Investigaciones en Terapias 04. Bosques Terapeuticos. Comunicar Con Los Arboles. Sobre El Contacto...

8/19/2019 Investigaciones en Terapias 04. Bosques Terapeuticos. Comunicar Con Los Arboles. Sobre El Contacto Con La Natu…

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COMUNICAR CON LOS ARBOLES

por Guillem Català

La encina (en catalán, alzina) o carrasca, el árbol salvaje dominante en el Mediterráneo. La de la imagen tienemás de 100 años, primero entre sembrados, luego rodeada de un polígono industrial, hoy completado con un

jardín. En estas condiciones haber conseguido sobrevivir y pasar contenta es un éxito, que augura poderespiritual. Compárese su vitalidad con los de los árboles a la derecha al fondo

NUESTROS VINCULOS CON LA NATURALEZA

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Formamos parte de la naturaleza. Esta conforma un sistema único, en el que se producenintercambios de energía y de información. Sin dichos intercambios no hay sistema. NosotrosParticipamos en ellos. Lo usual es que los intercambios sean automáticos, y por lo tantoinconscientes. El trabajo espiritual consiste en ir poniendo conciencia en los actos, y en lasemociones, pensamientos, e intuiciones. Esto es, en los intercambios de energía e informacióncon nuestro entorno. De esta manera empezamos a integrar en nuestra personalidadconsciente el hecho de que formamos parte de la naturaleza, algo que nos viene dado y es

obvio y manifiesto, pero que nuestra cultura hace siglos que ha olvidado. Al menos hasta laaparición del ecologismo, hace una generación. Poner conciencia en el intercambio de energíae información indica comunicación con la Naturaleza, y toda comunicación es por definición en



dos direcciones. Conseguir establecer un vínculo con algunos aspectos de la Naturaleza ycomunicarse con ellos es posible, aunque no se debe confundir con la manera de dialogar quetenemos los seres humanos. Dicha comunicación es energética, no se basa en las palabras.

La comunicación entre personas consta de lenguaje verbal y lenguaje no verbal. Secomunican intuiciones y pensamientos, emociones y sentimientos, y sensaciones. Todos ellosson formas de intercambio de energía, de información, y de interpretaciones de la realidad. Lo

que tiene una vertiente mental y otras vertientes raramente asumidas, como la espiritual y lameramente animal. El lenguaje verbal y los pensamientos, las palabras, son el eje de lacomunicación entre las mentes de las personas. En este contexto, la mente es un instrumento(entre otros) para conectarse con la realidad; es un interpretador, que fabrica mapas de lo real.La mente es eso: mapas, esquemas, gráficos, etc., y su confección. No es la realidad ni es lapersona, al servicio de la cual debería estar la máquina de esquematizar que es la mente.

La comunicación con la Naturaleza, que no es propiamente mental, se define a partir dellenguaje no verbal, de las intuiciones, sentimientos y sensaciones. Es en ello en lo que se hade poner conciencia, pues dicha comunicación existe a nivel inconsciente, y es continua yomnipresente. Lo sepamos o no, estamos conectados con nuestro entorno, no estamosseparados. El entorno es un campo de energía, y una persona es un campo de energíaconectado con él. Por otro lado, la mente se basa en la separación y cuando monopoliza elpensamiento produce la absoluta sensación de la separación, que va dicho es falsa. El

absoluto de la separación no se cuestiona hasta que relativizamos el papel de la mente y pasaa ser un auxiliar del sujeto, y no se confunde a la mente con el sujeto. Poner conciencia en estoes ir llevando a la conciencia algún aspecto, alguna pincelada, del océano de lo inconsciente.Se trata de poner un poco de conciencia en el perpetuo, continuo e incesante intercambio deenergía e información, sin el cual no es posible vivir ni un minuto. Para esto le sirve a laconciencia comunicar con la Naturaleza, entre otras ventajas.

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Si usted tiene en su casa perro, o gato, o algún ave, etc., lo dicho cae por su propio peso yno vale la pena insistir. No hará falta le pondere la intensa comunicación que se puede tenercon ellos. Esta es peculiar, en la que lo verbal y el pensamiento ocupan una mínima plaza.

Aparentemente pueden los animales reaccionar a palabras, por ser listos, unos más que otros. Ahora bien, el eje de la comunicación es que están asociando unas palabras que reconocencon emociones. En el fondo responden a una dinámica emocional, ésta es la clave. Algunosanimales tienen formas elementales de racionalidad y pensamiento, inventan estrategias ydeducen reacciones pertinentes a partir de su experiencia. Pero todo esto juega un papelmenor. Por lo usual, la comunicación con ellos se substancia a partir de sensaciones yemociones, y mediante la intuición, esto es, a partir de nuestra parte más inconsciente, lamisma que debemos llevar a la conciencia. La experiencia de convivencia y comunicación conperros, gatos, etc., tiene lugar a partir de lo que tenemos en común, a partir de nuestra parteanimal y natural. Poner más conciencia en los fundamentos de nuestra vida, que soninconscientes, es llevar algo de la Naturaleza, por hacerlo consciente, hacia la Cultura.

Ninguna mejor introducción a todo lo que deseo discutir que la convivencia con animales.Pero si no sabe nada el lector de esto, hay que recordar que nada substituye a la experiencia

personal. De todo lo dicho hasta ahora hace falta experiencia, y no se puede vivir a expensasde la de otro, ni siquiera de la del que escribe estas líneas. Por lo tanto, el lector debe tomarconfianza en sí mismo, estar atento a sus propias experiencias, y abierto a que le sorprendan.Siguen más abajo unas consideraciones sobre el intercambio de energía con los árboles.Entender lo que se dice reclama tener la experiencia del contacto profundo con los árboles.Para que pueda producirse es preciso estar abierto a que los árboles nos sorprendan. Si usted“a priori” decide que esto no es posible, el vínculo que permite el intercambio no se producirá .Nada tiene de extraño, pues usted mismo impide que se cree el vínculo y que la consiguientecomunicación se produzca. Si desea intentar la experiencia le aconsejo que no se cierre a ella,que esté disponible a lo que pueda suceder, y que persevere, sin desanimarse si al principio nosucede nada. Si persiste en algún momento dado, que debe reconocer, la experiencia seproducirá. No la olvidará, pues es de una serenidad y belleza que cautivan.



COMUNICAR CON UN ARBOL

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El propósito de estas páginas es discutir la comunicación, que ya se sabe que es en dosdirecciones, con los árboles. Creo que es el ejemplo más fácil de todo lo dicho. Además, estáexento de peligro, con sólo unos posibles inconvenientes menores, e inexistentes si la personaes honesta y centrada, o no se deja llevar por la soberbia. Cualquiera, si pone empeño, estácapacitado para llevarla hacia adelante. En todo lugar existen árboles. El bienestar y felicidadque da el poder contactar con ellos es gratis. Difícil es encontrar más facilidades.

Hablar de comunicación con los árboles no tiene nada en especial, existen pueblos que lahan cultivado y cultivan, o al menos lo hacen algunas de sus personas más notables. La figuradel herborista, o como se decía antes el hierbatero o yerbatero, no es precisamente nueva.Buena parte del conocimiento de las plantas medicinales se ha producido por comunicación. Ahora bien, quede meridianamente claro que dichas intuiciones es obligatorio verificarlas en lapráctica, comprobar que son correctas, como hace cualquier yerbatero. La intuición, y lacomunicación que se pretende, ha de resistir el peso de la prueba, la validez de lo que se

afirma o intuye. La verdad y la mentira forman parte de toda comunicación, sea entre personas,sea de la persona con la Naturaleza. De manera que el conocimiento de las propiedadesmedicinales de las plantas tiene una vertiente mística y una vertiente empírica y experimental. Ambas válidas, ambas necesarias, ambas imprescindibles. Existen personas más dotadas parala comunicación con hierbas y árboles, y todos estamos dotados para lo empírico, así que siseguimos indicaciones ajenas también podemos certificar si son correctas. La verificaciónempírica es la que responde a la experiencia más materializada, que es siempre la inexcusablecomprobación. Mística y materia van de la mano, no son opuestas – o no deberían serlo.

Aún hoy es posible encontrar personas ancianas en los pequeños pueblos de montaña quesaben de hierbas. E incluso que son capaces de intuir para un mal genérico y sin diagnosticar,qué planta podría ser útil para aliviar al paciente. Esta es una habilidad que en antropología sellama chamánica e implica la comunicación intuitiva con el árbol o la hierba, que es el tema delpresente escrito. La habilidad del yerbatero es usar las plantas, no necesariamente comunicar

con ellas. Sólo los más notables yerbateros saben comunicarse con ellas, y usan así unahabilidad chamánica. Sean de uno u otro tipo, exhorto al lector a que si tiene ocasión conozca ytrate con estos ancianos custodios de un valioso saber que amenaza con perderse.

HACERSE AMIGO DE UN ARBOL

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La comunicación intuitiva con los árboles no es nueva ni insólita ni paranormal, etc. En el

fondo, se trata de algo sencillo y natural. No obstante, demanda paciencia y tiempo, y nada sepuede hacer si no se dispone de ellos, o no se quieren invertir en la experiencia. Las prisas sonpésimas consejeras; de hecho son una estrategia estresante de la mente, y de sus delirios degrandeza, para sabotear cualquier avance que, en definitiva, va a minar su omnipotentedominio sobre nosotros.

La mejor manera de explicar una comunicación intuitiva es ponerse en la situación máscotidiana. Esto es cuando “casualmente” se produce la conexión. Si una persona pasea cercade un árbol con frecuencia, descansa en él, y lo tiene en cuenta, y le importa el árbol, o le tomaafecto, de manera natural se producirá la comunicación energética entre ambos. De hecho esposible que sea sólo nuestro no estar atentos lo que la impide, o lo que hace que no nosdemos cuenta si ésta se produce.

Mi modesta propuesta es: pruébelo. Pero no lo haga un día, vaya intentándolo e insistiendo,sin forzar. Pasee y esté cerca de algunos árboles de su elección, hasta que se vuelva algo

cotidiano. Sea concreto y específico, acérquese a una especie que sienta familiar por alguna



razón. Y no se fije en la especie, fíjese en un árbol concreto de dicha especie que encuentreatractivo, y junto al que usted siente bienestar. Este es el camino. No hay más secreto.

Hay un leve velo, que es nuestra desatención, que se debe levantar. Y de alguna manera seha de aprender a sintonizar, lo que se produce mediante la intuición. No se olvide que a laintuición se la ha de educar, pues es fácil de engañar, o que ésta se equivoque; los árboles son

un buen ejemplo de creación de vínculos que educan a la intuición, vía el acierto y el error.Estas son las vías de todo aprendizaje, y se ha de estar atento a discriminar, y humilde a lahora de aceptar cuando se verifica o no lo intuido. Si es así, el hecho de pasear de manerafrecuente cerca de un árbol por el que se siente familiaridad acaba por empujar a la intuiciónhacia la conexión con él.

La energía de un árbol y la de una persona son, por así decir, dos vibraciones que han deresonar en una onda similar. Pues el medio de dicha comunicación es muy concreto, una onda,una vibración, que vibra a una altura con la que sintonizar (como un receptor de radio y laestación emisora, y el canal). Recuerde que todo es energía, que todo, que todos, somoscampos de energía. Los campos interactúan entre sí cuando sintonizan, y tienden a fundirse enun campo único. Sintonizar con un árbol es lo mismo, puesto que se trata de una comunicaciónentre dos energías. No es de palabras. Hablo de comunicarse con el árbol, no con un espíritu odivinidad que resida en el árbol, o sea su “madre”; esto está bien pero es otra cosa. Pertenece

a la experiencia visionaria, que es magnífica pero fácilmente engañosa. Se trata de empezar lacasa por los fundamentos, no por el tejado.

Sintonizar, resonar con el árbol es posible si la persona desea comunicarse con él, y el árbolcomunicarse con la persona. Ambas pulsiones son imprescindibles. Son los intentos desintonizar del árbol lo que usted siente como atractivo o familiar en él. La primera vez puedeser del todo casual… aparentemente. Las dos energías, las dos formas energéticas, elinconsciente de ambos, la presencia de los dos, entran en contacto, sea voluntaria oinvoluntaria se produce la aproximación. Esto activa la intuición, y lanza hacia adelante nuestrapercepción. Que explicación, o racionalización, demos del fenómeno carece de importancia, lacuestión es que los campos energéticos resuenan y en algo vibran al unísono. Si la experienciase produce, será elocuente para usted y las explicaciones ociosas e innecesarias. Todo esteasunto lo empezará a ver de otra manera, puesto que podrá opinar con fundamento. Así puedecomprobar cómo la fuerte y poderosa presencia del árbol, la energía que emana, va a coincidir

con nuestra propia presencia y energía. Y como pasa siempre, que el todo es más que laspartes, se crea una onda mucho más potente que las dos originales.

He usado las metáforas de la energía, y la de la vibración, para explicar la comunicacióncon un árbol. Podría haber usado, pues es equivalente, la metáfora de ser canales decomunicación, y puede usarse si se prefiere. También he introducido la idea de la presenciaporque hay gente que se sentirá más cómoda con este sentimiento. Del árbol a la persona, deser a ser, de presencia a presencia, nace la comunicación cuando mutuamente nosreconocemos, respetamos, aceptamos, admiramos y estimamos.

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La comunicación con un árbol es una experiencia hermosa y suave. No es para nada

impositiva, y mucho menos aplastante. Puede ser clara y precisa, a veces contundente, perono es espectacular. Y es silenciosa. Se caracteriza por la modestia y la humildad. Ante ella,uno puede reaccionar con una sonrisa y mirar hacia otro lado, pensando que divaga. O puedeaceptar el envite, investigar e ir profundizando – siempre con criterio, de manera crítica y noingenua. Si busca profundizar, tiempo al tiempo, que la comunicación energética (no verbal) seacabará por producir en mayor o menor medida.

Si algo parecido ya le ha sucedido, o piensa que ya le ha sucedido, le aconsejo esté atentoa sus experiencias en el bosque o el jardín… No imponga interpretaciones y déjese guiar por laexperiencia, que habría de sentir con la intuición. Abrase a esta pequeña aventura, y no sedecepcione si los resultados no son inmediatos. Tampoco se obsesione. El punto intermedio,que es de calmada insistencia, es el camino. El equilibrio siempre es el camino. El equilibrio secaracteriza por la modestia y la humildad, sólo los extremos son gritones y espectaculares, loque para la vida espiritual no conviene.

La anterior es una forma de ver las cosas, y si usted ha tenido la experiencia comprobará yverificará que es válida. Pero si existen prejuicios, tal vez usted no lo vea así… Lo mejor que se



puede hacer con los prejuicios es lanzarlos al cubo de la basura, y estar atento a la experienciacotidiana. Pero tampoco se trata de dar un pendulazo y ser crédulo e ingenuo. Se trata deseguir los pasos del corazón, lo que obliga a la crítica y revisión de nuestra experiencia. Hacereso es el papel de la mente. Pero la mente no debe dictar qué hemos de creer. No hay que serni ultrarracional ni ultracrédulo. Lo intermedio entre extremos es el camino de la verdad.

Repito que las ideas que he expresado hace miles de años que la humanidad las sabe, o al

menos siempre ha habido gente que lo ha sabido. Los alquimistas lo llamaban “el lenguaje delos pájaros”… pues va dicho que es como hablar como las aves, con un gato o un perro…aunque con los árboles el aspecto de sensaciones e intuiciones, el energético puro, y lapercepción de la presencia, toman protagonismo, pues los árboles nos caen más lejos denuestra forma de ser. Lo repito: la experiencia no es lejana a la de hablar con perros o gatos,pero con éstos es más emotiva, y más sensorial con los árboles.

La experiencia de contactar, trabar amistad, e incluso comunicar con un árbol, le harásentirse acompañado de la naturaleza, y le ayudará a encontrar su sitio en ella. Acabará poraceptar que no somos el centro del Universo, como se creía hasta hace poco, y comomuchísima gente aún cree. Y ello porque la ideología y las religiones lo propugnan. Estoproviene de la mente, y el falso ego, individual y colectivo, que se creen el principio y el final detodo, y por lo tanto el centro del Universo alrededor del cual ha de girar todo. Pero esto sólo es

vulgar soberbia, sea individual o colectiva, una ilusión, un cuento francamente infantil.Esta experiencia le puede servir para fortalecerse, y ganar confianza, Más en concreto,

puede ser una ayuda en momentos difíciles y soledad, en depresiones y bajones emocionales.No se trata de un divertimento. Si se lo toma como diversión la comunicación no se producirá,ni conviene que se produzca. No sale a cuento banalizar estas cosas. Tampoco es magia, talcomo esto se entiende. La trivialidad del tedio de la vida no se ahuyenta de esta manera.

Si usted ya se ha acostumbrado a un árbol, hágase amigo suyo. Es una amistadreconfortante. Llegue al punto de acercarse a él, acariciar su tronco, tocar sus hojas. Siénteseen sus raíces, o en el suelo con la espalda recostada en el tronco. O mejor, abrácese a él, enun pequeño acto de amor. Vaya al bosque, a bosques, y pruebe con diferentes especies, y condiferentes árboles. Uno puede hacerse amigo de más de un árbol, de más de una especie.

Meditación bajo una encina. La persona está abriéndose a la presencia del árbol. Si se medita sobre la imagenes perceptible la fuerza con que el árbol intenta abrir a la persona, que no acaba de entrar en el juego



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Tal vez le resulte útil que le narre mi experiencia, hace de esto casi 20 años. Nací y viví enciudades, en València y Barcelona. Vengo a decir que era el típico habitante urbano al que le

gusta la naturaleza. Me gustaban los animales y el bosque. Pero de las especies vegetalesapenas podía reconocer unas pocas. El reino de las plantas me era desconocido, íntimamenteme era un mundo ajeno. Con 38 años me fui, con mi compañera, a vivir a Santa Eulàlia deRonçana, un pequeño pueblo cerca de Granollers. Era puramente rural, sin casco urbano,formado por casas y urbanizaciones dispersas entre campos y espesos bosques, en el Vallès,una de las comarcas de la Catalunya Vella, que es húmeda, de naturaleza exuberante y muybella. La casa estaba aislada y al lado de un extenso bosque frondoso de pinos, encinas yrobles, que se tardaba una hora en atravesar.

Tenía perros, y casi todos los días salíamos a dar un paseo. Nada más hermoso que vivir allado del bosque, es lo más parecido a tener una casa de cuento. Y nada más hermoso quetener perros y salir a pasear con ellos a disfrutar de los atardeceres. Durante quince años estofue una constante de mi vida, no de todos los días, pero sí de muchos.

Pasear cada día a última hora por el bosque es un placer que a quien no lo conozca se me

hace difícil explicárselo. Es cuando caen las sombras y la luz se vuelve aterciopelada, queenvuelve a los árboles con una suave calma, pues el movimiento parece detenerse. Laatmósfera se serena y atempera. Es el momento en que los árboles se abren para absorber laúltima luminosidad del día, para después reposar en el silencio de la noche. Por así decir, pocoa poco se adormecen. Pasear por el bosque es siempre muy especial, pero en este momentoes singularmente irreal. No se olvide que el atardecer es el momento iniciático por excelencia.

Llevaba haciendo mis paseos durante varios años, cuando cogí la costumbre de sentarmelargo rato a reflexionar con la espalda contra el tronco de un árbol, mientras los perros juegueteaban a perseguir conejos. Cada día me sentaba en un lugar diferente, y noté queestaba más a gusto en ciertos árboles que en otros. No era la especie, pues me sucedía convarias. Era el árbol. Poco a poco me fui decantando por varios, y me cree mis lugares dedescanso y abandono.

Empecé a sentir en lo más profundo el palpitar de varios árboles, su fuerza vital. Se

constituyeron poco a poco en amigos con los que acabé teniendo intimidad. Cuando meacercaba a uno de ellos una tenue sensación de bienestar me embargaba. Yo sentía como sime reconociese, se alegrara y me diera la bienvenida. No sucedía esto siempre, pero si enbastantes ocasiones. Me di cuenta de que no era yo quien creaba esta sensación, y acabé poraceptarla con naturalidad. Para mí era como si ese árbol tuviese alma, no como la nuestra,harto diferente, pero alma al cabo.

Un día me dio por abrazarme a un pino de gran tronco y me fundí con él. Al pino le siguió unviejo roble. Los sentí, los entendí. Experiencias inolvidables. Y a mi compañera, y a los amigosque venían a visitarnos y me acompañaban al bosque, también los llevaba a abrazase a misárboles amigos. Poco a poco el entendimiento de que eran árboles poderosos penetró en mipensamiento. Cuando estudié la antropología del chamanismo, y trabajé con algunoschamanes, comprendí la universalidad de los árboles de poder. Y conocí que, en efecto, laterapia con árboles es relativamente usual, y que algunos terapeutas modernos la usan.

Años después comencé a meditar, y la intimidad con los árboles se profundizó. Empecé ahacer sanación, y una de las que desarrollé fue, precisamente, el abrazo sanador a un árbol depoder. Añadí a lo anterior la producción de esencias florales, como Lucy Castro me enseñó.

Poco a poco empecé a interesarme por las plantas, hierbas y árboles, y a estudiarlos condetenimiento. Llegué a percibir como el bosque todo conformaba un organismo vivo ypalpitante. No sólo armónico, también en lucha entre sí de las plantas por el poco suelodisponible. Ser un organismo y con alma no quiere decir que se trate de un cuento rosa. LaVida es así, armonía y lucha alternan según la ocasión. Acabé por confeccionar esenciasflorales y vegetales, de árboles, plantas y hongos, a partir de 2004 (como las flores de Bach,pero que no son de Bach por intervenir otros poderes, y ser de linaje distinto).

En fin, poco a poco me deslicé de sentir los árboles y ser amigo de ellos, a meditar yfusionarme, que es el paso siguiente para profundizar en la comunicación. El único mérito queyo tuve en toda esta experiencia es no haberla rechazado, sino que me dejé llevar. Con

tranquilidad, sin caer tampoco en excesos de credulidad. Intenté ser natural con la Naturaleza,y aprendí a estimarla. No hay más secreto.



Arriba, pino de poder, donde me inicié en la comunicación, y medité por muchos años. Se observa lo diferenteque es de los troncos que tiene detrás, que son pinos sin poder. Abajo, imagen del bosque donde se encuentra



Vale la pena resumir lo dicho hasta aquí. Entablar amistad con un árbol es una experiencia

que puede ser universal, está al alcance de todos con sólo que se le dedique el tiempo queprecisa, que es ciertamente largo. Pues se trata de generar y adoptar una costumbre, lo que nose consigue de un día para otro. A cambio es un proceso poco exigente.

Hacerse amigo de un árbol y comunicarse con él es posible si se confía, y se desarrolla la

intuición, se la educa. Lo que nos va a enriquece de manera considerable.No obstante, la intuición tiene sus ritmos, y si se intenta acelerar el fracaso es inevitable,pues no se desarrollará la intuición sino nuestros propios artefactos mentales queconfundiremos con la intuición. Y así a lo único que se llega es a la divagación y a perderse porel camino. La mente, que es astuta, intenta insinuarse en todo proceso que atenúe su poder, ylo hace mediante el disfraz. Sucede entonces que deseando desprendernos del dominioomnipotente de la mente, tras alguna vacilación, ésta consigue estafarnos y reafirmarse másfuerte en su poder sobre nosotros, mientras que pensamos que por fin la estamos poniendo ensu lugar. ¡Atención y alerta, pues!

MEDITAR CON UN ARBOL Y FUNDIRSE CON EL

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El paso siguiente, que profundiza la comunicación, requiere de una práctica espiritual. Noimporta cuál sea, pero debería existir. Propongo la que yo he realizado, que se basa en lameditación. Pero es posible adoptar otra. Yo mismo comencé en el trabajo chamánico, pero lameditación lo ha absorbido y superado. Es posible, pues, una práctica chamánica y pagana,que con la meditación se vuelve más variada y luminosa. Existen otros trabajos, como lacontemplación de la luz y del silencio, que es común en el cristianismo. También existe lameditación cristiana, pero como tal ha tenido poco desarrollo, menos en algunos centrosorientales de la iglesia ortodoxa.

La meditación en que me centré tenía un pie en el chamanismo y paganismo, y un pie enlas técnicas budistas y en el reiki. Yo carezco de una religión concreta, no estoy metido ensecta alguna. Mi diálogo con la trascendencia es directo, como es usual entre los que hanaprendido de las enseñanzas chamánicas, y, actualmente, en muchas personas en trabajoespiritual. En esta línea no existe vinculación con iglesia o religión específicas, o en todo casoéste es pasajero. Yo siempre me he definido como un poco de todo y un mucho de nada.Simplemente he intentado aprender de mi propia experiencia, con mayor o menor fortuna.

En resumen, que para profundizar la comunicación con los árboles les propongo un caminoy una técnica, entre otras posibles. Mi propuesta implica que usted practique meditación, enprincipio de tipo budista. Esto es, que pueda serenar la mente, y tenerla bajo observación de laconciencia. Lo que permite a ésta abrirse a la energía y a vincularse con el entorno. Que laconciencia esté abierta y disponible a fundirse con lo que nos rodea. Sin perder el control ysiendo siempre consciente, ser capaz de abandonarse al bosque o a los árboles.

La idea profundiza la propuesta de amistad. Ahora se debe sentar usted con la espaldarecostada en un árbol a meditar. O abrazarse al árbol, lo que es aún más potente, y meditarabrazado a él (aunque mantener la estabilidad meditativa es más difícil si no se tieneexperiencia). Ha de ser con un árbol con el que se haya creado intimidad. Mejor aún si es unárbol de poder, por ser más potente la experiencia y funcionar casi desde el principio, pero noes imprescindible; tardará más en producirse y será menos perceptible si no es árbol de poder,pero la substancia es la misma.

Sentado o abrazado, medite. Cuando se alcanza profundidad y estabilidad meditativa,sienta la energía del árbol, sienta su presencia, su masa energética amable y afectuosa. Sesupone que esto ya sabe hacerlo; ahora, introduzca un paso nuevo: medite CON el árbol. Nopierda la conciencia en ningún momento. Abrácese a él. Sentirá la presencia. Entréguele supropia presencia. Fundase con él. Respire con él. Sienta la vida fluir en él, como circula la

energía por su interior y superficie. Ahora son uno, y sus energías se intercambian ycomunican. Se trata de abrir nuestro cuerpo espiritual y fundirlo con el del árbol. Y mantenerse



unidos energéticamente por un tiempo, formando un solo cuerpo energético, sin perdernosotros la conciencia, siempre alertas. Para usted es como sentirse árbol, el concreto yespecífico con el que está meditando. De presencia a presencia, ser una sola presencia. Yestar así unos minutos, abandonados el uno al otro sin perder conciencia y sabiendo que estápasando, con atención plena.

La idea es que usted ha de llenarse conscientemente de la energía del árbol, pero no se

embriague con la experiencia y deje de saber en todo momento qué sucede. Si se pierde deinmediato la mente tomará el control y saboteará el proceso, perdiéndose por falsos senderosde divagaciones y ensueños. Si no se embriaga, sentirá que en la fusión son uno, y susenergías se intercambian y comunican. El árbol toma toxina energética suya, que a él le sirvede alimento. A cambio, acepte la fuerza y el poder, acaso el aprendizaje, que le ofrece el árbol.Es legítimo esto, es amoroso. Es dar para recibir, recibir para dar. Todos así salimos ganando.

Esta meditación con un árbol y fusión con él, debe practicarse periódicamente, hastavolverse costumbre. Si lo hace siempre con el mismo árbol, o árboles, también se volverácostumbre para él, y más fácil que se produzca la conexión.

Tal vez la explicación anterior es un poco oscura, y convenga exponerla de manera mástécnica, lo que se podría desglosar como sigue. Para empezar, medite y sienta su propiaenergía. Sienta la masa energética del árbol. Abra su campo energético. El propio árbol abrirá

el suyo. Deje que lentamente ambos se fundan en una sola masa energética. No pierda enningún momento la conciencia de sí mismo. Note como el gradiente de energía aumentabastante, al mismo tiempo que en las entrañas siente al árbol. Si se abraza al árbol, sientacomo su cuerpo energético abraza al cuerpo energético del árbol. Y ambos se funden en unabrazo, cálido, potente y afectuoso, un abrazo de amor.

Por decirlo poéticamente, sea árbol con el árbol, busque lo que tienen en común. Sienta lanaturaleza como vive, participando con nosotros en nuestra vida, y conformando todos juntos laVida. Sienta cómo la Vida se vive a través del árbol y a través de usted. No es un tema parapensar o reflexionar, es un asunto del sentimiento y de la intuición. No es filosofía teórica, esexperiencia viva. Comprenda la forma de relacionarse de sus árboles favoritos con el entorno.Entienda que el árbol es un eje mediador de arriba a abajo, y al revés. Que es un intermediarioentre el Cielo y la Tierra, como un canal energético que los comunica en ambas direcciones. Ocomo una antena de repetición que rebota la vibración celeste en la Tierra, y la de ésta en el

Cielo. Al fundirse con un árbol, en algo se participa en dicha intermediación energética, comocanal o como vibración. Se puede así tomar conciencia de cuál es nuestro papel.

Como alternativa a la propuesta puede seguirse una experiencia más contemplativa. Paraello medite con los ojos cerrados. Cuando empiece a sentir la masa energética del árbol, abralos ojos y contemple la brisa en las hojas, el suave oscilar de las ramas. Sienta estemovimiento en sus venas. Fluya con su danza mecida por el viento. Sienta la presencia delárbol que se funde con su propia presencia, y fundidos danzan, en la danza de la existencia.Cuando la sienta, sepárese del árbol y dance en su honor.

Otra alternativa es contemplar el silencio del árbol, el silencio que rodea al árbol como unmanto y le da vida. Sienta la intensa dicha de vivir que el árbol emana. El silencio del árbol esla fuerza vital que lo sostiene. Sienta que también la fuerza vital le rodea a usted, que comosilencio le atraviesa, le alimenta de energía y le sostiene. Perciba que no es posible vivir si por

un tiempo el silencio se aleja y la corriente vital se detiene.Elija la propuesta que elija, son las etapas siguientes las necesarias: meditación, percepción

de la energía, intercambio, fusión y danza (o variantes).Se observará que la propuesta anterior es ciertamente mística pero no es irracional. No se

trata de “volar”. Al contrario, la experiencia es muy material y muy terrenal, por así decir. No sepretende escapar a nuestra condición, lo que se desea es volver sobre nosotros mismos. Conla finalidad de acercarnos un poco a nuestra esencia interior, ayudados por los árboles.

En la meditación con el árbol, en mi idea, el árbol, a su manera, también medita. Por ello, lafusión es potente. La propuesta es análoga a otras prácticas meditativas, como cuando sebusca ser viento con el viento, sol con el sol, arroyo con el arroyo, mar con el mar. O respirar elviento, el sol, el arroyo o el mar, en este caso respirar la energía del árbol (es una prácticataoísta típica, común en un entorno cristiano en el Monte Athos, Grecia). La propuesta demeditación con el árbol tiene semejanzas con ciertas meditaciones budistas, y con las ideas de

Eckhart Tolle, que de alguna manera siguen a aquellas. En las abstracciones meditativas deBuda, sería la quinta, la fusión con el espacio ilimitado. Según Tolle, sería abrir nuestra



presencia interior a la presencia que llena el lugar y el espacio. En mi propuesta ello se aplica aalgo concreto y palpable, un árbol, pero en substancia se está hablando de lo mismo.

Cuando haya avanzado en esta meditación conviene amplíe sus conocimientos sobre laespecie o especies de árboles que le interesan. Lea sobre ellos, busque fotos, estudie suecología y problemática. Visite bosques o jardines que tengan ejemplares de la especie que haescogido. Entienda la morfología y la ecología de la especie, y cómo esto se concreta en los

árboles de su elección. Transcienda de un árbol concreto a la especie como comunicación,pero sin abandonar aquél. Trabaje con más de un árbol, de diferentes especies.Es de observar que, en esta meditación, el árbol se va a preocupar de su bienestar. Y usted

mismo empezará a interesarse por el bienestar del árbol, a pensar de cuando en cuando en él,sobre todo si está lejos y no lo puede visitar. Si hay necesidad, al meditar lejos se evoca alárbol y a su poder, que por resonancia llega hasta donde usted se encuentra. Puede ser asíusado para sanarse a usted mismo, o para sanar a otros. Si es usted sanador, introduzca en sutrabajo la evocación de un árbol que desee trabajar así.

Si usted hace esencias florales, los propios árboles le permitirán intuir con qué árboles y dequé especie debe hacerlas. Y cuál es su utilidad general, o para un paciente en particular.

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Queda por examinar qué efectos tiene la amistad y la comunicación. Hay efectos generales,y particulares para un interés específico. Existen árboles que nos son cercanos a cada uno denosotros, diferentes según las personas - sería nuestro árbol personal (o árboles, pueden servarios). O nuestra especie personal, o especies. Para una enfermedad o proceso iniciático, talvez otro árbol sea el pertinente, en esto se debe ser específico y concreto, pero deberá dejarseaconsejar por un especialista.

El efecto general de la amistad reiterada, o la meditación y fusión, es el intercambiode poder y el fortalecimiento de la persona, y la reconciliación con nuestra naturaleza.Esta es la clave del trabajo del árbol, más potente si existe fusión que sólo amistad.

Además se dan otros efectos. Por ejemplo, la purificación, con más o menos claridad, esusual, pero es raro que ésta sea completa – los árboles son poderosos, pero no tanto en esto.

En general son útiles en el caso de una purificación genérica, pero para que sea eficaz ha defrecuentarse mucho un árbol, y meditar con él, que se lo sienta como purificador para unomismo. Existen especies más poderosamente purificadoras que otras. Para cada personapuede existir un árbol purificador singular. Si nota que no es suficiente, acuda a un especialista.

En el uso purificador los árboles son un caso concreto de una problemática más vasta.Existen purificaciones y sanaciones mediante la meditación (con o sin mantras, mudras, etc.)que se basan en que el sanador abraza al paciente o expande su cuerpo energético paralimpiar un ambiente. Similar es el procedimiento en que el sanador funde su cuerpo energéticocon el del paciente, lo purifica y reprograma para que encuentre armas para luchar con laenfermedad. Esto mismo se puede realizar respecto a un árbol pertinente para el paciente opara el desorden que tiene.

No obstante, la purificación mediante un árbol cualquiera no es un remedio aconsejable.Cuando uno se encuentra pesado o cargado, abrazarse al primer árbol que hay a mano no

suele funcionar, aunque alivia. En especial cuando se realizan ceremonias con un componenteespiritista, por ejemplo las Constelaciones Familiares, que si hay pesadez suele ser fuerte ypersistente, el expediente de abrazarse a un árbol no suele ser eficaz, pues en dicho caso sedescarga algo de la pesadez y poco más.

Existen técnicas terapéuticas, cercanas a tendencias homeopáticas y kinesológicas, queinvestigan técnicas chamánicas que consisten en detectar qué planta, no necesariamenteárbol, tiene una naturaleza análoga a la de una persona. Sirve esto para crecimiento personal,o para reforzarse cuando se está enfermo. Es la técnica de vincular a una persona con laplanta que se muestra idónea. Sea por ser su planta personal. O sea para ayudarla a enfrentaruna enfermedad concreta; en este último caso se trata de una triangulación entre paciente,enfermedad y planta, pues ésta ha de responder a la enfermedad y al paciente.

Tal como lo he expuesto la amistad y la fusión con un árbol es un proceso iniciático, sinmaestro personal. Puede abreviarse y centrarse mejor si existe iniciación formal con un



maestro. Esto es, si se pasa del proceso iniciático a la iniciación. Mi experiencia personal fueun largo proceso iniciático sin maestro, ya que los mismos árboles lo fueron y poco a poco meiniciaron. Ahora bien, la experiencia de ser iniciado con un maestro es grata e iluminadora, queenseña y permite ir directos al grano, centrarse en el camino y evitar senderos erróneos. Siexiste despiste vital o enfermedad conviene la brevedad.

La iniciación es lo mismo que se ha descrito pero con el apoyo del maestro. El que va a ser

iniciado se sienta recostado en el árbol, o mejor se abraza a él. Intenta focalizar su atención enla respiración y en el árbol. El maestro medita también con el árbol. Una vez bien definida lasituación, el maestro activa al árbol y le abre la energía, mientras centra al iniciando y leaumenta la energía y se la abre. El maestro guía la fusión y cuando toca le pone fin. El árbolpuede haber sido elegido por el maestro, o por el iniciando – el maestro verifica previamenteque el árbol elegido es adecuado y dispuesto a la fusión.

Una de las características de la meditación conjunta, o de los rituales, es que cuandoasistimos a una acción o ritual que lleva a cabo una persona más evolucionada se produce elfenómeno de la imprimación. Los cuerpos energéticos de los asistentes se solapan. Y losaspectos más maduros del maestro se reduplican e imprimen en los asistentes. Esto se aplicaa las iniciaciones, por ello debe ser un maestro capacitado el que las conduzca, porque se va aimprimir en el cuerpo energético del iniciando. Depende pues de la madurez, generosidad yeficacia del maestro buena parte del valor de la iniciación. El maestro es canal, pero un canal

con personalidad que impregna la iniciación. Aplicado a la amistad o la meditación con unárbol, es el maestro el que provoca el proceso. Y la capacidad de comenzar a conectar concierta eficacia con un árbol, y con la especie, queda impresa en el cuerpo energético deliniciando. Este debe seguir el trabajo, confirmar, fortificar y direccionar su proceso personal,que ha dado un paso adelante. La iniciación tiene lugar con una especie, y se deberá trabajarcon otras especies, pues ya se tiene la capacidad, y sólo se requiere esfuerzo y dedicación.

Tal vez le pique la curiosidad al lector el saber cómo he profundizado mi meditación con losárboles. El asunto es demasiado complejo para tratarlo aquí, pero no estará de más dar unapincelada. Tengo una cabaña de retiro y meditación en un pueblito, Fonz, no lejos de Monzón.Está exactamente en la falda de la Carrodilla, la primera sierra del piedemonte de los Pirineosaragoneses. Es un pueblo pequeño y medio despoblado, habitado por gente anciana, y dondeno hay absolutamente nada que distraiga. Su interés turístico es menor. Es ideal para retiros.

En los caminos que ascienden a la sierra se encuentran, según se sube, extensos olivares.Estos dejan paso a un bosque de encinas, sabinas y enebros, que es el natural de la zona.Después se entromete un denso bosque de pinos (de la especie de Alepo), plantado por elhombre y que a duras penas sobrevive, pues el ecosistema no va con ellos y se les ha dejadodescuidados y abandonados a su suerte. La comarca es de clima extremo, gélido en invierno ymuy caluroso en verano. Sufre periódicas sequías, alternadas con primaveras lluviosas que ala noche hiela, causando destrozos en las especies no adaptadas a esta marcha. Los pinospadecen, y menos los pocos que crecen sobre venas de aguas subterráneas, están anémicos ymedio resecos, poblados de ramas muertas. Las tormentas de rayos son usuales y sólo porverdadero milagro el bosque no ha sido pasto de las llamas. Ya lejos del alcance humano,vuelve el encinar y sigue casi hasta las cumbres (1000 metros de altitud), donde los vientosimpiden el arbolado. La zona era rica de aguas, de aquí el nombre del pueblo, pero por elcambio climático y la extracción abusiva, se han secado todas las fuentes, menos una.

Voy para largas estancias dos veces al año. La primera cosa que hago nada más llegar estomar el camino que asciende hacia la sierra, para visitar a mis árboles. Es emocionante cómomis amigos los olivos me reciben con una intensa sensación de alegría y bienestar. Acudoporque me preocupan, pues el olivo lleva muy mal la sequía (en cuyo caso no da frutos y loshombres los descuidan). Al estar entre ellos siento cómo han pasado los meses en que no noshemos visto. Si están alegres por las lluvias, o estresados y deprimidos por la seca. Si estánoptimistas o pesimistas, etc. Creo que no hay felicidad comparable a la del olivo cuando en latemporada de verano recibe una lluvia que le da alas para crecer, abrirse y dar fruto. Lo cualcontrasta con los almendros, especie que siempre da frutos; suelen morir durante una sequía,por esforzarse en las almendras y morir en el intento. Olivos y almendros son ideales paraplantarlos alternos. Durante la seca, es raro que los almendros abandonen la depresión, y asíes como los he conocido los últimos años, sin lograr contactar con ellos.

Sigo el camino y llego al encinar. Al lado del camino, una encina joven, de unos 25 años,

hermosa y poderosa, pero anónima pues a nadie llama la atención, es mi encina personal,frente a la cual medito largamente y me fundo con ella. La descubrí casualmente, o mejor sería



decir que me llamó con suavidad y esperó al momento adecuado para darse a conocer. Laencina como árbol es ensimismado (de forma esférica, forma metal, y el ensimismamientotambién es metal). Es difícil conectar con él. Es una especie muy suya, y se ha de seguir lo queva insinuando si se desea meditar con ella. Tal vez por eso no suele usarse para meditar.

Oliveras que han resistido una larga sequía, tras una lluvia de primavera. Están expansivas a pesar de lasnumerosas ramas muertas por la falta de agua

Sucedió que deseaba hacer la esencia floral. Probé con varias encinas y no funcionó bien,de manera que insistí con varias más, y seguía sin funcionar. La trasmutación era débil,aunque se producía. Por comodidad, al estar al lado del camino, probé con ésta einesperadamente la esencia resultó poderosísima. Empecé a meditar con esta encina, frente afrente, y se profundizó rápidamente. Y hasta hoy. Tras mis ausencias, los reencuentros con ellaes como la de dos viejos amigos que llevan tiempo sin verse. Para mí se ha vuelto entrañable,un apoyo en mi meditación, y una fuente de fuerza en los momentos difíciles.

Tras un rato, retomo la ascensión, se cambia de montaña y se llega al siguiente valle, con elbosque de pinos creado por el hombre. Aquí la situación es distinta. Me he creado un lugar de

meditación en medio de un antiquísimo camino, hoy en día orlado de pinos. El camino tienegeomancia y mi propósito es activarla para que beneficie al bosque, que puedan los decaídospinos sobrevivir un poco mejor. Aquí se trata de dar, no de recibir.

El camino sigue ascendiendo levemente, pasa a la siguiente montaña y gira a otro valle, concambio de energía. Allí, al pie de la sierra, se encuentra el “ojo de la fuente”, el lugar de unantiguo torrente que ha sido transformado en captación de aguas. Esto es muy antiguo, y lavieja conducción de aguas está atestiguada en época islámica (hacia el año 1000). Unaconstrucción con bóvedas subterráneas reúne las aguas del entorno y de la peña que se filtranpor la lluvia, y una moderna tubería subterránea la lleva al pueblo, a 5 km de distancia.

La cuestión es que una gran encina guarda el lugar, que es un lugar de poder. Esta encina,que debe de tener 80 años, es un árbol de poder, pero de un tipo muy concreto. Trabaja y rigeel manantial y la captación. En ello cumple su papel y no está disponible para nada más. Escomo un eje que conecta las aguas (ahora subterránea) con el Cielo. Meditar con la encinasirve para conectar con la fuente y el lugar de poder, en lo que yo encuentro utilidad. La encinano está abierta a nada más. No está disponible para ser usada como árbol personal u otro uso.



La encina joven que es mi árbol personal. Arriba, foto de un año antes de empezar a meditar con ella. Abajo,después de empezar el trabajo con ella. Si usted medita y se enfoca en ambas imágenes, se puede percibir quela potencia de poder es mayor en la imagen de abajo, pues la meditación también le sirve al árbol y se fortalece



MEDITACION Y FUSION MADURA CON ÁRBOLES

9

La comunicación con los árboles se puede profundizar, tras la amistad y la meditación defusión, por diversos caminos. Escoger uno u otro depende de la tradición en que se encuentreel practicante. La que propongo responde a mi formación y práctica, que tiene elementostaoístas y tántricos. Es, pues, una propuesta concreta entre varias posibles.

El paso siguiente a la fusión sería una fusión plena. El campo energético de los árboles

tiene estructuras. Nuestro campo energético tiene también estructuras. De hecho ambosdisponen de muchas estructuras, y cada escuela trabaja con la de su preferencia. En la medida



en que sean análogas o compatibles la estructura escogida del árbol y la de la persona, lafusión se profundiza si además de fundir los campos, se busca la homología de las estructurasque puedan unificarse. Se trata, pues, de fundir los campos a partir de las estructuras.

Se pueden considerar muchas estructuras de las conocidas para el campo energéticohumano. Por ejemplo, los principales meridianos de la acupuntura (los 12 extraordinarios, los 8maravillosos, o ambos a la vez). Los árboles también tienen una estructura de meridianos, que

sólo en parte coincide con la nuestra. Así se pueden solapar varios meridianos con unmeridiano arbóreo de potencia notable. El problema de esta técnica es que exige ser unmaestro consumado en la meditación y el Qi Gong, lo que no es mi caso.

El esquema del Arbol de la Vida de los 10 serfirá es otra de las estructuras, la más mística,de las que organizan el cuerpo energético de los seres. Tiene el problema de ser muy complejala organización, y muy conceptual.

Las 7 ruedas o chakras son más energéticos que materializados. Son la estructura preferidadel tantrismo en cualquiera de sus vertientes, budista o hinduista, y en general de bastantestendencias de meditación oriental. Tiene el problema que se trata también de una estructurademasiado compleja, y sominarla sólo es posible después de larga práctica y con la madurez.

Los 3 campos (o Dan Tien) de la metafísica china son la más material de las estructuras decontrol del fluir energético, y corresponden al vientre, el corazón y la cabeza. Pertenece a latradición taoísta y específicamente a la Alquimia Interna (Nei Dan), aunque el tantrismo

tibetano también los usa. Es la estructura más fácil de trabajar. Cuando este sistema de controlse domina, manejarse con los 7 chakras es relativamente fácil. Comenzar directamente con loschakras es demasiado difícil. La fase de la energía que trabajan los 3 campos está en trancede materializar; menos material es la de los 7 chakras; ambas no presentan entre sícontradicción, aunque tengas formas simbólicas diferentes.

No es el momento de transcribir en detalle estas estructuras, y me veo obligado a suponerque el lector tiene una noticia, ni que sea sumaria, de ellos.

Los tres campos o Dan Tien son tres esferas energéticas consecutivas, alineadas desdeTierra, mediando el cuerpo humano, hacia Cielo. A Tierra corresponde el primer Dan Tien, alcorazón el Segundo, a Cielo el Tercero. Se simbolizan por el color del elemento agente, que esla fase de la energía que los define. Azul oscuro (energía en fase agua, en la profundidad) parael Primero. Rojo (fuego, ascendente) para el Segundo. Blanco (metal, energía celeste que

desciende y se concentra) para el Tercero. Tanto se pueden imaginar como grandes esferas,que sobrepasan las dimensiones del cuerpo, una encima de la otra y tocándose. O bienrepresentarse por uno de sus puntos principales de control. Así, se les puede imaginar comopequeñas esferas, del color citado, emplazadas en la base de la columna (o un poco pordebajo del ombligo), en el corazón, y en medio de la cabeza - ocuparían aproximadamente loslugares del segundo, cuarto y sexto chacra. O elegir para el Primero y Tercero puntos másalejados, que clarifican la estructura, emplazado el punto del Primero en los pies (o algo pordebajo de los pies si estamos sentados), y como a un metro por encima de la cabeza el puntodel Tercero. Análogamente, los tres campos implican tres capas sucesivas del cuerpoenergético que nos rodea, en el orden antes indicado y con igual color.

Es esta última representación la que yo uso y sugiero a mis iniciandos. Si se tiene clara, yse saben iluminar las esferas y dichos puntos, volviéndolos más activos, por algúnprocedimiento, por ejemplo la respiración, lo que sigue es fácil. Las tres esferas sucesivas

también existen en los árboles, correspondiendo a raíces, tronco y copa. Se debe activar lasesferas en el árbol, y activar tres puntos principales; el Primero bajo Tierra, el Segundo en elcentro del tronco donde está libre de ramas, y el Tercero en lo alto de la copa. Activados lostres campos de la persona y los del árbol, se procede a la ordenada fusión, de manera que segeneran tres grandes esferas comunes a ambos. La fusión energética así obtenida espoderosa. Los campos del árbol pueden ser imaginados tanto como tres esferas colocadas unaencima de otra, como por las tres capas envolventes que rigen. Si se abraza al árbol, el campodel corazón y el del árbol se puede imaginar que son a la misma altura y es fácil fusionarlos.

Lo anterior eventualmente puede demandar iniciación. En dicho caso, es el maestro quienactiva los anteriores centros y le enseña al iniciando cómo hacerlo para que se abran lasesferas de la persona y del árbol, y se unifiquen después. La fusión de campos ha demantenerse por cierto tiempo para que sea eficaz.

Si se imaginan los 3 Dan Tien como esferas de tamaño menor, y su centro ubicado dondeestá el segundo (agua), cuarto (fuego) y sexto (metal) chakra respectivamente, tenemos que el



punto de contacto entre las esferas define el emplazamiento de los chakras tercero (madera) yquinto (metal). Sentados, el contacto con Tierra define el primer chacra (tierra). Y la coronilla ovista directa de Cielo define el séptimo (metal o fuego). El código de color de los 7 chakrassigue a los del Arco Iris.

La representación en el cuerpo humano de los chakras (ruedas) es de pequeñas esferas odiscos giratorios. Además, cada chakra define sucesivamente una capa del cuerpo energético

que nos rodea.Los chakras en un árbol carecen de centro o rueda giratoria, y deben ser imaginados comosiete envolventes sucesivos. Este aspecto es importante: no tienen centros, como los nuestros,y la representación de capas es la que permite operar con el árbol.

Cuando una persona domina la fusión mediante los 3 campos, es fácil ampliarla a la fusiónmediante los 7 chakras. Se activan estos, teniendo en cuenta que son o puntos iniciales yterminales, o los puntos de fricción entre los campos. Se han de iluminar con el código de colordel Arco Iris: rojo (primer chakra), naranja (segundo), amarillo (tercero), verde (cuarto), azulcielo (quinto), morado (sexto) y violeta (séptimo). Una vez activados los chakras de la persona,se activan los 7 envolventes del árbol, cada capa con el color del Arco Iris. Los chakras de lapersona deben de abrirse. Los envolventes del árbol deben de abrirse. A continuación debenformar una capa única los chacras de la persona y el envolvente del árbol. Y esto chacra achacra, en orden comenzando por abajo. Esta unificación es muy poderosa y amplia la de los 3

campos. La fusión de los chacras debe mantenerse por cierto tiempo.Si se desea, se puede imaginar que cada uno de nuestros chakras, que deben estar

girando, se constituyen en centro del envolvente del árbol, que así gana estructuración.La forma suprema de esta meditación sería si se produjese el ascenso de la Kundalini

usando la energía del árbol para ello.Baste con lo indicado sumariamente para dar una idea del siguiente paso en la fusión. Por

decirlo breve: se trata de abrir el campo o el chakra de la persona, abrir la capa quecorresponda en el árbol y fundirlos. Esto se hace primero con los tres campos. Después con los7 chacras. Dominar a partir de los 3 campos esta fusión es relativamente fácil. Cuando sea así,no hay dificultad para pasar a los 7 chacras. La activación de la kundalini es más difícil.

La anterior propuesta admite variantes de todo tipo, que el lector fácilmente se puedeimaginar. Existen también variantes no evidentes. Me contento con citar una de ellas, para que

se vea por donde se puede profundizar:



Realizo diariamente una meditación con purificación y abrazo sanador a distancia, paravarias personas que viven lejos de València, mi actual ciudad. A veces realizo la meditaciónsentado en un parque, bajo las frondosas ramas de un almez o litonero (lledoner, en catalán).Lo tengo como un árbol de poder, por su gran fuerza, y me es agradable, para acabar lameditación, de plantar una semilla de luz del litonero en el corazón de cada una de laspersonas que reciben la sanación. Planto una semilla del segundo Dan Tien del árbol que me

cobija y es mi amigo, como una astilla de su tronco, en el corazón (cuarto chakra) o segundoDan Tian de cada una de las personas. Allí, el punto de luz se expande arriba y abajo a partirdel corazón y constituyen la imagen del árbol, que trasmite la luz y la fuerza del litonero,siguiendo los 3 campos. Cuando como arquetipo se planta en el corazón un árbol, este crecehacia abajo echando raíces y hacia arriba abriéndose para alcanzar el Cielo, lo que nos fortificacon el poder del árbol y con las ansias de luz que tenga. En el caso del litonero trabaja laadaptación, la fortaleza y la flexibilidad conjuntamente.

ASPECTOS VISIONARIOS

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Queda un aspecto a considerar de la cuestión de comunicarse con los árboles, y es laversión arcaica de muchas tradiciones chamánicas. Estas afirman que mediante visiones, osensaciones y sentimientos, ven o perciben la presencia del árbol, planta o animal, como unespíritu. Usan para ellos métodos de trance, sea el repiqueteo interminable de un tambor, seamediante la ingesta de plantas visionarias, sea mediante un trance auto-inducido. En todo estose encuentra pues la técnica del trance, diferente de la que planteado más arriba, que espuramente perceptiva de la energía.

Conozco de cerca esta tradición por haber trabajado con chamanes amazónicos de Ecuadory Perú, que usan la ayahuasca para las ceremonias. Es un ejemplo de trance, pero en generaltodos los trances funcionan igual. La tradición es que la ayahuasca la ingiere el chamán, más

raramente el paciente al que se le ha diagnosticar la enfermedad y el tratamiento. Si es así, espara diagnóstico, no para sanación. No es lo usual que la ingieran los asistentes a la ceremoniaque no se encuentran allí como ayudantes del chamán o como paciente a diagnosticar. Van allía que los sane el chamán cuando está en trance. Sólo en las ceremonias neochamánicas delas ciudades amazónicas está de moda la ingesta masiva por todos los asistentes.

El ayahuasca produce la inhibición de algunos neurotrasmisores. Esto provoca un cambioen la dinámica cerebral y corporal. Se cancelan parte de las funciones racionales de la psique yqueda el campo libre a la imaginación, la intuición y la conexión puramente animal. Y ciertasfacultades, como la telepática, se estimulan y se manifiestan con claridad. El chamán poseídopor la ayahuasca, o por su espíritu, sufre una verdadera transformación. Y consigue acceso aaspectos desconocidos de la psique humana, de la suya, del paciente, y de los asistentes.

Por lo que nos interesa, las funciones más primitivas de la psique, entre las que están elpensamiento simbólico y la encarnación en formas y en personajes de las energías, pasan a

primer plano. El chamán dialoga con las energías que se las representa como espíritus. Aveces literalmente habla con ellos. Otras es una comunicación puramente mental, telepática.Otras veces es un intercambio intuitivo de sentimientos y sensaciones. El chamán tieneespíritus ayudantes que le asesoran sobre las enfermedades o tratamientos. O se comunicacon espíritus de plantas que se ofrecen como remedios y le prescriben la dieta y la ingesta quedebe hacer el enfermo de la decocción de sus ramas. En resumen, unos chamanes ven comopersonajes sutiles a dichos espíritus, otros sienten la presencia. Todos dialogan con ellos, unosmediante el lenguaje, otros mediante el entendimiento directo.

Para comprender todo esto, se debe recordar que el mundo onírico y el visionario tienenfuncionamientos análogos. En ambos aparecen personajes y escenas que personificansituaciones y pulsiones. En ambos se transforma en narración los conflictos, las emocionesnocivas y los problemas de salud. Es esta tendencia al símbolo, a la narración y a lapersonificación la que fundamenta el trabajo chamánico. Estos símbolos, historias y personajes

pueden ser propios del chamán o pertenecer a la cultura de la que procede, de manera queestán asumidos por todos como mitos. No otro debió ser el origen de los mitos.



Una típica visión producida en una ceremonia con ayahuasca (el grupo en ceremonia se ve abajo a laizquierda). Los espíritus de las plantas o “madres” de la especie aparecen durante la visiones de forma

parecida a la que se muestra. El autor de la pintura es Pablo Amaringo, pintor de Pucallpa (Perú).

El paso siguiente, en sociedades más evolucionadas, ya sedentarias, concibe que algunosárboles son la residencia de una divinidad, y se los considera sagrados. Esto madura y codificala anterior concepción chamánica y se insinúa el papel del sacerdote, que oficia ritualesconsagrados por la tradición al árbol sede de la divinidad. El papel del chamán entonces sueleevolucionar hacia el de profeta, médium o vidente para dialogar con dicha divinidad.

La presencia vital de un árbol, o de una especie, la he asumido como una energía vital enlos anteriores párrafos. Los chamanes la asumen como un espíritu, los sacerdotes como unadivinidad. Se trata de representaciones, de naturalezas diferentes, que intentan dar cuenta deun mismo fenómeno. Cada una válida dentro del marco cultural en que se inserta. Y todos losreferentes culturales merecen un respeto.

El problema del trabajo visionario no es el de si es cierto o falso lo que se ve o percibe. Se

trata de una experiencia arcaica, válida como otras, en que los mecanismos más antiguos de lapsique marcan el compás. El problema es que el mundo visionario fácilmente es engañoso, yse mezclan visiones e intuiciones muy lúcidas con inventos oníricos y falseadores, mediante ellos cuales el ego y la mente intentan retomar el control. Y distinguir entre ellos se hace difícil.Perderse por este camino es fácil. Como dicen los chamanes, “las plantas ponen a prueba” ycualquier deshonestidad recibe “su justo castigo”. Pero engañarse uno mismo, ceder a loirresuelto de nuestra personalidad, o caer en delirio de grandeza es muy fácil. En el trabajochamánico se supone que se anula el ego y se pone a disposición de las fuerzas de lanaturaleza. Pero anular el ego no es trivial, y muchos chamanes tienen uno superlativo. Laprueba es ciertamente difícil, y más complicada puesto que las situaciones de trance sonfuertes y deben de manejarse con cuidado, lo que no es nada evidente cómo ha de hacerse.

Los anteriores son los conflictos del camino de las visiones, que de simple y elemental notiene nada. El chamán que no supera dichas pruebas, y son pocos los que lo hacen, tiene una

carrera fulgurante que acaba con el hundimiento de su personalidad. La frontera entre elvidente y el loco es delgada como una hoja de papel, y se atraviesa con más facilidad de la quepueda parecer.



Lo cierto es que la extensa farmacopea de los pueblos primitivos y arcaicos ha sido creadapor chamanes que dialogan con las plantas. Esto es lo que dicen dichos pueblos. Y para unmal desconocido, dicen, dialogan con las plantas a la busca del remedio. También es ciertoque dada la enorme biodiversidad de estos ecosistemas, y las numerosas plantas concomponentes venenosos, se hace difícil ver cómo empíricamente han podido resolver muchosde los problemas de salud que se les planteaban. Es imposible que lo hayan hecho por prueba

y tanteo, pues la estadística de aciertos sería muy pequeña.No les aconsejo el camino visionario, pues es duro y difícil. Aunque ciertamente es unaaventura maravillosa, pero sólo posible para gente muy bregada. Una aventura que no dejaindiferente precisamente.

El camino pausado de desarrollar la intuición y la percepción que he desarrollado en esteescrito me parece más adecuado y útil, al alcance de cualquiera, exento de riesgos, y deresultados también maravillosos.

Guillem Català, València, 4 septiembre 2014

(el presente texto viene complementado por varias fichas sobre árboles de poder, confotografías e indicaciones para la amistad y la meditación con ellos. Si les interesan,pídanmelo al privado de mi Facebook “Guillem Català” o a [email protected])

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