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IVUr1ER0 12 - 54 - f^^

LOS « BARROS »DE LAS RESES VACUNAS

JUNIO 1954

Poa EL DR. J. GIi. CoLi.Ar^^^del Instituto Nacional de Parasitologío

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Constituyen los "barros" un grave problema que ha sidoobjeto de gran atención en los países ganaderos más adelan-tados. Aparte de las mermas ocasionadas por este parasitismo,en cuanto a producción lechera y rendimiento en carne, tansólo ^por la depreciación de las pieles se pierden ani:almenteen los Estados Unidos alrededor de los i5o millones de dó-lares. En naciones tan pequeñas como Bélgica y Holanda, losdaños ascienden a 3o rmllones de francos, y ^oo.ooo florines,respectivamente.

No tenemos datos recientes muy concretos a este respectoreferentes a nuestro país, pero hace unos seis años, CarballalPalmeiro estimaba que el So por ioo de los bovinos sacrificadosestaban parasitados por los "barros" ; es decir, que aa5.ooopieles quedaban depreciadas a la mitad de su valor, o menos.Añádase la pérdida de pesa del ganado, que dicho autor estimaen i^ kilogramos por cabeza, y que el rendimiento de lechedesc>ende un ao por ioo, y no puede considerarse exagerzdoel pensar que las pérdidas totales se elevan a más de 50 ^ni-llones de t^esetas.

La lucha contra los "barros", organizada en varios países,ha dado resultados halagiieños, sobre todo en Suecia, donde elporcentaje de vacas infectadas ha bajado del 36,6 por roo a0.3 por roo en pocos años, y en Holanda, en que dFSCiendende 2s por roo al 5 por roo. Por ello creemos conveniente lla-mar la atención de los ganaderos, para el mejoramiento delas pieles, así como de la salud y producción de sus reses va-cutias.

En la portada; Cuero mostrando los orificios causados por alos barros» HrpodermaRovis.

LOS "BARROS" DE LAS RESES VACUNAS

^Con el n^mbre de "barros" o"^bubones" se designan, vulgarmen-

te, unos tumares muy difundidos en el ganado vacuno que se localizan

en el lomo principalmente, y aparecen en los primeros meses del año,

euránclose en el verano tras la e^pulsión cle un "gusano" que se alo-

jaba cn su interior.

Ln realiclacl, tal gusano no es máy que la larva de unas moseas de

la fami]ia de los Estridos, comprendidas en el g^:nero Hy^oderzrra, de

gran semejanzas con las a^bejas, y denorninadas "cttcas" en algunos lu-

gares.

En las líneas que siguen nos ocuparemos brevemente de su biolo-

gía y de los mecíios de que disponemos para evitarlas y comLatirlas.

i. Las moscas de los barros.

Hay dos especies parásitas de los bovinos en nues'ro país, que se

distinguen I^or algunos rasgos de su morfología y por su modo de

vida. Una de ellas es la gran mosca de los bar'ros, o Hipodern^^. del

buey (Ilfj^odervr^a bovis), y la otra, la Hipoderma rayada (Hypoderrrca

lineat;nrt). No tenemos en la actualidad suficientes datos para poder

juzgar de su frecuencia relativa, aunque es prabable que la primera

ten;a tma distribución m^ás extendida en la zona norte. Ambas tienen

aspecto semejante a las abejas, por su densa pilosidad a franjas ama-

rillas y negras.

LA HIPdDI:^2NSA RAYADA.

ES ilna n10SCa rObusta, de I3 a 13 milímetros de lon;ltucl, de COlO-

racic^n neyra y recubierta de densos pelos largos, e^cepto en la parteclorsal clel túra^, clotlde se acusan una^s bandas lon^itudinales clesnu-das, de un ue^ro brillante, que sirven para diferenciarla de la otraespecie. La cabeza está provista de pelos amarillos y por encinl,a, ne-

4

gros; en el tórax, la ,pilosidad es también amarillenta, esccpw en la

zona mediana, invadida por una faja negra. La base del alxlumen lleva

pelos amarillos, mientras el extremo está cubierto de pelos zrtaran-

jados, existiendu entre aml,as una faja de pelos negros, que cu'bre los

segmentos medianos.

B>oLOCfA n>rr, nnuLTO.-Esta especie empieza su actividad durante el

mes de abril, para desaparecer a finales de junio o principios de julio,

empleando los meses restantes en su desarrollo larvario.

El vuelo es rápido y zigzagueante, y produce un zumbido espe-

cial, que causa pánicos súbitos a las reses. Estas yerguen la cola, ade-

lantan la cabeza y se lanzan a una loca carrera, buscando un abrigo

som'breado entre la maleza que les permita escapar de sus ataques, o

bien s^e dirigen a los arroyos o char^cas, que encuentran a su alcance.

Sin embargo, las señales de terror y las carreras pueden ser debidas

a los tábanos y otras moscas hematófagas.

Los sítíos donde la mosca hace su presa con preferencía, son los

señnlados con puntos en la {'igura, en la zona sombreada pueden

también encontrarse huevos.

La mosca adulta tiene sus piezas bucales atrofiadas. Yor tanto, es

incapaz de nutrirse, y su vida es muy corta, tanto que algunos creen

que se reduce a unos tres o cuatro días; en general, puede afirmarse

que no so^brepasa de los quince a veinte días, en condiciones favora-

bles. El período ,prolongado de la^ actividad de esta mosca se debe al

Hypoderma bovis é II. lineatum. a. adulto de Hypoderma bovls; b. larva dc H. bovlsc. huevo de H bovts; d. pupa de H bovis e. huevo dc H. lineatum t. larva de H. 11-

neatumr g, adulfo de H. Ilneatum.

6

escalonamiento en la sali^da de los adultos más que a la superviven-

cia individual.

I.a cópula ha siclo o'bservada varias veces. Puede efectuarse du-

ra,nte el vuelo o en la hierba. Al parecer, los inadhos l^ermanecen po-

sados sobre las l^ieclras o las hierbas, en espera de que pase una heui-

bra para volar hacia ella. ,Las coníusiones son frecuentes, y se lanzaii

sabre otras especies cle ^iuosc.a^s .parecidas Por su asl^ecto ^- el rnodo de

volar a la esp^ecie que nos ocupa.

La ,1>uesta de huevos es rápida. I^ mosca persigae tenazmente a

los animales, hasta que encuentra la ocasión f^aworable de po^arse y

realizarla; el sitio predilecto es la parte baja de las ^patas, sobre las

pezuñas, lo ct^al no impide que si la vaca está erhada; los de^posite so-

hre la región ^•entral, e incluso sobre las uUres. Es curioso que los

animales ataeados cuando es^án reposando, no acusen el pánico carac-

terístico.

Los huevo> son culucadus sobre una cerda, perf^ectaal^ente alinea-

Huevos de i^-Iipoderma coloca3os sobre rtrra cerda

dos, en número de 6 á ra, en forina que recuerda la del peine de un

caráador de fusil.

Cada ^huevo queda adherido al pelo por una especie de pinza que

lo abraza^, mauteniéndolo fijo al mismo por su polo posterior. Su ta-

maiio es de tm milímetro de lar^o, y su coloración, blanquecina. La

7

clisposición seriacla los clistingue de las liencires. Se calcula ev ^}oo-;oo

<1 níultero total que cleposita la hrmbra.

DESnRROt.t_o.-^La larva nace a los tres o cuatro días ^ es de tonali-

dad ^blanquecina y está armada de anillos de espinas en todos los seg-

men^os. Parece un pequeño gusano alargado, de medio milímietm de

longitud, que se abre caanino ^con sus ganc!lros bucales hasta el tejido

sulxtrtáneo, apmvec'}tando los poros de la piel, en lo que emplea

unas seis horas.

Una vez en el int^erior de los tejidos, las larvas empiezan a emi-

grar lentamente por el misrno tejido su^bcutáneo, y a 1os tres o cuatro

meses pasan al esófago, en cuya capa submucosa se fijan durante tmo^

meses, deambulando por él, pero sin ^ba^jar al estómago.

Cuando adcanza dos i^ milíanetrcrs de lonáitud, abandonan el esó-

fago, caminan contorneando una coytilla, hacia l.a, regi^n ventral, v

dando una vuelta, ascienden de nuevo hacia el dorso, para alcanzar

finalmente el lomo, al nivel de la décima. a la décimo tercera costillas.

Allí labran un orificio en la ,piel, ^para poder respirar, apenas visible

Posícíbn de 1a larva bajo la píel.

en su crnnien,zo, y<tl}lican su ^xtreQnidad posterior, donde se abre el

aparato respiratorio, dehajo de^l agttjero.

El orificio del 'barro va agrandándose, y se recubre de una costra ;

la larva engrosa después de mudar dos veces cíe piel, alcanzando su

talla definitiva y su forma típica de tonel, con espinas más o menos

abundantes, según los ejemplares, pero siempre visibles en la zona

ventral cí^el décinio segmento del cuenpo. E•1 ^período de su vida que

transcurre en su localización definitiva es de cinco semanas v media

a cerca de ocho semanas, apareciendo desde últimos de diciembre a

mayo y a^bandonando los ani^nales desde fines de febrero a jttnio. La

evolución es más lent<a en los animales viejos, en los ct>r11es los tttmo-

res se desarrallan m^ás tarde.

L"n<^ ^-ez terminado su dc^arrollo, la larva sale al etterior p^or con-

tracciones del cuerho, hasta. ytle, li^^re por co^lnple^to, ^e deja res^laalar

i,,,r el lomo d^.^l animal, cayendo al suelo. ^

^^,ia ^^ez en tierra, biisca la protecri^:n cle la ca.pa de hierba, ca^-

,^as, o deí^ajo cle las hiedra,, y- se introduce ^en el terreno, quedandc.

^I^lnhre con la parte anterior libre hacia arriha. lle esta Forma, lr.

::.osca ^:^1 salir al esterior lo^rará hacerlo tácilulente. La piel de 1^

BIOLOGIA DEL GUSANO DE LOS BARROSI. -Sitío donde la moscn deposíta sus httevos y en que las larvas recien nacidns perforanla píel y penetran en el cuerpo de la vaca. 2. -Primera emigrnción de las larvas desdee( punfo de entrada hasta el esófngo. 3.-Lurvas enquístadas junto al esófago (Agostou Febrera). 4. - Segunda emigración de las larvas, desde el csófago a! 1omo. 5. -Larvas

en Los "tnrnorciUos" o "barros" bajo la piel (Febrero a Janio).

larva ^se endurere, ac^rtándos^e v tornando stl co^lor par im pa^rdo os-

cnro, y de este niodo ^lueda c:on5titnído el pnpario, en cuyo interior

,^^ riesarrollarl la ninfa verdadera.

3:. I,roce:-o de ^transforlllaciún viene a realizarse en una^s doce ho

ra, a un clía. La duración del proceso ninfa.l es ]arga, de veintitrés :.

_.einta v ocllo clía.:, segíin la temperab^ra.

j,:1 ^^III'UUIl1tl^L^ GR,1AD1Ĵ .

]^st^ti^ especie alranra Ini tamai)o de r; n^ilílnetro^^, es decir, el ae

la abeja coulún. Su tóra^ no acusa la:; fajas negra; brillantes que

9

listinguen a la e^pecie anterior. El cuerpo tiene ttn<t c^il,a ct^. pelos

^ás lanudos que en ésta, y el ^extremo del a^bdolnen Ileva tma <<,nplia

tala anaranjada. Las alas están ahumac'.as, en vez de scr rasi tran^-

^^lrentes.

I3ror.ocín.--Es a^proximadamente i^ual que la anterior, en lo qtte

r^^pec?a a los hábitos de ambos sexo^. A^hora bizn, la deposi^,ióu cle.

?^uevos en di^stintas y puede rea^lizars^e de do^ modas diferente^.

vr^a vrces pasa airectatnente de las ^hier^lra, a los p^elos de ios z^ni-

i.ra^^y clue pas<,n casua^lmente al pastar, deteniéndose el tien.^o preci^o

yara uacer ia puesta. r,n otras ocasiones ra ,puesta se eteciua uurar^te

el vueio. p^lránclase una fracción de se^gundo -que le bast;i para po-

ner el hu^evo- so^bre ed a^nin^: d. Precisamente en e^^te caso es cuanclo

^e o^bscrva los p<-ínicos del ^anado.

] le tm mo^do o de otro, cada hu^e^°o e; deposi^tado ais,lad.a^n^^ente en

e] pe]o, ^ien ĉlo su forma parecicla a los de la Hipoder^iia rayada, con

un pedíniculo clue les distinbue de las liendres.

L`^.snxxoLr.o.-Las huevos dan origen a las larvas a los cuatro día.;,

_v éstas penetran s^aguidamente en 1'a piel y 1^luscan el nervio nl^ás pró-

^imo, si;;uierixío el tejido graso opineural hasta alcanzar al caho

de tres meses, por térn7ino medio, el tejido epiclural del canal verte-

bral. Este lap^so de ti^empo varía se^ím la imp^lantación del huevo v

con la edad del animal, haciéndose m:ís lar^o en los vacunos viejos.

A1 Ile^ar al citaclo cana,l mide, aproximadan7ente, unos seis milí-

nLetros, y pennane^ce en él has^t<2 alcanzar los quiucc milírnetros, en

cuyo mom^ento lo abandonan y emigran a los míi^culo:^ del dorso,

ha5ta alranzar lai ^piel, siguiendo erntonee5 el proceso _^ la marcha des-

crita en la es^pecie anterior.

Bajo la piel sue^le permanecer unas once se,uanas, al cabo de las

cuales a^Landon_^^ al huésped, se transforma en ninfa en el terreno y

al ca^bo de veinticuatro a setenta clías naceu los acluitos, completán-

dose el ciclo.

Según Gansser, existen lugares de reunión para estas moscas,

adonde aeuden cada año por la misma ^poca en el período del vuelo.

sienclo en ellas donde se buscan ambos sexos para realizar la cópula

Pr;xJurcros AL cA:^Ano.-^^on cíe dos clases, depenclici^do un^ ^':^^

ellas de la irritación producida por los tejidos del anitnal, que en la ^^I^.^-

to

podt^rrFt.a l^ineatztirn puede provocar una esofagitis, algunas veces grave,y en la especie H. boz^is, en ocasiones llega a^producir una m^eningitis.

Apartc de estos accidentes, la presencia de a'bundantes larvas pa-

rásitas da lugar a un descenso marcado en la producción de leche ;

segím datos de C^lrballal, una vaca parasitada pasó de dar 15 litros

diarios a proporcionar ao a los ooho días del desbarrainiento. La pér-

dida de peso debida a las larvas lo cifra dicho autor en 17 kilogra-

mos, por término rnedio, es cíecir, una merma de 1^ millones de pe-

setas, en total, en nuestro país. Sin em'bargo, hay que tener en cuenta

que la épaca en que las larvas abandonan al huésped coincide con La

salida de los animales a pastar, o s^ea con la época del engorde del

ganado, por lo que no es fácil estimar 1a disaninución d,e peso.

II. Lucha contra los barros.

MEDrr^AS PREVENTNAS.-La destrucción de las moscas adultas

es pr<"icticamente imposi^ble, ya que están diseminadas en e1 ambiente

natural. Tarrrpoco se dispone hasta ahora d^e repelentes 1Jaratos y de

acción prolongada.

Por otra parte, la di^ficultad de distinguir los 1^uevos, por su ta-

^nafio, y el no disl:xmer de un producto ovicida de efec'.o residual su-

#iciente, IIa conducido a pensar en la impregnación del animal con in-

secticidas para matar las larvas a su eclosión. Distintos autores han

realizado ensaryos en este sentido. Las pulverizaciones con DDT y

con HCH, realizadas semanalmente, no han dado resultados satisfac-

torios, camo tampoco lo han dado el derris y otros insecticidas.

1^TEDIDAS cuRnTrvns.-^e han realizado pruebas administrando in-

secticidas por vía oral para matar las ]arvas en su primera fase, es

decir, cuando se encuentran en el interior del cuerpo del animal ; pero

hasta la hora actual no se conoce ningún compuesto químico que re-

una una eficacia larvicida satisfactoria y yue no dañe a los animales.

No queda, pu^es, más que el exterminio de las larvas en su último

período, es decir, cuando ya se han forniado los barros. Convendrá

dirigir los esfuerzos a exterminanlos en el primer momento de su

aparición en el lomo, cuando el orificio todavía es muy pcquciio _y pue-

de cicatrizar fácilmente; pero el escalonamiento en su aparición hace

1t

que se requienn varios tratamientos Para crib•rir toda la él^oca de los

tumores. ,

Nstirpucídn. pur medin dc pínzus.

La operación puede hacerse por medios mecánicos, rnediante eíQeŝbarrarniento a m^ano, o por niedio^s químico^s, lnediante insecticidas.

I?xtraccídn rnanual de la larva

Pan e^traer los barros rnecánicamente, se practica una incisión

en la piel, en cuanto aparecen los tiulnores, por m^edio de un bisturí, y

12

se saca la^ larva con unas pinzas, o por presióm lateral. Cuando los

"}xirros'„ son grandes, se sigue la misma práctica. Conviene ensancharlos orificios por medio de unas pinzas, y se extraen las larvas con suayuda. ^n, los amimales de piel fina, basta comprimir el tumor con losderlos pulgar e índice de cada mano, para que salga la larva con fuer-za, debido a la secreción escurridiza en que se encuentra. SegúttBishopp, una perscr^a práctica puede sacar I25 ]arvas por hora en

animales de pie-1 suave, y unas cuarenta en los de piel dura.

A pesar de las preca^ciones tomadas para evitar la infección de

las heridas, en Framcia se han señalado accidentes graves, e incluso lamuerte de ai^unas vacas, par lo cual se i^a renunciado a su empleo.

TRATAMIE.^TTO POR MFDip nE INSECTICIDAS.

Se aplican ,los insecticidas bien por medio de un trapo, con el cual

se fratan los tumares, a, mediant^e pulverización con apara.tos de motor

de fuerte presión, que ha de alcanzar 15-17 atmósferas, colocado la 1>a-

quilla cerca, del animal, para que el líquido llegue c^n suficiente fuer-

za. Tam'bién se ha^n empleado los baños en aquellos países en que la

luaha contra las garrapatas se hace por este medio, y los lavados me-

diante cepillos fuertes, con los cuales se frota la piel de los anima-

les con el insicticida en emulsión o suspensión, lo que, presenta la ven-

taja de que el cepillo arranca. las costras.

For último, pueden aplicarse tmturas con pomadas insecticidas,

que precisan la operación preliminar de cortar el pelo en la zona de

los harros, y arrancar la costra que los recubre, antes del tratatniento.

Quizá este último métado sea el más eficaz, puesto que se actúa sobre

cada uno de los barros, pero requiere muoho tic^mPo, lo que encarece

la mano de obra. La.s pulverizaciones, según los americanos, son más

eficaces que los lavados o los baños. '

Productos insecticidas contra los barros.

Los modernos insecticidas clorados, tanto ^1 D^DT como el HCH,

o hexaclorociclohexano y el dieldrin, se han mostra^do ineficaces con-

tra estos ,parásitos. Tan sólo c^1 HCH al I por Ioo de isómero ganuna

l3

o a m^is elevada concentración en aceite, ^ha dado un apreciable cantrol.

Los rusos han tttilizado la apli^-tción de ^hilwsulfito sódico seguido de

ácido clorhídrico, en cuanto e1 ^primero s^e ha secado, o Uien ap^licando

a continuación el 'b^isulfito só^lico, sin dejar secar, obteniendo un con-

trol suficiente en tres tratatuientos.

No oU^stante, la rotenona es el principio más enér^ico para la

aplicación en ]avado o pulverización. Se utiliza en ^uspensián o dilu-

cione^; acuosas, de tal modo que el contenido en retenona sea de

o,a a o,3 por ioo. Se le agrega agua jal^onos<̂ t al usarlo, p^1ra aumen-

ta.r el poder mojante.

Enigk, en Alc^nania, aumenta la actividad superficial del prepa-

rado, añadiendo i por ioo de ácido oleico, o,s por ioo de cloruro de

fenilhidracina v uu aceite mineral de punto de el>ulliciún muy bajo,

Aplicación de uu preparado de rotenmta_

conservando, sin embar^o, sus propiedades emu]sionables. De esta

forma, Uajando la dosis de rotenona al o,i^ por ioo, consigue un con-

trol del ^S por too.

En Pél7ica se emplea la disolución de rotenon^z en un disolvente

14

órgánico, adicionad^-t cle un detergente c un e.n^til^ente, saturando la

fase K,cuosa con anhídrido carbónico.

En Suiza, Gansser recomienda preparados comerci^^les en los cuales

la rotenona estkí activada por otros cuerpos ; con ellos, G ŭnthart

consiñue en una o clos aplicacionc^s la nnlerte, no sólo de los b^asros

existentes en el momento, sino los más tardíos.

En lo que respecta a las fórmulas para la p^reparación en el cam-

po, la si^uiente cla buenos resultados :

Polvos de derris de (5°^° de rotenona)............ 50 grs.

^^bon . ... ........................................ 10 m

Agua .............................................. llítro.-

I^1 polvo de clerris puede sustituirse por un extracto titulado, has-

ta abtener la nni^:a»a concentración en rotenana.

Hemos de cit^s también que los autores rusos recomiendan la de-

cocción del hel ĉ:n^oro blanco, al 2o por ieo, l;or el cual se consiguen un

buen control. S^ería interesante haccr exl;eriencias con esta planta en

nuestro país, puesto que pertenece a nuestra flora.

'1'am^bién ha,y preparados a, ^base de nicotina, que han de aplicarse

directan^^ente sóhre los tumores una ^ez abierto^s. La toxicidad d^e es^te

alcaloide hace necesario tomar precauciones para evitar accidentes.

lo yue no ocurre con la rotenona.

Poznada al paradiclorobenceno.-Las fórmulas anbedichas se em-

plean siempre en lavados o en pulverizaciones. En cambio, en Fran-

cia ^e usa desde ^hace alios la ponlacla a.l paradiclorouenceno para com•-

batir los lyarros. Se trata de una fórmula a base de diCho principio ac-

tivo disuelto en vaselina. Con ella se han obtenido ésitos notables en

la campaña contra los barras, consiguiendo reducir el porcentaje de

infestación.

Número y época de los tratamientos.

Se^ím ^la élbca de aparición de la^s moscas, siempre m^ís tardía en

el caso de ^hit:o^deruia grande, y se;ím sea una la especie elistente o

Licn coe^istan ^r.^ln^bas, la época de tratami^ento varía.

]^n Abemania se realiza un solo^ trata.mi^ento antes de sa^lir al pas-^

turaje; en Francia, los desb:arradores oficiales -suprimidos i7ace

15

poco- realizaban cuatro o cinco aplicaciones; en Holanda se verifi-

can dos, una a^( principios de abril y otra en mayo, en el gana^clo javen

y otro m^ás ^m mes después, en los ejempla,res viejos, y en Inglaterra

se recomiendan cuatro o cinco aglicaciones.

Es indudable que el número de tratamientos aumenta la eficacia

de la operación ; pero sa dbserva ya tma marcada reducción en los ba-

rros si se realizan uno o dos tan sólo, aunque la densidad de mosc:a:

no parece alterarse.

La época de la; aplicación est^i en relación con la aparición de los

l^arros, procurando que el primer tratamiento se realice cuando aún

son pequeños.

I:n lo que se refiere a nuestro país, consideramos que debe tratar-

se por primera vez a los animales a principios de marzo, para luchas

contra las larvas de la Hipoderma rayada, y el segundo tratamiento

convendría realizarlo un tnes o mes y media más tarde.

Obligatoriedad d^ qa lucha.

En diversos países se ha declarado abligatorio la luaha contra los

barros. Así, en hrancia, desde i94i se efecnía a expensas de los ga-

naderos ; en I3élgica, la venta de animales con barros está prohibida

d^esde igz5 ; en Suecia se ha, hecho abligatorio desde i93o, y en Ho-^landa, desde i94^1. Ln algunas de las naciones citadas se prescriben

mu}tas para ]as infracciunes.

I 1 organización de la campaña es tasnbién distinta. ) 3n unos paí-

^es corre a cargo de los particulares, que son abligados a tratar al

o-anado por el medio que prefieran, niientns en otros es el persona:

dependiente cíe ]os organismos oficiales el que se encarga de reali-

zarla

De todas formas, estimamos que en Fspaña es posible una cam-

paña de lucha contra las barros, en la cual podrían intervenir los di-

^ersos oryanismos interesados y obtener, por medio cie una propa-

^an^da bie.n organizada, el concurso de los ^anaderos, a los que debe

eonvencerse de la necesidad de la lucha y de las ventajas que les re-

portaría en el aspecto económico, tanto por el aumento de carne v

leche camo por e^l mayor precio de los cueros.

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