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Campus Dominicano © Dominicos 2010 Página 1 TEMA IV La hermenéutica o interpretación de la Biblia Fr. Luis López de las Heras, O.P. 1. La hermenéutica bíblica y su historia La palabra "hermenéutica" proviene del verbo griego "hermenéuin", que significa "interpretar, traducir, explicar". Dicho verbo proviene a su vez de Hermes (Mercurio), considerado como "intérprete y mensajero de los dioses". Ordinariamente se aplicaba a algún lenguaje oscuro, a textos antiguos, en particular los de la Biblia, denotando “las reglas" a seguir para entender esos textos. Ya Aristóteles tiene un tratado Perí hermeneías (= Sobre la Interpretación). En nuestro siglo esta noción tan sencilla ha venido a ser un tanto compleja por la reflexión filosófica que la ha acompañado desde F. Sclileiermacher (1768-1834), adquiriendo un doble significado: el del "arte de interpretar correctamente los libros santos"; y "el método que quiere comprender y leer el texto desde el hoy" de nuestra existencia. No es que los antiguos no pretendieran esto último; pero una reflexión filosófica sobre eso no se ha dado hasta nuestro tiempo, en que se ha radicalizado el problema hermenéutico. Veámoslo más despacio. 1. Ya en la misma Biblia ( en el A.. T.) vemos cierto proceso histórico de la Hermenéutica: circunstancias nuevas han obligado a buscar luz en textos anteriores; son las llamadas "relecturas " bíblicas. La historia Yavista ( J) de los patriarcas y de Moisés, escrita en el s. X, está reproducida y narrada por el Código Sacerdotal ( el P.) en el s. VI según su propia forma literaria y teológica. El Código deuteronómico ( Dt 12 -26) en muchos casos es un "reinterpretación" actualizada y adaptada a los cambios de la vida económica y social de Israel sedentarizado en Canaán. Las reinterpretaciones se dan también en otros libros, vgr. en el Eclo. y Sab ( cf. c. l7s sobre el maná y las plagas de Egipto) y sobre todo en los libros proféticos. Por estos ejemplos vemos cómo se busca una comprensión de las nuevas circunstancias a la luz de la antigua revelación. Se trata de una "adaptación" de los

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    TEMA IV

    La hermenutica o interpretacin de la

    Biblia

    Fr. Luis Lpez de las Heras, O.P.

    1. La hermenutica bblica y su historia

    La palabra "hermenutica" proviene del verbo griego "hermenuin", que significa "interpretar, traducir, explicar". Dicho verbo proviene a su vez de Hermes (Mercurio), considerado como "intrprete y mensajero de los dioses". Ordinariamente se aplicaba a algn lenguaje oscuro, a textos antiguos, en particular los de la Biblia, denotando las reglas" a seguir para entender esos textos. Ya Aristteles tiene un tratado Per hermeneas (= Sobre la Interpretacin). En nuestro siglo esta nocin tan sencilla ha venido a ser un tanto compleja por la reflexin filosfica que la ha acompaado desde F. Sclileiermacher (1768-1834), adquiriendo un doble significado: el del "arte de interpretar correctamente los libros santos"; y "el mtodo que quiere comprender y leer el texto desde el hoy" de nuestra existencia. No es que los antiguos no pretendieran esto ltimo; pero una reflexin filosfica sobre eso no se ha dado hasta nuestro tiempo, en que se ha radicalizado el problema hermenutico. Vemoslo ms despacio.

    1. Ya en la misma Biblia ( en el A.. T.) vemos cierto proceso histrico de la Hermenutica: circunstancias nuevas han obligado a buscar luz en textos anteriores; son las llamadas "relecturas " bblicas. La historia Yavista ( J) de los patriarcas y de Moiss, escrita en el s. X, est reproducida y narrada por el Cdigo Sacerdotal ( el P.) en el s. VI segn su propia forma literaria y teolgica. El Cdigo deuteronmico ( Dt 12 -26) en muchos casos es un "reinterpretacin" actualizada y adaptada a los cambios de la vida econmica y social de Israel sedentarizado en Canan. Las reinterpretaciones se dan tambin en otros libros, vgr. en el Eclo. y Sab ( cf. c. l7s sobre el man y las plagas de Egipto) y sobre todo en los libros profticos. Por estos ejemplos vemos cmo se busca una comprensin de las nuevas circunstancias a la luz de la antigua revelacin. Se trata de una "adaptacin" de los

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    textos antiguos, que en el judasmo adoptar el nombre de midrsh (literalmente "bsqueda", de darsh= buscar)1.

    2. El Judasmo intertestamentario, consciente de que la Escritura deba ser la norma de vida de la comunidad, encontramos tres modos de hacerlo: la halakh= camino, de halk=caminar), en la que se explican los textos legales en orden a dar normas de conducta moral; la haggadh =narracin (de nagd= narrar), en la que se explican las narraciones histricas, enriquecindolas con motivos legendarios, todo ello en orden a la edificacin; y finalmente el psher ( de pashr =interpretar), en el que se leen acontecimientos presentes a la luz de escritos profticos ( f. Dan 2; 4; 5 y 7) y , fuera de la Biblia, el "psher" o comentario de Habacuc, encontrado en Qunrn, en el que se lee la opresin romana no ya la original babilnica.

    3. Con Jess esto llega al culmen: El es el "exgeta " por excelencia ( cf. Jn 1, 18). Es "la Palabra de Dios encarnada", al cual se ordenaban todas las cosas que Dios haba revelado en el A. T. muchas veces y de muchas irlaneras( Hebr 1, ls). Jess mismo interpreta todas las Escrituras referentes a l en la Ley, los Profetas y los Salmos ( Lc 24, 27); las Escrituras nos hablan de l ( Jn 5, 36.49); l da cumplimiento a la Ley y a los Profetas (Mt 5, 17). Y argumenta a veces como los rabinos: cf. Mt 19, 6 con Gn 2, 24; Mt 22, 23dss con Ex 3, 6)9.

    4. La exgesis de los Apstoles, empezando por la de S. Pablo, no ignora estas formas; pero sobre todo est marcada por el hecho de Cristo, a cuya luz leen el A. Testamento. Ese hecho da un sentido mucho ms profundo a las antiguas Escrituras, vgr. a lo de Is 7, 14, sobre la concepcin del Mesas de una Virgen; lo de la Pasin del Siervo de Yaliv ( de Is 53 y el Salmo 22) sobre la redencin universal por la muerte del Siervo. Y ya de entrada, sobre el amor de Dios y su misericordia manifestados ahora como nunca en la Encarnacin y Muerte del Hijo de Dios por todos los hombres y nuestra condicin de "hijos de Dios", hecha realidad para todos en Cristo.

    5 La era patrstica.- Ya los griegos encontraron pasajes en Homero que les parecieron difciles, como la atribucin de ciertas cosas a los dioses. De ah que recurrieron a la alegora. Eso mismo har el filsofo judo alejandrino Filn con textos difciles del A.T.. Pero la primera gran reflexin cristiana sobre el problema hermenutico se debe a Orgenes ( s. III), quien se propuso fijar y estudiar con rigor el texto de la Biblia. Orgenes distingui entre el sentido literal o histrico y el espiritual o alegrico: se denomina espiritual", porque intenta encontrar aplicaciones espirituales en la Biblia por todas partes. Con l apareca la escuela alejandrina, que dara una importancia exagerada al sentido alegrico; y en el s. IV, 1 Cf. E. KETTERER - M. REMAUD, El Midrs, Ed. Verbo Divino, Colec. "Cuadernos B 1b1iocos", n'. 24, 1995, 96 pp.

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    la antioquena, que atendera mucho ms al sentido literal, desconfiando del alegrico. Entre los Padres latinos S. Jernimo ser "literalista"; S. Ambrosio y S. Hilario seguirn a la escuela alejandrina. S. Agustn, junt con bastante fortuna ambos sentidos: en los Sermones tendr bastante en cuenta las explicaciones alegoras"; en otros tratados, atender ms al sentido" literal". Influy notablemente en la Edad Media, tambin con su libro De doctrina cristiana, I - IV, donde establece las normas de constatacin del dato revelado y el modo a seguir en su exposicin 2

    6. Con la Edad Media vino a ser clsico el problema de los sentidos de la 5 Escritura. Los medievales propusieron cuatro sentidos de la S. Escritura: el sentido literal, en el que se narran las cosas del pasado o futuro histrico; el sentido analgico, en el que propondran las cosas a creer; el sentido moral, en el que vieron las cosas a practicar; y finalmente el sentido anaggico, donde se nos hablara de las realidades escatolgicas. Esta divisin pudo ser un buen esquema a la hora de predicar; pero en realidad no era rigurosa cientficamente: hay cosas muy importantes en el Credo, que se nos narran" en la S. Escritura. Fue ms importante la discusin, que se ha prolongado hasta nuestros das, si en la S. Escritura hay "un sentido literal slo" o si tiene "mltiples sentidos". Sto. Toms de Aquino dir que en la S. Escritura hay un sentido bsico, que es "el literal"; pero que a veces Dios, con las realidades designadas directamente por ese sentido, puede prefigurar otras realidades futuras, de las cuales aquellas son "tipo". Por ello l concluye que hay dos sentidos: el simplemente literal y el tpico, fundado en el literal. Por lo dems a la hora de interpretar la S. Escritura haba de tenerse presente la voz de la Iglesia. El acepta lo de "los cuatro sentidos" de que se hablaba en su tiempo; pero entendiendo que en realidad se reducen al "literal" primario y al "tpico", fundado en el literal". En ltima instancia todo se fundamenta y reduce al literal.

    7. La Reforma y el Conc. de Trento.- Pasados unos siglos en los que el problema hermenutico no ocupa un lugar central, surge la Reforma, que vuelve a l con el principio de la "sola Scriptura". La Escritura tena que explicarse por s misma: las cosas oscuras por las claras. Lutero estaba convencido de que, si haba en ella cosas oscuras, la realidad era clara. Y as llega a otro principio: la medula que da sentido a toda la Escritura es Cristo y as opone la Ley y el Evangelio. El Concilio Tridentino afirmar que la Escritura no puede entenderse independientemente de la Iglesia y de la Tradicin.

    8. El principio de la "sola Scriptura" llevar tambin a los protestantes a la postura radical del mtodo "histrico-crtico y con el Racionalismo ( s. XVIII) a

    2 Cf. ML, 34, 19ss; BAC, Obras de S. Agustn, vol. 15, p. 63ss..

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    considerar la Biblia como otro libro cualquiera. Pero ya antes, en los s. XVI y XVII el conocimiento mejor de las lenguas antiguas y de la literatura juda como de las antiguas versiones llev pronto a la crtica textual y a la crtica literaria : Es Moiss el autor del Pentateuco? -En l hay claramente diversas fuentes!; y leyes posteriores a Moiss.

    Con el Racionalismo aparecen o cobran fuerza las tres crticas: la textual, la literaria y la histrica. - Los descubrimientos del s. XIX, paleontologa como los de la arqueologa del medio Oriente con la crtica-histrica, iban a poner las cosas al rojo vivo, al pretender no pocos ver en la Biblia errores , mitos incompatibles con la ciencia y otros descubrimientos. No faltaron catlicos que supieron valorar los aspectos positivos de la crtica: entre ellos destacan el P. JosMa . Lagrange, O.P., que a principios de siglo public su libro La mthode historique y el P. Hurrirnelauer, S.J..

    9. La postura de la Iglesia.- Los documentos ms importantes de la Iglesia al respecto han sido los siguientes: la Enccl. Providentissimus Deus, de Len XIII ( a. 1893); la Enc. Divino afflante Spiritu, de Po XII (1943); la carta de la Pont. Comisin Bblica al Card. Suhard ( 1948); la Instruc. de la Comis. Bblica sobre la historicidad de los Evangelios (1964) y la Constitucin De Verbum, del Conc.Vaticano II.

    Len XIII, frente a las preocupaciones del entonces, propone unos sanos principios valederos para todos los tiempos: conocimiento de las lenguas bblicas, del contexto, los paralelos, la analoga de la fe; pero no atribuye valor especial a la experiencia, que es una de la exigencias de la Hermenutica transcendental de nuestro tiempo.

    La Divino afflante Spiritu ( 1443) abri nueva poca en la investigacin bblica catlica, admitiendo expresamente la crtica histrica y recomendando especialmente el estudio de los gneros literarios. Quedaban an cerradas las puertas a la consideracin crtica de los "once primeros captulos" del Gn ( la Historia de los Orgenes); pero las abra unos aos ms tarde la carta del Secretario de la Pontificia Comisin Boblica al Card. Suhard ( 1948). Finalmente coronaba todo esto la Instruccin sobre la verdad histrica de los Evangelios ( 1964), en la que se reconoca los valores positivos de la "Historia de las Formas".

    Las posiciones actuales, recogidas en la Const. Dei Verbum del Con. Vaticano II (1965), fundamentalmente son las mismas3. Las tenemos en el c. 3 (Sobre la inspiracin de la S Escritura y su interpretacin) y en el c. 6 (Sobre la 5 Escritura en la vida de la Iglesia). El c. 3 contiene un conjunto de directivas que se pueden

    3 Cf. L. ALONSO SCHKEL Y COLABOR., Comentarios a la Contitucin "De Verbum ", Ed. BAC, Madrid, 1969, 797 pp..

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    repartir en tres grupos: l El horizonte literario, en el que se destaca la importancia de ' los gneros literarios en la Biblia; 2'. horizonte histrico-cultural: la crtica literaria lleva al "Sitz im Leben"; es decir, la "Situacin vital" o histrica ( cf. H. Gunkel) de los relatos con sus "maneras habituales y espontneas de pensar, hablar y narrar", usadas en cada poca; Y 3., el horizonte teolgico: "la Escritura debe ser leda e interpretada en el mismo Espritu con que fue escrita". Fue el Espritu Santo quien inspir a los escritores sagrados con un carisma especial: su accin debe tambin ser fundamental en la explicacin del exgeta. Cmo podra captar el mensaje de la Escritura un intrprete que no tuviera fe? En este mbito hay tres reglas a tener en cuenta: la unidad de toda la Escritura, la tradicin viva de la Iglesia y la analoga de la fe. Es incumbencia del exgeta tratar de comprender y exponer con la mayor profundidad posible el sentido de la S. Escritura. Sin embargo su interpretacin est sometida en ltima instancia al juicio de la Iglesia, a quien ha sido confiada la verdad revelada: ella es "la columna y fundamento de la verdad" (1 Tim 3, 15) y "toda profeca de la Escritura no es objeto de interpretaciones privadas, pues no fue trada por voluntad alguna humana, sino que los hombres santos hablaron inspirados por el Espritu Santo" (2 Pedr 1, 20).

    En conclusin diramos, con H. Cazelles, que la Hermenutica Bblica debe ser integral; es decir: tener en cuenta la crtica textual, la crtica literaria, la crtica histrica y la crtica teolgica. La primera atiende a establecer el texto autntico, compulsando los diversos manuscritos; la literaria se sirve de los mtodos de la lingstica, de las lenguas bblicas y los gneros literarios; la histrica tiene a la vista el contexto histrico de los textos; y la teolgica considera que "el pueblo en que se escribieron esos libros- es un pueblo siempre vivo: el Israel de Dios". Para l y a fin de conociera y amara a Dios inspir el Espritu Santo a los escritores sagrados 424.

    Por ello aqu nos limitaremos a la crtica literaria - especialmente a "los gneros literarios" y a la crtica teolgica. La primera constituye los principios de interpretacin racional; la segunda es la que compete a la Biblia por su carcter sobrenatural.

    10.- La Nueva Hermenutica. En los tiempos modernos (desde F. Schleiermaher -1768-1834-) dicho hecho ha devenido un problema filosfico-teolgico de reflexin, investigando a fondo sobre l y sus elementos. Dicha reflexin, que ha llevado a radicalizar el problema hermenutico, sin duda ninguna

    4 Cf. J. CHMIEL, art. Hermenutica, en: "Diccionario Enciclopdico de la Biblia", Herder, Barcelona, 1993, p. 705-709; P. GRECH, art. Hermenutica, en: "Nuevo Diccionario de Teologa Bblica" ( dir. por ROSANO- RAVASI - GIRLANDA), Ed. Paulinas, Madrid, 1990, p.733-762 y V. MANNUCCI, La Biblia como palabra de Dios, Descle de Brouwer, Bilbao, 1995, Y., p. 253- 322

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    tambin nos ha enriquecido; pero no anula el planteamiento clsico de la Hermenutica. Por ello dedicaremos nuestra primera consideracin a l, para venir luego al planteamiento moderno de la Hermenutica.

    2. Las partes de la Hermenutica clsica: noemtica, heurstica y proforstica

    La Hermenutica clsica consta de tres partes: la "noemtica o teora de los sentidos "nema"= pensamiento, sentido"); la "heuristica" (de "heurisco"= encontrar) o estudio de los elementos para encontrar el sentido; y de la "proforistica (de "prfero "= presentar), exponer dichos sentidos. Las dos primeras son las que al presente nos interesan especialmente.

    3. La "nomatica" o de los "sentidos" de la

    palabra de Dios

    Hoy generalmente se admite que los sentidos bblicos se reducen a dos: al sentido literal, que es el expresado inmediatamente por las palabras del autor sagrado, vgr. sacrificaris el cordero pascual"; y el tpico, un sentido expresado por voluntad de Dios con una persona o realidad, a la que se referan directamente las palabras del hagigrafo, como tipo o figura de otra realidad, vgr. ver dicho "cordero pascual" como figura o tipo de Cristo, sacrificado por nosotros. Este segundo sentido es propio de la S. Escritura, pues slo Dios, su Autor principal, puede ordenar una realidad a significar otra.

    Los sentidos "natural o figurado, propio e impropio " son formas del nico sentido literal. Si se habla de diversos sentidos de la Biblia hay que tener en cuenta que : "Todos los sentidos se basan sobre uno, el literal, del cual slo se puede sacar argumento" ( Sto. TOMAS, Suma Teol., I, e. 1, a. 10, ad lum.). Los pasajes de la Escritura slo tienen un sentido literal, pues Dios habla a los hombres al modo de los hombres: nos habla para comunicamos sus cosas. Si sus palabras tuvieran varios sentidos independientes, no sabramos a qu atenemos y la palabra de Dios vendra a ser como un crucigrama o una anfibologa. Ello no quita que en alguna ocasin pueda darse esto como se da a veces entre los hombres debido a las circunstancias ( cf. Jn 7, 8-10; Juec 14, 13ss).

    Se ha discutido si Sto. Toms, el expositor eminente de esta teora de Ios sentidos" de la palabra de Dios, admiti pluralidad de sentidos en la Biblia. Con los medievales, amn del sentido "tpico" o "espiritual"-tambin lo llama as--efectivamente a veces habla de "sentidos" de la palabra de Dios. Y los medievales

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    se refieren a cuatro sentidos, segn unos clebres versos: " La letra, el sentido literal, ensea los hechos: qu debes creer; la alegora, la moral: qu debes hacer; y a dnde debes tender, la anagoga. " Sin embargo el Santo, los tres ltimos, los ve como especies del "espiritual" o "tpico" (cf. Quodlib. VII, c. 6, a. 1 y 2. Por otro lado esa divisin, basada en la materia, no es muy lgica, aunque fuera til para la predicacin: es claro que el sentido literal nos dice a veces qu es lo que tenemos que creer, qu debemos obrar y a dnde debemos tender.

    En resumidas cuentas todos los sentidos de la Escritura se basan en el literal, pues en l tambin se apoya el "tpico". As es que "los gneros literarios" y otros factores que habremos de considerar se ordenan ante todo a determinar el sentido literal del texto bblico; las "acomodaciones" no son sentido bblico.

    Otra cosa es el sentido "plenior" o "pleno", denominado con otros nombres; pero entre nosotros por ese. Dicho sentido se funda tambin en el literal literal. Se ha discutido mucho sobre su existencia y naturaleza. El P. Benoit (a. 1961) calificaba esto de "queston embrouille". A l dedic su tesis doctoral R.E. BROWN y poco ms tarde la suya P. SANSEGUNDO.5 No han faltado quienes lo han rechazado; pero la misma Iglesia en documentos autorizados viene a respaldarlo.

    Qu es? En qu consiste ese sentido? Un ejemplo puede ser la profeca de Malaquas sobre el sacrificio universal, grato a Dios: "No tengo ninguna complacencia en vosotros, die Yahv Sebaot, y no me es grata la oblacin de vuestras manos. Pues desde donde sale el sol hasta donde se pone grande es mi Nombre entre las naciones y en todo lugar se ofrece incienso a mi Nombre y una oblacin pura" (Mal 1, 1 Ob- 1 la). Nosotros vemos ah el sacrificio eucarstico. Es una superposicin que hacemos nosotros a ese texto de Malaquas o es un sentido pleno del mismo? - Por sentido pleno entendemos un sentido incluido en el texto, homogneo con su contenido, desconocido, al menos plenamente, por el hagigrafo, y descubierto a la luz de una revelacin, enseanza o situacin posterior.

    El Sermn de la Montaa parece justificarlo, pues Cristo dice que no ha venido a abrogar la Ley, sino "a consumarla" y aduce algunos casos. Entre ellos se destaca el amor al prjimo, que los hebreos lo restringan casi a los connacionales, pero que Jess extender hasta a los enemigos, afirmando en otro pasaje que "de estos dos preceptos del amor a Dios y al prjimo-penden toda la Ley y los Profetas"( Mt 22, 40). Es decir: que aqu est implcito el amor a todos los hombres. En relacin con el quinto precepto Jess condena la ira; y en cuanto al sexto,

    5 P. SANSEGUNDO, Exposicin histrico-crtica del hoy llamado "sensus plenior' de la Sagrada Esritura, Rev. STUDIUM vila, 1963, 149 pp.,

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    respecto del cual la, Ley se quedaba en lo externo, l condena tambin los actos internos, que llevan al mismo.

    Respecto del "divorcio", autorizado por la Ley, Jess mira al espritu de la unin matrimonial: "al principio no fue as (Mt 19, 8).

    A parte de estos hechos se puede deducir la posibilidad de este sentido de la diversidad ambiental y de otro factor importante: de que el hagigrafo es un instrumento deficiente en manos de Dios, que es el Autor principal de la S. Escritura.

    La revelacin divina na sido progresiva y Dios se ha ido acomodando a los tiempos. Hay que tener en cuenta esa synkatbasis o "condescendencia" divina, as como tambin que el A. T. se ordenaba al Nuevo. Como dice la Dei Verbum, Ios libros del AT adquieren y manifiestan su plrna significacin en el N. Testamento ( Mt 5, 17; Lc 24, 27; Rom 16, 25-26; 2 Cor 3, 14-16), ilustrndolo y explicndolo al mismo tiempo" ( Const. Dogm. "Dei Verbum ", c. 4, n. 16). As que, como dijo S. Agustn: " El Nuevo Testamento est latente en el Antiguo, y el Antiguo est patente en el Nuevo"6

    Es claro que muchas frases del AT con el hecho de la encarnacin cobran grandes resonancias, que difcilmente pudo prever el hagigrafo. Una de ellas puede ser sta de Baruc, que l aplica a la Ley: "Despus apareci en la tierra y con los hombres convivi" ( Bar 3, 38). Lo mismo puede decirse de frases referentes a la Sabidura divina, personificada "literariamente" en los libros sapienciales.

    Anteriormente hemos citado la profeca de Mal sobre el sacrificio universal, grato a Yahv. Podamos haber citado as mismo la de Isaas sobre la virgen, madre del Enmanuel" ( Is 7, 14). Si el hagigrafo se refiere a la joven doncella, esposa de Ajaz y madre de Ezequas en su sentido literal obvio, es de suponer que no pens en una concepcin virginal ", como luego ocurri al verificarse el orculo mesinico: S. Mt lo invocar en prueba de la concepcin virginal de Jess por obra del Espritu Santo ( Mt 1,23).

    Se nos dir que se es un caso de sentido tpico. El Aquinate dice que el profeta es un instrumento deficiente en manos del Espritu Santo (Suma Teol., 2-2, c. 173, a. 4). Eso puede valer tambin para el hagigrafo, que es un caso anlogo. Para ser "autor" instrumental de lo que escribe no es necesario que tenga ideas muy claras: basta con que tenga algn conocimiento de las mismas, aunque no sea muy preciso.

    6 Cf. S. AGUSTN, Quaestiones in in Hept., 2, 73 ML 34, 623; Ed. BAC, Obras de S. Agustn, vol.28, p. 230,

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    En general podemos decir que el hecho de Cristo ha aportado plenitud a muchas cosas del A. Testamento, comenzando por conceptos fundamentales del mismo, como son la alianza, la salvacin, la grandeza de la promesa y de la eleccin divina, la salvacin, la liberacin, la herencia, la Tierra Prometida y el descanso, el perdn, la gracia, la gloria, la misericordia divina, el amor de Dios a los hombres, la condicin de hijos de Dios y su paternidad para con nosotros, etc.7

    Por lo dems un sentido ms pleno puede descubrirlo el cristiano, no slo en textos del A.T, sino del Nuevo por una circunstancia especial en su propia vida y la iluminacin del Espritu Santo: cf. la llamada de S. Antonio al or en la iglesia el Evangelio del joven rico: "Vete, vende lo que tienes, etc.". De hecho a la luz del Espritu Santo leyeron los Apstoles los "hechos" y "dichos" de Cristo, que antes de Pentecosts haban entendido muy a medias. A esa luz y ante las crisis de sus iglesias escribir S. Pablo sus cartas, iluminando a los fieles tambin con citas del A.T., con las que esclareca las nuevas situaciones. Y qu lector asiduo de la palabra de Dios no habr ledo a una luz ms plena algn versculo o pasaje sobre el que haba pasado muchas veces sin descubrir el gran contenido que un da encuentra en l?

    Esto nos valdr tambin a la hora de comparar la Hermenutica clsica con la Nueva, que busca luz en la S. Escritura para el aqu y el ahora de nuestra existencia.

    7 Para ms detalles cf M. TUYA, en: M. TUYA-J. SALGUERO, Introduccin a la Biblia, II, Madrid, 1967, pp. 53-102).

    La hermenutica o interpretacin de la Biblia1. La hermenutica bblica y su historia2. Las partes de la Hermenutica clsica: noemtica, heurstica y proforstica3. La "nomatica" o de los "sentidos" de la palabra de Dios