INDIVIDUO, MASA, OCIO, CULTURA Y LIBERTAD (Apuntes...

8
INDIVIDUO, MASA, OCIO, CULTURA Y LIBERTAD (Apuntes para una sociología del turismo) Por José A. LÓPEZ DE LETONA Y ROLDAN * Después de la I Guerra Mundial, fue sola- mente reconocido el 'derecho al trabajo'. Fi- nalizada la II (1939-1945), se proclamó en el seno de las Naciones Unidas la «Declaración Universal de los Derechos del Hombre». Un texto con dos significativas referencias: la del artículo 24, donde se establecía que «toda persona tiene derecho al descanso y al ocio, especialmente a una limitación razonable de la duración del trabajo y a vacaciones pa- gadas»; y la del artículo 27, donde se admitía que «toda persona tiene derecho a tomar parte en la vida cultural de la comunidad, a disfrutar de las artes...». No es una casualidad que aparezcan casi juntos estos dos conceptos, ni lo es el hecho de que se recojan precisamente en seme- jante texto. Como en todas las declaraciones universales de derechos —y la de las Nacio- nes Unidas quiso serlo más que ninguna— no se hizo más que proclamar formalmente algo que previamente vivía en la conciencia común. La humanidad había conocido ya dos «revoluciones industriales»: la primera, fue la del vapor, la tejedora automática, el capi- talismo industrial de bajos salarios, el pro- Licenciado en Derecho. Técnico de Información y Turismo. letariado, el catolicismo caritativo y el primer socialismo marxista de la lucha de clases; la segunda, que corre desde finales del siglo XIX hasta el comienzo de la I Guerra Mun- dial, fue la era de la electricidad, el motor de explosión, el avión, la telecomunicación, la máquina-herramienta, la mecanización agríco- la, la burocracia y la concentración urbana. Aún habría de surgir una tercera revolución in- dustrial en la que estamos viviendo. Es la de la electrónica, la informática, la conquista de lo infinitamente grande: el espacio y lo infinitamente pequeño: el átomo, la de la ge- nética y la ecología. Una revolución neotéc- nica en la que el descanso se generaliza con un nuevo sentido calificando a toda una so- ciedad y a un momento de la civilización como la civilización del ocio. En el ámbito político, la revolución burgue- sa, que fue la Revolución Francesa, había exaltado al individuo al supremo plano del protagonismo político. En sentido combativo, la revolución rusa de 1917 daría carta de na- turaleza a la clase. El pueblo como unidad abstracta y soberana ganó poco a poco la igualdad jurídica formal y por obra y gracia de los sistemas democráticos no tardaría en convertirse en la masa. La igualdad jurídico- política se correspondería con un tendencia 41

Transcript of INDIVIDUO, MASA, OCIO, CULTURA Y LIBERTAD (Apuntes...

Page 1: INDIVIDUO, MASA, OCIO, CULTURA Y LIBERTAD (Apuntes …estadisticas.tourspain.es/img-iet/Revistas/RET-53-54-1977-pag41-48... · Después de la I Guerra Mundial, ... (1939-1945), se

INDIVIDUO, MASA, OCIO, CULTURAY LIBERTAD

(Apuntes para una sociología del turismo)

Por José A. LÓPEZ DE LETONA Y ROLDAN *

Después de la I Guerra Mundial, fue sola-mente reconocido el 'derecho al trabajo'. Fi-nalizada la II (1939-1945), se proclamó en elseno de las Naciones Unidas la «DeclaraciónUniversal de los Derechos del Hombre». Untexto con dos significativas referencias: ladel artículo 24, donde se establecía que «todapersona tiene derecho al descanso y al ocio,especialmente a una limitación razonable dela duración del trabajo y a vacaciones pa-gadas»; y la del artículo 27, donde se admitíaque «toda persona tiene derecho a tomarparte en la vida cultural de la comunidad, adisfrutar de las artes...».

No es una casualidad que aparezcan casijuntos estos dos conceptos, ni lo es el hechode que se recojan precisamente en seme-jante texto. Como en todas las declaracionesuniversales de derechos —y la de las Nacio-nes Unidas quiso serlo más que ninguna—no se hizo más que proclamar formalmentealgo que previamente vivía en la concienciacomún. La humanidad había conocido ya dos«revoluciones industriales»: la primera, fuela del vapor, la tejedora automática, el capi-talismo industrial de bajos salarios, el pro-

• Licenciado en Derecho. Técnico de Información yTurismo.

letariado, el catolicismo caritativo y el primersocialismo marxista de la lucha de clases;la segunda, que corre desde finales del sigloXIX hasta el comienzo de la I Guerra Mun-dial, fue la era de la electricidad, el motorde explosión, el avión, la telecomunicación, lamáquina-herramienta, la mecanización agríco-la, la burocracia y la concentración urbana. Aúnhabría de surgir una tercera revolución in-dustrial en la que estamos viviendo. Es lade la electrónica, la informática, la conquistade lo infinitamente grande: el espacio y loinfinitamente pequeño: el átomo, la de la ge-nética y la ecología. Una revolución neotéc-nica en la que el descanso se generaliza conun nuevo sentido calificando a toda una so-ciedad y a un momento de la civilizacióncomo la civilización del ocio.

En el ámbito político, la revolución burgue-sa, que fue la Revolución Francesa, habíaexaltado al individuo al supremo plano delprotagonismo político. En sentido combativo,la revolución rusa de 1917 daría carta de na-turaleza a la clase. El pueblo como unidadabstracta y soberana ganó poco a poco laigualdad jurídica formal y por obra y graciade los sistemas democráticos no tardaría enconvertirse en la masa. La igualdad jurídico-política se correspondería con un tendencia

41

Page 2: INDIVIDUO, MASA, OCIO, CULTURA Y LIBERTAD (Apuntes …estadisticas.tourspain.es/img-iet/Revistas/RET-53-54-1977-pag41-48... · Después de la I Guerra Mundial, ... (1939-1945), se

42 E S T U D I O S

a la igualdad o, más bien, a la uniformidad.Satisfecha con su derecho al voto y con unconcepto del Estado y de la Administracióndonde la socialización libraba al individuo demuchas preocupaciones básicas en su exis-tencia, el hombre-masa se convierte en unconsumidor, haciendo que su personalidad seconfigure más por el tener que por el ser.

La libertad como principio o concepto abs-tracto y negativo que limita la acción delEstado, se asienta como una conquista de lacivilización occidental. Sin embargo, es a par-tir de ese momento cuando empieza la luchapor la libertad como verdadero valor personaly subjetivo. Una lucha que, en una u otramedida, va a describir el drama de la perso-na humana que en nuestra etapa histórica de«libertades formales» y de «cultura del ocio»va a proporcionar rasgos sobre los que re-sulta obligado reflexionar en cualquier trancedescriptivo de un hecho social como es eldel turismo.

Nuestro siglo en el orden económico estádominado por la idea del bienestar social.Contra los excesos del capitalismo y tambiénen parte contra el marxismo, se han venidosucediendo todo un conjunto de categorías,logros, aspiraciones, reivindicaciones y for-mulaciones de derecho agrupadas bajo el con-cepto de «lo social». En este contexto, elocio gana el rango de derecho subjetivo y, alpropio tiempo, el de marco u ocasión singularde realizar esa cultura de masas recién na-cida. El propio turismo cede a ese impulsoy se convierte en turismo social, como sitodo turismo no lo fuera hoy ya por defini-ción. Nuevos sociotipos surgen en este uni-verso y, con ellos, aparece un nuevo tipohumano. Del hombre-masa de nuestros díasva a surgir el turista, al que vamos a dedicarnuestra atención tratando de resaltar en éllas facetas de su personalidad, su integración,así como sus perspectivas culturales y derealización humana.

El ocio moderno surge del acceso democrá-tico, antes privilegio de las clases dominan-tes. Al propio tiempo, es corolario y conse-cuencia del trabajo, tal como se concibe enla sociedad industrial urbana y burocráticade nuestros días. Dotada de sus propios me-dios de comunicación (prensa, cine, radio,T.V....), creados en función de la masa, esa

sociedad se ha fabricado una cultura propiade una fuerza avasalladora. Por mucho que anivel individual o nacional —algunas nacio-nes como China han intentado cerrarse a ellaconscientes de que lo primero es producir yluego consumir— trate de impedirse, lo cier-to es que la sociedad de masas se insertaen el consumismo, cuya filosofía rinde cultoa la satisfacción de necesidades, tanto afec-tivas (felicidad, amor...) como imaginativas(aventura, libertad, viaje) o materiales (bien-estar). Es la idea de la satisfacción y, sobretodo, la multiplicación de esas necesidadesla que proporciona a esta cultura su fuerzade conquista ante un desarrollo técnico y unascondiciones de vida que terminan por des-humanizar al individuo despertando en él uninusitado deseo de bienestar y felicidad.

Lo más importante a efectos de analizarel moderno turismo, es que en esa culturade masas se produce no sólo un nuevo tipohumano, sino un tipo en cierto modo univer-sal en el doble aspecto de un bagaje afectivoelemental común y de una abstracta «mo-dernidad». Apoyándose en uno u otro de es-tos aspectos, la cultura de masas alcanza unaexpansión mundial, una de cuyas facetas másnotorias es la homogeneización de gustos einclinaciones y, en lo que nos interesa, enlos modos y modas del turismo.

Es, en efecto, en ese universalismo, dondela nueva necesidad del turismo está encon-trando su mayor expresión y vitalidad. Pasa-ron los tiempos en que, como sucesor delviaje a título de aventura ilustrada, personale intransferible, el turismo suscitaba las crí-ticas de los elegidos por su carácter de acti-vidad lujosa, artificial o superflua. La socie-dad de hoy, que se autodenomina opulenta,no está dispuesta a admitir límites en lacreación de necesidades y, ciertamente, lainclinación al viaje, a la búsqueda de lo exó-tico, al contacto con la naturaleza y a todoese complejo contenido vivencial que el tu-rismo pretende ofrecer en nuestros días,constituye desde hace tiempo una necesidaden el sentido más riguroso de la palabra.

Los mecanismos compensadores como eldiario relajamiento contra la fatiga del trabajoo la diversión que nivela el desgaste de lamonotonía cotidiana no resultan suficientespara suministrar el pretexto exigido por el

Page 3: INDIVIDUO, MASA, OCIO, CULTURA Y LIBERTAD (Apuntes …estadisticas.tourspain.es/img-iet/Revistas/RET-53-54-1977-pag41-48... · Después de la I Guerra Mundial, ... (1939-1945), se

INDIVIDUO, MASA, OCIO, CULTURA Y LIBERTAD " 43

desarrollo de nuestro «yo», de nuestra per- con el medio humano y cultural del país v¡-sonalidad. Por eso, el turismo al ofrecer la sitado, con lo que su experiencia apenas ha«tierra prometida» de la libertad proporciona quedado convertida en el «sight-seeing»», enun proverbial coeficiente de ilusión que jus- «hacer» tal o cual sitio en un apresuramientotífica su aceptación universal creciente. El casi cinematográfico. Por eso el turismo ma-turismo opera no solamente como una oca- sivo fabrica símbolos y llega a una semanti-sión insustituible de llegar a la evasión, zación de bienes culturales sin una auténti-sino como una aportación muy sustanciosa ca comprensión y vivencia de los mismos,de contenidos psicosociales conscientes o De esta forma, el turismo actual lleva en suinsconscientes donde conviven desde la os- interior un principio de frustración que setentación del gasto lujoso y el «snobismo» encona al recorrer espacios, lugares y am-hasta la terapia psíquica pura y simple, pa- bíentes no para vivir, no para adquirir «sou-sando por ese ansia insaciable de comunica- venirs», sean éstos materiales o psíquicos,ción y realización de nuestros instintos que Con el viajero renacentista, ilustrado o ro-refleja la constante lucha de lo natural con- mántico de los siglos XVII, XVIII y XIX, eltra lo razonable, de Eros contra Tanatos. turista-masa del siglo XX presenta una dife-

Sucede, sin embargo, que la situación hu- renciación mucho más que histórica y formal;mana de nuestros contemporáneos dentro de existe entre ellos un íntimo contraste con-ese antagonismo mitológico que alguien com- ceptual. Aquellos esforzados cazadores deparó a la confrontación de Orfeo y Narciso horizontes; los jóvenes burgueses del «grandcontra Prometeo, se ve a menudo abrumada tour» que creaban su «curriculum-vitae» apor aflicciones que alejan al individuo de golpe de diligencia, caballo o silla de postas;esa tierra prometida en vez de acercarle esos agüistas del balneario romántico no de-a ella. El turismo, al acentuarse su carácter jarán de constituir un antecedente del actualde necesidad y, por ello, de consumo, pasa turista de «charter» y viaje «todo comprendl-insensiblemente a convertirse en tiempo-mer- do». Pero nada más.canda, y ocurre que lo mismo que la racio- Desde que en el turismo contemporáneonalización del tiempo del trabajo conduce en se impone lo que algunos sociólogos llamandefinitiva a la «robotización» del hombre, el actividad turística «altero-determinada» —co-tiempo de ocio —y de rechazo el turismo— mo prefabricación por otros de nuestro viajevan sufriendo también unos efectos lamen- incluida la dosificación de nuestras experien-tablemente similares. cías— el turismo como expresión de la li-

El turismo ya es en gran medida uno de bertad individual cede ante su contenido so-esos objetos-símbolo cuya posesión propor- ciológico en tanto que síntoma de la movili-ciona a sus consumidores una tranquilizadora dad social; como forma desdibujada del ocioy aparente igualdad con las clases superiores. masivo y como una de las consecuenciasEs, como reza el «slogan», «un lujo a su al- más obvias que el cambio social y el des-cance» cada vez más idóneo para ser mani- arrollo económico hayan generado. En suma:pulado con las tácticas persuasivas de la pu- el turismo es un hecho social de nuestroblicidad, viéndose curiosamente alejado de tiempo, expresión —quizá la más espectacu-esa excelsa función humanística que le atri- lar— de la nueva cultura de masas cuyasbuyeron sus primeros apóstoles. Al turismo respuestas y contenido se antojan a muchosle ha sucedido lo que a otros consumos: ha sociólogos aleatorias o contradictorias,sufrido las consecuencias de una generaliza- Creemos que es en ese contenido culturalda pasión por el consumo de imágenes. Los que pueda tener el turismo altero determina-medios de comunicación masiva se han va- do de nuestros días y en la capacidad delido de la imagen para sus mensajes produ- promesa que encierre su dinámica para elciendo el fenómeno de la sustitución de la porvenir de cara al enriquecimiento culturalpropia realidad. El viaje y la vacación colee- y humano de la persona, donde interesa con-tiva sobre espacios de tiempo reducido y cor- centrar nuestra atención. Al examinar opinio-tos presupuestos, han llevado a reducir a un nes al respecto sucederá fatalmente que losmínimo el contacto material de los turistas tonos optimistas prevalecientes en el examen

4*

Page 4: INDIVIDUO, MASA, OCIO, CULTURA Y LIBERTAD (Apuntes …estadisticas.tourspain.es/img-iet/Revistas/RET-53-54-1977-pag41-48... · Después de la I Guerra Mundial, ... (1939-1945), se

44 ESTUDIOS

de las ventajas económicas del turismo se investigación, reflexión y teorización ha deverán nublados por el pesimismo dominante ser grande si hay que agotar ese ciclo Ini-de sociólogos, filósofos, antropólogos y mo- ciado con la consideración del fenómeno tu-ralistas en general, mucho más escépticos rístico como algo banal, pobre, trucado y alie-ante el turismo como, en general, ante los nante hasta convertirlo en una fuente insus-presuntos beneficios de la cultura del ocio. tituible de enriquecimiento individual y equi-

Sin detenernos en la «patología social» a librio social en ese trance inminente de ocioque pueda dar lugar el turismo ni en sus generalizado que nos depara el futuro. Lasconsecuencias respecto al deterioro ecoló- consecuencias prácticas de toda esta realidadgico o al neocolonialismo económico no es explican que no sea sólo en el mundo de losocioso examinar en aquellos temas que des- conceptos donde se advierte una efervescen-de el punto de vista de la libertad humana y cía creciente. El turismo se ha convertidola virtualidad cultural puedan encerrar ense- ya en un concepto polémico y cuanto más señanzas, observaciones o presagios por poco avanza en su institucionalización y son máshalagüeños que sean. Admitido que el turis- los millones de seres humanos que se con-mo es, dentro de la sociedad de masas, una vierten en turistas más arrecian las críticasconsecuencia quizá inevitable de su mismo que, paradójicamente, suelen instrumentarseser, hemos de tener conciencia, asimismo, con base en razonamientos que justamentede que esa sociedad, a su vez, sufre con di- ponen en evidencia la incomunicabilidad y laverso grado los efectos de ese turismo y incultura que plantean hoy las experienciasque, entre ellos, no faltan algunos de valora- turísticas, siendo así que sus primeras jus-ción netamente negativa. tificaciones históricas se fundaron, sobre to-

Superada la fase de reivindicación social do, en su fuerza como factor de unión deque tuvo el ocio en los primeros tiempos de hombres y pueblos y como vehículo de cul-su existencia sociológica, es hoy un objetivo t u r a -de observaciones científicas no gratuitas, si- La teoría del turismo está siendo construi-no justificadas sobre todo por el hecho de da con un conjunto de elementos detrás deque la cultura del porvenir parece deba asen- los cuales alientan los valores que han dadotarse sobre todo en ese ocio que los inven- título a esta reflexión. Sin ánimo de sistema-tarios presagian con cifras espectaculares tización alguno, nos detendremos en algunosen fecha tan cercana como 1985, cuando, se- temas que han adquirido ya entre los teóri-gún algunos, el hombre dedicará sólo 33 años eos una cierta carta de naturaleza,de su vida al trabajo a lo largo de 30 horas La búsqueda de las imágenes de las cosasde trabajo semanales y con 12 semanas de y no de las cosas en sí da pie a los razona-vacaciones, arrojando un saldo de 40.000 ho- mientos teóricos arbitrariamente agrupadosras, significativamente lejano de aquellas pe- como del «sight-seeing». Destacan dentro denosas perspectivas de las primeras revolu- esta óptica, las ideas del trucaje universal;ciones industriales. Se da por verdad conclu- la tautología que significa el desplazamien-sa que el turismo evolucionará en cantidad to no para ver, sino para tomar fotos en uny en calidad disipándose —si es que había al- ambiente que zoológicamente algunos críticosguna— toda duda acerca de su carácter de han denominado «el rebaño turístico»,necesidad humana generalizada en nuestro Correlativamente, destaca la actitud pasi-planeta. va del turista que valora más el ahorro del

Pues bien: si es ese el papel del turismo tiempo, esfuerzo y de dinero que le propor-y su puesto entre las activaciones culturales ciona la producción turística masiva, aunquee imaginativas del individuo, se presiente con se resigne a no penetrar en la realidad de lastanta inminencia, es forzoso reconocer que cosas prestándose a su propia alienación.entre los hechos y los valores o principios A nivel de contacto humano, las posibili-queda un largo recorrido; que desde esta dades de que se produzca efectivamente setoma de conciencia al asentamiento de las reducen dramáticamente si pensamos que elbases de una sólida antropología del turismo encuentro turista-anfitrión está constreñidofalta mucho vacío por llenar. El volumen de temporal y espacialmente; que es transitorio

Page 5: INDIVIDUO, MASA, OCIO, CULTURA Y LIBERTAD (Apuntes …estadisticas.tourspain.es/img-iet/Revistas/RET-53-54-1977-pag41-48... · Después de la I Guerra Mundial, ... (1939-1945), se

INDIVIDUO. MASA, OCIO, CULTURA Y LIBERTAD 45

por naturaleza; que relaciona a interlocuto-res entre los que existen una desigualdad yuna falta de gratuidad.

La justificación del viaje como esfuerzo deimpregnación cultural, descubierta y aventuraha cedido a móviles mucho más acomodati-cios como es el reposo, aunque en el sub-consciente del turista bulla siempre ese vagosentimiento de búsqueda imposible de la li-bertad y se vea temporalmente animado porla parte de «homo-ludens» que todo individuolleva en sí.

Lo que el turismo tiene de consumo deostentación fomenta la desculturización delturista que se convierte en un «snob» social-mente hablando, dejándose alegremente es-clavizar por los organizadores y empresariosturísticos que le dictan lo que hay que ver.

Más grave aún resulta la consideración dela incidencia sociológica del turismo masivosobre el medio receptivo, no solamente el fí-sico fácilmente deteriorable por la concentra-ción urbana surgida del asentamiento de ex-plotaciones de carácter alojativo-turístico, si-no por los estragos que en cuanto a la auten-ticidad de ese medio origina el falseamientodel ambiente y actitudes personales en unfalso tipismo hecho por y para el turista.

La tradición que constituyó en su momentoel valor más destacable en el juego de justifi-caciones para salvar los monumentos que lue-go habrían de constituir la materia prima delas visitas turísticas, ha visto cómo el turistase ha convertido de admirador en intruso.Toda una dilatada sucesión de escritores nosólo sociólogos, sino simples viajeros, ha lle-nado páginas y más páginas llorando esa fal-sificación consagrada que el turismo indus-trializado viene proporcionando, al tiempoque deploran la invasión por las «nuevashordas» de países remotos cuya pureza tra-dicional ha quedado irremediablemente ho-llada.

El móvil de la aventura hace que los tu-ristas no resignados se desplacen a latitudescada vez más lejanas ante la presión de unanueva demografía turística en los lugaresconsagrados. Pronto, los recién descubiertosdestinos comienzan a «equiparse» turística-mente, con lo que terminan reproduciendoen ellos los «standards» de confort de acuer-

do con las exigencias de los visitantes —pre-ferentemente norteamericanos— con lo queel factor contraste que justifica esa aven-tura, como un contacto casi sensual con lanueva tierra visitada, se desvanece, volvién-dose a crear una barrera aséptica que aislaal observador del entorno vital en que sesumerge.

La escasez del espacio turístico y vacacio-nal convierte los parajes naturalmente belloso intactos en nuevos núcleos de poblaciónurbana y traslada a ellos problemas e inco-modidades similares a los de las grandesurbes de trabajo. De esta suerte, se hacecada vez más ilusorio el disfrute de la natu-raleza y la defensa de «reservas turísticas»para los elegidos. Mientras tanto, la semio-logía del turismo con su mágica iconografíadel sol, el mar, el lenguaje del cuerpo y, engeneral, los estereotipos «liberalizadores»del hombre, sigue suscitando el deseo denuevos sectores de población por el consumoturístico, desplazándose a consumidores demás alto nivel de renta y degradando la ca-lidad de los alojamientos que acogen a lasnuevas oleadas de turistas.

Como fenómeno inscrito en la cultura demasas, el presente del turismo presenta ade-más la característica de ser un consumo he-cho con prisa y precipitación. Como subsis-tema ideológico, esta cultura de la sociedadpost-industrial consume con avidez e insa-ciabilidad. Más que un disfrute de los bienesculturales y naturales, este turismo parecerevelar el «hambre atrasada» de clases so-ciales cuyas largas luchas salariales, apenassuperadas, les abren el camino a la satisfac-ción de necesidades no perentorias. Sucedeasí que, en nuestro turismo contemporáneoel consumo de tiempo es, a la vez, tiempode consumo con la particularidad de que lostiempos dedicados a la preparación del via-je, a su realización y a su «digestión» se re-ducen de forma inverosímil, haciendo quetoda impresión quede en una zona muy epi-dérmica que, por lo demás, va adquiriendouna insensibilidad especial agotada por lasucesión maratoniana de paisajes que termi-nan «alejando» psicológicamente al turista dela propia realidad.

Al plantearnos la cuestión de cómo llegara colmar ese vacío de las disfunciones del

45

Page 6: INDIVIDUO, MASA, OCIO, CULTURA Y LIBERTAD (Apuntes …estadisticas.tourspain.es/img-iet/Revistas/RET-53-54-1977-pag41-48... · Después de la I Guerra Mundial, ... (1939-1945), se

48 E S T U D I O S

turismo actual, nos vemos precisados a evi-tar el pesimismo absoluto a alejarnos delterreno de la pura especulación conceptual.Al intentarlo descendemos del mundo de losjuicios de valor al del utilitarismo práctico.Puede ocurrir, entonces, que al observar alos turistas recibamos la impresión de queaceptan jovial y saludablemente las cosas,tal como son, sin denotar especiales sínto-mas de rebelión. Sin embargo, ni siquiera enese terreno, la situación resiste el análisisen profundidad. Si, de acuerdo con la reali-dad antropológica que observamos en el con-junto de la vida diaria, resulta ya difícil afir-mar que cada intelectual inquieto lleva dentroun «burgués satisfecho», aún lo es menosadmitir que cada burgués aparentemente sa-tisfecho no encierre en sí mismo un intelec-tual radical en potencia. La evolución de lasociedad es demasiado rápida, y no tardarámucho en producirse una nueva rebelión delas masas —en este caso turísticas—, por lasencilla razón de que al fin y al cabo esasmasas al buscar el camino hacia la libertadcon muchos esfuerzos dentro del turismo en-cuentran demasiadas decepciones.

Si esta realidad se generaliza, será forzosoadmitir que la justificación más noble de lacrítica sociológica al turismo actual será lade contribuir a la orientación de su prácticaen función de la cultura de sus participantes,por un lado, y a integrar esa práctica en laverdadera cultura. Es claro que no son acha-cables al turismo todas las limitaciones ydesviaciones que venimos señalando y queen buena parte no podrían superarse sin unaprevia transformación de la sociedad mismay del ocio como instancia civilizadora. Lo Im-portante es señalar el peligro de esa desvia-ción y atajarlo en cada uno de los camposen que se desarrolla una actividad culturaldel ocio, como es el caso con el turismo denuestros días.

Para intentar calibrar las posibilidades deeste empeño resulta importante percatarsede la naturaleza del turista en su comporta-miento sacral o ritual cuando colectivamenteparece comprometido a priori a la admiraciónante testimonios culturales o artísticos. Escomo una rutinaria pervivencia de la sinceraactitud culta de los primeros turistas delpasado. Y, sin embargo, los verdaderos mó-

viles de los turistas contemporáneos quizápertenezcan más a ese subconsciente freu-diano a ese contenido lúdico del instinto li-berado que va sustituyendo a la actitud esté-tica de sus antepasados. Es posible, por con-siguiente, que la sociedad contemporánea, sipudiera sometérsela a un psicoanálisis colec-tivo, terminase perdiendo a la vez su miedoa la libertad y su reverencia sobreentendidaa los fetiches culturales. Toda una enjundiosadisquisición teórica sobre los conceptos decultura y progreso podía suscitarse en tornoa esta reflexión.

En el nivel de racionalismo en el que elturismo de masas ha vivido su crecimiento,es posible que este fenómeno, sin proponér-selo, haya contribuido a llenar el abismo queel propio racionalismo había abierto. Y, deser así, todo lo que de irracional pueda ha-ber en el comportamiento de los novísimosturistas se convertiría en una fuerza de rup-tura con matices positivos, aun a despechodel rechazo que recibiera del disciplinado«turista medio» que esgrimiría, sin dudarlo,nuevos argumentos sobre la moda, la innataestupidez humana o, de nuevo, la pasión alie-nante.

No resulta fácil, por consiguiente, aventu-rar predicciones en el futuro del turismo. Loque parece claro es que se impone con ur-gencia aislar los *seudo-hechos» que el tu-rismo convencional nos suministra y, a partirde ahí, intentar hacer la teoría del turismo.La sociedad de masas que contribuye a laevolución del mundo es evolutiva por propianaturaleza. Y no sólo en lo que tiene de mo-da o superficie, sino también en profundidad,ya que está movida por los tres impulsoresdel cambio social: la biología, la técnica yla propia cultura. Esta sociedad actual y sucultura de masas se adhieren mucho másíntimamente a los sucesos evolutivos quelo hace «la cultura» por antonomasia queimponen la autoridad a la tradición comocultura *escolar», nacional o religiosa.

De ahí la dificultad en acertar a describirla esencia de lo que está en evolución. Lomismo que pasó el cénit de la gran prensa,de la radio o del cine, pasará el de la televi-sión y, probablemente, el turismo de masasevolucionará hacia algo muy distinto y social-

Page 7: INDIVIDUO, MASA, OCIO, CULTURA Y LIBERTAD (Apuntes …estadisticas.tourspain.es/img-iet/Revistas/RET-53-54-1977-pag41-48... · Después de la I Guerra Mundial, ... (1939-1945), se

INDIVIDUO. MASA, OCIO. CULTURA Y LIBERTAD 47

mente más válido. Los propios desiquilibrioso disfunciones que revela la práctica mundialdel turismo —aparentemente vacía de todorespeto al lado humano del empeño— son,tal vez, síntomas de que se está operando unainflexión preparatoria de un renacimiento delturismo con un contenido socio-cultural másrico.

Recordemos que en el panorama mentalde nuestros padres todavía el ocio era sinó-nimo de holganza y que, en relativamentepoco tiempo, se ha pasado a otra situacióndiametralmente opuesta en que la sociedadse ha empeñado en hacer del ocio una uto-pía. El ocio puro, ese ocio activo u ocio crea-dor tan abusivamente pregonados, tropiezancon el dilema de que, por un lado, para serverdadero ocio no pueden ignorar la impor-tancia que el trabajo corriente sigue teniendoen nuestra civilización; y, por otro lado, sien-do el aumento del nivel de vida un logro queexige una proporción de trabajo bastante lar-ga, choca con la mejora del género de vidaque necesariamente implica la limitación deltiempo de trabajo. En la elección de uno uotro camino radica en buena parte el futurode la humanidad en lo que al ocio y al turis-mo se refiere.

Desde otro punto de vista, si hay algorefractario a la planificación que implacable-mente invade todos los dominios de la vidadel hombre, eso es el ocio. La generalizaciónde un ocio planificado en una sociedad libe-rada del exceso de trabajo trastocaría todaslas relaciones internas de esa sociedad a to-dos los niveles. No es ya un divertimientode sociología-ficción, pensar en cómo ha sidopreciso volver a inventar el trabajo para am-plios sectores de población anticipadamentejubilados y para los individuos en esa «terce-ra edad» de tan difícil encaje. Ni lo es el he-cho de que la lucha contra el tedio en losmedios turísticos es una de las preocupacio-

nes dominantes por el error de confundirocio con inactividad.

La dinámica del tiempo libre —y de recha-zo del turismo— dependerá de la política deempleo de las fuerzas productivas y de laextensión del ámbito de la seguridad social;pero dependerá también de la dinámica delconsumo. Los «modelos» de consumo de laera de esplendor y opulencia de la postgue-rra pueden verse pronto revisados. Y, de lamisma manera, pueden revisarse los modelosdel consumo turístico con los consiguientese importantes efectos en la temporalidad,espacialidad, intensidad y estructura de lademanda y, claro está, de la oferta.

Sin caer en una visión apocalíptica en laque la cotidianidad de la religión del consu-mismo a toda escala social produzca un tipohumano intelectualmente impotente, dirigidopor una minoría tecnócrata manipuladora desus deseos, emociones y ocio que se encar-ga de proporcionarle un programa de felici-dad auxiliada con todo el lujo de la informá-tica, sí es lícito pensar en que sobrevengaalgún tipo de sacudida en los esquemas ac-tuales con honores de «revolución cultural»de consecuencias imprevisibles.

En ese trance ¿qué papel desempeñará esoque ahora llamamos turismo? La importanciaque hace un siglo tuvo la «reforma agraria»puede ahora tenerla la «reforma urbana»,compañera de esa hipotética revolución cul-tural. Si se frena la carrera de degradacióndel medio; si se conjura la crisis energética;si se rebasan los objetivos del neocapitalís-mo y de la sociedad de consumo dirigido; si,en conclusión, la libertad encuentra nuevasfórmulas de existencia, la praxis y la teoríadel ocio turístico pueden proporcionar di-mensiones insospechadas donde, a no dudar-lo, actuarán muchas fuerzas de signo contra-rio a las que —según hemos venido apun-tando— le impiden hoy alcanzar toda la di-mensión humana y cultural que postula.

47

Page 8: INDIVIDUO, MASA, OCIO, CULTURA Y LIBERTAD (Apuntes …estadisticas.tourspain.es/img-iet/Revistas/RET-53-54-1977-pag41-48... · Después de la I Guerra Mundial, ... (1939-1945), se

E S T U D I O S

R E S U M E

JOSÉ ANTONIO LÓPEZ DE LETONA: Individu, masse, loisirs, culture et liberté (notes pour une sociologie du tourisme).

A l'échelle ¡ndividuelle, le probléme capital que posent les loisirs touristiques comme manifes-tation de la culture de masses est centré sur les idees de participation et de communication. Laréalisation de l'homme comme personne ¡ndividuelle dans le cadre du tourisme massif de nos joursa subi les limitations et les déformations imposées par la consommation et la sémantisation. En trai-tant le tourisme comme la nouvelle exploitation du temps-marchandise et comme une création d'ima-ges et d'objets symboles, on a diminué son contenu culturel et, ce qui est plus rave, on a compro-mis la liberté intime individuelle qui constitue le postulat le plus notable de l'aventure touristique.Le monde des «valeurs» socio-culturelles et psichiques des loisirs de l'avenir doit reposer le problé-me d'une véritable «théorie du tourisme» capable de dépasser les contraintes que la pratique duvoyage et des vacances massives et déterminées par d'autres que par l'intéressé a ¡mposées á cephénoméne humain et universel. A cette renaissance des valeurs humaines du tourisme concourraune dynamique culturelle qui donne déjá des signes prometteurs de rebellion contre le traitementexcessivement commercial et frivole des loisirs comme evasión et néglige leur contenu culturelprofond et humaniste.

S U M M A R Y

JOSÉ ANTONIO LÓPEZ DE LETONA: The individual, mass, leisure. culture and liberty (notes for asociology of tourism).

On the individual scale, the main problem which is being raised by tourist leisure as a mani-festation of mass culture centers around the ideas of participation and communication. The reali-zation of the man as an individual person within the mass tourism of our times has suffered thelimitations and deformations imposed by consumerism and semantization. On dealing with tourismas the new exploitation of time-merchandise and as the création of images and symbol-objects, itscultural content has been diluted and, what is more serious, ¡t has compromised the intímate indi-vidual liberty which constitutes the supreme postúlate of the tourist adventure. The world of thesocio-cultural and psychic «valúes» of future leisure requires the re-evaluation of a true «theory oftourism» capable of overcoming the restrictions to which the practice of travel and the massiveand other-determined vacation have brought this human and universal phenomenon. In this "«re-naissance» of the human valúes of tourism there will concur a cultural dynamic which is alreadyshowing promising symptoms of rebellion against the excessively commercial and frivolous treat-ment of leisure as escape, overlooking its profound cultural and humanistic content.

ZUSAMMENFASSUNG

JOSÉ ANTONIO LÓPEZ DE LETONA: Individuum, Masse, Freizeit, Kultur und Freiheit (Anmerkungenzu einer Soziologie des Fremdenverkehrs).

Auf individueller Ebene stehen im Mittelpunkt des bedeutenden Problems der touristischen Fre-zeitgestaltung ais Phanomen der Massenkultur die Ideen der Partizipation und der Kommunikation.Die Realisierung des Menschen ais individuelle Person ¡nnerhalb des Massentourismus der heuti-gen Zeit hat die durch den Konsumismus und die Semantisierung bedingten Begrenzungen und Ab-weichungen erfahren. Seitdem der Fremdenverkehr ais moderne Ausbeutung der Zeit-Ware und aisNeuprágung von Bildern und Symbol Gegenstánden betrachtet wird, hat er seinen kulturellen Ge-halt vermindert und, was noch schwerwiegender ist, die ureigenste individuelle Freiheit in Frage ge-stellt, die das hóchste Postulat des touristischen Abenteuers darstellt. Die Welt der sozial-kulturellen und psychischen «Werte» der Freizeitgestaltung der Zukunft wird zu einer wahren «Theorie desFremdenverkehrs» zurückfinden müssen, die in der Lage ist, den Zwang zu überwinden, dem die-ses humane und weltweite Phanomen durch die Praxis des Reisens und des durch andere bestimm-ten Massenurlaubs unterworfen worden ¡st. Mitentscheidend bei dieser «Wiedergeburt», der hu-manen Werte des Fremdenverkehrs wird eine kulturelle Dynamik sein, die bereits in der Gegenwartvielversprechende Symptome der Rebellion gegenüber der zu kommerziellen und frivolen Behandlungder Freizeitgestaltung ais Evasión unter Vernachlassigung des tiefen kulturellen und humanistischenGehalts derselben zeigt.