Interpretacion Articulo 443 CPC Sala de Casacion Civil TSJ
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SALA DE CASACIÓN CIVIL
Magistrado Ponente: CARLOS OBERTO VÉLEZ
En el juicio de ejecución de hipoteca seguido ante el Juzgado
Segundo de Primera Instancia en lo Civil y Mercantil de la Circunscripción
Judicial del estado Trujillo, por el ciudadano JOSE MIGUEL GUDIÑO
BASTIDAS , representado judicialmente por los abogados en el ejercicio de
su profesión Alfonso Barroeta Quintero y Gerardo José Alberto Vasallo
Pirela, contra el ciudadano EUSEBIO JACINTO CHAPARRO
GUTIERREZ , patrocinado por los profesionales del derecho Pablo Alfredo
Baptista Arriaga y Marcos Gustavo Ojeda Velazco; el Juzgado Superior
Séptimo en lo Civil, Mercantil , del Tránsito, del Trabajo y de Menores de la
misma Circunscripción Judicial, conociendo en competencia funcional
jerárquica vertical, dictó sentencia en fecha 17 de abril de 2000, mediante
la cual declaró con lugar el recurso subjetivo procesal de apelación,
ejercido por el demandado contra la sentencia interlocutoria dictada por el
Juzgado del conocimiento de la causa, que declaró desconocido el
instrumento privado producido por el intimado e improcedente la oposición
a la intimación al pago. En consecuencia, revocó el fallo apelado y condenó
al demandante al pago de las costas procesales.
Contra el precitado fallo, el accionante anunció recurso de
casación, el cual fue admitido y formalizado. Hubo impugnación. No
hubo réplica.
Concluida la sustanciación del recurso de casación, la Sala
pasa a dictar su máxima decisión procesal, bajo la ponencia del
Magistrado que con tal carácter suscribe el presente fallo y lo hace
previa las siguientes consideraciones:
RECURSO POR DEFECTO DE ACTIVIDAD
I
Al amparo del ordinal 1° del artículo 313 del Código de
Procedimiento Civil, se denuncia la infracción del artículo 243,
ordinal 2° del mismo Código, por cuanto la recurrida no cumplió el
requisito de la indicación de las partes y de sus apoderados, que
debe contener toda sentencia.
Para fundamentar, el formalizante, la precitada violación,
consigna la siguiente alegación:
“...el Sentenciador (sic) de Alzada no indicó conforme a la referida norma (refiérese al art. 243, ord. 2 del c.p.c.), LAS PARTES (sic) en el presente juicio Y SUS APODERADOS (sic) en tal sentido tenemos:
Al estudiar la recurrida, observamos que el Sentenciador (sic) Ad- (sic) quem, se limitó a hacer un recurrido (sic) de ciertas actuaciones verificadas en el proceso, lo cual hace de manera abstracta e incoherente, inobservando la obligación que le impone el artículo 243 del Código de Procedimiento Civil (sic) de identificar claramente cuales son las partes que intervinieron en el proceso, así como la identificación de sus apoderados, constituyendo ello un vicio de forma que afecta de nulidad absoluta la sentencia recurrida, toda vez que no se identificó a las partes intervinientes así como a sus apoderados...”. (Paréntesis de la Sala).
Ante tal consideración, la Sala se permite traer a colación, el
siguiente párrafo de la recurrida:
“.. .En libelo de fecha 17 de marzo de 1997, el ciudadano ALFONSO BARROETA QUINTERO, Abogado (sic) en ejercicio , domiciliado en la ciudad de Boconó Estado Trujillo, titular de la cédula de identidad N° 4.303.533 e inscrito en el I.P.S.A. bajo el N°
44.471, actuando en su carácter de Apoderado Judicial del ciudadano JOSE MIGUEL GUDIÑO BASTIDAS , venezolano, mayor de edad, soltero, agricultor, domiciliado en Boconó Estado (sic) Trujillo, cedulado bajo el N° 5.632.394, por ante el Juzgado Segundo de Primera Instancia en lo Civil y Mercantil de esta Circunscripción Judicial, demandó al ciudadano EUSEBIO JACINTO CHAPARRO , quien es venezolano, mayor de edad, titular de la cédula de identidad N° 7.188.005, debidamente asistido por el Abogado (sic) en ejercicio ROSALINO DE J. PERDOMO S. , e inscrito en el I.P.S.A. bajo el N° 55.077, cedulado bajo el N° 7.188.655 ambos aquí de tránsito domiciliados en Maracay Estado (sic) Aragua, por EJECUCIÓN DE HIPOTECA...”. (Negritas de la Sala).
Para decidir, la Sala observa :
El denunciado ordinal 2° del artículo 243 del Código de
Procedimiento Civil, establece como uno de los requisitos que la sentencia
debe contener, el señalamiento de las partes y sus apoderados. Al respecto,
exige el citado ordinal:“(.. .)Toda sentencia debe contener:2°. La indicación de las partes y de su apoderado”.
En relación con dicho requisito, la Sala, en decisión de 8 de junio
de 2000, caso Confecciones Paramount, C.A., contra Inversiones Pitmac,
C.A., expediente N° 99-242, sentencia N° 187, fijó criterio interpretativo y
dejó establecido:
“.. .En cuanto a la falta de mención de los apoderados judiciales, esta Sala en sentencia de fecha 15 de julio de 1998, en la cual se ratificó el fallo de 15 de diciembre de 1994, expresó la correcta interpretación del ordinal 2° del artículo 243 del Código de Procedimiento Civil, expresando que:
‘.. .en relación con la mención de los apoderados, ha de concluirse que será nulo el fallo conforme a la disposición del art. (sic) 244 del mismo Código, cuando existe omisión de los requisitos intrínsecos de la forma de la sentencia, esto es, cuando falten “aquellas
determinaciones subjetivas y objetivas que configuran la pretensión, entre las cuales figuran las partes, pero no los apoderados de éstas porque el límite, subjetivo de la cosa juzgada lo determinan las partes”.(Rengel-Romberg, Arístides; ob. cit . , pág. 211)’
Por tanto, la Sala no considera como un vicio de la sentencia la falta de mención de los apoderados”.
En aplicación de la doctrina precedentemente expuesta y, vista la
transcripción parcial ut supra del texto de la recurrida, claramente se
desprende que el ad-quem , si cumplió con el requisito establecido en el
ordinal 2° del artículo 243 del Código de Procedimiento Civil, pues
identificó tanto a las partes como a sus apoderados.
Con fuerza a las anteriores consideraciones, la Sala
concluye, que en el presente caso la recurrida cumplió con dicho
requisito y por tanto no hubo infracción del artículo 243, ordinal 2°
de la Ley Adjetiva Civil; razón por la cual, la denuncia se desecha
por ser improcedente. Asi se establece.
II
Al amparo del ordinal 1° del artículo 313 del Código de
Procedimiento Civil, se denuncia la infracción de los artículos 243,
ordinal 4° y 509, todos del mismo Código, por cuanto la recurrida
contiene el vicio de inmotivación, por silencio de prueba, al no
valorar el informe grafotécnico presentado por los peritos.
Al respecto, el recurrente fundamenta la denuncia de la
siguiente manera:
“...el Juez de alzada al no valorar, analizar y juzgar las pruebas presentadas en este juicio como es el caso concreto del Informe (sic) Grafotécnico (sic) presentado por los peritos designados por el tribunal,
que rielan en los folios 98 al 104 del expediente y resumidos en el punto N° 7 en el Capítulo (sic) de Los (sic) Hechos (sic) del presente escrito, el cual damos por reproducido; así como el silencio guardado por el Juzgador al no declarar extemporánea la insistencia en la validez del instrumento, léase recibo forjado por el demandado, ya que cuando lo hizo estaba fuera del lapso, y lo correcto y ajustado a derecho era declararlo DESCONOCIDO Y DESECHADO.
Cuando el Juez debe examinar todo lo alegado en autos y únicamente pronunciarse sólo sobre lo alegado (sic) estamos en presencia del principio de la exhaustividad, pero la recurrida haciendo caso omiso al artículo 509 del Código de Procedimiento Civil, y deja de examinar las pruebas y lo alegado en autos, incurre en el VICIO DE INMOTIVACION POR SILENCIO DE PRUEBA...”. (Mayúsculas del formalizante).
Para decidir, la Sala observa :
El alegado vicio de silencio de pruebas se produce cuando
el sentenciador ignora completamente el medio probatorio, pues ni
siquiera lo menciona, o cuando refiere su existencia, pero no expresa
su mérito probatorio. Este vicio puede ser denunciado por cualquiera
de las partes, por cuanto una vez que la prueba es incorporada al
expediente, escapa de la esfera dispositiva y pertenece al proceso, lo
que autoriza al juez para valorarla con independencia de quien la
promovió, con fundamento en el principio de adquisición procesal.
Sobre esta materia la Sala, en decisión de fecha 5 de abril del año que
discurre, sentencia Nº 62, expediente Nº 99-889, en el caso de Eudocia
Rojas contra Pacca Cumanacoa, con ponencia del Magistrado que con tal
carácter suscribe ésta, ratificando el nuevo criterio expresado en sentencia
del 21 de junio de 2000, caso Farvenca Acarigua C.A. contra Farmacia
Claely C.A., expediente Nº 99-597, sentencia Nº 204, puntualizó en manera
detallada la evolución jurisprudencial y doctrinaría sobre el llamado vicio
de silencio de prueba, establecido entre otras cosas que el mismo constituye
un error de juzgamiento que debe ser denunciado con apoyo y fundamento
en la normativa que regula la infracción de Ley.
Al respecto, el artículo 509 del Código de Procedimiento Civil, dice asi:“.. .Los Jueces deben analizar y juzgar todas cuantas pruebas se hayan producido, aun aquellas que a su juicio no fueren idóneas para ofrecer algún elemento de convicción, expresándose siempre cuál sea el criterio del Juez respecto de ellas.”
Y el 12 del mismo Código, expresa:“.. .Los Jueces tendrán por norte de sus actos la verdad, que procurarán conocer en los límites de su oficio. En sus decisiones el Juez debe atenerse a las normas del derecho, a menos que la Ley lo faculte para decidir con arreglo a la equidad. Debe atenerse a lo alegado y probado en autos, sin poder sacar elementos de convicción fuera de éstos, ni suplir excepciones o argumentos de hecho no alegados ni probados. El Juez puede fundar su decisión en los conocimientos de hecho que se encuentren comprendidos en la experiencia común o máximas de experiencia. En la interpretación de contratos o actos que presenten oscuridad, ambigüedad o deficiencia, los Jueces se atendrán al propósito y a la intención de las partes o de los otorgantes, teniendo en mira las exigencias de la ley, de la verdad y de la buena fe.”
Ahora bien, como ya se indicó, por sentencia de fecha 21-6-
2000, la Sala abandonó el criterio que había venido sosteniendo en
cuanto a la denuncia del vicio de silencio de prueba y, cambió su
criterio de que el mencionado vicio, no constituye un defecto de
actividad, sino una infracción de Ley, que debe ser denunciada con
fundamento en el ordinal 2º del artículo 313 del Código de
Procedimiento Civil. En su parte pertinente, el indicado fallo dice
asi:“...Consecuencia de lo anterior, es que desaparece el silencio de prueba como especie de la falta de motivación. Por tanto, la
Sala abandona el criterio sostenido en fecha 28 de abril de 1993, caso: Inversiones Sinamaica contra Parcelamiento Chacao y, aclara que, para evitar perjuicios a aquellos que adecuaron su conducta a la doctrina que hoy se abandona o aquellos cuyos lapsos de formalización están por concluir, el criterio aquí establecido se aplicará a todos los recursos que se admitan a partir del día siguiente, inclusive, a la publicación de este fallo. Por consiguiente, en lo sucesivo se establecerá como exigencia para la elaboración de la denuncia del vicio por silencio de pruebas, que se fundamente en un recurso por infracción de ley, es decir, en el artículo 313, ordinal 2º, del Código de Procedimiento Civil. Así se decide....”
Posteriormente, la Sala en sentencia de fecha 27-4-01, Exp. Nº.
00-382, Sentencia Nº. 102 en el caso de Banco Sofitasa, C.A. contra
Richard Antonio Moreno Romero con ponencia del Magistrado que
con tal carácter suscribe ésta, ratificó el criterio antes expuesto
expresando que: “.. .Las precedentes consideraciones permiten concluir que el artículo 509 del Código de Procedimiento Civil, constituye una obligación para el jurisdicente necesaria para establecer su criterio valorativo de las pruebas incorporadas en el expediente con relación a los hechos. Esta es una de las modalidades previstas en el artículo 320 del Código de Procedimiento Civil, que permite a la Sala examinar las actas procesales y extenderse al establecimiento y apreciación de los hechos y de las pruebas. En consecuencia, la falta de valoración de algún medio probatorio comporta la infracción de aplicación del artículo 509 del Código de Procedimiento Civil, el cual contiene la obligación reseñada anteriormente, constituyendo su conducta uno de los motivos de excepción previstos en el artículo 320 eiusdem, estableciéndose una de las modalidades del error de juzgamiento contempladas en el ordinal 2º del artículo 313 del mismo Código. Con este pronunciamiento la Sala no p r e t e n d e u n a t é c n i c a r i g u r o s a c u y o incumplimiento determine la desestimación de la denuncia. Por el contrario, el propósito es ampliar
las razones que soportan el cambio de doctrina respecto del vicio de silencio de prueba, y las que han permitido, al Ponente de este fallo compartir la responsabilidad de la publicación del fallo que la contiene, y explicar de este manera con mayor detenimiento cómo el referido vicio constituye unainfracción de ley . . . .”
No obstante al criterio cambiante, esta Sala observa, que el
recurso en estudio fue admitido en fecha 3 de agosto de 2000,
momento para el cual ya imperaba la nueva doctrina, razón por la
cual, por imperio de la misma, dicho recurso se atenderá de
conformidad con los efectos del criterio establecido.
Hechas l a s p r eceden t e s cons ide rac iones , l a Sa l a p rocede a
examina r l a denunc i a en cues t i ón .
De un de t en ido e s tud io , r e a l i z ado sob re l a s a c t a s a c r ed i t ada s
a l exped i en t e , en e spec i a l de l e s c r i t o a t r avé s de l cua l e l f o rma l i z an t e
cons ignó l a denunc i a que hoy ocupa l a a t enc ión de e s t a Ju r i sd i cc ión ,
l a Sa l a , ha cons ide rado opo r tuno y nece sa r i o s eña l a r e l c amb io
doc t r i na r i o r e l a c ionado con l a t é cn i ca c a sac ion i s t a pa r a denunc i a r e l
v i c i o de l s i l enc io de p rueba , e s t ab l ec i endo l a nueva doc t r i na a l
r e spec to , con amp l i a pedagog í a en l o s a rgumen tos de l a m i sma ,
encaminados a conso l i da r l a ve rdade ra max imizac ión y
concep tua l i z ac ión de l a c i enc i a de l de r echo , como f i n pe r f ecc ion i s t a
de l a r e e s t ruc tu r ac ión de l S i s t ema Jud i c i a l .
Ahora bien, como ya se reseñó, el criterio comentado con relación
al silencio de prueba, fue abandonado mediante decisión de fecha 21 de
junio de 2000, estableciéndose a partir de esa data, que para que la Sala
conozca una denuncia de esta naturaleza, la misma deberá ser fundamentada
como infracción de ley, en el ordinal 2º del artículo 313 del Código de
Procedimiento Civil. En este orden de ideas, es menester reafirmar que la
nueva doctrina, supra reseñada, debe ser aplicada al sub iudice, en virtud de
que la admisión del recurso de casación bajo análisis, lo fue el 3 de agosto
de 2000, fecha evidentemente posterior a la sentencia que contiene el
cambio de jurisprudencia acotado.
En consecuencia, dado que el formalizante fundamentó la
denuncia como si fuese un defecto de actividad, en lugar de
desarrollarla como infracción de ley, contraviniendo el criterio
imperante en la Sala plasmado en el citado fallo del 21 de junio de
2000, se desestima la denuncia de infracción de los artículos 243
ordinal 4º, 12 y 509 del Código de Procedimiento Civil, por no estar
apegada a la doctrina señalada. Asi se resuelve.
RECURSO POR INFRACCIÓN DE LEY
ÚNICO
Al a m pa ro de l o rd i na l 2 ° de l a r t í c u l o 313 de l C ód i go
de P roc e d i m i e n t o C i v i l , s e de nunc i a que l a r e c u r r i da i n f r i ng i ó
e l a r t í c u l o 443 , e n su c on t e n i do y a l c a nc e , po r e r róne a
i n t e rp r e t a c i ón ; l o c ua l f ue , s e gún e l f o rm a l i z a n t e ,
de t e rm i na n t e e n e l d i spos i t i vo de l f a l l o .
A tales fines, se fundamenta la denuncia en los siguientes
términos:
“...Como puede observarse, la recurrida incurre en error al interpretar el contenido y alcance de la norma contenida en el artículo 443 del Código de Procedimiento Civil, lo cual se materializa al disponer que “como el instrumento opuesto por la demandada, no fue presentado al reconocimiento, debió tacharse al
quinto día después de producido en juicio”; como se observa, la recurrida dispuso erróneamente que debimos formular la tacha del instrumento privado que engañosamente se le opuso a mí representado, en el quinto día después de producido éste en el juicio, es decir, la tacha debió proponerse o efectuarse según su criterio en fecha 25/5/97, toda vez que el instrumento opuesto, se había producido en fecha 20-5-97.
En tal sentido cabe precisar que, ciertamente el artículo 443 del Código de Procedimiento Civil dispone que “la tacha deberá efectuarse ...(Omissis)...en el quinto día después de producidos en juicio”; no siendo menos cierto, que el Principio Procesal de Favorabilia Amplianda , permite interponer la misma en la oportunidad consagrada en el artículo 444 ejusdem, es decir “...dentro de los cinco días siguientes a aquel en que ha sido producido...” ; ya que tal y como lo dispuso la extinta Corte Suprema de Justicia, “Las normas jurídicas que regulan el derecho de defensa deben ser interpretadas, no en forma restrictiva, sino en forma extensiva, a fin de que no se corra el riesgo de menoscabarlo o vulnerarlo, para acatar así el mandato constitucional que ordena mantener la inviolabilidad de la defensa en todo estado y grado del proceso. (C.S.J. Sent. 20/4/1971, GF 72 2E, p.225)”. (Negritas y cursivas del formalizante).
Por su parte, la recurrida consignó el siguiente pronunciamiento:
“.. .El Artículo (sic) 443 del Código de Procedimiento Civil (sic) establece: “Los instrumentos privados pueden tacharse por los motivos especificados en el Código Civil. La tacha deberá efectuarse en el acto de reconocimiento o en la contestación de la demanda, o en el quinto día despues (sic) de producidos en juicio, si antes no se los hubiere presentado para el reconocimiento.. .”; en el caso de autos, como el instrumento no fue presentado al reconocimiento, debió tacharse el 5° día despues (sic) de producido en juicio.
El recibo fue producido en juicio el 20-05-97 y la tacha fue formulada el 22 del mismo mes, por lo que resulta evidente que es extemporánea por anticipada, y, así se declara.. .”.
Para decidir, la Sala observa :
El formalizante alega que la recurrida erró en la interpretación del
contenido y alcance del artículo 443 del Código de Procedimiento Civil, al
declarar extemporánea por anticipada la tacha del instrumento privado
(recibo), consignado por el demandado en el momento de la oposición a la
intimación del pago que se le reclama, el cual, según la recurrida, debió ser
tachado el quinto día después de haberse producido en el expediente.
Con relación a los lapsos procesales, en la “Exposición de
Motivos del Código de Procedimiento Civil”, se dejó establecido:
“.. .Según la nueva regla adoptada, todos los días calendarios, entran en el cómputo de los lapsos, con exclusión solamente de aquellos en que el Tribunal no oiga ni despache (Artículo 97) y naturalmente, también, los de vacaciones judiciales, durante los cuales queda en suspenso el curso de la causa y de los lapsos (Artículo 201). Sin embargo, se contempla la hipótesis de los lapsos que debieran cumplirse en un día que resulte feriado, o en el cual el Tribunal haya dispuesto no oír ni despachar, en cuyo caso se realizarán el día siguiente, a la hora indicada (Artículo 200).
Se ha querido con esta modificación, lograr dos objetivos fundamentales: primero, la uniformidad y certeza en el cómputo de los lapsos, estableciéndose éste por días calendarios; y segundo, una mayor celeridad en el desarrollo de la causa . . .” (Negritas de la Sala).
En lo atinente a la oportunidad procesal para realizar la tacha del
documento privado, el artículo 443 del Código de Procedimiento Civil,
establece que debe hacerse el quinto día, pero además señala que:
“...Pasadas estas oportunidades sin tacharlos, se tendrán por reconocidos; pero la parte, sin promover expresamente la tacha, puede limitarse a desconocerlos en la oportunidad y con sujeción a las reglas que se establecen en la Sección siguiente”. (Negritas de la Sala).
Con respecto a la oportunidad procesal para ejercer la tacha, el
Dr. Ricardo Henríquez La Roche, en su obra “Código de Procedimiento
Civil”, Tomo III, nos señala, que:“.. .Las oportunidades intra-procesales para formular la tacha de falsedad de instrumento privado, son las mismas que las del desconocimiento; sea, en la contestación de la demanda, si el instrumento lo ha producido el actor junto con el libelo de demanda como emanado del reo, o bien en el quinto día después de producidos en otro momento del juicio. Si la consignación del documento privado es extemporánea (vgr., en segunda instancia), no será admisible la tacha incidental, puesto que ésta siempre está en función del fallo definitivo que ha de proferirse, y por tanto, si existe una razón previa procesal para descartar el documento (su promoción tardía), no hay justificación para sustanciar colateralmente un incidente de tacha.
Nótese que entre este artículo 443 y el artículo 444 existe una sutil diferencia respecto a la oportunidad de tacha de los documentos producidos en momento distinto a la contestación: el primero expresa que lo podrá tachar la contraparte en el quinto día, en tanto que el segundo expresa que lo podrá tachar dentrodel quinto día. El principio favorabilia amplianda , que ya hemos comentado al pie del artículo 254, autoriza a aplicar a la tacha el artículo 444, cuando la misma está fundada en el desconocimiento de la firma, toda vez que la tacha formulada anticipadamente en nada empece el transcurso del lapso , ni la actuación de la parte tachante puede reputarlo reducido ipso facto . . .” (Negritas de la Sala).
Prosigue dicho autor, exponiendo que:“...La Corte ha aplicado, aunque sin nominarlo, el principio favorabilia amplianda , que lleva a la interpretación laxa, en el caso del derecho a la defensa: <Las normas jurídicas que regulan el derecho a la defensa deben ser interpretadas, no en forma restrictiva, sino en forma extensiva, a fin de que no se corra el riesgo de menoscabarlo o vulnerarlo, para acatar así el mandato constitucional que ordena la inviolabilidad de la defensa en todo estado y grado del proceso> (CSJ, Sent. 20-abril-1971, GF 72 2E, p.
225)”. (Henríquez La Roche, Ricardo; ob. cit., Tomo II, págs. 288-289).
Es oportuno destacar que nuestra Constitución de la República
Bolivariana de Venezuela, en su artículo 26, establece:“Toda persona tiene derecho de acceso a los órganos de administración de justicia para hacer valer sus derechos e intereses, incluso los colectivos o difusos, a la tutela efectiva de los mismos y a obtener con prontitud la decisión correspondiente. El Estado garantiza una justicia gratuita, accesible, imparcial, idónea, transparente, autónoma, independiente, responsable, equitativa y expedita, sin dilaciones indebidas, sin formalismos o reposiciones inútiles”.
Y por su parte, el artículo 257 de la Carta Magna, estatuye que:“El proceso constituye un instrumento fundamental para la realización de la justicia. Las leyes procesales establecerán la simplificación, uniformidad y eficacia de los trámites y adoptarán un procedimiento breve, oral y público. No se sacrificará la justicia por la omisión de formalidades no esenciales”.
De un estudio realizado de las actas que integran el presente
expediente, la Sala constató que en la incidencia de tacha sustanciada en
el a quo , corre inserto informe grafotécnico de cuyas conclusiones se
desprende que el instrumento privado adolece de irregularidades.
Por este motivo y ante la posibilidad de que estemos en presencia
de una conducta que pudiese ser catalogada como punible, con estricto
apego a los principios constitucionales del derecho de defensa y el debido
proceso, esta Sala de Casación Civil establece como criterio de
interpretación del alcance y contenido del artículo 443 del Código de
Procedimiento Civil, que cuando sea producido en juicio un instrumento
privado en momento distinto al libelo de la demanda, su contestación o
reconocimiento, se entenderá abierto un lapso de cinco dias para que
aquel contra quién se pretende hacer valer el instrumento privado, lo
tache; ésto dicho significa que, para los efectos de la tacha del
instrumento privado producido en oportunidad distinta a las señaladas,
se interpreta y establece que la misma se podrá proponer dentro de los
cinco días siguientes a su consignación en el expediente y no en el quinto
dia únicamente; vencido el lapso establecido, sin que se produzca la
tacha del instrumento, el mismo se tendrá por reconocido . Asi se decide.
Por los anteriores considerandos y con sujeción a la
doctrina ut supra establecida, la Sala concluye, que la recurrida
infringió por errónea interpretación el contenido y alcance del
artículo 443 del Código de Procedimiento Civil. En consecuencia, la
denuncia formulada por el recurrente, es procedente, tal como se
hará de manera expresa, positiva y precisa en la dispositiva del
presente fallo. Asi se decide.
D E C I S I Ó N
Por las razones expuestas, este Tribunal Supremo de
Justicia de la República Bolivariana de Venezuela, en Sala de
Casación Civil, administrando justicia en nombre la República y por
autoridad de la ley, declara CON LUGAR el recurso de casación
anunciado y formalizado por el demandante, contra la sentencia
dictada en fecha 17 de abril de 2000, por el Juzgado Superior en lo
Civil, Mercantil, del Tránsito, del Trabajo y de Menores de la
Circunscripción Judicial del estado Trujillo. En consecuencia, se
decreta la NULIDAD de la decisión recurrida y se ordena al Juzgado
Superior que resulte competente, dictar nueva sentencia con arreglo
a la doctrina establecida en este fallo.
Queda de esta manera CASADA la sentencia impugnada.
No ha lugar la condenatoria en costas del recurso, dada la
naturaleza del dispositivo del presente fallo.
Publíquese, regístrese y remítase el expediente al Juzgado
Superior de origen ya mencionado, de conformidad con el artículo 326 del
Código de Procedimiento Civil.
Dada, firmada y sellada en la Sala de Despacho de la Sala
de Casación Civil del Tribunal Supremo de Justicia, en Caracas, a
los ONCE ( 11 ) días del mes de OCTUBRE de dos
mil uno. Años: 191º de la Independencia y 142º de la Federación.
El Presidente de la Sala,
_____________________FRANKLIN ARRIECHE G.
El Vicepresidente Ponente, ______________________CARLOS OBERTO VELEZ
Magistrado,
_________________________ ANTONIO RAMIREZ JIMENEZ
La Secretaria,
_________________________
ADRIANA PADILLA ALFONZO Exp. 00-551.
El Magistrado Antonio Ramírez Jiménez disiente del criterio
sostenido en el presente fallo por la mayoría sentenciadora, con base
en las consideraciones siguientes:
En nuestro sistema judicial la actividad del Juez se encuentra
reglada por la Ley, y éste no puede separarse bajo ningún respecto de los
lineamientos que ésta le da, por ello, cuando se desvía de dicho proceder no
se produce una infracción en el juzgamiento, sino que se rompe la estructura
procesal que la Ley le impone.
Cuestión diferente ocurre cuando el Juez decide o se pronuncia
sobre determinado aspecto, pues en ese caso, como aplicador de la Ley, la
entiende y la interpreta, si al realizar dicha labor incurre en algún error,
éste por ser tal, no irrumpe contra el proceso, sino que afecta
específicamente la decisión.-
En tal sentido, se puede afirmar, que la omisión del análisis de una
prueba, más que una infracción de la norma contenida en el artículo 509 del
Código de Procedimiento Civil, es una subversión procedimental que afecta
la motivación del fallo y por ende siempre debe ser denunciado el vicio de
silencio de prueba bajo un recurso por defecto de actividad, según la
doctrina reiterada establecida por la Sala en su ya conocida sentencia de
fecha 28 de abril de 1993 (Inversiones Sinamaica C.A. c/ Parcelamiento
Chacao C.A.).-
Por otra parte, el establecimiento de los hechos por parte del Juez,
supone siempre la función de apreciar los medios probatorios que los
comprueban, por lo que examinar las pruebas es una garantía sobre el
establecimiento de esos hechos, que en definitiva son determinantes para el
dispositivo del fallo. Es ese y no otro el sentido que debe darse al
dispositivo contenido en el artículo 509 del Código de Procedimiento Civil,
el cual recoge ese principio de que todas las pruebas deben ser analizadas.
La nueva Constitución de la República Bolivariana de Venezuela
destaca por primera vez que la forma no debe prevalecer sobre la justicia y
que ésta última debe ser producida en el plazo más breve posible. El Código
de Procedimiento Civil de 1986 también contiene buena parte de esos
principios. En efecto, el artículo 10 pauta que la justicia debe administrarse
en el plazo más breve y a falta de fijación del término, el Tribunal tendrá
tres (3) días de despacho para proveer sobre la petición.-
El artículo 206 del mismo código consagró, de manera expresa, un
criterio reiterado de la Sala, en el sentido que no se declarará la
reposición de la causa si la misma no persigue un fin útil y el acto alcanzó
el fin al cual estaba destinado, criterio que ya venía aplicándose desde el
año 1943. También el artículo 213 eiusdem dispone que si la parte afectada
por la nulidad no atacó la misma en la primera oportunidad que actuó,
convalidó los vicios existentes, lo cual puso fin a una serie de largas
demoras en el proceso, entre ellas la eliminación de la querella nulitatis y
condujo a la implantación de la figura de la citación tácita o presunta.
Ahora bien, lo cierto es que la Constitución vigente y el Código
adjetivo civil exigen que la justicia sea completa y exhaustiva, pero no se
lograría el fin de la justicia si se omite algún elemento clarificador del
proceso. Esa es la interpretación que se le debe dar al artículo 509 del
Código de Procedimiento Civil, al señalar que los Jueces deben analizar
todas las pruebas producidas en el expediente y emitir su opinión, así sea en
forma breve y concreta.-
Ciertamente, resulta imperiosa la necesidad de que el Juez emita un
pronunciamiento sobre la prueba, porque sólo de esa manera la parte podrá
atacarlo si estimara que ese análisis no fue correcto. De contrario, al no
existir pronunciamiento, el recurrente tiene prácticamente negada la
posibilidad de atacar el fallo recurrido, quedando truncado el desideratum
de la Constitución de 1999.-
Por tanto, la exhaustividad del fallo exige, ahora con mayor razón,
que los Jueces examinen todo el material probatorio que las partes aporten
al expediente, pues normalmente la parte al promover una prueba procura
demostrar las afirmaciones de hecho.-
No cabe dudas que el principio axiológico que inspira el criterio de la
mayoría, contenido en el artículo 257 de la Constitución vigente, plantea
como finalidad para la obtención de la justicia, la omisión de formalidades,
pero resulta que la aplicación de dicho principio como argumento para
sustentar las razones del cambio doctrinal, inevitablemente generará la
violación flagrante de la norma constitucional que contiene otro principio
axiológico de carácter superior, es decir, el que alude al derecho a la
defensa consagrado en el artículo 26 de la ya referida Constitución de la
República Bolivariana de Venezuela.-
La decisión de la mayoría de los distinguidos Magistrados,
salvo referir que la denuncia deberá realizarse a través de un recurso
de fondo con base en el ordinal 2º del artículo 313 del Código de
Procedimiento Civil, no precisa la técnica a seguir por el
formalizante situación que, aunada a los basamentos jurídicos
planteados previamente, no permite debidamente el ejercicio del
derecho a la defensa de quienes acuden ante los órganos de
administración de justicia.-
Por tanto, respetando siempre el criterio de la mayoría
sentenciadora, en criterio del Magistrado que suscribe, no debe la
Sala determinar si la prueba tiene o no influencia en el dispositivo
del fallo, ya que justamente esa es la labor de los Jueces de
instancia, que la Sala excepcionalmente examina bajo la “casación
sobre los hechos”. Tampoco puede pasar la Sala a examinar la
conducencia de la prueba, para lo cual es obligatorio realizar un
examen de todo el expediente, incluyendo todas las pruebas, labor
esencial que igualmente deben realizar los jueces de instancia,
motivo por el cual la Sala no puede exceder la competencia que el
instituto de la casación le tiene atribuida y permitir con ello laxitud
del tribunal de la recurrida en el cumplimiento de sus obligaciones.
Por estas razones, quien disiente de la mayoría estima que el silencio
de prueba debe mantenerse como un vicio denunciable en el ámbito
de un recurso por defecto de actividad, en un todo de conformidad
con el ordinal 1º del artículo 313 del Código de Procedimiento
Civil. Fecha ut supra.
El Presidente de la Sala,
__________________________FRANKLIN ARRIECHE G.
El Vicepresidente, ___________________________CARLOS OBERTO VÉLEZ
Magistrado,
__________________________ANTONIO RAMÍREZ JIMÉNEZ
La Secretaria,
___________________________ADRIANA PADILLA ALFONZO
Exp. N° 00-551AA20-C-2000-000489