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INFORME FINAL PROYECTO PROCESO DE ACOMPAÑAMIENTO
PSICOSOCIAL Y FORTALECIMIENTO DE CAPACIDADES LOCALES PARA LA
ATENCION INTEGRAL EN SALUD A MUJERES VICTIMAS DEL CONFLICTO Y
SUS FAMILIAS EN EL DEPARTAMENTO DEL CESAR
MUNICIPIOS:
VALLEDUPAR
BOSCONIA
CHIMICHAGUA
LA JAGUA DE IBIRICO
SAN DIEGO
ASTREA
PELAYA
CODAZZI
ELABORADO POR:
EQUIPO CORPORACIÓN VÍNCULOS
Liz Arévalo Naranjo
Mariana Sáenz Uribe
Yadira Borrero Ramírez
Mónica Torres Camacho
Elvira Luz Alarcón Peña
Ana María Salamanca Sarmiento
Andrea Lucía Ariza Hernández
Miriam Esther Plata Núñez
Milena Peña Moreno
DICIEMBRE 2 0 1 0
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ÍNDICE
Índice de tablas y gráficos………………………………………….…………….... Pg. 6 Introducción…………………………………………………………………….…......Pg. 8 1. CONTEXTO SOCIOPOLÍTICO DEL DEPARTAMENTO DEL CESAR….Pg. 10
1.1. El terror y la muerte: despojo de tierras, desplazamiento y barbarie...Pg. 13
1.2. Masacres, homicidios y desplazamiento: Agustín Codazzí, Bosconia,
Jagua, Pelaya, San Diego, Astrea, Chimichagua y Valledupar…..…..Pg. 14
2. CARACTERIZACIÓN SOCIODEMOGRÁFICA Y DE LAS CONDICIONES DE
SALUD – CON ENFOQUE PSICOSOCIAL EN MUJERES VÍCTIMAS DEL
CONFLICTO ARMADO………………………………………………………..Pg. 26
2.1. Metodología utilizada para el análisis……………………………………Pg. 26
2.1.1. Tipo de estudio ……………………………………………………...Pg. 26
2.1.2. Población del estudio ………………………………………………Pg. 26
2.1.3. Instrumentos utilizados ………………………………………….…Pg. 26
2.1.4. Proceso de recolección de la información………………………..Pg. 27
2.1.5. Operacionalización de las variables ……………………………...Pg. 28
2.1.6. Análisis de los datos …………………………………………….….Pg. 32
2.2. Resultados ………………………………………………………………....Pg. 33
2.2.1. Características generales de las mujeres y sus familias….…….Pg. 33
2.2.1.1. Descripción general de la población ……………………...Pg. 33
2.2.1.2. Características de los hogares …………………………….Pg. 35
2.2.1.3. Estado Civil ………………………………………………….Pg. 35
2.2.1.4. Nivel de Escolaridad ………………………………………..Pg. 36
2.2.1.5. Posición socio-ocupacional……….………………………..Pg. 37
2.2.1.6. Aseguramiento de la población …………………………...Pg. 39
2.2.1.7. Características de la vivienda…….………………………..Pg. 39
2.3. Condiciones de pobreza según necesidades básicas insatisfechas y línea
de pobreza ………………………………………………………………….Pg. 41
2.4. Percepción de las mujeres víctimas del conflicto sobre actores sociales e
institucionales- con relación al apoyo brindado durante el proceso de
desplazamiento …………………………………………………………….Pg. 42
2.5. Reflexión final ………………………………………………………………Pg. 45
3. CARACTERIZACIÓN Y ATENCIÓN PSICOSOCIAL DE 1200 MUJERES
VÍCTIMAS DEL CONFLICTO ARMADO ……………………………………Pg. 46
3
3.1. Aspectos generales del proceso de caracterización psicosocial……...Pg. 46
3.1.1. Pasos previos al proceso de caracterización ………………...…Pg. 46
3.1.2. Participación de practicantes de universidades locales en el proceso
de caracterización psicosocial a las mujeres víctimas…………….….Pg. 47
3.1.3. Metodología utilizada en el proceso de caracterización psicosocial
3.1.3.1. Contextualización del proceso de valoración psicosocial y
diseño de las actividades e instrumentos para la valoración...Pg 47
3.1.3.2. Guía para la valoración y elaboración de instrumentos,
basados en las herramientas de caracterización psicosocial de la
Corporación Vínculos………………………………………….......Pg. 48
3.1.3.3. Presentación de la propuesta………………………………Pg. 55
3.1.3.4. Realización de la caracterización………………………….Pg. 55
3.1.3.5. Registro y procesamiento de los datos……………………Pg. 57
3.1.3.6. Devolución de la información y validación con las personas
participantes de la valoración……………………………………..Pg. 58
3.2. Aspectos generales del proceso de atención psicosocial……………..Pg. 59
3.2.1. Temáticas abordadas……………………………………………….Pg. 59
3.2.2. Metodología………………………………………………………….Pg. 60
3.2.3. Estrategias de convocatoria………………………………………..Pg. 61
3.3. Hallazgos del proceso de caracterización psicosocial de mujeres víctimas
de la violencia en el departamento del Cesar…………………………..Pg. 62
3.3.1. Desde los ámbitos: emocional, relacional y derechos………….Pg. 64
3.3.1.1. Impactos en el ámbito emocional………………………….Pg. 64
3.3.1.2. Impactos en el ámbito relacional…………………………..Pg. 78
3.3.1.3. Impactos en el ámbito de derechos……………………….Pg. 86
3.3.2. Otras dimensiones de afectación emocional a nivel colectivo…Pg. 88
3.3.2.1. Afectaciones de carácter socio cultural…………………...Pg. 89
3.3.2.2. Afectaciones de carácter territorial………………………...Pg. 90
3.3.3. Acciones y actitudes para el afrontamiento de los hechos de
violencia……………………………………………………………….......Pg. 91
3.3.4. Recursos empleados para afrontar los hechos de violencia y la
victimización…………………………………………………………….…Pg. 92
3.3.5. Redes de apoyo a las víctimas……………………………………Pg. 94
3.3.6. Explicaciones a los hechos violentos elaboradas por las mujeres
víctimas………………………………………………………………….…Pg. 94
3.3.7. Expectativas mediatas y futuras de la población víctima de violencia
caracterizada………………………………………………………….......Pg. 95
3.4. Análisis descriptivo del proceso de atención por cada municipio…….Pg. 95
3.4.1. Municipio Bosconia…………………………………………………Pg. 98
4
3.4.2. Municipio Astrea…………………………………………………..Pg. 102
3.4.3. Municipio Chimichagua…………………………………………..Pg. 105
3.4.4. Municipio San Diego……………………………………………...Pg. 108
3.4.5. Municipio Pelaya…………………………………………………..Pg. 111
3.4.6. Municipio La Jagua de Ibirico……………………………………Pg. 113
3.4.7. Municipio Agustín Codazzi……………………………………….Pg. 115
3.4.8. Municipio Valledupar (primera parte)…………………………...Pg. 117
3.4.8.1. Comuna 2. Barrio Mareiwa y Villa Jaidy………………...Pg. 118
3.4.8.2. Mujeres indígenas Kankuamok…………………………..Pg. 120
3.4.8.3. Barrio de invasión Bello Horizonte……………………….Pg. 121
3.4.9. Municipio Valledupar (segunda parte - estrategias encuentros únicos
y encuentros masivos)……………………………….…………………Pg. 122
3.4.9.1. Descripción general del proceso de atención psicosocial –
Valledupar, estrategia Encuentros Únicos……………………..Pg. 124
3.4.9.1.1. Temáticas abordadas…………….………………..Pg. 125
3.4.9.1.2. Metodología encuentros únicos y masivos……...Pg. 125
3.4.9.1.3. Metodología ―encuentro único con creación
de historia‖………………………………………….Pg. 127
3.4.9.1.4. Metodología ―encuentro único basado en la
caracterización psicosocial‖………………………………….Pg. 130
3.4.9.1.5. Particularidades de los encuentros………………Pg. 131
3.4.9.1.6. Estrategias de convocatoria………………………Pg. 135
3.4.9.2. Análisis descriptivo de la atención psicosocial en el municipio
de Valledupar (Cesar)…………………………………………….Pg. 136
4. SEGUNDA Y ÚLTIMA JORNADA DE FORMACIÓN EN HERRAMIENTAS DE
ATENCIÓN PSICOSOCIAL………………………………………………….Pg. 141
4.1. Contexto del proceso de formación en herramientas de atención
psicosocial…………………………………………………………………Pg. 141
4.2. Quiénes participaron en el proceso de formación en herramientas de
atención psicosocial a víctimas del conflicto…………………………..Pg. 142
4.3. Los temas abordados y las discusiones planteadas………………….Pg. 145
4.3.1. Primeros auxilios emocionales para la atención psicosocial a las
víctimas en momentos de crisis……………………………………….Pg. 146
4.3.2. Escenarios de exigibilidad de derechos de las víctimas………Pg. 147
4.3.3. Cuidado emocional para el agente social que acompaña a personas
víctimas de la violencia sociopolítica…………………………………Pg. 148
4.3.4. Género……………………………………………………………...Pg. 149
4.3.5. Rutas de atención psicosocial……………………………………Pg. 153
5
4.3.6. Evaluación de la segunda jornada de formación por parte de los
participantes……………………………………………………………...Pg. 153
5. CONSTRUCCIÓN DE INSUMOS PARA EL DISEÑO DE LA RUTA DE
ATENCIÓN PSICOSOCIAL EN EL DEPARTAMENTO DEL CESAR….Pg. 155
5.1. Hacia la construcción de rutas de atención psicosocial en el país….Pg. 155
5.2. El sentido de una ruta de atención psicosocial a víctimas del conflicto
armado en el departamento del Cesar…………………………………Pg. 158
5.3. Aportes para la construcción de la ruta de atención psicosocial para las
víctimas en el Cesar………………………………………………………Pg. 159
5.3.1. Propuesta de ruta de atención psicosocial para las víctimas de la
violencia sociopolítica en el departamento del Cesar……………….Pg. 160
5.4. Utilidad del ejercicio………………………………………………………Pg. 163
5.5. La voz de los participantes………………………………………………Pg. 164
5.6. El diseño de la ruta debe ser flexible para atender al contexto local y
regional en que se implemente………………………………………….Pg. 164
5.7. El diseño e implementación de la ruta debe alimentarse de procesos de
formación y sensibilización para funcionarios públicos y víctimas…..Pg. 165
5.8. El diseño e implementación de la ruta requiere de voluntad
política…………………………………………………………………...…Pg. 166
5.9. La ruta debe tener continuidad en los programas y en la contratación de
profesionales……………………………………………………………....Pg. 168
5.10. El diseño y la implementación de la ruta requiere procesos de
articulación interinstitucional……………………………………………..Pg. 169
5.11. La implementación de la ruta debe aportar al fortalecimiento de las
victimas como sujetos de derechos…………………………………….Pg. 170
5.12. La ruta de atención debe tener un enfoque diferencial y de acceso a
derechos…………………………………………………………………...Pg. 171
5.13. La ruta de atención psicosocial debe implementarse con criterios de
calidad y calidez por parte de los funcionarios………………………...Pg. 172
5.14. Retos en el diseño e implementación de ruta de atención psicosocial
a víctimas de la violencia en el departamento del Cesar………….…Pg. 174
5.15. Proyecciones de la ruta……………………………………………Pg. 178
6. REFLEXIONES FINALES Y RECOMENDACIONES……………………..Pg. 178
6
ÍNDICE DE TABLAS Y GRÁFICOS
TABLAS
Tabla No. 1 Operacionalización de variables………………..……...…… Pág. 28
Tabla No. 2 Distribución de las mujeres grupo piloto, según municipio de
residencia. Cesar, 2010……………………………………….…………….Pág. 33
Tabla No. 3 Distribución de la población trabajadora independiente, según
sitio de trabajo. Grupo piloto, 2010 ..………………………..………….….Pág. 38
Tabla No. 4 Distribución de las viviendas según municipio de ubicación.
Grupo piloto 2010 …………………………………………..…….......……..Pág. 40
Tabla No. 5. Motivos de asistencia a las jornadas de caracterización
Psicosocial………………………………………………….…………….…..Pág. 63
Tabla No. 6 Sentimientos y estados emocionales, según grupo piloto y formas
de violencia. Departamento del Cesar, Noviembre 2010………………..Pág. 68
Tabla No. 7 Sintomatología expresada verbalmente mujeres víctimas de la
violencia, según grupo piloto y conjunto de emociones. Departamento del
Cesar, Noviembre 2010……………………………………….….…..……. Pág. 75
Tabla No. 8 Ámbitos de afectación Psicosocial y formas de violencia, según
grupos piloto y victimarios. Departamento del Cesar……………….……Pág. 86
Tabla No. 9 Total de mujeres en situación de desplazamiento participantes en
el proceso de acompañamiento psicosocial en ocho municipios del
departamento del Cesar ……………….…………………………….……..Pág. 96
Tabla No. 10 Procesos de acompañamiento psicosocial en ocho municipios
del departamento del Cesar…………………………………….…………..Pág. 96
Tabla No. 11 Encuentros únicos de acompañamiento psicosocial en el
municipio de Valledupar y algunos de sus corregimientos.……………Pág. 123
Tabla No. 12 Encuentros masivos de acompañamiento psicosocial en el
municipio de Valledupar y algunos de sus corregimientos ..........…….Pág. 124
Tabla No. 13 Registro de asistencia por personas asistentes primera a la
formación discriminada por grupo de trabajo……………………………Pág. 143
Tabla No. 14. Registro de asistencia por personas asistentes segunda a la
formación discriminada por grupo de trabajo………………………...…Pág. 144
Tabla No. 15. Instituciones asistentes segunda a la formación discriminada
por grupo de trabajo...…………………………………….……………….Pág. 145
7
GRÁFICAS
Gráfica No. 1 Pirámide poblacional, grupo piloto 100 mujeres y sus hogares,
Cesar 2010 …………………………………..…….………………….…..Pág. 34
Gráfica No. 2 Distribución de la población según tipo de víctima. Grupo
piloto Cesar, 2010……………………………………………………...…Pág. 35
Gráfica No. 3 Distribución de la población mayor de 12 años según estado
civil. Grupo piloto. Cesar, 2010………………………………...….….…Pág. 36
Gráfica No. 4 Nivel de escolaridad alcanzado según sexo. Grupo piloto.
Cesar, 2010……………….………………………………………………..Pág. 37
Gráfica No.5 Posición socio-ocupacional según sexo. Grupo piloto… Pág.38
Gráfica No. 6 Distribución de la población según tipo de aseguramiento en
salud. Grupo piloto, 2010…………………………………..……………..Pág. 39
Gráfica No. 7 Distribución de las viviendas según municipio. Grupo
piloto………………………………………………………………………...Pág. 40
Gráfica No. 8 Proporción de hacinamiento según nivel. Grupo piloto,
2010……………………………………………………………..……….….Pág. 41
Gráfica No. 9 Percepción del apoyo recibido por diferentes actores. Mujeres
víctimas del conflicto. Grupo piloto, 2010……………………………….Pág. 43
Gráfica No. 10 Nivel de percepción sobre apoyo recibido por parte de
mujeres víctimas del conflicto armado. Grupo piloto, 2010...........…..Pág. 44
Gráfica No. 11 Percepción de confianza hacia diferentes actores por parte
de las mujeres víctimas del conflicto. Grupo piloto, 2010…………….Pág. 45
Gráfica No. 12 Herramienta para la caracterización de las personas y
grupos……………………………………………………………………....Pág. 56
Gráfica No. 13 Articulación de la ruta de atención psicosocial con políticas
públicas nacionales …………………………………………...………...Pág. 176
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INTRODUCCIÓN
Dentro del marco del Programa Departamental de Atención Integral a Víctimas del
Conflicto y Reintegración Comunitaria de la Gobernación del departamento del
Cesar, PAVIREC, a partir del mes de junio de 2010 la Corporación Vínculos inició
el proyecto Proceso de acompañamiento psicosocial y fortalecimiento de
capacidades locales para la atención integral en salud a mujeres víctimas del
conflicto y sus familias en el departamento del Cesar en el cual se desarrollaron
acciones en cuatro componentes:
1. Mapeo de las redes institucionales de atención a la población desplazada
en ocho municipios del departamento del Cesar: Agustín Codazzi, Astrea,
Bosconia, Chimichagua, La Jagua de Ibirico, Pelaya, San Diego y
Valledupar,
2. Caracterización sociodemográfica y de condiciones de salud en profundidad
a 100 mujeres víctimas en los ocho municipios de cobertura
3. Formación en herramientas de atención psicosocial a funcionarios públicos,
líderes de organizaciones de población desplazada e integrantes de ONG.
4. Caracterización y atención psicosocial a 1200 mujeres víctimas en los ocho
municipios de cobertura
El presente documento da cuenta de los productos finales esperados para el cierre
de los componentes 2. Caracterización sociodemográfica, 3. Formación y 4.
Caracterización y atención psicosocial, así como el resultado de la construcción de
insumos para la ruta de atención psicosocial en departamento, en el marco de la
segunda jornada de formación.
En la primera parte del informe se realizó una descripción del contexto
sociopolítico y los hechos de violencia que han ocurrido en el Departamento del
Cesar con el fin de hacer una lectura del escenario territorial y contextual
específico ya que, la postura psicosocial de la Corporación Vínculos invita a
adelantar acciones tendientes a integrar lo emocional y relacional desde una
comprensión del contexto socio-político, privilegiando las investigaciones referidas
a lo local y construyendo una mirada compleja sobre los efectos psicosociales del
desplazamiento y otros hechos violentos en las mujeres acordes al contexto y a
las situaciones específicas de afectación.
En un segundo momento del informe se presentan los resultados de la
caracterización sociodemográfica y de las condiciones de salud con enfoque
9
psicosocial, realizada a un grupo de 100 mujeres víctimas del conflicto armado del
departamento del Cesar. Esta caracterización más que un diagnóstico, favoreció y
complementó la comprensión de las condiciones de vida de las 1200 mujeres de
los ocho municipios del departamento del Cesar que hicieron parte del proyecto en
mención, y a su vez, se convirtió en el punto de partida para el proceso de
acompañamiento psicosocial.
En un tercer momento, este documento presenta los resultados de los procesos
de caracterización y atención psicosocial realizada a 1233 mujeres víctimas del
desplazamiento y la violencia llevado a cabo en los ocho municipios durante los
meses de agosto a noviembre. La información referente a la atención psicosocial
se divide en dos partes, haciendo diferencia en la descripción y el análisis de los
procesos de atención adelantados (dos o más encuentros) y la estrategia de
encuentros únicos y encuentros masivos de mujeres.
Esta información se complementa con el registro en cuatro tablas de información
cuantitativa detallada acerca del número de grupos, número de mujeres
participantes en cada grupo, entidad o persona remitente y total de atenciones
realizadas en los ocho municipios.
Es importante aclarar que el proceso de atención psicosocial de las mujeres desde
la metodología de la Corporación Vínculos (enfoque sistémico construccionista) es
un proceso recursivo que se va construyendo y retroalimentando
permanentemente; desde el primer momento del proyecto cuando se realizó el
mapeo de capacidades locales hasta cuando se realizaron los procesos de
atención a los grupos. En este orden de ideas, se entiende que la caracterización
y la atención son procesos articulados. De esta manera, fue necesario realizar la
caracterización psicosocial de la totalidad de los grupos de mujeres para así
identificar las afectaciones a nivel emocional, relacional y de sujeto de derechos, lo
cual permitió la construcción de un plan de acompañamiento que guía y responde
a la particularidad de cada uno de estos grupos para realizar los procesos de
atención.
La cuarta parte del informe incluye la descripción de la metodología de los
módulos y análisis de las conversaciones adelantadas en el marco de la segunda
jornada de Formación en Herramientas de Atención Psicosocial orientada a
funcionarios públicos, líderes de organizaciones de población víctima e integrantes
de ONG de los municipios que cubre el proyecto, realizada los días 1, 2 y 3 de
diciembre de 2010 en la ciudad de Valledupar. Además se registran tablas con
10
datos cuantitativos acerca de los participantes en la segunda jornada de
formación.
La quinta parte del informe da cuenta del resultado obtenido en el último día de la
jornada de formación orientado a la producción de insumos para la construcción
de la ruta de atención psicosocial del departamento del Cesar. Esta parte
comprende algunos elementos de contexto, la descripción de la metodología
empleada y las propuestas elaboradas por los participantes en el ejercicio.
Finalmente se presentan algunas reflexiones finales y recomendaciones sobre
todo el proceso adelantado en el marco del proyecto.
1. CONTEXTO SOCIOPOLÍTICO DEL DEPARTAMENTO DEL CESAR
La historia del Cesar, al igual que todos los departamentos del país, está
atravesada por la violencia social y política, por la disputa para el control territorial,
de recursos, rutas y de la población; y por la ―ausencia‖ del Estado frente a la
garantía y protección de los derechos fundamentales de las comunidades, en
contraste con su ―presencia‖ en situaciones que comprometen su participación u
omisión en los hechos de violencia perpetrada por los diferentes actores armados
que han operado en la zona.
Este departamento en los años 60 y 70 vivió una de las mayores bonanzas
algodoneras del país. Los cultivos de algodón llevaron a la región estabilidad
económica y social, haciendo emerger una clase compuesta por medianos
propietarios, los cuales se vieron afectados por la crisis en los precios en los años
80. Esta crisis desencadena una serie de problemas para los campesinos, quienes
no pudieron pagar sus deudas con los bancos, perdiendo sus fincas y reduciendo
en un 90% los empleos generados por esta actividad agrícola.
Durante los años 80 miles de labriegos se organizaron para protestar y pedir
ayuda al gobierno nacional como una búsqueda de solución a la grave crisis que
estaban viviendo. Sin embargo, las protestas y concentraciones, al igual que sus
dirigentes y líderes fueron señalados como guerrilleros por las clases dirigentes
del departamento, quienes vieron amenazada su estabilidad económica:
Antes que el progreso lo que llegó a la región, a los pocos días de acabado
el paro, fue la guerra sucia contra los principales líderes de la marcha. En la
11
puerta de su casa, fue asesinado José Francisco Ramírez, un abogado de
Valledupar, cuya autoría entonces los organizadores se la atribuyeron a
miembros del Ejército. También cayeron abaleados por desconocidos José
David López Teherán, Ovidio de la Hoz, un médico de apellido Villalba
(cuyo homicidio se dio luego de que volviera de Venezuela, donde estaba
exiliado), Víctor Ochoa, un militante del Partido Comunista y Víctor Mieles,
quien era sindicalista de Cicolac, empresa procesadora de leche de
Valledupar.
Esta situación de amenazas y asesinatos selectivos continuó durante la década
siguiente, lo cual llevó a muchos líderes sociales a abandonar la región, a exiliarse
o a ingresar a la clandestinidad para evitar ser asesinados. En los años 90, la
violencia se agudiza a partir de la proliferación de hechos de violencia:
En 1995, Aguachica, un municipio al sur del Cesar en límites entre
Santander y Bolívar, era una olla a presión. A medida que Eln secuestraba
y asesinaba, algunos ganaderos y finqueros empezaron a organizar
pequeños grupos de autodefensa. En el conflicto fueron asesinados dos
alcaldes y el gobierno tuvo que nombrar a un militar en el cargo.
En 1995, hace su aparición el grupo denominado ―Los Masetos‖, que comienzan a
asesinar campesinos en la zona como represalia por las acciones de la guerrilla.
Este grupo, según informes de derechos humanos de la época, actuó en
connivencia con hacendados, militares y organismos del Estado:
Según un informe de Human Rights Watch (HRW) de la época, una
investigación de la Policía concluyó que los paramilitares locales estaban
organizados por el mayor Lázaro Vergel. Según la declaración de un
comandante de la Policía de Aguachica, Lázaro le había dicho que iba a
"dar balín a unos pocos bandidos" activos en esa población, mencionados
en una lista negra que él había conformado. Según el reporte de HRW, el
mayor Lázaro alardeó del apoyo que recibía del DAS, de la Unidad Anti
Secuestro y Extorsión (UNASE), y de ganaderos locales, como la familia
Prada. El oficial policial denunciante había denunciado que el militar lo
había acusado de ser una amenaza potencial porque "no colaboraba con
las acciones que realizaban los paramilitares, y (había dicho) que
paramilitar que capturara lo dejaría en manos de la Fiscalía‖. (Abierta, 2010)
12
Durante el segundo lustro de la década de los años 90, esta región vive una grave
crisis humanitaria, no sólo por la confrontación entre grupos guerrilleros y
paramilitares, sino principalmente, debido a que en el plan de expansión de los
grupos paramilitares, el departamento del Cesar se convirtió en una de las zonas
de mayor interés por sus recursos y potencial económico para grupos económicos
de la región y para compañías multinacionales interesadas en la explotación de
minerales como el carbón. De ese modo, al lado del discurso antisubversivo, fue
expandiéndose una estrategia de terror y muerte para desplazar y despojar a los
campesinos de sus tierras, para posteriormente apropiárselas a partir de diversos
mecanismos: ―En La Jagua de Ibirico, los ‗paras‘ masacraron a 18 agricultores, se
apropiaron de tierras de muertos, con un notario y el Incoder, como cómplices y,
luego se las vendieron a las multinacionales del carbón‖ (Abierta, 2010)
Podría entonces afirmarse, que la mayor tragedia para los campesinos de esta
región del país, comienza con la lucha por tierra y su adjudicación en los años 90
por el Incora ―En 1990, por la falta de tierra y de oportunidades, nos juntamos con
varios compañeros para invadir la hacienda Mechoacán en La Jagua―, le contó a
VerdadAbierta.com Ulises Daza, un campesino analfabeta que hoy sobrevive en
Bosconia. Después de varios años de ocupación, el 3 de agosto de 1994 el Incora
adquirió las 4.700 hectáreas de Mechoacán por 716 millones de pesos, que
repartió entre 133 familias de campesinos sin tierra‖ (Abierta, 2010)
Después de esta primera adjudicación, en el año 1997, el Incora entrega otras
1300 hectáreas de la finca El Prado a 51 familias, declarando a los campesinos
como sujetos de reforma agraria, a través de la ley 160, la cual prohíbe su venta
antes de doce años (Abierta, 2010). Sin embargo, esta tierra ya había sido
―escogida‖ por los grupos paramilitares por su potencial minero:
Por esas tierras, en cuyas entrañas hay millones de toneladas de carbón,
los paramilitares del Bloque Norte de Rodrigo Tovar Pupo, alias ‗Jorge 40‘,
asesinaron a 18 campesinos, desplazaron a muchos más y arrasaron a las
dos comunidades de Mechoacán y de El Prado.
Los ‗paras‘ crearon un ambiente de zozobra y terror generalizado para
sacarlos y robarles las tierras‖ le dijo a VerdadAbierta.com un investigador
judicial que lleva varios años siguiendo el caso de El Prado y Mechoacán.
(Abierta, 2010)
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1.1. El terror y la muerte: despojo de tierras, desplazamiento y barbarie
A mitad de los años 90, los grupos paramilitares se empiezan a consolidar en la
región. Lo que comenzó como una estrategia de ―seguridad‖ financiada por los
ganaderos y hacendados para protegerse del secuestro, la extorsión y el voleteo
por parte de la guerrilla, principalmente del ELN, se convirtió en una de las
grandes tragedias humanas que ha vivido Colombia en los últimos 20 años.
Varios ganaderos consultados por VerdadAbierta.com aseguran que el llamado a
los Castaño fue desesperado. Uno de ellos dijo que ―el valor que (las Auc) estaban
cobrando era inferior a lo que cobraba la guerrilla, y de pronto por eso hubo
personas de Valledupar que se metieron en eso y eran conocidos de toda la
sociedad vallenata.‖ Otro ganadero le dijo a VerdadAbierta.com que ―cuando (los
paramilitares) llegaron a Cesar, lo hicieron casi aplaudidos, porque ante la falta de
un Estado que te defendiera y muriera por los ciudadanos, ellos fueron
bienvenidos‖ (Abierta, 2010).
Inicialmente, las Convivir permitieron que estos grupos se insertaran en la
dinámica de seguridad de la región, como la Gnecco, con el desarrollo de otras
estrategias menos encubiertas ―legalmente‖ como lo relata el mismo Mancuso ―allí
existían pequeños grupos de autodefensa como las Autodefensas del Sur del
Cesar, comandadas por ‗Juancho Prada‘ que tenían su radio de influencia en San
Martín, San Alberto, Ocaña, Aguachica, Rio de Oro y Ábrego, entre otros
municipios‖ (Abierta, 2010)
La estrategia de guerra era simple: entrar a la región con el respaldo de los
hacendados, contando además con su financiamiento y sumado a esto, consolidar
su poder a través de las Convivir, y de la proliferación de pequeños ejércitos
privados. La forma de ―legitimación‖ como el punto de articulación entre lo militar y
la búsqueda del control social de la población, se dio a partir de efectuar
asesinatos selectivos y golpes en contra de la guerrilla:
‗Jorge 40‘ cuenta también en su libro que su primer operativo con Mancuso
fue la liberación en Chivolo, Magdalena, de dos ganaderos de la familia
Botero secuestrados por el Eln. Esta familia está asociada a dos Convivir, la
Guayacanes con ‗Chepe‘ Barrera, y la ‗Nueva Esperanza‘ montada en
Bolívar en llave con Héctor Julio Alfonso Pastrana, el ya fallecido esposo de
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Enilce López, la empresaria del chance detenida, conocida como ‗La Gata
(Abierta, 2010).
Ya en el año 96, con la consolidación del poder militar se busca el control de los
demás grupos armados que operan en la zona bajo el poder de Carlos Castaño,
centralizado en las Autodefensas Campesinas de Córdoba y Urabá ACCU.
Toda esta violencia paramilitar y la que siguió después —y que dejó miles
de víctimas, despojados y más miseria de la que nunca se había visto en
Cesar – se hizo en nombre de la lucha contra el secuestro y la despiadada
violencia guerrillera. No obstante, con la ofensiva de ‗Jorge 40‘ no bajó el
secuestro, sino que éste empeoró (Abierta, 2010).
La estrategia antisubversiva, auspiciada tanto por el Estado a través de las
Convivir y de la participación de organismos de seguridad y de militares en la
violencia, como por los mismos ganaderos de la región, se convirtió en un
problema mayor para los habitantes del Cesar:
Así de 86 personas que secuestraron las guerrillas en 1996, se pasó a 138
secuestrados en 1997, y 324 en 1998, algunos de éstos secuestros a
manos de los mismos ‗paras‘. Las masacres, que según han dicho y
repetido los paramilitares desmovilizados que han confesado ante Justicia y
Paz, fueron la justificación de la lucha antiguerrillera, también se dispararon
al tiempo con los secuestros y solo entre 2000 y 2009 hubo 123 masacres
en las que fueron asesinadas 605 personas, y más de 154.000 campesinos
tuvieron que huir de sus tierras para salvar sus vidas. El remedio que unos
creyeron sería la solución a sus males no sólo no acabó con ellos, sino que
resultó peor que la enfermedad (Abierta, 2010).
1.2. Masacres, homicidios y desplazamiento: Agustín Codazzi, Bosconia, La
Jagua, Pelaya, San Diego, Astrea, Chimichagua y Valledupar.
15
Mapa del Cesar
Identificación de municipios – Caracterización Psicosocial
Fuente:
http://www.verdadabierta.com/gran_especial/cesar_magdalena/home.html
Con el objeto de precisar la información respecto a los grupos que participaron en
la caracterización psicosocial, y para fines del análisis, a continuación se
presentan las cifras relacionadas con los municipios de: Agustín Codazzí,
Bosconia, Jagua, Pelaya, San Diego, Astrea, Chimichagua y Valledupar:
De estos ocho municipios que hacen parte del proceso de caracterización
psicosocial, fueron desplazadas 85.932 personas según información de la Oficina
Asesora de Paz del Cesar. Como aparece en el gráfico, uno de los municipios más
afectados por el desplazamiento fue Valledupar, Agustín Codazzi y la Jagua de
Ibirico. Aquí llama la atención el caso de Agustín Codazzi de donde fueron
desplazadas 23.365 personas de un municipio donde su población alcanza sólo
54.396 personas.
16
0 50.000 100.000 150.000 200.000 250.000 300.000 350.000 400.000
Valledupar
Agustín codazzi
La Jagua de Ibirico
San Diego
Pelaya
Bosconia
Astrea
Chimichagua
Valledupar Agustín codazziLa Jagua de
IbiricoSan Diego Pelaya Bosconia Astrea Chimichagua
Población Desplazada Recepcionada 65.391 13.238 2.428 3.649 2.760 5.352 643 430
Población Desplazada Expulsada 37.391 23.365 8.383 6.333 5.458 5.002 3.371 2.576
Total Población 372.096 54.396 22.381 13.785 17.039 31.424 18.073 31.086
Municipio por población desplazada expulsada y recepcionadaDepartamento del Cesar
Fuente: Oficina Asesora de Paz; Gobernación de Cesar, 2010.
No obstante, la estrategia no se centró en el desplazamiento de personas y
comunidades. La estrategia paramilitar generó además del desplazamiento, 3.032
muertos en estos ocho municipios durante el año 2000 al 2009, según cifras del
portal Verdad Abierta; el mayor número de homicidios se presentó en Valledupar
con 1.744 seguido de Agustín Codazzi con 519, Bosconia con 251 y la Jagua de
Ibirico con 175, tal como lo señala el grafico:
0
5.000
10.000
15.000
20.000
25.000
30.000
35.000
40.000
Valledupar Agustín codazzi
La Jagua de Ibirico
San Diego Pelaya Bosconia Astrea Chimichagua
Población Desplazada Expulsada 37.391 23.365 8.383 6.333 5.458 5.002 3.371 2.576
Homicidios 1744 519 175 142 96 251 51 54
Masacres 20 10 1 7 1 1
Víctimas identificadas en procesos de Justicia y Paz - Bloque Norte AUC 2.491 2.181 1.705 622 903 1.623 466 402
Población desplazada, Homicidios, Masacres y Victimas proceso de Justicia y Paz
Fuente: Gráfico construido a partir de la información de la Oficina Asesora de Paz
de la Gobernación del Cesar con los datos del portal verdadabierta.com. Los datos
de las masacres se toma del portal verdadabierta.com, entre el periodo de 1.990 al
17
2010. Los datos de los homicidios se toma del portal verdadabierta.com entre el
periodo 2.000 al 2.009.
Los datos de víctimas identificadas del proceso de justicia y paz y de población
desplazada, son tomados de la Oficina de Paz de la Gobernación del Cesar.
Lo que se resalta de la línea del tiempo, respecto a los homicidios, es que entre el
año 2000 al 2003 se concentraron los mayores índices, dándose una reducción de
la curva después del año 2005:
68
129
114
49 48
27
18
33
18 15
40 39
61
41
2015
4
1410 7
12
36
58
1014
612
24
2 1
2000 2001 2002 2003 2004 2005 2006 2007 2008 2009
Agustín codazzi Bosconia La Jagua de Ibirico
68
129
114
49 48
27
18
33
18 15
40 39
61
41
2015
4
1410 7
12
36
58
1014
612
24
2 1
2000 2001 2002 2003 2004 2005 2006 2007 2008 2009
Agustín codazzi Bosconia La Jagua de Ibirico
18
Fuente: Graficas elaboradas con la información del portal: verdadabierta.con
Frente a las Masacres perpetuadas por los grupos armados, principalmente por
los grupos paramilitares, la siguiente línea del tiempo permite visibilizar en parte la
intensidad de los hechos, lo cual pretende mostrar de alguna manera, la
concatenación de eventos por los cuales han atravesado las personas y familias
que han sido víctimas de la violencia en los últimos años:
1996 1998 1999 2000 2001 2002 2002
Va
lled
up
ar
Fecha: Noviembre 24 de
1996 Nombre
de la masacre
: Mariang
ola Descripc
ión: Miembros de las autodefe
nsas asesinar
on a siete
campesi
Fecha: Junio 20 de 1998 Nombre
de la masacre
: Villa Germani
a
Más de 80
hombres entraron
al corregimiento de
Villa Germania, donde
Diciembre 12 de
1999 Nombre
de la masacre: Puente
La Honda
Descripción: Un nutrido
grupo de hombres
de las autodefensas al mando de alias
‗El
Octubre 17 de 2000
Nombre de la masacre: Río Seco
Descripción:
Paramilitares
ingresaron al
corregimiento de Río
Seco, donde
sacaron a la gente de sus casas y acuchillaron
a tres
Enero 13 de 2001
Nombre de la masacre:
Barrio Futuro de los Niños Descripción: 10 personas
fueron asesinadas
en plena ciudad por los paramilitares
124
197
347
288
203163
81
152
10386
2000 2001 2002 2003 2004 2005 2006 2007 2008 2009
Valledupar
Valledupar
19
nos en el corregimiento de Mariangola, al
norte de Valledup
ar.
asesinaron a siete
personas.
Tigre‘, instalaro
n un retén.
Allí asesinar
on a nueve
personas.
personas.
Octubre 26 de 2000
Nombre de la masacre:
Canaima Descripción
: Seis personas
fueron asesinadas
con machetes
en Camperuch
o por un grupo de 20 hombres de
las autodefens
as.
Ag
ustín
cod
azzi
Agosto 21 de 1999
Nombre de la
masacre:
Casacara 1
Descripción: 20
hombres fuerteme
nte armados
y uniforma
dos retuviero
n, amarraron y se
Febrero 6 de 2000
Nombre de la masacre:
Cerro Redondo
Descripción: En la vereda Cerro
Redondo incursionar
on 50 paramilitares quienes
reunieron a los
habitantes en la
plazoleta y con lista en
mano
Abril 5 de 2001
Nombre de la masacre: Codazzi
Descripción: Cinco
personas fueron
asesinadas en el casco urbano de
Codazzi por un grupo de
hombres armados que llegaron a la heladería ―La
U‖ y dispararon
indiscriminadamente. Las
20
llevaron consigo
a las seis
víctimas: Beilly
Herrera, Nicolás
Delgado; Domingo
Abad Tapias; Eloina Arias; Ángel
Joaquín Quintero; Nelson Román
Fuentes.
Septiembre 21
de 1999 Nombre
de la masacre: Carrizal Descripción: Un grupo
armado incursionó en la vereda
Carrizal, y
asesinaropn a sesi
personas: Ángel Joaquín Quintero Sandova
ajusticiaron a cinco
personas.
Marzo 9 de 2000
Nombre de la masacre: Funcionario
del CTI Descripción
: La comisión de
siete investigadores del CTI
fue interceptad
a por un grupo de 40 hombres de
las Auc. Los
hicieron bajar del vehículo,
los amarraron
y los asesinaron.
Los cuerpos de
los siete investigadores aún no aparecen. Estas son
las víctimas:
Mario Abel Anillo, Danilo Javier
Carrera, Hugo
víctimas fueron
identificadas como: Otoniel Flórez Julio; Fernel Florez Julio; Emel
Rangel Bacca; Luis
Alfredo Duarte Y Jose
De Jesus García Rico.
Abril 22 de
2001 Nombre de la
masacre: Sicarare
Descripción: En la vía entre el ingenio
Sicarare y la Serranía del
Perijá, un grupo de
paramilitares detuvo varios vehículos y
con una lista seleccionaron
a cinco personas que asesinaron al borde de la carretera:
Jorge Alberto Socarras de
17 años; Felipe
Castillo, jornalero de
65 años; Armando
21
l, Nelson Román Fuentes Zuleta, Dailin
Herrera Quintero, Nicolás Delgado Santiago
, Domingo
Abad Tapias Gómez, Eloina Arias
Bayona
Alberto Quintero, Edilberto Lineros Correa,
Jaime Elías Barros Ovalle,
Israel Roca y Carlos Arturo Ibarra Bernal.
Mayo 18 de
2000 Nombre de la masacre: Casacara 2 y Edilson
Julio Galvis.
Descripción: En la vía
entre Becerril y el corregimien
to de Casacara,
un grupo de paramilitares instalaron un retén y asesinaron
a cinco personas:
William Enrique
Ríos, Ángel María, Ciro
Alfonso Guerrero,
Oscar Enrique Yance
Ochoa García,
cotero; Omar Alfonso
Guerrero, agricultor de
36 años y Eduardo
Peinado de 34 años.
Mayo 19 de
2001 Nombre de la
masacre: Codazzi
Descripción: Entre Codazzi y Becerril, un grupo de las
autodefensas, asesinó a
cinco personas:
Edwin Enrique Rozo Día z de 17 años; Luis
Rodríguez, de 30 años; José
Eduardo Rodríguez, de
50 años; Mildred Del
Carmen Correa
Acosta, de 32 años y un N.N. de género
masculino
22
Noviembre 10 de 2000 Nombre de la masacre:
La Katia Descripción
: Desconocid
os asesinaron a William Bustos
Perdomo, Jorge
Eliecer Ospina, Wilmer Ospina.
La
Jag
ua d
e I
biric
o
abril 16 de 2002 La
Jagua un
grupo arma
do asesino a cinco personas
julio 20 de 2002 La
Jagua Un
grupo arma
do asesino a
nueve personas
Sa
n D
ieg
o
Fecha: septiembre 15 de
1996 Nombre
de la masacre
: San Diego Los
paramilit
agosto 7 de 2000 Los
Brasiles A media
noche, un grupo de
aproximadamente 50 hombres armados,
mayo 30 de 2001
San Diego Hombres armados
asesinaron a ocho
miembros de la familia
Reyes, entre ellos un niño
23
ares asesinaron a 31 campesi
nos
incursionó en la
parcelación de la
Hacienda el Toco y
asesinaron a ocho
campesinos y
pescadores
de cinco años A
str
ea
enero 28 de 2000 Santa Cecilia En el
corregimiento de Santa Cecilia, las
AUC asesinaron
a 12 personas, quienes fueron
sacadas de sus casas amarradas
y posteriorme
nte ejecutadas en una de las calles
de la población
Fuente: tabla elaborada con información del portal: verdadabierta.com
El número de masacres en el Cesar entre el año 2000 y 2009 asciende a 123,
donde fueron asesinadas 605 personas (Abierta, 2010). Este hecho muestra lo
que significó la avanzada paramilitar, el despojo de tierras y la llegada de
Empresas Multinacionales a la región. Pese a que algunas tierras habían sido
adjudicadas a través del Incora por la ley 160 a los campesinos, se llevo a cabo el
24
despojo y la legalización de los predios a manos de terratenientes que
posteriormente los vendieron a empresas como la Drummond y Pordeco:
Después de haberse tomado las tierras de Mechoacán y El Prado, los
presuntos testaferros de los paramilitares y varios políticos negociaron los
predios usurpados con las multinacionales Prodeco y Drummond. Hoy
buena parte de esas tierras son devoradas por enormes volquetas y
retroexcavadores gigantes que explotan el carbón. Las medidas de
protección llegaron demasiado tarde, cuando algunos de estos predios ya
estaban siendo explotados por las mineras (Abierta, 2010).
De otro lado, el impacto ambiental es de graves proporciones, puesto que además
se está atentado contra las reservas de agua y se está poniendo en riesgo el
potencial hidrográfico de la región:
Este conjunto de ciénagas del Caribe son reservorios de agua en los
periodos críticos de inundaciones –frecuentes en la zona– y se encargan de
devolverle dicha agua a la atmósfera, provocando así que el capital natural
hídrico se recargue. En ese sentido, Rangel argumenta que es fundamental
entenderlo como un problema económico. ―Necesitamos esos espejos de
agua y esas reservas para que continúen los procesos hidrológicos
ineludibles para cualquier explotación económica‖. En la Costa Caribe
también son importantes el conjunto de ciénagas de Zapatosa, el cuerpo de
agua dulce más extenso del país, en el Departamento del Cesar. ―Es una
joya en cuanto a su diversidad, y también es prioridad repensar su futuro‖,
asegura el biólogo de la UN. (Semana, 2009)
En síntesis, el contexto social y político que permite hacer una aproximación a la
situación de las victimas en este departamento, evidencia un escenario social y
político marcado por las pérdidas de vidas, de bienes y de la tierra, aunado a una
serie de dispositivos sociales que van a medida que pasa el tiempo, encuadrando
a la población desplazada, a las mujeres víctimas en una especie de ruta marcada
por una espiral que inicia con la indignación por lo sucedido, y que continua con la
estabilización de la situación, a través de su emplazamiento social y territorial:
Numerosas poblaciones campesinas y pesqueras de los municipios de
Chiriguaná, La Jagua de Ibírico, El Paso y Becerril perdieron sus economías
tradicionales, su esencia, y ahora están sitiadas por las minas. Hace unos
años las compañías carboníferas prometieron reubicar algunos caseríos
25
pobres, los que terminarán enterrados por los montes artificiales, pero
dieron largas a los habitantes, les tomaron el pelo y con el paso del tiempo
quebraron su unidad. Con ello lograron que muchas familias desesperadas
por vivir en medio de un infierno, se conformen ahora con recibir una
indemnización y partan por su cuenta hacia otro lugar, a sabiendas de que
perderán sus raíces, los vecinos de toda la vida, sus recuerdos.
(Hernández, 2010)
Como ya se mencionó, la estrategia de los grupos paramilitares en confluencia
con intereses de tipo económico y político, buscando la estabilización y
consolidación de un modelo de desarrollo caracterizado entre otros aspectos, por
la expropiación, explotación y saqueo de recursos principalmente por elites
locales, regionales y nacionales, al lado de Compañías Multinacionales, generó en
el departamento graves problemas psicosociales como:
El despojo de tierras de miles de campesinos y su emplazamiento
social y territorial a cordones de miseria de ciudades intermedias o
grandes ciudades,
La pérdida de un sinnúmero de vidas quebrando la estabilidad social
y emocional no sólo las familias, sino de proyectos colectivos de vida
y de formas de ser y estar en el mundo, como es la vida campesina
y comunitaria de áreas rurales y de pequeños municipios del país,
La generación de un escenario emocional donde el dolor se vuelve
crónico, y termina instalándose en la propia vida, porque no sólo es
un dolor ante el hecho violento, sino ante la falta de una respuesta
del Estado y de la Sociedad que indique que ―nunca debió ocurrir lo
que paso‖ y señale, juzgue a los responsables, repare los daños y
devuelva el buen nombre a las víctimas y a sus familias,
El miedo, el silencio y la incertidumbre como marcadores de
contexto, y como dispositivos que articulan ese mundo social
excluyente con la propia vida y la propia historia. El miedo porque el
conflicto no cesa, por la presencia de actores armados tantos en la
esfera pública como en la clandestinidad, vigilantes del nuevo orden
social; el silencio que actúa como forma de protección, pero que al
tiempo neutraliza, y reifica el mundo social en dos, donde hay
bandos, donde siempre hay un enemigo, donde siempre se tiene
que ―saber‖ con quien hablar, cuando, donde y ―saber‖ donde
movilizarse. La incertidumbre por el pasado que no cesa, por el
presente que agrede y revictimiza y por el futuro para sí mismo y
26
para los hijos, los nietos a quienes ya no hay nada que ofrecer, en
ocasiones, ni un techo, ni comida, ni posibilidades de estudio, ni un
empleo. El ―nuevo‖ orden, esta nueva realidad a la que las personas
y comunidades se tienen que ―adaptar‖ genera dentro de la
incertidumbre, la certeza de los hechos materiales que al negar la
posibilidad de una vida digna, ―normalizan‖ las condiciones de
miseria en que viven y nacen las nuevas generaciones.
Ser víctima en un escenario de incertidumbre, miedo, silencio y re
victimización, conlleva además la rotulación, la estigmatización, y los
señalamientos que en lo cotidiano se hacen sobre la población
desplazada: ―esta es una población que bueno, está bien que
sufrieron flagelos por la violencia; pero muchos de ellos en su
comportamiento son agresivos, anticívicos, en contra de lo que está
disponible para ellos, si ellos ven la posibilidad de dañar una silla, la
dañan, los baños los dejan terribles, no les dan bueno uso a las
cosas, si quieren patear esa puerta la patean y lo que puede ser más
grave, se pierde la esperanza, como la espera” (Público, 2010)
2. CARACTERIZACIÓN SOCIODEMOGRÁFICA Y DE LAS CONDICIONES DE
SALUD – CON ENFOQUE PSICOSOCIAL EN MUJERES VÍCTIMAS DEL
CONFLICTO ARMADO
2.1. Metodología utilizada para el análisis
2.1.1. Tipo de estudio
El estudio por sus características corresponde a un estudio descriptivo de
corte.
2.1.2. Población del estudio
La población estudiada corresponde a un grupo piloto de 100 mujeres y sus
familias. De ellas se encuentran mujeres de los ocho municipios de trabajo:
Valledupar, Agustín Codazzi, Bosconia, Chimichagua, La Jagua de Ibirico,
San Diego, Astrea y Pelaya.
2.1.3. Instrumentos utilizados
Para la recolección de la información se diseñaron y aplicaron tres
instrumentos:
27
- Encuesta socio demográfica: donde se recogió la información pertinente
de los hogares como: número de miembros del hogar, edades, nivel de
escolaridad, ocupación, inserción socio laboral, nivel de SISBEN,
aseguramiento en salud, pensiones y riesgos profesionales, ingresos,
aporte al hogar, entre otros (ver anexo No1). La unidad de análisis
considerada fue hogar, el cual se definió como los que viven bajo el
mismo techo y comen de la misma olla.
- Caracterización de la vivienda: recogía información relacionada con
tenencia de la vivienda, materiales de construcción, acceso a servicios
públicos, estrato socioeconómico, ubicación de la vivienda, número de
cuartos. Se diligencio para cada uno de los hogares.
- Caracterización de las redes de apoyo: Se pregunta por el apoyo
recibido -por parte de las víctimas- de diferentes actores institucionales,
familiares y sociales; así como la percepción que tienen de los mismos.
Para esta última se usó una escala de Likert.
2.1.4. Proceso de recolección de la información
Para el proceso de recolección de la información se realizaron las
siguientes acciones:
1- Estandarización de los tres instrumentos cuantitativos y el
instrumento cualitativo. Los instrumentos en conjunto fueron
aplicados por un equipo de 4 sicólogas –todas ellas mujeres-, dos del
Departamento de Cesar y dos de la ciudad de Bogotá, previó a un
proceso de estandarización realizado por personas con experiencia
previa en la aplicación de los mismos.
2- Se contactó a las mujeres inicialmente por vía telefónica o a través
de sus organizaciones, algunas mujeres fueron contactadas con
apoyo de otras mujeres quienes igualmente eran víctimas. En esta
comunicación se aclaró en qué consistía el trabajo a realizar, donde
se realizaría y la autonomía para decidir participar o no en el
proceso.
28
3- En las diferentes ciudades se realizó una reunión inicial donde se
estableció contacto con las mujeres y se construyeron los primeros
lazos de confianza.
4- Durante las reuniones con las mujeres citadas, inicialmente se
presentaba el equipo responsable de la valoración, se explicaba el
proceso a desarrollar, se reiteraba la autonomía de las mujeres para
decidir su participación (o no). Posteriormente se realizaban los
talleres de caracterización psicosocial y se diligenciaban los
formularios para la caracterización de los determinantes de la salud
5- Una vez recolectada la información, los instrumentos fueron
revisados colectivamente para identificar inconsistencias en el
proceso de diligenciamiento de los mismos.
2.1.5. Operacionalización de las variables
A continuación se presenta en la siguiente tabla las variables utilizadas, su
indicador, tipo y nivel de medición.
Tabla No 1
Operacionalización de variables
VARIABLE INDICADOR TIPO NIVEL DE MEDICIO
N
1. Edad
Años cumplidos Cuantitativo
Razón
2. sexo
A. Femenino B. Masculino
Cualitativo
Nominal
3. Núcleo familiar
Se considero núcleo a familias nucleares que vivieran en el hogar
Cualitativo
Nominal
4. Estado de unión de la pareja
A. Casado B. Soltero C. Viudo D. Separado E. Unión libre F. Divorciado G. No informa
Cualitativo
Nominal
5. Años de unión de la pareja
Años cumplidos
Cuantitativa
Razón
6. Jefatura de la familia
A. Si B. No
Cualitativo
Nominal
7. Asistencia a la escuela
A. Si B. No
Cualitativo
Nominal
29
VARIABLE INDICADOR TIPO NIVEL DE MEDICIO
N
8. Nivel de escolaridad
A. Analfabeta B. Lee y escribe C. Primaria incompleta D. Primaria completa E. Secundaria incompleta F. Secundaria completa G. Carrera tecnológica H. Carrera Profesional I. Postgrado J. No Informa
Cualitativa
Ordinal
9. Afiliación al régimen de seguridad social en salud
A. PPNA B. Régimen subsidiado C. Régimen contributivo D. Régimen especiales E. Prepaga F. Otro
Cualitativa
Nominal
10. Afiliación a pensiones
A. Si B. No C. No sabe no responde
Cualitativa
Nominal
11. Afiliación a ARP
A Si B. No C. No sabe no responde
Cualitativa
Nominal
12. Nivel de SISBEN
Según nivel de SISBEN Cualitativa
Ordinal
13. Discapacidad Valora el tipo de discapacidad que se podía encontrar
Cualitativa
Nominal
14. Posición socio ocupacional
A. No trabaja y no busca trabajo B. Cuidado del Hogar C. Desempleado (Busca Trabajo) D. Trabajador Dependiente E. Trabajador Independiente F. Empleador o Copropietario G. Trabajador. Familiar No Remunerad H. Servicio Doméstico I. No informa
Cualitativa
Nominal
15. Tipo de contrato
A. Térm. Indefinido o mayor a un año B. 2. Mayor a 3 meses y hasta 1 año. C. 3. Hasta 3 meses o periodo de
prueba D. 4. Prestación de servicios u
honorarios
Cualitativa
Nominal
30
VARIABLE INDICADOR TIPO NIVEL DE MEDICIO
N
E. 5. Por tarea o producción F. 6. Otro G. 0. No Informa o No Aplica
16. Actividad económica
A. Agricultura B. Ganadería C. Artesanía D. Otras Manufacturas E. Comercio F. Administración G. Transporte H. Venta de comidas I. Otros Servicios J. Construcción K. Agroindustria L. Otras Industrias M. Otra actividad N. No Informa
Cualitativa
Nominal
17. Sitio de trabajo
A. 1. Establecimiento B. 2. Vivienda C. 3. Espacio Público D. 4. Agro E. 5. Otro F. 0. No Informa
Cualitativa
Nominal
18. Nivel de ingreso
A. Menos de 300 B. B. 301 a 500 C. C. 501 a 1000 D. D. 1000+ a 1500 E. E. 1500+ a 2000 F. F. Más de 2000
Cuantitativa
Razón
19. Diagnóstico Se clasificaron los diagnósticos de acuerdo al CIE 10
Cualitativa
Nominal
20. No de hijos Número de hijos vivos Cuantitativa
Razón
21. Realización de citología
A. Si B. No
Cualitativa
Nominal
22. Tiempo desde la última citología
A. Menos de un año B. Entre uno y tres años C. Más de tres años
Cuantitativa
Razón
23. Gestación A. Si B. No
Cualitativa
Nominal
24. Planificación A. Sí Cualitativ Nominal
31
VARIABLE INDICADOR TIPO NIVEL DE MEDICIO
N
familiar B. No a
25. Asistencia a CPN
A. Sí B. No
Cualitativa
Nominal
26. Ubicación de la vivienda
A. Urbana B. Rural disperso C. Rural caserío
Cualitativa
Nominal
27. Tipo de vivienda
A. Unifamiliar B. Bifamiliar C. Propiedad horizontal D. Cuartos E. Hotel F. Vivienda móvil G. Inquilinato H. Refugio
Cualitativa
Nominal
28. Estrato socioeconómico
Según estrato del 1 al 6 Cualitativa
Ordinal
29. Tenencia de la vivienda
A. Propia B. Arriendo C. Vivienda familiar D. Secuestre E. Posesión de hecho F. Sucesión G. Ocupante transitorio H. NS
Cualitativa
Nominal
30. Hipoteca de la vivienda
A. Si B. No C. NS/ NR
Cualitativa
Nominal
31. Usos de la vivienda
A. Vivienda familiar B. Inquilinato C. Tienda D. Taller artesanal E. Restaurante F. Otros negocios G. Restaurante H. Hogar comunitario
Cualitativa
Nominal
32. Materiales del piso
De acuerdo a los materiales usados Cualitativa
Nominal
33. Materiales de las paredes
De acuerdo a los materiales usados Cualitativa
Nominal
34. Fuente de A. Acueducto Cualitativ Nominal
32
VARIABLE INDICADOR TIPO NIVEL DE MEDICIO
N
agua B. Pozo C. Rio D. Carro tanque E. Otro
a
35. Servicio sanitario
A. Ninguna B. Letrina C. Tasa campesina D. Inodoro E. Otro
Cualitativa
Nominal
36. Disposición de excretas
A. Al aire libre B. Acequia C. Poso séptico D. Alcantarillado
Cualitativa
Nominal
37. Disposición de basuras
A. Al aire libre B. Quema C. Enterramiento D. Servicio de recolección E. Otro
Cualitativa
Nominal
38. Tipo de acueducto
A. Comunal B. Domiciliario
Cualitativa
Nominal
39. Energía eléctrica
A. Si B. No
Cualitativa
Nominal
40. Combustible para cocinar
A. Leña B. Gas propano C. Gas natural D. Otros combustible E. Electricidad
Cualitativa
Nominal
41. Comunicaciones
A. Teléfono B. Radio C. TV D. Cable E. Computador F. Internet
Cualitativa
Nominal
2.1.6. Análisis de los datos
La información obtenida se codifico y posteriormente se manejo mediante dos
bases de datos desarrolladas en excel. La primera BD correspondió a los
instrumentos socio-demográficos y la segunda a las condiciones y características
33
de las viviendas de las mujeres víctimas y la percepción de ellas sobre el apoyo
recibido frente a los hechos violentos de los cuales fueron víctimas, así como la
percepción que tienen de las organizaciones estatales y sociales.
Para el análisis de los datos se contó con un plan de análisis uni y bivariado, las
tablas y los gráficos se realizaron con ayuda de Epi info 3,5 y las pirámides
poblacionales se construyeron en Epidat 3,1.
2.2. Resultados
2.2.1. Características generales de las mujeres y sus familias
2.2.1.1. Descripción general de la población
En los 8 municipios fueron entrevistadas un total de 100 mujeres víctimas del
conflicto armado, ellas respondieron completamente la información
sociodemográfica.1
La distribución de las mujeres victimas según municipio fue:
Tabla No 2
Distribución de las mujeres grupo piloto, según municipio de residencia.
Cesar, 2010
Municipio No
Mujeres
Astrea 3
Bosconia 13
Chimichagua 11
Codazzi 14
La Jagua 17
Pelaya 14
San Diego 8
Valledupar 20
Total 100
1 La información sobre vivienda y redes de apoyo solo fue diligenciada por 98 mujeres.
34
El total de las mujeres y sus núcleos familiares corresponde a 537 personas, de
ellas el 44,4% eran hombres y el 55,6% a mujeres; con un promedio de edad de
23,5 años y una desviación estándar de 18,5 años. La edad máxima fue de 91
años.
El total de hombres fue de 238, con una edad promedio de 20,9 y una desviación
estándar de 16,8 años; la moda fue de 14 años; el total de mujeres fue de 298
mujeres con una desviación estándar de 19,5 años y una moda de 16 años. El
índice de masculinidad es de 0,8, es decir por cada mujer hay 0,8 hombres.
De acuerdo a la estructura poblacional (gráfica No 1) encontramos una base muy
ancha y una punta más delgada, hablándonos de una estructura de población
pobre, que aún se encuentra en el primer momento de transición demográfica2.
Gráfica No 1
Pirámide poblacional, grupo piloto 100 mujeres y sus hogares, Cesar
2010
Según las entrevistas el 69.8% de la población correspondían a víctimas directas
de hechos de violencia, el 17,1% eran victimas indirectas, el 9,7% no respondieron
y el 3,2% no aplicaban (gráfica No 2) 2 Primer momento de transición demográfica hace referencia a la persistencia de altas tasas de
natalidad, generalmente acompañado con una disminución leve de la mortalidad infantil.
35
Gráfica No 2
Distribución de la población según tipo de víctima. Grupo piloto
Cesar, 2010
2.2.1.2. Características de los hogares
El total de personas (n=537), pertenecientes a 100 hogares3, hacen parte de 117
núcleos familiares, es decir en cada hogar hay en promedio 1,15 núcleos
familiares. De ellos el 56,5% de los hogares cuentan con jefatura femenina y el
43,5% con jefatura masculina. Del total de hogares el 92% tienen un núcleo
familiar, el 7% dos y el 1% tres núcleos familiares. En promedio cada hogar cuenta
con 5,37 personas; el rango oscila entre hogares con una persona hasta hogares
con 12 personas.
2.2.1.3. Estado Civil
De la población mayor de 2 años (n=355) se encontró que la mayor proporción se
encuentran solteros y solteras, seguido de personas en unión libre, separados y
casados (gráfica No 3)
3 Para este proceso se definió hogar como el grupo de personas que viven bajo el mismo techo y
comen de la misma olla.
36
Gráfica No 3
Distribución de la población mayor de 12 años según estado civil. Grupo
piloto. Cesar, 2010
Para las parejas con alguna forma de unión –casados o unión libre- el promedio
de años de duración de la unión es de 11,9 años, con un mínimo de un mes y un
máximo de 60 años, con una desviación estándar de 11,6 años. Según el tiempo
de duración de la unión el 6,3% tenían menos de un año, el 29,2% entre 1 y 5
años, el 21,5% entre 6 y 10 años y 40,3% más de 10 años de unión (n=144 y en
2,8% de los casos no se respondió).
2.2.1.4. Nivel de Escolaridad
Entre las personas mayores de 15 años y más (n=323), se encontró que el 11,5%
eran analfabetas, donde la mayoría correspondían a los hombres entre quienes el
analfabetismo alcanza el 15,6% en tanto que entre las mujeres es de 8,6%. En
general el nivel de educación alcanzado es bajo, pues el 70,5 no llega a
secundaria. Así mismo llama la atención que entre los hombres el nivel de
escolaridad máximo logrado es de tecnología incompleta, mientras que algunas de
las mujeres alcanzaron nivel profesional (gráfica No4). Estos datos muestran que
los niveles de analfabetismo son mayores que el promedio nacional (10%) y el
mayor nivel de escolaridad alcanzado por las mujeres muestra un comportamiento
similar a las tendencias del país.
37
Gráfica No 4
Nivel de escolaridad alcanzado según sexo. Grupo piloto. Cesar, 2010
Frente a los menores de 12 años se encontró que el 88,7% de ellos asiste a la
jornada escolar diurna (n=97), el 2,1% a la nocturna y el 2,1% no asiste a la
escuela.
2.2.1.5. Posición socio-ocupacional
Alrededor de la posición socio-ocupacional de hombres y mujeres mayores de 15
años se encontró que entre el 15 y 16 % de las personas no trabajaba ni buscaba
trabajo al momento de la entrevista. Que alrededor del 16% de las mujeres cuida
del hogar, en contraste ningún hombre cuidaba del hogar. El 19% del total de la
población al momento de la entrevista buscaba trabajo, siendo esta proporción
mayor para los hombres (gráfica No5). La mayoría de la población, el 34,8%, eran
trabajadores independientes, los cuales correspondían al 81% del total de las
personas que se encontraban trabajando al momento de la entrevista. Y, no se
encontraron hombres trabajando en el servicio doméstico.
38
Gráfica No 5.
Posición socio-ocupacional según sexo. Grupo piloto 2010
De las personas quienes refirieron ser empleados (n=26) sólo 4 tenían contrato
laboral mayor de un año o a termino indefinido, en tanto que 8 eran por honorarios
y 3 por tarea o producto, hablándonos de condiciones propias de la flexibilidad
laboral. De otro lado, entre las personas quienes refirieron ser trabajadores
independientes la mayoría trabaja en el espacio público (tabla No2), ratificando las
precarias condiciones laborales de la población.
Tabla No3
Distribución de la población trabajadora independiente, según sitio de
trabajo. Grupo piloto, 2010
Establecimiento 18,9
Vivienda 21,6
Espacio Público 26,1
Agro 14,4
Otro 11,7
No Informa 7,2
39
2.2.1.6. Aseguramiento de la población
Dado que uno de los elementos que determina el acceso a los servicios en
Colombia es el aseguramiento, se indagó sobre la pertenencia de los miembros de
la familia al Sistema General de Seguridad Social en Salud (SGSSS). Se encontró
que solo 6 personas cotizan a una Empresa Promotora de Salud (EPS), lo que
muestra que probablemente existen fenómenos de elusión ya que se reportaron
26 personas como trabajadores dependientes, los cuales deberían tener acceso al
régimen contributivo. El 85,7% de las personas de estas familias dependen
directamente de los recursos estatales para su atención en salud, vía el régimen
subsidiado o subsidios a la oferta (SISBEN) (gráfica No6).
Gráfica No. 6
Distribución de la población según tipo de aseguramiento en salud.
Grupo piloto, 2010
Esta situación hay que tenerla en cuenta, ya que en el total de la población se
encontraron 34 personas con algún tipo de discapacidad, 28 con discapacidad
física, 2 sensorial y 4 cognitiva.
2.2.1.7. Características de la vivienda
Del total de las mujeres entrevistadas (n=100) 98% respondieron la información
correspondiente a vivienda, no se contó con información en dos casos, uno de la
40
Jagua y otro de Valledupar, la distribución de las viviendas se presenta en la tabla
No 3.
Tabla No 4
Distribución de las viviendas según municipio de ubicación
Grupo piloto 2010
Astrea 3,06
Bosconia 13,27
Chimichagua 11,22
Codazzi 14,29
La Jagua 16,33
Pelaya 14,29
San Diego 8,16
Valledupar 19,39
Total 100,00
Según la ubicación de las viviendas, la mayoría se encuentran en la zona urbana
(gráfica No 7)
Gráfica No 7
Distribución de las viviendas según municipio. Grupo piloto, 2010
De acuerdo al tipo de tenencia de la vivienda el 51% son propias, el 23,5% se
encuentran en arriendo, el 14,3% son de tipo familiar, el 5,1% es cuidador o
secuestre y en el 6,1% se da otra forma de tenencia. El 80,6% de las viviendas
son unifamiliares, el 13,3% corresponden a viviendas bi-familiares, el 3,1% son
cuartos y el 3% de otro tipo. En el 12% de los casos no se obtuvo datos sobre el
41
estrato de la vivienda, el 86,7% correspondían a viviendas de estrato I y el 1% a
estrato II.
De acuerdo al número de cuartos y el número de habitantes de la familia se
encontró una proporción muy alta de hacinamiento crítico (gráfica N° 8), además
una alta proporción de las personas no suministraron información sobre el número
de cuartos.
Gráfico No 8
Proporción de hacinamiento según nivel. Grupo piloto, 2010
Además de los altos niveles de hacinamiento, es necesario llamar la atención
sobre la calidad de la vivienda para su habitabilidad. El 34,7% tenían pisos de
tierra o de tabla o tablón; en el 11,2% de los casos no se contaba con acceso a
servicio de acueducto; en el 10,2% de las viviendas no se contaba con ningún
sistema de disposición de excretas; solo en el 75,5% de los casos había
recolección domiciliaria de basura; el 85,7% tenía acceso a energía; una vivienda
contaba con conexión a internet y el 63,2% contaban con acceso a un sistema
telefónico; y, en el 26,5% de las viviendas se cocinaba con leña.
Finalmente el 81,6% de las viviendas se usan exclusivamente como viviendas, en
tanto el 16,3% para algún negocio y en el 2% de los casos no se obtuvo esta
información.
2.3. Condiciones de pobreza según necesidades básicas insatisfechas y línea de pobreza.
42
Frente a las condiciones de pobreza de las mujeres víctimas del conflicto armado
y des desplazamiento, se encontró lo siguiente:
a) Un índice de dependencia económica de 0,81; es decir que por cada
persona en edad de trabajar dependen de ella 0,81 personas que no se
encuentran en edad de trabajar. La alta dependencia económica está de
acuerdo con la estructura poblacional encontrada.
b) De acuerdo a la población de la cual se respondió cuál era el nivel de
SISBEN, el 97,6% corresponden a nivel I, el 2,1% a nivel 1 y 0,2% a otro
nivel (n=424).
c) Cuando se evalúan las condiciones de pobreza por Necesidades Básicas
Insatisfechas (NBI) se encuentra que en las familias (n=98) que contestaron
completamente la información el 37,8% viven en condiciones de pobreza –
tienen por lo menos una necesidad básica no satisfecha-; el 31,6% se
consideran en condiciones de miseria –con dos o más condiciones básicas
no satisfechas- y, 30,6% no se encuentran con necesidad básicas
insatisfechas.
d) De acuerdo al nivel de ingresos el 28,6% de los hogares cuenta en
promedio con más de dos dólares al día por persona para sus gastos; el
37,8% se pueden considerar en pobreza por que cuentan con entre 1 y 2
dólares al día sus gastos; y el 33,7% viven con menos de un dólar al día por
persona y se consideran hogares en condiciones de indigencia.
2.4. Percepción de las mujeres víctimas del conflicto -sobre actores sociales e institucionales- con relación al apoyo brindado durante el proceso de desplazamiento
El último aspecto que se indago está relacionado con la percepción de las mujeres
víctimas del conflicto sobre el apoyo recibido por diferentes actores sociales e
institucionales.4
4 Se indago alrededor del apoyo recibido por la familia, la iglesia, vecinos, organizaciones
comunitarias, ONG, alcaldía, procuraduría, defensoría del pueblo, fiscalía, Instituto Colombiano de Bienestar Familiar, empresas, gobiernos internacionales y organismos internacionales. Así mismo se indago el nivel de confianza frente a Estado, iglesias, organismos internacionales, ONG, empresas, organizaciones y gobiernos internacionales.
43
Los actores que, de acuerdo a la percepción de las mujeres, han suministrado
apoyo fueron: la familia en el 27,6% de los casos a través de apoyo en transporte,
alimentación, alojamiento, recursos financieros, y proyectos productivo; seguidos
de la alcaldía en el 17,3% de los casos, vecinos en el 9,2%, iglesia en el 8,2%,
pastoral social en el 6,1% y otros (gráfica No 9)
Gráfica No 9
Percepción del apoyo recibido por diferentes actores. Mujeres víctimas del
conflicto. Grupo piloto, 2010
En general las mujeres se sintieron apoyadas para albergues, transporte,
alimentación y recursos económicos. Las áreas donde han percibido menor apoyo
son: atención médica, psicosocial y jurídica.
Frente a la percepción que tienen las mujeres sobre el nivel de apoyo que han
recibido por parte de: instituciones del Estado, ONG, empresas e iglesia; y de otro
lado de organizaciones y gobiernos internacionales se encontró que la calificación
predominante corresponde a ningún apoyo o bajo nivel del mismo. El actor
institucional de quien perciben mayor apoyo es el Estado que entre el nivel medio
y alto alcanzó el 39,8% seguido de la iglesia con el 33,7% (gráfico No 10)
44
Sin embargo, se necesita llamar la atención alrededor de la alta percepción de no
apoyo o bajo apoyo frente a todos los actores, esta oscilo entre el 36 y el 48%.
Grafico No 10.
Nivel de percepción sobre apoyo recibido por parte de mujeres víctimas del
conflicto armado. Grupo piloto, 2010.
Finalmente, se indagó alrededor del nivel de confianza que las mujeres tienen
hacia actores como el Estado, iglesias, organismos y gobiernos internacionales,
ONG, organizaciones comunitarias y empresas. Se encontró que las mujeres
tienen mayores niveles de confianza en el Estado y las iglesias, en contraste los
menores niveles de confianza son hacia las empresas, las organizaciones
comunitarias y las ONG (gráfico No 11)
45
Gráfico No 11. Percepción de confianza hacia diferentes actores por parte de
las mujeres víctimas del conflicto. Grupo piloto, 2010
2.5. Reflexión final
Los fenómenos de violencia han traído múltiples problemas para el país, pero muy
especialmente para los hombres, mujeres, niños y niñas que han sido víctimas –
directas o indirectas- del conflicto armado colombiano. Esta caracterización básica
de 100 mujeres y sus familias permiten realizar una aproximación inicial a algunos
de sus determinantes sociales y económicos de su salud. Los resultados muestran
que las mujeres víctimas del desplazamiento forzado en 8 municipios del
departamento del Cesar, se encuentran en condiciones de marginalidad y
exclusión social.
Este grupo de victimas no logra acceder a viviendas y empleos dignos; ellas, sus
parejas e hijos no alcanzan niveles adecuados de educación lo que perpetua el
llamado circulo de la pobreza; dadas sus condiciones de trabajo –
fundamentalmente el subempleo, denominado popularmente ―rebusque‖- no
acceden al Sistema de Seguridad Social –ni en salud ni en pensiones; cuando son
contratadas no cuentan con garantías laborales mínimas; por sus condiciones
generales la mayoría de ellas y sus familias han sido reconocidas por el Estado
como pobres necesitadas de subsidios estatales (niveles de SISBEN 1 y 29); y,
utilizando indicadores como NBI y LP se encuentran altos niveles de pobreza.
46
En esta situación no han encontrado apoyos muy fuertes para superar las
consecuencias provocadas por los hechos violentos, sus principales referentes de
solidaridad han sido la familia –como primera red de apoyo construida sobre las
bases del amor y la cooperación mutua-; la administración municipal, quienes
asumen ayuda humanitaria en los tres primeros meses; seguido de la iglesia quien
con el espíritu de la beneficencia y la caridad cristiana apoya a los pobres. Sienten
un nivel de confianza medio por actores como el Estado y la Iglesia.
Las condiciones actuales de vida, la falta de una dignificación real y efectiva de las
víctimas, la exclusión y marginación social en la que viven, configuran nuevas
formas de revictimización y de vulneración de sus derechos fundamentales.
Se necesita avanzar en políticas gubernamentales que logren efectivamente
romper el círculo de indignidad y revictimización para, desde allí, reconstruir el
tejido social y superar el daño infringido hasta ahora.
3. CARACTERIZACIÓN Y ATENCIÓN PSICOSOCIAL DE 1200 MUJERES
VÍCTIMAS DEL CONFLICTO ARMADO
3.1. Aspectos generales del proceso de caracterización psicosocial
3.1.1. Pasos previos al proceso de caracterización El primer paso en el proceso de caracterización se dio de manera concomitante
con la realización del mapeo institucional. En la realización de los contactos
institucionales y las entrevistas requeridas para tener un panorama de las
instituciones que, por su misión y carácter atienden víctimas en el departamento
del Cesar en cualquier ámbito, se llegaron a acuerdos en cada municipio acerca
de lugares y personas e instituciones remisoras para el inicio de la primera jornada
de caracterización. A la postre, como se verá más adelante, estos acuerdos, por
diferentes circunstancias explicadas en el acápite correspondiente, no se
cumplieron en todos los municipios ni en su totalidad.
Sin embargo, a pesar de los obstáculos que presentaba el contexto, se logró llevar
a cabo con éxito las jornadas de caracterización en cada uno de los ocho
municipios que cubre el proyecto, con grupos piloto de mujeres para un total de
101 mujeres caracterizadas psicosocialmente y 100 formatos de caracterizaciones
socio demográficas.
47
3.1.2. Participación de practicantes de universidades locales en el proceso de caracterización psicosocial a las mujeres víctimas
Con el fin de involucrar a las universidades locales en el proceso de
caracterización, se establecieron contactos con la Universidad Nacional Abierta y
a Distancia – UNAD en la ciudad de Valledupar. En las reuniones realizadas con
las directivas de la universidad, la dirección y coordinación del proyecto socializó
el objetivo del mismo y la intención de vincular a practicantes de la carrera de
psicología en el proceso de caracterización psicosocial a las mujeres víctimas del
departamento.
Sin embargo, a pesar de estas gestiones y las posteriores realizadas por el equipo
de profesionales del Cesar, no fue posible concretar la participación de pasantes
de la UNAD en el proyecto, pues los espacios de práctica son elegidos por los
estudiantes y el procedimiento de la Universidad es informar a los mismos sobre
las nuevas ofertas que a ese nivel se den y los estudiantes establecen contacto
directamente con las instituciones que han abierto la posibilidad. Después de
varias semanas, no se obtuvo respuesta por parte de los estudiantes y se decidió
continuar con las acciones sin la participación de pasantes.
3.1.3. Metodología utilizada en el proceso de caracterización psicosocial5 En este apartado presentamos los aspectos orientadores del proceso de
caracterización, fundamentados en la construcción conceptual y metodológica del
modelo de trabajo de la Corporación Vínculos:
3.1.3.1. Contextualización del proceso de valoración psicosocial y diseño de las actividades e instrumentos para la valoración:
Consolidación del equipo de profesionales que llevara a cabo la valoración
y diseño de un plan operativo de trabajo
La fase inicial está dedicada a la preparación del equipo, la cual requiere
de tiempo suficiente para que los profesionales encargados se dediquen a
estudiar y a profundizar en los aspectos más significativos del enfoque
5 Documento de trabajo interno Corporación Vínculos. Modelo de Acompañamiento Psicosocial
48
psicosocial y su relación con el trabajo con población víctima de la violencia
sociopolítica en Colombia. ´
Es importante conocer los antecedentes por los que han pasado estas
personas, así como los hechos de violencia a los que fueron sometidos por
parte de los actores armados.
Este conocimiento previo permite construir un proceso de valoración
psicosocial reconociendo el contexto de la violencia sociopolítica del que
fue víctima.
3.1.3.2. Guía para la valoración y elaboración de instrumentos, basados en las herramientas de caracterización psicosocial de la Corporación Vínculos.
La perspectiva teórica de nuestro modelo de trabajo para el acompañamiento
psicosocial es el enfoque sistémico construccionista social, el cual privilegia las
investigaciones referidas a lo local, a diferencia de la búsqueda de verdades
universales, y acentúa el aspecto de intercambio y de génesis social del
conocimiento (Gergen 1996). El construccionismo social considera que las ideas y
las comprensiones sobre el mundo surgen del intercambio social y son
comunicadas en el lenguaje, y que éstos evolucionan o cambian en el espacio de
las conversaciones entre las personas, en el dominio de la danza común. (Boscolo
y Bertrando 1996). Esta perspectiva aporta focos de estudio pertinentes para la
comprensión del mundo social que se crea en los contextos de violencia
sociopolítica, dado que ofrece categorías comprensivas, tales como contexto,
identidad, relaciones y narrativas, como referentes de análisis sobre los efectos
que tiene este tipo de violencia en las personas, familias y comunidades, y señala
una postura teórica y metodológica respecto a que las prácticas de
acompañamiento psicosocial son diálogos para concertar y diseñar soluciones que
permiten a las personas incluirse a sí mismas e incluir a otros/as como parte del
proceso, y definir de manera interactiva valores y rutas que emergen en el proceso
mismo. (Arévalo, Liz 2010)6
En este marco teórico, la caracterización psicosocial puede tener una doble
finalidad: por un lado contribuir al proceso judicial desde la identificación de los
daños en diferentes ámbitos de la identidad de la población víctima y, por otro,
favorecer un espacio reflexivo y generativo de un nuevo conocimiento de las
personas victimas sobre sí mismas, en el cual la información recogida es un
6 Arévalo, Liz. 2010. Acompañamiento psicosocial en procesos de reparación: Una mirada
reflexiva. En Revista de Estudios Sociales: No 35: Universidad de Los Andes. Bogotá.
49
contexto narrativo que permite a las personas valorar por sí mismas la dimensión
del daño y la forma como este ha configurado su mundo social e individual desde
la propia perspectiva y no desde un observador externo (evaluador) que define
una realidad desde su experticia profesional.
Este tipo de caracterización permite la construcción de un saber compartido
involucrando como protagonistas a la población y contribuye a que las personas
vivan una experiencia que les devuelva autonomía y ―voz‖, aspectos que la
violencia infringida por otro les ha arrebatado. Por lo anterior, se busca que estos
planteamientos puedan materializarse a través de los instrumentos y las
metodologías de trabajo que se diseñen.
En esta línea de trabajo, la categoría identidad se constituye en el hilo conductor
del proceso de caracterización y acompañamiento psicosocial. La identidad puede
ser definida como las versiones o las ―teorías‖ que construimos sobre el ―sí
mismo‖. Shoter (1996) se refiere particularmente al ―sí mismo‖ como a ―un
conjunto de estrategias, un modo o un conjunto característico de modos de
responder a los otros alrededor nuestro‖. Las diferentes versiones muestran la
disposición emocional para interactuar con el mundo, ya que cuando hablamos de
quiénes somos indicamos la emoción en la que nos encontramos y el contexto
relacional donde la hemos construido con otros/as.
Generalmente es ―plausible‖ saber quiénes somos. Sin embargo, ser víctima de un
hecho de violencia es una de las situaciones que desconcierta de una forma
extrema a las personas, poniendo en ―crisis‖ esta identidad, puesto que el hecho
mismo irrumpe en las creencias que tienen las personas sobre quiénes son, cómo
los ven los demás y qué pueden esperar de su entorno social. Las victimas se
preguntan ¿Por qué a mí? ¿Qué puede esperar ahora de los otros/as? Debido a
esto, su escenario emocional se caracteriza por el miedo, la ansiedad además del
sufrimiento que genera la muerte y el hecho violento mismo.
Pese a estas generalidades, es necesario considerar la caracterización psicosocial
de cada persona y de cada población, la cual integra la mirada psicológica, de
salud y la relacional- social para la identificación de los efectos, daños,
transformaciones y pérdidas, ocasionados por los hechos violentos de los que
fueron víctimas en el contexto de la violencia sociopolítica.
La mirada psicosocial desde la categoría identidad integra los aspectos
diferenciales ya descritos (genero, generación o ciclo vital, tipo de hecho violento,
50
respuesta institucional y social, tipo de pérdidas sufridas y condiciones sociales y
políticas de la persona víctima y tiempo) pues éstos se constituyen en el contexto
para reconocer la particularidad de cada persona o grupo.
Con el fin de operacionalizar esta categoría, a renglón seguido se presentan
algunos elementos guía que orientan la elaboración de instrumentos y de la
entrevista misma:
En cuanto a la afectación emocional, deben contemplarse los escenarios
emocionales en los que se encuentra la persona que ha sido víctima, y las
narrativas o historias que tienen las personas o comunidades sobre sí
mismas a partir del hecho violento:
Cambios Aspectos a
considerar
Cambios que se pueden identificar en cada
aspecto
Identidad
Versión
personal de la
identidad
La recomposición en la historia que la persona
hace de sí mismo a partir del hecho violento,
según genero y ciclo vital
Recursos y capacidades de afrontamiento
Emociones y
narrativas sobre
la experiencia
vivida,
La emoción más significativa y las historias que las
personas se cuentan sobre lo sucedido, según
género y ciclo vital.
Escenarios emocionales recurrentes a partir del
hecho violento o de experiencias de
revictimización
Versión virtual
de la identidad,
Los cambios en como creen que otras personas
los ven a partir del hecho violento según genero y
ciclo vital
Versión
colectiva de la
identidad.
Los cambios en el valor y significado de
pertenencia a un grupo social -teniendo en cuenta
elementos como arraigo, territorio y sentido del
nos-. Según genero y ciclo vital
El segundo elemento tiene que ver con la afectación relacional y se refiere
a que la identidad es construida con los otros/as en la familia, la sociedad y
la cultura y en la medida que esto sea abruptamente violentado, a raíz de
un hecho violento, cambia también y afecta la identidad individual y
51
colectiva. Este aspecto, contempla una comprensión en los cambios en las
relaciones y en el ámbito cultural:
Cambios Aspectos a
considerar
Cambios que se pueden identificar en cada
aspecto
Identidad
Relacional
Relaciones
familiares
Cambios en las relaciones familiares7 a partir del
hecho o proceso de violencia vivido, según
género y ciclo vital.
Redes sociales
Los cambios en las redes sociales -el conjunto de
seres con quienes interactúa y conversa de
manera regular- instituciones, vecinos, amigos y
pobladores., según genero y ciclo vital
Identidad
Cultural
Relaciones de
género
Afectaciones diferenciales en hombres y mujeres
a partir del hecho violento.
Los cambios en las cosmovisiones frente al ser
hombre y el ser mujer, en las relaciones de poder,
roles, significados, símbolos y las acciones.
Rituales
Transformaciones que genera el hecho violento
en las formas culturalmente creadas para
expresar transiciones o cambios del devenir
humano.
Patrones
culturales
Los cambios en los tipos de situaciones, prácticas
y las formas aprendidas de interactuar a partir de
la experiencia del hecho violento.
Como tercer elemento, se propone una exploración de la afectación de los
derechos de las víctimas. Esto con el fin de identificar la construcción
cultural y política que la persona como sujeto de derechos realiza sobre sí
mismo, y su rol como agente frente a sí mismo y los otros/as:
Cambios Aspectos a
considerar
Cambios que se pueden identificar en cada
aspecto
Identidad
sujeto de
derechos
Conocimiento de
las personas
sobre sus
derechos
Nivel de claridad e interiorización de las personas
sobre su calidad como sujeto de derechos (antes,
durante y después del hecho violento).
Los derechos que se han vulnerado a partir del
7 Comprendido hacia las relaciones de familiaridad, donde acudimos a los otros significativos más
allá del grado de consanguinidad.
52
hecho violento así como las historias que tienen
las personas sobre quién es responsable dada la
tendencia a la autoculpabilización de lo sucedido.
Situaciones
donde se da la
re-victimización
Explorar si se ha dado o no la revictimización
Relaciones o contextos donde la población
víctima está siendo nuevamente vulnerada
debido a la ausencia del Estado o de nuevas
amenazas o hechos violentos.
Acciones de
reivindicar la
memoria sobre lo
sucedido
Indaga sobre las condiciones propicias para
apoyar un proceso de reparación con otras
organizaciones sociales o gubernamentales y
contribuir a un proceso de recuperación
emocional
Acompañamiento
en casos de
denuncia, de
exigibilidad de
derechos y
documentación
de casos sobre
la vulneración de
sus derechos.
Indaga sobre la situación emocional de las
victimas en situaciones de denuncia en las cuales
debe recordar y describir la experiencia violenta
vivida.
La revisión de la afectación emocional, relacional y de derechos, desde la
categoría de identidad nos brinda la posibilidad de obtener una mirada compleja
sobre los efectos psicosociales que observamos en una persona y una
comunidad, siempre y cuando se tenga en cuenta el contexto, el tipo de hecho
violento del cual fue víctima
La siguiente grafica resume lo dicho anteriormente y es la guía para la realización
de la valoración.
53
Todo lo anterior debe traducirse en instrumentos concretos, fáciles y agiles que
orienten la entrevista y permitan el adecuado registro de la información recogida.
En otras palabras, la valoración psicosocial debe permitir conocer y comprender la
interacción de los tres campos y su relación con el contexto (Violencia socio-
política) desde un análisis temporal que toma como punto de inflexión el hecho
violento, marcando el antes, durante y después de su perpetuación, con el fin de
establecer los daños en esta línea de tiempo:
De este modo, se puede considerar dentro de la valoración del contexto, aspectos
como la situación socio demográfica de las familias, creando un instrumento
adecuado, que permita identificar individualmente a los miembros de cada hogar,
a través de las variables demográficas básicas (sexo, edad, estado civil), relación
con la Estructura Familiar (parentesco, núcleos, dependencia económica),
Educación (grado de escolaridad, asistencia), Salud (cobertura de salud y
seguridad social, discapacidad reconocida) Trabajo e Ingresos (posición
ocupacional, actividades económicas, fuentes y nivel de ingresos) y Vivienda
(localización y tipo de vivienda, condición de su tenencia, estrato socioeconómico,
tiempo de residencia, área y ocupación, usos de la vivienda, materiales de
construcción predominante, indicador de saneamiento básico y acceso a servicios
públicos). Esta información permite construir indicadores de necesidades básicas
insatisfechas NBI para el análisis de la calidad de vida de la población valorada.
Afectación de
derechos Identidad y Sujeto de derechos
Afectación emocional Identidad y Escenarios
emocionales
Afectación relacional
Identidad Relacional
Cultural
Efectos psicosociales de la
violencia política.
Afectación de
derechos
Sujeto de
derechos Niveles de interpretación de la afectación.
Contexto
54
Estos datos se utilizan con el propósito de conocer las condiciones generales de
salud de la población, la elaboración de perfiles específicos de las afectaciones y
diseñar posibles rutas de atención.
Con relación a la afectación en los tres ámbitos señalados, la entrevista semi-
estructurada, se constituye en una herramienta útil para el abordaje de las
narrativas, de las prácticas y significados relacionados con las emociones,
relaciones y ejercicio de los derechos por parte de los familiares de las víctimas, a
partir del hecho violento, o en correspondencia con éste. La entrevista semi-
estructurada es un instrumento de carácter cualitativo y se puede utilizar de forma
individual, familiar o colectiva. Como estrategia metodológica, en el modelo de
trabajo propuesto desde la Corporación Vínculos, se prefiere la realización de
entrevistas semi estructuradas familiares por dos razones fundamentales: la
primera, porque esta estrategia parte de la base de reconocer que la violencia
política afecta a todos los miembros de una familia, aunque de manera diferencial,
y la segunda, por que los efectos de la violencia política, en muchas ocasiones
han sido silenciados, y miembros de una misma familia nunca han escuchado al
otro hablar de lo que vivió, sintió, pensó o cómo cambio su vida a partir de la
violación de derechos humanos. Lo anterior no significa que no se realicen
entrevistas individuales, se puede si el tiempo lo permite, y las personas desean
hacer ambas modalidades con el fin de profundizar en algunos aspectos que no
quisieron compartir, por ejemplo, cuando se han presentado eventos de violencia
sexual o de tortura, las personas pueden preferir hablar de este tema sin que su
familia escuche lo que la persona vivió o sufrió.
La entrevista semi estructurada se puede complementar con la valoración de
redes, organizaciones e instituciones de apoyo a la persona y a la familia. La
relevancia de ésta información en todo el proceso de valoración, es que permite
registrar durante la entrevista psicosocial, la oportuna atención que otorgaron a las
familias, las redes, organizaciones e instituciones sociales, en relación con los
tipos de apoyo ofrecidos y recibidos, fundamentalmente referidos al apoyo
material, vivienda, apoyo psicosocial y emocional, atención médica, asesoría o
acompañamiento jurídico y organizacional, con la posibilidad de identificar otras
categorías emergentes.
La valoración de las redes de apoyo permite, no sólo establecer si la atención fue
dignificante y oportuna para la persona y su familia, sino también determinar la
valoración de los niveles de confianza y de apoyo que las familias otorgan a las
principales instituciones sociales que podrían o deberían ejercer un rol de
55
protección de sus derechos, apoyo u acompañamiento como parte del entorno
social, o en razón de su objeto jurídico o función social.
3.1.3.3. Presentación de la propuesta
Una vez se cuenta con la propuesta de valoración psicosocial, es muy importante
realizar la presentación de sus objetivos, contenidos y metodología a la persona y
a las familias, con el fin de explicar de qué se va a tratar éste proceso, cómo se va
a realizar, para qué va a servir y cuáles son los alcances del mismo. Es
fundamental no generar expectativas que no se puedan cumplir, y sobre todo
reconocer que las personas y sus familias ya han pasado por experiencias
revictimizantes, por lo tanto, debe darse un compromiso explicito por hacer de esta
valoración una experiencia dignificante.
Por último, se debe acordar cuáles personas del grupo familiar quieren participar
de la valoración, la cual es asumida como un proceso de carácter voluntario, en el
que si en cualquier momento no desean continuar, o no quieren hablar, se pueda
parar con toda tranquilidad, y sobre todo reflexionar frente a lo que se está
generando, con el fin de tomar decisiones conjuntas para el desarrollo o cierre del
mismo proceso.
3.1.3.4. Realización de la caracterización La herramienta que guió el proceso de caracterización es el Caleidoscopio,
construida a partir de la experiencia de la Corporación Vínculos en procesos de
acompañamiento psicosocial a víctimas de la violencia sociopolítica en Colombia.
La herramienta se inspira en la pluralidad de lecturas que proporciona el
caleidoscopio como objeto, en el que ―al mirar por uno de sus extremos se ven
combinaciones armónicas que varían cuando se gira el tubo‖.
La metáfora es útil para la construcción de análisis de los diferentes significados
construidos por las personas víctimas en los muchos contextos en los que se
desenvuelven como sujetos. Siguiendo el texto elaborado por el equipo de la
Corporación Vínculos en 2009, Acompañamiento psicosocial en contextos de
violencia sociopolítica, “como herramienta, el caleidoscopio permite caracterizar
personas y grupos mediante la exploración y reconocimiento de su identidad,
atendiendo a los significados construidos en diferentes contextos, experiencias y
relaciones para recoger información que posibilite identificar necesidades y
56
recursos específicos de la población y adelantar el proceso de acompañamiento
psicosocial.”8
El caleidoscopio permite acercarse a las realidades de las personas víctimas en
cinco dimisiones u órbitas: individual, familiar, social, cultural y política, que
pueden ser analizadas desde dos niveles: aprendizajes y dificultades de la
situación violenta. Las órbitas y los niveles categorizados son atravesados por la
categoría tiempo en donde se consideran tres dimensiones: antes, durante y
después del hecho violento experimentado por las personas víctimas. Volviendo al
texto citado:
“[la] categoría del tiempo es especialmente importante cuando el
acompañamiento psicosocial se hace con personas, familias o
comunidades que han sido afectadas por hechos violentos o situaciones
muy dolorosas (…) tener en cuenta las emociones y significados en estas
tres dimensiones: antes, durante y después, facilita una mayor comprensión
de los tiempos subjetivos y del grado de afectación emocional para construir
las posibles rutas que faciliten el acompañamiento”9
La siguiente gráfica ayuda a la comprensión de la herramienta Caleidoscopio:
Gráfica 12.
Herramienta para la caracterización de las personas y grupos
En el proceso de caracterización, la aplicación de esta herramienta dio lugar al
diseño y realización de ocho talleres que permitieron avanzar en los siguientes
aspectos:
8 Op. Cit. Pág. 44.
9 Op. Cit.
57
La construcción de relaciones de confianza con las mujeres
El acercamiento a sus realidades, historias, significados y autopercepciones
sobre el hecho violento y su situación actual
El reconocimiento de sus afectaciones, relacionales, emocionales y en el
ámbito de los derechos.
La identificación de aspectos prioritarios en el campo psicosocial para
diseñar los siguientes encuentros.
La sistematización de los talleres permitió profundizar en los aspectos
mencionados en los grupos de mujeres que participaron voluntariamente en el
proceso.
3.1.3.5. Registro y procesamiento de los datos
La fase de recolección de la información durante la entrevista, es igual de
importante a la fase de registro de la información. Loa datos obtenidos durante el
proceso de caracterización, se constituyen en una información sensible y
confidencial que debe ser manejada con todas las precauciones.
El procesamiento de la información desde la metodología propuesta, se hace
siguiendo la técnica de triangulación de los datos, que se entiende como la
combinación de dos o más fuentes de datos, métodos de investigación,
estrategias de análisis, en el estudio de un mismo ―objeto‖.
Así mismo, la triangulación de los datos, permite un mayor grado de confiabilidad y
validez en el proceso de análisis de la información. Específicamente se pueden
emplear los siguientes tipos de triangulación:
- Triangulación metodológica entre herramientas cuantitativas y cualitativas
entre diferentes instrumentos y en el abordaje de ciertos aspectos al interior
de un mismo instrumento.
- Triangulación del análisis (punto de vista) entre distintos individuos, por
ejemplo entre los miembros del equipo profesional responsable del análisis
de las entrevistas.
- Triangulación del procesamiento, generando diversas vistas o formas de
estructuración y consolidación de los datos e información.
58
- Triangulación interdisciplinar, como resultado de las perspectivas
diferenciadas y complementarias entre el proceso de valoración psicosocial
y el médico.
- Análisis de las lógicas: Análisis de los cambios presentados entre la lógica
de diseño de los instrumentos y la lógica en uso de los mismos, durante la
interacción con los entrevistados, para reconstruir o recomponer
consensualmente la semántica de la entrevista frente a aquellos aspectos
que lo requirieran.
3.1.3.6. Devolución de la información y validación con las personas participantes de la valoración El momento de devolución pocas veces es contemplado en los procesos de
valoración, pero para la Corporación Vínculos es uno de los momentos claves, que
aportan a la dignificación de las personas que han sido víctimas de la violencia
sociopolítica. En este punto es importante tomar los principales puntos del informe
elaborado y realizar una actividad ya sea colectiva, familiar o individual en el que
se les manifieste a las personas lo que se va a presentar en el informe y cuál es la
visión del ―perito, entrevistador‖ o de la organización encargada frente a su
situación.
En esta devolución es útil hacer énfasis en los recursos que las personas han
encontrado para afrontar las situaciones, y en las explicaciones contextuales que
se hayan dado a los hechos, ya que muchas veces estos son invisibilizados por la
fuerza devastadora que tienen la violencia. El efecto de hacer énfasis en estos
puntos es que las personas se dan cuenta de dos aspectos fundamentales: 1. Que
ellos y ellas han respondido a la violencia y han hecho cosas para sobrevivir. 2.
Que lo que paso responde a unas intencionalidades particulares de unos actores
armados, ya sea en el territorio, o por control político y social, o por generar terror
e inmovilidad, entre otras, lo cual muestra desculpabiliza, ubica las
responsabilidades en quien corresponde y ayuda a restaurar el buen nombre de
las personas.
Este momento permite también validar la información recogida, en términos de
que las personas tienen derecho a manifestarse en acuerdo o en desacuerdo con
los planeamientos de la valoración, ya que es de su situación emocional,
relacional y de derechos de la que se está hablando. Así mismo esto es
59
información para ellos que puede ayudar a movilizar procesos de elaboración de
los efectos de la violencia en sus vidas.
3.2. Aspectos generales del proceso de atención psicosocial
3.2.1. Temáticas Abordadas
Las mujeres ―Víctimas de la violencia sociopolítica‖ requieren de una atención
psicosocial donde se aborde las implicaciones de los hechos violentos sobre sus
propias vidas, sus familias y sus redes vinculantes en tres ámbitos de trabajo
definidos desde el enfoque de la Corporación: emocional relacional y de derechos.
Es importante aclarar que el proceso de atención de las mujeres desde la
metodología de la Corporación Vínculos (enfoque sistémico construccionista) es
un proceso recursivo que se va construyendo y retroalimentando
permanentemente desde el momento del mapeo de capacidades locales y
caracterización, ya que tanto caracterización como atención son procesos
articulados. De esta manera, al realizar la caracterización de los grupos de
mujeres e identificar las afectaciones a nivel emocional, relacional y de sujeto de
derechos, se construye un plan de intervención que actúa como una guía más que
como un protocolo y que responde a la particularidad de cada grupo de mujeres.
Así, para los procesos de atención grupales con las mujeres víctimas del
desplazamiento y la violencia sociopolítica dentro del proyecto, surgen unos temas
guía que se trabajan de manera diferencial con cada grupo y son:
a. Después del encuentro de caracterización se realizó un segundo encuentro
con los grupos, se trabajó la identidad y la forma como se ven las mujeres a sí
mismas y sus emociones, en conexión con el hecho violento. Es decir, se
invitó a reflexionar sobre la historia emocional y relacional tenido en cuenta las
distintas voces desde las cuales se configuran las ideas de ―lo que somos‖
(Sujetos de derechos, familiar, contexto político, cultural) con el objetivo de
lograr movilizaciones en los significados construidos que en algunos casos
favorecen la ―cristalización de la identidad‖.
b. En el tercer encuentro con los grupos se trabaja alrededor de la metáfora de
una ―maleta de viaje‖, en la cual se cargan ideas, emociones, recuerdos,
personas, creencias, invitándolas en el proceso a hacer una reflexión frente a
60
lo que hoy en día deciden o no llevar en esa ―maleta de viaje que llevan en la
vida‖.
c. En el cuarto encuentro se trabaja desde los recursos personales y sociales que
los grupos de mujeres y sus familias han desarrollado en su historia y que les
han permitido convertirse en sobrevivientes de las situaciones de violencia.
3.2.2. Metodología
La atención de las mujeres se hace desde el enfoque conceptual y
metodológico desarrollado por la Corporación Vínculos el cual contempla
una mirada relacional y cultural contextual en el que se pregunta por las
pautas y narrativas del contexto donde se construye la relación víctima-
victimario, el contexto cultural y el mundo social donde se mantiene la
violencia y la situación de la víctima en el contexto de la violencia de la cual
es objeto10.
Además, desde la Corporación Vínculos ―lo psicosocial como enfoque es
irreverente frente a procesos de atención puramente psicológicos y
focalizados en los individuos‖, y busca ―construir un proceso reflexivo entre
la población víctima, su red social y los acompañantes, que contribuya a la
superación de los efectos sociales y emocionales de la violencia mediante
la resignificación de la identidad y del reconocimiento de los recursos
personales y sociales, en el marco de la categoría de sujeto de derechos‖11.
Desde este enfoque se han establecido tres ámbitos para los procesos y el
trabajo de lo psicosocial:
1. Ámbito para reconstruir la dignidad.
2. Ámbito para configurar o fortalecer una red social.
3. Ámbito para fortalecer o recrear la identidad
Teniendo en cuenta lo anterior, la atención de las mujeres se realizó por
medio de talleres y conversatorios reflexivos grupales que se llamaron
―encuentros‖ cada uno con un foco diferente, en los cuales se abordaron
cada uno de los ámbitos mencionados anteriormente, buscando re-crear la
identidad desde otras miradas o reflexiones sobre la experiencia violenta,
resignificando la categoría de víctima hacia la de sobreviviente,
10
Corporación Vínculos. Acompañamiento psicosocial en contextos de violencia sociopolítica, pág. 13 11
Ibidem. Pág. 29
61
favoreciendo escenarios terapéuticos para la superación de los efectos
emocionales del hecho violento por medio de espacios formales, privados y
ritualizados, abriendo el espacio para la reflexión frente al ámbito de ser
sujetos de derechos, promoviendo la participación y la autonomía fundada
en una relación consigo mismo y con el otro desde el papel como
ciudadanos activos en la construcción de un país democrático
3.2.3. Estrategia de convocatoria
La convocatoria para la identificación, contacto, caracterización y atención
de las 1200 mujeres en situación de desplazamiento y víctimas de la
violencia en el departamento del Cesar fue un proceso que se inició
articuladamente con el resultado del mapeo de red institucional de atención
a la población desplazada como parte del proyecto.
Así, en un primer momento de la estrategia de convocatoria, se construyó
una lista de criterios de remisión que luego se socializó en reuniones con
las diferentes Instituciones y organizaciones encargadas de la atención a la
población desplazada en cada municipio contactadas durante la
elaboración del mapeo, con el objetivo de involucrar directamente a los
diferentes actores encargados de la atención a la población desplazada y
víctima en el proceso de remisión. Sin embargo, a pesar de las reuniones
de socialización de los criterios de remisión para el proyecto, no logró
obtener derivaciones de las instituciones.
Frente a esta situación, el equipo reflexiona sobre el bajo resultado
alcanzado con la estrategia de remisiones y una de las razones es que con
el mapeo Institucional no se encontró un concepto claro en el departamento
frente a ―lo psicosocial‖. Esto permitió entender que a pesar de la
receptividad encontrada con el proyecto, las remisiones no se hicieron por
parte de las Instituciones porque el departamento se encuentra en un
momento de sensibilización frente al tema.
De esta forma, un segundo momento de estrategia de convocatoria se
vinculó con el desarrollo de la jornada de formación en herramientas
básicas de atención psicosocial para los funcionarios, líderes y
organizaciones sociales en la cual se logra una mejor comprensión del
concepto y las acciones psicosociales y a partir de allí hay una mayor
articulación para la remisión de las mujeres al proyecto.
62
Sin embargo, la mayoría de las remisiones se hicieron por parte de las
Organizaciones sociales y los líderes de asociaciones para la población
desplazada y Víctima, notando que la participación de los funcionarios en el
proceso de remisión fue menor.
Teniendo en cuenta lo anterior, se plantea una nueva estrategia de
convocatoria por parte del equipo de la Corporación Vínculos, en la cual se
empieza a trabajar con los líderes y lideresas en los municipios, logrando la
identificación, contacto y conformación de los grupos para continuar con los
procesos de atención. Otra estrategia para la convocatoria fue ―el voz a
voz‖, en el cual las mujeres que participaban en los encuentros y recibían la
atención, invitaban a otras mujeres que también fueran víctimas del
desplazamiento o la violencia.
Esta estrategia fue bastante útil para el proceso. Sin embargo, como se
explicará en detalle más adelante, se construyen otras dos estrategias de
convocatoria denominadas encuentros únicos para la ciudad de Valledupar
y encuentros masivos, implementados en su gran mayoría en esta ciudad y
dos más en municipios diferentes.
La reflexión constante sobre el proceso de convocatoria permitió avanzar
en las atenciones a mujeres. A continuación se presenta un análisis
descriptivo este proceso adelantado en los ocho municipios de cobertura
del proyecto
3.3. Hallazgos del proceso de caracterización psicosocial de mujeres víctimas
de la violencia en el departamento del Cesar
Antes de empezar la caracterización psicosocial de las mujeres víctimas de
violencia, es importante señalar algunos elementos relacionados con la
convocatoria comunitaria para el desarrollo del proyecto. Al ser preguntadas
por los motivos de la asistencia, en los diferentes municipios se obtuvieron
las siguientes respuestas:
63
Tabla Nº 5. Motivos de asistencia a las jornadas de
caracterización Psicosocial
Municipios Motivaciones
Agustín Codazzi
Invitaron a ―una‖ reunión para desplazadas: charla o capacitación.
Astrea Nos invitaron a participar de una reunión para las víctimas
Bosconia Porque hay interés en aprender nuevas cosas y expectativas de conocer que se está haciendo
Chimichagua Nos avisaron de una charla para las víctimas y venimos a ver de qué se trata
La Jagua de Ibirico
Porque se desarrollaría una charlas o una capacitación para mujeres en situación de desplazamiento. Motivación por enterarse de que se trata.
Pelaya "Nos invitaron a una reunión (…) una charla"
San Diego Porque están interesadas en conversar sobre lo que han vivido con el desplazamiento al interior de sus familias y en la reconstrucción de sus vidas; además de buscar consejo para empezar a olvidar y dejar atrás los sentimientos de dolor y tristeza.
Valledupar Porque se trataba de "una charla o una reunión para desplazadas".
En general, las asistentes manifestaron que fueron informadas que se realizaría
una reunión de ―Desplazados/as‖ sin un carácter muy específico; una capacitación
o charla informativa. Por otra parte, las manifestaciones hechas respecto del
carácter de la reunión a la que fueron invitadas, permitiría también evidenciar de
cierta forma, poca claridad en la convocatoria efectuada por parte de la mayoría
de las autoridades locales respecto al proyecto de caracterización psicosocial,
generando expectativas diversas entre la población, que poco corresponderían a
los alcances reales del proyecto.
64
Este aspecto es importante, en la medida en que podría haber afectado la
disposición de las personas al generar una expectativa diferente. Asistir a una
reunión informativa o a una reunión más, de desplazados/as, es distinto a asistir a
un ejercicio para la caracterización psicosocial. En los grupos focales, luego de
conocer el objetivo de la reunión, las personas manifestaron su interés en
aprovechar el espacio generado por el proyecto para ―desahogarse‖, para
dedicarse ―tiempo ellas mismas‖ y para recibir ―ayuda psicológica‖. Estas
expectativas permiten de cierta manera evidenciar la necesidad de espacios para
hablar de lo sucedido, así como de la demanda de tiempo, atención y ayuda
profesional, en virtud de los graves hechos de violencia que han afectado sus
vidas, a nivel individual y colectivo.
En el marco del modelo de caracterización de Vínculos, El Calidoscopio y las
guías de exploración narrativa en los diferentes ámbitos: emocional, relacional de
derechos, se realizaron talleres con grupos focales en los cuales se realizaron
temáticas particulares, las mujeres expresaron sus percepciones y respondieron
preguntas que nos permitieron explorar desde sus narrativas la afectación vivida y
por lo tanto caracterizar su situación psicosocial. Es importante resaltar que el
estudio de las condiciones de salud desde una perspectiva psicosocial y el análisis
de contexto son referentes del estudio de los impactos psicosociales que se
presentan a continuación
3.3.1 Desde los ámbitos: emocional, relacional y derechos
3.3.1.1. Impactos en el ámbito emocional
A continuación se presenta un consolidado de los ocho municipios, destacando
particularidades cuando el impacto es llamativo en alguno de estos.
Al explorar sobre los efectos emocionales del desplazamiento y otros hechos
violentos en sus vidas, las mujeres expresaron que sentían: Tristeza, soledad,
miedo, angustia, rabia, desconfianza, incertidumbre, intranquilidad. En su
conjunto, estos aspectos han generado una serie de comportamientos como
aislamiento social, desconfianza hacia otras personas de su entorno, y una
especie de ―paranoia‖ colectiva que va asociada a momentos del día, pero
principalmente de ―la noche‖ y a sensaciones auditivas como por ejemplo, el ruido
del motor de cierto tipo de vehículos. Muchas de ellas reconocen ―… que el miedo
prevalece al caer la noche y más cuando se escucha a lo lejos el ruido del motor
65
de un carro‖, discurso que se destaca en las mujeres de los municipios de Astrea y
La Jagua de Ibirico. Como lo señala Sluzky ―nuestra identidad y nuestras acciones
están organizadas sobre la base de un supuesto de continuidad de estos atributos
en nosotros mismos y en nuestro entorno social y personal‖ (Sluzki, 2006).
Cuando ese entorno se ve amenazado y se quiebra el ―contrato social‖ donde el
Estado no protege e incluso es cómplice se rompe también la plausibilidad que
indica como es la realidad y como ―debo‖ actuar en ella; siguiendo a Sluzky:
Todo acto de violencia interpersonal traiciona esas hipótesis básicas, pone en jaque nuestras premisas acerca de cómo concebir y como describir nuestra vida y nuestro alrededor, destruye nuestra inserción en el mundo. No es de sorprender que el primer efecto de un acto de violencia en la victima es una experiencia de confusión, una pérdida de la coherencia interna que constituye su identidad: La violencia destruye el modo de describir el mundo, y por lo tanto, destruye ese mundo (Scary, 1985) (Sluzki, 2006)
Además de las emociones mencionadas, ―la soberbia‖, la angustia, el dolor y la
rabia, son asociados de cierta forma a tres hechos: a la violencia ejercida contra
ellas, sus familias y vecinos; a la pérdida de seres queridos, de sus bienes
materiales muebles e inmuebles, de sus vínculos sociales y territoriales; y a la
situación de carencia actual en la que viven muchas de las familias que fueron
desplazadas. Estos sentimientos se complejizan principalmente por las dificultades
enfrentadas para reconstituir sus vidas después de los hechos de violencia, en
tanto se han enfrentado obstáculos muchas de las veces insuperables, o se
continúa en una situación de incertidumbre y desesperanza que pasó de ser
algo excepcional a convertirse en una condición permanente.
Vivir los hechos de violencia, luego el desplazamiento forzado, la estigmatización y
el señalamiento social y político, así como enfrentar el rechazo social y los
obstáculos, derivan en nuevas sensaciones y estados emocionales, generalmente
más adversos que el anterior: esto hace surgir una sensación de humillación, que
se articula y ensambla con los sentimientos ya mencionados. Otro elemento
fundamental, expresado y que articula hechos pasados (lejanos y cercanos en el
tiempo) con el presente y el futuro, es el dolor experimentado como algo
permanente. Dolor por los hechos de violencia, dolor por las pérdidas humanas,
materiales e inmateriales, desplazamiento forzado, dolor por lo vivido, dolor por la
situación presente (ver condiciones de pobreza e indigenciaen el estudio de
determinantes de salud)) derivada de los hechos de violencia. Este dolor, ligado
con otros sentimientos y estados emocionales, inciden negativamente en la vida y
66
en la disposición para vivir: de cierta forma ellas dicen que sienten "… un dolor
muy fuerte y que la vida nunca volvió ni volverá a ser igual". Pasado –
presente y futuro, terminan articulados por el DOLOR.
Al volverse permanente un escenario emocional donde el dolor y el sufrimiento
hacen parte de la vida diaria, surge otra sensación a nivel individual y colectivo: el
vacío. Ellas manifiestan que se "…siente que se pierde todo, un vacío muy
grande…" Se han experimentado cambios tan drásticos, los cuales terminan
siendo enmarcados principalmente en la idea de pérdida de seres queridos, de
pertenencias, de la capacidad y la autonomía para sostenerse a sí mismo y a su
familia; de relaciones cercanas, de sueños y principalmente, la pérdida de un
proyecto de vida.
Por otra parte, aunados a los sentimientos y expresiones referidas, aparecen otros
escenarios emocionales que en apariencia podrían ser contradictorios con los ya
expresados. Al ser preguntadas sobre las emociones surgidas a partir de los
hechos de violencia, algunas de ellas señalan que actualmente sienten felicidad al
ver que han podido reconstruir sus vidas y que no están expuestas a los hechos
de violencia que tuvieron que vivir en el pasado, recreando el amor por sus hijos y
elaborando el dolor al eliminar el rencor por los victimarios que les hicieron daño.
Sin embargo, esta no es una condición generalizada en las mujeres de los grupos
focales. Este tipo de manifestaciones fueron expresadas principalmente en
Valledupar y Pelaya en contraste con la población de las otras localidades. Tanto
la felicidad por reconstruir sus vidas, como por el alejamiento de las condiciones
y/o factores y agentes de violencia, podrían estar relacionadas con la estructura de
oportunidades sociales encontradas en una ciudad como Valledupar, en contraste
con las ofertas y oportunidades de poblaciones más pequeñas, generalmente
dedicadas a la agroindustria, la agricultura y principalmente, la actividad extractiva
de la minería. Igualmente por los programas sociales y el apoyo social y
comunitario. También porque se percibe que la violencia fue algo excepcional y
lejano, y que ―tal vez‖, no se volverá a experimentar de la misma forma.
De igual forma, se encuentra que en los grupos en que las mujeres reconocen la
tristeza y el miedo como emociones constantes en sus vidas no solo se relaciona
con las experiencias emocionalmente perturbadoras por la violencia, como la
masacre que vivieron las mujeres del corregimiento de Santa Cecilia (Astrea) sino
las dificultades que el mismo contexto les plantea para la reconstrucción de sus
proyectos de vida, ya que en el caso de este corregimiento en particular, debido a
67
su pobre estructura y vía de acceso que les convierte en víctimas también de la
ola invernal y las ubica en una situación mayor de vulnerabilidad.
La tranquilidad y la nostalgia son otros de los sentimientos expresados. La
tranquilidad así como la felicidad, podrían estar asociada con la idea de que ya no
se está expuesta/o a los hechos de violencia, de que aquella situación fue
superada o nunca volverá a ser vivida. O en otros casos, a que ya, se ―pudo haber
pagado‖ con la vida algún tipo de deuda social contraída. Esto en los casos en los
que la persona o la comunidad asumen que lo que sucedió ―fue por algo‖, así este
algo sea indeterminado. Este tipo de explicación, donde lo que sucedió tiene un
sentido trascendente, casi siempre termina siendo relacionado con una
interpretación divina o religiosa, lo que afecta de manera drástica ubicar como un
hecho concreto lo que sucedió, identificar la responsabilidad en los victimarios y
tener la certeza del ―no merecimiento‖ por lo acontecido. Por otro lado, la nostalgia
llega, como parte de la memoria, del recuerdo que remite a las pérdidas y a las
experiencias vividas:
Las víctimas son despojadas en cada caso del requisito de coherencia necesario para vivir en un mundo predecible, ordenado y razonable. Esta fractura de la trama del mundo hace añicos la identidad, y genera en aquellos que la padecen un hambre de coherencia, un anhelo básico de orden. Como consecuencia, buscarán y aceptarán cualquier descripción que pueda permitirles restablecer alguna semblanza de estabilidad en su visión del mundo y de sí mismos. Esta necesidad extrema de claridad expone a las víctimas de violencia a ser inoculadas por narrativas distorsionadas y toxicas provenientes de su cultura o de su tradición familiar, de sus propias experiencias de vida previas, o aún ofrecidas por los mismos perpetradores o por los testigos de la violencia. (Sluzki, 2006)
La culpabilización es un escenario emocional que dificulta la reconstrucción de los
proyectos de vida y la recuperación emocional dado que genera en las personas
una sensación de incapacidad e impotencia que es difícil superar en tanto el
riesgo se instala en el si mismo: ―como yo me lo busque‖ como puedo estar seguro
conmigo mismos?
68
Tabla Nº 6. Sentimientos y estados emocionales, según grupo
piloto y formas de violencia. Departamento del Cesar, Noviembre
2010.
Municipio
Grupos
piloto.
Conjunto de sentimientos
y estados emocionales
Conjunto de Formas de
Violencia
Agustín
Codazzi
Aburrimiento;
Desconfianza; Dolor;
Impotencia; Incertidumbre;
Indignación;
Intranquilidad; Miedo;
Rabia; Tristeza.
Homicidio;
Desplazamiento forzado;
Presencia de grupo
armado; Violencia sexual;
Detención; Masacre;
Secuestro; Violencia
física; Amenazas.
Astrea
Dolor, miedo, tristeza,
desesperanza,
incertidumbre,
intranquilidad, rabia,
soledad, pérdida, ira,
angustia.
Masacre; Desplazamiento
forzado y retorno,
Bosconia
Impotencia; Miedo; Rabia Presencia de grupo
armado; Amenaza;
Desplazamiento forzado;
Homicidio
Chimichagua
Tristeza, intranquilidad,
miedo, confusión.
Amenazas,
desplazamiento forzado
(cabecera municipal
receptora) homicidio
La Jagua de
Ibirico
Confusión; Dolor;
Impotencia; Miedo; Rabia;
Tristeza.
Desplazamiento forzado;
Amenaza
Pelaya
Dolor; Incertidumbre;
Intranquilidad; Miedo;
Rabia; Tristeza
Desaparición forzada;
Desplazamiento forzado;
Presencia de grupo
armado;
Homicidio.
69
Tabla Nº 6. Sentimientos y estados emocionales, según grupo
piloto y formas de violencia. Departamento del Cesar, Noviembre
2010.
Municipio
Grupos
piloto.
Conjunto de sentimientos
y estados emocionales
Conjunto de Formas de
Violencia
San Diego
Confusión; Incertidumbre;
Miedo; Rabia;
Tristeza.
Desplazamiento forzado;
Presencia de grupo
armado; Masacre;
Homicidio; Amenaza
Valledupar Dolor; Rabia; Tristeza. Desplazamiento forzado;
Homicidio
Escenarios emocionales: Dolor, tristeza, rabia
En el municipio de Agustin Codazzi, al referirse las mujeres a algunos hechos de
violencia y su impacto, se establecen varias cosas. En el caso de eventos
violentos sucedidos años atrás como las masacres efectuadas entre el año 1999 y
2003, algunas mujeres reconocen que uno de los sentimientos que se mantiene
después de 10 años es la tristeza y el dolor por la pérdida de sus seres queridos,
de sus bienes (muebles e inmuebles, animales y capital fijo); pero principalmente,
la pérdida de la dignidad. Definida como el respeto y estima que una persona
tiene de sí misma, el cual, merece y debe ser prodigado por las otras personas
hacia ella, impidiendo de esta manera, por ejemplo, chantajes, coacciones,
imposiciones, entre muchas otras acciones, la dignidad es tal vez, una de las
cosas más valiosas que se pierde, además de los bienes materiales e
inmateriales, con la violencia y el terror, así como las acciones y hechos
desencadenados a partir de ellas. La pérdida de la dignidad implica que a ellos,
los ―… humillaron‖, derivando esto en la pérdida de la confianza hacia los demás,
pues de cierta forma existió ―traición‖, sumado todo esto a la pérdida del territorio,
ya que ―nos desplazamos forzadamente‖.
Hoy en día, en el corregimiento de Santa Cecilia - Astrea, a pesar de haber
retornado los pobladores reconocen que el miedo es su compañero, el cual se
agudiza al caer la tarde. Esta sensación permanente impide la construcción de
70
tranquilidad. Afecta los hábitos de sueño, derivando esto en una condición
permanente de zozobra, angustia, temor e insomnio. Tal vez, esta situación,
desencadena entre la población, una serie de estrategias y mecanismos para
protegerse y proteger sus vidas. Según algunas mujeres, ellas y sus familias, ―…
dormían en el monte, por miedo a que llegaran en la noche”. A pesar de
haberse estabilizado un poco el orden público en la región, el miedo y la inquietud
que conviven con ellas, aún no les permite recuperar el sueño y descansar.
El dolor, al volverse una constante cotidiana, se instala de manera profunda en la
mente y en el cuerpo de las mujeres y de las comunidades. Se trata de una
semilla cuya raíz profunda penetra al ser humano, tan hondo que pareciera
imposible su extirpación. Se trata de un dolor que no pasa. En uno de los casos, la
mujer siente que "quedó sola con el desplazamiento" y en algunos casos, se vio
obligada a buscar pareja para continuar su vida ya que sentía la imposibilidad de
hacerlo por sí misma.
En el grupo de Bosconia se percibe bastante dolor, derivado de la pérdida de
seres queridos y principalmente de la ―vida que llevaban antes‖ y de la separación
familiar. En conjunto estos aspectos, derivan en una pérdida de identidad y a la
vez en una reconfiguración de la misma. Al definirse una de las mujeres como
viuda de la violencia, da cuenta de sus pérdidas y a la vez de sus redefiniciones
identitarias. Las pérdidas sumadas al desconocimiento o no explicación de los
motivos o causas que originaron los hechos de violencia, el desplazamiento
forzado, las amenazas y asesinatos, y en general el conflicto armado, parecieran
alimentar el dolor, la impotencia y la rabia. En sus palabras: "… uno se siente
humillado, porque además hay muchas cosas que uno no sabe". Esta
condición, parece relacionarse con el silencio y la incapacidad de expresar lo
sucedido, guardándose el sufrimiento para sí: “yo lo sufro (...) no sé ni cómo
decirlo…"
A pesar del dolor y del conjunto de sensaciones y sentimientos, ellas exaltan la
capacidad que han tenido para salir adelante y responder, como madres cabeza
de familia, por sus hijos, hijas, nietos y nietas. Este valor, genera orgullo entre
ellas, así como un fuerte reconocimiento interpersonal por el esfuerzo empeñado
en salir adelante a pesar de las limitaciones y dificultades.
Por su parte, las mujeres del grupo piloto del municipio de Chimichagua
manifiestan sensaciones de inseguridad debido a las nuevas dificultades en la
crianza de los hijos resultado del desconocimiento del contexto (―temor porque
71
mis hijos vaya a coger el mal camino‖) y la posibilidad de repetición de las
situaciones de violencia en este lugar, percepción fortalecida en algunas
amenazas y rumores que se han venido comunicando entre las personas del
lugar. Los sentimientos de dolor y tristeza se asocian con la sensación de
humillación no solo por la vivencia de la violencia sino por las dificultades que se
experimentan en el nuevo contexto (“siento una tristeza muy grande cuando a
uno lo humillan”), emociones que van de la mano de la nostalgia por la vida
vivida antes del desplazamiento forzado
Por otro lado, las mujeres de La Jagua de Ibirico expresan una "inmensa tristeza
y soledad, que no se cura con nada". Algunas de ellas lloran continuamente al
hablar sobre los hechos, sienten que el tiempo no ha transcurrido desde el
momento en que asesinaron a sus seres queridos. Manifiestan tener síntomas de
depresión y tristeza, evitando en algunos casos relacionarse con la gente.
Tampoco disfrutan a cabalidad las fechas especiales, ni participan de los eventos
sociales. No son capaces de hablar con nadie sobre lo ocurrido; buscan
permanentemente estar solas, desahogándose por medio del llanto o la oración.
La ansiedad es otra de las sensaciones expresadas, según esto, algunas de ellas
algunas "viven con psicosis ante ruidos inesperados".
Las mujeres de Pelaya, reconocen sentimientos de tristeza, rabia, temor, ansiedad
y nostalgia por la separación forzada de sus seres queridos como de sus
pertenencias, así como por los cambios que han sufrido sus familias por el
desplazamiento forzado. Una de ellas expresa "… que tenía una familia unida y
feliz, pero ahora ha sido difícil volver. Por el miedo, el odio, el rencor ha
transformado a mi familia (…) la tristeza, la preocupación y la esperanza y la
fe en Dios de que algún día mi familia será unida y feliz como antes…" A
pesar de esto, algunas de ellas afirman sentirse más tranquilas en el municipio en
el que viven.
Ellas señalan que "… han sufrido bastante después del desplazamiento, pero
no dan ni un paso atrás". Las emociones más frecuentes al recordar lo ocurrido
son la tristeza y el dolor por haber perdido la vida que tenían construida, en
muchos de los casos, en el campo. Parece evidente a través de los relatos, el
deseo de continuar adelante y reconstruir las vidas, sin negar el dolor causado por
los hechos de violencia. Para las mujeres de San Diego, además de los
sentimientos y sensaciones expresadas por las otras personas de los demás
municipios, se experimenta resentimiento, temor, preocupación, vacío e
impotencia. Muchas de ellas manifiestan estar cansadas y no poder seguir
72
adelante, diciendo: ―… no puedo más. Estoy estancada y no puedo hablar (...) lo
perdí todo por la violencia…" A pesar de reconocer la pérdida, son incapaces de
hablar sobre lo sucedido. En este municipio en particular, fue evidente la
sensación de inseguridad experimentada por las personas y sus familias, no
solamente por la posibilidad de volver a vivir el conflicto armado, sino por la
situación de vulnerabilidad y necesidad social que enfrentan. Según ellas
"…antes no pasábamos necesidades de comida porque teníamos nuestros propios animales…" "…para mí es muy duro cuando mis hijos llegan del colegio y me dicen que necesitan una cosa y les digo que no tengo…"
La inseguridad podría estar relacionada también con la incertidumbre y la
dependencia a la que se ven sometidas ellas y sus familias, luego de haber
perdido posibilidad de producir y resolver sus propias necesidades mediante el
trabajo y los ingresos (pocos o muchos) derivados de sus actividades rurales. No
tener, haberlo perdido todo, necesitar comida y dinero, como vivencias concretas
pueden contribuir igualmente a alimentar el cuadro psicosocial de afectaciones
que se ha venido exponiendo. En este sentido, no sólo se trataría del impacto de
los hechos de violencia, sino de la situación posterior que se vivencia y de las
condiciones sociales en las que se desenvuelve la vida, luego de los hechos de
violencia. Entre ellas es manifiesto el estado de trauma en el que se encuentran
luego del desplazamiento forzado. Ellas afirman que a partir de los hechos de los
cuales fueron testigos, "quedamos traumatizadas", algunas lloran. El silencio se
explica también a través de palabras de temor y miedo.
En Valledupar algunas mujeres señalan que después de los hechos, empezaron a
sentir que "se iban a volver locas" y cuentan que al salir del territorio en el que se
desarrollaron los hechos de violencia, estas manifestaciones empezaron a
disminuir, tendiendo a desaparecer. Así mismo, verbalizaron emociones como el
miedo, el dolor, la tristeza o el cambio de vida y el hecho de tener que dejar atrás
todas sus pertenencias.
Miedo y angustia
En particular el estado de ansiedad y ―psicosis‖ (termino utilizada por ellas)
referido por algunas de las víctimas se relaciona directamente con un estado de
alerta permanente y angustia en el que viven muchas mujeres y sus familias.
73
Dicho estado se activa al recibir un estímulo sensorial relacionado con sonidos
específicos o situaciones asociadas ambas a la violencia, la guerra y la
incertidumbre.
En el caso de los hijos y los familiares, respecto de la ansiedad, se han
experimentado alteraciones en el comportamiento, el sueño y los hábitos
alimentarios. Varias de las mujeres expresaron modificaciones de este tipo, luego
del desplazamiento forzado, asociándolos con otro tipo de manifestaciones
emocionales como el llanto permanente y la agresividad. Una de ellas, refiriéndose
a su hijo, explicaba como socialmente es asumido este tipo de comportamiento,
dejando entrever las implicaciones individuales y colectivas para ella, su hijo, su
familia y la comunidad. Expresaba que: "… las personas dicen que mi hijo es
loco o que está enfermo, pero yo sé lo que le pasa y es que después de vivir
eso él no volvió a ser el mismo…‖
Como se señalo anteriormente, la rabia es un sentimiento constante entre las
mujeres. Derivada de los hechos cometidos, como de los atropellos de los que
fueron objeto, durante los días de la masacre. De la misma manera originada en la
impunidad que cobija los hechos.
A esto se suma la angustia y la preocupación, los cuales empañan algunos de
los momentos de alegría que pudieran tener y experimentar. Según ellas, por esto
evitan los momentos de felicidad: "… los días antes de la masacre en el pueblo,
se vivían momentos de felicidad: algunos nos decían ríanse, que después
van a llorar…ahora me da miedo sentirme feliz…". Cuando una persona o
comunidad es sometida a este tipo de experiencias extremas, enmarcadas en la
impunidad e injusticia, se termina cayendo en una especie de vacío, de pérdida de
sentido sobre lo que paso y las explicaciones que se tejen sobre el hecho
adicionan una nueva carga sobre la vida, pues la victima además de saber que
nada volverá a ser como antes, también ―teme‖ nuevamente permitirse ser feliz
porque ―algo‖ o ―alguien‖ puede volver a cobrar por eso. La felicidad se permite
sólo, cuando se piensa estar protegido, en este caso, por la ayuda de Dios
―alegría por "tener a Dios en su corazón", sin embargo, esta felicidad también se
combina con la tristeza experimentada por lo ocurrido. Una de las mujeres señala
no sentir rencor, en sus palabras, "eso se lo dejo a Dios".
El cuerpo y el dolor
74
Ahora bien, sintomáticamente las mujeres que participaron en la caracterización
exponen verbalmente un cuadro complejo de síntomas físicos y emocionales:
malestar general, dolores en el cuerpo, alteración en hábitos alimentarios y de
sueño, cansancio generalizado, estrés, cáncer, hipertensión y ansiedad. En
general, ellas asocian su estado físico con el emocional y con las sensaciones
derivadas de los hechos de violencia.
En general, muchas de ellas manifiestan que entre las consecuencias más
visibles, además del estado emocional derivado por los hechos de violencia, se
cuentan la imposibilidad de trabajar y los drásticos cambios en la forma y los
hábitos de vida a los que estaban acostumbradas. (Tabla Nº 5).
Algunas de las mujeres expresan sentimientos de minusvalía y dificultad para
continuar con sus vidas debido a la situación que viven actualmente, a las
necesidades cotidianas sin resolver y a la dependencia que se tiene de las ayudas
del Estado. A pesar de esto, esperan poder contar con ―ayudas distintas a las
ofertadas‖. En sus palabras:
"… lo que nosotras necesitamos son ayudas y programas para poder trabajar (…)
tienen que no solo enseñarnos con los cursos que nos dan sino apoyar algo para
poder hacerlo, porque sino lo que uno aprende es perdido…"
No obstante, pese al dolor crónico, su situación actual de pobreza y marginalidad,
las enfermedades y la sumatoria de pérdidas, también es frecuente encontrar que
"sienten deseos de trabajar y salir adelante".
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Tabla Nº 7. Sintomatología expresada verbalmente mujeres víctimas de
la violencia, según grupo piloto y conjunto de emociones. Departamento
del Cesar, Noviembre 2010.
Municipio
Grupos piloto.
Conjunto de
sentimientos y
estados
emocionales
Síntomas expresados verbalmente en
la caracterización
Agustín
Codazzi
Aburrimiento;
Desconfianza;
Dolor;
Impotencia;
Incertidumbre;
Indignación;
Intranquilidad;
Miedo; Rabia;
Tristeza.
- Dolores de cabeza.
- Pérdida del apetito y del sueño.
- Surgimiento de hipertensión.
- Dolores en el cuerpo.
- Dolores de cabeza.
- Cansancio.
- Cáncer.
Astrea
Dolor, miedo,
tristeza,
desesperanza,
incertidumbre,
intranquilidad,
rabia, soledad,
pérdida, ira,
angustia.
- Ansiedad
- Insomnio
- Intranquilidad
- Dolores de cabeza
- Paranoia
- Cansancio (―Día a día siento que me
estoy consumiendo‖)
Bosconia
Impotencia;
Miedo; Rabia
- Cambios en la forma de vida
- Dolores en el cuerpo
- Dolores de espalda, piernas
- Imposibilidad de trabajar por malestar
físico ..
Chimichagua
Tristeza,
intranquilidad,
miedo,
confusión
- Dolores: espalda y cabeza
- Cansancio
La Jagua de
Ibirico
Confusión;
Dolor;
Impotencia;
Miedo; Rabia;
- Dolores: espalda, cabeza,
- Desconcentración
- Estrés
- Síntomas de ansiedad como
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Tabla Nº 7. Sintomatología expresada verbalmente mujeres víctimas de
la violencia, según grupo piloto y conjunto de emociones. Departamento
del Cesar, Noviembre 2010.
Municipio
Grupos piloto.
Conjunto de
sentimientos y
estados
emocionales
Síntomas expresados verbalmente en
la caracterización
Tristeza. alteración del ritmo cardíaco,
nerviosismo, al escuchar ruidos
asociados a la violencia.
- Estado de alerta permanente.
Pelaya
Dolor;
Incertidumbre;
Intranquilidad;
Miedo; Rabia;
Tristeza
- Dolores en diferentes partes del cuerpo:
cabeza, parte abdominal y pélvica,
lumbar.
- Dolencias emocionales: tristeza y
decaimiento.
San Diego
Confusión;
Incertidumbre;
Miedo; Rabia;
Tristeza.
- Cambios de comportamiento a partir de
la experiencia del desplazamiento
forzado: individual, de los hijos y las
familias:
- Llanto constante
- Dificultades para conciliar el
sueño
- Angustia, agresividad.
- Dolores físicos: espalda, piernas.
- Carencia visual
Valledupar
Dolor; Rabia;
Tristeza.
En apariencia en este grupo de mujeres
no se manifiestan verbalmente dolencias
físicas, pero si emocionales.
Pistas para tramitar el dolor: temor o imposibilidad de hablar sobre lo sucedido
En general, a las mujeres asistentes a los encuentros de caracterización
psicosocial, se les dificulta expresar lo sucedido. Reconocen que esta
―incapacidad‖ es producto del miedo y temor; más no de dificultades para
recordar. Además de lo expresado, se evidencia preocupación respecto de los
77
hijos: no sólo por los cambios comportamentales, sino también por el futuro. Una
de ellas expresa como su "… hijo mayor se ha vuelto rebelde y rencoroso a raíz de
la muerte de su papá".
Es como si después de los hechos emergieran nuevas preocupaciones. En el caso
por ejemplo de los familiares de personas víctimas de la violencia se expresa la
necesidad y el deseo de conseguir un buen trabajo, y que "… el gobierno les
pueda garantizar unas condiciones justas para trabajar…" Para ellas, las creencias
religiosas y la fe en Dios son recursos fuertemente presentes en el grupo. Al igual
que otras mujeres, las habitantes de Agustín Codazzi, desean salir adelante,
reconstruir sus vidas individuales y colectivas y principalmente, "…ver las cosas
buenas de la vida…", "… levantarse de nuevo con la ayuda de Dios", esperando
estar bien en el futuro.
En la Jagua, la mayoría de pensamientos expresados por las mujeres se centran
en "… salir adelante y sacar adelante a sus hijos, construyendo para ellos un
futuro mejor". Muchas de ellas han ocultado la verdad de los hechos a sus
hijos con el objetivo de "… que no crezcan con rencor ni repitan la violencia de
la que fueron víctimas…". Otra de las preocupaciones se relaciona con la
situación económica y las necesidades, expresando abiertamente que no han
recibido las "ayudas" que esperan por parte del Estado. Finalmente se preocupan
por el cumplimiento de sus metas y la estabilidad laboral y económica de ellas y
sus familias.
Las reflexiones de las mujeres de Pelaya se concentran principalmente en las
pérdidas y necesidades derivadas del desplazamiento forzado, destacando, la
dureza de la experiencia, la dependencia de las ayudas, el fervor religioso y los
esfuerzos por sobrevivir y pensar en el futuro. En este grupo se han presentado
cambios significativos en cuanto a la manera de entender y posicionarse frente a
la vida cotidiana. Así, señalan por ejemplo que ahora se preocupan más por el
futuro de sus hijos, la unidad familiar, la subsistencia económica, que eran
preocupaciones que antes no percibían en sus vidas. Sin embargo, se piensan a
ellas mismas como mujeres "valientes, alegres, con berraquera, actitud
emprendedora, carácter, valor y firmeza" lo cual les permite tener una visión de
futuro esperanzadora, a partir de la cual, ellas por ejemplo, esperan que la
situación de violencia se acabe. Sus ideas giran en torno a la lucha por crear un
futuro mejor para ellos y sus hijos.
78
Las mujeres, esperan algún día, poder vivir en paz y tranquilas donde ellas
quieran. Según ellas, "… hemos visto muchas cosas que no se las deseamos a
nadie..."; "…nosotras mismas éramos un riesgo para nuestras familias…
queremos vivir dignamente y superar los momentos difíciles para superar el
temor…" En Valledupar, el grupo manifestó experimentar cambios significativos en
las ideas que tienen sobre la vida, el mundo y la familia. Señalaron que ahora sus
pensamientos giran alrededor de idea de "salir adelante, superarse, construir un
futuro mejor para ellas y sus familias. A pesar de las dificultades experimentadas
para resolver problemas y necesidades, esperan que los hijos estudien y tengan
un futuro mejor. Se observa además una preocupación en este grupo de mujeres
por ser "mejor cada día y superarse". Por otro lado, en apariencia valoran más las
cosas que antes, en tanto "… se consiguen con más sacrificio." Los recuerdos se
centran en la vida de antes; invocando en muchos casos recuerdos de la niñez o
adolescencia y del lugar donde crecieron.
En el plano conductual se destacan por ejemplo, conductas agresivas al interior de
la familia y hacia miembros de la comunidad, compañeros de colegio y parientes.
En algunas ocasiones, relatan ellas, sus hijos ante un castigo reaccionan de forma
violenta, reviviendo rabia y dolor
3.3.1.2. Impactos en el ámbito relacional
Los hechos de violencia no sólo afectaron emocionalmente a las víctimas, también
generaron una serie de rupturas familiares, perdida del proyecto de vida, de su
forma de trabajo y sustento, de su tierra, produciendo la transformación no solo de
las condiciones de vida, sino también de los roles asumidos por hombres y
mujeres: ―En un contexto de crisis económica y de problemas de seguridad, a los
hombres les es más difícil cumplir con su rol tradicional de protector y sostén de
familia. Las mujeres recurren pues a estrategias de sobrevivencia tanto para ellas
como para sus hijos, pero a menudo a un elevado coste en términos de salud
mental y física‖ (Becker & Weyermann, 2006).
En el caso de los grupos de las mujeres del Cesar, ellas señalan como variaron
sus actividades laborales cotidianas: ahora se dedican a lavar y planchar ropas,
siendo la mayoría de ellas madres cabeza de familia. En general tienen empleos
informales a partir de los cual derivan un sustento económico, que en la mayoría
de los casos no es suficiente para solventar sus necesidades básicas. Destacan
79
en general, el aprendizaje de nuevas formas de trabajo relacionadas con el
contexto urbano al cual se vieron enfrentadas por la fuerza. Desde esta
perspectiva, los hábitos y rutinas cotidianas se han modificado al cambiar el lugar
de residencia, desempeñando las mujeres, nuevos roles producto de las nuevas
dinámicas. También destacan la recomposición de las estructuras familiares,
percibiéndose ahora como mujeres "más activas", que participan e interactúan en
algunos espacios políticos de organización social, derivando esto en la
construcción de liderazgos que antes no ejercían. Sin embargo, tal como lo
señalan estudios sobre la transformación en los roles de género a partir de un
hecho violento:
Al asumir nuevas tareas, las mujeres adquieren mayor poder a nivel del
hogar y a veces también en la comunidad. Sin embargo, por lo general
estos cambios no se traducen en un mayor poder político. A menudo, las
mujeres no están representadas en el proceso de paz oficial y cuando los
hombres regresan al hogar, a ellas se les remueve de muchas posiciones
que ocupaban durante la guerra. La identidad de género es tenaz, aunque
los roles de género cambian en un contexto de guerra, los viejos deseos y
fantasmas de lo que es virilidad y feminidad permanecen. Muchos dicen
que las cosas ya no serán más como antes, pero tanto hombres como
mujeres alimentan las ideas de la preguerra y las defienden. Las imágenes
interiorizadas cambian más lentamente que las realidades exteriores, aún
más cuando los cambios no son voluntarios, sino que responden a
experiencias traumáticas o a una estrategia de sobrevivencia desarrollada
en circunstancias adversas. (Becker & Weyermann, 2006)
Pese a que a través del cambio de roles, es difícil transformar las estructuras
sociales patriarcales, principalmente porque en contextos de conflicto se terminan
agudizando patrones de violencia de género, donde las mujeres son explotadas
laboralmente, y son sometidas a una serie de señalamientos y abusos; en general,
las mujeres luego del desplazamiento forzado y los hechos de violencia, a pesar
del dolor, han descubierto nuevas destrezas y habilidades que el nuevo contexto
les demanda. Ahora realizan trabajos fuera de su hogar para mantener a sus hijos,
aunque dentro de sus obligaciones sigue estando el cuidado del mismo. Algunas
han hecho cursos de modistería por medio de asociaciones de mujeres o se
dedican a manufactura. Este es el caso de las mujeres en Valledupar, destacando
la inserción productiva y tal vez, la derivación de ingresos mayores a las mujeres
de las otras localidades, lo que en apariencia podría haberles brindado una
posibilidad de superación de trauma, mayor que la de las otras mujeres
80
entrevistadas. Sin embargo, las actividades laborales no son las mismas en todos
los municipios.
Una de las fuentes de trabajo del corregimiento de Santa Cecilia, municipio de
Astrea, es la pesca en el rio Cesar. La mayoría de las familias, antes de los
hechos de violencia, se dedicaban con sus compañeros a la pesca. Hoy en día, la
falta de motivación, conjugada con la escasez del pescado, ha llevado a la
disminución de la fuerza laboral masculina en esta actividad implicando la
intensificación del trabajo de las mujeres en sectores de informalidad, conjugando
sus actividades domésticas con la venta de: productos por catalogo, galletas,
comidas en el comedor escolar. Esta variación de actividad laboral es asociada
por las mujeres, con su capacidad de sobrevivencia y la responsabilidad derivada
de su condición materna, lo que las lleva, en su concepto, a diferencia del hombre
a ―… medirsele a cualquier trabajo…”. Algunas mujeres se han preocupado por
capacitarse en algunos cursos a los que han podido acceder.
En el caso de las mujeres cabeza de hogar, como en Bosconia, las obligaciones
derivadas la crianza de sus hijos, del sustento económico y del hogar, propiciaron
un cambio común en este grupo de mujeres quienes a partir de la experiencia del
desplazamiento han aprendido nuevas formas y actividades para cumplir con esta
responsabilidad, las cuales anteriormente se reconocían como 'actividades
masculinas'. Según ellas, "… Nos tuvimos que poner los pantalones (como ellos) y
dejar la falda". Reconocen la imposibilidad de poner en práctica los aprendizajes
de los cursos a los cuales se inscriben por medio de los programas para la
población desplaza con otras organizaciones, como el SENA. En este sentido,
dicen que:
"… de que nos sirve aprender panadería o a coser si no tenemos los medios para
empezar a hacerlo, no nos dan ni siquiera algo para arrancar… es como si uno no
aprendiera nada porque no lo podemos usar. ¿Para qué?"
Una líder participante del encuentro identifica esto como un obstáculo y afirma en
relación a esto:
"Nosotras no queremos estar pidiendo todo el tiempo y lo que tenemos son
ganas de trabajar, falta que alguien nos apoye para que nosotras podamos
responder por nosotras mismas y nuestras familias."
81
Comunican tener dificultades al buscar trabajo, ya que no consiguen
oportunidades estables y algunas de ellas dependen de las actividades que
durante ―el día vayan saliendo‖, desempeñándose principalmente en trabajos
informales. Muchas de las actividades informales en las localidades como la Jagua
de Ibirico, se conjugan con la elaboración de ―bolis‖, la venta de comidas, el
planchado de ropa, y el trabajo en las minas de carbón. La Jagua de Ibirico es uno
de los municipios que más regalías recibe en Colombia por la explotación del
carbón y paradójicamente es uno de los municipios con más necesidades básicas
insatisfechas para su población. Para las mujeres en Chimichagua satisfacer las
necesidades básicas de la familia es la principal preocupación. La ausencia o
pérdida del padre en la familia, las ha llevado trabajar en el hogar y fuera de él.
Reconocen que es más fácil que la mujer realice diferentes actividades a que el
hombre lo haga. Según ellas, las mujeres ―… nos medimos a lo que sea (…) el
hombre solo hace una cosa y ya está cansado‖. El salir de casa a trabajar les
genera preocupación, teniendo en cuenta la crianza y protección de sus hijos
durante su ausencia.
En cuanto a lo laboral, las mujeres se han visto obligadas a subsistir trabajando
para ganar el sustento de sus familias. Además de las actividades referidas, en
Pelaya, las mujeres se dedican a la venta de productos por catálogo, venta de
comidas (sopa y almuerzos, bolis, chicha) y lotería, trabajando en condiciones
desfavorables.
En general, se hace evidente el cambio de rol de la mujer respecto de las
actividades económicas y la proveeduría en el hogar, pues ella sin dejar las
responsabilidades del mundo privado, debe ingresar al mundo laboral público para
responder económicamente por las personas que tiene a su cargo, lo cual genera
en ellas malestar por la sensación de dejar de lado el cuidado y la crianza de sus
hijos:
"…ahora hay que desatender los niños en la casa."
Igualmente, resaltan la recursividad que tienen para responder por sus nuevas
responsabilidades, señalando que es una habilidad particular de las mujeres lograr
repartir su tiempo entre las responsabilidades anteriores y las nuevas, cumpliendo
exitosamente con ambas; destacan igualmente el empuje y la disposición de
arriesgarse a aprender oficios que anteriormente eran desconocidos para ellas. En
el caso de Valledupar, el grupo de mujeres por medio de la Asociación las mujeres
82
se han organizado y fabrican sandalias para vender, así mismo algunas tienen la
meta de crear una microempresa y dar trabajo a más personas.
En este aspecto se abordan dos dimensiones, la interpersonal y la intrafamiliar.
Con relación a la primera, es claro para las víctimas que la relación con los
demás, no es la misma. Después de las masacres y de los hechos de violencia,
pero en particular de las masacres, en el caso de las mujeres habitantes de Santa
Cecilia - Astrea, ellas expresan que ya no confían en las demás personas.
Consideran que aquello que pasó fue un acto de traición por parte de alguien que
vivía con ellos. Hoy en día sus relaciones se han limitado, evitando el contacto con
algunas personas de la comunidad, eludiendo a la vez cierto tipo de
conversaciones, en tanto “desconocen” con quien hablan o quien los puede
estar escuchando. También reconocen que se perdió la unidad familiar y
comunitaria que tenían antes de la masacre. A pesar de estos, ellas intentan y
establecen buenas relaciones con los demás, llegando a convertirse en grupo de
apoyo para otras personas, ya que, tener y establecer buenas relaciones, así sean
limitadas, es saludable para el estado emocional. En un caso una de las asistentes
señala que respecto de los demás, "es un poco desconfiada, porque no se sabe
en quién se puede confiar". Señalan también la importancia que tiene para ellas
"darle la mano a quien esta caído, viviendo la misma situación de ellas".
Adecuarse a una ―nueva vida‖ y buscar el re-establecimiento en un nuevo lugar, es
percibido por las mujeres como un proceso difícil para lograr su adaptación y
sentirse cómodas con sus familias. Afirman sentirse desconfiadas al crear nuevas
relaciones con las personas habitantes del lugar, "ya nada es como antes",
teniendo en cuenta que han perdido amistades y redes sociales. Afirman que
buscan consejo, ayuda y aprendizaje de las experiencias de las personas para
salir adelante y dejar atrás las necesidades que actualmente tienen.
En la Jagua de Ibirico, las mujeres señalan que "tienen buenas relaciones con sus
vecinos". Sin embargo, no se relacionan mucho con los demás y no establecen
vínculos cercanos en varios casos. Algunas mujeres más bien identifican las
iglesias como el lugar en el que encuentran apoyo. En uno de los casos, la mujer
señala que prefiere no relacionarse con la gente; más bien prefiere orar. En
Chimichagua, el desplazamiento forzado trae consigo cambios en todos los
niveles; el interpersonal no es la excepción. Ellas admiten que muchos amigos se
quedaron en la zona, o al igual que ellas y sus familias tuvieron que abandonar su
territorio. Establecerse en un nuevo territorio les ha llevado a construir nuevas
83
relaciones, pero no con la misma confianza que sentían antes de lo ocurrido. Para
ellas, "… la situación emocional colectiva se caracteriza por la desconfianza… las
familias y las personas se aíslan de sus contextos". En general señalan que
aunque ahora la vida social es diferente al transitar del campo a la ciudad no por
voluntad propia, mantienen buenas relaciones con sus vecinos, son tolerantes con
ellos, prevaleciendo la ayuda mutua. Ellas no identifican mayores dificultades en
cuanto a la convivencia y la construcción de nuevas relaciones sociales.
En San Diego, según los testimonios, entre la mayoría de las mujeres asistentes al
encuentro, existen relaciones de amistad, destacando que la experiencia
compartida del desplazamiento forzado las ha llevado a ayudarse mutuamente:
"nos damos la mano. En general ellas atribuyen a las relaciones construidas y
preservadas un carácter de protección, apoyo emocional y que posibilita
ayuda en caso de necesidad personal y/o familiar. Reconocen que a partir de
las amenazas y el conflicto armado las relaciones con las demás personas
empezaron a afectarse y perdieron contacto con varias de ellas, las cuales
conformaban redes de apoyo. Esta afectación derivó del miedo compartido. Según
ellas, se veía amenaza en las relaciones, en tanto algunos de ellos podrían
significar peligro para los otros. De esta forma eran calificadas por ejemplo las
personas desplazadas forzadamente: "… Nadie quería estar cerca de uno porque
decían que uno era una bomba de tiempo", de esta forma, algunos se alejaron de
ellas como forma de protección. El temor también ha influenciado la construcción y
recomposición de las relaciones sociales en el sitio de llegada luego del
desplazamiento forzado, ellas afirman que "… decían que estaban matando a los
desplazados". En este sentido, ser reconocidos/as como tal, para la mayoría
representaba un riesgo.
En Valledupar, el grupo de mujeres entrevistadas señala como significativo el
cambio de contexto. La demanda de adaptarse a un lugar "desconocido" y a una
ciudad en la que no conocían mucha gente" ha requerido de capacidades y
actitudes que no sabían reconocer anteriormente. Señalan además que con el
tiempo han podido establecer relaciones con sus vecinos, a quienes en la mayoría
de los casos identifican como grupo de apoyo.
En el plano intrafamiliar, las relaciones familiares y las dinámicas han cambiado
significativamente a partir de la situación de desplazamiento forzado y de los
hechos de violencia vividos. Muchos de los miembros de la familia se separaron,
tomando rumbos diferentes. Otros decidieron retornar a sus tierras aun con el
miedo que se vive hoy día, incluso, a pesar de la presencia activa de grupos
84
armados en las zonas de las que fueron desplazados. Así mismo, se destaca que
los roles tanto en el hogar como en las actividades productivas mudaron: a las
mujeres les toco cambiar sus tareas de casa por el trabajo fuera del hogar para
mantener a sus hijos. Muchas de ellas viudas, quedaron responsables del hogar, o
fueron abandonadas por sus esposos. En general, son ―cabeza de familia". Para
ellas, la familia se constituye en la principal motivación para salir adelante.
En general, las dinámicas familiares han sido significativamente atravesadas por
los hechos de violencia. Al faltar un miembro de la familia, "… les duele pensar si
está vivo o muerto". La descomposición de la familia y la ruptura de las estructuras
de familia extensa, propias de habitantes y comunidades de zonas rurales, hace
que las necesidades económicas sean mayores y que se perciban en una
magnitud mayor, afectando negativamente la calidad de vida de la población en
condición de desplazamiento forzado.
Para las mujeres de Bosconia, ahora ellas son "mujeres cabeza de hogar" y la
responsabilidad del hogar, de la familia y del sostenimiento económico de estos,
pasa a ser parte del quehacer diario. Algunas de las mujeres afirman que sus
relaciones de pareja terminaron al llegar a vivir al nuevo contexto, en tanto los
hombres, al llegar, "tienen y conocen nuevas opciones y se van con otras
mujeres".
En la Jagua, las mujeres parecen un poco más reacias a hablar del tema familiar y
de las implicaciones de la violencia en sus vidas. Al conversar con ellas sobre, en
la mayoría de los casos señalan que se encuentran muy bien, que siguen unidos y
apoyándose. Manifiestan eso sí, las dificultades enfrentadas para la crianza de los
hijos, la construcción y desarrollo de relaciones de pareja. Evidencian carencias,
según su criterio, para orientar a sus hijos adolescentes, expresando temor frente
a lo que pueda ocurrir con ellos ahora, ya que el contexto ha cambiado y se
enfrentan a la realidad de criar hijos en un pueblo y no en el campo.
Para las mujeres de Chimichagua, la familia ha sufrido cambios estructurales,
generados en algunos casos por la pérdida o ausencia (fruto de la violencia) de
algún miembro, dando como resultado el cambio de roles dentro del núcleo
familiar. En su mayoría admiten que ahora son ellas las que asumen la
manutención debido a la ausencia de los padres o la falta de empleo para los
hombres: "prácticamente he quedado sola… he salido adelante con mis hijos…"
dice una de ellas. Así mismo aseguran tener problemas con las funciones de su
familia entre las que se destaca los problemas de jerarquía, el establecimiento de
85
fronteras y límites de autoridad con sus hijos e hijas, las necesidades económicos,
el manejo de la afectividad y la disciplina. En sus palabras, refiriéndose a las
relaciones entre madre e hijos, una de ellas señala qué "… a veces peleo y los
maltrato… mi hijo mayor dice que no quiere vivir conmigo". Otra persona anota
que: "…mi familia antes no era así… mis hijos sienten odio y es una peleadera…"
En general manifiestan sentirse unidas a sus familias "somos familias sufridas
pero unidas", que han intentado que los hechos de violencia "no los separen".
Respecto a la familia, manifiestan que es una de sus principales fuentes de
satisfacción y de afecto.
En San Diego, uno de los mayores impactos ha sido la fragmentación familiar, ya
que el nuevo lugar en el que viven se percibe como un lugar en el que los
hombres no consiguen trabajo fácilmente, generando en varias de las familias que
los hombres busquen nuevos lugares para vivir y poder trabajar. Una de las
mujeres comparte que, a causa del desplazamiento, su compañero empezó a
tener cambios de comportamiento:
"…ya no le interesaba nada y no hacía nada, por lo que me tocó a mí salir a
hacerme cargo de las cosas, porque él nos iba a dejar morir de hambre…"
Este cambio significó la separación de la pareja. Esto a su vez genera que la
mujer cambie de rol, dejando el cuidado del hogar y los hijos en un segundo lugar
pues deben aprender y empezar a trabajar para sostener económicamente a su
familia. Claro que esto también es producto de la muerte de algunos de sus
compañeros a causa de la violencia. Se resalta de manera importante la pérdida
de la figura paterna al interior de la familia, afirman que en las familias "…cambio
el respeto porque el papá ya no está lo cual hace un poco más complejo la
educación de los hijos‖.
La pérdida de contacto con la familia extensa por temor a retornar a sus lugares
de origen y reencontrarse con la situación que les hizo salir en un primer
momento, también genera sentimientos de soledad, tristeza y vacío, pues dicen
sentirse incapaces de volver al lugar de donde fueron desplazadas, en donde,
para algunas, permanecen algunos de sus familiares. Finalmente, se considera
importante resaltar que la mayoría de ellas afirman que a partir de estas
experiencias los vínculos al interior de la familia se han fortalecido, "ahora somos
más unidos" y "estamos agradecidos por seguir juntos, la ayuda que nos
brindamos y el afecto".
86
Para las mujeres de Valledupar, se pueden encontrar cambios significativos en las
dinámicas y los hábitos de las familias. Señalan que "… su familia y en especial
sus hijos, son lo más importante para ellas…". En algunos casos la familia se
identifica como el grupo de apoyo con el que se cuenta y en otros manifiestan más
bien que "sus vecinos son más cercanos que la familia"; explicando por ejemplo,
que la familia se encuentra lejos y esto hace que no haya mucho contacto.
Muchas señalan que esta situación ha sido difícil para toda la familia pero con el
tiempo "se ha ido superando lo ocurrido". Señalan también que hay unión en la
vida familiar.
3.3.1.3. Impactos en el ámbito de derechos
¿Qué hechos, según el relato de las mujeres víctimas generaron los escenarios
emocionales referidos? Tres ámbitos de afectación fueron manifestados de
manera preliminar por las mujeres asistentes a los ejercicios de caracterización:
vida e integridad personal y colectiva; territorio y derechos civiles, a través de la
represión y en particular de la detención arbitraria.
Respecto de la vida y la integridad, del repertorio de formas de violencia hacen
parte entre otros: las amenazas, el homicidio, las masacres, la desaparición
forzada, el secuestro, la violencia física y sexual. Si bien esta última forma de
violencia solo fue expresada en uno de los grupos focales, se destaca el silencio
generalizado sobre esta temática entre la población femenina y la gran dificultad
expuesta por la víctima, para verbalizar lo sucedido. En el ámbito territorial,
destacan como formas de violencia, la presencia del grupo armado
(principalmente paramilitares y de forma aparentemente marginal, guerrillas) y el
desplazamiento forzado de la población. Desde la perspectiva de las libertades y
los derechos civiles, la represión y la detención arbitraria complementan el cuadro.
Tabla Nº 8. Ámbitos de afectación Psicosocial y formas de
violencia, según grupos piloto y victimarios. Departamento del
Cesar. 2010
Municipio
Grupo piloto
Actor
armado
Victimario
Ámbito de
afectación. Forma de Violencia
Agustín
Codazzi
Paramilitares
Vida e
Integridad
Amenaza
Homicidio
87
Bosconía
La Jagua de
Ibirico
Pelaya
San Diego
Valledupar
Masacre
Desaparición Forzada
Secuestro
Violencia física
Violencia sexual
Territorio
Desplazamiento
forzado
Presencia de grupo
armado
Represión Detención
San Diego
Chimichagua
Astrea
Guerrillla
Territorio Presencia del grupo
armado
Vida e
Integridad
Masacre
Homicidios
Paramilitares
Amenazas
Desaparición forzada
Desplazamiento
forzado
La relación de hechos de violencia expuesta en la tabla número 8, en particular en
lo que compete a los municipios de La Jagua de Ibiríco, Pelaya y Valledupar,
puede estar influenciada por sentimientos y estados emocionales que inhiben a las
personas para hablar explícitamente y reconocer los hechos de violencia que aún
pudieran seguir aconteciendo. También por el trauma psicosocial individual y
colectivo y en general por la persistencia de los factores y agentes generadores de
hechos de violencia en la región. De esta manera podría entenderse la ausencia
en los relatos de otros delitos, que aparecen explícitamente referidos por ejemplo
en el municipio de Astrea. Partiendo de la base, de que la población en el
departamento del Cesar fue sistemáticamente afectada por hechos de violencia
derivada de las acciones de grupos paramilitares y guerrilleros, y en ocasiones por
la Fuerza Pública, es significativo que no aparezcan en los relatos este tipo de
hechos. Por ejemplo no se hace alusión a las fosas comunes y poco a la
desaparición forzada. En el Cesar, a junio de 2010, eran reconocidas por el
gobierno nacional y por organismos no gubernamentales nacionales
internacionales, cerca de 140 fosas comunes.
88
Al ser preguntadas sobre la repetición de los hechos de violencia, la mayoría de
las mujeres asistentes expresan opiniones divididas y contradictorias, sobre
hechos de violencia, manifestando su no repetición o la persistencia de las
mismas. Hechos como el desplazamiento forzado, los homicidios, la violencia
sexual, las detenciones, las masacres, el secuestro, las amenazas y la violencia
física han cesado en algunas de las poblaciones, según la opinión de algunas. Sin
embargo, también señalan otras mujeres, que la presencia de los grupos armados
en poblaciones como Bosconia, Chimichagua, Astrea y San Diego, siendo una
realidad; que el homicidio continúa; así como el desplazamiento forzado y la
desaparición forzada de población. Potencialmente el miedo generalizado,
conjugado con otros sentimientos, sensaciones y estados emocionales, podría en
principio explicar tanto los silencios respecto de algunos temas, como las
contradicciones testimoniales que pudieran surgir.
Una persona intimidada, que experimenta la presencia inminente del actor armado
que fue su victimario, o que aún observa que las relaciones sociales de poder que
sustentan el orden a partir del cual es victimizada, sigue intacto, difícilmente
arriesga la poca o nula estabilidad y tranquilidad que ha construido, tras el hecho
de violencia. En otras ocasiones, al percibir que aquellos hechos no se relacionan
de manera directa con la persona o con su entorno familiar inmediato, se podría
evaluar que el riesgo es mínimo y que aquella situación de violencia como las
acciones, se han focalizado en algunas personas, distintas a las ya victimizadas.
Desde esta perspectiva, se podría experimentar cierta ―tranquilidad‖, sin que esto
anule otros sentimientos, sensaciones o estados emocionales.
Sin embargo, como se muestra en la contextualización municipal de este informe,
lejos de estabilizarse la situación de violencia, se han matizado algunas de sus
expresiones, que sin embargo, no ocultan la continuación del ejercicio de terror
por parte principalmente de los grupos paramilitares, en los años recientes.
3.3.2 Otras dimensiones de la afectación emocional a nivel colectivo
En los grupos de mujeres del Cesar se reconoce una transformación del miedo, ya
que se encuentra que no está relacionado directamente con los hechos violentos y
la angustia que generaba vivir esta experiencia, quizá por el cambio de contexto.
Ahora se encuentra que en la mayoría de los casos ha pasado a ser temor y
preocupaciones frente a situaciones relacionadas con el bienestar de su familia y
exigencias del nuevo contexto. Sin embargo, en algunos casos, las mujeres
experimentan recuerdos intrusivos o flashbacks frente a situaciones que
89
relacionan con los hechos de violencia vividos anteriormente (Pólvora, ruidos de
motos o automóviles en la noche). El sueño se ve afectado a menudo por el miedo
y la intranquilidad que se agudiza en la noche.
De igual forma, las mujeres expresan que su vida nunca volvió a ser igual, ya que
después de vivir el conflicto armado se generaron transformaciones de orden
social, económico, familiar y emocional; llegando a reconocer nuevas capacidades
para afrontar los obstáculos de las nuevas situaciones y responder con las nuevas
responsabilidades resultantes del cambio de rol y de comportamiento en algunos
de los miembros de la familia; generando transformaciones en la autopercepción,
como mujeres ―más fuertes y capaces‖, ―ahora las mujeres tenemos que hacernos
cargo de todo (...) es más fácil conseguir trabajo‖.
En algunos casos las mujeres han expresado en su discurso que ―no todo ha sido
malo‖ pues la situación las ha llevado a reconocer en ellas habilidades y recursos
que anteriormente no percibían, experimentando los cambios como oportunidades
al interior de su familia, en el mundo laboral y resignificando su propia identidad y
comprensión de ser mujer
3.3. 2. 1 Afectaciones de carácter socio cultural
El desplazamiento y los hechos de violencia han afectado los significados y la
identidad de las mujeres, en cuanto a que es diferente vivir territorios rurales
como por ejemplo, en la Serranía del Perijá (donde habitaban la mayoría de
mujeres de Agustín Codazzi) a vivir en la zona urbana o las veredas cercanas.
Esto implica una organización social diferente, una cotidianidad y unas nuevas
relaciones familiares y sociales, que generan cambios de hábitos y rutinas donde
las actividades ya no se centran en la agricultura y el cuidado de los animales,
sino en trabajos propios del contexto urbano, los que asumen desde su
responsabilidad de mujeres cuidadoras, "hacen y harían lo que fuera por sacar a
sus hijos adelante y conseguir el sustento para ellos".
De igual forma, esta transformación ha implicado que las mujeres se movilicen y
desarrollen nuevas habilidades y destrezas propias de las nuevas demandas del
contexto, como el aprender nuevos oficios que ―nunca se imaginaron que eran
capaces de hacer, pensaba que la vida era hacer comida, tener los hijos y esperar
la noche para dormir‖. Este cambio ha implicado también construir nuevas
relaciones con sus vecinos, con las instituciones que antes no conocían, y
90
resignifica su concepción de ESTADO y abre camino para constituirse como sujeto
de derechos.
Otra de las afectaciones socioculturales se percibe en el cambio de ciertas
costumbres al interior de sus familias, ya que muchas de ellas afirman que los que
más les cuesta ha sido la compresión de las pautas de crianza que en el área
urbana, puesto que son diferentes al área rural y que esto ha generado cambios
notorios en la conducta de sus hijos. El nuevo contexto de socialización de sus
hijos se convierte en motivo de preocupación, ya que en algunos casos no se
perciben capaces de enfrentar los nuevos retos en la crianza de sus hijos y más
bien siguen hablando de ―lo distinta que era la vida en el campo y que era más
fácil para ellas criar a sus hijos allá‖. Sumado al hecho que, en su mayoría la figura
paterna al interior de la familia desaparece y la autoridad anteriormente ejercida
por el hombre es asumida por la madre.
En cuanto a las tradiciones culturales, se ha encontrado que a pesar del cambio
de lugar de residencia a causa de la violencia y el desplazamiento forzado, las
mujeres intentan conservar algunas de ellas, sin embargo, afirman que ―ya no lo
disfrutan como antes‖ ―ni es lo mismo‖ porque han perdido el gusto por las cosas;
en especial cuando han perdido sus hijos, hijas o familiares a causa de la
violencia. Se ha encontrado que el homicidio de los hijos es uno de los hechos que
tiene un efecto más devastador sobre la identidad de las mujeres.
Finalmente, se considera necesario mencionar que en el grupo de mujeres de
Santa Cecilia (Astrea) después de la masacre ocurrida hace 10 años, se percibe
un prejuicio que se ha transformado en una pauta cultural que les impide sentir
felicidad, ya que la misma se convierte en augurio de que algo malo va a suceder
3.3.2.2 Afectaciones de carácter territorial
El cambio de territorio genera impactos notorios en la identidad de las mujeres y
sus familias, ya que en su mayoría han tenido que salir de contextos rurales y
campesinos hacia espacios urbanos, lo cual trae cambios y dificultades
relacionados. Dejar el lugar al que pertenecen las embarga de tristeza y dolor,
resulta difícil manejar los sentimientos que surgen con los recuerdos por lo
imprevisto y violento del desplazamiento forzado, "…todo fue tan desagradable, no
nos dio tiempo de recoger nada (…) dejar tirado lo que uno ha construido, es
como quedarse en el aire‖.
91
Al llegar al nuevo contexto las mujeres reconocen dificultades para lograr una
relativa estabilidad en la reconstrucción de su vida y la de sus familias debido al
desconocimiento del contexto y la percepción y los prejuicios que tiene la
comunidad receptora de la población en situación de desplazamiento, lo cual
complejiza este proceso, "como no lo conocen a uno, prefieren darle trabajo a las
personas que desde siempre han vivido acá".
Considerando el tiempo trascurrido en el nuevo contexto, la mayoría de las
mujeres afirman que las dificultades pueden convertirse en oportunidades, ya que
les permite darse cuenta de sus recursos y cambiar su percepción del lugar, lo que
puede evidenciarse en afirmaciones como las siguientes: "…una tierra bendecida,
en ocasiones es como si fuéramos de aquí (…) como hijas adoptivas de Pelaya",
"hay algo en el ambiente que amaña", ―el municipio es bonito y hay oportunidades
para sobrevivir‖, lo cual ha favorecido el arraigo a este nuevo territorio. Estas
transformaciones se relacionan con la construcción de nuevas redes, la posibilidad
y cambios en las rutinas, adquisición de nuevas habilidades, destrezas y de
manera relevante la percepción de mayor seguridad. En ese sentido, algunas de
ellas expresan sentirse más tranquilas y seguras en tanto no se presentan en este
lugar situaciones de violencia y conflicto como en sus lugares de origen.
Finalmente, se hace importante señalar que en el municipio de Astrea, las mujeres
de Santa Cecilia después de desplazarse forzosamente a causa de la masacre
retornaron voluntariamente porque consideran que este territorio es su lugar de
origen, ―lo único propio que tienen‖, afirmando que "por fuera uno no estaba igual
que aquí", sin dejar de percibir este lugar como inseguro
3.3.3. Acciones y actitudes para el afrontamiento de los hechos de violencia
Las mujeres participantes en los encuentros narran diferentes acciones que
llevaron a cabo durante los hechos violentos y especialmente, en el evento del
desplazamiento. En ese sentido la mayoría de las mujeres menciona la búsqueda
de ―ayuda‖ de las instituciones del Estado, la cual casi en ningún caso llega
oportunamente. Esta situación junto con el miedo de presentar la declaración de
los hechos ante la Personería, da cuenta del no reconocimiento como sujetos de
derechos, desde sí mismas y desde las instituciones. Por otro lado, en muchas
oportunidades las mujeres acuden a las redes de apoyo familiar con las que
cuentan en los cascos urbanos donde se ven obligadas a llegar.
92
Entre los mecanismos de afrontamiento más utilizados por las mujeres ante los
hechos de violencia se pueden mencionar el silencio ante los hechos violentos.
Entre otros elementos, este silencio obedece a dos aspectos, por un lado a la
seguridad y necesidad de protección propia y de la familia ante el riesgo de ser
señalados por los grupos armados en conflicto, y en segundo lugar la necesidad
de ocultar las propias emociones para no afectar a los demás miembros del núcleo
y tratar de dejar en el pasado lo vivido para dejar de ―sentirse tan mal‖. En otros
casos, llorar o gritar, aislarse -como manifestación de desconfianza- y negar la
situación para evitar el daño, se convierten en las expresiones más comunes.
Otras estrategias de las mujeres en el proceso de afrontamiento son acciones
orientadas a disminuir los impactos en la salud a través de la meditación, la
preparación de ―remedios caseros‖, el cambio en los hábitos y la búsqueda de
ayuda en otras personas, organizaciones e instituciones
3.3.4. Recursos empleados para afrontar los hechos de violencia y la victimización
En el grupo de mujeres caracterizadas, al indagar por los recursos que ellas
identifican y que les han permitido afrontar las situaciones de violencia y
desplazamiento de una manera resiliente, en la mayoría de los casos son:
―fortaleza, la confianza, el conocer y exigir sus derechos, la actitud positiva, la
dignidad y la resistencia‖. Otro recurso que se encuentra en la mayoría de los
grupos es la ―fe en Dios y la esperanza‖, convirtiéndose la espiritualidad en uno de
los factores que ha favorecido de una manera muy significativa la recuperación
emocional y se encuentra que las iglesias se han convertido en una importante
fuente de apoyo social para las mujeres y sus familias. El amor por su familia y por
sus hijos se convierte en todos los grupos en otra fuente de motivación y fortaleza
para las mujeres ―lo que nos mantiene en pie son nuestros hijos‖. En algunos de
los casos las mujeres verbalizan estos recursos propios y los operacionalizan en
su vida cotidiana, y en otros casos no los perciben como una habilidad y es en la
conversación que se adquiere conciencia de ellos.
En el grupo de mujeres caracterizadas, al indagar por los recursos que ellas
identifican y que les han permitido afrontar las situaciones de violencia y
desplazamiento de una manera resiliente, en la mayoría de los casos son:
―fortaleza, la confianza, el conocer y exigir sus derechos, la actitud positiva, la
dignidad y la resistencia‖.
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Otro recurso que se encuentra en la mayoría de los grupos y los municipios es la
―fe en Dios y la esperanza‖, convirtiéndose la espiritualidad en uno de los factores
que ha favorecido de una manera muy significativa la recuperación emocional y se
encuentra que las iglesias se han convertido en una importante fuente de apoyo
social para las mujeres y sus familias. El amor por su familia y por sus hijos se
convierte en todos los grupos en otra fuente de motivación y fortaleza para las
mujeres ―lo que nos mantiene en pie son nuestros hijos‖.
Así, se encuentran dificultades en reconocer una motivación interna para seguir
adelante, más bien identificando como se señaló anteriormente el amor a los hijos
y en algunos casos a Dios como la principal fuente de motivación. De la misma
manera la fe en Dios y las creencias religiosas han favorecido el manejo de las
emociones, ya que ellas señalan encontrar ―tranquilidad, consuelo, fe, en sus
creencias religiosas y ―esto hace que la vida sea más llevadera‖. En cuanto al
apoyo, las asociaciones e iglesias se convierten en redes y apoyo social para las
mujeres.
En algunos de los casos las mujeres verbalizan estos recursos propios y los
operacionalizan en su vida cotidiana, y en otros casos no los perciben como una
habilidad y es en la conversación que se adquiere conciencia de ellos.
En otros casos, específicamente en el grupo de Bosconia, se encontró que las
mujeres afirman haber encontrado en ellas mismas las ganas para seguir adelante
y continuar luchando por lograr la reconstrucción de sus vidas ―no tengo miedo a
enfrentarme a la vida‖, y en cuanto al apoyo que se ha encontrado en otros, la
mayoría de ellas señala que ha encontrado en las ayudas humanitarias y los
proyectos productivos una esperanza para reconstruir sus vidas.
En el caso de la Jagua las mujeres verbalizan igualmente la fe en Dios como un
recurso, la fortaleza y el amor por su familia.
En el grupo de San Diego, el mayor impulso para continuar han sido los hijos y la
responsabilidad de brindarles un futuro mejor, lo cual implica, no solo sobrellevar
las necesidades diarias sino que ―sus hijos no tengan que vivir la misma violencia‖.
La unidad y ―hermandad‖ entre algunas mujeres que han vivido la violencia han
permitido compartir entre ellas y reconocer entre sus conversaciones fortalezas.
En el grupo de Valledupar al igual que en los demás grupos se destaca como
recurso la fe en Dios, el amor por los hijos, pero también se agrega el elemento
94
del apoyo de los vecinos y las Instituciones, que son percibidos por ellas como
fuentes de apoyo.
3.3.5. Redes de apoyo a las víctimas
En el discurso de las mujeres del grupo de caracterización psicosocial del
departamento del Cesar se identifican algunas redes de apoyo, dentro de las
cuales la principal es la familia y personas cercanas como amigos, vecinos y
conocidos; quienes después de la situación de violencia les brindan apoyo
emocional, espiritual y para la satisfacción de sus necesidades básicas. De igual
forma, las instituciones religiosas representan una red importante de apoyo que
les ayuda a resignificar las situaciones de violencia vividas y a fortalecerse en el
proceso de reconstrucción de su proyecto de vida individual y familiar.
―Yo como mujer ahora creo más en Dios y siento que soy más independiente y
más fuerte (…) Dios nos va a sacar adelante porque todo lo puedo en Cristo‖
Por otra parte, se considera pertinente mencionar que la vivencia de la violencia y
el conflicto les obligan a acudir a instituciones estatales que anteriormente
desconocían para obtener ayudas humanitarias e iniciar procesos de reparación,
tanto administrativa como judicial, dentro del marco legal de justicia y paz;
posibilitando en algunas de ellas el reconocimiento de sus derechos ciudadanos
empoderándolas en el restablecimiento de los mismos
3.3.6. Explicaciones a los hechos violentos elaboradas por las mujeres víctimas
Se encuentran diferentes explicaciones en las narraciones de las mujeres que
participaron de este proceso. Principalmente, se considera como una situación
inesperada y súbita que cambia de forma radical sus vidas y que se explica a
partir de sus concepciones religiosas, basándose en la idea de que ―Dios tiene el
poder de todo y por algo quiso que esto pasara‖ como pruebas de vida. Por otra
parte, se considera esta situación como resultado de la violencia de la región, ―es
por culpa de gente mala y terminamos pagando los que quedamos en el medio‖
sin embargo, en relación con esta concepción también se van creando en ellas
sentimientos de culpa y traición; la primera por no haber previsto el peligro para
ellas y sus familias lo cual habría podido evitar esta experiencia, y el segundo
95
porque no hubo protección por parte de Estado y algunos pobladores, a quienes
reconocen como cómplices de lo sucedido.
3.3.7. Expectativas mediatas y futuras de la población víctima de violencia
caracterizada
Una vez desarrollado el primer encuentro de atención psicosocial con los grupos
piloto, las mujeres participantes reconocen este espacio como una oportunidad
para expresar sus emociones esperando sentirse mejor ya que les permite
―desahogarse‖ y compartir aquello que se mantenía en silencio, aprender de las
experiencias no solo de las personas de la Corporación sino de las demás
participantes fortaleciendo sus redes de apoyo, lo cual se ve en afirmaciones
como ―es saber que mi dolor no es solo mío sino que alguien más también lo
sintió‖.
A esto se une el propósito de transformar las emociones y sentimientos que
generan malestar en sus vidas y se mantienen en el tiempo a causa del daño que
ha dejado la violencia en sus vidas, a partir de consejos y orientaciones que les
permitan ―superar todo lo que ha ocurrido y seguir con sus vidas adelante‖
mejorando su calidad de vida y la de sus familias
3.4. Análisis descriptivo del proceso de atención por cada municipio.
Lo que se presenta en este acápite es la descripción y análisis de los cambios en
las mujeres identificados durante el proceso de atención en los ámbitos emocional,
relacional y de sujeto de derechos. Así mismo se presentan las características
diferenciales de los grupos, mencionando el tipo de hechos violentos vividos por
las mujeres, los rangos de edades encontrados y el impacto percibido en la
atención. Para iniciar, se presentan dos tablas con información cualitativa sobre el
total de atenciones y los procesos de dos o más encuentros desarrollados en los
ocho municipios.
96
Tabla No. 9
Total de mujeres en situación de desplazamiento participantes en el
proceso de acompañamiento psicosocial en ocho municipios del
departamento del Cesar.
MUJERES
PARTICIPANTES
Procesos 784
Encuentros
únicos
356
Encuentros
masivos
93
TOTAL
ATENCIONES
1233
Tabla No. 10
Procesos de acompañamiento psicosocial en ocho
municipios del departamento del Cesar
PROCESOS DE ACOMPAÑAMIENTO PSICOSOCIAL
MUNICIPIO Grupos Total participantes
No. de encuentros
Remitentes
ASTREA Santa Cecilia
22 2 Líder Hermes Aguilar García
Arjona 19 1 Lideresa Inés Puertas
Astrea 16 1 Lideresa Ernestina Caballero
BOSCONIA Piloto 18 4 Alcaldía - Joyce Andrade
Grupo 2 14 3 Líder Yenner Valencia
Grupo 3 23 3 Voz a voz de las mujeres participantes
Testigos 15 1
97
Laura Rocha
9 1 PDP Cesar - Laura Rocha
SAN DIEGO
Piloto 16 4 Alcaldía - Glenis Rosado
Media Luna
22 3 Lideresa Martha Barbosa
Testigos 10 1
Grupo 2 19 3 Alcaldía - Glenis Rosado
CHIMICHAGUA
Piloto 13 3 Líder José Ricardo Molina
Grupo 2 8 1 Líder Juan Carlos Gómez
Grupo Jose Ricardo
5 1 Líder José Ricardo Molina
VALLEDUPAR
Joaquin Ochoa
14 2 Rector Ángel Sánchez
Kankuamok
39 1 Mujer Kankuama Adriana Arias
Villa Jaidy
28 2 Líder Alfonso Medina
Mareiwa 35 2 Lideresa Rosa Suarez
Fundadores
25 3 Lideresa Betty Ramírez Borja
San Jerónimo MIAV
26 2 Dupla Valledupar - Martha Serpa
Bello Horizonte
22 3 Fundación RCA - Álvaro José Daza Rumbo
Bello Horizonte
71 3
LA JAGUA DE IBIRICO
Piloto 43 4 Secretaria Gobierno - Irina Quintana Hospital 15 1
Acción Social
24
Jaime Giraldo
24 Líder Jaime Giraldo
AGUSTIN CODAZZI
Piloto 22 3 Oficina de atención población en situación de desplazamiento -
98
María Estella Martinez
Barrio Machique
39 3 Lideresa Rosana Daza
Pastor 23 3 Abogado dupla - Jairo Cruzco
Masivo 68 1 Pastor José Nieves
PELAYA Piloto 19 4 Defensoría - Nelson Martínez
Joel 7 1 Líder Joel Pallares
Abuelita y Leonor
11 2 Lideresa Leonor Sepúlveda
TOTAL PARTICIPANTES:
784
3.4.1. Municipio Bosconia:
El proceso de acompañamiento psicosocial en este municipio inició con el grupo
piloto el mes de Agosto conformado con el apoyo de una funcionaria de la alcaldía
y un líder de la población en situación de desplazamiento. El mes siguiente se
conformaron dos grupos nuevos por el ‗voz a voz‘ que se dio entre las mismas
mujeres, y así, se desarrolló el proceso hasta el mes de Noviembre.
Igualmente, el mes de Noviembre se realizó un encuentro único con un grupo
coordinado con una líder de la población en situación de desplazamiento
contactada por medio de una funcionaria del Programa de Desarrollo y Paz –
Cesar, el cual permitió un acercamiento a los impactos y vivencias del conflicto
armado y reconstrucción de su proyecto de vida.
Estas mujeres se encuentran entre los 20 y 60 años de edad, son madres, en su
mayoría cabeza de hogar, provenientes de departamentos de la Región Caribe,
algunas de corregimientos del departamento del Cesar y fueron víctimas del
conflicto armado al verse en medio de la disputa territorial entre guerrilla (FARC y
ELN) y grupos paramilitares (AUC). Como resultado de esto, vivieron junto con sus
familias el desplazamiento forzado, homicidios y desapariciones forzadas de
familiares, amenazas de reclutamiento de sus hijos, intimidación y señalamiento
99
como colaboradores de alguno de los actores armados, entre otros hechos
violentos.
“Soy la mitad de lo que fui, pero sigo viva”
Al iniciar el proceso se reconocieron en las narrativas a mujeres para quienes vivir
el conflicto armado ha transformado sus vidas, reconfigurado su propia identidad
―soy viuda de la violencia‖ y quienes explicaban la continuación de sus vida desde
creencias religiosas ―Debe ser que Dios me va a dar un futuro mejor y/o por sus
hijos o hijas quienes se convirtieron en motores de su existencia.
De igual forma, la vivencia de la violencia generó un fuerte deseo de olvidar y
callar lo vivido, ―Me trago el sufrimiento (…) no sé ni cómo decirlo‖, generando
temor, dolor, tristeza y rencor, además de creer que al volver a hablar sobre lo que
se vivió les ponía en un lugar de peligro a ellas y sus familiares, ―callo mucho de lo
que pasa porque es mejor sufrirlo solo y al decirlo puede ser un problema‖.
Durante el proceso de acompañamiento se reconoció en las mujeres un
movimiento significativo en la forma en que comunicaban el dolor y el cual
posibilitó la reflexión desde lugares diferentes que transformaron su discurso de la
necesidad al recurso. Este movimiento, les permitió identificar los efectos
negativos que tuvo el conflicto armado en sus vidas y relaciones, así como el
reconocimiento de sus propias habilidades y fortalezas para sortear estos cambios
intempestivos y continuar con sus vidas y la de sus familias, lo cual se expresa en
frases como ―Ahora soy más independiente, responsable y cabeza de hogar‖ y ―las
mujeres tuvimos que ponernos los pantalones‖.
Asimismo, la continuidad de participación en el grupo construyó un contexto
seguro en el cual las emociones, sentimientos y recuerdos se pudieron verbalizar
y compartir, sin temor a ser juzgados o sentir que hacerlo les ubicaba en una
situación de riesgo o peligro, abriendo de nuevo la posibilidad de hablar acerca de
las experiencias emocionalmente significativas y difíciles y reconociendo lo
positivo de recuperar esta capacidad en ciertos espacios y con algunas personas.
Al realizar el cierre del proceso, las mujeres manifestaron encontrar en estos
encuentros un lugar seguro que les permitió comunicar sus emociones y
sentimientos, desahogarse y compartir con otras mujeres aquello que
anteriormente se guardaba en silencio por temor. También les permitió ―sentir el
100
dolor de una manera diferente‖, permitiéndose de nuevo momentos de alegría y
―mirando algunos de mis problemas con otros ojos‖.
De igual forma, algunas de ellas manifiestan que en el proceso recuperaron
fuerzas para seguir adelante, y el afrontamiento dificultades cotidianas de una
manera diferente se reconoce en frases como ―llegaron en el momento exacto‖,
―yo estaba por tirar la toalla‖ y ―Ahora no tengo miedo a enfrentarme a la vida‖.
“No me siento apoyada (…) me siento más sola y lo perdí todo”
Lo novedoso de la invitación a construir un espacio confidencial y privado en el
que lo que se dice se protege y no se comunica a otras personas, en un grupo de
mujeres que a pesar de compartir el lugar donde viven y la situación de víctimas
de la violencia se desconoce entre sí, genera en un primer momento un
sentimiento de inseguridad y temor que comunican en la frase ―Los colombianos
no cumplimos los pactos, acá serán solo pactos rotos‖.
Un texto del Programa por la Paz recoge este sentir ―…Reconocemos que el odio
que sentimos hacia quien nos hace daño es natural como consecuencia del dolor
que experimentamos (…) estos odios van transformando las relaciones sociales:
el miedo y la desconfianza se convierten en la base del encuentro con los otros/as.
En esta lógica estamos tejiendo una sociedad cuyas relaciones se basan en el
temor‖12.
Esta creencia se fortalece en las dificultades que han tenido para reconstruir sus
vidas e ingresar al mundo laboral, debido a lo novedoso del contexto y al
desconocimiento de las personas residentes, ―no nos dan trabajo porque no nos
conocen‖, y ―como somos desplazadas creen que algo malo hicimos o que no
vamos a cumplir‖.
La situación de prevención las lleva a distanciarse de las personas desconocidas
lo cual imposibilita la construcción de nuevos vínculos y redes de apoyo.
Asimismo, los lazos familiares se perciben visiblemente afectados y cambiantes en
el nuevo entorno, pues después de vivir el conflicto las familias se han disgregado
y han cambiado su forma de comportarse y comunicarse entre ellos ―Mi familia no
es como era antes‖.
12
(La viga en el ojo, Programa por la Paz, 2003)
101
El proceso de acompañamiento, en relación a estas afectaciones, permitió
construir lazos de confianza entre las participantes que se hicieron evidentes en la
configuración de un espacio seguro y de cuidado en el cual, según sus propias
palabras, ―…pude desahogarme y contar esto que a nadie más se lo podía decir‖.
Asimismo, los testimonios y experiencias de las participantes construyeron
escenarios posibles y de reconocimiento de sus habilidades que, hasta el
momento, les han permitido superar las dificultades, ―siempre me buscan para los
trabajos porque saben que yo les cumplo‖, ―reconocen el esfuerzo que hago y que
hago lo que sea para responderle todos los días a mis hijos‖
En el último encuentro participaron ―testigos‖, familiares y amigas, quienes
formaron parte del proceso aportando un punto de vista diferente al proceso que
se había desarrollado. Fue a partir de sus testimonios que se reconocieron
impactos favorables en las relaciones familiares y transformaciones que, aunque
pequeñas, significaron un cambio importante en las mujeres quienes, según
afirmaron sus testigos ―ya no anda todo el tiempo de mal genio‖, e identificaron
con sorpresa la motivación y participación en los encuentros13.
“No es dar el pescado sino enseñar a pescar porque estamos
aprendiendo es a recibir”
En un primer momento se identificaron en la mayoría de ellas discursos con
demandas específicas y directas frente a la urgencia de ayudas humanitarias y
proyectos productivos para el restablecimiento de sus vidas, sin embargo, en este
discurso se privilegiaba la necesidad desde el asistencialismo sin reconocerse a sí
mismas como agentes de cambio.
En el mismo espacio, algunas mujeres que han empezado a desempeñar el rol de
lideresas de la población en situación de desplazamiento a partir de su propia
vivencia, identifican pocos espacios en que las víctimas de la violencia puedan
expresarse, reconozcan sus derechos e identifiquen el proceso que deben realizar
para hacerlos cumplir, afirmando que ―Las víctimas tenemos mucho que decir y
nadie nos escucha‖, además de las dificultades estructurales que existen para
cumplir con este propósito, ―nos enseñan artes en talleres del SENA para hacer
pero no hay cómo ni dónde hacerlas, no hay recursos para que nos apoyen y
empezar‖
13
Se parte desde la postura de construir como un escenario terapéutico que cuenta con la presencia de testigos externos quienes tienen la ―función fundamental de colaborar con la persona o familia desde un proceso en el cual se recupera el impacto que la historia tiene en ellos‖ (White, 2002 citado por Campillo, Sf)
102
Durante el acompañamiento que se realizó, fue para el equipo de Vínculos un reto
abrir espacios para que las mujeres reconocieran los recursos con los que cuentan
y que han movilizado en la reconstrucción de sus vidas ya que era una narrativa
dominante la necesidad imprescindible de ayuda de otros agentes: ―es que lo que
necesitamos es que el gobierno me dé una casa‖, ―si a mí me dan un negocio para
trabajar todo se arreglaría‖, por lo que los encuentros se orientaron al
empoderamiento que han tenido en la reconstrucción de sus vidas y permitir la
transformación de la necesidad de ayuda a un escenario de exigibilidad de
derechos como víctimas del conflicto y como ciudadanas.
Al finalizar la evaluación del proceso de acompañamiento, las mujeres
reconocieron este espacio como el lugar en el cual su voz era de nuevo
escuchada y, en algunos casos, reconocen que esta misma voz ha tenido eco en
los espacios de reconocimiento público y en los procesos de reconocimiento de
sus derechos, ―ya no se siente tanta pena para hablar‖ ―no quisiéramos que esto lo
viviera nadie‖
3.4.2. Municipio Astrea
En el municipio de Astrea se inició el acompañamiento en el corregimiento de
Santa Cecilia en el mes de Agosto con un grupo de mujeres convocado por un
líder de la población. En Septiembre se continúa este proceso y se inicia con otros
grupos en Arjona y Astrea con el apoyo de dos lideresas de ASODESAN
(Asociación de Desplazados de Santa Cecilia). Se considera importante señalar
que el siguiente encuentro en el mes de Noviembre debió ser aplazado debido a
dificultades de convocatoria por fiestas patronales, para finalmente encontrar
imposible el acceso a causa del invierno, motivo que obliga a comunicarnos con
los líderes e informar el aplazamiento del proceso por lo que resta del año.
El corregimiento de Santa Cecilia se caracteriza por tener una vía de acceso
precaria lo cual dificulta su comunicación con el resto del municipio y
departamento y el acceso a necesidades básicas, situación que se intensifica
durante la temporada de invierno. El grupo de mujeres participantes se encuentran
entre los 18 y 85 años de edad, en su mayoría oriundas de este corregimiento,
quienes retornaron después de la masacre que tuvo lugar el 28 de Enero del 2000
a causa de una incursión del grupo paramilitar AUC, según afirman las
participantes, porque fueron acusados de ser ayudantes de la guerrilla.
103
Las mujeres que conformaron los grupos de Arjona y Astrea también vivieron esta
masacre, sin embargo, decidieron no retornar, reubicándose en estos lugares
aledaños. Así pues, se reconoce que estas mujeres fueron víctimas, junto con sus
familias, de masacre, desplazamiento forzado, homicidios de familiares,
amenazas, intimidación y señalamiento como colaboradores de alguno de los
actores armados, entre otros hechos violentos.
Debido a la magnitud, intensidad y sevicia de los hechos violentos vividos por
estos grupos de mujeres se evidencia una diferencia significativa en los impactos
psicosociales que han tenido a nivel emocional, relacional y como sujetos de
derecho y, en este orden de ideas, se identifica una mayor vulnerabilidad.
“Eso marcó nuestras vidas para siempre (…) Aprendemos a vivir con
el dolor”
Durante los encuentros fue significativo el silencio acerca de lo sucedido en el
grupo que se encuentra viviendo en el corregimiento de Santa Cecilia y, de
manera contraria, en los otros grupos se configuró el espacio donde se
verbalizaba la experiencia misma de la masacre y los efectos emocionales que ha
tenido desde entonces en sus vidas y las de sus familiares.
Las mismas mujeres expresan en sus palabras: ―nunca antes habían venido a
escucharnos y preguntar cómo nos sentimos‖ y ―a nosotras nunca nos tienen en
cuenta porque ya no vivimos allá‖; como una diferencia en el trabajo con el grupo
de Santa Cecilia y los de Arjona y Astrea, mientras que el silencio en el mismo
lugar donde sucedió lo ocurrido, invita a pensar que es una manera de protección
que abre posibilidades de reconstrucción de sus proyectos de vida sin
recordar/revivir lo sucedido.
Los encuentros terapéuticos fueron emocionalmente significativos y se llenaron de
emociones de soledad, angustia, dolor, tristeza, rabia y miedo. Se pudo identificar
que continuar con la vida y encontrarse con emociones distintas y positivas como
alegría o felicidad pareciera imposible o algo a evitar ya que, según refieren, ―da
miedo sentirme feliz‖ y ―Me hice la idea de que un momento de alegría es porque
nos va a pasar algo‖. Estas mujeres buscan fuerzas en sus creencias religiosas y
en sus hijos.
Lo inesperado de la masacre deja también una constante sensación de
inseguridad e incertidumbre ante la posibilidad de su repetición, lo cual se hace
104
evidente en frases que describen comportamientos como: ―cuando llega un carro
en la noche nos vamos al monte y no duermo‖, ―cuando suenan los pitos en las
fiestas yo me tiro al piso, no me gusta‖, ―si mi hijo sale a hacer un mandado y se
demora, y alguien se me acerca yo me pongo a llorar porque creo que me van a
decir que me lo mataron‖.
El espacio terapéutico en sí mismo permitió la expresión de estas emociones y
sentimientos en mujeres que dicen ―no habíamos hablado de esto con
nadie…estábamos esperando‖. Asimismo, la construcción de un escenario donde
el silencio también es válido y en el cual son permitidas expresiones que en otros
lugares no se verbalizan, pero que se manifiestan de otras maneras ―no es fácil y
cada día siento que me estoy consumiendo‖
Al finalizar los encuentros, las mujeres identifican la atención como una
oportunidad para ser escuchadas y tenidas en cuenta, para escuchar a otras
mujeres que como ellas vivieron esta masacre y sus percepciones y sentires frente
a la continuación de su vida, identificar entre ellas motores que les impulsan a
mantenerse en pie, como sus hijos o la religión, y la importancia de hablar, en sus
palabras desahogarse, como el inicio de un camino motivado por un fuerte deseo
de sanar sus vidas, ―queremos sentirnos diferente‖.
“Vivíamos en una mentira con los mismos enemigos”
La ruptura del tejido social que se produjo entre los habitantes de Santa Cecilia y
el municipio de Astrea en general se evidencia en la desconfianza generalizada,
ya que una de las explicaciones construidas de lo que sucedió se basa en la
traición entre los pobladores lo cual les impide sentirse seguros y protegidos14,
―nos dejaron solos y nos humillaron porque hubo complicidad (…) esto lo hicimos
entre nosotros mismos‖.
Esta misma desconfianza se manifiesta en el silencio que se hace presente en los
encuentros y los temas que no se abarcan entendiendo que la Corporación
también hace parte al llegar, del grupo de desconocidos. Sin embargo, al irse
familiarizando con el espacio y metodología la participación aumentó.
14
Cabe resaltar que las mujeres habitantes de Santa Cecilia afirman que deciden retornar por las dificultades de iniciar sus vidas en otros lugares, más no porque se sientan seguras en este lugar. ―Las cosas de uno se quedaron acá y estaba todo desocupado…pues si nos tenemos que morir será allá donde tenemos todo‖
105
Al interior de la familia también las relaciones se han visto notoriamente afectadas,
no solamente a causa de la desintegración en algunos casos, sino porque la
desconfianza en el contexto se traduce en sobreprotección y silencio al interior de
la familia, ―mis hijos me dicen que ya no soy la misma y que vivo amargada‖, ―en
mi casa nadie puede hablar después de las 10:00 de la noche‖.
Este espacio de conversación fue una oportunidad para algunas de estas mujeres
de escucharse a sí mismas y el eco de sus palabras, compartir con el grupo sus
dudas respecto a decisiones familiares y estrategias que encuentran hasta el
momento útiles para enfrentar las dificultades, pero que, al momento de
verbalizarlas generaron reflexiones sobre el por qué de estas decisiones, sus
efectos al interior de la familia e invitaciones a pensarlas de una manera diferente.
“Esperamos que se haga justicia, todavía algunos están libres y el
gobierno les paga como premio a nuestro dolor”
En las mujeres de este municipio se reconocen sentimientos de rabia e ira que
ellas mismas relacionan con la vivencia de la masacre, el desplazamiento forzado
y las condiciones de vida en las que se encuentran actualmente, las cuales se
vulneran más debido a la ola invernal en Santa Cecilia. La explicación a estas
situaciones de violencia se basan en la poca presencia del Estado, sintiendo que
aún 10 años después han sido dejadas a un lado.
Durante el acompañamiento realizado, las mujeres tuvieron la oportunidad de
construir y comunicar las demandas y solicitudes que harían, desde la invitación a
reconocerse a sí mismas como ciudadanas víctimas inocentes de un conflicto,
como personas que exigen sus derechos y no a la espera de ayudas de terceros,
construyendo la siguiente respuesta ―Nosotras queremos tener un lugar en la
sociedad, debemos tener voz y voto y garantías del gobierno de que esto no va a
volver a pasar; sentíamos respaldo pero nunca lo tuvimos‖
3.4.3. Municipio Chimichagua
En el mes de Agosto se realizó un primer encuentro con un grupo de mujeres
víctimas del conflicto por medio de un líder de la población en situación de
desplazamiento, con el cual se construyó un proceso de acompañamiento
psicosocial. Los otros dos grupos conformados participaron de un encuentro único,
ya que la continuación de su asistencia al siguiente en encuentro se vio
106
comprometida a causa del invierno y situación de vulnerabilidad en la que se
encontraban algunas de las mujeres participantes y sus familias.
De estos grupos participaron mujeres en su mayoría campesinas que habitan las
veredas cercanas a la cabecera municipal de Chimichagua. Han llegado al lugar a
causa del desplazamiento forzado de departamentos cercanos como Bolívar,
Magdalena y Atlántico, entre otros. Entre los diferentes delitos de los cuales han
sido víctimas a causa de la violencia, se identifica la desaparición forzosa de
familiares, desplazamiento forzado, amenaza, homicidios e intimidación, entre
otros.
“Aún no tenemos valor para abrir la boca”
El comunicar los sentimientos que el conflicto hace surgir en la vida de las
participantes se reconoce como un obstáculo grande a superar, que se fortalece
en el miedo y desconocimiento de saber quién es la persona que escucha y, a su
vez, el silencio se convierte en un escudo protector de las personas cercanas,
como bien afirman ―No lloro ni digo lo que siento para no preocupar a los demás‖.
La comprensión construida por las mujeres acerca del acompañamiento
psicosocial a lo largo del proceso, parte desde el reconocimiento propio de
afectaciones más allá de las económicas que inciden en la manera en que
continúan con sus vidas, como se sienten en ellas y en la manera de relacionarse
con los demás. Así pues, los encuentros realizados fueron configurando un
espacio seguro en el cual hablar sobre estas afectaciones no solo era posible sino
que abría la oportunidad de, según sus palabras, ―saber que mi dolor no es solo
mío y que hay otras personas que también lo comparten conmigo‖.
De esta manera, a lo largo del proceso, estas mujeres se permitieron el espacio de
comprender que recordar se puede hacer de una manera diferente, evocando
además de la experiencia emocionalmente significativa de la violencia sus
historias de vida que van de manera paralela e identificando los recursos con los
que ha contado para superar los obstáculos de la vida.
“Se llevaron la cabeza principal de la familia, ahora todo cambió”
Para las mujeres de Chimichagua los cambios que se vivieron al interior de sus
familias a causa del desplazamiento, además de ser obligados, generaron
incertidumbre e inquietud ya que, a causa de esto, debieron enfrentarse a
107
situaciones inesperadas y transformaciones en su cotidianidad para continuar
respondiendo con sus responsabilidades, tanto antiguas como recientemente
adquiridas, en la mayoría de los casos por la pérdida de la pareja o la facilidad que
tienen las mujeres de conseguir trabajo más que sus compañeros.
De esta manera, aunque el nuevo contexto no se percibe como un lugar favorable
para que ellas y sus familias recuperen la vida que llevaban antes del
desplazamiento pues allá ―abundaba la comida, aquí abunda el hambre‖, las
mujeres en estos espacios realizan una mirada diferente sobre sí mismas desde
los lugares en los que cotidianamente otros les observan, descubriendo los
nuevos lazos que han construido con las personas, además de sus familiares, y
las habilidades con las que cuentan para fortalecerlos.
Se hace necesario mencionar que el espacio mismo de acompañamiento
construido con el grupo piloto de este municipio se convirtió en un lugar de
encuentro entre las mujeres que ha permeado el límite del encuentro de
acompañamiento psicosocial en sí para consolidarse en otros espacios de la vida
diaria, en el que las participantes se mantienen en contacto entre ellas.
“El desplazado tiene derecho a sus derechos”
Se hace necesario resaltar que en uno de estos grupos de mujeres participan dos
lideresas que han participado de otros procesos desarrollados en el departamento
para mujeres víctimas del conflicto, lo cual invita a pensar que las construcciones
de los encuentros se enriquecieron desde su experiencia.
En este orden de ideas, las mujeres relacionan las oportunidades de recuperación
a nivel económico, desde su situación de desplazamiento y condición de víctima
de la violencia, con procesos complejos y extensos en el tiempo lo cual identifican
como factores determinantes que mantienen en su comunidad ideas como ―para
los otros no somos ni valemos, (…) no contamos‖, llegando incluso a afirmar que
al acudir a ciertas instituciones gubernamentales se enfrentan al imaginario de
―creen que somos unas pedigüeñas porque siempre vamos a sus oficinas‖.
Con el paso del tiempo en los encuentros de acompañamiento psicosocial se va
creando entre las mujeres la idea y necesidad de abrir un espacio específicamente
para ellas en el cual se sientan representadas, que facilite su participación y
comunicación con las diferentes estancias gubernamentales desde su lugar de
víctimas del conflicto, y que se convierta en escenario donde se les reconozca
108
como ―personas inocentes y tenemos derecho de vivir dignamente‖. De esta
manera surge la iniciativa de conformar una asociación de mujeres en situación de
desplazamiento, y la demanda a la Corporación para orientarles a lo largo del
proceso y cumplir con su propósito
3.4.4. Municipio San Diego
El acompañamiento en el municipio de San Diego se ve apoyado de manera
significativa por la oficina encargada de la atención a la población en situación de
desplazamiento de la alcaldía, lugar desde el cual se recibe de manera
comprensiva la importancia de la atención psicosocial y se convocan dos grupos
en la cabecera municipal y un tercero con mujeres habitantes del corregimiento de
Media Luna, ubicado a media hora del lugar, subiendo hacia la serranía del Perijá.
En estos grupos de mujeres participan víctimas del conflicto armado que se
encuentran entre los 21 y 60 años de edad, en su mayoría han conformado su
propia familia y responden económicamente por sus hijos, aunque de manera
particular, varias de ellas también se dedican únicamente al cuidado de los hijos y
el hogar.
Aquellas mujeres que viven en Media Luna se encuentran en un lugar donde las
labores de la agricultura y crianza de animales se convierten en la principal fuente
de trabajo, a diferencia de las mujeres trabajadoras de San Diego, quienes
encuentran esta fuente en el comercio; todas ellas, realizando sus trabajos desde
la informalidad de los mismos.
Entre los delitos que se identifican en estos grupos de mujeres se reconocen la
amenaza de muerte e intimidación, el señalamiento, homicidio de familiares,
desplazamiento forzado, pérdida de sus posesiones y, finalmente, algunas de ellas
fueron víctimas de la masacre que hubo en el corregimiento de Los Brasiles en el
año 200015.
. “Nuestros hijos van primero y nosotras estamos en un rincón,
afuera”
15
Las mujeres del corregimiento de Media Luna afirman que se vieron en medio de enfrentamientos entre la guerrilla y grupos paramilitares a causa de las condiciones del terreno donde viven que favorece la creación de cultivos de uso ilícito, lo cual generó disputas en el lugar entre ambos actores armados, motivo por el cual fueron señalados como colaboradores de los mismos.
109
Se hizo necesario especificar en párrafos anteriores la comprensión de la
invitación realizada a la funcionaria que facilitó la conformación de los grupos de
trabajo en San Diego, porque está se transmitió a las mujeres del municipio,
quienes desde el primer encuentro comunican una demanda construida desde las
afectaciones psicosociales que ha tenido la violencia en sus vidas.
Estas mujeres manifiestan que la construcción de un lugar en el cual se pueda
comunicar aquello que se siente, no solo en relación con los hechos mismos de
violencia sino con los cambios intempestivos que han tenido que adecuar en sus
vidas y las de sus familias para continuar viviendo, es una propuesta favorable
para ellas ya que, según sus propias palabras ―el silencio nos enferma‖ y
reconocen esta invitación como la oportunidad, el momento y las condiciones
necesarias para poder comunicar aquello que anteriormente no se verbalizaba a
causa del temor ―decían que estaban matando a los desplazados y daba miedo
hablar‖, o dolor que representa hacerlo.
En este grupo en particular las mujeres reconocen afectaciones somáticas
importantes en ellas y algunos de sus familiares, como por ejemplo, alteraciones
en el sueño y hábitos alimenticios o comportamientos agresivos, entre otros.
Desde su discurso, identifican el proceso de acompañamiento como un espacio
importante para ―desahogarse‖ y ―cambiar un poco de ambiente y hacer algo
diferente‖.
Asimismo, se identifica una transformación en la demanda de las mujeres
reconocida en la preocupación por otros, desde su lugar de madres cuidadoras
que protegen a sus familias. Pero al indagar un poco por el auto cuidado, se
identifica que el lugar ocupado por ellas es el último, pues primero están los hijos,
después la pareja, después la familia, después el trabajo y finalmente, ―si queda
tiempo, estoy yo‖.
En este orden de ideas, uno de los impactos importantes del acompañamiento fue
la inclusión e importancia del auto cuidado, identificando que el espacio construido
entre la corporación y las mujeres parte desde la invitación a cuidar de sí mismas,
reconociéndose como sujeto significativos e importantes en sus proyectos de vida,
complementando sus motivaciones de vida y sueños a futuro con su presencia:
―somos mujeres cabeza de hogar que trabajamos, luchamos para nuestros hijos y
para nosotras mismas.
110
“Los demás decían que uno era una bomba de tiempo”
Se hace necesario destacar que las mujeres del municipio de San Diego han
iniciado un camino de reconstrucción de redes sociales entre las mujeres que,
como ellas, han vivido el flagelo de la violencia y el conflicto armado.
En la cabecera municipal las mujeres expresan que las relaciones interpersonales
durante y después de las situaciones de violencia eran difíciles de construir y
fortalecer debido a la desconfianza que en los otros generaba el que fueran
víctimas del conflicto: ―decían que por alguna razón fue que nos sacaron de allá‖,
por lo cual, a partir del reconocimiento de la dificultad de restablecer estas redes
en el nuevo contexto, se conectan entre mujeres que comparten esta experiencia
como apoyo frente a las dificultades impuestas por su condición propia de víctima
y la comunidad receptora.
Un proceso similar han construido las mujeres del corregimiento de Media Luna,
quienes se han organizado como asociación de mujeres que participan en la mesa
municipal de población en situación de desplazamiento. Junto con el Colectivo de
Comunicaciones Línea XXI han trabajado en la construcción y recopilación de la
memoria histórica del mismo y se han fortalecido como una red de mujeres cabeza
de hogar a causa de la violencia, que se apoyan mutuamente.
Durante el proceso desarrollado con ellas se reconocieron estas fortalezas al
interior de los grupos y el propósito fue potenciar estas iniciativas en construcción
y fortalecimiento, convirtiéndose la Corporación en instrumento de comunicación
entre las mujeres, y creando un escenario de encuentro entre dos de estos
grupos, posibilitando el reconocimiento de otras personas que aún no hacen parte
de la red de apoyo a la que pertenecen y compartir nuevas emociones e historias.
“Queremos vivir en condiciones de vida mejor (…) dignamente”
Aunque la sensación de seguridad en el nuevo contexto no es total ni completa,
las mujeres de San Diego identifican que el proceso de reubicación y
reconstrucción de su proyecto de vida en ese lugar ha sido posible, a pesar de sus
dificultades. En este lugar, han encontrado habilidades y fuerzas para sortear las
dificultades y construir vías de comunicación a partir de las cuales puedan
manifestar sus necesidades como ―mujeres trabajadoras y echadas pa’lante‖ ante
funcionarios y en espacios de reconocimiento público.
111
Para ellas, el proceso desarrollado con la Corporación, se convirtió en uno de esos
escenarios a los cuales fue posible traer sus comprensiones, reflexiones y
demandas desde la exigibilidad de derechos como ciudadanas y como víctimas,
no solo a nivel individual sino a nivel colectivo, en frases como ―queremos reflejar
lo mejor de Media Luna‖, ―merecemos vivir una vida digna‖ y ―no más violencia,
queremos vivir en paz y salir libremente a donde queramos‖.
3.4.5. Municipio Pelaya
En el municipio de Pelaya se conforman tres grupos de mujeres. El proceso de
atención a las mujeres inicia con la conformación del primer encuentro de
caracterización con el grupo piloto en el mes de Agosto y finaliza con el cierre del
proceso con los tres grupos conformados en el mes de Noviembre. Se encuentra
que las mujeres de los grupos del municipio de Pelaya están entre los 25 y 70
años de edad, en su mayoría se dedican a actividades del hogar como planchar y
lavar, cocinar o hacer productos comestibles para vender en el pueblo, y el
servicio doméstico, por el cual reciben un pago diario o mensual, además del
cuidado de sus hijos (muchas de ellas son jefes del hogar).
Algunas de las mujeres que participaron en los talleres viven en el municipio y
otras en veredas o corregimientos desde los cuales se desplazaban para asistir a
los encuentros. Estas mujeres han sido víctimas del desplazamiento así como de
otros hechos de violencia como homicidios, amenazas e intimidación, por los
cuales han tenido que desplazarse desde otros departamentos cercanos al Cesar.
En el grupo piloto participaron 19 mujeres y se realizó una caracterización
psicosocial y una caracterización sociodemográfica y de condiciones de salud en
profundidad, la cual está registrada en los respectivos informes anteriores. Este
primer encuentro de caracterización psicosocial permitió reencuadrar con el grupo
el espacio de los encuentros con la Corporación Vínculos (en palabras de las
mujeres) como un espacio seguro en el cual se puede hablar de todos los
cambios sufridos después de los hechos de violencia y desplazamiento que ellas
han vivido.
En este sentido, se nota un cambio en los significados frente al inicio del proceso
de atención psicosocial, ya que al momento de iniciar la conversación ellas
señalaron que fueron “invitadas a una reunión de desplazadas” o “a una charla o
capacitación”.
112
De esta forma, se nota que las mujeres al momento de ser invitadas por el
funcionario que realizó la convocatoria del grupo, no tienen una idea clara frente a
la atención psicosocial y es en el encuentro donde se construye el sentido del
espacio de atención. Este fue un aspecto común en los tres grupos del municipio,
en los cuales se construyeron las expectativas frente al proceso en la
conversación con las mujeres y la idea de lo que significa el acompañamiento
psicosocial.
Además, en este primer encuentro se trabaja con el foco de las emociones que se
han ido configurando después del desplazamiento y los hechos de violencia y
cómo ha cambiado la vida. En este grupo en particular, desde el primer encuentro
las mujeres se conectan con los recursos personales y colectivos y durante el
proceso se van fortaleciendo y van surgiendo más recursos.
En el segundo encuentro con el grupo (aproximadamente un mes después del
primero), se trabaja alrededor de la identidad y sus transformaciones con el foco
del antes, durante y después de los hechos de violencia vividos. Las mujeres
participantes empiezan a reflexionar sobre los lugares desde donde se ha
construido su identidad (familiar, relacional, cultural) hablando sobre los discursos
que las han definido como mujeres en la situación del conflicto sociopolítico y los
hechos de violencia.
En este sentido, desde la perspectiva de sujeto de derechos, se encuentra en este
grupo que la mayoría de las mujeres tiene claridad frente a sus derechos como
mujeres y expresan ideas referentes al género como “hoy los hombres están y
tienen que estar de acuerdo con que la mujer se supere para que sea una
profesional y sea alguien en la vida”, “hoy las mujeres tenemos nuestros derechos
y el Estado los reconoce”, “ahora como desplazadas somos importantes para el
Estado porque las mujeres tenemos mucho valor, ya no somos humilladas ni
maltratadas”. En Pelaya se conformaron dos grupos más, por medio de la
convocatoria que hicieron dos presidentes de Asociaciones de población
desplazada.
El segundo grupo fue convocado por el secretario de la mesa municipal y
presidente de una Asociación de desplazados y con este grupo se realizó un
encuentro (además del encuentro de cierre con los tres grupos). En este grupo fue
significativo desde el discurso de las mujeres la posibilidad de conectarse con los
recursos y “poder ver la situación de desplazamiento como una oportunidad de
113
hacer cambios en mi vida”, ya que señalan que en la actualidad están
organizadas, recibiendo capacitaciones y preparándose en programas de la
Gobernación y esto las hace sentirse “mas empoderadas y con oportunidades”.
El tercer grupo fue convocado por la presidenta de la Asociación ―Luz y Vida‖,
grupo con el cual se tuvieron dos encuentros en los cuales se trabajó sobre la
identidad desde los ámbitos de las relaciones (consigo mismas, familiares,
sociales), y el ámbito de ser sujeto de derechos. Como resultado las mujeres que
participaron señalan que “encontramos un lugar para hablar sobre las emociones”,
“es la primera vez que llega una organización a escucharnos” y a privilegiar su
voz, ya que expresan que estaban “cansadas de recibir charlas y escuchar a las
instituciones hablar”, y valoran el ser escuchadas y ser constructoras de este
proceso. Se tiene un encuentro de cierre con los tres grupos del municipio de
Pelaya, en el cual participan mujeres de este grupo.
De manera general, las mujeres que participaron en el proceso en el municipio
señalan como resultado el fortalecimiento de las redes sociales y se han
convertido en fuente de apoyo unas con otras “ahora nos conocemos, somos
amigas y podemos compartir nuestras experiencias‖. Asimismo, identifican el
espacio como significativo para ellas en tanto es invitaba “pasar tardes hermosas
compartiendo experiencias con otras mujeres”, les permitió “hacer amigas”, “mirar
hacia el futuro con esperanzas” y “desahogarse y ver la vida y el futuro de una
manera distinta”. Es notorio cómo en el municipio de Pelaya los encuentros son
espacios que favorecen de manera significativa la reconstrucción del tejido social,
las redes de apoyo y un trabajo fuerte frente al ámbito de ser sujeto de derechos
3.4.6. Municipio La Jagua de Ibirico
En el municipio de La Jagua de Ibirico se conformaron cuatro grupos de mujeres,
tres de ellos convocados a través de una funcionaria de la Secretaría de Gobierno
del municipio (apoyándose en los líderes, organizaciones e instituciones que
trabajan con la población desplazada) y el otro a través del presidente de otra
Asociación de desplazados.
Las mujeres que recibieron el acompañamiento psicosocial se encontraban en un
rango de edades entre los 14 y los 75 años, en su mayoría se dedicaban a oficios
domésticos por los cuales recibían una remuneración para mantener a sus familias
y algunas se dedican al hogar pues el proveedor es su compañero.
114
Un número significativo de mujeres en este municipio y que participaron en el
proceso ha sido víctima de homicidios y desapariciones de uno o varios miembros
de su familia (maridos e hijos hombres) y varias de ellas eran mujeres ancianas
que están a cargo de sus nietos, ya que sus hijos han sido asesinados.
En cuanto al proceso, se hizo una caracterización psicosocial y sociodemográfica
en profundidad a un grupo piloto conformado por 43 mujeres, con el cual se tienen
4 encuentros mensuales que comenzaron en Agosto y terminaron en Noviembre,
donde se trabajó desde la identidad y los ámbitos de las emociones, las
relaciones y ser sujeto de derechos. Con los otros grupos se tuvieron tres
encuentros con los mismos focos de trabajo.
Teniendo en cuenta las particularidades de los grupos y los hechos violentos de
los cuales han sido víctimas, se trabajó de manera directa frente a las emociones,
la elaboración de duelos y reconstrucción de proyectos de vida personales y
familiares después de la pérdida de sus seres queridos (en su mayoría hijos y
parejas) por parte de los diferentes actores armados.
En este sentido, en las mujeres al inicio del proceso se encuentra un “dolor muy
fuerte, indescriptible” y la dificultad para expresar sus emociones y ―continuar con
sus vidas‖ después de los hechos: “la vida nunca más vuelve a ser igual, uno tiene
que seguir viviendo pero es como si se estuviera muerto por dentro, ya nada se
disfruta como antes”.
Se trabajó por medio de rituales que favorecieran la elaboración de estas
emociones, la expresión de los sentimientos en un espacio seguro y terapéutico, y
fue recibido de esta manera por ellas: “nunca antes había llorado a mi hijo delante
de nadie, solo lo hacía delante de Dios arrodillada al lado de mi cama”, “se siente
un desahogo al poder expresar lo que duele”, “es como haberse quitado un peso
de encima, aunque no deja de doler y nunca voy a olvidar lo que ocurrió”.
Al final de los encuentros, las mujeres participantes del proceso logran en alguna
medida elaborar estas emociones asociadas a los hechos violentos las pérdidas
de sus seres queridos, y reconocen que sus emociones fueron recibidas en un
―espacio seguro‖ que ellas mismas construyeron, haciendo una evaluación del
proceso de acompañamiento psicosocial como ―el primer espacio de desahogo
que han tenido desde los hechos de violencia‖, “es la primera vez que se recibe
algo como esto, se estaba esperando y se necesitaba”.
115
En el cierre, las mujeres manifiestan que se haga explícito su deseo de seguir con
este acompañamiento, “que no termine aquí, porque es algo que en verdad
necesitamos a pesar de que han pasado años y las cosas ya están un poco más
calmadas, pero las heridas y los recuerdos están allí y estos espacios nos ayudan
a salir adelante y que la vida vuelva a tener sentido”.
Con el proceso fueron significativos también los cambios en la narrativas de las
mujeres frente a sus propias historias de vida, surgiendo narrativas alternativas
que dieron cuenta de sus recursos y habilidades: “somos mujeres fuertes, como
árboles que damos sombra a nuestros hijos y nietos”, “a pesar de todo el dolor
seguimos y seguiremos en pie”, “tenemos un compromiso muy grande con
nuestros hijos y con el país, ya que queremos un futuro diferente para ellos, que
nunca tengan que vivir ni sufrir lo que a nosotras nos ha tocado”.
Los cuatro grupos de mujeres mostraron una receptividad, participación y
compromiso con el proceso de acompañamiento psicosocial, lograron construir
redes entre ellas así como la construcción de un espacio seguro para expresar y
elaborar sus emociones.
De otro lado, en el ámbito de ser sujeto de derechos, las mujeres lograron
movilizaciones significativas en tanto se reflexionó y se conversó sobre su relación
con las instituciones y sus derechos “antes yo pensaba que las ayudas eran un
favor y ahora conozco mis derechos”, “es que a uno le daba pena ir a pedir algo,
varias veces me salí de las oficinas y no fui capaz de hablar pero ahora sé que es
importante participar en los procesos”
3.4.7. Municipio Agustín Codazzi
En el municipio de Agustín Codazzi se conformaron cuatro grupos. Se hicieron las
coordinaciones con las diferentes instituciones encargadas de la atención a la
población víctima y desplazada para la conformación de seis grupos, pero solo fue
posible convocar cuatro grupos con el apoyo de líderes y algunos funcionarios.
El grupo piloto fue convocado por la encargada de la oficina de atención a
desplazados del municipio quien se articuló y apoyó en los líderes de las
organizaciones. Con este grupo se realizaron cuatro encuentros, la atención inició
en Agosto con la caracterización psicosocial y sociodemográfica en profundidad, y
116
se cerró en Noviembre con la participación de las mujeres del grupo piloto en el
encuentro masivo realizado en el municipio de Codazzi.
En estos encuentros con el grupo se trabaja en un primer momento en la
caracterización y la construcción de un sentido y un significado compartido con
las mujeres frente al proceso de acompañamiento psicosocial.
En este sentido se encuentra que las mujeres en un primer momento tienen
expectativas relacionadas con ―ayudas humanitarias‖, “qué vamos a recibir, qué
nos van a dar”, y se mueven desde una dinámica asistencialista de las
Instituciones y el Estado. Fue un reto lograr una movilización y construir un sentido
para el acompañamiento psicosocial.
Al cierre, las mujeres reconocen que el proceso les permitió “construir
compañerismo y amistades entre nosotras”, “cambiar el pensamiento, ya que
antes vivíamos tristes y metidas en los problemas y ahora la mente se abrió y se
despejó”, “una esperanza para todas de que la vida puede ser mejor y se puede
volver a sonreír”, “relajarse, salir de la rutina y hacer algo por uno mismo”.
Además se trabaja sobre el foco de identidad, reflexionando sobre la idea de lo
que significa ―ser desplazada y ser víctima‖ y las posibilidades que estas palabras
abren o limitan en la vida. De esta manera se construyen nuevos significados
frente a la idea de hacer un giro y pasar de ―ser víctima‖ a ―ser sobreviviente‖, y la
posibilidad de posicionarse de otra manera frente a la propia historia de vida.
Dos grupos más se convocaron por medio de la presidenta de una asociación que
fueron atendidos en el Barrio Machique, donde se trabajó igualmente desde los
tres ámbitos de acción del modelo de la Corporación Vínculos (identidad,
relacional y ser sujeto de derechos).
Cabe señalar que en estos grupos encontramos diferencias en la manera como
fueron invitadas al proceso, ya que al llegar al primer encuentro, tenían construida
una idea clara del trabajo psicosocial y expectativas más cercanas al objetivo del
proceso: “nos invitaron a una reunión para que nos ayudaran a superar lo que
hemos vivido de la violencia”, “es una ayuda que nos manda la Gobernación para
que superemos las situaciones difíciles que vivimos con el desplazamiento”, lo
cual nos lo explicamos desde la receptividad que tuvo la líder frente a la propuesta
de trabajo de la Corporación.
117
Al final del proceso el grupo de mujeres del Barrio Machique señalan que ha sido
útil en sus vidas en tanto les ha permitido desde lo emocional hablar, compartir
escuchar y ser escuchadas por otras mujeres que han vivido los mismo que ellas,
lo cual marca una diferencia que ellas explican como: “quien no ha vivido lo que
uno ha vivido no se imagina lo que es pasar por situaciones tan difíciles como
estas”, refiriéndose a la violencia. Además, expresan que al fin después de tantos
años sienten que el Estado y la Gobernación del Cesar empieza a tenerlas en
cuenta ya que “aunque el dinero es importante uno necesita quien se ocupe de
reparar el alma”.
Por otro lado, el proceso favoreció la construcción de nuevas ideas frente a la
propia identidad desde lo personal: “uno se valora más como mujer y reconoce lo
fuerte que ha sido en medio de todo esto”, “nos hemos dado cuenta que somos
mujeres valientes y emprendedoras”, nuevas emociones: “se vuelve a sentir el
deseo, la fuerza y la voluntad para hacer las cosas y luchar cada día”, la
reconstrucción del proyecto de vida: “es posible volver a creer que hay un futuro
para uno, para su familia y para Colombia”, “es la primera vez en 15 años que me
he sentido escuchada
3.4.8. Municipio Valledupar (primera parte)
La atención en el municipio de Valledupar se realizó en una primera fase de
manera simultánea en cuatro barrios donde se asienta buena parte de la población
víctima que vive en la ciudad. Los encuentros realizados en estos barrios se
dieron en su mayoría, como proceso, es decir dos o más encuentros. La segunda
fase de la atención en la ciudad, responde al cambio de estrategia para lograr
mayor cobertura en la atención a través de la metodología de encuentros únicos y
encuentros masivos.
En esta primera parte se describen los procesos adelantados en los barrios y en
un segundo momento se presentan los resultados de los encuentros únicos y los
encuentros masivos.
El acompañamiento realizado en el municipio de Valledupar fue más extenso y se
realizó en diferentes lugares de la ciudad, identificados como lugares estratégicos
para acercarse a la población de mujeres en situación de desplazamiento, como
bien fueron algunos barrios reconocidos como receptores de familias que llegan a
la capital del Cesar en situación de desplazamiento y en busca de protección
después de haber vivido la violencia.
118
A continuación, se hace referencia al proceso de acompañamiento que se realizó
en la Comuna 2, en los barrios Mareiwa y Villa Jaidy. En seguida, se hará
diferencia entre éstos y el encuentro realizado con la comunidad de mujeres
indígenas Kankuamok en el barrio la Nevada, ya que dicho proceso implica unas
miradas y lugares de trabajo particulares.
3.4.8.1. Comuna 2. Barrio Mareiwa y Villa Jaidy
La convocatoria realizada en este lugar fue apoyada por una líder de la población
en situación de desplazamiento y la Institución Educativa Joaquín Ochoa Maestre,
quienes no solo pusieron a disposición del equipo de trabajo las instalaciones del
lugar, sino que facilitaron el puente de comunicación con padres y madres de
familia y líderes de acción comunal, convocando a los encuentros por medio de
circulares y reuniones.
Las mujeres que participaron de estos encuentros han sido víctimas de la violencia
y, en su mayoría, se han desplazado a la ciudad de Valledupar desde otros
municipios del Cesar en busca de refugio y protección, como Agustín Codazzi,
Astrea, La Jagua de Ibiríco, Pueblo Bello y El Copey, entre otros.
Al igual que en los demás grupos, el rango de edad de las participantes es bastante
amplio, pues participan mujeres jóvenes desde los 18 años hasta mujeres adultas
mayores de 67 años, todas habitantes de esta comuna, algunas de ellas en barrios
aledaños como El Páramo. Entre los hechos de violencia que comunican haber
vivido se menciona en su discurso: homicidios y desaparición forzada de familiares,
atentados terroristas, desplazamiento forzado, intimidación y señalamiento.
“He visto mucha violencia (…) no alcanzo a comprender”
De manera especial se hace notorio que varias de las mujeres que participan de los
encuentros llevan poco tiempo en la ciudad de Valledupar, un factor importante a
considerar cuando se hace referencia a los impactos emocionales que ha tenido la
violencia en la vida de las personas. Así pues, se reconoce en su discurso una
narrativa dominante en relación a su sensación de inseguridad y temor a ser
reconocidas como mujeres en situación de desplazamiento, no solo por el riesgo
que pueden correr sino porque sienten de parte de la población receptora un gran
prejuicio en relación a las víctimas del conflicto, ―yo prefiero que nadie sepa que soy
desplazada‖, ―cuando uno dice que es desplazado la gente se alejan o lo miran mal‖
119
Con estos grupos de mujeres se realizaron dos encuentros en los que se construyó
un espacio que permitió configurar desde diferentes miradas y contextos su
identidad, además de construir el significado de lo que significa para ellas mismas
ser víctimas, logrando con esto recuperar y hacer consciente los recursos con los
que han contado para superar las dificultades y obstáculos, y reconocerse a sí
mismas como agentes de cambio. Así pues, la situación del desplazamiento aunque
fue el foco de reflexión, fue orientada hacia sus capacidades y habilidades para
restablecer sus vidas y las de sus familias después del mismo,
Las mujeres comunican como positivo de los encuentros la posibilidad de verbalizar
emociones y sentimientos que por temor se han guardado desde hace tiempo, ―uno
no sabe con quién está hablando y no sabía a quién podía decirle esto‖.
Igualmente, al realizar un recorrido sobre las dobles historias que se desarrollan de
manera simultánea a la vivencia misma del conflicto, se identifica un auto-
reconocimiento y validación de sí mismas, en frases como: ―somos mujeres
guerreras y berracas‖, ―me siento triunfante‖.
“Ahora pasa uno recogido (…) ya no conozco a nadie”
Para estas mujeres, lo novedoso y desconocido del contexto, y el cambio tan
notorio entre la vida campesina y en la ciudad es uno de los motivos por los cuales
no se construyen nuevas redes de apoyo ni se establecen relaciones con las
personas cercanas, como los vecinos. Las costumbres de compartir sin temor no
solo se han perdido sino que se transmiten generacionalmente, a hijos o nietos que
estén a cargo, ―mis hijos, solo que salgan al colegio y lleguen a la casa, no más‖
manteniendo la vivencia de un contexto inseguro.
El escenario que las mujeres construyeron al participar de los encuentros de
acompañamiento psicosocial fueron señalados como una oportunidad para
reconocer otras mujeres cercanas con las cuales compartir y conversar. Frases
como ―yo a ella la había visto, pero no sabía era también desplazada‖ fueron
frecuentes en los encuentros, además de aprovechar como oportunidades para
resaltar las posibilidades que puede ofrecer el contar con una red de relaciones
interpersonales más allá de las directas y cercanas del núcleo familiar, ―ahora ya sé
que ella también vivió lo mismo que yo‖.
“Los verdaderos desplazados”
120
En estas mujeres se reconocen patrones de relación asistencialista, más notorias
por los procesos que se encuentran realizando en diferentes instituciones
gubernamentales destinadas a la atención a la población en situación de
desplazamiento de la ciudad de Valledupar. Además de su situación de
vulnerabilidad como víctima, se encuentran también con las dificultades de vivir en
la capital del departamento como ubicarse en barrios peligrosos y de invasión,
nuevas demandas y obligaciones (como el estudio de los hijos y el arriendo) y
menos opciones de trabajo en parte porque las labores del campo, es decir, lo que
saben hacer, no corresponden con las de la de la ciudad.
Durante el proceso de encuentros con estas mujeres se invita a reflexionar y
construir demandas desde lugares diferentes, resaltando los logros que han
alcanzado por sí mismas en el restablecimiento de su vida y la de sus familias
después de vivir la violencia, proceso que va de la mano con la exigencia de sus
derechos.
3.4.8.2. Mujeres indígenas Kankuamok
Por diversos factores con este grupo de mujeres se realizó un solo encuentro en el
barrio La Nevada, convocado por una de sus mujeres líderes al cual asistieron 39
mujeres de este pueblo indígena.
Debido a la particularidad de su cosmología e historia, las afectaciones psicosociales del conflicto en sus vidas también deben ser construidas e identificadas de manera diferencial, ya que no solamente fueron objeto de desplazamiento forzado y víctimas de homicidios, desapariciones forzadas y masacres (como la sucedida en el corregimiento de Atanquez, resguardo indígena), sino que el significado que acompaña estos hechos va ligado a explicaciones, desde el discurso de las mujeres, como el etnocidio de este pueblo indígena, el imaginario errado de asemejar a los indígenas con grupos guerrilleros y su ubicación en un territorio estratégico que era utilizado como corredor por los grupos armados16.
Se hizo evidente en este encuentro que el desplazamiento forzado para estas mujeres tiene un impacto importante debido a sus creencias en relación con su conexión con la madre tierra, pues, no solamente deben dejar algunas de sus creencias y tradiciones para adaptarse al nuevo contexto citadino que reconoce como ―una selva de concreto‖ sino porque a su vez sienten que lo que está
16
Ver Artículo: La masacre de Atanquez. Por: Alfredo Molano Bravo (El Espectador en www.elespectador.com/columna103928-masacre-de-atanquez )
121
sucediendo es una manera de la naturaleza de expresarse, ―La madre tierra también se está quejando‖.
La crianza en este nuevo lugar de los hijos no solo obliga a realizar ciertos movimientos y aprendizajes de la cultura que ellas reconocen como occidental sino que también son testigos de cómo en las nuevas generaciones pierden su cultura, ―No crecen igual que nosotros y aprenden cosas de la ciudad‖ y ―ya no saben ni en qué se diferencia una arhuaca de una kankuama…para ellos es lo mismo‖.
De igual forma, se identifica en este grupo una organización, posiblemente característica de su cultura indígena, un proceso de consolidación y fortalecimiento en espacios públicos y estatales para que sus derechos sean reconocidos de una manera diferencial, con el propósito de denunciar las situaciones que están viviendo desde este lugar “somos familias muy numerosas y ahora vivimos” “queremos ser reconocidas como mujeres indígenas y saber la verdad de lo que ocurrió‖.
Realizar un acompañamiento psicosocial con este grupo de mujeres representa un desafío a pensar diferente el proceso y a responder a la pregunta sobre qué hacer distinto, desde las comprensiones de lo que ha sido vivir la violencia y el desplazamiento para estas mujeres, que además de ser colombianas han crecido y formado parte de un contexto específico y diferente.
Los primeros pasos se han empezado a dar, y la invitación a participar del acompañamiento psicosocial es bien recibida por las mujeres participantes del encuentro y por las líderes que acompañan el proceso; pues se hace evidente para ellas las afectaciones a nivel emocional, relacional y como sujetos de derecho que vivir la violencia ha dejado en sus vidas y las de sus familias
3.4.8.3. Barrio de invasión Bello Horizonte
Otros dos grupos conformados en la ciudad de Valledupar fueron convocados por
medio del presidente de la Fundación RCA (Red de ciudadanos activos por
Colombia) en la invasión Bello Horizonte, con cada uno de los cuales se tienen tres
encuentros y participan mujeres desplazadas y víctimas de la violencia que en su
mayoría llegaron desplazadas a Valledupar desde otros municipios del Cesar hace
mas de 5 años o incluso vienen de otros departamentos como Magdalena, Bolívar y
la Guajira. Los otros grupos son convocados por la psicóloga de la dupla
psicojurídica y una líder.
En los grupos conformados en la Invasión Bello Horizonte se da una transformación
en los significados frente a ―lo que significa ser desplazado‖. Las mujeres expresan
122
que lograron nuevas comprensiones frente a la experiencia violenta “ya uno
empieza a entender que no es culpa de uno lo que ocurrió…que uno tiene unos
derechos y que los puede hacer valer, además, que ser desplazado no es un
crimen sino una situación que uno vivió y que no quiere que otros vivan”. Por otro
lado, señalan que “nunca antes había hablado” de lo ocurrido, y casi nunca habían
hablado de los hechos, lo cual las “mantenía ahogadas”. Este es un sentimiento
compartido en los grupos.
3.4.9. Municipio Valledupar (segunda parte - estrategias encuentros únicos y
encuentros masivos)
A partir de la necesidad de incrementar las acciones en el componente de
atención, la Corporación Vínculos toma la decisión de aumentar en dos el equipo
de profesionales del Cesar finalizando el mes de Octubre con el fin de asumir de
manera continua la atención de nuevos grupos de mujeres en Valledupar y sus
corregimientos.
Estos encuentros se diferencian de los hasta ahora descritos (a excepción del
encuentro único de mujeres Kankuamok) en que se realizaron en una sola
oportunidad, pues la continuidad de estos procesos teniendo en cuenta el poco
tiempo que le quedaba al proyecto para entonces, se aplazó para el 2011.
En lo que sigue, se presenta el proceso de atención realizado con los grupos,
información que se complementa con informaciones cuantitativas registradas en
dos tablas, sobre los grupos de mujeres con quienes se implementaron las
estrategias de encuentros únicos y de encuentros masivos.
123
Tabla No. 11
Encuentros únicos de acompañamiento psicosocial en el municipio de
Valledupar y algunos de sus corregimientos
ATENCIÓN PSICOSOCIAL - ENCUENTROS ÚNICOS
MUNICIPIO Grupos Total Participantes
Remitentes
VA
LLE
DU
PA
R
Aguas Blancas 47 Lideresa Otilia Cordoba
Mariangola 42 Lideresa Otilia Cordoba
UAO 18 nov 22 Zamira Villegas y Mónica Corrales
UAO 24 nov 28 Equipo Vínculos
UAO 25 nov 34 Equipo Vínculos
Sabanas del Valle
18 Lideresa Magola Aguilar
Populandia 7 Lideresa Mariela Torres Olarte
Oficina 11 Nov 10 Lideresa Maria Gracia
Barrio 9 de marzo
16 Lideresa Ruth Jimenez
Barrio 9 de marzo - 4 nov
35 Lideresa Ruth Jimenez
MIAV 22 noviembre
30 Equipo Vínculos
MIAV 23 noviembre
29 Equipo Vínculos
MIAV 25 noviembre
17 Equipo Vínculos
Barrio 1ro Mayo
14 Red de Ciudadanos Activos por Colombia (RCA) - Alvaro José Daza
Jose Antonio Galan
7 Lideresa Ofir Camargo
TOTAL PARTICIPANTES 356
124
Tabla No. 12
Encuentros masivos de acompañamiento psicosocial en el municipio de
Valledupar y algunos de sus corregimientos
ENCUENTROS MASIVOS
Municipio Grupo Total participantes
Remitentes
VA
LLE
DU
PA
R
La Nevada 3 Lideresa Johana Pacheco
Cristo Llama a tu puerta
9 Lideresa Ruth Jimenez
Pailitas 55 Psicóloga dupla Kattia López y Personería Municipal
Minas de Iracal
26 Red de Mujeres del Cesar - Lideresa Mariela Bolaño
TOTAL PARTICIPANTES:
93
3.4.9.1. Descripción general del proceso de atención psicosocial –
Valledupar, estrategia Encuentros Únicos
En el proceso de de atención psicosocial a mujeres en el municipio de Valledupar
con la implementación de estrategias de encuentros únicos y encuentros masivos,
se abordaron 18 grupos en los cuales se contó con la participación de mujeres
cuyo rango de edad se encontraba entre 18 y 87 años de edad, algunas
acompañadas a los encuentros por sus hijas con edades entre de 6 y 10 años de
edad.
Estas mujeres han sido desplazadas de otras regiones del país como
Santanderes, Tolima, Antioquia y de diferentes municipios del Cesar tales como
Bosconia, La Jagua, Mariangola, Aguas Blancas, La Paz, San Diego y Pailitas
entre otros.
Dentro de las actividades a las cuales se dedican se encontró que en su mayoría
son amas de casa, algunas se dedican a trabajar en restaurantes, en casas de
familia realizando oficios domésticos, otras se desenvuelven en actividades de
125
comercio y otras se dedican a las artesanías como forma de mantener
económicamente a sus familias y suplir sus necesidades básicas.
De otro lado, dentro de los tipos de violencia de los cuales han sido ―víctimas‖
estas mujeres, se encontró el desplazamiento, desaparición y muertes de
familiares por parte de grupos armados al margen de la ley. En este sentido, se
observa que cada violencia tiene rasgos que la hacen particular a otra, siendo
mposible ubicar en el mismo escenario reflexivo las implicaciones de la violencia
intrafamiliar y la violencia sociopolítica, por cuanto las condiciones que la generan
y los escenarios en las cuales se desarrollan son distintos (Vínculos 2007)
3.4.9.1.1. Temáticas abordadas
Teniendo en cuenta temáticas trabajadas en los grupos abordados desde con
temas como la caracterización psicosocial, la identidad, el reconocimiento de
recursos y de historias de las mujeres, se decide enfocar el trabajo con los nuevos
grupos de mujeres en Valledupar hacia el reconocimiento de recursos internos y
externos que se mantienen en medio del desplazamiento y que contribuyen a
fortalecer la identidad.
También se intentó crear en un solo encuentro, un espacio a través del cual se
lograran identificar los impactos emocionales, relacionales y de derecho que ha
tenido el desplazamiento forzado y los diferentes hechos de violencia en la vida de
las mujeres
3.4.9.1.2. Metodología encuentros únicos y encuentros masivos
Para estos nuevos grupos, el equipo de profesionales que asume los procesos de
atención psicosocial en Valledupar y sus corrimientos, junto con el apoyo de las
otras profesionales del equipo del Cesar, implementa una metodología distinta a
la desarrollada hasta el momento. De esta manera, se replantea en equipo la
metodología de atención a seguir y se crean dos estrategias: una denominada
―encuentros únicos‖ de mujeres y otra ―encuentros masivos‖ de mujeres, la
primera pensada para el municipio de Valledupar y sus corregimientos y la
segunda para aplicarla en los otros 8 municipios.
En este nuevo momento de la atención, los primeros talleres con grupos de
mujeres donde se implementó la estrategia de ―encuentros únicos‖ fueron guiados
por la metodología diseñada para los encuentros de caracterización, cuyo objetivo
126
principal era la identificación de las afectaciones que dejaron en las mujeres los
hechos de violencia en los tres ámbitos: emocional, relacional y de derechos.
Esta metodología orientó los procesos de caracterización con componentes
interventivos, pues las aperturas que tuvieran lugar en cuanto a la expresión de
emociones y de duelos no elaborados, se abordaron posteriormente en los
segundos, terceros e incluso cuartos encuentros programados con los grupos en
todos los municipios. Para el caso de los encuentros masivos y únicos realizados
en la última etapa del proyecto, se abordaran como se ha expresado
anteriormente, en el 2011.
La orientación fundamental de la metodología fue la elaboración de una ―Muñeca
Individual‖, a partir de la cual se identificaron recuerdos, pensamientos
significativos de sus vidas, emociones positivas y negativas relacionadas con sus
propias experiencias de vida, aquellas cosas que guardan para sí mismas,
aspectos relacionados con lo que no han podido expresar o decir abiertamente en
otros espacios y respecto a ellas mismas como mujeres.
También se exploraron las relaciones con su familia y con redes cercanas como
amigos, vecinos y conocidos, actividades que realizan actualmente, hacia donde
desean ir en relación a la proyección de sus vidas a futuro y a la construcción de
sueños, donde se ubican actualmente a nivel personal, y el reconocimiento de
recursos a partir de la pregunta ¿Qué no se ha llevado el desplazamiento o las
situaciones de violencia vividas?
Los aspectos relacionados se trabajaron con el fin de posibilitar en las mujeres la
expresión de emociones y el reconocimiento de sus propias necesidades
individuales, sus sueños, temores y de sus recursos para afrontar las experiencias
vividas.
Adicionalmente, se piensa en una metodología complementaria y distinta
orientada al reconocimiento de los recursos de las mujeres a partir de la cual se
facilitara la identificación de sus fortalezas y capacidades de afrontamiento para
superar experiencias de dolo.
De esta forma que buscó un proceso de resignificación de dichas experiencias, de
construcción de historias alternativas narradas por las mujeres para hacer posible
que en el espacio de encuentro único, visibilizaran sus proyectos de vida de
127
manera distinta y reconocieran aquellos aspectos individuales que les ha permitido
salir adelante a pesar de la adversidad.
De esta forma se crea una metodología denominada Encuentros Únicos con una
estrategia de ―Construcción de Historias‖, que empieza a ser implementada con 11
grupos, 3 de los cuales hicieron parte de lo que en un principio se pensaba como
―encuentros masivos‖.
Es importante aclarar en este sentido, que la estrategia metodológica de estos
―encuentros masivos‖ no se implementó debido a la imposibilidad que se
comprobó de convocar 100 o más mujeres, como se tenía planeado, en dos
encuentros donde llegaron 9 y 3 mujeres respectivamente. Este resultado se
obtuvo a pesar que el equipo de profesionales de Vínculos se desplazó a los
lugares donde habitan las mujeres y se contó con el apoyo de los líderes quienes
también las invitaban directamente.
Debido a esta situación, el desarrollo de los encuentros con los grupos se basó en
la metodología que a partir de este momento se denominaría ―encuentros únicos
con creación de historias‖.
La participación en los 18 grupos fue en promedio de 15 a 25 mujeres. Para el
caso de los municipios de Pailitas17 y el corregimiento Minas de Iracal, se contó
con una participación de 55 y 26 mujeres respectivamente, y aunque no era el
número esperado, fue útil en estos casos el apoyo de las profesionales de la
Dupla Psicojurídica y la personería para el primero, así como de las líderes en el
segundo.
3.4.9.1.3. Metodología ―encuentro único con creación de historia‖
A continuación se describe la metodología de ―encuentro único con creación de
historia‖. A través de la construcción de historias de vida, el reconocimiento de
recursos (internos y externos) y la construcción de una maleta simbólica para
llevar los recursos identificados, se abordaron ejes temáticos relacionados con
los roles más recurrentes encontrados en el trabajo en campo respecto a las
mujeres víctimas:
17
Aunque el municipio de Pailitas no se encuentra entre los ocho de cobertura del proyecto, se acordó con la Gobernación realizar un encuentro único en este municipio dada la necesidad de incrementar acciones en el componente de formación.
128
- Mujer cabeza de familia
- Mujer campesina
- Mujer trabajadora
- Mujer Líder
El objetivo de los encuentros fue identificar, a partir de las historias de vida de las
mujeres los recursos internos y externos, que contribuyan a fortalecer la
identidad, así como fortalecer un espacio de conocimiento colectivo de las
participantes y el equipo de vínculos, en el que se construyan relaciones de
confianza para seguir el proceso de acompañamiento.
Los encuentros también permitieron identificar la situación emocional, relacional y
de derechos de las mujeres víctimas del conflicto armado, así como la
identificación de sus recursos como insumos para construir nuevas formas de
afrontar el dolor.
Entre los acuerdos del encuentro se mencionan la privacidad del espacio, el
manejo ético y profesional de la información, el respeto en el trato y escucha a
los demás. El encuadre de la actividad se realiza diferenciando el proceso de
acompañamiento psicosocial del tema de ayudas humanitarias y económicas.
En este sentido, se menciona que la palabra Vínculos recoge el espíritu que
deseamos mostrar y promover por que revela nuestra convicción respecto a que
lo humano se construye a través de los vínculos y que es en ellos que se
dinamizan emociones, saberes, acciones, problemas y también cambios.
Al inicio del taller se invita a las mujeres a construir la historia de una mujer que
represente al grupo, de tal forma que contenga aspectos de la vida de cada una
de ellas relacionados con los recursos y los aspectos positivos de si mismas que
les ha permitido afrontar las situaciones de dolor vividas, teniendo como guía las
siguientes preguntas:
- ¿Qué cosas hizo esta mujer que antes no era capaz de hacer?
- ¿Qué cosas nuevas ha descubierto de sí misma?
- ¿Qué le diría esta mujer a las demás mujeres que están en el encuentro?
- ¿Cómo ha sobrevivido a la violencia esta mujer?
129
Posteriormente a la construcción de las historias, se pide que cada grupo
comparta a los demás la historia de la mujer construida colectivamente y en
grupo se identifican los recursos de cada una de esas mujeres representadas en
las historias. Luego, se ubican las particularidades de una maleta de viaje, con
preguntas orientadoras como:
¿Para qué usamos una maleta?
¿De qué manera empacamos nuestras maletas?
¿Por qué hay cosas que dejamos en la maleta y por que sacamos
otras?
A partir de esta conversación se socializa con el grupo el sentido y significado de
la metáfora ―una maleta de viaje‖ como el equipaje que llevamos en nuestra vida,
reflexionando sobre la importancia del equipaje que cada una carga, lleno de
emociones, ideas, experiencias, sueños y recuerdos.
Se les invita a construir a cada una su propia maleta y a identificar que carga en
ella, encuadrando la posibilidad de llevar personas, recuerdos, cosas,
cualidades, habilidades, miedos, sentimientos, creencias, pensamientos. “¿Qué
llevan hoy en la maleta de su vida?”
Antes de continuar con la socialización se evalúa a través de las siguientes
preguntas el desarrollo de la actividad inicial.
¿Qué les llamó la atención de lo que dijeron sus compañeras?
¿qué cosas comunes compartimos en este grupo?
¿Cómo se sintieron durante la realización el desarrollo de este ejercicio?
¿Qué cosas nuevas les permitió ver el ejercicio?
Una vez socializados los recursos, se invita al grupo a pensar sobre aquello que
le gustaría sacar de su maleta, y las cosas nuevas que le gustaría guardar para
continuar su camino, para lo cual se les invita a escribir esas nuevas cosas en
una maleta de cartulina que se entrega a cada una, a partir de lo que observaron
de las historias de las mujeres construidas de manera colectiva.
Se recoge en grupo lo conversado, preguntando por sus apreciaciones del
espacio se establece un compromiso de dejar la maleta que cada una carga a
partir de la fecha en un lugar visible para recordar lo que cargamos
130
3.4.9.1.4. Metodología ―encuentro único basado en la caracterización
psicosocial‖
A continuación se describen los aspectos observados en los encuentros
realizados bajo la metodología de ―encuentro único basado en la caracterización
psicosocial‖. Estos encuentros fueron definidos de la siguiente manera de
acuerdo a las convocatorias y lugares en los que se desarrollaron: ―Barrio 9 de
Marzo‖, ―Corregimiento de Mariangola‖, ―Barrio 1 de Mayo‖, ―Oficina 11 de
Noviembre‖, ―Corregimiento de Aguas Blancas‖, ―CDV Barrio Sabanas del Valle‖.
A partir de lo conversado sobre el trabajo psicosocial en estos encuentros se les
entregaba a cada participante, en una hoja de papel tamaño carta la silueta de
una mujer donde están consignados los siguientes puntos:
En la cabeza, lo que pienso y lo que recuerdo
En la boca, lo que callo y lo que quiero decir
En los brazos, las relaciones con mi familia y con los demás
En el torso y el corazón, lo que siento y lo que guardo
En las piernas y los pies, lo que hago y a donde voy
En el suelo, donde estoy
De esta forma se les invitaba a pensar en cómo cada uno de estos aspectos ha
cambiado en su vida después de vivir el desplazamiento para que de manera
individual realizaran su registro en las fotocopias de la manera que más cómoda
las hiciera sentirse, ya fue con dibujos o palabras.
Posteriormente, cuando cada mujer ya había registrado los datos de su muñeca
individual, se solicitaba al grupo que compartiera la experiencia a partir de la
construcción de una muñeca colectiva con el fin de hacer visibles los aspectos
más significativos de las muñecas individuales y poder conocer cómo se sintieron
realizando la actividad.
Como resultado de estos encuentros, a continuación se describen los aspectos
más importantes y significativos observados en las mujeres.
3.4.9.1.5. Particularidades de los encuentros
131
A partir de la construcción de la muñeca individual, se encontró que las narrativas
de las mujeres estaban enfocadas en describir situaciones de dolor por las
experiencias vividas a nivel de desplazamiento, lo cual las llevaba a identificar
sentimientos de rabia, soledad, tristeza por el recuerdo de sus familiares fallecidos
y de los eventos relacionados con estas experiencias, resentimiento, rencor,
impotencia, temor, angustia, inconformidad.
Estas situaciones a algunas de ellas las ha levado a guardar silencio por el hecho
de conocer a los autores de los hechos de violencia ocasionados a sus familias,
otras guardan el dolor por lo vivido y mucha tristeza por extrañar a su familiares
que ya no están con ellos, y en otros casos las mujeres callan su dolor porque no
se sienten escuchadas y sienten temor de hablar después de vivir la violencia.
De esta manera, expresan frases como “Siento problemas en mi cuerpo porque
estoy sufriendo y eso me está acabando”, “siento amor por mi familia y muchas
ganas de salir adelante”, “a veces se siente alegría por estar viva pero otra veces
la tristeza es muy grande”, “siento deseos de ver bien a mi familia y mis hijos”,
“siento dolor por perder a mis seres queridos y el rechazo por ser desplazada”,
“siento tristeza por tener que abandonar la tierra por la violencia”.
De otro lado, dentro de las frases alusivas a estos recuerdos presentes en estas
mujeres se encuentran: “Recuerdo el desplazamiento que nos hicieron, nos
amenazaron, nos pegaron como perros, vivíamos muy bien y ahora no tenemos
nada”, “lo que más recuerdo es a mi hermano muerto, tirado como si fuera
cualquier cosa y quemado del sol por tener mucho rato de estar ahí tirado”,
“recuerdo que todo era feliz y no se sufría por nada”, “recuerdo las lágrimas de mi
mamá y la inocencia de mi sobrino cuando me decía que le comprara otro papá
porque su papá se había ido al cielo”.
Dentro de los discursos de estas mujeres se ubican algunos interrogantes
relacionados con su afán de explicación de los hechos, expresados en las
siguientes frases: “¿Por qué a uno lo desplazan?, ¿Por qué el desplazamiento
sobre nosotros?, ¿Por qué tan despiadadamente nos sacaron sin tener a donde
ir?”.
Estas situaciones las lleva a mantener en su memoria recuerdos de experiencias
muy dolorosas e indignantes que como seres humanos han tenido que afrontar y
sus pensamientos se movilizan hacia la necesidad de contar con ayuda para
superar el dolor. En este sentido algunas expresan frases como: “pienso en que
132
quiero cambiar mi vida”, “pienso huir de todo y salir corriendo”, “necesito ayuda”,
“pienso en salir adelante y tener mis cosas como antes”, “pienso en mi familia y
que tuvimos que dejar todo olvidado”, “pienso en cómo la violencia ha destruido a
nuestras familias”, “ver las cosas injustas que han sucedido”, “pienso en mis hijos
y en su futuro”.
A nivel relacional, para algunas mujeres las relaciones con sus familiares se han
visto alteradas a tal punto de estar separados, sumado al hecho de tener que vivir
en ciudades distintas, mientras que para otras las situaciones de desplazamiento
las ha llevado a unirse y fortalecer sus relaciones con aquellos familiares que
estaban distantes, expresando frases como “hemos sido unidos en las buenas y
en las malas siempre”, “la unión es lo que nos ha mantenido fuertes para salir
delante de todo esto”, “aunque nos hemos desconectado y a pesar del tiempo
hemos superado todo juntos”, “siento que mi familia está a mi lado y que no me
han abandonado, si necesito algo me ayudan y yo a ellos igual” .
Dentro de los aspectos que ellas describen como significativos a nivel de recursos,
y que identifican como aquello que el desplazamiento no les ha quitado se
encuentra “la fe en Dios”, el amor por sus familias, “el derecho a reclamar y hacer
valer sus derechos”, los valores, la dignidad, y la esperanza de reconstruir sus
vidas.
Respecto a su ocupación actual, algunas mujeres describen que son amas de
casa, otras se dedican a actividades de comercio, ventas, cocina. Como parte de
las proyecciones a futuro desean ver sus sueños realizados en cuanto a “tener
una casa”, “que mis hijos puedan estudiar”, “salir adelante y buscar oportunidades
para vivir mejor”.
En este sentido, los proyectos de vida de estas mujeres están direccionados hacia
la posibilidad de sacar a sus hijos adelante y darles lo que necesitan para suplir
sus necesidades básicas de vivienda alimentación y estudio. Para ellas, el ideal es
poder recuperar el bienestar que tenían antes del desplazamiento y algunas se
ubican en una dirección clara frente a la realización de sus metas personales,
pues el superar historias de dolor les permite reconocer un escenario de
posibilidades y viabilidad respecto a la reconstrucción de sus proyectos de vida.
En cuanto a la identificación de los recursos presentes en las muñecas colectivas
construidas, se encontraron los siguientes: “apoyo, oportunidad, amor, cariño,
confianza, amistad, diálogo, compañía, poder compartir con otras mujeres, ganas
133
de salir adelante, Fe en Dios, deseos de superación, apoyar a la familia, la
felicidad a pesar de todo lo que nos ha pasado, deseos de seguir soñando, el
optimismo, la confianza, el agradecimiento por sobrevivir, la comprensión, la
honestidad”.
En este punto cabe resaltar que las mujeres daban un nombre particular a cada
una de las muñecas construidas, el cual tenía un significado relacionado con
situaciones de que las posicionaba en un plano de futuro más esperanzador
respecto a sus historias de vida y su situación actual, ubicándose nombres como
―María Valentía‖ y ―Luz Esperanza Vida Nueva‖.
De igual manera, estas muñecas colectivas dibujadas por ellas, tenían la
particularidad de mostrar un aspecto distinto al de la muñeca individual, pues para
las mujeres era significativo poder resaltar elementos de belleza (proyección de
una mujer bonita, con un cuerpo agradable, elegante y arreglada) y una postura
fuerte, positiva, emprendedora y con una emoción de alegría.
En la construcción de las maletas a partir de los recursos que identificaban de la
historia colectiva, se encontró que para las mujeres lo más significativo para llevar
en sus maletas era: “la esperanza”, “el amor”, “la Fe de Dios para que nos guíe
siempre”, “la confianza para salir adelante y seguir luchando”, “actitud positiva ante
todo”, “la energía para continuar”, “tranquilidad”, “seguridad”, “capacidad de
perdón para quienes nos hicieron tanto daño”, “sinceridad”, “preparación para
enfrentar dificultades”, “paz y reconciliación”, “tolerancia” y “autoestima”.
Ahora se describe la metodología de ―encuentro único con construcción de
historias‖, realizada con 10 grupos denominados así: ―UAO 18 de Noviembre‖,
―Cristo llama a tu puerta‖, ―MIAV 22 de Noviembre‖, ―MIAV 23 de Noviembre‖,
UAO 24 de Noviembre‖, ―Populandia‖, UAO 25 de Noviembre‖, ―José Antonio
Galán‖, ―La Nevada‖ y ―La Mina de Iracal‖.
En estos encuentros, se observaba una dinámica distinta a la que se presentaba
en los encuentros únicos con metodología de caracterización psicosocial, ya que
con estos grupos de mujeres era mucho más fácil poder evitar que se reabrieran
heridas emocionales de manera individual.
En este sentido, la creación de historias de manera colectiva, enfocada a la
identificación de recursos y a partir de un enfoque apreciativo de la vida de las
mujeres, facilitaba en ellas la construcción de narrativas alternativas, desde la
134
posibilidad que se desarrollaba en el encuentro de externalizar las situaciones de
dolor a través de una historia.
Este aspecto permitió a las mujeres separar por un momento los relatos
dominantes que han estado dando forma a sus vidas y sus relaciones y las invitó a
identificar esos ―acontecimientos extraordinarios‖ que han sido ignorados de las
experiencias vividas y que han sido opacados por los sentimientos de dolor y
desesperanza, producto de eventos violentos y que les genera mucho sufrimiento.
En este sentido, es importante mencionar que cuando se identifican
acontecimientos extraordinarios en las experiencias de vida de las personas, se le
estimula a que desarrollen nuevos significados en relación con ellos, lo cual
requiere que estos acontecimientos extraordinarios pasen a formar parte de una
historia alternativa de vida de las personas y se construyan ―relatos
extraordinarios‖.
En términos de los encuentros con las mujeres, se observó que las preguntas
realizadas mientras construían las historias, las llevaba a revisar tanto las
relaciones consigo mismas como con los demás, lo cual aportó en la creación de
―historias alternativas‖.
Tales historias, las llevó a reflexionar en las ―posibilidades extraordinarias‖ y
nuevas para acompañar sus relatos, invitándolas a su vez a identificar nuevos
significados vitales, en relación con sus historias de dolor. De esta manera, se
puede decir que los procesos de externalización de situaciones dolorosas, facilitan
―la re-escritura de vidas y relaciones‖ (Myerhoff, 1986, citado por White, 1989) y
facilita la resignificación de experiencias de difícil elaboración.
En esta medida, las historias que construían las mujeres y que se basaban
inicialmente en experiencias de dolor y en recuerdos de las situaciones que han
tenido que afrontar a causa del desplazamiento y de hechos violentos, poco a
poco les permitía vislumbrar aspectos relacionados con los recursos y con las
posibilidades de dar un final distinto a esas historias que hasta ahora han sido
enmarcadas en relatos de dolor.
En este sentido, las mujeres lograron reconocer sus potencialidades y estrategias
empleadas para salir adelante y que han contribuido a mitigar el dolor y enfrentar
las situaciones extremas a las que han sido expuestas por los actores armados.
135
Han validado su capacidad y se sorprenden de lo hecho hasta ahora que antes no
se hubiera imaginado hacer.
Dentro de las frases utilizadas por ellas para describir este proceso se encontraron
las siguientes: “¿Por qué este taller llegó tarde, porque hace 10 años vivimos
estas cosas del desplazamiento?” “Y nos ha tocado refugiarnos en Dios para salir
adelante y gracias a él hemos superado muchas cosas y el dolor”, “Nos ha tocado
hacer cosas distintas que antes no hacíamos y esto nos ha hecho más fuertes y
valientes”. “Ahora nos hemos capacitado para sacar a nuestros hijos adelante y no
nos queda grande nada” “Pa’ lante es pa’ llá”, “ahora somos unas mujeres más
aguerridas y emprendedoras”.
Como parte de los mensajes que esta mujer de la historia les dice a cada una, se
encontraban frases como: “Trabajando se consiguen muchas cosas”, “me supero
cada día más”, “Dios es Grande y que tenga valor para seguir, que confíe en
Dios”, “Se alegra por ver cómo hemos sacado a nuestros hijos adelante”, “con
tranquilidad se consiguen las cosas”, “que siga adelante y que siga luchando”.
Dentro de los recursos que las mujeres identifican de esas historias y que a partir
de ahora desean llevarse en sus maletas de viaje, se encontraban los siguientes:
“la Fe en Dios para continuar el camino”, “la esperanza”, “la confianza”, “el deseo
de superación”, “la alegría”, “el amor para hacer las cosas bien”, “la alegría”
3.4.9.1.6. Estrategias de convocatoria
Dentro de las estrategias de convocatoria empleadas para la construcción de
grupos de mujeres se encuentra el apoyo de los líderes reconocidos en entorno
comunitario, quienes a través de sus habilidades de convocar y liderar facilitaron
que se pudiera contar con encuentros de hasta 48 mujeres, como fue el caso del
corregimiento de Mariangola. Sumado a esto, se menciona la percepción que ellos
tienen frente al tema de acompañamiento psicosocial, pues sus procesos en este
sentido les facilita generar explicaciones acertadas en el momento de la
convocatoria frente a las expectativas de las mujeres para los encuentros.
Respecto a la Unidad de Atención y Orientación - UAO y al Modelo Integral de
Atención a Víctimas - MIAV, se contó con el apoyo de varias profesionales que
estuvieron atentas respecto a la posibilidad de convocar y ceder el espacio para
las realización de los encuentros, contando en el caso del MIAV con un apoyo al
inicio de los talleres de una asesoría desde los trámites judiciales - administrativos
136
para las víctimas, lo cual facilitó que se desarrollaran los encuentros con una
expectativa más clara y real frente al tema del acompañamiento psicosocial,
enfocado en la parte de rehabilitación emocional
3.4.9.2. Análisis descriptivo de la atención psicosocial en el municipio de
Valledupar (Cesar)
Desde un enfoque apreciativo entendido como una teoría articulada que
racionaliza y refuerza el hábito de la mente que se mueve hacia el mundo de
forma creativa buscando y encontrando imágenes de lo posible por encima de las
escenas de desastre y desesperación (Cooperrider y Watkins, 1996), y a partir de
las situaciones y eventos de dolor que han vivido las mujeres del Departamento
del Cesar, los encuentros facilitaron que se hiciera uso de un lenguaje apreciativo
que creara una visualización de los sueños, de esperanza, de posibilidades y
optimismo frente a sus propias vidas.
Es así como desde las historias de vida de estas mujeres, se logra dar un
significado distinto a las experiencias de dolor y se magnífica la riqueza de sus
recursos, desde una concepción diferente de las posibilidades de cambio y de
creer en la facultad que tiene cada una para responsabilizarse de su vida y soñar
creando mundos con posibilidades reales y esperanzadoras.
Teniendo en cuenta que el Enfoque Apreciativo posibilita el cambio y direcciona la
vida por varios caminos, a partir de esta experiencia de encuentros con las
mujeres del Departamento del Cesar, fue posible comprender que desde éste
enfoque en el acompañamiento psicosocial, se enriqueció la propia mirada que las
mujeres hacia sus historias de vida, sus familias, redes vinculares y sociales.
Este enfoque posibilitó una alternativa distinta y ética al enfoque del déficit que
reduce, niega y excluye al centrarse en lo poco que no funciona y olvidar la
riqueza y oportunidades presentes en las personas, familias y las redes, de tal
forma, que al asumir una mirada apreciativa se abre el abanico de posibilidades y
alternativas que dan lugar a desarrollos distintos respecto a la manera de
posicionarse en el mundo en determinados contextos.
En esta línea, David Cooperrider y Diane Whitney han propuesto una opción al
lenguaje del déficit, en la cual conciben que dentro de los presupuestos en cada
sistema, organización o grupo hay algo que sí funciona. Aquello en lo que nos
137
focalizamos, llega a ser nuestra realidad, y se convierte en una realidad creada
dentro de muchas otras realidades posibles.
De la misma manera, estos autores asumen que la gente tiene más confianza y se
siente más confortable en su camino hacia el futuro (lo desconocido) cuando lleva
partes de su pasado (lo conocido) y así, si llevamos partes de nuestro pasado
hacia adelante, éstas deben ser lo mejor. A partir de esto, se hace importante
también valorar las diferencias existentes, y desde ellas poder reconocer lo
distinto.
A partir de este planteamiento y en relación a los encuentros con las mujeres, fue
posible realizar un proceso en el cual se pudiera puntuar en lo que sí funciona en
los sistemas y de manera individual enfatizar en las mujeres la importancia de
reconocer sus recursos, generando comprensiones distintas e invitándolas a tener
una nueva mirada, que les permita focalizar en lo mejor de sí mismas, de sus
familias y redes, e interiorizar la idea respecto a la construcción de un nuevo y
mejor proyecto de vida.
De esta manera, se logra comprender que la mejor forma para generar resiliencia
es aquella en la cual se exploren los mejores momentos, las mejores experiencias
de vida, para que a partir de ellas se puedan construir unas más significativas y
enriquecedoras.
Tal como lo plantean estos autores, el enfoque apreciativo, coherente con la teoría
del construccionismo social, facilita el promover conversaciones apreciativas a
partir de preguntas que direccionan hacia caminos de construcción y posibilidades
esperanzadoras, que en el caso de las mujeres con quienes se realizó el
acompañamiento psicosocial permitió afirmar la autoimagen de sí mismas y que
lograran identificar sus capacidades y los logros frente a la manera de superar las
dificultades.
De otro lado, es importante mencionar que en estos encuentros, se logró que las
mujeres se sintieran reconocidas y legitimadas en un espacio que percibieron
como “una oportunidad de descargarse de tanta tristeza”, y que les permitió
“ocupar la mente en otra cosa diferente”, a las actividades y situaciones que deben
vivir diariamente, en relación a la familia, los hijos, esposos y temas relacionados
con los trámites administrativos correspondientes a los asuntos de familiares
desaparecidos, atención humanitaria y ayudas económicas, aspectos que son
indispensables frente al tema de reparación y rehabilitación.
138
En este orden de ideas, una de las herramientas útiles para el acompañamiento
psicosocial con estas mujeres, fue la postura de las profesionales facilitadores de
estos encuentros, desde la ―humildad como forma de relación‖, la cual describe
desde el modelo de Vínculos que ―cuando se tiene una postura de humildad, nos
interesamos por lo que le pasa a la gente, por tratar de entender sus
preocupaciones y por aprender sin creer que sabemos las respuestas de sus
problemas o que le vamos a dar soluciones‖.
Este aspecto, facilitó en gran medida que se creara un contexto adecuado para los
fines del acompañamiento psicosocial, enfocados hacia la construcción de un
espacio distinto con un clima de confianza para las mujeres, a través del cual se
pudieran sentir escuchadas, valoradas y reconocidas.
Este reconocimiento se dio no solo como sujetos de derechos, sino como mujeres
con unas necesidades particulares y distintas a las de los hombres, desde un
perspectiva de género que facilitó la identificación de sus roles, los que han tenido
que asumir a partir de las situaciones de violencia que han afrontado y que las
ubica actualmente en un papel distinto tanto como madres como mujeres “más
independientes, fuertes, capacitadas, valientes” y con una necesidad especial de
confiar y apoyarse en la parte espiritual, de tal forma que conciben a Dios como su
“fortaleza y es quien nos ha ayudado a sobrellevar tantas cargas”.
Respecto al ámbito de derechos, y en el marco de los derechos humanos, es
importante resaltar que a partir de los encuentros se logra enfatizar en las mujeres
la importancia de exigir la reivindicación de sus derechos, como parte esencial de
un proceso de reparación, el cual implica devolver la dignidad a las personas y sus
familias.
En este sentido, desde el modelo de Vínculos, creemos que para acceder o
incorporar este conocimiento de los derechos, es necesario reconocer los sentires
y significados de las personas víctima de la violencia y así identificar sus
necesidades y establecer de qué manera la reparación cobra sentido desde su
mundo subjetivo.
Desde esta postura de las profesionales, y a partir de lo que para Vínculos
significa el acompañamiento psicosocial, se logró encuadrar los encuentros. El
acompañamiento responde a un ―proceso reflexivo entre la población víctima, su
red social y los acompañantes, que contribuya a la superación de los efectos
139
sociales y emocionales de la violencia a través de las resignificación de la
identidad y el reconocimiento de recursos personales y sociales en el marco de la
categoría de sujetos de derechos‖.
Se logró trasmitir a las mujeres que este espacio era una oportunidad para
conversar sobre lo que no habían podido expresar sus emociones de manera
distinta y resignificar el dolor causado por los eventos de violencia, de tal manera
que las expectativas con las que llegaban, cambiaban con el transcurrir del
encuentro.
Asimismo, se hace necesario resaltar que la utilización de un lenguaje sencillo
permitió a las profesionales el poder conectarse fácilmente con las mujeres y tener
en cuenta las características, el aspecto de lo cultural y emocional del grupo,
mediante el uso de ejemplos para el abordaje de las temáticas.
En este sentido, fue importante tener en cuenta que el lenguaje fuera lo
suficientemente cuidadoso para no generar falsas expectativas en el grupo,
respecto al papel que cumplirá el equipo. De igual forma, el leer el lenguaje no
verbal de las mujeres, en las actitudes y la disposición para los encuentros,
posibilitó estrategias que permitían manejar el malestar o las situaciones que las
pudiera hacer sentir incómodas, para ayudar a cambiar de emoción durante la
actividad.
A esto se suma que mediante la participación y valoración de las opiniones de los
participantes se logró la construcción colectiva de conocimiento, promoviendo el
diálogo de saberes entre los participantes como resultante de un consenso ínter
subjetivo.
Una herramienta importante para el desarrollo de los encuentros fue la utilización
de preguntas a través de las cuales se logró un valioso intercambio de
experiencias, descripciones, explicaciones, definiciones y significados, lo cual
facilitó que se creara un espacio propicio en el cual se pudieran aclarar dudas y/o
interrogantes sobre los temas trabajados.
En esta medida, en los momentos de los cierres fue posible plantear conclusiones
que reflejaran no sólo los aspectos centrales, sino también las reflexiones
realizadas por las mujeres, lo cual ayudó a afianzar comprensiones conjuntas.
140
Respecto al ámbito observado con mayor impacto, se encuentra el emocional, en
el cual las mujeres identifican recuerdos de dolor y rabia relacionados con las
experiencias de violencia, muertes de familiares, y pérdidas materiales y
emocionales productos de los eventos de desplazamiento. Pensamientos
asociados a eventos de violencia, sueños enfocados a la necesidad y deseo de
recuperar lo perdido, tener de nuevo ―algo de ellas‖ y para sus familiares y
añoranza de momentos compartidos con sus familias.
En el ámbito relacional se observó que las mujeres han construido buenas
relaciones con las personas cercanas a ellas, manteniendo un buen trato en
general con vecinos, sin embargo manifiestan que existe desconfianza por parte
de las personas y discriminación por su condición de desplazadas, lo cual limita
las posibilidades de trabajo y de construcción de redes de apoyo en el ámbito
relacional cercano.
Esta situación descrita las ha llevado a realizar labores a las que antes no se
hubieran imaginado que tendrían que desarrollar, tales como labores de cocina,
apoyo en oficios de limpieza en casas de familia, restaurantes, aprendizajes de
arte como elaboración de mochilas y sandalias.
De igual manera han tenido que buscar la forma de capacitarse y actualizarse a
través de cursos en el SENA para poder ser más independientes y autónomas a la
hora de tener ingresos para suplir sus necesidades básicas. Esta situación las ha
llevado a posicionarse de manera diferente respecto a sus parejas y a su rol como
madres, en cuanto que ahora se ven como más independientes de sus esposos.
Algunas han tenido que asumir un ―doble rol de ser padre y madre a la vez‖, lo
cual hace que sus hijos las vean distintas, las respeten, admiren y valoren mucho
más los esfuerzos que realizan por su bienestar.
Por lo anterior es importante mencionar que las experiencias de interacción con
―quienes intercambiamos señales que nos corporizan y que constituye nuestra
identidad, se construye y reconstruye constantemente en el curso de nuestras vida
sobre la base de nuestra interacción con los otros, familiares, amigos, enemigos,
compañeros (Sluzki, 1997).
A nivel de conclusión es importante mencionar que este proceso de encuentros
únicos con mujeres en Valledupar, además de representarse como un espacio que
posibilitó un aprendizaje conjunto y un intercambio de emociones, experiencias
significativas y percepciones frente a las situaciones vividas producto de la
141
violencia sociopolítica, se constituyó en un reto profesional incesante para el
equipo de Vínculos debido al poco tiempo con el que se contaba, y a partir de lo
cual se hacía necesario realizar un proceso de atención psicosocial con las
particularidades de un solo encuentro, sin crear expectativas frente a otros
encuentros durante este año.
Esta situación ubicó a las profesionales en un plano de generar conexiones
significativas con las mujeres, de tal forma que pudiera lograrse el objetivo de abrir
un espacio en el que las mujeres se sintieran legitimadas y validadas en sus
relatos, teniendo en cuenta que sus pedidos siempre estuvieron enfocados hacia
la posibilidad de continuar con estos encuentros.
En esta medida, como equipo, consideramos útil el poder dar continuidad a estos
espacios, como parte de un proceso de atención psicosocial, que indudablemente
requiere de más de un encuentro para minimizar el grado de las afectaciones en
los planos emocional y relacional de las víctimas y que les permita visibilizar un
futuro distinto dentro de los que es posible para ellas. Razón por la cual la
Corporación Vínculos decide brindar atención a estos grupos en los meses de
enero, febrero y marzo del año 2011
4. SEGUNDA Y ÚLTIMA JORNADA DE FORMACIÓN EN HERRAMIENTAS DE
ATENCIÓN PSICOSOCIAL
4.1. Contexto del proceso de formación en herramientas de atención psicosocial
Las jornadas de formación que se diseñaron para implementar en el proyecto de
acompañamiento psicosocial a mujeres víctimas en el departamento del Cesar, se
alimentan de la experiencia de la Corporación Vínculos en procesos de formación
en temas de atención psicosocial orientados a organizaciones sociales de base,
líderes de las mismas, organizaciones no gubernamentales y funcionarios
públicos; y en las necesidades identificadas en la atención a víctimas, durante el
proceso de mapeo institucional adelantado en los dos primeros meses del
proyecto en los municipios de Agustín Codazzi, Astrea, Bosconia, Chimichagua,
La jagua de Ibirico, San Diego, Pelaya y Valledupar.
El objetivo de las jornadas de formación fue dejar instalada herramientas
conceptuales, metodológicas, analíticas y prácticas que les permitan a los y las
participantes abordar las atenciones en salud mental a las mujeres víctimas desde
142
una perspectiva psicosocial que pone en el centro la víctima y sus recursos hacia
la construcción de alternativas de vida después de los hechos violentos.
De esta forma, a finales del mes de septiembre los días 22, 23, y 24 se llevó a
cabo la primera jornada de formación donde se abordaron seis temas claves en el
proceso de atención psicosocial a víctimas: i) Concepciones de salud: y
determinantes de la salud, ii) Efectos psicosociales de la violencia política y
diferencias entre tipos de hechos violentos, aspectos éticos y políticos del
acompañamiento, iii) Aspectos conceptuales para el acompañamiento psicosocial:
qué es el acompañamiento psicosocial, ámbitos para el acompañamiento y
acciones en cada ámbito y el lugar de víctima, iv) Caracterización psicosocial, v)
Modelo de atención que repare a las víctimas - Programa salud, vi) Postura del
facilitador y práctica conversacional
Al inicio del mes de diciembre los días 1, 2, y 3 se realizó la segunda jornada de
formación donde se abordaron los siguientes temas:
i) Primeros auxilios emocionales para la atención psicosocial a las víctimas en momentos de crisis, ii) Escenarios de exigibilidad de derechos de las víctimas, iii) Cuidado emocional para el agente social que acompaña a personas víctimas de la violencia sociopolítica, iv) Género v) Rutas de atención psicosocial, vi) Rutas de atención Resulta importante mencionar que los temas de cuidado emocional y primeros
auxilios emocionales, fueron sugeridos por los participantes en la primera jornada
de formación
4.2. ¿Quiénes participaron en el proceso de formación en herramientas de
atención psicosocial a víctimas del conflicto?
La selección de participantes se hizo de manera indirecta a través de las
instituciones y organizaciones que atienden a víctimas del conflicto sociopolítico,
quienes designaron las personas que asistirían al encuentro. El propósito de la
formación en herramientas psicosociales, se presentó como un componente
articulado a los demás resultados del proyecto en pro del acompañamiento
psicosocial de las mujeres en situación de desplazamiento del Cesar.
Los grupos se conformaron teniendo en cuenta que las metodologías y los
acompañamientos en el proceso de aprendizaje varían mucho más entre
instituciones públicas y líderes que entre estos últimos y las organizaciones no
143
gubernamentales, quienes en el caso del Cesar, están mucho más cerca de las
organizaciones sociales de la población víctima.
Es así como se dividieron en tres grupos de trabajo, dos de funcionarios de
instituciones estatales y públicas (grupo b y c) y un grupo de organizaciones
sociales y representantes de población en situación de desplazamiento (grupo a).
Asistieron funcionarios, líderes e integrantes de organizaciones sociales de base y
de ONG de los ocho (8) municipios en los que la Corporación Vínculos hace
presencia: Astrea, Chimichagua, Bosconia, Pelaya, San Diego, Valledupar,
Agustín Codazzi y La Jagua de Ibiríco.
La asistencia a la totalidad de la formación fue fluctuante llegando a un total de 71
personas en la primera jornada y 55 personas en la segunda jornada, se observó
un ausentismo en las sesiones lo cual nos hace preguntarnos por la motivación y
el compromiso en la responsabilidad de ser multiplicadores de las herramientas y
reflexiones construidas en las jornadas de formación.
Tabla No. 13. Registro de asistencia por personas asistentes primera a la
formación discriminada por grupo de trabajo.
En la primera jornada se destaca la más alta participación de los
funcionarios y representantes de las organizaciones sociales, llegando a 71
personas de las 76 confirmadas para el evento.
144
Tabla No. 14. Registro de asistencia por personas asistentes segunda a la
formación discriminada por grupo de trabajo
En el segundo encuentro de formación con relación al anterior, se observó la
disminución de los asistentes pese a que el número de invitados fue más alto a
partir de las sugerencias de algunos participantes. Aún así se destaca que a
pesar de la disminución, el promedio de asistentes de mantuvo los tres días. Así
mismo existe una notoria participación de las mujeres en el evento.
145
Tabla No. 15. Instituciones asistentes segunda a la formación
discriminada por grupo de trabajo.
La anterior tabla da cuenta de las instituciones, organizaciones y ONG que
asistieron a la segunda jornada de formación.
4.3. Los temas abordados y las discusiones planteadas
En este apartado, presentamos brevemente los temas desarrollados en cada uno
de los momentos de la segunda jornada de formación, enriqueciéndolo con la
presentación de algunos elementos metodológicos y un breve resumen de las
discusiones que se presentaron en los tres grupos de trabajo.
146
Teniendo en cuenta las reflexiones y recomendaciones de participantes en la
primera jornada de sé realizo la elección de la temática. A continuación se
presenta cada uno de los temas abordados y las reflexiones que tuvieron lugar
4.3.1. Primeros auxilios emocionales para la atención psicosocial a las víctimas en
momentos de crisis.
Los primeros auxilios psicológicos fue uno de los temas que surgieron de las
reflexiones de la primera jornada, es por esta razón que a través de éste se
brindan herramientas a los funcionarios públicos para que en situaciones de crisis
y emergencia puedan prestar la primera ayuda psicológica y emocional.
En el desarrollo de esta temática inicialmente sé realizó la presentación de los
primeros auxilios psicológicos, destacando los siguientes aspectos:
a. ―Una persona que atraviesa por un estado de crisis se encuentra en una
momento vitalmente importante para continuar el curso de su vida. No importa qué
tipo de crisis sea, el evento es emocionalmente significativo y ha implicado un
cambio radical en su vida. El individuo enfrenta un problema ante el cual sus
recursos de adaptación, así como sus mecanismos de defensa usuales no
funcionan satisfactoriamente. El problema rebasa sus capacidades de resolución
y, por lo mismo, se encuentra en franco desequilibrio. Como resultado de todo
esto la persona experimenta una mayor tensión y ansiedad, lo cual la inhabilita
aún más para encontrar una solución
b. ¿Qué son los Primeros Auxilios Psicológicos? Es la intervención psicológica en
el momento de Crisis, entendiéndose como una ayuda breve e inmediata de apoyo
y rescate a la persona para restablecer su estabilidad emocional y facilitarle las
condiciones de un continuo equilibrio personal.
A través de este bloque temático se identificó qué son los primeros auxilios
emocionales o psicológicos y de esta manera se pudo evaluar con el grupo, cómo
en el contexto de la violencia sociopolítica, el acompañamiento psicosocial
adquiere las características de unos primeros auxilios psicológicos o primera
ayuda emocional, cuyas metas principales son:
Identificar y expresar sentimientos, pensamientos y conductas
implicados en la crisis, legitimando el sufrimiento y el dolor.
Optimizar las maniobras de control sobre la condición presente.
147
Promover y construir nuevas relaciones interpersonales y
nuevas estrategias de conducta para continuar la vida.
Transformar emociones destructivas en constructivas.
A partir de la presentación realizada y de los conocimientos previos que los
participantes tenían, se invitó a cada participante a construir un botiquín de
primeros auxilios psicológicos, y a incluir simbólicamente lo que de aquí en
adelante van a llevar con ellos, en caso de que se tengan una situación en la que
puedan prestar una primera ayuda psicológica.
Después de que algunas personas presentaron su botiquín, su contenido, y cómo
lo van a usar, se realizó la socialización del botiquín con la pregunta orientadora
¿Qué se llevaría Ud. del botiquín de sus compañeros?
Muchos expresaron que con este ejercicio se habían enriquecido y que ahora su
botiquín iba a estar más pesado, ya que podían llevarse muchas herramientas que
encontraron en el botiquín de cada uno de sus compañeros
4.3.2. Escenarios de exigibilidad de derechos de las víctimas
A partir de una comprensión de la jornada de formación desde el enfoque de
acompañamiento a mujeres víctimas de violencia política, se invita a los
participantes a comprender y analizar los escenarios de exigibilidad de derechos
de las víctimas, desde el rol de cada uno de los participantes.
La metodología empleada para el abordaje de los aspectos conceptuales, fue un
juego de roles con elementos del Teatro Foro de Augusto Boal, donde se invitó a
los participantes a realizar un sociodrama, en el que actuaron dos participantes,
uno de ellos actuaria en el papel de la víctima y el otro en el papel del funcionario
de una institución, el resto de los participante haría el papel de espectadores,
donde cada uno estaría pendiente del dialogo que llevarían los dos actores; y en el
momento que se presentase un escenario de revictimización, cualquiera del
publico diría Pare! y haría ver el error que cometió el funcionario de la institución.
Las ideas expuestas en las escenas de los participantes se debatieron con todos
en el salón y se enriquecieron con la discusión y socialización del tema y las
aclaraciones por parte de la facilitadora de la Corporación Vínculos.
148
Este ejercicio contribuyó al reconocimiento por parte de los asistentes de aquellos
escenarios de revictimización en los cuales han sido partícipes en algunas
ocasiones en su quehacer diario como funcionarios o acompañantes de personas
víctimas.
4.3.3. Cuidado emocional para el agente social que acompaña a personas
víctimas de la violencia sociopolítica
El desarrollo de esta temática les permitió a los funcionarios públicos y líderes
sociales el reconocimiento de síntomas de estrés presentes en su vida, así como
la influencia de estos en otras esferas. Con base a lo anterior se reflexionó sobre
la construcción de estrategias de cuidado que minimicen el riesgo de desgaste
emocional. Lo anterior con la invitación a pasar de estar permanentemente
orientados hacia las necesidades de otros, para dirigirla hacia uno mismo, su
equipo y su organización.
Se inició la jornada con la presentación de un video sobre desgaste emocional y a
partir de éste se abrió la conversación con algunas preguntas orientadoras.
Las reflexiones de este bloque temático estuvieron orientadas inicialmente a
identificar aquellos síntomas que generan desgaste emocional cuando se atiende
o se acompaña procesos con personas víctimas de la violencia socio política. Se
pudo constatar que en su mayoría los funcionarios y líderes logran identificar más
de 5 síntomas presentes en algún momento en el desarrollo de su labor.
Los síntomas que logran identificar la mayoría de los participantes son:
Dolores de cabeza
Dolor de cuello y de espalda
Problemas del aparato digestivo
Problemas del aparato locomotor
Mayor vulnerabilidad a las enfermedades
Alteraciones de sueño y del apetito
Cansancio que va mas allá de lo esperado,
Fatiga,
Lentitud
Aburrimiento
Aislamiento
Desmotivación
149
Pérdida del sentido del trabajo
Mal genio
Después de la socialización de la identificación de síntomas, se realizó la actividad
―La Rueda de la vida‖ en la cual los participantes puntuaron su nivel de
satisfacción con relación a varias dimensiones de su vida y a la influencia que esto
tiene con los síntomas de desgaste emocional. A partir de lo anterior se les invitó a
reflexionar sobre las herramientas que usualmente utilizan para manejar su
desgaste emocional.
4.3.4. Género
La perspectiva de género como temática de la jornada de formación se desarrolla
con el propósito de sensibilizar a los funcionarios públicos y líderes sociales
frente al tema de violencia contra la mujer en su trabajo con las mujeres víctimas y
desplazadas, aplicando criterios de análisis que dan cuenta de la afectación
diferenciada por actores armados legales e ilegales por ser mujer, en una
sociedad donde las condiciones que propician la realización del principio de
igualdad son poco desarrolladas.
Lo anterior, teniendo en cuenta que la desigualdad entre mujeres y hombres se
manifiesta en las dimensiones individual, relacional, estructural y cultural pues
atraviesan todas las dimensiones de la vida de los hombres y de las mujeres.
A continuación se presentan los resultados de los debates y reflexiones que fueron
realizados en tres grupos de trabajo con profesionales de instituciones públicas
departamentales y municipales, representantes de organizaciones no
gubernamentales y líderes sociales que atienden en su trabajo diario en diversas
formas y con distintas responsabilidades a mujeres víctimas y del conflicto
armado.
Intentamos partir de los conocimientos y percepciones existentes en los
grupos para estimular aportes y procesos interactivos de aprendizaje a
partir de las prácticas desarrolladas por las personas.
Constatamos que el concepto presente referente al tema de género /
relaciones de género, está de cierta forma difuso, no es claro y no orienta y
150
no está siendo utilizado como instrumento de análisis de las realidades de
mujeres desplazadas o víctimas por el conflicto armado para aproximarse a
su situación.
Existe poco conocimiento sobre las convenciones internacionales,
resoluciones y normas legislativas que protegen la mujer por ser afectada
por el conflicto armado de forma diferenciada del hombre.
Los debates se concentraron en el abordaje de la situación de la mujer. Sin
embargo, siguiendo las percepciones de algunas participantes, no fueron
mencionados los aspectos diferenciados de la afectación del hombre por la
situación del conflicto armado y su influencia en el deterioro de las
relaciones de género.
Generalmente en sociedades predominantemente machistas, las
relaciones entre hombres y mujeres tienden a empeorar y están
acompañadas por el incremento de violación física, sexual y psíquica contra
la mujer. Teniendo en cuenta la preocupación que se percibe en algunas
mujeres sobre la ausencia de trabajos de sensibilización para los hombres,
aún cuando de ellos, en su mayoría, provienen las agresiones contra la
mujer, durante la conversación quedó como inquietud la necesidad de
generar espacios con los hombres para trabajar el tema de género.
Es importante resaltar, que las relaciones de género desiguales con todas
sus consecuencias desfavorables para las mujeres en las dimensiones
individual, relacional, social, política, económica y normativa, pueden ser
transformadas a través de esfuerzos comunes, integrales, continuos y
amplios que involucran| de formas distintas a toda la sociedad a nivel local,
regional y nacional.
En todos los grupos se abordaron los siguientes temas:
Se construyó y analizó el perfil de la mujer desplazada,
Se identificaron los estereotipos presentes en la sociedad del Cesar en los
refranes y expresiones musicales como el vallenato,
Se identificaron los derechos específicos vigentes para proteger la mujer en
general y la mujer víctima y desplazada
151
Se presentó un video sobre el decreto 1257 que reglamenta la ley de la
violencia contra la mujer.
El bloque temático permitió constatar la falta de conocimiento casi generalizado
sobre la existencia de estos derechos y sobre los medios para acceder a los
mismos. Lo que significa que también las mujeres afectadas tienen visiones
distorsionadas sobre la amplitud de sus derechos.
Así, generalmente sus conocimientos se restringen a las posibilidades y
exigencias de recibir ayuda financiera o de vivienda o para el sustento de sus
hijos, los cuales, aunque son aspectos muy relevantes, no son los únicos. En este
sentido, se ubica a las mujeres en la condición de objeto pasivo de recibir ayuda o
asistencia pero no se reconoce a las mujeres desplazadas o víctimas como
sujetos de derechos.
A partir de estas percepciones, las personas en los grupos formularon algunas
reflexiones sobre su papel en las instituciones, elementos que consideraron
necesarios para cualificar su futuro trabajo con las mujeres víctimas y
desplazadas:
Reconocer la mujer como sujeto de derechos hacia una sociedad
igualitaria entre hombres y mujeres y tener coherencia en la acción y
en el discurso.
Capacitar las y los profesionales que atienden a mujeres víctimas y
desplazadas sobre sus derechos por ser afectada en su condición de
mujer (resoluciones y convenciones internacionales, normativas
legales nacionales)
Realizar talleres pedagógicos sobre la nueva legislación que trata de
la violencia contra la mujer en las instituciones públicas (ICBF, UAO,
secretarías. de Salud, otros)
Resaltar las cualidades de la mujer que busca apoyo en la atención y
fortalecer su autoestima y el autorespeto.
Promover los derechos de la mujer cuando ha sido maltratada. Se
hizo referencia específicamente a la campaña desarrollada por la
secretaría de salud departamental: "Si te maltratan, Pita"
Cambio de aptitud y actitud de las y los profesionales
Centrar nuestro trabajo como funcionarios mujeres y desde esta este
lugar, ejercer nuestras funciones institucionales.
152
Estimular las denuncias de malos tratos desde el clima de confianza
y calidez creado en la atención.
Concienciar las mujeres sobre sus derechos y capacitarlas en la
protección legal.
Invitarlas a que hagan valer a sus derechos.
Capacitar a las mujeres afectadas acerca de sus derechos.
Promover campañas sobre los derechos de la mujer y para prevenir
la violencia contra la mujer.
Conformar redes de apoyo entre mujeres.
Conformar la Asociación de mujeres contra la violencia en Codazzi -
Cesar y posibilitar el intercambio con otras redes ya existentes en el
Magdalena Medio.
Incluir a los hombres y la familia en los temas formativos.
Reflexión sobre los aportes al tema género que las y los participantes del grupo
hicieron en el encuentro.
Buscar un mecanismo para que no se filtren personas que no son
víctimas.
Compenetrarse más con la persona víctima, sensibilización de cada
uno de nosotros
Apoyar la construcción de proyectos colectivos de vida y espacios de
convivencia.
Construcción de relaciones justas e igualitarias
Tener en cuenta la igualdad de género
Diferenciación en la atención: la mujer es susceptible.
Mayor capacitación.
Solicitar hacer una mejor formación para mejorar su entorno o el de
su familia y que no se encasille a una ayuda humanitaria
Formas de intervención psicosocial diferenciadas para las mujeres
víctimas, especialmente para mujeres que sufrieron violación sexual
Abrir espacio para los procesos de resiliencia y suspensión de duelo
de manera colectiva.
Los temas de género se trabaja con mujeres y no con hombres a
pesar que las violaciones de los derechos de las mujeres son más de
parte de los hombres.
153
Es un paso que las mujeres conquistan lugares públicos, pero no necesariamente
por ser mujer tienen una postura igualitaria, pues se vive en medio de una
sociedad machista
4.3.5. Rutas de atención psicosocial
Desde el abordaje de este eje temático se promueve la construcción de la ruta de
atención psicosocial que debe responder a intenciones comunes que llevan a
conversaciones colectivas en las que todas las voces involucradas tienen la
misma importancia.
A partir de las reflexiones realizadas desde los siguientes grupos en lo relacionado
con la ruta de atención se implementó la metodología del World Café, e la que se
le invitó a tomar café y a conversar sobre algunas preguntas orientadoras que
respondan a la construcción de la ruta de atención psicosocial.
En el último acápite de este informe, se describe en profundidad el resultado de
este ejercicio
4.3.6. Evaluación de la segunda jornada de formación por parte de los
participantes
Para la evaluación de la jornada de formación se diseño un cuestionario con el
que se evalúo la metodología, los facilitadores, el espacio físico, el tiempo, el
interés de los participantes, la utilidad de los contenidos para su labor, y por último
sus recomendaciones para futuras jornadas de formación.
Con relación a la metodología un 97%(38 personas) de la población que
respondió el cuestionario considera que esta fue adecuada y sólo un 3%(1)
inadecuada. Los recursos pedagógicos utilizados son evaluados por el 59%(23)
como buenos, el 38%(15) cree que fueron excelentes y el 3%(1) no respondió. Y
la pregunta ¿Cómo califica la pertinencia de los temas manejados durante el
evento? El 100% respondió que son adecuados.
Un 49% considera que el manejo y dominio del tema de los facilitadores es
excelente, otro 49% bueno y el 2% no respondió el ítem, sobre el lenguaje
utilizado el 100% lo considera adecuado y en cuanto al manejo del auditorio
(participación del auditorio, retroalimentación con los participantes, acogida de
154
sugerencias, otros) un 66%(24) responde que buena, un 36%(14) excelente y el
(2%) Regular.
Sobre las condiciones del espacio físico (iluminación, sonido, comodidad,
ventilación) un 66%(24) piensan que fue excelente, un 33%(14) que fue bueno y el
2%(1) no opina sobre éste.
Con respecto a tiempo utilizado para la realización del evento, un 87%(34)
considera que ha sido suficiente, un 7%(3) insuficiente y el 6%(2) no contesta a la
pregunta. Uno de los participantes que no contesta la pregunta deja una nota ―No
la clasificaría en la casilla porque no es suficiente, falta mucho por ahondar en el
tema‖. El 95%(37) considera que para su ejercicio e interés personal los
conocimientos adquiridos son de mucha utilidad.
De acuerdo a la respuesta sobre, si los conocimientos adquiridos son de utilidad,
cómo cree usted que va a ser su estrategia para aplicarlos. Algunos participantes
expresan lo siguiente:
―Sensibilizando a la comunidad para crear nuevas estrategias que nos
sirvan como orientación psicosocial‖ Martha Barbosa, líder de PSD Media
Luna San Diego.
― Utilizado como réplica en la comunidad donde vaya operando como
facilitadora‖
― Utilizando y aplicando ejercicios parecidos y de lenguaje fácil para mi
comunidad indígena‖
― Profundizando en los conceptos presentados‖
―…hay que ser multiplicadores de esto que hemos aprendido con nuestros
compañeros, pero también en nuestro campo de trabajo debemos aplicar
las herramientas aprendida‖
Como ella muchos de los participantes creen conveniente la retroalimentación de
su equipo de trabajo y de sus comunidades en lo relacionado con las herramientas
de atención psicosocial adquirido a lo largo de las dos jornadas de formación
realizadas.
Finalmente recomiendan:
―Construir insumos para la construcción de políticas publicas del apoyo
psicosocial‖
155
―Socialización de los resultados de las experiencias de Vínculos en el
territorio para que sea el tema de partida de las conversaciones‖
―Invitar a los funcionarios que tienen la autoridad para implementar
cambios sustanciales en el proceso de atención de la población víctima‖
―Implementar mecanismos donde los entes gubernamentales
comprometidos puedan asistir‖
― La construcción de políticas públicas del enfoque psicosocial‖
―Aplicar un diagnostico psicosocial del cuidado emocional a funcionario
para el diseño de acciones para atenderlo‖
―realizar un diagnostico del cuidado emocional de funcionarios que están
en la atención diaria, teniendo en cuenta el contexto del departamento
que se vio permeado por el conflicto armado‖
―Me gustaría que se hiciera un ejercicio de descarga emocional donde
compartiéramos un momento agradable y así lograr oxigenarnos‖
5. CONSTRUCCIÓN DE INSUMOS PARA EL DISEÑO DE LA RUTA DE
ATENCIÓN PSICOSOCIAL EN EL DEPARTAMENTO DEL CESAR
En este apartado del informe se presentan los resultados de un ejercicio que
arrojó insumos para la construcción de la ruta de atención psicosocial en el
departamento, realizado durante la segunda jornada de Formación en
herramientas de atención psicosocial a víctimas de la violencia sociopolítica, así
como algunos elementos de contexto relacionados con la construcción de rutas de
atención en el marco del actual conflicto armado que vive Colombia.
5.1. Hacia la construcción de rutas de atención psicosocial en el país.
Colombia ha vivido durante muchos años fuertes procesos de concentración de
tierra a partir del despojo a miles de colombianos en un conflicto armado interno
que involucra actores armados irregulares y en muchas oportunidades, la
comprobada participación y/ o la connivencia de las fuerzas armadas.
La estrategia fundamental en el conflicto armado que vive el país, es el
arrasamiento y eliminación física y simbólica de poblaciones enteras que, por
derecho o por trabajo, han ocupado el territorio colombiano durante décadas.
Las estrategias de arrasamiento se han traducido en la comisión de todo tipo de
delitos de lesa humanidad y violaciones sistemáticas a los Derechos Humanos y al
DIH, como las masacres, desapariciones forzadas, homicidios, violaciones
156
sexuales a las mujeres, reclutamiento forzado de niños, niñas y jóvenes a grupos
armados ilegales, amenazas, intimidaciones y desplazamientos forzados que año
tras año han dejado más de 4 millones de víctimas en los 32 departamentos del
país, de las cuales el departamento del Cesar ha puesto dolorosamente más de
20 mil.
En este complejo contexto, la atención oportuna y eficaz a las afectaciones
psicosociales que han sufrido las víctimas de estos hechos violentos a través de
políticas estatales, se ha convertido en prioridad para varias instituciones que
buscan, como la gobernación del Cesar, avanzar en la consolidación de
programas que desde el enfoque psicosocial, brinden una atención adecuada y no
revictimizante a las personas.
Como lo declara el documento Valoración de los programas oficiales de atención
psicosocial a las víctimas del conflicto armado interno en Colombia elaborado
recientemente por la Procuraduría General de la Nación a través de una
consultoría realizada por el Centro Internacional para la Justicia Transicional
(ICTJ):
―Es claro entonces para la Procuraduría que la afectación emocional y psicosocial de gran parte de la población colombiana, en razón de nuestra larga historia de violencia, requiere de la institucionalización de una estrategia que posibilite un proceso de atención psicosocial profesional, riguroso y sostenido, accesible a todas las víctimas y sus familias‖18.
En ese sentido, varias organizaciones en Colombia especialmente de carácter
privado, han hecho aportes significativos en el proceso de construcción de rutas y
programas como insumos para una política pública de atención psicosocial a
víctimas. Este es el caso de la Estrategia de Intervención Psicosocial
implementada a través del Programa de Inclusión Social con Enfoque Psicosocial
ISEP, liderada por la Pastoral Social en Colombia. Desde esta estrategia, el
acompañamiento psicosocial implica
―(…) la comprensión de los impactos psicosociales como resultado de las violaciones a los Derechos Humanos que afecta la dignidad de las personas, comunidades, Pueblos Indígenas o Afrodescendientes, compromete la consideración de todos los aspectos psicosociales de la persona y su colectivo social que han sido afectados y, hace necesario la
18
Procuraduría General de la Nación y Centro Internacional para la Justicia Transicional, Valoración de los programas oficiales de atención psicosocial a las víctimas del conflicto armado interno en Colombia, pág. 12
157
visibilización de las consecuencias históricas para las familias, que sustentan y han configurado un tipo de abordaje y unas herramientas integradoras, acordes a tal comprensión para que la actuación psicosocial tenga un real efecto reparador.‖19
Por otro lado, desde el sector público se ha implementado en tres ciudades del
país entre las que se encuentra Valledupar, (las otras dos son Bucaramanga y
Medellín) el Modelo de Atención Integral a Victimas, MIAV, cuya creación se
origina en la ley 975 de 2005 y tiene como objetivo ―incorporar las rutas y los
protocolos en el que- hacer diario de las entidades, para que no sólo existan
centros físicos, sino que se convierta institucionalmente en una forma de atender a
la víctima‖, como lo afirmó en el boletín de 2009 del Área de comunicaciones y
prensa del CNRR, la coordinadora del Área de Reparación y Atención a Víctimas
de la CNRR, Olga Rebolledo. Para el momento de esta publicación, no se había
implementado aún el Modelo en la ciudad de Valledupar, pero se visualizaba ya la
forma en que estaría incorporada la dimensión psicosocial en la atención:
―En todas las etapas del proceso de reparación, las víctimas contarán con atención y acompañamiento psicosocial. En el momento de preparación, podrán acceder a herramientas de conocimiento y comprensión del proceso que van a seguir; mientras que durante su participación en el proceso de Justicia y Paz, recibirán todo el apoyo necesario de prevención y manejo de crisis.‖20
Sin embargo, los esfuerzos aún son escasos, pues la ausencia de una política
pública en atención psicosocial, no ha permitido avanzar firmemente en dirección
a procesos integrales de reparación a las víctimas. Al respecto, la PGN anota que
el documento de valoración a los programas de atención, citado anteriormente:
―(…) constata la ausencia de una política pública estatal para la atención psicosocial a las víctimas afectadas por el conflicto armado interno; así mismo el carácter incipiente, en la materia que nos ocupa, de las acciones que se adelantan en el marco de la Ley de Justicia y Paz.‖21
19Misión Programa de Inclusión Social con Enfoque Psicosocial http://www.cec.org.co/index.shtml?s=e&%3Bapc=ea1%3B%3B%3B-&x=30847, consultada en diciembre 2010 20
Entrevista realizada a Olga Rebolledo, coordinadora del Área de Reparación y Atención a Víctimas de la CNRR. Página consultada en diciembre 20101/ http://www.cnrr.org.co/bcnrr/numero9/modelodeatencionintegral.pdf) 21
Procuraduría General de la Nación y Centro Internacional para la Justicia Transicional, Valoración de los
programas oficiales de atención psicosocial a las víctimas del conflicto armado interno en Colombia, pág. 12
158
En ese orden de ideas, el diseño e implementación de una política pública para la
atención psicosocial a victimas que articule las iniciativas existentes, requiere el
concurso de todas las instituciones comprometidas y de la población afectada
directa e indirectamente en su elaboración. En esta tarea, la construcción de una
ruta de atención psicosocial para las víctimas del conflicto armado resulta un reto
imperativo que demanda la articulación de esfuerzos y la acción inmediata de
todos los actores claves nacionales y por supuesto, de todas las instituciones del
Estado
5.2. El sentido de una ruta de atención psicosocial a víctimas del conflicto
armado en el departamento del Cesar
Para empezar, parece interesante recordar el sentido que tiene una ruta de
atención psicosocial según los planteamientos de un grupo de investigadoras
docentes de la Universidad de los Andes en Bogotá, en la investigación realizada
sobre procesos de Intervención psicosocial con fines de reparación con víctimas y
sus familias afectadas por el conflicto armado interno en Colombia: equipos
psicosociales en contextos jurídicos:
―El sentido de la ruta es construir procesos de convergencia, y colaboración para trazar distinciones que permitan ir construyendo ideas, visiones, y tomando decisiones (énfasis del equipo Vínculos)‖.22
La perspectiva de la Corporación Vínculos coincide en varios aspectos con la
definición señalada, pues considera que la ruta de atención psicosocial para las
víctimas del conflicto armado en el departamento del Cesar, debe responder a
intenciones comunes que llevan a conversaciones colectivas en las que todas las
voces involucradas tienen la misma importancia.
De esta forma, las personas víctimas, sus organizaciones y la comunidad de la
que hacen parte, los actores sociales clave, la institucionalidad pública y privada
son quienes tienen la palabra en la construcción conjunta de la ruta.
En este proceso es importante trascender aspectos puramente procedimentales y
aportar en la consolidación de un enfoque diferencial en la atención a las
22
Estrada, Ángela, Karen Ripoll y Ana Rodríguez, Intervención psicosocial con fines de reparación con
víctimas y sus familias afectadas por el conflicto armado interno en Colombia: equipos psicosociales en contextos jurídicos, pág. 6
159
víctimas, la toma efectiva de decisiones en las instituciones (articulación
interinstitucional, destinación de recursos) para aportar en la transformación y
reconstrucción de los proyectos de vida de las víctimas de la violencia.
En lo que sigue se hará la descripción de la metodología implementada durante la
jornada de formación orientada a la identificación de algunos elementos claves
como insumos para la construcción de la ruta
5.3. Aportes para la construcción de la ruta de atención psicosocial para las
víctimas en el Cesar
El tercer día de la formación se eligió como el momento adecuado para poder
conversar y aportar en la construcción de insumos hacia la ruta de atención
psicosocial, teniendo en cuenta que los dos días anteriores se trabajó sobre temas
claves como la atención en crisis y la revitimización en los escenarios de
exigibilidad de derechos de las víctimas, además de los otros mencionados en
este informe en el apartado que corresponde a la jornada de formación.
Inicialmente se hizo una presentación en power point, con una propuesta de ruta
elaborada por el equipo de Vínculos desde la experiencia en campo en el
departamento. Al mismo tiempo, con el fin de dar a conocer los avances del
Estado colombiano en esta materia, se presentaron los lineamientos de atención
psicosocial a las víctimas trabajados por el Ministerio de Protección Social. A
continuación se presenta la propuesta de ruta de atención.
160
5.3.1. Propuesta de ruta de atención psicosocial para la víctimas de la violencia
sociopolítica en el departamento del Cesar
161
Una vez realizada la presentación, siguiendo la intencionalidad de construir
colectivamente y visibilizar todas las percepciones, conocimientos y aportes, se
implementó la metodología conocida como ―Café de Preguntas‖ o ―World Café‖. La
utilidad de esta metodología para alcanzar los propósitos trazados en la jornada,
se puede rastrear en la definición de la misma.
―una conversación de World Café busca siempre tener como el eje de sustentación un diálogo colaborativo, en el que se comparten el
162
conocimiento y la creación de posibilidades para la acción de los grupos‖23
Estas características contribuyeron a la identificación de elementos relevantes
para la construcción de la ruta, teniendo en cuenta que:
―Cuando concientemente enfocamos nuestra atención en ―asuntos que importan‖ –para nuestras familias, organizaciones y comunidades- estamos contribuyendo a la evolución del conocimiento y la sabiduría que necesitamos para co-crear el futuro. Nosotros hacemos que ―crezca lo que sabemos‖ individual y colectivamente‖.24
A partir de estos principios, se invitó al grupo conformado por líderes de
organizaciones de población víctima, funcionarios públicos e integrantes de ONG
a sentarse en seis mesas dispuestas en el salón, cada una de las cuales estaba
dotada con café y azúcar, una pregunta escrita en el centro y marcadores. El lugar
donde se registraron las ideas y percepciones de los participantes fue en el papel
periódico dispuesto en las mesas como mantel y en cada mesa se designó un
relator o relatora que recogió las ideas fundamentales en cada ronda de
conversación.
Las conversaciones se desarrollaron de tal manera que pudieran recogerse las
opiniones de los participantes en todas las mesas simultáneamente en diez
minutos máximo. Después de este tiempo, los participantes de la mesa número
uno pasaban a la mesa número dos y así sucesivamente se rotaron todos los
participantes por las seis mesas y de esta forma se logró que todos reflexionaran y
escribieran sobre las seis preguntas.
Las preguntas diseñadas para orientar las conversaciones fueron las siguientes:
¿Cuáles son las restricciones que encuentran para la operativización de
esta ruta?
Desde mi labor ¿cómo puedo aportar en la implementación de esta ruta?
¿Qué elementos agregaría para completar esta ruta?
¿Qué oportunidades genera la implementación de esta ruta?
23
María Cristina Koury D‘arce Directora de Quartet Labe Consultoría Técnica en el texto de red El World Café:
Una experiencia de aprendizaje. Página consultada en diciembre 2010. http://www.asle.es/documentos/gatza/200718154336_0_Gatza_120_04_Opinion_M_C_Koury.pdf 24
¿Qué es el world café?. Adaptado de Who Will Tell the People de William
Greiderhttp://www.theworldcafe.com/translations/SpanishwhatisTWC.pdf
163
¿Qué se necesita para poner en práctica esta ruta de atención?
¿Qué tendría que tener esta ruta?
5.4. Utilidad del ejercicio
El ejercicio fue acompañado por los profesionales de la Corporación Vínculos con
el fin de invitar a todos los participantes en cada ronda a alimentar la
conversación. La utilidad de este ejercicio para la construcción de insumos hacia
la ruta de atención psicosocial a víctimas en el departamento, está en la
visiblización de ideas y propuestas que no se habían recogido antes y en cuya
elaboración se involucraron todos los actores interesados en el tema que
participaron en la formación.
De esta forma, se pudo aprovechar el Café de Preguntas o World Café, como un
proceso creativo que permitió alcanzar varias de las características mencionadas
por Koury:
―El World Café es un proceso creativo para realizar las siguientes
acciones:
• Acceder a la inteligencia colectiva del grupo.
• Descubrir los puntos de convergencia.
• Crear futuros deseados y descubrir oportunidades y desafíos
estratégicos.
• Generar proyectos con autoría compartida por un grupo de
personas.
• Establecer redes de conexiones.
• Crear participación, compartir conocimiento y estimular el
pensamiento innovador.
• Explorar las posibilidades de acción en torno a asuntos y cuestiones
de la vida real.‖25
En el siguiente acápite se presentan los resultados del Café de Preguntas sobre la
ruta de atención psicosocial.
25
http://www.asle.es/documentos/gatza/200718154336_0_Gatza_120_04_Opinion_M_C_Koury.pdf
164
5.5. La voz de los participantes
Las reflexiones de los participantes fueron agrupadas por temáticas que contienen
varias propuestas realizadas en todas las mesas, es decir, que el orden en que se
presenta la información no responde linealmente a las preguntas realizadas, sino
al grupo de ideas fuerza que se encontró en las mesas y en las relatorías. A
continuación se presenta cada una de estas ideas fuerza alimentada con las
propuestas de los participantes
5.6. El diseño de la ruta debe ser flexible para atender al contexto local y
regional en que se implemente.
El reconocimiento y estudio del contexto en el que se diseña e implementa la ruta,
resulta de gran importancia en el desarrollo de procesos de atención exitosos. Dos
de las herramientas identificadas por los participantes en este aspecto son la
caracterización de las víctimas y la investigación de sus culturas. En ese sentido
los procesos de caracterización de la población deben ser individuales y
colectivos, teniendo en cuenta las expresiones culturales y las dinámicas propias
de las poblaciones a través de procesos de investigación.
Así, una de las características de la ruta es su elasticidad y flexibilidad para
atender los contextos cambiantes y las realidades concretas a las que se
enfrentan las personas víctimas en sus entornos y en esa medida, la ruta de
atención psicosocial debe ser ajustada constantemente a las demandas de estos
contextos y realidades.
Esta característica permitirá corregir a tiempo los errores y las inconsistencias que
vayan en detrimento de la calidad de la atención a las víctimas como garantía de
su derecho a la reparación psicosocial. En ese sentido, resulta importante traer las
reflexiones de la PGN y la ICTJ en el texto citado en párrafos anteriores:
―Los programas deben contar con la flexibilidad suficiente para responder a cambios coyunturales o políticos, sin perjuicio de los derechos que pretenden garantizar‖26.
26
Procuraduría General de la Nación y Centro Internacional para la Justicia Transicional, Valoración de los
programas oficiales de atención psicosocial a las víctimas del conflicto armado interno en Colombia, pág. 51
165
5.7. El diseño e implementación de la ruta debe alimentarse de procesos de
formación y sensibilización para funcionarios públicos y víctimas.
Los procesos de formación y capacitación a funcionarios y población víctima son
altamente valorados por los participantes como elementos que fortalecen la ruta
de atención psicosocial. En ese sentido, los procesos de formación deben tener
continuidad y ser al mismo tiempo, procesos de sensibilización y concienciación
hacia la situación de las víctimas (indígenas, afrodescendientes, campesinos y
campesinas) y sus derechos.
Además, los participantes identifican la necesidad de ―mejorar las capacitaciones‖,
en términos de tiempo dedicado y de continuidad. Igualmente, los procesos de
formación deben incluir la explicación clara para funcionarios y población víctima
acerca del funcionamiento de la ruta y ambos grupos deben comprometerse a
participar estos espacios.
Así mismo, los procesos de formación deben considerar el manejo del lenguaje
técnico con el fin de transmitir con claridad a la población víctima la información
relacionada con la ruta de atención, ―traduciendo el lenguaje‖ y aproximándose a
claridades conceptuales y jurídicas en relación a derechos de las víctimas.
Por otro lado resulta imperativo la institucionalización de los procesos de
formación como ―fases‖ de preparación y sensibilización a los funcionarios
encargados de la atención a las víctimas, que implica el conocimiento de la ruta de
atención por parte de ellos y ellas. Esta fase preparatoria y de sensibilización,
debe aportar elementos para que los funcionarios encuentren, en palabras de los
participantes, ―gusto por el trabajo que se hace‖. En esa medida, es indispensable
la sensibilización hacia el sentido de pertenencia del funcionario a la región.
De otra parte, los procesos de formación orientados a la población victima deben
desarrollarse con más tiempo, ser personalizados, estar acompañados de material
pedagógico y didáctico que permita la comprensión de la ruta y sus
procedimientos, así como la implementación de campañas informativas al
respecto (afiches).
Finalmente, hay sugerencias para temas específicos a trabajar con la población
víctima y con los funcionarios, como el conocimiento del entorno cultural
específico de las poblaciones, el marco jurídico relacionado con la atención
diferencial y con todos los procesos para que las víctimas puedan acceder a sus
166
derechos y las relaciones humanas como elemento determinante de la calidez en
la atención por parte de los funcionarios.
5.8. El diseño e implementación de la ruta requiere de voluntad política
En todas las mesas de trabajo los participantes identificaron la voluntad política
como elemento central e impulsor del diseño y puesta en marcha de la ruta de de
atención psicosocial en el departamento. La voluntad política es la demostración
material del interés de quienes gobiernan por adelantar procesos a favor de las
poblaciones, en este caso, por construir e implementar una ruta de atención
psicosocial para las víctimas en el Cesar, lo cual implica desde el diseño de una
política pública hasta el fortalecimiento institucional.
En ese sentido, hay varios elementos que llenan de contenido la voluntad política
y el más significativo es la construcción participativa de una política pública para la
atención a víctimas del conflicto en el departamento. Una de las propuestas de los
participantes en las mesas, es que la ruta puede ser parte de la transversalización
del enfoque psicosocial en el PAVIREC, plan bandera de la actual gobernación en
el abordaje de la problemática de las víctimas. Otra propuesta en esa misma
dirección pero más amplia, es la implementación de la atención psicosocial como
eje transversal en la construcción de políticas públicas en el departamento.
Igualmente, se identifican otras reflexiones como el compromiso de los
gobernantes de incluir la ruta de atención psicosocial en los planes de desarrollo
departamental y municipal, así como el compromiso por llevarlo a la realidad. Por
supuesto, esto incluye la designación presupuestal específica para su ejecución,
así como los procesos de gestión y ampliación de los rubros asignados para la
atención a víctimas.
Sin embargo, algunos participantes llamaron la atención sobre que los elementos
mencionados no resultan significativos si la atención a las víctimas sigue siendo
marcada por los procesos de burocratización y las trabas administrativas para el
acceso a los derechos. Así, los participantes en las mesas afirman que es
necesario agilizar y descongestionar los procesos técnicos asociados con la
defensa de las víctimas.
En ese sentido, resulta de gran importancia para las entidades e instituciones
encargadas de la atención a víctimas, adelantar procesos de fortalecimiento
institucional en varios sentidos: descentralización de los procesos, cualificación de
167
la selección de funcionarios, articulación interna de los equipos en las entidades e
interdisciplinariedad en los equipos de profesionales. Así, a descentralización de la
atención a la población, a partir de la habilitación de oficinas o centros de atención
psicosocial en los municipios, aportaría también a la descongestión y agilización
de los procesos.
Por otro lado, se identifica como parte del fortalecimiento institucional la
cualificación del procedimiento para la selección de funcionarios, que no siempre
responde a las necesidades del cargo y de la población víctima, pues el
procedimiento de selección debe responder a las necesidades mencionadas y no
a los tratos clientelares establecidos institucionalmente o por las personas
encargadas de dirigir la entidad.
En este mismo horizonte, resultan muy interesantes algunas propuestas
realizadas para la articulación de los equipos en las entidades en las fases de
identificación y desarrollo de los proceso de atención, de tal forma que
internamente en las instituciones no se dupliquen los esfuerzos de los
profesionales y funcionarios, y hacia fuera se den procesos de articulación
interinstitucional que faciliten la implementación.
Igualmente, la conformación de equipos interdisciplinarios (sociólogos,
trabajadores sociales, psicólogos, antropólogos, abogados, politólogos y médicos)
y el fortalecimiento del equipo temático psicosocial , y por otro lado, la ampliación
de la oferta institucional, la adquisición de equipos y adecuación de las
instalaciones en las instituciones, todo orientado a lograr mayor impacto en la
atención, son elementos a destacar en los procesos de fortalecimiento institucional
como clara muestra de voluntad política para la ruta de atención psicosocial.
La voluntad política implica procesos de difusión y divulgación de la ruta de
atención en todas sus fases. Así, desde el proceso de identificación de la
población hasta el seguimiento a los procesos de atención, requieren una clara
apuesta institucional de difusión (medios de comunicación) desde el Estado local y
regional que permita ampliar la cobertura y facilite el acceso al derecho a la
atención a las víctimas y el conocimiento de la oferta institucional.
De esta forma, la difusión debe responder a las necesidades específicas de la
población y ser cercana a sus contextos y lenguajes, propiciando espacios de
socialización de los programas a la población, a las organizaciones y a los
funcionarios.
168
5.9. La ruta debe tener continuidad en los programas y en la contratación de
profesionales
Una de los temas más recurrentes abordados por los participantes es la
discontinuidad en los procesos de contratación de los profesionales encargados
de la atención psicosocial en los municipios, dificultad vinculada directamente a la
discontinuidad en los proyectos y programas orientados a la atención psicosocial a
víctimas.
En ese sentido, identifican varios aspectos asociados a este fenómeno, uno de los
cuales es el carácter clientelar de las relaciones en el ejercicio de la política en el
departamento, en donde las contrataciones tanto de programas y proyectos como
de profesionales, obedece a intereses particulares de los gobernantes locales y
regionales de turno y no siempre o no necesariamente, a las necesidades de la
población, al cumplimiento de planes de desarrollo o a la idoneidad de los
profesionales en el ejercicio de sus funciones.
Así, la priorización de los intereses particulares sobre los colectivos lleva también
al desconocimiento de procesos adelantados por otras administraciones, lo cual
genera desgaste institucional y va en detrimento de la calidad en la atención las
víctimas. Esto puede ser corregido si en lugar de desconocerlos, estos procesos
son potenciados por los gobernantes e instituciones que tienen como misión la
atención a las víctimas.
Otro elemento importante relacionado con la discontinuidad en los procesos de
atención, es la débil cultura institucional en la realización de empalmes entre los
profesionales salientes y entrantes en los cargos asignados con responsabilidades
en la atención a víctimas. Los empalmes y la continuidad en los programas y
proyectos, resultan significativos en la construcción de rutas de atención que
atiendan la demanda de la población al tiempo que aportan a la transformación de
dinámicas institucionales a favor de las víctimas.
Finalmente los participantes proponen como parte de los procesos de continuidad,
la multiplicación de las buenas experiencias relacionadas con la atención al interior
de la ruta, como una forma alimentarla
169
5.10. El diseño y la implementación de la ruta requiere procesos de articulación
interinstitucional
En el departamento del Cesar se han dado algunos avances hacia la
consolidación de articulación interinstitucional. Sin embargo, aún es una tarea por
hacer y así lo reconocen los participantes de la jornada de formación quienes
identificaron varios elementos relacionados con el tema de articulación
interinstitucional.
Así, manifiestan que no es posible avanzar en esa dirección si cada entidad y
cada funcionario desconoce la red interinstitucional que tiene a cargo la atención
de las víctimas en el departamento, pues el conocimiento claro de la oferta
institucional y el establecimiento de unos mínimos que permitan la articulación con
otras entidades, abre posibilidades de ir trazando los procesos de derivación e
identificación de la demanda de manera oportuna y precisa.
De esta forma, se aporta a la agilización de los procesos de identificación y
derivación y se contribuye a ―que nos quite la tortura del tiempo de respuesta‖, en
palabras de una de las víctimas participantes en la formación.
Este proceso de articulación, que no se agota en los procedimientos de derivación,
debe tener lugar a nivel departamental y también a nivel municipal, y
necesariamente está atravesado por acciones hacia la generación de confianza
interinstitucional que permita avanzar en la implementación de la ruta, más allá de
posturas marcadas por el celo institucional.
En ese sentido, la construcción de la ruta implica la creación de un contexto de
conocimiento de las funciones y responsabilidades, un acercamiento mutuo a las
dinámicas de trabajo, el reconocimiento de la utilidad del trabajo en equipo y una
apuesta por el establecimiento de consensos mínimos.
Estos últimos se fundamentan en el conocimiento de los aspectos básicos sobre el
enfoque psicosocial, el enfoque de derechos, la acción sin daño, entre otros
aspectos. De esta forma, se evita que cada institución interprete la ruta y los
enfoques a su manera, ampliando significativamente las posibilidades de una
efectiva articulación.
Además, los procesos de articulación interinstitucional requieren la creación de
sistemas de información y comunicación en cada entidad sobre los procesos
170
adelantados con las personas víctimas, compartidos en tanto sea posible, con las
demás instituciones, lo cual evitaría someter a las víctimas a preguntas repetitivas
sobre los hechos que generan revictimización, reconociendo que la importancia de
la articulación tiene como objetivo final el bienestar de las víctimas.
Este reconocimiento también tiene lugar cuando las entidades se articulan con el
objetivo de lograr una participación activa de la población. En ese sentido una de
las propuestas de los participantes es la articulación del SNAIPD municipal y
departamental con el nacional para que a través de las mesas y organizaciones,
se avance en la participación de las víctimas en los procesos.
Finalmente, los procesos de articulación interinstitucional se van fortalecimiento
con el establecimiento de encuentros periódicos de evaluación del proceso de la
ruta y de seguimiento a los procesos
5.11. La implementación de la ruta debe aportar al fortalecimiento de las victimas
como sujetos de derechos
El principal objetivo de la construcción de una ruta de atención es garantizar el
acceso al derecho que tienen las víctimas a una reparación psicosocial, dadas las
secuelas que han dejado los hechos violentos vividos en su vida emocional, en
sus relaciones y en el ejercicio de sus derechos.
Por ende, la participación efectiva de las organizaciones y de las personas
víctimas como ciudadanos en el diseño e implementación de la ruta es
imprescindible y requiere del reconocimiento de las organizaciones de víctimas por
parte de las instituciones.
En el diseño de la ruta de atención, las personas víctimas aportan como gestores
sociales para sensibilizar acerca de la importancia de la atención diferencial desde
perspectivas etnoculturales. Además, pueden impulsar y demandar de las
instituciones procesos de posicionamiento de la ruta hacia la construcción de una
política pública de atención psicosocial.
En la implementación, el ejercicio de la veeduría ciudadana a los procesos de la
ruta por parte de las víctimas resulta de gran importancia, lo cual implica un
seguimiento a la ejecución de los recursos por parte de las instituciones públicas,
un cuestionamiento a los procedimientos que vayan en detrimento de la atención y
171
un proceso de retroalimentación a las instituciones y funcionarios públicos
respecto a la calidad en la atención
Por otro lado, las organizaciones de víctimas y la población víctima en general,
puede fortalecer su ejercicio como sujetos de derechos a través de los procesos
de multiplicación de los conocimientos y herramientas adquiridos en espacios de
formación e invitando a las comunidades a continuar avanzando en la exigibilidad
de sus derechos, a través de la articulación de acciones con las redes de
organizaciones existentes a nivel municipal y departamental.
Finalmente y uno de los puntos más relevantes encontrados en las propuestas de
los participantes hacia el fortalecimiento de la población y las organizaciones
víctimas como sujetos de derechos, está la participación directa en la identificación
y orientación adecuada a las personas que requieren la atención psicosocial, la
difusión de la ruta a través de los medios de información y el acompañamiento
comunitario como líderes a los casos que así lo requieran. Estas propuestas
coinciden con las afirmaciones realizadas por la PGN y el CIJT en el texto ya
citado:
―Las víctimas pueden, en algunos casos, acabar apropiándose de los programas y llegar a ser actores que trabajan con otras víctimas brindándoles atención‖27.
5.12. La ruta de atención debe tener un enfoque diferencial y de acceso a
derechos.
Uno de los elementos centrales de la ruta de atención desde la percepción de los
participantes, es el enfoque diferencial y de derechos, que implica el
reconocimiento y respeto por la diferencia de género, etnia, condición física y ciclo
vital y la garantía a la accesibilidad del derecho a la atención psicosocial sin
distinciones, pero de manera diferenciada.
Por su parte, el enfoque diferencial tiene como una de sus consideraciones la
igualdad en el acceso a derechos, y en la atención psicosocial implica realizar
procesos interventivos considerando las necesidades particulares de los
individuos, familias y grupos atendidos, pues las afectaciones por los hechos
violentos se manifiestan de manera diferenciada en cada persona y demanda
27
Ibidem, pág. 51.
172
atenciones particulares. Esta especificidad en las demandas de atención requiere
la elaboración de protocolos de atención con enfoque diferencial.
Por otro lado, la integralidad en la atención a las víctimas implica la inclusión del
enfoque psicosocial en los proyectos orientados a esta población, así, algunos
participantes mencionan como elementos a considerar en el diseño de la ruta de
atención psicosocial, el establecimiento de ―proyectos concretos que ayuden a la
población desplazada a salir y superar esta condición‖ y la ―implementación y
articulación de proyectos productivos para la atención psicosocial‖.
La demanda de los participantes por proyectos productivos que ―ayuden‖ a salir a
la población víctima de la situación en la que se encuentran, puede ser leída
desde un enfoque de derechos y en ese caso estamos ante la exigibilidad de los
derechos que establece la ley para la población víctima, como parte de la ruta de
atención psicosocial.
Esta demanda aparece entre las propuestas de los participantes en el evento de
formación bien porque consideran que todos los escenarios son válidos para los
procesos de exigibilidad, ante la poca apertura institucional para los mismos, o
bien porque se establece una relación directa entre la garantía de estos derechos
y la salud mental de las víctimas.
En cualquier caso, una ruta de atención psicosocial para los participantes en la
jornada de formación, debe considerar la promoción y el goce efectivo de
derechos humanos, el cumplimiento de las garantías que ofrecen leyes como la de
justicia y paz. Para ello, es necesario que los funcionarios y líderes sociales, den a
conocer los marcos legales y jurídicos a las personas víctimas y acompañen su
cumplimiento.
Así mismo, el establecimiento de una ruta de atención psicosocial con enfoque
diferencial y de acceso a derechos, debe contribuir a que las entidades
proporcionen la información oportuna sobre los procesos que adelantan las
víctimas, así como la disponibilidad de un espacio adecuado para realizar la
atención. Estos elementos aportan en el cambio positivo del proyecto de vida de
las víctimas, contribuyen a su fortalecimiento como sujeto de derechos y a la
recuperación de su dignidad
5.13. La ruta de atención psicosocial debe implementarse con criterios de calidad
y calidez por parte de los funcionarios.
173
Es frecuente escuchar las quejas de la población víctima acerca del maltrato que
reciben en muchas oportunidades por parte de los funcionarios encargados de
orientarlos y asumir sus diferentes demandas de atención.
Detrás de este tratamiento inhumano -como se logró establecer en el proceso de
mapeo institucional28 y se ratificó en el ejercicio de construcción de insumos para
la ruta de atención- se pueden identificar claramente los prejuicios y
estigmatizaciones de los funcionarios sobre la población víctima, construidos a
partir de la ignorancia de la situación en que se encuentran las personas víctimas,
el desconocimiento de su condición de ciudadanos, el desconocimiento de las
obligaciones de los funcionarios para brindar una orientación y atención oportunas
y pertinentes, así como el desgaste emocional de los mismos ante las diferentes
situaciones dramáticas que escuchan diariamente.
En ese sentido, los participantes relacionan la transformación de los problemas
emocionales de las víctimas, los cambios en sus vidas personales y familiares, y la
reconstrucción de sus proyectos de vida, con una atención basada en criterios de
calidad y calidez. Así, afirman que el ―el funcionario debe ser diligente y tener
capacidad de servicio‖, debe ―construir procesos éticos y tener un compromiso
personal‖ con las funciones que desempeña, evitando crear falsas expectativas en
las personas víctimas.
Además, ese compromiso de los funcionarios se debe reflejar en la relación de
respeto y consideración establecida con las personas víctimas. Entre las
características que debe tener esta relación están la ―humanización‖ del trato, la
empatía, el amor y la tolerancia con las víctimas para hacer más cómoda la
atención, así como disposición y disponibilidad del funcionario para la misma.
Ante esta exigente demanda, los funcionarios y las instituciones no han dado
respuestas adecuadas, debido, entre otros factores, a la falta de pertenencia, las
relaciones clientelares que privilegian los intereses particulares y la ausencia de
procesos de sensibilización y formación para la atención a la población víctima y la
falta de compromiso con el trabajo por las víctimas.
Sin embargo, un elemento que complejiza aún más las situaciones de
revictimización a las que se ven sometidas las víctimas en muchas oportunidades,
28
Ver documento de Mapeo de las redes institucionales de atención a la población desplazada en ocho municipios del departamento del Cesar, septiembre 2010, Corporación Vínculos.
174
es la ausencia de procesos de cuidado emocional y elaboración de experiencias
que golpean a los propios funcionarios en el desempeño diario de sus labores con
la población. Así, uno de los elementos constitutivos de la ruta de atención
psicosocial con calidez y calidad para los participantes en las mesas, es la
implementación de procesos de cuidado emocional a quienes desempeñan
funciones de atención directa con la población.
Por otro lado, los participantes identifican otros elementos de carácter más técnico
que se deben considerar en la implementación de la ruta de atención con el fin de
garantizar el acceso a los derechos, aportar en la reconstrucción de la dignidad y
aportar en el ahorro en economía y tiempo de las personas ante el desgaste que
generan los innumerables procedimientos para la atención.
Estos elementos son la idoneidad en los funcionarios para el desempeño de sus
labores, el compromiso con el conocimiento de la ruta diseñada y el cumplimiento
de la misma, una mejor atención más rápida, oportuna y eficaz que genere mayor
impacto y brindar más posibilidades de solución a los problemas que presentan las
personas víctimas.
Además de estos elementos, los participantes identifican la aplicación de las
herramientas de atención ofrecidas por la Corporación por parte de los
funcionarios y las personas encargadas de la atención psicosocial para evitar la
revictimización.
Así mismo, un aspecto importante que hace parte de la calidad en la ruta de
atención, es la circulación de la información sobre la misma ruta, los
procedimientos y diligenciamientos que deben realizar las personas víctimas para
el reconocimiento de sus derechos. En ese sentido la información proporcionada
por los funcionarios en cualquiera de las fases de atención (identificación,
recepción, acompañamiento y seguimiento) debe ser concisa, precisa, oportuna y
completa.
5.14. Retos en el diseño e implementación de la ruta de atención psicosocial a
víctimas de la violencia en el departamento del Cesar.
Todos las ideas fuerza que se identificaron durante el ejercicio de construcción de
insumos para la ruta, son en sí mismos importantes retos para todos los actores
involucrados en este proceso den el departamento del Cesar.
175
Sistemas de información y sistematización de la ruta
Sin embargo, cabe resaltar otros desafíos significativos como la necesidad de
implementar sistemas de sistematización integral de información interna de las
instituciones, para que sea de carácter interinstitucional. La sistematización de los
procesos y procedimientos adelantados en la ruta de atención psicosocial en del
departamento del Cesar, se constituyen en insumos fundamentales para la
construcción de políticas públicas de atención en el departamento y a nivel
nacional, pues sería una de las experiencias pioneras a ese nivel.
Creación de nuevas confianzas y legitimidad del Estado
Otro importante reto identificado por los participantes, es el proceso de
reivindicación del Estado con las víctimas ante la pérdida de credibilidad por parte
de estas en las instituciones, dadas las comprobadas alianzas de representantes
de las instituciones del Estado con grupos paramilitares en lo que se ha conocido
como el proceso de la parapolítica en Colombia.
Este se constituye en uno de los más grandes retos no solo en el marco del diseño
de una ruta de atención psicosocial para las víctimas en el departamento, sino en
el restablecimiento de la legitimidad de las instituciones del Estado ante las
víctimas, resquebrajada durante más de dos décadas donde las funciones del
mismo como garante y protector de los derechos de las víctimas se vieron
altamente comprometidas.
Este reto demanda largos procesos de construcción de nuevas confianzas y,
seguridades entre funcionarios y poblaciones, hacia la integración futura de redes
de apoyo que aporten a la ―generación de paz‖.
Red de comunicaciones entre las organizaciones y las instituciones
Como una de las fases de reconstrucción de confianzas entre el Estado y los
pobladores, está la ―creación de una red de comunicación entre las organizaciones
e instituciones para que haya una mejor participación con las organizaciones‖, lo
que implica un amplio reconocimiento por parte de las instituciones a los líderes
comunitarios.
Articulación de la ruta de atención psicosocial con políticas públicas
nacionales
176
Finalmente, otros retos más ambiciosos pero no menos importantes como la
creación de empleos dignos para la población a través de procesos de
capacitación y ampliación de ofertas por parte de diferentes instituciones, así
como el ―cambio social y económico‖, responden a la necesidad de articular las
políticas públicas de atención a la población víctima con las dinámicas nacionales
en estas materias. A esta tipo de articulación se refiere el documento ya citado de
la PGN y el CIJT:
―La atención psicosocial a las víctimas del conflicto debe hacer parte de toda una política pública del Estado para garantizar los derechos fundamentales de los afectados por la violencia. Dentro de esta política deben existir procesos y programas tendientes a proteger, garantizar y satisfacer otros derechos fundamentales, ya sean civiles y políticos (vida, integridad, libertad, seguridad, etc.) o económicos, sociales y culturales (salud, educación, vivienda, etc.). El logro integral de los objetivos de unos y otros programas depende en gran medida de su armonización, ya que la garantía de los derechos no puede darse de manera aislada. El bienestar y la salud mental de las víctimas del conflicto se logra no sólo con el otorgamiento de atención especializada en materia de salud a las víctimas afectadas, sino con la garantía de condiciones mínimas y dignas de vida‖29
Se quiere ilustrar la articulación mencionada con la siguiente gráfica:
29
Ibidem. 54.
177
Gráfica 13
Articulación de la ruta de atención psicosocial con políticas públicas
nacionales
Persistencia del contexto de violencia y conflicto armado en la región.
Como ha sido reiterado, es importante contextualizar el diseño y la
implementación de la ruta a las realidades del departamento. En ese sentido,
propuestas como la participación directa de las organizaciones víctimas en la
identificación de las personas que necesitan la atención, requiere de la
construcción de un contexto seguro que no puede garantizarse en las actuales
condiciones de conflicto en la región.
En informaciones otorgadas por líderes y algunos funcionarios públicos durante el
trabajo en los municipios, se tuvo conocimiento que existe una disputa territorial
especialmente en el corredor minero y sur del Cesar por tres grupos paramilitares
en supuesto proceso de rearme: Los Restrojos, Los Paisas y Las Águilas Negras,
lo cual pone en riesgo la identificación de las víctimas por parte de las propias
comunidades y aún las declaraciones ante la fiscalía.
Durante el desarrollo del proyecto, se pudo identificar varios casos en que las
víctimas aún no han declarado, especialmente en los municipios de Astrea y
Chimichagua, por el temor a ser asesinados o señalados. En ese sentido es
178
necesaria la unificación de esfuerzos de parte de todas las entidades públicas
encargadas de garantizar la vida de las personas víctimas y de las organizaciones
de población víctima en el departamento, con el fin de generar las condiciones
adecuadas para la implementación de la ruta en la fase de identificación
5.15 Proyecciones de la ruta.
Resulta importante reiterar la necesidad de incorporar los insumos construidos
para el diseño de la ruta, como parte de elaboración participativa de una política
pública de atención psicosocial en el departamento del Cesar. En tal sentido cobra
la mayor importancia el proceso pionero de transversalización del enfoque
psicosocial en planes departamentales como el PAVIREC.
Los resultados de esta experiencia proyectada para el último año de la
administración 2008-2011 deben ser recogidos por el siguiente gobierno en aras
de aportar en procesos de reparación psicosocial con sostenibilidad, legitimados
por la población víctima y apropiados por la institucionalidad pública.
6. REFLEXIONES Y RECOMENDACIONES FINALES
En el desarrollo de este proyecto se logró construir con las mujeres participantes
un significado diferente frente a los procesos de acompañamiento psicosocial. Al
momento de entrar a conversar con las mujeres se encontró que no había una
idea construida frente al tema psicosocial, ya que en la mayoría de los casos la
relación de la población víctima con las Instituciones se ha movido desde una
dinámica un poco más asistencialista, por lo cual esta propuesta resultó novedosa
para las mujeres del Departamento del Cesar.
Este espacio de acompañamiento psicosocial fue recibido de manera muy positiva
por la mayoría de las mujeres que participaron de los procesos, ya que en
palabras de ellas permite ―por primera vez tener un lugar para ser escuchadas y
atendidas después de los hechos violentos, un desahogo, una oportunidad para
expresarse y reconstruir sus proyectos de vida ―.
De igual forma, las mujeres expresan también la necesidad de la continuidad en
los procesos de acompañamiento, lo cual como Corporación nos parece relevante,
ya que permite construir una relación de confianza con el Estado y la
Institucionalidad, que en muchos de los casos se ha visto afectada después de los
hechos violentos.
179
A partir de la anterior reflexión, resulta útil considerar que el abordaje de un
proceso de acompañamiento psicosocial con víctimas, implica tener en cuenta la
dificultad para tramitar escenarios emocionales de duelo, sufrimiento,
incertidumbre y demás expresiones de dolor en las mujeres, dado el riesgo de
reabrir heridas (Sáenz, 2010), y de generar revictimización. Lo anterior, teniendo
en cuenta que cuando las mujeres reviven la situación de violencia en su narración
y no cuentan con un proceso terapéutico desde donde sea posible tramitar,
elaborar y resignificar los aspectos victimizantes de la historia que las mantiene
atadas a un pasado inamovible, la reconstrucción de una ruta de vida presenta
mayores dificultades.
Otro elemento a destacar en el proceso de atención, es la identificación por parte
de las mujeres de nuevas posibilidades en la construcción de redes de apoyo e
incluso en la conformación de iniciativas organizativas, como una forma de
visibilizar la presencia de las mujeres, en ocasiones ignorada en las dinámicas
organizativas de la población víctima.
Uno de los impactos más significativos en el desarrollo del proyecto es el aporte
realizado a los espacios de discusión y construcción conceptual del enfoque
psicosocial con la participación de los diferentes actores claves (población víctima,
instituciones, organizaciones no gubernamentales), lo cual resulta altamente
valorado en tanto tales espacios se constituyen en insumos importantes hacia el
proceso de construcción de una política pública para el acompañamiento
psicosocial de las víctimas en el departamento. Al respecto se destaca
fundamentalmente el ejercicio de construcción de una propuesta de ruta de
atención en el departamento en el marco de la segunda jornada de formación.
De otro lado, es importante resaltar que este el proceso además de brindar
herramientas para la atención psicosocial a funcionarios que atienden víctimas,
facilitó la reflexión y evaluación de manera individual del grado de compromiso con
el propio quehacer profesional y los límites necesarios en relación con los
espacios personales, como parte del cuidado emocional indispensable para
realizar una adecuada atención.
A partir de la experiencia de formación como uno de los resultados del proyecto
Proceso de acompañamiento psicosocial y fortalecimiento de capacidades locales
para la atención integral en salud a mujeres víctimas del conflicto y sus familias
en el departamento del Cesar se realizan las siguientes recomendaciones.
180
Articulación de las instituciones que atienden víctimas para el monitoreo
y retroalimentación constante de las herramientas psicosociales
adquiridas.
Implementación del cuidado emocional en las instituciones y
organizaciones que acompañan a las víctimas de conflicto sociopolítico
del departamento del Cesar, teniendo en cuenta que esta es una de las
necesidades expresada por algunos funcionarios y lideres.
Articulación en la construcción, implementación y monitoreo de la ruta
de atención psicosocial desde las diferentes instituciones que prestan
sus servicios a la población víctima de la violencia sociopolítica.
Fortalecer los escenarios de formación en las herramientas de
acompañamiento psicosocial.
Ampliar la cobertura de asistentes a éste tipo de eventos a otras
instituciones como es el caso de las instituciones educativas del sector
público en los sectores en los que se concentran el mayor número de
población víctima. Y también a otros municipios a los que aun no llega el
proyecto.