Isidoro Berenstein - Vínculo familiar. Hechos, sucesos y acontecimientos

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11 Vínculo familiar. Hechos, sucesos y acontecimientos 1 Isidoro Berenstein * 1. Tres cuestiones previas a la relación entre la estructura y el acontecimiento La primer cuestión es acerca de la novedad y se plantea con la concepción de estructura como conjunto de posiciones o lugares, con operaciones regladas para las posibles variacio- nes, que pueden ser muchas pero finitas. La novedad, que luego llamaremos acontecimiento, es aquello que no teniendo lugar, no estando como predisposición, no estando en poten- cia, sin embargo se presenta y la estructura ha de hacerle un lugar que no tenía previamente y a partir de ese hecho ha de modificarse ella y la significación. La segunda cuestión es la de lo imprevisto. La vida de las personas está expuesta a lo que les sucede y de allí viene el nombre de sucesos y los hay de dos clases: aquellos que se dan en un encadenamiento que a la conciencia le parece de carácter irrelevante, aparentemente regular, supuestamente previsto en tanto no surgen imprevistos y no producen una alteración en la vivencia de continuidad. Estos hechos son vividos como no sucesos. Este suceder que no se vive como tal, está sacudido por * Médico Psicoanalista. Miembro titular y Director Científico del Departa- mento de Familia de la A.A.P.P.G. República de la India 2921, Dpto. 9º A, (1425) Buenos Aires. Argentina.

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Vínculo familiar. Hechos, sucesosy acontecimientos 1

Isidoro Berenstein *

1. Tres cuestiones previas a la relación entre la estructuray el acontecimiento

La primer cuestión es acerca de la novedad y se planteacon la concepción de estructura como conjunto de posicioneso lugares, con operaciones regladas para las posibles variacio-nes, que pueden ser muchas pero finitas. La novedad, queluego llamaremos acontecimiento, es aquello que no teniendolugar, no estando como predisposición, no estando en poten-cia, sin embargo se presenta y la estructura ha de hacerle unlugar que no tenía previamente y a partir de ese hecho ha demodificarse ella y la significación.

La segunda cuestión es la de lo imprevisto. La vida de laspersonas está expuesta a lo que les sucede y de allí viene elnombre de sucesos y los hay de dos clases: aquellos que sedan en un encadenamiento que a la conciencia le parece decarácter irrelevante, aparentemente regular, supuestamenteprevisto en tanto no surgen imprevistos y no producen unaalteración en la vivencia de continuidad. Estos hechos sonvividos como no sucesos.

Este suceder que no se vive como tal, está sacudido por

* Médico Psicoanalista. Miembro titular y Director Científico del Departa-mento de Familia de la A.A.P.P.G.República de la India 2921, Dpto. 9º A, (1425) Buenos Aires. Argentina.

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hechos de carácter súbito, sorpresivo, imprevisto, que aunquede inmediato tratan de ser incluidos en una racionalidad que lesdé algún sentido, dejan en el sujeto la vivencia de inermidad ode estar a merced de algo ajeno, extraño, exterior.

Cuando una persona refiere un suceso para ella imprevisto,por lo general se da una explicación encubridora. Así le deci-mos a aquella que oculta o deja en la penumbra a otra formu-lación posible que otorga un sentido fundante y cuyo contactomental despierta un estado emocional no tolerable. Un primerencubrimiento es esa explicación que pone al suceso en unencadenamiento con otros que permiten pensarlo como previ-sible, como teniendo un lugar esperado. Dice la persona: “Ah,sí, debí haberme dado cuenta que iba a pasar”, o “Recuerdo quelo pensé”, o “Desatendí tal o cual indicio pero estaba”. Comoanalistas, podemos incurrir, sin saberlo, en un segundo encu-brimiento más sutil. Tiene la característica general de remitir loocurrido a un efecto de ausencia, a sucesos anteriores, infan-tiles, que por lo general, se dice, dejaron una marca indelebleque lleva a una suerte de repetición. El suceso actual esrelacionado con esa repetición adaptada a las circunstanciasactuales. Lo sutil es que a veces es así y otras veces con estaexplicación el analista y el paciente se defienden del descon-cierto que da lo impensado e impensable hasta ese momento,no representando lo realmente ajeno.

Veámoslo en la transferencia. La consideramos como eldespliegue en la relación con el analista del mundo interno o delmundo infantil. Este tipo de formulación se ha mostrado suma-mente eficaz. Pero deja en la penumbra que el encuentro entreesos dos sujetos, como todo encuentro entre dos o mássujetos genera sucesos que nunca se dieron previamente, y nopodrían darse si no es en esa relación entre esos dos sujetosy no entre otros.

La tercer cuestión es atingente a la fijación de todotranscurso. Los sustantivos derivados de verbos que sugierenmovimiento o acción ofrecen la ilusión de haber fijado algo, detornarlo aprehensible, inmodificable. Fueron acciones que serealizaron y terminaron o se agotaron como tales, quedandoalgo de ellas fijadas en la memoria. Luego la ilusión es quefueron así. Veamos la diferencia entre “hacer”, que es el

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cumplimiento de una acción y el “hecho” ya coagulado, laacción ya concluida y a partir de ahí sólo recordada; entre“existir”, que es un devenir, y nuestra “existencia”, que sugierealgo estable; entre “suceder”, que es un pasaje irreversible, y el“suceso” que queda en la memoria o en los registros; entre“acontecer” como un movimiento evanescente e inefable, y el“acontecimiento” del cual se puede decir algo; entre “ser huma-no” ya constituido, y “devenir humano” en movimiento.

Estas cuestiones están estrechamente ligadas a la produc-ción de la subjetividad desde el surgimiento hasta el final de lavida psíquica. Es producida tanto desde las experiencias infan-tiles, aquellas llamadas primarias, iniciales, tempranas, comodesde la pertenencia obligada a los vínculos, que son produci-dos y a su vez y especialmente producen formas y tipos desubjetividad. Nótese que son dos movimientos o devenires: I)uno es aquel por el cual el sujeto en base a representacionesbusca un otro complementario con quien cumplir la realizacióndel deseo, en base a un objeto inicial ausente, aunque presenteen la representación. Un punto de partida sería la vivencia desatisfacción. El otro vendría a complementar la carencia, laausencia, la falta. Este movimiento es bastante estable; II) otromovimiento por el cual el encuentro con el otro ofrece algo queno cabe en la representación, la excede, y sin embargo laestructura del vínculo ha de hacerle lugar, a la manera de unsuplemento y ya no complementario. Un suplemento es algoque debe agregarse. Esto nos pone sobre la cuestión de laausencia y la presencia.

2. Lo presente, lo ausente y lo ajeno

El sujeto registra a los otros en tanto adquieran algunasignificación. El otro puede estar presente o estar ausente,pero su reconocimiento lleva a postular una inscripción me-diante un registro. Éste ofrece una noticia de la ausencia. Supresencia requiere un trabajo psíquico porque excede el lugarmental que supone alojarlo. Pero además de la polaridadpresencia/ausencia, el sujeto se debate ante aquella dada porlo semejante/lo ajeno del otro. Lo semejante es aquello que elsujeto puede asimilar e incorporar. Lo ajeno es una cualidadque propone una paradoja al yo. Es una presencia a la que

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deberá hacer un lugar y que sistemáticamente no termina deincorporar. Esta formulación presupone que no hay lugar previoy quizá no lo haya nunca, y no obstante deberá ligarse con loajeno porque está en ese sujeto por otra parte diferente. Lacontinuidad se establece mediante la representación o el sím-bolo. De la representación podríamos decir, como PieraAulagnier, que es esa actividad psíquica que busca tornarhomogéneo lo heterogéneo a su estructura, sobre la base deinscripciones previas. Se establece una continuidad cuando sedice que un suceso pertenece al pasado o cuando establece lapresunción de ubicarlo en el futuro no realizado aún. Presuponela ausencia de lo presentado, del otro, para constituir el símbo-lo.

Todo símbolo supone la ausencia de lo simbolizado; elpensamiento supone la del objeto real pensado, el lugar delPadre presupone la sucesión de presencia y especialmenteausencia del padre (en la metáfora “las perlas de su boca”, “lasperlas” presupone la ausencia del término “dientes”, etc.).

Lo imprevisto no se representa. Por definición no tienecabida en esa continuidad de la vida psíquica, por esto no estáinscripta en la representación. Hablaremos en este caso depresentación. En el vínculo el otro está presentado en tantoajenidad respecto del yo. Lo imprevisto es la manera de presen-tarse lo imposible hasta ese momento, lo que era impensable.Lo imprevisto se revela y a la vez oculta el sentido de la relaciónen este vínculo. Revela algo que no se nota previamente,alguna modalidad de los acuerdos y pactos inconciente cons-titutivos. Cuando es usado como explicación de la peculiaridaddel vínculo, oculta que la manera de tramitar las vicisitudes dela relación no está sólo determinada por lo imprevisto, en cuyocaso éste tanto oculta, enmascara y mantiene velada la deter-minación inconciente. Pero lo que sí revela es algo de esoimposible de pasar que pasó, de eso que no teniendo lugarhabía que hacérselo. El conflicto terrible, tremendo para elsujeto, es con la presentación, esa ajenidad a la que deberíahacer un lugar, pero pueden no hacerlo si decidieron disolver

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ese vínculo.

3. Caracterizaciones psíquicas de la discontinuidad. Lossucesos continuos o “previstos” y sucesos súbitos o “im-previstos”

El sentido común dispone de una serie de términos para dara conocer aquello que marca algún grado de excepcionalidaden la sucesión de los puntos en que se despliega nuestrodevenir. El psiquismo destaca aquello que marca una discon-tinuidad y ésta es aquello susceptible de tener o adquirir algunasignificación, que puede ser estrictamente personal o compar-tido con un conjunto de sus semejantes. Se convierte así en loque no se deja negar ni es posible ubicar en la regularidadimaginaria de una serie sin cortes ni interrupciones. El registroes a través de ciertas marcas o signos que informan y remitenal sujeto a lo ya ocurrido. En realidad son signos de estructuraso conjuntos significativos que pasan a tener un estadoinconciente. Lo que se acostumbra es a clasificar y calificaresos términos en una escala otorgándoles una marca acordea una ubicación dada.

Algunas discontinuidades son consideradas parte del deve-nir humano, por ejemplo ciertos hechos infantiles u otros deotras épocas de la vida, los que sorprenden al sujeto y le indicanque algo cambió en su vida, como un enamoramiento, unnacimiento o una muerte. Los sucesos se inscriben en unasucesión, valga la redundancia, y tienen la posibilidad de asimi-larse a la estructura, en definitiva de hacerse semejantes aotros ya inscriptos. Esa es la tarea magna de la representación.Los accidentes y las catástrofes sorprenden al psiquismocomo provenientes del exterior, no son considerados comopertenecientes al devenir, sino como el resultado de grandesmovimientos abrumadores para el propio sujeto y asignadoscon la notoria cualidad de irremisiblemente ajenos, por esoprovenientes del mundo exterior real. Consideraremos cadauna de estas categorías de eventos.

4. Hechos

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Es una primera irrupción de la realidad sea material opsíquica. Quizá de allí el sentido de “fáctico” (viene de hecho,del latín factum), innegable, evidente. Es una primera irregula-ridad de la cual se dará una primera explicación para incluirla enalguna sucesión que tenga sentido.

Veamos un ejemplo breve. Unos pocos minutos tarde, unpaciente inicia la sesión preguntando con cierta irritación si elanalista no escuchó el timbre que él tocó insistentemente.Sorprendido, el terapeuta registra cierta culpa y piensa para sí,dudando si escuchó o no, o si el timbre habrá sonado o no.Luego el paciente menciona los motivos de su breve demora yque, siendo siempre muy puntual, se sentía impaciente porllegar. Este relato de un hecho, que por darse en una sesiónpsicoanalítica se puede caracterizar como hecho clínico, esalgo imprevisto en la relación paciente-analista. Una irregulari-dad se destaca del conjunto asociación libre-atención flotantey los sujetos esperan recibir o dar alguna interpretación. Elpaciente adjunta una explicación que intentará otorgar unacontinuidad a su demora. El analista intentará dar otra continui-dad no evidente ni registrada por el sujeto acerca de su impa-ciencia, quizá relacionada con su desesperación y la ansiedadante una ausencia, quizá una amenaza de pérdida del objetorepresentado por el analista que no responde en el momento.Aunque este hecho clínico puede concatenarse en la interpre-tación con el significado inconciente que remite a un momentooriginario, del pasado, en sí es algo surgido inopinadamente enesta sesión y no otra.

Es posible considerar al hecho ligado con el relato como unaprimer posibilidad de nombrar y significar, y también con laexplicación que es la interpretación del sentido inconciente.

Consideremos un hecho, ahora histórico: el surgimiento delas ciudades en el siglo XI a partir de viejas localidades despo-bladas o de nuevos nucleamientos más o menos espontáneosde gentes de diversos orígenes y distintas procedencias queconvergieron en ese punto (Romero J. L., 1987). Algo nuevoemergió que antes no había. No se había hecho hasta esemomento. Algo se hizo, fue hecho. Luego intentará ser interpre-tado, puesto en una sucesión y se tratará de hallar un sentidoque antes no había.

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Una pregunta acerca del hecho es :¿para quién es tal?Nunca para el sujeto solo, sino para el conjunto que constituyecon el otro/s. No hay tal cosa como “esto es un hecho para mí”;si lo es, es intersubjetivo de inicio. Los hechos son pasados ypor lo tanto han de ser recordados, “lo que se toma comomemoria de un hecho son los recuerdos de ese hecho”(Lewcowitz, I., 1996), y ello lo inscribe totalmente en el ámbitode lo subjetivo. Lo que queda del hecho es la transformaciónque el o los sujetos hacen de sus recuerdos según el sentidoinconciente. Los hechos producen efectos, o sea que hay unarelación entre efectos y el hecho que se supone los produjo.Pero el efecto puede desligarse concientemente y religarse aotro hecho sustituto que lo representa y a la vez lo encubre.Pero de esto el sujeto nada sabe.

5. Accidentes

Estos son hechos de una magnitud tal que introducen unaruptura en el acontecer cotidiano, vivido como una regularidadtemporal o espacial. Su característica es que provienen delexterior al sujeto y alteran su regularidad a manera de corte.Solemos considerar un “antes” y un “después” y no hay unaexplicación inmediata para el cambio suscitado a partir delevento “accidente”. Es una irrupción del azar, de aquello noincluido en el encadenamiento subjetivo, un desorden queluego el sujeto intentará y podrá o no subsumir en un orden.

El accidente produce dos situaciones. Una de ellas es quepermite la creencia narcisista de continuidad: si no hubieraocurrido el accidente no se hubiera alterado la relación con losobjetos y con los otros sujetos. En la medida que altera elimaginario de una continuidad es registrado como hostil al yo.Eso ayuda a expulsar la modificación de la subjetividad almundo exterior real. Se produce una modificación temporal,suerte de borramiento del tiempo anterior. “El antes no es unafecha, es una instancia puramente mítica: antes de la invasiónislámica, antes del accidente de auto, etc. Ese tiempo llamado‘antes’, sin fecha, aparece como un tiempo sin historia que eshistorizado desde después. El tiempo ‘antes’ no tiene historicidadpropia” (Lewcowitz, I., 1996).

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La segunda situación es que el accidente encubre las con-diciones de producción de la subjetividad o de la vincularidad.Todo comienza a ser explicado a partir de ese momento, por logeneral traumático, desentendiéndose de o conmoviendo ladeterminación inconciente. Los efectos posteriores del acci-dente podrían no haberse producido si no hubiese acontecidoel evento brusco e incontrolable. O quizá no conozcamossuficientemente cómo algunos hechos bruscos e imprevistosconmueven la propia estructura inconciente.

6. Catástrofes

Recuerdo haber tratado a personas que sobrevivieron alHolocausto y que con el tiempo padecieron distintos tipos detrastornos. Estas personas mostraban un corte en su vida porla cual parecían no haber tenido una vida previa. No obstante,en la época de la Segunda Guerra Mundial, habían sido niños oadolescentes. No parecía haber representaciones mentalesanteriores al exterminio de tantos familiares. Es como si hubie-ran nacido en el Holocausto y todo relato comenzaba allí. Podríaentenderse que la supervivencia daba un nuevo radical sentidoa la vida y se ubicaba allí el origen de la misma. O las experien-cias emocionales previas habían sido cercadas por un muroautista aislado del resto del yo.

Quizá la catástrofe es el modo que le cabe al psiquismo derepresentar lo imposible. Cabe diferenciar entre imposible eimprevisto. Lo imposible es aquello para lo cual no hay repre-sentación, por lo tanto tampoco es posible la anticipación y nodeja resto para ser luego representado.

La catástrofe así como el accidente son para el psiquismoevidencias de lo exterior real, registradas como no teniendocabida en la interioridad, en la significación. Si el yo no los puedesignificar decide que no le pertenecen, no están en su orden ypodría no haberle tocado o afectado. Los afectados suelendecir: “si no hubiera pasado por allí”, “si hubiera salido un pocoantes o un poco después”, “se salvó porque se quedó dormidoy no alcanzó a estar allí en ese momento”, “nunca iba y decasualidad estaba allí”, etc.

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Hay eventos que escapan, escabullen o se resisten a lasignificación. Esta no puede envolverlos y tornarlos homogé-neos a la mente que los piensa. Se reservan una heterogenei-dad radical cuyos efectos en la subjetividad se prolongan largotiempo, incluso la vida entera, y aún en las generacionessiguientes. Ahí radica esa especie de continuidad por la cualeso que ocurrió y concluyó como hecho, sigue sin embargoproduciendo su efecto en la mente y en los vínculos, inclusotransgeneracionales. Es un accidente que sigue después delaccidente. Eso es lo que tiene de siniestro: las representacio-nes de lo familiar y lo desconocido están juntas.

La diferencia entre “hecho” y “catástrofe” radica en la posi-bilidad o imposibilidad de ser representados, es decir asimila-dos por la mente o, si es un conjunto, por la mentalidad quereúne a los individuos. Los hechos, como dije, suceden en unaserie supuesta, posible de ser pensada y prevista, que niega lasorpresa del devenir. Accidente y catástrofe son caracteriza-dos como exteriores a la serie, es algo brusco, imprevisible eimpensable, suerte de interrupción del suceder. A veces hayuna separación-disparidad entre el tiempo en que los sucesosocurren y aquel en que se los conoce. Lo traumático es losegundo y no lo primero. En realidad empieza a ocurrir cuandoel yo toma conocimiento. Si una familia contiene un secretoacerca de algo ocurrido en el pasado, su puesta en palabrasfunciona como un aquí y ahora donde pareciera producirse esoque es narrado. En una pareja donde alguno de los integrantessostiene una relación de infidelidad, ésta se torna catástrofe ensus efectos a partir del momento en que se la pone en palabrasy no cuando se produjo. Ocurre que el sentido se produce conlas palabras. La infidelidad parece estar ocurriendo cuando sela dice y no antes. Es sólo después que el otro dice que teníaindicios previos que hacían posible prever lo que ocurría. Entanto lo real no contradiga la representación, ésta seguirá sutrabajo. Las palabras que cuentan lo que estaba silenciadohacen que la representación ya no pueda abarcarlo.

7. El acontecimiento 2

Para que lo novedoso tenga lugar en la mente o en el vínculo,

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ha de haber un cambio en la significación, y no sólo unaampliación de la significación que estaba predeterminada o enestado latente. ¿Pero qué diremos acerca de aquello que notiene cabida en la representación? ¿Que no se registra? ¿Queno se significa? ¿Que no existe? Aquello que llamaremosacontecimiento resulta de aquello que no cabe en la represen-tación en ese momento y que deberá hacer una operaciónagregada, que se describe como suplementación. Y cambia lasignificación habida hasta ese momento (Badiou).

Lo que se opone a acontecimiento es repetición, aunqueDeleuze señaló que con cada repetición se inscribe una dife-rencia. Lo anterior y sus componentes están ordenados por untérmino nuevo que los reubica en un conjunto que no teníaantes. No vale decir que esos elementos estaban desde antes;el orden simbólico nuevo los hace diferentes y por lo tanto susignificación también lo es.

A manera de ilustración usaré una caracterización usadapor Pavlovsky (1996) en “Tácticas de control”, Página/12,Viernes 13 de setiembre de 1996, y que vino a mi encuentrocuando estaba preparando este trabajo. Tiene como contextoel apagón del Jueves 12 de setiembre con el cual la oposiciónpolítica llamó a la población a expresar su descontento y sudisconformidad con el gobierno:

“...las protestas sociales emergen a veces demasiado es-pontáneamente. Son incapturables, ingobernables....”.“Es la inapresabilidad del fenómeno social y su falta derepresentación política lo que los vuelve difíciles de contro-lar”.“ Nuevos territorios existenciales. Nuevas formas de solida-ridad. Nuevos devenires.”“Las nuevas audacias de los desposeídos produciendonuevas subjetividades.”

Repárese que dice “emergen espontáneamente, a vecesdemasiado” y habla de la “falta de representación”, es decir queno podría esperarse algo parecido a la repetición o reproduc-ción de algo anterior. “Nuevos territorios” se refiere a algo asícomo lugares antes no existentes y eso a su vez resultaproductor de “nuevas subjetividades”. Habría una tensión entre

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lo novedoso y la representación que deberá hacerlo posible deinscribir quitándole esa cualidad real de novedoso. Sin embar-go si hablamos de producción de subjetividad en la estructurapsíquica o en la estructura familiar inconciente, diremos queuna determinada cualidad que no estaba se hizo presente. “Nosería un cambio brusco sino la percepción súbita de una seriede hechos graduales” (Lewcowitz, 1966, C.P.). Gorostiza dijouna vez que no se ve envejecer todos los días en el espejo peroun día uno está mas viejo. En la cara de todos los días algo semodificaba y eso era nada, pero todas esas nadas un día eranalgo, y más que algo eran casi todo. Lo que se modifica es algo,y como uno esperaba encontrarse con la cara del día anterior,esa nada es ahora todo. Se hace súbito porque lo que se vamodificando intentaba infructuosamente ser contenido por larepresentación o los lugares establecidos.

9. Dos cuestiones para terminar hoy

La primer cuestión es la de las imposibilidades constitu-tivas o el tema de la ausencia y la presencia. Para laconstitución del mundo interno, del mundo simbólico o de lasrepresentaciones inconcientes, es imposible la presencia delotro y ello marca el lugar de ausente que la relación de objetoconstituye. Para la constitución del vínculo, del acontecimientotal como lo venimos viendo, es imposible la ausencia y ellomarca el lugar de la presentación, no ya la re-presentación quereproduce algo ya ocurrido e inscripto, aunque haya variaciónde los signos.

La segunda cuestión es la imposibilidad de apropiarse dela ajenidad del otro y del sujeto mismo. El otro ofrece un algoasimilable desde la semejanza, y algo que no puede asemejarsalvo un trabajo representacional, merced a lo cual lo extrañoo no semejante del otro puede identificarse al yo. Se tornaríailusoriamente complementario, como el mito de los andróginosde Platón que enmarcan una unidad. Pero otra categoría es loajeno del otro y del yo, aquello que no puede y no podrá serasimilado porque no hay representación dispuesta. Allí estaríalo del otro no posible de asimilar y a lo cual sin embargo deberá

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1 El siguiente trabajo está basado en las ideas presentadas durante laconferencia “Vinculo Familiar. Hechos, sucesos y acontecimientos”,en la Asociación Argentina de Psicología y Psicoterapia de Grupo,el día 24 de septiembre de 1996.

2 Para lo que sigue el autor de base es Alain Badiou, cuyo recorridoconceptual se fue desplegando desde aproximadamente 1968. Suobra L’ être et l’événement, Paris, Seuil, 1988, no está traducida alcastellano. Tenemos Manifiesto por la filosofía, y ¿Se puede pensarla política?, de Ediciones Nueva Visión; “La Etica. Ensayo sobre laconciencia del Mal” (1993) en Batallas Éticas, Abraham T., BadiouA., Rorty R., Buenos Aires, Nueva Visión, 1995. También tenemosalgunas notas y reportajes publicados en Acontecimiento. Revistapara pensar la política. Publicación de Escuela Porteña.

hacérsele un lugar. Está expuesto a ingresar y a reorganizar elconjunto todo y no obstante estar dispuesto a dejar este nolugar-lugar para lo ajeno. Convendría repensar la transferenciaen psicoanálisis desde esta perspectiva. En un vínculo elacontecimiento estaría dado por lo radicalmente ajeno del otropara el yo y para ocupar un lugar en el vínculo donde no lo haypreviamente en la representación.

Notas

Bibliografía

Badiou A. (Ver nota nº 2).Castoriadis-Aulagnier, P. (1975) La violencia de la interpreta-

ción. Amorrortu editores. Buenos Aires. 1977.Lewcowitz, I. (1996) Comunicación personal.Pavlovsky, E. (1996) “Tácticas de control”. Página/12. Viernes

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13 de setiembre de 1996. Buenos Aires.Romero, J. L. (1987) Estudio de la Mentalidad Burguesa.

Alianza Editorial. Buenos Aires. 1993.Von Foerster, H. (1994) “Visión y conocimiento: disfunciones

de segundo orden”. En Schnitman, D.F. (1994) Nuevosparadigmas, cultura y subjetividad. Paidós. Buenos Aires,1994.

Resumen

Este trabajo trata de cuestiones vinculadas a estructura yacontecimiento. Plantea las cuestiones de la novedad, lo im-previsto y la tendencia a fijar todo transcurso. Habla de ladiferencia entre representación como aquello que puede serinscripto en el psiquismo, lo semejante y hasta lo diferente delotro si deviene semejante, y la presentación, lo ajeno del otroque no puede obtener registro inconciente en el sujeto.

Paso luego revista a los sucesos continuos o previstos ysúbitos o imprevistos, y que son caracterizados como hechos,accidentes y catástrofes para diferenciarlos de acontecimientocomo aquello inaprehensible, carente de representación, quegenera un nuevo tipo de subjetividad o de vínculo.

Summary

This Paper states the different aspects that are linked tostructure and event. It also states the aspects of novelty,improvisation and the tendency to fix everything that passes. Ittalks about the difference between representation as that whichcan be inscribed in the psyche, what is similar and even what isdifferent in the other if it became similar and the presentationand whatever is strange in the other that cannot achieve anunconscious register in the subject.

It later reviews the continuous or foreseeable incidents andthe sudden or unforeseeable incidents that are characterizedas happenings, accidents or catastrophes so as to differentiatethem from the course of time as that which is unable to beseized, which cannot be represented and generates a new type

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of subjectivity or link.

Résumé

Ce travail traite de questions liées à la structure et àl'évènement. Il s'occupe de thèmes tels que la nouveauté,l'imprèvu et la tendance à figer le cours du temps. Il parleégalement de la différence qui existe entre la représentationcomme ce qui peut être inscript dans le psychisme, ce qui estsemblable et même ce qui est différent de l'autre, si cela devientsemblable, et la présentation, ce qui est étranger de l'autre etqui ne peut obtenir de registre inconscient chez le sujet.

Je passe ensuite en revue les circonstances continues ouprévues et soudaines ou imprévues qui se caractérisent en tantque faits, accidents et catastrophes pour les différencier del'évènement comme quelque chose d'insaisissable, sans repré-sentation qui donne lieu à un nouveau type de subjectivité ou delien.