Ingeniería Aplicada Al Taijiquan
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INGENIERÍA APLICADA AL TAIJIQUAN
Adrián Tineo
El punto de partida de la ingeniería es conocer profundamente la naturaleza y el
comportamiento de los materiales que se utilizan. El presente trabajo aplica estos principios al
arte del Taiji para poder conocer mejor la materia prima de nuestro cuerpo y comprender los
procesos y cambios que se producen durante la práctica.
El Taijiquan (太極拳), o Taichichuan, es un arte marcial chino que actualmente goza de gran
popularidad. En sus orígenes, se trataba de un arte marcial extraordinariamente sofisticado y sutil
que era practicado por una élite. Con el paso del tiempo, el Taijiquan se popularizó y escapó de los
cerrados círculos familiares donde era transmitido de generación en generación. En el proceso, se
simplificó su metodología de enseñanza, y se diversificó el propósito de su práctica.
En la actualidad, el Taijiquan se practica como simple afición, para mantener la forma física, para
preservar la salud, para obtener capacidad de defensa personal, para competir deportivamente, o
como medio de crecimiento personal. Por supuesto, estas categorías no son excluyentes sino que
cada practicante debe valorar en que punto del espectro se encuentran sus aspiraciones. La
pregunta clave es: ¿cómo podemos ajustar los métodos disponibles de entrenamiento en
Taijiquan a nuestros objetivos de forma eficaz?
Responder a esta pregunta no es sencillo, ya que se trata de un sistema de ejercicio muy peculiar,
que presenta grandes diferencias con el deporte o el fitness, mucho más estudiados desde una
perspectiva científica. Una de las principales dificultades para el aprendizaje del Taijiquan es su
sutileza. Es un arte basado en sensaciones corporales internas. Se podría decir que lo que se ve
cuando un practicante expresa el arte es solo la punta del iceberg. Es la calidad del
funcionamiento interno, refinado tras largos periodos de entrenamiento, la que determina el nivel
del practicante, e igualmente los beneficios que se recogen de la práctica.
Existe una terminología técnica muy profusa en Taijiquan, que obtenemos de la lectura de los
Clásicos del Taijiquan. En ellos, encontramos términos crípticos
como qi (氣), jing (精), shen (神),jin (勁), etc., que dan información sobre los atributos internos
que debe contener el arte. La interpretación de estos términos, empezando por el término
de qi (氣) - energía o aliento vital - es fuente de continua controversia, sobre todo en lo referente
a cómo instrumentamos nuestro trabajo en función a estos términos técnicos.
Es nuestra impresión que los grandes maestros de la antigüedad usaron estos términos para
describir, en su propio lenguaje, la información que iban recogiendo derivada de su experiencia.
Para nuestro mundo científico-tecnológico actual, sus descripciones son demasiado vagas y
susceptibles de interpretaciones erróneas, más aún si consideramos que ciertos aspectos eran solo
transmitidos oralmente y pueden haberse perdido o haber llegado alterados hasta nuestros días.
En general, las disciplinas orientales, de las que el Taijiquan es solo una de muchas, destacan por
su enfoque holístico, es decir, tratan el cuerpo y la mente de forma unificada. No obstante, estas
disciplinas tienden a estar instrumentadas en un lenguaje difícil de concretar en términos
objetivos y universales. Por contrapartida, el moderno estudio del deporte y el fitness basado en
datos mensurables aporta una base sólida de conocimiento, si bien incompleta y excesivamente
reduccionista. Pensamos que aunando lo mejor de ambos mundos mejoraría el entendimiento del
arte del Taijiquan y podríamos modelar su aprendizaje a las necesidades del practicante de forma
efectiva.
En este contexto, entendemos que sería beneficioso aplicar principios de ingeniería al estudio del
arte del Taijiquan. En particular, destacamos tres aspectos claves para dicho estudio. En primer
lugar, la necesidad de obtener un conocimiento preciso y basado en la experiencia de los
materiales y procesos sobre los que queremos actuar. En segundo lugar, aplicar ese conocimiento
a la obtención de objetivos prácticos a pesar de las limitaciones que hayamos encontrado en el
estudio. En tercer lugar, la capacidad de obtener resultados fiables y reproducibles. A continuación
desarrollamos estos puntos en mayor profundidad.
El conocimiento es poder
La ingeniería parte de un conocimiento profundo de la naturaleza de los materiales y procesos que
utiliza. A lo largo del siglo XX, el avance de la ciencia ha sido vertiginoso. Hemos alcanzado un
vasto conocimiento de materiales y fenómenos naturales. El advenimiento de modernas
tecnologías hace posible observar la Naturaleza y su comportamiento como no ha sido posible en
la historia de la Humanidad. En particular, se han realizado importantes avances en el
conocimiento del cuerpo humano, como precisos mapas de anatomía o descripciones
pormenorizadas de la dinámica celular.
Por ejemplo, ahora gozamos de un gran entendimiento de los procesos metabólicos y la
naturaleza de los mecanismos que nos permite producir y almacenar energía a nivel celular.
Existen numerosos parámetros medibles que dan cuenta del modo en que nuestro cuerpo
funciona, en particular, ante la demanda del ejercicio. Así tenemos la tasa cardíaca, gasto cardíaco,
tensión arterial, VO2max, tasa de metabolismo basal, electromiografía, etc. Son numerosos los
estudios que relacionan estos parámetros con el mundo del fitness y la salud en general, incluso el
Taijiquan1-. Estos estudios arrojan luz sobre las incógnitas de cómo ejercitarnos mejor para
obtener ciertos beneficios medibles, si bien el estado de la investigación en la actualidad dista
mucho de ofrecer conclusiones definitivas. Por ejemplo, hay estudios2- que indican que la práctica
de la forma de Taijiquan puede mejorar hasta un 20% la tasa de VO2max a lo largo de un año, si se
practica a una intensidad superior al 50% de VO2max, si bien otros estudios sugieren que la
intensidad no es relevante, sino la acumulación de actividad.
El aspecto aeróbico-anaeróbico no es frecuentemente discutido en círculos de Taijiquan. Sin
embargo, ambos metabolismos son cruciales para obtener rendimiento adecuado en actividades
físicas. Por ejemplo, parece generalmente aceptado que el ejercicio aeróbico (es decir, de
intensidad moderada por tiempos prolongados) mejora la resistencia actuando sobre el sistema
cardio-respiratorio, mientras que el anaeróbico (es decir, de gran intensidad durante un tiempo
breve) mejora la fuerza, velocidad y potencia, fomentando el desarrollo muscular3-.
En Taijiquan hay un gran énfasis en obtener un estado de relajación activa (song, 鬆), donde toda
tensión innecesaria debe desaparecer, y ha de lograrse un equilibrio armónico entre la
musculatura agónica y antagónica. También es importante promover un eficiente intercambio de
gases, para lo cual se dan instrucciones precisas sobre cómo respirar. Asimismo, para la correcta
ejecución de aplicaciones marciales el cuerpo debe ser capaz de reclutar un gran cantidad de
fibras musculares coordinadamente y de forma súbita para emitir fuerza (fajin, 發勁). No
olvidemos que los músculos son los que producen el movimiento, lo cual no exime de la
posibilidad de que sean asistidos por procesos sutiles dirigidos por una mente clara.
Parece lógico, por tanto, considerar ambos tipos de entrenamiento. El aeróbico parece más
indicado a los fines de obtener relajación y resistencia, y el anaeróbico parece más adecuado a los
fines de potencia y velocidad. A la luz de este conocimiento, es evidente que la práctica de la
forma de mano vacía a velocidad lenta no es suficiente para entrenar a un luchador. Es necesario
comprender, cuantitativamente, el rol de la intensidad del ejercicio en el desarrollo que buscamos
en el entrenamiento. Pensamos que tal comprensión solo puede obtenerse mediante un
adecuado estudio de los procesos metabólicos durante el ejercicio, un proceso eminentemente
ingenieril.
Por otra parte, el conocimiento de la dinámica muscular nos revela que existen dos tipos de
contracciones con movimiento: excéntricas (elongamiento muscular ejerciendo tensión, como al
bajar una carga) y concéntricas (acortamiento muscular ejerciendo tensión, como al subir una
carga). Los modernos estudios ofrecen un entendimiento a nivel celular de lo que ocurre en estas
contracciones, si bien las excéntricas han sido menos estudiadas que las concéntricas4-, y por
tanto, aún presenta incógnitas en cuanto a su funcionamiento. Sabemos que las contracciones
excéntricas permiten ejercer más fuerza que las concéntricas, y además necesitando menos
activación voluntaria5-. Sin embargo, se ha documentado que la mayor eficiencia mecánica se
obtiene combinando ambas en el llamado ciclo de estiramiento-acortamiento, donde una
contracción excéntrica precede a una concéntrica6-, un fenómeno que podría identificarse
claramente con los movimientos circulares en Taijiquan.
De hecho a la luz de estos y otros descubrimientos disponemos de nuevas técnicas de trabajo
corporal. Así, Bob Cooley defiende una metodología de estiramiento basada en las contracciones
excéntricas, en las que se fuerza la elongación del músculo al tiempo que este resiste7-.
Deportistas de élite se han acogido con éxito a su programa. Otro proponente activo de las
contracciones excéntricas, y particularmente aplicadas al Taijiquan, es Robert Chuckrow8-, que
sostiene que, de hecho, la forma adecuada de producir fuerza (jin, 勁) en taijiquan es a través de
contracciones excéntricas de los músculos antagonistas, en lugar de la contracción concéntrica de
los agonistas. Es interesante comprobar como estos dos autores utilizan el conocimiento científico
moderno para un mayor entendimiento de los fenómenos corporales y aplican ese conocimiento a
la especialización y mejora de la práctica.
Funcionar en un mundo imperfecto
Si algo caracteriza a la ingeniería es su capacidad para llegar a soluciones aplicables, si bien no
siempre óptimas. Ahí difiere radicalmente de la ciencia pura que se ocupa de obtener principios
inalterables y leyes universales. Como se basa en un conocimiento parcial e imperfecto de la
realidad, la ingeniería no es infalible. A veces, algún puente se cae, o un avión se estrella. No
obstante, aplicándola con criterio podemos lograr grandes avances.
La ingeniería es, por tanto, eminentemente práctica. En esto no es diferente del Taijiquan. El
Taijiquan como arte marcial debe cumplir una simple premisa: tiene que funcionar. Precisamente
este es un punto de desencanto habitual entre los practicantes. Aún habiendo trabajado sus
métodos de entrenamiento con diligencia y a menudo durante largos periodos de tiempo,
encuentran que no pueden aplicar sus técnicas con efectividad en un enfrentamiento violento. Es
aquí donde debemos de nuevo entender la naturaleza de los métodos de entrenamiento a nuestro
alcance y los objetivos que buscamos en la práctica, para no caer en expectativas irreales.
Forzosamente, será diferente el régimen de entrenamiento de un practicante preparando
competiciones de full-contact, de otro que busque un método de desarrollo personal y evolución
espiritual.
Un ejemplo de particular relevancia en nuestra era de cómo la ingeniería es capaz de sacar
rendimiento de un mundo imperfecto es el transistor. El transistor es uno de los grandes inventos
del siglo XX y hace posible que hoy dispongamos de ordenadores, teléfonos, televisores, y un largo
etcétera de utensilios tecnológicos a bajo coste. No obstante, en esencia el transistor es un
dispositivo enormemente complejo que sufre de comportamiento denominado “no lineal”. Es
decir, en general el transistor es un dispositivo que no responde proporcionalmente al estímulo de
entrada. Tal comportamiento da lugar a efectos indeseados tales como distorsión, o retardo de
fase. No obstante, mediante un profuso estudio de los materiales semiconductores, los ingenieros
eléctricos son capaces de establecer una región de trabajo cuasi-lineal dentro del comportamiento
del transistor. Es en esta región de trabajo donde operan los transistores que desarrollan tareas
útiles tales como amplificación de señal.
El cuerpo humano, como ente biológico, es eminentemente no lineal. Su comportamiento es
complejo y está sometido a múltiples condicionantes, químicos, térmicos, de presión, etc. En
particular, en la práctica del Taijiquan debemos entender qué significa estar en la “región de
trabajo”, por ejemplo, en relación al rango de movimiento de las articulaciones. Si forzamos la
postura al límite de nuestra flexibilidad, la suavidad y continuidad del movimiento se verán
afectadas por la distorsión de los sistemas no lineales de nuestra anatomía.
Es por tanto necesario aplicar un enfoque práctico y basado en el conocimiento y la experiencia
para sacar el máximo partido a “nuestros transistores”. Por una parte, el entrenamiento debe
estar enfocado a mejorar la materia prima, “los transistores”. Por otra parte, también debemos
incluir componentes que eduquen al sistema a utilizar más eficientemente esos transistores, es
decir, refinar la “región de trabajo”, lo cual en Taijiquan se traduce fundamentalmente en pulir la
calidad de movimiento mediante el entrenamiento altamente repetitivo, hasta domesticar el
cuerpo a nuestra intención. De nuevo, sería necesario establecer la proporción y secuencia de
ambos tipos de entrenamiento para obtener resultados satisfactorios.
Resultados viables y reproducibles
La ingeniería se caracteriza por obtener resultados fiables y reproducibles. Se elaboran unos
métodos que permiten alcanzar unos objetivos. No obstante, en cuanto a actividades físicas
humanas, no parece fácil llegar a un consenso sobre cómo obtener determinados beneficios de
forma sistemática. Por ejemplo, en este estudio9- se han cotejado diferentes técnicas de
estiramiento, para evaluar cual es la más efectiva. Incluso en un conjunto muy específico de
estiramientos en experimentos controlados, los resultados no son concluyentes, siendo algunos
métodos más eficaces que otros en ciertos individuos y para determinados músculos.
En el caso del Taijiquan, estamos hablando de una disciplina polifacética, de gran profundidad de
contenidos y diversas metodologías de acuerdo a distintos estilos, por lo que es aún más difícil
llegar a conclusiones fiables sobre qué entrenar, cuánto y para qué. Este estudio debe continuar, y
la aplicación de un enfoque ingenieril en ese estudio es clave para obtener conclusiones
verificables.
No obstante, debemos ser cautos a la hora de reinterpretar la práctica. El avance de la ciencia es
continuo y no es extraño encontrar que unas teorías contradicen a otras, o se vuelven obsoletas a
la luz de nuevos descubrimientos. Siempre debemos partir del conocimiento de los maestros de
antaño. Su legado no dependía de sofisticados utensilios de medida y aún así obtuvieron cimas del
arte que hoy en día son difíciles de igualar. En particular, las míticas gestas de los grandes
maestros de Taijiquan demuestran que el todo es más que la suma de las partes. El uso del cuerpo
de manera coordinada dirigido por una mente clara (yi,意) desafía a lo que parece posible. Es
quizás aquí donde la ciencia moderna debe beber del enfoque holístico presente en Taijiquan y
otras disciplinas y filosofías orientales. Aún es deficiente nuestro entendimiento del papel de la
mente sobre las actividades corporales, y no hay experimentos sistemáticos que describan el
efecto de usar una determinada intención a la hora de medir el efecto de ejercicios físicos.
Por ejemplo, hay estudios10- que revelan que ciertos individuos, al ejercitarse, no mejoran sus
marcadores de rendimiento con respecto a otros compañeros con el mismo régimen. En
particular, el VO2max, parámetro indicativo de la eficiencia de la absorción y uso del oxígeno por
nuestro sistema cardio-respiratorio, no mejora en un 10% de los individuos sometidos a esfuerzo.
Se ha argumentado que hay patrones genéticos que hacen que ciertos individuos no mejoren de
forma física a pesar del entrenamiento. Sin embargo, en estos estudios no se tiene en
consideración el aspecto intencional de la mente al realizar los ejercicios. ¿Sería posible hacer
mejorar a estos individuos a través del refinamiento de su intención? Recordemos que la intención
(yi, 意) es el aspecto principal que define las acciones en Taijiquan, hasta el punto de que sin él no
hay arte. En este sentido, el principio de “usar la mente (yi, 意) para dirigir la energía (qi, 氣)”
podría dar una nueva perspectiva a toda una serie de experimentación inconsistente en la
literatura científica.
Conclusión
En este artículo hemos propuesto un acercamiento diferente al estudio del Taijiquan. Para ello
partimos de las características que han hecho de la ingeniería una disciplina crucial para el
desarrollo de nuestra época. Es nuestro convencimiento que una aplicación sistemática y
ordenada del conocimiento científico actual, aunada con un enfoque integrador de cuerpo y
mente, nos llevarán a entender mejor las capacidades del Taijiquan, y más importante aún, a
acomodar su práctica con acierto a los diferentes objetivos de los practicantes.
Adrián Tineo Cabello es Doctor Ingeniero de Telecomunicación por la Universidad de Málaga. Es
practicante de Qigong y Taijiquan, sobre todo de los estilos YMAA del Dr. Yang Jwing-Ming y PTCC
de Dan Docherty. Asimismo ha recibido instrucción de otros estilos internos de mano de Mike
Martello y Sam F.S. Chin a través de Artemis Seminars en la ciudad de Nueva York.
NOTAS:
1) Taichichuan – State of the art in International Research - Editor Y. Hong, Medicine and sports
science. Vol 52, 2008.
2) Tai Chi exercise in improving cardiorespiratory capacity. - E.W. Thornton, Medicine & sport
science, 08
3) Ejercicio anaeróbico - http://es.wikipedia.org/wiki/Ejercicio_anaer%C3%B3bico
4) Muscle contraction - http://en.wikipedia.org/wiki/Muscle_contraction
5) Bigland, B., and O. C. J. Lippold. The relation between force, velocity and integrated electrical
activity in human muscles. J. Physiol. Lond. 123: 214-224, 1954.
6) Komi, P. V. Physiological and biomechanical correlates of muscle function: effects of muscle
structure and stretch-shortening cycle on force and speed. In: Exercise and Sport Sciences Reviews,
1984, vol. 12, p. 81-121.
7) Bob Cooley - The Genius of Flexibility: The Smart Way to Stretch and Strengthen Your
Body. Fireside, 2005.
8) Robert Chuckrow - Tai Chi Dynamics: Principles of Natural Movement, Health & Self-
Development. YMAA Publication Center, 2008
9) A. Robles, M. Vernetta, J. López, Entrenamiento de la flexibilidad con el método Mattes.
Definición, técnica y estudios experimentales. Lecturas, Educación Física y Deportes, Buenos Aires,
2008.
10) Gina Kolata - Why Some People Won’t Be Fit Despite Exercise, New York Times, 12 Feb 2002.
Tomado de : www.taichichuan.es