Inculturación en las obras Cerezo

25
INTRODUCCIÓN En América Latina el encuentro del Evangelio con la cultura tiene su comienzo en la colonización iberoamericana en los finales del siglo XV. En el siglo XVI la evangelización asume un sentido interactivo, aunque la historia de la evangelización de los amerindios y los afroamericanos tiene momentos sombríos, especialmente por la relación de la Iglesia con la monarquía. Un ejemplo del intento de inculturar el mensaje evangélico a los pueblos nativos es de los franciscanos que estuvieron preocupados por transmitir el mensaje a través de la cosmovisión de las imágenes que manejaban los mayas y aztecas. Pedro de Gante creó un catecismo con las figuras y jeroglíficos conocidos por los indígenas. Pero esta táctica misionera pronto se abandonó, y se empezó a importar imagen de Europa, en un proceso de colonización ideológica también de la imagen. Con los procesos de independencia de los pueblos latinoamericanos iniciados en el siglo XIX y la consecuente separación Iglesia-Estado por influencia de la ideología liberal y el racionalismo iluminista, empieza un periodo de renovación en la Iglesia Católica, teniendo como marco importante el I Concilio plenario del Episcopado latino- americano (1899). En el siglo XX la Iglesia en América Latina, especialmente con la Conferencia Episcopal Latino- americano (CELAM) será protagonista de una profunda renovación en la forma de entender la evangelización, 1

description

Análisis de las obras murales de la Prelatura de São Felix do Araguaia desde la perspectiva de la inculturación.

Transcript of Inculturación en las obras Cerezo

Page 1: Inculturación en las obras Cerezo

INTRODUCCIÓN

En América Latina el encuentro del Evangelio con la cultura tiene su comienzo en

la colonización iberoamericana en los finales del siglo XV. En el siglo XVI la

evangelización asume un sentido interactivo, aunque la historia de la evangelización de los

amerindios y los afroamericanos tiene momentos sombríos, especialmente por la relación

de la Iglesia con la monarquía. Un ejemplo del intento de inculturar el mensaje evangélico a

los pueblos nativos es de los franciscanos que estuvieron preocupados por transmitir el

mensaje a través de la cosmovisión de las imágenes que manejaban los mayas y aztecas.

Pedro de Gante creó un catecismo con las figuras y jeroglíficos conocidos por los

indígenas. Pero esta táctica misionera pronto se abandonó, y se empezó a importar imagen

de Europa, en un proceso de colonización ideológica también de la imagen.

Con los procesos de independencia de los pueblos latinoamericanos iniciados en el

siglo XIX y la consecuente separación Iglesia-Estado por influencia de la ideología liberal

y el racionalismo iluminista, empieza un periodo de renovación en la Iglesia Católica,

teniendo como marco importante el I Concilio plenario del Episcopado latino-americano

(1899). En el siglo XX la Iglesia en América Latina, especialmente con la Conferencia

Episcopal Latino-americano (CELAM) será protagonista de una profunda renovación en la

forma de entender la evangelización, especialmente después del Concilio Vaticano II, con

las Conferencias Generales del CELAM (Medellín, Puebla, Santo Domingo y Aparecida).

En este contexto de renovación de la Iglesia en Latinoamérica la Teología de la

Liberación es sin duda un marco importante en la forma de comprender la evangelización

en este continente en los últimos decenios. Su punto de partida es la situación de los pobres

y marginados en las sociedades latinoamericanas. Con un mensaje de esperanza y

liberación la Teología de la Liberación juzga la realidad a la luz del Evangelio. En su

opción por los pobres encarna la utopía del Reino de Dios en la vida del pueblo y busca que

el propio pueblo sea protagonista de su historia en la lucha pacífica por sus derechos.

El objetivo de este trabajo es hacer un breve análisis de la inculturación en el arte de

Cerezo Barredo, considerado el “pintor de la liberación”, especialmente en sus pinturas

murales de la Prelatura de São Félix do Araguaia, en el centro oeste de Brasil. El trabajo

recorre principalmente el testimonio del pueblo de la Prelatura, como las personas se ven en

las pinturas de Cerezo.

1

Page 2: Inculturación en las obras Cerezo

1. LA INCULTURACIÓN DE LA FE Y EL ARTE EN EL CRISTIANISMO

La inculturación de la fe es un tema importante para el cristianismo dado que la

cultura y la religión no existen abstracta y aisladamente. Entre ellas hay una íntima

conexión. La religión profundiza y da densidad humana a la cultura y esta es capaz de

traducir los elementos religiosos a la realidad, de modo que sea comprensible su mensaje.

En el cristianismo la inculturación tiene su fundamento en la encarnación del Verbo

al asumir una cultura. La revelación de Dios se hace por medio de las culturas. El

documento Pontificio La fe y la inculturación defiende la compatibilidad entre la fe

cristiana y todas las culturas:

La fe cristiana, porque transciende todo el orden de la naturaleza y de la cultura, por una parte, es compatible con todas las culturas en lo que tienen de conforme con la recta razón y la buena voluntad, y por otra parte, es ella misma, en grado eminente, un factor dinamizante de cultura1.

 Para Juan Pablo II la inculturación se entiende como el proceso de la “encarnación

del Evangelio en las culturas autóctonas y, a la vez, la introducción de éstas en la vida de la

Iglesia”2 (SA 21). El arte es una dimensión importante en el proceso de inculturación de la

fe. La Constitución Sacrosanctum Concilium valora el proceso de inculturación artística a

lo largo de la historia del cristianismo:

La Iglesia nunca consideró como propio ningún estilo artístico, sino que acomodándose al carácter y condiciones de los pueblos y a las necesidades de los diversos ritos, aceptó las formas de cada tiempo, creando en el curso de los siglos un tesoro artístico digno de ser conservado cuidadosamente3 (SC 123).

Entre muchos hombres y mujeres que, inspirados por la Teología de la Liberación,

han buscado hacer verdaderos procesos de inculturación del Evangelio, encontramos

Cerezo Barredo, que a través de su arte, transmitió la fe cristiana encarnada en la cultura de

los varios pueblos de Latinoamérica. Es considerado un verdadero “pintor de la liberación”.

1 COMISIÓN TEOLÓGICA INTERNACIONAL, La fe y la Inculturación, (1987) en http://www.vatican.va/roman_curia/congregations/cfaith/cti_documents/rc_cti_1988_fede-inculturazione_sp.html [fecha de consulta: 26-Dic.-2015].

2 JUAN PABLO II, Slavorum apostoli, (2-Jun.-1985) en http://w2.vatican.va/content/john-paul-ii/es/encyclicals/documents/hf_jp-ii_enc_19850602_slavorum-apostoli.html [fecha de consulta: 18-Dic.-2015].

3 CONCILIO VATICANO II, Sacrosanctum Concilium, (4-Dic.-1963) en http://www.vatican.va/archive/hist_councils/ii_vatican_council/documents/vat-ii_const_19631204_sacrosanctum-concilium_sp.html [fecha de consulta: 3-Ene.-2016]

2

Page 3: Inculturación en las obras Cerezo

2. VIDA Y OBRA DE MAXIMINO CEREZO BARREDO

Mino Cerezo Barredo nació en 1932 en Villaviciosa, Oviedo, España. A los 18 años

empieza su formación misionera en la comunidad claretiana de Salvatierra. Hace sus

estudios filosóficos y teológicos en Santo Domingo de la Calzada. Ordenado sacerdote en

1957 es destinado primeramente a Galicia.

Su vocación artística surge ya en la infancia. Después de los estudios teológicos

Cerezo se matricula en la Escuela de Bellas Artes San Fernando, en Madrid. En 1968 tiene

una experiencia misionera en Filipinas, dónde tiene su primera experiencia con el tercer

mundo. Esta experiencia le impacta profundamente, especialmente en el modo como

entendía sus valores y su arte. Cuestiona sobre el significado de las pinturas en las bellas

iglesias.

En 1970 se marcha a Perú dispuesto a abandonar la pintura y dedicarse solamente a

la pastoral. Vivió cuatro años en la selva amazónica en la misión de Juanjuí. Después que

un terremoto derrumbó la pequeña iglesia de barro, Cerezo se encargó de hacer el proyecto

de la nueva iglesia, destinando un gran espacio para un cuadro. Pintó un mural con 130

metros cuadrados con el tema de salvación. Un hecho en esta iglesia tuvo influencia en todo

su trabajo posterior en América Latina y en otros países. Un día cuando estaba en la iglesia

entró una anciana

Ella observó atenta y detenidamente todo el mural de Juanjuí desde el inicio, la creación de Adán y Eva, hasta el otro extremo del mural. Al final – dónde he pintado una viuda del pueblo, vestida de negro, llorando delante del féretro blanco y pequeño del hijo muerto – ella se detuvo. De todo lo que ella vio, a lo largo de los 38 metros de extensión del mural, fue delante de esta imagen que la anciana encendió una vela, se arrodilló, lloró y rezó4.

En este momento, Cerezo percibió lo importante que es la presencia del pueblo en

los murales, con sus rostros y sus culturas, en su cotidianidad de fiesta y dolor, contrastando

con los personajes bíblicos. Desde entonces esta fue su misión: “pintar la vida del pueblo,

consciente de que nuestro Dios no se revela solamente en la historia de los grandes

acontecimientos, sino también en la historia de la vida cotidiana del pueblo”5.

Para Cerezo la imagen penetra más que la palabra en la psicología del pueblo. El

4 A. H. P. Dias, Memória e Libertação, São Paulo, Ave-Maria, 2014, p 336.5 Ibid, p 336.

3

Page 4: Inculturación en las obras Cerezo

pueblo se reconoce mediante el arte. El arte es un modo de expresarse culturalmente de un

pueblo. Por eso tuvo la preocupación de traducir el mensaje evangélico a través de

imágenes sacadas de la vida de los indígenas y de los pobres. En su reacción contra la

dominación y la explotación del pueblo, intentó acercarse a la vida de la gente sencilla para

entender sus sentimientos y las expresiones de su cultura. Para él “la Iglesia Católica

europea de los misioneros impuso a los pueblos latinoamericanos una cultura diferente, que

no reconoce la cultura nativa ni la cultura popular”6.

El arte de Cerezo es una escucha y una denuncia de los sufrimientos del pueblo

latinoamericano a la luz del proyecto salvífico de Dios. Es la expresión artística de sus

valores, de la situación histórica leída con los ojos de fe y contemplada en el espacio

sagrado.

Un propósito constante de mi trabajo en A.L. ha sido inculturar la imagen religiosa en general, y en particular la imagen de Jesucristo, intentando volver al Jesús del evangelio y acercarle al mundo de los pobres, empobrecerle, humanizarle, indianizar a Jesús, ennegrecerle, amestizarle, en el sentido paulino de Flp 2,6ss: “se hizo semejante a los hombres, mostrándose en figura humana7.

Según Fernández en el recorrido artístico de Cerezo se percibe “la posibilidad que el

sujeto tiene de salir de su propia cultura. En él se verifica el paso de una visión eurocéntrica

hacia una visión pluricéntrica”8. Cerezo es capaz de representar las diferentes culturas y

elaborar desde las vivencias elementares del pueblo una relación entre el pueblo y lo

sagrado.

He intentado acercarme a la vida del pueblo, para entender sus sentimientos y las expresiones de su cultura (…) mi mayor alegría es constatar como el pueblo cristiano se reconoce en los rostros y en las situaciones que retrato: es un pueblo que tiene fe en Dios, se reúne en comunidad y lucha para liberarse de toda forma de opresión, teniendo como guía a Jesús y como compañera Nuestra Señora9.

El método utilizado por Cerezo para hacer sus pinturas es de dialogar con las

personas del lugar dónde será hecha la obra. La escucha de sus inquietudes y deseos,

además del estudio de la cultura local es parte esencial de su obra. Con esto es posible

traducir la fe en imágenes asequibles al pueblo. Pensar y crear el arte a partir de la realidad

6 A. H. P. DIAS, Memória e Libertação, p 335.7 M. CEREZO, Arte para la liberación, Iglesia Viva 256 (Oct.-Dic. 2013) 129-132. 8 M. L. FERNÁNDEZ, A hilética fenomenológica na obra mural latino-americana: uma mística de

comunhão, 23 Congresso da Soter, 2003, p 1347. 9 Idem, p 1351.

4

Page 5: Inculturación en las obras Cerezo

ha sido para Cerezo la forma presentar el misterio de la encarnación y de la presencia del

Resucitado en la historia y en la cultura.

Cerezo preocupado por crear un tipo de imagen que fuese asequible e inteligible

para el mundo de los campesinos, de los indígenas, de los afroamericanos se metió en su

mundo. “Ha sido un gran empeño mío inculturar la imagen religiosa de tal modo que Jesús

pareciese como uno más entre ellos, con rostro indígena, con rostro mestizo, con rostro

negro”10. Algunos ejemplos de su obra como imagen inculturada son: el mural de la iglesia

de Beté, en Colombia, en que presenta un caserío muy sencillo que está en la ribera derecha

del río Atrato; los murales de la catedral de Quibdó, Colombia, en que aparecen los rasgos

indígenas, los rasgos nativos y, sobre todo, los rasgos afro; en Chagres, Panamá, hay un

gran mural del proceso de liberación del pueblo afro-panameño; en Iquitos, Perú, su mural

está en una iglesia de la ribera del Amazonas, que tiene como propuesta presentar los

desafíos que la cosmovisión del mundo tupi-guaraní plantean a la evangelización, sobre

todo, a partir de las opciones pastorales de las iglesias de la amazonia peruana.

3. LOS MURALES DE LA PRELATURA DE SÃO FÉLIX DO ARAGUAIA

DESDE LA ÓPTICA DEL PUEBLO

10 C. BARREDO, Obra de Cerezo Barredo, DVD 2, director: Assisi Producciones, Nueva Utopía, Valencia 2010.

5

Page 6: Inculturación en las obras Cerezo

Cerezo tiene obras en varios países de América Latina, España, Portugal, Italia y

Filipinas. Muchas de sus obras son pinturas murales en iglesias que retratan los misterios de

la fe cristiana inculturados a las varias realidades. En la Prelatura de São Félix do Araguaia

encontramos algunos de estos murales que expresan la misión y las causas de esta Iglesia,

que D. Pedro Casaldáliga llevó a cabo como obispo desde los años 70. Los temas del

martirio, de la lucha por la tierra y de María son algunas de las expresiones de sus obras por

esta región de Brasil.

Los murales en la Prelatura tienen el objetivo de preservar la memoria del origen y

del presente de la Iglesia en Araguaia, especialmente de la participación del pueblo en los

años de dictadura y su lucha por la tierra y por la vida. Los murales de Cerezo imaginados

por D. Pedro tenían como objetivo comunicar la Buena Noticia al alcance de la

comprensión del pueblo. Los “Murales de la Liberación” fueron pintados desde 1971 hasta

2001. Aunque hay gente que no les gusta a los murales, ellos hablan de forma sencilla y

colorida de la presencia de Dios en la vida del pueblo del Araguaia.

Presentaremos algunos murales de la Prelatura de São Félix do Araguaia y el

testimonio de algunas personas respeto a la obra de Cerezo.

6

Page 7: Inculturación en las obras Cerezo

3.1. CONQUISTA DE LA TIERRA ACAPARADA

El mural intitulado “Conquista de la tierra acaparada” de la Catedral Prelaticia

Nuestra Señora de la Asunción, en São Félix do Araguaia fue pintado en el año 1977, en

pleno momento de persecuciones en la Prelatura y de su obispo D. Pedro Casaldáliga. El

mural presenta la figura de “indios” y “posseiros” portando una cruz lanzada contra un

alambre de espino de una “fazenda” (granja), en general son inmensos terrenos. Por encima

Jesús Resucitado acompaña su lucha y su esperanza.

Arcelina, periodista y agente de pastoral de las CEB’s interpreta el mural con las

siguientes palabras:

Es mural bello, colorido, fuerte y presenta al pueblo sufrido del Centro-Oeste brasileño la Buena Noticia de la Pascua de Cristo y la esperanza de la Pascua del pueblo. Glorioso, el Cristo Resucitado es el guía de los hombres, mujeres y niños de las tres razas brasileñas, gente con rostro de pueblo y una mirada por veces perdida, ropa sencilla, pies en la tierra. Ellos cargan una enorme cruz, pero no les parece muy pesada, pues la llevan juntos con el Resucitado al frente iluminando sus pasos. Del lado izquierdo, un pequeño espacio muy visible, una aldea pobre, pero bella, con un cielo azul. Del lado derecho, las rejas revelan un terreno quemado, triste, bajo un cielo oscuro. Son las opciones que se presentan al pueblo de Mato Grosso11.

11 A. H. P. DIAS, Memória e Libertação, p 23-24.

Figura 1: Conquista de la tierra acaparada

7

Page 8: Inculturación en las obras Cerezo

Ignacio Ellacuria describe este mural como “la marcha de la opresión a la conquista

cargada de esperanza, recibida como gracia pero que alimentada históricamente de la praxis

de la liberación”12.

Natural, de ascendencia indígena, reconoce el esfuerzo de Cerezo en retratar su

pueblo en este mural. Aunque desde niño veía los murales de Cerezo, tardó muchos años

para comprenderlos y verlos con otros ojos.

Yo preferiría que se eligiera otro artista regional. Yo sé del esfuerzo que Cerezo tuvo, de salir por las calles, de mirar, de conversar con la gente. Yo lo he visto muchas veces. Hoy consigo entender mejor su obra. Además, yo sé que la propuesta del Obispo Casaldáliga y de Cerezo es diferente de la del Vaticano. Allá, Jesús carga la cruz. Aquí es el pueblo quien carga la Cruz, y Jesús Resucitado va por delante. Es más realista esta propuesta.13

Para Joana, que vive en São Félix do Araguaia, los murales de Cerezo representan

su pueblo: “cuando contemplamos aquel mural, nos sentimos más alegres. Cuando nos

cansamos del cura que está hablando, miramos para aquel panel, la cruz y aquel pueblo

cargándola. Y nosotros pensamos en nuestra cruz. Y nos quedamos así, reflexionando…”14

Para la profesora Eva Mendes, de 60 años, la pintura de Cerezo es original y se

acerca a la realidad en la ella que vive.

Ayuda a rezar porque es semejante a lucha del pueblo, en aquel momento. Lucha por la tierra. Y Jesús al frente, como guía. Yo no entiendo de artes, pero me quedo horas contemplando aquel mural. En aquella luna, yo veo un rostro de mujer. Del lado izquierdo, yo entiendo que las casillas al margen de una laguna son como las casas en que nosotros vivimos. Al otro lado, las cercas de alambre son las tierras de los grandes granjeros, sin libertad.

En este mural se percibe la sensibilidad de Cerezo en retratar la realidad del pueblo

de São Félix. Es interesante percibir que la cruz no es cargada por Cristo, sino por el propio

pueblo. Cristo Resucitado es quien guía el pueblo rumbo a la liberación.

12 M. CEREZO, Mino Cerezo: il pittore della liberazione, en http://www.minocerezo.it/pittore_liber.html [fecha de consulta: 10-Dic.-2015].

13 A. H. P. DIAS, Memória e Libertação, p 38.14 Idem, p 51.

8

Page 9: Inculturación en las obras Cerezo

3.2. MAGNIFICAT

Este mural es una actualización del Magnificat (Lc 1,46-55). En él se observa una

constante referencia al texto de Lucas actualizado a la realidad y al trabajo pastoral que se

desarrolla en la Prelatura. Es la interpretación pictórica del Cántico de María a la luz de la

situación histórica del pueblo.

Figura 2: Magnificat

9

Page 10: Inculturación en las obras Cerezo

En el centro del mural María baila, descalza y con los pelos al viento y los brazos

alzados. Es una mujer con rasgos del pueblo, joven. Es la expresión de la salvación que

Dios realiza en su vida y en la vida de su pueblo.

Para Zecão, diácono en

Luciara, esta obra es una representación rara de María, distinta de las pinturas tradiciones.

Esta figura expresa mejor la mujer de cultura.

Una representación rara de María. La figura de la Madre de Dios, en las pinturas y esculturas de origen europea, que heredamos de nuestros colonizadores, tiene siempre una postura recatada de manos hacia abajo o cargando el Niño Jesús. Aquí es una mujer joven, con características de nuestro pueblo. Ella viste color lila, que representa la lucha de las mujeres en la defensa de su protagonismo. El inmenso mural ocupa toda la pared por detrás del altar, y María está rodeada por el pueblo en diferentes situaciones. Hay niños, también con los pies en la tierra, con sus ropas sencillas, cantando con las manos levantadas. Hay jóvenes sentados en torno de la Biblia. Del lado izquierdo, las conquistas profetizadas en el Magnificat tiene el protagonismo de las mujeres: una de ellas, con una cuenca de ropa en la cabeza, tiene un pie sobre una silla derribada y masacra un hombre de “cuello blanco”. Ella viste pantalón y tiene las manos ensangrentadas, pero una de sus piernas muestra un uniforme militar. En otra escena, mujeres cargan el anda con la imagen de Nuestra Señora de las Gracias, aunque en la Iglesia Católica esa tarea es de los hombres. En un plano más cerca de María, una mujer lleva en los brazos bolsas de papel con la justicia, la salud, el pan, la educación, tierra y compartir, haciendo acontecer la profecía: ‘eleva los humildes; a los hambrientos los colma de bienes’. En la extrema izquierda, en lo alto, hombres desnudos huyen: ‘y despide los ricos de manos vacías’”15

Las manos de Dios, características de los murales de Cerezo, también están

15 A. H. P. DIAS, op. cit., p 61-62.

10

Page 11: Inculturación en las obras Cerezo

presentes en el Magnificat: “Él hizo proezas con su brazo”. Son manos protectoras. Zecão

continua la explicación de la obra:

Las cosas malas para Cerezo siempre venían del lado derecho. Allí están representadas las fuentes del mal: antenas parabólicas, que eran el ideal de consumo de los que tenían algún dinero, los mísiles de guerra, el FMI y los bancos. Y, conforme la profecía, una mano cerrada (de Dios) para destruir todo eso. Mientras esa mano de Dios masacra el mal, la otra, con trazos suaves y abierta, envuelve con ternura los jóvenes que siguen la Palabra del Señor. Es el nuestro Dios padre y madre de amor que castiga y protege16.

Cerezo expresa el protagonismo de las mujeres en la construcción del Reino. María,

una mujer vestida como una joven de la aldea y con ilusión, canta y baila porque Dios

realiza en la historia concreta del pueblo de Araguaia su proyecto de salvación.

3.3. LA SANGRE POR EL PUEBLO

En la ciudad de Ribeirão Bonito encontramos otro mural pintado en 1986. Pertenece

al Santuario de los “Mártires de la Caminhada”. Es un santuario ecuménico y interreligioso.

Entre los mártires, están miembros de otras iglesias cristianas y otras religiones, y algunos

sin religión. Son hombres y mujeres dieron sus vidas por amor, por la liberación y por la

justicia.

16 Ibid, p 62.

Figura 4: La sangre por el pueblo

11

Page 12: Inculturación en las obras Cerezo

El mural es un homenaje al mártir brasileño P. João Bosco Burnier, SJ, asesinado en

Ribeirão Bonito en 1983 por un miembro de Policía Militar cuando protestaba con D. Pedro

contra la tortura de dos mujeres encarceladas. En la obra aparece Mons. Oscár Romero, el

indio guaraní Marzal, el líder sindicalista Josimo, entre otros, por la defensa de la causa de

Jesús.

Los personajes

presentes son personas que han dado su vida por defender la vida de los más frágiles. La

escena es interpreta por Arcelina:

En el centro del mural está Jesús Resucitado, con las manos alzadas, vestidura blanca, delante del rostro del pueblo sencillo. Por detrás están ‘estos son los que vienen de la gran tribulación; ellos han lavado sus vestiduras y las han blanqueado en la sangre del Cordero’ (Ap 7,14), también con los brazos abiertos y alzados indicando la victoria. Todos con los pies en la tierra […] Es posible distinguir, entre otros, algunos mártires: el Obispo Oscar Romero, con su túnica de temáticas indígenas de los Mayas; Margarida Alves, la única mujer del grupo, pisa sobre una hierba verde con margaritas blancas; Santo Días usa un casco de metalúrgico; Sebastião Rosa da Paz lleva su acordeón. Al fondo, en las paredes de la cárcel destruida por el pueblo, las palabras de la lucha en marcha, pintadas con sangre, ‘Tierra, liberación, viva la CPT (Comisión Pastoral de la Tierra)’. También se hace presente la cruz liberadora de Cristo erguida en el local del martirio de João Bosco. La comunidad del pueblo de Dios sigue en la conquista del Reino tomando como ejemplo el amor de la más perfecta comunidad: el Padre, representado por las grandes manos de Dios, el Resucitado y el Espíritu Santo, en forma de paloma. En el suele, por delante, los símbolos de las conquistas: rejas derribadas y alambres de púas cortados. En las laterales, el sufrimiento aún persiste: torturas, prisiones. Un ser humano yace sobre las verjas: está desnudo, y su cuerpo es verde, simbolizando también la muerte de la naturaleza, pero lleva en la mano, muy viva, una flor17.

Madalena, convertida a la Iglesia Pentecostal de la Congregación Cristiana 17 Ibid, p100.

12

Page 13: Inculturación en las obras Cerezo

Brasileña, expresa su admiración por este mural con las siguientes palabras: “Duele ver

tanta gente que murió de muerte violenta, pero también nos anima a continuar luchando por

nuestros derechos”18. Francisca Araújo, de 18 años, describe el mural de la siguiente forma:

Allí estaban muchos personajes de la historia de los mártires: João Bosco, Margarida Alves, aquel acordeonista… (Rosa da Paz), el operario y el trabajador de la tierra con su azada. Y además los presos y torturados… el mural transmite la historia de Brasil y de Ribeirão, la historia que todos de nuestra ciudad conocen – aquellos que lucharon, sufrieron y murieron para conquistar la libertad de la que hoy disfrutamos19.

Para Lidia Mural “cualquier persona, aunque no sepa nada sobre la Prelatura, al ver

los murales percibe que este pueblo tiene historia. Además, las pinturas de Cerezo, aquí y

en las otras parroquias, tiene la Biblia en la base; ayudan las personas a rezar y aumentar la

fe”20. El Santuario de los Mártires de la “Caminhada” contribuye para restaurar y preservar

la memoria de los innumerables mártires de toda América Latina.

3.4. BAUTISMO DE JESÚS, ANUNCIO DEL REINO

Cerezo pinta un único escenario: en el primer plano, Juan el Bautista, con sus vestes

de piel de animales y los pies en la tierra, bautiza Jesús con los pies en las aguas del Jordán.

En un segundo plano, al margen del río, mujeres y jóvenes, de tez morena y sandalias

‘havainas’, un hombre con la camiseta de la CEBs, participan de este momento en que el

Padre se revela: “Este es mi Hijo muy amado. ¡Escúchenlo!” (Lc 3,22). El Espíritu Santo

baja en forma de paloma en un único espacio azul celeste. Las manos del Padre envuelven

todos.

18 Ibid, p 101.19 Ibid, p 119.20 Ibid, p 126.

Figura 6: Bautismo de Jesús, anuncio del Reino.

13

Page 14: Inculturación en las obras Cerezo

Esta escena revela la dimensión trinitaria y profética del bautismo. Jesús es el

centro. El pueblo que participa en el bautismo de Jesús está envuelto en las manos del

Padre y bajo la acción del Espíritu.

3.5. LA CENA ECOLÓGICA DEL REINO

En Querência, el mural denominado La cena ecológica del Reino tuvo bastante

resistencia por parte de los inmigrantes del sur de Brasil que viven en esta ciudad. Pedro

Casaldáliga describe este mural como una especie de misa en el campo con un gran comida.

Sentado en el césped, en posición de loto, está Jesús, con el mismo rostro moreno

del pueblo, cercado por los doce apóstoles y apóstolas de las tres razas que forman el

pueblo brasileño: blanca, negra y indígena. En la tierra, sobre una toalla alba como las

vestes de aquellos que purificaron sus vestes en la sangre del cordero, están repartidos

alimentos que representan diferentes culturas, como el mate, plátanos y pan, invitándonos

al compartir.

Figura 7: La cena ecológica del Reino 14

Page 15: Inculturación en las obras Cerezo

Las catequistas de Querencia interpretan este mural de la siguiente forma:

En esta cena ecológica entre los doce apóstoles de diferentes etnias, hay mujeres que son también apóstolas. La idea que transmite, diferentemente de las Santas Cenas tradicionales, es la de que las varias edades, sexos y razas son semejantes ante Dios. Hay un cierto temor de inculturación. El autor quiso mostrar en esta cena los elementos humanos de nuestra cultura específica. La presencia del plátano y del mate enseña que el compartir es siempre posible con lo que nosotros tenemos…21

Para el presidente del Sindicato de los Trabajadores Rurales, Eleandro, en la Cena

ecológica hay una preocupación por dos temas: “la ecología y el convivio de diferentes

culturas y razas. Reúne negro, blanco, indio, mujer, hombre y niño, comendo de acuerdo

con su cultura”22.

Entre las obras de Cerezo, las cenas eucarísticas son una constante. Para él tema de

la eucaristía, las comidas de Jesús y la cena eucarística, es un signo del Reino. “La fe es

esencialmente eucarística. El sentido que tiene la eucaristía que es la memoria de la vida de

Jesús, que se entrega, que se da, que se rompe, que se parte y se comparte para que el

mundo viva y la gente vida”23.

21 Ibid, p 158.22 Ibid, p 169.23 C. BARREDO, Obra de Cerezo Barredo, DVD 2, director: Assisi Producciones, Nueva Utopía,

Valencia 2010.

15

Page 16: Inculturación en las obras Cerezo

CONCLUSIÓN

La inculturación de la fe no es un proceso fácil, exige discernimiento y

metodologías que puedan ayudar a traducir el mensaje evangélico a cada cultura según su

situación histórica. Al contemplar los murales de Cerezo nos hace recordar las catedrales de

la Edad Media en las cuales se enseñaban por medio de vitrales y pinturas los contenidos de

la fe cristiana. En este caso es desde la realidad latinoamericana, inspirado en la Teología

de la Liberación y en la vida del pueblo.

Después de un breve recorrido por algunas de la obras de Cerezo, se nota que el

“pintor de la liberación” consiguió asimilar la cultura de los lugares por dónde dejó sus

huellas artísticas y transmitir el mensaje del Evangelio inculturado y actualizado a cada

realidad. Él siempre quiso que otros explicasen su pintura o lo que han entendido de ella.

Raramente él la interpreta. Prefiere que el pueblo va descubriendo el significado para su

vida, va identificándose con los personajes y los hechos descritos en los mensajes bíblicos

actualizados. Y en los relatos es posible ver que Cerezo logra su objetivo: el pueblo

interpreta las pinturas murales según su propia realidad, desde su propia historia.

En el proceso de inculturación de la fe el misionero lleva y adapta el mensaje

evangélico, lo traduce a la cultura local. Pero el actor principal de la inculturación son los

miembros de la cultura que recibe el mensaje. En último caso, es la propia cultura. Cerezo

fue muy sensible a este proceso y esto se refleja en todas sus obras. Sus pinturas murales

pueden ser consideradas obras inculturadas, aunque la inculturación, propiamente dicha, es

esta mirada de la gente sencilla, que se ve reflejada en las escenas bíblicas, que hacen

memoria de lo que han vivido como Iglesia comprometida con el Reino.

16

Page 17: Inculturación en las obras Cerezo

BIBLIOGRAFÍA

CEREZO, M., Obra de Cerezo Barredo, DVD 2, director: Assisi Producciones,

Nueva Utopía, Valencia 2010.

CEREZO, M., Arte para la liberación, Iglesia Viva 256 (Octubre - Diciembre 2013)

129-132.

FERNÁNDEZ, M. L., A hilética fenomenológica na obra mural latino-americana:

uma mística de comunhão, 23 Congresso da Soter, 2003, p 1347.

DIAS, A. H. P., Memória e Libertação, São Paulo, Ave-Maria, 2014.

COMISIÓN TEOLÓGICA INTERNACIONAL, La fe y la Inculturación, 1987.

Disponibilidad y acceso URL

<http://www.vatican.va/roman_curia/congregations/cfaith/cti_documents/

rc_cti_1988_fede-inculturazione_sp.html [fecha de consulta: 26-Dic.-2015]>.

JUAN PABLO II, Slavorum apostoli, 2 de Junio de 1985. Disponibilidad y acceso

URL <http://w2.vatican.va/content/john-paul-ii/es/encyclicals/documents/hf_jp-

ii_enc_19850602_slavorum-apostoli.html>.

CONCILIO ECUMÉNICO VATICANO II, Sacrosanctum Concilium, 4 de Diciembre de

1963. Disponibilidad y acceso URL

<http://www.vatican.va/archive/hist_councils/ii_vatican_council/documents/vat-

ii_const_19631204_sacrosanctum-concilium_sp.html>.

CEREZO, M., Mino Cerezo: il pittore della liberazione. Disponibilidad y acceso

URL <http://www.minocerezo.it/pittore_liber.html>.

17