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ISSN 0716-9671 ISSN 0719-0867 (en línea) 65 LA POLÍTICA MILITAR Y GEOGRÁFICA DE TRAJANO Y ADRIANO: ¿CAMBIO O CONTINUIDAD? The military and geographic policy of Trajan and Hadrian: Change or continuity? Andrés Sáez Geoffroy. Universidad de la Frontera, Temuco, Chile. [email protected] Recibido: Noviembre de 2013 Aceptado: Abril de 2014 RESUMEN: La presente exposición tiene como temática a la política militar y geográfica de los emperadores Trajano y Adriano, desde la perspectiva de los procesos de cambio y continuidad histórica. Los historiadores coinciden en que al ascenso del emperador Trajano el Imperio inició una época de oro lo que se ha traducido en calificativos como de los “buenos” emperadores Antoninos. No obstante lo anterior los autores de la antigüedad y la historiografía reciente nos presentan una imagen contrapuesta de ambos emperadores cuyas políticas, sobre todo en ámbito militar, se presentan como contradictorias, si bien desde el punto de vista de esta exposición se señala que la geografía imperial existió como fenómeno de continuidad histórica sosteniéndose que la instalación exitosa de la territorialidad romana se da en los principados de ambos emperadores. ABSTRACT: This exposition is based in the thematic of the geographic and military policy of the emperors Trajan and Hadrian, from the perspective of the processes of historical change and continuity. Historians agree that the rise of Emperor Trajan the Empire began a golden age which has resulted in descriptions as "good" Antoninus emperors. Nevertheless the authors of antiquity and recent historiography us a contrasted picture of both emperors whose policies, especially in the military, are presented as contradictory, but from the point of view of this disclosure indicates that imperial geography phenomenon existed as historical continuity holding the successful installation of the Roman territoriality occurs in the principalities of both emperors. PALABRAS CLAVES: Geografía romana – Adriano – Trajano – Siglo II – Territorialidad romana. KEY WORDS: Roman Geography – Hadrian – Trajan – II Century – Roman Territoriality. PALABRAS INTRODUCTORIAS ¿Hasta qué punto Trajano y Adriano implementaron una política militar diferente? ¿Puede cambiar tanto la política imperial entre un emperador y otro? ¿Existe un factor de unidad entre la política militar de ambos emperadores? Estas interrogantes han comenzado a ser abordadas en el último tiempo desde la historiografía incorporando nuevas visiones al respecto tales como la concepción de lo bélico, la cosmovisión de la aristocracia dirigente y la concepción geográfica entre otros tantos TIEMPO Y ESPACIO 30/2013 Universidad del Bío-Bío Chillán - Chile pp.

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LA POLÍTICA MILITAR Y GEOGRÁFICA DE TRAJANO Y

ADRIANO: ¿CAMBIO O CONTINUIDAD?

The military and geographic policy of Trajan and Hadrian: Change or continuity?

Andrés Sáez Geoffroy.

Universidad de la Frontera, Temuco, Chile.

[email protected]

Recibido: Noviembre de 2013 Aceptado: Abril de 2014

RESUMEN: La presente exposición tiene como temática a la política militar y geográfica de

los emperadores Trajano y Adriano, desde la perspectiva de los procesos de cambio y

continuidad histórica. Los historiadores coinciden en que al ascenso del emperador Trajano

el Imperio inició una época de oro lo que se ha traducido en calificativos como de los

“buenos” emperadores Antoninos. No obstante lo anterior los autores de la antigüedad y la

historiografía reciente nos presentan una imagen contrapuesta de ambos emperadores

cuyas políticas, sobre todo en ámbito militar, se presentan como contradictorias, si bien

desde el punto de vista de esta exposición se señala que la geografía imperial existió como

fenómeno de continuidad histórica sosteniéndose que la instalación exitosa de la

territorialidad romana se da en los principados de ambos emperadores.

ABSTRACT: This exposition is based in the thematic of the geographic and military policy

of the emperors Trajan and Hadrian, from the perspective of the processes of historical

change and continuity. Historians agree that the rise of Emperor Trajan the Empire began a

golden age which has resulted in descriptions as "good" Antoninus emperors. Nevertheless

the authors of antiquity and recent historiography us a contrasted picture of both emperors

whose policies, especially in the military, are presented as contradictory, but from the point

of view of this disclosure indicates that imperial geography phenomenon existed as

historical continuity holding the successful installation of the Roman territoriality occurs in

the principalities of both emperors.

PALABRAS CLAVES: Geografía romana – Adriano – Trajano – Siglo II – Territorialidad

romana.

KEY WORDS: Roman Geography – Hadrian – Trajan – II Century – Roman Territoriality.

PALABRAS INTRODUCTORIAS

¿Hasta qué punto Trajano y Adriano implementaron una política

militar diferente? ¿Puede cambiar tanto la política imperial entre un

emperador y otro? ¿Existe un factor de unidad entre la política militar de

ambos emperadores? Estas interrogantes han comenzado a ser abordadas

en el último tiempo desde la historiografía incorporando nuevas visiones

al respecto tales como la concepción de lo bélico, la cosmovisión de la

aristocracia dirigente y la concepción geográfica entre otros tantos

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factores que pudieran dar explicación las interrogantes planteadas

anteriormente.

De esta forma a las interrogantes anteriores se les intentará dar

luz desde la perspectiva de los fenómenos de cambio y continuidad. De

esta manera la presente exposición se articula en tres grandes partes, la

primera sobre la idea de contraposición de las figuras de los emperadores

Trajano y Adriano, la segunda sobre la política militar como fenómeno de

cambio y la tercera sobre la cosmovisión geográfica como factor de

continuidad histórica entre ambos emperadores.

SEMBLANZAS DE TRAJANO Y ADRIANO: ¿ERAN TAN

DIFERENTES?

Una de las cuestiones llamativas del periodo es la contraposición

de un emperador como Trajano, catalogado de expansionista, con sus

sucesores como hombres de paz preocupados por la defensa del Imperio.

De esta manera es necesario analizar es cuál ha sido la construcción

histórica que se ha realizado de Trajano y Adriano, tanto desde la

individualidad de cada uno como dentro de un marco comparativo.

Trajano, nacido el 53 en Itálica, participó en las viscitudes por las

que pasaba el Imperio en época de los Flavios. Su carrera política se inició

en Siria sirviendo bajo el mando de su padre, gobernador de la citada

provincia, y tendría su momento culminante en Germania lugar del cual

era gobernador al momento de ser adoptado por Nerva el 97. Trajano

tuvo una carrera militar tipo para la época, convirtiéndose en sensu stricto

en un vir militaris. Participó entre el 83 y el 88 en las campañas contra los

catos y también en la posterior reorganización administrativa de

Germania con la creación de las provincias de Germania inferior y

superior; esto se hizo con el fin de mejorar su administración y defensa,

obteniendo Trajano conocimientos clave sobre el limes en construcción,

que después le serían útiles en su tarea de gobierno. Además, se destacó

en el año 89 con la llamada revuelta de Saturnino al marchar desde

Hispania como legado de la legio VII Gemina de origen hispánico, a favor

de Domiciano, ayudando a sofocar la rebelión, lo que demostraría la

lealtad de Trajano a la dinastía Flavia. Cuando Domiciano fue asesinado

el 96, Trajano era gobernador de la Germania Superior y se encontraba en

la capital de la misma: Maguncia; poseyendo el mando de las legio XIV

Gemina, la legio I Adiutrix y la legio XXI Rapax, concentrando tres legiones

bajo su mando, esto es un ejército en toda regla.

La visión tradicional que se ha creado de Trajano es la de un vir

militaris que, utilizando toda la fuerza militar disponible del Imperio

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Romano, se embarcó en campañas militares para extender las fronteras

imperiales alcanzando su máxima extensión, o bien se lanzó en

expediciones en un afán por obtener victorias y triunfos que incluso

pudieron ser arriesgados como sería la campaña Dácica1. Esto último es

lo que más se exalta en el apartado de las guerras en Armenia y Partia.

Adriano, nacido el 76 en Itálica o Roma, habría sido educado por

su tío Trajano, según nos señala la Historia Augusta, debido a la muerte de

su padre2. Es más que probable que Trajano en su época de gobernador y

legado imperial llevase a Adriano a cumplir sus primeras obligaciones

dentro del cursus honorum (H.A Hadr.. 2.2, 3.2-3). El 95 se convirtió en

tribuno militar de la legio II Adiutrix asentada en Panonia, el 96 ocuparía

el mismo cargo en la legio V Macedonica en Mesia inferior y el 97 en la

Legio XXI Primigenia, lo que constituyó la etapa de aprendizaje en la vida

política de Adriano, la que simple a vista arroja un fuerte aprendizaje de

la vida militar y con ello de la política militar del Imperio.3

Hacia el 106 Adriano, en vísperas de la segunda guerra dácica ya

se había convertido en legatus legionis de la legio I Minerva, con lo que su

experiencia política y militar iba en creciente aumento. En la campaña

pártica de Trajano, el hecho de recibir en 117 la encomienda del gobierno

de Siria será la principal muestra de que era considerado heredero de la

púrpura imperial, al tratarse de una provincia clave dentro del

dispositivo militar en la campaña de Mesopotamia por ser el punto de

abastecimiento y de refuerzos del límite oriental del Imperio. En su lecho

de expiración, Trajano le nombraba su sucesor. La sucesión no fue clara

por lo que nos señalan las fuentes; algunos senadores fueron ejecutados

en Roma y se destituyó a algunos generales entre ellos el general

mauritano Lusio Quieto (H.A Hadr 4.1-19; 5.8, EUTR. Breviarum 8.6.1),

porque supuestamente estaban conspirando contra el recién nombrado

emperador.4

1 CORTES COPETE J. 2004. Un nuevo gobierno, una nueva base social. En: Adriano

Avgvsto, 1ª ed. Fundación José María Lara. p. 73. 2 Las disputa sobre los orígenes del emperador Adriano en CANTO, A. 2002.

Itálica, patria y ciudad natal de Adriano (31 textos históricos y argumentos contra

Vita Hadriani. 1.3 Revista Scripta Antiqua, número in honorem Ángel

Montenegro Duque et José María Blázquez. También SYME R. 1964. Hadrian and

Italica, en JRS N° 54, pp. 142-149. 3 BIRLEY A. 2005. Adriano: la biografía de un emperador que cambio la historia.

Madrid, Quinteto: pp. 53-73. 4 Ibíd. pp. 107-110.

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Adriano, es reconocido por el interés y práctica viajera5, por su

necesidad de querer saber todas las cosas, apegado sobre todo a las

lógicas culturales griegas, dotado de una inteligencia particular para la

época en que le tocó vivir, muchos a raíz de estas cualidades, tienden a

considerar Adriano un emperador apto para las misiones civiles pero de

ningún modo un militar, a pesar de que durante sus periplos por el

imperio visitó cada uno de los cuarteles legionarios, instruyendo y siendo

ejemplo de la tácticas militares, pero sobre todo de la disciplina.

En el caso de las fuentes antiguas, interesa particularmente como

contraponen a ambos emperadores. Frontón más cercano a los hechos

declara que Trajano es un “summus bellator” (Epist. 155.3.4), que había

sido capaz de que el “Imperium populi Romani a Traiano imperatore trans

flumina hostilia porrectum” (Epist. II.198-218, 197,4), Trajano es

presentando en su relato como un emperador que conoce cada nombre

de los soldados y está junto a ellos en el campo de batalla pero que

además se destaca en la paz, esto último más relevante para el orador.

Adriano en cambio se presenta como un emperador culto y diligente, que

gobierna con destreza el orbe, por el cual viaja constantemente (Epist.

155.3.4) los que de ninguna manera le limitan para ser un conocedor de

los instrumentos de la guerra y su aplicación, los cuales tuvo que aplicar

en muchas circunstancias. (Princ.10).

Para Dion Casio (68.7) Trajano fue un emperador que gastó

dinero tanto en la guerra como en la paz, de naturaleza magnánima,

amado por todos, se destacó por ser un militar, alejado de la filosofía y

otros temas académicos. Su gran defecto de acuerdo a Casio sería un

constante deseo de fama y gloria que le habría llevado a desarrollar una

político imperialista (68.17). La visión que Dion Casio presenta de

Adriano no se basa en una oposición a Trajano, señala que el emperador

destaca por su sapiencia, bajo la cual se declara que no hay nada

perteneciente a la paz o la guerra, al Imperio o la vida privada que no

conociera, siendo relevante su disposición a la lectura (69.3.1)

derivándose de aquello como defecto que deseara sobrepasar a todos en

todo. (69.3.3).

En Eutropio encontramos la caracterización de Trajano como

alguien rebosante de energía, la que se expresa militarmente ampliando

las fronteras del Imperio Romano (8.2.2). Bondadoso, a pesar de su

carácter guerrero destaca ante todo por la capacidad de administrador

5 Eutropio, Breviarum, 7.8.2 Para las rutas de los viajes, la exposición de motivo de

los mismos: SYME R. 1998. Journeys of Hadrian. En ZPE 73: 159–170.

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correctamente el Imperio (8.2.2) (8.3.4). Es en el breviarium de Eutropio en

todo caso donde se enuncia una de las grandes comparativas entre

Trajano y Adriano, el autor señala “Qui Traiani gloriae invidens statim

provincias tres reliquit, quas Traianus addiderat, et de Assyria, Mesopotamia,

Armenia revocavit exercitus ac finem imperii esse voluit Euphraten”6 (EUTR.,

Breviarum, 8.6.2); esta comparativa de Adriano ha resultado ser una

imagen clásica de él, no por el tema de la envidia sino como tópico para

tratarlo de pacifista y de alejado del asunto militar, a lo que se agrega un

supuesto carácter poco combativo (8.7.1).

En Aurelio Víctor, encontramos una visión similar, claro que sin

la relación comparativa. Trajano para Víctor es el único hombre que

extendió el poder más allá del Danubio (13.2) en tanto Adriano se nos

presenta en las fuentes como un emperador que “Igitur Aelius Hadrianus

eloquio togaeque studiis accommodatior pace ad orientem composita Romam

regreditur.”7 (AUR.VICTOR. Liber de Caesaribus, 14.1), reforzándose de esta

manera la idea de un Trajano militar y un Adriano pacífico, situación que

explicaría la comparación de Numa Pompilio con Adriano (14.1).

La Historia Augusta, que se inicia con la biografía de Adriano nos

presenta un modelo similar al de Eutropio y Aurelio Víctor, seguramente

por tratarse también del siglo IV, del cual el emperador Trajano se

transforma en un modelo en la época de decadencia imperial8 pero

además tiene entre sus moldes la contraposición de diferentes

emperadores. Nos presenta a un Adriano cuya política exterior estuvo

dada porque en el “Orbem terrarum paci operam intendit” (H.A, Hadr. 5.1),

lo que conduce a que su actuación en cuanto a la seguridad imperial sea

tratada como de pacifista, a todas luces un concepto equivoco para la

época, aun cuando se permitiera su uso. Junto a esto se señalan como

grandes características su necesidad de buscar el conocimiento y el

detalle de todo y sobre todo lo que lo habría llevado a conocerla

geografía imperial no desde la teoría sino desde la práctica viajera.

Estas formas comparativas de las fuentes clásicas, en particular

de las del siglo IV, se ha visto traspasada a la historiografía moderna la

que en cierto sentido ha establecido comparaciones en base a las

conductas señaladas anteriormente. Gibbon en su ya clásico “Decline and

Fall of the Roman Empire” señala que el carácter de Trajano era propenso

a la búsqueda de fama, de ahí la infatigabilidad guerrera imitativa a la de

6 “Envidiando la gloria de Trajano, en seguida abandonó las tres provincias que

Trajano había añadido” 7 “Mejor dotado para la elocuencia y las actividades civiles” 8 GONZÁLEZ J. 2000. Trajano, emperador de Roma. Roma, L'Erma di Bretschneider.

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Alejandro Magno que contrasta de manera total con la mesurada y

moderada actitud de Adriano frente al Imperio.9 A fines del siglo XIX,

una de las primas obras modernas que abordó la historia del imperio

romano, fue la de J.B Bury. Trajano es presentando por el británico como

un continuador de la obra de los Flavios, declarando que Trajano es un

emperador expansionista10. Para Bury Adriano poseía todas las

características posibles: cosmopolita, administrador, viajero escrito, salvo

la guerrera. Desde la Historia del Derecho, Fritz Pringsheim, un

reconocido historiador jurídico señala que la importancia de Adriano es

crucial en las reformas de tipo legal que realizó, pero que su relevancia

militar es nula, sobre todo si se compara con Trajano.11

José María Blázquez, uno de los principales biógrafos del

emperador Trajano, declara que Trajano desarrollaría una política

exterior imperialista, el nuevo emperador era un militar nato y por tanto

sus campañas podrían haber sido provocadas por el interés de justificar

su adopción y sobrepasar a Domiciano en gloria12. De esta forma para

Blázquez, Trajano era de la opinión de que “los grandes problemas

internacionales los resolvía solo la guerra, no la diplomacia”13. De esta

manera, producto de este modelo binario de contraponer las dos figuras,

surge un elemento histórico que figura como fenómeno de cambio dentro

de la coyuntura de estudio: La guerra y la política militar. ¿Fue tan

9 GIBBON E. 1988. The Decline and Fall of the Roman Empire. Londres, Wordsworth

Editions, pp. 8-10. 10 BURY. J. 1893. A History of the Roman Empire. New York, Harper. p. 434. 11 PRINGSHEIM F. (1934) The Legal Policy and Reforms of Hadrian. JRS, 24, p. 141.

Adrianodurante su mandato realizó muchas reformas de tipo legal, que por otro

lado no son contrarias a su política militar. Un estudio sobre la correspondencia

griega de Adriano lo encontramos en MARTÍN F. 1982. La Documentación griega

de la cancillería del emperador Adriano. Pamplona, Ediciones Universidad de

Navarra, p. 465. Donde se estudia mucha de su obra legislativa. Del mismo

MARTIN F. ORS A.D. 1979, Propositio Libellorum AJP 100: 111-124, donde se

estudia cómo Adriano constituyó el Liber libellorum rescriptorum et propositorum,

que recopilaba todos los rescriptos o respuestas imperiales que por su contenido

tuvieran validez jurídica y sentaban jurisprudencia, algo que ningún emperador

anterior había realizado. Dentro de esta misma actividad jurídica se encuentra la

sustitución de los libertos por equites en la mayoría de los puestos directivos

relativos a la burocracia imperial, lo que fue de importancia fundamental para

dicho orden sociopolítico. Asimismo transformó el edicto de los pretores que se

hacía al inicio de cada año en perpetuo, estableciendo una norma clara para el

futuro al respecto. También para el trabajo cotidiano de gobierno, MILLAR F.

1967, Emperors at Work, JRS 57 pp. 9-19. 12 Ibíd. p.79 13 BLAQUEZ, JM. 2003. Trajano. Madrid, Ariel, p. 309, p. 6.

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disímil la política militar de ambos? ¿Tendrán puntos en común la

política militar cada uno? Son las interrogantes que intentaré responder

en este apartado.

LA CONCEPCIÓN DE LA GUERRA Y LA POLÍTICA MILITAR: ¿UN

FACTOR DE CAMBIO?

Lo primero que debiéramos intentar dilucidar es la concepción de

guerra que se habría manejado en la época, tanto desde un punto de vista

conceptual como práctico, elemento que podría ayudar despejar las

dudas sobre las actuaciones militares de cada emperador14. Bajo dichos

denominadores comunes, y ante las diferencias que plantea la

historiografía entre el expansionismo (ofensiva militar)15 o bien la

pacifidad (defensa del Imperio), se podrían plantear dos grandes

cuestiones relativas a la comprensión del pensamiento que se tenía en

época Antonina respecto de la guerra.

La primera visión, es la generalización desde la base de que todas

las grandes guerras romanas de la época de estudio son parte de un

proceso imperialista o en su defecto de un modo de ser expansionista,

simbolizado en los emperadores que ejecutan campañas de tipo ofensivo

y de agresión ante potenciales enemigos del Imperio. Las campañas, para

el caso de Trajano según Dión Casio, tendrían como objetivo lograr por

una parte una legitimidad política y social, que se conseguiría mediante

el triumphus, la derrota de los enemigos del Estado, que Roma fuera

temida en el concierto de pueblos que le rodeaban (DIÓN CASIO, 68.7) o

bien que las campañas del hispano son en realidad una imitatio

alexandriana (DIÓN CASIO, 68,29).

Fruto de aquellas contemplaciones, la guerra comportaría

necesariamente una actitud expansionista, pues su concepción se basa en

14 Creo que sin duda el concepto de transición es el que mejor se adapta a la época

de estudio en general, definido claramente en M.GRANT, 1994. The Antonines. The

Roman Empire in Transition. Londres, Routledge, p. 210. También el artículo de

SUAREZ D, Plácido. 2004. Un siglo de cambios. En CORTES COPETE, J.M, Op. cit.

creo que sus tesis son las que mejor se adaptan al periodo de estudio tanto en su

razonamiento como en su validez. 15 A modo de síntesis general TOGO E. 1936. Trajan's Conquest of Dacia, TAPhA,

67, p. 83 rechaza de plano que la campaña táctica de Trajano pueda ser

comprendida desde un punto de vista defensivo, para CORTES COPETE J. 2008.

Ecúmene, imperio y sofísitica,en Studia Historica. Historia Antigua, vol. 26: 131-148,

p. 8 la vía imperialista e imitativa alejandrina era la más fácil para la

consolidación de su poder.

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una contraposición de ideas: ataque y defensa, modelo binario que se

adapta a la historiografía comparativa romana16. De esta forma la idea de

que Trajano con sus campañas consiguió que el Imperio tuviera “fines

longe lateque” (EUTR. Breviarum 8.2) ha constituido una especie de credo

esencial para la concepción de la figura del citado emperador en cuanto

su política militar. Bajo aquellos preceptos la actuación de Trajano

implica necesariamente catalogar como ofensivas militares las campañas

dácica17, arábica y pártica18, tanto por sus objetivos como por sus

consecuencias históricas para el devenir del Imperio Romano19. No

obstante, creo se deben poner en contexto con la visión geográfica que el

Imperio estaba consolidando a inicios del siglo I, cuestión que trataré en

un apartado posterior. Bajo ese tamiz se debería comprender que la de

Trajano es netamente una época de transición, y la escisión entre el siglo I

y el II.20

Una segunda visión, como podrá desprenderse de las palabras

anteriores, es la generalización de que en la época es posible referirse a

las guerras dentro de una concepción defensiva del Imperio, visión de la

cual en general no ha habido eco por los factores ya enunciados21.

Luttwak, que llama la atención sobre ello denomina esto como “fronteras

16 Me refiero a la tradicional forma romana de las comparaciones históricas a

Trajano se le compara con Alejandro Magno o con Julio César en cuanto modelos

de política militar en cierto grado agresiva. En cambio a Adriano se le compara

con Augusto a quien se le atribuye ese freno de la política expansionista romana y

su famoso consejo a Tiberio contenido en su testamento. Con estos modelos

resulta más que claro que fuentes como la Historia Augusta, unida a Dión Casio,

nos permiten establecer que Trajano era militarista, en cambio Adriano un

emperador pacífico. Este tópico también se ve reflejado en la comparación de

Marco Aurelio con Lucio Vero ampliamente favorable para el emperador filósofo,

a pesar que fuentes como Frontón desmientan muchas de las características de

Vero. Otro caso de la Historia Augusta es la comparación del “bueno” de Geta

contra el “malo” de Caracalla, lo que nos permite inferir claramente el uso de esta

técnica narrativa de contraponer los caracteres de los actores históricos. En este

caso los emperadores. 17 TOGO E. Trajans conquest… Op. cit 83 18 ANGELI G.M. 2000. Traiano in oriente: la conquista dell’Armenia della Mesopotamia

e dell’Assiria. En Trajano, emperador de Roma Op. cit. También BLÁZQUEZ,

Trajano… Op. Cit 113-115. 19 CORTES COPETE J.M, Un nuevo gobierno, una nueva base social. op. cit. 20 PLÁCIDO SUAREZ D. Un siglo de cambios. Op. cit. pp.19-21. 21 IBÍD. Ejemplo, el elemento militar no se menciona dentro de esta lógica de los

Antoninos como dinastía de transición. La construcción ideológica también se dio

en el plano militar, como he analizado en páginas precedentes y proseguiré en las

siguientes.

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científicas y preventivas” del Imperio Romano22. Se trataría de una

defensa perimetral del Imperio Romano basadas en la utilización

favorable del relieve para su consecución (de ahí la cualidad de fronteras

científicas que otorga el autor). El coste de asumir este pensamiento

defensivo habría sido elevado para el Imperio junto con plantear un

severo problema relativo a que el número de soldados del ejército móvil

augústeo se habría diluido en fronteras fijas, rígidas y fácilmente

traspasables, cuyo objetivo era proveer tranquilidad y seguridad, para la

prosperidad económica y la vida civil del Imperio23.

Pero, más allá de la existencia de estas generalizaciones basadas

en nuestra apreciación actual de la estrategia militar24, creo que estas

visiones de las campañas y acciones militares romanas en términos

absolutos de ofensiva militar o bien política defensiva son artificiales

para el mundo romano, producto de una mirada actual a los problemas

del pasado con el fin de categorizar y analizar de mejor manera el

devenir imperial en cuanto su política exterior, así como conformar una

visión generalizada de la contraposición o imitación de los emperadores

como modelos militares

Esta visión de la división bélica no tiene un asidero en las

fuentes, en estas se habla de bellum sin distinciones de ningún tipo. Por

nombrar varios ejemplos, el Bellum Dacicum, la Secunda expeditio Dacica y

el Bellum Parthorum de Trajano son designados con el mismo concepto

que el Sarmaticum Bellum, el Bellum Parthorum, y el Iudaicum Bellum de

Adriano. En las fuentes epigráficas se repite la misma tónica “bellum

Parthicum” (CIL 5.546, AE 1998, 1435 ), “bello Dacico” (CIL 02, 3788; CIL

03, 07397; ILS 1016, ILS 0308m ), “bello Germanico et Sarmatico” (AE 1998,

1435, CIL 03, 07397), “bellum Iudaicum” (CIL 03, 07334) a estas formas

también se agregan las expediciones “expeditione Dacica prima” (CIL 12,

03169; CIL 16, 00160; AE 2002, 1741; ILS 0308) expeditione Iudaica (CIL 06,

01523; CIL 08, 06706; CIL 14, 03610), “expeditionem Brittannicam” (CIL 11,

05632), “expedition(e) Maure/tan(iae) Caesarens(is)” (CIL 16, 99). De esta

manera la distinción estaría mediada por las descripciones que se hacen

de los emperadores en cuestión unida a la lógica imperialista actual.

22 LUTTWAK E. 1976. The Grand strategy of the Roman Empire: from the first century

AD to the third. Baltimore, Jhon Hopkins, p. 255. pp. 60-61. 23 Ibíd.61-85 24 Comparto la opinión de MATTERN S. 1999. Rome and the enemy: imperial

strategy in the principate. Berkeley, California University Press, p. 259, p. 22, con

respecto a que los términos defensa y agresión son de nuestra época.

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Si a lo anterior agregamos que Tácito, contemporáneo de Trajano

y Adriano, señalaba que “secura tum urbe et provinciali bello, quod inter

legiones Galliasque velut externum fuit.”(TAC. His. 1.89) Vale decir que para

un romano perteneciente a la aristocracia tanto las guerras de Trajano

como para Adriano eran guerras exteriores y por tanto con una misma

orientación política, territorial y militar. Por ello se hace preciso analizar

la concepción de lo que nosotros entendemos por política expansionista y

lo que los romanos entendían por lo mismo en el Imperio romano para

determinar si bajo el pensamiento militar y geográfico de la época de los

Antoninos existe dicha característica, teniendo como referencia la política

militar de Trajano.25

LA VISIÓN GEOGRÁFICA ROMANA. ¿CONTINUIDAD?

Mientras la política militar, y su concepción, se presentan como el

gran fenómeno de cambio entre Trajano y Adriano, la visión geográfica

que la nobilitas y los prínceps tuvieron del Imperio se transforma en un

fenómeno histórico que permite26 representar una continuidad histórica

entre los mencionados emperadores. Las acciones de la aristocracia

romana se relacionan con una determinada visión geopolítica y territorial

como expresión concreta del poder (imperium). Bajo este prisma, a pesar

de apartarme del marco temporal propuesto, es obligada la referencia en

primer lugar a Augusto, bajo el cual el Imperio asistía a la clásica

expresión virgiliana de un “imperium sine fine dedi”, (VERG. A. 1.279), idea

que con el paso del tiempo se había desvanecido, mostrándose lejana a lo

que los Flavios y Antoninos aplicaron en los sectores fronterizos con las

construcciones de muros, torres, caminos, la consolidación de las líneas

defensivas naturales, etc.

Sack, uno de los primeros y principales exponentes de la noción

de territorialidad, señala que esta es una estrategia de influencia o

control, individual o colectiva, ejercida sobre objetos pueblos, o

relaciones, mediante la delimitación y afirmación del poder sobre una

25 WEBSTER G. 1979. The Roman army. Londres, Black, p. 330 y LUTTWAK Op.

Cit. Capítulo II “From Flavians to Severi, scientific frontier and preclusive defense

from Vespasian to Marcus Aurelius”. pp. 51-126. 26 Para MATTERN S. Op. cit./ Capítulos 1 y 2, Las decisiones más que

centralizarse en manos del emperador, la elite romana en base a su cosmovisión

tomaba las decisiones bajo la lógica de que el emperador sólo era un primus inter

pares que compartía e interpretaba la misma información recopilada, los

elementos geográficos serían uno de aquellos conocimientos bajo los cuales la

elite habría tomado en consideración para la toma de decisiones.

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determinada área geográfica27. De esta manera es posible identificar

cuatro grandes tendencias en la territorialidad romana. Una primera

tendencia tiene relación con la clasificación cultural o bien con la

autoconcepción y con ello la visión del otro, producto de aquello surge la

determinación territorial de lo que es romano, de lo que no lo es, como

ejemplo básteme citar la Historia Augusta al señalar la construcción del

muro de Britania por Adriano28, cuya construcción no se hacía

necesariamente por una cuestión defensiva sino que “qui barbaros

Romanosque divideret.” (H.A, Hadr. 11.2).

La segunda tendencia de la territorialidad tiene relación con el

fenómeno de la comunicación, una vez controlada el área geográfica se

hace necesario concretizar (comunicar) la frontera, esto es establecer unos

márgenes claros de control político, económico y cultural. En caso del

Imperio Romano bastarán para la época algunos ejemplos de lo anterior,

Vespasiano construyendo una red defensiva y eliminado a los reinos

clientes en oriente; a Domiciano conformando los Agri Decumenates en

Germania; a Trajano consolidando el limes renano eliminando el peligro

dácico, pero además creando exitosamente dos provincias: Arabia y

Dacia; a Adriano con la provincialización del ejército, cuestiones que sin

duda iba en la dirección de concretizar y definir aún más el territorio

romano, a lo que se unía la política de la romanización cuya faceta de

urbanización permitía distinguir a alguien civilizado del que no lo era, la

conquista de Dacia por Trajano fue seguida de un proceso de fundación

de ciudades y de colonización militar de vastos alcances.29

La tercera tendencia, es la elaboración y creación de mecanismos

de control que aseguren la estrategia de la territorialidad en los espacios

geográficos conquistados, mediante los diferentes tipos de ocupación

especial y de organización del poder. La incipiente organización

administrativa instaurada por Augusto, evolucionaría al nivel eliminar

los reyes clientes y otros tipo de organizaciones políticas dando paso a

una de unificación cultural y administrativa con el fin de mejorar la

organización económica, política, cultural del Imperio, es así como por

ejemplo Vespasiano, a raíz de la revuelta judaica determina convertir al

27 SACK R. 1983. Human Territoriality: A theory. Annals of the association of

American Geographers, Vol. 73 pp. 55-74. 28 V.gr DIVINE, D (1969) The North-West Frontier of Rome: a military study of

Hadrian Wall, London, McDonald, p. 244. 29 V.gr CARBÓ J. 2010. Dacia Capta: particularidades de un proceso de conquista y

romanización. En Habis, 41pp. 275-292. También ROBLES, Bermejo J., S. CAMPOS

J. (2013) “Trajano fundador: el último impulso colonizador del imperio” Onoba, Nº1pp.

99-114.

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Reino de la Comágene así como a Licia y Panfilia en provincias para

mejorar la estructura defensiva del sector pero también para aprovechar

de mejor forma las grandes ganancias económicas producidas fruto de las

caravanas comerciales provenientes de oriente30. El padre de Trajano,

gobernador de Siria y encargado de este ajuste territorial habría contado

con la asistencia de su joven hijo el que habría sacado valiosas lecciones

de la administración territorial del Imperio31.

La cuarta tendencia, es la visibilización de la territorialidad. El

poder y la influencia no son visibles, por lo que la territorialidad tiene

como objetivo estratégico hacer visible y concreto el poder político, en

este sentido es que durante época Antonina tuvo la concretización

territorial del poder su punto álgido, las obras en Germania realizadas

por los Flavios y continuadas por Trajano, los muros en Britania tanto de

Adriano como de Antonino Pío, el establecimiento de fuertes fronterizos

en Dacia, la obligación de que los bárbaros comerciaran en puntos

definidos por los romanos de acuerdos a los tratados, el desarrollo

urbanístico y otros elementos propios de la romanidad. No es de extrañar

que el limes, en cuanto sistema defensivo, económico, político y cultural

sea una expresión y símbolo del poder romano, pero además una

expresión directa de la territorialidad.

De esta forma el territorio imperial se desarrolló como una

construcción cognitiva de la elite romana, de los pueblos romanizados y

de los que estaban en vías de romanizarse o aun de conquistarse, esta

identidad se exteriorizaba en una serie de señales físicas y materiales

coherentes con la territorialidad. En dicha estrategia el ejército romano

jugó un papel fundamental sea como actor de la romanización, como

impulsor del Estado romano, como favorecedor del comercio o al ejercer

el control del territorio que se consideraba romano del que no lo era en

los límites. Bajo dicho prisma podemos establecer dos claras etapas en la

ejecución de dicha estrategia que se superponen a lo largo del siglo I, la

primera sería una etapa relativa a la defensa de los intereses individuales

y colectivos en directa relación con los procesos expansionistas

republicanos y de inicios del Imperio, en tanto una segunda etapa

involucraría la defensa de la identidad de los territorios considerados

romanos, la que se puede datar a partir del siglo II hasta fines del

30 Sobre la política militar y geográfica de Vespasiano v.gr LUTTWAK Op. Cit. pp.

55-57, en lo principal se trataba de una demarcación concreta de las fronteras

estableciendo un sistema de defensa continuo. También WEBSTER. G, Op.Cit pp.

65-75. 31 GREGORATTI L. 2006. Vespasiano, Marco Ulpio Traiano padre e la costituzione del

limes orientale. En: Kaskal, 3 pp. 257-274.

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Imperio. En este caso particular interesa señalar que la elaboración de

una identidad imperial iba en directa relación con la conformación de

fronteras (el limes), el control de las mismas, la homogeneización cultural

en base a la romanización, y la continuidad histórica de la presencia

romana.

La primera manifestación necesaria para la consecución de esta

territorialidad romana en época Antonina fue la construcción de un saber

netamente geográfico. De ningún modo es posible señalar que el

descubrimiento y establecimiento de este conocimiento geográfico haya

sucedido en época de los emperadores adoptivos, sino que fue una

evolución que se dio necesariamente desde el siglo I al siglo II por las

propias necesidades del ejército, la aristocracia y la institucionalidad

política-económica, cuestiones en que tanto Trajano como Adriano estaba

imbuidos por ser parte un grupo privilegiado dentro del Imperio.

Con el inicio de la dinastía Flavia, comenzaba el Imperio a

desarrollar una política geográfica de concretización, adaptación,

creación de unas fronteras estables y mejora de la capacidad de la

seguridad externa del Imperio. La misma llegada de la dinastía se había

producido posterior a una cruenta guerra civil que se había saldado el

año 69 con la muerte de cuatro emperadores , pero que además

representaba como regiones lejanas a Roma eran capaces de participar

del juego político del Imperio, en palabras de Tácito “Imperii arcano posse

principem alibi quam Romae fieri” (TAC. Hist. 1.4). A su vez, a fines del

siglo I los territorios que podían ser considerados romanos se habían

ampliado notablemente; me refiero aquí a un romanidad no de dominio

político, sino de manera cultural y territorial, sea por el paisaje, por la

ocupación política, por la presencia de ejército o la administración

imperial, por la extensión en las pautas de ciudadanía32 o bien por la

nominación de emperadores de origen no itálico (Trajano y Adriano) se

fraguó una idea geográfica del Imperio como circunscrito y con límites

que ya hacia el siglo II se transformaba en la visión del imperio como

cerrado y con límites.

Básteme para recalcar lo anterior cuatro autores que son parte de

la nobilitas, profundamente enlazados de manera directa o indirecta con

los emperadores y que desarrollaron trabajos que fueron útiles para el

devenir del Imperio en estas materias. El primero de estos autores fue

Plinio el viejo, su trabajo surge como una innovación dentro del saber

32 Sobre el tópico de la concesión de ciudadanía, en particular el llamado discurso

de Claudio, conservado en los anales de Tácito, 11 pp.23-25.

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territorial romano procedente de las diversas fuentes y del importante

contacto con la aristocracia, lo que le otorga una importante intención

política a su narración: conocer cómo se desarrolla en cada espacio la

misión civilizadora del Imperio romano y de su dominio universal (PLIN.

Nat. 3.39). Junto a eso declara una clara necesidad de que los magistrados

sean del orden que sean sepan dónde es que se va a ejercer el imperium y

el poder proconsular, en una especie de ética administrativa (PLIN. Nat.

5.12-13). De esta forma la recopilación enciclopedista que realiza Plinio,

actualizada donde más podía, se transformó en un ejemplo de la

geografía acorde al proyecto imperial romano que se empezaba a fraguar

hacia el 70.

El trabajo de Plinio, como venía siendo la tónica de la geografía y

del conocimiento romano debía ser realizado, según el autor, para

actualizar lo existente, para dar novedad a lo viejo, “Res ardua vetustis

novitatem dare, novis auctoritatem, obsoletis nitorem, obscuris lucem, fastiditis

gratiam, dubiis fidem, omnibus vero naturam et naturae suae omnia. itaque

etiam non assecutis voluisse abunde pulchrum atque magnificum est” (PLIN.

Nat. praef.15). La búsqueda de nuevas informaciones está asociada sobre

todo a lo militar y la administración, por ejemplo el uso de información

dada por Domicio Corbulón, gobernador de Asia y que había

desarrollado una reciente campaña en oriente debe haber sido clave

(PLIN. Nat. 6.23). Se insistía de esta manera en lo necesario que era poner

al día la investigación, sea de la forma del orbis terrarum, los limites, la

descripción de los lugares u otros temas. En definitiva el conocimiento

geográfico unido a otros saberes en general y en particular la relevancia

de ser un romano el que pusiera al día la investigación, “primus Romani

generis in vulgum extulit” diría en el caso de Sulpicio Galo para el caso de

los eclipses y al tener que buscar información en textos griegos

manifestaría que “pudet a Graecis Italiae rationem mutuari” (PLIN. Nat.

3.122).

Para Plinio (PLIN. Nat. 2.5) el orbis era la parte del mundo del cual

eran capaces de informarse y conocer a cabalidad, para el caso de India y

Trapobane (Ceilán) Plinio decía que la isla se ubicaba “extra orbem a

natura relegata,” (PLIN. Nat. 6.89), lo que se ajustaría a la visión geográfica

del siglo II que tendía a ver el imperio como un lugar cerrado y

amurallado. Junto a lo anterior es posible agregar que menciona el Tigris

como frontera natural entre los partos y Mesopotamia, esta aclaración

territorial podría en algún momento haber desafiado a Trajano a la

conquista de Mesopotamia en el entendido que cabía dentro de la esfera

de influencia griega y no parta, debido a su ubicación geográfica.

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Un segundo autor es Tácito. Sin duda, la historia y el análisis

geográfico tendrán una máxima importancia en la obra de él a inicios del

siglo II33. Tácito a través de sus trabajos recorre los principales escenarios

políticos y territoriales del siglo I. En todas sus obras este nos relata de

una manera muy viva el paisaje existente y como a gran escala esto afecta

al Imperio como organización política; el conocimiento territorial

resultaba esencial para una correcta política militar. Su desempeño como

pretor, gobernador provincial, y cónsul lo transforman en el estereotipo

mencionado de autor que conoce de cerca las necesidades del Imperio y

todo el juego político existente más allá de Italia34, su obra escrita

particularmente después del 97 nos da cuenta de un senador maduro

políticamente que después de servir en los oficios civiles y militares se

dedica a prestar su ayuda a la clase dirigente y el Imperio por medio de

su pluma.35

Así pues, en Tácito encontramos un historiador que asume una

tarea explicativa global, en la que el conocimiento geográfico asume un

papel preponderante, eximio conocedor de la territorialidad imperial, de

las provincias, de la geografía del Imperio pero por sobre todo de los

emperadores, de la nobilitas y los viri militaris sus producciones

historiográficas contienen un sin número de referencias geográficas útiles

para el desempeño concreto de la función administrativa, militar o por

mero conocimiento general. Sus análisis geográficos son a su vez de una

muy buena calidad, ofreciendo una visión panorámica general de tal o

cual campaña militar, del imperio o de los objetivos que se pretendían

lograr con una determinada acción.

De la misma época de Tácito, tenemos el aporte de Plinio el

joven, a través de su Epistolario y del Panegírico del emperador Trajano.

Es en su libro X, donde se recogen las principales cartas de Plinio, en

aquel entonces designado gobernador de Bitinia y del Ponto con la

misión de mejorar la calidad de la administración provincial, donde

pueden extraerse una serie de informaciones relativas a la misma.

Perteneciente a un grupo senatorial cercano al emperador Trajano36, en su

panegírico también señala la importancia para un general (PLIN. Pan.

14.1, 15.1). De esta manera en Plinio encontramos los datos geográficos

33 Quizá la mejor obra sobre Tácito sea Syme R. Tacitus, (Londres, 1963), del

mismo “How Tacitus Came to History”, Greece & Rome, 4, (1957), pp. 160-167. 34 ANDRÉ, J.M, HUS, A., La historia en Roma, (Madrid, 2005). p.140. 35 V.gr SYME, R. “Tacitus: Some Sources of His Information”, JRS, Vol. 72 (1982), pp.

68-82. 36 SHERWIN-WHITE A. N. 1969. Pliny, the Man and His Letters. En G&R, Second

Series, Vol. 16 pp. 76-90.

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asociados a una administración imperial o bien a la geografía como la de

la visión del Imperio Romano al inicio del siglo I, pero lo que es más

relevante nos muestra las relaciones dentro de la nobilitas y la pertenencia

a la misma revelando a su público los intereses e inquietudes de un

político, de un hombre culto pero sobre todo de un romano que buscaba

ser un aporte al proyecto político imperial.

A propósito de la digresión anterior, en época de Adriano uno de

sus gobernadores, Flavio Arriano, escribirá una serie de obras las que

contendrán un fuerte contenido geográfico, muy en línea con la

personalidad del emperador. Una de la obras más popular de Arriano es

la Anábisis de Alejandro Magno donde explica las conquistas del

macedonio, contemplando también la descripción del escenario

geográfico, en dicha obra se encuentra presente el libro octavo, el que se

encuentra en cierto sentido separado del cuerpo de la obra principal y

que se denomina “Indica” en el cual el procónsul de Bitinia y el Ponto

realiza una relación geográfica de la India a partir de las fuentes de época

alejandrina (ARR. Ind. 8.3-8.8). ¿Por qué la Indica de Arriano es un libro

aparte de su Anábasis y posterior a donde narra la campaña en la India?,

la respuesta podría ser que simplemente la obra no sigue un correlato

cronológico sino que la Indica pretende ser un anexo geográfico con

miras a que el lector se familiarice con un escenario geográfico poco

conocido pero también con un escenario hacia donde hace poco se habían

establecido sendas rutas comerciales a raíz de la conquista de Arabia y de

la campaña oriental de Trajano. La obra de Arriano, como el mismo lo

señala es una digresión geográfica (ARR. Ind. 8.26) la que tiene cierto

parecido con la Germania de Tácito, pues realiza un relato etnográfico

sobre la India y sus habitantes.

De esta manera la fase del conocimiento geográfico imperial y

romano presenta tres grandes características diferenciadores de las etapas

anteriores. La primera gran característica es que los autores presentan

una doble militancia en el sentido en que la gran mayoría son romanos

que han servido en el cursus honorum de su orden social ocupando cargos

importantes, tenemos el caso de Tácito, Plinio, Arriano, Apiano, quienes

mezclan de esta forma en sus obras un saber técnico como lo podría ser la

recopilación de fuentes geográficas para la producción del conocimiento

imperial pero que es combinada con los saberes propios de la

administración imperial, ya no se trata de griegos al servicio de un

general, ni tampoco de poetas laudatorios sobre un hombre y su obra, se

trata de romanos altamente capaces y comprometidos con el proyecto

político imperial y con ello con la territorialidad propia del Imperio

Romano.

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Una segunda característica tiene relación con el contexto imperial

y filosófico del momento con la política geográfica de los Flavios y

Antoninos asistimos a un Imperio Romano que poco a poco va

delimitando unos límites de manera clara y efectiva, comienzan a

desaparecer inclusive las barreras internas con la eliminación de los

reinos clientes por lo que esto conforma la idea de un imperio con una

serie de términos. Esta idea de un imperio con limites necesariamente

significó un sustento cognoscitivo a la mentalidad de la época, al estudiar

los territorios interiores a dichos límites y hasta donde ejercía su

influencia Roma, de esta manera al relatar la expansión imperial, la

creación de fronteras, las campañas militares lo que se estaba realizando

era una geografía de los romanos y para los romanos.

De esta manera la propia evolución del saber geográfico en el

Imperio romano conllevó que se creara una geografía romana e imperial,

se trataba de un proceso histórico, geográfico y filosófico de larga

duración. Iniciado desde los albores de la instalación del Imperio por

parte Augusto, recorrió caminos que iban desde lo matemático, lo

abstracto, lo conquistable a una visión que sin duda podríamos catalogar

de científica al involucrar la etnografía, la política, la administración y la

filosofía, esta amalgama de elementos produjo necesariamente que hacia

el siglo II existiera una geografía romana, la que unida al dominio

imperial desde el norte al sur, desde el oeste al este, generara un clima de

unidad, pero a la vez una territorialidad vigente, activa y en proyección.

LA LÓGICA DE LOS HECHOS HISTÓRICOS BAJO EL CAMBIO Y LA

CONTINUIDAD

De esta manera, una vez que el tema geográfico y militar están

relativamente claros en cada una de sus lógicas internas, se hace

menester el análisis de esta cuestiones en conjunto con los hechos

históricos, en una especie de reconstrucción de relato histórico construido

hasta ese momento, en el cómo se entremezclan en los hechos históricos

los fenómenos de cambio y continuidad que vengo señalando.

Expuesto lo anterior, la primera campaña que habría que abordar

es la de las guerras dácicas. En general los historiadores a grandes rasgos

coinciden en la lógica de que Trajano aspiraba a la obtención de un

triunfo donde Domiciano había fracasado, con el fin de fortalecer su

recién asumida investidura. Es así que Trajano habría comprendido que

debía fortalecer su posición logrando un éxito donde su antecesor

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Domiciano había fracasado37. Otros señalan un retroceso a las épocas del

imperialismo ilimitado38, en tanto algunos se refieren a la eliminación del

peligro dácico para la seguridad imperial. Generalmente se señala que

Trajano buscaba convertir a Decébalo y Dacia a partir del triunfo militar

en un reino cliente controlable mediante el dominio de amplios espacios

territoriales, la toma de los principales centros fortificados y el control de

las principales rutas.39 Dicha idea, cambió, desde el punto de vista

geográfico cuando se demostró el fracaso histórico y geográfico de los

reinos clientes y su constante inestabilidad, la que es caracterizada

fenomenalmente por Tácito a lo largo de sus anales.

En mi opinión creo sin duda que el logro del triunfo influyó

claramente en la animosidad de Trajano (PLIN. Pan, 16.3), pero a todas

luces este elemento no explica la anexión territorial de Dacia como

provincia romana ni explica tampoco el por qué Dacia era la opción de

Trajano; de hecho es posible asegurar que de las victorias conseguidas

anteriormente en ese sector (TAC. Hist. 3.46) ninguna se preparó tan

esmeradamente y ninguna se concretó con una anexión territorial

transdanubiana. Esta reflexión permite señalar que, si la razón era buscar

un triumphus, junto con señalar que la historiografía nos dice que

Domiciano falló en Germania, Britania y el Danubio, (SUET. Dom 6; TAC.

Agr. 39; DIÓN CASIO 67.7), ¿por qué elegir Dacia siendo que el limes

germano era mejor conocido para Trajano e igualmente le permitía

obtener una victoria militar? Poco es lo que se dice respecto de esta

campaña dentro de un imago mundi imperial con un sentido geográfico,

asociando la imagen de Trajano irremisiblemente al sueño del dominio

universal.40

Por tanto, de acuerdo con la experiencia de Trajano, los relatos

etnográficos, junto con la evolución histórica, permitían afirmar que en

Germania los enemigos eran accesibles, que Domiciano había fracasado y

37 El 85-86 el rey Duras de Dacia atacaba Mesia donde murieron bastantes

soldados y el gobernador Oppio Sabino. Una segunda expedición del 87 fracasó

al mando del prefecto del pretorio Cornelio Fusco, quien con 5 legiones fue

derrotado en la Batalla de Tapae, muriendo junto a varios de sus hombres, con la

pérdida de las enseñas pretorianas. Otra expedición el 88 d.C., dirigida por Tetio

Juliano, logró una victoria pírrica y, aunque se mantuvo la frontera, Roma debió

pagar un subsidio a los dacios para el mantenimiento de la seguridad del sector,

lo que en muchos sectores fue visto como una humillación y una paz

desfavorable. 38 Luttwak citando la opinión de Carcopino, en LUTTWAK E. Op. cit p.100 39 Ibíd p.88 40 El ya mencionado trabajo de CORTES COPETE “Ecumene…” Op. cit., que es el

único existente al día de hoy que ponga en contacto dichas dimensiones.

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que Trajano buscaba obtener un triunfo. ¿Por qué no hacerlo inicialmente

donde podía conseguirse para asegurar su frágil posición? La respuesta,

en mi opinión, es más que contundente, se trataría de que Trajano lo que

busca era ajustar los límites a la nueva realidad geopolítica del imperio

tanto desde un punto de vista abstracto como concreto unido al

imperativo categórico de la economía. Los asuntos transdanubianos

estaban poniendo en serio peligro la seguridad imperial41. Las guerras

dácicas –permítaseme la comparación- fueron para los romanos el

Teutoburgo de postrimerías del siglo I e inicios del II. Las pérdidas

soportadas por el Imperio eran asimilables al desastre de Varo en

Germania. Bajo esta lógica el triumphus sería algo colateral a la

importancia de la seguridad y defensa del Imperio, pero no una

condición sine qua non para la ejecución de una campaña en Dacia

Es en esto donde debiera colocarse el énfasis a mi parecer, puesto

que el triumphus busca legitimar a la persona que lo obtiene, en cambio la

anexión provincial tiene relación con un marco geográfico y global del

Imperio.De ese factor emana la gloria de Trajano. La incorporación de

Dacia era una incorporación territorial con el fin de delimitar un sector

conflictivo, y así lo recuerdan las fuentes posteriores del siglo IV (EUTR.

Breviarum 8.2; AUR.VICTOR Epitome 13.2; JULIANO. Symp 8c y 17b).

En el caso contrario, hubiera bastado reemplazar a los dacios por

alguna otra tribu germánica, como se intentó al final de la primera

campaña, y aplicar los mecanismos diplomáticos tales como el pago de

tributos, mecanismos que sin embargo Trajano y Adriano utilizaron sin

ser historiográficamente hostilizados por su uso, en cambio sí lo fue

Domiciano (H.A, Hadr. 6.8). El papel de Trajano en la conformación de

una provincia militarmente fuerte que constituyese una avanzada contra

los pueblos germanos que intentaran agredir al Imperio implicaba una

visión territorial consecuente con la imagen que a inicios del siglo II se

estaba conformando del Imperio42. En efecto, con las fronteras que se

estaban instaurando Trajano cerraba así la demarcación del Danubio

como territorio romano.

Estas reflexiones necesariamente implican moderar la idea del

retorno a una época imperialista o expansionista, y permite adoptar

elementos relativos a la nueva concepción territorial. La creación de una

provincia desde una tabula rasa implicaba reelaborar límites políticos para

solucionar un problema de larga duración debido a la antigua concepción

41 WEBSTER G. Op .cit. pp. 76-80. 42 CORTÉS COPETE,“ Un nuevo gobierno, una nueva base social” Op. cit .pp. 79-78.

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hegemónica y poco clara de los limites. Dión Casio relata cómo los

soldados se negaban a avanzar más allá del mundo conocido para el caso

de la invasión de Britania (DIÓN CASIO, 60.9), lo que indica que toda

invasión más allá del orbis terrarum implicaba necesariamente algunos

riesgos de tipo militar. Bastará recordar que el reino de Tracia había sido

anexionado por Claudio el 46 después de una serie de vicisitudes (TAC.

Ann. 4.46) y que Mesia había sido reorganizada recientemente por

Domiciano el 8643, lo que demuestra cómo se estaba adaptando el sector a

esta concepción; la anexión de Dacia era la solución definitiva a aquellos

problemas de reorganización territorial.

Para la campaña de Partia, el asunto del análisis de las

coyunturas respecto de la campaña se presenta un tanto más nebuloso

que para la de Dacia. Para Dión Casio –la única fuente que poseemos al

respecto la causa central habría sido el deseo de gloria, al que ya se ha

hecho alusión, lo que claramente constituye una simplificación extrema

de la campaña. El limes oriental desde tiempos antiguos era motivo de

preocupación para el Imperio; nunca se había podido dar una solución

definitiva a la demarcación territorial.

Para historiadores como Longden, se trataría de una cuestión de

temas de larga duración, más que de una coyuntura; el cariz del conflicto

por tanto sería el de solucionar la cuestión del límite oriental del

Imperio44, que databa del siglo I y II a.C. en la época expansiva de la

República romana cuyo acto esencial lo constituye el fracaso de Craso en

la batalla de Carrhae frente a los partos el 53 a.C.45 La gran intervención

relativamente contemporánea a los actos de la época de Trajano lo

constituía el actuar de Nerón, quien puso fin al Reino cliente del Ponto

Polemaníaco el 64 d.C46 y lo incorporó como provincia al Imperio, así

mismo bajo los Flavios Capadocia se convierte en clave del sistema

defensivo oriental mejorándose las vías de comunicación, los cuarteles y

ciudades con este fin, para evitar un desastre como el sufrido por Peto

((TAC. Ann 15.8). ) sin contar su enfrentamiento con los partos por el

control de Armenia entre el 55 y el 63 (TAC. Ann 13.6-8). El limes oriental

requería así más soldados para su defensa, junto a un mayor gasto para

las nuevas guarniciones y así mantener la pax romana en el sector del

43 WEBSTER G. Op. cit. p.71. 44 LONGDEN R.P. 1931. Notes on the Partian Campaigns of Trajan. JRS, 21, p. 19. 45 A inicios del siglo I d.C Augusto en su res gestae señalaba que uno de sus

máximos éxitos era “Parthos trium exercitum Romano rum spolia et signa reddere mihi

supplicesque amicitiam populí Romaní petere coegi.” Aug. Anc 29. 46 LUTTWAK E. Op. Cit The Grand.. Op. cit. p.39

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Euxino. En el fondo se convertía en un sinónimo de nuevas

preocupaciones y atenciones imperiales.

A la luz de estos antecedentes se debería prestar atención a que

las acciones de Trajano estarían orientadas a solucionar de manera

directa y definitiva el problema del limes oriental y delimitar la frontera.

Por lo mismo, el hecho causante de la intervención en oriente, que es la

disputa por la sucesión del trono de Armenia sería un casus belli en forma

de pretexto para finalmente aspirar al control romano sobre Armenia.

Este es un hecho clave para demostrar la necesidad de definir los límites

imperiales. Tampoco podemos obviar en este sentido las causas de tipo

personal47. El ejemplo que Trajano poseía de su padre como legado

oriental, así como su primer cargo público ejercido en Siria, pudieron

haber generado en él la idea de solucionar la inestabilidad del limes

oriental. A esto se añade el grave problema de una clara delimitación

fronteriza en el limes oriental, que supuestamente Trajano habría querido

definir mediante una iniciativa personal y a la vez militar48 como una

cuestión derivada de la exigencia comercial de controlar el mar Rojo,

Arabia y Siria.

Las campañas de Trajano cambiarán los valores vigentes en

cuanto a visión geopolítica del Imperio. Es verdad que el triunfo como

medida política y más que nada legitimación sociopolítica se mantendría,

pero la transformación se produciría en la concretización y objetivación

de las conquistas. Los esfuerzos desplegados y la incorporación territorial

a gran escala obligan a remitirnos necesariamente a la nueva visión de los

límites del Imperio, un Imperio con terminus, en palabras de Tácito (TAC.

Agr. 23). La campaña pártica que se presenta como la gran nebulosa, el

fracaso de la misma establecerá a fuerza de los hechos la concepción de

un imperio territorial.

Por los azares del destino correspondió que Trajano muriera en el

fin de la campaña pártica, tomando Adriano testimonio de este hecho.49

De esta forma, más que por envidia o por desacreditar la gloria de

Trajano (EUTR. Breviarum 8.6.2), Adriano se retira de Mesopotamia: era

fácil su abandono. El caso de Dacia, la otra gran rectificación limítrofe de

Trajano, demostraba lo contrario, mucho más cercana a las áreas de

abastecimiento y de Roma, con una guarnición de tres legiones y

múltiples colonias de veteranos, implicaba ya de por sí un gasto oneroso,

47 ANGELI, M.G., ,“Traiano in oriente: la conquista dell’Armenia della Mesopotamia e

dell’Assiria” en González, J., 2000 (ed.) Trajano, emperador de Roma, Roma. p. 29. 48 Ibid. P.41. 49 CORTÉS COPETE. Un nuevo gobierno,... Op. cit. pp. 75-77.

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cubierto en cierto sentido por la explotación minera del país. Pero el caso

de oriente no era el mismo, su existencia efímera como provincias (Asiria,

Mesopotamia y Armenia), junto a la imposibilidad de conservarlas

militarmente con legiones y guarniciones que eran pasadas a cuchillo por

las rebeliones urbanas se lo ratificaron; las rebeliones además reflejaba

algo fundamental la territorialidad romana no se podría implantar en la

zona del Tigris y Éufrates. Si agregamos que, el ejército parto rehuía el

enfrentamiento directo con los romanos, las sublevaciones y la amenaza

de las líneas de suministros perfectamente podrían generar una situación

caótica.

De acuerdo a esta cosmovisión geográfica, los límites iniciaron un

fuerte proceso de concretización simbolizado en el levantamiento de

diferentes elementos a lo largo de las fronteras que se querían consolidar.

Por ejemplo, el muro de Britania “murumque per octoginta milia passuum

primus duxit, qui barbaros Romanosque divideret.” (H.A, Hadr. 5.1; 21.8). La

muralla, más que en un sentido eminentemente militar, se transformó en

una especie de cerrojo con la idea de establecer una diferenciación y un

control territorial entre el mundo bárbaro y el romano, como lo vería un

par de años después Elio Arístides, se trataba de una cuestión denotativa

de que lo importante era la concretización, más que la conquista.

Dentro de esas mismas directrices se ubican la construcción del

fossatum Africae y de una empalizada en Germania “Per ea tempora et alias

frequenter in plurimis locis, in quibus barbari non fluminibus sed limitibus

dividuntur, stipitibus magnis in modum muralis saepis funditus iactis atque

conexis barbaros separavit” (H.A, Hadr. 12.6). Está más que claro que la

escasez de tropas en el norte de África impedía establecer guarniciones

en todos los lugares posibles, por lo que se reforzaron los sectores claves

relativos a los recursos hídricos y de comercio. En tanto para Germania la

empalizada no sería capaz de detener una oleada bárbara, como

efectivamente sucedió durante el reinado de Marco Aurelio. Por lo

mismo los muros buscaron demarcar y establecer el límite más allá de

una funcionalidad netamente militar, que obviamente también

poseyeron.

De toda esta consolidación geográfica del Imperio también se

hacen eco los viajes de Adriano50. Existe además una preocupación por la

administración provincial con el fin de mejorar las defensas y el orden

interno imperial. Como ya se ha dicho, Adriano recorrió todo el Imperio,

50 WEBSTER G. Op. cit. p.89. BIRLEY A. (2004). Los viajes de Adriano. En CORTES

COPETE, Op. cit. pp. 57-69.

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inspeccionando el ejército y la correcta protección de las provincias (DIÓN

CASIO 69.9; H.A, Hadr. 17.8-10). Por una parte por conocimiento, pero

también comprendía que debía dar nuevas directrices a las tropas

basándose en la concepción del Imperio que estaba ya fraguada. Esta

sería la máxima del ejército imperial en época antonina, estar preparados

para resistir posibles incursiones enemigas y realizar ajustes fronterizos

específicos a puntos mejor defendibles (como el muro de Antonino o el

fossatum Africae). Al fijarse el ejército a determinados puntos del Imperio

por larga duración, comenzaron a provincializarse las tropas e inclusive a

obtener identidad territorial; el caso mejor conocido es el del llamado

exercitus Africae, estudiado por Le Bohec51, pero podemos encontrar una

serie de llamados exercitus regionales.

En la obra de Tácito, este enuncia a lo largo del texto la existencia

de ejércitos regionales, cuestión que en lo personal creo se corresponde

más a su época de vivencia que de la época que relata, al menos es lo que

se puede extraer de las fuentes numismáticas y epigráficas52. Estos

exercitus provinciales estarían compuestos por legiones y unidades

auxiliares los que se habrían adaptado a un determinado espacio

geográfico por su amplia permanencia temporal, en el caso de las

Historias, Tácito expone la existencia de un “Germanici exercitibus” (TAC.

Hist. 1.8, 26, 70,74, 2.21, 23, 55,56, 4.76, 5.14, 16 entre otras), de un

“Britannico exercitu” (TAC. Hist. 1.9,61, 2.57,), del “Illyrici exercitus” (TAC.

Hist. 1.31, 2.60,85), también del “Iudaicum exercitum” (TAC. His. 1.76, 2.81),

el “Pannonicum exercitum” (TAC. Hist. 2.85-86), el “Moesici exercitus” (TAC.

Hist. 3.2, 5, 9, 11,46,), y de un “Exercitus Raetiam” (TAC. Hist. 3.8); la

noción de los ejércitos provinciales era algo que también manifestaría en

sus Anales, donde se agregaba el “Hispaniensis exercitus” (TAC. Ann. 1.3),

“Germanico exercitus” (TAC. Ann. 1.20, 2.67, 11.1, 14.57), “Superioris et

inferioris” en referencia a Germania (TAC. Ann. 1.31), el Pannonicos

exercitus (TAC. Ann. 1.52). De esta manera el autor de las Historias es el

primer autor en exponer este factor geográfico en la distribución imperial

del ejército, tema sobre el que volveré más adelante.

Las menciones que hace Tácito de estos ejércitos regionales, tiene

también su reflejo en las inscripciones donde es posible encontrar el

exercitus provinciae Africae (ILS 1055), provincia Dacia (CIL 11, 01833),

51 LE BOHEC Y. 2003. L’armée d’Afrique aun temps d’Hadrien. En LE BOHEC, Y.,

(ed.) Les Discours de Hadrien à l'armée d'Afrique: Exercitatio. París, De Boccard.

P. 172. 52 La primera evidencia epigráfica de los exercitus provinciales es del 71-80, (ILS

989, ILS 5957). En las monedas v.gr RIC tomo 3 en particular acápite de Hadriano.

También LE BOHEC Y. Op. cit.

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exercitus Africani (ILS 1053), exercitus Germanici (ILS 5957, AE 2010, 01868,

AE 2002, 01724), exercitus provinciae novae Mesopotamiae (AE 1985,721),

Pannoniae superioris exercitus (TPSSR1) Entre otros ejemplos los que se

mantendrían en el futuro. También es posible encontrar estos ejércitos

territoriales en las emisiones monetales, sobre todo las del principado de

Adriano, y que son quizá, la principal fuente de conocimiento sobre esta

denominación. Así encontramos el Exercitus Britanicus (RIC 912-913),

Exercitus Cappadocius (RIC 914), Exercitus Germanicus (RIC 920-921),

Exercitus Raeticus (RIC 928 a 930), Exercitus Syriacus (RIC 931 a 937),

Exercitus Dacicus (RIC 915 a 918), Exercitus Hispanicus (RIC 922-923),

Exercitum Mauretanicus (RIC 924-925), Exercitus Moesiacus (RIC 926),

Exercitus Noricus (RIC 927) y el Exercitus Syriacus (RIC 690).

¿Qué significado tienen estos exercitus? En primer lugar la

valorización del territorio y del espacio provincial ya no como un espacio

de mando y conquista, sino que un territorio que se entendía bajo las

lógicas romanas y como tal aportaba al Imperio, principalmente hombres,

ya que de la serie Exercitus, hay regiones que no tienen legiones romanas

y solamente tropas auxiliares. Estos exercitus provinciales viene a

demostrar hasta qué punto la visión geográfica había permeado la lógica

política siendo un elemento que presentaba continuidades desde los

inicios del gobierno de Trajano y que fue potenciado en el principado de

Adriano. Si sumamos a esto las visitas a cada guarnición, de la cual nos

queda como eco el discurso de Adriano a las tropas de Lambaesis, así

como lo declarado en la Historia Augusta y Vegecio sobre sus

disposiciones respecto la disciplina nos dará la imagen de un emperador

que distaba bastante de no ser un viri militaris o bien al menos de estar

alejado bastante de la actividad militar.

Pero la faceta territorial en que se encontraba inmersa la política

imperial para el siglo II fue reforzada con coyunturas de constantes

enfrentamientos internos y externos, que en muchos casos

desestabilizaron la política de defensa imperial. Son muchos los hechos

que desmienten esta idea de paz perpetua. La Historia Augusta señala que

durante el principado de Adriano “Expeditiones sub eo graves nullae

fuerunt; bella etiam silentio paene transacta” (H.A, Hadr. 21.8). No obstante la

misma Historia Augusta, nos dice que Adriano, apenas accedió al poder,

sufrió rebeliones de los territorios conquistados por Trajano, ataques de

los mauritanos y de los britanos, además de problemas internos en Libia,

Egipto y Palestina (H.A, Hadr. 5.2). También los roxolanos junto con los

sármatas se rebelaron en el Danubio en el sector de la provincia de Dacia

por una disminución en el pago de subsidios romanos (H.A, Hadr. 6.6-7)

y la sangrienta guerra de Bar Kochba del 132. Estas situaciones

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mostraban cuan frágil podía ser el Imperio de tener el ejército

concentrado en una sola campaña.

De la conjunción de todo lo anterior surgen varios problemas.

Con el establecimiento de límites fijos, las guarniciones posicionadas en

lugares estratégicos fueron acosadas por enfrentamientos constantes, que,

si bien no fueron a gran escala, significaban un coste. Había que llenar

vacíos de las levas con hombres del medio local; había que adaptarse a

las tácticas de combates del enemigo, sea entrenando a las tropas

constantemente, como muestra el discurso de Lambaesi de Adriano53, o

mediante la experiencia práctica convertida en manuales para el ejército,

como la Ars tactica de Flavio Arriano, referente al enfrentamiento con los

Alanos en el Ponto54. También se incorporaron tropas extranjeras al

servicio del Imperio, los llamados numeri, o bien hubo que hacer frente a

estos enemigos reclutando tropas, aumentando así la presión sobre el

erario público (DIÓN CASIO, 69.15).

Así pues, la idea de estrategia romana no es posible por tanto

definirla en los términos absolutos de ofensiva o defensa militar. Más

bien sería un conjunto de prácticas asociadas a una tradición

comúnmente aceptada y estrechamente relacionada con una cosmovisión

respecto de la idea geográfica del Imperio, que Roma había consolidado

tras un siglo de desajustes y ajustes. Bajo dicha afirmación, los elementos

de las llamadas ofensivas militares –ya estudiados- se entremezclarán con

la coyuntura histórica –llamada defensiva- que se desarrolla desde

Adriano a Cómodo: la presencia de enemigos más activos, la

consolidación de una imago imperii, la concretización de los límites y la

emergencia de problemas militares que restringirán un actuar más

agresivo. Pero, en definitiva, todos ellos responden a un pensamiento

unificado basado en el sistema de elementos enunciados que configuran

la política exterior imperial.

Otro de los problemas es el del reclutamiento. En la vida de

Adriano se menciona solapadamente que la edad de los reclutas se

encontraba por debajo de lo que las normas tradicionales lo permitían

(H.A, Hadr. 10.8). Esto concuerda con los hechos si tomamos en

consideración que la campaña de Partia y las rebeliones posteriores

implicaron pérdidas humanas en soldados y guarniciones pasadas a

cuchillo. Por ello se puede incluso señalar que en una lógica de largo

plazo, si consideramos las bajas de las guerras dácicas de Domiciano,

53 ILS 2487. 54 STADTER P. 1978. The Ars Tactica of Arrian: Tradition and Originality, Classical

Philology, Vol. 73, pp. 117-128.

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junto con las de Trajano se produjeron una serie de pérdidas (DIÓN CASIO,

68.2), que dificultaban, cubrir la preparación o el desarrollo de una

campaña a gran escala como las de Partia, implicando que cada vez se

fuera menos consciente de la edad de reclutamiento y de quienes serían

reclutados.

Si bien no podemos generalizar, Plinio en una de sus cartas al

emperador Trajano señala que se habían capturado dos esclavos dentro

de los nuevos reclutas. La pregunta que podemos plantearnos es si no

habían llegado esos esclavos al servicio por falta de reclutas hábiles (PLIN.

Ep.Tra 30). Como le respondía Trajano, se trataba de averiguar dónde

estaba el error: por una parte, si fueron forzados (lecti) por agentes que no

mencionaran u observaran la condición de los reclutas; por otra, podrían

haber sido voluntarios (voluntarii), por lo que habrían infringido de motu

propio la norma; por último, si fueron entregados como reemplazo de

otros reclutas (vicarii). Más allá de la culpabilidad, está claro que por

algún motivo los esclavos llegaron a efectuar el juramento militar; es aquí

donde emerge el tema o la suposición de la falta de reclutas. (PLIN. Ep.Tra

31).

Si tomásemos en consideración el factor geográfico, el mismo

Plinio preguntaba a Trajano si las prisiones de su provincia, como

comúnmente se había hecho en ellas, debían seguir siendo cuidadas por

esclavos de los cuales desconfía y asignar soldados como gendarmes. La

respuesta de Trajano es de una simplicidad absoluta: no hay que alejar

soldados del frente (PLIN. Ep.Tra 19). En cuanto a Adriano en uno de sus

viajes de inspección a Capadocia le fueron regalados esclavos para los

campamentos militares (H.A Hadr. 13.7). Inclusive en tiempos de crisis,

cuando la guerra marcománica estaba en su apogeo, Marco Aurelio debió

reclutar esclavos. (H.A Marcus, 21.7). Esto permite suponer que, ante la

falta de reclutas y de elementos humanos para la leva, era costumbre

echar mano de los esclavos. El procedimiento que nos relata Plinio es el

equivocado, es cierto, pero nada nos puede asegurar que muchos

esclavos hayan pasado el control convirtiéndose en legionarios o

auxiliares, sobre todo en época de reclutamiento masivo, como lo fue la

época previa a las guerras párticas de Trajano.

Si tomamos en consideración las campañas, se puede hablar de

una lógica falta de hombres para cubrir las bajas y de una consecuente

pérdida del potencial humano. Si a eso sumamos la conformación de dos

nuevas legionesen época de Trajano (II Traiana Fortis y XXX Ulpia

Victrix), se trataría de un trabajo difícil: conseguir más de 12.000 reclutas

más la oficialidad y el tiempo de adiestramiento, que según señala

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Vegecio requería fácilmente un año, seis meses para la leva y otros cinco

o seis para armar la legión (VEGETIUS, 2.5). Por lo demás, si crear dos

legiones involucraba un esfuerzo por parte de los recursos del Imperio, a

lo que se suma cubrir las bajas, seguramente debió de haberse dado una

presión constante sobre las provincias que más reclutas daban55. Por

ejemplo, a Adriano al visitar Hispania se le reclamaba por la leva (H.A

Hadr. 12.3-4), cuestión que se repitió con Marco Aurelio (H.A Marcus.

11.7). Del trabajo de Forni se desprende que menos del 9% de los reclutas

a inicios del siglo II procedían de Italia, ganando peso los reclutas de

África, Panonia, Egipto, Siria y la Galia, lugares muchas más periféricas y

en constante peligro por una posible invasión enemigas.56

Si tuviéramos que establecer una relación de las pérdidas que el

ejército romano tuvo que afrontar en el siglo II, estas no dejan de ser

relevantes, sobre todo si consideramos que de ellas nos informan fuentes

romanas. Las guerras dácicas y párticas fueron campañas de gran escala

y por tanto de amplio gasto de recursos de todo tipo. En la revuelta de

Bar Kochba, la legio X Fretensis sufrió graves pérdidas y la XXI

Deioteriana, si no fue aniquilada en este momento, al menos debió de

haber sufrido bajas elevadas. En tiempo de Marco Aurelio, ya ni la XXI

Deioteriana y la IX Hispana aparecen de las listas, y no conservamos

noticias de que se hayan desbandado legiones entre Bar Kochba y la lista

de legiones del 162.57

En relación con el tópico anterior, cuando un ejército pasa de las

levas obligatorias a ser semi o totalmente voluntario la eficacia aumenta.

Ese era el caso del ejército romano hacia el siglo I y seguía siendo su

realidad hacia el siglo II58. Pero el desajuste de tener que defender una

idea de frontera que además era amplia, el lanzamiento de ataques

rectificatorios como los de Britania, la represión de sublevaciones además

de la necesidad de cubrir las bajas, afectaron al nivel de reclutamiento,

como señalan todas las fuentes, pero también a lo que los romanos

debían la gloria: la tradicional disciplina (VEGETIUS, 1.1.2), donde

encontramos el papel preponderante de Adriano (H.A, Hadr. 10.3;

VEGETIUS 1.8.10).

Este hecho proporcionó a Adriano unos conocimientos que creo

le resultaron esenciales para sus viajes de inspección, lo mismo que para

55 Y LE BOHEC Y. (2004) El Ejército romano: instrumento para la conquista de un

imperio. Barcelona, Ariel p. 373, pp. 93-140. 56 WEBSTER Op. cit / Tabla p. 108. 57 ILS 2288 58 WEBSTER Op. cit p/. 107.

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su ascenso al poder59. Como emperador polifacético se preocupó de todos

los aspectos posibles (DIÓN CASIO 69.9; H.A Hadr. 17.8). Estas

preocupaciones le valieron ser altamente apreciado por los soldados,

sobre todo por predicar con el ejemplo (H.A Hadr. 21.9; 10.1-2). Sin duda

esta preocupación por la disciplina significaba que Adriano había

comprendido que, para defender el Imperio eficazmente, se requería

tiempo para poner a punto a las tropas; los reclutas lanzados de

inmediato al ataque no hubieran tenido verdaderas posibilidades de

vencer sin contar con la ayuda de la disciplina romana y, más aún,

legiones teóricamente bien adiestradas podían ser vencidas, como

efectivamente sucedió en la revuelta de Bar Kochba.

Adriano comprendió que el Imperio efectivamente había

cambiado su concepción a una donde la importancia estaba en lo

territorial y no estaba en disposición de lanzar otras ofensivas a gran

escala, sino que el ejército debía reponer las bajas y adecuarse a lo que

estaba sucediendo en las fronteras. Eso es lo que podemos desprender de

los hechos prácticos que nos sobreviven de Adriano; el discurso de

Lambaesi60 es una clara muestra de lo que hemos señalado, junto con la

Ars tactica de Flavio Arriano61. Adriano tuvo que consolidar el pasado

con la nueva realidad militar: lo que Trajano hizo en el Imperio como

territorio, él lo hizo en el ejército, lo que lo convirtió a ojos de los romanos

en un reformador al mismo nivel que Augusto (VEGETIUS, 1.8.11).

CONCLUSIONES

¿Cambio o continuidad? La respuesta es compleja, creo no

obstante bien está meridianamente claro que las diferencias entre Trajano

y Adriano se reducen cuando analizamos desde la óptica de lo que los

romanos entendían por campañas militares así como comprendemos

sobre todo la cosmovisión imperial vigente en la época de trabajo.

Entre la historiografía tanto antigua como reciente, predomina la

centrada en la vida de cada emperador, por lo que es fácil tender a

estereotipar su obra y a enmarcar los hechos militares como coyunturas,

pero no encuadrados dentro de una cosmovisión de una determinada

época. Así encontramos un Trajano expansionista que nos genera la

59 BIRLEY “Los viajes de Adriano” Op. cit. p. 66. 60 ILS 2487, Y.Le Bohec (ed.) Las Discours de Hadrien Op. cit . La obra contiene un

análisis detallado de los elementos relativos a la inscripción y su contexto y

constituye para la exercitatio la mejor obra actual disponible de análisis. 61 Respecto de su cursus honorum: SYME R. 1982. The Career of Arrian. HSPh, Vol.

86,pp. 181-211.

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imagen de un gran conquistador, pero que creo que debe moderarse para

poder comprender el periodo en su totalidad; en efecto, Trajano es un

emperador de transición entre la idea de un imperio sin fin y la de un

imperio territorial. Encontramos a Adriano, un emperador viajero,

reformador legal pero a la vez militar, que se nos presenta como un

emperador polifacético, cuya imagen de soldado se debe relacionar con la

visión del Imperio de su época. De esta manera moderando la visión

contrapuesta de ambos extremos nos permite acércanos más a la

reconstrucción histórica y alejarnos del modelo que tenían los romanos

de analizar las personalidades como un sistema de cuestiones binarias.

La visión geográfica de un Imperio limitado es algo que es

transversal en la época, desde los Flavios cuyo testamento asume

Trajano, a Adriano este ideal se irá tornando una realidad. Trajano

participó activamente en esta delimitación fronteriza desde sus

destinaciones militares hasta convertirse en príncipe, no es el deseo de

gloria lo que explica la campaña Dácica, así como tampoco la Pártica sino

una serie de problemas sin resolver. No todos fueron resueltos en su

principado, muchos de ellos serían tarea pendiente para su sucesor

Adriano, el muro de Britania, África y Germania son parte de una política

militar mucho mayor anclada a la comovisión geográfica.

Si hubiera que generar después del análisis, una visión global del

periodo, podría decirse que a pesar de ser tratado constantemente como

una época de oro, o al menos como una época pujante y económicamente

bullente, desde el punto de vista militar fue un periodo activo. Las

guerras dácicas y párticas de Trajano, que agotaron los recursos militares

del Imperio, obligaron a Adriano a una política basada en la

repotencialización del ejército, si bien varios conflictos internos, como la

revuelta de Bar Kochba del 132, implicaron que se detuvieran posibles

campañas externas. Adriano quiso que la idea del imperio territorial

fuera visible y tuviera un valor simbólico; muy en línea con su

filhelenismo pero además con la propia obra de Trajano de ajustar los

límites en aquellos sectores claves para el Imperio que después de un

siglo seguían siendo un tema pendiente para la política imperial,

podemos hablar de una adopción de la idea griega de oicumene, dentro

de los límites de la romanizad; fuera de ella, el salvajismo, idea ilustrada

por el muro de Adriano.

Es verdad que la coyuntura generó varios cambios en el paso de

Trajano a Adriano en el poder imperial, pero estas coyunturas no fueron

capaces de alterar un proyecto de fondo: la consecución de la

territorialidad romana, como proyecto político imperial. De esta manera

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más allá de los cambios, la continuidad histórica se hizo presente en los

aportes que desde la política militar y geográfica de ambos hicieron a

dicho proyecto territorial sea desde la gloria, la derrota, la paz o la

guerra. La visión geográfica romana de un Imperio concreto a fines del

gobierno de Adriano se había convertido en realidad.

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