Introducción a Esdras y Nehemías (Pablo R. Andiñach)

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Cuadernos de Teología. Vol. XXX, 2011, p. 117-128 117 Introducción a Esdras y Nehemías 1 Pablo R. Andiñach Resumen El presente artículo examina las relaciones internas de los libros de Esdras y Nehemías y los lee en el estilo de la Biblia Hebraica que los considera una obra unitaria. Se analizan los vínculos con 1 y 2 Crónicas y se evalúa su pertenencia a la llamada Obra Cronista, así como los aspectos problemáticos de su cronología interna. En la línea de la lectura narrativa se analizan los diversos personajes y sus papeles en la trama del libro. En conjunto se busca dar herramientas de lectura para el ingreso a un texto de por sí complejo. Palabras clave: Biblia. Antiguo Testamento. Esdras. Nehemías. Hermenéutica. Abstract This article examines the internal relationships between the books of Ezra and Nehemiah. Following the traditional reading of the Hebrew Bible the books are read as just one literary piece of literature instead the classical Christian view as two separates books. There are analyzes of the links between Ezra-Nehemiah and the books of Chronicles as well as an exploration of the complex internal chronology. Each central character is analyzed presenting their particular place in the plot of the book. As general overview, the article gives tools for the reading of these books in a hermeneutical perspective. Key words: Bible. Old Testament. Ezra. Nehemiah. Hermeneutics. El enredo de los nombres Una cuestión que puede parecer menor pero que complica a muchos lectores es la maraña de nombres que denominan en distintas tradiciones a estos libros. De comienzo debemos decir que los libros de Esdras y Nehemías (desde aquí Esd-Neh) son una sola obra en la Biblia Hebrea y han sido denominados de manera diferente en distintas épocas y colecciones. En la LXX se denomina 2 Esdras a Esd-Neh mientras que 1 Esdras es un libro de los llamados apócrifos que contiene parte de 2 Crónicas, nuestro Esdras y una 1 Este artículo está elaborado sobre la base del capítulo correspondiente en nuestra futura “Introducción al Antiguo Testamento en perspectiva hermenéutica”.

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El presente artículo examina las relaciones internas de los libros de Esdras y Nehemías y los lee en el estilo de la Biblia Hebraica que los considera una obra unitaria. Se analizan los vínculos con 1 y 2 Crónicas y se evalúa su pertenencia a la llamada Obra Cronista, así como los aspectos problemáticos de su cronología interna. En la línea de la lectura narrativa se analizan los diversos personajes y sus papeles en la trama del libro. En conjunto se busca dar herramientas de lectura para el ingreso a un texto de por sí complejo.

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Cuadernos de Teología.

Vol. XXX, 2011, p. 117-128

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Introducción a Esdras y Nehemías1

Pablo R. Andiñach

Resumen

El presente artículo examina las relaciones internas de los libros de Esdras y Nehemías y

los lee en el estilo de la Biblia Hebraica que los considera una obra unitaria. Se analizan

los vínculos con 1 y 2 Crónicas y se evalúa su pertenencia a la llamada Obra Cronista, así como los aspectos problemáticos de su cronología interna. En la línea de la lectura

narrativa se analizan los diversos personajes y sus papeles en la trama del libro. En

conjunto se busca dar herramientas de lectura para el ingreso a un texto de por sí

complejo.

Palabras clave: Biblia. Antiguo Testamento. Esdras. Nehemías. Hermenéutica.

Abstract

This article examines the internal relationships between the books of Ezra and Nehemiah.

Following the traditional reading of the Hebrew Bible the books are read as just one

literary piece of literature instead the classical Christian view as two separates books. There are analyzes of the links between Ezra-Nehemiah and the books of Chronicles as

well as an exploration of the complex internal chronology. Each central character is

analyzed presenting their particular place in the plot of the book. As general overview,

the article gives tools for the reading of these books in a hermeneutical perspective.

Key words: Bible. Old Testament. Ezra. Nehemiah. Hermeneutics.

El enredo de los nombres

Una cuestión que puede parecer menor pero que complica a muchos lectores es la maraña

de nombres que denominan en distintas tradiciones a estos libros. De comienzo debemos

decir que los libros de Esdras y Nehemías (desde aquí Esd-Neh) son una sola obra en la

Biblia Hebrea y han sido denominados de manera diferente en distintas épocas y

colecciones. En la LXX se denomina 2 Esdras a Esd-Neh mientras que 1 Esdras es un

libro de los llamados apócrifos que contiene parte de 2 Crónicas, nuestro Esdras y una

1 Este artículo está elaborado sobre la base del capítulo correspondiente en nuestra futura “Introducción al

Antiguo Testamento en perspectiva hermenéutica”.

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porción de Nehemías. La Vulgata llama 1 Esdras y 2 Esdras a Esdras y Nehemías

respectivamente y posee además Esdras 3 y 4 que corresponden 3 Esdras al 1 Esdras ya

mencionado de la LXX y 4 Esdras a otro libro apócrifo llamado 2 Esdras en la Vetus

Latina y que no fue incluido por Jerónimo en la Biblia Vulgata pero que fue agregado

luego de su fallecimiento. En las Biblias modernas e incluso en las ediciones actuales de

la Biblia Hebrea se los denomina Esdras y Nehemías y se los trata como libros separados aunque cada vez más existe la tendencia a volver a considerarlos como una sola obra

literaria. Es de notar que en las ediciones de la Biblia Hebrea se los imprime uno a

continuación del otro sin título que los separe y que la práctica masorética de anotar al

final de cada libro el numero total de versos que contiene y de marcar en el margen “el

medio del libro” cuando se arriba a la mitad de los versos, en este caso se las hace una

sola vez y en virtud de la suma de los dos textos.

Esdras-Nehemías es la única obra de la Biblia Hebrea que narra con carácter histórico

hechos acaecidos en la restauración y durante algunos años del período posexílico.

Incluyen el regreso de los exiliados, el reinicio del culto y la reconstrucción del templo y las murallas de Jerusalén. Como veremos su relato es muy problemático y por momentos

confuso, lo que acarrea no pocos problemas al hermeneuta, pero analizar sus páginas nos

permite vislumbrar algo del clima que se vivió en la Jerusalén posterior al exilio.

Algunos problemas para el intérprete

Relación con el Cronista

Se considera que junto a la obra histórica deuteronomista –que va desde Josué a 2 Reyes-

hay una segunda historia que se ha dado en llamar Cronista (ver Crónicas). Esta abarcaría

ambos libros de Crónicas y Esd-Neh . Esto se basa en el hecho de que hay elementos en común entre las dos colecciones, además de que 2 Crónicas finaliza su relato en el

momento histórico en que Esdras lo comienza. También en que hay elementos teológicos

compartidos tales como el valor por lo cultual, el papel preponderante de los levitas y

cierto énfasis en la pureza de la constitución del pueblo de Dios que recorren Crónicas y

se hacen explícitos en Esd-Neh (cf. Blenkinsopp). Dicho esto es también necesario

señalar que hay notorias diferencias que impiden postular –como se ha hecho- que

estemos ante una obra literaria escrita por un solo autor y unitaria. La más simple lectura

pone en evidencia que al pasar de Crónicas a Esdras hay un cambio de estilo y de forma

literaria. Se abandona la narración histórica para comenzar con un relato casi legendario

que luego se mezclará con genealogías y listas, detalles cúlticos, autobiografía y documentos citados en forma textual, todo esto en una proporción ausente en los libros

previos (cf. Williamson).

Estas dificultades también se reflejaron en el tratamiento que se le dio en los primeros

tiempos. A los problemas ya mencionados de nomenclatura se debe agregar que a 1 y 2

Crónicas se los ha denominado Paralipómenos, es decir, “lo omitido”, sin que sea claro si

esta denominación refiere a que agregan información ausente, o a que fueron omitidos en

algún momento y luego vueltos a incorporar al canon, o a que deben considerarse solo

apéndices secundarios. Quizás sea esta la explicación de por qué 1 y 2 Crónicas estén

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ubicados al final del canon de la Biblia Hebrea como cierre de la colección. A su vez,

esto plantea el problema de por qué se invirtió el orden cronológico natural al colocar en

el canon Esd-Neh antes que Crónicas. La repetición del edicto de Ciro al final de

Crónicas y al comienzo de Esdras (2 Cro 36,22-23 es repetido en Esd 1,1-4) indica la

continuidad entre ambos relatos pero también revela que el redactor se vio obligado a colocar esa marca porque no pudo alterar el orden aún cuando entendía que el otro era el

adecuado para la comprensión de la narración. Esto nos advierte sobre el riesgo de

simplificar demasiado el proceso de composición de Esd-Neh y llegar a la invención de

un Cronista, único autor responsable de escribir la segunda versión de la historia de

Israel. Más bien es posible postular una escuela cuyos énfasis coinciden con estas obras y

que sería la responsable de imprimir su teología tanto en 1-2 Crónicas como en Esd-Neh

(cf. Japhet).

La estructura literaria

Abajo vamos a ofrecer una estructura literaria que nos ayude a adentrarnos en la obra.

Pero es preciso señalar que el texto se resiste a ser organizado en forma general. Esdras-

Nehemías es la combinación de memorias con relatos, de documentos textuales con listas

genealógicas, de oraciones con otras listas genealógicas que repiten las anteriores pero

son distintas, de narraciones legendarias con secos datos historiográficos. Todo esto en

forma más o menos desordenada o al menos con un orden que no nos ha sido revelado a

nosotros. Esto se combina con datos cronológicos confusos y a veces contradictorios.

Dada esta situación se ha postulado que Esd-Neh puede ser uno o varios apéndices a los

libros de Crónicas y no una obra en sí misma. De ser así no sería ni continuación de 1-2

Cro ni un material separado sino textos adicionados a continuación de ellos. Esto

explicaría el aparente desorden y las incongruencias internas así como el poco interés en ofrecer un hilo conductor que amalgame todo el material. Lo difícil de esta propuesta es

explicar las partes narrativas de Esd-Neh que efectivamente alargan la historia concluida

en 2 Cro y que no son más que documentos con información complementaria a lo ya

narrado (cf. Abade; Cortese, 789).

La cronología

Se ha dicho y con razón que la cronología de Esd-Neh es uno de los problemas más

difíciles de resolver de toda la Biblia Hebrea (cf. Soggin; Childs). Tal como están dichas

las cosas no hay solución posible y quizás debamos resignarnos a esta situación y asumir una posición provisoria a fin de pode avanzar en la interpretación de la obra. Las cosas

son así: de acuerdo a lo que leemos en Esdras 7,7 éste habría llegado a Jerusalén antes

que Nehemías en el año 7 de Artajerjes (458 a.C.). Luego de acuerdo a Neh 2,1 Nehemías

lo habría hecho en el año 20 del mismo rey (445 a.C.). De esta manera sus llegadas

estarían separadas por solo trece años, habrían sido contemporáneos y seguramente sus

trabajos se complementaron en organizar la comunidad posexílica. Hasta aquí todo

parece claro pero el problema irrumpe al considerar los textos atribuidos a uno y otro. Por

ejemplo, sorprende que Nehemías nunca mencione a Esdras en sus escritos. También que

al llegar Nehemías a Jerusalén se señala que no tiene las murallas reparadas (Neh 2,13-

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15), hecho que contradice la información de Esd 7-10. Cuando en Neh 5,15 Nehemías

critica con suma dureza la corrupción de los gobernadores que actuaron antes que él

debería entenderse que las críticas incluyen a Esdras que lo precedió en pocos años o, si

así no fuera, al menos debería ser explícito en exculparlo de esas prácticas, pero no lo

hace. Resulta extraño que Nehemías prohíba los matrimonios mixtos (Neh 13,23s) cuando se supone que ya lo había hecho Esdras (Esd 10,11). La mención de los distintos

monarcas complica el escenario pues se dice que durante el reinado de Artajerjes

enviaron los opositores a los judíos una carta al rey (Esd 4,7) para solicitar que detenga la

reconstrucción de la ciudad y luego se anuncia que en respuesta se las hizo suspender.

Quedaron detenidas “hasta el año segundo del rey Darío” (Esd 4,24). Pero sucede que

Darío gobernó del 520 al 490, veinticinco años antes que Artajerjes. Esto y otros

ejemplos hacen evidente las dificultades cronológicas del texto.

Se podrían anotar otras contradicciones pero lo cierto es que la lectura nos induce a

pensar que ambos personajes no actuaron juntos ni aún cercanos en el tiempo. Una respuesta simple y factible a este dilema es que la llegada de Nehemías podría haber sido

en el año veinte de Artajerjes II (aprox. 385 a.C.) –y Esdras haberlo hecho durante

Artajerjes I- lo cual ubicaría a Nehemías en el comienzo del siglo IV, cincuenta años

después de Esdras. Es sabido que en la antigüedad no se numeraba a los monarcas de

nombre similar, y por lo tanto los dos Artajerjes mencionados (Esd 7,7 y Neh 2,1) pueden

ser monarcas distintos; esta sería una respuesta bastante razonable al problema. Otra

alternativa que se ha propuesto es suponer un error en el texto y asumir que cuando dice

que Esdras subió a Jerusalén “en el año séptimo” (Es 7,7) debió decir “trigésimo

séptimo” con lo cual lo haría llegar diecisiete años después de Nehemías –y así los

problemas arriba mencionados se diluirían- a la vez que sería una fecha todavía cercana

como para continuar la obra de su predecesor. Lo difícil de aceptar de esta propuesta es la necesidad de un enmienda en el texto que ninguna variante atestigua. En resumen, parece

razonable sospechar que ambos Artajerjes mencionados no referían a la misma persona y

que la secuencia de llegadas es la que nos presenta el texto. Pero este tema no está aún

resuelto y permanece en debate entre los investigadores.

Los grupos de retornados

Lejos de la imagen tradicional de una caravana única que vuelve a la tierra luego de

setenta años de cautiverio, de acuerdo a la información que se puede inferir de Esd-Neh

habría habido cuatro grupos de exiliados que retornaron en momentos distintos.

El primer grupo retornó liderado por Sesbasar en el año 538 al calor del edicto de

Ciro. Este grupo habría comenzado la construcción del templo pero debido a la

oposición de grupos locales no habría podido finalizarlo.

El segundo grupo volvió de Babilonia con Zerubabel y Josué durante el reinado de Dario I (521-485) y a pesar de las hostilidades finalizaron el templo y lo

inauguraron.

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El tercer grupo llegó liderado por Esdras bajo el auspicio de Artajerjes I (464-423). En este viaje habría traído una copia de la Ley de Moisés y habría

encontrado que la comunidad de Jerusalén estaba muy alejada de la fe mosaica.

El cuarto y último grupo habría llegado con Nehemías en tiempos de Artajerjes II (404-358) y habría encarado la reconstrucción del muro perimetral de la ciudad y

otras reformas sociales.

Los problemas de cronología ya mencionados podrían indicar que el orden entre Esdras y

Nehemías sea el inverso, y que Nehemías habría llegado a Jerusalén antes que Esdras.

Los documentos

La obra se construye en buena parte sobre documentos oficiales y sobre textos

autobiográficos. En ambos casos no está claro cuan confiables son como registro de la

historia. El edicto de Ciro (Esd 1,1-4) es difícil de aceptar tal como está trascripto debido a la sospechosa generosidad propia y la exigida de sus vasallos connacionales. Las cartas

y documentos reales trascriptos en arameo imperial también pueden estar modificadas a

fin de ofrecer una versión tendenciosa de los hechos. Esd 7,12-9,15 contiene las llamadas

“memorias de Esdras” que pretenden ser testimonio histórico en primera persona pero

donde se evidencia mucho trabajo redaccional. Al arribar a Neh 1-7 encontramos las

memorias de Nehemías, las que también son de compleja evaluación debido a

contradicciones y dificultades literarias. En conclusión, estamos ante un texto que busca

consolidarse a partir de citar documentos que lo respalden pero que no llegan a convencer

al lector crítico. En este caso el problema no reside en que no pueda leerse Esd-Neh como

una construcción literaria sino que ella misma se presenta como una obra historiográfica y coloca marcas de ello al citar documentos que esperan ser leídos como respaldo de tal

condición; y esos documentos no dan la sensación de ser lo sólido que pretenden ser.

Los documentos que podemos identificar en esta obra son los siguientes:

1. Edicto de Ciro el Persa (Esd 1,1-4).

2. Lista de personas que regresaron de Babilonia (Esd 2,1-63) ver Neh 7,6-72.

3. Carta de Rejum, el gobernador, a Artajerjes (Esd 4,11-16); en arameo.

4. Carta de Artajerjes a Rejum en respuesta (Esd 4,17-22); en arameo.

5. Carta de Tatnay, el gobernador, a Darío (Esd 5,7-17); en arameo.

6. Memorando de Ciro con la orden de construir el templo (Esd 6,1-5); en arameo. 7. Carta de Darío a Tatnay en respuesta (Esd 6,6-12); en arameo.

8. Memorias de Esdras (Esd 7-10); incluye porciones en arameo.

9. Edicto de Artajerjes con la orden de regreso a Jerusalén de los exiliados (Esd

7,12-26); en arameo.

10. Genealogía de los líderes que vuelven con Esdras (Esd 8,2-14).

11. Lista de quienes se habían casado con extranjeras (Esd 10,18-44).

12. Memorias de Nehemías (Neh 1-7; 13,4-31).

13. Lista de personas que regresaron de Babilonia (Neh 7,6-72), ver Esd 2,1-63.

14. Libro de la Ley de Moisés (Neh 8,1.18); este documento no se transcribe.

15. Pacto de fidelidad (Neh 10,1-27); se transcriben solo la lista de firmantes.

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16. Lista de los habitantes de Jerusalén (Neh 11,4-24).

17. Distribución de los habitantes en las aldeas (Neh 11,25-36).

18. Lista de sacerdotes y levitas que volvieron con Zorobabel (Neh 12,1-26).

Observemos algunas de sus características:

a. En primer lugar resalta que cinco documentos (nros. 3 a 9) estén escritos en

lengua aramea. Esta lengua era la lengua franca del imperio persa y lo que sucede

es que el autor ha decidido citar los documentos en su idioma original, pues de

otro modo habría tenido que traducirlos restándoles valor testimonial. Las cartas y

sus respuestas o son transcripciones de textos originales o han sido muy bien

imitadas pues poseen el estilo y forma de cientos de ellas reveladas por el trabajo

arqueológico.

b. Las listas de personas que regresaron de Babilonia a Judá (nros. 2 y 13) son

similares. También hay una versión en el apócrifo 3 Esd 5 con algunas variantes,

pero que en opinión de algunos esta última puede ser una versión más antigua que nuestros dos textos. Para el caso de Esdras la presencia de la lista tiene el sentido

de dar los nombres por clan y por región de quienes retornan junto a él. En

Nehemías parece querer confirmar la lista anterior pues es presentada como un

registro previo existente en los archivos, no compuesto por Nehemías. Pero si

recordamos que Esd-Neh son un solo libro no tiene mayor sentido esta repetición

textual y en consecuencia sumamos un problema más a lo ya mencionados.

Respecto a su contenido es de notar que no menciona a Sesbasar y que coloca el

liderazgo de los repatriados en Zorobabel y Josué.

c. De los dos edictos que autorizan el regreso de los judíos a Jerusalén (nros. 1 y 9),

el segundo firmado por Artajerjes parece más cercano a un documento real. El

primero –de Ciro- está más elaborado y resulta tendencioso respecto a la buena voluntad de los persas. Se ha señalado que tiene como fin adular a las autoridades

persas a fin de ganar su favor y sostener ese beneficio en el tiempo.

d. La Ley de Moisés es mencionada en varias oportunidades (Esd 7,6; Neh 8,1.18) y

se dice de Esdras que es “escriba versado” en ella. No es claro a qué texto se

refiere, si a la Torah, a fragmentos de ella o al Deuteronomio. Lo que puede

inferirse es que refiere a un documento que en ese entonces era considerado

canónico.

e. Las memorias de Esdras y de Nehemías son documentos presentados en primera

persona aunque para Esdras esto no es del todo consistente (ver Esd 10). En el

caso de Nehemías son más homogéneas y suelen ser consideradas originales o al menos inspiradas en un documento verdadero de carácter autobiográfico. Por su

carácter y extensión estos textos autobiográficos no tienen paralelos en la

literatura antigua bíblica ni extrabíblica.

Los personajes

En Esd-Neh hay cuatro personajes que concentran las diversas acciones. Señalar algunas

características nos ayudará a delinear su papel en la obra.

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Sesbasar. La primera persona que el texto menciona como líder de los retornados es

Sesbasar. Su nombre es de origen persa y significa “Shamas (el Dios sol) preserva al

padre”. A él Ciro le entrega los utensilios del templo que Nabucodonosor había traído

tras el saqueo a fin de que los vuelva a colocar en el futuro templo reconstruido. Sesbasar

es vuelto a mencionar en Esd 5,14-16 en el contexto de la carta que envía Tatnay a Darío

para solicitar se detengan las obras de la ciudad. Esta cita de un documento en arameo en cierta medida confirma su liderazgo y agrega la información de que había sido nombrado

gobernador por Ciro y de que había dirigido la construcción de los cimientos del templo.

Sea cual fuera nuestro grado de confianza en la verosimilitud de este documento, lo cierto

es que el texto asume a Sesbasar como el legítimo líder de la comunidad que retorna y

bajo quien cae la responsabilidad de reedificar el templo.

Se ha especulado con que puede ser la misma persona que se nombra en 1 Cro 3,18 como

Senasar y que es descendiente del rey Salomón. También que Sesbasar es la forma persa

del nombre Zorobabel, de modo que sería ambos personajes la misma persona; pero esto

es muy improbable pues no se ve la razón para que el redactor mantuviera dos nombres distintos y creara confusión en la narración. No se vuelve a hablar de él en ningún texto y

llama la atención su ausencia en la lista de retornados en Esd 2,2.

Zorobabel. Su nombre significa “engendrado en Babilonia” y en principio sorprende que

con tal nombre haya sido un líder de la comunidad que regresa a Judá. Sin embargo es de

linaje real (1 Cro 3,19 y Esd 3,2 lo expresan a través de líneas diferentes pero ambas

conducentes a David) y quizá deba entenderse que la evaluación de la experiencia del

cautiverio por los sobrevivientes fue positiva en el sentido teológico –permitió la

purificación de la fe a través de la dureza de la prueba- y como experiencia cultural donde

renovaron su escritura y adquirieron nuevos valores culturales. Si fue así su nombre

cuadra a la función que le tocó ejercer.

Los profetas Ageo y Zacarías lo celebran como aquel en el cual se depositó la confianza

de Dios para la reconstrucción del templo y la fe de la comunidad. Lo extraño de este

personaje es que desaparece sin dejar rastros, no se menciona ni su muerte ni su destino,

y que su nombre sea ignorado al momento de inaugurar el templo (Esd 6,16-22). Su

figura aparece vinculada a la del sacerdote Josué y –congruente con esta amistad- a la

búsqueda de preservar la pureza de la fe. En 4,1-3 Zorobabel rechaza el deseo de los

habitantes de Judá de ser parte de los constructores del templo a pesar de que argumentan

que ellos buscan “a vuestro Dios y le ofrecemos sacrificios desde los días de Asarjadón”.

Prefiere trabajar solo a unirse con quienes vivían en las inmediaciones de Jerusalén.

Esdras. En hebreo significa “ayuda” y probablemente haya sido entendido como “el que

facilita el acceso” al conocimiento de la Ley de Dios. La definición de su personalidad es

dada en 7,10: se preparó para estudiar la Ley, cumplirla y enseñarla. Era de estirpe

sacerdotal, escriba y conocer de la Ley. Durante el reinado de Artajerjes emprende su

viaje a Jerusalén acompañado de un número importante de judíos. Una de sus principales

preocupaciones fue eliminar los matrimonios de judíos con mujeres cananeas, lo cual

logró a fuerza de insistir y promover un nuevo pacto entre la población que incluía el

expulsión de las actuales mujeres y los hijos nacidos con ellas.

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Tres elementos destacan su papel en la obra: a. Posee el pleno respaldo del poder

imperial; b. Lo apoya un grupo de personas distinguidas de Jerusalén; c. Su principal

preocupación es preservar la semilla santa de Israel, para la cual lleva adelante una

profunda reforma religiosa y social (cf. Bruggemann, 365). Debido a estas características

mostradas en Esd 7-10 y Neh 8-9, será entendido en la posteridad como el creador del

judaísmo posexílico y en la tradición rabínica como un segundo Moisés. Su figura impactó de tal manera en la antigüedad que se escribieron varias obras atribuidas a su

persona, varias de ellas incluidas en la LXX y la Vulg, hoy tenidas entre los libros

apócrifos. Ya mencionamos las dificultades para establecer con algún grado de certeza la

cronología de sus hechos.

Nehemías. De acuerdo a los textos actuó en relación con Esdras, pero ya explicamos las

dificultades para confirmar esta información. Había partido de Susa, donde era copero del

rey, con salvoconductos para todos los gobernadores de la región. Es un líder de la

comunidad posexílica que se dedicó a organizar la vida social y a restaurar la ciudad. En

su solitario viaje nocturno (Neh 2,11-16) comprobó la necesidad de reparar la muralla y sus puertas para lo cual convocó a todos a abocarse a esa tarea. Se indigna con la usura a

que eran sometidos los judíos pobres por parte de sus propios hermanos judíos y reclama

una reforma (Neh 5,11) que es aceptada y que preserva el derecho de los menos

favorecidos, así como denuncia la corrupción de quienes gobernaron antes que él. En Neh

13,6-7 se menciona un segundo viaje a Jerusalén y a su regreso establece una reforma

religiosa. En sus memorias reclama reconocimiento de Dios por sus labores, repitiendo la

frase “acuérdate de mi, Dios mío, para bien”.

Estructura y dinámica literaria

Distinguimos las siguientes partes en el texto de Esd-Neh:

Esdras 1-6 Desde el edicto de Ciro hasta la reinauguración del templo

Esdras 7-10 Memorias de Esdras

Nehemías 1-7 Memorias de Nehemías

Nehemías 8-10 Esdras lee la ley al pueblo, expiación y pacto

Nehemías 11-13 Memorias de Nehemías

Esd 1-6. La construcción del sentido de esta obra es compleja y por momentos vacilante.

Comienza con la narración del período que va desde el edicto de Ciro que abre la puerta al regreso a Jerusalén de los judíos de Babilonia y finaliza con el templo restaurado y en

pleno funcionamiento. Esta etapa se cierra con la celebración de la pascua (Esd 6,19-22).

Dentro de esta parte distinguimos los caps. 1-2 que narran desde la salida hasta el

asentamiento en Israel (2,70). La lista del cap. 2 incluye los nombres de los exiliados que

regresan pero también la de aquellos que no pudieron demostrar que pertenecían a Israel

(2,59-63), incluidos algunos sacerdotes. Esto indica que detrás de la lista está tanto el

sentido de pureza y verdadera pertenencia a la semilla de Abraham como el reclamo por

la propiedad de la tierra de cada antepasado. A partir de allí toda la narración se

concentra en la reconstrucción del templo y sus dificultades, donde Zorobabel aparece

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como el líder de la comunidad y gestor de la restauración del culto, secundado por el

sacerdote Josué. Una vez finalizada esta historia la obra prosigue con las intervenciones

de Esdras y de Nehemías en forma alternada.

Esd 7-10. Esta parte consiste en las llamadas “memorias de Esdras”. El edicto de

Artajerjes habilita a los judíos a regresar y establecerse en Judá (7,13), indica la disposición del la corona a apoyar financieramente con donaciones y ofrendas (7, 15-20)

y coloca la Ley de Moisés como normativa para la vida del pueblo (7,25-26). Luego el

texto se demora en los detalles del viaje hacia Jerusalén de toda la comitiva, destacándose

la constatación por Esdras del hecho de la carencia de levitas para los servicios del

templo. Una rápida decisión le permite proveerse de levitas legítimos que son traídos de

una aldea donde se habrían concentrado luego de la expulsión de Jerusalén. Al llegar a

Jerusalén encara un tema que será central a su ministerio: el problema de los matrimonios

de judíos con mujeres cananeas. Luego de una asamblea donde Esdras llama al

arrepentimiento y a recomponer sus vidas en acuerdo a la Ley, se establece un pacto por

el cual los varones se abstendrán de tomar por esposas a las extranjeras y expulsarán a las que en ese momento tenían, incluidos los hijos de ellas. Desconocemos el número de

personas afectadas por esta expulsión ni el impacto que habría tenido en la región pues

las mujeres deberían haber vuelto a sus familias originales (cf. Frymer-Kensky, 289-290;

Cohn-Eskenazi).

Neh 1-7. Estos capítulos consisten en el grueso de las “memorias de Nehemías”. Al

observar que las murallas y las puertas de la ciudad están en ruinas encabeza un programa

de tareas para repararlas. Entre la comunidad hay entusiasmo y muchos voluntarios se

suman al trabajo, pero no dejan de aparecer los enemigos que conspiran contra la

reconstrucción y la organización del pueblo. La obra se concluyó en cincuenta y dos días

(6,15) y a partir de ello se volvió a poblar la ciudad y las aldeas vecinas. La inclusión de la lista ya presentada en Esd 2 persigue un fin no del todo claro, pero podemos afirmar

que busca consolidar la tarea de Nehemías respaldándola con el prestigio del sacerdote

Esdras.

Neh 8-10. El v. 8,1 retomar el relato de las memorias abandonado en Esd 10,44. No

sabemos por qué razón fue dividido de esta manera. Comienza con la lectura de la Ley

ante todo el pueblo y el reconocimiento de este de que ha vivido apartado de ella. En 8,14

se señala que recuerdan la celebración de la fiesta de las Tiendas y se disponen a

construir las enramadas para celebrarla. En 9,2 se vuelve a insistir sobre la separación de

los extranjeros y leen el libro de la Ley. Luego el texto presenta la oración de los levitas seguida de todo el pueblo. Sus últimos versos (9,36-37) describen como pocos la

situación de angustia de la comunidad posexílica: “he aquí que hoy somos siervos,

siervos en la tierra que diste a nuestros padres…”

Neh 11-13. Los caps. 11 y 12,1-26 son listas de los habitantes de la ciudad. En 12,27-43

se narra la dedicación de la muralla y la alegría del pueblo así como se señala el prestigio

que sacerdotes y levitas tenían ante el pueblo (12,44). Las memorias de Nehemías son

retomadas a partir de 13,4 y se extienden hasta el final del libro. En esta oportunidad de

narra una nueva reforma religiosa. Al regreso de su segundo viaje a Jerusalén Nehemías

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encuentra otra vez corrupción: Tobías el ammonita tenía una oficina en el templo, los

levitas no recibían sus salarios y se habían marchado, no se respetaba el sábado y había

vuelto a haber casamientos con mujeres extranjeras. Nehemías purifica (13,30) el templo

y las personas y restablece el orden religioso. Con esta reforma se cierra el libro.

Teología de Esdras-Nehemías y pistas hermenéuticas

Una adecuada hermenéutica ha de tener en cuenta que por complejo que nos resulte el

texto hay elementos teológicos que se distinguen y que dan a esta obra su personalidad. A

la vez es una obra de la que pueden extraerse conclusiones erróneas si se cae en una

simple literalismo. Destacamos los siguientes elementos teológicos:

1. Considerar teológicamente esta obra nos lleva a concluir que los problemas del

texto que permanecen sin resolver desde el punto de vista de los hechos históricos

(cronología, relación entre personajes, identificación de actores, etc.) no nos

impiden leerla y extraer su mensaje. Atar el mensaje a una reconstrucción histórica confiable nos dejaría con las manos vacías no solo en esta obra sino en

muchas otras de la Biblia Hebrea. Por otro lado, la ambigüedad e incluso la

contradicción interna entre datos es también parte del mensaje y no debemos

forzar una explicación de aquello que no la tiene ni exige.

2. En el momento en que Israel encara su reconstrucción luego del exilio recurre

como fuente de inspiración y guía a sus Escrituras. Una y otra vez el sacerdote

Esdras contrasta las conductas del pueblo con la Ley de Moisés. Las sucesivas

reformas religiosas se construyen sobre una nueva lectura de aquellos textos

normativos. El culto, la ética personal, las prácticas rituales, el cuidado de la

ciudad, la constitución de las familias, todo se delinea en función del mensaje impreso en las Escrituras. En medio de tantas opciones y dificultades, el texto

vuelve a ser el lugar objetivo donde encontrar orientación.

3. Se narran al menos tres reformas religiosas (Esd 9, Neh 8 y 13). ¿Puede esto

considerarse una afirmación de que la vida de fe requiere de una renovación

permanente? La lectura de esta obra deja entrever que cada generación debe

reconstruir su vínculo con Dios y que no hay reforma que sea definitiva.

4. Un tema que subyace es la consideración del otro (cf. Camp, 343). Ante la crisis y

el riesgo de perder identidad esta obra aboga por la separación del pueblo de aquellos que son distintos (en contraste con el mensaje de los libros de Rut, Jonás

y otros textos esparcidos en las Escrituras). La respuesta de Esd-Neh es la

expulsión de las mujeres extranjeras y sus hijos y la centralización del poder

religioso en el templo y el sacerdocio. Ambos elementos deben ser evaluados

como una opción para el momento histórico que enfrentaron y no como un

mandato. En el juego del equilibrio entre la preservación de la identidad y la

apertura a lo nuevo que ha de modificar nuestras tradiciones, esta obra opta por

romper el equilibrio como estrategia para superar una crisis. Pero Israel no nació

como pueblo ni continuó su vida posterior a este período aislándose del resto del

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mundo ni expulsando a quienes fueran distintos de él sino participando de una

dialéctica creativa y generosa donde aportó su mensaje y supo recibir la sana

influencia de quienes los rodeaban. Hay en este sentido una contradicción en la

misma obra que por un lado llega al extremo de negar a los extranjeros toda

santidad y por otro dice que Ciro fue movido “por el Espíritu de Yavé” para

permitir el retorno y que “el Dios del cielo le ordenó construir un templo en Jerusalén” (Esd 1,1-2). Este tipo de reconocimiento hacia el monarca y el pueblo

de Babilonia –que le entregan ofrendas y dinero para el templo- se repite en varias

ocasiones y pone en evidencia que también en esa época podían ver la acción de

Dios que actuaba a través de aquellos que no pertenecían a su comunidad de fe.

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El autor

Pablo R. Andiñach es Doctor en Teología y profesor de Antiguo Testamento en el ISEDET.

Fecha de recepción: 12.8.2010 Fecha de aceptación: 13.9.2010