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1 INVESTIGACIONES ARQUEOLÓGICAS Y ANTROPOLÓGICAS EN LOS ANDES SUD-CENTRALES: HISTORIA, CULTURA Y SOCIEDAD Por Danielle S. Kurin y Enmanuel Gómez Choque

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INVESTIGACIONES ARQUEOLÓGICAS Y ANTROPOLÓGICAS EN LOS ANDES SUD-CENTRALES: HISTORIA, CULTURA Y SOCIEDAD

Por

Danielle S. Kurin y Enmanuel Gómez Choque

INVESTIGACIONES EN LOS ANDES SUD-CENTRALES

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Fondo Editorial de la Dirección de

Investigación, Creación Intelectual y Artística

Universidad Nacional José María Arguedas

Andahuaylas, Apurímac, Perú

Primera edición, 2013

Investigaciones arqueológicas y antropológicas en los andes sud-centrales:

historia, cultura y sociedad

©Danielle S. Kurin y Enmanuel Gómez Choque

UNIVERSIDAD NACIONAL JOSÉ MARÍA ARGUEDAS

Dirección editorial:

Hecho el depósito legal en la Biblioteca Nacional del Perú

ISBN:

www.andeanbones.blogspot.com

[email protected] / [email protected]

Crédito de foto de portada: ©Enmanuel Gómez, 2013 – Carnaval de Sacclaya Crédito de foto de contratapa: ©Danielle S. Kurin, 2010 – Momia de Huancaray

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TABLA DE CONTENIDO

PRESENTACIÓN Danielle S. Kurin y Enmanuel Gómez ………………………..…...vi

PRÓLOGO José Ochatoma Paravicino.……….………………..………….……ix

REFLEXIONES DE LOS AMAUTAS

Ramiro Matos Mendieta…...…………………………………..…....2

Joel Warren Grossman………….……………………………..…....5

ARQUEOLOGÍA REGIONAL

1. Los petroglifos en el valle de Andahuaylas 5

La piedra tallada nos comunica las ideas y

creencias sin el uso de la escritura

Enmanuel Gómez Choque………………..………………..……..8

2. Subsistencia y arquitectura durante el período

formativo en la sierra sud-central 22

Conozcamos las huellas arqueológicas de los

primeros pobladores ayacuchanos

Edison Mendoza Martínez…………………………..……….....38

3. Los impactos bio-sociales del colapso Wari 31

El violento pueblo Chanka nació de las

cenizas del imperio Wari

Danielle S. Kurin……………………………………..….…..….59

4. Cambios climáticos, riesgo y agropastoralismo

en el territorio Chanka 46

Cuando el clima cambia, la gente se

adapta para enfrentar nuevos desafíos

Lucas C. Kellett………………………………………………...83

5. Las tierras reales del Inca como economía noble: viviendas y obras de Cheqoq (Maras, Cuzco) 63

El manejo multiétnico de un taller cerámico

INVESTIGACIONES EN LOS ANDES SUD-CENTRALES

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real de Wayna Qapaq

Kylie Quave, Rene Pilco Vargas y Stephanie Pierce Terry......110

ANTROPOLOGÍA REGIONAL

6. La apropiación evangélica en la sierra sud-central 88

Los cristianos buscan concordancia con las

creencias originarias

Sarah Bechdel……………………………..…………………..147

7. La industria cerámica en un pueblo artesanal 99

La creatividad y lo auténtico vincula a

Quinua, Ayacucho, con un mundo global

Jennifer Vogt…………………………..……………………....167

8. Impactos económicos de los programas de

microfinanzas en la sierra rural 110

Una examinación de la autonomía económica

de las mujeres andahuaylinas

Nicole Coffey Kellett………………………..………….……..187

9. Entrelazando la comunidad y el mercado global: nuevos

enfoques de desarrollo en comunidades alto andinas 127

Reflexión breve de una joven pasajera norteamericana

Kelsey Quam…………………........................……….……...217

PRESENTACIÓN

5

PRESENTACIÓN

Agradecimientos y antecendentes

En la actualidad, este libro nace de un simposio realizado en

noviembre del año 2009, auspiciado por la Municipalidad Provincial

de Andahuaylas (gestión 2007-2010, Alcalde Manuel Molina), la

Universidad Tecnológica de los Andes - Sede Andahuaylas, la

Comisión Fulbright IIE de Lima, el programa becario Fulbright-Hays y

la familia Lindy de Filadelfia. El simposio fue un esfuerzo de

proyección social realizado por el Proyecto Bioarqueológico

Andahuaylas y el Centro de Investigaciones Richkariy Anta Huaylla.

El evento fue pionero en la tierra Chanka: un encuentro intelectual que

unió a antropólogos, arqueólogos y sociólogos de los Estados Unidos y

Perú y los estudiosos de la zona, con la participación de más de 700

miembros de la comunidad andahuaylina. Para el presente libro, hemos

invitado a los ponentes y estudiosos más ilustres de este encuentro con

el fin de contribuir al primer tomo, que presenta investigaciones sobre

la historia, cultura y sociedad de la zona sud-central. Por ello

agradecemos a la Universidad Nacional José María Arguedas

(Andahuaylas, Apurímac) por la publicación de este texto.

Motivaciones

Teníamos la finalidad de realizar una publicación sobre la

región sud-central, donde existen muy pocas investigaciones.

Queremos enfatizar que la zona ofrece una ‘mina de oro’ para los

estudiosos y deseamos que este tomo sirva como propaganda

académica y esperamos que los jóvenes se animen a realizar sus

propias investigaciones. Con este motivo, los capítulos demuestran

claramente los pasos para realizar un estudio socio-científico. Los

jóvenes estudiantes e investigadores ahora tienen un recurso valioso

mediante el cual pueden aproximarse a temas ligados a las ciencias

sociales, de los estudios realizados en los departamentos de Apurímac,

Ayacucho y Cusco. Por ello, hemos incluido temas relacionados a la

religión, cambio cultural, economía, relación entre géneros, asuntos

urbanos y rurales, turismo, globalización, autenticidad y creatividad,

industria de la cerámica, movimientos sociales, artesanía, entre otros.

La organización del tomo

La zona sud-central refiere primariamente a los departamentos

de Apurímac, Ayacucho y Cusco. En esta zona nacieron los dos

imperios más amplios en las Américas: los Wari y los Inka. La zona

también fue la cuna de una de las sociedades complejas más conocidas

INVESTIGACIONES EN LOS ANDES SUD-CENTRALES

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en el Nuevo Mundo como: los famosos Chankas. Hoy día, la gente de

la zona sud-central son orgullosos, empeñosos y cada día más

empoderados.

Iniciamos con el prólogo del Dr. José Ochatoma Paravicino,

ayacuchano, quien ha dedicado su vida al estudio de la enigmática

cultura Wari y su cultura matriz, los Huarpa. Debemos tomar en serio

sus consejos y pautas dirigido a una nueva generación de

investigadores.

La primera parte de este tomo, ‘Reflexiones de los amautas’,

consiste en las meditaciones breves de los investigadores pioneros de

la región. Esta generación de científicos sociales establecieron grandes

investigaciones en la región sud-central. Lograron realizar pasos

imprescindibles a pesar de los obstáculos formidables. El ilustre Dr.

Ramiro Matos Mendieta, huancavelicano, hizo los primeros estudios

impactantes de la cultura prehistórica de la sierra. Considerado como

un ‘padrino’ de la arqueología peruana moderna. El Dr. Ramiro Matos

es uno de los investigadores más prolíficos en el país. Sus palabras

sabias en este tomo sirven como inspiración para cualquier joven

investigador. De igual manera, el norteamericano, Dr. Joel Warren

Grossman, llegó a la ciudad de Andahuaylas para realizar una pequeña

excavación. Al encontrar láminas de oro en el sitio de Waywaka, llegó

a cimentarse en la historia andina, conocido como uno de los orfebres

más antiguos en el Nuevo Mundo. El Dr. Grossman nos demuestra la

importancia de realizar buenas investigaciones y mantener una buena

actitud.

La sección, ‘arqueología regional’, brinda una colección

diversa de estudios arqueológicos, cada una enfocada en una época

distinta de la prehistoria peruana. El arqueólogo Enmanuel Gómez

relata una interpretación arqueo-semiótica de los petroglifos en el

Valle del Chumbao-Andahuaylas. Las imágenes talladas en las rocas

revelan datos importantes sobre la domesticación de cámelidos, la

importancia de la fertilidad y aún la representación del universo desde

hace miles de años. La investigación sobre patrones de asentamiento

realizado por Edison Mendoza, indica cambios culturales importantes

durante la época Formativa. Danielle Kurin investiga lo que pasó en

Andahuaylas cuando la complejidad social disminuyó en la provincia

después de la caída del imperio Wari. El trabajo de Lucas Kellett sobre

la subsistencia Chanka incluye aseveraciones sobre los cambios

climáticos, dejando el manejo de las chacras y asentamientos Chankas.

Viajamos a las tierras reales de los Incas del Cusco, el estudio de Kylie

Quave y sus colegas demuestran aspectos novedosos sobre la

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administración de élite en una ‘hacienda’ prehispánica a través de un

estudio detallado de la cultura material y el paisaje arquitectónico.

En la sección de la antropología regional, exploramos la

sociedad y cultura contemporánea de la zona sud-central. Sarah

Bechdel nos presenta nuevos aportes sobre el sincretismo entre

tradiciones autóctonas y la ideología evangélica en Andahuaylas. La

negociación de tradición e innovación está muy bien ilustrada en el

estudio de Jennifer Vogt sobre la famosa aldea artesanal de Quinua, en

Ayacucho, donde los artesanos buscan un camino feliz entre la

autenticidad y la creatividad. Después, enfrentamos nuevos patrones de

inclusión social en el ensayo de Nicole Coffey Kellett. La

investigación de la microfinanza y el género en una comunidad

campesina en Andahuaylas. Concluimos con las reflexiones de Kelsey

Quam, una joven norteamericana. Su aporte servirá como “testimono

etnográfico” mostrando la importancia del intercambio intelectual e

intercultural.

En fin, los lectores disfruten de los siguientes capítulos que

brindan nuevos e importantes aportes científicos y con este

conocimiento, fortalezcan la identidad de los pueblos de nuestra región

que posee un gran legado cultural, el cual debemos practicar, proteger

y preservar.

Agradeciendo a los lectores,

Danielle S. Kurin y Enmanuel Gómez

Editores - Andahuaylas, 2013

INVESTIGACIONES EN LOS ANDES SUD-CENTRALES

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PRÓLOGO

Quiero iniciar expresando mi gran satisfacción y alegría por

esta importante contribución que hoy nos entregan Danielle Kurin y

Enmanuel Gómez Choque. Mi alegría es doble cuando se trata de

jóvenes investigadores que con ese empeño y preocupación que les

caracteriza, nos muestra con sensibilidad e inteligencia, la riqueza de

información de un largo proceso histórico cuya profundidad nos

conduce a etapas pretéritas poco conocidas, hasta temas

contemporáneos que son producto de investigaciones sistemáticas.

La búsqueda de los pasos del hombre y de los pueblos en el

derrotero que perfila la historia es siempre apasionante y laboriosa.

Pero resulta mucho más interesante cuando esta indagación está ligada

a algo nuestro y próximo, como lo hacen Danielle Kurin y Enmanuel

Gómez en el trabajo que han titulado "Investigaciones arqueológicas y

antropológicas en los Andes Sud-centrales: Historia, cultura y

sociedad”. Se trata de un libro que reúne a un grupo de intelectuales

que proceden de las canteras de la antropología y arqueología que

presentan los resultados de investigaciones novedosas e importantes

para la antropología y arqueología regional de Apurímac, Ayacucho y

el Cusco.

En términos generales, los lectores se deleitarán con los

estudios que exponen y presentan las evidencias más tempranas de la

manifestación del arte rupestre expresados en pinturas y grabados,

cuyos testimonios materiales se distribuyen a lo largo del valle de

Andahuaylas. Se continúa con la presentación de nuevas e importantes

evidencias del periodo Formativo en la provincia de Vilcashuamán,

donde se da cuenta de trabajos realizados en Campanayuq Rumi y

Pallaucha que sin duda, han generado muchas discusiones y propuestas

de una revaluación en la arqueología regional de la sierra sur central.

Después del colapso del estado imperial Huari, surge la llamada

confederación Chanka, cuya presencia se vincula con un periodo

convulsivo con mucha violencia que es sustentado empíricamente con

información proporcionada desde la cantera de la Bioarqueología. Este

tema es complementado con un ensayo del estudio del

agropastoralismo como estrategia crítica durante el Intermedio Tardío.

Finalmente, hay un trabajo acerca de la economía Inca desde el

enfoque del estudio de las tierras reales del inca en Maras.

El bloque temático correspondiente a la antropología regional

es variado y diverso, pues hay estudios de las iglesias evangélicas en

el Valle del Chumbao, Andahuaylas, que a través del discurso

ideológico ha fomentado el empoderamiento individual y comunitario.

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Este bloque finaliza con un estudio muy interesante de la industria

cerámica de un poblado tradicional en Ayacucho, se trata de Quinua en

el cual los artesanos tienen nociones locales de autenticidad.

No quiero abundar en más detalles del libro que debe ser leído

no solo por antropólogos y arqueólogos, sino por el público interesado

en nuestro pasado, porque la historia del Perú y particularmente,

nuestra historia regional, es la savia del árbol que nos permitirá, a

través de sus raíces, proyectarnos con sus nuevas ramas, hacia el

futuro. Sin historia no seríamos lo que somos, no tendríamos nuestra

identidad, no podríamos justificar nuestro presente. En este sentido,

quiero testimoniar mi gran alegría y satisfacción por esta publicación

de Danielle Kurin y Enmanuel Gómez, felicitándoles efusivamente por

este gran aporte.

José Ochatoma Paravicino

Universidad Nacional San Cristóbal de Huamanga

Ayacucho, Perú

INVESTIGACIONES EN LOS ANDES SUD-CENTRALES

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REFLEXIONES DE LOS AMAUTAS

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INVESTIGACIONES EN LOS ANDES SUD-CENTRALES

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RUMBO A LAS TIERRAS ARGUEDIANAS

Descubrí la arqueología en el lugar donde nací y crecí, en el

cual mis “compatriotas” de la comunidad llaman “casa de gentiles” a

los sitios arqueológicos. En la universidad, mis profesores hablaban de

esos mismos sitios como asentamientos de culturas pre-occidentales.

En esa dicotomía tuve el estímulo de mis maestros para explorar la

arqueología de mi provincia, Acobamba en Huancavelica, para escribir

la tesis de bachillerato. Logré definir dos nuevos estilos alfareros:

“Caja” y “Coras”. Luego, alguno de mis co-poblanos empezaron a

reflexionar sobre el valor de esos sitios, como lugares habitados por

los antiguos peruanos.

Los primeros años de mi vida profesional fueron dedicados a

estudiar períodos, pre-cerámico y formativo en la costa y sierra central.

En esas circunstancias, John Murra tuvo la gentileza de invitarme para

participar de su Proyecto “La vida provinciana de los Inkas” en

Huánuco (1965). Fue la oportunidad para aprender una nueva forma de

hacer arqueología, entender la cultura como un proceso social, con

diversos actores y fuentes para su estudio. Mis amigos y profesores

Joyce Marcus y Kent Flannery me invitaron también para participar en

el estudio de Cerro Azul, un asentamiento Inka en Cañete (1983-

1986). Fue un privilegio trabajar con ellos, aprender su metodología de

investigación en campo y gabinete. La experiencia aprendida en ambos

proyectos y la mía, estudiando Pumpu en Junín, me dieron valor para

aceptar el reto de liderar una gran exhibición en el Smithsonian,

Museo Nacional del Indígena Americano, dedicado al “Qhapaq ñan:

Caminos Inka”, que será inaugurada el 2015.

He mencionado dos momentos en mi vida, primero, para

señalar, la política destructiva de los evangelizadores de colonia para

desarticular a la población nativa de sus ancestros, continúa con

nuevas modalidades hasta la actualidad. El Perú nunca tuvo una

política cultural basada en sus raíces históricas, la educación tiene

poco o ningún interés por los monumentos arqueológicos, los cuales

condujeron a ignorar el legado indígena. El Estado trata de conservar

aquellos que son “maravilla” a los ojos del turista. “Machupicchu SI,

indios NO”, repetía un político celebrando la inclusión de este sitio

como una de las maravillas del mundo. Consecuencia de la equivocada

política, los monumentos arqueológicos no forman parte de la

conciencia nacional. Frente a esta dramática situación, el estudio,

conservación y defensa de los sitios arqueológicos en el Perú, han

quedado en manos de los arqueólogos, especialmente los jóvenes.

RUMBO A LAS TIERRAS ARGUEDIANAS

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En segundo lugar, quisiera estimular a mis colegas

comprometidos con la investigación en la arqueología peruana, a fin de

que prestemos mayor atención a los recursos que ofrece la geografía

y la sociedad andina contemporáneas. Regiones como Andahuaylas,

Apurímac y muchos otros en el Perú, son depositarias de valiosos

recursos para la investigación de la cultura andina, del presente y el

pasado. Precisamente en mis andanzas, buscando historias orales para

la exhibición Qhapaq ñan, llegué a la ciudad de Andahuaylas el 2011,

lugar donde Danielle Kurin realizaba sus investigaciones para su tesis

doctoral. Fue memorable el encuentro con Danielle, primero por su

fluida conversación en quechua y segundo, conocer entre su

multidisciplinaria investigación, su familiaridad con la cultura local.

Tuvo la gentileza de invitarme a visitar San Antonio de Cachi, a una

mina de sal de piedra o sal negra, que los andinos siguen usando,

muchos en la sociedad urbana ni la conocen. La mina de sal,

posiblemente explotado desde antes de los Inkas, sigue vigente,

explotada con la misma técnica indígena, cuya distribución, ya no en

cargas de llama sino en burros, siguen los mismos patrones culturales

andinos, transitan el mismo camino, hablando la misma lengua y

practicando la cosmología tradicional vinculada a la sal. Este es un

ejemplo de continuidad.

Ramiro Matos en Andahuaylas (©MS)

No pretendo insinuar un nuevo postulado heurístico, ni menos

alguna política activista que a nada conduce, sino, llamar la atención

para enriquecer nuestra investigación arqueológica con registros

etnográficos. La etnografía ofrece valiosos datos sobre la tecnología, el

simbolismo, metáforas, la interacción hombre- medio ambiente, el

INVESTIGACIONES EN LOS ANDES SUD-CENTRALES

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universo material e inmaterial del mundo andino, las cuales

cuidadosamente analizadas, pueden generar analogías entre ciertas

expresiones de la cultura andina contemporánea con las antiguas. La

analogía etnográfica no pretende conectar el presente con el pasado

como continuidad unilineal, ni menos insinuar que el indígena se ha

estancado en el tiempo. La dinámica cultural andina, antes y después

de la invasión española fue, y es activa, con innovadores cambios en

su proceso interno. Por eso, antes de postular analogías, es preciso

asegurarse que el registro etnográfico sea confiable.

La etnografía es un valioso auxiliar para la etnoarqueología. Un

país como el nuestro, con rica herencia cultural indígena, está llamado

a desarrollar una etnoarqueología andina, tratar de reconstruir la

historia pre-occidental, diacrónica y sincrónicamente. La investigación

que viene desarrollando los colegas de Andahuaylas, liderados por

Danielle Kurin y Enmanuel Gómez merece nuestro elogio y simpatía.

Es un ejemplo que merece seguir.

Dr. Ramiro Matos

Smithsonian Institution

Washington, D.C., EEUU

LA INVESTIGACIÓN DORADA

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LA INVESTIGACIÓN DORADA

Entre 1969-1971, tuve el honor de trabajar en Andahuaylas

como un estudiante de post-grado, especializándome en arqueología y

persiguiendo mi doctorado en la Universidad de California en

Berkeley, patrocinado por una beca Fulbright Hays. El trabajo de

campo bi-nacional (estadounidenses y peruanos) involucraba

reconocimiento y excavación de sitios arqueológicos. En el último año,

el proyecto se centró en la excavación del yacimiento de Waywaka, en

Andahuaylas.

Trabajos de campo de Joel Grossman en Andahuaylas (©JWG)

A pesar de que fue acreditado con descubrimientos

importantes, fueron precedidos por las investigaciones de Oscar Núñez

del Prado y John H. Rowe en 1946 y 1954 (Rowe 1956). Sus trabajos

de investigación identificaron quince sitios arqueológicos y John Rowe

dejó un importante legado de muchas notas y registros de campo de sus

resultados.

John H. Rowe también definió una cronología preliminar de

Andahuaylas basado en el análisis estilístico de la cerámica. Incluye la

definición del estilo Muyu Moqo (que data al Periodo Inicial), seguido

por el estilo Qasawirka, que atribuyó al Período Intermedio Temprano.

El estilo fue nombrado por la colina a lado de Waywaka. Mis

excavaciones en Waywaka en esencia confirmaron la cronología inicial

INVESTIGACIONES EN LOS ANDES SUD-CENTRALES

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de Rowe. También resultó en el descubrimiento de los atributos

importantes de los primeros pueblos Muyu Moqo. Esos atributos

incluyen el comercio a larga distancia en cuentas de lapis lazuli y

conchas del océano Pacífico, la producción de hojas de oro fino, un

juego de herramientas de los trabajadores orfebres y artefactos ligados

a la industria textil.

Este descubrimiento fue en el contexto del trabajo de campo

limitado y la creencia de que, (según lo expresado por un colega),

<<¡ese es un pueblo olvidado, no vas a encontrar nada allí!.>>

Qué equivocado estaba ese hombre. Hemos pasado grandes

avances en la arqueología, la antropología cultural y el nuevo campo

de la bioarqueología. La ciudad de Andahuaylas tiene ahora un museo

y un amplio espectro de estudiantes peruanos y extranjeros que

trabajan en conjunto para profundizar en la historia Inca y pre-Inca

[Chanka] de esta importante región.

Dr. Joel Warren Grossman

Pace University,

New York, EEUU

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ARQUEOLOGÍA REGIONAL

INVESTIGACIONES EN LOS ANDES SUD-CENTRALES

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LOS PETROGLIFOS EN EL VALLE DE ANDAHUAYLAS

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LOS PETROGLIFOS EN EL VALLE DE ANDAHUAYLAS Enmanuel Gómez Choque*1

Introducción

El presente trabajo surge como interés de conocer el pasado

histórico de esta región. El estudio del arte rupestre, en este caso de los

petroglifos distribuidos en el valle de Andahuaylas, son producto de

una larga secuencia de investigaciones realizadas en esta área, el cual

queremos articular. Nuestro interés de conocer otros aspectos de la

cultura mediante el “Proyecto Bioarqueológico Andahuaylas” que

desde el 2007 nos condujo a escribir el presente artículo. Es un punto

de partida para el interés científico, a la vez sirva de guía para poder

llegar a una aproximación en la clasificación de los petroglifos de la

región, los cuales guardan muchas interrogantes y conocimientos de

nuestros primeros pobladores. Se han realizado trabajos en las

comunidades de Lliupapuquio y Poltocsa, enfocados a promover la

conservación y preservación de este legado cultural, con la finalidad de

fortalecer la identidad regional. Con este trabajo, se ganó un premio

nacional de “Buenas Practicas Municipales” el año 2010, otorgado a la

Municipalidad Provincial de Andahuaylas (gestión 2007-2010), con el

concurso: “Ciudad, Identidad y Espacios Públicos”, organizado por el

Instituto Goethe–Lima.

El presente artículo se enfoca en el estudio y registro de

sectores en los sitios de Wayau en el distrito de Talavera, Sachapucru

(comunidad de Poltocsa), Qaqacuchu y Llamachayuq Huayqu (centro

poblado de Lliupapuquio) y Qaqa Corral (comunidad de

Champaccocha) en el distrito de San Jerónimo. Ubicados en el valle de

Andahuaylas. Investigación que tiene como propósito que estos

vestigios sean preservados y formen parte del patrimonio cultural,

fortaleciendo la identidad regional, con la finalidad de que sea un

atractivo turístico valorado y estudiado.

Secuencia cultural de la zona

Andahuaylas es una de las siete provincias ubicadas en

el departamento de Apurímac. Limita al norte y al oeste con

la provincia de Chincheros y el departamento de Ayacucho; al este,

con la provincia de Abancay; y al sur, con la provincia de Aymaraes.

La provincia tiene una extensión de 3.987,00 km2 y se divide en

diecinueve distritos. Se halla a una altitud de 2,926 msnm., creado

como provincia el 21 de junio de 1,825, por decreto del gobierno

* Universidad Nacional José María Arguedas, Apurímac, Perú.

INVESTIGACIONES EN LOS ANDES SUD-CENTRALES

20

dictatorial de Bolívar. Ocupa la parte central del territorio provincial,

teniendo tierras altas y medias, con climas frígidos y templados.

Conectada por una red de caminos hacia sus distritos y una vía

principal asfaltada que comunica con los departamentos de Ayacucho

y Cusco. Tenía el título colonial de San Pedro de Andahuaylas la

Grande. Ahora es reconocida como ciudad por ley 12444, promulgada

el 24 de noviembre de 1955.

La información disponible para la secuencia histórica data

desde épocas que se remontan al:

Período Lítico (12000-6000 aC.).

Las evidencias halladas en la cueva de Pikimachay (Ayacucho)

señalan que los grupos humanos tenían tecnología rudimentaria basada

en instrumentos toscos de piedra, hace más de 10.000 mil aC

(Lumbreras, 1974). Para el área de Andahuaylas, suponemos que la

cultura es analógica al área de Ayacucho. Salidas a las alturas de varios

distritos aledaños de Andahuaylas evidencian extensos parajes

naturales y fuentes de agua. Asimismo existen abrigos y cuevas

rocosas los cuales nos indicarían ocupaciones tempranas. La zona de

puna es propicia para el hábitat de servidos y camélidos, sirvieron para

la caza, y las pieles y cuevas para dar abrigo (Rick, 1983).

Periodo Arcaico (6000-1500 aC.).

Los estudios en áreas aledañas indican un aumento de la

población, cultivo de plantas y domesticación de animales durante la

época (González, 1992). Los extensos corrales en las alturas de

Andahuaylas, las características geográficas y la existencia de fuentes

de agua, nos ratifica la ocupación y aprovechamiento de estas. La zona

tiene características óptimas para habitar y aprovechar los recursos

naturales, donde existen evidencias de arte rupestre (petroglifos)

relacionados posiblemente a este periodo, como lo registrado por

Hosting (2004). El arte rupestre nos aproxima a una antigüedad de

más de los 2,500 a 4000-6,000 aC. cuyas figuras están relacionados a

la dualidad; asimismo, guardan relación con el universo, el agua, la

tierra y lo que existe en ella; es decir, con el medio ambiente que lo

rodea, la vida cotidiana y la ritualidad.

Período Inicial/Formativo (1500 aC. - 100 dC.).

Entre los 2500 y 1500 aC. surge una organización de

comunidades aldeanas complejas, aparecen los primeros centros

ceremoniales (Lumbreras, 1974; González, 1992). En el área de

Andahuaylas, Grossman (1978) investiga sistemáticamente el sitio

LOS PETROGLIFOS EN EL VALLE DE ANDAHUAYLAS

21

Formativo de Waywaca (primera aldea orfebre), registrando la primera

evidencia del trabajo en metal consistente en laminillas de oro. El sitio

cuenta con una larga secuencia de ocupación continua desde el

Formativo. Gómez (2007) registra sitios formativos en San Antonio de

Cachi (Masumachay, Paccalle y Marcayuq), tanto como Tello (2004)

para el área de Huancaray. Los datos obtenidos por Pérez (et al. 2003)

en Sóndor, brindan información imprescindible sobre las primeras

ocupaciones andahuaylinas.

Período del Formativo/ Intermedio Temprano (100–550 d.C).

Grossman (1978) denomina a este periodo Qasawirka, dato

importante para los grupos locales que habitaron en esta área, que

faltan aún corroborar. Lumbreras (1974) señala que durante este época,

los grupos locales alcanzaron un domino pleno de los pisos ecológicos,

con una organización social y económica propia. Aprovecharon los

recursos que les brindó la tierra. En la margen izquierda del río Pampas

existen evidencias para esta época (Arango, 2004; Aramburú, 2003).

Según las características cerámicas, Pérez, et al. (2003) identifican en

Sóndor cerámica similar al estilo Huarpa. Gómez (2007) identifica

fragmentos de cerámica con características similares en San Antonio

de Cachi.

Horizonte Medio (550-1000 dC.).

Este período se caracteriza por el surgimiento de sociedades

urbanas en los andes y la estructuración del primer imperio andino—

Wari—con sede en Ayacucho. El imperio tuvo una economía a partir

de una planificación y operación urbana (Lumbreras, 1974 y González,

1992). Los Wari aprovecharon una geografía variada y favorable para

el cultivo intensivo de diferentes productos, como el maíz. En la

margen izquierda del río Pampas existen poblados rurales Wari, que

probablemente estuvieron subordinados por la capital (Candia, 2001;

Aramburú; 2003, Vivanco, 1993; Vaquerizo, 2003). En el área de

Andahuaylas, existen sitios Wari como los registrados por Meddens

(1999) en la cuenca del río Chicha, Tello (2004) en Huancaray. Gómez

(2007-2013) en Turpo (Ccasiachi), y San Antonio de Cachi (Patahuasi

en Tanquihua).

Periodo Intermedio Tardío (1000-1400 dC.).

La causa de la caída de Wari (1000 dC.) aún está en discusión,

pero es indiscutible que después de su colapso surgieron decenas de

culturas locales en los andes sud-centrales (González, 1992).

Andahuaylas fue testigo del florecimiento del grupo al que llamamos

INVESTIGACIONES EN LOS ANDES SUD-CENTRALES

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los Chankas, que vivió y aprovechó de los recursos que le brindo este

espacio geográfico. Del conjunto de propuestas con relación al carácter

de esta sociedad, la más aceptada es que la confederación Chanka, era

conformada por una alianza y unidad temporal de diversos grupos

étnicos, con objeto de enfrentarse al naciente estado Inca, por la

hegemonía del dominio territorial y consecuentemente, político y

militar (González Carré, 1992; Huertas, 1990; Quevedo, 1913;

Markham, 1871; Navarro del Aguila, 1983; Ravines, 1980; Quintana,

1976; Lumbreras, 1974; Gutiérrez, 1999). Aún existen muchos

problemas por definir, entre ellos su origen y las formas de

organización, pero sí, está claro que se trata de una sociedad que vivió

en una época turbulenta de la historia peruana definida por

movimientos poblacionales, nuevos estilos de la cultura material y aún

enfrentamientos violentos.

La fuente más amplia y utilizada, para el estudio de los

Chankas, es la fuente etnohistórica (Sarmiento de Gamboa: 2007

[1572], Betanzos: 1996 [1557], Poma de Ayala: 2006 [1616], Cieza de

León: 1996 [1553]). Lamentablemente, las crónicas que refieren a esta

nación, no viene de fuentes primarias, por tanto, las observaciones

sufren de prejuicios, interpretaciones simplificadas, y lapsos

temporales. Por ejemplo, para entender las etapas históricas o

periodificación Chanka, Huertas (1990) realiza una interesante

propuesta basado en las fuentes cronísticas y lo divide en cuatro

períodos. Aunque la periodificación que propone es un paso importante

en revelar el dinamismo interno de los Chankas. La narrativa no está

basada en investigaciones sistemáticas, propuesta que es aceptable para

entender a esta cultura, el cual merece ser reforzada con evidencias

nuevas. En un sentido antropológico, esta caracterización es estática y

niega el dinamismo. Dado a la perspectiva y prejuicios de los cronistas

y sus informantes, tenemos la imagen de una sociedad dedicada más a

las guerras que a otras actividades. La ubicación estratégica en zonas

casi inaccesibles con un patrón de asentamiento adaptado a las

condiciones del terreno, nos habla de una sociedad que evidentemente

afrontó muchos problemas para abastecerse de los recursos necesarios.

Ello es explicado, como una consecuencia natural de la actividad

bélica al que estuvieron más dedicados. Sin embargo, lo que se rescata

es que estas crónicas confirman que los Chankas existieron, se

asentaron y probablemente lucharon y dominaron pueblos.

Para comprender la ocupación Chanka, se necesita reconstruir y

explicar con nuevos hallazgos, apoyado con investigaciones

arqueológicas sistemáticas, el cual nos ayudará a entender mejor a este

grupo cultural y social, que habitó esta región del Perú. De acuerdo a

LOS PETROGLIFOS EN EL VALLE DE ANDAHUAYLAS

23

estas premisas, detallaremos el conocimiento histórico-científico de la

cultura Chanka, los cuales están basados en textos etnohistóricos, datos

bioarqueológicos y la cultura viva.

Acerca del origen quasi-mítico de los Chankas, hay un tema

recurrente de la migración y/o desplazamiento masivo. Cieza de León

(1936) [1553] indica que la pacarina de los Chanka fue la laguna de

“Choclo Cocha,” ubicado en la región de Huancavelica, toman al puma

como su tótem. Otra versión mítica recopilado por Garcilaso de la

Vega (1996) [1616], dice que los Chankas se jactaban de descender de

un león y lo tenían y adoraban como su Dios, donde se pintaban y

cubrían con pellejo de león y una calabaza en la cabeza, en sus grandes

fiestas. El Inca dice haberlo visto en las fiestas del santísimo

sacramento del Cusco. Por su parte la historiadora Rostorowski (1998)

manifiesta que en la región de Huamanga, la macro etnia Chanka tenía

su habitad en el área del río Pampas y Pachachaca. Su expansión

territorial y conquistas les conducen hacia el sur de Andahuaylas en

las primeras décadas del siglo XV. Junquera (1997), dice: “Los

Chankas protagonistas de su estudio, son peruanos y ningún Lamista,

como también se les denomina, discute respecto de su nacionalidad.”

Acerca del éxodo Chanka después de la guerra con los Inkas,

Cieza de León (1936) [1553] dice que Anccohuayllo convoca a

muchos pueblos y emprende un largo éxodo por las montañas hasta

llegar a Chachapoyas, donde se asentaron y fundaron nuevas

ciudades. Según Rostorowski (ibid), los Chankas por su belicosidad,

fueron responsables de la desintegración Wari, una teoría que tal vez

se pueda comprobar con estudios de comparación de ADN (Tung et al.

2009) de restos humanos post-Wari. Recientemente, nuevos estudios

de ADN mitocondrial de poblaciones Wari y post-Wari indican una

continuidad genética del Horizonte Medio al Intermedio Tardío

(Kemp, Tung y Summar, 2009). Es decir que no hubo una migración

de poblaciones ajenas a los Huari (sitios de Vegachayoq Moqo y

Conchopata) después de la caída imperial. Además estudios bio-

geoquímicos, utilizando el análisis del isotopo de estroncio, ha

demostrado que los Chanka de Andahuaylas no comparten la firma

isotópica clave para poblaciones procedentes de la región

huancavelicana (Kurin, 2012). Esta evidencia novedosa desaprueba la

hipótesis que los Chanka, como gente ajena, invadieron, destruyeron y

remplazaron el estado Huari, de allí, migraron en masa hacia

Andahuaylas, después de la fricción social y la larga trayectoria de

guerras, compuesto por muchos ayllus.

Una clave importante y novedosa que utilizan los

investigadores para entender la composición socio-étnica Chanka es el

INVESTIGACIONES EN LOS ANDES SUD-CENTRALES

24

análisis toponímico. La historiadora Catherine Julien (2002) [1539] ha

transcrito la Cédula de 1539 donde Pizarro otorga a Diego Maldonado

la encomienda de los Chankas de Andahuaylas, el cual incluye 65

pueblos; documento que nos brinda las toponimias (Andasco,

Capacalla, Chiara, Chilaceni, Cocas, Cola, Guayana, Lachi, Llamay,

Omamarca, Pacocha, Pocollo, Tolpo, entre otros) y nombres de los

caciques (Guachaca, Guasco, Sulla, Hasto, Tomaycondor, Suca,

Curitomay, Lapa, Sutaya, Sibopaucar, Chauca, Cayo, Yupangui,

Mayma, Guaraca, entre otros), y la etnicidad del pueblo (Chanka,

Yauyo, Yungas, etc.), los cuales se mantienen hasta hoy en día, aun

con ligeros cambios. De esta manera, podemos reconstituir el terreno

social de los Chankas.

La arqueología está revelando aspectos de la vida Chanka

cotidiana muy ajeno a los cuentos referidos en las crónicas. Según

fuentes e investigaciones arqueológicas, la época Chanka es producto

de las contradicciones políticas y sociales impulsadas por la caída del

Imperio Wari (Isbell y Cook, 1987) y los cambios climáticos (Bauer et

al. 2010). Los asentamientos en esta época mayormente están ubicados

entre los 2,000 y 3,500 msnm; los pobladores abandonaron las partes

bajas y eligieron asentarse en las partes altas (González, 1992).

Investigaciones arqueológicas actuales sugieren que los pobladores

eligieron sitios estratégicos y propicios para aprovechar los recursos

naturales (Gómez, 2007 y 2009).

Existen innumerables sitios arqueológicos en la región

ubicados en los pisos ecológicos, principalmente en la parte alta y

media. El patrón funerario es recurrente en la zona de estudio, los

cuales se ubican en cuevas y abrigos rocosos antropogénicos

(modificado por el hombre) con entierros colectivos parcialmente

disturbados y con mucha actividad post-deposicional (reutilización);

los cuales están asociados a andenerías (agricultura) corrales

(ganadería) y viviendas circulares dispersas. Hay alta frecuencia de

cráneos con lesiones traumáticas (fracturas) son indicadores de la

violencia social vivida en esta época. Pero la vida Chanka no solo era

llena de violencia, sino de innovación y resistencia—igual como sus

descendientes andahuaylinos. Por ejemplo, las trepanaciones

practicadas en los cráneos con traumas, indica un tratamiento con fines

de curación (ante la presión inter-craneana). Entonces los Chankas no

solo se dedican a las guerras, sino también practicaban cirugías

craneales (alto nivel de especialización en la medicina) un dato inédito

que se debe resaltar.

Finalmente, la presencia de restos óseos de camélidos en

entierros Chankas, está vinculada a los rituales mortuorios de

LOS PETROGLIFOS EN EL VALLE DE ANDAHUAYLAS

25

adoración, la preferencia en su dieta alimenticia y su especialización en

otras actividades domésticas (textiles, artefactos, cerámica, ganadería,

agricultura, entre otros).

Horizonte Tardío (1400-1533 dC.).

En el siglo XV, los Incas se expanden desde Cusco, y forman

centros administrativos en Apurímac. El sitio Inca más conocido en

Andahauylas es Sóndor. En el sitio destacan sectores que presentan

arquitectura (Inca local), ingresos de doble jamba, Callankas y áreas

residenciales, el trabajo de piedra es bien elaborado y planificado

poniendo de manifiesto la importancia de Andahuaylas en la época

imperial. Además, Gómez (2008-2013) registra un tambo Inca en el

valle de Andahuaylas, en el sitio de Huayao (Talavera). El tambo tiene

características arquitectónicas similares al periodo imperial, el cual

consistiría en un área administrativa y residencial. Aún quedan

interrogantes, pero consideramos que trabajos futuros en la zona nos

darán un panorama más amplio para esta época.

Época Histórica (1533 dC. hasta el presente).

Mientras los Incas estaban en su apogeo, se produce la

conquista española en 1533. Hernando de Soto fue el primer español

que pisa tierra Chanka en su viaje de exploración con dirección al

Cusco, (Gutiérrez, 1999). Cieza de León (1996) [1553] cuenta sobre su

interacción con un curaca Chanka conocido como Guasco. La cédula

de la encomienda de Diego Maldonado (Julien, 2002 [1539]) y varios

textos coloniales (sin fecha exacta) relatan la existencia de los Chankas

en la valle de Andahuaylas, corroborando la evidencia arqueológica.

Con este enfoque, nuestro propósito es conocer las primeras

ocupaciones de esta área mediante el estudio de arte rupestre, ello

requiere el reconocimiento y análisis de los petroglifos dispersos en el

valle de Andahuaylas.

Analizando los petroglifos en el valle de Andahuaylas

En la investigación arqueológica, uno de los primeros pasos es

la prospección o reconocimiento arqueológico, la excavación y

finalmente, el procesamiento de datos en gabinete. En un primer

momento el registro de sitios arqueológicos enfocados en ubicar áreas

de entierro de la época Chanka “Proyecto Bioarqueológico

Andahuaylas” - 2009, nos condujo al registro del conjunto de

petroglifos en el valle de Andahuaylas. El cual nos orientó para realizar

un inventario general, donde las imágenes fueron grabadas con

cámaras, escalas y facsímiles.

INVESTIGACIONES EN LOS ANDES SUD-CENTRALES

26

Una técnica sencilla empleada para crear una facsimilia de las

figuras, fue la utilizacion de un plástico transparente extendido sobre

las figuras. Utilizamos una tinta indeleble para dibujar o copiar la

figura en tamaño real, de ese modo observar el comportamieto de las

figuras.

Hemos realizado un análisis macroscópico de los petroglifos.

Dentro del registro que elaboramos, existen representaciones con

diferentes rasgos expresivos, que aún mantienen semejanzas en las

técnicas y diseño que nos da una mejor apreciación de los diseños en el

área. En los diseños estudiados existen diferentes representaciones, los

cuales plasmamos en dibujos, los que servirán para tener un criterio de

los diseños realizados. Utilizamos la semiótica, contextualizado en el

conocimiento arqueológico y etnográfico, para interpretar las imágenes

Registro de arte rupestre en el valle de Andahuaylas

Se conoce que el arte rupestre es considerado entre las más

antiguas manifestaciones del pensamiento expresivo, donde las

sociedades humanas registraban mediante la pintura y el grabado en

piedras, una gran parte de sus vivencias, pensamientos y creencias.

(Martínez y Botiva, 2004). En Andahuaylas, hemos registrado cinco

[5] complejos de arte rupestre.

1. Wayau

Los petroglifos de Wayau, ubicado en el distrito de Talavera,

corresponden a un complejo de arte rupestre de grabados en las rocas,

el cual consiste principalmente a figuras abstractas similares a los

petroglifos ubicados en el Valle del Chumbao. Existen figuras de

animales (una de ellas aparentemente tiene la característica de ser un

mono), escenas de pastoreo, figuras abstractas y geométricas

(principalmente círculos concéntricos). También figuras dispersas en

varios sectores, muchas de ellas tapadas por la vegetación y cubiertas

por la tierra.

LOS PETROGLIFOS EN EL VALLE DE ANDAHUAYLAS

27

Figura 1. Elaborando una facsimilia de una maqueta (arriba);

El detalle de la facsimilia, donde destacan los pocitos unidos por un conjunto

de líneas “canales” (abajo).

.

INVESTIGACIONES EN LOS ANDES SUD-CENTRALES

28

Figura 2. Distribución de sitios con petroglifos en el valle de Andahuaylas

(enumerados).

Sitio Significado

Altitud

msnm.

Ubicación

Geográfica

UTM

Andahuaylas, Apurímac Filiación

cultural Comunidad Distrito

Wayau Suelto 2,978

E=671259

N=8487690 Wayau Talavera

Arcaico -

Formativo-?

Sachapucru Hondonada 3,366 E=681531

N=8489896 Poltocsa

San

Jerónimo

Arcaico -

Formativo-

Horizonte medio

Qaqacuchu Rincón

pedregoso 3,463

E=682645

N=8488902 Lliupapuquio

San

Jerónimo

Arcaico -

Formativo-?

Llamachayuq Huayqu

Valle de llamas

3,400 E=682708 N=8489348

Lliupapuquio San

Jerónimo Arcaico - Formativo

Qaqacorral Corral en

pendiente 3,468

E=684660

N=8490396 Champaccocha

San

Jerónimo

Arcaico -

Formativo-?

Cuadro 1. Detalle de ubicación de los petroglifos en el valle de Andahuaylas

2. Sachapucru.

Del conjunto de petroglifos en Sachapucro, destacan las figuras

hechas con técnicas de incisión y picado profundo. Hay

representaciones de figuras antropomorfas, geométricas, y abstractas.

De acuerdo a la recurrencia, los petroglifos datarían de períodos

tempranos. Bauer (et al. 2010) tomaron una muestra de carbón, un

hollín de uno de los abrigos de Sachapucru, cercana a una figura que

representa un eclipse solar. Los datos de carbono-14 arrojaron de 659 y

807 dC. Según cálculos astronómicos, hubo dos eclipses en

Andahuaylas en esta época: 22 de abril del 711 dC. y el 7 de diciembre

del 717 dC. Quien elaboró esta figura posiblemente observó uno de

estos dos eventos. Además, este fechado corresponde al periodo inicial

del Imperio Wari, una época de cambios sociales impactantes en

Andahuaylas.

LOS PETROGLIFOS EN EL VALLE DE ANDAHUAYLAS

29

3. Qaqacuchu.

Junto a un riachuelo, en el sector de Qaqacucho destacan las

técnicas de incisión, picado y raspado. En este sector en un tramo de 1

km. aproximadamente, existen varias figuras. Muchos de ellos

cubiertos por la vegetación, algunas han colapsado y otras aún por

descubrir. El estado de conservación es deficiente, las representaciones

están siendo afectadas por las condiciones climáticas, las raíces de los

árboles que continúan dañándolos y por lo tanto colapsando.

Sobresalen más de 350 figuras de camélidos, además de figuras

geométricas, zoomorfas y antropomorfas.

Los camélidos (llamas) en el trayecto del sitio al parecer

representarían la ganadería y la contabilización. Muestran una

dualidad, como por ejemplo los camélidos están de subida, de bajada,

hay crías con sus madres, camélidos sobrepuestos. Además hay

escenas de domesticación (hombres jalando con una cuerda a las

llamas), el cual es inusual ya que las llamas cuando andan en caravanas

no son jaladas. Existen también llamas esperando su carga, figuras

humanas, figuras en miniaturas y otros de gran tamaño. También hay

imágenes geométricas representando una especie de corrales. En uno

de los trayectos destaca unas figuras zoomorfas, con características

felinas y representaciones masculinas y femeninas. Al lado de estas

representaciones hay un espiral. Este conjunto de petroglifos requieren

mayor investigación y un programa de mantenimiento y conservación.

4. Sitio de Llamachayuq Huayqu.

En las inmediaciones del centro poblado de la comunidad

campesina de Lliupapuquio, continuo al sector de Qaqacuchu ubicado

en orillas de un riachuelo, existe un conjunto de petroglifos, donde

destacan principalmente figuras de camélidos ubicados en áreas de

difícil acceso, en la parte alta de las rocas. Muchos de ellos están en

deterioro y fueron trabajados detalladamente, el cual requiere un

mantenimiento y conservación eficiente. Como el nombre lo indica

Llamachayuq Huayqu, significa el valle de las llamas. Las figuras

están distribuidas en diferentes puntos con diversas representaciones de

camélidos.

5. Sitio de Qaqacorral.

Los petroglifos del sector de Qaqacorral están ubicados en las

afloraciones rocosas, los cuales mantienen una linealidad siguiendo la

topografía del terreno en la comunidad de Champaccocha. Destacan las

figuras antropomorfas, zoomorfas y abstractas con una complejidad en

su representación, haciendo difícil la interpretación de las actividades

INVESTIGACIONES EN LOS ANDES SUD-CENTRALES

30

cotidianas de esta época. Pero de lo que si estamos seguros es que el

hombre estaba íntimamente ligado con su medio geográfico y todo lo

que le rodeaba. Destacan una figura que representa la fertilidad y

representaciones masculina y femenina, con características zoomorfas,

además hay serpientes, anfibios, arañaS y animales rastreros. En otro

sector hay un conjunto de camélidos en un área de difícil acceso,

camélidos estilizados con dos patas y cuatro patas, trabajadas

detalladamente sin descuidar la cola, orejas y el cuerpo.

Interpretaciones y temas resaltantes de los petroglifos

El manejo cosmológico del agua con maquetas geoglíficas

Una enorme piedra en Wayau ha sido convertida en una

maqueta (Fig. 1, Fig 3). En la roca podemos identificar muchas figuras

geométricas circulares y círculos concéntricos de diferentes tamaños

que posiblemente representen canales y pozos de agua. Las figuras

concéntricas tienen líneas que van desde dos a cinco círculos,

dependiendo del tamaño, los cuales presentan un punto central y otros

más pequeños que solamente son círculos. Destaca un círculo grande

ubicado al centro de la roca, donde las líneas distribuidas se unen al

mismo. En la maqueta, se aprecia un conjunto de figuras complejas, al

parecer muestran un sistema hidráulico, además de círculos y algunos

camélidos. Las líneas se unen en pequeños pocitos, que mantienen una

continuidad. El comportamiento de la pendiente (30° promedio) de la

maqueta, nos indica que este ha sido utilizado para una ceremonia o

práctica hidráulica. En la esquina izquierda inferior, hay un cÍrculo

(pozo) que destaca entre todos y una red de canales y pocitos que se

distribuyen al entorno del pozo central.

Esta maqueta al parecer representa un complejo sistema

hidráulico, compuesto por círculos y pocitos unidos por líneas; además

hay círculos independientes y círculos pequeños que forman

redondeles. La imagen aérea vista en Google Earth de las alturas de

Andahuaylas, revela un sistema de ubicación de las qochas (pequeñas

lagunas tectónicas) estos forman microcuencas y valles interandinos,

donde sus aguas son aprovechadas por los campesinos para la

agricultura, en algunos casos las aguas son conducidas por canales de

riego. En las alturas de San Jerónimo, en la actualidad, las qochas y

lagunas, son represadas tradicionalmente con “champas” qochas que

en épocas de lluvia se abastecen y son aprovechadas en época de

sequía. Esta representación aérea nos hace referencia a una posible

comparación con las maquetas mostradas. Quien la elaboró, tuvo

LOS PETROGLIFOS EN EL VALLE DE ANDAHUAYLAS

31

conocimiento del comportamiento del sistema de quchas y su

distribución en las microcuencas con fines agrícolas.

Figura 3. Maqueta de Wayau (arriba) y qochas de la parte alta de San

Jerónimo vista por google earth (abajo)

Otras figuras geométricas relacionados al manejo del

medioambiente se distribuyen a lo largo del complejo en el valle de

Andahuaylas. El sitio de Sachapucro también expone un cantidad

numerosa de figuras geométricas. Se evidencia líneas en forma de

ondas o simplemente líneas continuas, que al parecer representarían a

corrientes de agua. Otra figura consiste en líneas perpendiculares y

paralelas en forma de columnas que terminan en un rectángulo cerrado.

Es posible que un gran catidad de figuras geométricas y abstractas

actualmente son relacionadas al manejo del medioambiente y

economía, específicamente al agua y a las chacras.

INVESTIGACIONES EN LOS ANDES SUD-CENTRALES

32

Canales Andenes Chacras Pozos Riego

Figura 4. Petroglifos relacionados a la tierra y el agua

En otros sitios de Andahuaylas, existen un conjunto de pozos

(Fig. 5). Los pozos se unen por líneas profundas, a los cuales le

llenamos agua para tener una mejor apreciación. Hay una asociación

de pequeños pocitos, los que se ubican al parecer seguiendo un orden

en Sachapucru. En Qaqacuchu, hay un conjunto de pocitos que forman

distintas figuras, tamaños diversos y profundidades variables. Una de

ellas aparentemente representa al amaru. Pocitos que pudieron servir

para observar el tiempo y aun el universo, al ser llenada con agua.

Todos estos nos indican un fin ritual en el manejo de los pocitos agro-

astro-ceremoniales.

La cosmología incaica se desarrolló sobre la base de

conocimientos andinos pre-existentes, donde se relacionaban un

conjunto complejo de sistemas, entre la Pachamama – [madre tierra] la

naturaleza, y el hombre. Los conocimientos astronómicos, en que se

basa el comportamiento agro-económico, se convirtieron en una fuente

de poder y dominación. Los especialistas en esta rama, le llamaban

killawatakipuq (Poma de Ayala [1615]).

LOS PETROGLIFOS EN EL VALLE DE ANDAHUAYLAS

33

Figura 5. Pocitos de agua (arriba). De noche, se aprecian las estrellas en un

pozo con agua (abajo)

Por cierto, el universo es un cuerpo maravilloso donde

podemos apreciar diferentes figuras y hacer volar nuestra imaginacion,

donde las estrellas unidas dan formas distintas como animales, plantas,

objetos, etc. En el mundo andino, existen representaciones de animales

como las descritas por Guamán Poma y Pachacuti Yamqui. En

comunicación personal con un comunero de Lliupapuquio, una noche

nos mostró el universo donde las estrellas se alineaban y formaban

distitas figuras. En el universo se identificaban a sus dioses, plasmado

en animales y elementos, representado en las manchas oscuras de la vía

láctea. Así tenemos la llama (yakana), perdiz (yutu), sapo (qampatu),

zorro (atuq), serpiente (machaqway), tanto como cuerpos celestiales y

fenómenos como el sol (inti), la luna (killa) y el relámpago (illapa) etc.

Es posible que los petroglifos que hemos observado representen estas

observaciones astronómicas.

INVESTIGACIONES EN LOS ANDES SUD-CENTRALES

34

Círculos

concentricos

Círculos unidos Eclipse solar Eclipse total/fugaz

Figura 6. Petroglifos astronómicos

En la imagen de arriba (Fig. 6), los círculos concéntricos

consiste en más de seis aros, posiblemente detalla cómo se ve el

universo de noche, destacando las estrellas y el brillo intenso asociado

con las nubes, los cuales dan distintas formas, relacionado con la

imaginacion humana. Los otros círculos unidos concéntricos

consistente en cinco aros. Por cierto, la cosmovisión andina es

concebido como algo ciclical. La figura indicada muestra un eclipse de

sol. En esta figura detallamos un eclipse solar donde la luna se

interpone entre el sol y la tierra. La otra imagen parece un eclipse solar

total, se aprecia la luz que refleja al contorno del círculo. La figura al

parecer representa a un eclipse total o a una posible estrella fugaz.

Representación de rostros

En el sector de Sachapucru, principalmente destaca la

representacion de rostros con diferentes expresiones, los cuales se

ubican en los afloramientos rocosos. No guardan un orden, pero sí

tienen un patrón de elaboración técnica compartida.

Muchos rostros son cuadrangulares con las esquinas curvadas.

Se presenta ojos y boca profundas. Los rostros tienen líneas para

representar la nariz y la boca, los que están unidas o continuas.

Asimismo destacan las cejas pronunciadas unidas a la nariz. En un

rostro, se ve un punto central rodeado por un círculo en los ojos. tiene

forma semicircular, tanto los ojos y boca el cual se divide por líneas

curvas, que representa a los pómulos prominentes. Otra característica

común son las líneas al interior que se entrecruzan como una “x” que

separan los ojos de la boca. Algunos rostros, la boca tiene distintas

representaciones, en uno simplemente es un punto. Líneas profundas

con el aspecto de sonrisa. En otro caso la boca caracteriza un aspecto

de sorpresa o grito. Rostros que tambíen podrían representar a

máscaras, por las distintas expresiones.

LOS PETROGLIFOS EN EL VALLE DE ANDAHUAYLAS

35

Ojo circulaes Boca lineal Boca circular Ojos ovalados

Oval-cuadrado Curvado Circular Cuadrado

Figura 7. Rostros tallados

Figuras antropomorfas y zoomorfas

Figuras que aparecen como hombres o animales son conocidos

como representaciones antropomorfas o zoomorfas. En el sector de

Qaqacuchu, existen figuras zoomorfas y antropomorfas (Fig. 8).

Animal Felino Hatun runtu Anfibio Serpiente

Figura 8. Petroglifos antropomorfos y zoomorfos.

En la figura del animal, se visibiliza una imagen, el cual tiene

rasgos humanos y animales. Presenta tres dedos tanto en las manos y

pies, en la cabeza parecen cuernos, orejas, o un sombrero. Otra imagen

impresionante representaría a un felino (masculino) de forma bípeda,

el cual presenta orejas alargadas con las manos orientadas hacia abajo

y tres dedos en ambas manos. En la mano izquierda, hay una línea que

termina en la punta del pie izquierdo dando un aspecto de cola. En la

otra figura similar, el personaje tiene una cola unida en el lado derecho

con una mano abajo y el otro arriba, mostrando un aspecto de una

danza. La figura “hatun runtu” representa a un individuo masculino,

destacan los testículos. Tiene las manos hacia arriba y debajo de la

mano derecha tiene un objeto ovalado ¿una cabeza trofeo? o ¿un

tambor? Tiene una actitud de danzar o bailar. En la figura arriba, se

aprecia el medio cuerpo de una serpiente definida. También se aprecia

un anfibio, el cual seria un sapo o rana, el mismo se encuentra sobre

INVESTIGACIONES EN LOS ANDES SUD-CENTRALES

36

líneas complejas. Estas representaciones de reptiles y anfibios son

únicas en esta área.

Camélidos en Andahuaylas Los camélidos se clasifican en cuatro especies: llama, alpaca,

guanaco y vicuña. De los cuales la llama y la alpaca son animales

domesticados y el guanaco y vicuña son animales silvestres. Es

necesario este tipo de comparación para determinar el tipo de camélido

que se presentan en los petroglifos. En conversación directa con el Dr.

Ramiro Matos (2010) me supo manifestar que es importante conocer

cual de los camélidos andinos (llama o alpaca) fue domesticado

primero. De acuerdo a esta comparación hemos identificado que un

porcentaje alto pertenece a llamas y seguida de alpacas principalmente.

[Además no descartamos que hay otras representaciones más

pequeñas, que podrían tratarse de cérvidos, perro o zorros, en vista que

estos animales son populares en esta zona geográfica (Hosting, 2008)].

Por ende, las la figura abajo nos indicaría el periodo de domesticación

y utilizado como transporte con el conocimiento y dominio pleno del

entorno ecológico.

Las primeras interpretaciones de la recurrencia y abundancia de

figura de camélidos nos indican que este animal jugó un rol importante

desde tiempos antiguos. Fueron utilizados como medio de carga (hasta

20-25 kilos) e intercambio comercial, alimento (charki), confección de

su vestido (fabricación de textiles) fabricación de artefactos de huesos

(choqche, agujas y adornos) y como animal ritual (entierros en cuevas

y abrigos rocosos). Estudios etnográficos y una comunicación personal

con los comuneros manifiestan que la grasa de este animal, fue

utilizada como mecheros para alumbrarse (con pabilo de algodón), el

cuero de la parte del cuello sirvío para la fabricación de sandalias y el

estiércol, servía como fertilizante natural. Esta relación de la

importancia de este animal está plasmada en estas representaciones, sin

dejar de indicar que pudieron servir como un lugar de paso obligado,

de reunión o contabilidad.

LOS PETROGLIFOS EN EL VALLE DE ANDAHUAYLAS

37

Llama espiral Cuatro patas Mamá y cría Dos patas

Domesticando Carga “8” Caravana

Figura 9. Camélidos

La mayoría de camélidos están presentes en los sitios de

Qaqacuchu y Qaqacorral. En Qaqacorral, hay un cojunto de camélidos

de dos patas, dispuestos en diferentes lados, posiciones y tamaños. A

diferencia del sector de Qaqacuchu, aquí los camélidos presentan

cuatro patas y colas largas. Las figuras que destacan en Qaqacuchu son

representaciones de llamas, por ello también es conocido como

llamachayuq Huayqu (valle de las llamas).

Las figuras guardan una dualidad en todo el trayecto del sector

y la técnica de punteado o picado es similar. Otra figura representa a

un camélido y su cría, el cual se ubica entre las patas de la madre, la

cría tiene la actitud de estar alimentándose. Otra figura representa a

camélidos de cuello y patas largas.

Es importante citar evidencias claves para fechar y entender

mejor los petroglifos. Observemos la representación de arriba que nos

muestra una escena de posible domesticación, donde el camélido está

siendo jalado mediante una cuerda por una persona. La llama en este

caso evidencia las cuatro patas, esta escena se repite en diferentes

puntos de la roca. (Fig. 9). Cabe indicar que las llamas andinas no son

jaladas por cuerdas, estos animales domésticos andan en grupos o

caravanas guiados por uno que va al frente. Por cierto, en este sector

también existe una caravana de llamas con distintos rumbos.

En la figura de arriba, podemos apreciar una figura “8” seguido

de una fila de llamas, tanto adelante y atrás del “8”, esto nos indicaría

que el “8” es una carga, el cual esta dividido en dos lados con el

mismo peso (proporcionado) para colocarlo en el lomo. Esto nos

señalaría otra etapa de elaboración de las figuras ya que las llamas

domesticadas, fueron aprovechadas como animales de carga para el

comercio de productos. Más aún, la figura de la “llama espiral”,

consiste en un espiral que está sobrepuesto en el lomo de un camélido

el cual termina en la cabeza, en la parte inferior tiene cuatro patas.

INVESTIGACIONES EN LOS ANDES SUD-CENTRALES

38

Finalmente, apreciamos un conjunto o caravana de camélidos (llamas)

representando una dualidad (ya que hay llamas de distintos tamaños,

sobrepuestos, de espaldas, cuesta arriba, cuesta abajo, de dos y cuatro

patas, etc.). Pero queda como interrogante por qué representaron

tantas llamas.

a) b) c)

Figura. 10. Representación de camélidos: conopa y vasija.

La evidencia material también nos detalla la importancia del

camélido en Andahuaylas (Fig. 10). Durante las excavaciones

realizadas por el Proyecto Bioarqueológico Andahuaylas (con

aprobación del Ministerio de Cultura) en el lugar de Sonhuayo, nos

topamos con un descubrimiento novedoso para esta área, el hallazgo de

un entierro de camélidos (llamas) Los camélidos fueron enterrados en

un machay (cueva). Un camélido adulto al lado de un feto; la otra

llama era un joven. Estos camélidos enterrados tenían ofrendas, las

cuales consistían en dos manos de batán, asociada a fragmentos de

cerámica doméstica. Además, hemos identificado dos especies de

camélidos representados por conopas del Intermedio Tardío. Uno (a)

representa a una llama y la otra (b) a una alpaca, el cual tiene más

fibra. Otra vasija, hallada en un reconocimiento, representa a una llama

con decoración, pertenecería al Periodo del Horizonte Medio. Para

resumir, la valoración de los camélidos desde tiempos antiguos y su

representación en distintas formas y posiciones, nos hace difícil

interpretar, pero lo que sí sabemos es que, nos indicarían una ritualidad

en torno a los camélidos, contabilidad y valoración de este animal.

Conclusión

Las expresiones de arte rupestre distribuidas a lo largo de valle

de Andahuaylas, comprende desde las partes altas del distrito de San

Jerónimo hasta la parte baja del distrito de Talavera. Actualmente se

han identificado más de 8-10 Km. del complejo de petroglifos,

distribuidos en distintos puntos de este importante valle.

Muchas de las figuras presentan una sencillez temática hasta

una complejidad en la representación de los símbolos. También nos da

LOS PETROGLIFOS EN EL VALLE DE ANDAHUAYLAS

39

a conocer diversas técnicas de lo más sencillo a lo más complejo, de

igual forma la elección de áreas de difícil acceso.

La evidencia cerámica y de carbono-14 nos indica que los sitios

de petroglifos fueron utilizados por miles de años. Teniendo en cuenta

que hoy en día estos lugares son considerados sagrados para los

pobladores. En muchos sectores se realizan pagapus, wischupas y

ofrendas al cerro para asegurar la sanación de males o enfermedades

corporales. Diríamos que su antigüedad viene desde más de 3-4 mil

aC. hasta épocas incaicas.

Con respecto al sector de Wayau, las representaciones que

destacan son las maquetas, que posiblemente representaron a un

conjunto complejo de sistemas hidráulicos. Muestran líneas unidas a

pequeños hoyos; éstas a su vez tienen una continuidad en otros pocitos.

En las alturas de Andahuaylas, existe un conjunto de quchas, de las

cuales nacen las cuencas; lagunas naturales sirven para la agricultura y

el poblamiento de animales silvestres. Es posible que las maquetas

representen a este sistema de qochas, ubicados en la altura. La

representación de los hoyos hallados en el sector de Sachapucru,

Qaqacuchu, Llamachayuq Huayqu y Wayau cumplió una función ritual

y práctica. La maqueta más conocida en Apurímac es el monolito Inca

de Saywite donde hay tallados de alto relieve.

Sistematizando estos datos, los antiguos pobladores

conocieron el comportamiento de las qochas y del sistema agrícola, por

la distribución del agua y sus fuentes. Además en Wayau, existen otras

figuras como los espirales (representarían a los ríos y riachuelos), los

círculos concéntricos definidos (universo) y figuras zoomorfas y

antropomorfas. Al igual que los otros sectores nos manifiestan el

conocimiento del universo y el entorno que los rodea. Hay un

conocimiento profundo del universo circundante, el cual está asociada

al ciclo agrícola, los fenómenos astronómicos - climáticos, los

animales y la naturaleza. Así tenemos representaciones de una figura

de llama y su cría en el sector de Qaqacucho y Llamachayuq Huayqu,

el mismo que es apreciado en la actualidad visto de noche, en la vía

láctea (Guamán Poma de Ayala y Pachacutic Yamqui).

En el sector de Sachapucru, existen representación de rostros,

los cuales son variados pero sin perder la temática, rostros cuadrados

con esquinas curvadas o simplemente ovaladas, donde la particularidad

es mostrar la boca de diferentes aspectos (líneas, círculos y puntos

profundos) que posiblemente representen expresiones corporales (boca

abierta, cerrada, risa, grito, etc.). de igual modo figuras que representan

fenómenos astronómicos, específicamente un eclipse solar en

Sachapucru. También, otra representación astronómica, que muestra

INVESTIGACIONES EN LOS ANDES SUD-CENTRALES

40

otro evento similar. Resulta difícil de determinar el período exacto

cuando ocurrió este hecho astronómico, pero posiblemente podríamos

asociarlo al Horizonte Medio. El artista que elaboró esta figura pudo

observar este suceso astronómico.

En el sector de Qaqacuchu y Llamachayuq Huayqu, la

característica resaltante es la caravana de llamas ubicado en la pared de

las rocas. Además en este sector hay figuras donde se evidencia la

domesticación (al igual que en el sector de Qaqacorral) y fila de

camélidos en espera de su carga. Los glifos se distribuyen en puntos

estratégicos, como cerca a riachuelos. En Qaqacuchu, las figuras de

camélidos suman un promedio de 380; posiblemente son más, en vista

que hay muchos sectores que colapsaron y están en mal estado de

conservación. Las representaciones nos muestran la importancia de

este animal desde tiempos antiguos, ya que este les brindó carne

(charki), fibra (textiles), cuero (bolsas, sandalias, otros), hueso

(artefactos), medio de trasporte o carga (comercio), ritualidad, entre

otros. La existencia de un entierro de camélidos, y objetos como

conopas (llamas y alpacas de piedra) artefactos de hueso de llama y

tejidos de fibra de llama, indica la importancia en la vida cotidiana del

poblador andino desde tiempos antiguos.

Podemos suponer que fue un lugar donde la crianza de estos

camélidos era común y numerosa. También pudo servir como un lugar

de contabilidad. También es probable que fuera un lugar sagrado, ya

que hasta hoy en día los campesinos del lugar respetan este sitio, donde

realizan pagapus (pago al cerro). Esta área tiene poderes místicos

según los pobladores, la creencia y cosmovisión andina aún viven. Se

pueden distinguir también figuras antropomorfas con características

felinas, y representación de espirales y círculos concéntricos. Los

cuales nos indican su convivencia con su entorno natural (animales,

plantas y ríos) y el universo circundante.

El sector de Qaqacorral nos presenta principalmente figuras

antropomorfas y zoomorfas. Las figuras antropomorfas, consisten en

cuerpos humanos donde representan la fertilidad (órganos masculinos)

y otros personajes que posiblemente esté agarrando cráneos trofeo,

con actitudes rituales de baile o danza. Las figuras zoomorfas

representan principalmente a serpientes y anfibios. También destaca

representación de un conjunto de camélidos o llamas en caravanas,

donde hay motivos de personas que están jalando a las llamas mediante

una cuerda sujetada al cuello del animal. Los tallados representan una

dualidad caracterizados por la complementariedad de número, forma,

tamaño, y orientación.

LOS PETROGLIFOS EN EL VALLE DE ANDAHUAYLAS

41

Finalmente concluimos, indicando que este trabajo es un primer

paso y punto de partida, para poder entender la distribución y

comportamiento de los petroglifos en el valle de Andahuaylas y por

tanto en la región. Teniendo en cuenta que en esta área hay pocos

trabajos orientados a la investigación científica, esperemos sea un

aporte para futuros trabajos que nos hagan llegar a un mejor

entendimiento de la historia regional. Forma parte de uno de los

testimonios únicos en la región sobre nuestro legado cultural. Los

testigos que habitaron estas tierras plasmaron su vida cotidiana en la

pared de las rocas, relatándolo en el entorno natural donde habitaban.

Notas:

Conceptos básicos:

En este trabajo discernimos conceptualizaciones utilizadas en

diferentes investigaciones de arte rupestre, que nos permitió el uso

adecuado de los términos. Detallamos a continuación:

El Arte: concepto que engloba todas las creaciones realizadas por el ser

humano para expresar una visión sensible acerca del mundo, ya sea

real o imaginario. Mediante recursos plásticos, lingüísticos o sonoros,

el arte permite expresar ideas, emociones, percepciones y sensaciones

Pintura rupestre: representación gráfica de los dibujos que se

encuentran en rocas o abrigos rocosos, realizados en la prehistoria

(Rupestre es aquello perteneciente o relativo a las rocas). Lograron

resistir el paso del tiempo y están situados en todas partes del mundo.

Petroglifo: (petro: piedra y glifo: grabado) son imágenes (figuras)

grabadas sobre las piedras (rocas) con distintas técnicas: picado,

rayado, incisión o desgaste (abrasión) Representan imágenes

antropomorfas, zoomorfas, geométricas, abstractas, etc.

Geoglifo: son imágenes formadas sobre el suelo (geo: tierra y glifo:

grabado) Donde se desgastan la materia superficial para exponer un

sustrato inferior de otro tono. En otros casos se acomodaban piedras

para formar imágenes. Son menos perdurables debido a las

consecuencias climáticas y naturales. Un ejemplo, las figuras de

Nazca y Paracas.

Pictografía: (pictum: pintar y grapho: trazar) son grafismos realizados

sobre las rocas mediante la aplicación de una variada gama de

pigmentos. Expresiones que hicieron posible entablar ese dialogo entre

INVESTIGACIONES EN LOS ANDES SUD-CENTRALES

42

los hombres y el mundo que lo rodea. La escritura pictográfica es una

forma de comunicación, compuestos por signos que representan un

objeto (pictogramas).

Jeroglífico: sistema formal y complejo de escritura, que combina

elementos logo gráficos (imágenes que corresponden a ideas y/o

palabras) y alfabéticos (imágenes que corresponden a fonemas

(sonidos). Ejemplo: incluye el escrito de los egipcios y los maya.

La Semiótica: Estudio de sistemas de signos y comunicación dentro de

las sociedades humanas. La palabra semiótica proviene del

griego semenion, que significaba signo.

Signo lingüístico (SL): sistemas de comunicación que están formados

por signos gráficos (señales de tránsito) y signos gestuales (lenguaje

mímico). Las lenguas, en cambio, están constituidas por signos que

emitimos oralmente (SL). Se divide en el significante, la imagen que

tenemos en nuestra mente de una cadena de sonidos determinada (es

decir, la imagen fónica (ej. m-e-s-a)) y el significado, que designa la

idea, y sirve como la representación o la imagen que asociamos en

nuestra mente (ej., la mesa de madera).

Denotativo: descripción literal, lo que realmente es. Es el significado

literal y descriptivo de algo, lo que es (objetivo) Ejemplo: la estrella

forma parte del universo.

Connotativo: Lo que uno tiene como conceptos propios, significado

que lleva una carga emotiva u otro significado por asociación,

compartida por miembros de una cultura en particular (subjetivo)

Ejemplo: tus ojos son dos luceros; estrella: un artista.

Agradecimientos:

Agradecer infinitamente a mi querida Danielita; a mis amigos que

contribuyeron en el trabajo de campo y en la elaboración de este

trabajo. Queremos dedicar este artículo a la memoria de nuestros

amigos Jhony Roca Gómez y Jorge Taipe Cancho.

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INVESTIGACIONES EN LOS ANDES SUD-CENTRALES

46

SUBSISTENCIA Y ARQUITECTURA DURANTE EL

PERIODO FORMATIVO EN LA SIERRA SUD-CENTRAL Edison Mendoza Martínez *2

Resumen

Este trabajo presenta los resultados preliminares de

investigaciones sobre patrones de asentamientos de sitios del Periodo

Formativo de la sierra sud-central, con una perspectiva desde Qhantu

Pata, Campanayuq Rumi y Pallaucha, situados en la Provincia de

Vilcashuamán (Ayacucho); el primero de ello trata de una plataforma,

el segundo de plataformas dispuestas en forma de “U” y, el último de

tres montículos dispuestos en eje longitudinal Este – Oeste, los mismos

por sus características responderían a templos ceremoniales. Estos

sitios se distancian 2 km de uno al otro, los mismos sugieren distintos

niveles de interacción. Asímismo la ubicación de estos sitios

interconectados por caminos, y asociados a lagunas nos lleva a plantear

el tipo de patrón dual “camino/laguna-Templo”.

Introducción

Este trabajo se centra en el estudio de sitios ceremoniales de la

sierra sud-central, partiendo desde el enfoque de los patrones de

asentamiento, para ello nos situamos en el analísis de tres sitios

catalogados como templos en Ayacucho Campanayuq Rumi

(Matsumoto, 2010) Pallaucha (Carrera et al. 1946, Perez et al. 1997,

Mendoza 2010) y Qhantu Pata (Mendoza, 2010). (Fig. 1)

Los tres sitios estudiados se ubican en la provincia de

Vilcashuamán, departamento de Ayacucho. La actual provincia de

Vilcashuamán, se halla a 117 km. de la ciudad capital del

departamento de Ayacucho, a 3500 metros sobre el nivel del mar, en la

sierra central peruana. El departamento presenta características

geográficas propias de la sierra, con territorios accidentados, presencia

de quebradas, huaicos, desfiladeros y gargantas estrechas (Pulgar,

1981: 73-81); para llegar se utiliza la carretera afirmada que sale de

Ayacucho hacia Cuzco.

Sobre los sitios ceremoniales se menciona que la gran mayoría

de los edificios más grandes del Periodo Formativo era la de servir de

“templos” por varias razones lógicas. Los parámetros determinados de

un centro ceremonial (Chavín de Huantar) podrían ser: En primer

lugar, un alto grado de monumentalidad y un énfasis que acentuaba las

diferencias entre plazas, plataformas, bastante visibles que dominaban

* Pontificia Universidad Católica del Perú, Lima, Perú

SUBSISTENCIA Y ARQUITECTURA DURANTE EL PERIODO FORMATIVO EN LA

SIERRA SUD-CENTRAL

47

el paisaje local e impresionaban. En segundo lugar larga trayectoria

arquitectónica. En tercer lugar un alto desarrollo de la ornamentación o

“arte” en diversos soportes. En cuarto lugar, un énfasis en la

construcción subterránea (galerías, ductos y canales). En quinto lugar,

un énfasis lo que en su tiempo se pudieran considera “altas

tecnologías”. (Rick, 2006: 202). Tomando estas premisas revisamos

los sitios de los tres departamentos; algunos de los sitios podrían ser de

menor jerarquía por su monumentalidad arquitectónica, o por sus

contactos interregionales; creemos que este trabajo se ciñe a un intento

de interpretación más que crear patrones generalizantes.

Para ello tomamos en cuenta el estudio de Moseley y Mackey

(1972). Mencionan que las investigaciones de los patrones de

asentamiento ya no debe seguir con una orientación puramente

tipológica; ni puede seguir imponiéndose el significado de los sitios

simplemente en base a las connotaciones imputadas por las rúbricas

clasificatorias. Los asentamientos deben ser tratados en términos de las

actividades que fueron realizadas en ellos. Una aproximación atribuye

un análisis necesario para factorizar los diferentes componentes

conductuales de los sitios pasados. Sin un análisis cuidadoso, que es

sensitivo a las diferentes formas de actividad de un sitio, los medios

legítimos pueden aumentar para caracterizar a los asentamientos en

términos generales.

Las investigaciones sobre el Periodo Formativo en la región de

Ayacucho se han concentrado básicamente en la capital del

departamento y áreas cercanas, Flores (1960: 335); Cruzatt (1971:

605); Lumbreras (1974: 73); Ochatoma (1998: 292-293). Con todas

estas investigaciones, se afirmaba que durante el Periodo Formativo,

“Ayacucho tenía más bien el carácter de una sociedad aldeana, de base

rural, mientras que Chavín y sus similares eran sociedades que estaban

procesando una configuración urbana pujante” (Lumbreras, 1974: 73).

Igualmente fue reforzada por González (1992: 44), Ochatoma

(1998: 293), y Burger (1993: 179-180). Mientras tanto que otros

fueron muchos más cautelosos al lanzar ideas sobre un territorio poco

conocido, “…Deberá ser estudiada con más detalle en el futuro, pues

en los últimos tiempos se ha encontrado en la misma ciudad de

Ayacucho algunos recipientes de cerámica de clásico estilo Chavín…”

(Bonavia, 1991: 205).

En el 2007, Yuichi Matsumoto, en base a sus investigaciones

en el sitio de Campanayuq Rumi, Vilcashuamán, sugiere cambiar la

idea del Periodo Formativo en Ayacucho. El sitio trata de un templo

ceremonial en Forma de U; de acuerdo a las evidencias, este indica

tener contactos con las zonas del Valle de Acarí, Andahuaylas, cuenca

INVESTIGACIONES EN LOS ANDES SUD-CENTRALES

48

del río Mantaro, Costa Sur y Chavín de Huántar (Matsumoto y Cavero

2010: 34). Asímismo a dos kilómetros aproximadamente al lado Este

del sitio de Campanayuq Rumi se evidencia otro sitio monumental

denominado, Pallaucha, (Fig. 1) este sitio en un inicio fue reportado

por los ayudantes de Julio César Tello en el año 1946:

“…las ruinas de Pallancha, situados en la pampa del mismo

nombre, estas ruinas que están en un promontorio de más o menos

sesenta metros están formadas por habitaciones rústicas encerradas

en corralones rectangulares hechas de las mismas piedras” (Carrera et

al. 1946). Igualmente es mencionado por (Pérez et al. 2007)

También cerca a estos sitios se halla, Qhantu Pata (Mendoza

2010), similar a la plataforma de Chupas (Ayacucho), pero en

arquitectura parecido a Campanayuq Rumi y Pallaucha.

En este artículo nos centraremos básicamente en el estudio de

los patrones de asentamientos de estos tres sitios y en base ello,

plantear una visión para los sitios del Periodo Formativo de la Sierra

Central en este caso Huancavelica, Ayacucho y Apurímac.

Para ello nos planteamos las siguientes interrogantes: 1. ¿A qué

periodo cronológico respondió, dentro del marco del Periodo

Formativo?. 2. ¿Cuáles fueron los factores que influyeron en la

construcción y ubicación de estos sitios?. 3. ¿Cuáles fueron las

características de relación entre los sitios?.

SUBSISTENCIA Y ARQUITECTURA DURANTE EL PERIODO FORMATIVO EN LA

SIERRA SUD-CENTRAL

49

N°1. Ubicación de los tres sitios en Ayacucho 1) Qhantu Pata,2)

Campanayuq Rumi, 3) Pallaucha.

Descripción de los sitios

Qhantu Pata

Ubicada en la planicie de Chanín Pata, a 50 m. al lado Oeste

del cementerio de la comunidad de Chanín; en el sitio se observa una

plataforma rectangular de 80 x 80 m. aproximadamente, con una altura

de 1.50 cm. construida a base de piedras canteadas pequeñas y otras,

con bloques de piedra de 1 a 2 toneladas, dispuestas horizontal y

verticalmente. Encima de la plataforma en la parte central, se halla

cimiento de una estructuta de forma circular de 10 m de diámetro, tal

vez se trate de una plaza circular hundida. La mayor parte del sitio se

halla disturbada, actualmente encima de la plataforma se sigue

cultivando (Fig. 2 y 3). La cerámica hallada corresponde a la fase

Campanayuq 2 (Fig. 4 y 5). Este sitio fue descubierto en el 2009 como

parte del trabajo de grado de la Universidad San Cristóbal de

Huamanga (Mendoza, 2010: 149).

Figra. 2. Vista panorámica de la plataforma de Qhantu Pata.

Figura 3. Detalle de plataforma de Qhantu Pata.

INVESTIGACIONES EN LOS ANDES SUD-CENTRALES

50

Figura 4. Cerámica Bicroma de Qhantu Pata.

Figura 5. Cerámica con borde viselado de Qhantu Pata.

Campanayuq Rumi

Se caracteriza por presentar un estilo arquitectónico semejante

al de Chavín de Huántar, ubicado en la sierra de Ancash, a casi 600

km. de distancia de Vilcashuamán. La configuración arquitectónica de

Campanayuq Rumi denota un carácter ceremonial conocido como

“templo en forma de “U”, forma arquitectónica típica y característica

del Periodo Formativo (Williams, 1980). (Fig. 6 y 7) La parte

monumental del centro ceremonial de Campanayuq Rumi se extiende

por casi 3.5 Ha, y está conformado por tres plataformas dispuestas en

forma de “U”, orientadas con la parte abierta hacia el nor-oeste, con

una plaza hundida de forma cuadrangular, ubicada en la parte media y,

alrededor de la cual se disponen las plataformas antes mencionadas.

Finalmente una cuarta plataforma ubicada hacia el lado oeste cierra

todo el conjunto arquitectónico. La plataforma central tiene una

extensión de 65 m, (N-S) x 50 m, (E-O) y 6 m, de altura y cada uno de

SUBSISTENCIA Y ARQUITECTURA DURANTE EL PERIODO FORMATIVO EN LA

SIERRA SUD-CENTRAL

51

los brazos ubicados en la parte derecha e izquierda tienen la misma

extensión, siendo de 2 a 3 m. más bajos que la plataforma central. En

el área que comprende la plataforma central, se han encontrado dos

escalinatas impresionantes, las mismas que se encuentran en muy buen

estado de conservación. Los muros de las plantaformas están

construidas por bloques de piedra trabajadas, con un largo de 1.00 -

1.20 m, y alto de 40 cm -55 cm. con un peso, en su mayoría de 1 a 2

toneladas. (Matsumoto y Cavero, 2010: 26-27).

Figura 6. Plano del sitio Campanayuq Rumi (Matsumoto y Cavero, 2010).

INVESTIGACIONES EN LOS ANDES SUD-CENTRALES

52

Figura 7. Escalinata principal de Campanayuq Rumi (Matsumoto y Cavero,

2010).

Pallaucha

En el sitio de Pallaucha se observan tres montículos en un eje

longitudinal este-oeste. Esta tradición es en algo parecido a lo que

denominan “dos templos gemelos” o "lomo de camello", para el sitio

del Periodo Formativo Huacaloma en el departamento de Cajamarca

(Matsumoto, 1993: 169). Los tres montículos tratan de lomadas

naturales, el montículo 2 tiene mayor evidencia arquitectónica.

El montículo (2) está rodeada de por lo menos dos terrazas que

sobrepasan los 3 m. de altura, en la parte superior forman una

plataforma rectangular de 60 x 60 m. aproximadamente, con

orientacion de sur a norte; asimismo, en los lados laterales bajando la

cuesta, existen terrazas, algunas largas y otras cortas, que adornan la

lomada en “Muyu Muyus”. En la parte central alta de esta plataforma

se observan cabeceras o cimientos de muros o de estructuras circulares

dispersas aparentemente sin orden con diámetros que oscilan entre

2.00 a 3. 00 m. Igualmente en base a las excavaciones en la parte alta y

central de este montículo, hallamos una estructura circular de

aproximadamente de 29.50 m. Al momento de realizar la limpieza de

los lados adyacentes hemos definido en superficie una wanca

fragmentada en dos, de 2.80 m. de largo y un ancho de 45 cm. Por las

características, es posible que la estructura circular trate de una plaza

hundida y que al centro haya estado ubicada la wanca. Igualmente en

el lado Oeste, en la parte central de la plataforma 1, hemos definido

una escalinata de aproximadamente 1.50 m. de ancho con 2 peldaños.

Los muros de las plantaformas están construidas por bloques de

piedras trabajadas, algunos se disponen horizontal y otros

verticalmente, con un largo de 1.00 - 1.20 m, y alto de 40 cm -55 cm,

con un peso, en su mayoría de 1 a 2 toneladas, similar a los muros de

Campanayuq Rumi (Mendoza, 2012). (Fig. 8 y 9)

SUBSISTENCIA Y ARQUITECTURA DURANTE EL PERIODO FORMATIVO EN LA

SIERRA SUD-CENTRAL

53

Figura 8. Vista panorámica de los montículos de Pallaucha.

Figura 9. Detalle de la escalinata de Pallaucha.

INVESTIGACIONES EN LOS ANDES SUD-CENTRALES

54

Figura 10. Cerámica insisa, similar a Chupas de Pallaucha

.

Figura 11. Cerámica del Formativo Final de Pallaucha.

Cultura material

Cronología y material asociado

Para el estudio del material asociado, contamos con

información de excavaciones de los sitios de Pallaucha y Campanayuq

Rumi. Campanayuq Rumi fue excavado durante el 2007 y 2008 por los

japoneses Matsumoto (2010), mientras tanto en Pallaucha realizamos

excavaciones en el 2012; razón por la cual preferimos partir de los

datos de este último sitio.

La posición cronológica del sitio de Pallaucha es tentativo; las

evidencias materiales nos permiten asociarlo con el Formativo Medio

(1200 – 800 a.C) (Kaulicke, 2010: 396), es probable que durante esta

SUBSISTENCIA Y ARQUITECTURA DURANTE EL PERIODO FORMATIVO EN LA

SIERRA SUD-CENTRAL

55

fase los hombres llegaran a ocupar el sitio Pallaucha, el mismo que

está asociada con la cerámica Ancón relacionada con la Fase

Campanayuq 1 (1000-700 a.C.) (Matsumoto, 2010: 26). Además de

esta fase, existe material cultural asociado al Formativo Tardío (800 y

600/500 a.C.) (Kaulicke, 2010: 400) o con la Fase Campanayuq 2 –

(700-500 a.C.) de (Cavero y Matsumoto, 2010: 26), relacionada con

una cerámica de fuerte influencia del estilo de Chavín de Huántar

conocida como Janabarriu, y otra de la costa sur ocucaje (3,4). Lo que

sugiere la contemporaneidad de ambos sitios, es de resaltar la

frecuencia del material de la fase 1 es bastante escasa, existiendo

mayor presencia de la Fase Campanayuq 2, es probable que durante

esta última Fase se construyera Pallaucha y Qhantu Pata

Durante el Formativo Tardío, después del colapso de la

ceremonialidad Chavín, se abandona el sitio de Campanayuq Rumi

(Matsumoto, 2010: 32-33); sin embargo, Pallaucha y Qhantu Pata se

siguen ocupando durante el Formativo Final y el Epiformativo

(Kaulicke, 2010). La cerámica asociada con esta fase guarda ciertos

parecidos con la cerámica denominada Arqalla para el Intermedio

Tardío de la Zona. Es de seguro muchos asentamientos catalogados

como del Periodo Intermedio Tardío son del Periodo Formativo o

tienen una ocupación continua, es decir para Ayacucho los materiales

de superficie no son indicadores suficientes para determinar

cronología, más aún considerando el patrón de asentamiento como las

estructuras circulares organizados “sin orden alguno” de las partes

altas también tienen material del Periodo Formativo.

Igualmente esta última fase se relaciona con la cerámica

Paracas – Ocucaje (6 y 7). Durante esta época el material asociado

sugiere un fuerte contacto con la zona Norte (Ayacucho) con los sitios

de Chupas y Wichqana, eso que no ocurría durante el apogeo de

Campanayuq Rumi, muestra de ellos se observa regular porcentaje de

cerámica Caja correspondiente al Formativo Superior estudiado por

Cabrera (2008: 53-57), y cerámica Huarpa del Intermedio Temprano,

junto a este se observa material local al que venimos denominando

desde el 2010 como Willkas (Mendoza, 2010), (Fig. 10 y 11)

De acuerdo a los datos medio ambientales, este periodo guarda

relación con la estabilidad y una baja de temperatura ligera después del

Optimun Climaticum que dura aproximadamente entre los 6, 900 y 4,

000 años a.C. (León 2010: 44). Este mismo también es evidenciada en

base a los trabajos del Huascarán. “The record also shoms that the

warmest Holocene conditions prevailed between 8400 and 5200 years

B.P., with the maximun warming from 6500 to 5200 years B.P… After

5000 years B.P., pollen evidence indicates that mountain forest ements

INVESTIGACIONES EN LOS ANDES SUD-CENTRALES

56

replaced lower Andean forest taxa as the tree line lowered in reponse

to a cooler climate (26)” (Thompson et al. 1995: 49). “Faced with

change, humans have the capacity to alternate behaviors, not all of

which lead in the same direction or are equally successful. However,

the connections between climate and culture remain largely unclear

and require case-by-case study with hightemporal resolution and

precise dating” (Sandweiss et al. 1999: 3). Todo ello sugiere un

complejo conocimiento y adaptabilidad del hombre a su medio

ambiente.

Obsidiana

La ubicación de estos sitios no pudo ser casual cerca al sitio de

Pallaucha, a 400 m. Al lado oeste y suroeste, se observa 2 áreas con

presencia obsidiana, el sitio de Putaqa o Achka Ñan (entre las

coodenadas 18L 0617797, UTM 8486350, y a una altura de 3,699

m.s.n.m.) y Pallaucha (18L 0617736, UTM 8487256, y a una altura de

3,669 m.s.n.m.), en ambos casos la obsidiana se halla sobre

afloramientos de dos tipos de sedimentos: el primero es de color

blanquizco (algo parecido a la tova volcánica), y el otro de color

marrón (sedimento de cultivo). Por el tamaño de los módulos, menor

igual a los 7 cm. y comparando con los artefactos hallados en

Pallaucha, es probable que estas canteras hayan sido utilizadas no

intensivamente, es decir de algunos de ellos se podrían elaborar

pequeñas puntas de proyectil y/o artefactos, y otros habrían tenido usos

rituales como sostiene Burger (2006) para los inkas. Estos módulos en

tamaño son similares a las observadas en las fuentes de obsidiana

Puzolana (Ayacucho) (Burger 2006). Por el momento, ante la carencia

del análisis químico, todo esto queda en hipótesis, aunque el 2010

hemos facilitado unas muestras a Nicolás Tripcevich para su análisis,

seguramente tendremos noticia.

Por otro lado, al lado sur este a 45 minutos de caminata de

Pallaucha, se halla otro sitio con presencia de obsidiana, el sitio es

denominado Arcu Qasa, (entre las coordenadas, 18L 0620290, UTM

8484404, y a una altura de 3, 843 m.s.n.m.). Los módulos se hallan

sobre afloramientos de color blancuzco. Estos módulos sobrepasan los

20 cm de diámetro, es decir son mucho mayores a las encontradas,

según referencias de los pobladores de la zona, afirman haber

encontrado bloques muchos más grandes de las mencionadas. Un caso

a destacar, casi todas las áreas con presencia de obsidiana, presentan

una superficie aparentemente erosionada y aflorada diferenciándose

del resto de las superficies, es decir como si el hombre estuviera

haciendo excavaciones en busca de módulos, la mayoría de las

SUBSISTENCIA Y ARQUITECTURA DURANTE EL PERIODO FORMATIVO EN LA

SIERRA SUD-CENTRAL

57

observadas en la superficie son pequeñas, siendo mayores las que se

hallan impregnadas en los sedimentos.

Las canteras de sílex se hallan en el sitio denominado

Atenqocha, actualmente el lugar es considerado como el apu mayor del

Wamani de Vilcashuamán.

Discusión

Altitudinalmente Pallaucha se halla en la región Suni a 3762

m.s.n.m, Campanayuq Rumi en la región Quechua a 3, 550 m.s.n.m, y

Qhantu Pata a 3, 000 m.s.n.m.

Pallaucha se ubica cerca a terrenos agrícolas de puna, como:

Muchkapukro, Paqchapampa, Patapampa, Huancapuquio, San José

de Churia y Tuldurumi Pampa, los mismos indican un alto de

productividad de cultivos alto andinos, como la papa, mashua, olluco,

haba, quinua, kiwicha, oca, etc., igualmente su característica ambiental

con abundante presencia de pastos como el ichu y otros, sugieren el

aprovechamiento en el pastoreo; además en sus inmediaciones se

observan 4 grandes lagunas: Pallaucha, Qocharacan (Comunidad de

Huancapuquio), Vizcachayuq (Chakiqucha y Chinaqucha). Qhantu

Pata ocupa un territorio propicio para el cultivo de maíz, resalta la

planicie de Choqocro. Mientras tanto Campanayuq Rumi, se

caracteriza por ocupar tierras intermedias entre la región Quechua y

Suni, como un sitio articulador de ambas regiones.

En la capital del departamento de Ayacucho, existen dos

templos ceremeniales (Chupas y Wichqana), al respecto mencionan:

“…mientras que Wichqana se ubicaba en medio de un pequeño

valle del río de Ayacucho, a unos 2, 500 metros sobre el nivel del mar,

Chupas se ubica en una zona alta, muy cerca del límite de los cultivos,

cerca de…la “pampa” de Chupas que bien pudo servir para el

pastoreo aunque tiene también excelentes tierras de sembradío”

(Lumbreras, 1974: 71).

Similar caso se observa para la región del Cuzco, las aldeas del

Periodo Formativo se ubicaban entre las zonas productoras de maíz,

parte baja de los valles y la zona productora de papa, lo que hace

evidente que la base del sustento estaba basada en la agricultura,

complementadas con carne de camélido cuyes y aves. Asímismo la

explotación de minas de sal u otros recursos importantes establecían

los fluidos de intercambio, repercutiendo en el incremento de sitios

(Zapata, 1998: 331). Igualmente son explicados para los sitios

Pandache y Pacopampa, denominados como biotopos [Santillana,

1975], o como el dualismo característico de las sociedades andinas

(Morales, 1998: 115).

INVESTIGACIONES EN LOS ANDES SUD-CENTRALES

58

Tom Dillehay plantea:“La presencia generalizada de la forma

arquitectónica en U indica la participación de una religión a lo largo

de todos los Andes Centrales y sugiere una organización social y

politica dual…Ellos también han planteado la hipótesis de que los

edificios en forma de U pueden haber estado estructurados para

permitir el flujo del espacio y la ceremonia por grupos opuestos”

(Dillehay, 1998: 39).

Es decir Pallaucha, Campanayuq Rumi, y Qhantu Pata por su

cercanía se complementarían, tal vez con una organización

centralizada en Campanayuq Rumi, sin embargo queda aún difuso el

grado de relaciones; cronológicamente la construcción de Pallaucha y

Qhantu Pata se asocia con la Fase Campanayuq 2, guardando relación

con el apogeo y colapso del culto Chavín; momento donde aparecen

muchos más templos, y/o también el nacimiento de Campanayuq Rumi

como sitio centralizador.

Aparte de este sistema dual de análisis, también se menciona el

tipo – patrón satélite. La construcción de un importante centro

ceremonial fue premeditada, conociendo las condiciones del territorio,

complementando su control de los recursos con una organización

eficiente a partir de los sitios satélites en dos diferentes pisos

ecológicos en forma de abanico. Para Pacopampa realizan cuatro tipos

de clasificación A, B, C y D de acuerdo a la distancia del centro

ceremonial, tamaño, características arquitectónicas y cerámica

asociada (Morales, 1998: 119), este mismo es tratado como sistemas

cerrados por Kaulicke (2005: 210).

La clasificación realizada por Morales guarda relación parcial

con los sitios estudiados. De acuerdo a lo mencionado considerando

como centro a Campanayuq Rumi; Pallaucha y Qhantu Pata

respondería a las categorías C y D, (C) por hallarse en influencia

directa del centro, constituye lo que podría llamarse el sostén aldeano

del área nuclear, son sitios con características ceremoniales por debajo

del gran centro, nunca por encima de este y (D) como sitio

ceremoniales de segunda categoría, son centros ceremoniales grandes y

pequeños, fuera de la esfera de de influencia, podrían ser considerados

como nuevos núcleos, podrían ser las hijas emancipadas que denomina

Kaulicke (2005: 210). Para el caso Chavín, además de lo propuesto se

menciona que podrían también tratarse de entidades ceremoniales de

rango menor, susceptibles de ser sustentadas a nivel comunal.

(Lumbreras, 2010: 658). Un punto importante sería definir las

funciones particulares de cada sitio al interior de un sistema de

asentamiento (Mesía, 2000: 49).

SUBSISTENCIA Y ARQUITECTURA DURANTE EL PERIODO FORMATIVO EN LA

SIERRA SUD-CENTRAL

59

La arquitectura en ambos sitios tanto en Qhantu Pata,

Campanayuq Rumi y Pallaucha es similar. Sin embargo Campanayuq

Rumi por su tamaño y forma en “U” podría ser el sitio central de un

sistema cerrado.

Aparte de este modelo regional, propuesto por Kaulicke (2005),

Burger (2009), plantea el modelo de intercambio a larga distancia en

base al estudio de la obsidiana. El 95 % de la obsidiana, hallada en

Chavín durante la Fase Janabarriu (600-300 a.C.), responderían a

artefactos provenientes de Quispisisa, Huancasancos, Ayacucho,

fuente cercana al sitio de Campanayuq Rumi. Se propone un modelo

de intercambio de regalos, en el cual grupos que vivían cerca de la

fuente de Quispisisa organizaron las actividades de minería y

transporte de la obsidiana, como una expresión de su dedicación al

culto Chavín, el proceso distribuirlo a través de los mecanismos de

reciprocidad y redistribución. Este material pudo haber sido un

vehículo conveniente para expresar gratitud y generosidad en las áreas

de influencia. (Burger, 2009: 30-31).

Lo mencionado sugiere que Vilcashuamán durante esta época

jugó un rol importante. Si bien Campanayuq Rumi pudo ser el templo

central o más importante, cuál habría sido la función de los habitantes

de Qhantu Pata y Pallaucha para con su relación con el centro de

Chavín.

Por otro lado, es de indicar, estos sitios del Periodo Formativo

recurrentemente se hallan ubicados en los caminos actuales; es decir,

coincidentemente las carreteras modernas (las que fueron construidas

con una planificación por ingenieros - para ahorrar tiempo y dinero)

pasan por estas zonas, por ejemplo en Ataura (Matos, 1972: 93),

Campanayuq Rumi (Matsumoto, 2010: 1), Yuthu (Davis y Delgado,

2009: 350), Chupas y Wichqana (Lumbreras, 1974: 71-73),

Marcayuq–Ranra Orqo (San Antonio de Cachi - Andahuaylas)

(Comunicación personal Enmanuel Gómez y Edison Mendoza: 2012),

lo que indica que la ubicación fue estratégica como: control de paso

y/o como nexos de intercambio con relaciones mas dinámicas,

llevándonos a proponer el tipo de patrón de asentamiento “Camino-

Templo”, es decir, cada sitio tiene un rol de importancia dentro del

sistema de “caminos”. Teniendo en cuenta la propuesta de interacción

a larga distancia de Burger (2009) habría pendiente estudiar las rutas

posibles de transporte, puesto que no se ha podido medir hasta el

momento el grado de aceptación del culto Chavín en estas

comunidades, por donde pasaban los caminos.

Asímismo, la mayoría de los investigadores coinciden en

afirmar que, todos los Templos en U de la Costa Central compartan

INVESTIGACIONES EN LOS ANDES SUD-CENTRALES

60

una similar orientación: Nor-Noreste. Eso lleva a pensar en que todos

los Templos en U se orientaban teniendo el mismo parámetro. Unos

dicen que es astronómico, y otros, afirman que apuntan a la naciente de

los ríos. (Lumbreras, 1974; Williams, 1980; Burger, 1993; Bonavia,

1991). En Vilcashuamán se observa un patrón a nivel de los dos sitios

Campanayuq Rumi y Pallaucha, los dos están asociados a lagunas,

similar caso ocurre para el sitio de Atalla que se halla a 3850 msnm.

(Huancavelica) (Burger y Matos, 2002: 156), el sitio Yuthu (Cuzco)

que se halla 3590 msnm a orillas de la laguna de Huaypo (Davis y

Delgado, 2009: 350), y Pacopampa (Cajamarca) que se halla a 2500

msnm (Sakai et al. 2007), y el sitio de Chupas (Ayacucho)

(Lumbreras, 1974: 71-73) que se halla en dirección directa al apu y

laguna de Rasuwillca.

Todo esto nos sugiere la ecuación combinada “laguna –

templo”, que pudo tener relación desde los primeros habitantes “En la

sierra, por lo general, los yacimientos se hallan en torno a lagos y

ríos, con eventuales accesos a áreas verdes. Ello posibilitaba no sólo

la disponibilidad de agua fresca, sino también la de estudiar a los

recorridos de los camélidos y cérvidos…también, es que, en muchos de

los casos, las instalaciones se hallan en directa relación a las canteras

de rocas para la elaboración de instrumentos líticos” (León, 2007:

247).

En las cercanías de Pallaucha, además de las lagunas, se

observa una serie de abrigos, al parecer pre-cerámico y una cantera de

obsidiana, lo que podría sugerir un lugar propicio para los primeros

habitantes.

Por otro lado es de mencionar, a orillas de la laguna de

Pallaucha, el 23 de febrero de cada año (época de intensas lluvias con

relámpagos, acumulación de mayor masa de agua en la laguna, mayor

presencia de pasto y el pleno crecimiento de los cultivos alto andinos

como la papa, oca y quinua, etc), se realiza una fiesta costumbrista de

carnavales, toda la población de los alrededores se traslada, la fiesta

consiste en bailes de danzantes, conjunto de músicos entonando

cánticos, y competencias con “waracas”; fuera de ello resalta la feria,

venta de productos.

También los pobladores de la zona manifiestan que con sola

presencia y ausencia de ciertas aves en las lagunas, se podrían definir

la estación del buen y mal año; por ejemplo, “las Jillwas cuando

chillan, hay abundate lluvia; cuando son silenciosos existe sequia”

(Walter Najarro Ochoa, 2010). Es decir, como si existiese en ellas una

suerte de ver y evaluar la estación del tiempo (cuando las lagunas

aumentan y disminuyen de flujo). Relacionada con esta tradición

SUBSISTENCIA Y ARQUITECTURA DURANTE EL PERIODO FORMATIVO EN LA

SIERRA SUD-CENTRAL

61

en las comunidades campesinas de Tantar y Chito, se manifiesta, que

cuando hay sequía, ausencia de lluvia, los campesinos se organizan y

escogen a dos personas adultas reconocidas por la comunidad, con

vasta experiencia, para que realicen el “Qucha Lasuy”, que quiere

decir en sentido figurativo “agarrar a la laguna con una soga, o sacar el

agua de la laguna”, para ello se tenía que desplazar a una laguna que se

halla en la parte alta de la comunidad (Atinqucha). Este ritual tenía una

organización bastante compleja, los caballos tenían que ser de color

Waichu (blanco), los jinetes vestían un poncho de color blanco, contar

con lasos de cuero y cántaros de barro; el proceso de recoger el agua

de la laguna era aún mucho más complicada, los cántaros se tenían que

amarrar a la punta del lazo del cuero; realizado esto, los dos jinetes

montaban a sus caballos, tomaban sus lazos, y se lanzan a correr

alrededor de la laguna sin parar, teniendo como oportunidad máximo

dos vueltas, y son las únicas ocasiones para lanzar el lazo y coger el

agua en el cántaro. (Mito recogido en la Comunidad de Chito:

Comuneros Maximiliano Cayllahua y Epifanía Sánchez, 2008).

Aunque por el momento no se cuenta con datos más amplios de las tres

regiones, pudiera ser que este tipo de tradiciones, se repitieran en los

diferentes sitios.

Conclusiones:

Las evidencias expuestas sugieren que los habitantes de la

sierra durante el Periodo Formativo, tenían amplio conocimiento de su

medio ambiente; actualmente en Vilcashuamán, la época de lluvia son

recibidas con alegría y fiesta, la asociación de estos templos a lagunas

y ríos aparte de la obtención de recursos, tal vez podrían estar

recordando al conocimiento de los cambios climáticos como tradición,

el mismo que habría llegado a impregnarse en la vida de los hombres

no como un fenómeno trágico, sino como parte de la vida, “los

carnavales (festejos) como época de lluvia y como regreso de las

glaciaciones”, no olvidemos que en la mitología de la mayoría de las

culturas peruanas, las lagunas son consideradas como pacarinas.

Además, la ubicación de estos sitios en regiones distintas con

un centro ceremonial mayor o mejor elaborado, sugiere un cierto grado

de centralización del poder, sino no es militar tal vez político y

religioso.

Agradecimientos:

Este artículo presenta información obtenida dentro del marco del

Proyecto de Investigación Arqueológica Pallaucha, Vilcashuamán –

Ayacucho (2012). El permiso para efectuar la investigación fue

INVESTIGACIONES EN LOS ANDES SUD-CENTRALES

62

concedida por el Ministerio de Cultura (Lima) con Resolución

Directoral 521-2012-DGPC-VMPCIC/MC. A los Arqueólogos Rubén

Sánchez, Edwin Guerreros, Eduar Gutiérrez, quienes guiaron el

proceso de excavación. Queremos dedicar este artículo a la memoria

de nuestro amigo Jhony Roca Gómez.

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LOS IMPACTOS BIO-SOCIALES DEL COLAPSO WARI

65

LOS IMPACTOS BIO-SOCIALES DEL COLAPSO WARI Danielle S. Kurin*3

La génesis Chanka en Andahuaylas

El Imperio Wari (AD 600-1000), con sede en Ayacucho, era

una presencia formidable en los Andes centrales. La expansión Wari

comenzó en el siglo VII dC. (Williams, 2002; Tung, 2007a),

empleando una estrategia de gobierno caracterizado como un "mosaico

de control" (Schreiber, 1992). En las áreas con poblaciones de poca

complejidad, Wari estableció colonias: un proceso conocido como

control "directo". Por el contrario, en provincias donde hubo un mayor

nivel de complejidad socio-política, Wari gobernaba "indirectamente,"

convirtiendo líderes locales en cómplices en la reorganización y

gestión de los sistemas económicos locales. Durante la época,

productos portátiles, envueltos en iconografía Wari fueron

intercambiados a lo largo de los Andes (Isbell y Schreiber, 1978).

Acompañado por la iconografía distintiva, una gran parte de la

estrategia Wari fue también el militarismo, así como rituales

elaborados. (Tung y Knusdon, 2011).

Sin embargo, por razones aún poco claras, en alrededor del año

950-1050 dC. Wari comenzó a fragmentarse. La época que

encaminaba después, conocido como el Período Intermedio Tardío

([PIT], 1000-1400 dC.), se caracterizó por los conflictos y aislamiento

en toda de la región andino (Covey, 2008).

Tras el colapso de Wari en la región de Andahuaylas, la

Sociedad Chanka sobresalió como una presencia formidable y

distintivo. La organización social Chanka estaba estructurada por el

ayllu, una compleja amalgama de grupos complementarios

clasificados. En la práctica, los miembros del ayllu gestionaban labores

colectivas, mantuvieron criptas funerarias comunes, y participaban en

prácticas comunes de afiliación (Isbell, 1997). Una de esas prácticas, la

modificación craneal, se utilizó para denotar afiliaciones étnicas

basadas en categorías de parentesco, contados por descendencia.

Es importante destacar el aumento significativo en el uso de la

modificación en Andahuaylas después del colapso de Wari (de 0 % a

76 %; exacta de Fisher, p <0,0001, N = 246) señala etnogénesis: la

creación de nuevas distinciones culturales y grupos sociales (Kurin,

2012).

Los datos arqueológicos sugieren que los Chanka vivían con

niveles espectaculares de violencia. Asentamientos en la cima de los

* Universidad de California Santa Bárbara, California, EEUU

INVESTIGACIONES EN LOS ANDES SUD-CENTRALES

66

cerros fueron construidos y ocupados en Andahuaylas justo después de

la fragmentación Wari, entre los años 1000-1100 dC. (Bauer et al,

2010:80). Asentamientos estaban aislados, no tenían fuentes de agua, y

muchos consistieron en funciones defensivas como muros, zanjas,

barrancos en tres lados y miradores estratégicos. Colocacion

intencional de armas de piedra existen en muchos sitios Chanka

(Gómez, 2009).

Del mismo modo, los nuevos estudios etnohistóricos indican

una fuerte competencia entre los diferentes grupos (o ayllus) Chanka

(Hyland y Amado, 2009). Por ejemplo, varios testimonios coloniales

indican que los líderes Chanka desposesionaba a sus rivales jalando las

cosechas por sus raíces y tirando piedras (Hostnig et al, 2007 [1612]:

491). Aunque las representaciones históricas describen lo Chanka

como sociedad caprichosamente belicosa, la relación entre la génesis

étnica Chanka y la violencia post-imperial sigue siendo poco conocida.

Las consecuencias bio-sociales del colapso imperial Wari

El aumento de la violencia social

Las sociedades que emergen como consecuencia de la

fragmentación estatal tienen mucho conflicto. (Tainter, 1988; Yoffee,

2005; Chase, Dunn-y Taylor, 1994). La violencia puede ser persistente

o recurrente, y puede variar en escala desde la violencia doméstica, a

los pequeños enfrentamientos, a las redadas y hasta guerra civil

(Arkush y Stanish, 2005; Nielsen y Walker, 2009; Brubaker y Laitin,

1998).

Explicaciones inmediatas de la violencia en el comunidades

andinas durante la PIT incluyen: la pobreza material (Torres-Rouff y

Costa, 2006); la escasez de recursos (Arkush, 2009); migraciones de

población (Bamforth, 1994); y la inestabilidad sociopolítica (Cahill,

2010). Sin embargo, hay fuertes indicadores de que el colapso Wari

fue la razón crucial por la violencia durante la época (La Lone, 2000).

La retracción de Wari creó un vacío político que malograba relaciones

locales; estas relaciones eran antagónicas y provocaban la violencia

física.

Por ejemplo, en el núcleo del imperio Wari, “heridos de guerra”

trauma craneana ha aumentado de 24 % a 70 % después del colapso

imperial (Tung, 2008a). Este aumento de violencia también está

presente en las poblaciones contemporáneas de la región de Cusco

(Andrushko, 2007). Si las poblaciones Chanka en Andahuaylas fueron

víctimas del mismo tipo de inestabilidad y violencia, se espera que

aumente significativamente en la frecuencia de heridos/fracturas

esqueletales entre las épocas Wari y Chanka.

LOS IMPACTOS BIO-SOCIALES DEL COLAPSO WARI

67

La emanación de etnocidio en las sociedades pos-imperiales

Los estudios etnográficos indican que el colapso

estatal/imperial puede crear consecuencias sociales, de tal manera que

ciertos grupos étnicos son blancos de ataque (Hinton, 2002, Gould,

1999). Dado que los miembros de grupos étnicos suelen concebir el

uno del otro en términos de parentesco, pueden llegar a ser muy

sensibles a las amenazas de grupos externos (Horowitz, 1985). Con el

tiempo, las fronteras culturales que limitan los grupos pueden llegar a

ser rígido, el traslado entre grupos puede resultar ser cada vez más

difícil (y aún imposible) y las identidades secundarias y asociaciones

suelen ser ignoradas (Barth, 1969). El resultante contra-

posicionamiento de los grupos étnicos puede estimular antagonismos y

aun la violencia actual (Laitin, 1995; Kaufmann, 1996; Fearon y

Laitin, 2003). En estas circunstancias, la violencia letal contra otros

grupos étnicos es vista como una reacción razonable y justificada.

En contextos etnográficos, causando la muerte o lesiones

graves en los miembros de un grupo, basado en el reconocimiento de

su identidad étnica, se considera como etnocidio (Artículo II 1948:

Naciones Unidas, leyes sobre el genocidio). Esta manifestación de la

violencia probablemente existía antes de la formación de las naciones

modernas e independientes de los imperios antiguos (Potter y Chiupka,

2010). La incidencia de asesinatos en masa en la prehistoria se

interpretan generalmente como resultado de guerra entre grupos

organizados políticamente (Steadman, 2008), o masacres (Frayer,

1997; Smith, 2003; Milner et al, 1991; Wiley y Emerson, 1993)

relacionado con la escasez de recursos u otros factores agravantes. En

otros casos, los asesinatos sistemáticos y masivos se definen en un

contexto ritual como sacrificio (Benson y Cook, 2001) o como las

ejecuciones sancionadas de indeseables como brujas (Darling, 1999) o

cautivos de guerra (Verano de 1986).

Sin embargo, la violencia etnocidica puede ser una manera más

precisa de la comprensión de la motivación e interpretar el significado

de los actos de agresión física asimétrica en el pasado prehistórico.

Catalizada por el colapso imperial Wari, la violencia etnocidica pudo

haber sido un mecanismo estratégico utilizado para: 1) obtener acceso

a recursos necesarios, 2) crear alianzas con los miembros, 3) eliminar

completamente a rivales, y 4) legitimizar la autoridad y creencias

dominantes (Fearon y Laitin, 1996; Bhavani y Backer, 2000). Mi

hipótesis asevera que los Chanka podrían haber empleado la violencia

etnocidica como táctica de terror dentro de un entorno social, en donde

este tipo de violencia se considera culturalmente apropiada. Si el

INVESTIGACIONES EN LOS ANDES SUD-CENTRALES

68

etnocidio realmente impactaban a los Chanka, entonces las tasas de

trauma (fracturas/heridos) sean significativamente más altas entre los

hombres, mujeres y jóvenes, cuya identidad étnica era clara y

permanente inscrita en el cuerpo (por ejemplo, mediante la

modificación craneal).

Materiales y métodos:

Las investigaciones en tres sitios en Andahuaylas y Chincheros

(Apurímac) tenían la finalidad de documentar restos humanos y

artefactos asociados con las últimas generaciones de Horizonte medio

y principios del Periodo Intermedio Tardío. Los métodos y técnicas

estándares fueron utilizados para identificar restos óseos humanos

depositados en tumbas y cuevas funerarias. Los restos fueron

analizados in-situ. Por último, los cráneos del Museo de Natividad en

Huancaray, Andahuaylas, fueron analizados.

El número mínimo de individuos (NMI) se determinó basado

en el número de cráneos. Estimaciones sobre la edad-de-la-muerte se

hicieron usando métodos estándares (Buikstra y Ubelaker, 1994). Se

utilizaron el desarrollo dental para determinar la edad a la muerte de

los menores (Hilson, 1996; Ubelaker, 1989). Las suturas de la bóveda

craneal fueron analizadas y el desgaste dental también se empleó para

determinar categorías de edad. Por último, la estimación del sexo de

los cráneos siguió las normas disciplinarias en base a características

morfológicas de dimorfismo sexual (Buikstra y Ubelaker, 1994:21).

Utilizando la nomenclatura establecida por Tung (2003:93), los

cráneos fueron designados como hombre, mujer o desconocido.

Debido a las características de dimorfismo sexual no se expresa de

forma individual hasta después de la pubertad. Los jóvenes menores de

15 años de edad fueron designados como sexo "desconocido."

Descripción de sitios

Turpo (Wari)

El análisis contextual en Qatun Rumi (3206 msnm) en el

Distrito de Turpo, provincia de Andahuaylas, se centró en el análisis

in-situ de los restos humanos y contexto asociado en una tumba

circular, semi-subterránea, medio-destruida, divisado por un corte de

carretera. En total, los cráneos representan al menos 36 personas

visibles en la tumba, de los cuales 26 eran adultos.

La tumba fue similar a otras descubiertas en el imperio Wari

(Tung, 2007a: 251; José Ochatoma, 2007). Terrazas sin filiación

cultural y un camino prehispánico, en mal estado de conservación que

se encuentran cerca de la tumba.

LOS IMPACTOS BIO-SOCIALES DEL COLAPSO WARI

69

Existen varias clases de artefactos asociados en la tumba, los

cuales afirman la influencia Wari en Andahuaylas. Fragmentos de

cerámica de estilo Viñaque (Menzel, 1968:143) está presente junto a

utensilios producidos localmente con diseños Wari “rustico”. Las

evidencias visibles también muestran artefactos Wari, que representa

un individuo de élite con collar, quien llevaba un sombrero de cuatro

puntas (Ochatoma, 2007:203) y ojos vacíos (Cook, 1992). Un

fragmento de cerámica Wari representa “Agente 102” (Knobloch,

2002), una persona que tuvo un papel integral en el proselitismo y el

sometimiento de las regiones distantes durante la Época Wari 1B/ 2,

alrededor del año 700 dC.

Dentro de la tumba, hay una cama de huesos humanos

desarticulados, visiblemente depositada encima de un individuo

articulado. Este individuo esta en posición flexionada, asociada a una

muestra botanica ubicada en el corte de la tumba. Dicha muestra fue

fechada por radiocarbono que determinó 880-990 dC. Justamente

durante el término del Imperio Wari.

Natividad (Chanka)

La colección del Museo de Natividad consiste en restos óseos

de 24 individuos, 19 de los cuales eran mayores de 15 años de edad.

Los restos derivan de una serie de machays en Turpo. Estos abrigos

rocosos naturales se extienden bajo el afloramiento rocoso que forma

la cumbre de la meseta Qasiachi (3405 msnm). Aunque la procedencia

de esta colección es algo dudosa, los trabajos de reconocimiento y el

estudio de cerámicas asociados sugieren que los machays fueron

utilizados durante el Período Intermedio Tardío. De acuerdo a los

documentos coloniales, Turpo fue gobernada por el señor Huasco, un

poderoso kuraka del hanan Chanka, cuya familia mantuvo el liderazgo

en la región durante cinco siglos (Cieza de León, 1996 [1554]; Hostnig

et al, 2007 [1612].; Julien, 2002 [1539]).

Cachi (Chanka)

Ubicado en el Distrito de San Antonio de Cachi, provincia de

Andahuaylas, el complejo arqueológico de Cachi, una comunidad

hanan Chanka. La datación de carbono-14 indica que Wari

aprovechaba de la famosa mina de sal en ese pueblo entre 690-973 dC.

Durante el siglo XI, las machays en Cachi fueron limpiados y

restaurados. Posteriormente, las machays fueron utilizadas para el

enterramiento durante un siglo en promedio, entre 1123-1290 dC. En

este estudio se analizaron restos óseos humanos en tres sectores; 162

individuos adultos fueron evaluados.

INVESTIGACIONES EN LOS ANDES SUD-CENTRALES

70

1. El sector Sonhuayo (3365 msnm) es un asentamiento

fortificado situado en un promontorio. La parte accesible está protegida

por una zanja ancha y una serie de muros concéntricos. Decenas de

casas circulares se organizaron en grupos y las cuevas de enterramiento

fueron tallados en la roca madre. Las cuevas fueron seleccionadas para

el análisis, la mayoría disturbadas.

2. El sector Masumachay (3380 msnm) es una colina que tiene

machays y andenes en mal estado. Los machays se ubican en la parte

media del cerro. Los restos humanos de tres cuevas fueron evaluadas

en este estudio.

3. Por último, el sector Mina Cachihuancaray (3530 msnm) se

caracteriza por las cuevas naturales y antropogénicos. La mina de sal

se encuentra a pocos metros de distancia. Los restos humanos y

culturales fueron analizados en dos cuevas de enterramiento.

A lo largo de Andahuaylas, los conjuntos funerarios siempre

incluyen pequeños artículos personales relacionados con el género

(Silverblatt, 1987) o los colectivos sociales. Las ofrendas de objetos

no-funcionales, como cerámica en miniatura, calaveras de pumas,

perros y las conopas de camélidos forman parte de un conjunto

funerario que señala filiación patrilineal (Betanzos, 2004:109; Arriaga,

[1621] 1968: 29). Por último, las armas de piedra como liwis, aillos y

porras fueron evidenciados y son importantes signos de la violencia

(Nielsen y Walker, 2009).

Ranracancha (Chanka)

Documentos del siglo XVI relatan que el distrito de

Ranracancha (Chincheros, Apurímac) era parte del repartimiento

(provincia) de Cayara, poblado por los miembros del ayllu

Anccohuallyo (Bauer et al, 2010), un grupo de los Hurin Chanka.

Restos mal conservados fueron analizados de una gran cueva natural

conocida como Ayamachay (3436 msnm). Estilos de cerámica afirman

que procede del Periodo Intermedio Tardío (1160-1260 dC.). No hay

signos visibles de la arquitectura prehispánica cerca de Ayamachay,

pero hay amplios andenes a tres kilómetros al este. Cuarenta y dos

cráneos fueron analizados y de ellos, 37 eran adultos.

Evaluación de traumatismo esquelético

Trauma esqueletal da una aproximación fiable para estimar

frecuencias de la violencia (Walker, 2001). En general,

manifestaciones de violencia en la sociedad han sido interpretadas

como un mecanismo potente de someter, controlar o eliminar

poblaciones subordinadas (Ferguson y Whitehead, 1992; Earle, 1991;

LOS IMPACTOS BIO-SOCIALES DEL COLAPSO WARI

71

Walker, 2001). Se puede determinar la etiología de los traumatismos a

través de una evaluación de la forma (o mecanismo) cómo infligió un

golpe, en dónde fue infligido en el cuerpo y la frecuencia de trauma en

una población. Sin embargo, los segmentos dentro de una población

pueden ser afectados distintamente, con partes distintas del cuerpo

especificados para asalto. Estudios forenses demuestran que variables

como la edad, el sexo y el origen étnico, se puede correlacionar con

patrones específicos de trauma físico (Walker, 1997). Estas variaciones

permiten conocer las motivaciones de conflictos, tanto como las

respuestas bio-culturales al ataque físico (Martin y Frayer, 1997).

Para determinar cómo la violencia que se vivió en la sociedad

Chanka, los cráneos fueron examinados para la evidencia de trauma. A

pesar de la remodelación, una fractura en el hueso se vuelve a sanar

durante varios años, dejando deformidades residuales, que nos

permiten ver los efectos acumulativos de la violencia en la vida de un

individuo (Agarwal y Glencross, 2011).

En este estudio, las tasas de bebés / niños (0-14 años) y

adolescentes / adulto (15-50 años) se calcularon por separado,

siguiendo las normas establecidas por Tung (2003). Se recogieron

datos sobre la ubicación de las zonas afectadas sobre el hueso,

incluyendo el lado, región y aspecto. El número y los tipos de fracturas

fueron calculados utilizando el inventario y la distribución de impactos

(Lovell, 1997; Jurmain, 1999).

Se puede determinar la posición de la víctima durante el asalto,

basándose en la dirección de la fractura (Galloway, 1999). En general,

esta clase de datos puede ayudar a informar de los motivos para el

conflicto. Por ejemplo, si una proporción significativa de heridas en la

cabeza están agrupados en el lado posterior de los cráneos femeninos,

se puede inferir que estas mujeres escapaban de sus agresores: este tipo

de "heridas de huir” son comunes en casos de secuestros (Tung, 2012).

Asímismo, un trauma letal puede indicar la intención de un

asaltante durante un enfrentamiento violento. Las lesiones se

clasificaron como (1) letal (2) sub-letales. Lesiones Sub-letales

demuestran remodelación ósea (curación), mientras que las lesiones

letales, que ocurren alrededor del momento de la muerte, se parecen a

vidrio roto (Lovell, 1997). La distribución de traumas y heridas letales

pueden ofrecer información clave sobre la motivación. Por ejemplo,

mientras las lesiones letales múltiples en la cara demuestran un exceso

de rabia (Rautman y Fenton, 2005), múltiples lesiones sub-letales en la

cara indican una intención de dañar (pero no matar) a un competidor

(Walker, 1997:146).

INVESTIGACIONES EN LOS ANDES SUD-CENTRALES

72

Resultados: El trauma y la violencia en Andahuaylas

Trauma durante la época imperial y post-imperiales

De los 26 adolescentes / adulto de Turpo, la tumba Wari, solo

dos (7,7 %) tenían lesiones traumáticas. Los óseos recibidos en los

encuentros violentos (Tung, 2012) como de las manos, antebrazo y

costillas, no se observaron. En contraste, durante la época Chanka,

53,7 % (117/218) de adolescente / adultos, tienen al menos una herida.

Así, la violencia se incrementa significativamente a partir de la época

Wari a la época Chanka (prueba exacta de Fisher, p = 0,0001, N = 244)

(véase la Figura 1). El trauma también se pone más letal después del

colapso de Wari (prueba exacta de Fisher, p = 0,0034, N = 244). No

hay adolescentes / adultos con fracturas letales durante la época. Sin

embargo, en Natividad, Ranracancha y Cachi, 50/218 (22,9 %)

adolescentes / adultos tienen al menos una herida mortal. Teniendo en

cuenta que en Turpo fueron fechados a finales del siglo X, AD y

Natividad, Ranracancha y Cachi procede del siglo XI-XII, este

aumento en la frecuencia de trauma solo tardó unas pocas

generaciones.

Sexo y violencia en las comunidades Chanka

Los patrones de trauma entre hombres y mujeres Chanka son

similares en Andahuaylas. Las diferencias en las frecuencias de trauma

(hombres = 52,9 %, mujeres = 75,7 %, exacta de Fisher, p = 0,2378, N

= 190), la proporción de las heridas letales a sub-letal (exacta de

Fisher, p = 0,2512, N = 211), y el número promedio de las heridas

(hombres=1,96, mujeres = 1,40, prueba no-pareada, p = 0,9685) no son

significativas. Además, la mayoría de las heridas de los hombres y

mujeres se dirigieron hacia la parte anterior del cráneo (hombres = 37,5

%, mujeres = 28,7 %).

Frecuencias de trauma, distribución de heridas, y la letalidad de

golpes no son significativamente diferentes entre hombres y mujeres

Chanka. Esos resultados sugieren que tanto hombres como mujeres han

experimentado violencia en similares contextos sociales. Este modelo

es radicalmente distinto a los casos tradicionales de la guerra, donde

los hombres demuestran una frecuencia de trauma mucho más alta que

las mujeres (Tung, 2012). Los datos de Andahuaylas indican una forma

del conflicto absolutamente distinta de la guerra.

LOS IMPACTOS BIO-SOCIALES DEL COLAPSO WARI

73

Figura 1. Trauma durante la época Wari (arriba) y la época Chanka (abajo).

Negro = trauma letal, blanco = trauma no-letal.

Trauma en adultos modificados y normales

Hasta el momento, los datos de trauma de Andahuaylas han

demostrado que los Chanka estaban viviendo con violencia. Además,

adolescentes / adultos Chanka estaban siendo víctimas de ataques

físicos que eran isométricos en su frecuencia, letalidad y ubicación.

Sin embargo, no todos los adolescentes / adultos Chanka fueron

objetos de ataque. Mientras que algunos individuos fueron señalados

por la violencia, otros vivían una vida relativamente pacífica. En este

caso, la diferencia entre la vida pacífica y una muerte violenta había

sido en función de si existía la modificación craneal, o no. De 160

individuos modificados, 97 (60,6 %) tenían una herida, mientras que

solo 16 de 50 (32 %) cráneos normales tenían trauma (prueba exacta de

Fisher, p = 0,0006; N = 210) (Figura 2).

Trauma entre los jóvenes modificados y normales

INVESTIGACIONES EN LOS ANDES SUD-CENTRALES

74

Aunque no fueron estadísticamente significativas, las tasas de

traumatismos craneales en la población de niños en Andahuaylas

aumentado desde el 0% (0/10) durante la época Wari, a 14,3 % (3/21)

durante el período Chanka (prueba exacta de Fisher, p = 0,5328, N =

31). Esto es un cambio notable que demuestra una vez más que la era

posterior a la guerra imperial era una época violenta y tumultuosa,

tanto para adultos y niños en la región.

En Andahuaylas, los niños heridos estaban presentes solo en los

sitios Chanka, niños (n=12) de otros grupos culturales de la región no

reveló casos de trauma (Kurin, 2012). Por otra parte, la modificación

craneal estructuraba violencia para los jóvenes Chanka. Los tres niños

Chanka que mostraba modificación también tenían heridas de alto

impacto y fuerza contundente. Fracturas lineales leves, que suelen ser

causadas por accidentes (Lovell, 1997), no se observaron. El único

cráneo de un niño no-modificado no tenía ningún trauma. Debido al

tamaño pequeño de la muestra, las diferencias entre juveniles trauma

modificados y normales no son estadísticamente significativas (prueba

exacta de Fisher, p = 1,000, N = 21). Sin embargo, dado el patrón

trauma entre los adolescentes y adultos, la tendencia es clara: no

obstante la edad, los que tienen la modificación craneal (una práctica

que ocurre en la infancia) fueron blancos de ataque.

Distribución de trauma en grupos modificados y normales

La ubicación del trauma pueden informar sobre el contexto

social del encuentro y la intención del agresor (Ta'ala et. al, 2006). En

este estudio, la distribución de heridas fue comparada entre los grupos

modificados y no modificados. Para ambos grupos, el porcentaje más

alto de fracturas totales se dirige a la cara. Sin embargo, diferencias

significativas se presentan claramente en el patrón de localización de

trauma: solo los individuos modificados tenían heridas dirigidas a las

partes superior e inferior de la bóveda craneana (exacta de Fisher, p =

0,0322, N = 213).

LOS IMPACTOS BIO-SOCIALES DEL COLAPSO WARI

75

Figura 2. Trauma en la poblacion modificada (arriba) y no modificado

(abajo). Negro = trauma letal, blanco = trauma no-letal.

Cabe destacar que además, sólo los cráneos modificados

Chanka demuestran heridas basales, llamadas fracturas anillares. Las

fracturas dividen la porción basilar del occipital con el resto de la

bóveda. Con este tipo de herida, el tronco cerebral es lacerado y la

muerte es inmediata (DiMaio y DiMaio, 2001). Biomecánicamente,

fracturas anillares pueden ser causadas por la carga vertical y las

fuerzas de impacto de transmisión a través de la columna cuello-

cervical, como se experimenta en altas caídas (Lovell, 1997). Pero

fracturas de caídas se asocian con fracturas cervicales. En

Andahuaylas, no existe ni una sola vértebra cervical (de más de 2.224

INVESTIGACIONES EN LOS ANDES SUD-CENTRALES

76

observados) que tienen este tipo de fracturas. Debido a que las caídas

no causaron fracturas anillares, la etiología más probable es la

violencia. Tenga en cuenta que cuando los seres humanos están en una

posición vertical, la base del cráneo está inmersa en el tejido blando y

obstruido por la columna vertebral y la mandíbula. Sin embargo, si un

individuo está de rodillas con la cabeza por abajo, la base del cráneo,

está expuesta y vulnerable a la fuerza. Varios golpes en la base del

cráneo resultarán en una fractura anular. Un patrón similar de daño

letal fue encontrado en los campos de la muerte del Kahmer Rojo en

Camboya (Ta'ala et al., 2006).

La violencia excesiva en grupos modificados y normales

Cuando los individuos Chanka fueron víctimas de violencia, las

personas con modificación normalmente fueron víctimas de encuentros

sucesivos, comprobado por la presencia de traumas sub-letal y letales.

De los 97 individuos modificados con trauma, 16 (16,5 %) tienen

ambos tipos de heridas, mientras que ninguno de los individuos no

modificados (0/16) fueron víctimas de agresión repetida. Esta

diferencia es casi significativa (prueba exacta de Fisher, p = 0,0715; N

= 113). Dada esta tendencia, parece que la gente modificada fueron

víctimas de reencuentros violentos, mientras que el grupo no-

modificado evadieron ataques repetidos.

Por último, la violencia excesiva también se promulgó dentro

de las comunidades Chanka. Este tipo de violencia se puede identificar

por la presencia de múltiples traumas letales. En Andahuaylas, estos

golpes repetitivos y de alto impacto, se dirigieron principalmente hacia

la cara. Esas heridas excesivas solo se observaron durante la época

Chanka y exclusivamente en cráneos modificados.

Exploración de las motivaciones de la violencia en Andahuaylas

Interpretación de trauma durante la época Wari en Andahuaylas

En comparación con otras comunidades andinas (Tung, 2012),

la frecuencia de violencia durante la época Wari en Andahuaylas fue

baja. Los asaltantes podrían haber tenido la intención de herir, pero no

matar a la víctima durante ataques esporádicos. ¿Pero, qué tipo de

violencia estaba viviendo la población?

Lesiones craneales sub-letales en los Andes se atribuyen a

menudo a un conflicto ritualizado (Tung, 2012:139) llamado

takanakuy, donde combatientes se encuentran para pelear. Durante el

takanakuy, las tensiones de la comunidad son liberadas con golpes. En

casi todos los casos, los combatientes se abalanzaron con golpes

LOS IMPACTOS BIO-SOCIALES DEL COLAPSO WARI

77

descontrolados. Este tipo de enfrentamientos impactan los huesos

nasales, órbitas, malares, las alas del esfenoides. Aunque las manos son

vendados, los combatientes también rompen sus manos (véase Lovell,

1997). Asumiendo que estilos de luchas tradicionales han permanecido

durante varios siglos, el patrón de trauma en Turpo sugiere que el

takanakuy no puede haber sido la causa de las fracturas.

En la actualidad, la violencia leve es evidencia de encuentros

cotidianos. La violencia durante la época Wari no tomó la forma de

ataques malévolos. De hecho, parece que los hombres de Turpo había

sido víctimas de conflictos interpersonales con las normas establecidas

de enfrentamiento (Chagnon, 1992), o tal vez algún tipo de comunidad

sancionaba con castigo corporal (Tung, 2012:144).

Comprobando la existencia de etnocidio entre los Chanka

El patrón de trauma de los tres sitios Chanka: Ranracancha,

Natividad y Cachi, se dedicaban a un contexto de violencia distinta de

sus antepasados. La violencia Chanka no se vivía a través de la guerra

tradicional, porque no hay diferencias en la frecuencia de trauma entre

hombres y mujeres. En cambio, la violencia parece estar estructurada

por el desempeño de la modificación craneal, una señal de la afiliación

étnica. En las sociedades modernas, la violencia que distingue a solo

un segmento particular de la sociedad se identifica como el etnocidio.

Hay dos líneas de datos importantes que apoyan esta interpretación:

1. Las tasas mayores de trauma existen en el grupo con modificación

craneana

Ante todo, jóvenes, adolescentes y adultos modificados

presentan significativamente más trauma que sus homólogos no-

modificados. Estos resultados indican que en las comunidades Chanka,

víctimas de la violencia fueron atacados en base del reconocimiento de

su filiación étnica, identificado a través de la modificación craneana.

En contraste, los individuos no modificados llevaban una vida pacífica.

La inigualdad en las tasas de trauma entre los grupos étnicos es un

correlato fundamental del etnocidio.

Además, trauma promulgada contra los niños de un grupo

étnico es otro indicador clave del etnocidio (Comisión de la Verdad y

Reconciliación-Perú [CVR], 2003; Naciones Unidas, 2009). La

frecuencia de traumas juveniles en la época Chanka (14,3 %) es muy

alta. Aunque el abuso es común en los niños (Corbin, 2003), solo los

niños modificados de las comunidades Chanka demuestran heridas en

la cabeza. La disparidad en el trato de los niños se ve comúnmente en

casos de genocidio. Parece haber sido el caso de que los menores

INVESTIGACIONES EN LOS ANDES SUD-CENTRALES

78

Chanka con cráneos modificados, (al igual que los adultos), fueron

señalados por asaltos físicos.

2. Ejecuciones, ataques sucesivos y trauma excesivo está dirigida al

grupo modificado

Etnocidio requiere un método eficaz de ejecutar grandes grupos

de personas. Esta necesidad de eficiencia da lugar a métodos de

matanza estandarizados y estos métodos dejan marcas indelebles en el

hueso. Simbólicamente, lugares o mecanismos de trauma pueden llegar

a ser normativo para los grupos de agresores. Por estas razones, los

actos violentos se pueden atribuir a un segmento particular de la

sociedad. Por ejemplo, en el Perú durante la época del conflicto interno

(1980-2000), diferentes causas de muerte podrían estar asociados con

los "agentes del estado" (militares, policías secretas, etc.), quienes

utilizaban mayormente armas de fuego, versus las tácticas de los

terroristas, quienes empleaban trauma contundente para someter a las

víctimas (CVR, 2003). Mientras que la identidad de los agresores

Chankas sigue siendo desconocida, la similitud de los objetivos y

métodos en toda la región indica a un enemigo común en Andahuaylas

prehistórica.

Además de informar sobre posibles motivaciones de la

violencia, los patrones de trauma también indican la posición de la

víctima en el momento del impacto. En Andahuaylas, la presencia de

fracturas anillares en cráneos modificados Chanka sugieren que esos

individuos estaban incapacitados cuando recibieron golpes mortales.

La ejecución de las víctimas indefensas se ha observado en otros casos

de genocidio moderno (Ta'ala et al., 2006).

Además de los golpes de ejecución, otros patrones de trauma

son consistentes con la violencia etnocida. Por ejemplo, solo los

individuos modificados demuestran heridas sub-letales y letales. Este

patrón sugiere que los individuos modificados eran más propensos a

ser víctimas de agresión repetida.

Por último, el hecho de que la violencia excesiva se dirigía

exclusivamente hacia los individuos modificados Chanka es

especialmente significativo. Este tipo de trauma es profundamente

simbólico. Lesiones contundentes repetitivas pretenden aumentar el

sufrimiento de la víctima (Kimmerle y Baraybar, 2008), y la

fragmentación intencional del cráneo sugiere la destrucción

intencional (Darling, 1999; Willey y Emerson, 1993). En comunidades

Chanka, la destrucción física de los cráneos modificados habría sido un

método potente de borrar la identidad de las víctimas. Este modus

operandi puede haber tenido raíces profundas en la sierra peruana:

LOS IMPACTOS BIO-SOCIALES DEL COLAPSO WARI

79

testimonio de Andahuaylas relata cómo los terrucos de los años ‘80

casi siempre utilizaban piedras para romper las cabezas de las víctimas

(Theidon, 2001). Siglos antes, el cronista Juan de Betanzos (2004:244)

informó que rocas grandes fueron usados para aplastar cabezas, "en

pedazos,” como el último paso de un proceso más largo de tortura.

Evidencia osteológica de Andahuaylas parece confirmar una parte de

esa crónica.

Conclusión: etnocidio en Andahuaylas

Esta investigación promovió la hipótesis de que la violencia en

Andahuaylas aumentó después del colapso de Wari. Los datos de

trauma craneana parecen apoyar esta hipótesis. En comparación con la

época Wari, las tasas de traumatismos aumentó significativamente

durante el período Chanka. La violencia también se puso mucho más

letal.

Figura 3. Trauma excesivo y fracturas anillares en cráneos Chanka con

modificación craneana.

Dentro de las comunidades Chanka, la frecuencia, letalidad, y

distribución de heridas son similares entre hombres y mujeres. Eso

indica que han experimentado violencia en encuentros similares. Es

importante destacar que las tasas de traumatismos son distintas en los

grupos modificados y no-modificados. La gente con modificación

craneana tuvieron significativamente más heridas que sus vecinos con

cabezas normales. Los individuos modificados también eran más

propensos a ser víctimas de encuentros violentos sucesivos. El hecho

de que todos los miembros de la sociedad modificados parecen haber

sido igualmente afectados por ataques, es un correlato indispensable de

etnocidio.

INVESTIGACIONES EN LOS ANDES SUD-CENTRALES

80

Patrones de golpes también apuntan a la violencia etnocida

dentro de las comunidades Chanka. Solo los individuos modificados

demuestran trauma dirigido en las partes inferiores de la bóveda. Estas

fracturas anillares mortales indican que esas personas estaban

incapacitados cuando recibieron golpes de ejecución. Golpes letales

múltiples fueron implementados para extirpar tanto física como

simbólicamente la identidad de las víctimas modificadas.

Como víctimas de etnocidio, los hombres, mujeres y niños

modificados Chanka, soportaron contextos sociales violentos

fundamentalmente distintos en comparación a sus vecinos no-

modificados y sus antepasados de la época Wari. Los datos

esqueléticos de Andahuaylas indican claramente que las relaciones

entre los grupos locales se transformaron profundamente en las

décadas después del colapso Wari. En particular, la modificación

craneal sugiere como una práctica de diferenciación étnica. Sin

embargo, con esta distinción se produjo la matanza sistemática y

selectiva de esos grupos étnicos identificables. En fin, los datos indican

que el colapso Wari impulsó reformulaciones drásticas en cómo las

identidades sociales se perciben y cómo las interacciones violentas

eran estructuradas; la covarianza entre la modificación craneana y el

trauma nos indican claramente que los procesos de etnogénesis y el

etnocidio era fuertemente vinculado a esta región de los Andes.

Agradecimientos

A la Fundación Nacional de Ciencia; la Beca Fulbright-Hays; la

Comisión Fulbright IIE en Lima; Universidad de Vanderbilt; la

Familia Lindy; Ministerio de Cultura-Perú; Municipalidad Provincial

de Andahuaylas, Gestión 2007-2010. Mi agradecimiento profundo a mí

pareja, Enmanuel Gómez.

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CAMBIOS CLIMÁTICOS, RIESGO Y AGROPASTORALISMO EN EL TERRITORIO

CHANKA

87

CAMBIOS CLIMÁTICOS, RIESGO Y

AGROPASTORALISMO EN EL TERRITORIO CHANKA Lucas C. Kellett*4

Introducción

En los Andes centrales, el agropastoralismo ha servido de modo

principal de subsistencia por cuantos milenios. Datos arqueológicos

(ej., Lane, 2006; Morris, 1999; D’Altroy, 2000; Parsons et al. 1997,

2000a, 2000b) y etnográficos (ej., Browman 1987a,1987b, 1987c;

Brush 1976 - 1977; Brush y Guillet, 1985; Kuznar, 2001; McCorkle,

1987; Orlove, 1977; Tomka, 2001) confirman que el agropastoralismo

era una estrategia efectiva para combatir los riesgos inherentes en la

producción agrícola y pastoral de la región (ej., Browman, 1987b;

Dillehay y Kolata, 2001; Goland 1993a, 1993b; Kuznar 2001; Valdivia

et al. 1996). Los riesgos de subsistencia son diversos pero incluyen

principalmente épocas breves y largas de sequía y frío. Las heladas, en

particular, son bien conocidas como un riesgo permanente para los

agricultores de la sierra central Andina. Otros riesgos incluyen los

suelos delgados y rocosos con baja fertilidad, insectos, gusanos y

enfermedades de plantas.

Además, como el nivel de riesgo ambiental fluctúa por tiempo,

también la adaptación de subsistencia debe fluctuar. Así, podemos

caracterizar las temporadas de alto riesgo agrícola cuando hay

evidencia substantiva por la presencia de agropastoralismo. Aunque, el

extenso e intensidad de este tipo de subsistencia se determinan por

varios factores económicos y culturales, generalmente podemos asumir

que la prevalencia o un cambio a una economía basada en

agropastoralismo se indica que la población estaba confrontando

condiciones más difíciles para la producción de subsistencia.

En este ensayo, investigo cómo el agropastoralismo funcionaba

como una estrategia crítica durante el Periodo del Intermedio Tardío

(después el PIT), que era una temporada que se caracteriza por riesgos

ambientales y económicos debido a una sequía (ej., Arkush, 2008;

Bauer y Kellett, 2010; Kellett, 2010, n.d.). También, ya sabemos que el

paisaje sociopolítico estuvo transformado totalmente por el colapso de

los estados Wari y Tiwanaku (~1000 d.C.) hay evidencia que la

balcanización política era una de las causas de la prevalencia de guerra

(potencial o actual) en algunas regiones de la sierra central durante el

PIT (Arkush, 2006 - 2008; Covey, 2008). El área cultural del señorío

* Universidad de Maine – Farmingoton, Maine, EEUU

INVESTIGACIONES EN LOS ANDES SUD-CENTRALES

88

Chanka, alrededor el pueblo moderno de Andahuaylas, nos ofrece un

buen estudio de caso práctico donde podemos observar las respuestas

culturales durante un tiempo prolongado el riesgo cultural, político,

económico y ambiental (Figura 1).

Agropastoralismo y riesgo económico

Datos etnográficos validan que en ambientes serranos, el

agropastoralismo es una estrategia muy estable para la sobrevivencia a

largo plazo de las poblaciones rurales (Guillet, 1983; Netting, 1993).

Por ejemplo, Guillet (1983) ofreció un modelo que incluye: 1)

poblaciones serranas típicamente explotan varias zonas ecológicas para

la producción de subsistencia; 2) los asentamientos de poblaciones

serranas se ubican por elevaciones medias entre zonas (eco-tonos)

diferentes donde es más conveniente la implementación de

agropastoralismo. Principalmente, Guillet (1983) sugirió que una

organización de subsistencia mixta la que utiliza varias zonas de

producción verticales puede reducir el riesgo agrícola, promover el uso

óptimo de la labor, puede maximizar el consumo de calorías y permitir

la expansión de poblaciones a las áreas adyacentes. Como antes dicho,

hay bastante evidencia etnográfica que confirma el modelo de Guillet

(1983) aplica a los Andes centrales (ej., Fuji y Tomoeda, 1981; Guillet,

1981a, 1981b, 1983, 1987; Mayer, 1985; Netting, 1993; Webster,

1971; Yamamoto, 1981 - 1985).

Figura 1. El área de investigación en la zona de Andahuaylas.

CAMBIOS CLIMÁTICOS, RIESGO Y AGROPASTORALISMO EN EL TERRITORIO

CHANKA

89

En general, el riesgo puede ser definido como la “probabilidad

de perder” o la posibilidad que cualquier decisión puede amenazar la

sobrevivencia y la reproducción humana (Winterhalder, 1986; también

ver Cashdan 1990; Halstead y O’Shea, 1989). Si aceptamos que el

riesgo era un componente permanente de la vida andina, ¿como se

adaptaron las sociedades prehistóricas?

Tomka (2001: 143) ha sugerido que hay dos opciones para

reducir el riesgo en los Andes: 1) una estrategia diversa e integrada de

agropastoralismo o, 2) una estrategia de especialización que separa la

agricultura y pastoralismo. La forma de integración o separación de

ambos modos de producción depende de la topografía local, las

distancias y los tiempos de viajar a pie, asociadas entre zonas de

agricultura y pastoralismo. La mayoría de la población prehistórica

vivía en zonas montañosas con distancias mínimas entre zonas

diferentes de producción, es probable que una organización de

agropastoralismo integrado fuera la estrategia más utilizada en la sierra

central de los Andes. El área de Andahuaylas, en la parte noroeste de

Apurímac, se caracteriza así con una colección densa de montañas,

cañones profundos y laderas escarpadas. Por eso, el territorio Chanka

ha sido muy adecuado para la integración de agricultura y pastoralismo

(ver N. Kellett [2009], Onuki [1981] y Skar [1982] para información

etnográfica de la región).

Las ventajas de una estrategia integrada de agropastoralismo

son varias e incluyen, primeramente el fácil movimiento diario de los

agropastores a zonas cercanas para actividades agrícolas y pastorales

(ej., Flores Ochoa, 1985; Fonseca, 1972; Yamamoto, 1981, 1985).

Actualmente las comunidades serranas están ubicadas por las

elevaciones medias (3,000 a 3,700 msnm) que no son más que 5 km de

distancia o una hora del tiempo de viajar (a pie) a las chacras de

tubérculos, granos y maíz (Hastorf, 1993). Datos etnográficos

preliminares de Andahuaylas (la comunidad Sacclaya) también

coinciden con esa observación y confirman un patrón local de

agropastoralismo (Kellett, 2010: 201-203; también ver N. Kellett,

2009). Generalmente, las chacras se ubican cerca de los poblados y se

colocan en las zonas quechua (2,700-3,500 msnm) y suni (3,500-3,800

msnm) hasta ~3,800 msnm cerca del límite de la actividad agrícola.

Más lejos y arriba está la puna (3,800 – 4,200 msnm) la zona pastoral

de los camélidos (ahora, principalmente los ganados europeos)

pastorean por las extensiones abundantes de ichu.

INVESTIGACIONES EN LOS ANDES SUD-CENTRALES

90

Cambios climáticos durante el Periodo Intermedio Tardío en la

sierra central

Ahora los arqueólogos reconocen que las culturas andinas

prehispánicas necesitaban adaptarse y sobrevivir en condiciones

cambiantes de clima en el pasado (ej., Dillehay y Kolata, 2004;

Moseley, 1997; Ortloff y Kolata, 1993; Paulsen, 1976). Durante las

últimas tres décadas, paleoclimatólogos han confirmado la presencia

de una sequía intensa y prolongada que existía entre ~1050-1500 d.C.

en los andes centrales (ej., Abbot et al. 1997a, 1997b; Binford et al.

1997; Chepstow-Lusty et al. 2003; Thompson et al. 1985). Basado en

evidencias paleoclimáticas de núcleos de hielo de glaciales (Thompson

et al. 1985) y núcleos sedimentarios de lago (Abbot et al. 1997a,

1997b; Binford et al. 1997; Chepstow-Lusty et al. 2003), se puede

estimar que la temporada de sequía incluyó una reducción de

precipitación entre 10 a 15 %. También, esta época de sequía duró por

casi cuatro siglos alcanzando una máxima intensidad entre los siglos

XII a XIV d.C.

Se debe notar que, en condiciones de una reducción de

precipitación durante el PIT, hay evidencia que las condiciones eran

más cálidos (Broeker, 1999; Cardich, 1985; Ortloff y Kolata, 1993),

mientras que otros afirman que el clima era más frío (Seltzer y Hastorf

1990; Thompson et al. 2003). Es posible que la primera mitad del PIT

fuera más cálido (correspondiente al Período de Calentamiento

Medieval [~800-1300 d.C.]) y la segunda mitad del PIT fuera más frío

(correspondiente a la Época Pequeña de Hielo [~1300-1850 d.C.])

(Thompson et al. 2003). Todavía, no hay un consenso científico, por

eso se requiere más investigaciones paleoclimáticas para dilucidar las

fluctuaciones de temperatura durante este periodo.

En adición a estos estudios regionales paleoclimáticos, ya

tenemos datos locales por la zona de Andahuaylas. Hay un estudio

reciente que se realizó en la Laguna de Pacucha que nos ofrece una

vista a lo largo de un clima cambiante por los últimos 25,000 años

(Hillyer et al. 2009; Valencia et al. 2010). A pesar de la falta de

resolución para los últimos dos milenios d.C., datos paleolimnóligicos

de la laguna también confirma la sequía del PIT, lo que alcanzó una

máxima ~1250 d. C (Hillyer et al. 2009). Así, tenemos confirmación

que poblaciones Chankas en Andahuaylas también necesitaban

adaptarse a condiciones secas como en la región entera.

Efectos de la sequía del PIT

En la cuenca de Titicaca, hay una abundancia de evidencias que

el estado de Tiwanaku se hundió por la razón principal de la sequía del

CAMBIOS CLIMÁTICOS, RIESGO Y AGROPASTORALISMO EN EL TERRITORIO

CHANKA

91

PIT (Kolata, 1993, 1996, 2000; Ortloff y Kolata, 1993). Kolata (1993)

discutió que la sequía inicío una serie de eventos que causó el colapso

del sistema de campos elevados y últimamente la caída del Estado. El

periodo seguido (PIT) se caracterizaba por la dispersión de la

población y un cambio de subsistencia con una transición a una

economía de agropastoralismo (Graffam, 1992; Stanish, 2003).

¿Pero qué eran los efectos de la sequía en la sierra central? Los

efectos de los cambios climáticos durante el PIT, habrían sido basados

en la geografía específica y condiciones locales (ej., viento, topografía,

elevación, aspecto). No obstante, podemos confirmar las condiciones

secas que afectaron adversamente la agricultura, específicamente los

cultivos que fueron vulnerables. En particular, la producción de maíz

que caracteriza el Horizonte Medio y la agricultura intensiva de los

Wari (Finucane, 2009; Finucane, 2009 et al.), estuvo reducido durante

el PIT por el cambio del clima (sequía y caída de la temperatura)

~1000 d.C. (Seltzer y Hastorf, 1990; también ver Hastorf y

Johannessen, 1993).

Además, es posible que los cambios de temperatura durante el

PIT afectaran el límite de cultivación en la sierra. Por ejemplo, Seltzer

y Hastorf (1990) ha postulado que el PIT era más frío (~0.6º C) entre

1250 a 1550 d.C. y bajó el límite de agricultura entre ~70-150 m, lo

que habría reducido la disponibilidad de terreno para el cultivo,

especialmente del maíz. Además, el aumento en frecuencia de heladas

en combinación con el problema del aire frío en las partes bajas de

valle, se presentó condiciones riesgosas para la agricultura. Hay

evidencia que las poblaciones del PIT hicieran una transición entre

cultivos de clima cálido, como maíz, a cultivos más resistentes a

condiciones secas y frías, principalmente los granos y tubérculos

(Hastorf, 1993; Seltzer y Hastorf, 1990). Por otro lado, Cardich (1985)

ha afirmado que el nivel de cultivación se elevó por una temporada de

calentamiento durante el PIT. Mientras sea posible que un clima más

cálido estimulara la producción de cultivos de clima cálido, como el

maíz, más estudios paleoclimáticos son requeridos para comprender

los efectos específicos del movimiento del límite de la cultivación y las

fluctuaciones asociadas por la temperatura.

Además, por la ausencia de agua subterránea, podemos

anticipar que como región la sierra central se caracterizaba por ser más

vulnerable (en comparación con la cuenca de Titicaca [Ortloff y

Kolata, 1993]) con la prevalencia de agricultura de secano que era

completamente dependiente por la precipitación natural y manantiales

locales (ej., Hastorf, 1993; Kellett, 2010; Schreiber, 1992; Williams,

2006). Entonces una reducción de la precipitación del PIT, se

INVESTIGACIONES EN LOS ANDES SUD-CENTRALES

92

impactaba con más severidad en grupos como los Chanka. En la

siguiente parte, los relatos y datos arqueológicos recientes de

Andahuaylas confirman que el agro-pastoralismo era la estrategia

principal utilizada por las poblaciones locales que enfrentaban

condiciones ambientales difíciles.

El Proyecto de Asentamiento Chanka (PAC)

Entre 2005 y 2006 se realizó la investigación arqueológica, el

Proyecto Asentamiento Chanka (PAC), que exploró la ecología de

asentamiento del señorío Chanka en la zona de Andahuaylas.

Siguiendo una prospección sistemática dirigido por Brian S. Bauer de

la Universidad de Illinois - Chicago (Proyecto Arqueológico de

Andahuaylas [PAA], 2002-2004; ver Bauer y Kellett, 2010; Bauer,

Kellett y Aráoz, 2010), el PAC tuvo el objetivo principal de explorar el

patrón de asentamiento de los Chanka en relación a la organización de

subsistencia, cambio de clima y la prevalencia de guerra durante el PIT

(Kellett, 2010).

Figura 2. Los proyectos recientes arqueológicos que se realizarán en la región

de Andahuaylas.

CAMBIOS CLIMÁTICOS, RIESGO Y AGROPASTORALISMO EN EL TERRITORIO

CHANKA

93

Tipo de Sitio Chanka n % de Sitios

Chanka

Elevación

(msnm/(media) σ

Sitio/Complejo Residencial 10 14.5 3617 375

Terraza aislado 1 1.4 3500 -

Complejo de terrazas 3 4.3 3277 171

Complejo de corrales y

terrazas 11 15.9 3489 277

Corrales aislados 15 21.7 3681 228

Complejo de corrales 13 18.8 3707 218

Estructura circular 1 1.4 3580 -

Muro defensivo 4 5.8 3803 122

Conjunto de muro y

trinchera defensiva 2 2.9 3816 216

Mirador 1 1.4 3976 -

Tumba 8 11.6 3800 257

Total/Media 69 100.0 3659 233

Figura 3. Distribución de sitios Chanka registrado durante el PAC entre 2005

y 2006.

El proyecto cumplió una fase de prospección intensiva

arqueológica y ecológica (~75 km²) por los cerros de Luisinayoc y

Achanchi al norte de Andahuaylas. También, la investigación incluyó

una fase de excavaciones de prueba en dos sitios grandes de los

Chanka (Luisinayoc y Achanchi [Figura 2]). La combinación de ambos

métodos de investigación nos provee varios indicadores arqueológicos

de riesgo agrícola (ver Marston, 2011), además de aclarar las

respuestas culturales durante el PIT en el territorio Chanka. En este

papel me concentré, en los resultados de la prospección arqueológica y

discutir la evidencia para la dependencia de agropastoralismo de los

Chanka durante el PIT. La prospección arqueológica fue limitada, los

sitios y estructuras que fechan seguramente al PIT o la Fase Chanka

(~1000-1400 d.C.) por la presencia de cerámica diagnóstica Chanka

(Kellett, 2010; apéndice E) y/o los que demuestren arquitectura

diagnóstica Chanka (pirka). En total la prospección arqueológica

recordó un total de 69 estructuras y/o sitios que fechan la fase Chanka

(Figura 3). Según la Figura 3, se puede observar una muestra diversa

de estructuras, pero para los objetivos de este papel, solo discuto los

sitios residenciales y los sitios que relacionan al agropastoralismo

prehistórico.

Evidencia de agropastoralismo durante la fase Chanka (1000-1400

d.C.)

Entre todo tipo de estructuras, los corrales se encontraron más

frecuentemente (Figura 4). Casi 40 % (n = 28 [complejos y aislados])

de todas las estructuras registradas eran corrales prehistóricas de los

INVESTIGACIONES EN LOS ANDES SUD-CENTRALES

94

Chanka. Casi la mitad (54 % [n = 15/28]) de todos los corrales

prehistóricas eran aisladas1. Son pequeñas (< 0.25 ha) y consistían de

recintos singulares y amplios y típicamente tienen un ancho entre 10 a

50 m (Figura 5). La otra mitad (46 % [n = 13/28]) de los corrales

prehistóricos eran los que llamo complejos de corrales. Ellos son más

grandes en tamaño (0.5-3.0 ha) y contienen varios recintos o

corralones adyacentes. Además, demuestran estructuras circulares

aglutinadas, pequeñas que interpreto como casas temporales (chozas)

de los pastores que trabajaban en las chakras.

La constelación de corrales alrededor de los sitios grandes

residenciales nos sugiere que las poblaciones Chanka contaban con una

estrategia intensiva de la cría de camélido arriba de 3,500 msnm en las

zonas altas de suni y puna. El patrón de corrales prehistóricos en las

alturas nos indica que la cría de llamas y alpacas se concentraba por las

pampas elevadas por el sur del área de investigación (Figura 4).

Postulo que las manadas de camélidos domésticos se alojaban en estos

corrales durante la noche, pero durante el día se pastaban en zonas

cercanas (1-3 km) así como lejanas (3-5 km) de los corrales.

Además, dada la población grande de habitantes (~500-2000

[ej., D’Altroy y Hastorf, 2001; Leblanc, 1981; Kellett, 2010; Valdez y

Vivanco, 1994; Valdez et al. 1990; Vivanco, 1999]), que agregaron los

sitios grandes de Achanchi y Luisinayoc durante la fase Chanka,

podemos estimar que había presión económica para mantener manadas

grandes de camélidos para sostener la población local. Estimo que las

manadas consistían en cientos y miles de camélidos que pastaban

intensivamente cerca de los grandes sitios residenciales y por toda

zona disponible y cualquier forma de topografía (ej., pampas, laderas,

cumbres) para maximizar la producción de camélidos durante el PIT.

CAMBIOS CLIMÁTICOS, RIESGO Y AGROPASTORALISMO EN EL TERRITORIO

CHANKA

95

Figura 4. La distribución de varios tipos de corrales en el área de

investigación.

Figura 5. Ejemplo de un corral aislado (PAC-101) ubicado por el cerro

Achanchi.

Las poblaciones Chanka también se dedicaban a una

producción agrícola diversa e integrada, el pastoralismo. La evidencia

arqueológica de la agricultura no era tan clara y visible; la del

pastoralismo2. En total, menos que 1 % (n = 4/69) de todas las

INVESTIGACIONES EN LOS ANDES SUD-CENTRALES

96

estructuras y/o sitios que fecharan en la Fase Chanka eran terrazas

agrícolas (Figura 4). El único complejo grande de terrazas en el área de

Andahuaylas está ubicado al oeste y abajo de Achanchi (Figura 7),

pero debido a los sitios asociados parece que estaba utilizada a largo

plazo entre el Fase Qasawirka (300 a.C. – 1000 d.C.) hasta la fase Inca

(~1400-1532 d.C.). Mientras que este complejo de terrazas fuera

utilizado durante el PIT, en general había una escasez de terrazas

fechadas al tiempo de los Chanka.

La ausencia de terrazas agrícolas registradas en Andahuaylas

por el PAC y PAA indica varias conclusiones tentativas acerca de la

organización de subsistencia durante el PIT. Primero, es posible que la

falta de terrazas sea debido a la destrucción de estructuras prehistóricas

por causa de la agricultura intensiva actual. Como resultado, es posible

que los Chanka fueran más dependientes en agricultura de terraza que

los datos nos sugieren. Segundo, y aún más probable, es que los grupos

Chanka de la región fueron más dependientes de la agricultura seca (de

lluvia) simple y sin una inversión substancial de infraestructura

agrícola como la construcción de terrazas. Basado en estudios

arqueológicos recientes del PIT, parece que los señoríos de la sierra

central eran más dependientes de la agricultura seca y simple (ej.,

D’Altroy y Hastorf, 2001; Hastof, 1993; Parsons et al. 1997, 2000a,

2000b).

CAMBIOS CLIMÁTICOS, RIESGO Y AGROPASTORALISMO EN EL TERRITORIO

CHANKA

97

Figura 6. Ejemplo de un complejo de corrales (PAC-45) ubicado por el cerro

Luisinayoc.

INVESTIGACIONES EN LOS ANDES SUD-CENTRALES

98

Figura 7. La distribución de terrazas en el área de investigación.

A pesar del facto que hay, una ausencia de restos arqueológicos

de agricultura de los Chanka, asumo que durante el PIT, había una alta

densidad de chacras de maíz por la zona quechua y yunga (< 3,500

msnm) y chacras numerosas de tubérculos y granos en el suni y la

parte baja de la puna (~3,500 – 3,800 msnm) (ver Figura 7). Este

patrón era confirmado durante el PAC, los restos macrobotánicos los

que se encontraron durante excavaciones en los sitios Chanka de

Luisinayoc y Achanchi. Había evidencia de cultivos diversos de una

gama de elevaciones adecuadas los que incluyen maíz (Zea Mays),

papa (Solanum sp.) frijol (Phaseolus vulgaris) quinua (Chenopodium

quinoa) y posiblemente kiwicha (Chenopodium cuadatus) entre otros

(Kellett, 2010, n.d.).

El PAC registró una abundancia de complejos de corrales y

terrazas. Casi 16 % (n = 11/69) de todos las estructuras y/o sitios se

caracterizarán así (Figura 4, 7). Generalmente, estos sitios tienen un

tamaño medio a grande (1-3 ha) y consisten en sectores de corrales y

terrazas, con estructuras circulares esporádicas (Figura 8). Interpreto

como un lugar donde la gente Chanka se dedicaba a la integración de

actividades agrícolas y pastorales. Se puede observar (ver Figura 7)

que la mayoría (64 % [n = 7/11]) de complejos de corrales y terrazas

estuvieron ubicados en la periferia de Luisinayoc y en la parte sur del

área de investigación. También, la distribución de estos sitios por la

mayoría de zonas de producción, incluyendo quechua, suni y puna,

CAMBIOS CLIMÁTICOS, RIESGO Y AGROPASTORALISMO EN EL TERRITORIO

CHANKA

99

indica tentativamente que la integración de agropastoralismo era

integrada y conducida por una gama diversa de elevación (sitios entre

3,222-3,930 msnm) y ubicaciones topográficas, incluyendo pampas,

laderas, y crestas. Hay una alta diversidad de tamaño y forma de los

complejos además tienen proporciones diferentes de sectores de

corrales y terrazas.

Interpreté estas diferencias (ej., tamaño del sitio, número de

estructuras) entre sectores de terrazas y corrales en una reflexión de la

función del sitio, en particular la proporción de actividades

agropastorales entre sitios individuales. En esta situación hipotética,

predeciré que los complejos que se ubican en áreas más altas y en

condiciones frías, participarán en más pastoralismo, con una

proporción menor de cultivación de tubérculos (i.e. papa [Solanum

sp.], oca [Oxalis tuberosa], ullucu (Ullucus tuberosus) y granos (i.e.

quínua (Chenopodium quinoa) y kiwicha (Chenopodium cuadatus).

Inversamente, predeciré que los complejos que se ubican en áreas bajas

participarán en menos pastoralismo pero más instalación de cultivos

(i.e. maíz (Zea Mays)) de elevaciones bajas con clima más cálido.

La organización espacial de agropastoralismo

Otra consideración de agropastoralismo durante el PIT es la

distribución espacial entre estructuras de subsistencia y los sitios

residenciales. Hay una abundancia de evidencia antropológica, la

ubicación de cualquier sitio residencial y su relación con otros de

subsistencia puede dar mucha información acerca de la organización

económica (ej., Chisolm, 1968; Netting, 1993; Stone, 1996). En

particular, la distancia lineal y/o tiempo de viajar, así como la densidad

de los sitios diferentes pueden indicar la importancia relativa de una

estrategia específica de producción de la subsistencia.

INVESTIGACIONES EN LOS ANDES SUD-CENTRALES

100

Figura 8. Una foto de PAC-20, complejo de terrazas y corrales ubicado en

una pampa en la ladera al norte del sitio residencial de Luisinayoc.

En el caso de los Chanka, la distribución espacial de las

estructuras que estuvieron registrados por el PAC, nos ofrece varios

tipos de información, al respeto de la organización de agropastoralismo

durante un tiempo de alto riesgo económico (Marston, 2011; Figura 8).

Un análisis de la distribución espacial entre sitios residenciales y las

estructuras asociadas con agropastoralismo nos ofrece varias

revelaciones tentativas. Según la Figura 8, podemos ver dos tendencias

opuestas al respecto de la organización de agricultura y pastoralismo.

Con el pastoralismo, podemos ver una correlación positiva entre el

número de corrales y la distancia afuera de los sitios residenciales. Casi

la mitad (39 % [n = 11/28]) de corrales se ubicarán entre 1.0 a 2.5 km,

y una tercera (36 % [n = 10/26) de corrales se ubicarán entre 2.5 a 5.0

km de los sitios residenciales. En contraste, los datos demuestran una

correlación negativa entre los sitios con terrazas agrícolas y la distancia

desde los sitios residenciales. Aunque había una gama amplia de

distancias por las terrazas, la correlación negativa era más notable con

los complejos de corrales y terrazas. Estos complejos se ubicarán por

las distancias promedio de 2.5 km desde los asentamientos.

Sector de Terrazas

Sector de Corrales

CAMBIOS CLIMÁTICOS, RIESGO Y AGROPASTORALISMO EN EL TERRITORIO

CHANKA

101

Figura 8. Un gráfico ilustrando la frecuencia de estructuras diferentes (de

agropastoralismo) por varios distancias lineales desde los sitios residenciales

principales.

La distribución espacial de los sitios agropastorales puede

iluminar varios patrones prehistóricos de la subsistencia de las

poblaciones Chanka en Andahuaylas. Primero, basado en la presencia

y proximidad de terrazas, corrales y ambos complejos, hay bastante

evidencia para la integración efectiva de agricultura y pastoralismo a la

escala local. Ya que existen ambos tipos de sitios, los de agricultura y

también los de pastoralismo, no parece que había una separación o

división espacial (y dicotomía sociocultural [Duviols, 1973]) significa

entre las dos actividades y grupos étnicos, como algunos

investigadores han discutido en otras áreas de la sierra norte-central

(Lane, 2006; Parsons et al. 1997). Aunque hay referencia histórica de

una división dual de los Chanka “Chanka de la Puna” y “Chanka del

Valle [Bauer y Kellett, 2010; Bauer et al. 2010], la evidencia

arqueológica actual no apoya esta idea. En el caso de Andahuaylas,

parece que existía una integración espacial, económica y sociocultural

la que estuvo organizada y enfocada desde los sitios grandes

residenciales como Achanchi y Luisinayoc. Postulo que este patrón

espacial de la subsistencia y el asentamiento son debido en parte, por la

topografía escarpada y la disponibilidad limitada de tierra adecuada

para agricultura y pastoralismo, donde la separación espacial de grupos

de pastores y agricultores no era posible3 (Bauer y Kellett, 2010;

Kellett, 2010).

Segundo, aunque el agropastoralismo era integrado, sus

actividades asociadas ocurrieron en proximidades diferentes a los

centros de población. La distribución horizontal de sitios sugiere que

INVESTIGACIONES EN LOS ANDES SUD-CENTRALES

102

las actividades pastorales se realizaron más lejos de los sitios

residenciales, mientras las de agricultura se realizaron más cerca

(Figura 8). Así ya sabemos que en la sierra andina y por milenios, las

alturas distantes eran reservadas para el pastoralismo de camélidos,

aunque los valles que contuvieran las poblaciones y sitios

residenciales correspondientes eran reservados para la agricultura (ej.,

Brush, 1976, 1977; D’Altroy, 2000; Parsons et al. 1997, 2000a).

Tercero, la distribución espacial de estructuras y sitios nos

indica que el periodo del PIT en Andahuaylas estuvo caracterizado por

una distribución vertical de sitios con funciones diferentes. Como se

puede observar en Figura 9, las elevaciones medias de clases de sitios

diferentes dan apoyo la separación sutil y vertical de actividades

agropastorales para maxímizar la producción económica. Los Chanka,

como la mayoría de grupos andinos de la sierra, organizaban su

subsistencia para aprovechar la “verticalidad” de los recursos y

condiciones para subsistencia (ej., Murra, 1968, 1972, 1985a, 1985b).

Así, las actividades agrícolas estuvieron concentradas en las áreas

bajas (< 3,600 msnm) mientras, las actividades pastorales estuvieron

concentradas en áreas altas (> 3,600 msnm). También, no es sorpresa

que los complejos de corrales y terrazas con funciones duales

integradas se ubican ~3,600 msnm en suni por la juntura de las zona

principales de agricultura y pastoreo de camélidos

Últimamente, la distribución vertical y horizontal de todas las

estructuras nos sugieren que los sitios residenciales sirvieron como

puntos focales para la organización de subsistencia agropastoral. Los

líderes Chanka, habrían usado sitios como Achanchi y Luisinayoc

como centros de coordinación para las actividades diarias de

producción agrícola y pastoral. Yo afirmo que la construcción de estos

sitios grandes no era un proceso al azar, sino algo intencional; las

poblaciones se colocaron en ubicaciones centrales para realizar

actividades agropastorales de una manera eficaz. Aunque la colocación

de los sitios era lógica y adecuada para la defensa de la población

contra más riesgo del ataque. Postulo que la distribución de los

asentamientos y las estructuras de subsistencia también era una

respuesta de la organización económica de los grupos Chanka en

Andahuaylas (Kellett 2010, n.d.).

CAMBIOS CLIMÁTICOS, RIESGO Y AGROPASTORALISMO EN EL TERRITORIO

CHANKA

103

Figura 9. El gradiente de elevación por clases diferentes de sitios registrado

por el PAC.

Conclusiones:

En este ensayo, quería explorar las relaciones entre riesgo de

subsistencia, los patrones de asentamiento, la organización de

subsistencia en la región de Andahuaylas durante el PIT. El inicio del

PIT se caracteriza como una temporada de alto riesgo por la

convergencia de dos fenómenos contemporáneos: el colapso de los

poderes regionales de Tiwanaku y Wari y también el inicio de una

sequía fuerte y prolongada (Kellett n. d.). Aquí yo enfoco en los

efectos de la sequía por la sociedad Chanka, específicamente en

relación a la organización y dialecto entre asentamiento y el desarrollo

de una subsistencia de agropastoralismo integrado.

Como discutí en la primera parte de esta investigación, hay

bastante evidencia que el agropastoralismo es una estrategia y eficaz

para combatir el riesgo económico en áreas montañosas del mundo.

Afirmo que la expansión e integración de agropastoralismo era una

respuesta directa a la sequía regional durante el PIT. En particular,

postulo que el riesgo económico iniciado el primer milenio d.C., era la

fuerza principal en la transición entre la cultivación intensiva de maíz y

una estrategia mixta que incluye principalmente la combinación de

granos y tubérculos (que juntos eran más resistentes a condiciones

secas). Además, la diversificación y dispersión de actividades

agropastorales servían como una estrategia económica más segura con

alto riesgo de guerra. Así, las poblaciones estaban más protegidas por

la forma local y próxima de subsistencia, arriba de áreas bajas en los

valles donde había más riesgo de ataque de grupos enemigos.

INVESTIGACIONES EN LOS ANDES SUD-CENTRALES

104

Los datos de la prospección arqueológica indican que los

alrededores de los sitios residenciales estuvieron utilizados

intensivamente para una subsistencia agropastoral. Las actividades

agropastorales estuvieron concentradas por las elevaciones medias,

primeramente entre 3,400 a 3,700 msnm. La mayoría de los sitios

agrícolas contienen corrales, lo que confirma que la cría de camélidos

era muy importante y se ampliaba durante el PIT. Restos faunísticos de

los sitios Chanka de Luisinayoc y Achanchi, incluyeron un porcentaje

alto de huesos de camélido, lo que confirma esta dependencia de

pastoralismo (Kellett, 2010)

La distribución espacial de sitios con corrales nos sugiere que

la cría de camélidos estaba conducida más lejos de los sitios centrales

en comparación a la agricultura. Sin embargo, por la evidencia que la

agricultura se caracterizaba de una forma simple y seca, no

anticiparíamos mucha evidencia existente de la agricultura Chanka (ej.,

terrazas, canales). Así, es muy probable que las poblaciones locales

estuvieran cultivando diversos cultivos en el terreno (en las zonas

quechua y suni) cerca de los sitios residenciales. Arriba de 3,800

msnm en la puna, había una transición de uso de la tierra desde

agricultura al pastoralismo de camélidos.

Finalmente, el patrón de subsistencia y asentamiento de las

poblaciones locales durante el PIT era una respuesta a un ambiente

dominado por el riesgo. Afrontando riegos inherentes, las poblaciones

en Andahuaylas no desaparecieron, pero sí se adaptaron a las

condiciones nuevas después del 1000 d.C. Para confrontar a los riesgos

ambientales, económicos y sociopolíticos, los Chanka tuvieron que

ajustar su estrategia de producción agrícola y de asentamiento,

fenómenos fundamentalmente conectados. La respuesta dual del

traslado a sitios agregados y elevados, así como una transición

correspondiente de la producción agropastoral, últimamente resultó en

la sobrevivencia exitosa de los Chanka por casi cuatro siglos hasta su

marcha a Cusco para su confrontación con los Incas en el siglo XV

d.C.

Agradecimientos Quiero agradecer al Instituto Nacional de Cultura de Lima y Abancay

para los permisos de investigación (Resoluciones Directorales

Nacionales N° 1229 [2005] y N° 500 [2006]). También estoy en deuda

con los municipios de Andahuaylas, Pacucha y las comunidades de

Churubamba, Ampi, así como Sacclaya por su apoyo durante el trabajo

de campo y de laboratorio, respectivamente. Agradecimientos

especiales a Carlo y Lucho Socualya de Cusco por su ayuda y aviso

CAMBIOS CLIMÁTICOS, RIESGO Y AGROPASTORALISMO EN EL TERRITORIO

CHANKA

105

como co-directores del Proyecto de Asentamiento Chanka. Finalmente

gracias a la Universidad de Nuevo México por el apoyo financiero al

proyecto.

Notas:

1. La prospección arqueológica encontró varios otros corrales

prehistóricos, pero no los pudimos fechar seguramente por la

ausencia de cerámica diagnostica. No obstante, es muy probable

que la mayoría de ellas, fechan a la fase Chanka por las

características similares (i.e. arquitectura, forma de recintos).

2. La mayoría de terrazas no contenían cerámica diagnóstica, lo que

nos ofreció dificultades para fechar las estructuras. Claramente las

terrazas pueden servir para una multitud funciones, pero asumimos

que las que recordamos durante la prospección tuvieron una

función agrícola por sus características típicas (ej., tamaño, altura,

anchura, ubicación).

3. Es posible que una prospección arqueológica por la puna grande al

sur de Andahuaylas, puede dar más evidencia de una división

espacial, económica y sociocultural que apoya la división de los

“Chanka de la Puna” y” Chanka del Valle”. La separación

horizontal tremenda entre zonas del valle y puna pudieron haber

estimulado al desarrollo de grupos especialistas económicos.

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INVESTIGACIONES EN LOS ANDES SUD-CENTRALES

112

LAS TIERRAS REALES DEL INCA COMO

ECONOMÍA NOBLE: VIVIENDAS Y OBRAS DE CHEQOQ

(MARAS, CUZCO) Kylie E. Quave*,5René Pilco Vargas¨6 y

Stephanie Pierce Terry^7

Resumen

Las investigaciones arqueológicas en el área nuclear del

imperio Inca han revelado mucho sobre la organización económica que

permitió el desarrollo imperial hasta las provincias lejanas a partir del

siglo XV. Hemos avanzado mucho en el conocimiento de la vida Inca

a través de las crónicas españolas, las excavaciones y restauraciones de

sitios monumentales. Sin embargo, tenemos pocos datos sobre la vida

de la gente común y sobre los migrantes que fueron re-asentados en la

región del Cuzco. Estudios recientes han hecho posible un estudio de

las yanakuna que vivían en las áreas rurales del Cuzco. Este capítulo

nos alcanza un resumen de su vida cotidiana, sus actividades de

producción y su acceso a productos suntuarios para entender el papel

que jugaba esa gente en la economía del Cuzco y las tierras reales de la

nobleza. En este caso, se trata de la panaqa de Wayna Qhapaq y un

sitio satelital en Maras llamado Cheqoq. El sitio fue asociado con el

complejo del palacio, andenes de maíz y otros recursos perteneciendo a

su panaqa. Pretendemos entender la organización económica al nivel

del sitio para poder estudiar la organización regional y estatal en el

futuro. A través de ese conocimiento también podemos enfrentar la

cuestión de las implicaciones sociales y políticas en las tierras reales

del Cuzco.

Introducción

El imperio Inca desarrolló una economía estatal en

paralelo con una economía noble en su área nuclear del Cuzco. Este

elemento de la vida cuzqueña ha sido sujeto de la investigación de

palacios en especial, particularmente Machu Picchu, Chinchero, Pisaq

y otros. Sin embargo, la investigación arqueológica todavía no ha

llegado a las partes periféricas de las tierras reales de los incas. Para

apoyar a sus recursos, terrenos y esfuerzos de la panaqa (el ayllu real o

la familia del sapa inca), la nobleza Inca asentaba grupos de obreros y

sus administradores en sitios fuera del complejo del palacio. Estas

* Beloit College, Wisconsin, EEUU

¨ Cuzco, Perú

^Lima, Perú

ECONOMÍA NOBLE: VIVIENDAS Y OBRAS DE CHEQOQ (MARAS, CUZCO)

113

poblaciones de mitmaqkuna, incluyendo yanakuna (obreros

permanentes llevados desde las provincias) y kamayuqkuna

(especialistas en ciertos tipos de producción como la cerámica),

contribuyeron a la riqueza de sus patrocinadores reales y recibieron un

alto estatus por sus vínculos a la clase alta (Rowe, 1982). En el valle de

Yucay, incluyendo la Pampa de Maras, la etnohistoria es una base

desde donde se puede reconstruir el carácter de los asentamientos fuera

del palacio del Inca Wayna Qhapaq. Son asentamientos que apoyaban

a la panaqa económicamente a través de sus obras. Pretendemos

reconstruir la vida doméstica de esa gente – los yanakuna del Wayna

Qhapaq quienes cuidaban sus depósitos y producían sus vasijas finas.

En reconstruir la vida doméstica también podemos investigar la

conexión entre la economía del sitio, la economía de las tierras reales y

la economía del área nuclear del Tawantinsuyu en la región de Cuzco.

Este capítulo presenta un resumen de las excavaciones de un centro de

almacenaje, pastoreo y producción alfarera llamado Cheqoq, ubicado

en Maras, Cuzco, en el valle de Yucay.

La región de Cuzco es especialmente apropiada para

este tipo de investigación debido a las últimas décadas de trabajos

etnohistóricos y arqueológicos. En tiempos recientes, los

investigadores han juntado mucha documentación archivística que

describe el carácter de las tierras reales y sus habitantes (Covey y

Amado, 2008; Covey e Elson, 2007; Rostworowski, 1990; Rowe,

1997; Villanueva 1970). A la vez las prospecciones sistemáticas han

llegado a incluir toda la historia de patrones de asentamientos ncas y

pre-incas en la macro-región de Cuzco (Bauer, 1992, 2008; Bauer y

Covey, 2002; Covey, 2006; Covey y Yépez, 2004; Covey et al. 2008;

Kosiba, 2010). Las prospecciones sistemáticas e intensivas han

incluido un área de más de 2500 km2 y han identificado al menos 1700

sitios Incas. Otra parte clave de la base de datos son las excavaciones

de los palacios de las tierras reales (ej., Alcina, 1970; Alcina Franch et

al. 1976; Condori, 2004; Farrington y Zapata, 2003; Valencia Z., 1982,

2004; Valencia y Gibaja, 1992). Proyectos de investigación y

restauración de complejos de depósitos asociados con las tierras reales

también demuestran el papel económico que jugaban sitios como

Cheqoq y son importantes para contextualizar nuestra investigación

(ej., Guevara, 2003, 2004; Menacho, 2009; Qhawana, 2010; Soto,

2002; Valencia S., 2004).

INVESTIGACIONES EN LOS ANDES SUD-CENTRALES

114

Figura 1. Mapa de la ubicación del pueblo de Maras y sitio de Cheqoq (Base:

Alan Covey).

Excavaciones en el sitio de Cheqoq, ubicado en el distrito

moderno de Maras (fig. 1), provincia de Urubamba, departamento de

Cuzco. La Pampa de Maras está a 30 km al noroeste de Cuzco, ubicado

entre Cuzco, la Pampa de Anta y el valle de Urubamba o Yucay, con

una diferencia de altitud de 400 m. entre el valle y la pampa. La Pampa

de Maras está en la zona de producción kichwa. El sitio se sienta

encima de un cerro (un cerro grande llamado Ayhuayro y una loma

llamada Cheqoq) justo en el lado sureño de la comunidad del ayllu de

Maras. Aunque hay restos de asentamiento entre el periodo formativo

y el periodo hispánico, el sitio Inca mide 22 hectáreas (fig. 2). El sector

de depósitos mide 8 hectáreas en la falda de la loma, mientras el sector

doméstico se coloca encima de una serie de terrazas irregulares

subiendo a la cima de Cerro Cheqoq y el medio de Cerro Ayhuayro. El

sector de producción de cerámica ocupa solo una chacra detrás de las

terrazas domésticas, al oeste. Las excavaciones de nuestro Proyecto de

Investigación Arqueológica Cheqoq-Maras o PACH 2009 y 2010

(Pierce, 2010; Pilco, 2009) mostraron áreas de un depósito, unas

viviendas y un taller de producción de cerámica. El sitio también

presenta una cantera de rocas útiles para arquitectura por todo el Cerro

Cheqoq (riolíto, como parte de la Formación Rumicolca [Carlotto et al.

1996]) y corrales de camélidos atrás del taller. El complejo de

depósitos es solo uno de varios en la región pero tiene la mejor

preservación de contextos domésticos y goza más documentación

archivística asociada. Cheqoq es el sitio ideal para examinar la

economía del imperio y su nobleza.

ECONOMÍA NOBLE: VIVIENDAS Y OBRAS DE CHEQOQ (MARAS, CUZCO)

115

Figura 2. Plano del sitio de Cheqoq y nuestras unidades de excavación de

2009 y 2010.

Datos etnohistóricos En los siglos XV y XVI, los incas desarrollaron tierras reales

para el beneficio de los panacas en Cuzco. Elaboraron las tierras con

palacios, andenes con irrigación, complejos de almacenaje, rebaños de

camélidos y obreros llevados a Cuzco de las provincias (Niles, 1987-

89, 2004). El desarrollo de estos terrenos cambió la región y su

contexto político, económico, y social. Mientras la economía estatal

funcionaba por la mayor parte del imperio, en el área nuclear de Cuzco

se desarrollaba una economía privada de las panaqas. Mayormente

hemos podido reconstruir la economía y la organización del sistema de

tierras reales por las narrativas de los cronistas y documentos

archivísticos que tratan de la función de los recursos y administradores

de las tierras reales (Covey y Amado, 2008; Toledo, 1940[1571] a, b;

Villanueva, 1970).

Según las fuentes, las tierras reales no consistían siempre de

terrenos contiguos, sino un mosaico de recursos; a veces tenían más

INVESTIGACIONES EN LOS ANDES SUD-CENTRALES

116

que un palacio en las regiones rurales (como el Inca Pachakutiq con

Ollantaytambo, Pisaq y posiblemente Machu Picchu). Los recursos y

complejos fueron construidos y laborados por tributarios. Betanzos

cuenta como los mitmaqkuna canalizaron el río Urubamba y después

los yanakuna trabajaban en las chacras resultantes (1996[1557]:170).

Más allá de entender que había recursos reclamados por los panaqas,

la tarea de determinar a quién pertenecía cuál parcela, es más

complicada. Los descendientes del Thupa Inka Yupanqui

(Rostworowski, 1962; Rowe, 1997:282, 1985:203) y el Wayna Qhapaq

(Niles, 1999:133; Toledo, 1940[1571] b: 108; Villanueva, 1970:3)

llamaron parte de Maras como suyas. A veces las concesiones son las

mismas, creando confusión; otras veces, no hay suficientes datos sobe

la toponimia para determinar de cuál panaqa pertenece cuál recurso.

No solamente refieren a los terrenos pero también a la posesión de las

personas viviendo en Maras. Por ejemplo, la visita del virrey Toledo

tuvo como testigo un administrador de sal de Maras trabajando para

Wayna Qhapaq (Toledo, 1940b [1571]:108), dándonos una idea de las

relaciones entre los Mareños y la panaqa.

Para vincular los residentes de Maras a la panaqa de Cheqoq,

vemos que el Ayllu Cheqoq fue reducido al pueblo de San Francisco

de Maras en 1571. Veintiuno de los yanakuna asociados con el

repartimiento de Beatriz Clara Coya y su marido Martín García de

Loyola, como los herederos de las tierras reales de Wayna Qhapaq y

Sayri Thupa (Lamana, 1999:47) vivieron en San Francisco de Maras

en 1572 (Covey y Amado, 2008). Además el Ayllu Cheqoq es

asociado específicamente con el Marquesado de Oropesa y Ayllu

Loyolas; los dos resultan de la herencia de Beatriz Clara Coya. Un dato

más que vincule Cheqoq y Maras con Wayna Qhapaq y sus tierras

reales es la mención de parcelas llamadas Cachibamba y Collabamba

que fueron trabajadas por sus yanakuna de Wayna Qhapaq en Maras

por residentes de Maras (Villanueva, 1970:51-2).

El sitio de Cheqoq se ubica en un lugar ideal para el almacenaje

de productos agrícolas, siendo justo encima del valle sagrado, en las

laderas donde hay buena ventilación y donde pasan varios caminos

reales. En el reparto de tierras del año 1595 de los ayllus de San

Francisco de Maras, hay referencias a mojones pertenecientes a Ayllu

Checoc que colinden con los caminos reales de Yucay, Maras y Cuzco

(ADC Urubamba, 1594: f.11v-12v).1 Ese reparto refiere a los depósitos

de quincha como parte de Ayllu Cheqoq, los mismos depósitos que

hoy día se ve en el mismo sitio. Cheqoq servía como una función

esencial para las tierras reales de Wayna Qhapaq en ese sentido. En el

valle de Yucay, donde se ubica su palacio de Quispiwanka (Condori,

ECONOMÍA NOBLE: VIVIENDAS Y OBRAS DE CHEQOQ (MARAS, CUZCO)

117

2004; Farrington, 1995, Valencia, 1982) había chacras de varios tipos

de cultivos (Villanueva, 1970), pero pocos depósitos; la ubicación

estratégica y el clima de Maras proporcionaban un ámbito para las

docenas de depósitos que guardaban algunos productos del valle.

Aparte de la construcción de infraestructura en el Cuzco, la

nobleza creó categorías sociales nuevas, consolidando el imperio

culturalmente mientras apoyaron la producción de bienes. Los

yanakuna, un tipo de mitmaq, fueron obreros permanentemente

vinculados a un individuo Inca, un templo o una panaqa. Según Rowe,

los yanakuna especialmente fueron elevados socialmente por

conformidad con el sistema de migración y obras y recibieron honores

incluyendo posiciones como administradores hereditarios (1982).2 Sin

embargo, había otra dimensión del estatus del yana, quienes fueron

separados de sus comunidades tradicionales y re-asentados en las

tierras reales, separándose de sus vidas provinciales. Los yanakuna

vivieron en Maras todavía en 1571, según Pedro Gutiérrez Flores,

incluyó personas de los grupos Quichua, Qolla, Chanka,

Xaquixaguana, Yauyo y Cañari (Covey y Amado, 2008:294-6). Sin

embargo, los proyectos arqueológicos no han podido identificar

asentamientos de yanakuna o mitmaqkuna aunque la historia indique

su presencia (D’Altroy, 2005:280; Gyarmati y Varga, 1999). Una

excepción fue la prospección de 2007 de la región Calca-Yanahuara

que reconoció indicaciones de sitios domésticos adyacentes a las

chacras trabajadas por los yanakuna (Covey et al. 2008).3

Antecedentes arqueológicos

Los trabajos anteriores de los palacios rurales asociados

con las tierras reales proporcionan una base de datos para identificar un

conjunto de material arqueológico de una residencia élite. Pero la

contextualización de Cheqoq y su rol en la región vienen a través de

los trabajos de prospección especialmente. En el Periodo Intermedio

Tardío, Maras tenía asentamientos con un patrón jerárquico en un radio

de 5 kilómetros de un sitio central de 20 hectáreas (el sitio de

Yunkaray al norte del pueblo actual de Maras). El Periodo Inca

[Horizonte Tardío] representa un cambio grande de este patrón; casi

todos los asentamientos cambiaron entre el Intermedio Tardío y el

Horizonte Tardío. La región cambió de un centro de un grupo

integrado – los Ayarmakas -- a una zona de terrenos de las panaqas

(Covey, 2006; Covey y Yépez, 2004; Covey et al. 2008).

La evidencia sobre la existencia de un grupo sociopolítico

complejo en la pampa de Maras, antes de la incorporación incaica es

complementada por evidencias históricas sobre un grupo étnico, con

INVESTIGACIONES EN LOS ANDES SUD-CENTRALES

118

orígenes en el mito del origen de los incas. Los Ayarmakas son

descritos como un grupo político con un sinchi llamado Tocay Cápac

(Sarmiento, 2007[1572]: cap. 20). Con las evidencias de prospección y

unas referencias toponímicas en las historias, parece que Maras fue la

base de los Ayarmakas y el sitio de Yunkaray su centro político

(Covey, 2006). Después de pelear con los incas sobre su participación

en la consolidación incaica de la región de Cuzco, los Ayarmaka

fueron trasladados desde la Pampa de Maras hacia los pueblos de

Pucyura, Chinchero (actualmente llamado “Ayarmaka”) y dos partes

del valle de Cuzco – Santa Ana y San Sebastián (Rostworowski,

1970b:75). Resulta que los incas invirtieron en la transformación de

Maras, proveyendo recursos y asentamientos para los panaqas y otros

usos (por ejemplo Moray, que no forma parte de las tierras reales

según estudios actuales [Earls y Silverblatt, 1978]).

Parte de esa transformación, fue el cambio de un centro

poblado en Yunkaray debido a la introducción de una población

provincial de obreros en el sitio de Cheqoq. Cheqoq tuvo una extensión

de 4 hectáreas en el Intermedio Tardío. Según los patrones de

asentamiento, Cheqoq se hizo el sitio más grande y dejó de ocupar a

Yunkaray. Es posible que algunos de los depósitos de Cheqoq ya

existieran en el tiempo de los Ayarmaka, como las excavaciones

revelan, cerámicas incas con cerámicas del Intermedio Tardío en el

mismo piso. Ese punto requiere más excavación estratigráfica para

determinar la extensión y carácter de Cheqoq en el Intermedio Tardío.

Las excavaciones de Cheqoq bajo el Proyecto Qhapaq Ñan

reconstruyeron diecinueve depósitos en los años 2002 a 2004

(Guevara, 2003, 2004; Soto, 2002). Todas las estructuras son del tipo

de depósito Inca “2” (Protzen, 1993:115-9): largo y cuadrangular con

ductos de ventilación y plataformas con taq’es para conservar los

productos (fig. 3). Aparte de la presencia de fragmentería de cerámicas

incas e intermedia tardías recuperaron restos carbonizados de maíz y

chuño, indicando su función (Guevara, 2004).

ECONOMÍA NOBLE: VIVIENDAS Y OBRAS DE CHEQOQ (MARAS, CUZCO)

119

Figura 3. Depósitos restaurados y taq’es restaurados de otro depósito en

Cheqoq.

Añadiendo a la base de datos sobre el sector de almacenes

empezado por el Proyecto Qhapaq Ñan, excavamos una sección de 12

m2 de un depósito al sureste de las excavaciones anteriores. Las

muestras analizadas por PACH de la excavación de un depósito en

2009 revelaron maíz, quinua o kiwicha, verbena, posible frejol y muña

carbonizadas (Bertone, 2010). Así concluimos que entre los cultivos

guardados en Cheqoq durante el Periodo Inca fueron maíz, tubérculos

y quinua o kiwicha, al menos, con la muña sirviendo para preservar. La

mayoría del maíz especialmente habría sido cosechada del valle de

Yucay donde había muchos andenes irrigados para producir maíz en

grandes cantidades.

Sin embargo, antes de nuestras investigaciones, Cheqoq formó

parte de una prospección regional de Maras, Anta, Chinchero y

Qoricocha. El Proyecto de Reconocimiento Intensivo de Xaquixaguana

(PRIX, 2004-2006) recolectó el material de la superficie de Cheqoq de

veintinueve unidades de 50 m2, proporcionando una idea de la

organización y carácter del sitio antes de nuestras excavaciones

horizontales en las áreas fuera de los depósitos (Covey y Yépez, 2004).

En estas 29 unidades encontraron 2702 tiestos de cerámica, con 670

tiestos diagnósticos. De los 670, 431 fueron del estilo Inca polícromo

(o Cuzco-Inca). La proporción de 64 % del estilo imperial es notable;

normalmente no hay tanto material decorado, ni siquiera en los

contextos de residencias de élites en los centros administrativos Incas

(D’Altroy, 2003:307-309). Entonces, concluimos que había mucha

actividad asociada con la nobleza o el estado en el sitio. Juntando los

datos etnohistóricos y la información llevada de la prospección

INVESTIGACIONES EN LOS ANDES SUD-CENTRALES

120

arqueológica, parece que en Cheqoq vivían personas vinculadas a la

nobleza y con un estatus elevado aunque no élite.

Excavaciones de un taller alfarero Inca La organización de producción en Cheqoq es

importante para entender su papel en la economía de la nobleza. Arriba

vemos que los de Cheqoq fueron responsables por el almacenaje de

productos como papas, maíz y quinua, pero también producían vasijas

decoradas en el estilo imperial para uso fuera del sitio de Cheqoq. En

esta sección describimos la excavación del primer taller de cerámica

Inca polícroma identificado en la región de Cuzco. Discutimos las

implicaciones para la tecnología de la producción alfarera y la

subsecuente distribución de los productos a Cheqoq mismo y

mayormente a sitios fuera de Cheqoq. Los datos de ubicación y

organización indican un taller de especialistas o kamayuqkuna bajo la

supervisión de la nobleza realizada por el administrador o los

administradores de Cheqoq. Parece que los pobladores de Cheqoq no

recibieron la mayoría de la gran cantidad de cerámica producida justo

en el estilo imperial asociado con la identidad Inca, sino que el

material fue llevado a las residencias de la nobleza.

No hemos identificado muchos contextos arqueológicos

donde los Incas producían objetos élites (Covey, 2009). Al contrario, la

mayoría de las investigaciones se han concentrado en el análisis de

materiales sencillos (ej., Bray, 2003; D’Altroy y Bishop, 1990).

Asesorar la estandarización, control sobre materias primas, inversión

en labor, nivel de destreza y tipo de especialización requiere el estudio

de objetos, pero también del contexto primario de producción. Hasta la

fecha, hay solo un taller de cerámica Inca excavado y publicado. Ese

trabajo en el valle Leche por Hayashida indicó que el Estado Inca

administraba un taller de ollas del estilo Inca, pero dejaban que los

olleros de la costa norte seguían usando sus técnicas y tecnologías

locales (1994). Hayashida observó que los olleros de Leche usaron las

mismas técnicas como sus antepasados, pero solo podía suponer que

no fueron técnicas Incas. Ahora con la excavación del taller de

Cheqoq, sabemos que la tecnología en el área nuclear del

Tawantinsuyu es otra. Tratando de reconstruir la organización de la

producción alfarera, Rowe y Bauer han sugerido que había un taller en

la comunidad de San Sebastián (Bauer, 1999:29; Rowe, 1946:243-44).

Todos suponen que el Estado producía todo en el valle de Cuzco; ahora

podemos decir que había varios talleres (o al menos uno) en la área

rural también. Investigaciones futuras van a dirigirse a la problemática

regionalmente para determinar dónde fueron producidos los objetos

ECONOMÍA NOBLE: VIVIENDAS Y OBRAS DE CHEQOQ (MARAS, CUZCO)

121

para el uso político del Estado y los objetos para el uso en los palacios

durante actividades de la panaqa.

Identificamos el contexto del taller después de

identificar una densidad de cerámica Inca decorada mucha más densa

en la superficie de Área U (20 veces más densa). La excavación

horizontal confirmó su uso como área de producción con la

identificación de un área de cocción de cerámica, materias primas,

herramientas para trabajo alfarero y restos de producción en gran

cantidad dentro de un espacio bien organizado y delineado. Para

confirmar condiciones de producción de cerámicas, hay que encontrar

al menos uno de tres tipos de evidencias: 1) materias primas, 2)

instalaciones de fábrica y herramientas o 3) restos o basura de

producción (Hayashida 1999:341). El área U presenta los tres tipos en

varias formas.

La ubicación del taller es una chacra entre los andenes

domésticos (las viviendas) y los corrales de camélidos. La chacra es

restringida, con muros por tres lados y se sienta encima del cerro

Cheqoq justo donde puede pasar el aire necesario para coccionar las

vasijas (fig. 4). Además, estando detrás de las viviendas no debería

contaminar el espacio doméstico con su humo y ceniza resultando de la

cocción y su ubicación cerca a los corrales permite acceso al guano que

hubiera sido útil como combustible. En el medio del taller, hay un

muro estilo Inca con dos caras de 80 cm. de ancho. Parece haber

servido como división entre el área de cocción y un área de

preparación de vasijas, según los conjuntos de artefactos de cada lado

del muro (norte para preparación y sur para cocción).

INVESTIGACIONES EN LOS ANDES SUD-CENTRALES

122

Figura 4. Foto de las excavaciones de 2010 en el taller alfarero.

A través de la excavación estratigráfica de 31 m2 en el

taller determinamos que el espacio consistía de 48 m2 total en el

periodo Inca (una muestra de 64.6 % del espacio horizontal). En el

norte, el piso se sitúa más bajo que el piso en el sur donde se ubica el

área de cocción y un basural de ceniza. Empezando con el lado sur del

muro, donde aparecen evidencias de la cocción de cerámica en un hoyo

semi-redonda, presentamos los restos relevantes de cada sección del

taller. El hoyo colinda por el lado este con un muro de contención,

separando el taller de las terrazas domésticas, y por el lado norte, con

el muro de división del taller. Mide 1.3 m x 3.3 m, delineado en los

lados sur y oeste, por piedras semi-canteadas de riolito. El interior está

lleno de lentes de ceniza compactados. La base del hoyo es compuesto

de tierra roja como si fuera quemada. Las piedras formando el exterior

del hoyo tienen manchas negras que parecen a ceniza. Justo afuera del

hoyo hay un basural al oeste lleno de tiras de la ceniza; otras

excavaciones de áreas de cocción han identificado este mismo

fenómeno (Tschauner et al. 1994). Aparte de los lentes de ceniza

adentro y afuera del hoyo, la matriz de sedimentos estaba llena de

arcilla quemada y arcilla vitrificada; la cantidad de arcilla vitrificada

recuperada pesa 13.65 kg, una cantidad considerable. Adicionalmente

estaba lleno de fragmentos de cerámica polícroma del estilo Cuzco-

Inca (Bauer, 1999; Julien, 1987-89; Pardo, 1939; Rowe, 1944;

Valcárcel, 1934, 1935), algunos sobre-coccionados visualmente (fig.

5). En la área del hoyo, el análisis de flotación de muestras de

ECONOMÍA NOBLE: VIVIENDAS Y OBRAS DE CHEQOQ (MARAS, CUZCO)

123

sedimento revela la presencia de combustible de árboles, incluyendo

aliso (Alnus acuminata), queñual (Polylepis spp.) y muña

(Minthostachys spp.) (Bertone, 2011).

Al sur del hoyo, encontramos un alijo de arcilla cruda con piedras para

pulir, un plato de ollero (para formar la base de una vasija; fig. 6) y

semillas carbonizadas de coca (Erythroxylum coca). La coca

posiblemente llegó como parte de una ofrenda al hoyo. Adentro del

hoyo también encontramos un lado de mejillón (Aulacomya ater), un

fragmento de espondylus (Spondylus spp.) y un colgante decorativo de

esquisto verde.

Figura 5. Ejemplos de tiestos sobre-coccionados.

Figura 6. “Plato de ollero” con base con ranuras para formar la base de una

vasija.

.

INVESTIGACIONES EN LOS ANDES SUD-CENTRALES

124

Figura 7. Molde para formar cuello de 17 cm de diámetro.

Figura 8. Piedras para pulir y alisar (n=28) encontrados en el lado norte.

Figura 9. Raspadores, alisadores y pulidores fueron hechos de tiestos de

cerámica (n=169).

El lado norte del muro divisorio contiene mayormente restos

asociados con la preparación de vasijas antes de coccionar y restos

asociados con el acabado de vasijas después de coccionar.

Recuperamos una herramienta hecha de cerámica para formar cuellos

ECONOMÍA NOBLE: VIVIENDAS Y OBRAS DE CHEQOQ (MARAS, CUZCO)

125

de ollas y jarras con un diámetro de cuello de 17 cm. (fig. 7). No hay

otros moldes de ningún tipo. También habían piedras de pulir y alisar

(fig. 8), jiwaya para machacar pigmentos (con restos de pigmentos

rojos en un lado de su superficie), tiestos alfareros (fig. 9) y huesos

para raspar.

Considerando los restos del taller, vemos que al menos el

proceso de producción en Cheqoq incluía los siguientes pasos:

formación de la vasija; preparación de las pinturas; alisar y pintar la

vasija; cocción de la vasija; y pulir y acabar la vasija después de la

cocción. Aunque encontramos arcilla cruda, no hemos excavado restos

de un tanque de levigación que podría servir para terminar de preparar

la arcilla de su estado hallado. Como mencionan los documentos

coloniales, los especialistas recibieron sus materias primas – lana para

los tejedores y mineral para los plateros – directo del estado para que

los conviertan en productos finos (Espinoza, 1973:244; Garcilaso,

1966[1609]: libro V, cap. 14). Tal vez las tierras reales del Wayna

Qhapaq funcionaban así, con la panaqa proporcionando la pasta de

cerámica con la receta correcta para producir las vasijas finas.

Por ambos lados del Área U encontramos mucha cerámica. Los

fragmentos diagnósticos en el taller incluyeron 253 kg o 17,031 tiestos.

La mayoría fueron del estilo Cuzco-Inca: 90 % (89 % si excluimos los

no decorados) del ensamblaje (fig. 10). Todos fueron hechos de una

receta clásica de ese tipo de cerámica: una arcilla anaranjada o color

salmón, con cuerpo limpio e inclusiones no plásticas de mica, basalto-

andesita y rocas graníticas (D’Altroy y Bishop, 1990; Ixer y Lunt,

1991). La proporción de tiestos con evidencias de ser sobre-

coccionados es 4 % (n=623). Seguramente más porcentaje del material

alfarero encontrado en el taller resultó de errores de producción, pero

no todos tienen los errores visibles como estos ejemplos obvios por

estar sujetos al fuego alto y/o largo.

Figura

10. Tipos de tiestos en el taller versus las viviendas.

INVESTIGACIONES EN LOS ANDES SUD-CENTRALES

126

En síntesis de la distribución y morfología de vasijas

Inca imperial en todo el imperio, Bray descubrió que las jarras con

boca angosta (frecuentemente llamadas aríbalos [Bonavia, 2008])

constituían la mitad del ensamblaje Inca, pero con solo 40 % del

ensamblaje en la área nuclear (2004). En total, las jarras con boca

angosta forman 59 % de Cheqoq, con 68 % (n=702) en el taller y solo

40 % (n=176) en las viviendas. El porcentaje en las viviendas es

semejante a lo normal según Bray, pero es una proporción alta en el

taller.4 Bray propone que el porcentaje alto de esas jarras se debe a la

importancia del servicio de chicha en las provincias para poder

expandir y consolidar el Tawantinsuyu. Esas jarras también son útiles

para almacenar productos en depósitos y para preparar chicha,

dependiendo del contexto y el tamaño de la vasija (Miller, 1987-1989;

Morris y Thompson, 1985). En Cheqoq, encontramos más porcentaje

de jarras en el taller que en las viviendas, indicando que el destino de

las vasijas producidas no fue Cheqoq mismo, sino las vasijas tenían

otro propósito (cuadro 1). Viendo que no recuperamos ninguna jarra

con boca angosta en el depósito excavado en Cheqoq y los proyectos

del Qhapaq Ñan también excavaron pocas en relación a otras

morfologías (Guevara, 2004). Se evidencia que las jarras producidas en

Cheqoq no tuvieron el propósito de ser utilizadas allí mismo. Al

contrario, las jarras fueron enviadas al valle donde Wayna Qhapaq

festejaba con la nobleza en su palacio del Quispiwanka, sirviendo

chicha. Examinando la distribución de los tiestos en las viviendas en

comparación con el taller, se nota que el ensamblaje varía, y solo

algunos productos llegaron a las viviendas.5 La mayoría de las

cerámicas decoradas en el estilo imperial tuvo el papel de servir a las

élites en Yucay en su vida ceremonial y política.

Jarras Ollas Platos/Cuencos Tazas Total

Viviendas 176 67 177 18 438

Depositos 7 4 12 4 1

Taller 702 80 262 8 1052

Total 878 134 440 26 1491 Cuadro 1. Cantidades de tipos de vasijas por contexto, incluyendo nuestras

excavaciones y las de Guevara (2004). Las diferencias entre las cantidades

son significativos (χ2=116.445, df=6, p=0.00).

Considerando la ubicación del taller – con acceso restringido en

un sitio de obreros bajo el control de la nobleza – y la organización de

producción y distribución, concluimos que la producción alfarera en

Cheqoq es especializada (sensu Costin, 1991, 2001a) y adjuntada

ECONOMÍA NOBLE: VIVIENDAS Y OBRAS DE CHEQOQ (MARAS, CUZCO)

127

(sensu Brumfiel y Earle, 1987) a la panaqa que sirve como

patrocinador a los de Cheqoq. No todos los de Cheqoq trabajaban en

este taller; hay evidencias de otros tipos de producción en el sitio,

como administración de los depósitos, pastoreo de camélidos y cuidado

de chacras. Sin embargo, los que trabajaban en alfarería de estilo

imperial, lo hicieron en una manera estandarizada, con alto habilidad,

probablemente después de un proceso de aprendizaje. Los olleros

habrían sido de la clase de especialista descrita en las fuentes

coloniales como sañukamayuq (ej., González Holguín, 1989[1608]:

324).

Tipo de restos Lado norte

(formación y preparacion)

Lado sur

(cocción y basural)

Materia prima

Pigmento rojo; jiwaya y hematita con

evidencias de moler pigmento; morteros pequenos para preparar

pigmento

Arcilla junto a un muro

Herramientas de formación

Rasquetas, alisadores y pulidores de hueso, piedra y tiesto de ceramica;

herramienta para formar cuellos de

jarra

Plato de ollero para formar

bases

Restos de formación Pedazos de rollos de arcilla

Herramientas de cocción

Piedras alineando un hoyo

para coccion; combustibles

locales

Restos de cocción

Menor concentracion de arcilla

vitrificada al lado del muro este; ceramicas sobre coccionadas

Ceniza; arcilla quemada y

vitrificada; tiestos de ceramicas sobre coccionadas

Instalaciones de producción

Horno (área de coccion); patio

empedrado (posiblemente

para secar vasijas antes de coccionar)

Cuadro 2. Evidencias de producción en el taller.

En el taller también aparecen evidencias de una vida ritual en el

proceso de producción que complementa estos nuevos datos sobre la

tecnología de la producción de cerámica en el estilo imperial: las

cerámicas fueron formadas mayormente a mano (pero a veces con un

molde para perfeccionar el cuello y boca; coccionaban las cerámicas en

hoyos no muy profundos, con combustibles locales; y acabaron los

INVESTIGACIONES EN LOS ANDES SUD-CENTRALES

128

objetos con una variedad de herramientas formales e informales de

hueso, cerámica y piedra (cuadro 2).

Excavaciones de las viviendas

Ahora que entendemos cómo producían la cerámica del estilo

imperial, pretendemos ver cómo vivían los productores y sus vecinos.

En otras sociedades complejas, como los Maras, los productores de

bienes finos y restringidos tuvieron estatus elevado por su

participación en la producción (Inomata, 2001; Kovacevich, 2006).

Mientras no sea posible, todavía determinar cuáles viviendas

pertenecen a los sañukamayuqkuna, se puede caracterizar la economía

doméstica de los habitantes para esclarecer el efecto de las políticas de

la nobleza y su campaña de re-asentar las poblaciones provinciales.

Como se ha visto por las evidencias etnohistóricas, la

población de Cheqoq tenía un carácter multi-étnica, con gente de

varias provincias. Llegaron en la región del Cuzco con una gama de

costumbres, especialmente en términos de sus vidas privadas. El

estudio de contextos domésticos es la mejor manera de determinar la

etnicidad antropológicamente. Mientras no pretendemos hacer eso

todavía, hay algunas diferencias y semejanzas entre viviendas que

tienen implicaciones para el estatus y la identidad: la organización del

espacio doméstico y el uso de objetos suntuarios como cerámica fina,

metal, concha marina y otros productos exóticos y suntuarios. Hay una

correlación fuerte entre las posesiones en viviendas y el estatus relativo

en sociedades complejas como los Incas (Smith, 1987). En particular,

los análisis de cerámicas utilizadas para servir en contextos públicos

(platos, cuencos y keros) es útil para ver el estatus (1987:312).

Además, la exposición de riqueza es una manera de ganar control

político; así posiblemente se puede identificar la diferencia entre

obreros y administradores o kurakas en Cheqoq.

En esta sección, presentamos los resultados de las excavaciones

en seis terrazas domésticas. Consideramos que una terraza es igual a un

grupo no definido o una familia. Aunque hay más que una estructura

en cada terraza, agrupamos las estructuras por terraza para separar el

sector doméstico a sus elementos básicos económicos.6 En otras

palabras, aunque no sabemos cuántas personas vivían en cada terraza

ni cómo se relacionaban, usamos la presunción de que son de una

unidad doméstica y entonces una unidad económica. Solo incluimos

seis terrazas domésticas donde excavamos un espacio horizontal

significativo, entre 16 m2 y 41 m2 en cada caso (área total excavada en

las viviendas = 152 m2).

ECONOMÍA NOBLE: VIVIENDAS Y OBRAS DE CHEQOQ (MARAS, CUZCO)

129

Hay diferencias en la organización de espacio en las terrazas,

pero ningún andén fue excavado completamente y la mayoría de los

rasgos arquitectónicos son subterráneos. Todos menos uno tuvieron

estructuras cuadrangulares. Área H es una anomalía, con una casa

semi-redonda hecha de piedras canteadas y semi-canteadas (fig. 11).

En esa área también encontramos un patio con evidencias de una

cocina y un entierro de una mujer flexionada justo en el piso del patio

(fig. 12). Aunque la casa redonda estaba llena de cerámicas Cuzco-

Incas, el entierro solo fue acompañado por un solo cuenco de estilo

decorado no Inca. Las demás viviendas fueron compuestas al menos de

una estructura rectangular de muros de doble cara de piedras semi-

canteadas. Área Q claramente estaba organizada en una configuración

de “grupo de patio” en que hay cuatro estructuras rectangulares

situadas cara a cara con un patio común en el medio. Las excavaciones

en las otras áreas fueron bastante limitadas horizontalmente para hacer

incertidumbre sobre la organización general de cada terraza. Por eso,

parece que Área H, con su organización de espacio, entierro

indudablemente no Inca y su ubicación en el límite sur del sitio, es una

vivienda con identidad “no Inca.” Sin embargo, los restos de bienes

suntuarios no indican la misma relación clara ni una relación entre no

Inca y no élite.

El uso de ciertos tipos de objetos fue restringido bajo los Incas

(Murra, 1962), con el imperio usando la distribución de objetos de

metal, textil, cerámica y otros como herramientas de poder económico,

político y social (Costin y Earle, 1989; De Marrais et al. 1996).

Mientras excavaciones en algunos sitios Incas revelan objetos de oro y

plata (ej., Reinhard, 1985; Salazar y Burger, 2004), Cheqoq solo

presenta objetos suntuarios de un nivel intermedio, o sea no hay

materiales preciosos con pocas excepciones.

INVESTIGACIONES EN LOS ANDES SUD-CENTRALES

130

Figura 11. Casa semi-redonda de área H.

Los metales de Cheqoq incluyen mayormente fragmentos y

unos objetos rotos, todos de cobre, bronce o plomo. Solo encontramos

diez piezas de objetos en las viviendas, incluyendo dos tupus, cinco

fragmentos desconocidos, dos objetos no identificados y un pedazo de

escoria. Esta escasez de material metalúrgico parece ser normal: en

Cusichaca Kendall solo se encontró 38 objetos durante nueve

temporadas de excavación, todos de bronce (1994). En Cheqoq, área G

no cedió ningún objeto de metal, mientras áreas H y N tuvieron tupus

de cobre o bronce. Las otras terrazas tuvieron al menos un objeto o

fragmento, todos parecen ser de cosas utilitarias. Solo los tupus de H y

N serán para exponer identidad o estatus, pero uno tiene solo un disco

sencillo y el lado decorativo del otro es perdido.

ECONOMÍA NOBLE: VIVIENDAS Y OBRAS DE CHEQOQ (MARAS, CUZCO)

131

Figura 12. Entierro en el patio de área H con un fragmento de un cuenco de

estilo desconocido.

Los restos de concha marina no tuvieron evidencias de

tallar. A su vez, parece que las conchas marinas mismas sirvieron

como objetos de poder y estatus como vinieron desde muy lejos y de

otra zona ecológica. Todas las especies identificadas son nativas a las

costas entre Ecuador y Chile (Zuñiga, 2002). Encontramos 15

artefactos de concha marina en los contextos domésticos, incluyendo

diez fragmentos pequeños de espondylus en una ofrenda debajo del

piso de área Q y un fragmento en el piso de área G. Las otras conchas

salieron de las excavaciones en área H (n=2) y área M (n=2). Área H

cedió un fragmento quemado de Semimytilus algosus (mejillón) que

pareció ser para comida por la condición quemada, tamaño grande y

ubicación en una cocina sospechada. Dentro del entierro de área H

también había un fragmento de una concha marina no identificada. El

área M reveló dos lados de un Gari solida (almeja). La presencia de

espondylus es especialmente notable, como las fuentes históricas y las

investigaciones arqueológicas han mostrado la significancia del

espondylus en usos rituales, y la exposición de estatus con vínculos a

fertilidad, agua y la feminidad (Acosta, 1962[1590]:247; Blower;

2001, Murúa, 1986[ca. 1590]:422). Estos objetos son relativamente

cotidianos en comparación con los hallazgos de conchas marinas en

otros contextos Incas.

El hallazgo de varios fragmentos pequeños de

espondylus en una ofrenda debajo del piso en el área Q fue

acompañado con restos macro-botánicos carbonizados de semilla de

INVESTIGACIONES EN LOS ANDES SUD-CENTRALES

132

coca, quinua o kiwicha, maíz y Fabaceae (posiblemente frejol)

(Bertone, 2011). También habían huesitos quemados, fragmentos de

cuarzo y una jarra con boca angosta entera con un largo de 33 cm sin

decoración. Llena de tierra quemada, la ofrenda parece a los mismos

tipos de ofrendas descritas en las fuentes coloniales (Betanzos,

1996[1557]: parte 1, cap. XI) y encontradas en casas en otras partes del

Cuzco (Kendall, 1994:47). Sin embargo, mientras esta ofrenda fue

enterrada justo a metros de un taller de cerámica policroma Inca, la

jarra incluida tenía un acabado incompleto, sin pintura y fue fabricada

informalmente (fig. 13). Sus asas fueron chuecas y sus detalles fueron

añadidos después de que se secó el cuerpo de la vasija. El tamaño de la

vasija es de la clase de jarra para servir chicha (Miller, 1987-89);

entonces, mientras tenía esa significancia en la ofrenda, no es una

vasija élite. La ausencia de decoración por la superficie de este objeto

es más pronunciado por el hecho de que el área Q y sus vecinos tenían

bastante cantidad de cerámica policroma Inca.

Aparte de los objetos especiales de metal y concha,

encontramos una sola cuenta de turquesa en el área R, en el piso de una

estructura pequeña. Como no hay evidencias de producción lapidaria

en Cheqoq, el objeto completo probablemente llegó a Cheqoq desde

las provincias del norte de Chile, donde ocurre la turquesa (y el cobre)

naturalmente. El colgante de esquisto ofrecido al hoyo del taller son los

únicos objetos lapidarios para adorno personal. Con los dos tupus, la

escasez de este tipo de artefacto en Cheqoq es evidente.

Figura 13. Jarra con boca angosta no decorada, encontrada en la ofrenda de

área Q.

ECONOMÍA NOBLE: VIVIENDAS Y OBRAS DE CHEQOQ (MARAS, CUZCO)

133

El último tipo de objeto suntuario en las viviendas para

resumir es la cerámica. Como mencionado previamente, vasijas para

servir comida y bebida son particularmente útiles para asesorar estatus

y riqueza de una vivienda entera (Smith, 1987) y la cerámica en

general es representativa según varios estudios (ej., Arnold, 1984;

Bowser, 2000; Janusek, 1999). La comparación de cantidades de

Cuzco-Inca versus no Inca y la comparación de vasijas para servir y

vasijas para preparar comida son dos maneras de cuantificarlo. La

presencia de más cerámicas de estilo Cuzco-Inca indica un estatus

elevado, pero tenemos el problema del origen cercano del material.

Como los residentes seguramente tenían acceso a las cerámicas del

taller, hay que determinar si es una cantidad significativa que indicaría

que lo recibían no por su rol, estatus o título, sino por su proximidad al

locus de producción. Solo 1.4 % de los tiestos Cuzco-Inca tienen

evidencias de ser sobre-coccionados en las viviendas, mientras el 4 %

del ensamblaje del taller, es definitivamente sobre-coccionado.

Entonces la adquisición ilícita no puede explicar toda la presencia de

las cerámicas élites en viviendas comunes. La nobleza les habrá dado

una cantidad de esas vasijas a cambio de su participación en el

proyecto económico de las tierras reales.

Basado en las otras evidencias, los residentes de

Cheqoq no tuvieron simplemente la identidad de “Cuzco-Inca,” como

no encontramos otros materiales tradicionalmente asociados con la

vida Inca de la capital. Sin embargo, la proporción de cerámica Inca es

más alta en Cheqoq que en viviendas provinciales de la clase media

(D’Altroy, 2001; De Marrais et al. 1996). En las excavaciones de

viviendas en Xauxa, determinaron que los élites tuvieron tres veces

más cerámica Inca que sus vecinos comunes (Costin, 2001b:236-37),

significando que es una buena medida de estatus relativo.

Figura 14. Ejemplos de tiestos estilo Cuzco-Inca.

INVESTIGACIONES EN LOS ANDES SUD-CENTRALES

134

En comparación de las frecuencias de la cerámica Inca

con la cerámica decorada no Inca, se ve que hay diferencias

estadísticamente significativas entre las viviendas (χ2=353.769, df=10,

p=0.00), con algunos formando un grupo hecho de más material no

Inca (G, H, M, R) y otro grupo con más material Inca (N, Q) (cuadro

2). Vemos diferencias entre las áreas con más material utilitario o

Cuzco-Inca decorado también (χ2=503.551, df=10, p=0.00); en este

caso las áreas con más cerámica utilitaria son las mismas que tienen

más cerámica decorada no Inca. Los andenes con más material alfarero

Cuzco-Inca, estadísticamente son de las áreas N y Q. Considerando la

totalidad de su ensamblaje de artefactos, el área Q parece ser la

habitación de un administrador. Hay un punto más que apoye ese idea:

el área Q tiene más cantidad de vasijas de servir en comparación con

vasijas de preparar que las demás áreas (Quave, 2012: cap. 7). El área

N tiene el mismo carácter, pero en el área N excavamos más porcentaje

de espacio exterior o patio en relación a la excavación de espacio

interior que en los demás áreas. El área Q en general y el patio del área

N fueron sitios de más consumo público y más uso de cerámicas

Cuzco-Incas.

Aparte de los problemas del muestreo de espacios

interiores versus exteriores, los datos también sufren de una diferencia

entre la extensión del espacio horizontal excavado. Con temporadas

futuras de excavación podemos empezar a enfrentar este desafío,

adicionalmente añadiendo datos de más andenes domésticos una vez

que estén excavados en extensión. Por ahora, vemos que hay

diferencias entre las casas en términos de las manifestaciones

materiales del estatus (ej., adornos de metal y lapidaria; conchas

exóticas; cerámica Cuzco-Inca; vasijas para servir en público) y la

identidad (ej., cerámica no Inca; materiales en entierros y ofrendas). Al

menos empezamos a ver las dinámicas entre las casas en Cheqoq,

vemos que recibían algunos materiales como resultado de su relación

con la panaqa de Wayna Qhapaq (cuadro 3).

ECONOMÍA NOBLE: VIVIENDAS Y OBRAS DE CHEQOQ (MARAS, CUZCO)

135

Area Total

G 48 28.9% 94 56.6% 24 14.5% 166

H 81 6.3% 992 77.1% 214 16.6% 1287

M 28 4.0% 502 72.1% 166 23.9% 696

N 10 1.3% 703 93.5% 39 5.2% 752

Q 127 9.9% 1070 83.7% 81 6.3% 1278

R 12 7.7% 107 69.0% 36 23.2% 155

Total 318 3468 560 4346

no inca decorado

Cuzco-inca

decorado

inca-relacionado

decorado

Cuadro 2. Frecuencias de tipos de cerámicas por vivienda.

Cuadro 3. Resumen de los hallazgos discutidos por vivienda.

La vida del obrero y administrador en las tierras reales

Cuadro 3 demuestra que la determinación de élite versus no

élite en las instalaciones como Cheqoq no es fácil. En las provincias,

hay más diferencias de la forma de la vivienda y sus contenidos para

estudiar sistemáticamente y comparativamente, pero también tienen

muestras más extensivas (ej., D’Altroy y Hastorf, 2001). Sin embargo,

el contexto político, social y económico especial de las tierras reales

hace que las viviendas tienen marcas no claras de su estatus y

etnicidad. Primero, identidad étnica es difícil de determinar, porque los

Incas trataron de incorporar a los yanakuna a su cultura para consolidar

INVESTIGACIONES EN LOS ANDES SUD-CENTRALES

136

su participación (Rowe, 1982). Segundo, el estatus no es totalmente

claro porque fue comunicado a través de una variedad de medios

materiales. El área Q parece tener un carácter de más élite que las otras

viviendas, pero es difícil diferenciar entre los demás porque tienen

señales de estatus distintos entre ellos.

Combinando los datos sobre el consumo y la producción (del

almacenaje de cultivos en los depósitos y de la producción de cerámica

Cuzco-Inca) nos permite ver la vida de los obreros de las tierras reales.

Vemos las diferencias y semejanzas entre lo producido y lo

consumido. Aunque algunas casas deben ser de olleros, mientras otros

deben ser de administradores de depósitos, todavía no tenemos la

capacidad de determinar el tipo de trabajo de cada vivienda ni de cada

individuo.

La reconstrucción de producción contextualizada con

distribución de bienes es una manera de entender la organización de la

economía de Cuzco durante el desarrollo del proyecto imperial. En ese

proyecto, el Estado y la nobleza se dedicaban al desarrollo de los

recursos en la región del Cuzco para avanzar sus intereses políticos y

económicos. Con la continuación de las investigaciones en Cheqoq y el

establecimiento de excavaciones horizontales en otras partes de la

región, podemos esclarecer la problemática clave: si las tierras reales y

sus bienes estaban integrados con los recursos estatales y si las

panaqas le quitaban los recursos del Tawantinsuyu a través de su

búsqueda para riquezas (Conrad y Demarest, 1984). Sabemos que las

panaqas producían cerámicas para su uso y no tenían que conseguirlas

necesariamente de los talleres de la ciudad del Cuzco, pero no sabemos

si las panaqas intercambiaban el material entre ellos o si los productos

cruzaban las esferas económicas entre el privado (las tierras reales) y el

público (el estado). Una implicación importante de este estudio es la

determinación de la relación entre lo privado y lo estatal. Si las tierras

reales funcionaban como centros administrativos solo con el nombre

de la panaqa, veremos el compartimiento de materias primas y

productos entre las dos instituciones. Así desarrollamos modelos y

teorías para explicar el proceso de crecimiento y consolidación del

Tawantinsuyu, incluyendo las actividades de la nobleza y sus intereses

y los efectos del faccionalismo o sectarismo (sensu Brumfiel y Fox,

1994).

Agradecimientos

Agradecemos a las instituciones que nos apoyaron en

los proyectos en Cheqoq: National Science Foundation de los EEUU,

National Geographic Society, la Comisión Fulbright de los EEUU y

ECONOMÍA NOBLE: VIVIENDAS Y OBRAS DE CHEQOQ (MARAS, CUZCO)

137

del Perú, la Municipalidad de Maras, Southern Methodist University y

la Universidad Nacional de San Antonio Abad del Cuzco. Gracias al

Instituto Nacional de Cultura y Ministerio de Cultura en Cuzco por el

permiso de realizar las investigaciones. Muchas personas nos ayudaron

en el campo y gabinete, para ellos nuestros agradecimientos,

especialmente a los asistentes y voluntarios y los obreros de la

comunidad. Gracias a los organizadores del volumen por invitarnos a

compartir nuestros resultados.

Notas

1. Gracias a Donato Amado y Alan Covey por alcanzar la

transcripción de este documento.

2. A veces fueron llamados “advenedizos” (Villanueva, 1970) y los

cronistas insisten que no fueron esclavos (Betanzos,

1996[1557]:104).

3. Hay muchas evidencias que la misma política afectó a las

poblaciones en la región de Andahuaylas, en comunidades como

Ocobamba y Ongoy con sus ayllus extranjeros (véase Bauer et al.

2010).

4. Los datos de Bray y de Cheqoq sobre estas vasijas solo incluyen

las jarras del estilo Cuzco-Inca.

5. La presencia de tiestos sobre coccionados (1.4 % de los tiestos

estilo Cuzco-Inca) en las viviendas indica que algunas vasijas del

estilo imperial llegaron allí porque los olleros llevaron sus vasijas

erróneas a sus casas en vez de tirarlas.

6. Un desafío en la investigación de Cheqoq fue que hay muy poca

arquitectura existente en la superficie. Todas las excavaciones del

sector doméstico (y también del taller alfarero) fueron hechas en

chacras sin arquitectura superficial. Hicimos trincheras para

ubicar muros y otros rasgos y seguimos las excavaciones así.

Entonces no sabemos precisamente cuántos ni qué tipos de

estructuras hay en cada terraza.

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ANTROPOLOGÍA REGIONAL

INVESTIGACIONES EN LOS ANDES SUD-CENTRALES

146

LA APROPIACIÓN EVANGÉLICA EN LA SIERRA SUD-

CENTRAL

Sarah Bechdel*8

Introducción

Tan pronto como llegué a Perú en el año 2009, me di cuenta de

un gran número de entidades religiosas evangélicas. Las iglesias

evangélicas se han extendido rápidamente a través de América Latina

en las últimas décadas: Guatemala, Brasil y Chile destacan por tener

las poblaciones evangélicas más prevalentes1. Sin embargo, las

estadísticas históricas precisas que documentan los cambios sociales en

el Perú son escasas. En 1985, los evangélicos peruanos supuestamente

representaban aproximadamente el 4,5 % de la población. En 1991,

entre el cinco y el quince por ciento de la población peruana se había

convertido en una forma de protestantismo2. En el 2007, el censo

nacional de Perú documentó afiliaciones religiosas, por primera vez, y

las estadísticas oficiales de este año indican que los evangélicos

representan el 12,5% de la población3. A pesar de la falta de datos

estadísticos completos, está claro que la evangelización del Perú se ha

incrementado dramáticamente en los últimos veinte años y que el Perú

tiene ahora una población evangélica comparable a los demás países

latinoamericanos, en los que la evangelización está particularmente

extendida. Las razones son variadas, pero en Apurímac, un factor

importante ha sido la migración interna. Los movimientos evangélicos

han servido para eludir los efectos del trauma social provocado por

Sendero Luminoso y remplazar las funciones institucionales del Estado

peruano debilitado4.

Inspirado en la teoría de la construcción social, tengo la

intención de abordar cómo se construye la identidad evangélica en este

distrito centro-sur del Perú. Mediante el análisis de los discursos

utilizados por los líderes evangélicos y las personas, espero aclarar

cómo las religiones evangélicas se reinterpretan para atraer a, e

integrarse en, un contexto regional específico. Al analizar el

significado del cristianismo evangélico en el valle del Chumbao -

Andahuaylas, espero poder contribuir a la aclaración de este

movimiento emergente en el Perú y la forma en que se concreta en un

contexto local.

La investigación en el Valle del Chumbao

* Bryn Mawr College, Pennsylvania, EEUU

LA APROPIACIÓN EVANGÉLICA EN LA SIERRA SUD-CENTRAL

147

En la provincia de Andahuaylas, la población está compuesta

fundamentalmente de hablantes bilingües quechua-español, que

reciben la mayor parte de sus ingresos de la producción agrícola5.

Además de ser conocida por la agricultura, la provincia también es

conocida a nivel nacional por ser la cuna de la Confederación Chanka,

una sociedad que se opuso a la difusión del poder Inca durante sus

primeras etapas de la conquista en la segunda mitad del siglo XIII6.

Después de su derrota a manos de los incas, los Chanka se

incorporaron en el Estado Inca en aumento. Los residentes de

Andahuaylas hoy en día continúan considerando que su patrimonio

Chanka es un aspecto importante de su identidad.

Los distritos del Valle del Chumbao son Talavera, Andahuaylas

y San Jerónimo. El distrito de Andahuaylas tiene una población

aproximada de unos 32.422, mientras que los distritos de Talavera y

San Jerónimo tienen una población de aproximadamente 16.000 y

13.000, respectivamente7. En aras de la simplicidad, utilizo el término

"Valle de Chumbao" para referirme a estas tres ciudades.

Durante mi estancia en el valle, en el plazo de dos meses, he

observado que los evangélicos tenían una presencia importante dentro

de la comunidad. Ubiqué catorce denominaciones evangélicas

independientes dentro de los límites de la ciudad. Las denominaciones

evangélicas también tienen el control de varias estaciones de radio

locales y al menos un canal de televisión. La investigación llevada a

cabo en Andahuaylas sirve así como un estudio concreto de un pueblo

en el que la evangelización es una fuerza notable y como un intento de

contribuir a una comprensión más general de la identidad y de la

evangelización en el Perú en su conjunto.

Mi curiosidad por el cristianismo evangélico me llevó a realizar

un mes de investigación durante mi estancia en el Valle de Chumbao.

Trabajé con dos iglesias evangélicas de este lugar: la Iglesia

Evangélica Peruana (IEP) y el Movimiento Misionero Mundial

(MMM). En total, entrevisté a 14 personas y he participado en los

cultos 15 veces durante el mes de julio de 2009. Tuve la oportunidad

de aprender de primera mano acerca de los cultos evangélicos y sobre

todo, de las enormes diferencias ideológicas y sociales entre las

instituciones evangélicas que se expresan en la estructura de estos

servicios de adoración.

A lo largo de este ensayo, voy a abordar varias cuestiones

generales: en primer lugar, ¿cómo los liderazgos de la IEP y el MMM

interpretan y contextualizan el cristianismo evangélico? ¿Los líderes

comparten entendimientos, o existen tensiones y desacuerdos? Por

INVESTIGACIONES EN LOS ANDES SUD-CENTRALES

148

último, ¿qué discursos nos hablan de cómo los evangélicos en

Andahuaylas negocian su identidad religiosa, existen tensiones entre lo

local y lo global, lo andahuaylino y el cristiano evangélico?

La Iglesia Evangélica Peruana [IEP]

La Iglesia Evangélica Peruana (IEP) generalmente se entiende

como a la primera denominación evangélica fundada en el Perú, así

como la primera denominación de dar la bienvenida a los fieles

peruanos. Fue John Ritchie, un misionero presbiteriano escocés, que

trajo ideas y creencias protestantes a la mayoría de la población

peruana.

En la década de 1920, los misioneros asociados con la IEP

comenzaron a difundirse a partir de bases misioneras bien establecidas

en las regiones más rurales y aisladas del Perú, con la intención de

establecer contactos más fuertes, entre las poblaciones rurales quechua

hablantes alejadas de los centros urbanos8. Los misioneros extranjeros

relacionados con la IEP fueron los primeros evangélicos en llegar en el

valle de Chumbao. Todos mis informantes citaron dos enfermeras

británicas, Ethel Finn y Dorothy Michell, como las primeras

evangélicas llegadas, que se establecieron en Talavera en 1936. En la

década de 1970, la IEP fue la única denominación evangélica en la

región; pentecostales, adventistas del séptimo día, bautistas, mormones

y otras denominaciones han proliferado en los años posteriores. A

mediados de la década de 1980, aproximadamente la mitad de la

población del valle de Apurímac era evangélica9.

Hay una congregación de la IEP presente en cada una de las

tres ciudades del valle del Chumbao. La congregación de Andahuaylas

es la más grande, con más de 200 miembros de la congregación que

asisten regularmente. La congregación de San Jerónimo, donde llevé a

cabo mi trabajo de campo, es la más pequeña, aunque hay

aproximadamente 50 miembros bautizados de la iglesia, decenas más

están afiliadas a la iglesia y asisten regularmente. La IEP es parecida a

las iglesias presbiterianas europeas; sus iglesias locales se organizan en

presbiterios, los cuales se agrupan en los sínodos. Las iglesias son

parte de la Central de Apurímac - sínodo del Sur.

Interculturación en el IEP: iglesia como ayllu

La IEP es una iglesia fundada por misioneros europeos y está

estructurada al igual que las iglesias presbiterianas tradicionales. Sin

embargo, la IEP constantemente busca consolidarse como una

LA APROPIACIÓN EVANGÉLICA EN LA SIERRA SUD-CENTRAL

149

organización peruana, de los peruanos y para los peruanos. Afirma que

su teología habla de la realidad y las necesidades del Perú.

El concepto de "inculturación", puede arrojar luz sobre la forma

en que la IEP se integra en las comunidades peruanas generalizadas.

Misiones católicas y protestantes han utilizado durante siglos la idea de

la inculturación en su trabajo con las poblaciones indígenas en todo el

mundo. La inculturación se puede entender como una especie de

diálogo permanente que existe entre la doctrina religiosa y las culturas

recién expuestas a ella10. En teoría, con el tiempo, las doctrinas

religiosas se convierten poco a poco y se integran en la comunidad y

son aceptadas como parte de la cultura, al mismo tiempo, la cultura

afecta y moldea las doctrinas religiosas a las necesidades locales

específicas.

Mis observaciones de la iglesia IEP me llevaron a creer que la

inculturación no es algo que ocurre de manera natural. Por el contrario,

sostengo que ambos misioneros extranjeros y los laicos locales

activamente re-imaginan la teología bíblica y las tradiciones

protestantes europeas, crean un lugar para ellos en San Jerónimo.

La vida de la comunidad andina, organizada en torno al

concepto del ayllu, era un bloque de partida ideal para la fundación de

la inculturación evangélica11. Ayllu puede definirse a grandes rasgos

como la palabra quechua de los grupos familiares que forman la unidad

social básica en los andes antes de la conquista española. El término

ahora se utiliza para referirse a las comunidades alto andinas que son

autónomos y predominantemente agrícolas. Cada comunidad ayllu12,

lleva el nombre de la montaña en la que se encuentra, que se considera

tanto la deidad (apu) y un elemento ancestral del ayllu. Los ayllus no

solo están imbuidos de gran importancia religiosa y familiar, con

frecuencia se especializan económicamente en el comercio de

productos agrícolas, otros bienes y servicios entre los ayllus que viven

juntos13.

La importancia social del ayllu podría utilizarse, por ello los

misioneros cristianos se dieron cuenta, mediante la representación de

las iglesias cristianas en las comunidades del ayllu, por lo tanto, les

dota de un significado andino comprensible. Tanto los dirigentes

nacionales de la IEP y mis informantes en la iglesia de San Jerónimo

en el discurso utilizan para construir un diálogo entre el ayllu andino y

la iglesia cristiana. Minaya describe la relación que la IEP tiene con el

sistema del ayllu:

INVESTIGACIONES EN LOS ANDES SUD-CENTRALES

150

<<Tenemos más de 1500 congregaciones en una sola

región andina. Nuestras congregaciones son pequeñas porque

respetamos la idea tradicional del ayllu y la comunidad

andina. El ayllu es como una familia, aunque puede tener

treinta o cuarenta miembros. Nuestras iglesias no se basan en

el concepto de los números, donde el individuo se pierde. En

nuestras congregaciones, todas las personas se conocen entre

sí. Ellos comparten muchas cosas en común. El concepto de

comunidad está ausente en la Iglesia Católica14.>>

De acuerdo a Minaya, la selección de sus palabras sirve para

polarizar la IEP de otras denominaciones religiosas peruanas. Implica

que otras iglesias son ignorantes, sin el sentido de comunidad,

especialmente para la Iglesia Católica, en el que la comunidad se

considera totalmente inexistente. Minaya está sugiriendo al mismo

tiempo que, si bien la IEP entra a comunidades peruanas como un

extraño, su intención no es cambiar a la comunidad, sino para trabajar

dentro de la estructura comunitaria preexistente. Según Minaya, la

presencia de una nueva religión es en realidad mantener y preservar los

valores tradicionales en lugar sin destruirlos.

Martha, una mujer de 50 años asiste a la congregación de San

Jerónimo, desde hace más de 20 años. También es profesora de escuela

en San Jerónimo. Su explicación de la preferencia por la congregación

más pequeña en San Jerónimo se refiere a los temas expresados por

Minaya. Cuando la familia de Martha comenzó a asistir a la iglesia de

San Jerónimo, la congregación consistía de 7 u 8 familias, un tamaño

que refleja fielmente el tamaño de una comunidad andina ayllu. Los

hijos de Martha han crecido con estos hermanos; “Se sienten como los

familiares de ellos, tíos, tías, primos; se siente como una familia” 15.

Hay un gran número de cercanía familiar en la iglesia de San

Jerónimo.

Dado que la población de la iglesia de San Jerónimo está en

expansión, su liderazgo ha decidido construir un nuevo edificio que

será más grande y mejor equipado. A partir del verano de 2009, ya se

habían sentado las bases de la nueva iglesia. La mayor parte de la

construcción se realiza por el trabajo voluntario de los hermanos, que

otorgan su tiempo, trabajo y dinero. Esta es la base del sistema

tradicional andino minka. Martha explica que este es el sentido de

comunidad y trabajo comunitario que motiva a los miembros de la

iglesia para ayudar a construir la nueva iglesia. “Se trata de una

pequeña iglesia, pero todo el mundo viene, la mayoría, sin embargo,

como una mujer de edad que asiste y dice: Yo cocino, ayudo. Otras

LA APROPIACIÓN EVANGÉLICA EN LA SIERRA SUD-CENTRAL

151

familias van y traer algo con ellas. “Aporto un poco de agua, [dicen]

aporto un poco de soda, 'no? Hay esta cooperación16, y estamos

motivados por lo mismo." Martha evoca la imagen de una comunidad

que da lo que puede, poco a poco, hasta que se complete el trabajo.

Una vez más, los miembros de la iglesia son los actores en lugar de

participantes pasivos.

Por otro lado, la comunidad de la iglesia no siempre contribuye

voluntariamente como Martha quien describe. Durante cada servicio

al que asistí, los pastores o pastoras hablaron largo y tendido sobre los

progresos realizados en el nuevo edificio de la iglesia, pero criticó la

falta de participación comunitaria. De acuerdo a los pastores, en un día

cualquiera, al menos 12 hermanos se ofrecieron. Durante el servicio de

oración de una liga femenina, me di cuenta de un desacuerdo entre dos

miembros acerca de si era lo suficiente de la congregación, que

estaban contribuyendo a la construcción.

A pesar de los conflictos que inevitablemente entra en erupción

en cualquier lugar, es importante tener en cuenta el grado en que la

comunidad se dedica a la construcción de la nueva iglesia. La

congregación que construye la iglesia para sí mismo, es una estrategia

para reducir los costos. Sin embargo, la construcción es una actividad

de empoderamiento que permite a cada miembro de la congregación

directamente a contribuir al futuro de su organización. La construcción

de la nueva iglesia de San Jerónimo es, a la vez, un ejemplo de los

valores comunitarios destacados dentro de la organización de la iglesia

y un ejemplo de cómo la IEP de San Jerónimo fomenta la autonomía

del individuo.

Sin embargo, el sentido de pertenencia cultural de los

miembros de la IEP se caracteriza por su linealidad. Por ejemplo,

Martha no se considera quechua hablante, sino que se plantea a sí

misma como de raíces quechuas. Aunque ella fue criada por padres que

hablaban quechua "completamente", se siente separada de su contexto

cultural. Significativamente, se hace hincapié en la educación, la

situación económica y los cambios que se han separado de ella desde

sus orígenes, el quechua, mientras que su estatus como una evangélica

no es un factor en la ecuación. Para Martha, la evangelización no se ha

separado de sus "raíces" tanto como otros cambios socio-económicos

de su país. Ella dice:

“Tengo raíces andinas, sí, porque mis padres son gente de

una aldea, aquí, se llama Chamica, un pueblo, voy a decir,

nacieron en un pueblo de la cultura quechua. Mis padres son

INVESTIGACIONES EN LOS ANDES SUD-CENTRALES

152

completamente quechua hablantes. El hecho de que he

estudiado un poco, he llegado a un buen trabajo, no quiere

decir que puedo olvidarlo. Yo llevo esa cultura en mi sangre, y

estoy orgullosa de ello. Pero yo convivo con esa cultura, y

también mi forma de pensar está ahí, armónicamente, no? No

puedo distinguir, por ejemplo. Porque soy de esa cultura.

Tengo que tratar de convivir con ellos…”17.

Tanto el liderazgo y la gente de la IEP postulan a su iglesia

como fundador en valores localizados. El liderazgo de la IEP utiliza el

discurso para volver a imaginar la estructura de la iglesia presbiteriana

en su origen, como una comunidad extendida de ayllus. Como Martha

observa, no todas las iglesias de la IEP logran este objetivo. El

liderazgo también postula a sí mismo como una política populista y

alineada con las clases más bajas del país, evidenciado tanto por su

liderazgo nacional y política local. Esta estructura de la comunidad

permite a las personas, para ir arriba, de modo que puedan participar en

el mejoramiento de su sociedad (mejora, por supuesto, que se define en

términos cristianos). Sin embargo, los laicos continúan lidiando con

problemas complejos de identidad. Aunque la conversión evangélica

de la IEP ha sido estadísticamente muy exitosa en todo el Perú, un

diálogo permanente continúa dando forma y necesita redefinirlo.

El Movimiento Misionero Mundial [MMM]

La mayoría de los investigadores actuales estudia el

protestantismo en América Latina. Se centra en la nueva fuerza de los

movimientos pentecostales18-19. Está claro que los movimientos

pentecostales son responsables de un gran porcentaje de conversión

protestante, especialmente en Chile, Brasil y varios países de

Centroamérica. El pentecostalismo en el Perú se originó en la década

de 1970, es una tendencia relativamente reciente. Al igual que los

movimientos pentecostales en otros lugares, se caracteriza por la

fragmentación constante, lo que perpetua la formación de nuevos

grupos, previene la mayoría de las denominaciones pentecostales de

influir en la sociedad peruana en una escala nacional20. Por otra parte,

las iglesias pentecostales independientes en Perú tienen la

independencia para crear una teología y una estructura influenciada por

los contextos locales. Sin embargo, a pesar de la teología localizada

evita al mismo tiempo muchas organizaciones pentecostales se

convierta en regional o nacional influyente. En Andahuaylas, seis de

las 25 iglesias protestantes que documenté se identifican como

LA APROPIACIÓN EVANGÉLICA EN LA SIERRA SUD-CENTRAL

153

pentecostales. El más conocido, Movimiento Misionero Mundial

(MMM) es una organización con financiación externa y fue fundada

externamente.

Historia del Movimiento

El MMM cita a Luis M. Ortiz Marrero como su fundador. Un

puertorriqueño nacido en 1919. Ortiz se convirtió en un misionero en

Cuba en 1943, acompañado por su esposa, Rebeca Hernández Colón21.

En 1956, la pareja comenzó a promover un "llamamiento mundial"

para la conversión evangélica y fundó una nueva iglesia, que fue

establecido oficialmente en Puerto Rico en 1963. El MMM, los

misioneros continuaron difundiendo en toda América Latina y algunas

partes de Europa, durante la próxima década, pero no llegaron a Perú

hasta 1982. Con las reivindicaciones el MMM estableció "cientos" de

congregaciones, docenas de estaciones de radio y canales de televisión,

e incluso escuelas primarias administradas por una organización

asociada, como el Colegio Internacional Elim22.

El MMM de Perú llegó a ser bien establecida en Lima antes de

la diversificación en las tierras altas, que llegó a Andahuaylas en algún

momento de la década de 1990, después de muchas otras

denominaciones protestantes que se habían establecido firmemente en

la región. El MMM ha establecido iglesias en cada una de las tres

ciudades en el valle de Chumbao, pero la iglesia principal del MMM

está en el centro de Andahuaylas en un sector comercial, situado entre

una tienda de veterinaria y un restaurante. Este local es

sustancialmente mayor que las demás. Hay 216 escaños en la iglesia, el

cual está lleno casi todas las noches de la semana.

El número exacto de los países en los que el MMM ha

establecido iglesias es un tanto confuso, ya que algunas listas de

fuentes indican hasta 63, mientras que otras listas dan solo 32. La

mayoría de estos países son latinoamericanos, aunque existen

congregaciones en Europa y África23. El MMM es influyente a escala

internacional. Tiene una fuerte presencia en los medios, a través de la

radio oficial y estaciones de televisión, sitios web, blogs, tableros de

mensajes y salas de chat.

La Sana Doctrina

La frase "sana doctrina" se origina en varios versículos de la

Biblia24 y es utilizada por varias denominaciones cristianas para

describir un cristianismo que se adhiere estrictamente, como describe

INVESTIGACIONES EN LOS ANDES SUD-CENTRALES

154

el MMM25: "Las doctrinas fundamentales de las Sagradas Escrituras".

Definición de la Sana Doctrina del MMM incluye, pero no está

limitado a la creencia en un Dios compuesto de tres personas, la

salvación por la fe en Cristo, el bautismo y el renacimiento a través de

Cristo, y la segunda venida de Cristo26.

El pastor Miguel, el líder de la congregación de Andahuaylas,

recibió su formación religiosa en Lima y regresa periódicamente para

su posterior capacitación en simposios y reuniones. Los pastores son

periódicamente cambiados. Cerca del final de mi trabajo de campo, el

pastor Miguel fue retirado de Andahuaylas y sustituido por un nuevo

pastor. Esta estructura fuertemente jerárquica mantiene el control de la

iglesia central en Lima y asegura el cumplimiento estricto de la "sana

doctrina" el juego oficial de la creencia sostenida por el MMM y

difundido a nivel internacional27.

En Andahuaylas, el pastor Miguel defiende la Sana Doctrina

contra de las creencias y tradiciones locales. El pastor Miguel aplica la

ley bíblica a la tradición andina y concibe a los pueblos y tradiciones

andinas como absurdo, inmoral, idólatra y satánica. Considera a la

parte andina con creencias de una línea de tiempo del pecado y de

idolatría que representa una amenaza para la doctrina cristiana.

Mientras que la percepción de los laicos de sus propias tradiciones y

valores es más matizada que su pastor, los hermanos usan este rechazo

de manera creativa, con el fin de buscar tipos de capacitación que

consideren de otro modo inaccesible.

La defensa de la Sana Doctrina en Andahuaylas

La expresión "defensor de la Sana Doctrina" repetidamente está

en docenas de sitios web del MMM, en sus editoriales, y durante los

discursos de pastor Miguel en Andahuaylas. Mediante el uso del verbo

"defender", el MMM retrata a sí mismo como comprometidos en una

guerra espiritual contra todos aquellos que están en oposición y atacan

a la sana doctrina. Al presentar como un partido defensivo, tanto a

otros cristianos y no cristianos se construyen implícitamente las partes

ofensivas: se convierten no solo en no cristiano, sino en anticristiano.

Textos escritos y publicados en línea por los líderes del MMM

explican cómo los músicos de rock, los homosexuales, el materialismo,

el divorcio y los cambios en los roles tradicionales de género no se

adhieren a la sana doctrina y representan una amenaza28.

En Andahuaylas, el pastor Miguel explica que estas amenazas

pueden ser superadas por el poder de Dios. Durante mi trabajo de

campo, el pastor Miguel relaciona específicamente la doctrina bíblica

LA APROPIACIÓN EVANGÉLICA EN LA SIERRA SUD-CENTRAL

155

de la práctica andina en cada uno de sus sermones. La primera vez que

asistí a un servicio del MMM, describí el siguiente sermón en mis

notas de campo:

“Entonces leemos en Apocalipsis 6, en el que Dios

reconoce a Jesús como rey de reyes. El pastor Miguel empezó a

hablar extensamente de la caída del hombre, relató la historia

de Adán y Eva a la historia de los pueblos indígenas en las

Américas. <<¿Cómo los Incas, el sacrificio y los apus?>>

Dijo: <<Los Incas pagaban a la tierra, pero en realidad

estaban sacrificando al diablo! El diablo influyó a los Chancas

y los Incas quienes sacrificaban animales y niños>>. El Pastor

Miguel describió cómo los Incas tomaron prisioneros de

guerra y quemaban vivos. <<¡Los Incas eran malos!>>

Algunas de las mujeres comenzaron a llorar. Los profetas de

estas personas fueron claramente masticando demasiada coca.

Luego el Pastor demostró cómo se ven las personas cuando

mastican demasiada coca: se sacudió violentamente, como si

tuviera una convulsión, a continuación, algunos miembros de

la congregación se rieron con él”.

En su sermón, el pastor Miguel construye un argumento en

contra del respeto y orgullo de los andahuaylinos, expresan a menudo a

los grupos étnicos estadounidenses e historia especialmente de los Inca

y los Chanka. El pastor Miguel hace acordar a su congregación que la

máxima autoridad es Cristo sobre todos los reinos, incluidos los de las

Américas.

El pastor Miguel apoya su afirmación de que las ofrendas eran

satánicas, describiendo en detalle grotesco, las formas en que los

pueblos americanos sacrificaron a sus víctimas. Caricaturiza a los

profetas Incas, destaca su incapacidad para tomar decisiones

responsables y yuxtapone el uso de la hoja de coca con el consumo de

drogas modernas, el MMM también lo denuncia. Al describir las etnias

americanas como "satánicas" y "demonios", el pastor Miguel quiere

que la congregación sepa que los grupos étnicos de América deben ser

juzgados según los mismos estándares usados en la Biblia para

condenar a las sociedades como Sodoma y Gomorra.

A través de su descripción del pasado, el pastor Miguel

oblicuamente ofrece consejos para el presente. Aunque no se menciona

explícitamente que muchos pueblos andinos continúan practicando el

“pagapu”, el acto sigue siendo de pecadores ahora, como lo era hace

500 años. Por otra parte, el discurso del pastor Miguel recuerda a la

INVESTIGACIONES EN LOS ANDES SUD-CENTRALES

156

congregación que las consecuencias de las propias acciones son tan

importantes como las propias intenciones: un “pagapu” moderno está

destinado a ser un sacrificio a Satanás, y sigue siendo malo.

En otro sermón que grabé en mis notas de campo, el pastor

Miguel se dirigió acerca de las prácticas andinas modernas. Su enfoque

en el segundo sermón, sin embargo, era muy diferente. Según ha

explicado, cuando era pastor en una iglesia diferente, que estaba junto

a la puerta de la iglesia un día, se le acercó una "viejita" y le dijo:

<<Usted es brujo>> dijo la viejita al pastor. La

congregación se rió, y el pastor Miguel sonrió, diciendo:

<<No, no soy brujo.>> Explicaba que era un pastor del buen

Señor Jesucristo. El pastor explicó que la anciana buscaba un

brujo para sanar a su hijo enfermo. El pastor pidió a su

congregación a orar por él. Después de una larga pausa, le

anunció que el hijo se recuperó una vez más, los miembros de

la congregación respondieron en voz alta, algunos gritando

<<Amén>> otros <<Gloria a Dios.>> el pastor Miguel

informó a la congregación que la viejita se convirtió a Cristo.

Una vez más, la congregación estalló en alabanza al Señor.

A primera vista, este sermón parece contradecir lo anterior, ya

que el pastor Miguel destaca sus buenas intenciones en lugar de sus

acciones equivocadas. Sin embargo, los dos sermones tienen diferentes

funciones. El pastor ya no está amonestando a su congregación en

contra de las prácticas tradicionales. Más bien, él está proclamando su

inutilidad en la presencia del cristianismo. El pastor cumple la misma

función que un brujo, ayudando a la anciana a curar a su hijo enfermo.

Ella se convierte al cristianismo, lo que demuestra la capacidad del

cristianismo para proveer para ella algo mejor que sus prácticas

tradicionales.

Después de completar su historia de la anciana, el pastor

Miguel anunció que él también fue "engañado" por brujería durante 23

años. Explicó que su abuelo, su abuela, e incluso sus padres eran

brujos. Una vez más, comenzó a denunciar con fervor las creencias

locales, que califica de "supersticiones" y declarando29: "La brujería es

una obra del diablo, tanto como la idolatría" La parábola ligeramente

humorística sobre la mujer le dedica a la audiencia con suavidad, pero

es seguida inmediatamente por una denuncia firme. El pastor Miguel

traslada la culpa de la anciana (la persona) a la forma andina de

pensamiento.

En el primer sermón, el pastor Miguel demuestra a su

LA APROPIACIÓN EVANGÉLICA EN LA SIERRA SUD-CENTRAL

157

congregación que las prácticas antiguas eran malévolas y amenazantes.

En el segundo sermón, él crea un cristianismo que es una fuerza

imparable. El pastor se mueve entre una especie de vieja rabia. Un

estilo de testamento a un nuevo estilo de testamento más benevolente.

Su oración castiga y consuela a la congregación.

En la práctica, los miembros de la congregación del pastor

Miguel, muchas veces se aferran a la comprensión matizada de lo que

su pasado y sus tradiciones significan en la cara de la religión

pentecostal. Anita de 18 años, es una hermana recién bautizada.

Cuando discutimos el sermón del pastor, le pregunté si ella piensa que

los Inca y los Chanka fueron al infierno. Ella respondió:

Ellos no saben acerca de Dios, ellos no sabían eso, solo

adoraban al sol, la tierra, la Pachamama30. En este momento

creo que, si morían así, con sus pecados, tal vez se fueron al

infierno. Pero no sé, porque ellos no conocían la palabra. El

español llegó aquí y dijo: "Acepta a Dios!" Pero, ¿qué es

Dios? Ellos no conocían a Dios y los mataron. Eso es lo que

hizo el español. Mataron a la gente. Esa es la historia31.

El pastor Miguel reúne una consulta del Inca que llama la

atención a sus acciones menos "cristianas". Anita reúne una consulta

de los Incas que los sitúa fuera de un contexto cristiano y no dentro de

uno. Ella reconoce que los pecadores no bautizados van al infierno,

según la doctrina cristiana, pero no se fía de la aplicación de esta

doctrina a un pueblo que no sabía que existía. Mientras el pastor se

centra en la brutalidad de pueblos en las Américas, Anita reconoce la

brutalidad de los españoles. En su representación, los Incas no tienen

conocimiento de lo que Dios significaba para el español. Su

construcción de los acontecimientos históricos no pone culpabilidad al

Inca.

Anita afirma que la llegada del cristianismo en el continente

americano fue en última instancia beneficiosa para el pueblo, tal como

ella afirma que su descubrimiento del MMM fue beneficioso para ella.

Yanet, una joven de 18 años de edad, hermana y miembro activo del

grupo de jóvenes de la iglesia, sigue la misma línea de pensamiento.

"¿Por qué los incas colapsaron? Fue la voluntad de Dios que

desaparecieron... Fue la voluntad de Dios que los españoles llegaron

aquí, porque si no, las personas habrían muerto sin conocer la Palabra32

de Dios". Yanet está dispuesta a dejar de lado los sistemas de creencias

de sus antepasados, aunque no está claro que creen ellos de las

creencias satánicas. En una región conocida como "la tierra de los

INVESTIGACIONES EN LOS ANDES SUD-CENTRALES

158

Chanka", donde se utilizan los iconos de los petroglifos pre-incas,

como logotipos en las campañas políticas y los festivales tradicionales

son promovidos como atracciones turísticas. Los hermanos del MMM

aceptan el cambio religioso que rechaza gran parte del patrimonio

local33.

Empoderamiento en el MMM

El testimonio de Anita es un ejemplo único de cómo los

pentecostales usan el discurso para evocar la tensión permanente entre

las creencias tradicionales y los nuevos valores pentecostales y

estables. Según Anita, su vida, antes de Cristo, estuvo plagada de

fuerzas demoníacas. Ella nació con una enfermedad que amenazaba su

vida. Para salvarla, su abuela realizó un pagapu; enterró un pequeño

perro negro en la tierra a cambio de la salud de su nieta. Anita está

agradecida de que su abuela le salvó la vida, pero ella cree que la

bendición se convirtió en una maldición34. “Todos los animales que he

tenido, perros, gatos, todos los animales murieron todo el tiempo, creo

que fue por lo que hicieron con la Pachamama, conmigo, con este

perro sentí que era como un ritual, algo satánico ", dice ella.

Cuando Anita era mayor, contrajo “alcanzo” una enfermedad

exclusiva de los andes, que es causada por los apus cuando una

persona se queda dormida en su dominio35. “Alcanzo”, también es

conocida como chacho, cuenta con una amplia variedad de síntomas,

pero se asocia más frecuentemente a la fiebre alta, a veces junto a la

diarrea, que puede durar entre una y dos semanas. Anita sobrevivió a la

enfermedad, pero luego luchó para retener información en la escuela y

comenzó a experimentar encuentros demoníacos. Una muñeca que le

había regalado su padre empezó a caminar y mover sus ojos. Un balón

de fútbol se movió por sí mismo y emitió vapor. Un demonio apareció

"en la forma de un toro con cuernos muy afilados."

Por último, cuando se convirtió al Cristianismo, su vida

cambió. "Me acerqué al altar, oraba, oraba, sentí algo especial, un

fuego que me quemaba y me dijo que Dios está aquí." Ella y sus

padres hablaron con el pastor Miguel sobre sus problemas. Las

visiones demoníacas cesaron; y llegaron sueños acerca de Cristo.

Significativamente, sus visiones no han parado, sino que simplemente

han sido remplazadas por las visiones asociadas con el cristianismo,

visiones que Anita considera positivo y reconfortante.

Las enfermedades y las visiones demoníacas que plagaron a

Anita están constantemente relacionadas con las ideas tradicionales y

las imágenes, el pagapu, la enfermedad de “alcanzo”, o el toro. Su

testimonio está plagado de negación simbólica de los valores andinos.

LA APROPIACIÓN EVANGÉLICA EN LA SIERRA SUD-CENTRAL

159

Al describir sus diversas tribulaciones, explica, " Fue algo que yo

mismo no entiendo... yo diría, '¿Por qué? ¿Por qué me sucede esto a

mí?" Parece incapaz de reconciliarse con su propio patrimonio

cultural, hasta que finalmente lo percibe como satánico. Su testimonio

transmite una victoria personal sobre la confusión, a la vez, pone de

relieve su lucha por dejar atrás una identidad y buscar otra. Su

conversión al cristianismo le permite definirse a sí misma, aunque esta

autodefinición se consigue dejando algo atrás.

En Andahuaylas, el liderazgo del MMM trabaja para prevenir

interpretaciones y tradiciones locales de influir en la Sana Doctrina.

Sin embargo, la estructura jerárquica del MMM no impide el uso local

de la cristiandad para sus propias necesidades. Los hermanos tienen

una percepción más matizada de su propio patrimonio de su pastor y

utilizan el discurso del MMM para ser más capaces de adaptarse a los

cambios sociales. Mientras que algunos hermanos reciben ayuda

concreta para hacer frente a un mundo cambiante, una lucha de

andahuaylinos pentecostales con un cambio profundo en la

comprensión de su identidad. Es ciertamente evidente en el MMM,

donde los laicos parecen conservar el respeto a sus antepasados, pero

se ve obligada a rechazar sus creencias. Los pentecostales continuarán

lidiando con estos problemas en el tiempo.

Conclusión

A través de los medios de la metodología etnográfica, he

tratado de demostrar algunos de los procesos por los cuales los actores

en el Valle del Chumbao utilizan su discurso de las ideologías

evangélicas apropiadas y lo re-imaginan. He explorado el primer

proceso de apropiación en el contexto de la IEP, la iglesia evangélica

más antigua, establecida en el valle del Chumbao. Sostengo que la

dirección y los laicos de la IEP construyen activamente un terreno

común entre los valores andinos comunales, representados por el ayllu,

y los valores comunes bíblicos, representados por la iglesia. Al

caracterizar la IEP como “peruano” la primera iglesia evangélica, la

dirección y los laicos de la iglesia representan a su denominación como

fundamentalmente mestiza. Martha caracteriza a esta comprensión

mejor cuando explica que "convive" con tanto con la cultura andina y

occidental "armónicamente". De acuerdo con el discurso de sus

hermanos, la IEP construye una comunidad fuerte en la iglesia, que

fomenta el empoderamiento individual y comunitario que sea

representativo de las dos culturas.

El segundo proceso que identifiqué fue en el MMM, una iglesia

INVESTIGACIONES EN LOS ANDES SUD-CENTRALES

160

evangélica pentecostal con un patrimonio internacional que

recientemente se estableció en Andahuaylas. Sostengo que la dirección

y los laicos activamente refutan puntos en común entre los valores

andinos y los valores bíblicos. El liderazgo del MMM impone la Sana

Doctrina, que se entiende como igualmente aplicable a todos los

contextos culturales en todo el mundo. Mientras que los hermanos en

Andahuaylas pueden tener una percepción más compleja de su propia

cultura e historia, el testimonio de Anita, que yuxtapone varias veces la

amenaza y el sufrimiento causado por las creencias tradicionales contra

el amor y la aceptación que ofrece el cristianismo, sugiere que los

miembros del MMM, en última instancia, rechazan muchos aspectos

de su patrimonio. La iglesia construye una comunidad fuerte a través

de la búsqueda de una forma extrema de estabilidad, encapsulado en la

Sana Doctrina, que identifica todos los "anti-cristianos" como una

amenaza a la congregación.

A lo largo de este trabajo, he demostrado una variedad de

formas en que la gente del Valle del Chumbao "hacen las paces" con el

abrazo europeo. Sus interpretaciones del cristianismo fluctúan entre el

deseo de implementar el cambio, mediante la mejora de las

condiciones económicas y sociales, y el deseo de mantener la

estabilidad, mediante la adhesión a un estricto dogma religioso. Los

residentes en el Valle del Chumbao utilizan nuevas denominaciones

religiosas para buscar la estabilidad y significado dentro de un contexto

social cambiante. Antes, San Jerónimo, Talavera y Andahuaylas fueron

"tres pequeños pueblos", cuando en el Valle de Chumbao la década de

1970 empezaron los cambios. Hoy en día las carreteras recién están

pavimentadas y existen cabinas de Internet en todas partes, que

pueblan los centros de las ciudades, son una prueba de los enormes

cambios que se produce en la actualidad. Sugiero que los residentes del

Valle del Chumbao están comprometidos con este cambio y están

tratando de darle forma para adaptarse a sus intereses.

Notas:

1. EL. Cleary, "Shopping Around: Questions about Latin American

Conversions," Providence College Online.

2. F. Spier, 243.

3. Central Intelligence Agency, "Peru", The World Factbook.

4. Gamarra, 272.

5. Municipalidad Provincial de Andahuaylas, "Datos Generales de

la Provincia de Andahuaylas",

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6. R. Tello Valdivia, Breve Historia de Andahuaylas (Peru:

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7. Instituto Nacional de Estadistica e Informatica, "Banco de

Informaci6n Digital".

8. Chapman, p. 85.

9. Ponciano del Pino, 379.

10. D. Lenfers, 1

11. Federal Research Division of the Library of Congress, "Country

Studies Series: Peru".

12. Bastien, 5-10.

13. Minaya, 474.

14. Comunicación personal, 19 Julio 2009.

15. Comunicación personal, 19 Julio 2009.

16. Comunicación personal, 19 Julio 2009.

17. Cleary, EL.

18. FH. Kamsteeg, 75. 19. MMM, "Quienes Somos",

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Sagradas Escrituras".

24. MMM, "¿Que creemos?"

25. Comunicación personal, 19 Julio 2009.

26. J. MacArthur, "Unholy Trinity,","¿Reguetón Cristiano?" "Los

mensajes subliminales y la música cristiana", "Presiones que

amenazan a la familia", Movimiento Misionero Mundial.

27. Comunicación en cuaderno de campo, 17 Julio 2009.

28. La madre tierra, una deidad sumamente importante

29. Comunicación personal, 28 Julio 2009.

30. Comunicación personal, 17 Julio 2009.

31. Municipalidad Provincial Andahuaylas.

32. Comunicación personal, 28 Julio 2009.

33. Vee DR. Culqui, et al, 60

34. DR. Culqui, et. al., 61.

35. Comunicación personal, 28 Julio 2009.

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INVESTIGACIONES EN LOS ANDES SUD-CENTRALES

164

LA INDUSTRIA CERÁMICA EN UN PUEBLO

ARTESANAL Jennifer Vogt*9

Existe un sentimiento común celebrado entre los artesanos de

Quinua, resumida por la frase: Usted me puede copiar, pero nunca va a

ser igual. Durante más de un año de trabajo en el distrito rural de

Quinua – Ayacucho, cada artesano me explicó que si alguien quiere ser

un verdadero artesano, debe desarrollar su propio estilo. Manteniendo

este consejo en mente, examinaré las nociones locales de la

autenticidad1. Quiero poner de relieve cómo los artesanos de Quinua

perciben la autenticidad, un concepto encapsulado por términos

locales, ideas y prácticas materiales que corresponden al "artesano

verdadero.” Me concentro en las narrativas de los artesanos mismos y

por lo tanto hacer afirmaciones sobre y el debate fundamental: ¿quién

cuenta como artesano y quién no?

Objetos auténticos para gente auténtica

En los últimos años, los antropólogos que trabajan con

artesanos en diferentes partes del mundo han demostrado que la

autenticidad es un concepto con diversos significados. En su trabajo

sobre el ‘arte turístico’ en África, el antropólogo Christopher Steiner

(1999) encuentra que la singularidad de las obras artesanales no es lo

que define su autenticidad, sino la colectividad. Otros estudiosos, como

el sociólogo Frederick F. Wherry (2006) y antropólogo Les Field

(Campo, 2009), han defendido las diferentes interpretaciones de la

autenticidad. Las diferentes definiciones están formadas por

situaciones sociales que los artesanos, vendedores, compradores,

directores de museos, coleccionistas, e incluso antropólogos habitan

(Marcus y Myers, 1995; Phillips y Steiner, 1999). Por lo tanto, si

seguimos los artefactos que se crean, compran, venden, utilizan,

recogen, modifican e incluso destruyen, es posible llegar al complejo

entendimiento cambiante de la autenticidad (Appadurai, 1986).

Diversos agentes - individuos, grupos o instituciones – trabajan con el

fin de autenticar la naturaleza y valor de objetos específicos.

Este marco permite una comprensión compleja de la

autenticidad, que está constituida mutuamente por la tradición y

modernidad, así como de lo personal y lo colectivo. También ha sido

útil para superar el dualismo sujeto-objeto, tomando en cuenta que las

cosas inanimadas, también posee agencia (Gell, 1998; Latour, 2005).

*Universidad Vanderbilt, Tennessee, EEUU

LA INDUSTRIA CERÁMICA EN UN PUEBLO ARTESANAL

165

Sobre la base de este marco, las personas crean un mundo de

autenticidad u "objetos genuinos" (Kopytoff, 1986). Los artesanos de

Quinua hacen objetos de cerámica a través del discurso y de las

prácticas de arte popular turístico. Por supuesto, conservadores de

museos, coleccionistas de arte, e incluso antropólogos y otros

estudiosos desempeñan un papel en conocer y difundir estas historias

(Lauer, 1982; Mauldin, 2011; Ravines y Villiger, 1989; Stastny, 1968;

Torres, 2010). Sobre la base de estos análisis, quiero explicar las

relaciones entre el artesano-creador y los objetos materiales producidos

por él (Gell, 1998). Mostraré cómo las identidades artesanales articulan

directamente con los objetos artísticos fabricados.

Este marco ayuda a expandir las nociones de autenticidad

cuando se habla de artesanía. Por un lado, existe la tendencia de

contraponerse a las obras “legítimas” o “auténticas" de arte comercial,

y los artefactos tradicionales "puros". Trabajos académicos (Phillips y

Steiner, 1999) muestran cómo la artesanía presenta ambas cualidades

estéticas y simbólicas, tanto de valor comercial y significados acerca

de lo sobrenatural. Intento analizar las ideas acerca de la creatividad:

un fenómeno que forma, define, construye los valores de autenticidad2.

La creatividad, al igual que los criterios y nociones sobre la pureza

cultural de los objetos estéticos, también sirven para negar las

tradiciones estéticas de otros pueblos. Esta negación es conocida con

términos como "arte turístico" o "arte de aeropuerto". Espero

demostrar que los productores priorizan la creatividad aún en casos de

producción masiva y estandarizada.

En segundo lugar, este marco demuestra que el qué, más que el

qué, puede ser considerado auténtico en ciertas poblaciones

artesanales. Los artesanos que entrevisté en Quinua vinculaban la

creatividad con la autenticidad, específicamente en referencia a

artesano verdadero. En este idioma local de, originalidad, singularidad

y cualidades no-replicables, ocupan un lugar importante. Sin embargo,

el requisito de la tradición común, así como las expectativas de la

artesanía de Quinua, significa que ningún elemento puede ser tan

distinto como para ser fuera del cálculo cultural local. Nociones locales

de autenticidad se constituyeron mutuamente por la creatividad

personal de las ideas y las prácticas colectivas. A veces esta unión es

acídica; los reclamamos de la autenticidad provocan muchas

discusiones.

Comienzos etnográficos

Pregunté <<¿Por qué le gusta hacer cerámica?>>. Manuel me

respondió: "Uno deja sus huellas con sus dedos". Literalmente, el

INVESTIGACIONES EN LOS ANDES SUD-CENTRALES

166

artesano deja las marcas de los dedos después de masajear, pellizcar y

tirar la arcilla húmeda. Veamos cómo las impresiones de la gente

mismo, comienzan a surgir a través de la participación corporal directa

con la arcilla. Los objetos hechos de barro, se convierten en un tipo de

persona extendida (Gell, 1998). En lugar de simple transferencia, el

creador y la arcilla es una extensión de constitución mutua. En este

sentido, la materia prima de arcilla, se extiende en el cuerpo-persona

del artesano, dejando huellas en la superficie de la arcilla (Gowlland,

2009)3. Para Manuel, con los dedos y por extensión, con las manos y el

resto de su persona encarnada, deja una manifestación muy visible y

física de sí mismo como creador. Más tarde se dispara la arcilla,

dándole forma, y colocando en su tienda o puesto en el mercado. De

esta manera, estas marcas personales del creador comunican su

identidad como fabricante, permanente visible a otros artesanos y

clientes.

Figura 1. Las huellas.

Las huellas revelan más que un acto momentáneo. Este simple

acto de hacer, está fijado en el tiempo, lugar, materiales, herramientas

y máquinas de fabricación: un largo proceso de elaboración de

cerámica. Al describir la forma en que aprendieron a hacer cerámica,

cada artesano subrayó cómo su compromiso físico con la arcilla

durante muchos años (tal vez cuatro, diez, o veinte años, a veces más).

Impresiones digitales literales y metafóricas hacen referencia de este

proceso.

Es importante destacar que simplemente fabricando un objeto,

aunque sea solo unos pocos o unos cientos, no te hará convertir en un

LA INDUSTRIA CERÁMICA EN UN PUEBLO ARTESANAL

167

verdadero artesano. Los artesanos se quejan de cuantos productores

"hacen por hacer". Un artesano explicaba que estos productores no

están participando con la cabeza, sino solo con las manos4. Otro

experto describió así: Sin emoción puede haber habilidad pero no hay

arte, no hay creatividad. La gente está haciendo objetos, que

necesariamente requiere de sus manos, pero no están utilizando su

creatividad, que requiere necesariamente su cabeza y manos que

trabajan en conjunción. Uno puede dominar las habilidades técnicas de

los materiales, pero para convertirse en un verdadero artesano también

se debe dominar facultades conocidas como ‘Emoción’ o el ‘Espíritu

de Creatividad’ o simplemente como ‘Mi Creatividad’. Los artesanos

de Quinua subrayaron constantemente la importancia de la Creatividad

en el establecimiento de un verdadero artesano, aparte de todas las

otras personas que trabajan en la producción de cerámica.

La creatividad, por otra parte, fue citada como un elemento

esencial en el largo proceso de aprender a hacer cerámica. Si una

persona quiere ser un verdadero artesano, deben familiarizarse con la

maleabilidad física de la arcilla. Tienen que aprender directamente con

las manos y otros sentidos corporales, los límites de la arcilla y su

potencial para la creación. Con dominio encarnado de habilidades

técnicas, un artesano debe, al mismo tiempo, conscientemente

familiarizarse con la maleabilidad de sus facultades imaginativas. Debe

aprender directamente, a través de la exploración y la experimentación.

Figura 2. El artesano.

Un artesano llamado Carlos me ayudó a entender este

proceso. Explicó aprender la creatividad como la siguiente: "Con las

manos realicé diferentes modelos y aprendí más aún. Usted aprenderá

las dificultades que tiene la fabricación de cerámica. Se aprende lo que

las pequeñas diferencias puede hacer, y por eso tengo que modelar

usando mis manos, para obtener más práctica". El barro y la persona se

constituyen mutuamente, cada uno es transformado por el otro en su

INVESTIGACIONES EN LOS ANDES SUD-CENTRALES

168

conjunto. Los artesanos continuamente utilizan esta predilección por la

creatividad para hacer que los objetos y la curiosidad de la arcilla sea

un aspecto fundamental de la identidad artesanal en Quinua.

El compromiso social y los valores de autenticidad personal

Podría concluir que las concepciones basadas en la creatividad

personal, apoya visiones modernas de autenticidad artística. En estos

puntos de vista, personas creativas se definen como personas

especiales, cuyo trabajo los distingue5. Pero este punto de vista es

problemático porque establece que la persona creativa auténtica está en

contra de la tradición, cuando debe luchar por la originalidad mediante

normas culturales. Lo que se pierde es la fuerza moral del ideal de

autenticidad (Taylor, 1992:17). Mi análisis indica una fuerza moral

sometida a interpretaciones locales de autenticidad; ya que los

artesanos definen su identidad personal dentro de un conjunto de

valores compartidos. Ahora paso a un enfoque explícito sobre lo

construido y acordado a la naturaleza moral de la autenticidad social.

Mientras las huellas dejadas por los dedos señalan la

participación física de una persona y la identidad personal, los

artesanos también son símbolos de identidad social. A medida que

estas marcas se materializan en objetos de cerámica, también son

ofrecidos a otros artesanos y observadores. Otras marcas del creador

como combinaciones de color, formas particulares, y otros pequeños

detalles. Los artesanos insisten que cada uno tiene su ‘sello’ o ‘estilo’.

El estilo de cada artista distingue su trabajo y acentúa el carácter

individual de la cerámica de Quinua6. El desarrollo de un estilo

personal depende del talento creativo individual tanto como la maestría

en la técnica de la arcilla. Por ejemplo, considere estas jarras toritos,

cada uno elaborado por un artesano diferente:

LA INDUSTRIA CERÁMICA EN UN PUEBLO ARTESANAL

169

Figura 3. Los toritos.

Se observa que cada artesano trabajó dentro de un conjunto

similar de elementos estilísticos y simbólicos; se destaca la

combinación de colores blanco-rojo típico y la forma del torito. Los

cuatro artesanos utilizan elementos similares para crear cuatro piezas

distintas. En particular, cuando mostré las fotos de estos toritos a

varios artesanos, todos identificaban al creador de cada pieza7. Cada

objeto de arcilla lleva marcas reconocibles del artista quien lo hizo.

Los artesanos insistieron, que el verdadero artesano debe desarrollar

un estilo personal y, además, contribuir de manera única al repertorio

compartido de símbolos y estilos alfareros de Quinua. La persona que

pone la pieza a la venta anuncia a su competencia. La venta de

cerámica pone la identidad personal del artesano al juicio público. Los

objetos de cerámica en el distrito de Quinua se convierten en un

motivo de evaluación social, donde las personas deben demostrar su

creatividad en la búsqueda de ganarse el respeto como un verdadero

artesano (Femenias, 2005).

Tradición colectiva: la repetición y la innovación

Hasta este punto he mostrado cómo los artesanos definen a un

artesano auténtico y cómo desarrolla su creatividad y habilidades

técnicas. El artesano debe hacerlo de tal manera que no lo hace igual a

INVESTIGACIONES EN LOS ANDES SUD-CENTRALES

170

otro artesano. He mostrado cómo los artesanos hacen estas distinciones

personales visibles a través de los objetos físicos que crean. Esta

visibilidad expone una autenticidad basado en las ideas compartidas de

valoración moral. Destaqué este aspecto social de la autenticidad en

señalar, por ejemplo, que muchos artesanos fueron capaces de

diferenciar estilos y obras personales de cada uno. Ahora quiero hablar

de lo que hace posible la elaboración de un concepto de estilo personal

y auténtico, es decir, la variación dentro de la repetición (Gowlland,

2009).

Paseando por cualquier mercado turístico o de galería de arte

popular en el Perú, se nota inmediatamente las filas de los objetos

aparentemente idénticos, colocados lado a lado en andamios y mesas.

Tal repetición de un oficio, surge en parte de las prácticas materiales

comunes de producción. Por ejemplo, en Quinua, la mayoría de los

artesanos utilizan arcillas de grano fino de un color rojo oscuro. Los

artesanos suelen aplicar elementos decorativos (ej., formas de plantas,

características de rostro, etc.) utilizando color crema, rojo y marrón. La

cerámica de Quinua ofrece una diversidad de formas clasificado como:

1. objetos de uso ritual, 2. objetos de uso doméstico, y 3. objetos

destinado al mercado turístico y exportación (Arnold, 1993; Fuente, et

al, 1992; Barrancos y Villiger, 1989; Stastny, 1968). Las formas más

identificadas en Quinua incluyen toritos, qarqachas (llama de dos

cabezas), músicos, chismosas, y ukumari (criatura mítica, mitad mujer,

mitad oso). Además, las iglesitas que se observan con frecuencia en

techos ayacuchanos, son los artefactos más emblemáticos de Quinua

(Mauldin, 2011; Stastny, 1968)8. También encontramos las placas de

diferentes tamaños, toqtoq (recipientes para el maíz tostado), así como

las vasijas de tipo aysaku, yakupuyñu, tachu y tumin. En la actualidad

los artesanos emplean técnicas de modelado a mano y espiral. Aplican

pinturas con pinceles de punta fina hechas de plumas de pollo o pelo

del gato.

Tal imitación y la repetición de los diseños (Steiner, 1999), da

coherencia y visibilidad a un arte compartido en los mercados9. Incluso

los turistas, después de uno o dos viajes a un mercado de artesanía

peruana, pueden identificar a las iglesitas como de Quinua. Repetición

estética, como una estrategia de marketing, es crucial. En este

contexto, las estrategias de apropiación (hasta reutilizar e incluso

"robar" los detalles estilísticos y técnicos de otros) le da un sentido de

la contigüidad a los productos artesanales.

Durante mi tiempo en Quinua, vi artesanos reutilizando

elementos comunes, de manera nueva. También compartieron estos

nuevos diseños con miembros de la familia o vendieron a amigos.

LA INDUSTRIA CERÁMICA EN UN PUEBLO ARTESANAL

171

Incluso un fabricante de cerámica conocida, Efraín, un verdadero

artesano bien conocido, se inspiró en las técnicas antiguas, utilizando

pigmentos de origen natural y modelado de cada pieza a mano. Efraín

aprendió de su padre y de su abuelo; más tarde desarrolló su estilo

personal. Del mismo modo, otros verdaderos artesanos también

aprendieron técnicas de Efraín, pero más tarde desarrollaron su propio

estilo. Todos los artesanos, incluso los verdaderos artesanos, de esta

manera, dependen unos de otros para recrear los estilos de un arte

reconocible, y de este repertorio compartido, cada artesano forma su

negocio (Colloredo-Mansfeld, 2002).

"Usted me puede copiar, pero nunca será igual"

Los artesanos de Quinua persistentemente destacaron la

conexión entre las competencias técnicas y las habilidades creativas.

Muchos incluso reconocieron que, en términos prácticos, es totalmente

imposible ejecutar una réplica exacta de la obra de otra persona. Se

dice que cada artesano tiene su propio estilo, entonces, ¿por qué los

artesanos hacen distinciones sociales y reclamos sobre la propiedad y

autenticidad? Parte de la explicación se basa en los conceptos del

plagio.

Los artesanos de Quinua están muy preocupados sobre réplicas

de sus productos10. Para los objetos de cerámica, el valor económico

no depende de su originalidad y singularidad, sino en su conformidad

con el ‘estilo tradicional’ (Steiner, 1999:95). Esta crítica, sin embargo,

ofrece una visión parcial, y una comprensión particular económica del

valor de un objeto. Por lo tanto, no explica adecuadamente por qué es

que los productores hacen distinciones entre unos y otros.

Los artesanos de Quinua también ven la imitación como una

forma de legitimar la habilidad de un predecesor y rendir homenaje a

las generaciones anteriores. Un artesano llamado Juan dijo: “Los

antiguos tienen que ser seguidos. Si continuamos con los mismos

diseños, no estamos valorando a los antiguos”. Sin embargo, los demás

artesanos dibujaron distinciones implícitas entre copiar y compartir

diseños. La ansiedad acerca de la copia del diseño no son los mismos

que los sentimientos positivos asociados a compartir una tradición

artesanal.

La fuente principal de inspiración son otras piezas de

cerámica11. Los expertos diseñan a memoria y a mano, sin modelo. El

artesano trome, no copia directamente el trabajo de los demás. Un

artesano llamado Eduardo, que produce pequeñas alcancías me dijo

cómo se encontró con este diseño en un taller de otro artesano12.

Eduardo hizo un pequeño cambio para producir su proyecto personal.

INVESTIGACIONES EN LOS ANDES SUD-CENTRALES

172

Al reconstruir la forma del chanchito en arcilla, agachó las orejas para

que parezcan flojos, un detalle basado en observaciones a cerdos vivos.

Este proceso de modificación conservadora caracteriza a la mayoría de

las formas de la cerámica de Quinua, a pesar de que se hacen dentro de

un repertorio estilístico compartido. Las Impresiones de estilo personal

no son siempre una prueba fiel de su creador. Diferencias menores

dentro de una rubro común de diseños da lugar a conflictos; los

artesanos acusan mutuamente de copiar su diseño original, único. Esas

variaciones pequeñas son detalles de importancia social.

Ciertamente, los artesanos se preocupan sobre el valor en el

mercado. Las copias rebajan el valor monetario de las piezas; cuando

más parecido los artefactos, más competencia por los clientes. Los

productores de Quinua tratan de capturar el valor económico mediante

la diferenciación de sus productos. La diferenciación entre los

productos requiere la creatividad. De hecho, la creatividad esta

orientada a la innovación; el objetivo es la creación de nuevos y

mejores productos a favor de los gustos de los consumidores.

Sin embargo, cuando los artesanos hablaron del plagio,

discuten sobre la autenticidad, los valores morales y sociales. Las

acusaciones acerca de la imitación indican una falta de autoestima. "Si

un artesano está preocupado que otros copien su trabajo" dijo un

experto, "entonces él no tiene confianza en sí mismo y en su

creatividad". Eso implica que sólo un verdadero artesano es indiferente

cuando otros copien su trabajo porque sabe y demuestra que sus

habilidades creativas son inigualables.

Moldes de yeso, artesanos de yeso

Uno de los aspectos que proporcionó una fuente de debate

acerca de la copia con moldes de yeso. Recuerdo una tarde, cuando le

pregunté al artista Efraín si utiliza moldes13. Me pareció una pregunta

bastante común, ya que había visto a cada artesano que usaban moldes

de yeso de una manera u otra.

LA INDUSTRIA CERÁMICA EN UN PUEBLO ARTESANAL

173

Figura 4. El molde.

Por otra parte, y en términos prácticos, los moldes permiten a

los artesanos a producir de una manera estandarizada y rápida. Sin

embargo, Efraín dijo: "No, yo solo hago pedazos a mano. Piezas

hechos a mano tienen su valor. Cada pieza es única. Con los moldes,

no hay diferencia en las piezas". Uno podría detenerse aquí para

argumentar que los artesanos definen autenticidad basada en objetos

que son únicos y puramente hechos a mano. Los objetos hechos con

moldes son, por el contrario, las copias de la serie y no auténticos. Pero

Efraín a indicado: "¡Nadie me es igual – Nadie! No soy el único que

fabrica cerámica, pero nadie me iguala". Más tarde llegué a conocer

que la utilización de moldes es fuente, constante de evaluación social.

La afirmación de Efraín que definitivamente no utiliza moldes

fue significativa por otras razones. Más tarde me enteré que Efraín

había pedido a su nuera para que fabrique pequeñas figuras con sus

moldes de yeso. Efraín quería integrar las figuritas en una pieza para

un concurso de artesanía nacional. Algunos otros artesanos de Quinua,

al ver esta obra, comentaron que Efraín había utilizado moldes para

hacer esta pieza14, diciendo: ¿Por qué debería ganar él? De este modo,

intentaron disminuir la autenticidad de Efraín como artesano. En

general, no es raro encontrar este tipo de contradicciones entre los

artesanos de Quinua. Muchos artesanos critican el uso de moldes, a

pesar de que todos los artesanos utilizan moldes para llenar

rápidamente sus tiendas con artefactos. Mi pregunta es la siguiente: Si

los moldes prácticamente ayudan a los artesanos, donde producen y

ganan para una mejor vida para ellos y sus familias, ¿por qué están tan

preocupados con el uso de los moldes?

Los artesanos que utilizan moldes pueden producir más rápido;

este aumenta la competencia para la venta. En efecto, los artesanos se

quejaron de pérdida de ventas debido a la introducción de la tecnología

de moldes en general.

INVESTIGACIONES EN LOS ANDES SUD-CENTRALES

174

Se observa al artesano de esta serie de imágenes abajo. Felipe

está haciendo un molde en base de una escultura de caballo que él

mismo diseñó y modeló en arcilla. Mientras trabajó para crear el

molde, me dijo que le gustaba realizar piezas únicas, ya que le permitió

ser creativo. Hacer el molde ayudaría a producir más rápido y de hecho

aumenta su capacidad de competir con sus vecinos por la atención de

los posibles clientes.

Las ansiedades alrededor de los moldes surgieron con fuerza

cuando la pieza original pertenecía a un artesano, y quien creó el

molde de yeso es otro artesano. Los productores hablaban de robo de

diseños como un delito moral y social. Mi conversación con el maestro

Carlos me ayudó a entender por qué era una ofensa social, moral y

personal. Me dijo:

“No se trata de un artesano, si sólo utiliza moldes. Él no

está pensando, ni usando su creatividad. Los moldes son para

avanzar en el trabajo de uno. Con las manos, trabajando con

diferentes modelitos, aprendes más también. Usted aprenderá

las dificultades que tiene en la fabricación de cerámica y las

pequeñas diferencias que puede hacer. Y por eso tengo que

modelar usando mis manos, para obtener más práctica. Si

no…acabo de hacer con moldes de yeso... entonces estoy

comenzando a realizar lo mismo”

LA INDUSTRIA CERÁMICA EN UN PUEBLO ARTESANAL

175

Figura 5. Los pasos.

En un sentido, los moldes separa físicamente al artesano de su

arcilla. Pero esta experiencia de contacto directo con la arcilla también

significaba que el artesano pasó menos tiempo y energía pensando y

creando en arcilla. Desde el molde, se lleva un diseño predeterminado,

INVESTIGACIONES EN LOS ANDES SUD-CENTRALES

176

pero aún hizo en buena parte el trabajo creativo. Carlos además señaló

los signos materiales de este proceso de separación. "Un poco más sí

cuesta un trabajo hecho a mano. Se necesita más temperatura. Cuando

no está bien quemada, suena como metal”. De hecho, podía escuchar la

diferencia, siendo este último un sonido más apagado. Las propiedades

de cerámica acabada era una prueba irrefutable de la maestría técnica,

accesible a la experiencia sensorial humana, y por lo tanto, la fuente

para la evaluación social; demostrando quién es un verdadero artesano.

Carlos continuó más allá: "Con molde vienen acasito líneas, por dentro

a la vista está a molde. Si ves por dentro, no tiene costura. Si está con

molde, se pasa con esponja y se detecta". Aquí también se encuentra

una prueba material de la creatividad, en el que uno sustituya huellas

digitales con las marcas no-humanos (ej., esponja, costuras de yeso,

etc.). Con eso, uno corre el riesgo de sustituir la creatividad con la

copia, y a consecuencia uno puede ser evaluado como cualquiera, en

vez de un verdadero artesano. Así es que la lucha de los artesanos

involucra reducir el trabajo de otros como poco original, actualmente

revela ansiedades más profundas. Los moldes separan a los artesanos

de su potencial creativo y el dominio de las habilidades técnicas y por

extensión, sus identidades como artesanos auténticos y verdaderos.

Conclusiones

En estos momentos en el Perú, la política estatal celebra a las

empresas artesanales locales. Lo hacen para estimular estrategias de

mercado creativo, revitalizar las tecnologías tradicionales y fomentar la

mediación. Para integrar productos como la cerámica, las narrativas de

origen "tradicional", "autentico", tiene que crear un valor simbólico

(Bourdieu, 1984; 1986; Brown, 2003; Coombe, 2011; Harvey, 2009).

Lugares de desventaja pueden ser transformados en lugares de ventaja

competitiva. Sin embargo, las afirmaciones del patrimonio colectivo

también pueden figurar en los proyectos políticos que intenta

territorializar la re-inserción y re-encantar a los conceptos de

comunidad y la cultura auténtica.

Desde una perspectiva local, la autenticidad puede parecer muy

diferente de la forma en que se concibe por los agentes oficiales y

especialistas de la política de desarrollo. Encima de todo, los relatos de

artesanos sobre la autenticidad funcionan como proyección de

trayectorias futuras. En este sentido, las construcciones de autenticidad

reflejan las inversiones emocionales y deseos de los participantes.

Después de todo, los artesanos se encuentran atrapados dentro de la

economía nacional y mundial, ser reconocidos como artesanos y

empresarios auténticos, y llevar parte del valor de mercado. Pero

LA INDUSTRIA CERÁMICA EN UN PUEBLO ARTESANAL

177

también se invierten emocionalmente en una comunidad actual, en

futuros trabajadores creativos. Este componente emocional escapa de

cualquier definición clara de la autenticidad. Voy a guardar una

extensa discusión de estas implicaciones económicas y políticas para

futuros ensayos. En cambio, me gustaría terminar este ensayo con las

palabras del artesano Juan, quien refleja las dificultades que enfrentan

los artesanos. Gente que lucha para definir quiénes son, de dónde

vienen, y a dónde van, tanto personal como colectivamente, tanto en

términos de medios de vida material como las relaciones sociales.

“Es difícil proteger nuestros diseños. Los artesanos,

vivimos de esto, no? No podemos decir "no hagas eso [copia].

Los artesanos que se nos presentan, además, viven de ellos.

Los Antiguos tienen que ser seguidos, también... Esperando

nuevas obras para que estos también den valor a la obras de

los antiguos. Si continuamos con los mismos diseños, no

estamos valorando a los antiguos... y qué otra opción hay para

nosotros? No hay otra opción. Por eso digo, si vendo más de

estas piezas que todo el mundo vende, me estoy acomodando.

Pero si yo no vendo estos, tengo que buscar otro diseño. Así es

como me siento inspirado. Este trabajo si no vendo, es mejor

que te haga otra. Así que esta pequeña cosa que me inspira. El

tradicional o lo que me puede inspirar. Y es aún mejor si puedo

vender al público, ¿no? Y por lo que uno toma una decisión

así. Si no es así, estoy conformándome con lo que ya estoy

haciendo. No estoy pensando en la forma de crear nuevos y

mejores trabajos. Un artesano tiene que buscar nuevos

valores, a buscar nuevo prestigio”.

Notas

1. Este ensayo es una exploración preliminar de las implicaciones

prácticas y cotidianas de los debates y de como tal, el análisis aquí

constituye un enfoque en los hombres adultos que trabajan en la

producción de cerámica. Este enfoque ofrece un lugar

especialmente fructífero para empezar, ya que la gente

comúnmente conoce a un artesano, y durante mi trabajo de campo

en Quinua eran predominantemente varones adultos. Una discusión

de cómo las desigualdades ya existentes - en este caso, la clase, el

género y las diferencias generacionales - se traducen en las ideas en

competencia sobre la autoridad cultural y la autenticidad, el cual

extendería mi análisis en este ensayo.

INVESTIGACIONES EN LOS ANDES SUD-CENTRALES

178

2. Las ideas y prácticas relacionadas con la creatividad y la

autenticidad que discuto en este ensayo son un fenómeno reciente

en Quinua y en Perú en general. Sus formas más importantes han

surgido en la última década o dos, pero están históricamente

vinculados a un conjunto de procesos más amplios, por ejemplo, el

movimiento indigenista a principios del siglo XX, las políticas y

los programas llevados a cabo por las diferentes administraciones

estatales peruanas, industrialización, el desarrollo y la disminución

de las tierras, ofrecen otras oportunidades de subsistencia para la

población rural.

3. Ver Gowlland (2009) para un caso comparativo de Zisha

fabricación de cerámica en China.

4. Esta conceptualización es de diferente forma al dualismo mente /

cuerpo tantas veces criticado por los antropólogos y otros

estudiosos. En lugar de ver la creatividad que se encuentra en una

mente inmaterial y distinguible de un cuerpo material, creatividad

de los artesanos, en términos de la importancia relativa de la

cabeza-manos y distinguibles de la materialidad de las manos. Este

es un proceso reconocido por varios escritores y comentaristas de

la creatividad en las prácticas artísticas (por ejemplo, Sennett,

2008).

5. Ver C. Taylor (1992) para una discusión extendida.

6. Véase también Femenias (2005) y Gowlland (2009) para la

comparación. Gowlland, por ejemplo, sostiene que "las acciones de

las huellas del cuerpo-persona en la superficie de la arcilla, la suma

de los movimientos especializados realizados en la secuencia

correcta vienen a marcar la olla con los signos del fabricante"

(1009:138).

7. Otros estudiosos han señalado igualmente la capacidad de los

artesanos para diferenciar sus productos por señales visuales (por

ejemplo, Femenias, 2005; Gowlland, 2009).

8. Durante mis conversaciones con los artesanos, ellos también

destacaron la importancia de estos objetos, que describe cómo el

padrino de una zafacasa (casa de ceremonia de izamiento) contrata

a un artesano para hacer una iglesia. La familia de la construcción

de la casa tiene una fiesta, donde ofrecen comida y música para

bailar con los invitados (por ejemplo, los miembros de la familia

extendida, amigos y vecinos). La iglesia más tarde se adhiere al

techo de la nueva casa, diciendo algo en este sentido: "Que esta

casa sea bendecida con esta iglesia ..."

9. Steiner (1999) argumenta, basándose en los principios de la

producción en masa, que "la autenticidad [de arte turístico] se mide

LA INDUSTRIA CERÁMICA EN UN PUEBLO ARTESANAL

179

generalmente a través de la redundancia [de un estilo étnico en

particular] en lugar de originalidad" (101). Se trata de un embargo

que se influencian mutuamente, de forma diferente, de la

autenticidad de las nociones que discuto en este ensayo. En lugar

de centrarse en la autenticidad personal basado en las ideas sobre

las personas creativas, su trabajo se centra en la autenticidad

colectiva de los objetos y un estilo cultural compartido.

10. Las acusaciones de la copia es un problema más reciente en

Quinua, saliendo poco después se introdujeron moldes de yeso en

el Perú en la segunda mitad del siglo XX. Desde el auge de la

demanda en masa de la producción artesanal y de productos

culturales en general, en las últimas décadas del siglo XX, el

problema de la copia se hizo económica, política y culturalmente

significativas.

11. Los artesanos también se inspiran en periódicos, televisión y libros,

así como eventos cotidianos y ocasiones especiales en la

comunidad, como de otras fuentes. Los artesanos de Quinua, sin

embargo, el diseño con más frecuencia existen los elementos

estilísticos de otros productos artesanales.

12. Durante mi tiempo en Quinua, vi a muchos otros que hacen y

venden estas. Aunque no se considera un diseño tradicional que

pertenece a Quinua, el artesano insistió en que las alcancías se

habían integrado en el repertorio de Quinua a través de los años.

Este diseño refleja una forma en que el arte de cerámica de Quinua

es un ejemplo de una "tradición inventada" (Hobsbawm y

Guardabosques, 1983).

13. Un molde de yeso se utiliza para crear copias duplicadas de obras

utilitarias, decorativas, o incluso más complejo de arte a través de

un proceso llamado de casting. El molde en sí es una imagen

negativa o espejo de la obra final. Para dar algunos antecedentes, el

tipo de tecnología de molde utilizado actualmente por los alfareros

en Perú se introdujo en la década de 1960 en Lima por los

programas apoyados por el Estado, como la Alianza para el

Progreso. Las personas que trabajan en las industrias de los

artesanos que se han trasladado de manera permanente o temporal,

entre Quinua, Ayacucho y la ciudad de Lima interpuso el presente

molde nuevo a Quinua y se han integrado en sus prácticas de

producción. Desde 1960, esta tecnología ha sido alentada por

diferentes organizaciones e instituciones, y en muchos casos

directamente en Quinua. Muchos de estos proyectos, en el marco

de las políticas de desarrollo dirigido por el Estado y con el apoyo

internacional, han promovido la artesanía como un tipo de

INVESTIGACIONES EN LOS ANDES SUD-CENTRALES

180

producción industrial, principalmente para la exportación de

productos artesanales. Así, los moldes de yeso permitieron este tipo

de producción y han permitido a los productores acceder a los

circuitos económicos más amplios.

14. Una vez más, la discusión de cómo las desigualdades ya existentes

- aquí, las diferencias de género - se traducen en ideas de la

competencia sobre la autoridad cultural y la autenticidad, el cual

extendería mi análisis en este ensayo.

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INVESTIGACIONES EN LOS ANDES SUD-CENTRALES

182

IMPACTOS ECONÓMICOS DE LOS PROGRAMAS DE

MICROFINANZAS EN LA SIERRA RURAL DEL PERÚ Nicole Coffey Kellett*10

Resumen

Los programas de microfinanzas han crecido exponencialmente

alrededor del mundo en su búsqueda por reducir la pobreza a través del

acceso a capitales en pequeña escala. La expansión de los programas

de microfinanzas frecuentemente ha encajado en la implementación del

ajuste de las políticas estructurales, las cuales han fomentado la

expansión de la economía informal. Como resultado del crecimiento de

la economía informal en el Perú, tenemos la expansión de los

programas de microfinanzas a través de todo el país. Considerando los

portafolios financieros de las instituciones de microfinanzas pueden ir

en aumento, es menos claro como tales programas impactan en sus

clientes, particularmente, los que se ubican en la zona rural del sur del

Perú. Este artículo explora el tema del éxito de los programas de

microfinanzas en la región de Andahuaylas; además, mitiga la

seguridad financiera de sus prestatarios y tiene el potencial para dar

crecimiento a la inequidad económica dentro de las comunidades

rurales. También llama la atención la importancia de evaluar el

impacto de los programas de microfinanzas sobre un nivel más grande

que solo individuos prestatarios y el valor de los ahorros comunitarios

y los programas de seguros.

Introducción

Los programas de microfinanzas son, frecuentemente,

engrandecidos como los salvadores de un sistema económico con

pocos trabajos formales desde que este provee acceso individual al

capital y eso significa sobrevivir en el sector informal (Yunus, 2003;

véase también Bayulgen, 2008; Khandker, 1998; Mayoux, 1998;

Morduch, 1999). Hernando De Soto argumento, “La verdadera clase

revolucionaria en el Perú está compuesta por los empresarios de la

micro, pequeña y medianas empresas… quienes representan la

mayoría – alrededor del 60-80 por ciento de la población nacional”

(1989: xvii). Siguiendo el razonamiento de De Soto, quien promueve la

economía informal, la microfinanza puede teóricamente proveer la

clave para detener la pobreza en el Perú. El actual impacto de los

programas de microfinanzas en las zonas rurales de los Andes, sin

* Universidad de Maine – Farmington, Maine, EEUU

IMPACTOS ECONÓMICOS DE LOS PROGRAMAS DE MICROFINANZAS EN LA

SIERRA RURAL DEL PERÚ

183

embargo, es más complejo, debido a que la competencia va en

crecimiento en el mercado. El crecimiento de la competencia, en

conjunción con la habilidad diferencial de utilizar los préstamos

exitosamente y los crecientes costos de los insumos, potencialmente

podría exacerbar la desigualdad económica dentro de las comunidades

rurales de las alturas. Tal proceso dirige la atención a la necesidad para

evaluar el impacto de los programas de microfinanzas dentro de un

mayor contexto que el del prestatario individual y resaltar la

importancia de la expansión de los servicios financieros que incluyen

los ahorros comunitarios o a los programas de seguros.

Antecedentes de los programas de microfinanzas

Las microfinanzas empezaron con el trabajo de Muhammad

Yunus, un economista de Bangladesh, quien recibió un premio Nobel a

la Paz en el 2006, porque desarrolló programas de microfinanzas

durante la creación del Banco Grameen. Los programas de

microfinanzas proveen pequeños préstamos a grupos individuos

(principalmente mujeres) quienes, por lo general, no son aptos para

recibir préstamos de los bancos tradicionales (debido a la falta de

capital o a su analfabetismo) o sujetos a las altas tasas de interés de los

prestamistas informales (Hermes y Lensink, 2007; Yunus, 1995). Las

microfinanzas, como una estrategia de desarrollo, se pueden remontar

al movimiento de los años 70, mujeres en desarrollo (Women in

Development [WID]) que en última instancia, afirma que las mujeres

no solo necesitan desarrollo, sino que el desarrollo necesita de las

mujeres (Chant y Gutmann, 2005; Fernando, 1997). Las tres

principales razones por las cuales los programas de microfinanzas

sirven a las mujeres son: 1) Es conocido que las mujeres tienen

mayores desventajas de obtener crédito que los hombres (igualdad); 2)

las mujeres tienden a compartir los beneficios de las microfinanzas con

la familia y la comunidad (impacto); y 3) las mujeres han demostrado

ser mejores en cuanto a riesgos de crédito (buen negocio) (Coyle,

2001; véase también Khandker, 1998, 2003; y Mayoux, 1998).

Las microfinanzas en un principio empezó a extender su

popularidad a finales de la mitad de la década de 1980, al igual que las

instituciones de desarrollo del Banco Mundial y la Fundación

Monetaria Internacional para las agencias no gubernamentales y

pequeñas organizaciones de base, han implementado programas de

microfinanzas a lo largo de Asia, África, Latino América, Oeste de

Europa, Canadá y los Estados Unidos, especialmente en países tales

como Bolivia, Bangladesh e Indonesia (Coyle, 2001; Morduch, 1999).

En 1997 hubo 618 instituciones microfinancieras (MFI), las que

INVESTIGACIONES EN LOS ANDES SUD-CENTRALES

184

sirvieron a 13.5 millones de prestatarios y hacia el 2005 el número de

MFI llego a 3133 con un total de 113.3 millones de prestatarios, 84 %

de los cuales fueron mujeres (Daley-Harris, 2006).

Los programas de microfinanzas emergieron cuando los países

en desarrollo incrementaron e implementaron sus políticas de ajuste

estructural (por ejemplo: privatización, desregulación de mercados,

reducción de barreras comerciales) destinadas a reducir los desajustes

fiscales. Si bien el Fondo Monetario Internacional y el Banco Mundial

han argumentado que los costos sociales de las reformas representan

los síntomas de la crisis económica, por las cuales, las políticas de

ajuste estructural fueron diseñadas para menguar o curar, estas

políticas condujeron a una drástica reducción en el gasto social, el alto

desempleo y la ausencia de redes de seguridad social (Fernando, 1997),

efectiva profundización en lugar de reducir las brechas sociales y

económicas entre el norte y el sur (Stiglitz, 2002). Los costos de las

políticas de ajustes estructurales han demostrado tener un impacto

desproporcionado en las mujeres pobres, en particular, política que

conducen a reducir los ingresos para alimentación y la falta de

servicios de salud (Fernando, 1997).

Los programas de microfinanzas emergieron como un nuevo

enfoque de lucha contra la pobreza; ya que, no parecen ser una

amenaza para el orden institucional existente, sino para crear un

espacio flexible en el que las mujeres pueden interactuar, son capaces

de poner en marcha programas educativos, y tienen el potencial para

promover el cambio social. Las ONG se convirtieron en las

instituciones preferidas para iniciar las reformas de las

microfinancieras debido a sus típicas operaciones a gran escala que

suelen ser pequeñas, con enfoques flexibles y el acceso a los

conocimientos indígenas y las redes sociales (Fernando, 1997; Kabeer,

1996, 1999). Consecuentemente, las ONG de todo el mundo

comenzaron a adoptar a las microfinanzas como la mejor estrategia

para reducir la pobreza. Sin embargo, los intermediarios financieros

formales están empezando a superar a las pequeñas ONG en la

creciente profesionalización y comercialización de los programas de

microfinanzas, especialmente en América Latina (Christen, 2000;

Jansson, 2001).

Los programas de microfinanzas, generalmente, siguen el

modelo de reducción de la pobreza adoptada por Yunus o unos

sistemas financieros, o enfoque de auto sostenibilidad financiera

(Matin, Hulme y Rutherford, 2002; Robinson, 2001). El modelo de

reducción de la pobreza se centra en aliviar la pobreza del hogar y la

vulnerabilidad, y aumentar el bienestar de los más pobres mediante la

IMPACTOS ECONÓMICOS DE LOS PROGRAMAS DE MICROFINANZAS EN LA

SIERRA RURAL DEL PERÚ

185

acción colectiva de la comunidad y una variedad de servicios

financieros, tales como ahorros, préstamos no-directos, y el interés

bajo o del subsidio del crédito de manera selectiva. El modelo de

reducción de la pobreza se basa en un pequeño equipo bien versado en

los programas de desarrollo y bienestar, y ofrece una gama de servicios

gratuitos acerca de nutrición, salud, etc. Por el contrario, el enfoque de

los sistemas financieros o el auto sostenibilidad financiera, se centra

más en el acceso a los servicios de microfinanzas para los empresarios

pobres, a través de los programas minimalistas basados en una amplia

gama de modelos de banca. Este enfoque hace hincapié en la

importancia de la autosuficiencia financiera, el personal profesional y

la rentabilidad para los clientes.

Los enfoques para combatir la pobreza, los sistemas financieros

tienen defensores y críticos, quienes citan diversas posiciones acerca

de la independencia financiera y las tasas de interés subsidiadas, al

mismo tiempo que se cuestionan a quién le sirve cada modelo (Cull,

Demirgüc-Kunt y Morduch, 2009; Mayoux, 1998; Milgram, 2001;

Vyas, 2001). Como el creciente número de instituciones

microfinancieras fluctúan entre los enfoques de reducción de la

pobreza y los sistemas financieros, los investigadores se han

preguntado si existe una relación entre la rentabilidad y profundidad de

alcance a los pobres, dado que algunas instituciones se alejan de servir

a los segmentos más pobres de la sociedad, conocido como “Desvío de

su misión” (Cull et al. 2007).

Investigación acerca de las Microfinanzas

Las investigaciones tempranas promovieron el éxito naciente

de las iniciativas microfinancieras, los que dicen que siempre es

rentable el desarrollo sostenible mediante el aumento de los ingresos a

los ciudadanos más pobres, lo cual les permite mejorar su calidad de

vida (Khandker, 2003, 2005; Todd, 1996; Von Pischke, 1992; Yunus,

1995). Sin embargo, la literatura reciente acerca de las microfinanzas

no halla al microcrédito como un camino seguro para salir de la

pobreza y la brecha que existe entre la “retórica y la realidad” de las

microfinanzas parece ser más amplia (Isserles, 2003). Los estudios han

demostrado que muchos programas de microfinanzas no llegan a los

más pobres (Chowdury, 2000; Copestake et al. 2005; McKee, 1989),

no mejoran el estatus de las mujeres (Hashemi, Schuler y Riley, 1996),

no amplían los ingresos del hogar (Wood y Sharif, 1997), ni atienden

las causas sociales y sistemáticas (como opuestos de los síntomas) de

la pobreza (Rogaly, 1996). Los programas de microfinanzas también

han sido criticados por su instigación de un ciclo de deuda (Karim,

INVESTIGACIONES EN LOS ANDES SUD-CENTRALES

186

2011; Kellett, 2009; Olteanu, 2011), de no hacer frente a los costos que

prohíben la logística de acceso al crédito (Brett, 2006) y no logran

llevar productos al mercado (Mahmud, 2003).

Microfinanzas en el Perú

Bolivia representa uno de los primeros países en adoptar a las

microfinanzas como una estrategia de desarrollo y se ha convertido en

un modelo en América Latina (Navajas et al., 2000). Las

microfinanzas también se han convertido en una importante estrategia

de desarrollo en el Perú, en gran parte debido a la falta de crecimiento

en la economía del país. El sector informal crece a medida que

aumenta la mano de obra excedente en los puestos de trabajo, que se

agrava con la retirada del sector público como empleador neto y las

medidas de reducción de personal aplicadas en respuesta a las políticas

de ajuste estructural para reducir el déficit fiscal y promover la

privatización (Tokman, 2007). Esto suele ocurrir al mismo tiempo que

los movimientos para introducir sistemas productivos más flexibles y

una descentralización de los procesos de trabajo. Tales procesos,

primero, se apoderaron del Perú en la década de 1980, y el número de

personas que trabajaban en el sector informal aumentó enormemente.

Actitudes favorables y políticas hacia la economía informal en

el Perú fueron impulsadas en gran medida por el influyente libro de

Hernando de Soto, “El otro sendero”, publicado en 1989, en el cual se

resalta la importancia del sector informal. El gobierno del Perú, bajo el

primer gobierno de Alan García (1985-1990) reconoció la importancia

del sector informal y estableció el Instituto para el Desarrollo del

Sector Informal (IDESI), a través del cual los fondos del gobierno y

otros podrían ser canalizados. El Fondo de Garantía del Sector

Informal (FOGASI) también se estableció para apoyar los préstamos a

las microempresas. Sin embargo, sus esfuerzos fueron limitados, ya

que se basan en el gasto de las reservas internacionales de cambio del

Perú y de hacer pagos de la deuda internacional (Creevey, 1996).

El gobierno de Alberto Fujimori (1990-2000) también tuvo una

actitud favorable hacia el sector informal y fue capaz de hacer algunos

avances en la estabilización de la economía; sin embargo, en última

instancia se enfrentan a restricciones, debido a las denuncias por

corrupción (Creevey, 1996). Sin embargo, las Cajas Rurales de Ahorro

y Crédito se establecieron y llenaron el vacío dejado por el cierre del

Banco Agrario, así como empresas especializadas en microfinanzas,

Microempresas y Empresas de Desarrollo de la Pequeña y

Microempresa (EDPYMES) diseñado para incorporar el número

creciente de organizaciones no gubernamentales que ofrecen servicios

IMPACTOS ECONÓMICOS DE LOS PROGRAMAS DE MICROFINANZAS EN LA

SIERRA RURAL DEL PERÚ

187

financieros a los pequeños productores en el sector regulado (Pait,

2009; Valdivia y Bauchet, 2003). Los gobiernos de años posteriores en

el Perú Alejandro Toledo (2001-2006) y Alan García (2006-2011)

continuaron con las eliminación de las barreras que dificultaban la

creación de microempresas y simplificaron algunos trámites, lo que

permitió más créditos que están disponibles para las empresas de

micro-crédito.

Actualmente, los programas de microfinanzas están bien

establecidos en el Perú. A finales del 2004, cuarenta instituciones de

microfinanzas en el Perú contaban con activos de EE.UU. de 1.2 mil

millones que representan el 5.8 % del total de activos de todo el

sistema financiero peruano (Ebentreich, 2005). A partir del 2005, el

sector de la micro y pequeña empresa representa un estimado del 42 %

del producto bruto interno del Perú y el 74 % de su población

económicamente activa (INEI, 2005). Mientras el sector informal a

menudo es elogiado por su potencial económico, también se le conoce

cada vez más como una “economía de supervivencia” con su falta de

seguridad y sin beneficios. En el 2009, el 51 % de todos los puestos de

trabajo en el Perú se han generado gracias a la economía informal con

un 60 % de mujeres forzadas a trabajar en la economía informal y solo

el 15 % tiene cobertura de salud y el 4 % a las prestaciones de

jubilación (Asencios, 2009) una tendencia significativamente mayor en

las zonas rurales regiones.

La investigación acerca del impacto de los programas de

microfinanzas en el Perú sigue creciendo. Si bien existen

investigaciones sobre la industria de las microfinanzas, cada vez es

mayor en las regiones rurales del Perú (Creevey, 1996) y una selección

de exploraciones etnográficas acerca de cómo funcionan los grupos de

prestatarios (Wright, 2005), gran parte de la investigación actual sobre

los programas de microfinanzas en el Perú cuenta con una perspectiva

macro y tiende a mirar sobre todo a las regiones urbanas (Dunn, 1999;

Olteanu, 2011; Trivelli et al., 2004). Gran parte de las investigaciones

que se enfocan en las microfinanzas en el Perú también se centran en

temas como el largo alcance (Copestake et al., 2005; Fernando, 2003;

Tedeschi, 2008; Zeller y Johannsen, 2006), la rentabilidad (Gregoire y

Tuya, 2006), el aumento de la comercialización (Christen, 2000;

Jansson, 2001), y los esfuerzos para incrementar la regulación de la

industria (Ebentreich, 2005; Jansson, 2001; Janvry et al., 2003).

Los individuos en la zona rural de los andes se enfrentan a

limitaciones particulares distintas a las de los habitantes de las

ciudades que en gran medida afectan su capacidad para salir de la

pobreza a través del micro-crédito. La mayoría de las mujeres, de las

INVESTIGACIONES EN LOS ANDES SUD-CENTRALES

188

zonas rurales de las tierras altas de los Andes Sur Centrales, que

acceden a un crédito, viven de ingresos fluctuantes según las

temporadas, con una baja densidad de población, condiciones en las

cuales Johnathan Morduch (1999) argumenta que las microfinanzas

han tenido un éxito limitado. Además, se diferencia de los modelos

tradicionales de crédito agrícola, los hogares en estas zonas por lo

general no tienen una fuente de ingresos, lo cual hace difícil examinar

el impacto de los programas de microfinanzas en términos

cuantitativos utilizados tradicionalmente (Hulme y Mosley, 1997).

Kriten Ghodsee afirma que las instituciones de microfinanzas

han sido examinadas “a través del lente de la economía, las finanzas, o

por medio de un marco de desarrollo más orientado a las políticas” sin

embargo, anuncia el valor de la etnografía y la observación de los

participantes en el estudio de las microfinanzas “debido a que el

entendimiento de los éxitos y los fracasos de estos programas

dependen en gran medida en la compresión de las experiencias vividas

por aquellos que requieren y utilizan los prestamos (Ghodsee, 2003:

65; véase también Kobb, 1997). Debido a la escasez de investigaciones

de calidad acerca de los programas de microfinanzas en las zonas

rurales de las tierras altas del Perú, así como la cantidad de dificultades

inherentes en la evaluación del impacto de los programas de

microfinanzas en la región, he tratado de explorar el impacto de los

programas de microfinanzas en el centro-sur de las zonas rurales, a

través del empleo de la investigación etnográfica exhaustiva.

Métodos

Llevé a cabo la investigación de mi tesis en los alrededores y en

la misma ciudad de Andahuaylas, una ciudad que tiene

aproximadamente 32.000 habitantes ubicada al noroeste del

Departamento de Apurímac (Instituto Nacional de Estadística e

Informática [INEI] 2006) a partir de Junio de 2005 a Julio de 2006. El

departamento de Apurímac, junto a los departamentos de Huancavelica

y Cajamarca, tiene la mayor concentración de pobreza en el Perú

(INEI, 2006). Como resultado, existe un enorme crecimiento en el

número de organizaciones de microfinanzas que intentan atender a

estos departamentos (Trivelli et al. 2004). Trabajé en colaboración con

una institución de microfinanzas no gubernamental, SOAR (una de las

cuatro instituciones de microfinanzas en Andahuaylas), se centró

específicamente en el programa SOAR, Madres Unidas, enfocada en

las mujeres, basada en los grupos de préstamos de las zonas rurales.¹

Mi investigación se basa principalmente en Andahuaylas y la

pequeña comunidad rural de Sacclaya, que se encuentra a una hora y

IMPACTOS ECONÓMICOS DE LOS PROGRAMAS DE MICROFINANZAS EN LA

SIERRA RURAL DEL PERÚ

189

media de Andahuaylas, y fue una de las primeras comunidades en

participar en el programa “Madres Unidas”. Conduje mis trabajos

preliminares en Andahuaylas durante los inviernos del 2003 y 2004, lo

que me permitió acompañar a los empleados del SOAR a dar charlas

educativas (talleres locales) en las comunidades que rodean

Andahuaylas y a diseñar un plan de investigación en colaboración con

los empleados del SOAR.2

Durante los primeros meses de mi investigación, de mi tesis,

residí en Andahuaylas y acompañé a los empleados del SOAR en las

charlas, presentaciones públicas, programas de alfabetización y

liderazgo, eventos especiales, conferencias regionales y talleres

locales, durante las cobranzas a los prestatarios y en la oficina.

También llevé a cabo entrevistas formales con diez de los,

aproximadamente, 15 empleados de tiempo completo del SOAR.

Gracias a mi participación en el SOAR pude observar las interacciones

de los empleados de esta institución y las maneras en que llevaban a

cabo sus trabajos con las comunidades rurales y también tuve

abundantes oportunidades para hablar con las mujeres de diferentes

comunidades de la región. Luego, me mudé a la comunidad de

Sacclaya y solo regresaba a Andahuaylas por 3 días cada semana o

algunas veces cada dos o tres semanas. Este programa me permitió

realizar observaciones participativas y entrevistar a los residentes de

Sacclaya, así como seguir participando en los eventos patrocinados por

la SOAR.

Sacclaya es una comunidad remota que se ubica a 3600

m.s.n.m. con aproximadamente 250 habitantes. Tienen pocos servicios,

su economía se basa en la agricultura, su idioma es el Quechua, aunque

los hombres mayores y los hombres y mujeres jóvenes son bilingües

(hablan Quechua y Español). Durante mi estancia en Sacclaya llevé a

cabo observaciones de los participantes en su vida diaria (sus trabajos,

la hora a la que duermen, cocinan, limpian, cuando pastorean sus

animales, la cosecha y la plantación de los campos de cultivo) asistí a

fiestas, reuniones y diferentes eventos junto a la familia con la que

vivía y con otros sacclayinos.

Además de las exhaustivas observaciones a los participantes y

un sinnúmero de conversaciones informales, llevé a cabo entrevistas

formales con cuarenta y seis personas en Sacclaya (26 mujeres y 20

hombres). Los entrevistados fueron elegidos por la técnica de muestreo

de bola de nieve (Bernard, 2011; Schensul y Le Compte, 1999),

también conocida como “selección de casos por reputación”. Teniendo

en cuenta cómo las relaciones interpersonales operan en Sacclaya. El

muestreo de Bola de nieve resultó ser la estrategia más eficaz. Busqué

INVESTIGACIONES EN LOS ANDES SUD-CENTRALES

190

dentro de una amplia gama de edad y la experiencia con préstamos

para la elección de los entrevistados.

Para comparar los resultados con otras comunidades, llevé a

cabo grupos de entrevistados en nueve comunidades rurales de los

alrededores de Andahuaylas. Las comunidades fueron elegidas en base

al tiempo que tenían los clientes en el SOAR (largo, corto y mediano

plazo) y su ubicación (en diferentes partes del valle de Andahuaylas).

Además, llevé a cabo entrevistas formales con dos enfermeras en

Sacclaya, el alcalde de Andahuaylas. Los representantes de cada una

de las otras instituciones de microfinanzas en Andahuaylas, y me reuní

con muchas otras personas que trabajan en diferentes ONG en

Andahuaylas, los maestros de Sacclaya, los individuos de numerosas

comunidades que rodean Andahuaylas, y otros peruanos que aportaron

conocimiento muy útil para las preguntas de mi investigación.

Análisis de datos

Durante las entrevistas individuales y los grupos de enfoque

tomé notas detalladas, y dependiendo de la comodidad de los

participantes. Las entrevistas fueron grabadas en audio digital y luego

fueron transcritas en español. Obtuve por escrito el consentimiento de

los participantes alfabetizados y el consentimiento verbal de los

participantes analfabetos de cada una de las entrevistas formales. El

explicar completamente la investigación tiene como objetivo el

protocolo y las medidas adoptadas para mantener la confidencialidad

individual (con la ayuda de un traductor de Quechua al Español, según,

fue necesario). También tomé una vasta cantidad de notas de campo de

las observaciones de mis participantes. Al final de la investigación para

mi tesis doctoral, presenté los resultados preliminares de mi

investigación a la comunidad de Sacclaya y al SOAR con

recomendaciones sobre cómo modificar las políticas y programas para

abordar las necesidades establecidas y los deseos de los prestatarios

como parte del discernimiento realizado durante mi trabajo de campo.

Resultados

Aumento de la competencia

Andahuaylas recibe al segundo mercado regional más grande

del Perú. Los pobladores de todo el valle, de los departamentos

vecinos, e incluso de la Costa y Selva tropical a kilómetros de

distancia, llegan al mercado de Andahuaylas cada domingo para

vender, comprar e intercambiar sus productos. De hecho, las personas

en Andahuaylas en repetidas ocasiones hablaron de cómo el mercado

continúa creciendo de manera exponencial en tamaño año, tras año. De

IMPACTOS ECONÓMICOS DE LOS PROGRAMAS DE MICROFINANZAS EN LA

SIERRA RURAL DEL PERÚ

191

acuerdo con una mujer de Andahuaylas, hace diez años el mercado

tenía pocas cuadras de largo; sin embargo, mientras yo estuve en

Andahuaylas en el 2005-2006, el mercado se extendió a lo largo de

toda la ciudad, aproximadamente unos cuatro kilómetros.

Mientras el SOAR proporcionó gran parte del capital necesario

para la compra de animales y ampliar la producción de los campos de

cultivo, dando así respuesta al enfoque de lucha contra la pobreza, su

éxito en atraer a los clientes provocó una falla generalizada en el éxito

económico global, debido al aumento de competencia. Tanto en el

SOAR, como en las otras organizaciones de microfinanzas en el valle

han aumentado el número de personas a las que servían, un mayor

número de personas empezó a vender más de los mismos productos en

el mismo lugar, haciendo que los precios y las ganancias vayan en

caída. Una mujer que trabajaba en una base contractual del SOAR,

Susana, describió una discusión que las mujeres tuvieron sobre el

aumento de la competencia durante una charla, la cual señalé en mis

notas de campo:

“En el camino, Susana dijo que: las mujeres estuvimos

hablando acerca de cómo no había tanta competencia, cuando

las mujeres tenían más préstamos. Ahora todo el mundo está

metido en la venta de cuyes, gallos, etc. en el mercado y la

competencia es demasiado para obtener ganancias” (Notas de

campo 22-7-05).

En general, cuando una persona toma un préstamo en un grupo

de endeudamiento, el grupo entero se penaliza a la persona que no

paga. Así, cada prestatario en cientos de grupos en el área tiene que dar

parte de sus ganancias a fin de asegurar su propia amortización para

evitar que el grupo entero pierda sus privilegios de préstamo. Debido a

que tantos prestatarios hacen y venden los mismos productos, las

mujeres se pusieron en posición directa o indirecta, en la competencia

con los otros. Por lo tanto, el modelo de colaboración en grupo se

convirtió en un modelo competitivo individual. Como una participante

del grupo declaró lo siguiente:

“Antiguamente, cuando invertíamos cualquier cantidad

de dinero, podíamos ganar algo de dinero, pero ahora hay

mucha competencia. Todo el mundo trabaja con préstamos

ahora y hacen negocios con los que no se gana nada. Antes no

había muchas mujeres en el SOAR, pero ahora hay más de

2000. Todos estamos haciendo lo mismo, y así, nadie puede

ganar nada de dinero” (Participante del grupo de enfoque).

INVESTIGACIONES EN LOS ANDES SUD-CENTRALES

192

Otra joven que no tuvo los préstamos mencionó:

“He hablado con mucha gente que recibió préstamos

aquí y dicen que no hacen nada con los préstamos dados. Ellos

gastan todo en pesticidas, fertilizantes, etc. para los campos de

cultivo o para comprar y vender animales o iniciar un negocio

o tienda de artesanía, pero debido a la competencia no pueden

hacer nada. Así es como sucede para nosotros cuando no

tenemos un negocio establecido. A veces vamos al mercado a

vender un cerdo, pero ese día los precios son bajos” (Nancy

Merino, 28 años).

Debido a que toda la competencia, hombres y mujeres, ya han

discutido ampliamente sobre la incapacidad que tienen para vender sus

animales y otros productos a un precio lo suficientemente alto como

para obtener alguna ganancia.

Una mayor competencia en el mercado también alentó una

mayor producción. Los productos de mejor calidad necesitan mayores

cantidades de agroquímicos caros, lo que exige un gran capital. Los

hombres y mujeres han discutido la necesidad de utilizar productos

agroquímicos (fertilizantes y pesticidas) para producir suficientes

productos y en un tamaño competitivo para venderlos en el mercado.

Los hombres y las mujeres de Sacclaya han descrito cómo hasta cerca

de 12 a 14 años antes de que se utilice productos químicos, solo se

usaba guano de corral (estiércol), no se tenía problemas con los

insectos y se seguían produciendo frutos grandes. Pero luego se

introdujeron los agroquímicos en la comunidad para hacer crecer más

grandes y mejores productos para vender en el mercado. De acuerdo

con Flora y otros hombres y mujeres en Sacclaya, los agroquímicos

han sido necesarios “porque el terreno es malo para usarlo” y si no se

utiliza productos agroquímicos, se fracasaría totalmente, debido a que

tendrías una infestación de gusanos e insectos. Además, si no se usa

agroquímicos no podrían con la competencia. Como un joven de

Sacclaya declaró: “Actualmente, es necesario utilizar productos

químicos para producir para el mercado porque se necesita grandes

productos, bonitos y sin gusanos para poder venderlos en el mercado.

Para el consumo, esto no es importante” (Yoder Merino, 18 años).

Una mujer de Sacclaya tuvo problemas con los gusanos y afirmó que:

“Al llegar los gusanos a los campos de cultivo, todo es un completo

fracaso y esos productos para prevenir las plagas ya no funcionan”

(Flora Merino Pocco, 30 años).

IMPACTOS ECONÓMICOS DE LOS PROGRAMAS DE MICROFINANZAS EN LA

SIERRA RURAL DEL PERÚ

193

Muchas familias no podían pagar los fertilizantes ni pesticidas

y han discutido la falta de apoyo gubernamental para obtener esos

insumos. En consecuencia, las mujeres al igual que los hombres a

menudo obtienen préstamos para pagar los productos agroquímicos,

con el fin de ser competitivos en el mercado, pero la creciente

competencia, a menudo no les deja ganar suficiente dinero para pagar

sus préstamos con intereses ni obtener una ganancia significativa. Una

mujer de una comunidad cercana a Sacclaya habló sobre este dilema:

Casi todo el capital que me prestó lo he invertido en

comprar fertilizantes para la siembra. Cuando cosecho algunos

productos de los campos los llevo para vender en Andahuaylas.

No siempre gano con la agricultura, a veces pierdo. Cuando

esto sucede, nos preocupa mucho nuestra responsabilidad para

pagar los intereses (Miriam).

El aumento de la competencia tampoco permite a los

individuos abandonar la tierra barbechada debido a la cantidad de

tiempo adecuada. Si bien muchas personas cultivaban sus campos en

una determinada época diferentes productos para sacar ventaja de los

nutrientes de la renovación de los suelos, tales como primero las papas,

luego olluco o cebada o avena y después habas y nuevamente las

papas. Debido a la presión para producir continuamente productos para

la economía de mercado, así como para el consumo, no todos podían

permitirse el lujo de dejar la tierra en barbecho. Una mujer en Sacclaya

describió el dilema actual:

Si no se usan fertilizantes, la tierra no produce lo

suficiente. Antes no eran necesarios, pero ahora lo son. Si la

tierra descansa por un tiempo es mejor, pero a veces no se

puede dejar la tierra descansando –necesitamos alimentos…

un año no pusimos suficientes fertilizantes para uno de

nuestros campos, gasté alrededor de 400 soles en la tierra,

pero solo pude producir suficiente para vender el valor de 200

soles en papas, así que hemos perdido 200 soles… cuando

usted tiene un préstamo que es peor usted no tiene dinero para

devolver el préstamo… (Juana Pocco Huaraca, 36 años).

¿Quiénes acceden al microcrédito?

No solo el número real de personas que acceden a un crédito

contribuyen a la competencia y a la vez instigan a una creciente

necesidad de insumos costosos, pero las características de aquellos que

acceden a un crédito también tienen el potencial para aumentar aún

más la desigualdad económica. Los hombres y las mujeres en repetidas

INVESTIGACIONES EN LOS ANDES SUD-CENTRALES

194

ocasiones mencionaron que los que pudieron tener acceso a un

préstamo, o ya tenían suficientes recursos en los que podían invertir o

no tenían prácticamente nada para cubrir sus gastos básicos. Los que se

encuentran en algún punto entre los dos extremos del espectro socio

económico generalizado de aquellos que no necesitan ni quieren

préstamos, ya que sus necesidades se han satisfecho y que no cuentan

con recursos sustanciales para poder invertir.

Las personas con mayores recursos (por ejemplo, los dueños de

grandes terrenos, el acceso a remesas, y los dueños de sus propias

empresas) acceden al crédito para ampliar su producción actual –para

invertir en grandes cantidades de fertilizantes y pesticidas, alquilar un

tractor, pagar a los trabajadores, o alquilar un camión para llevar sus

productos a un mercado de venta más elevada como en Lima, Nazca o

Cusco. 3 Estas personas fueron capaces de producir una cantidad

relativamente grande de productos y los venden a un precio

relativamente alto. 4

Las personas con pocos bienes (por ejemplo; pequeños

terrenos, y no reciben remesas) también acceden para invertir en sus

terrenos, pero a menudo no pueden pagar el transporte para sacar sus

productos hacia la costa o a algún centro urbano y tuvieron que

quedarse a competir en el mercado regional. Ellos tienden a invertir en

ganado de corral (pollos, patos, cuyes) para engordar y venderlos en el

mercado, compran materiales para tejer suéteres o mantas y luego los

venden, o acceden a préstamos para poder cubrir sus necesidades de

consumo básico. Una mujer casada de 22 años de edad, con dos niños,

de Sacclaya describió esta situación: “Las personas que buscan

préstamos lo hacen porque no tienen suficiente dinero para cubrir sus

gastos” (Dina Huaraca Merino). Otra mujer de Sacclaya también

menciono lo mismo: “Las personas buscan dinero solo cuando es muy

necesario –cuando no tienen capital propio [o] cuando algo falla en

los campos de cultivo y no hay animales para venderse y necesitan

dinero para sembrar” (Flora Merino Pocco).

Generalmente, las personas que se ubican en algún lugar del

centro del espectro socio económico en Sacclaya, argumentan que no

necesitan acceder a préstamos, ya que ganan lo suficiente para

sobrevivir y/o no tienen suficientes bienes en que invertir. Un hombre

en Sacclaya describió cómo no utilizó los préstamos, porque no tenía

nada en qué invertir e hizo lo suficiente como obrero, reclamando que

los préstamos son para las personas que tienen un montón de tierras

para invertir en sus campos. Un número de personas también

expresaron estar convencidos de que los préstamos, efectivamente, han

obstaculizado su capacidad para poder salir adelante, como un joven de

IMPACTOS ECONÓMICOS DE LOS PROGRAMAS DE MICROFINANZAS EN LA

SIERRA RURAL DEL PERÚ

195

Sacclaya que afirmó: “La gente con su propio dinero puede hacer más

porque los que se prestaron dinero tienen que devolver el dinero

además de los intereses” (Yonas Aparco Pocco, 19 años). Una mujer

de Sacclaya describió la situación en la que se encontraba su vecina:

La madre de Teodora trabaja todo el día y noche para

poder pagar a la oficina [SOAR], pero a veces las gente no

tiene otra elección –ella no puede cubrir los gastos escolares ni

otros gastos sin un préstamo, pero gran parte del dinero por el

que trabaja tan duro para ahorrar se pierde en pagar los

intereses… Cuando hay un interés que pagar, no hay suficiente

dinero para la comida de los niños, todo se va. La gente

trabaja por los intereses” (Paula Nancy Huaraca Huamán,

mujer prestataria del SOAR, 43 años)

Además, de pagar los intereses, los prestatarios también deben

pagar los costos logísticos de acceso a los préstamos, es decir, los

costos de transporte hacia y desde la oficina del SOAR para acceder y

poder efectuar los pagos. Dependiendo de la ubicación de la

comunidad, las personas pagan hasta siete soles o más para el viaje de

ida y vuelta hacia Andahuaylas. Para el contexto, la tarifa diaria que

pagan por el trabajo en el campo era de 10 soles. Una joven de

Sacclaya expresaba un sentimiento común que escuche mientras estuve

en Sacclaya:

“Necesitamos trabajar más para pagar el préstamo y

cuando tienes un préstamo debes pagar parte de tu dinero a la

institución. Cuando trabajamos con nuestro propio capital

podemos quedarnos con todo. Nos alegra mucho cuando no

necesitamos un préstamo. Es mejor que cuando se necesita

algo, se debe trabajar y ahorrar para ello y no obtener un

préstamo (Vilma Rosales Pocco, 20 años, Sacclaya).

Ciclo de la deuda

Los prestatarios se enfrentan con una gran presión para

permanecer en un buen estado financiero con las instituciones

microfinancieras. Si una persona no pudo pagar su préstamo, esta

persona al igual que todos los miembros de su grupo de prestatarios, ya

no podrán acceder a un microcrédito.5 Cuando los prestatarios del

extremo inferior de la escala socio económica con poca o ninguna falla

financiera o gastos inesperados, como los gastos médicos imprevistos,

gastos escolares, malas cosechas, o la muerte de un animal, ellos se

ubican a sí mismos en una situación precaria. Debido a la intensa

presión social para reembolsar los prestamos, los individuos en estas

INVESTIGACIONES EN LOS ANDES SUD-CENTRALES

196

situaciones con frecuencia se prestan dinero de algún familiar o vecino

para pagar su deuda con el SOAR, y luego sacan otro préstamo para

pagar a su familiar o vecino. Como una mujer de Sacclaya describió:

“Una gran cantidad de personas que tienen préstamos de un banco o

de una ONG sacan préstamos de otras personas para pagar sus

préstamos. Luego se tiene que sacar más dinero del banco para pagar

a sus prestamistas” Nancy Huaraca Huamán, mujer de 28 años, sin

préstamos). Yo tomé nota de este problema en mis notas de campo,

“Flora me dijo que con los problemas de salud de Lucho y Miriam

había tenido que pedir dinero prestado a otras personas para pagar

sus préstamos del SOAR y pagar sus gastos médicos. Esto los puso en

una situación muy difícil” (Notas de campo 2/8/06). Tales procesos

ilustran la presión social para conseguir dinero por parte de los que

más necesitan. De hecho, una mujer dijo que no podía pagar su

préstamo del SOAR, porque ella había prestado el dinero a un primo

que lo necesitaba, por eso ella me pidió dinero prestado para poder

pagar el SOAR. El préstamo de dinero por las vías de la formalidad o

informalidad es común y representa una manera para poder sobrevivir.

La expectativa para prestar dinero a los necesitados,

independientemente, de la propia situación financiera de cada persona

o de la carga de la deuda, podría obstaculizar la capacidad de una

persona o familia para salir adelante económicamente.

La gente también vende sus animales para pagar sus préstamos

en situaciones de emergencia, pero a menudo se ve obligado a vender

el animal en un momento inoportuno, como cuando los precios eran

bajos o cuando el animal no había engordado lo suficiente como para

ganar más en los animales que ya han invertido, así que al final el

dinero se pierde. Una mujer de Sacclaya explicó: “Si uno tiene un

préstamo para pagar, a veces tenemos que vender –productos

derivados y los animales-, cuando los precios son bajos, a veces menor

de lo que se pagó por el, entonces tenemos un completo fracaso”

(Nancy Huaraca Huamán, mujer de 29 años, sin préstamos). Una

participante de un grupo de enfoque también discutió el problema:

En realidad se tarda bastante tiempo para pagar un

préstamo del SOAR con solo trabajar, por lo que a menudo

tienen que vender un animal. También por lo general nos

prestamos dinero de algún familiar o algún vecino. Sin

embargo, con esto se tiene que pagar de vuelta, entonces

tenemos que sacar otro préstamo del SOAR para poder pagar,

pero luego no tenemos dinero para invertir, lo que crea un

fracaso total” (Participante del grupo de enfoque).

IMPACTOS ECONÓMICOS DE LOS PROGRAMAS DE MICROFINANZAS EN LA

SIERRA RURAL DEL PERÚ

197

Un hombre de 39 años con dos hijos, describió su necesidad de

vender sus animales para pagar su préstamo durante una emergencia,

“Mi hijo se enfermó y necesitaba una cirugía que costaba 450 soles.

Le pregunte al SOAR si mi familia podría tener una extensión de 6

meses. Dijeron que no, así que tuve que vender nuestros cerdos y otros

animales para poder amortizar el precio a pagar del préstamo”

(Yuder Rosales Pocco, 39 años, Sacclaya). Una mujer en Sacclaya

describió cuando no se tiene dinero para pagar los prestamos, “el

SOAR y los otros bancos dicen que es culpa de uno mismo y que

tenemos que pagar, [que] no se dan extensiones por cualquier cosa”

(Juana Huamán Quispe). En algunos casos, la gente solicitó préstamos

de la institución microfinanciera que tiene las tasas de interés más

bajas para poder pagar sus préstamos con el SOAR. Un participante del

grupo de enfoque declaró lo siguiente:

En las charlas escuchamos a otras mujeres que

hablaban a cerca de cómo obtener préstamos de [persona X]

para pagar sus préstamos del SOAR, porque no pueden pagar

sus préstamos del SOAR con todo el interés y luego tienen un

montón de deudas… mucha gente saca otros préstamos para

pagar al SOAR y luego sacan nuevos préstamos del SOAR para

pagar los otros préstamos (Temas de participación en grupos).

Un hombre de Sacclaya apoyó esta declaración, revelando,

“algunas personas sacan préstamos de una ONG como SOAR o

[persona X] que no pueden pagar, por lo que toman un préstamo de

otra organización para pagar y se quedan atrapados entre el pago de

unos y otros” (Agapito Huamán, 29 años). En circunstancias

anteriores, las personas ya no tenían dinero para invertir en sus

campos, animales, tejidos, u otros negocios. Luego ellos se

encontraron en un ciclo de deuda casi imposible del cual escapar. 6 A

menudo la gente tiene vergüenza por estas circunstancias y no tratan

esos temas con los empleados del SOAR.

CONCLUSIONES:

Las microfinanzas como una estrategia de reducción de la

pobreza se capitaliza en el sector informal, lo que son especialmente

adecuadas para los países en desarrollo en el que un alto porcentaje de

la ciudadanía queda excluida de participar en la política o la economía

formal. En reconocimiento al alto porcentaje de ciudadanos que

trabajan en el sector informal y su potencial económico, Hernando de

Soto, abogó por la defensa y la ampliación de los derechos y la

propiedad del sector informal y la reforma política que reduzca el

INVESTIGACIONES EN LOS ANDES SUD-CENTRALES

198

exceso de regulación y otras barreras de entrada a la economía formal

(De Soto, 1989). En respuesta a la investigación de De Soto, el Perú

implementó políticas que facilitaron la integración de cientos de miles

de pequeñas empresas en la economía formal, lo que contribuye con

los ingresos fiscales generales (López, 2005). Los programas de

microfinanzas también surgieron durante este periodo para apoyar a la

economía informal, ofreciendo el capital necesario a los ciudadanos

que por lo general no son elegibles para los préstamos bancarios

tradicionales. Yo mantengo que, si bien la motivación en el apoyo al

sector informal era llevar a los trabajadores a un sistema más formal,

irónicamente, los programas de microfinanzas han contribuido a un

crecimiento no regulado en el sector informal, sin proveer el apoyo

necesario para asegurar su éxito. En consecuencia, el sector informal se

mantiene a la par y separado del sector formal, sin mayor seguridad

económica y con mayor riesgo financiero, experimentado de manera

más aguda entre los ciudadanos más pobres.

Como se demuestra en este trabajo, el número de

microempresas no se limita a una región más allá de la cantidad de su

capital disponible y las personas en las que se interesa, la competencia

dentro de un sistema de mercado relativamente cerrado se eleva hasta

el punto en el que hace bajar los precios y los beneficios individuales,

y la mitigación de la capacidad para pagar sus préstamos.7 Además,

mientras que la variación en los recursos existentes pueden determinar

su capacidad para tener éxito en la economía formal, en el sector

informal agrícola, tales diferencias se agravan. Dado que los préstamos

son en gran parte invertidos en los recursos agrícolas preexistentes (en

comparación con el desarrollo de una microempresa formal) la

cantidad de recursos disponibles para la adquisición de crédito permite

a ciertos individuos no solo devolver el préstamo en un tiempo

efectivo, sino también las ganancias compuestas. Por otro lado, las

personas involucradas en el sector agrícola con pocos bienes al

momento de acceder a los préstamos, son más vulnerables a los gastos

imprevistos, y están sujetos a una mayor competencia en la economía

local. Ciertas familias son capaces de utilizar el crédito para expandir

la producción global y adquirir un mayor precio por su rendimiento y

otras familias caen en un ciclo de deuda; el potencial de aumento de la

desigualdad económica en las comunidades rurales es más elevado.

La presión dentro de Sacclaya y las comunidades circundantes

para ayudar a los necesitados, podrían atenuar la desigualdad

económica dentro de una comunidad, pero también inhiben el éxito

financiero de las familias individuales, con lo cual dan lugar a algo así

como una homeostasis económica. Por lo tanto, surge la siguiente

IMPACTOS ECONÓMICOS DE LOS PROGRAMAS DE MICROFINANZAS EN LA

SIERRA RURAL DEL PERÚ

199

pregunta, ¿es la afluencia de préstamos en una comunidad una manera

de facilitar el aumento general del bienestar económico de la

comunidad, en comparación con las comunidades sin préstamo, o no?

Tales cuestiones apuntan a la importancia de evaluar el impacto de los

programas de microfinanzas, no sobre una base individual o familiar,

sino más bien a nivel comunitario o regional.

Creo que la circularidad de los préstamos y las formas no

lucrativas de pago de préstamos en momentos de emergencia podrían

evitarse, en gran parte, si los individuos tienen acceso a programas de

ahorro y seguros. Las mujeres que tienen un capital disponible para

usar en caso de emergencias, y algo menos probable, para pagar sus

préstamos o terminar un ciclo de deuda, en un intento de permanecer

en buenos términos con la institución crediticia. Consecuentemente, el

SOAR podría ganar al asegurar el pago oportuno del préstamo,

proporcionando a la organización una mayor seguridad financiera. Sin

embargo, los programas de ahorro podrían ser un reto en la zona rural

de las tierras altas del Perú, debido a la estacionalidad y el momento

sincrónico de las actividades agrícolas. Por ejemplo, cuando los que

aportan y los prestatarios son a la vez los que se dedican a los cultivos,

es probable que los que aportan retiren sus depósitos cuando los

prestatarios se esfuerzan por pedir –al comienzo de la temporada de

producción. De la misma manera, los que aportan tienden a hacer

depósitos cuando los prestatarios hacen sus pagos después de las

cosechas (Matin, Hulme y Rutherford, 2002). Por otra parte, el SOAR

supuestamente no podía ofrecer programas de ahorro, debido a las

restricciones a las organizaciones no gubernamentales en el Perú. Por

esta razón, los dispositivos de ahorro mutuo, tales como AACR

(Asociación de Ahorro y Crédito Rotativo) y la ASCA (Asociación de

Acumulación de Ahorro y Crédito) podrían ser una opción práctica y

fructífera (Ambec y Treich, 2007; Anderson y Baland, 2002; Arun et.

al. 2005). Estos podrían ser implementados en lugar de, o en adición, a

los programas de microfinanzas formales. De hecho, una institución de

microfinanzas en Andahuaylas tenía un programa de ahorros que

supuso al prestatario depositar 10 soles mensuales en una cuenta que

ganó un 0.1 % de ganancia y luego, podría ser utilizado para pagar un

préstamo o cubrir otros gastos de emergencia en un momento de

necesidad. 8 Otra institución de microfinanzas en Andahuaylas también

ofrece sus servicios a través de un banco comunal.

En cuanto a la función global de los programas de

microfinanzas más grandes dentro de los procesos socioeconómicos,

cabe preguntarse si los programas de microfinanzas no son más que

una respuesta a la falta de apoyo a los ciudadanos más pobres dentro

INVESTIGACIONES EN LOS ANDES SUD-CENTRALES

200

del sector formal. Los programas de microfinanzas no se refieren a la

inestabilidad de empleos, la cobertura de atención de salud, la

jubilación, la necesidad de los subsidios agrícolas, u otros beneficios

que sin duda amplían sustancialmente la calidad de vida del individuo.

Fuera de los pagos de seguimiento y de divulgación, son más bien no

reguladas, las cuales pueden conducir a la descarga de los mercados y

en los frecuentes ciclos de los préstamos, lo que lleva a un ciclo de

endeudamiento. La pregunta es, ¿la microfinanza es un microcosmos

del liberalismo económico mundial, con su impacto sin precedentes en

la desigualdad?, y si es así, ¿cómo se puede remediar los costos de

estos sistemas, la raíz de su impulso original?

Dicho esto, el impacto económico de los programas de

microfinanzas dentro de una región depende en gran medida del

enfoque adoptado, que normalmente son parte de un continuo que va

desde la reducción de la pobreza con el enfoque de los sistemas

financieros. Yo sostengo que los programas de microfinanzas tienen el

potencial para extender la economía de los individuos, los hogares y

las comunidades, así como llegar a ser financieramente sostenible, si

están adecuadamente regulados (por ejemplo, realizar un seguimiento

de los préstamos pendientes, requieren planes de activos

empresariales) y si incluyen un programa de ahorros comunales.

Mayor regulación y programas de ahorro son, especialmente,

necesarios en las zonas marcadas por la incertidumbre y la

estacionalidad, como la zona rural de la sierra del Perú.

En conclusión, quiero resaltar que el tiempo de esta

investigación de las microfinanzas en la zona rural andina era

relativamente limitado y mis resultados solo representan la punta del

iceberg, por así decirlo. El impacto de los programas de microfinanzas

(económica, social y de otro tipo) merecen un escrutinio mucho mayor

(para más información sobre los impactos sociales de las

microfinanzas en la región de Andahuaylas, véase Kellett, 2009).

Espero que mis contribuciones sirvan al menos a un conocimiento

mayor de las “experiencias vividas por aquellos que buscan y utilizan

los préstamos” (Ghodsee, 2003:65) en un valle particular de las tierras

altas centrales del sur del Perú. Por último, quiero agradecer

sinceramente el trabajo de las personas que laboran en las instituciones

microfinancieras, sin descanso en busca de la mejora de las vidas de

aquellos con quienes trabajan.

IMPACTOS ECONÓMICOS DE LOS PROGRAMAS DE MICROFINANZAS EN LA

SIERRA RURAL DEL PERÚ

201

Agradecimientos:

En primer lugar, quiero agradecer a la gente de Sacclaya y

Andahuaylas. Sin la ayuda de las muchas personas, que abiertamente

compartieron su vida conmigo, esta investigación no hubiera sido

posible. Agradezco a los hombres, mujeres y niños de Sacclaya por

compartir sus historias y sus vidas conmigo. En particular, agradezco a

la familia con quien viví, por su paciencia dentro de mi ignorancia en

muchas áreas de la vida. Agradezco también a los empleados del

SOAR, en particular a los que han trabajado con el programa de

préstamos a grupos. Sin su comprensión, la cooperación y la voluntad

de abrirme sus puertas, yo no habría sido capaz de completar este

proyecto. Doy gracias por su amistad y admiro su dedicación para

mejorar las vidas de hombres y mujeres en el valle de Andahuaylas.

Agradezco a quienes me han apoyado en la realización de mi tesis; a

mi comité de sustentación, Carole Nagengast, Louise Lamphere, Les

Field y David Henkel y a mis compañeros y amigos de postgrado.

También quiero agradecer a mi familia, mi esposo (Lucas Kellett) y a

mis niños, por su apoyo inquebrantable y sus ánimos.

Notas

1. SOAR y Madres Unidas son pseudónimos usados para proteger el

anonimato de la organización. También usé pseudónimos para los

individuos para proteger su confidencialidad.

2. Antes de empezar con mi investigación de tesis en el 2005, recibí

el apoyo por escrito de la directora ejecutiva del SOAR para llevar

a cabo investigaciones en colaboración con su organización. Recibí

cartas de apoyo a mi investigación por parte del director de la Casa

de la Cultura de Andahuaylas (el capítulo local del Instituto

Nacional de Cultura) Carlos Pandal, y la Subprefectura de

Andahuaylas, Waldo Velenzuela Valdivia, el cual fue aprobado por

las comisarías de la Policía en Andahuaylas y las comunidades

cercanas de Talavera, San Jerónimo y Pacucha. También tuve el

apoyo y permiso de las autoridades y los residentes de Sacclaya

para llevar a cabo mis investigaciones en su comunidad.

3. Mientras que algunos individuos en muchas comunidades harán la

tierra con una Taklla Yugo, un aparato que utilizan dos toros para

arar la tierra, otros utilizan los préstamos para alquilar un tractor

para arar la tierra en menos tiempo. Al parecer un campo que

necesitaba 5 horas para ser arado con una Taklla yugo, tomaría

alrededor de 15-30 minutos para ararse con un tractor. Las familias

que podían permitirse el lujo de alquilar un tractor por 40 soles por

día (equivalente a cuatro días de trabajo en los campos), podrían

INVESTIGACIONES EN LOS ANDES SUD-CENTRALES

202

competir con mayor facilidad con aquellos que dependen de un

Taklla yugo o pico.

4. Aunque las personas pueden obtener un precio mayor por sus

productos en los grandes mercados urbanos, que también se

enfrentaron a un gran riesgo en el transporte a través de las largas

distancias de sus mercaderías y de sus ganancias. Hubo numerosos

informes de personas que fueron asaltadas en las carreteras después

de vender la mayor parte de sus cosechas, dejándolos en una

situación financiera desesperada, sobre todo si tenían un préstamo

que pagar.

5. Si los grupos numerosos de prestatarios de una comunidad no

pueden devolver sus préstamos, las organizaciones de

microfinanzas ponen a la comunidad en “la lista negra”, y se

niegan los préstamos a cualquier persona de esa comunidad. Si una

persona tenía una gran deuda por largo tiempo con una institución

del FMI los amenazan con quitarles sus bienes del hogar o tomar

sus ganados como garantía. Mientras llevaba a cabo mi

investigación, vi a una organización microfinanciera (no el SOAR)

amenazar con tomar las tierras comunales como parte de pago de la

deuda pendiente de un individuo que su deuda había aumentado

hasta 3000 soles (aproximadamente 910 dólares americanos) con

un interés de tres a cuatro años.

6. El proceso de pedir dinero prestado a una institución para pagar la

otra se llama “ciclos de endeudamiento” en la literatura de las

microfinanzas. Para evitar que algunas instituciones

microfinancieras en Andahuaylas puedan dar un préstamo, es

necesario que las personas obtengan un recibo firmado por el

SOAR alegando que no tienen ninguna deuda pendiente con ellos.

El SOAR, por otro lado, no requiere la documentación de otros

registros financieros. Existe una institución en el Perú,

INFOCORP, la que hace un seguimiento a las personas para ver si

adeudan a alguna institución y cuál es. Esta institución existe desde

hace muchos años; sin embrago, esta monitorea a los prestatarios

individuales de grandes sumas de capital que se ofrecen a través

del SOAR en sus grupos de préstamos, Para más información sobre

las agencias de crédito en el Perú, (véase Bauchet, 2003; Christen,

2000; Janvry et. al. 2003; Jansson, 2001).

7. Para más información sobre cómo el aumento de la competencia

entre los proveedores de microfinanzas en las zonas rurales

contribuye al ciclo de endeudamiento y el papel potencial de las

agencias de crédito (ver Janvry et. al. 2003).

IMPACTOS ECONÓMICOS DE LOS PROGRAMAS DE MICROFINANZAS EN LA

SIERRA RURAL DEL PERÚ

203

8. Esta institución es considerada como una cooperativa y, por lo

tanto, no puede tener tantas restricciones como una ONG

establecida en el Perú.

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INVESTIGACIONES EN LOS ANDES SUD-CENTRALES

208

ENTRELAZANDO LA COMUNIDAD CON EL MERCADO

GLOBAL: NUEVOS ENFOQUES DE DESARROLLO EN

COMUNIDADES ALTO ANDINAS Kelsey Quam*11

Durante los años 2009-10 con el apoyo de la beca Fulbright

investigué los proyectos del desarrollo en las comunidades alto

Andinas dedicadas al tejido. En el Perú, este asunto merece mucha

atención. Como sabemos, esta es una época de desarrollo y cambios

para la nación del Perú, donde nuevos caminos, sistemas de

comunicación, y comercio están poniendo en contacto entre sí a todas

las regiones que anteriormente estaban aisladas. Por eso, vemos estos

mismos cambios en las comunidades de las tejedoras del alto Andino.

Por ejemplo, rutas turísticas proveen y abren un mercado económico

para la venta del tejido. También, hay un creciente interés de la nación

en la población indígena y en recuperar las técnicas antiguas y las

tradiciones del tejido. Esto ha dado como resultado la exhibición de los

tejidos en museos y las tiendas dentro de las ciudades. Más

organizaciones se han interesado en desarrollar proyectos dedicadas al

tejido en comunidades andinas.

La presencia de las organizaciones de desarrollo ha generado

unas cuestiones nuevas al desarrollo económico y social a las que

dedicarse es muy importante. Mi trabajo analiza cómo se manejan los

intereses de la organización y sus enfoques hacia el desarrollo en una

comunidad, considerando sus impactos económicos y en las

tradiciones socioculturales de las comunidades. Propongo las

cuestiones hacia los enfoques al desarrollo y las soluciones posibles en

cómo proceder en el futuro. Mi argumento es que no tienen que hacer

grandes cambios en las estructuras económicos y socioculturales

presentes en las comunidades en la implementación de un proyecto de

desarrollo; hay mucho que utilizar las herramientas de la comunidad y

los conocimientos de las personas.

Como parte del programa Fulbright, la mayoría de los becados

se afilia a una organización para ayudarse en sus propias

investigaciones. Yo trabajo con Threads of Perú (Hilos de Perú). El

proyecto ha tenido contacto con las comunidades (Rumira,

Sondormayo, Chaullacocha, y Chupani) por 3 años. Su meta es

desarrollar un conocimiento y un interés por el tejido andino entre las

personas del mundo para promover la continuidad de este arte y sus

* Universidad de Puget Sound, Washington, EEUU

ENTRELAZANDO LA COMUNIDAD CON EL MERCADO GLOBAL: NUEVOS

ENFOQUES DE DESARROLLO EN COMUNIDADES ALTO ANDINAS

209

productores, para promover la salud y el bienestar de las personas de la

comunidad, y para ayudarles en encontrar un mercado económico. El

reto del proyecto es conectar las tejedoras del nivel de la comunidad

con el mercado global conformado por turistas, el internet, y tiendas

internacionales. Mi trabajo ha estudiado varias cuestiones y enfoques

hacia el desarrollo que se presentan por la presencia de la organización

en estas comunidades. Hilos de Perú se usa como una enseñanza para

otras organizaciones parecidas.

En este momento, no se han centrado mucho las tejedoras de

Chaullacocha y Chupani en el mercado textil para vender sus tejidos.

La mayoría de las mujeres tejen para sus usos personales. Por ejemplo,

tejen llikllas y ponchos para sí mismas y sus familias. También usan

los tejidos para guardar hojas de coca y para vestirse en las bodas y los

festivales. Se visten con sus trajes típicos todos los días en sus

comunidades. Así que es evidente que los tejidos tocan un papel

profundo en la vida cotidiana de las personas. Sin embargo, las

mujeres de las asociaciones han expresado el deseo de vender sus

tejidos, para recibir dinero en efectivo. Esta realidad ha presentado

dificultades en el acceso al mercado textil.

Primero es el problema de la ubicación. La única manera de

llegar a la región es a pie. Están construyendo una carretera, pero

todavía los vehículos no han llegado a las comunidades más lejanas. La

falta de una carretera no facilita las visitas de los compradores de

tejidos. Entonces las mujeres tienen que caminar entre dos y tres horas

a otra comunidad donde llegan los compradores. Dicen las mujeres que

la comunidad no les deja vender, y cuando venden, reciben un precio

muy bajo. Los compradores pueden llegar en cualquier momento sin

anticipación, y a veces no pagan en efectivo, pero intercambian lana

sintética por un tejido. También unas familias están involucradas en

relaciones de compadrazgo con personas de esta comunidad. Los

compadres les dan la lana y las mujeres tejen sus pedidos. Por eso la

ubicación de las comunidades no les da las condiciones ideales para su

comercio.

La falta del turismo en las comunidades presenta otro obstáculo

para participar en un mercado económico del tejido. Solo hay una

empresa en Cusco que pasa por la comunidad de Chaullacocha en la

ruta de Lares a Patacancha. Sin embargo, la jefa de la empresa dice que

las ventas de este tour son bajas; estima que vende solo doce viajes por

año en la ruta que pasa por Chaullacocha. Dice que la mayoría de los

turistas que vienen al Cusco quiere hacer una caminata tradicional y

conocida, como el Camino Inca o al Salkantay.

INVESTIGACIONES EN LOS ANDES SUD-CENTRALES

210

Su lejanía no solo afecta la oportunidad de vender los tejidos a

compradores y turistas, sino que afecta la calidad de los tejidos

mismos. Las mujeres no están tejiendo la lana de alpaca, porque la

venden a los compradores que vienen de las comunidades de Sicuani.

Sicuani es una ciudad que está a cuatro horas del Cusco, donde hay una

industria del procesamiento y la exportación de la lana de alpaca. El

comprador de Sicuani puede llegar a las comunidades en cualquier

momento y, como que es un revendedor, no compra a precios justos.

Antes, las mujeres vendían la lana de alpaca entre diez y quince soles

por kilo, pero ellas también se han afectado por la crisis mundial, y

ahora solo venden a cinco soles el kilo. Sin embargo, su ubicación no

les da muchas opciones. Si venden su lana de alpaca más fino, no tejen

con los materiales ideales. Además, la lejanía entre estas comunidades

no facilita el intercambio de conocimiento con respecto al tejido con

tejedoras de otras comunidades. Las tejedoras se inspiran por ver

diseños diversos y logran imitar sus tejidos debido a experiencias

compartidas en conversaciones previas con diferentes tejedoras. Este

intercambio de experiencias motiva a ellas tejer los tejidos de más alta

calidad. Pero en las comunidades de Chaullacocha y Chupani, las vías

de comunicación y la distancia entre estas no han permitido enriquecer

el arte de tejer e incluir nuevos diseños, actualmente los diseños

utilizados solo son conocidos por la comunidad local. Ese mismo

problema no permite que las tejedoras vean tejidos de hilos más finos

ni terminados con más cuidado. Enfatizo que el contacto con tejidos de

otras regiones es un factor muy importante para la obtención de un

tejido de más calidad por parte de la tejedora.

Esta realidad de pocas ventas del tejido que existe en muchas

comunidades aisladas andinas, aquí presento la organización del

desarrollo, como Hilos de Perú. Viene a las comunidades con el deseo

de acercarles a un mercado más justo donde puedan vender sus tejidos,

y ofrece otros beneficios de ser parte de un grupo del compartimiento

de ideas, el bienestar, y la recuperación del interés en el arte del tejido.

Pero el involucramiento de las organizaciones así ha generado nuevas

críticas y cuestiones. Lo que ha llamado la atención de Hilos de Perú

son los efectos de la introducción del dinero en las comunidades.

Además de los porteadores y arrieros que traen dinero a las

comunidades, no existe mucho dinero en efectivo. Las comunidades

todavía usan el sistema de intercambiar. Como resultado, he visto que

cuando compramos los tejidos, las personas a veces usan este dinero

para comprar dulces, galletas, y alcohol. Nos ha llamado la atención

que si se introduce el dinero en la comunidad, hay una responsabilidad

de concientizar a las personas acerca del uso del dinero.

ENTRELAZANDO LA COMUNIDAD CON EL MERCADO GLOBAL: NUEVOS

ENFOQUES DE DESARROLLO EN COMUNIDADES ALTO ANDINAS

211

En vez de gastar el dinero en galletas y alcohol, los programas

de nutrición podrían introducir a las personas a una variedad de

verduras que podrían comprar para cocinarlo. Para prevenir el

obstáculo de la ubicación, la organización podría venderles sus

verduras el mismo día que hacen las compras de tejidos. Otra parte de

su enfoque más amplio podría ser la implementación de programas de

educación sobre el riesgo de alcohol.

También hay un riesgo de cambiar el funcionamiento

sociocultural de la comunidad. Un enfoque común al desarrollo es

medirlo por “afectar” una comunidad, por la cantidad del dinero que se

usa en el proyecto, por el número de personas expertas, o por las

herramientas utilizadas. Este puede crear una forma de dependencia,

donde el proyecto no se sostiene y las personas siguen pidiendo su

apoyo. Sin embargo, en vez medir el desarrollo en términos de sus

‘impactos,’ o cómo afecta a la comunidad, el éxito de un proyecto

largo y a futuro debe trabajar con la comunidad. El verdadero

“desarrollo” ocurre cuando la comunidad maneja. Por desarrollar las

capacidades de la gente, por usar los conocimientos de la comunidad, y

por trabajar con su sistema sociocultural, el proyecto puede sostenerse

a futuro.

Trabajando con la comunidad implica evitar cambios en sus

sistemas socioculturales. Por ejemplo, el ayni forma la base social y

cultural de muchas comunidades alto andinas. El ayni es una forma de

reciprocidad donde un día, una persona ayuda a otra en su chacra o en

construir su casa. Otro día, esta persona llama la ayuda de otras

personas. Entonces, el concepto de simplemente ‘dar’ no existe en las

comunidades; un sistema de constante intercambio, la ayuda es el

fondo de funcionamiento sociocultural de las comunidades. La

organización de desarrollo se puede aprender mucho de las tradiciones,

como el ayni, que han existido por muchos años.

En conclusión, es posible que la organización del desarrollo

económico apoye a las asociaciones de tejedoras en encontrar un

mercado más justo para vender sus tejidos mientras que se mantengan

el sistema económico y las tradiciones socioculturales en la

comunidad. La antropología puede tocar un papel importante en ayudar

a las comunidades en encontrar la balanza entre el progreso y tradición.

Es una carrera interdisciplinaria que trabaja con personas de economía,

política, y los que trabajan en el desarrollo de la sociedad. Tienen

conocimiento de la cultura del primer mundo, y también el

conocimiento y la capacidad para trabajar en el nivel de la comunidad.

Sin embargo, el éxito de las organizaciones de desarrollo y el creciente

interés del arte indígena no se logra sin la educación de los

INVESTIGACIONES EN LOS ANDES SUD-CENTRALES

212

consumidores. Muchas personas en países del primer mundo no

distinguen un tejido hecho con lana de alpaca, hilado muy fino, con

diseños complicados, y teñido con plantas naturales. No aprecian un

tejido así más que un tejido comercial y por eso no pagan más por un

tejido así. Para lograr más ventas y aumentar el valor de los tejidos

tradicionales andinos, empieza con un desarrollo de una conciencia

dentro del mercado de compradores.

Sobre todo, esta investigación es importante no solo para ser un

ejemplo para otras organizaciones del desarrollo ni solo para

desarrollar la consciencia del mercado del consumidor. Además, el

gobierno nacional del Perú puede aprender mucho con el estudio. Hoy

en día, el estado está incorporando a la población indígena en la

economía-política nacional. Ha tomado esfuerzos en reconocer las

contribuciones de las comunidades alto andinas en la economía y

cultura nacional. Está reconociendo que la identidad indígena puede

jugar un papel importante en el desarrollo del turismo. También ha

tomado gran interés en recuperar la herencia indígena que se refleja en

el número de estudiantes peruanos que les interesan aprender los

idiomas nativos como el Quechua porque creen que es una parte

importante de su herencia como peruanos. Entonces, la cooperación de

los proyectos internacionales y nacionales con la comunidad indígena

alto andinas ilumina el pasado mientras que se continua hacia el futuro

en acomodar la población indígena y sus tradiciones bellas en el Perú

contemporáneo.