Introducción a la narrativa part 3

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Algunas imágenes narrativas nos permiten saber claramente las acciones precedentes o consecuentes a ellas, otras nos ofrecen menos datos. En estos casos tendremos que considerar que los hechos precedentes o consecuentes no son importantes para el narrador o él ha buscado que su receptor coparticipe en la construcción de la historia. También puede ocurrir que sólo le interese mostrar la acción o secuencia aislada, para destacar su importancia.

La capacidad narrativa de una imagen o de un conjunto de imágenes, como de un conjunto de palabras, puede ser simple y clara o compleja y ambigua.

Toda narración es un sistema de acciones, esto significa que las acciones tienen un orden, una forma de organización, cumplen una función o papel específico. Este papel puede ser de diverso tipo: introductorio, de crisis o clímax, conclusivo o final, de enlace, de tránsito, de confrontación, de descubrimiento, de encuentro, etc.

El tipo de acciones varía dependiendo del tipo de historia que se hace, así en una historia de amor tiene una serie de acciones obligadas o tradicionales.

Este tipo de historias que refieren la relación amorosa entre personas fueron estudiadas por algunos investigadores como Roland Barthes (Fragmentos de un discurso amoroso, México, Siglo XXI), quien descubrió que las variantes son pocas en este tipo narraciones y suelen derivar de relatos híbridos o de relatos amoroso que se mezclan con otro tipo de historias.

Lo mismo ocurre con la historia bélica, la heroica, la narración de enigma o policíaca, la narración negra o el retrato de un criminal, de terror, de suspenso, etc. Cada una de las cuales tiene sus propias acciones y sus funciones características. Las variantes nos ofrecen los elementos de “originalidad” y por ello es importante conocer las acciones tradicionales de cada una de ellas.

El argumento de una narración equivale a la descripción detallada de las acciones que la conforman.

La reseña es, en cambio, sólo un resumen o enumeración de parte de esas acciones (generalmente las más importantes, aunque suele omitirse el final cuando se busca publicitar la historia o despertar el interés en ella).

Una narración siempre implica una dimensión temporal, un suceder del tiempo, de varias formas:

3.El tiempo en que ocurre la historia narrada, es decir, el tiempo que abarcan lo hechos de esa historia (varios días, muchos años, unos minutos, etc, en los que acontecen supuestamente, los hechos narrados).

4. El tiempo que dura la narración de esa historia o tiempo de duración del relato para contarla.

5. La forma en que se organizan los diferentes momentos o tiempos de la historia y del relato (se puede alargar una acción o resumirla y darle preferencia a otras, mediante diversos recursos).

Podemos narrar los acontecimientos en un orden lógico de causa y efecto, en ese caso tendremos que hablar de “narración lineal”; pero también podemos narrar los hechos en un orden diferente: alternando hechos ocurridos en distintos lugares, al mismo tiempo, o en distintos tiempos, en un mismo lugar; empezando por la mitad, por el final, retrocediendo o adelantándonos al orden causal. También podemos elegir un orden circular y comenzar y finalizar en el mismo tiempo o podemos diseñar la historia de acuerdo con un esquema prediseñado, por ejemplo: como una serie de acontecimientos separados que al final se unen o como una serie de acontecimientos unidos que luego siguen diferentes rumbos; en forma piramidal, triangular, como un cruce, etc.

Todo esto también aporta un significado a la narración.

Hay autores que juegan con la temporalidad de la historia presentando tiempos contradictorios o tiempos imposibles, otros tratan de abolir la representación de un tiempo real. Sin embargo, la mayoría busca producir el efecto de verosimilitud temporal, de recrear una época específica en forma eficiente, de ubicar su historia en un tiempo preciso. Cualquiera que sea la elección del narrador, es importante que él conozca las estrategias que le permiten hacer cualquier cosa que se proponga al narrar su historia: tanto recrear un tiempo histórico, como jugar con él, alargar ciertos momentos o condensar otros, organizarlos en un orden lógico o alterar ese orden.

Ninguna narración refiere los hechos tal como fueron, incluso cuando se trata de narraciones reales, siempre se hace una selección de acontecimientos a narrar, se omiten ciertas cosas, se presentan en forma ordenada acontecimientos que ocurrieron en forma simultánea (para poder contarlos), se añaden otros, etc.

Además, en toda historia siempre hay un “narrador” que emplea signos para contar la historia su historia y esos signos son signos que pertenecen a una época, a un lugar y a una cultura específica.

En un relato verbal, el narrador se suele identificar con una voz o con el personaje que cuenta o con el escritor o autor de la obra; en una filme, el narrador son las cámaras, pero también los personajes, los sonidos; en una narración gráfica ocurre algo parecido, ahí incluso también encontramos formas de narrador similares a las que podemos encontrar en la literatura, en el cine y en la fotografía.

En una narración musical, el papel de narrador lo desempeñan los instrumentos musicales y cada uno aporta elementos que hacen diferente su relato (por el tono, la velocidad, el volumen, etc.), esto se expresa de distinta manera al narrar con imágenes ahí son los colores, el tipo de iluminación, de líneas, de enfoque, etc., los que hacen las diferencias.

Los narradores pueden ser de diverso tipo y se clasifican de varias maneras:

Narrador extradiegético es el que cuenta la historia, aunque no participa en ella.

Narrador intradiegético es el que participa de la historia.

Para poder precisar que tipo de narrador está desempeñando una cámara, un dibujante, un escritor, debemos poner cuidado en responder ¿dónde esta ubicado para poder describir lo que describe? ¿para saber lo que sabe?