ÍNDICE 1. INTRODUCCIÓN 1 2. REVISIÓN...

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ÍNDICE 1. INTRODUCCIÓN 1 2. REVISIÓN BIBLIOGRÁFICA 3 2.1 Nutrición mineral 3 2.1.1 Macroelementos 3 2.1.1.1 Nitrógeno 3 2.1.1.2 Fósforo 5 2.1.1.3 Potasio 7 2.2 Fertilización de helechos comerciales 8 2.2.1 Factores determinantes a la hora de fertilizar helechos 8 2.2.1.1 Sistema radical 8 2.2.1.2 Temperatura de suelo 9 2.2.1.3 Luminosidad 9 2.2.1.4 Suelo 10 2.2.1.5 Riego 10 2.2.2 Fertilizantes 11 3. MATERIAL Y MÉTODO 14 3.1 Diseño experimental 14 3.2 Tratamientos 15 3.3 Variables a evaluar 16 4. PRESENTACIÓN Y DISCUSIÓN DE RESULTADOS 17 4.1 Rumohra adiantiformis 17 4.1.2 Número de frondas cosechadas en Rumohra adiantiformis 17 4.1.3 Peso de frondas cosechadas en Rumohra adiantiformis 18 4.1.4 Largo de fronda y estipite cosechadas en plantas de Rumohra adiantiformis 19 4.2 Asparagus myrocladus 21 4.2.1 Número y peso de frondas cosechadas en Asparagus 21 4.2.2 Largo de fronda y estipite cosechadas en Asparagus 22 5. CONCLUSIONES 25 6. RESUMEN 26 7. ABSTRACT 27 8. LITERATURA CITADA 28 ANEXOS

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ÍNDICE

1. INTRODUCCIÓN 1 2. REVISIÓN BIBLIOGRÁFICA 32.1 Nutrición mineral 32.1.1 Macroelementos 32.1.1.1 Nitrógeno 32.1.1.2 Fósforo 52.1.1.3 Potasio 72.2 Fertilización de helechos comerciales 82.2.1 Factores determinantes a la hora de fertilizar helechos 82.2.1.1 Sistema radical 82.2.1.2 Temperatura de suelo 92.2.1.3 Luminosidad 92.2.1.4 Suelo 102.2.1.5 Riego 102.2.2 Fertilizantes 11 3. MATERIAL Y MÉTODO 143.1 Diseño experimental 143.2 Tratamientos 153.3 Variables a evaluar 16 4. PRESENTACIÓN Y DISCUSIÓN DE RESULTADOS 174.1 Rumohra adiantiformis 174.1.2 Número de frondas cosechadas en Rumohra adiantiformis 174.1.3 Peso de frondas cosechadas en Rumohra adiantiformis 184.1.4 Largo de fronda y estipite cosechadas en plantas de

Rumohra adiantiformis 19

4.2 Asparagus myrocladus 214.2.1 Número y peso de frondas cosechadas en Asparagus 214.2.2 Largo de fronda y estipite cosechadas en Asparagus 22 5. CONCLUSIONES 25 6. RESUMEN 26 7. ABSTRACT 27 8. LITERATURA CITADA 28 ANEXOS

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1. INTRODUCCION Estudios realizados por la Fundación para la Innovación Agraria (FIA) (1996) sobre

hábitos de consumo de flores y follaje, indican que en los principales mercados de

flores como Holanda, Francia e Italia, los follajes que acompañan los arreglos

florales son cada vez más populares. Existe una gran gama de especies en uso que

aportan tanto colores como texturas, los cuales influyen en el aspecto final del

arreglo y por ende, en su demanda.

En Chile, también se aprecia un incremento en el uso de follajes (FIA, 1996). La

mayoría de éstos son especies nativas producto de recolección directa. Entre estas

especies se puede mencionar al Salix humboltiana, Gevuina avellana, Blechnum

auriculatum, Licopodium spp y Fabiana imbricata.

El uso de materiales de recolección presenta dos problemas, el primero es el

impacto negativo en el ambiente y la potencial pérdida de biodiversidad de la

especie, y por otro lado, los materiales recolectados presentan una alta variabilidad

fenotípica, lo que dificulta su selección y comercialización.

Dado los antecedentes anteriores, se introdujeron durante el año 2000 varios tipos

de follajes, entre ellos Rumohora adiantiformis y Asparragus myriocladus en el

proyecto FIA C00-1-A-081, para ser evaluados comercialmente en Quillota y Osorno

(Paillaco) con el objetivo de reemplazar follajes nativos recolectados.

Durante las temporadas de crecimiento 2001- 2002 y 2002- 2003 LOPEZ (2002) y

ORMEÑO (2003), indican que las producciones en términos de cantidad de frondas

comerciales por planta por mes son las esperadas, uno en Asparragus y ocho en

Rumohora, sin embargo, no se ha alcanzado una adecuada calidad. Para estas

especies, el concepto de calidad indica que las frondas deben tener un tamaño

mínimo de 40 cm, con un estipe que debe ser un tercio del largo total de la fronda y

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un peso ideal por fronda de cuatro gramos (GONZALEZ, BAÑOÑ y FERNANDEZ,

1998).

Uno de los aspectos de mayor influencia en la calidad de las frondas se refiere a las

condiciones de suelo y fertilización. Autores como STAMPS (1995), CONEJO-

MUÑOZ (1996), GONZALEZ (2000), han demostrado la influencia de la fertilización

en la producción y calidad de las frondas de helechos. Sin embargo, todos los

trabajos descritos fueron realizados en condiciones de suelos ácidos (pH 5.5 a 6.5)

y en climas de temperaturas altas (Florida, EE UU), no hay información sobre

normas de fertilización para cultivos en suelo alcalino, de textura franco arcillosa y

clima subtropical, adaptables a la zona de Quillota.

Por lo tanto, se planteó un ensayo para determinar el efecto directo de la omisión de

nitrógeno y fósforo en la calidad de las frondas, en un cultivo al que dadas las

condiciones de suelo y agua se le adicionó hierro y potasio.

Hipótesis Algunos de los macronutrientes (nitrógeno y fósforo) podrían afectar de manera

directa la calidad de las producciones comerciales de helechos.

Objetivo Evaluar el efecto del nitrógeno y el fósforo, sobre la producción de frondas de

Rumohora adiantiformis y Asparragus myriocladus expresado como:

- Número, peso y largo de las frondas por planta.

- Largo de las estipites.

- Relación entre el largo de la estipite y el largo total de las frondas.

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2. REVISIÓN BIBLIOGRÁFICA

2.1 Nutrición mineral: Según HOPKINS (1999) las necesidades de nutrición de las plantas pueden

separarse en: nutrición orgánica dirigida a la formación de compuestos carbonados

y derivadas de la fotosíntesis a partir de la absorción carbono, oxígeno e hidrógeno

y nutrición inorgánica la cual consiste en la absorción por la planta de elementos

minerales desde el suelo.

Los elementos minerales a su vez se clasifican en: macroelementos principales (N,

P, K), macroelementos secundarios (Ca, Mg, S) y microelementos (Fe, Mn, Zn, Cu,

Mo, B) (DOMINGUEZ, 1993).

Por otro lado, los fertilizantes son sales de origen natural o sintético que contienen

los nutrientes minerales necesarios para el desarrollo de las plantas. Al entrar en

contacto con la solución del suelo, se disocian en sus formas iónicas para luego ser

absorbidos por las raíces de las plantas (RODRIGUEZ, 1982).

2.1.1 Macroelementos 2.1.1.1 Nitrógeno La disponibilidad de nitrógeno en el suelo es importante para las plantas. Estas

absorben el nitrógeno principalmente como nitratos. Además, se utiliza en múltiples

funciones vitales, siendo la más importante de ellas formar parte de las proteínas

(PLASTER, 2000).

MARSHNER (1995), indica que aplicaciones de 400 kg/ha/año produce un

crecimiento vigoroso, hojas grandes y largos entrenudos de tallo en plantas

vasculares.

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Por lo tanto, se hace necesario fertilizar con nitrógeno, porque el suelo en la

mayoría de los casos es incapaz de suministrar el nitrógeno a la tasa requerida por

el cultivo para alcanzar altos rendimientos (RUIZ y ESCAFF, 1992).

Según CHARLES et al. (1982) rangos entre 150-300 ppm de nitrógeno, equivalentes

aproximadamente a 300-600 kg/ha/año, serian apropiados para la especie.

Por otra parte, MORGAN y HIPP (1982) señalan que aplicaciones de 200 ppm de

nitrógeno generan efectos positivos en el peso fresco de frondas de helechos.

Además, fertilizaciones semanales de 20-25 kg/ha, producen frondas de calidad

(STAMPS, 1995).

Las aplicaciones de nitrógeno, sin embargo, están sujetas a algunos problemas de

perdidas. Según MATUS (1988) un 15% del nitrógeno es utilizado o inmovilizado en

formas orgánicas por la biomasa del suelo. El 85% restante esta sujeto a pérdidas

por lixiviación y desnitrificación, que junto a la movilización transitoria del nitrógeno

aplicado determinan la eficiencia de la fertilización.

Otro factor de pérdida de nitrógeno, según SCHUMANN y MILLS (1996) esta ligado

a la volatilización de fertilizantes amoniacales. La volatilización de amonio reduce la

disponibilidad de nitrógeno para el crecimiento de las plantas.

Las mayores pérdidas registradas en plantas ornamentales fueron detectadas

durante los tres primeros días siguientes a la aplicación del fertilizante (GARCIA,

FABRIZZI y PICONE, 1999).

Por último, una excesiva fertilización nitrogenada (500 kg/ha/año) favorece la

carencia de fósforo (CADAHIA, EYMAR y LUCENA, 1997).

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2.1.1.2 Fósforo El fósforo posee un rol importante en los procesos energéticos (fotosíntesis y

absorción de nutrientes) y también en los procesos de reproducción por formar parte

de los ácidos nucleicos (MARSHNER, 1995).

Este macroelemento también estimula el crecimiento, pero en menor media que el

nitrógeno. Además estimula el crecimiento de la raíz (RODRÍGUEZ, 1990).

Después del nitrógeno el fósforo es el elemento que mas limita la producciones en

el mundo y en general se le utiliza en niveles subóptimos (LOTT, GREENWOOD y

BATTEN, 1995).

Con bajos niveles de este elemento, las hojas pierden brillo y toman un aspecto

bronceado apareciendo posteriormente una necrosis en la punta y en el margen de

estas (BENNETT, 1993). Por lo tanto, aplicaciones de 134-168 kg/año de fósforo

serian suficientes para obtener largos de frondas comerciales (STAMPS, 1995).

Por otra parte, uno de los factores que determina variaciones en la disponibilidad de

fósforo para las plantas, es la alternancia en las condiciones de oxido-reducción de

los suelos fundamentalmente a través de cambios en la solubilidad de los

compuestos de fierro con el fósforo (LOÚE, 1988).

Cuando el pH del suelo cae por debajo del 5.8, el fósforo reacciona con el hierro

para producir un compuesto de hierro insoluble. Por encima de un pH de 6.0 la

reacción tiende a invertirse a fósforo libre. A un pH mayor el fósforo reacciona de la

misma forma, pero con el calcio. Por consiguiente el fósforo está disponible para las

plantas entre un pH de 6.0-7.0 (GONZALEZ, BAÑON y FERNANDEZ, 1998).

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En cuanto a la movilidad del fósforo, se ha podido comprobar que el ortofosfato se

puede desplazar en el suelo a una distancia del orden de los 25 cm en forma

horizontal y de 30 cm en forma vertical (FERREYRA y SELLES, 1997).

Los ácidos nítrico y fosfórico en general juegan un papel como mecanismo de

movilización de fósforo en suelos con alta capacidad de retención del fósforo

(DROUILLON y MERCKX, 2003).

Un suelo frío, o sea, con temperaturas menores a 9°C retrasa la actividad de los

microorganismos que colocan el fósforo en la solución del suelo, retrasa su difusión

hacia las raíces y retarda el crecimiento de la raíz (PLASTER, 2000).

Los suelos cercanos al punto de marchites permanente detienen la difusión del

fósforo hacia las raíces. Por consiguiente, las plantas toman mejor el fósforo en

suelos húmedos (FERRANDO, MERCADO y HERNANDEZ, 1999).

Ahora bien, un exceso de fósforo en el suelo bloquea la absorción o el movimiento

de otros nutrientes a la planta como el hierro. También dificulta la absorción de zinc

y cobre, y en algunos casos de calcio cuando este último se encuentra en baja

cantidad en el suelo (ALIAGA y PASCUAL, 1992).

También acentúa problemas de fierro y magnesio, interfiriendo en el normal

metabolismo de la planta (DOLE y WILKINS, 1999).

Además, cantidades elevadas de fósforo en el medio nutritivo de diversas plantas

han mostrado clorosis férrica inducida (LEYMONIE, 2003).

Por último, numerosos estudios han demostrado la interacción del fósforo con el

fierro. Según STAMPS (1995) existiría una relación estrecha entre el macronutriente

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fósforo y el microelemento fierro, por lo cual, al haber deficiencia de alguno de estos

elementos la planta produciría frondas desiguales en tamaño y con estipites largas.

2.1.1.3 Potasio El potasio es un nutriente clave en la planta. Está implicado en el intercambio

gaseoso necesario para la fotosíntesis y la transpiración, debido a que regula la

apertura estomática de la hoja (DOLE y WILKINS, 1999).

Este macroelemento es necesario para el crecimiento de la raíz, actúa para

equilibrar los efectos del nitrógeno, hace que las plantas sean más resistentes al

frío, entre otras muchas funciones (RODRIGUEZ, 1992).

Por lo tanto, aplicaciones semanales de 15-20 kg/ha de potasio, serian adecuadas

para obtener un número de frondas de calidad (CONOVER y POOLE, 1977).

Además, según STAMPS (1995), aplicaciones de 112-392 kg/ha/año de potasio

serian adecuadas para obtener un número de frondas de calidad (5-6).

El potasio se mueve con mayor rapidez en el suelo que el fósforo, pero con menor

rapidez que el nitrógeno debido a que el potasio es retenido en la arcilla u otros

coloides del suelo, siendo más móvil en suelos de textura fina con tendencia a

lixiviarse mas fácilmente en suelos arenosos (PLASTER, 2000).

Según PLASTER (2000), alrededor de 2,5% de la corteza terrestre esta constituida

por potasio encontrándose en el suelo formando parte de los minerales solubles o

insolubles en ácidos y ligados al complejo coloidal como base intercambiable. Por

esta razón, los suelos arcillosos son más ricos en potasio intercambiable que los

suelos arenosos.

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Las carencias de potasio quedan reflejadas en las hojas más bajas y viejas (bordes

quemados) de las plantas (DOLE y WILKINS, 1999).

Los problemas de potasio, se producen generalmente en suelos arenosos

fuertemente lixiviables o en suelos orgánicos, o en suelos fríos, secos o pobremente

aireados. (PLASTER, 2000).

La cantidad de potasio que extrae la planta en la solución del suelo se ve favorecida

con un pH cercano al neutro (RODRIGUEZ, 1990).

Finalmente, la fertilización potásica por su efecto sobre el balance cationes/aniones

a nivel de la absorción radicular puede contribuir a disminuir la clorosis férrica

(JONES, 1998).

2.2 Fertilización de helechos comerciales: 2.2.1 Factores determinantes a la hora de fertilizar helechos 2.2.1.1 Sistema radical de la planta El sistema radical de los helechos es fundamental a la hora de realizar la

fertilización. Las plantas con raíces de crecimiento profundo necesitan menos

fertilizante que plantas con un sistema menos desarrollado (GONZALEZ, 2000).

El crecimiento de la raíz, aparte de una equilibrada fertilización también depende de

la temperatura del suelo. La mayoría de las flores anuales, plantas de semillero u

ornamentales son nativas de climas calidos y sus raíces no pueden crecer en suelos

fríos (GONZALEZ, 2000).

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Según GONZALEZ, BAÑON y FERNANDEZ (1998) plantas de helechos con un

sistema radical de 10-12 cm alcanzan un mayor rendimiento, tanto en número como

en peso de frondas por planta cosechada.

2.2.1.2 Temperatura de suelo La temperatura de suelo es fundamental a la hora de fertilizar plantas de follaje.

Suelos mas oscuros absorben mas luz solar de forma que tienden a ser ligeramente

mas calientes que los suelos de color claro (PLASTER, 2000).

La luz solar absorbida por el suelo eleva la temperatura tanto de las partículas

minerales como del agua del suelo. Como consecuencia, es necesario mucho

menos energía para calentar suelos secos, por lo tanto, suelos arenosos que

retienen menos agua tienden a calentarse mas rápidamente (MARSHNER, 1995).

Por último, según STAMPS, NELL y BARRETS (1994) temperaturas de suelo

superiores a 8º C producen un número de frondas superior a 10 por cada planta

cosechada, de las cuales cinco a seis alcanzan estándares de calidad exigidas por

los diferentes mercados del mundo.

2.2.1.3 Luminosidad Estas especies requieren de 32.000-54.000 lux, por lo que intensidades muy altas

inducen una coloración verde claro y una consistencia frágil en las hojas

depreciando las frondas (GONZALEZ, BAÑON y FERNANDEZ, 1998).

Para disminuir el efecto negativo que puede tener sobre la producción un aumento

de luminosidad se aconseja el aumentar la fertilización nitrogenada en un tercio en

relación al incremento de luz (HENLEY, TIJA y LOADHOLFZ 1985).

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Según GONZALEZ, BAÑON y FERNANDEZ (1998) bajo una iluminación de 19.370-

32.280 lux se debe aportar 10-14 kg/ha/mes de nitrógeno, 4,2-7 kg/ha/mes de

fósforo y 10-14 kg/ha/mes de potasio.

2.2.1.4 Suelo Estas especies requieren suelos con alto contenido de materia orgánica (3%), bien

drenados aireados y además que cuenten con un pH entre 5,5-6,5. En caso

contrario, podrían generarse desde problemas de fitotoxicidad hasta frondas

pequeñas con estipite largas (GONZALEZ, BAÑON y FERNANDEZ, 1998).

Por otro lado, aportes de 350 kg/ha/año de nitrógeno en suelos franco-arcillosos

serian suficientes para mantener una relación nitrógeno/potasio balanceada y no

tener problemas de malformaciones (bordes lobulares) (JIMENES y CABALLERO,

1990).

Para la preparación de suelos en la mayoría de los helechos se debe utilizar

mezclas de fertilizantes con las proporciones de 2:1:2 o 4:1:4, utilizándose

normalmente 300 kg/ha de nitrógeno, 135 kg/ha de fósforo y 255 kg/ha de potasio

(ATEHORTUA, LOPEZ y PIZANO DE MARQUEZ, 1999).

2.2.1.5 Riego El mejor riego para un cultivo de helecho es el suministrado por una combinación de

aspersión y goteo en los primeros estadíos de desarrollo (STAMPS, 1995).

El desarrollo del riego por goteo abrió una posibilidad de fertilizar con ácidos, y bajar

en ciertos niveles el pH en la zona radicular lo que puede ayudar a mejorar la

nutrición con fierro en plantas de follaje (LEMONIE, 2003).

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Según STAMPS y ROCK (1999) recomienda aplicar 2,5 cm de agua cada tres días

en verano y 1,25 cm cada cinco días durante el invierno.

También, se han realizado ensayos de aplicación de urea y nitrato de amonio en

invernaderos sombreados con las siguientes cantidades de agua: 310 cm/año

(máximo) y 150 cm/año (mínimo). Estos aportes afectaron el largo de fronda y el

largo de estipite de Rumohra adiantiformis de mayor manera en otoño que el resto

del año (MATHUR, STAMPS y CONOVER, 1983).

2.2.2 Fertilizantes Según CUTTING (1999) los mejores productos para la producción de follajes deben

combinarse y utilizarse según las siguientes consideraciones:

• Suministrar varias formas de nitrógeno.

• Suministrar dos formas de fósforo, uno de acción rápida y otro de acción lenta

para reducir la fijación del suelo.

• Combinar nitrógeno y fósforo en la misma granulometría para aumentar la

absorción del fosfato.

• Usar productos con bajo índice de salinidad para minimizar el daño a las raíces.

• Reducir las pérdidas de lavado y los antagonismos iónicos usando formas

sulfatadas.

La urea es uno de los elementos más usados en la mayoría de los programas de

fertilización de helechos y él más compatible con la mayoría de los productos

existentes en el medio nacional (HORRA, CONTI y QUINTEROS, 1999).

Sin embargo, hay que tener un especial cuidado con este fertilizante (urea) y no

hacer un uso indiscriminado porque la contaminación de aguas subterráneas con

nitratos en las capas más profundas del perfil son una realidad que no se puede

soslayar (MONTOYA; BONO y BABINEC, 1999).

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La mayoría de los fertilizantes de amonio y urea suelen disminuir el pH del suelo

debido a la liberación de iones de hidrógeno durante la nitrificación, no obstante

ninguno de los fertilizantes potásicos provocan un cambio perdurable de pH

(FERREYRA y SELLES, 1997).

En base a todos los antecedentes estudiados uno de los fertilizantes más usados en

plantas ornamentales, es el nitrato de potasio, ya que tiene una reacción neutra e

incorpora en forma de nitrógeno nítrico un tercio de su contenido total de nitrógeno

(FERREYRA y SELLES, 1997).

Por contrapartida, la utilización de cloruro de potasio para follajes y plantas

ornamentales es inapropiada para suelos salinos o cuando se riega con agua que

contenga una concentración de cloruros elevada o en terrenos pobres en calcio, por

lo cual surge como alternativa el sulfato de potasio ya que el anion sulfato no sólo

no es tóxico sino que en determinadas circunstancias es beneficioso (GODOY,

1998).

También, se debe poner énfasis en la fertilización con productos amoniacales, ya

que puede traer consecuencias nefastas para las plantas, por lo cual después de

realizada la fertilización se requiere tomar una serie de medidas entre las cuales se

deben citar: no usar nitrato de amonio, acidificar el agua de riego, diluir el fertilizante

con una alta carga de agua e incorporar el fertilizante al suelo (SCHUMANN y

MILLS, 1996).

Por otro lado, fertilizaciones con formulaciones de N-P-K (1-0,5-1), con dosis de 1,5

g/l cada 15 días, serian suficientes para producir frondas de calidad comercial

(VIDALE, 1992).

Además, aplicaciones de urea (3,5 g/m2/mes), ácido fosfórico (2,8 g/m2/mes), sulfato

de potasio (3,9 g/m2/mes) mas microelementos como fierro, magnesio y calcio

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afectaron de manera positiva tanto el largo de fronda como la estipite de plantas de

Rumohra adiantiformis (LILIJAD, 1991).

Según GRIFFITH (1999), formulaciones de N-P-K (1-0,8-1) con dosis de 1-2 g/l

cada 10 días son suficientes para producir plantas de follaje de calidad

(philodendron, ruscus, hypericum).

Al comparar fertilizantes líquidos quelatizados más productos básicos (N-P-K) con

un programa base de fertilización (N-P-K) se obtuvieron, diferencias significativas en

las variables longitud de hojas y número de hojas, no así en el número de brotes en

plantas de Rumohra adiiantiformis (CONEJO-MUÑOZ,1996).

Finalmente, altos contenidos de N, P, K más microelementos (Ca, Fe y Mg) en

marzo, abril y mayo están asociados a una mayor producción (número y peso de

frondas), mientras que en invierno tiene una menor repercusión. Por el contrario, un

aumento de S en invierno estaría ligado a una disminución de la producción

(RAMIREZ-CASTRILLO y BERSTSCH-HERNANDEZ ,1997).

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3. MATERIAL Y MÉTODO El ensayo se realizó en la estación Experimental La Palma perteneciente a la

Pontificia Universidad Católica de Valparaíso, ubicada en la ciudad de Quillota,

provincia de Quillota, V Región, durante los meses de agosto del 2003 a julio del

2004.

Como material vegetal, se usó plantas de Rumohra adiantiformis y Asparagus

myrocladus las que fueron plantadas a principios del mes de agosto del año 2001.

El marco se plantación ocupado fue a doble hilera y a una distancia de 20 x 30 cm,

en tres mesas de 12 m de largo y 50 cm de ancho. Estas especies fueron regadas a

través de un sistema combinado de goteo y aspersión.

El suelo donde se desarrolló el ensayo corresponde a un suelo sedimentario

profundo de origen coluvial formado a partir de sedimentos graníticos de los cerros

ubicados al Este del predio (Anexo 1).

3.1 Diseño experimental: Para evaluar el comportamiento de Rumohra y Asparagus ante la omisión de

nitrógeno y fósforo, se realizó un ensayo conducido bajo el modelo experimental

Diseño Completamente al Azar.

Se utilizó como unidad experimental parcelas con diez plantas, de las cuales las

cuatro centrales fueron tomadas como unidad muestral, realizándose tres

tratamientos con tres repeticiones.

Para poder determinar efectos de los tratamientos se aplicó análisis de varianza, y

el test de separación de medias de Tukey al 5% de significancia, cuando

correspondió.

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3.2 Tratamientos: Se evalúo los siguientes tratamientos: Tratamientos Concentración Productos/ m2/ mes Fertilización 1 40-12-20

más Fierro 2,8 g de Urea 2,3 g de Ácido fosfórico 4,5 g de Nitrato de potasio

0,43 g de Quelato de fierro

Fertilización 2 40-0-20 más Fierro

2,8 g de Urea 4,5 g de Nitrato de potasio

0,43 g de Quelato de fierro

Fertilización 3 0-12-20 más Fierro

2,3 g de ácido fosfórico 4,2 g de sulfato de potasio 0,43 g de Quelato de fierro.

La fertilización se aplicó de la siguiente forma: Se disolvió la cantidad de fertilizante

a aplicar para las 10 plantas de una unidad en un litro de agua. Posteriormente se

aplicó la solución fertilizante de manera homogénea con una regadera y luego se

dio un riego de cinco minutos para mejorar la penetración en el perfil del suelo.

Esta fertilización se aplicó los primeros días de cada mes, desde noviembre del

2003, hasta julio del 2004.

Previamente en el mes de septiembre, se procedió a efectuar una poda a 5 cm del

suelo para obtener plantas más homogéneas y representativas, debido a tener

follajes muy dispares, labor efectuada también por LOPEZ (2002) y ORMEÑO

(2003) en ensayos anteriores.

Estos helechos tienen un crecimiento lineal durante siete semanas después de

podados, durante las primeras cuatro semanas presentan un crecimiento acelerado

y las ultimas tres dejan de crecer (ORMEÑO 2003). Esta situación no ocurrió,

debido quizás a factores ambientales produciendo frondas a mediados de octubre,

por lo cual recién a finales de noviembre se procedió a fertilizar.

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Por último, en la medida que las frondas alcanzaban el color verde oscuro descrito

por ORMEÑO (2003), fueron cosechadas y evaluadas.

3.3 Evaluaciones: Número de frondas: Se contó todas aquellas frondas que presentan características

comerciales.

Largo de fronda: Se midió de manera individual entre el corte basal y el ápice, con

una regla.

Largo de estipite: Se midió de manera individual entre la base de la fronda y el punto

de inserción de la primera pínula, con una regla.

Peso fresco de fronda: Se pesó todas las frondas cosechadas por planta en

categoría comercial y descarte. Para tal efecto se usó una pesa digital OHAUS

modelo CS2000.

Las cosechas se realizaron entre marzo-junio del 2004 para Asparagus myrocladus

y entre mayo-julio del 2004 para Rumohra adiantiformis.

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4. PRESENTACIÓN Y DISCUSIÓN DE RESULTADOS 4.1 Rumohra adiantiformis: 4.1.1 Número de frondas cosechadas en Rumohra adiantiformis. Las cosechas se extendieron entre mayo y julio a partir del momento en que se

observó frondas completas con cambio de color (pasando de un verde claro a un

verde oscuro), resultando ser estadísticamente diferente sólo en la primera de ellas

(Cuadro 1).

La explicación podría estar dada, por una acumulación de nutrientes entre los

meses de noviembre y febrero, asimilado por la planta y usado en el desarrollo de

las frondas en la primera cosecha. Probablemente, el efecto de cosechas sucesivas

y del cambio de las condiciones ambientales impidió discriminar entre los

tratamientos aplicados posterior al mes de mayo.

RAMIREZ-CASTILLO y BERSTSCH-HERNANDEZ (1997) afirman que la aplicación

de N-P-K más otros microelementos como manganeso y fierro afectan tanto el

número como el peso de frondas en aplicaciones realizadas durante marzo, abril y

mayo, no así en junio y julio lo que podría explicar el resultado donde sólo se

observó respuesta en mayo.

CUADRO 1: Número de fondas de Rumohra adiantiformis (unidades) por planta

registrada en cada cosecha.

Tratamientos N-P-K

Cosecha 1 (Mayo)

Cosecha 2 (Junio)

Cosecha 3 (Julio)

Cosecha acumulada

40-12-20 4,8 b 3,9 a 3,6 a 12,3 a 40-0-20 3,9 a 3,8 a 4,2 a 11,9 a 0-12-20 3,3 a 3,7 a 3,2 a 10,2 a

Valores promedio seguidos de distinta letra en cada columna, representan diferencias significativas al aplicar test de Tukey P ≥ 0.05.

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4.1.2 Peso de frondas cosechadas en Rumohra adiantiformis. El peso de las frondas producidas, al igual que el número, sólo fue alterado por el

tratamiento que incluyo N, P, K, y Fe en la primera cosecha (mayo). Las frondas

provenientes de este tratamiento fueron de menor peso, situación que es

concordante con el mayor número de unidades.

En las cosechas posteriores no se observó diferencias (Cuadros 2 y 3) posiblemente

porque la absorción de los elementos aplicados estuvo restringida por las

temperaturas ambientales y de suelo (STAMPS, NELL y BARRETT, 1994).

Por otra parte, CONEJO-MUÑOZ (1996) señala que aplicaciones de N-P-K más Fe

en condiciones climáticas similares en los meses de junio y julio de Chile, no afectan

de manera significativa el peso de las frondas de Rumohra adiantiformis

CUADRO 2: Peso de fondas de Rumohra adiantiformis (g) por planta registrada en

cada cosecha.

Tratamientos N-P-K

Cosecha 1 (Mayo)

Cosecha 2 (Junio)

Cosecha 3 (Julio)

Cosecha acumulada

40-12-20 1,99 b 2,07 a 2,08 a 6,14 a 40-0-20 2,53 a 2,18 a 2,01 a 6,72 a 0-12-20 2,67 a 2,52 a 2,26 a 7,45 a

Valores promedio seguidos de distinta letra en cada columna, representan diferencias significativas al aplicar test de Tukey P ≥ 0.05. Al relacionar el número de frondas y el peso de éstas se obtiene el Cuadro 3 que

muestra un descenso de la producción de materia fresca por planta a través del

tiempo.

20

CUADRO 3: Producción de materia fresca por planta de Rumohra adiantiformis sometidas a tres regímenes de fertilización, entre mayo y julio del año

2004.

Tratamientos N-P-K

Cosecha 1 (Mayo)

Cosecha 2 (Junio)

Cosecha 3 (Julio)

40-12-20 9,55 (*) 8,01 7,5 40-0-20 9,87 8,3 8,4 0-12-20 8,81 9,32 7,2

(*) Valores promedio no representan diferencias significativas, α = 0,05. Estos resultados confirman lo expuesto por PLASTER (2000), puesto que las

temperaturas de suelo correspondiente en las cosechas finales bordeaban los 10°C,

impidiendo que el fósforo se difunda de manera rápida hacia las raíces retardando el

crecimiento (Anexo 2).

4.1.3 Largo de fronda y estipite cosechadas en plantas de Rumohra adiantiformis.

Al analizar los resultados obtenidos se observa que no muestran diferencias

significativas al evaluar las cosechas hechas entre los meses de mayo y junio

(Cuadros 4 y 5). La explicación podría estar dada, porque la época de desarrollo de

las frondas es naturalmente de crecimiento restringido como lo demostró ORMEÑO

(2003) o porque la dosis de fertilizante aplicada no fue suficiente para producir una

respuesta bajo las condiciones de otoño.

CUADRO 4: Largo promedio de frondas de Rumohra adiantiformis (cm) registrada

en tres cosechas entre mayo y julio.

Tratamientos N-P-K

Cosecha 1 (Mayo)

Cosecha 2 (Junio)

Cosecha 3 (Julio)

40-12-20 21,9 (*) 20,8 20,4 40-0-20 25,9 21,5 23,8 0-12-20 24,8 24,9 23,1

(*) Valores promedio no representan diferencias significativas, α = 0,05.

21

Autores como CONOVER y LOADHOLTZ (1978), LILIJAD (1991) y ORTEGA-MOYA

(1996), señalan que aplicaciones de fertilizantes como urea, nitrato potásico, ácido

fosfórico y sulfato de potasio más quelatos, afectan de manera positiva el largo de

frondas de plantas de follaje en verano y otoño. Posiblemente, la diferencia entre los

resultados de esos autores y los aquí presentados puedan deberse a condiciones

edafoclimáticas del sector.

CUADRO 5: Largo promedio de estipite de Rumohra adiantiformis (cm) registrada

en tres cosechas entre mayo y julio.

Tratamientos N-P-K

Cosecha 1 (Mayo)

Cosecha 2 (Junio)

Cosecha 3 (Julio)

40-12-20 9,1 (*) 8,8 7,7 40-0-20 8,5 8,2 7,9 0-12-20 10,3 10,7 9,7

(*) Valores promedio no representan diferencias significativas, α = 0,05. Por otra parte, GONZALEZ, BAÑON y FERNANDEZ (1998), señalan que una

relación de tres a uno, entre largo de la fronda y largo de la estipite corresponde a

frondas armónicas y por lo tanto, comerciales. Al relacionar ambas variables (largo

de fronda y estipe) se obtiene el Cuadro 6.

CUADRO 6: Relación entre el largo de frondas y largo de estipites cosechadas entre

mayo y julio del año 2004.

Tratamientos N-P-K

Cosecha 1 (Mayo)

Cosecha 2 (Junio)

Cosecha 3 (Julio)

40-12-20 3,5 (*) 2,4 3,0 40-0-20 2,4 2,6 2,7 0-12-20 2,4 2,3 2,4

(*) Valores promedio no representan diferencias significativas, α = 0,05. Por último, si bien no hay diferencia significativa, en el tratamiento 1 (N, P, K más

Fe) se alcanzó una relación de tres a uno, entre el largo de la fronda y el largo de la

estipite en al menos dos de las cosechas realizadas, acercándose mas a lo

establecido por LILIJAD (1991) quien señala que aplicaciones de urea, ácido

22

fosfórico más quelatos de fierro generan una respuesta positiva en el largo de

fronda y estipite de Rumohra adiantiformis.

4.2 Asparagus myrocladus: 4.2.1 Número y peso de frondas cosechadas en Asparagus myrocladus. Los resultados obtenidos, muestran diferencias significativas en el número de

frondas cosechadas en marzo del presente año, bajo la fertilización N-P-K más Fe,

alcanzando un mayor número en comparación con las fertilizaciones N-K más Fe y

P-K más Fe (Cuadro 7 y 8).

La razón podría estar dada por una acumulación de nutrientes y una posterior

utilización en la primera cosecha, situación que no ocurre en las cosechas

posteriores. Algunos autores como STAMPS y ROCK (1999), señalan que

aplicaciones combinadas de N, P, K mas Fe afectaría de manera positiva la

producción de frondas de Asparagus.

CUADRO 7: Número de frondas de Asparagus myrocladus (unidades) por planta

registrada en cada cosecha. Tratamientos

N-P-K Cosecha 1

(Marzo) Cosecha 2

(Abril) Cosecha 3

(Mayo) Cosecha 4

(Junio) Cosecha

acumulada40-12-20 2,6 b 2,3 a 2,0 a 1,5 a 8,3 a 40-0-20 1,5 a 1,9 a 1,7 a 1,8 a 6,9 a 0-12-20 2,3 a 2,0 a 1,8 a 1,6 a 7,6 a

Valores promedio seguidos de distinta letra en cada columna, representan diferencias significativas al aplicar test de Tukey P ≥ 0.05.

23

CUADRO 8: Peso de frondas de Asparagus myrocladus (g) por planta registrada en cada cosecha.

Tratamientos

N-P-K Cosecha 1

(Marzo) Cosecha 2

(Abril) Cosecha 3

(Mayo) Cosecha 4

(Junio) Cosecha

acumulada40-12-20 29,8 b 25,6 a 24,1 a 23,7 a 103,3 a 40-0-20 24,1 a 28,1 a 25,1 a 21,9 a 98,8 a 0-12-20 21,6 a 21,9 a 22,0 a 21,6 a 87,2 a

Valores promedio seguidos de distinta letra en cada columna, representan diferencias significativas al aplicar test de Tukey P ≥ 0.05. Por otra parte, al relacionar las variables número y peso de frondas, se obtiene el

Cuadro 9 que muestra una baja en la producción de materia fresca por planta, a

medida que nos acercamos a temperaturas ambientales y de suelo mas bajas.

CUADRO 9: Producción de materia fresca por planta de Asparagus myrocladus

sometida tres regímenes de fertilización entre noviembre del 2003 y julio del año 2004.

Tratamientos

N-P-K Cosecha 1

(Mayo) Cosecha 2

(Junio) Cosecha 3

(Julio) Cosecha 4

(Junio) 40-12-20 76,24 (*) 57,6 48,18 35,59 40-0-20 36,13 52,7 44,04 39,45 0-12-20 48,6 43,86 38,5 34,23

(*) Valores promedio no representan diferencias significativas, α = 0,05 Estos resultados concuerdan con PLASTER (2000), que señalan que a medida que

se ingresa al invierno, existe una menor absorción de nutrientes por parte de la

planta.

4.2.2 Largo de fronda y estipite cosechadas en plantas de Asparagus myrocladus. Los resultados obtenidos durante el periodo comprendido entre los meses de marzo

a julio no arrojaron diferencias significativas en ninguna de las cosechas evaluadas

(Cuadro 10 y 11). Esto podría deberse, al descenso de las temperaturas registradas

entre marzo y junio del presente año (Anexo 3) originando una baja en la producción

de tallos.

24

CUADRO 10: Largo promedio de frondas de Asparagus myrocladus (cm) registrada en cuatro cosechas entre marzo y julio.

Tratamientos

N-P-K Cosecha 1

(Marzo) Cosecha 2

(Abril) Cosecha 3

(Mayo) Cosecha 4

(Junio) 40-12-20 35,01 (*) 34,37 32,64 32,78 40-0-20 32,19 35,27 34,51 30,99 0-12-20 30,89 29,09 30,75 30,21

(*) Valores promedio no representan diferencias significativas, α = 0,05. CUADRO 11: Largo promedio de estipite de Asparagus myrocladus (cm) registrada

en cuatro cosechas entre marzo y julio.

Tratamientos N-P-K

Cosecha 1 (Marzo)

Cosecha 2 (Abril)

Cosecha 3 (Mayo)

Cosecha 4 (Junio)

40-12-20 6,74 (*) 7,0 6,9 6,85 40-0-20 7,66 8,12 8,8 7,22 0-12-20 7,48 6,6 7,5 7,17

(*) Valores promedio no representan diferencias significativas, α = 0,05. Algunos autores como ATERHORTUA, LOPEZ y PIZANO DE MARQUEZ (1999) y

STAMPS y ROCK (1999) señalan que una relación de cinco a uno, entre largo de

fronda y largo de estipite sería una fronda de primera calidad.

La relación entre el largo de fronda y estipite da origen al Cuadro 12, en el cual se

establece que si bien no hay diferencia significativa, en el tratamiento 1 (N, P, K más

Fe) se alcanzó una relación de cinco a uno en al menos una de las cosechas

realizadas.

CUADRO 12: Relación entre el largo de frondas y el largo de estipites cosechadas entre mayo y julio del año 2004.

Tratamientos N-P-K

Cosecha 1 (Marzo)

Cosecha 2 (Abril)

Cosecha 3 (Mayo)

Cosecha 4 (Junio)

40-12-20 5,1 (*) 4,9 4,73 4,78 40-0-20 4,2 4,34 3,9 4,29 0-12-20 4,1 4,4 4,1 4,2

(*) Valores promedio no representan diferencias significativas, α = 0,05.

25

El suelo en el cual se realizó los ensayos (descrito en materiales y métodos)

corresponde a un suelo franco-arcilloso, con bajo contenido de nitrógeno, medio de

fósforo y alto en potasio. Esto permite plantear que debiera haberse observado

diferencias en las producciones, al menos en el tratamiento en el cual se excluyó el

nitrógeno, sin embargo, no se presentó posiblemente por aporte de este elemento

en el agua (Anexo 4) o porque en general en todos los elementos hubo una muy

baja absorción.

Según HENLEY, TIJA y LOADHOLFZ (1985) a medida que se entra en periodos

mas fríos, donde existe una menor luminosidad la demanda de nutrientes es menor,

y si a esto se suma que esta especie cuenta con un sistema radical débil como lo

indica GONZALEZ, (2000), la absorción es mucho más difícil sobre todo de

elementos como el fósforo.

La baja absorción realizada por las plantas se corrobora con los análisis de suelo

final en el cual se aprecia una alcalinización del pH del suelo (Anexo 5, 6 y 7) con

respecto al suelo inicial (Anexo 8) perjudicando el crecimiento de estas especie que

se desarrollan de mejor manera en un suelo ácido.

Ahora bien, si a esto se suma que el agua de riego analizada al final del ensayo

cuenta con altas concentraciones de bicarbonatos, nitratos y sulfatos (Anexo 4),

entonces es comprensible que las plantas hayan absorbido sólo una parte de lo

aportado.

26

5. CONCLUSIONES Las cosechas realizadas durante el periodo invernal, no presentaron ninguna

respuesta significativa a las distintas fertilizaciones realizadas tanto en Rumohra

adiantiformis como en Asparagus myrocladus.

Durante el inicio del otoño, las plantas de Rumohra adintiformis respondieron sólo

parcialmente, produciendo una respuesta positiva en la fertilización que incluyó los

tres elementos básicos (N-P-K) más fierro.

La omisión de nitrógeno y fósforo en las fertilizaciones 40-0-20 más fierro y 0-12-20

más fierro, produjo en la primera cosecha realizada, un menor número de frondas

pero de mayor peso, no lográndose establecer diferencias significativas entre ambos

elementos omitidos.

27

6. RESUMEN Dado el incremento en el consumo de follajes a nivel mundial y en el país, se ha introducido una serie de especies para dicho uso. Estas especies deben tener algunas características como duración en postcosecha, largo, resistencia de tallos y alta productividad dado que los precios de los rellenos son a menudo bajos constituyendo un negocio de volumen. Para mejorar la calidad de los follajes se ha realizado una serie de ensayos entre ellos el presente el cual tuvo como objetivo definir si la cantidad y calidad producida (largo de fronda, largo de estipite, peso de fronda) responden a un elemento en forma directa. El ensayo se realizó en la Facultad de Agronomía, ubicada en la ciudad de Quillota, provincial de Quillota, V Región, durante los meses de agosto del 2003 y julio del 2004. Para ello se efectuaron tres tratamientos de fertilización sobre plantas de Rumohra adiantiformis y Asparagus myrocladus de dos años de edad, las que fueron conducidas a doble hilera y plantadas a una distancia de 20 x 30 cm, entres mesas de 12 metros de largo y 50 cm de ancho. La fertilizaciones fueron aplicadas en las siguientes dosis: 40-12-20 mas Fe, 40-0-20 mas Fe y 0-12-20 mas Fe. Para la realización de cada una de estas formulaciones se procedió a mezclar los fertilizantes previamente establecidos, para luego realizar su aplicación una vez al mes de manera homogénea. Los resultados indican que el número de frondas, peso de frondas, largo de frondas y largo de estipites, no registraron efecto positivo durante el invierno. Es posible que estos resultados estén enmascarados por la época de cosecha o por una baja dosis aplicada con respecto a la extracción de dicho cultivo. Además, durante el inicio del otoño, las plantas de Rumohra adiantiformis respondieron solo parcialmente, produciendo una respuesta positiva sólo la fertilización que incluyó los tres elementos básicos (N-P-K). Finalmente, la falta de nitrógeno y fósforo en las fertilizaciones 40-0-20 y 0-12-20, produjo en la primera cosecha menor número de frondas, pero de mayor peso, no lográndose establecer diferencias entre ambos elementos.

28

7. ABSTRACT Due to the increase in the demand for leafy species in Chile and all over the World, several species have been introduced to Chile for this purpose. Since this is a volume business, these species must have some quality characteristics such as, long postharvest life, long, stem resistance, and high yield. A number of essays have been carried out in order to improve the quality of the leaves. The objective of this study was to determine if the quantity and quality produced (long of frond, long of peduncle, weight of frond) are directly associated with a fertilization element. The trial was carried out in the Faculty of Agriculture located in the city of Quillota, province of Quillota, V region, during the months of August of the 2003 and July of the 2004. For it three processing were performed of fertilization on plants of Rumohra adiantiformis and Asparagus myrocladus two-year-old, the ones that were conducted to double row and planted to a distance of 20 x 30 cm, in three tables of 12 meters of long and 50 cm of wide. The treatments consisted of applications of N-P-K in three different doses (i.e. 40-12-20 plus Fe, 40-0-20 plus Fe, and 0-12-20 plus Fe. For the execution of each one of these formulations proceeded to mix the fertilizings previously established in order then to carry out its application once al month of way homogeneous. The results indicate that the number of fronds, weight of fronds, long of fronds and long of peduncles of both species, they did not register positive effect during the winter. These results might be masked either by the harvesting time or by the low applied when compared to the nutrient extraction of the crops. Also, during the start of the autumn, these plants, Rumohra adiantiformis, responded alone partly, producing an alone positive answer the fertilization that include the three elements basic (N-P-K). Finally, the lack of nitrogen and phosphorus in the fertilizations 40-0-20 and 0-12-20, produced in the first crop smaller number of fronds, but of greater weight, being failing to establish differences among both elements omitted.

29

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34

35

ANEXO 1. Caracterización Física y Morfológica del perfil del suelo realizada durante el mes de Agosto del año 2003.

Profundidad (cm) Caracterización Física y Morfológica 0-15 Pardo oscuro (7.5 YR 4/4) en húmedo; pardo pálido (10YR

5/3) en seco; textura franca arcillosa; estructura de bloques subangulares muy finos, moderados; plásticos, adhesivos, muy friable, duro; sin reacción al HCl,

15-36 Pardo amarillento oscuro (7.5 YR 3/4) en húmedo; pardo pálido (10YR 5/3) en seco; textura franca arcillosa; estructura masiva, se quiebra en bloques subangulares muy finos, moderados; plásticos, ligeramente adhesivos, friable, muy duro; sin reacción al HCl,

36-58 Pardo rojizo (5 YR 4/4) en húmedo; pardo (7,5 YR 5/4) en seco; textura arcillosa; estructura de bloques subangulares, finos, moderados; ligeramente plásticos, ligeramente adhesivos y friable, ligeramente duro; sin reacción al HCl,

Fuente: CIREN-CORFO 1996.

36

ANEXO 2. Temperaturas de suelo (°C) registradas durante Mayo, Junio y Julio del año 2004.

Temperaturas Medias (°C) Día Mayo Junio Julio 1 13,1 9,8 8,8 2 15,2 9,1 9,0 3 14,2 9,2 8,1 4 13,2 9,9 9,6 5 15,2 9,0 8,9 6 18,1 8,9 9,6 7 14,3 9,4 8,6 8 15,1 9,6 8,3 9 13,6 11,1 8,5

10 16,6 9,8 8,7 11 15,5 10,4 9,6 12 16,1 9,0 9,8 13 18,2 9,0 10,0 14 16,2 9,0 10,0 15 17,2 8,4 9,8 16 14,2 9,5 9,4 17 13,1 8,6 9,5 18 13,5 8,8 10,0 19 14,1 9,5 8,9 20 13,1 9,1 9,9 21 12,1 10,0 10,3 22 13,6 9,2 8,5 23 10,6 10,0 10,0 24 15,2 10,0 9,9 25 16,3 9,2 9,4 26 13,2 9,4 9,7 27 12,0 9,8 9,3 28 14,0 8,3 8,5 29 12,3 9,1 9,9 30 10,0 8,9 11,0

Fuente: Estación Meteorológica de la Pontifica Universidad Católica de Valparaíso.

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ANEXO 3. TEMPERATURAS (°C) REGISTRADAS ENTRE MAYO Y JULIO DEL AÑO 2004. MAYO JUNIO Día T° Máxima T° Mínima T° Media T° Máxima T° Mínima T° Media 1 23,0 2,8 12,9 13,6 9,0 11,3 2 245,8 3,2 14,5 15,8 10,0 12,9 3 24,4 1,6 13,0 13,2 11,6 12,4 4 21,0 3,4 12,2 13,6 9,6 11,6 5 26,4 3,4 14,0 14,0 8,4 11,2 6 28,6 5,0 16,8 15,8 0,8 8,3 7 17,8 10,0 13,9 17,8 0 8,9 8 21,8 7,0 14,4 18,4 -1,2 8,6 9 21,2 2,8 12,0 19,8 6,4 13,1

10 25,0 5,2 15,1 17,2 5,6 11,4 11 18,8 8,4 13,6 18,0 7,2 12,6 12 17,6 12,2 14,9 13,2 10,4 11,8 13 24,7 9,7 17,2 15,2 11,6 13,4 14 20,4 11,0 15,7 16,4 0,4 8,4 15 20,8 12,0 16,4 18,2 0,4 9,3 16 18,4 8,8 13,6 15,2 8,0 11,6 17 16,6 8,0 12,3 16,4 1,4 8,6 18 19,2 6,2 12,7 18,2 1,2 11,4 19 18,2 9,2 13,7 15,2 1,7 12,75 20 22,2 2,2 12,2 15,8 1,6 12,2 21 17,2 3,0 10,1 21,6 7,6 13,4 22 16,6 6,4 11,5 23,8 6,4 10,0 23 16,0 3,6 9,8 22,8 5,8 8,1 24 17,2 9,0 13,1 19,2 6,4 10,45 25 16,6 11,6 15,2 13,6 4,0 10,3 26 16,0 11,8 12,8 10,4 3,0 9,6 27 17,2 10,0 12,7 14,5 8,2 12,5 28 18,8 6,0 11,0 16,6 7,0 11,0 29 13,8 6,4 11,4 16,2 2,2 8,2 30 15,4 5,6 12,1 16,8 0,4 5,9

Fuente: Estación Meteorológica de la Pontifica Universidad Católica de Valparaíso.

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ANEXO 3. Continuación

JULIO

Día T° máxima T° mínima T° media 1 13,6 1,8 7,7 2 13,6 3,4 8,5 3 14,2 -0,2 7 4 15 -1,4 6,8 5 15,8 -1,2 7,3 6 17,2 3 10,1 7 21,8 3 12,4 8 22,6 2,4 12,5 9 20,2 2,6 11,4

10 20,4 2,2 11,3 11 21 3,4 12,2 12 26,3 3,4 14,8 13 26,6 1,6 15,1 14 15,5 4 8,6 15 23,8 1,2 13,9 16 17,6 6 9,4 17 11,6 6,8 8,8 18 14,6 5,8 10,7 19 16,6 7,4 11,2 20 14,4 11,6 10,9 21 17,4 6 14,5 22 16 6 11 23 12,6 0,2 9,3 24 15,8 0 8 25 18,4 1 9,2 26 17,6 1 9,3 27 23 3,2 12 28 24,6 7,6 13,9 29 14,3 5,6 10,9 30 13,2 5,3 9,4

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ANEXO 4: Análisis del agua de riego realizada durante el mes de agosto del año

2004. Fecha: 06/8/2004 N° Laboratorio: 2132

Nombre: Proyecto FIA Osorno

Identificación de la muestra: Pozo profundo de la Facultad de Agronomía.

Resultado del análisis: Nitrato (mmol/lt): 5,57 Cobre (mg/lt): nsd Fosfato (mmol/lt): 0,01 Zinc (mg/lt): nsd Bicarbonato (mmol/lt): 3,32 Manganeso (mg/lt): 0,03 Amonio (mmol/lt): 0,05 Boro (mg/lt): 0,03 Calcio (mmol/lt): 2,58 Sodio (mmol/lt): 0,9 Magnesio (mmol/lt): 2,67 Sulfato (mmol/lt): 2,31 Potasio (mmol/lt): 0,03 PH: 7,02 Fierro (mg/lt): 0,03 Conductividad electrica (mS/cm): 0,6 Cloruros (mmol/lt): 0,80 Observaciones: mmol/lt; mg/lt=ppm; mS/cm=mmhos/cm nsd: no se detecta

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