Imaginario de Atacama

12

description

Escritor Regional, historiador, en esta oportunidad nos muestra su libro Imaginario de Atacama: Mitos y Leyendas.

Transcript of Imaginario de Atacama

Page 1: Imaginario de Atacama
Page 2: Imaginario de Atacama

ALEJANDRO ARACENA SIARES

Nace en el mineral de Capote Aurífero de Freirina, el 18 de Julio de 1943. Es en la escuela “Rómulo J. Peña Maturana” donde descubre sus cualidades literarias y su inclinación por el conocimiento y la investigación del Patrimonio Histórico y Cultural de Atacama. 1967 Miembro de la Academia Literaria de la Universidad Técnica del Estado. 1968 Publica su libro Antología del Copayapu. 1972 Co-Fundador grupo literario Jotabeche. Primer Presidente. 1993 Publica Antología Nacional Norte Verde del Banco del Estado y Biblioteca Nacional. 1994 Realiza Proyecto “Circuito Histórico Minero de Atacama”. Restauración Mina Tránsito. 1995 Escritor Becado de Atacama, “Proyecto vida y obra del escritor Atacameño”. 1995 Ingresa a la UNESCO I.O.V. Comisión Arte Popular. 1997 Seminario Nacional Santiago de Chile. “Identidad e Imaginario de Atacama”. 1999 Publica su libro “Identidad e Imaginario” Tomo I. 1999 Participa en el Seminario Internacional de Cultura y Desarrollo en Cuba. 1999 Recibe el Premio Regional Escritores de Atacama. 2000 Recibe la Medalla al Mérito SONAMI. 2001 Realiza Turismo Minero. Rutas históricas de Atacama. 2001 Recibe el Premio Provincial de Literatura. 2002 Publica su libro “El Cateador y las Catorce Doncellas” 2003 Recibe el Premio Regional de Patrimonio Histórico y Cultural. 2004 Publica su libro “Leyendas de Atacama”.

Page 3: Imaginario de Atacama

EL CUENTO DE LA PIEDRA

El cuento de la piedra es muy legendario en nuestra región minera. Lo mismo existen timadores en Vallenar, Chañaral, Copiapó y Tierra Amarilla. Según nuestro maestro del costumbrismo, este personaje del cuento de la piedra era muy popular. Acota José Joaquín Vallejo, que en las entradas de los hoteles y las tertulias familiares, eran su lugar preferido. Siempre buscaba al afuerino que llegaba ansioso de datos mineros. ¿En qué consiste el cuento de la piedra de oro o de plata? Que el cuentero prepara una piedra con muestra de metal y a su víctima se la

muestra muy privadamente y le da a conocer que sólo él tomó ésta y otras piedras que ya vendió, de una gran riqueza que existió en el cerro Panul de la Quebrada del Mono por la Quebrada de Algarrobal. La víctima luego de pasarle el billete pa`la caña e indagar con otros amigos sobre este dato que lo hará rico. Se da cuenta que los lugares descritos por los mineros existen y son reales, y ahora vuelve a la carga, busca al minero le compra la piedra y los derechos de la mina, la que manifiesta de inmediato. Pero grande será la desilusión del comprador mientras el cuentero, de seguro está en un pueblo pequeño, bebiendo y comiendo con la plata de sus fechorías. Este hecho ocurrió en el siglo pasado, más sofisticado hoy, con la incorporación de la técnica y las nuevas medidas o formas de mensuras, pero igual de ingeniosas porque así es la idiosincrasia del minero que se cansó que lo hicieran “huevo de pato” y esto lo toma como un desquite contra los malos patrones que no le pagaron su trabajo, en más de una oportunidad.

Page 4: Imaginario de Atacama

ENTIERROS

En tiempos de prosperidad minera, muchos de los hombres ricos, enterraron sus riquezas en muros de casas o cerros, en construcciones y murallas, en la pampa simulando cruces de algún muerto. La razón es que no había bancos y por ende los asaltos, se sucedían en casi todas los poblados mineros. PENADURAS

Sinsabores o sufrimientos. Dificultades que se deben vencer con sufrimiento. Por ejemplo: los serenos de las

minas, los animales, árboles que se incendian, trabajos anormales como barrenar cuando la faena está parada, las viudas o lloronas. SUPERSTICIONES

Creencias irracionales en ciertas influencias o fuerzas sobrenaturales, que actúan sobre el orden del mundo. EL CURA Y SU SOTANA

Un cura con sotana, es una presencia no grata en las minas. Un cura con pantalones es hoy en día bien recibido. El minero antiguo, el dueño de la mina, los mayordomos; no permitían la presencia de la mujer en los minerales por traer mala suerte, porque se agotan las vetas. De ahí, al asociar las faldas largas de la mujer con la larga sotana del cura. La mina es de sexo femenino y según ritos ancestrales no puede ser penetrada por el mismo sexo. Para que se produzca la fecundación debe ser cubierta y penetrada por un varón, por un macho, las vetas y los mantos se hincharán de minerales. Hoy en día, hay mineros antiguos que no permiten entrar a la mina a las mujeres, especialmente a la fuente de trabajo. Pero sabemos que en empresas mineras la mujer profesional en este campo está rompiendo con la superstición y su presencia será cada vez más importante.

Page 5: Imaginario de Atacama

MATAR EL

GAUCHO

Hay un pájaro llamado “gaucho”, de color plomo y que mide más o menos 20 cm. de largo y su porte es como el de un zorzal. Este pájaro amistoso, carnívoro que se alimenta de araña, lagartos, alacranes, llega a darle la bienvenida al minero, al pirquinero que se está instalando en una nueva mina. El gaucho es suerte, es riqueza, es compañía y no se va

de cada mina, sino cuando es el minero que emigra por las sierras atacameñas. Es una bendición y una maldición, porque la superstición minera nos enseña que al gaucho no se debe corretearlo, tratar de correrlo. Menos apedrearlo o matarlo. Han sucedido casos de accidentes mineros, aterramientos o pérdida de la ley en los minerales, por el hecho de hacer desparecer a esta avecilla que ha servido de mascota a tantas generaciones de mineros. SEMBLANZAS

Descripción física o moral de una persona. Se merece una especial atención, algunos personajes son anónimos, que la única forma que los reconozcamos en el tiempo, es escribiendo de ellos. Hay humildes hombres, que aportan su vida de trabajo y esfuerzo para el engrandecimiento del país, y una semblanza en vida o póstuma, es mi sencillo homenaje.

Page 6: Imaginario de Atacama

LA VENTA DE LA

MINA BRUJA

EL SOCAVÓN DE ONCE POR CIENTO Hay mineros, grupos de mineros y ahora quiero contarles de

empresarios timadores, que hacen sus negocios a gran escala. Pero el fraude es de varios miles de pesos. El show debe prepararse bien y no dejar

detalle a cabos sueltos. Está listo el socavón, está lista la máquina para concretar el socavón. Aún falta mineral de la otra mina. De hecho, este socavón reúne las condiciones, es una veta manto, muy ancha que no pasa de dos a tres gramos de oro por tonelada y el cuarzo con limonitas rojas y amarillas, es exactamente igual al mineral que se va a ocupar en el trasplante, llega el jefe de rasgos orientales y se da comienzo a la operación. Todo resulta un éxito, solo falto dejar secar la mezcla, ver si pegó en el cerro y traer a los geólogos que representan a la empresa compradora y que están muy entusiasmados con las leyes de once gramos por tonelada de oro vendido a ENAMI. Y que pertenecen a la propiedad ofrecida en venta. El día esperado llegó…los geólogos no encontraban nada anormal, pican los limonita, el cuarzo y ven la configuración de la venta manto y las corridas. Lo que ellos toman de muestras en “la frente” lógicamente da once gramos por toneladas. La empresa compra la mina, pero la gran desilusión ocurre cuando en la perforación descubren el metal con cemento y que la capa de 30 cm. De metal bueno se acabó y que el resto solo tiene 2 a 3 gramos de oro por tonelada. Nunca se supo el final del fraude y si la situación por estafa llegó al final, pero estas empresas brujas seguirán operando en nuestra región minera de Atacama.

Page 7: Imaginario de Atacama

LA ANIMITA DE LOS TRES ANGELITOS

Cerca del apacible pueblo de Carrera Pinto, más o menos a tres kilómetros, existía una antigua cancha de aterrizaje y a su costado un cerro bajo, como un islote, en medio del llano. A este cerro lo llaman Cerro de Los Indios, es relativamente bajo y sobre su parte superior habían unas piedras como monteros y en su alrededor, cualquier material de piedras semipreciosas y sílices, feldespatos y mármoles. En sus faldeos, mirando hacia el pueblo de mineros, una animita que lleva el nombre de los “Tres Angelitos”, muy visitada los fines de semana por mujeres y niños. Muchas veces nos costó tapar los bordes de los tres pequeños angelitos. Con nuestras manos les echábamos arena muy fina a las animitas. En su interior colocaban los tarros con las flores y también con arena donde enterraban las velas encendidas. Esto lo hacíamos cada semana, pues, el viento revolvía todo durante la semana. Luego que las mujeres rezaban, nosotros dábamos la última subida al cerro de Los Indios y bajábamos cuando la caravana de mujeres emprendía su regreso al pueblo. Nuestra vitalidad de niños no se acababa, cada lagarto que encontrábamos en nuestro camino era perseguido hasta sus cuevas, donde hacíamos escarbar a nuestro perro. En la época de primavera, nos veníamos juntando langostas para las gallinas. Sabemos que la fe no tiene predilección, los milagros y favores son concedidos por igual a las señora de los jefes de la Agencia Cacremi, como a las mujeres de los mineros más humildes, lo que no sabíamos, era a quién le estaban solicitando ayuda, para sanar a un hijo y librarlo de la muerte. Un día domingo cuando las primeras mujeres llegaron a las animitas, cual sería su sorpresa al no encontrar nada. Solo tres cajoncitos destruidos, con sus tablas esparcidas por todo el lugar, al igual que los tarros y las latas con restos de velas. Algunas se persignaron, apretaron sus manos y al cielo pidieron castigos contra aquel malvado, que destruyó este lugar sagrado de la fe y oración. Pero…una de ellas dio en el clavo, al recoger unas cuantas monedas brillantes, parecían de oro, se las mostró a su madre y ella le ratificó que se trataba de una onza de oro. Entonces pensando en voz alta exclamaron ¡los angelitos eran una gran riqueza de onzas de oro!. Si mamá, y nosotras prendiéndoles velitas, se imaginan la gran riqueza de que por años fuimos sus mejores guardianes. Vamos, niña, mira que por lo menos encontramos unas cuantas monedas de oro y eso es ya un buen regalo. Se supo, al poco tiempo que un grupo de arrieros argentinos, vino a sacar el entierro. Que pernoctaron en la Finca de Gallo, hicieron su trabajo y desaparecieron en la misma noche rumbo al camino internacional.

Page 8: Imaginario de Atacama

LAS PENADURAS DE LA MINA RINCON

El Tito Escalante, nos ayudó a instalar las piezas prefabricadas y se pegó la vuelta a Copiapó. Conmigo se quedó mi tío Ventura, armamos un buen lomo de toro en el desmonte, antes que anocheciera. Santos, que comandaba un grupo de mineros también conocía a mi tío “Gato” Ventura Siares, por eso de ser bueno para el fútbol. A la noche vayan a tomarse un café con nosotros, a tu sobrino lo conocí en los rumanos, era el jefe de bodega más paleta que he conocido. Efectivamente, luego de echar los víveres en un tambor, por una gran plaga de ratones que apareció en toda la región y en la mina. De prender las lámparas a carburo; fuimos a los ranchos del amigo santito. Todo fue hablar

de apariciones de futres, en la pirca alta detrás del peinecillo. Que los silbaban cuando venía subiendo la cuesta del Pique Villanueva con los bidones con el agua. Que, en la pampa se veían fogatas de arbustos y el sector es más pelado y árido que ninguno. Que, la animita de la cuesta no deja trabajar, si no se le prenden velas y se encienden solas, pidiendo que la visiten. Que hay un minero muy trabajador e incansable que cuando empieza a barrenar, se manda las carreras más largas que un minero normal jamás lo haría, porque barrenar es cansador y el martillo y el barreno pesan. Los mineros de Santito, se quedaron callados y nos indicaron que se sentían pasos sobre las latas de la cancha. Claramente se sentía como a cien metros de nosotros, al lado del pique un sonar de “colpas” sobre las latas que hacían las veces de canchas. A veces el pesao de sangre, no tira en las noches, pero de lo que yo he sabido y que nos cuenta el abuelo Campillai que viene del otro lado de la mina Gallo; es que la mina El Rincón es la más rica del sector junto con la Ojo de Buey, La Chelita y otras. Nos decía el abuelo que esta mina la trabajó la empresa Copiapó Gold Mine Ltda., filial de la América Smelting y que el pique de cuatro por cuatro y los niveles cada 20 o 25 metros. Además, de sus canchas enmaderadas al costado del pique, nos hablan de un gran trabajo. Posteriormente, estas minas fueron de Pancho Daza y Ramón Osorio. Hoy, es de los Escalantes, pero ninguno de nosotros sabíamos y menos íbamos a pagar regalías. Pensábamos que la mina seguiría rica y que tiene una gran riqueza todavía y por eso las penaduras. Bueno, Santitos ya nos dejó informado de las maravillas que nos esperan. Pero usted sabe que nosotros nos criamos en las minas y en los cerros, y ahí veremos quien es más diablo. Hasta mañana… hasta mañana. Serían las tres de la mañana y un violento ruido nos despertó. Escuchaste eso me dijo mi tío. Lo escuché clarito parece que nos probaron la canoa. Se sintió como que echaran una carretilla de metal. Al rato, no había pasado unos minutos y echó la segunda carretillada. Tomé la lámpara, le di agua y avive el “moco”. Salí hasta la puerta del ruco y alumbré a todos lados. Cuando alumbré las latas donde caía el metal y no vi una sola piedra, sentí un frío en el cuerpo y me volví al rancho y me acosté.

Page 9: Imaginario de Atacama

EL SERENO DE LA “NO ME OLVIDES” Los fines de semana, me quedaba solo en la mina “No me olvides”, yo era sereno. Todos me apodaban el maestro Licán, como un apocope de Caupolicán, que era mi nombre verdadero. Desde hace un buen tiempo a la fecha, están sucediendo cosas extrañas en la mina. Una tarde de un día domingo, apareció un perro negro brilloso, hermoso ejemplar, todo lleno de músculos. Recorrió

todo el desmonte y cada sector de la mina, pero no comió nada, ni siquiera bebió un poco de agua. Los perros de la mina, todos sin excepción, gemían y se acurrucaban en la pirca o se metían bajo el camarote. La perra “Pastora”, la más brava que tenía, también gemía debajo de la mesa, pero no le sacaba los ojos de encima al gran perro negro. Cuando el perro negro se iba por la Quebrada Cerrillo, los valientes quiltros que me acompañaban salían a ladrar. Otra de las cosas extrañas ocurría todos los días más o menos a la oración. Todos se movía, unos echando a correr el motor del grupo electrógeno, otros entrando los tarros-bacinicas, porque nadie se atrevía a salir de sus rucas. Generalmente el motor agotaba el pequeño estanque de bencina y la luz empezaba a bajar su voltaje y finalmente se paraba el motor. Los gritos de: maestro Licán están pidiendo comía, no se demoraban escuchar. Luego de la otra y de la otra pieza, hasta formar un coro “maestro Licán” no se haga el dormío pues ño. Oye, burra blanca vos que soy el más valiente levántate a echarle combustible al motor. Y a usted no lo ha pillado el burro, maestro. Sabemos que al único brujo que no le penan es al maestro Licán. Al final, salí a poner bencina al grupo. Pero cuando venía de vuelta por el desmonte, me tiraron una granza o piedrecilla muy fina que rebotaron en el casco. Le eché una putiadas o los mandé a dormir. Lo que se comentaba a la hora de almuerzo, era que esta mina guardaba una riqueza, primero porque tenía las corridas de “millonaria” y el “alcance” de minerales, casi siempre va anunciado por hechos extraños como los que suceden en la “No me olvides”. Borquez, jefe de la mina mandó al niño a buscar dos palas, dos picotas y una máquina perforadora.

Page 10: Imaginario de Atacama

EL HUERFANITO DE LA AVENIDA

Cuenta la abuelita de los Lira, que en una de las grandes venidas de agua, ocurridas en Tierra Amarilla, el ancho del torrente alcanzaba hasta la parte del cerro de Cancha de Carrera, muy cerca de la punta donde aún existen unas cuevas. Los mineros de todo el sector de Punta del Cobre, corrían por el cerro en forma casi incontable. La tragedia se hacía inminente. El agua carcomía las casas y se llevaba todo, inclusive a las mujeres y niños que se encontraban solos luchando por salvar algunos enseres. Lo más trágico que sucedió, fue cuando un minero se lanzó al agua porque su mujer trataba de salvar a su hijo, agarrada a un tronco y enredadas entre las malezas, el barro y la piedra que arrastraba el agua. El minero pudo salvar a su hijo que quedó con un grupo de mujeres y él se lanzó a las peligrosas aguas para salvar a su mujer, pero todos vieron como su lucha fue infructuosa y sucumbieron bajo unos árboles, abrazados los esposos. El niño se fue criando con los vecinos, todos le brindaban su apoyo y cariño, no nos dimos cuenta cuando el huérfano ya fue un mocetón que hacía todo tipo de trabajos, para ayudar la casa de sus padres adoptivos. Un día llegaron los arrieros argentinos con su arreo de vacuno. Los que encerraron en los corrales cerca del matadero municipal. El joven se ofreció para cuidar los caballos y mulares, fue muy bien recibido por los “paisanos”, quienes venían agotados por la travesía. Como su trabajo fue bueno, los “che” lo invitaron a viajar hasta Argentina. Sus padres adoptivos lo autorizaron y el mozo se hizo un buen ayudante de arriero. A los años, un grupo de buscadores de entierros llegó al pueblo, venían del otro lado de la Cordillera y entre ellos, este tierramarillano pata de perro. Unos cuentas que venían detrás del entierro de la Capilla, tan nombrada por la gente mayor y empezaron su trabajo en las paredes de Nantoco. Al tiempo se trasladaron hasta la zona del Buitrón, frente a la actual Tenencia de Carabineros. En la noche, este joven vio la luz al frente, en la barranca de la actual población de Rodesia y en esa rinconada hizo un hoyo y encontró dos calaveras, le llamo la atención que estaban como abrazados y unidas por sus manos, sobre las falanges tenía unos anillos cubiertos de óxido verde, muy duro, que es propio del oro. Aterró los cubiertos de óxido verde, muy duro, que es propio del oro. Aterró los huesos y se traslado a su campamento. Pero al empezar a limpiar las argollas aparecieron grabadas el nombre de su madre y de su padre. N o había duda, eran ellos la historia de la “venida” se le vino a la mente. Contó lo sucedido a sus compañeros quienes al día siguiente lo acompañaron a dar cristiana sepultura a sus padres. El joven arriero tierramarillano, volvió a la Argentina y nunca más se supo más de él, me dice muy emocionada la abuela. No encontró el entierro de la Capilla, pero si la riqueza más grande, el entierro de sus padres.

Page 11: Imaginario de Atacama

EL CHACHA DE LA CORDILLERA

Luis Escalante, alias el Chacha, vivió en la cordillera de nuestra comuna de Tierra Amarilla, desde muy joven. Los riscos, cerros, volcanes, ríos y quebradas fueron su territorio. Fue un gran cazador de guanacos, toda su actividad giraba alrededor de este animal que le proporcionaba todo, su carne, su lana, su cuero para hacer sus mejores lazos, los que lanzaba con una precisión y rapidez, digno de admirar. Cuentan que era muy especial para las faenas de caza de estos auquénidos a los cuales les echaban los perros de subida por las quebradas. Los perros los volvían cuesta abajo y el Chacha haciendo sonar el lazo era infalible. Lo llamaron el rey del lazo y en su macho negro recorría la Laguna del Negro Francisco, Paredones, El Nevado, Pircas Negras. En todos estos lugares, el Chacha construía sus guaridas con pircas, tola y bailahuen. Nadie se podía acercar tan fácilmente a él. Se paraba a unos tres metros de las personas y cuando daban un paso hacia él, el Chacha retrocedía un paso. Su alimento siempre fue en base a la carne de guanacos, el resto lo traía desde Potrerillos, Inca de Oro o Carrera Pinto; lugares donde vendían el charqui tan apetecido. Chacha fue un cazador que hizo de su vida cordillerana, un refugio de su solitaria existencia, pero siempre detrás de los guanacos a los que conocía muy de cerca, inclusive algunas historias fabulosas como las del Yastay. EL CHOY DE LOMAS BAYAS

Esta historia me la contó el maestro González, con los ojos llenos de lágrimas a la semana de haberle sucedido y porque me conocía como amigo de coleccionar hechos mineros y de aventuras. Amigo Alejandro, la historia de que anduve perdido en el sector de Lomas Bayas, quiero que le sirva de alerta a los jóvenes que a veces son impetuosos y se lanzan a la aventura de caminar por senderos desconocidos, sin prever las malas consecuencias. Era el lunes de la semana pasada, me levanté como de costumbre con una sed caballa, producto de un día domingo muy animado y muy regado, junto a mis amigos. Por esta razón, se me pasó el camión que sube a la mina, pero a los pocos minutos, me levantó otro camión Fiat, solo que este se dirigía al interior del valle. Le dije al chofer que yo le avisaría donde me bajaría, pero unos sacos y poco de sueño me hicieron despertar en Los Loros, cuando el chofer del camión me gritaba, amigo minera donde se va a bajar, ahora nosotros seguimos hasta San Antonio. Me levanté entre los sacos y me bajé Luego me puse a caminar por el pueblo, buscando algún negocio donde apagar la sed. Me fui al boliche del famoso Víctor, que ya se encontraba abierto. Estaba tomándome la segunda pilsener, cuando entró por el pasillo el abuelo Carrizo, quién me saludó muy contento, pidió le llenaran la botella con vino y se acercó hasta donde yo me encontraba. Nos servimos varios tragos, luego fuimos a comer algo a su casa, me indicó como salir por la quebrada del cementerio rumbo a Lomas Bayas y ahí amanecí más helado que una paleta y totalmente perdido. La sed mataba, fue una aventura de tres días, con hambre, sed y mucho frío.

Page 12: Imaginario de Atacama

En esta aventura no me abandonó la suerte, unos cuantos lagartos asados, unas raíces, pero también tome orín para saciar la sed. Unos mineros, que salieron a buscar leña, fueron los que me encontraron desmayado sobre una piedra. En la tarde de ese día desperté sobre un camastro minero, mirando asustado a quienes me estaban dando una sopa apetitosa de espárrago. Esta con suerte paisano, porque ya tenemos cargado el camión y bajará hasta Paipote después que tome once el chofer. Gracias amigos, les di un apretón de manos a cada compañero minero y subí al camión rumbo a casa en Tierra Amarilla, pensando seriamente, nunca más dármelas de baquiano por ninguna sierra de mi comuna. Si quieres, te llevas el carro y en ella me traes rápido las herramientas, para llevarlas a Lázaro que las necesita. Como a los diez minutos salió el niño corriendo, medio cortado y con los ojos más grandes que el susto que había pasado. Jefe, en La Buitre, había un hombre negro, más alto que usted, cuando lo vi, empecé a retroceder y salí por el túnel. Pero lo que me hizo renunciar a mi cargo de sereno, fue el arreo de cabras, huasos silbando, perros ladrando por detrás del campamento, un día viernes en la noche. Al otro día rastreamos y ningún rastro. Con mi bajada, puse el aviso y solo subí a buscar los monos a la mina del terror. Algún día, sabremos de un nuevo minero rico y que alcance de metal fue en la mina “No me olvides”. SAN LORENZO

Hay una superstición muy generalizada entre los mineros y es la de guardar respeto por el día de San Lorenzo, que corresponde en el calendario al 10 de Agosto. Hay muchas cruces en los caminos que advierten a los mineros, a los camiones que acarrean el mineral, que este día hay que hacer un alto y orar por el patrono de los mineros. De hecho, nadie se atreve a entrar a la mina y menos “quemar” tiros de explosivo. Se cuenta que el no encender las guías o mechas, obedece a que el patrono San Lorenzo, diácono castigado en una plaza de un pueblo romano, justamente quemándolo sobre una parrilla. Los tesoros de la iglesia que debía llevar a la plaza y que le costaron este castigo, fueron unos mineros de una mina de sal y que era la gente más humilde del pueblo. Carrera Pinto, es un pueblo minero, en una zona de grandes yacimientos y si bien es cierto hoy día no existe el campamento, las casas, la estación de ferrocarriles, la escuela. Pero si existe una animita antes de llegar a la curva de donde avistamos las primeras casas y estos cinco o diez kilómetros, recorríamos gustosos y llenos de alegría el día de San Lorenzo, primero por ser el día del camionero que falleció en ese accidente, cuando venía cargado de minerales de la Mina Andacollo y segundo, porque este día la gente no trabajaba, ni siquiera nosotros íbamos a clases; todos se trasladaban a diferentes lugares con velas y flores para rendir homenaje simples, a esos hombres tercos, que no creyeron en la superstición del patrono de los mineros, San Lorenzo.