Inteligencia Emocional en el Trabajo

Como disfrutar mientras trabajas

Samuel Butler“La felicidad y el infortunio no dependen de cuán alto o bajo te halles, dependen de la dirección en la que vayas”

¿Qué tiene sentido para ti?

Muchas personas derrochan sus días pensando en los que deberían tener, exigiendo que las cosas sean a su manera, antes de ponerse a disfrutar de la vida. Mientras, en cualquier otro planeta de cualquier otra galaxia nadie se preocupa, porque no hay nadie vivo. En un momento de lucidez vemos que lo preferible no es indispensable, que podemos ser felices aunque algunas cosas y personas disten de complacernos. En ese momento dejamos de repetir “todo está mal” y nos recreamos en lo formidable que es la vida: una cosa tan improbable.

EJERCICIO

Durante unos minutos de tranquilidad, prueba el siguiente ejercicio a fin de ver con mayor nitidez cuál es tu meta:

• Imagínate de aquí a cinco años estando muy bien, observa todos los detalles que te agradan. Escribe lo que recuerdes.• Después, imagínate de aquí a cinco años estando muy mal, observa todos los detalles de cuánto te molesta ese futuro. Escribe lo que recuerdes.• Imagínate de aquí un año estando tal como esperas estar, observa todos los detalles de cuanto provés en ese futuro. Escribe cuáles son las cosas que crees que has de hacer, pensar y sentir para gozar al máximo de la vida en los próximos años.• Haz una lista de acciones que debes completar en los próximos dos, tres, cuatro, seis y doce meses. Y enfócala ya.

Descubre cuál es tu meta

Cultiva la responsabilidad: mejora tus pensamientos

Encontramos muchas situaciones en las que la ocupación está vacía. Y no es porque el universo sea hostil o desfavorable. Por eso, aunque estemos en medio de muchas personas, debemos ser nosotros mismos quienes le pongamos sentido. Es nuestra responsabilidad. ¿Cómo se pone sentimiento? Nuestros pensamientos hace que nos sintamos de un modo o de otro. Y la buena noticia es que en realidad los pensamientos son también conductas o acciones.

Un mismo hecho, como que tu jefe te mire, puede hacerte pensar cosas distintas. Si piensas: “Me mira, me controla, debo interesarle”, sentirás halago y simpatía, pero si crees: “Me mira, le extraña lo que hago”, sentirás azoro e inseguridad. De este modo, cualquier cosa que decidas pensar: “Es difícil, fracasaré” o “es un reto, me luciré”, hará que te sientas de una forma determinada.

Cultiva la responsabilidad: mejora tuspensamientos

El problema es que muchas veces decidimos conscientemente el curso de nuestros pensamientos. De esta forma creemos que nos sentimos obligados a pensar de un modo determinado, cuando podríamos cambiarlo. Se trata de una capacidad realmente clave que transforma todas nuestras relaciones. Primero, la relación con nosotros mismos se hace más sensata; después, y como resultado lógico, nuestras relaciones con los demás adquieren la misma objetividad y consideración inteligente.

Según el Dr. Albert Ellis, padre de la terapia racional emotiva, los pensamientos erróneos se encuadran en una de estas categorías: Irrealismo. Consisten en exigir que la realidad sea distinta de cómo es. Perfeccionismo. Es exigible e imprescindible que tú y los demás actúen perfectamente. Falta de autoaprobación. Para ser felíz, necesitas que te aprueben determinadas personas.

¿Cómo te sientes en tu trabajo?

Por doloroso que sea, siempre es mejor aceptar la frustación y bexplorarla ¿cómo? La próxima vez que el sufrimiento te embargue, el lugar de decirte que es malo, acógelo y sumérgete en él. Busca el sentido que tiene la realidad para tu vida. Descubrirás que aunque ingreses en él y lo sufras, jamás podrá destruirte. Tu sentimiento dañino es como chaparrón; una provocación que atraviesas repetidamente y te reta para que aprendas algo.

Como la sonrisa automática que aflora al cruzarte con aquel conocido que tanto aborreces, a menudo las emociones que expresas son artificiales; surgen para ocultar otras más profundas y reales, que duele expresar o hasta admitir. Ser consciente de estos sentimientos requiere enfrentarse a ellos. Naturalmente, se precisa valor para profundizar el sentimiento hasta llegar a su raíz: el pensamiento que lo genera, así como su emoción.

Abandona el guión, sé tu mismo

Nuestro yo mismo es justo quien nos acompaña en cualquier representación; es nuestra parte consciente capaz de notar nuestros sentimientos y decidir o, al menos, capaz de hacerlo en un acto de valentía. Es fácil decirlo: “Sea usted mismo”, “Sea espontáneo” Pero intentarlo directamente produce un efecto paradógico. ¿Cómo se conquista la propia espontaneidad? Eres tu mismo cuando te saltas los propios caminos trillados y actúas tal y como tú mismo, en ese mismo instantes sabes que debes actuar. No como esperan, no como solías, sino relamente comno tú quieres, como decides, como piensas, a tu manera e inteligentemente.

Recuerda ...

En el fondo cada uno sabe lo que está impulsado automáticamente a hacer. La perspona inteligente se detiene un instante y se dice “estoy a punto de volverlo a hacer”, pero esta vez no, “esta vez voy a hacerlo como quiero, a mi manera”. Entonces logra el objetivo final, el objetivo que persiguió toda su vida. Es ese instante extra de reflexión inteligente el que marca la diferencia. Se encuentra expresándose e interpretando, por fin, a su modo.