Industria

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México refleja el cambio de una economía de producción primaria, basada en actividades agropecuarias y mineras, hacia una nación semi-industrializada. Los logros económicos son el resultado de un vigoroso sector empresarial privado y de políticas gubernamentales que han hecho del crecimiento económico su principal objetivo. Tradicionalmente, el gobierno también ha hecho hincapié en la mexicanización de la industria, y se ha establecido por ley el control estatal de las compañías encargadas de la minería, la pesca, el transporte y la explotación forestal. Recientemente, sin embargo, se ha fomentado de manera muy activa la inversión extranjera, y el control del gobierno en algunos sectores de la economía se ha debilitado. La industria mexicana se encuentra entre las más desarrolladas de América Latina. A partir de los últimos años de la década de 1980 la mayoría de las fábricas nuevas se construyeron en el norte de la República, dentro de la categoría de maquiladoras, es decir, plantas de labor intensiva en las que se ensamblan partes importadas para convertirlas en artículos terminados o semiterminados para exportación; no obstante, recientemente, algunas empresas estadounidenses han invertido grandes cantidades de dinero en instalaciones modernas y bien equipadas en las que se producen vehículos de motor y otros objetos de consumo para el mercado de Estados Unidos. Las principales plantas industriales de México también abarcan las de fabricación de maquinaria y equipo electrónico, refinerías de petróleo, fundidoras, plantas empacadoras de alimentos, productoras de papel, productoras de algodón, plantas procesadoras de tabaco e ingenios azucareros. Otros productos industriales son prendas de vestir, hierro y acero, químicos, bebidas, fertilizantes, cemento, vidrio, cerámica y artículos de piel. La producción manufacturera anual estimada a principios de la década de 1990 fue de 610.000 automóviles, 8,2 millones de toneladas de acero, 2,5 millones de harina de trigo y 450.000 t de ácido sulfúrico, entre otros. El sistema internacional de Estados se encuentra en el fin de siglo en una situación contradictoria. Existen los procedimientos y los medios técnicos que facilitan una relación estrecha entre los países y las sociedades. Tanto el comercio como las vinculaciones científicas y culturales se pueden realizar de forma rápida y con alto grado de conocimiento y transparencia. Pero las relaciones económicas de poder del sistema internacional, o sea, la economía política global define

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México refleja el cambio de una economía de producción primaria, basada en actividades agropecuarias y mineras, hacia una nación semi-industrializada. Los logros económicos son el resultado de un vigoroso sector empresarial privado y de políticas gubernamentales que han hecho del crecimiento económico su principal objetivo. Tradicionalmente, el gobierno también ha hecho hincapié en la mexicanización de la industria, y se ha establecido por ley el control estatal de las compañías encargadas de la minería, la pesca, el transporte y la explotación forestal. Recientemente, sin embargo, se ha fomentado de manera muy activa la inversión extranjera, y el control del gobierno en algunos sectores de la economía se ha debilitado. La industria mexicana se encuentra entre las más desarrolladas de América Latina. A partir de los últimos años de la década de 1980 la mayoría de las fábricas nuevas se construyeron en el norte de la República, dentro de la categoría de maquiladoras, es decir, plantas de labor intensiva en las que se ensamblan partes importadas para convertirlas en artículos terminados o semiterminados para exportación; no obstante, recientemente, algunas empresas estadounidenses han invertido grandes cantidades de dinero en instalaciones modernas y bien equipadas en las que se producen vehículos de motor y otros objetos de consumo para el mercado de Estados Unidos. Las principales plantas industriales de México también abarcan las de fabricación de maquinaria y equipo electrónico, refinerías de petróleo, fundidoras, plantas empacadoras de alimentos, productoras de papel, productoras de algodón, plantas procesadoras de tabaco e ingenios azucareros. Otros productos industriales son prendas de vestir, hierro y acero, químicos, bebidas, fertilizantes, cemento, vidrio, cerámica y artículos de piel. La producción manufacturera anual estimada a principios de la década de 1990 fue de 610.000 automóviles, 8,2 millones de toneladas de acero, 2,5 millones de harina de trigo y 450.000 t de ácido sulfúrico, entre otros.

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Mxico refleja el cambio de una economa de produccin primaria, basada en actividades agropecuarias y mineras, hacia una nacin semi-industrializada. Los logros econmicos son el resultado de un vigoroso sector empresarial privado y de polticas gubernamentales que han hecho del crecimiento econmico su principal objetivo. Tradicionalmente, el gobierno tambin ha hecho hincapi en la mexicanizacin de la industria, y se ha establecido por ley el control estatal de las compaas encargadas de la minera, la pesca, el transporte y la explotacin forestal. Recientemente, sin embargo, se ha fomentado de manera muy activa la inversin extranjera, y el control del gobierno en algunos sectores de la economa se ha debilitado. La industria mexicana se encuentra entre las ms desarrolladas de Amrica Latina. A partir de los ltimos aos de la dcada de 1980 la mayora de las fbricas nuevas se construyeron en el norte de la Repblica, dentro de la categora de maquiladoras, es decir, plantas de labor intensiva en las que se ensamblan partes importadas para convertirlas en artculos terminados o semiterminados para exportacin; no obstante, recientemente, algunas empresas estadounidenses han invertido grandes cantidades de dinero en instalaciones modernas y bien equipadas en las que se producen vehculos de motor y otros objetos de consumo para el mercado de Estados Unidos. Las principales plantas industriales de Mxico tambin abarcan las de fabricacin de maquinaria y equipo electrnico, refineras de petrleo, fundidoras, plantas empacadoras de alimentos, productoras de papel, productoras de algodn, plantas procesadoras de tabaco e ingenios azucareros. Otros productos industriales son prendas de vestir, hierro y acero, qumicos, bebidas, fertilizantes, cemento, vidrio, cermica y artculos de piel. La produccin manufacturera anual estimada a principios de la dcada de 1990 fue de 610.000 automviles, 8,2 millones de toneladas de acero, 2,5 millones de harina de trigo y 450.000 t de cido sulfrico, entre otros. El sistema internacional de Estados se encuentra en el fin de siglo en una situacin contradictoria. Existen los procedimientos y los medios tcnicos que facilitan una relacin estrecha entre los pases y las sociedades. Tanto el comercio como las vinculaciones cientficas y culturales se pueden realizar de forma rpida y con alto grado de conocimiento y transparencia. Pero las relaciones econmicas de poder del sistema internacional, o sea, la economa poltica global define jerrquicamente en qu sitio se encuentran los Estados y regiones del planeta. Estas relaciones de poder econmico y poltico tienen consecuencias graves para sectores de la sociedad mundial que la accin solidaria trata de paliar y/o modificar.Es una tarea compleja establecer unas relaciones solidarias entre los pases centrales (en trminos cientficos-comerciales-polticos y militares) y los pases perifricos (los vagamente denominados del Sur o Tercer Mundo) que tienen menos desarrollo cientfico, disfunciones entre su riqueza natural y sus capacidades de explotacin y gestin comercial de las mismas, y Estados poco o nada consolidados. El objetivo solidario es todava ms complicado si se tiene en cuenta que el mundo no est dividido ntidamente entre el Norte y el Sur, sino que hay un solo sistema internacional de Estados y un mercado global nico con mltiples jerarquas e interrelaciones. Dentro de ellos hay Estados con diferentes grados de poder y debilidad, y actores no estatales que desarrollan estrategias desde dentro y desde fuera de los Estados, como son las empresas transnacionales de produccin de bienes y de actividades financieras, las compaas de seguros y las auditorias. El llamado Norte es, en realidad, un conglomerado de grupos e intereses. Por otra parte, las sociedades afectadas por la pobreza y sus efectos en las que se pretende ejercer la accin solidaria no son entidades pasivas. Por el contrario, tienen procesos histricos, caractersticas particulares (por ejemplo, diferentes lenguas, etnias, identidades nacionales) y relaciones internas de poder. El sistema colonial y el neocolonial o imperialista (cuando ya funcionaban Estados soberanos en la periferia) impuso a las sociedades perifricas relaciones internas y estructuras de gestin. Se generaron alianzas y lites que construan sus espacios y sus lazos de unin con las metrpolis. Ese doble movimiento de poder hacia dentro (generalmente autoritario y corrupto) y alianza hacia fuera con el poder en Europa o EEUU se ha prolongado hasta ahora. En pases como la Repblica Democrtica del Congo (ex-Zaire) hay una secuencia de alianza local con los centros externos de poder que van desde la poca colonial hasta Kabila, pasando por Mobutu. Estos poderes locales son generalmente un impedimento antes que una ayuda para establecer relaciones solidarias.Las mediacionesEntre los actores que desean ejercer la accin solidaria en los pases centrales y en los perifricos, y los que deben recibirla hay, por lo tanto, muchas mediaciones encarnadas tanto en actores estatales como no estatales. La mundializacin de las relaciones econmicas favorece la comunicacin entre ellos: se conocen con ms rapidez los problemas, hay ms posibilidades de actuar coordinadamente. Pero, al mismo tiempo, las posibles soluciones de las cuestiones no pueden ser abordadas slo en escalas nacionales o slo a dos bandas (entre donante y beneficiado). La mundializacin obliga a estrategias que miren hacia adentro pero tengan en consideracin las circunstancias globales. La globalizacin ha sido analizada en la ltima dcada por algunos autores como una estructura omnipotente. Los ultraliberales econmicos la consideran como un punto de inflexin a partir del cual se produce el triunfo casi absoluto del mercado libre por encima de otras opciones. Desde la izquierda, algunos analistas consideran que es un triunfo del sistema capitalista que parece dejar pocos resquicios de resistencia. Curiosamente, un punto de acuerdo implcito entre ambos sectores es la solidaridad: los ultraliberales la consideran necesaria para paliar las crisis humanitarias y atender a los sectores que no son suficientemente dinmicos o no han sabido adaptarse a las reglas del mercado. Parte de la izquierda ve necesaria la solidaridad como una forma de mantener los valores morales y atender a las vctimas de la globalizacin. Autores como James Petras consideran que la solidaridad es, en este punto, una coartada que sirve a unos para apaciguar a las vctimas y a otros para cooperar en esa tarea de forma consciente o inconsciente y, adems, obtener un provecho de la situacin.En realidad, los problemas de los que se ocupa la solidaridad -englobados en la pobreza y sus manifestaciones, las crisis humanitarias, y las violaciones de derechos humanos- no pertenecen solamente al mbito del denominado Tercer Mundo. As, por ejemplo, la pobreza no es un problema que afecta slo al Sur, sino que se trata de una realidad presente en los pases centrales. Estructuralmente, la destruccin de empleo y la creciente exclusin se manifesta tanto en Europa y EEUU a travs de los sin (sin trabajo, sin papeles para ser ciudadanos, sin educacin, etc.) como en la periferia con la precarizacin del trabajo, la incorporacin de desempleados agrcolas y urbanos al sistema del narcotrfico, las migraciones o los nios de la calle.Ejercer la accin solidaria, por lo tanto, supone tener que descifrar un cdigo y una serie de mapas sociales, polticos y econmicos. Es preciso detectar a los mediadores y conocer sus formas de actuar. Un proyecto solidario en un pas perifrico debe ser realizado teniendo en cuenta las polticas del Banco Mundial hacia la regin, las tensiones internas entre los actores locales y los intereses de las lites.Las luchas de intereses de las comunidades indgenas mexicanas entre s en Chiapas alteran la visin mtica que se tuvo en el primer momento que surgieron los Zapatistas. Entonces pareca que era la vanguardia encarnada por el Subcomandante Marcos contra el gobierno de Mxico y sus aliados internacionales. Ahora surgen datos de que es as pero, adems, hay pugnas internas que, por otra parte, sera raro que no existiesen. Actuar solidariamente implica tambin adoptar posiciones polticas que pueden ser duramente criticadas porque ya no se trata de compasin ni caridad sino que la solidaridad expresada en proyectos de desarrollo, denuncia sobre violaciones de derechos humanos o accin humanitaria de emergencia tiene impacto y consecuencias que, en algunos casos, son consideradas precisamente opuestas al efecto benfico que se quera lograr."1"La cuestin del EstadoAunque se detecten las mediaciones y se reconozca el carcter imprevisible de muchas situaciones, la solidaridad en la era de la globalizacin de las relaciones econmicas enfrenta su problema central en el Estado. En los pases centrales el Estado se encuentra asediado por las fuerzas del mercado ultraliberal. Se exige su desmantelamiento econmico, social y poltico, dejndole la gestin de aquellas parcelas que no interesan a las empresas privadas o que no pueden realizar pese a las privatizaciones masivas. Al Estado se le restringe su capacidad de ocuparse de las necesidades de los ciudadanos, y aunque derive fondos al desarrollo, a la pobreza o a los sectores marginados, el problema es la racionalidad liberal que impulsa el beneficio sin crear ms puestos de trabajo en relacin a los que se destruyen. En la transaccin entre lo que se destruye y lo que se crea, el Estado es dbil para poder hacerse cargo de los que quedan excludos de la modernizacin.En los Estados perifricos la situacin se agudiza porque no hay Estado Benefactor que desarmar sino Estados frgiles, corruptos, histricamente mal construdos, que casi no han protegido a los ciudadanos. En el mejor de los casos, algunos Estados tratan de buscar la forma de impulsar la mejor insercin posible en el mercado mundial para evitar la marginalidad casi total del pas. Pero el precio a pagar para esa integracin suele ser descender los salarios, abolir los impuestos ambientales o devaluar la moneda. Ser competitivos y a la vez tener un programa contra la pobreza es una tarea muy dificl y estn por ver sus resultados (por ejemplo, en Brasil con el gobierno de Fernando H. Cardoso, que intenta ese doble plan). Al final del camino el resultado es parecido a los pases centrales: en el balance van ms rpido las necesidades que las satisfacciones (especialmente las que se proveen institucionalmente) y se genera ms pobreza y marginacin.La solidaridad ha evitado durante mucho tiempo el papel del Estado. Cuando era slo caridad bastaba la voluntad individual canalizada a travs de la Iglesia. Cuando era compromiso poltico con causas revolucionarias bastaba la relacin abierta o clandestina con los que hacan la revuelta y los que la apoyaban desde fuera. El Estado era, generalmente, el enemigo en el terreno y un colaboracionista en el extranjero (con muy pocas excepciones, como Suecia hacia Nicaragua en los aos 80 o durante la poca del apartheid). Pero ahora la solidaridad es desarrollo econmico y sostenible; es denunciar y demandar que se forme un Tribunal Internacional sobre Crmenes de Guerra; es coordinar diversos actores para operar en pocos das en una zona en guerra en la que estn muriendo centenares de miles de personas. La experiencia de los ltimos diez aos indica que ninguna de estas tareas se pueden hacer sin el Estado. Pero, por otra parte, no sirven los Estados corruptos que interceptan la ayuda, ni los Estados centrales que dan fondos a regaadientes y tratan de usar la ayuda para el negocio internacional. Hay dos tendencias crecientes tanto en la investigacin sobre la globalizacin como sobre la solidaridad y la cooperacin internacional. La primera indica que pese a la mundializacin de las relaciones econmicas, el Estado contina teniendo un papel decisivo para orientar las prioridades de cada pas. La consecuencia poltica es que tiene sentido tratar de tener el poder del Estado o de influir en sus decisiones."2" La segunda indica que el Estado es decisivo para poner en marcha la cooperacin al desarrollo. Sin Estado, indican diversos informes, es casi imposible llevar adelante estrategias de medio y largo plazo coherentes para reconstruir las bases econmicas, sociales y polticas de cualquier pas dado."3"Pero para cumplir la accin solidaria el Estado corrupto no sirve, ni el represivo y antidemocrtico. Y como la mayora de los pases que son objeto de solidariad viven bajo estos regmenes, para las organizaciones no gubernamentales es preciso encontrar un delicado equilibrio entre los intereses de los Estados centrales, muchas veces parciales, y los de los Estados perifricos, casi siempre orientados a sacar el mayor provecho y obtener la menor cantidad posible de fiscalizacin de estos incmodos amigos cooperantes. Si bien es real que el Estado es central en la solidaridad, las organizaciones no gubernamentales tienen un enorme papel por delante para trabajar y ayudar a construir sociedades civiles que ayudarn a la democratizacin de los Estados."4"La solidaridad es posible de realizar en la era de la globalizacin, y es necesaria. Es, tambin, una tarea muy compleja que requiere una alarma casi constante. Es importante no servir de coartada (tesis de Petras) pero si la respuesta solidaria existe entonces debe ser lo ms efectiva posible, muy crtica consigo misma, y buscar entre mediaciones y actores la clave para que hacer el bien sirva, si es posible, para que las cosas cambien, de fondo, a mejor.