Introducción

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Introducción La pérdida de cantidades grandes de sangre conduce, en poco tiempo, a la muerte. Por ello no es de extrañar que, ya desde antiguo, se haya intentado reemplazar la sangre perdida por medio de inyecciones de sangre procedente de otras personas e incluso de animales. Sin embargo, la transfusión indiscriminada de sangre ocasionaba, a veces, efectos fatales para el enfermo que la recibía. Así cuando fueron intentadas las primeras transfusiones de sangre, se producía a menudo la aglutinación inmediata o retrasada y la hemólisis de los glóbulos rojos, causando reacciones de transfusión que, con frecuencia, conducían a la muerte. Pronto se descubrió que las sangres de personas diferentes tienen diferentes antígenos, de modo que los anticuerpos en el plasma de una sangre reaccionan con antigenos sobre las superficies de las células rojas. Se han encontrado al menos unos 30 antígenos comunes y cientos de otros, menos frecuentes, en las membranas de las células sanguíneas. La mayor parte son débiles, y no dan lugar a reacciones de transfusión, utilizándose para determinar relaciones de parentesco. La incompatibilidad sanguínea, es un ejemplo de reacción inmunitaria, y da lugar a una serie de reacciones, que son el resultado de la interacción de antígenos de la membrana de los hematíes con macromoléculas presentes en el plasma del sujeto receptor. En una reacción de aglutinación ("agrupamiento") y posterior hemólisis ("rotura"), interviene un aglutinógeno presente en los

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Introducción

La pérdida de cantidades grandes de sangre conduce, en poco tiempo, a la muerte. Por ello no es

de extrañar que, ya desde antiguo, se haya intentado reemplazar la sangre perdida por medio de

inyecciones de sangre procedente de otras personas e incluso de animales. Sin embargo, la

transfusión indiscriminada de sangre ocasionaba, a veces, efectos fatales para el enfermo que la

recibía. Así cuando fueron intentadas las primeras transfusiones de sangre, se producía a menudo

la aglutinación inmediata o retrasada y la hemólisis de los glóbulos rojos, causando reacciones de

transfusión que, con frecuencia, conducían a la muerte.

Pronto se descubrió que las sangres de personas diferentes tienen diferentes antígenos, de modo

que los anticuerpos en el plasma de una sangre reaccionan con antigenos sobre las superficies de

las células rojas. Se han encontrado al menos unos 30 antígenos comunes y cientos de otros,

menos frecuentes, en las membranas de las células sanguíneas. La mayor parte son débiles, y no

dan lugar a reacciones de transfusión, utilizándose para determinar relaciones de parentesco. La

incompatibilidad sanguínea, es un ejemplo de reacción inmunitaria, y da lugar a una serie de

reacciones, que son el resultado de la interacción de antígenos de la membrana de los hematíes

con macromoléculas presentes en el plasma del sujeto receptor.

En una reacción de aglutinación ("agrupamiento") y posterior hemólisis ("rotura"), interviene un

aglutinógeno presente en los eritrocitos del donante y una aglutinina específica presente en el

plasma del receptor. Evidentemente, ninguna de estas combinaciones se da de forma natural

puesto que se produciría una reacción de autoaglutinación. La aglutinación suele ser visible en

pocos minutos. Las células aglutinadas tienen un aspecto de granos en un líquido claro. Si no hay

aglutinación el líquido sigue teniendo un aspecto rosado uniforme.

Si se administra a un paciente la sangre equivocada, la aglutinación de los eritrocitos puede

bloquear los pequeños vasos sanguíneos en órganos vitales, como los pulmones o el cerebro. La

consiguiente hemólisis de los glóbulos aglutinados puede dar lugar a la aparición de hemoglobina

en la orina y finalmente a una insuficiencia renal y a la muerte.

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Objetivos

Conocer que es el sistema RH.

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Sistema Rh

El descubrimiento del sistema Rh se remonta a los años de 1939 y 1940 cuando dos grupos de

investigadores, por separado, aportaron hallazgos valiosos. Por un lado, en 1939 Levine y Stetson

publicaron el caso de una madre que había dado a luz a un feto muerto y que al serle transfundida

sangre ABO compatible proveniente de su esposo había desarrollado una severa reacción

hemolítica.

El suero de la paciente aglutinaba los eritrocitos del 80% de las personas de grupo O con las cuales

se realizó compatibilidad. Al interpretar sus observaciones, demostraron que el anticuerpo

responsable estaba dirigido contra un antígeno diferente a los del sistema ABO, MNS y P, los

cuales ya se conocían en ese entonces.

Además, postularon que la presencia del anticuerpo en el suero de la madre se debía a una

inmunización por un antígeno que ella no poseía, que el antígeno se encontraba en los eritrocitos

fetales y que dicho antígeno había sido heredado del padre.

Por otro lado, en 1940 Landsteiner y Weiner obtuvieron, al inmunizar conejos y cobayos con

glóbulos rojos del mono Macacus rhesus, un anticuerpo que aglutinaba los eritrocitos del 85% de

la población blanca en Nueva York. A los eritrocitos que eran aglutinados por este anticuerpo les

llamaron Rh positivo, y a los que no aglutinaban, Rh negativo.

El descubrimiento del sistema Rh produjo un gran impacto en la medicina transfusional, puesto

que no sólo constituyó el segundo sistema sanguíneo más importante después del ABO, sino que

permitió el conocimiento de la etiopatogenia, tratamiento y profilaxis de la enfermedad hemolítica

del recién nacido.

El sistema Rh es un sistema complejo ya que es integrado por más de 50 antígenos que son

producto de un complejo génico. El gen se encuentra situado en el brazo corto del cromosoma

número 1

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Tener Rh, significa que se tiene la misma proteína pero con modificaciones en ciertos aminoácidos

que determinan diferencias significativas en la superficie de los glóbulos rojos, y hacen a los

humanos Rh, disponer de anticuerpos (aglutininas) en el plasma que reaccionan contra

los glóbulos rojos Rh+ .

El principal antígeno Rh es el D y el anticuerpo presente en quienes carecen de antígeno D es el

anti-D. Si el antígeno D está presente el fenotipo es Rh positivo y si D está ausente es Rh negativo.

Se han identificado más de 45 antígenos del sistema Rh, pero de todos ellos apenas cinco son

frecuentes, estos son: D, C, E, c, e. Los anticuerpos a los distintos antígenos Rh aparecen después

de exponerse un individuo Rh negativo a eritrocitos de sangre Rh positivo. La herencia de los

antígenos Rh es determinada por un complejo de dos genes, de los cuales uno codifica la proteína

transportadora de antígeno D y otro codifica la proteína transportadora de antígeno "C" o "c", o

de "E" y "e". Las personas Rh positivas poseen genes RHD, que codifica la proteína transportadora

de antígeno D y RHCE, que codifica la especificidad de la proteína transportadora de C y E.

Mientras el Rh negativo tiene únicamente el gen RHCE.

Mutaciones en el gen RHCE dan lugar al Síndrome del Rh nulo y cursa con anemia hemolítica.

Variantes no codificantes (intrónicas) del mismo gen se han asociado a lavelocidad de

sedimentación globular (VSG) en un estudio realizado en la población de Cerdeña, donde los

valores de la VSG eran mayores en los individuos que presentaban Rh positivo. Los autores

sugieren un posible efecto causal del polimorfismo, a pesar de no estar localizado en una región

del gen codificante para proteína.1

El 45 % de los individuos Rh positivos es homocigoto al factor D, y el 55 % restante es heterocigoto

por haber heredado un factor D positivo y otro negativo de sus progenitores.

La transfusión de sangre de un Rh+ a un Rh– que no tiene dicho aglutinógeno induce la formación

de anticuerpos, que en sucesivas donaciones puede aglutinar la sangre (formar coágulos). De ahí

que en las donaciones de sangre y órganos se tenga en cuenta dicho factor.

El diminutivo "Rh" es usado para abreviar la palabra rhesus, la cual significa mono en griego. Su

origen se encuentra en 1940, cuando Karl Landsteiner junto con Alexander Solomon Wiener,

descubrieron un antígeno en los hematíes al que bautizaron como factor Rh, al haber sido hallado

en el suero de conejos inmunizados con sangre procedente de un mono de la India de la

especie Macacus Rhesus.

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Incompatibilidad Rh

La incompatibilidad Rh puede ocurrir por dos mecanismos principales. El tipo más común se

produce cuando una mujer embarazada con el grupo sanguíneo Rh negativo se expone a los

glóbulos rojos Rh positivo de la sangre fetal secundaria a una hemorragia materno fetal en el curso

de un aborto espontáneo o inducido, ciertos traumas y procedimientos obstétricos invasivos o

un parto normal.

La incompatibilidad Rh puede ocurrir también cuando una mujer Rh negativo recibe una

transfusión de sangre de un donante Rh positivo.

La cantidad de sangre fetal necesaria para producir incompatibilidad Rh varía. En un estudio,

menos de 1 ml de sangre Rh positiva era suficiente para sensibilizar a voluntarios con sangre Rh

negativa. Por el contrario, otros estudios han sugerido que el 30% de los sujetos con sangre Rh

negativa nunca desarrollaron incompatibilidad Rh, incluso cuando se les desafió con grandes

volúmenes de sangre Rh positiva. Una vez sensibilizados, dura aproximadamente un mes para que

los anticuerpos Rh de la madre se equilibren con la circulación fetal. En el 90% de los casos, la

sensibilización se produce durante el parto, por lo tanto, la mayoría de los lactantes primogénitos

con Rh positivo hijos de madres Rh negativas no se verán afectados debido el corto período desde

la primera exposición del feto Rh positivo hasta el nacimiento del niño es insuficiente para

producir una importante respuesta de anticuerpos IgG maternos.

Factor rh nulo

El sistema de grupo sanguíneo Rh posee 49 antígenos, pero de todos ellos apenas cinco son

frecuentes, estos son: D, C, E, c, e, estas son proteínas que pueden llevar a la formación de

anticuerpos capaces de interactuar con los glóbulos rojos. El más importante de ellos es conocido

con el nombre de RhD. Cuando se dice que un individuo es Rh positivo, quiere expresarse que la

proteína RhD se halla presente en la membrana de sus hematíes ese es el caso del 85% de los

seres humanos. Los individuos Rh negativos no presentan esa proteína específica, pero los

hematíes, pese a ello, son normales. Ahora bien, los individuos de Rh nulo, además de la ausencia

del antígeno RhD, tampoco cuentan con otros antígenos del sistema Rh y, por eso, padecen una

fragilidad en sus glóbulos rojos que provoca una anemia leve, pero crónica.

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El síndrome de Rh nulo tiene dos causas. La más común resulta de la mutación de un gen que no

tiene relación directa con el antígeno Rh pero es responsable por la síntesis de una proteína que

interactúa con la proteína Rh en la membrana de los hematíes. Con la alteración, los antígenos no

son expresados. La segunda causa, más rara, ocurre por defecto del gen responsable por el

sistema Rh.

Anticuerpos anti-Rh

Naturaleza, detección y significancia clínica Los anticuerpos anti-Rh son usualmente inmunes, es

decir que no existen en los individuos que carecen del antígeno correspondiente, a no ser que

haya habido una sensibilización previa. Los aloanticuerpos que reconocen al antígeno Rh

usualmente son isotipo IgG y se identifican mediante la prueba indirecta de la antiglobulina

(Coombs), o por otros potenciadores con alto contenido de proteínas (albúmina) o baja fuerza

iónica, enzimas proteolíticas (ficina) o polietilenglicol (PEG) (Hoeltge, Domen, Rybicki & Schaffer,

1995). Los antígenos que causan más inmunización, debido a su alto poder inmunógeno, son los

antígenos D seguidos por el c y E. Los anticuerpos del sistema Rh, particularmente el antic y el anti-

E suelen presentar efecto de dosis, es decir, que su reacción es más fuerte con eritrocitos

homocigotos para el antígeno que con eritrocitos heterocigotos.

Asimismo, los autoanticuerpos anti-Rh usualmente reaccionan a 37 °C y están presentes en cerca

de 80% de los pacientes con anemia hemolítica autoinmune. Frecuentemente tienen especificidad

anti-Rh y pueden no reaccionar con eritrocitos Rh nulo. Estos autoanticuerpos reaccionan contra

los eritrocitos del paciente y los transfundidos, por lo que se debe confirmar su identidad en la

selección de la sangre por transfundir.

La enfermedad hemolítica del recién nacido es causada por el paso transplacentario de

anticuerpos IgG que se unen a los eritrocitos fetales. El anticuerpo con mayor prevalencia es el

anti-D, en cerca de la mitad de los casos de enfermedad hemolítica del recién nacido, aunque

también es importante la prevalencia del anti-Kell, anti-c, anti-E y anti-C y anti-Fya.

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Conclusiones

El antígeno Rho (D) es determinado genéticamente a través de un gen autosómico

dominante. Dicho gen aparentemente reside en el cromosoma 1. En la rutina de

transfusión (con excepción de embarazos y algunos pacientes Rh negativo) solo se tipea

por el antígeno D en el sistema Rh y los demás únicamente si el anticuerpo se presenta, en

problemas de partenidad, etc.