandoalegremente. Y luego, por loque se refiere a la corona, puesigual. La corona ha jugado unpapel extraordinariamente im-portante. No solo el 23F. Algu-nos tuvimos la ocasión de vivirmuy cerca del rey duranteaños en los viajes por elmundo y se hizo un papel real-mente muy notable y meritorio.Meritorio, notable, imperfecto ylleno de errores como merito-rio, notable, imperfecto y llenode errores me parece el restode la construcción política y elpapel de todos. Desde luego ahora mismolas principales institucionessufren un descrédito que nose había producido nunca.¿Esto nos pone ante el ries-go de una fractura social?Los riesgos están ahí. Mi análi-sis de las cosas es que han lle-gado simultáneamente con elúltimo aliento todos los he-chos, instituciones y protago-nistas de la Transición. La mo-narquía, los partidos políticos,

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decía lo diría hoy, las razonesque tenía no procedían de nin-gún sitio espurio, pero me dejéllevar por la ira. No se os olviderestar ese capítulo. En este país tendemos a divi-dir a los periodistas, junto contodo lo demás, en trincheras.La izquierda, la derecha…¿No hay manera de sobreviviren medio del fuego cruzado ode permitir una cierta escalade grises? ¿Todo tiene queser blanco o negro?Bueno, podría también respon-derse: ¿y qué tiene de malo serde derechas o ser de izquier-das, o ser creyente o ser ateo,o ser rubio o moreno? ¿Por quéalguien ha asociado la indepen-dencia y la honestidad con notener un pensamiento o unaideología? Admite por un ladola lectura que tú dices, que escorrecta. Pero también esa otra.Ser independiente quiere decirno hablar con una voz falsa,decir lo que tú crees que tienesque decir, lo que responde a tuverdadera mirada sino lo que teestán pidien-do que hagas.Ahí se pierdela indepen-dencia y la de-cencia. No sepierde la inde-p e n d e n c i aporque se de-fienda una posición o porque setenga un punto de vista delcolor que tú quieras. Lo que unperiodista nunca debe dar es laincondicionalidad. ¿Tiene esto algo que vercon las tragaderas que te-nemos los españoles antela corrupción y la mentira?¿Por qué se lo perdonamostodo a los nuestros?Pues esa es la pregunta quenos hemos hecho toda la vidatodos. Sería maravilloso quelos problemas tremendos quetuvo el PSOE los hubiera de-

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“Este país, claro que tiene remedio”

“Ninguna genera-ción se ha encontra-do con un pasadoperfecto”

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ESCRACHELejos de mí animar al escrache (ya saben, lo de presionar y

acosar a políticos por el tema de los desahucios) porque al-gunas de sus formas de intimidación resultan muy violentas.Pero quiero rescatar uno de sus componentes, la insistencia,cuya eficacia está atestiguada por los personajes de algunasparábolas. Ahí está, sin ir más lejos, aquel tipo inoportuno

que tocaba el timbrede la casa de su amigoa media noche, que noson horas, para pedirletres barras de pan

para un tercer amigo que, la verdad, podía haberse espera-do un poco. La conclusión de la parábola es sorprendente: elacosado termina por levantarse y dárselas (quizá se las tirópor la ventana…), no por nobles motivos de amistad, sinosencillamente para que le dejara en paz (Cf.Lc 11, 9-10). ¿Yqué me dicen de aquel juez, perseguido por una viuda insis-

SILLITABAJADOLORES ALEIXANDRE

tente y pesadísima y que, para quitársela de encima, decideatenderla y revisar su caso? (Cf.Lc 18,1-8). Según una lecturapeculiar de Thomas Keating, esa viuda es clavadita a Dios:también Él nos persigue para que le hagamos “justicia” y enta-blemos con Él una relación que responda a su incomprensi-ble amor.

De entre las imágenes que emplea el Apocalipsis parahablar del Resucitado (cinturón de oro en los lomos, lla-mas de fuego en sus ojos, estrellas en su mano…), la queprefiero con diferencia es la que le presenta practicandoun mansísimo escrache: quieto ante la puerta de nuestracasa y llamando por si acaso queremos abrirle y compar-tir con Él nuestra cena. •

Quieto ante la puerta de nuestracasa por si acaso queremos abrirle

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la Constitución, el Estado delas autonomías, los medios decomunicación… Por eso creoque, sin hablar de refundacio-nes, sí sería necesario enten-der la ocasión actual como laoportunidad de revitalizar,pasar la hoja y darle una vueltaal camino. Como entonces. El descrédito está afectan-do también al periodismo.Por supuesto. Pero dichoesto, el periodismo como tal,a través de otras herramien-tas, sé que continuará, sin lamás mínima duda, adelante.Porque además la aparición ala vez de este inmenso lío quees internet hace más necesa-rio el periodismo. Yo suelodecir aquella frase de que enlas inundaciones lo primeroque escasea es el agua pota-ble. Paradójicamente. Y en lainundación de informaciónque nos está llegando a tra-vés de internet lo primero queescasea es la información po-table. En defensa propia lagente va a necesitar señalesque le permitan distinguir detodo ese barullo aquello que

pueda tener algún tipo de sol-vencia. Y entonces la ética,que ha sido la cosita que de-cíamos para acabar las con-versaciones, para hacer boni-to, como Arguiñano echa unpoco de perejil, ahora se va adescubrir que es la madre detodas nuestras posibilidadesde futuro. De manera que elúltimo refugio es la ética. Oeso o se acabó. La gente vaa necesitar el periodismo paraentender y entenderse. Otracosa es que en el caminohaya millones de cadáveres. ¿Cómo ha vivido todosesos despidos a su alrede-dor en sitios tan queridoscomo la Ser?Pues con gran angustia por-que además yo observo la an-gustia de las empresas. ¿Pero no cree que se hancometido por parte de lasempresas muchas barbari-dades, experimentos fi-nancieros que han dado altraste con…?Claro, evidentemente. Hemossido escandalosamente esta-fados. Y me parece que no

estamos para nada yendopor el camino correcto parasalir de esta situación, peroveo que todos los periódicosdel mundo están a la deses-perada. Otra cosa es quecon la excusa de la crisis seestá inventando el pitorreo delos ERES. Pero en los mediosde comunicación el problemaes de aúpa de verdad. Ahora,el otro capítulo que tú dices:

¿cómo hemos llegado a estetipo de situación? Pues por-que se impuso un sistema devalores y un pensamiento yuna doctrina que liberó al di-nero de cualquier t ipo decontrol.Y de responsabilidad social.El dinero se soltó, se le dejó

circular sin desagües ni di-ques de contención y lo hatumbado todo. Esto ha sidoabsolutamente escandaloso.Ha sido ignominioso. Es elmomento más terrible que yorecuerdo.Pero no podemos perder laesperanza, ¿no?Es que vivir es tener esperan-za. Vivir es mirar al horizonte.Lo otro no es vivir. Vivir es darel siguiente paso. Muchasveces cuesta mucho. Y poreso hay que ser valiente. Poreso yo creo que en el fondolos valores que me inculcó mimadre, la decencia, el esfuer-zo, la voluntad, echarle valor alas dificultades de la vida, for-man parte de los elementosesenciales que hay que recu-perar porque esos sí que sonseguros hasta que te mueras.Mientras estamos perdidos enel resto, vamos a aprovecharpara poner un poquitín enorden las cinco o seis cosasque sabemos que nos van avaler toda la vida. Y por lomenos vamos a ponernos deacuerdo en eso. •

“La corona hizo un papel meritorio y notable”

“En la inundación de información loprimero que esca-sea es la informa-ción potable”

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