INAH Intensifica Programa Para Conservar Pintura Mural

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Nuevas técnicas de conservación En los años 70 y 80, en México se consideró que algunos consolidantes (en su mayoría polímeros sintéticos) eran la panacea para la restauración de la pintura mural, sobre todo porque se usaban en Europa. Con los años, y debido a las particulares condiciones de humedad y otros factores ambientales de nuestro país, estos polímeros que se usaron para proteger la capa pictórica comenzaron a presentar diversos problemas: se oxidan y se ponen amarillentos; también se pasman y presentan una capa blanquecina que obstaculiza la apreciación de la pintura. A principios de los años 90, los restauradores mexicanos de pintura mural detectaron que los polímeros se estaban degradando rápidamente, y lo que en su momento pareció una solución se había convertido en parte del problema. Desde hace varios años se ha procedido a retirar la capa de polímero, valiéndose de una técnica revolucionaria: la utilización de INAH intensifica programa para conservar pintura mural (8 votos, media 4.88 de 5) Miércoles, 01 de Febrero de 2012 11:02 Por Jorge Luis Sáenz [email protected] **Fuente invaluable de información, los murales prehispánicos muestran la cosmogonía de sus creadores y aportan datos de las culturas que los concibieron. En Bonampak, Teotihuacan, Cholula, El Tajín, Chichén Itzá o Cacaxtla hay insuperables ejemplos de pintura mural donde se asoma la historia y el pensamiento de los antiguos pobladores de América El mural de Los Bebedores, que se encuentra en la zona arqueológica de Cholula, Puebla, contiene la representación pictórica de un extraño rito: dioses y hombres por igual disfrutan de la bebida sagrada: el pulque. Descubierto hace más de 40 años, este mural se encuentra en seis túneles a lo largo de 60 metros y se estima que tiene 1,700 años

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Nuevastécnicas deconservaciónEn los años 70 y 80, en Méxicose consideró que algunosconsolidantes (en su mayoríapolímeros sintéticos) eran lapanacea para la restauración dela pintura mural, sobre todoporque se usaban en Europa.Con los años, y debido a lasparticulares condiciones dehumedad y otros factoresambientales de nuestro país,estos polímeros que se usaronpara proteger la capa pictóricacomenzaron a presentar diversosproblemas: se oxidan y se ponenamarillentos; también se pasman

y presentan una capablanquecina que obstaculiza laapreciación de la pintura.

A principios de los años 90, losrestauradores mexicanos depintura mural detectaron que lospolímeros se estabandegradando rápidamente, y loque en su momento pareció unasolución se había convertido enparte del problema. Desde hacevarios años se ha procedido aretirar la capa de polímero,valiéndose de una técnicarevolucionaria: la utilización de

INAH intensifica programa para conservar pintura mural

(8 votos, media 4.88 de 5)

Miércoles, 01 de Febrero de 2012 11:02

Por Jorge Luis Sá[email protected]

**Fuente invaluable de información, los muralesprehispánicos muestran la cosmogonía de sus creadoresy aportan datos de las culturas que los concibieron. EnBonampak, Teotihuacan, Cholula, El Tajín, Chichén Itzá oCacaxtla hay insuperables ejemplos de pintura muraldonde se asoma la historia y el pensamiento de losantiguos pobladores de América

El mural de Los Bebedores, que se encuentra en la zona arqueológicade Cholula, Puebla, contiene la representación pictórica de un extrañorito: dioses y hombres por igual disfrutan de la bebida sagrada: elpulque. Descubierto hace más de 40 años, este mural se encuentra enseis túneles a lo largo de 60 metros y se estima que tiene 1,700 años

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nanopartículas.

“El doctor Piero Baglioni,investigador de la Universidad deFlorencia, ha desarrollado unatécnica muy efectiva para laremoción de los polímeros,primero hace un análisis químicopara identificar el producto quefue empleado, después nosasesora para elaborar microemulsiones que sirven paraeliminar la capa de polímerosobre la pintura mural y tambiénestamos usando consolidantescon la misma tecnología denanopartículas”, aseveró RiveroWeber.

La restauradora Diana Medellín,jefa del Departamento deConservación del Programa dePintura Mural Prehispánica,quien ha trabajado el sitio deCacaxtla, Tlaxcala, descubiertohacer 34 años, explicó que losmurales de esa ciudadprehispánica fueron pintadossobre barro (y no sobre estuco),lo que los vuelve bastantefrágiles; en décadas pasadas atodos se les aplicó una o variascapas de polímero sintéticoporque entonces era la manerade protegerlos de la intemperie.

Dijo que los polímeros “daban

buenos resultados porque en esemomento la pintura estaba a laintemperie, no existía la cubierta”que ahora protege la totalidad dela acrópolis. ¿Fue una moda?, sele pregunta: “De inicio parecíafuncionar, porque sí fija la capapictórica, sí estabiliza, pero conel tiempo y las condicionesambientales se degrada”.

En una visita realizada al sitiodestacó que actualmente se llevaa cabo una estrategia global deconservación en todos loselementos de pintura ydecorativos de Cacaxtla, y nosólo en los murales “estrella”,como La Batalla y del TemploRojo, que son los que hanrecibido mayor atención desdeque fueron encontrados.

Además, la restauradora y suequipo están realizando diversasmediciones para determinar,científicamente, si se estáperdiendo el color o el brillo de lapintura de murales, como el deLa Batalla, que narra la sujeciónde otros pueblos a los señoresde Cacaxtla.

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seis túneles a lo largo de 60 metros y se estima que tiene 1,700 añosde antigüedad. También, es el ejemplo más palpable de la batallasostenida que emprenden cotidianamente los restauradores paraconservar este tipo de expresiones del pasado, luchando día tras díapara frenar su deterioro.

Actualmente la restauración de este mural, como muchos más en todoel país, forma parte del Programa Nacional de Conservación de PinturaMural Prehispánica, iniciado en 2010 por la Coordinación Nacional deConservación del Patrimonio Cultural (CNCPC) del Instituto Nacionalde Antropología e Historia (INAH).

Dicho Programa, explicó la coordinadora nacional Lilia Rivero Weber,impulsa la sistematización de toda la información sobre pintura mural anivel nacional. También lleva a cabo acciones preventivas y deconservación de este valioso legado.

Explicó que la estrategia está sustentada en tres líneas de acción:diagnóstico, propuesta integral y gestión. En consecuencia, elPrograma comenzó con la recopilación de la información deintervenciones sobre la pintura mural en los últimos 20 años.

También lleva a cabo el mapeo nacional de los sitios que requieranconservación. Finalmente se tiene un diagnóstico que permitedeterminar qué murales necesitan una intervención emergente, ycuáles requieren acciones preventivas, directas de restauradores o deconservación interdisciplinaria (con la participación de arqueólogos,arquitectos y restauradores).

Fuente invaluable de información, los murales prehispánicosmuestran la cosmogonía de sus creadores y también aportan datosde las culturas que los concibieron. En zonas arqueológicas comoBonampak, Teotihuacan, Cholula, El Tajín, Chichén Itzá o Cacaxtlatenemos insuperables ejemplos de pintura mural donde se asoma lahistoria y el pensamiento de los antiguos pobladores de América.Conservar y preservar este legado para su estudio y el disfrute de lasfuturas generaciones es tarea de los restauradores, la gran mayoríamujeres.

“Queremos tener un diagnóstico confiable de la pintura mural prehispánica en toda la República mexicana, tanto la que está en zonasarqueológicas como las pinturas en cuevas, cualquier representación”, aclaró Rivero Weber al comentar los alcances del Programa deConservación de Pintura Mural Prehispánica.

Además de los restauradores de la CNCPC, dicho Programa vincula los estudios de especialistas de los Centro INAH en toda la RepúblicaMexicana, y de la Escuela Nacional de Conservación, Restauración y Museografía (ENCRyM) del INAH, así como de la Universidad deFlorencia y el Seminario de Pintura Mural Prehispánica del Instituto de Investigaciones Estéticas de la UNAM.

La idea es llegar a sistematizar toda la información en una base de datos: “Antes la pintura mural se trataba como casos aislados, ahora coneste programa tenemos una visión global y podemos tomar decisiones mediante una metodología y trabajo colegiado a nivel nacional. Si setiene toda la información, los resultados se amplían y se potencian. Va más allá de la idea de sólo conservar y aporta mucho más”.

El Programa de Pintura Mural Prehispánica, aclaró la coordinadora de Conservación del Patrimonio Cultural, contempla varios niveles deactuación que van desde el registro y diagnóstico de los murales, pasando por la preservación: limpieza y conservación de las pinturas,hasta la intervención emergente en los casos en que la capa pictórica esté en riesgo de perderse.

El programa “rebasó sus expectativas”, dando continuidad a varios proyectos de conservación de pintura mural que se venían trabajandodesde años atrás, como en el caso de la zona de Bonampak (Chiapas), cuyos murales se encuentran en una etapa de recuperación estética.

Lanzado en 2010 el Programa Nacional inició en las zonas de Calakmul (Campeche), Tlatelolco (Distrito Federal), Cholula (Puebla), Mayapán(Yucatán), Cacaxtla (Tlaxcala), Bonampak (Chiapas) y Tamuín (San Luis Potosí). También se sumaron El Tajín (Veracruz), Ixcaquixtla (Puebla);Teotihuacan (Estado de México), algunas zonas del estado de Quintana Roo, así como las pinturas rupestres de Oxtotitlán (Guerrero) y LaPintada (Sonora), entre otros proyectos.

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“Lo que hicimos en estatemporada fue medir, con unaparato que se llamaespectrofotómetro, la cantidadde cada uno de los colores (azul,rojo, amarillo), para dentro decierto tiempo poder determinar sise está perdiendo o no color oqué está pasando”, dijo Medellín.Además, se midió el vientodentro y fuera de las cubiertas deacrílico del mural de La Batalla,para saber si éste también afectaa la pintura.

En el mural del Templo Rojo laproblemática es diferente ycompleja porque, explicó larestauradora, el muro quesoporta la pintura está hueco en

algunas zonas, y esto provoca laaparición de grietas y pequeñosdesprendimientos. “Para tenermás elementos se hizo análisiscon georradar, que nos permitever qué hay atrás del mural ybuscar una solución”.

Medellín dijo que se requiere queun equipo interdisciplinario(arqueólogos, arquitectos,restauradores) decida unasolución, porque el muro deledificio que sostiene la pinturasigue presentando problemasestructurales. “El registro y eldiagnóstico nos arrojan qué estápasando; después el dictamennos indicará qué podemos hacer.Hay opciones, lo importante esque entre todos decidamos quévamos a hacer”.

Caminamos por los senderos deconcreto sobre las ruinas,aparecen las figuras de losguerreros Águila y Jaguar,algunos relieves en forma dechalchihuites, el hombre con colade escorpión y su compañera,con sus atuendos dedicados a laEstrella de la Mañana; pienso enel refinamiento que alcanzaronlos artistas de Cacaxtla y suelaborada mitología que llegóhasta nuestros días, ¿podrásobrevivir otros mil años?

En 2011, el Programa tuvo temporadas de trabajo en el conjunto arqueológico de Atetelco, en Teotihuacan; en el mural de Los Bebedores,en Cholula; en los murales de Cacaxtla, Tlaxcala, en la conservación de los elementos modelados en estuco y pintura mural en Mayapán,Yucatán, y en la conservación de murales en Bonampak (Chiapas), entre otros.

Asimismo se continuó con los trabajos en las pinturas rupestres de Oxtotitlán, Guerrero, proyecto iniciado en 2003, y el sitio rupestre de LaPintada, Sonora. En ambos sitios la restauradora Sandra Cruz realiza el monitoreo medioambiental de las pinturas, así como diversosprocesos de conservación.

En este rubro, también el Programa avanzó en la conservación de los sitios con presencia de pintura mural en el Norte y Occidente deMéxico. Se contempla el mapeo y dictamen de los sitios con presencia de pintura mural y manifestaciones gráfico-rupestres enAguascalientes, Baja California, Coahuila, Colima, Guanajuato, Jalisco, Nayarit, Nuevo León, San Luis Potosí, Sinaloa, Sonora, Tamaulipas yZacatecas.

En 2011, se hicieron los dictámenes de las zonas de Aguascalientes, Nayarit y Baja California. Además se visitó y elaboró un dictamen de laCueva de San Ignacio de Loyola, Arroyo Seco, La Sobrepiedra, Los Huizaches, Cerro del Redondo, Cañada de la Virgen y Chorro de lasCabras, del estado de Guanajuato, y se tiene el proyecto de conservación para El Ocote, en Aguascalientes.

Asimismo, como parte del Programa este año se dio continuidad a las acciones de registro y diagnóstico en las zonas arqueológicas en

Quintana Roo (Tulum, El Rey, El Meco y Xelha, entre otras), también en varios sitios arqueológicos de los estados de Veracruz y Oaxaca.

Pintura de contacto

De manera fortuita, en 2002, cuando realizaban un trabajo de urbanización en la plaza del ex Convento de Santiago Tlatelolco, fueronencontrados los muros y cimientos de lo que había sido una caja de agua o pileta del siglo XVI. Lo más sorprendente es que su interiorestaba decorado con pintura mural, la cual contenía mezclados motivos coloniales y también claras referencias a la pintura prehispánica, loque se conoce como “pintura de contacto”.

Posteriormente se descubrió que la caja de agua, cuya traza proseguía al interior del convento, pertenecía a lo que fue el Colegio de laSanta Cruz de Santiago Tlatelolco, en la época de Fray Bernardino de Sahagún. Una vez en el interior se constató que la Caja de agua habíasido demolida y los fragmentos de su parte superior (un metro aproximadamente) habían sido cuidadosamente conservados. Se trataba deuna cápsula del tiempo, cuyo contenido estaba a la espera de ser descifrado.

“Los arqueólogos estiman que fue hacia 1600 cuando la demuelen para construir el piso y los muros del Convento de Santiago Tlatelolco,además se piensa que la mataron en un acto ritual, pues tenía que ver con el pensamiento religioso indígena, por ello la protegen de estamanera: la destruyen, pero cuidando que todos los fragmentos quedaran encapsulados dentro de la caja, pusieron una capa de adobes, losfragmentos, y otra con una ofrenda, pensamos que hubo una comilona”, afirma Mari Carmen Castro, la restauradora que está a cargo de laconservación de este vestigio.

En la parte baja de la caja de agua, hay un paisaje lacustre con peces, ranas, patos,caracolas, pájaros, plantas acuáticas y el ahuizótl (perro de agua), pero tambiénelementos que no son endémicos como el jaguar y los changos, también hay unáguila con una serpiente. En la parte media se ve el cultivo del maíz (pero lasmazorcas tienen rostros humanos), la vegetación y los pescadores y sus redes. Laparte superior está dedicada a la cruz católica y hay una bella cenefa con querubinesy adornos fitomorfos.

El arqueólogo Salvador Guilliem, director de la zona arqueológica de Tlatelolco,escribió en Arqueología Mexicana que “se trata, hasta el momento, de pinturas únicasen su género que tienen gran parentesco con las ilustraciones del famoso CódiceFlorentino de fray Bernardino de Sahagún, el Mapa de Upsala y otros códices como elAzcatitlan y el Cozcatzin”.

Uno de los principales problemas que presenta la conservación de los muros de laCaja de Agua es la humedad que viene del subsuelo, “muy cerca pasan drenajes yhay fugas, también está el agua de lluvia. Tampoco se puede dar un secado de golpe,porque la pintura actuaría como un frente de secado y aparecerían sales en lasuperficie”.

La restauradora señala que se han aplicado técnicas tradicionales, como el aplicaragua con cal a la zona decorada, y también las más avanzadas como lananotecnología. “Tratamos de eliminar las sales porque al cristalizar rompen la capapictórica. Hemos utilizado carbonato de amonio, en porcentajes muy bajos y se aplicaen pulpa de papel, la capa pictórica además se protege con una hoja de papeljaponés. Esta pulpa ayuda a la succión de las sales”.

Otro de los más grandes retos para la restauradora Castro ha sido la reconstrucción

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de los fragmentos, que se estima en 50 mil piezas, de la parte superior de la Caja deAgua. En este trabajo (que en arqueología se llama anastilosis) Castro empleóalrededor de año y medio, a partir de 2008, en varias temporadas.

“Realmente fue muy atractivo ver el diseño que tenía el resto del mural, fue como tratar de armar un gran rompecabezas, pero sin la imagen

guía. Imaginar los diseños. Nos guiábamos por la forma y los colores, pero en algunos casos no coincidían, además había muchosfragmentos con superficie blanca. Al final surgieron motivos que no habíamos imaginado que pudieran estar, los changos, un águila con unaserpiente, un árbol, la cruz, el hombre, el jaguar, el ahuizótl, todo enmarcado por la cenefa de querubines y el cordón franciscano”.

Más adelante, cuando la humedad y la temperatura de la habitación donde está la Caja de Agua estén controladas, el público podríaconocer este vestigio: “Tendrían que ser grupos pequeños, con previa cita. Nos gustaría que esto se aclimate de la forma más naturalposible, pero también es de interés que la gente conozca esto, es necesario mediar”.

Lucha contra los elementos

“La misión del conservador no es solamente hacer posible que la pintura vuelva a lucir como en sus mejores días, y mantenerla para laposteridad, sino también investigar los materiales, los conocimientos científicos, técnicos y artísticos que la hicieron posible”, escribió ladoctora Diana Magaloni, directora del Museo Nacional de Antropología (MNA), en un texto publicado en Arqueología Mexicana.

Uno de los mayores retos que enfrenta la conservación de la pintura mural prehispánica se da en Los Bebedores, de la zona arqueológicade Cholula. La problemática de este mural de 120 metros cuadrados es bastante compleja, pues se halla bajo una estructura de antigüedadposterior (conocida como Estrellas), dentro de un complejo de seis túneles fabricado con adobe.

Los túneles que albergan a Los Bebedores se descubrieron de manera fortuita en 1969, para 1970-71 estaba muy clara la importancia deeste hallazgo que databa del año 1300 d.C., por lo que se decidió que permaneciera en el sitio donde se había encontrado. Se trata de unmural que adornaba una plaza y fue diseñado “para verse de lejos”, es una pintura de exterior, que representa a muchos personajeshumanos y zoomorfos bebiendo lo que se cree es pulque.

La restauradora Dulce María Grimaldi, que ha trabajado en Los Bebedores desde 1994, opina que hasta 1987 el mural estuvo estable, peroya en 1990 eran constantes los reportes de su deterioro por factores de humedad. Además, cuando se descubrió, al mural se le aplicó unacapa de polímero, que actualmente en algunas zonas presenta escamas y halos blanquecinos.

De 1994 a 1998 se intervino el mural, con apoyo del Getty Conservation Institute “que buscaba un caso de estudio, para ver qué habíapasado con los polímeros usados en conservación de pintura mural”. Se corroboró lo que se había detectado y se comenzó el proceso deconservación, el cual continúa hasta el día de hoy.

Grimaldi señala que “las características del mural es que está sobre adobes, es barro y no estuco, la capa que lo sostiene es un enlucido de tierra y luego está la pinturarealizada con pigmentos minerales (hematita, geotita, óxidos, etc.)”.

En su limpieza se ha utilizado la tecnología de nanopartículas de Piero Baglioni, colocando microemulsiones para retirar las capas de polímero, pero también solucionesdescubiertas por el grupo de restauradoras encabezadas por Grimaldi. “Hemos estado limpiando la capa pictórica y consolidando el sustrato, trabajamos por secciones,consolidando y limpiando las sales”.

Tumbas, palacios, plazas…

En abril de 2004, la vida de la familia Romero Domínguez del pueblo de San Juan Ixcaquixtla cambio radicalmente. Un camión de materiales que entró a su terreno para dejaruna carga de piedra se hundió de pronto, el peso rompió el techo de una tumba de más de mil 400 años de antigüedad. Lo más sorprendente es que la cámara mortuoria teníarepresentaciones murales, una de las pocas que se conocen de la cultura Popoloca.

San Juan Ixcaquixtla, a dos horas de la ciudad de Puebla, ubicado en la Mixteca baja, se halla sobre una loma que en otros tiempos fue un asentamiento prehispánico.

El arqueólogo Juan Cervantes, de Salvamento Arqueológico del INAH, explicó que la tumba es un conjunto funerario que consta de tres cámaras mortuorias, dispuestas en cruzalrededor de un vestíbulo cuadrangular, el cual tiene una escalera de dos peldaños… Fue excavada directamente en la roca caliza del lugar.

Cervantes describió en Arqueología Mexicana el mural de la tumba: A la entrada “tenemos un conjunto de diseños geométricos: espirales, volutas, grecas; a uno de los ladoshay un felino amarillo que puede ser un puma porque no tiene manchas; está mirando hacia la entrada de la cámara”.

Añadió que en los muros laterales “hay varios personajes sentados, ataviados con mantas decoradas con líneas; tienen tocados y collares. Todos llevan en las manos una

especie de yelmos; uno representa un ave, otro un cráneo humano… Uno de los personajes sostiene un caracol en las manos y otro presenta la cabeza rapada, un tocadocónico, nariguera, orejeras, un vestido de plumas verdes y un collar muy grande”.

El motivo principal es una mujer de frente, sentada sobre una plataforma horizontal y con los brazos abiertos: “Lleva manto, falda de plumas verdes y un paño blanco quecuelga de su cintura y se extiende hasta la parte baja de la plataforma. Porta un par de brazaletes, un pectoral del que penden grandes objetos circulares y amarillos y untocado formado por un elemento triangular con plumas a los costados y largas plumas de quetzal en la base. Lleva orejeras y nariguera verdes y los labios pintados de negro”.

Este hallazgo permitirá conocer parte de la cosmogonía, así como los ritos funerarios de la cultura Popoloca, que habitaba la Mixteca baja, en el periodo Clásico Tardío (600-900d.C.).

La Coordinación Nacional de Conservación del Patrimonio Cultural del INAH, incluyó en 2010 a la Tumba 1 de San Juan Ixcaquixtla como parte del Programa Nacional de

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La Coordinación Nacional de Conservación del Patrimonio Cultural del INAH, incluyó en 2010 a la Tumba 1 de San Juan Ixcaquixtla como parte del Programa Nacional deConservación de Pintura Mural Prehispánica, para determinar una modelo de gestión de este mural, pues se encuentra en propiedad privada.

La pintura mural decoraba casi todos los espacios públicos y privados de las élites de los pueblos indígenas; se hallaba presente en templos y palacios de sitios comoTeotihuacan, Bonampak y Chichén Itzá; adornando las plazas, como en Cholula y Cacaxtla; y también se encontraba en las tumbas, como en San Juan Ixcaquixtla.

“Cuando hablamos de conservar la pintura mural prehispánica debemos tener presente el inconmensurable valor de este legado. En cada centímetro de pintura podemosencontrar la profundidad del pasado y de los saberes y voluntades que hicieron posible que esa representación llegue hasta nosotros. Conservar es también revelar este valoren el presente”, afirma la doctora Diana Magaloni, restauradora y directora del MNA.

Fotografías de Héctor Montaño y Melitón Tapia DMC/INAH

Recuperación estética

Cholula, Puebla.

Bonampak, Chiapas.

Cacaxtla, Tlaxcala

Última actualización el Jueves, 02 de Febrero de 2012 01:33