II, 1, 107. Mecanismos Nacionales de Proteccion de Los Derechos Humanos[1][1]. 27-10-04

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    Mecanismos Nacionales de Proteccin de los Derechos Humanos

    (Garantas judiciales de los derechos humanos en

    el derecho constitucional comparado latinoamericano)

    ALLAN R. BREWER-CARAS

    Profesor de la Universidad Central de Venezuela

    IIDH Instituto Interamericano de Derecho Humanos

    San Jos, 2004

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    NDICE

    NOTA EXPLICATIVA................................................................ 17

    INTRODUCCIN ........................................................................ 21

    PRIMERA PARTE

    LA UNIVERSALIZACIN Y AMPLIACIN DE LAS DECLARACIONES DE DERECHOS

    I. LA AMPLIACIN NACIONAL DE LAS DECLARA-CIONES DE DERECHOS Y GARANTAS ........................ 32 1. Las garantas constitucionales de los derechos ............ 34 2. Los derechos y libertades individuales ......................... 36 3. Los derechos sociales.................................................... 37 4. Los derechos ambientales ............................................. 40 5. Los derechos de los pueblos indgenas ......................... 41 6. Los derechos econmicos.............................................. 42

    II. EL SENTIDO DE LAS DECLARACIONES DE DERECHOS Y LAS CLUSULAS ABIERTAS ................ 43 1. El carcter declarativo ................................................. 43 2. Las clusulas abiertas................................................... 43 3. La garanta objetiva ...................................................... 47 4. El mbito de las limitaciones a los derechos ................ 48

    III EL PRINCIPIO DE LA ALTERIDAD................................. 50

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    SEGUNDA PARTE

    LA CONSTITUCIONALIZACION DE LA INTERNACIONALIZACION DE LOS

    DERECHOS HUMANOS

    I. EL RANGO NORMATIVO DE LOS INSTRUMENTOS INTERNACIONALES DE DERECHOS HUMANOS ESTA-BLECIDO EXPRESAMENTE EN LAS CONSTITUCIONES 60 1. El rango supra constitucional de los instrumentos

    internacionales sobre derechos humanos ...................... 61 2. El rango constitucional de los instrumentos internacio-

    nales sobre derechos humanos...................................... 62 3. El rango supra legal de los instrumentos internacionales

    sobre derechos humanos ............................................... 63 4. El rango legal de los instrumentos internacionales sobre

    derechos humanos......................................................... 64 II. EL VALOR NORMATIVO CONSTITUCIONAL DE LOS

    INSTRUMENTOS INTERNACIONALES CON INDEPEN-DENCIA DE LA JERARQUA DE ESTOS EN EL ORDEN INTERNO............................................................................. 65 1. La exigencia expresa de la interpretacin de la

    Constitucin de conformidad con los tratados internacionales.............................................................. 65

    2. La interpretacin constitucional de las declaraciones generales sobre los fines de la sancin de la Constitucin vinculados a los derechos humanos......... 66

    3. La interpretacin de las obligaciones constitucionales del Estado en relacin con los derechos humanos........ 66

    4. El principio de la interpretacin progresiva................. 68

    TERCERA PARTE

    EL FORTALECIMIENTO Y DESARROLLO DE LAS GARANTIAS JUDICIALES DE LOS

    DERECHOS CONSTITUCIONALES

    I. LAS GARANTAS GENRICAS DE PROTECCIN DE LOS DERECHOS HUMANOS............................................ 74 1. El derecho de acceso a la justicia y a la tutela

    efectiva de los derechos e intereses............................... 74 2. El amparo a travs de los medios judiciales

    ordinarios...................................................................... 78

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    II. LAS GARANTAS JUDICIALES ESPECFICAS DE LOS DERECHOS FUNDAMENTALES: EL DERECHO DE AMPARO ....................................................................... 82 1. El amparo: una institucin latinoamericana ................ 82 2. El sentido de la regulacin sobre el amparo en la

    Convencin Americana ................................................. 87 3. La necesidad de ampliar la proteccin constitucional

    mediante otros medios judiciales de proteccin ........... 89 4. La necesidad de ampliar la proteccin constitucional

    en relacin con las personas protegibles (legitimacin activa) ..................................................... 90

    5. La necesidad de ampliar la proteccin constitucional en relacin con los derechos protegidos ....................... 92

    6. La necesidad de ampliar el mbito de la competencia judicial para la proteccin constitucional .................... 94

    7. La necesidad de ampliar la proteccin constitucional en relacin con los agraviantes (la legitimacin pasiva)........................................................................... 95

    8. La necesidad de ampliar la proteccin constitucional en relacin con todas las entidades y actos estatales ... 96

    III. APROXIMACIN COMPARATIVA AL ESTUDIO DEL RECURSO O ACCIN DE AMPARO EN AMRICA LATINA ............................................................ 98 1. Introduccin .................................................................. 98 2. Naturaleza del amparo.................................................. 101

    A. El amparo como un derecho constitucional: la proteccin constitucional mediante los medios judiciales ordinarios y adems mediante una accin especfica ................................................... 101 a. El juicio de amparo mexicano ....................... 102 b. El derecho de amparo en Venezuela ............. 104 c. El derecho de tutela en Colombia ................. 107

    B. El amparo como una garanta jurisdiccional especfica (accin o recurso) para la proteccin de los derechos y libertades constitucionales........ 111 a. El amparo como una accin o recurso que

    se ejerce ante un solo tribunal....................... 111 a. El recurso de amparo en Costa Rica ..... 112 b El amparo en El Salvador ..................... 113 c. El amparo en Nicaragua ....................... 114

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    b. El amparo como una accin o recurso pero ejercido ante una globalidad de Tribunales .. 115 a'. El recurso de amparo en Argentina....... 115 b'. El recurso de amparo en el Per ........... 117 c'. La accin de amparo en Uruguay ......... 119 d'. El recurso de proteccin en Chile..... 120 e'. Las acciones de proteccin consti-

    tucional en Brasil .................................. 121 f'. La accin de amparo en Venezuela

    como va judicial autnoma.................... 124 g'. La accin de tutela en Colombia

    como va judicial autnoma .................. 126 h'. El amparo en Guatemala .................. 127 i'. El recurso de amparo en Panam ......... 129 j'. El recurso de amparo en Bolivia ........... 130 k'. La accin de amparo en Honduras ....... 131 l'. La accin de amparo en Ecuador.......... 134 m'. La accin de amparo en Paraguay........ 136

    3. Los derechos y libertades protegidos ............................ 138 A. El amparo a todos los derechos y garantas

    constitucionales ..................................................... 138 a. El amparo a todos los derechos y garantas

    constitucionales incluyendo la seguridad y libertad personal: el caso de Venezuela........ 139

    b. El amparo a todos los derechos y garantas constitucionales mediante las acciones de amparo y de hbeas corpus ........................... 141 a'. Costa Rica ............................................. 141 b'. Argentina ............................................... 141 c'. Uruguay................................................. 142 d'. Per ....................................................... 142 e'. Guatemala ............................................. 145 f'. El Salvador ............................................ 148 g'. Bolivia ................................................... 148 h'. Honduras ............................................... 149 i'. Nicaragua .............................................. 150

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    c. El amparo a todos los derechos y garantas constitucionales mediante varias acciones de proteccin constitucional: el caso de Brasil ............................................................. 151

    B. El amparo a ciertos derechos y libertades constitucionales ..................................................... 152 a. El recurso de proteccin en Chile limitado

    a ciertos derechos y libertades constitu-cionales.......................................................... 153

    b. El sistema colombiano: la tutela de ciertos derechos constitucionales fundamentales mediante el hbeas corpus y la accin de tutela.............................................................. 155

    4. Personas protegidas...................................................... 157 A. Las personas naturales y las morales ................... 157 B. Las personas de derecho pblico .......................... 158

    5. Los motivos de proteccin............................................. 161 A. El amparo frente a particulares ............................ 161

    a. Sistemas que lo admiten en general .............. 161 a'. Argentina ............................................... 161 b'. Venezuela............................................... 162 c'. Uruguay................................................. 162 d'. Chile ...................................................... 163 e'. Per ....................................................... 163 f'. Bolivia ................................................... 163

    b. Sistemas que lo admiten restrictivamente...... 164 a'. Costa Rica ............................................. 164 b'. Guatemala ............................................. 164 c'. Colombia ............................................... 165

    c. Sistemas que excluyen el amparo frente a actividades u omisiones de particulares........ 166 a'. Mxico ................................................... 166 b'. Brasil ..................................................... 166 c'. Panam.................................................. 167 d'. El Salvador ............................................ 167 e'. Nicaragua .............................................. 167

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    B. El amparo frente a acciones u omisiones estatales................................................................. 167

    C. El amparo contra leyes y dems actos nor-mativos .................................................................. 169 a. Sistemas que lo admiten ................................ 169

    a'. La accin de amparo contra leyes en Venezuela............................................... 169

    b'. El juicio de amparo contra leyes en Mxico ................................................... 171

    c'. El amparo contra leyes en Guatemala .. 172 d'. El recurso de amparo contra leyes en

    Honduras................................................ 172 e'. El recurso de amparo contra leyes en

    Costa, Rica y su conversin..................... 173 b. La exclusin de las leyes del mbito de

    amparo .......................................................... 173 a'. Argentina ............................................... 174 b'. Brasil ..................................................... 174 c'. Uruguay................................................. 174 d'. Colombia ............................................... 174 e'. Per ....................................................... 174

    D. El amparo contra actos y hechos adminis-trativos y contra conductas omisivas de la Administracin ...................................................... 175

    E. El amparo contra sentencias y dems actos judiciales ............................................................... 177 a. La admisibilidad de la accin de amparo

    contra actos judiciales................................... 177 a'. El amparo contra sentencias en Vene-

    zuela ...................................................... 177 b'. El amparo contra decisiones judicia-

    les en el Per ......................................... 178 c'. El amparo contra decisiones judicia-

    les en Mxico ......................................... 179 d'. El amparo en los asuntos judicia1es

    en Guatemala ........................................ 179 e'. El amparo contra decisiones judicia-

    les en Honduras ..................................... 179 f'. El mandado de segurana contra

    actos judiciales en Brasil....................... 180

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    b. La exclusin de las sentencias del mbito de amparo...................................................... 180 a'. Argentina ............................................... 180 b'. Uruguay................................................. 180 c'. Costa Rica ............................................. 180 d'. Panam.................................................. 181 e'. El Salvador ............................................ 181 f'. Honduras ............................................... 181 g'. Nicaragua .............................................. 181 h'. El amparo contra sentencias en

    Colombia y su inconstitucionalidad ...... 182

    CUARTA PARTE EL FORTALECIMIENTO Y DESARROLLO

    DE LOS SISTEMAS DE JUSTICIA CONSTITUCIONAL

    I. LA SUPREMACA DE LA CONSTITUCIN Y SU GARANTA.......................................................................... 188

    II. EL MTODO DIFUSO DE CONTROL DE LA CONSTI-TUCIONALIDAD ................................................................. 193 1. Antecedentes y fundamento constitucional.................... 193 2. La expansin del mtodo difuso de justicia consti-

    tucional hacia Amrica Latina ...................................... 197 3. El carcter incidental del mtodo difuso y los

    poderes ex-officio de los jueces..................................... 202 4. Los efectos de las decisiones en materia de control

    difuso de la constitucionalidad ..................................... 203 A. Los efectos inter partes de las decisiones.............. 204 B. Los efectos declarativos de las decisiones

    judiciales ............................................................... 204 5. Las variadas soluciones al problema de la ausencia

    de uniformidad de las decisiones judiciales que provoca el sistema difuso .............................................. 205

    III. EL MTODO CONCENTRADO DE CONTROL DE LA CONSTITUCIONALIDAD.................................................. 209 1. Fundamento constitucional y antecedentes................... 209 2. La diversa configuracin del mtodo concentrado de

    justicia constitucional: exclusivo o combinado con el mtodo difuso ................................................................ 213

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    A. El control judicial concentrado de la constitu-cionalidad de las leyes ejercido exclusivamente por la Corte Suprema de Justicia o por una Sala Constitucional de la misma ................................... 214

    B. El control judicial concentrado de la constitu-cionalidad de las leyes ejercido por la Corte Suprema, una Sala Constitucional de la misma o por un Tribunal Constitucional en un sistema mixto o integral de control (concentrado y difuso).................................................................... 219 a. El control concentrado de la constituciona-

    lidad de las leyes atribuido a la Corte Suprema de Justicia en un sistema mixto o integral de control ......................................... 219

    b. El control judicial de la constitucionalidad de las leyes ejercido por una Sala Constitu-cional del Tribunal Supremo, en un sistema mixto o integral de control ............................ 223

    b. El control judicial de la constitucionalidad de las leyes ejercido por Tribunales Constitu-cionales en un sistema mixto o integral de control............................................................ 227

    C. El control judicial concentrado de la constitu-cionalidad de las leyes ejercido en forma exclusiva y paralela por la Corte Suprema de Justicia y un Tribunal Constitucional ..................... 235

    3. El carcter previo o posterior del control concentrado de la constitucionalidad de las leyes ........ 239 A. El control preventivo de la constitucionalidad

    de las leyes combinado con el control posterior ... 239 B. El control preventivo de la constitucionalidad

    de las leyes como nico mtodo de control concentrado........................................................... 242

    4. El carcter principal o incidental del control concentrado de la constitucionalidad ........................... 243 A. El carcter principal e incidental del mtodo

    concentrado en los sistemas exclusivamente concentrados de control de constitucionalidad..... 244

    B. El carcter principal e incidental del mtodo concentrado en los sistemas mixtos o integrales de control de constitucionalidad ........................... 247

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    C. El carcter exclusivamente principal del mtodo concentrado en los sistemas mixtos o integrales de control de la constitucionalidad ....................... 247 a. La accin popular ......................................... 247 b. La legitimacin especfica para el ejercicio

    de la accin de inconstitucionalidad ............. 250 5. El poder de iniciativa del control concentrado de la

    constitucionalidad y la limitacin a los poderes del juez constitucional......................................................... 252 A. La ausencia de iniciativa del juez constitucional

    y los casos de control de officio ............................ 252 B. La iniciativa de control de la constitucionalidad

    de los jueces ordinarios en el mtodo incidental del sistema concentrado de control de la constitucionalidad ................................................. 252

    C. Los poderes inquisitivos del juez constitucional ... 253 6. Los efectos de las decisiones en materia de control

    concentrado de la constitucionalidad ........................... 254 A. Efectos en cuanto a los destinatarios .................... 254

    a. Los efectos erga omnes de la decisin anulatoria ...................................................... 254

    b. Los efectos inter partes de la decisin declaratoria de la inconstitucionalidad ........ 256

    B. Efectos de las decisiones de inconstituciona-lidad en el tiempo .................................................. 256

    7. El control de la constitucionalidad de la omisin......... 261

    QUINTA PARTE

    EL DESARROLLO CONSTITUCIONAL DE LAS GARANTAS INSTITUCIONALES DE LOS DERECHOS HUMANOS: EL

    DEFENSOR DEL PUEBLO O DE LOS DERECHOS

    I. EL DEFENSOR DE LOS DERECHOS HUMANOS COMO COMISIONADO PARLAMENTARIO .................. 264 1. El Defensor del Pueblo en Argentina para la

    proteccin de los derechos ante la Administracin Pblica .......................................................................... 264

    2. El Defensor del Pueblo en Paraguay para la defensa general de los derechos humanos ................................. 265

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    3. El Procurador de los Derechos Humanos en Guatemala para la defensa general de los derechos humanos ........................................................................ 266

    II. EL DEFENSOR DE LOS DERECHOS HUMANOS COMO PARTE DEL MINISTERIO PBLICO .................. 267 1. El Defensor del Pueblo en Colombia ............................ 267 2. El Procurador para la Defensa de los Derechos

    Humanos en El Salvador............................................... 268 III. EL DEFENSOR DE LOS DERECHOS HUMANOS

    COMO RGANO CONSTITUCIONAL CON AUTO-NOMA FUNCIONAL......................................................... 269

    IV. EL DEFENSOR DEL PUEBLO COMO PARTE DE LA DIVISION DEL PODER PBLICO .................................... 272

    SEXTA PARTE

    LA CONSOLIDACIN DEL RGIMEN DEMOCRTICO COMO CONDICIN PARA LA EFECTIVIDAD DE LOS

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    I. LA CARTA DEMOCRTICA INTERAMERICANA........ 278 II. LA DEMOCRACIA Y EL SISTEMA INTERAME-

    RICANO ............................................................................... 279 1. El derecho a la democracia .......................................... 279 2. La reafirmacin de la democracia representativa y

    de la participacin poltica ........................................... 280 3. Los elementos esenciales de la democracia

    representativa................................................................ 280 4. Los componentes fundamentales del ejercicio de la

    democracia.................................................................... 280 5. Los partidos polticos y su financiamiento.................... 281 6. La participacin poltica ............................................... 281

    III. LA DEMOCRACIA Y LOS DERECHOS HUMANOS ...... 281 1. La democracia y el ejercicio de los derechos y

    libertades....................................................................... 281 2. El derecho de las personas a denunciar violaciones

    de derechos humanos ante los organismos internacionales.............................................................. 281

    3. La proscripcin de la discriminacin ........................... 282 4. La democracia y los derechos laborales ....................... 282

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    IV. DEMOCRACIA, EL DESARROLLO INTEGRAL Y EL COMBATE A LA POBREZA.............................................. 282 1. La democracia y el desarrollo econmico .................... 282 2. La democracia y los problemas sociales....................... 283 3. La democracia y el crecimiento econmico .................. 283 4. El rol de la OEA en materia de desarrollo ................... 283 5. La democracia y el medio ambiente.............................. 283 6. La democracia y la educacin ...................................... 284

    V. EL FORTALECIMIENTO Y LA PRESERVACIN DE LA INSTITUCIONALIDAD DEMOCRTICA.................. 284 1. La solicitud de asistencia a la OEA .............................. 284 2. Las visitas de la OEA .................................................... 284 3. Efectos de la ruptura del orden democrtico o la

    alteracin del orden constitucional en un Estado Miembro ........................................................................ 285

    4. Las iniciativas en caso de alteracin del orden constitucional en un Estado .......................................... 285

    5. La consecuencia de la ruptura del orden democrtico constatada por la Asamblea General: la suspensin de los derechos de participacin en la OEA............................................................................... 286

    6. El levantamiento de la suspensin ................................ 286 VI. LA DEMOCRACIA Y LAS MISIONES DE OBSER-

    VACIN ELECTORAL....................................................... 286 1. Los procesos electorales y la asistencia internaciona .. 286 2. Las misiones internacionales de observacin

    electoral ........................................................................ 287 3. La informacin de las condiciones para la

    realizacin de elecciones libres y justas ....................... 287 VII. LA PROMOCIN DE LA CULTURA DEMOCRTICA.. 288

    1. Obligaciones de la OEA................................................ 288 2. Contenido de los programas ......................................... 288 3. La participacin de la mujer ......................................... 288

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    NOTA EXPLICATIVA

    El origen de este libro est en la preparacin de las confe-rencias que a lo largo de los ltimos aos, me ha correspondido dictar en el prestigioso Curso Interdisciplinario en Derechos Humanos, que desde 1982 ha venido organizando tan exitosa-mente el Instituto Interamericano de Derechos Humanos con sede en San Jos, Costa Rica.

    La honrosa invitacin que los organizadores del Curso me han formulado desde 1988 para, en diversas ediciones del mis-mo, dictar la Conferencia sobre los mecanismos nacionales de proteccin de los derechos humanos o sobre la proteccin cons-titucional de los derechos humanos en el mbito interno, en contraste con los mecanismos de proteccin internacional de los derechos humanos en lo cual se hace ms nfasis en el Curso; me obligaron progresivamente a darle una aproximacin com-parativa al tema, de manera de tratar de mostrar, sistemtica-mente, los diversos mecanismos e instituciones de proteccin de los derechos humanos en los diversos regmenes constituciona-les de los pases latinoamericanos.

    El resultado de ese esfuerzo fue en definitiva, la elabora-cin en aproximaciones sucesivas de este libro sobre las garan-tas constitucionales de los derechos humanos en el derecho comparado latinoamericano, tema sobre el cual nos hemos ocu-pado desde hace aos, an cuando en otros contextos1.

    1 Vase nuestros trabajos: 1) Judicial Review in Comparative Law, (Prlogo de J.

    A. Jolowicz), Cambridge Studies in International and Comparative Law. New Se-ries, Cambridge University Press, Cambridge 1989, 406 pp. Se trata de una ver-sin abreviada del curso que dictamos en el LL.M. de la Facultad de Derecho de

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    Con todo gusto, atendiendo la solicitud del Instituto, ahora he elaborado esta obra para que sirva de material de apoyo a los alumnos del Curso. Su intencin, por tanto, es bsicamente di-dctica y divulgativa, pues sin duda, el principal escollo que sigue existiendo para la efectiva proteccin de los derechos humanos en el mbito interno de nuestros pases, muchas veces es el desconocimiento de los instrumentos y garantas que las Constituciones ofrecen para ello.

    Pero una cosa es lo que formalmente est establecido en los textos constitucionales, y otra cosa es su efectiva vigencia y la eficacia prctica de su aplicacin. El contraste en muchos pases es evidente; pero para poder confrontar el marco jurdico consti-tucional con la realidad de su aplicacin, en todo caso, es indis-pensable conocer con precisin el primero. Slo as se puede luchar y hacer esfuerzos por su efectiva aplicacin.

    la Universidad de Cambridge, Inglaterra, en 1985-1986, cuyo texto completo se ha publicado en nuestro libro: tudes de droit public compar, Academie Interna-tionale de Droit Compar (Prlogo de Roland Drago), Ed. Bruylant, Bruxelles, pp. 525-934. En dicho libro (pp. 935-1167), adems, tambin se public el curso que dictamos sobre 2) La justice constitutonelle et le pouvoir judiciaire, en el IV Cours internacional de justice constitucional, organizado por el recordado amigo Louis Favoreu en la Universidad de Aix-Marseille, Aix-en-Provence, en 1992. Vanse adems, nuestros estudios: 3) El amparo a los derechos y libertades cons-titucionales. Una aproximacin comparativa, Cuadernos de la Ctedra Allan R. Brewer-Caras de Derecho Pblico, N 1, Universidad Catlica del Tchira, San Cristbal 1993, 138 pp; publicado tambin por el Instituto Interamericano de De-rechos Humanos (Curso Interdisciplinario), San Jos, Costa Rica, 1993, (mimeo), 120 pp., y en la obra colectiva La proteccin jurdica del ciudadano. Estudios en Homenaje al Profesor Jess Gonzlez Prez, Tomo 3, Editorial Civitas, Madrid 1993, pp. 2.695-2.748; 4) El control concentrado de la constitucionalidad de las leyes. Estudio de derecho comparado, Cuadernos de la Ctedra Allan R. Brewer-Caras de Derecho Pblico, N 2, Universidad Catlica del Tchira, Editorial Ju-rdica Venezolana, Caracas-San Cristbal 1994, 179 pp.; publicado tambin en Homenaje a Carlos Restrepo Piedrahita. Simposio Internacional sobre Derecho del Estado, Universidad Externado de Colombia, Tomo II, Bogot 1993, pp. 705-846; 5) La jurisdiccin constitucional en Amrica Latina en Domingo Garca Belande-Francisco Fernndez Segado (Coordinadores), La jurisdiccin constitu-cional en Iberoamrica, Dykinson S.L. (Madrid), Editorial Jurdica Venezolana (Caracas), Ediciones Jurdicas (Lima), Editorial Jurdica E. Esteva (Uruguay), Madrid 1997, pp. 117-161; y 6) Hacia el fortalecimiento de las instituciones de proteccin de los derechos humanos en el mbito interno, en Presente y Futuro de los Derechos Humanos, Ensayos en honor a Fernando Volio Jimnez, Instituto Interamericano de Derechos Humanos, San Jos, Costa Rica, enero 1998, pp. 3-31; publicado tambin en el libro Material de Apoyo. XVIII Curso Interdiscipli-nario en Derechos Humanos, Instituto Interamericano de Derechos Humanos, San Jos, Costa Rica, Agosto 2000.

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    Adems, para que las garantas de los derechos humanos puedan ser efectivas, es indispensable que exista un rgimen democrtico que funciones dentro del marco de un Estado de derecho. Las autocracias y los regmenes autoritarios simple-mente no entienden sobre derechos humanos o los entienden slo para conculcar las libertades.

    Este libro, en todo caso, es un homenaje al Instituto, al cual he estado vinculado durante los ltimos 20 aos, desde 1984, y a todos directores y profesionales, quienes con tanta dedicacin han dedicado su trabajo y su vida al servicio de la educacin y promocin de los derechos humanos en Amrica Latina.

    Caracas, octubre 2004.

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    INTRODUCCIN

    Si algo caracteriz al constitucionalismo latinoamericano de la segunda mitad del Siglo pasado, fue la progresiva institu-cionalizacin de mecanismos nacionales de proteccin de los derechos humanos mediante su efectiva constitucionalizacin. Ello, en definitiva, es la muestra ms explcita de los esfuerzos por la consolidacin del Estado de derecho en nuestros pases, cuyos postulados se formularon para sustituir al Estado absolu-to, precisamente para asegurar la garanta y la proteccin de los derechos y libertades pblicas ciudadanas. Progresivamente, incluso, las propias Constituciones contemporneas como suce-de por ejemplo con la de Colombia y Venezuela, expresamente definen al Estado como tal Estado de derecho, adems, in-cluso, como democrtico, social y de justicia.

    Ese concepto de Estado de derecho, que a pesar de todos los altibajos y fallas histricas, con todos los problemas que la prctica poltica muestra sobre su efectividad, e incluso, a pesar de los aires de autoritarismos que recurrentemente soplan en nuestra Amrica, se ha venido consolidando y es el desidertum en todos nuestros pases, cuyo origen se sita en la serie de principios cruciales que se cristalizaron en las tres grandes revo-luciones de hace dos siglos: la Revolucin norte-americana, la Revolucin francesa y la Revolucin latinoamericana. Esta l-tima tambin debe mencionarse expresamente, pues lamenta-blemente y con mucha frecuencia, incluso los propios latinoa-mericanos nos olvidamos de ella, a pesar de que fue precisa-mente en su mbito a comienzos del siglo XIX, donde cristali-

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    zaron, en conjunto, todos los aportes al constitucionalismo mo-derno2 de las dos primeras.

    Por ello puede decirse que incluso, fue en nuestros pases donde por primera vez se concretiz formalmente en el consti-tucionalismo moderno el modelo del Estado de derecho que se haba ido formulando tanto en Francia como en los Estados Unidos. La simbiosis de todos los principios de dicho modelo se produjo precisamente en Latinoamrica, razn por la cual, al recogerse en nuestro Continente en conjunto, tenemos que rei-vindicarlo como parte del patrimonio histrico, cultural y polti-co de nuestros pases.

    El modelo, en todo caso, particularmente despus de la Se-gunda Guerra Mundial, puede decirse que fue concebido para controlar al Estado y proteger los derechos humanos, siendo adems consustancial a la democracia como rgimen poltico. Esta, por tanto, es mucho ms que el slo ejercicio del derecho al sufragio; es mucho ms que elecciones o votaciones.

    Ahora bien, este Estado democrtico de derecho, que es quizs el producto ms acabado del constitucionalismo moder-no, puede decirse que est estructurado sobre cuatro principios cruciales3:

    En primer lugar, el principio de la limitacin y control del Poder, que es la base del Estado de derecho con el objeto de garantizar la libertad y de la democracia misma. Este principio es el que distingue el Estado de derecho del Estado absoluto. Esta limitacin se expres en las Constituciones modernas me-diante la distribucin del poder para que, como lo deca el barn de Montesquieu, el poder lmite al poder4, lo que se logra al

    2. Allan R. BREWER-CARAS, Reflexiones sobre la Revolucin Americana (1776)

    y de la Revolucin Francesa (1789) y sus aportes al constitucionalismo moderno, Cuadernos de la Ctedra Allan Brewer-Caras de Derecho Pblico, Universidad Catlica Andrs Bello, Editorial Jurdica venezolana,.Caracas 1992. El texto de este libro puede consultarse en la pgina web allanbrewercarias.com (Publicacio-nes-Libros 1996)

    3 Allan R. BREWER-CARAS, Evolucin Histrica del Estado. Tomo I, Institu-ciones Polticas y Constitucionales, Universidad catlica del Tchira, Editorial Jurdica Venezolana, Caracas-San Cristbal 1996, pp. 47 a 256.

    4 Es una experiencia eterna que todo hombre que tiene poder tiende a abusar de l; y lo hace hasta que encuentra lmites Para que no se pueda abusar del poder es

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    dividirlo, distribuirlo y separarlo. De all han surgido los dos grandes esquemas de organizacin del Estado: el primero basa-do en la distribucin vertical del poder que ha dado origen a los sistemas polticos de Estados descentralizados, al federalismo y municipalismo y a los nuevos esquemas de Estados regionales. Lo cierto, en todo caso, es que la descentralizacin del poder est consustancialmente unida a la democracia, de manera que puede decirse que no hay verdaderas democracias que sean cen-tralizadas, como tampoco hay, ni ha habido autocracias descen-tralizadas. Adems, slo en sistemas de gobierno descentraliza-dos, que acercan el poder al ciudadano, es que puede haber efectiva y real participacin poltica. El segundo sistema de or-ganizacin del Estado est basado en la separacin horizontal del poder o separacin orgnica de poderes producto directo, tambin, de aquellas dos Revoluciones, y que es garanta del control del ejercicio del poder y del desarrollo democrtico. La concentracin del poder, por tanto, al igual que su centraliza-cin, es esencialmente antidemocrtica. Puede haber incluso cinco poderes del Estado en lugar de la triloga clsica, como sucede en la Constitucin de Venezuela5, pero si no son efecti-vamente autnomos e independientes, lo que pueden servir es para consolidad autoritarismos en lugar de la democracia.

    En segundo lugar, el principio de la legitimidad popular del Poder derivado del traslado que con las Revoluciones del Siglo XVIII se produjo de la soberana, la cual pas de manos del Monarca Absoluto al pueblo. Despus de las Revoluciones nor-teamericana y francesa, la soberana en efecto pas a residir en el pueblo, quien la ejerce indirectamente mediante representan-tes elegidos o directamente, mediante mecanismos de democra-cia directa, como los referendos. Por residir la soberana en el pueblo, los titulares de los rganos del Poder Pblico, como representantes del pueblo, deben tener legitimidad democrtica, la cual proviene de la representacin. Por ello, la democracia

    necesario que por la disposicin de las cosas, el poder limite al poder, Carlos Se-condat, Barn de MONTESQUIEU, De lEspirit des lois, (ed. G. TUNC) Paris 1949, Vol. I, Libro XI, Cap. 4, pp. 162-163.

    5 El artculo 136 de la Constitucin de 1999, establece la divisin del Poder Pblico en Legislativo, Ejecutivo, Judicial y Electoral. Vase los comentarios en Allan R. BREWER-CARAS, La Constitucin de 1999. Derecho Constitucional Venezo-lano, Tomo I, Editorial Jurdica Venezolana, Caracas 2004, pp. 437 y ss.

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    representativa es y seguir siendo un pilar fundamental del fun-cionamiento del Estado de Derecho, la cual adems, debe servir para asegurar la efectiva participacin ciudadana mediante la distribucin territorial del poder de manera de acercarlo al ciu-dadano. No hay contraposicin alguna entre democracia repre-sentativa y la llamada democracia participativa, ni puede in-vocarse esta ltima como sustituto de la primera. La democracia representativa es la que puede asegurar el ejercicio del derecho poltico a la participacin, a cuyo efecto es la distribucin del Poder acercndolo al ciudadano, lo que puede hacer realidad dicha participacin como manifestacin cotidiana de la vida democrtica. Adems, sin duda, la democracia representativa se puede complementar con la introduccin constitucional de ins-trumentos de democracia directa, como los referendos.

    En tercer lugar, el principio de la legalidad, es decir, el postulado conforme al cual todos los rganos del Estado deben estar y actuar sometidos al derecho, es decir, a la Constitucin y a la ley. Este, justamente, es el otro elemento diferenciador del Estado de derecho en relacin con el Estado absoluto, en el cual el Monarca no estaba sometido a ley superior alguna. En el Es-tado de derecho, en cambio, y como aporte tambin de las tres Revoluciones mencionadas, el principio de la legalidad conlleva la idea misma de la Constitucin como ley suprema, a la cual tienen que someterse todos los rganos del Estado, incluyendo el Parlamento. Fue precisamente contra la soberana del Parla-mento ingls que se produjo la Revolucin Americana; y fue contra la soberana parlamentaria que en las Constituciones de los pases europeos despus de la Segunda Guerra Mundial, se incorporaron por primera vez en los textos constitucionales, las declaraciones efectivas de derechos humanos.

    No debe olvidarse que antes de la Segunda Guerra Mundial y a pesar de la Declaracin francesa de los Derechos del Hom-bre y del Ciudadano en 1789, en Europa no haba declaraciones similares sobre derechos humanos a las que desde 1811 se co-nocen en Amrica Latina6. Debe recordarse incluso, que en Es- 6 La primera de estas declaraciones en Amrica Latina fue la Declaracin de los

    Derechos del Pueblo, adoptada por la seccin de Caracas del Congreso General de las Provincias de Venezuela, el 1-5-1811. Vase en Allan R. BREWER-CARAS, Las Constituciones de Venezuela, Caracas 1997, pp. 279-281.

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    paa, slo fue en 1978, con motivo de la ltima Constitucin democrtica, cuando se incorpor al texto fundamental una de-claracin de derechos. Con estas declaraciones de derechos de rango constitucional en Europa, las mismas adquirieron ese rango supremo que las impone incluso a los Parlamentos, los cuales en el universo constitucional dejaron ser soberanos. Quedara a salvo la excepcin de principio en estas materias constitucionales, del sistema britnico, donde no hay Constitu-cin escrita y, por tanto, lo nico soberano sigue siendo el Par-lamento y lo que el Parlamento diga; pero ahora con las restric-ciones derivadas de las regulaciones de la Unin Europea preci-samente en materia de derechos humanos.

    En cuarto lugar, est el principio declarativo mismo de los derechos humanos y de su garanta de rango constitucional. Por ello, el Estado no slo se ha construido sobre el principio de la limitacin al poder para asegurar la libertad y sobre el principio de la legalidad y del respeto de la Constitucin; sino adems, sobre el principio de la declaracin o del reconocimiento de los derechos fundamentales y de su garanta con rango constitucio-nal.

    En todo caso, todas las Constituciones del mundo en los l-timos doscientos aos, en una forma u otra, ms tarde ms temprano, han venido adoptando estos principios constituciona-les y, progresivamente, han venido consolidando mecanismos internos de proteccin de los derechos humanos. Adems, ello se ha producido conforme al mismo principio que reconoci la Declaracin francesa de 1789, la cual interpretada doscientos aos despus, sigue siendo vlida en el sentido de que toda sociedad en la cual no est asegurada la garanta de los dere-chos, ni determinada la separacin de los poderes, no tiene Constitucin (art. 16); es decir, no es un Estado de derecho.

    Por ello, hoy da puede todava afirmarse que la esencia misma de la Constitucin, como texto de organizacin poltica, siempre radica en la limitacin al poder por su divisin, distri-bucin y separacin, y en la declaracin de los derechos funda-mentales, garantizados por la Constitucin.

    Ahora bien, partiendo de estos cuatro principios bsicos del Estado de derecho, el presente estudio tiene por objeto analizar

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    los mecanismos nacionales que se han venido estableciendo y consolidando para la proteccin de los derechos humanos, lo que haremos estudiando separadamente: en primer lugar, al proceso de universalizacin o ampliacin progresiva de las de-claraciones de derechos; en segundo lugar, la constitucionaliza-cin de la internacionalizacin de los derechos humanos; en tercer lugar, al fortalecimiento de las acciones judiciales espe-cficas de proteccin de los derechos humanos y libertades p-blicas; en cuarto lugar, el desarrollo de los sistemas de justicia constitucional o de control de la constitucionalidad de las leyes; en quinto lugar, la introduccin progresiva, en tiempo reciente, de garantas institucionales de los derechos fundamentales a travs de nuevos rganos estatales especializados para la defen-sa de los derechos humanos; y en sexto lugar, la necesaria con-solidacin de los elementos de la democracia representativa como condicin indispensable para el funcionamiento de los mecanismos nacionales de proteccin de los derechos humanos.

    En Amrica Latina, este proceso de fortalecimiento de los mecanismos internos de proteccin de los derechos humanos adems de constituir la expresin de la voluntad del soberano (el pueblo) expresada en las Constituciones, obedece tambin al cumplimiento de obligaciones internacionales de los Estados establecidas entre otros instrumentos, en la Convencin Ameri-cana de Derechos Humanos. No se olvide que conforme al art-culo 1 de la misma, los Estados Partes tienen el compromiso de respetar los derechos y libertades reconocidos en la Conven-cin, y adems, tienen la obligacin de garantizar su libre y ple-no ejercicio; y que el artculo 2 de la misma Convencin, obliga a los mismos Estados Parte a adoptar las medidas legislativas necesarias para garantizar y hacer efectivos tales derechos y libertades. Por ello, la Corte Interamericana de Derechos Humanos, en la sentencia del Caso: Velsquez Rodrguez de 1988, precis que entre las obligaciones institucionales de los Estados de dictar todas las medidas necesarias para asegurar la efectiva vigencia de los derechos humanos, estn:

    [T]odas aqullas de carcter jurdico, poltico, administrativo y cultural que promuevan la salvaguarda de los derechos humanos y que aseguren que las eventuales violaciones a los mismos sean efectivamente consideradas y tratadas como un hecho ilcito que,

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    como tal, es susceptible de acarrear sanciones para quien las co-meta7

    En consecuencia, la implementacin de los mecanismos in-ternos de proteccin de los derechos humanos en Amrica lati-na, constituye una obligacin internacional exigible de los Esta-dos Parte de la Convencin Interamericana.

    Este libro tiene por objeto, precisamente, analizar compara-tivamente los mecanismos internos de proteccin de los dere-chos humanos en Amrica latina, lo que haremos, lo que hare-mos analizando separadamente los siguientes aspectos: en pri-mer lugar, la progresiva universalizacin y ampliacin de las declaraciones constitucionales de derechos y garantas; en se-gundo lugar, el fenmeno de constitucionalizacin de la inter-nacionalizacin de los derechos humanos que se ha venido pro-duciendo en las ltimas dcadas; en tercer lugar, el fortaleci-miento y desarrollo de las garantas judiciales de proteccin de los derechos humanos, en particular, las acciones de hbeas corpus, amparo y hbeas data; en cuarto lugar, el fortalecimien-to y desarrollo de los sistemas de justicia constitucional, en par-ticular, con la estructuracin de Jurisdicciones Constitucionales; en quinto lugar, el desarrollo constitucional de las garantas institucionales de los derechos humanos, con las figuras de los defensores del pueblo o de los derechos humanos; y en sexto lugar, la consolidacin del rgimen democrtico como condi-cin para la efectividad de los mecanismos nacionales de pro-teccin de los derechos humanos, en particular, en relacin con la Carta Democrtica Interamericana adoptada por la Organi-zacin de Estados Americanos en septiembre de 2001.

    7 Corte Interamericana de Derechos Humanos, Caso Velsquez Rodrguez, Senten-

    cia de 29 de julio de 1988, Serie C. N 4, San Jos, Costa Rica, prrafo 175.

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    PRIMERA PARTE

    LA UNIVERSALIZACIN Y AMPLIACIN DE LAS DECLARACIONES DE DERECHOS

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    El primer mecanismo interno de proteccin de los derechos humanos, sin duda, es la declaracin expresa de los mismos en los textos constitucionales, como situaciones jurdicas de poder; proceso que se ha venido universalizando y ampliando.

    Desde el punto de vista estrictamente jurdico, en efecto, esos derechos humanos, como todos los derechos, constituyen situaciones jurdicas de poder que tienen las personas. Debe recordarse que en toda sociedad, todas las personas, siempre interrelacionadas entre s, generalmente estn en dos tipos de situaciones jurdicas: situaciones jurdicas de poder o situacio-nes jurdicas de deber. En unos casos, las personas pueden y tienen derecho a hacer, a gozar, a disfrutar o a disponer de de-terminados bienes (situaciones de poder); pero en otros casos, las mismas personas estn obligadas a respetar, a abstenerse, a prestar o dar determinados bienes (situaciones de deber). No se concibe una sociedad donde no existan esas interrelaciones.

    Ahora bien, dentro de las situaciones de poder, estn los denominados derechos subjetivos, y entre estos los derechos humanos, que constituyen situaciones de poder consustanciales a la naturaleza humana, a la calidad del ser humano, y que tie-nen todos los hombres por igual. Esos, que son esenciales a toda sociedad de hombres, son precisamente los que progresivamen-te se han venido declarando en los textos constitucionales en todo el mundo.

    Este proceso de la universalizacin y ampliacin de las de-claraciones constitucionales de los derechos humanos la quere-mos analizar, haciendo referencia a tres aspectos fundamenta-les: en primer lugar, la ampliacin nacional que han venido experimentando las declaraciones de derechos; en un segundo

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    lugar, el carcter enunciativo de las declaraciones de los dere-chos y, por tanto, la incorporacin progresiva en las Constitu-ciones de un numerus apertus de derechos, no limitados a los que los textos constitucionales enumeran taxativamente; y en tercer lugar, el principio de la alteridad, como caracterstica de la regulacin de los derechos, a los efectos de garantizar su jus-ticiabilidad.

    I. LA AMPLIACIN NACIONAL DE LAS DECLARA-CIONES DE DERECHOS Y GARANTAS

    El primer aspecto que debe mencionarse en cuanto las de-claraciones de derechos, se refiere a la progresiva ampliacin que las mismas han venido experimentando en el texto expreso de las Constituciones de los pases en el mundo contemporneo.

    En efecto, conforme a la Declaracin Universal de los De-rechos del Hombre y del Ciudadano de 1789, El fin de toda asociacin poltica es la conservacin de los derechos naturales e imprescriptibles del hombre. Sin embargo, esos derechos en ese entonces se redujeron a la libertad, a la igualdad ante la ley, a la seguridad personal y a la propiedad privada. Puede decirse que ese era el mbito de los derechos humanos en una primera etapa del rgimen de los mismos, es decir, cuando los derechos individuales y libertades eran el objeto exclusivo de regulacin por el derecho constitucional. A esa pequea lista de derechos en los textos constitucionales se fueron luego agregando otros, como por ejemplo, la libertad personal, la seguridad individual, la integridad personal, la libertad de expresin, la libertad de culto, la libertad de trnsito, la libertad de industria y comercio, la libertad de trabajo, la libertad de asociacin, el derecho de reunin, la libertad de enseanza, el derecho al honor y a la re-putacin, la inviolabilidad del hogar domestico, la propiedad privada; lista a la cual se agregaron los derechos polticos al sufragio, a la constitucin de partidos polticos y a manifestar. Esta fue la orientacin general hasta la primera mitad del Siglo XX, cuando se produjo una considerable ampliacin en cuanto al mbito de los derechos humanos.

    Ello ocurri con motivo de los postulados que se incorpora-ron en las Constituciones de Quertaro, en Mxico, de 1917 y de Weimar, en Alemania, de 1919, con las cuales puede decirse

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    que comenz el proceso de constitucionalizacin de los dere-chos sociales tales como por ejemplo, los derechos a la educa-cin, a la salud, al trabajo, a la sindicalizacin y a la huelga, a la seguridad social. Adems, se formul el principio de la funcin social de los derechos econmicos, particularmente del derecho de propiedad; y se comenz a configurar el derecho al debido proceso con sus garantas, entre ellas, el derecho a la defensa. Posteriormente se produjo la ampliacin de los derechos polti-cos en funcin del afianzamiento de la propia democracia, des-embocando en el derecho a la participacin poltica.

    En esta forma, en el mundo contemporneo puede decirse que se ha producido un trnsito en las declaraciones de dere-chos humanos, desde los derechos de la llamada primera gene-racin del constitucionalismo clsico reducidos a los derechos individuales, que ms bien son libertades con su peculiar trata-miento; hacia los derechos de una segunda generacin, de ca-rcter econmico, sociales y cultural, los cuales conllevan ms bien obligaciones prestacionales a cargo del Estado. Adems, progresivamente se han venido incorporando los derechos de la llamada tercera generacin, donde se ubican el derecho de los pueblos y de las personas al desarrollo, a una determinada cali-dad de vida, a la proteccin del medio ambiente, a gozar de un patrimonio cultural e, incluso, el derecho a la paz, como incluso ha sido consagrado expresamente en la Constitucin de Colom-bia de 1991, los cuales han venido caracterizando el constitu-cionalismo latinoamericano.

    Adems, las ltimas dcadas han sido testigo de la amplia-cin progresiva de las garantas constitucionales de todos esos derechos declarados en los Textos constitucionales, entre las cuales se destacan las de la libertad, la irretroactividad de la ley, la nulidad de los actos estatales violatorios de los derechos (ga-ranta objetiva), la responsabilidad de los funcionarios por las violaciones, el acceso a la justicia, el debido proceso y el dere-cho a la tutela judicial efectiva. En fin, el principio de la reserva legal, que determina que slo la ley formal (emanada de los par-lamentos) puede limitar o restringir el ejercicio de los derechos, con lo que queda excluida toda posibilidad de limitar los dere-chos humanos mediante decretos-leyes ejecutivos dictados en virtud de delegaciones legislativas.

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    Esta ampliacin progresiva de derechos se ha plasmado, en nuestro Continente, entre otras, en tres Constituciones recientes que se pueden citar como ejemplos de una enumeracin exten-ssima de derechos, como es el caso inicialmente de la Consti-tucin de Brasil (1988), y luego, de las Constituciones de Co-lombia (1991) y de Venezuela (1999). Dichas Constituciones destinan una gran cantidad de artculos a la enumeracin y re-gulacin de los derechos individuales, polticos, econmicos, sociales, educacionales, culturales, ambientales, de los pueblos indgenas, y muchos de los de la tercera generacin.

    Para evidenciar este proceso, podra destacarse como ejem-plo, por ser de las ms recientes, el aporte que ha significado al constitucionalismo de los derechos humanos las previsiones de la reciente Constitucin de Venezuela de 19998, que es la ltima de las Constituciones sancionadas por una Asamblea Constitu-yente en Amrica Latina. Este texto destina su Ttulo IV a regu-lar los deberes, derechos humanos y garantas (arts. 19 a 135), los cuales el Estado debe garantizar a toda persona conforme al principio de progresividad y sin discriminacin alguna (art. 19).

    1. Las garantas constitucionales de los derechos

    En la Constitucin Venezolana ante todo, se puede distin-guir un conjunto de regulaciones muy importantes, relativas a las garantas constitucionales de los derechos humanos, es de-cir, a los instrumentos que permitiran hacer efectivo el ejerci-cio de los derechos. En tal sentido, se regulan ampliamente las garantas de la libertad (art. 20); de la irretroactividad de la ley (art. 24); de la nulidad de los actos violatorios de derecho y de la responsabilidad de los funcionarios (art. 25); y de la igualdad ante la ley (art. 21). Adems, se regula la garanta judicial con el derecho de acceso a la justicia que tiene toda persona para hacer valer sus derechos e intereses, incluso los colectivos o 8 Vase los comentarios sobre el tema de los derechos en Allan R. BREWER-

    CARAS, La Constitucin de 1999. Derecho Constitucional Venezolano, Edito-rial Jurdica Venezolana, Caracas 2004, Tomo I, pp.550 y ss. y Tomo II, pp. 767 y ss. Vanse nuestras propuestas sobre la regulacin de los derechos humanos en la Asamblea Nacional Constituyente de 1999, en Allan R. BREWER-CARAS, Debate Constituyente (Aportes a la Asamblea Nacional Constituyente), Tomo II, Fundacin de Derecho Pblico, Editorial Jurdica Venezolana, Caracas 1999, pp. 43 a 153.

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    difusos, a la tutela efectiva de los mismos y a obtener con pron-titud la decisin correspondiente (art. 26). La Constitucin re-gula, adems, la garanta de proteccin inmediata de los dere-chos mediante recursos efectivos: el derecho y la accin de am-paro, la accin de amparo a la libertad personal o de hbeas corpus y la accin de habeas data (art. 27).

    Por otra parte, tambin se regula expresamente, adems del derecho de acceso a la justicia, la ms importante de las garan-tas constitucionales, la del debido proceso, es decir, que la jus-ticia se imparta conforme a las normas establecidas en la Cons-titucin y las leyes. Esta garanta se ha establecido detallada-mente en el artculo 49 que exige que el debido proceso se aplicar a todas las actuaciones judiciales y administrativas, regulndose las siguientes garantas en forma especfica: el de-recho a la defensa; la presuncin de inocencia; el derecho a ser odo; el derecho al ser juzgado por su juez natural, que debe ser competente, independiente e imparcial; las garantas de la con-fesin; el principio nullum crimen nulla poena sine lege; el principio non bis in idem y la garanta de la responsabilidad estatal por errores o retardos judiciales.

    Sin embargo, entre las garantas constitucionales de los de-rechos humanos, sin duda, la ms importante es la garanta de la reserva legal, es decir, que las limitaciones y restricciones a los derechos slo puedan establecerse mediante ley formal. De all la remisin que los artculos relativos a los derechos constitu-cionales hacen a la ley. Pero ley, en los trminos de la garanta constitucional, slo puede ser el acto emanado de la Asamblea Nacional actuando como cuerpo legislador (art. 202). Este es el nico acto que puede restringir o limitar las garantas constitu-cionales, como lo indica el artculo 30 de la Convencin Ameri-cana sobre Derechos Humanos de acuerdo con la interpretacin de la Corte Interamericana de Derechos Humanos (Opinin Consultiva N 6).

    Frente a ello debe destacarse la potencial violacin de esta garanta en el propio texto constitucional venezolano, al regular la figura de la delegacin legislativa al Presidente de la Re-pblica, mediante las llamadas leyes habilitantes (art. 203), para que pueda dictar actos con rango y valor de ley en cual-quier materia (art. 236, ord. 8), lo cual contrasta con lo que es-

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    tableca la Constitucin de 1961, conforme a la cual slo podan dictarse en materias econmicas y financieras (art. 190, ord. 8).

    Esto, lamentablemente, incluso ante un elenco tan impor-tante de derechos y garantas, ha abierto la va constitucional para la violacin de la reserva legal que, como se dijo, es la ga-ranta constitucional ms importante en relacin con la efectiva vigencia y ejercicio de aquellos.

    Por ltimo, entre las garantas constitucionales, en el artcu-lo 29 de la Constitucin se estableci expresamente la obliga-cin del Estado de investigar y sancionar legalmente los delitos contra los derechos humanos cometidos por sus autoridades, y en el artculo 30 se estableci la obligacin del Estado de indemni-zar integralmente a las vctimas de violaciones a los derechos humanos que le sean imputables, incluido el pago de daos y perjuicios. El Estado, adems, debe proteger a las vctimas de delitos comunes y debe procurar que los culpables reparen los daos causados.

    2. Los derechos y libertades individuales

    El Captulo III del Ttulo III de la Constitucin venezolana, adems, se destina a regular los derechos civiles, los que en realidad, en castellano y conforme a la tradicin constitucional venezolana, son los derechos individuales. Se regula, as, el derecho a la vida como inviolable, establecindose la prohibi-cin de la pena de muerte (art. 43). Este derecho ha sido ade-ms, reforzado, obligndose al Estado a proteger la vida de las personas que se encuentren privadas de su libertad, prestando el servicio militar o civil, o sometidas a su autoridad en cualquier otra forma.

    La Constitucin, adems, regul expresamente el derecho al nombre (art. 56). Igualmente, regul el derecho a la inviolabi-lidad de la libertad personal (art. 44), estableciendo garantas frente a los arrestos o detenciones, a la defensa y a no estar in-comunicado; y en relacin con el lmite personal de las penas, la necesaria identificacin de la autoridad; la excarcelacin (art. 44), la proteccin frente a la esclavitud o servidumbre (art. 54) y la prohibicin de la desaparicin forzosa de personas (art. 45).

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    Se regul, tambin detalladamente, el derecho a la integri-dad personal (art. 46), con los siguientes derechos: el derecho a no ser sometido a torturas o penas degradantes; el derecho de los detenidos al respeto a la dignidad humana; el derecho a de-cidir sobre experimentos y tratamientos; y la responsabilidad de los funcionarios.

    Adicionalmente, el texto constitucional, conforme a la tra-dicin de los textos anteriores, consagr la inviolabilidad del hogar domstico (art. 47); la inviolabilidad de las comunicacio-nes privadas (art. 48); la libertad de trnsito (art. 50); el derecho de peticin y a la oportuna respuesta (art. 51); y el derecho de asociacin (art. 52). Este ltimo derecho sin embargo, encuentra limitaciones de rango constitucional, respecto de los jueces, a quienes se prohbe asociarse (art. 256); y en cuanto a la in-herencia del Estado en las elecciones de los gremios profesiona-les, que deben ser organizadas por el Consejo Nacional Electo-ral, como rgano del Poder Pblico (Poder Electoral) (art. 293,6).

    En relacin con los derechos individuales, la Constitucin garantiza, adems, el derecho de reunin (art. 53); el derecho a la libre expresin del pensamiento (art. 57); y el derecho a la informacin oportuna, veraz e imparcial, as como el derecho de rplica y rectificacin cuando se vean afectados directamente por informaciones inexactas o agraviantes (art. 58). Adems, encuentran regulacin expresa la libertad religiosa (art. 59); el derecho a la proteccin del honor y la intimidad (art. 60); el derecho a la libertad de conciencia (art. 61); el derecho de pro-teccin por parte del Estado (art. 55).

    3. Los derechos sociales

    En el campo de los derechos sociales y de las familias, la Constitucin de 1999 contiene extensas y complejas declaracio-nes, muchas de las cuales no guardan relacin con el principio de la alteridad. En efecto, la Constitucin atribuye al Estado innumerables obligaciones, en cuyo cumplimiento, en gran par-te, se margina la participacin de la sociedad, resultando un es-quema que globalmente considerado es altamente paternalista y estatista.

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    En efecto, por una parte la Constitucin regul una serie de derechos sociales que pueden denominarse como derechos de proteccin, y que se refieren a las familias (art. 75); a la mater-nidad y paternidad (art. 76); al matrimonio entre un hombre y una mujer, (art. 77); a los nios y adolescentes (art. 78); a los jvenes (art. 79); a los ancianos (art. 80); y a los discapacitados (art. 81); regulndose expresamente en el artculo 101, la obli-gacin para los medios televisivos de incorporar subttulos y traduccin a la lengua de seas para las personas con problemas auditivos.

    La Constitucin regul, adems, expresamente, el derecho a la vivienda (art. 82), como una declaracin; y el derecho a la salud y a su proteccin (art. 83), imponiendo al Estado la obli-gacin de crear, ejercer la rectora y gestionar un sistema p-blico nacional de salud, de carcter intersectorial, descentrali-zado y participativo, integrado al sistema de seguridad social, regido por los principios de gratuidad, universalidad, integridad, equidad, integracin social y solidaridad (art. 84).

    Es decir, el servicio de salud se concibe constitucionalmen-te como integrado al sistema de seguridad social (como un sub-sistema) y se lo concibe como gratuito y universal, lo que no guarda relacin alguna con el sistema de seguridad social que se establece para los afiliados o asegurados. Se establece, adems, con rango constitucional, que los bienes y servicios pblicos de salud son propiedad del Estado y no pueden ser privatizados. Por ltimo, se establece el principio de que la comunidad orga-nizada tiene el derecho y el deber de participar en la toma de decisiones sobre la planificacin, ejecucin y control de la pol-tica especfica en las instituciones pblicas de salud (art. 84).

    En el artculo 85 de la Constitucin se establece como una obligacin del Estado, el financiamiento del sistema pblico de salud, que debe integrar los recursos fiscales, las cotizaciones obligatorias de la seguridad social y cualquier otra fuente de financiamiento que determine la ley. El Estado, adems, debe garantizar un presupuesto para la salud que permita cumplir con los objetivos de la poltica sanitaria. Finalmente, el mencionado artculo 85, termina su normacin indicando que el Estado re-gulara las instituciones pblicas y privadas de salud, tratndose

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    de la nica norma en la cual se nombra a las instituciones pri-vadas de salud, pero como objeto de regulacin.

    En cuanto al derecho a la seguridad social, el artculo 86 de la Constitucin lo regula como servicio pblico de carcter no lucrativo, que garantice la salud y asegure proteccin en contin-gencias de maternidad, paternidad, enfermedad, invalidez, en-fermedades catastrficas, discapacidad, necesidades especiales, riesgos laborales, prdida de empleo, desempleo, vejez, viude-dad, orfandad, vivienda, cargas derivadas de la vida familiar y cualquier otra circunstancia de previsin social.

    En el mismo Captulo relativo a los derechos sociales y de la familia, la Constitucin de 1999, en la misma orientacin de la anterior Constitucin de 1961, incorpor el conjunto de dere-chos laborales al texto constitucional, pero esta vez amplindo-los y rigidizndolos an mas, llevando a rango constitucional muchos derechos que por su naturaleza podran ser de rango legal. Se regul, as, expresamente, el derecho y el deber de trabajar (art. 87); la igualdad en el trabajo (art. 88); la protec-cin estatal al trabajo (art. 89); la jornada laboral y el derecho al descanso (art. 90); el derecho al salario (art. 91); el derecho a prestaciones sociales (art. 92); el derecho a la estabilidad labo-ral (art. 93); las responsabilidades laborales (art. 94); el derecho a la sindicalizacin (art. 95); el derecho a la contratacin colec-tiva (art. 96); y el derecho a la huelga (art. 97).

    Sobre el derecho a la sindicalizacin, debe destacarse la in-jerencia del Estado en el funcionamiento de los sindicatos, al establecer el artculo 293,6 de la Constitucin la competencia del Consejo Nacional Electoral, que es un rgano del Poder P-blico (Poder Electoral), para organizar las elecciones de los sindicatos y gremios profesionales. En consecuencia, en Vene-zuela, los sindicatos no son libres de organizar la eleccin de sus autoridades y representantes, sino que las mismas deben ser organizadas por el Estado.

    Por otra parte, la Constitucin en el Captulo VI del Ttulo III, consagr una serie de derechos relativos a la cultura, tales como la libertad y la creacin cultural y la propiedad intelectual (art. 98); los valores de la cultura y la proteccin del patrimonio cultural (art. 99); la proteccin de la cultura popular (art. 100) y

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    a la informacin cultural (art. 101), estableciendo que el Estado debe garantizar la emisin, recepcin y circulacin de la infor-macin cultural. A tal efecto, se impone a los medios de comu-nicacin el deber de coadyuvar a la difusin de los valores de la tradicin popular y la obra de los artistas, escritores, composito-res, cineastas, cientficos y dems creadores y creadoras cultu-rales del pas.

    En cuanto al derecho a la educacin, el artculo 102 de la Constitucin comienza estableciendo, en general, que la edu-cacin es un derecho humano y un deber social fundamental, es democrtica, gratuita y obligatoria. La consecuencia de lo an-terior es la previsin del mismo artculo 102, que impone al Es-tado la obligacin de asumir la educacin como funcin inde-clinable y de mximo inters en todos sus niveles y modalida-des y como instrumento del conocimiento cientfico, humansti-co y tecnolgico al servicio de la sociedad. En consecuencia, constitucionalmente se declara a la educacin como un servicio pblico, precisndose, sin embargo, que el Estado estimular y proteger la educacin privada que se imparta de acuerdo con los principios contenidos en esta Constitucin y en las Leyes.

    Se regula, adems, el derecho a la educacin integral, la gratuidad de la educacin pblica; y el carcter obligatorio de la educacin en todos sus niveles, desde el maternal hasta el nivel medio diversificado. En cuanto a la educacin impartida en las instituciones del Estado, se la declara gratuita hasta el pregrado universitario (art. 103). Adems, se establece el rgimen de los educadores (art. 104); el derecho a educar (art. 106); y la educa-cin ambiental y cvica, as como la historia y geografa de Ve-nezuela (art. 107). En el artculo 108, se precisa, adems, que los medios de comunicacin social, pblicos y privados, deben contribuir a la formacin ciudadana. En la Constitucin de 1999, adems, se constitucionaliz el principio de la autonoma universitaria (art. 109); se regul el rgimen de las profesiones liberales (art. 105); el rgimen de la ciencia y la tecnologa (art. 110); y el derecho al deporte (art. 111).

    4. Los derechos ambientales

    En la Constitucin de 1999 tambin constituye una nove-dad la regulacin de los derechos relativos la medio ambiente,

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    establecindose normas destinadas a regular el derecho y deber de gozar y mantener un ambiente sano (art. 127); la poltica de ordenacin territorial (art. 128); los estudios de impacto am-biental y el rgimen de los desechos txicos; y las clusulas contractuales ambientales obligatorias (art. 129).

    5. Los derechos de los pueblos indgenas

    Otra de las innovaciones de la Constitucin de 1999, fue la incorporacin de Captulo VIII contentivo de un conjunto de normas sobre los derechos de los pueblos indgenas, respecto de los cuales slo haba una escueta norma de proteccin en la an-terior Constitucin de 1961 (art. 77). En tal sentido se reconoce constitucionalmente la existencia de los pueblos y comunida-des indgenas, su organizacin social, poltica y econmica, sus culturas, usos y costumbres, idiomas y religiones, as como su hbitat y derechos originarios sobre las tierras que ancestral y tradicionalmente ocupan y que son necesarias para desarrollar y garantizar sus formas de vida (art. 119). El peligro que podra derivarse de esta regulacin a los efectos de la integridad terri-torial, se busc neutralizarlo en la misma Constitucin al preci-sar que los pueblos indgenas, como culturas de races ances-trales, forman parte de la Nacin, del Estado y del pueblo vene-zolano como nico, soberano e indivisible, no pudindose in-terpretar el trmino pueblo en el sentido que se le da en el derecho internacional (art. 126).

    La Constitucin, adems, destin un conjunto de normas relativas al aprovechamiento de los recursos naturales en los hbitat indgenas (art. 120); a los valores culturales indgenas (art. 121); al derecho de los pueblos indgenas a una salud inte-gral (art. 122); al derecho de los pueblos indgenas a mantener y promover sus propias prcticas econmicas (art. 123); y a la propiedad intelectual colectiva de los conocimientos, tecnolgi-cas e innovaciones de los pueblos indgenas (art. 124). Por l-timo, el artculo 125 de la Constitucin consagra el derecho de los pueblos indgenas a la participacin poltica; garantizando el artculo 186 de la Constitucin, la representacin indgena en la Asamblea Nacional y en los cuerpos deliberantes de las enti-dades federales y locales con poblacin indgena, conforme a la ley.

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    6. Los derechos econmicos

    Por otra parte, en la Constitucin de 1999 se incorpor el Captulo VII que enumera los derechos econmicos de las per-sonas, en la siguiente forma: por una parte la libertad econmi-ca (art. 112); y por la otra el derecho de propiedad y la expro-piacin (art. 115). Esta norma sigue la orientacin del constitu-cionalismo venezolano, an cuando deben destacarse algunas variaciones en relacin con su equivalente en la anterior Consti-tucin de 1961 (art. 99), que son las siguientes: primero, no se estableci que la propiedad privada tiene una funcin social que cumplir, como lo indicaba la Constitucin de 1961; segundo, en la nueva Constitucin se enumeraron los atributos del derecho de propiedad (uso, goce y disposicin) lo que antes era materia de rango legal (art. 545 del Cdigo Civil); y tercero, en cuanto a la expropiacin, se exige en el nuevo texto constitucional que el pago de la justa indemnizacin sea oportuno. En esa forma, en general, la norma garantiza con mayor fuerza el derecho de propiedad.

    La Constitucin, adems, prohbe que se decreten o ejecu-ten confiscaciones de bienes salvo en los casos permitidos por la propia Constitucin y, en particular, por va de excepcin, mediante sentencia firme, respecto de los bienes de personas naturales o jurdicas, nacionales o extranjeras, responsables de delitos cometidos contra el patrimonio pblico, o de quienes se hayan enriquecido ilcitamente al amparo del Poder Pblico y los provenientes de las actividades comerciales, financieras o cualesquiera otras vinculadas al trfico ilcito de sustancias psi-cotrpicas y estupefacientes (art. 116 y 271).

    Por otra parte, la Constitucin de 1999, destina el Ttulo VI a regular es sistema socio econmico, y entre su normativa, de-be mencionarse el artculo 307 que declara al rgimen latifun-dista como contrario al inters social, y remite al legislador para disponer lo conducente en materia tributaria para gravar las tie-rras ociosas y establecer las medidas necesarias para su trans-formacin en unidades econmicas productivas, rescatando igualmente las tierras de vocacin agrcola.

    Por otra parte, esa misma norma establece el derecho de los campesinos y dems productores agropecuarios a la propiedad

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    de la tierra, en los casos y formas especificados por la ley res-pectiva. Esto implica el establecimiento de obligaciones consti-tucionales al Estado para proteger y promover las formas aso-ciativas y particulares de propiedad para garantizar la produc-cin agrcola, y para velar por la ordenacin sustentable de las tierras de vocacin agrcola con el objeto de asegurar su poten-cial agroalimentario.

    Excepcionalmente dispone el mismo artculo constitucio-nal, que el legislador crear contribuciones parafiscales con el fin de facilitar fondos para financiamiento, investigacin, asis-tencia tcnica, transferencia tecnolgica y otras actividades que promuevan la productividad y la competitividad del sector agr-cola.

    Otra innovacin constitucional en materia econmica es el derecho que regula el artculo 117, de todas las personas a dis-poner de bienes y servicios de calidad, as como a una informa-cin adecuada y no engaosa sobre el contenido y caractersti-cas de los productos y servicios que consumen, a la libertad de eleccin y a un trato equitativo y digno.

    II. EL SENTIDO DE LAS DECLARACIONES DE DE-RECHOS Y LAS CLUSULAS ABIERTAS

    1. El carcter declarativo

    Lo que es importante sealar es que desde el punto de vista jurdico, sea que las declaraciones de derechos estn incorpora-dos en normas internacionales, sea que se hayan incorporado al derecho interno y que formen parte de las Constituciones, no son declaraciones constitutivas de los mismos, sino como lo dice su propia denominacin, tienen carcter declarativo, es decir, reconocen los derechos. En consecuencia, ni las Constitu-ciones ni las Convenciones Internacionales los crean o estable-cen, sino que los admiten como inherentes a la persona humana.

    2. Las clusulas abiertas

    Bajo este ngulo, el aspecto ms importante del proceso de fortalecimiento de las instituciones de proteccin de los dere-chos en Amrica Latina ha sido la incorporacin progresiva y

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    continua en las Constituciones, de la clusula enunciativa de los derechos de las personas que proviene, tambin, de la influencia del sistema constitucional norteamericano.

    Esta consagracin expresa en las Constituciones de clusu-las meramente enunciativas sobre derechos humanos conduce a considerar que los derechos constitucionales no se agotan en los enumerados expresamente en la declaracin constitucional, sino que tambin se consideran como tales derechos constitucionales todos los otros inherentes a la persona humana, o los declarados en instrumentos internacionales. En esta forma, tambin, los derechos humanos establecidos en los instrumentos internacio-nales pasan a integrarse dentro de los derechos constitucionales con su mismo valor y rango, como una estrategia para la utili-zacin desde la perspectiva constitucional, del sistema inter-americano de proteccin de los derechos humanos.

    En esta forma podemos decir que, incluso, todas las Consti-tuciones de Amrica Latina, con muy pocas excepciones (Cuba, Chile, Mxico y Panam), contienen una clusula enunciativa de los derechos, conforme a la cual se indica expresamente que la declaracin y enunciacin de los derechos que se hace en los textos constitucionales, no se puede entender como negacin de otros que no estando enumerados en ellos, son inherentes a la persona humana o a la dignidad de la persona humana. Clusu-las de este tipo se encuentran, por ejemplo en las Constituciones de Argentina (art. 33), Bolivia (art. 33), Colombia (art. 94), Costa Rica (art. 74), Ecuador (art. 19), Guatemala (art. 44), Honduras (art. 63), Nicaragua (art. 46), Paraguay (art. 45), Per (art. 3), Uruguay (art. 72) y Venezuela (art. 22). En la Repbli-ca Dominicana, la Constitucin es ms general indicando que la enumeracin constitucional (arts. 8 y 9) no es limitativa, y por consiguiente, no excluye otros derechos y deberes de igual na-turaleza (art. 10).

    En el artculo 22 de la Constitucin de Venezuela de 1999, por ejemplo, siguiendo la tradicin constitucional anterior, se establece expresamente que la enunciacin de los derechos y garantas contenidos en esta Constitucin y en los instrumentos internacionales sobre derechos humanos no debe entenderse como negacin de otros que, siendo inherentes a la persona humana, no figuren expresamente en ellos (art. 22).

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    Esta norma, al igual que las antes mencionadas de otras Constituciones remite a los derechos inherentes a la persona humana, lo que incorpora nociones del derecho natural en el sentido de que los derechos humanos preceden al Estado y a las propias Constituciones; y adems, permite ubicarlos ms all de los enumerados no slo en la Constitucin, sino en los instru-mentos internacionales sobre derechos humanos, lo que amplia considerablemente su mbito. El antecedente de esta norma de la Constitucin venezolana en cuanto a la referencia a los dere-chos enunciados en los instrumentos internacionales, sin duda, se encuentra en la Constitucin de Colombia de 1992 (art. 94). En sentido similar en la la Constitucin de Ecuador se indica que Los derechos y garantas sealados en esta Constitucin y en los instrumentos internacionales, no excluyen otros que se deriven de la naturaleza de la persona y que son necesarios para su pleno desenvolvimiento moral y material (art. 19). En Nica-ragua, la Constitucin en ms detallada en cuanto a la enumera-cin de los instrumentos internacionales y, por tanto, ms limi-tativa, al precisar el artculo 46 que:

    Artculo 46.- En el territorio nacional toda persona goza de la proteccin estatal y del reconocimiento de los derechos inheren-tes a la persona humana, del irrestricto respeto, promocin y pro-teccin de los derechos humanos, y de la plena vigencia de los derechos consignados en la Declaracin Universal de los Dere-chos Humanos; en la Declaracin Americana de Derechos y De-beres del Hombre, en el Pacto Internacional de Derechos Econ-micos, Sociales y Culturales, en el Pacto Internacional de Dere-chos Civiles y Polticos de la Organizacin de las Naciones Uni-das; y en la Convencin Americana de Derechos Humanos de la Organizacin de Estados Americanos.

    En otros casos, como la Constitucin de Brasil, la clusula enunciativa, sin hacer referencia a los derechos inherentes a la persona humana, permite identificar como derechos constitu-cionales y por tanto, de igual rango y valor a los enumerados en la Constitucin adoptados por la Constitucin o de los tratados internacionales en que la Repblica Federativa de Brasil sea parte (art. 5,2). Sin embargo, de acuerdo con la mayora de los instrumentos internacionales, los derechos enumerados en los mismos se consideran como atributos de la persona humana,

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    razn por la cual el efecto de aplicacin de esta clusula enun-ciativa viene a ser el mismo.

    En definitiva, como lo seal la antigua Corte Suprema de Justicia de Venezuela en una sentencia de 31 de enero de 1991 (Caso: Anselmo Natale), los:

    Derechos inherentes de la persona humana son derechos natura-les, universales, que tienen su origen y son consecuencia directa de las relaciones de solidaridad entre los hombres, de la necesi-dad del desarrollo institucional de los seres humanos y de la pro-teccin del medio ambiente. De all, la misma Corte concluy sealando que Dichos derechos comnmente estn contempla-dos en Declaraciones Universales y en textos nacionales o supra-nacionales y su naturaleza y contenido como derechos humanos no debe permitir duda alguna por ser ellos de la esencia misma del ser y, por ende, de obligatorio respeto y proteccin.

    Otras Constituciones establecen la clusula enunciativa con menor mbito, pero igualmente permiten una ampliacin de los derechos humanos enumerados en el texto constitucional. Por ejemplo, en la Constitucin de Costa Rica se hace referencia a los derechos inherentes o que deriven del principio cristiano de la justicia social (art.74), en el mismo sentido de la dignidad de la persona humana.

    En otras Constituciones, las clusulas enunciativas abiertas sobre los derechos humanos hacen referencia a la soberana del pueblo y la forma republicana de gobierno, con lo cual en la enunciacin se hace ms nfasis en el tema de los derechos po-lticos (que nacen del principio de la soberana del pueblo y de la forma republicana de gobierno), ms que en los derechos in-herentes a la persona humana, como sucede en Argentina (art. 33) y Bolivia (art. 35).

    Otras Constituciones hacen referencia a los derechos que deriven tanto de la forma republicana y de la forma representa-tiva de gobierno, como de la dignidad del hombre, como sucede en Uruguay (art. 72: no excluye los otros que son inherentes a la personalidad humana o se derivan de la forma republicana de gobierno), Per (art. 3: no excluye los dems que la Constitu-cin garantiza, ni otros de naturaleza anloga o que se fundan en la dignidad del hombre, o en los principios de soberana del

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    pueblo, del Estado democrtico de derecho y de la forma repu-blicana de gobierno) y Honduras (art. 63 no sern entendidos como negacin de otras declaraciones, derechos y garantas no especificadas, que nacen de la soberana, de la forma republica-na, democrtica y representativa de Gobierno y de la dignidad del hombre), de lo que resulta una ampliacin enorme de esta clusula de enunciacin de derechos. Puede decirse, en todo caso, que este es un signo muy caracterstico del constituciona-lismo latinoamericano, los que lo distingue, sobre todo, del constitucionalismo europeo.

    Por supuesto, la enunciacin de derechos abiertos en las Constituciones implica que la falta de reglamentacin de los mismos por ley, no puede ser invocada para negar ni menosca-bar el ejercicio de los derechos por las personas, como lo expre-san muchas de nuestras Constituciones (Argentina. Bolivia, Pa-raguay, Venezuela, Ecuador). Se trata, por supuesto, del princi-pio de la aplicacin directa de la Constitucin en materia de derechos humanos, lo que excluye la tradicional concepcin de las llamadas clusulas programticas que en el constituciona-lismo de hace algunas dcadas se construy, particularmente en materia de derechos sociales, que impedan su ejercicio hasta que fueran regulados legalmente y que impedan su justiciabili-dad. En tal sentido, la Constitucin de Ecuador es precisa al sealar:

    Artculo 18. Los derechos y garantas determinados en esta Cons-titucin, y en los instrumentos internacionales vigentes, sern di-recta e inmediatamente aplicables por y ante cualquier juez, tri-bunal o autoridad No podr alegarse falta de ley para justificar la violacin o des-conocimiento de los derechos establecidos en esta Constitucin, para desechar la accin por esos hechos, o para negar el recono-cimiento de tales derechos.

    3. La garanta objetiva

    Una consecuencia jurdica fundamental en el mbito de la proteccin de los derechos que deriva de las declaraciones de derechos incorporadas en los textos fundamentales, incluso en la forma enunciativa, es la llamada garanta objetiva de la Cons-titucin, conforme a la cual, los actos estatales que violen los

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    derechos constitucionales son nulos. El principio, que para el constitucionalismo europeo contemporneo lo descubri Hans Kelsen9; puede decirse que en el constitucionalismo latinoame-ricano est incorporado en los textos de las Constituciones des-de principios del siglo XIX, como sucedi en la Constitucin de Venezuela de 1811.

    Este principio implica, como se dijo, que toda decisin del Estado contraria a los derechos fundamentales establecidos en la Constitucin es nula, con lo cual la garanta objetiva del pro-pio texto constitucional deriva del mismo, declarando expressis verbis la nulidad de lo que sea contrario a los derechos. En tal sentido, por ejemplo, en el artculo 25 de la Constitucin vene-zolana de 1999, se dispone que todo acto dictado en ejercicio del Poder Pblico que viole o menoscabe los derechos garanti-zados por esta Constitucin y la Ley es nulo; y los funcionarios pblicos que lo ordenen o ejecuten incurren en responsabilidad penal, civil y administrativa, segn los casos, sin que les sirvan de excusa rdenes superiores.

    En el caso particular del Per, en el artculo 31 se enumera el derecho de los ciudadanos a participar en los asuntos pbli-cos mediante referndum; iniciativa legislativa; remocin o re-vocacin de autoridades y demanda de rendicin de cuentas; al derecho de ser elegidos y de elegir libremente a sus represen-tantes; al derecho de los vecinos de participar en el gobierno municipal de su jurisdiccin; y al derecho al voto; agregndose que es nulo y punible todo acto que prohba o limite al ciuda-dano el ejercicio de sus derechos.

    4. El mbito de las limitaciones a los derechos

    Por otra parte, debe mencionarse que la enunciacin consti-tucional de derechos, con toda la ampliacin que hemos indica-do, incluso con el sealado carcter enunciativo, se ha estable-cido, en paralelo, con la precisin del mbito de las limitaciones a los derechos. Es cierto que hay derechos absolutos, es decir, derechos no limitables o inviolables, como por ejemplo el dere- 9 Vase Hans Kelsen, La garantie jurisdictionnelle de la Constitution (La justice

    constitutionnelle), Revue du droit public et de la science politique en France et ltranger, Paris 1928, p. 250.

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    cho a la vida, el derecho a no ser torturado, el derecho a no su-frir penas infamantes o el derecho a la defensa. Pero fuera de estos existe el principio de la limitabilidad de los derechos y libertades, los cuales siempre tienen como frontera tanto el de-recho de los dems como el orden pblico y social, porque, en definitiva, los derechos se ejercen en sociedad y tienen una plu-ralidad de titulares. Ello exige, por tanto, conciliar el ejercicio de los derechos, por todos, de manera que ello no signifique, en particular, la violacin del derecho de los dems y, en general, del orden pblico y social.

    Por supuesto, este principio puede conducir a situacione