Cuadernos de Teología.
Vol. XXX, 2011, p. 117-128
117
Introducción a Esdras y Nehemías1
Pablo R. Andiñach
Resumen
El presente artículo examina las relaciones internas de los libros de Esdras y Nehemías y
los lee en el estilo de la Biblia Hebraica que los considera una obra unitaria. Se analizan
los vínculos con 1 y 2 Crónicas y se evalúa su pertenencia a la llamada Obra Cronista, así como los aspectos problemáticos de su cronología interna. En la línea de la lectura
narrativa se analizan los diversos personajes y sus papeles en la trama del libro. En
conjunto se busca dar herramientas de lectura para el ingreso a un texto de por sí
complejo.
Palabras clave: Biblia. Antiguo Testamento. Esdras. Nehemías. Hermenéutica.
Abstract
This article examines the internal relationships between the books of Ezra and Nehemiah.
Following the traditional reading of the Hebrew Bible the books are read as just one
literary piece of literature instead the classical Christian view as two separates books. There are analyzes of the links between Ezra-Nehemiah and the books of Chronicles as
well as an exploration of the complex internal chronology. Each central character is
analyzed presenting their particular place in the plot of the book. As general overview,
the article gives tools for the reading of these books in a hermeneutical perspective.
Key words: Bible. Old Testament. Ezra. Nehemiah. Hermeneutics.
El enredo de los nombres
Una cuestión que puede parecer menor pero que complica a muchos lectores es la maraña
de nombres que denominan en distintas tradiciones a estos libros. De comienzo debemos
decir que los libros de Esdras y Nehemías (desde aquí Esd-Neh) son una sola obra en la
Biblia Hebrea y han sido denominados de manera diferente en distintas épocas y
colecciones. En la LXX se denomina 2 Esdras a Esd-Neh mientras que 1 Esdras es un
libro de los llamados apócrifos que contiene parte de 2 Crónicas, nuestro Esdras y una
1 Este artículo está elaborado sobre la base del capítulo correspondiente en nuestra futura “Introducción al
Antiguo Testamento en perspectiva hermenéutica”.
Cuadernos de Teología. Vol. XXX, 2011.
118
porción de Nehemías. La Vulgata llama 1 Esdras y 2 Esdras a Esdras y Nehemías
respectivamente y posee además Esdras 3 y 4 que corresponden 3 Esdras al 1 Esdras ya
mencionado de la LXX y 4 Esdras a otro libro apócrifo llamado 2 Esdras en la Vetus
Latina y que no fue incluido por Jerónimo en la Biblia Vulgata pero que fue agregado
luego de su fallecimiento. En las Biblias modernas e incluso en las ediciones actuales de
la Biblia Hebrea se los denomina Esdras y Nehemías y se los trata como libros separados aunque cada vez más existe la tendencia a volver a considerarlos como una sola obra
literaria. Es de notar que en las ediciones de la Biblia Hebrea se los imprime uno a
continuación del otro sin título que los separe y que la práctica masorética de anotar al
final de cada libro el numero total de versos que contiene y de marcar en el margen “el
medio del libro” cuando se arriba a la mitad de los versos, en este caso se las hace una
sola vez y en virtud de la suma de los dos textos.
Esdras-Nehemías es la única obra de la Biblia Hebrea que narra con carácter histórico
hechos acaecidos en la restauración y durante algunos años del período posexílico.
Incluyen el regreso de los exiliados, el reinicio del culto y la reconstrucción del templo y las murallas de Jerusalén. Como veremos su relato es muy problemático y por momentos
confuso, lo que acarrea no pocos problemas al hermeneuta, pero analizar sus páginas nos
permite vislumbrar algo del clima que se vivió en la Jerusalén posterior al exilio.
Algunos problemas para el intérprete
Relación con el Cronista
Se considera que junto a la obra histórica deuteronomista –que va desde Josué a 2 Reyes-
hay una segunda historia que se ha dado en llamar Cronista (ver Crónicas). Esta abarcaría
ambos libros de Crónicas y Esd-Neh . Esto se basa en el hecho de que hay elementos en común entre las dos colecciones, además de que 2 Crónicas finaliza su relato en el
momento histórico en que Esdras lo comienza. También en que hay elementos teológicos
compartidos tales como el valor por lo cultual, el papel preponderante de los levitas y
cierto énfasis en la pureza de la constitución del pueblo de Dios que recorren Crónicas y
se hacen explícitos en Esd-Neh (cf. Blenkinsopp). Dicho esto es también necesario
señalar que hay notorias diferencias que impiden postular –como se ha hecho- que
estemos ante una obra literaria escrita por un solo autor y unitaria. La más simple lectura
pone en evidencia que al pasar de Crónicas a Esdras hay un cambio de estilo y de forma
literaria. Se abandona la narración histórica para comenzar con un relato casi legendario
que luego se mezclará con genealogías y listas, detalles cúlticos, autobiografía y documentos citados en forma textual, todo esto en una proporción ausente en los libros
previos (cf. Williamson).
Estas dificultades también se reflejaron en el tratamiento que se le dio en los primeros
tiempos. A los problemas ya mencionados de nomenclatura se debe agregar que a 1 y 2
Crónicas se los ha denominado Paralipómenos, es decir, “lo omitido”, sin que sea claro si
esta denominación refiere a que agregan información ausente, o a que fueron omitidos en
algún momento y luego vueltos a incorporar al canon, o a que deben considerarse solo
apéndices secundarios. Quizás sea esta la explicación de por qué 1 y 2 Crónicas estén
Cuadernos de Teología. Vol. XXX, 2011.
119
ubicados al final del canon de la Biblia Hebrea como cierre de la colección. A su vez,
esto plantea el problema de por qué se invirtió el orden cronológico natural al colocar en
el canon Esd-Neh antes que Crónicas. La repetición del edicto de Ciro al final de
Crónicas y al comienzo de Esdras (2 Cro 36,22-23 es repetido en Esd 1,1-4) indica la
continuidad entre ambos relatos pero también revela que el redactor se vio obligado a colocar esa marca porque no pudo alterar el orden aún cuando entendía que el otro era el
adecuado para la comprensión de la narración. Esto nos advierte sobre el riesgo de
simplificar demasiado el proceso de composición de Esd-Neh y llegar a la invención de
un Cronista, único autor responsable de escribir la segunda versión de la historia de
Israel. Más bien es posible postular una escuela cuyos énfasis coinciden con estas obras y
que sería la responsable de imprimir su teología tanto en 1-2 Crónicas como en Esd-Neh
(cf. Japhet).
La estructura literaria
Abajo vamos a ofrecer una estructura literaria que nos ayude a adentrarnos en la obra.
Pero es preciso señalar que el texto se resiste a ser organizado en forma general. Esdras-
Nehemías es la combinación de memorias con relatos, de documentos textuales con listas
genealógicas, de oraciones con otras listas genealógicas que repiten las anteriores pero
son distintas, de narraciones legendarias con secos datos historiográficos. Todo esto en
forma más o menos desordenada o al menos con un orden que no nos ha sido revelado a
nosotros. Esto se combina con datos cronológicos confusos y a veces contradictorios.
Dada esta situación se ha postulado que Esd-Neh puede ser uno o varios apéndices a los
libros de Crónicas y no una obra en sí misma. De ser así no sería ni continuación de 1-2
Cro ni un material separado sino textos adicionados a continuación de ellos. Esto
explicaría el aparente desorden y las incongruencias internas así como el poco interés en ofrecer un hilo conductor que amalgame todo el material. Lo difícil de esta propuesta es
explicar las partes narrativas de Esd-Neh que efectivamente alargan la historia concluida
en 2 Cro y que no son más que documentos con información complementaria a lo ya
narrado (cf. Abade; Cortese, 789).
La cronología
Se ha dicho y con razón que la cronología de Esd-Neh es uno de los problemas más
difíciles de resolver de toda la Biblia Hebrea (cf. Soggin; Childs). Tal como están dichas
las cosas no hay solución posible y quizás debamos resignarnos a esta situación y asumir una posición provisoria a fin de pode avanzar en la interpretación de la obra. Las cosas
son así: de acuerdo a lo que leemos en Esdras 7,7 éste habría llegado a Jerusalén antes
que Nehemías en el año 7 de Artajerjes (458 a.C.). Luego de acuerdo a Neh 2,1 Nehemías
lo habría hecho en el año 20 del mismo rey (445 a.C.). De esta manera sus llegadas
estarían separadas por solo trece años, habrían sido contemporáneos y seguramente sus
trabajos se complementaron en organizar la comunidad posexílica. Hasta aquí todo
parece claro pero el problema irrumpe al considerar los textos atribuidos a uno y otro. Por
ejemplo, sorprende que Nehemías nunca mencione a Esdras en sus escritos. También que
al llegar Nehemías a Jerusalén se señala que no tiene las murallas reparadas (Neh 2,13-
Cuadernos de Teología. Vol. XXX, 2011.
120
15), hecho que contradice la información de Esd 7-10. Cuando en Neh 5,15 Nehemías
critica con suma dureza la corrupción de los gobernadores que actuaron antes que él
debería entenderse que las críticas incluyen a Esdras que lo precedió en pocos años o, si
así no fuera, al menos debería ser explícito en exculparlo de esas prácticas, pero no lo
hace. Resulta extraño que Nehemías prohíba los matrimonios mixtos (Neh 13,23s) cuando se supone que ya lo había hecho Esdras (Esd 10,11). La mención de los distintos
monarcas complica el escenario pues se dice que durante el reinado de Artajerjes
enviaron los opositores a los judíos una carta al rey (Esd 4,7) para solicitar que detenga la
reconstrucción de la ciudad y luego se anuncia que en respuesta se las hizo suspender.
Quedaron detenidas “hasta el año segundo del rey Darío” (Esd 4,24). Pero sucede que
Darío gobernó del 520 al 490, veinticinco años antes que Artajerjes. Esto y otros
ejemplos hacen evidente las dificultades cronológicas del texto.
Se podrían anotar otras contradicciones pero lo cierto es que la lectura nos induce a
pensar que ambos personajes no actuaron juntos ni aún cercanos en el tiempo. Una respuesta simple y factible a este dilema es que la llegada de Nehemías podría haber sido
en el año veinte de Artajerjes II (aprox. 385 a.C.) –y Esdras haberlo hecho durante
Artajerjes I- lo cual ubicaría a Nehemías en el comienzo del siglo IV, cincuenta años
después de Esdras. Es sabido que en la antigüedad no se numeraba a los monarcas de
nombre similar, y por lo tanto los dos Artajerjes mencionados (Esd 7,7 y Neh 2,1) pueden
ser monarcas distintos; esta sería una respuesta bastante razonable al problema. Otra
alternativa que se ha propuesto es suponer un error en el texto y asumir que cuando dice
que Esdras subió a Jerusalén “en el año séptimo” (Es 7,7) debió decir “trigésimo
séptimo” con lo cual lo haría llegar diecisiete años después de Nehemías –y así los
problemas arriba mencionados se diluirían- a la vez que sería una fecha todavía cercana
como para continuar la obra de su predecesor. Lo difícil de aceptar de esta propuesta es la necesidad de un enmienda en el texto que ninguna variante atestigua. En resumen, parece
razonable sospechar que ambos Artajerjes mencionados no referían a la misma persona y
que la secuencia de llegadas es la que nos presenta el texto. Pero este tema no está aún
resuelto y permanece en debate entre los investigadores.
Los grupos de retornados
Lejos de la imagen tradicional de una caravana única que vuelve a la tierra luego de
setenta años de cautiverio, de acuerdo a la información que se puede inferir de Esd-Neh
habría habido cuatro grupos de exiliados que retornaron en momentos distintos.
El primer grupo retornó liderado por Sesbasar en el año 538 al calor del edicto de
Ciro. Este grupo habría comenzado la construcción del templo pero debido a la
oposición de grupos locales no habría podido finalizarlo.
El segundo grupo volvió de Babilonia con Zerubabel y Josué durante el reinado de Dario I (521-485) y a pesar de las hostilidades finalizaron el templo y lo
inauguraron.
Cuadernos de Teología. Vol. XXX, 2011.
121
El tercer grupo llegó liderado por Esdras bajo el auspicio de Artajerjes I (464-423). En este viaje habría traído una copia de la Ley de Moisés y habría
encontrado que la comunidad de Jerusalén estaba muy alejada de la fe mosaica.
El cuarto y último grupo habría llegado con Nehemías en tiempos de Artajerjes II (404-358) y habría encarado la reconstrucción del muro perimetral de la ciudad y
otras reformas sociales.
Los problemas de cronología ya mencionados podrían indicar que el orden entre Esdras y
Nehemías sea el inverso, y que Nehemías habría llegado a Jerusalén antes que Esdras.
Los documentos
La obra se construye en buena parte sobre documentos oficiales y sobre textos
autobiográficos. En ambos casos no está claro cuan confiables son como registro de la
historia. El edicto de Ciro (Esd 1,1-4) es difícil de aceptar tal como está trascripto debido a la sospechosa generosidad propia y la exigida de sus vasallos connacionales. Las cartas
y documentos reales trascriptos en arameo imperial también pueden estar modificadas a
fin de ofrecer una versión tendenciosa de los hechos. Esd 7,12-9,15 contiene las llamadas
“memorias de Esdras” que pretenden ser testimonio histórico en primera persona pero
donde se evidencia mucho trabajo redaccional. Al arribar a Neh 1-7 encontramos las
memorias de Nehemías, las que también son de compleja evaluación debido a
contradicciones y dificultades literarias. En conclusión, estamos ante un texto que busca
consolidarse a partir de citar documentos que lo respalden pero que no llegan a convencer
al lector crítico. En este caso el problema no reside en que no pueda leerse Esd-Neh como
una construcción literaria sino que ella misma se presenta como una obra historiográfica y coloca marcas de ello al citar documentos que esperan ser leídos como respaldo de tal
condición; y esos documentos no dan la sensación de ser lo sólido que pretenden ser.
Los documentos que podemos identificar en esta obra son los siguientes:
1. Edicto de Ciro el Persa (Esd 1,1-4).
2. Lista de personas que regresaron de Babilonia (Esd 2,1-63) ver Neh 7,6-72.
3. Carta de Rejum, el gobernador, a Artajerjes (Esd 4,11-16); en arameo.
4. Carta de Artajerjes a Rejum en respuesta (Esd 4,17-22); en arameo.
5. Carta de Tatnay, el gobernador, a Darío (Esd 5,7-17); en arameo.
6. Memorando de Ciro con la orden de construir el templo (Esd 6,1-5); en arameo. 7. Carta de Darío a Tatnay en respuesta (Esd 6,6-12); en arameo.
8. Memorias de Esdras (Esd 7-10); incluye porciones en arameo.
9. Edicto de Artajerjes con la orden de regreso a Jerusalén de los exiliados (Esd
7,12-26); en arameo.
10. Genealogía de los líderes que vuelven con Esdras (Esd 8,2-14).
11. Lista de quienes se habían casado con extranjeras (Esd 10,18-44).
12. Memorias de Nehemías (Neh 1-7; 13,4-31).
13. Lista de personas que regresaron de Babilonia (Neh 7,6-72), ver Esd 2,1-63.
14. Libro de la Ley de Moisés (Neh 8,1.18); este documento no se transcribe.
15. Pacto de fidelidad (Neh 10,1-27); se transcriben solo la lista de firmantes.
Cuadernos de Teología. Vol. XXX, 2011.
122
16. Lista de los habitantes de Jerusalén (Neh 11,4-24).
17. Distribución de los habitantes en las aldeas (Neh 11,25-36).
18. Lista de sacerdotes y levitas que volvieron con Zorobabel (Neh 12,1-26).
Observemos algunas de sus características:
a. En primer lugar resalta que cinco documentos (nros. 3 a 9) estén escritos en
lengua aramea. Esta lengua era la lengua franca del imperio persa y lo que sucede
es que el autor ha decidido citar los documentos en su idioma original, pues de
otro modo habría tenido que traducirlos restándoles valor testimonial. Las cartas y
sus respuestas o son transcripciones de textos originales o han sido muy bien
imitadas pues poseen el estilo y forma de cientos de ellas reveladas por el trabajo
arqueológico.
b. Las listas de personas que regresaron de Babilonia a Judá (nros. 2 y 13) son
similares. También hay una versión en el apócrifo 3 Esd 5 con algunas variantes,
pero que en opinión de algunos esta última puede ser una versión más antigua que nuestros dos textos. Para el caso de Esdras la presencia de la lista tiene el sentido
de dar los nombres por clan y por región de quienes retornan junto a él. En
Nehemías parece querer confirmar la lista anterior pues es presentada como un
registro previo existente en los archivos, no compuesto por Nehemías. Pero si
recordamos que Esd-Neh son un solo libro no tiene mayor sentido esta repetición
textual y en consecuencia sumamos un problema más a lo ya mencionados.
Respecto a su contenido es de notar que no menciona a Sesbasar y que coloca el
liderazgo de los repatriados en Zorobabel y Josué.
c. De los dos edictos que autorizan el regreso de los judíos a Jerusalén (nros. 1 y 9),
el segundo firmado por Artajerjes parece más cercano a un documento real. El
primero –de Ciro- está más elaborado y resulta tendencioso respecto a la buena voluntad de los persas. Se ha señalado que tiene como fin adular a las autoridades
persas a fin de ganar su favor y sostener ese beneficio en el tiempo.
d. La Ley de Moisés es mencionada en varias oportunidades (Esd 7,6; Neh 8,1.18) y
se dice de Esdras que es “escriba versado” en ella. No es claro a qué texto se
refiere, si a la Torah, a fragmentos de ella o al Deuteronomio. Lo que puede
inferirse es que refiere a un documento que en ese entonces era considerado
canónico.
e. Las memorias de Esdras y de Nehemías son documentos presentados en primera
persona aunque para Esdras esto no es del todo consistente (ver Esd 10). En el
caso de Nehemías son más homogéneas y suelen ser consideradas originales o al menos inspiradas en un documento verdadero de carácter autobiográfico. Por su
carácter y extensión estos textos autobiográficos no tienen paralelos en la
literatura antigua bíblica ni extrabíblica.
Los personajes
En Esd-Neh hay cuatro personajes que concentran las diversas acciones. Señalar algunas
características nos ayudará a delinear su papel en la obra.
Cuadernos de Teología. Vol. XXX, 2011.
123
Sesbasar. La primera persona que el texto menciona como líder de los retornados es
Sesbasar. Su nombre es de origen persa y significa “Shamas (el Dios sol) preserva al
padre”. A él Ciro le entrega los utensilios del templo que Nabucodonosor había traído
tras el saqueo a fin de que los vuelva a colocar en el futuro templo reconstruido. Sesbasar
es vuelto a mencionar en Esd 5,14-16 en el contexto de la carta que envía Tatnay a Darío
para solicitar se detengan las obras de la ciudad. Esta cita de un documento en arameo en cierta medida confirma su liderazgo y agrega la información de que había sido nombrado
gobernador por Ciro y de que había dirigido la construcción de los cimientos del templo.
Sea cual fuera nuestro grado de confianza en la verosimilitud de este documento, lo cierto
es que el texto asume a Sesbasar como el legítimo líder de la comunidad que retorna y
bajo quien cae la responsabilidad de reedificar el templo.
Se ha especulado con que puede ser la misma persona que se nombra en 1 Cro 3,18 como
Senasar y que es descendiente del rey Salomón. También que Sesbasar es la forma persa
del nombre Zorobabel, de modo que sería ambos personajes la misma persona; pero esto
es muy improbable pues no se ve la razón para que el redactor mantuviera dos nombres distintos y creara confusión en la narración. No se vuelve a hablar de él en ningún texto y
llama la atención su ausencia en la lista de retornados en Esd 2,2.
Zorobabel. Su nombre significa “engendrado en Babilonia” y en principio sorprende que
con tal nombre haya sido un líder de la comunidad que regresa a Judá. Sin embargo es de
linaje real (1 Cro 3,19 y Esd 3,2 lo expresan a través de líneas diferentes pero ambas
conducentes a David) y quizá deba entenderse que la evaluación de la experiencia del
cautiverio por los sobrevivientes fue positiva en el sentido teológico –permitió la
purificación de la fe a través de la dureza de la prueba- y como experiencia cultural donde
renovaron su escritura y adquirieron nuevos valores culturales. Si fue así su nombre
cuadra a la función que le tocó ejercer.
Los profetas Ageo y Zacarías lo celebran como aquel en el cual se depositó la confianza
de Dios para la reconstrucción del templo y la fe de la comunidad. Lo extraño de este
personaje es que desaparece sin dejar rastros, no se menciona ni su muerte ni su destino,
y que su nombre sea ignorado al momento de inaugurar el templo (Esd 6,16-22). Su
figura aparece vinculada a la del sacerdote Josué y –congruente con esta amistad- a la
búsqueda de preservar la pureza de la fe. En 4,1-3 Zorobabel rechaza el deseo de los
habitantes de Judá de ser parte de los constructores del templo a pesar de que argumentan
que ellos buscan “a vuestro Dios y le ofrecemos sacrificios desde los días de Asarjadón”.
Prefiere trabajar solo a unirse con quienes vivían en las inmediaciones de Jerusalén.
Esdras. En hebreo significa “ayuda” y probablemente haya sido entendido como “el que
facilita el acceso” al conocimiento de la Ley de Dios. La definición de su personalidad es
dada en 7,10: se preparó para estudiar la Ley, cumplirla y enseñarla. Era de estirpe
sacerdotal, escriba y conocer de la Ley. Durante el reinado de Artajerjes emprende su
viaje a Jerusalén acompañado de un número importante de judíos. Una de sus principales
preocupaciones fue eliminar los matrimonios de judíos con mujeres cananeas, lo cual
logró a fuerza de insistir y promover un nuevo pacto entre la población que incluía el
expulsión de las actuales mujeres y los hijos nacidos con ellas.
Cuadernos de Teología. Vol. XXX, 2011.
124
Tres elementos destacan su papel en la obra: a. Posee el pleno respaldo del poder
imperial; b. Lo apoya un grupo de personas distinguidas de Jerusalén; c. Su principal
preocupación es preservar la semilla santa de Israel, para la cual lleva adelante una
profunda reforma religiosa y social (cf. Bruggemann, 365). Debido a estas características
mostradas en Esd 7-10 y Neh 8-9, será entendido en la posteridad como el creador del
judaísmo posexílico y en la tradición rabínica como un segundo Moisés. Su figura impactó de tal manera en la antigüedad que se escribieron varias obras atribuidas a su
persona, varias de ellas incluidas en la LXX y la Vulg, hoy tenidas entre los libros
apócrifos. Ya mencionamos las dificultades para establecer con algún grado de certeza la
cronología de sus hechos.
Nehemías. De acuerdo a los textos actuó en relación con Esdras, pero ya explicamos las
dificultades para confirmar esta información. Había partido de Susa, donde era copero del
rey, con salvoconductos para todos los gobernadores de la región. Es un líder de la
comunidad posexílica que se dedicó a organizar la vida social y a restaurar la ciudad. En
su solitario viaje nocturno (Neh 2,11-16) comprobó la necesidad de reparar la muralla y sus puertas para lo cual convocó a todos a abocarse a esa tarea. Se indigna con la usura a
que eran sometidos los judíos pobres por parte de sus propios hermanos judíos y reclama
una reforma (Neh 5,11) que es aceptada y que preserva el derecho de los menos
favorecidos, así como denuncia la corrupción de quienes gobernaron antes que él. En Neh
13,6-7 se menciona un segundo viaje a Jerusalén y a su regreso establece una reforma
religiosa. En sus memorias reclama reconocimiento de Dios por sus labores, repitiendo la
frase “acuérdate de mi, Dios mío, para bien”.
Estructura y dinámica literaria
Distinguimos las siguientes partes en el texto de Esd-Neh:
Esdras 1-6 Desde el edicto de Ciro hasta la reinauguración del templo
Esdras 7-10 Memorias de Esdras
Nehemías 1-7 Memorias de Nehemías
Nehemías 8-10 Esdras lee la ley al pueblo, expiación y pacto
Nehemías 11-13 Memorias de Nehemías
Esd 1-6. La construcción del sentido de esta obra es compleja y por momentos vacilante.
Comienza con la narración del período que va desde el edicto de Ciro que abre la puerta al regreso a Jerusalén de los judíos de Babilonia y finaliza con el templo restaurado y en
pleno funcionamiento. Esta etapa se cierra con la celebración de la pascua (Esd 6,19-22).
Dentro de esta parte distinguimos los caps. 1-2 que narran desde la salida hasta el
asentamiento en Israel (2,70). La lista del cap. 2 incluye los nombres de los exiliados que
regresan pero también la de aquellos que no pudieron demostrar que pertenecían a Israel
(2,59-63), incluidos algunos sacerdotes. Esto indica que detrás de la lista está tanto el
sentido de pureza y verdadera pertenencia a la semilla de Abraham como el reclamo por
la propiedad de la tierra de cada antepasado. A partir de allí toda la narración se
concentra en la reconstrucción del templo y sus dificultades, donde Zorobabel aparece
Cuadernos de Teología. Vol. XXX, 2011.
125
como el líder de la comunidad y gestor de la restauración del culto, secundado por el
sacerdote Josué. Una vez finalizada esta historia la obra prosigue con las intervenciones
de Esdras y de Nehemías en forma alternada.
Esd 7-10. Esta parte consiste en las llamadas “memorias de Esdras”. El edicto de
Artajerjes habilita a los judíos a regresar y establecerse en Judá (7,13), indica la disposición del la corona a apoyar financieramente con donaciones y ofrendas (7, 15-20)
y coloca la Ley de Moisés como normativa para la vida del pueblo (7,25-26). Luego el
texto se demora en los detalles del viaje hacia Jerusalén de toda la comitiva, destacándose
la constatación por Esdras del hecho de la carencia de levitas para los servicios del
templo. Una rápida decisión le permite proveerse de levitas legítimos que son traídos de
una aldea donde se habrían concentrado luego de la expulsión de Jerusalén. Al llegar a
Jerusalén encara un tema que será central a su ministerio: el problema de los matrimonios
de judíos con mujeres cananeas. Luego de una asamblea donde Esdras llama al
arrepentimiento y a recomponer sus vidas en acuerdo a la Ley, se establece un pacto por
el cual los varones se abstendrán de tomar por esposas a las extranjeras y expulsarán a las que en ese momento tenían, incluidos los hijos de ellas. Desconocemos el número de
personas afectadas por esta expulsión ni el impacto que habría tenido en la región pues
las mujeres deberían haber vuelto a sus familias originales (cf. Frymer-Kensky, 289-290;
Cohn-Eskenazi).
Neh 1-7. Estos capítulos consisten en el grueso de las “memorias de Nehemías”. Al
observar que las murallas y las puertas de la ciudad están en ruinas encabeza un programa
de tareas para repararlas. Entre la comunidad hay entusiasmo y muchos voluntarios se
suman al trabajo, pero no dejan de aparecer los enemigos que conspiran contra la
reconstrucción y la organización del pueblo. La obra se concluyó en cincuenta y dos días
(6,15) y a partir de ello se volvió a poblar la ciudad y las aldeas vecinas. La inclusión de la lista ya presentada en Esd 2 persigue un fin no del todo claro, pero podemos afirmar
que busca consolidar la tarea de Nehemías respaldándola con el prestigio del sacerdote
Esdras.
Neh 8-10. El v. 8,1 retomar el relato de las memorias abandonado en Esd 10,44. No
sabemos por qué razón fue dividido de esta manera. Comienza con la lectura de la Ley
ante todo el pueblo y el reconocimiento de este de que ha vivido apartado de ella. En 8,14
se señala que recuerdan la celebración de la fiesta de las Tiendas y se disponen a
construir las enramadas para celebrarla. En 9,2 se vuelve a insistir sobre la separación de
los extranjeros y leen el libro de la Ley. Luego el texto presenta la oración de los levitas seguida de todo el pueblo. Sus últimos versos (9,36-37) describen como pocos la
situación de angustia de la comunidad posexílica: “he aquí que hoy somos siervos,
siervos en la tierra que diste a nuestros padres…”
Neh 11-13. Los caps. 11 y 12,1-26 son listas de los habitantes de la ciudad. En 12,27-43
se narra la dedicación de la muralla y la alegría del pueblo así como se señala el prestigio
que sacerdotes y levitas tenían ante el pueblo (12,44). Las memorias de Nehemías son
retomadas a partir de 13,4 y se extienden hasta el final del libro. En esta oportunidad de
narra una nueva reforma religiosa. Al regreso de su segundo viaje a Jerusalén Nehemías
Cuadernos de Teología. Vol. XXX, 2011.
126
encuentra otra vez corrupción: Tobías el ammonita tenía una oficina en el templo, los
levitas no recibían sus salarios y se habían marchado, no se respetaba el sábado y había
vuelto a haber casamientos con mujeres extranjeras. Nehemías purifica (13,30) el templo
y las personas y restablece el orden religioso. Con esta reforma se cierra el libro.
Teología de Esdras-Nehemías y pistas hermenéuticas
Una adecuada hermenéutica ha de tener en cuenta que por complejo que nos resulte el
texto hay elementos teológicos que se distinguen y que dan a esta obra su personalidad. A
la vez es una obra de la que pueden extraerse conclusiones erróneas si se cae en una
simple literalismo. Destacamos los siguientes elementos teológicos:
1. Considerar teológicamente esta obra nos lleva a concluir que los problemas del
texto que permanecen sin resolver desde el punto de vista de los hechos históricos
(cronología, relación entre personajes, identificación de actores, etc.) no nos
impiden leerla y extraer su mensaje. Atar el mensaje a una reconstrucción histórica confiable nos dejaría con las manos vacías no solo en esta obra sino en
muchas otras de la Biblia Hebrea. Por otro lado, la ambigüedad e incluso la
contradicción interna entre datos es también parte del mensaje y no debemos
forzar una explicación de aquello que no la tiene ni exige.
2. En el momento en que Israel encara su reconstrucción luego del exilio recurre
como fuente de inspiración y guía a sus Escrituras. Una y otra vez el sacerdote
Esdras contrasta las conductas del pueblo con la Ley de Moisés. Las sucesivas
reformas religiosas se construyen sobre una nueva lectura de aquellos textos
normativos. El culto, la ética personal, las prácticas rituales, el cuidado de la
ciudad, la constitución de las familias, todo se delinea en función del mensaje impreso en las Escrituras. En medio de tantas opciones y dificultades, el texto
vuelve a ser el lugar objetivo donde encontrar orientación.
3. Se narran al menos tres reformas religiosas (Esd 9, Neh 8 y 13). ¿Puede esto
considerarse una afirmación de que la vida de fe requiere de una renovación
permanente? La lectura de esta obra deja entrever que cada generación debe
reconstruir su vínculo con Dios y que no hay reforma que sea definitiva.
4. Un tema que subyace es la consideración del otro (cf. Camp, 343). Ante la crisis y
el riesgo de perder identidad esta obra aboga por la separación del pueblo de aquellos que son distintos (en contraste con el mensaje de los libros de Rut, Jonás
y otros textos esparcidos en las Escrituras). La respuesta de Esd-Neh es la
expulsión de las mujeres extranjeras y sus hijos y la centralización del poder
religioso en el templo y el sacerdocio. Ambos elementos deben ser evaluados
como una opción para el momento histórico que enfrentaron y no como un
mandato. En el juego del equilibrio entre la preservación de la identidad y la
apertura a lo nuevo que ha de modificar nuestras tradiciones, esta obra opta por
romper el equilibrio como estrategia para superar una crisis. Pero Israel no nació
como pueblo ni continuó su vida posterior a este período aislándose del resto del
Cuadernos de Teología. Vol. XXX, 2011.
127
mundo ni expulsando a quienes fueran distintos de él sino participando de una
dialéctica creativa y generosa donde aportó su mensaje y supo recibir la sana
influencia de quienes los rodeaban. Hay en este sentido una contradicción en la
misma obra que por un lado llega al extremo de negar a los extranjeros toda
santidad y por otro dice que Ciro fue movido “por el Espíritu de Yavé” para
permitir el retorno y que “el Dios del cielo le ordenó construir un templo en Jerusalén” (Esd 1,1-2). Este tipo de reconocimiento hacia el monarca y el pueblo
de Babilonia –que le entregan ofrendas y dinero para el templo- se repite en varias
ocasiones y pone en evidencia que también en esa época podían ver la acción de
Dios que actuaba a través de aquellos que no pertenecían a su comunidad de fe.
Bibliografía
Abade, Ph., El libro de Esdras y Nehemías, Estella 1998.
Andiñach, Pablo, Nehemías 9:5b-37: Oración y denuncia de la opresión, en Los caminos
inexhauribles de la palabra. Homenaje a J. Severino Croatto, Buenos Aires 2000,
241-253.
Blenkinsopp, Joseph, Ezra-Nehemiah, Philadelphia 1988.
Brueggemann, Walter, An Introduction to the Old Testament, Louisville 2003, 363-374.
Camp, Claudia, Wise, Strange, and Holy: The Strange Woman and the Making of the
Bible, JSOT Supp, Shefield 2000.
Clines, David, Ezra-Nehemiah, Grand Rapids 1984.
Cortese, Enzo, Esdras y Nehemías en A. Levoratti (ed.), Comentario Bíblico
Latinoamericano I, Estella 2005, 789-819. Childs, Brevard, Introduction to the Old Testament as Scriptures, Philadelphia 1979,
624-638.
Cohn-Eskenazi, Tamara, In an Age of Prose. A Literary Approach to Ezra-Nehemiah,
Atlanta 1988.
___________________, Ezra-Nehemiah, en Carol Newsome y Sharon Ringe, The
Woman’s Bible Commentary, London 1995, 116-123.
___________________, Revisiting the Composition of Ezra-Nehemiah: A
Prologomenon, en Frank Ritchel Ames and Charles William Miller (eds.) Foster
Biblical Scholarship. Essays in Honor of Kent Harold Richards, SBL Atlanta 2010, p.
215-234. Frymer-Kensky, Tikva, Reading the Women of the Bible, New York 2002.
Hayes, C., Intermarrige and Impurity in AncientJewish Surces, HTR 92 (1999) 3-36.
Japhet, Sarah, The Supposed Common Authorship of Chronicles, Ezra and Nehemiah, VT
18 (1968) 330-371.
Klein, Ralph, The Books of Ezra and Nehemiah, NIB 3, 663-851.
__________, Ezra and Nehemiah, Books of, en ABD 2, 731-742.
Soggin, J. Alberto, Introduction to the Old Testament, London 1980, 420-428.
Schmidt, Werner, Introducción al Antiguo Testamento, Salamanca 1983, 201-213.
Williamson, H., Ezra, Nehemiah, Waco 1985.
Cuadernos de Teología. Vol. XXX, 2011.
128
El autor
Pablo R. Andiñach es Doctor en Teología y profesor de Antiguo Testamento en el ISEDET.
Fecha de recepción: 12.8.2010 Fecha de aceptación: 13.9.2010
Top Related