Introducción a Los Relatos de La Pasión

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INTRODUCCIÓN A LOS RELATOS DE LA PASIÓN Los relatos de la Pasión, muerte y resurrección, precisamente por su importancia capital, fueron los primeros que encontraron una organización ordenada. Eran recordados de manera habitual al celebrar el memorial de la cena y al hablar de Jesús. No se trataba de un simple relato de cronista, como si fuera un tributo que es preciso pagar a la información o a la curiosidad, sino de un anuncio cargado de fe. Se trata de creyentes que hablan a otros que ya creen o que pretenden abrirse a la fe. La acogida que se brinde hoy a estos relatos también será fructuosa en una medida directamente proporcional a la participación en la fe. Sin embargo, estamos ante unos hechos reales, leídos a la luz de todo el plan divino (de ahí la abundancia de las citas bíblicas) y presentados con un desconcertante realismo. El relato rehúye la tentación de apagar la curiosidad del lector. Lo podemos notar en el hecho de que faltan todos los elementos que pudieran iluminar los sentimientos de los protagonistas; por ejemplo, nada se sabe de los motivos que impulsaron a Judas a entregar al Maestro por un puñado de dinero (de modo contrario al gusto de los novelistas y dramaturgos modernos, «la predicación apostólica no muestra ningún interés por la psicología de los personajes» [K. H. Schelke]). Lo notamos también en el hecho de que faltan los elementos edificantes, como lo demuestra la desconcertante concisión de la misma crucifixión. Hubiera sido fácil detenerse en detalles particulares que presentaran a Jesús como un héroe, como un campeón en el arte de soportar el dolor, como una víctima del poder inicuo. La comunidad primitiva no predicó nunca la Pasión sin unirla de una manera inmediata y directa con la resurrección; sin ésta, tampoco aquélla hubiera tenido significado. Separada de la resurrección, la muerte de Jesús se parece a la de Sócrates o a la de algunos de los grandes hombres del pasado: tendríamos un héroe más, pero no al Salvador de la humanidad. Jesús seguiría siendo un derrotado, una de las víctimas inocentes e impotentes de un sistema tiránico y homicida. Entraría en la regla general y no sería noticia, y mucho menos «Buena

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Detalles sobre el sacrificio de Jesús

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  • INTRODUCCIN A LOS RELATOS DE LA PASIN

    Los relatos de la Pasin, muerte y resurreccin, precisamente por su importancia

    capital, fueron los primeros que encontraron una organizacin ordenada. Eran

    recordados de manera habitual al celebrar el memorial de la cena y al hablar de

    Jess. No se trataba de un simple relato de cronista, como si fuera un tributo que

    es preciso pagar a la informacin o a la curiosidad, sino de un anuncio cargado de

    fe. Se trata de creyentes que hablan a otros que ya creen o que pretenden abrirse

    a la fe. La acogida que se brinde hoy a estos relatos tambin ser fructuosa en

    una medida directamente proporcional a la participacin en la fe. Sin embargo,

    estamos ante unos hechos reales, ledos a la luz de todo el plan divino (de ah la

    abundancia de las citas bblicas) y presentados con un desconcertante realismo.

    El relato rehye la tentacin de apagar la curiosidad del lector. Lo podemos notar

    en el hecho de que faltan todos los elementos que pudieran iluminar los

    sentimientos de los protagonistas; por ejemplo, nada se sabe de los motivos que

    impulsaron a Judas a entregar al Maestro por un puado de dinero (de modo

    contrario al gusto de los novelistas y dramaturgos modernos, la predicacin

    apostlica no muestra ningn inters por la psicologa de los personajes [K. H.

    Schelke]). Lo notamos tambin en el hecho de que faltan los elementos

    edificantes, como lo demuestra la desconcertante concisin de la misma

    crucifixin. Hubiera sido fcil detenerse en detalles particulares que presentaran a

    Jess como un hroe, como un campen en el arte de soportar el dolor, como una

    vctima del poder inicuo.

    La comunidad primitiva no predic nunca la Pasin sin unirla de una manera

    inmediata y directa con la resurreccin; sin sta, tampoco aqulla hubiera tenido

    significado. Separada de la resurreccin, la muerte de Jess se parece a la de

    Scrates o a la de algunos de los grandes hombres del pasado: tendramos un

    hroe ms, pero no al Salvador de la humanidad. Jess seguira siendo un

    derrotado, una de las vctimas inocentes e impotentes de un sistema tirnico y

    homicida. Entrara en la regla general y no sera noticia, y mucho menos Buena

  • Noticia, o sea, precisamente Evangelio. Jess, por el contrario, constituye una

    excepcin llamativa y como tal ha sido dada a conocer su vida. Jess ha

    imprimido en la historia una novedad que permanece en el tiempo. Pasados dos

    mil aos, contina sorprendiendo y, lo que es ms importante, encontrando

    seguidores que hacen continua esa excepcin.

    En Jess toma cuerpo la figura del Siervo de Yahv anunciado por Isaas. Sufre,

    pero sin culpa; muere, pero no por un castigo. Al morir demuestra su solidaridad

    con todos los hombres. Su muerte no es una situacin definitiva y, de hecho,

    resultar fecunda como la muerte del grano de trigo echado en el surco. El

    misterio de la resurreccin de Cristo es el misterio central del cristianismo, como

    recuerda el apstol Pablo: Si Cristo no ha resucitado, tanto mi anuncio como

    vuestra fe carecen de sentido (1 Cor 15,14).

    Ahora bien, a diferencia de la muerte, que es fcilmente controlable porque

    pertenece a la experiencia humana, la resurreccin no se puede comprobar con

    los instrumentos normales de investigacin. Pertenece al mundo de lo divino y

    slo por un don puede ser participada a los hombres. De ah la dificultad para

    comprenderla y para hablar de ella.

    La Pasin de Jess

    La Pasin comienza con la agona en el huerto de los Olivos, seguida por la

    traicin de Judas, que hizo posible el traslado de Jess: primero ante la autoridad

    juda y, despus, ante la romana. La sentencia condenatoria emanada de esta

    ltima por instigacin de la autoridad juda llevar a Jess, tras pasar por

    indecibles sufrimientos y humillaciones, al Calvario, lugar de la ejecucin. Como

    fuente de informacin disponemos del abundante material evanglico, sancionado

    histricamente por algn dato extrabblico que nos permite conocer, por ejemplo,

    que Jess fue crucificado bajo Poncio Pilato, gobernador de Roma. Aunque la

    descripcin evanglica de los hechos es amplia y en ocasiones tambin detallada,

    el inters principal estriba en mostrar a los creyentes el valor que tienen el

    proceso, la condena y la muerte. Por eso se acenta vigorosamente que estos

    acontecimientos son el cumplimiento de las afirmaciones del Antiguo Testamento.

    Jess fue condenado a causa de su pretensin de ser el Hijo de Dios. Ms all de

    esto, que poda ser una simple pretensin, la persona de Jess, a los ojos de la

    autoridad juda, era una amenaza para la subsistencia del pueblo de Israel, porque

    criticaba la ley dada por Dios, adoptaba comportamientos que contrastaban con

    los usos tradicionales, debilitaba la conciencia de la eleccin del pueblo judo y

    desacreditaba a la clase dirigente. Era un hombre incmodo y, por lo tanto,

    deba ser eliminado. El desarrollo total del proceso deja entender fcilmente que

    los motivos de la condena carecen de todo fundamento. Sin embargo, siguiendo

  • una lgica incomprensible, Jess se somete a las reglas de un juicio sucio y no

    reacciona. Acta con plena conciencia y lucidez; es ms, lo sabe, lo haba

    previsto.

    Jess choc con algunas fuerzas poderosas de la sociedad, eligi la muerte o

    dicho con el lenguaje del Evangelio tom su cruz. Jess quiso asumir la

    condicin mortal de cada hombre, a fin de liberar al hombre del poder de la muerte

    debida al pecado. Su muerte no fue casual, ni una trgica fatalidad. l la haba

    anunciado a los discpulos para prevenir el escndalo que pudiera suscitar en

    ellos. Experiment el miedo a la muerte y se sinti ante ella turbado, como

    tambin se haba turbado ante el sepulcro de Lzaro; suplic al Padre que poda

    preservarlo y, finalmente, acept ese cliz amargo con un gesto supremo de amor

    infinito.

    La Pasin no es la historia de un condenado a muerte, sino el camino de la

    manifestacin mesinica de Jess; es epifana de su gloria. Esta observacin nos

    hace comprender que el relato no fue escrito por extraos o por personas

    neutrales ante los hechos, sino por hombres que participaban en primera persona

    en las consecuencias del acontecimiento en su totalidad. sa es la causa de que

    el relato de la Pasin est atravesado por un estremecimiento de vida y de que la

    luz de la resurreccin se filtre en el esbozo del sufrimiento.

    El relato en su conjunto presenta una novedad con respecto al resto del evangelio.

    Mientras que la vida pblica de Jess est dividida en diferentes episodios

    presentados con frecuencia de manera aislada uno tras otro, la Pasin presenta

    un cuadro orgnico y firmemente organizado. Ello se debe a que esta narracin

    fue la primera en ser recogida y puesta por escrito. Lo confirma, de una manera

    indirecta, el evangelio de Juan, que, aunque acostumbra a mostrarse autnomo y

    original en la presentacin del material, se alinea con los otros evangelistas

    siguiendo muy de cerca su trazado.

    Por otra parte, el primitivo bloque formado por la pasin-muerte-resurreccin fue

    conectado muy pronto a la entera, aunque sumaria, biografa de Jess. De ah

    result un complejo bastante orgnico que conservaba su centro de gravedad

    junto al bloque transmitido en primer lugar, hasta el punto de que el telogo M.

    Khler lleg a decir que el evangelio es un relato de la Pasin con una extensa

    introduccin.

    La Pasin en los evangelios sinpticos

    Los relatos pertenecen al patrimonio de la Iglesia, y es ella quien tiene que

    presentarlos. La fidelidad a la tradicin no impide la originalidad de cada

    evangelista. Mateo y Marcos son muy semejantes, pero no iguales, pues cada uno

  • presenta elementos propios. El evangelio de Lucas se separa mucho de los dos

    precedentes y se acerca ms al de Juan, con el que comparte no pocas analogas.

    La Pasin y yo

    La pasin de Jesucristo es quiz el acontecimiento ms incomprensible de la

    historia, frente a ese acontecimiento la razn se hace pedazos, la mente trata de

    buscar un sentido, un para qu, porque finalmente, la fe cristiana sostiene que

    ese, el crucificado, es el verbo eterno del Padre, el hijo de Dios, enviado al mundo

    para sanar al mundo, para restaurarlo desde el amor, para recomponer el tejido

    humano tan estropeado por la experiencia del pecado, es casi como la

    proclamacin del absurdo de la existencia humana. Por qu el hombre escoge

    las cosas que le destruyen? Por qu el hombre prefiere vivir atormentado, vivir

    solo, vivir en sus complejos y en sus traumas? Por qu el hombre prefiere ser

    esclavo? En el fondo eso es un misterio, tenemos todo los hombres, todo, para ser

    plenos, para ser libres, para vivir en armona con nosotros mismos y con nuestro

    entorno; hemos sido dotados de cualidades divinas, se nos ha dado un espritu,

    una inteligencia, un cuerpo, una comunidad humana, y sin embargo, el hombre

    prefiere la oscuridad, prefiere la trampa, la salida fcil, prefiere el hombre

    esconderse en los recovecos de su corazn atrapado en el egosmo, prefiere

    cerrar la mano a abrirla en un gesto de oferta, prefiere mirar al suelo que mirar al

    cielo. La pasin de Jesucristo es al mismo tiempo, la proclamacin de nuestro

    fracaso como humanidad, el Padre nos ha entregado lo que ms amaba, nosotros

    no hemos estado a la altura, hemos fracasado, y sin embargo, Dios sabe sacar de

    ese mismo fracaso una experiencia de plenitud. El texto de Lucas, que nos narra

    la pasin de Jess, tiene algunos aadidos propios que no aparecen en Mateo y

    en Marcos, y que dan como el tono de la celebracin de la pasin; para empezar

    esta llamada de Jess, que se prepara para entregar la vida mientras sus

    discpulos se preparan para ser coronados de gloria, porque ellos se imagina que

    la entrada de Jess en Jerusaln va a significar el inicio de un reino temporal, de

    un reino con ejrcito y con podero, y discuten entre ellos cul es el ms

    importante del grupo, y entonces Jess da la pauta para entender no solo lo que

    es el misterio de la pasin, sino lo que es la vida cristiana.

    Entre los paganos, entre la gente que no tiene fe, las relaciones se basan en el

    dominio, en el poder, no sea as entre ustedes, Jess quiere formar un grupo que

  • sea alternativo, un grupo que viva segn otras categoras, no sea as: no sea el

    poder, no sea la lucha, no sea la rivalidad lo que se establezca como norma entre

    ustedes. El que quiera ser el ms grande, que se haga el ms pequeo, el ms

    insignificante, y Jess utiliza la palabra esclavo, el que quiera gobernar que se

    haga esclavo de todos, el esclavo es uno que renuncia a su propia voluntad, para

    hacer lo que los dems quieren, imagnate que todos en nuestra sociedad as

    furamos, al menos en la iglesia, que diferente sera todo, habra hasta

    competencia para ver quin le da ms gusto al otro, y sera un mundo maravilloso,

    imagnense que esa fuera la competencia en el mundo, pero no, aqu competimos

    para ver quin friega ms al de junto, a ver quin se sale con la suya, a ver quin

    tiene ms dinero, a ver quin tiene ms poder, a ver quin tiene ms fama. Son

    las luchas del mundo, el cristiano tiene otras luchas: la lucha es con su propio ego,

    la lucha es con su propia vanidad, la lucha es con su propio orgullo, y Jess da un

    camino certero e infalible: ponerse a servir a los dems. Tendramos que salir

    ahora mismo y ponernos a servir, an en lo ms mnimo, sorprendiendo a todos,

    haciendo lo que nunca, qu le habr pasado a ste diran, le habrn lavado el

    cerebro?, Jess no nos lava el cerebro, conquista nuestro corazn. Claro que es

    muy fcil montarnos en el rol que siempre hemos jugado, en la actitud que

    siempre hemos tenido, porque ese rol, ese papel nos da una cierta seguridad, o al

    menos eso creemos, es una ficcin, eso no asegura a nadie, eso solamente asla

    a las personas. Si hace mucho que no tienes una conversacin a profundidad con

    tu esposa, si has dado por supuestas tantas cosas, si se han acostumbrado a ir

    cohabitando en esa casa sin encontrarse como personas, a la mejor una forma de

    aplicar las enseanzas de la pasin sera entablar esa pltica que est pendiente

    desde hace aos. Ser rescatable el amor o ya est muerto entre nosotros?

    Debemos acostumbrarnos a vivir bajo el mismo techo porque est mejor que

    andar buscando otra casa o podemos reencontrar el amor? Si algn da nos

    juntamos fue por algo,

    Quin vale ms el que est a la mesa o el que sirve? Verdad que el que est a

    la mesa? Pues yo estoy en medio de ustedes como el que sirve. Y esa es la

    cena del Seor mis queridos hermanos, un espacio maravilloso en el que viene

    Dios mismo a servirnos, para nutrirnos, para consolarnos, para animarnos, nos

    hace el servicio ms grande que alguien pueda hacernos, el servicio de la fe, el

    servicio del espritu que nos mueve para ser mejores personas, nos cuestiona, nos

    despierta de nuestro letargo.

    Adems, fjense cmo definira Jess a sus discpulos, me encantara que a m

    Jess me definiera as: Ustedes son los que han perseverado conmigo en mis

    pruebas. Jess no le dice a sus discpulos: ay eviten que me crucifiquen,

    defindanme por favor, no sean as, soy su maestro, su lder, no ven que me

  • van a matar?. No, Jess no les pide eso a sus discpulos, sino dice: ustedes han

    perseverado conmigo en mis pruebas. Todos tenemos la tentacin de soltar la

    toalla, de no querer seguir con nuestro dolor, con nuestra soledad, con nuestros

    problemas, con nuestras angustias, cuntas veces no nos queremos bajar del

    barco? Basta ya hasta aqu llegu, no puedo ms!, decimos, no obstante, Jess

    define a sus discpulos de una sola forma: T, eres el que ha perseverado

    conmigo en mis pruebas!. Jess se fija, hay muchas maneras de vivir la vida, uno

    puede vivir la vida maldiciendo su propia suerte, uno puede vivir la vida

    superficialmente y no permitiendo que las cosas le afecten, o uno puede vivir la

    vida con toda su hondura con toda su dramaticidad, con toda su pasin, y tratar de

    encontrar all en eso, el sentido, en eso, el seguimiento de la cruz.

    La pasin es lo ms grande del cristianismo porque all se da la muerte de Jess,

    all se da el evangelio, all se da nuestra fe, all se crea nuestra salvacin. Es para

    nosotros tambin la proclamacin del misterio, la muerte del que muri porque nos

    amaba. Nunca creas que ya amaste suficiente, si estas vivo te queda mucho que

    hacer, mientras te quede una gota de sangre no lo has dado todo. Cuntas veces

    hemos escuchado que algn hermano dice que ya no hay nada que hacer, que ya

    lo ha hecho todo por alguien, pero no, la verdad es que an no lo hemos hecho

    todo, mientras nos quede una gota de sangre no lo hemos dado todo.

    El cristianismo es una invitacin a la creatividad, a inventar cosas nuevas, cosas

    que no hayamos hecho hasta ahora, el cristianismo es creacin de un mundo

    nuevo, que se crea porque hay amor, que se crea porque hay fe, que se crea

    porque hay esperanza. Jess lleg al callejn sin salida, se vio atrapado,

    discpulos que no crean en l, que iban discutiendo entre ellos en categoras de

    poder, una multitud superficial que gritaba crucifcale, crucifcale. La misma

    multitud que haba sido destinataria de sus milagros, y unas autoridades cerradas

    y frreas que tena ya bien pensada su muerte. Y qu hizo Jess? Jess abri

    canales de esperanza en medio de un callejn sin salida, a travs del amor, primer

    canal de esperanza, abierto desde la cruz: Padre perdnales porque no saben lo

    que hacen, ese familiar tuyo, que te hace la vida imposible, que parece estar tan

    lleno de veneno, que parece gozar hacindote sufrir, aprende de Jess en la cruz,

    aprende a decir con l: Padre perdnale porque no sabe lo que hace.

    Que el torrente de la misericordia que brota del corazn de Jess, nos inunde y se

    desparrame hacia todos aquellos que nos hacen sufrir o padecer: Padre

    perdnales porque no saben lo que hacen. Aquella persona que te abandon:

    Padre perdnala porque no sabe lo que haca. Aqul hijo que destroz su vida:

    Padre perdnalo porque no sabe lo que hace. Aquella pareja que te menosprecia

    y maltrata: Padre perdnala porque no sabe lo que hace. Jess desde la cruz

    pidiendo por los que lo estn clavando, all hay todo un programa de vida

  • espiritual, cuntas personas en tu vida te clavan en el madero de la cruz? Con su

    odio, con su desprecio, con su indiferencia, con su traicin, con su mentira, con su

    envidia. Y uno quisiera responderle con la misma moneda a esos que nos daan,

    pero no, porque el cristiano no est llamado a eso, sino a pedir por ellos: Padre

    perdnales porque no saben lo que hacen. Porque la mayora no sabe lo que

    hace cuando peca, si supiramos cun terrible es el pecado no lo cometeramos,

    si supiramos cun profundamente lastimamos el corazn de Dios con un gesto

    de desprecio que le hacemos a un familiar nuestro o a uno de nuestros hermanos.

    Realmente no sabemos la hondura que tiene nuestra mediocridad, nuestra

    superficialidad, nuestra estupidez.

    Ustedes han perseverado conmigo en mis pruebas, y yo les voy a dar el reino,

    como mi Padre me lo dio a m, y cmo va a ser eso? Pues viviendo la pasin, el

    reino no lleg como lotera, el reino le fue entregado al hijo a travs del Glgota,

    Jess no le promete a nadie que va a sufrir menos, el que quiera sufrir menos que

    no siga a Jess. Hay otros gures que ofrecen felicidad y ofrecen paz, ven

    conmigo y te quitar todos tus dolores, pero Jess no te promete liberarte de la

    tensin en todas tus chacras, Jess ofrece el reino despus de todas las pruebas,

    despus de todo el dolor, porque el dolor es inherente a la existencia humana.

    Jess no va a engaarte dicindote: hazte cristiano y se te acabaran tus

    problemas, al contrario, te van a venir ms problemas: aprender a vivir el

    evangelio, a amar a los enemigos, a seguir a este loco maestro que da la vida por

    los que lo matan. Jess complica ms la vida, pero tambin te da una fuerza para

    que esa vida, se pueda vivir en plenitud

    Simn, Simn (y Simn somos nosotros), mira que Satans te ha pedido para

    zarandaros como trigo. Porque las pruebas eso hacen con nosotros, nos

    zarandean como trigo en el viento, no podemos casi nada frente a esas pruebas, y

    Jess sabe que eso es Satans. Pero yo he orado por ti para que tu fe no

    desfallezca, mientras tu fe no desfallezca aunque arrecie un viento huracanado

    no te arrancar de raz. Jess ora por nosotros, Jess intercede ante el Padre por

    nosotros para que nuestra fe no desfallezca. As que, si nos sentimos desfallecer,

    o solos, o con problemas, o deprimidos, o con falta de amor, o tristes y

    abandonados, o que no encontramos salida, Jess nos dice: Yo he orado para

    que tu fe no desfallezca, y lo nico que necesitas para perseverar conmigo en mis

    pruebas, es que tu fe no desfallezca, al final del camino est la luz, claro que el

    tnel est muy largo, pero el Seor nos guiar a travs de su pasin, la pasin de

    Jess.