Insolvencia de Empresas vs Insolvencia de Personas Naturales

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La Regulación de la insolvencia de personas naturales ¿Es importante o no es necesaria? SUMARIO: INTRODUCCIÓN. 1. Definición de insolvencia. 2. El concepto de insolvencia en la doctrina 3.La quiebra 4.Inscripción de la quiebra de una persona natural 5. Efectos de la quiebra de una persona natural 6.¿Qué es un régimen de insolvencia y para qué sirve? 7. Cómo funcionaría un mundo sin reglas de insolvencia para personas naturales. 8. Conclusiones 1. INTRODUCCIÓN 1

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La Regulación de la insolvencia de personas naturales

¿Es importante o no es necesaria?

SUMARIO: INTRODUCCIÓN. 1. Definición de insolvencia. 2. El concepto de insolvencia en la doctrina 3.La quiebra 4.Inscripción de la quiebra de una persona natural 5. Efectos de la quiebra de una persona natural 6.¿Qué es un régimen de insolvencia y para qué sirve? 7. Cómo funcionaría un mundo sin reglas de insolvencia para personas naturales. 8. Conclusiones

1. INTRODUCCIÓN

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Desde finales del último siglo ha venido

quedando clara al menos como idea la

consigna de que la empresa y el desarrollo

económico deben ir acompañados por un

sistema político democrático. Afirmación

que tiene su lógica en el hecho real de que

el desarrollo empresarial es connatural a la

democracia, ya que ésta constituye el

sistema político más adecuado para la libre

iniciativa y la creatividad, y su carencia o

ausencia genera un debilitamiento del

Estado de Derecho, consecuentemente,

inseguridad jurídica, escenario que

desestabiliza a la empresa.

Entonces, la correcta toma de decisiones

necesariamente está circunscrita a

regulaciones y normatividad “reglas de

juego” estables y previsibles, protegidas por

el Estado. Esto es lo que da confianza al

empresario, promoviendo el constante

mejoramiento de las empresas, la creación

de más, y el movimiento y captación de

inversiones.

La democracia es condición necesaria para

el desarrollo autónomo de la empresa. Así

pues, los países con mayor desarrollo

empresarial son los más democráticos. Por

el contrario, países con gobiernos

autoritarios y, coyunturalmente, con

periodos de rápido crecimiento económico

tienden constante y palmariamente a

debatirse en profundas crisis, habiéndose

visto obligados a abandonar el dirigismo,

proteccionismo y excesivo control estatal,

para dar paso a la iniciativa privada y al

mercado libre.

Así como la tendencia al éxito en la economía

radica en la libre empresa, en el campo político

la democracia es la que hace eficiente este

sistema. Sin embargo la crisis financiera ha

generando recesión, devaluación e inflación; se

agrava la desocupación y la pobreza extrema,

pudiendo, eventualmente, desencadenar fuertes

conflictos sociales y políticos llevando a las

persona a tener que un serie de deudas y que

terminar por hacer fenecer todo tipo de

negocio que hayan administrado o hayan sido

parte.

Tener que regularla la insolvencia de una

persona natural aparentemente es necesario sin

embargo la ley crea ciertos blindajes para que

dichas personas oculten o se valgan de esas

prerrogativas que la ley les otorga, para poder

librarse de sus deudas y huir de sus

responsabilidad de pago.

1.-  DEFINICIÓN DE INSOLVENCIA   

 PULGAR EZQUERRA, Define a la

insolvencia como presupuesto objetivo del

concurso, constituye uno de los aspectos más

complejos y difíciles de abordar en la

disertación sobre la reforma concursal.  

El “elemento temporal” sobre el que la Ley no

regula de forma suficiente, pero que es

inherente al concepto, determina la búsqueda

de un difícil equilibrio entre los intereses que

presuntamente pretende defender el concurso y

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las responsabilidades en juego. Estas

últimas son los verdaderos motores del

procedimiento. 

 Nos recuerda la citada autora, que la

cuestión no debe abordarse desde

planteamientos teóricos y apriorísticos, sino

desde la consideración de los principios de

política jurídica inspiradores de los

institutos concúrsales, esencialmente

vinculados y determinados por el contexto

socioeconómico y político correspondiente.

2.- EL CONCEPTO DE INSOLVENCIA

EN LA DOCTRINA

El Magistrado RICARDO CONDE

DÍEZ, aporta una reseña sobre el concepto

de Insolvencia en la doctrina, desde un

punto de vista esencialmente práctico.  

Es interesante comprobar que, a pesar de la

trascendencia práctica que del concepto de

Insolvencia se deriva, la doctrina acepta la

consideración del mismo como “concepto

jurídico indeterminado”, cuya difícil

determinación, quedará en el difuso marco

de las resoluciones judiciales de los

Juzgados de lo Mercantil.  

Se puede pensar en la Insolvencia como un

mero estado o situación de hecho. Pero

cuando hablamos de Insolvencia en un

análisis jurídico, debemos centrarnos en el

concepto, en sus elementos constitutivos.

Con la finalidad de detectar, en la realidad,

los hechos que nos permiten aplicar el

concepto.  

El autor refiere que se ha entendido por

Insolvencia no el puro incumplimiento ni la

falta transitoria de medios de pago, sino la

impotencia o incapacidad del patrimonio del

deudor para cubrir sus deudas, un estado

objetivo del patrimonio que se manifiesta o

exterioriza a través de signos o síntomas.

También se ha distinguido entre diferentes

clases de insolvencia según la perspectiva de

su estudio: CARRERAS LLASANA señala

que si bien algunos autores hablan de

“insolvencia jurídica”, conformada por el mero

hecho de la cesación de pagos, considera mas

relevante distinguir entre insolvencia contable,

que sería la constatable en la contabilidad del

adeudado, y la insolvencia económica,

determinada después de verificar los activos

reales del deudor tras la correspondiente

detracción del pasivo contraído.  

Advierte que en la contabilidad de un

comerciante puede  aparecer una situación de

desbalance que no equivalga, en cambio, a una

situación de insolvencia desde el punto de vista

económico: las exigencias del plan contable

obligan a valorar los activos de un

comerciante, especialmente tratándose de

sociedades anónimas con criterios de

prudencia pero que no reflejan el valor en

venta de los elementos del activo, y permiten

en cambio contabilizar en el activo partidas

que desde el punto de vista de la realización

tienen valor nulo. De modo que puede ocurrir

que el deudor tenga un patrimonio que,

atendiendo a los valores de mercado, cubra

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suficientemente el pasivo, aunque

contablemente entrañe un desbalance. Y

también es posible la situación contraria.   

PRATS MARQUINA habla también de

“insolvencia negocial” entendiendo por ella

la incapacidad de generar recursos,

diferenciándola de la “insolvencia

patrimonial”, ya transitoria (activo superior

al pasivo a una fecha determinada), ya

definitiva (activo inferior al pasivo

exigible); así mientras que la insolvencia

negocial se definiría a partir de la Cuenta de

Pérdidas y Ganancias, la insolvencia

patrimonial quedaría reflejada siempre en el

Balance.  

3.- LA QUIEBRA

Una persona quebrada es aquella que

teniendo deudas pendientes de pago, no

tiene patrimonio con qué satisfacerlas. Sin

embargo, para que la quiebra surta efectos

jurídicos, es necesaria que sea declarada

judicialmente.

El juez competente para declarar la quiebra

de una persona, es el juez civil, el cual lo

hace siempre a pedido del liquidador tras la

conclusión del procedimiento concursal de

liquidación.

A través de la quiebra, el juez declara

legalmente extinguido el patrimonio del

deudor así como la incobrabilidad de los

créditos pendientes de pago.

4.- INSCRIPCIÓN DE LA QUIEBRA DE

UNA PERSONA NATURAL

La declaración de quiebra de una persona

natural se inscribe en el Registro Personal de la

Oficina Registral del domicilio del quebrado.

Para que proceda la inscripción de la quiebra,

será necesario que el juez civil remita a los

Registros Públicos los partes judiciales

conteniendo el auto por el cual se declara la

extinción del patrimonio del deudor así como

el auto por el cual se declara consentida o

ejecutoriada la quiebra.

Cabe indicar que el registrador, al momento de

evaluar el parte judicial que contiene el auto de

quiebra, solo se limitará a calificar las

formalidades extrínsecas de la resolución, la

competencia de la autoridad judicial

correspondiente y la naturaleza inscribible del

respectivo acto y derecho. Tal calificación, se

deberá realizar teniendo en cuenta los

antecedentes y los principios registrales.

No obstante, si el registrador advierte que la

declaración de insolvencia del quebrado no se

ha registrado, deberá exigir que previamente se

efectúe dicha inscripción, ya que para registrar

la declaratoria de quiebra de una persona es

necesario que se inscriba previamente su

declaratoria de insolvencia.

De igual modo, el registrador podrá solicitar al

juez que emita las aclaraciones o

informaciones complementarias que sean

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necesarias para la inscripción de la

declaratoria de quiebra.

5.- EFECTOS DE LA QUIEBRA DE

UNA PERSONA NATURAL

Indudablemente la principal consecuencia

que afronta una persona natural declarada

en quiebra es la de dejar de existir

económicamente para el sistema financiero,

pues ya no será sujeto de crédito. Aunque

creemos que desde el momento en que la

persona natural incurrió en cesación de

pagos, es más que seguro que ya haya sido

registrada en alguna central de riesgo, por

consiguiente estimamos que es, desde ese

momento que el quebrado habrá dejado de

existir para el sistema financiero.

Además de las consecuencias económicas,

existen otras señaladas en el artículo 100 de

la Ley del Sistema Concursal (Ley Nº

27809), las mismas que impedirán al

quebrado realizar las siguientes actividades

mientras dure el estado de quiebra:

a) Constituir sociedades o personas

jurídicas, en general, o de formar

parte de las ya constituidas.

b) Ejercer cargos de director, gerente,

apoderado o representante de

sociedades o personas jurídicas, en

general.

c) Ser tutor o curador, o representante

legal de personas naturales.

d) Ser administrador o liquidador de

deudores en los procedimientos

regulados en la ley.

Como se puede apreciar, tales efectos impiden

al quebrado ejercer su derecho de asociación

así como de la libertad de empresa, pues al no

poder constituir ni ser socio de una sociedad,

se le está limitando tales derechos.

Asimismo, al prohibir al quebrado ser

miembro de un órgano de administración de

alguna persona jurídica, así como no permitirle

que pueda ejercer la representación de

cualquier persona, ya sea natural o jurídica, se

le está limitando su derecho de representación.

Tales consecuencias resultan lógicas, pues no

se puede permitir que una persona que no ha

sabido administrar su propia economía,

pretenda hacerse cargo de la administración,

dirección y representación de otra persona.

Por otra parte, la norma concursal dispone

taxativamente que el quebrado no deviene en

incapaz por razón de la quiebra. En tal sentido,

queda claro que el quebrado puede ejercer sus

derechos civiles sin más limitaciones que las

señaladas anteriormente.

Empero, dicha disposición no impide que el

quebrado pueda ser declarado incapaz, ya que

puede darse el caso que cualquier persona al

amparo del artículo 44 del Código Civil con

legítimo interés pretenda declararlo interdicto

por mal gestor, es decir, por no haber sido

capaz de administrar su patrimonio, lo cual

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puede ser probado fácilmente a través del

título que dio mérito al asiento de

inscripción de la declaratoria de quiebra,

esto es, los partes judiciales que contiene el

auto consentido o ejecutoriado de la

declaratoria de quiebra.

Cabe señalar que la Ley General del

Sistema Concursal hace extensible las

consecuencias de la quiebra al presidente

del directorio de la empresa concursada así

como al titular de ésta, lo cual no quiere

decir que tales personas devengan en

quebrados, sino que únicamente se les

restringirán sus derechos de asociación,

libertad de empresa y de representación,

debiendo a su vez inscribirse tales

limitaciones en el Registro Personal.

6.- ¿QUÉ ES UN RÉGIMEN DE

INSOLVENCIA Y PARA QUÉ SIRVE?

Cuando un deudor se ve en la imposibilidad

de pagar sus deudas y cumplir sus

obligaciones cuando vencen los plazos, la

mayoría de los ordenamientos jurídicos

prevén mecanismos legales para satisfacer

colectivamente las reclamaciones

pendientes afectando a su pago todos los

bienes del deudor.

Son muchos y muy diversos los intereses

que tienen que atender esos mecanismos; en

primer lugar, los de las partes afectadas por

el procedimiento, entre ellas el deudor, los

propietarios y los administradores de la

empresa de éste, los acreedores que estén

respaldados por garantías de diverso grado

(incluidas las administraciones tributarias y

otros acreedores públicos), los empleados, los

garantes de la deuda y los proveedores de

bienes y servicios, así como las instituciones

jurídicas, comerciales y sociales que tienen

interés en la implementación del régimen de

la insolvencia.

En general, estos mecanismos no sólo deben

compaginar los distintos intereses de las partes

directamente interesadas, sino también

conjugar esos intereses con las consideraciones

sociales, políticas y formativas pertinentes que

repercuten en los objetivos económicos y

jurídicos del procedimiento de insolvencia

7.- COMO FUNCIONARÍA UN MUNDO

SIN REGLAS DE INSOLVENCIA PARA

PERSONAS NATURALES.

Un mundo en el cual no existen reglas de

insolvencia para personas naturales e

identifiquemos las patologías que se

presentarían, si es que hay algunas.

Asumamos que una persona natural sin

negocio se endeuda en el período uno y se

compromete a pagar tal deuda en el período

dos. Las posibilidades de pago en el período

dos de las obligaciones asumidas se

encontrarán sujetas a los ingresos que el

deudor de nuestro ejemplo reciba en el período

dos.

Los ingresos de la persona natural en el

período dos son inciertos. Por un lado, existe la

posibilidad de que sus ingresos sean mayores a

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lo que debe en el período dos, caso en el

cual el deudor pagará sus obligaciones y

tendrá un remanente de ingresos disponible.

Sin embargo, también existe la posibilidad

de que sus ingresos en el período dos sean

iguales o menores que el monto de las

obligaciones asumidas y, con ello, el

deudor se enfrente a una situación de

insolvencia que no le permita asumir el

pago de sus obligaciones.

Asumamos, además, que el deudor de

nuestro ejemplo cuenta con bienes de un

determinado valor. Asimismo, asumamos,

que el deudor tiene la posibilidad de, a

través de su esfuerzo, afectar las

probabilidades de tener mayores o menores

ingresos en el período doa. Dependiendo de

su mayor o menor esfuerzo, el deudor

tendrá mayores o menores probabilidades

de tener ingresos suficientes en el período

dos, como para asumir el pago de sus

obligaciones.

En caso de que no existieran leyes

regulando la insolvencia de personas

naturales, los escenarios posibles serán los

siguientes.

Si el consumidor tiene ingresos mayores

que sus obligaciones en el período dos,

tendrá un patrimonio positivo en el período

dos que le permitirá pagar sus obligaciones

sin problemas. Si el consumidor tiene

ingresos que sumados al valor de sus bienes

resultan menores que sus obligaciones, no

estará en posibilidad de pagar tales deudas y,

como no puede declararse en insolvencia al no

haber regulación al respecto, tendrá que pagar

sus obligaciones poniendo a disposición de sus

acreedores el valor de sus bienes y el valor de

sus ingresos futuros.

Ante la falta de reglas de insolvencia para

personas naturales, ocurrida la insolvencia del

deudor, sus acreedores iniciarán procesos

individuales de ejecución de los bienes e

ingresos de su deudor. Seguramente se

dirigirán contra todos sus bienes, así como

contra sus ingresos presentes y futuros. El

resultado de estos procesos de ejecución será

que los bienes del deudor serán necesariamente

liquidados. El deudor persona natural que

devino en insolvencia perderá todos sus bienes

y verá sus ingresos presentes y futuros afectos

al pago de sus obligaciones.

La única respuesta del sistema será la

liquidación de activos. A este respecto, debe

observarse que en el caso de personas naturales

a diferencia del caso de empresas- no hay la

opción de reorganización como una alternativa

a la liquidación que pueda brindar mayor valor

a los acreedores. Por lo anterior, la acción

individual y no coordinada de los acreedores

no ocasiona un problema desde el punto de

vista de eficiencia.

Una persona natural sin negocio no puede

reestructurarse, pues no hay negocio que

reestructurar. En ese sentido, la acción

individual y no coordinada de los acreedores

no constituye un problema, pues los acreedores

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siempre obtendrán el mismo valor por los

bienes del deudor (ya sea que coordinen o

no). La única observación que podría

hacerse a la acción individual de los

acreedores (en lugar de una acción

coordinada), sería con relación a cómo se

distribuye valor entre los acreedores. Lo

único que una regulación al respecto podría

aportar sería una distribución de valor más

equitativa.

El efecto de la falta de regulación en el

comportamiento de quienes prestan dinero

tampoco sería un problema. Por el

contrario, quienes presten dinero sabrán que

en caso de insolvencia de su deudor podrán

dirigirse frente a todos sus bienes e ingresos

presentes y futuros. Bastará un análisis

completo de las propiedades del deudor así

como de sus fuentes de ingresos, para

establecer la tasa de interés que mejor

protege a los acreedores frente al riesgo de

incumplimiento. Las tasas de interés serán

fijadas en función de la solvencia que

demuestre cada deudor.

A mayor solvencia (por mayor valor de los

bienes e ingresos) menor será la tasa de

interés. En consecuencia, los acreedores

estarán mejor protegidos frente al riesgo de

insolvencia, sin reglas de insolvencia; pues

el deudor no podrá escudarse en un

procedimiento de ese tipo para imponer

mayores costos de ejecución a sus

acreedores, postergar el pago de sus

obligaciones y exceptuar ciertos bienes e

ingresos de su alcance. Ello redundará en

menores tasas de interés.

Otro efecto importante de la falta de reglas de

insolvencia para personas naturales, será el

efecto que tal falta de regulación tendrá en el

comportamiento de los deudores. Como los

deudores sabrán que en la eventualidad de

insolvencia, todos sus bienes e ingresos

presentes y futuros podrán ser ejecutados por

sus acreedores, los deudores que decidan

endeudarse y asumir el riesgo de perderlo todo,

tenderán a trabajar esforzadamente para evitar

incurrir en una situación de insolvencia. En ese

sentido, la falta de regulación aportará

eficiencia.

Sin perjuicio de lo anterior, debe observarse

que los beneficios de la falta de regulación

comentados líneas arriba vendrán a un costo.

Por un lado, la falta de regulación ocasionará

que las personas naturales que devengan en

insolvencia lo pierdan todo. Tales personas

perderán sus bienes y verán sus ingresos

afectos al pago de sus obligaciones. Ello

ocasionará que tales personas se conviertan en

una carga para el Estado y la sociedad, quienes

tendrán que terminar asumiendo el mayor

costo de su manutención.

Adicionalmente, tales personas tendrán

menores incentivos para trabajar

esforzadamente, pues gran parte de sus salarios

se encontrará afectada al pago de sus

acreedores. Ello ocasionará pérdidas

adicionales en términos de menor eficiencia en

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las empresas. Lo anterior, a su vez,

ocasionará pérdidas para el Estado y la

sociedad, pues a menor eficiencia de las

empresas, menores utilidades que el fisco

puede gravar a través de la imposición de

impuestos.

Finalmente, a falta de reglas de insolvencia

para personas naturales, las personas

naturales afectadas por ella, terminarán

convirtiéndose en "esclavos" de sus

acreedores por tiempo indefinido, teniendo

en cuenta que buena parte de sus ingresos

deberán ser destinados al pago de sus

obligaciones.

8. CONCLUSIONES

1. Persona Natural es una persona

humana que ejerce derechos y

cumple obligaciones a título

personal y al constituir una

empresa, la persona asume a título

personal todos los derechos y

obligaciones de la empresa.

2. Las personas naturales no deberían

tener una norma concursal propia

ya que, toda vez que el Sistema

Concursal está orientado a la toma

de decisiones de carácter

empresarial o corporativo, por lo

que no contempla el tratamiento de

la crisis de las personas naturales

que no realizan actividad

empresarial.

3. La falta de regulación tiene una serie

de ventajas o beneficios. Pero también

tiene desventajas o costos. Si los

beneficios exceden los costos en una

pregunta que no nos encontramos en

aptitud de responder aún, por la falta

de investigación estadística en este

tema.

4. La justificación que si las reglas de

insolvencia para personas naturales es

necesarias e importante, aun no se

puede determinar puesto que, el gran

reto será determinar si los beneficios

de la falta de regulación superan los

beneficios que pueden aportar la

regulación.

5. La legislación peruana es muy flexible

y complaciente con la persona natural

que se declara en quiebra lo exime de

sus obligaciones y lo deja libre,

entiendo así, que su regulación legal

no es importante para sus acreedores,

ya que no les asegura ninguna

esperanza de cobrar sus créditos y,

mejor protege a al persona natural de

su morosidad.

9.- BIBLIOGRAFIA

Tratado de Derecho Concursal. Doctrina-

Legislación- Jurisprudencia. Volumen I,

Grijley Editora Jurídica Grijley E.I.R.L.;

Primera Edición, enero 2003.

9

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Derecho Concursal. Estudios Previos

posteriores a la nueva Ley Concursal.

Análisis Económicos del Derecho.

Huáscar Ezcurra Rivero- Profesor de la

Pontificia Universidad Católica del

Perú, de la Universidad Peruana de

Ciencias aplicables y la Universidad de

Piura, Palestra Editores- Lima 2002,

Primera Edición, Noviembre de 2002.

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