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Edita:Centro de Estudios Andaluces, Consejería de la Presidencia, Junta de Andalucía

© Centro de Estudios AndalucesBailén, 50, 41001 - Sevilla

Te!.: 955055 210Fax: 955 055 211

www.centrodeestudiosandaluces.esPrimera edición, enero de 2008

ISBN: 978-84-612-1521-8Depósito legal: SE-0004-08

El fenómeno religioso: Presencia de la religión y de lareligiosidad en las sociedades avanzadas / coordinador, EduardoBericat Alastuey ; autores, Tbomas Luckmann ... [et al.]. -Sevilla: Centro de Estudios Andaluces, 2007

315 p. ; 23 cm.Ponencias de las TI Jornadas de Sociología celebradas el 13 y 14

de junio de 2007ISBN 978-84-612-1521-8l. Sociología de la religión.l. Bericat Alastuey, Eduardo, coord. Il. Luckmann, Tbomas316.74:2

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Congregaciones cristianas respondiendo a la migración.Ángeles Escrivá Chordá oO•• oO ••••• oO •• oO.oO.oO... 169

La Disonancia cognitiva y los creacionistas estadounidenses.Hans van den Broek

153t , , t , , , , , , , , , , , , , , , , , t , , o , , • , , , t , , ,±, t ± t t

La religiosidad en las sociedades avanzadas

Todo lo que existe no se desvanece en el aire. Sobre la religiosidad comoforma ideoló ¡ca de la ambivalencia. Gerhard Stein ress.............................. 139

La muta religiosa.Andrés Canteras Murillo, .' '. '. . . ..

El poder de las identidades religiosas

Las relaciones entre religión y política en el desarrollo de la sociedadcontemporánea. Alain Touraine 99

La identidad islámica: el poder del Islam en la configuración del Estado.Gema Martín Muñoz 107

Identidades culturales e identidades europeas.Carlota Solé Puig 121

La evolución socio-religiosa en Espana en los últimos 30 anos: unaaproximación empírica. Javier Elzo Imaz 79

La cohesión social y las formas públicas de la religión en las sociedadescontemporáneas. Rafael Diaz Salazar 27

El escepticismo religioso y secular en Europa.Eduardo Bericat Alastuey .... . .. .. ... .... .. . .. ... . ... . 41

El postcatólico espanol y el pluralismo religioso ..liJan González-Anleo " 57

La secularización y el retorno de lo sagrado

Reflexiones sobre Religión y Moralidad.

PresentaciónEduardo Bericat Alastuey 11

íNDICE

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La religión en las ciencias socialesHistoria y evolución de los conceptos iglesia y secta en sociologla.Pedro Castón Boyer y María del Mar Ramos L10rente""""" .. " .. "" 269Secularización, extinción y eterno retorno de las religiones. Reflexiones desdela antro 010 la social. Manuela Cantón Del ado."" ... " ... " ... " ...... ".............. 289La secularización en entredicho: la revisión de un debate clásico de la sociología.Valeriana Esteban Sánchez .. " " .. .. .. 299

La configuración religiosa de los fenómenos socialesLas creencias religiosas en la definición de los modelos matrimoniales.Mercedes Camarero Rioia " " "... 199La religación de la sexualidad y la espiritualidad humanas versus el cultoneopatriarcapital al cuerpo. Isabel Aler Gay " .... "." .. ".""" .......... " .. " .. "...... 217Del viaje sagrado a la sacralización del viaje. Apuntes sobre los elementosreligiosos del turismo. Julio Alfonso del Pino Artacho " " .. " 237La espiritualidad y el miedo en la crisis ecológica actual.José Manuel Echavarren fernández "."" .. " "." " "",, 253

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El poder de lasidentidades religiosas

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Es un reto para mi hablar de la religión porque, aunque no es el ámbito de mi trabajo,después de haber terminado mis últimos libros pensé que había llegado el momento, que lesuele llegar a un sociólogo a cierta edad, de escribir sobre religión. Lo he intentado en algunaocasión, pero nunca quedé convencido del resultado final. Espero tener ahora la inspiracióndivina o "laica" que me permita poder dedicar la última parte de mi vida a este tema, aunqueciertos conceptos en este campo son un tanto contradictorios.

Hay un camino corto y sencillo para tratar el tema que nos interesa, la influencia recipro­ca entre las iglesias y la politica. Actualmente se habla mucho del Islam pero nada del Cristia­nismo, al menos en mi país. ¿Puedo yo utilizar la palabra Islam? Francamente, creo que no;para mí es una palabra prohibida. ¿Cristiandad? iHorror! ¿Cristianismo? No sé lo que significa.¿Quizás se refiere a una sociedad con raíces cristianas como afirman los europeos, inclusolos franceses, aunque no oficialmente? Yo creo que nuestra tarea es romper estos falsosconceptos, que son hechos históricos pero que no sirven para el análisis. No creo que nadiesepa lo que significa la palabra Islam, que puede referirse a una zona geográfica religiosa, auna fuerza político-militar, etc. Casi siempre nos referimos al mundo árabe, o a Turquía, perorara vez se hace referencia al África Occidental y nunca a Indonesia o al África Subsahariana.Creo que la utilízación de estos términos constituye un camino corto y más cómodo pero quenos conduce a un callejón sin salida.

En este sentido considero que lo mas razonable es tomar como método de análisis, al me­nos en la primera parte de mi ponencia, el tema de la diferenciación institucional, porque es lamejor manera de ubicar el asunto de la influencia reciproca entre política y religión. Es importantetomar como punto de partida las situaciones de mayor influencia pOlitica y social de lo religioso,referidas a la asociación de pueblos -rnás que de naciones-, como son los casos de los campe­sinos judios, los campesinos polacos o los rusos. Estos pueblos son minorías y víctimas cuandosus comunidades están dominadas por las categorías religiosas, el antisemitismo en general oantí-mnorías religiosas, ofreciendo aspectos de enorme dramatismo, del mismo modo que estáaconteciendo en nuestro siglOen varios países y en varios continentes. En este caso, la religión tie­ne el mayor poder, la mayor ínfluencia política y social, cuando no está considerada como religiónsino como definición de una comunidad multidimensional. Esto indica -tal y como desarrollaré enesta primera parte de mi exposición- que todo el proceso que estamos viviendo es un procesode diferenciación, que consiste en la pérdida de influencia de la religión, de tal manera que, en el

AlAIN TOURAINECENTRO Of. ANÁLISIS E INTERVENCiÓNSOCIOLÓGICA. PARIS

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mundo occidentalmás o menos ilustrado, la religiónse definemás bien por su ausenciao pérdida(pacificamenteo no), por su influencia políticao por un procesode humanización internacionaldelosvalores del humanismo moderno.

En nuestro entorno estamos acostumbrados a una situación donde el poder politico yel poder religioso están fuertemente unidos, simbolizados por el Rey o el Emperador, quereúnen la naturaleza religiosa, sacra, y política en su figura. Nunca las monarquias absolutasllegaron a un control total de esta unión. En el siglo XII comenzó un proceso más importantetodavfa, la guerra entre la Iglesia Católica del Papa y el Emperador o Rey.Esta lucha es partede la definición del mundo occidental. La religión en nuestros paises se ha definido como elenemigo del Estado, después Estado-Nación, y más tarde otro tipo de Estado. Somos partede una historia politica dominada por la formación del Estado, de la sociedad industrial, dela sociedad económica del capitalismo, pero la transformación general de nuestro mundoconsiste en la ruptura de la comunidad, la institucionalización de varios tipos de poderes: elpolitico, el judicial, el militar, etc. Dentro de este proceso, la religión, cualquiera que sea, conpocas excepciones, pierde la batalla siempre.

La historia moderna de Europa, desde las primeras batallas entre el Emperador germá­nico y el Papa, y posteriormente en Italia (entre gibelinos y güelfos), es realmente un procesode destrucción del carácter global y comunitario de la religión. Eneste sentido, toda la historiaeuropea es una historia del progreso de la laicidad, del laicismo, de la secularización. No sepuede hablar de la religión en Europa sin tomar en cuenta previamente que esta religión,a pesar de las apariencias, a pesar de estar muy arraigada en nuestra sociedad, se ubicaclaramente dentro de un proceso de retroceso, que tiene como finalidad, aunque quizás node forma consciente, la separación creciente entre lo público y lo privado. De modo que, enFrancia, la Iglesia Católica estaba dividida entre los que eran favorables al Papa y los quetriunfaron con la Revolución Francesa,que querfan dar prioridad a la multidimensionalidad deuna situación nacional, por no hablar del fenómeno luterano de las iglesias oficiales, ubicadasen países tan laicos como los demás, o incluso el caso inglés, que no es muy diferente, apesar del carácter aparentemente nacional del anglicanismo.

En los paises de tradición católica, la historia moderna es una historia de guerras entrereligiones o guerras contra la religión. El Occidente europeo es, en su historia, básicamenteantirreligioso. La Monarquia absoluta que instigó las guerras de religión durante dos siglosal menos, con una violencia increíble entre protestantes y católicos, dio paso al triunfo de lopolítíco, de una monarquía o de una república, según el caso, y a un proceso constante demarginación o eliminación de lo religioso. Por el contrario, la imagen opuesta del viejo con­tinente cristiano es una visión muy aceptada, muy difundida, que no es necesario defender.La historia política, la historia Intelectual y, en gran parte, la historia social están claramentedominadas por el movimiento antirreligioso, anticristiano, con algunas reacciones violentas delas fuerzas religiosas, como en el caso de España, que intervienen más bien como expresiónreligiosa de fuerzas que no son básicamente religiosas sino sociales, políticas o militares. El

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caso de Francia es un caso extremo y muy conocido: dos Siglosde guerra en torno a la es­cuela, no del pueblo sino de la clase media, que enfrenta a la escuela católica y a la escuelalaica en la formación de los "cuadros de la nación", como diria Jules Ferry. Una guerra quellega a su expresión extrema con el caso Dreyfus, cuando la Iglesia Católica, junto al Ejércitoy la parte mas conservadora y nacionalista de la opinión pública, forman un bloque contra lanueva clase media, los intelectuales, los judios, etc., en el marco de la lucha política. El as­pecto religioso es importante, simbolizando una tradición del poder social traducido en poderpolítico de las elites basadas en la riqueza de la tierra y otros sectores.

La historia del mundo occidental es una historia política. Hemos aprendido a pensar elmundo con categorias políticas a partir de Machiavelli, Thomas More oJean Bodin, hasta elmomento en el cual, como alguien dijo, Dios ha muerto, y las categorias religiosas dejaron deser las mas significativas para construir una visión de la sociedad. De modo que, durante doso tres siglos hemos vivido con categorias estatales, politicas. Todos los grandes autores, altratar los problemas sociales, hablaron de filosofía política o de derecho. De Hobbes y Rous­seau a Tocqueville y, parcialmente, Stuart Mili, las categorias mas centrales, mas útiles, sonlas categorías políticas. La religión tiene un papel, o bien subordinado o bien marginal, cuandono tiende a ser eliminada directamente. El gran cambio a partir del siglo XIX-en el caso fran­cés en unos pocos meses de 1848; en Inglaterra entre 1840 y 1860- es la transformaciónbásica de nuestra sociedad moderna, que pasa a subordinar las categorias políticas a lascategorias económico-sociales, proceso QueMarx y los liberales explicaron muy bien. A partirde este momento, el gran problema es la autonomia de la sociedad civil, del capitalismo, delsistema económico. A partir de mediados del siglo XIX, el mundo religioso tiene un papel muylimitado y en ciertos casos, no en todos, se encuentra tan debilitado que se identifica confuerzas de resistencia o fuerzas de lucha antimoderna, antisocialista, etc. que conocemosmuy bien, por la experiencia de paises como España, entre otros.

En resumen, hablar de lo religioso, al menos en nuestro entorno occidental, es hablar delproceso de eliminación progresiva, casi total, del papel de la religión, de las iglesias e institu­ciones religiosas como parte del proceso de cambio. El mundo árabe conoció mas o menosla misma evolución, y muy recientemente hemos asistido en su ámbito a un gran movimientode secularización y de creación de nacionalismos laicos. No está tan lejos el mundo de Atatürko Nasser,de los Palevi,de los Basistas, la independencia de Argelia, etc.

Nos hemos acercado con este recorrido al tema de la diferenciación institucional, otor­gando el papel central primero al aspecto politico, posteriormente al económico y social, y fi­nalmente, como se presentará más adelante, al mundo cultural, al mundo de la vida personalo de la intimidad, como dice Giddens. Por tanto, nuestra historia consiste en un proceso dediferenciación que da una importancia creciente a lo politico, después a lo socio-económicoy más tarde a lo socio-cultural o personal. Al final de este proceso nos encontramos con unmundo secularizado, según defiende la mayoria. Personalmente, nunca empleo esta palabraporque no creo en la secularización, sino que creo que más bien se trata de un proceso de

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humanización, de interiorización de lo sacro, del principio creador de la vida personal y co­lectiva, y que en lugar de creer en un dios, en una filosofía de la historia, estamos cada vezmás convencidos de la importancia central de los derechos humanos, expresión desaparecidacon la Revolución Industrial y la dominación marxista o liberal, y que ahora se encuentra enpleno auge. Generalizando, podemos decir que se ha acabado el momento de las religionesy se va desarrollando cada vez con más fuerza el período de los derechos humanos, el juiciomoral y la defensa por razones universalistas de los seres humanos, pertenezcan éstos a unamayoría o a una minoría.

La importancia de lo religioso en todos sus aspectos depende del éxito de este proce­so, de la victoria de lo politico, de lo estatal, de lo económico, de lo moral. No hay ningunarazón para que este proceso siga siendo cada vez más laico. Esta transformación que acabode describir ha sido limitada en todas partes del mundo a un sector concreto como la vidapolitica, la democracia representativa, y ha sido dominado en gran parte por una clase mediaamplia que puede incluir a parte del proletariado. Hay elementos importantes en el entornooccidental o dominado por Occidente que no son incorporados, y cada vez hay más genteque no está incorporada.

Este proceso ya no puede ser frenado ni destruido por otras fuerzas. Pero su desarrolloha determinado un proceso opuesto, es decir, el de la colonización y la formación de unasociedad de clases, y, posteriormente, la formación de una sociedad de cultura de masas.Estos tres fenómenos, dentro de esta evolución que acabo de mencionar en su aspecto po­sitivo, se han desarrollado con la misma fuerza pero en sentido opuesto, de tal manera queestamos actualmente en una situación en la cual los dos procesos tienen la misma fuerza.Nadie puede vaticinar quien va a ganar la batalla final en el supuesto de que se lleve a cabo lamisma. Tal vez se dé una destrucción por ambos lados, pero por el momento lo que estamosobservando, incluso en nuestro entorno, es un progreso muy rápido del movimiento ant-mo­derno, contra la diferenciación institucional, de destrucción del Estado como factor principalde cambio, de destrucción de lo económico, destrucción de este proceso de interiorización yhumanización que hemos desarrollado a partir del siglo XV.

Hace veinte o treinta años era difícil aceptar esta idea que estoy exponiendo de maneramuy prudente, porque después de la 11Guerra Mundial el proceso de descolonización, espe­cialmente en los grandes paises de la Commonwealth, daba como resultado estados y éstoscontaban con todos los recursos, sin que nadie los tuviera fuera del Estado. El hecho principala partir de mediados de los años 70, cuando empieza a perder control el Estado y empiezaa ganar terreno el movimiento neoliberal, es que el Estado resiste de una forma u otra enlos paises antiguos, pero no así en los nuevos, donde su fracaso es casi general. Se da unadependencia económica en el caso de Latinoamérica debido a una dualización de la sociedadpor razones económicas, que conduce a la debilidad del Estado, a su mantenimiento a travésde alianzas con viejas oligarquías, etc., en una palabra, a través de la corrupción. El tema dela corrupción y la economia ilegal en América Latina lo traté en un libro voluminoso, donde no

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se me ocurrió incluir ningún capítulo sobre drogas. Hoy en día es impensable escribir sobrealgún lugar del mundo sin tocar el tema de la economia ilegal, del poder corrupto, la policíacorrupta, el bandidismo oficial o antioficlal, etc.

Hay que reconocer que a día de hoy el proceso de diferenciación institucional, de for­mación de un Estado, de una economla racional, de una sociedad civil, de una moralizacióninterna (de la religión o de la espiritualización de lo sacro), etc., tal vez gana fuerza en algunaspartes, pero básicamente está dominado cada vez más por la tendencia opuesta. No afirmocon esto que haya un movimiento hacia la religión, hacia la comunidad primitiva, pero sí quese da una visión negativa de lo politico, de lo económico y de lo social que, aunque no creauna reacción comunitaria religiosa, sí produce cada vez más movimientos religiosos o no, dereacción contra un orden mundial dominante basado en este proceso de diferenciación insti­tucional. De tal manera que, por ejemplo, inmediatamente después de Nasser, de la victoriade Israel y de la corrupción de varios regímenes en diversos países, aparece Jomeini, aunqueéste y la República Islámica no son básicamente hechos relígiosos. Una prueba de ello esque muchos de los jóvenes que se entusiasmaron con Jomeini y se sintieron después decep­cionados, se suicidaron durante la guerra, convertidos en mártires de esos primeros años;se trataba de jomeinistas que no aceptaron la realidad humana de la política irani, muchosde ellos jóvenes de 13, 14 ó 15 años que fueron mártires del Islam chilta en la guerra contraIrak. En el actual Irán, existe una visión estratégica y política de las relaciones con EE. UU. eIsrael, y del país en Oriente Medio, pero con un lenguaje y una base religiosa cada vez másfrágil, pues la juventud iraní vive más en Internet que en su país. Ante la pregunta que formuléa ciertos dirigentes de este pais sobre qué pasaría si la república dejara de ser islámica, la res­puesta de todos ellos fue contundente: golpe militar de Estado en veinticuatro horas, lo queindica una actitud de reacción, igual que la de la gente que se pone a la defensiva o reaccionaagresivamente encerrándose en un todo que es religioso, político, social, pero al margen delsistema de control mundial.

Quisiera seguir la misma evolución, pero esta vez no en el mundo islámico sino ennuestro entorno occidental, bajo dos aspectos que son muy importantes. El "9/11", comodicen los americanos, es realmente una fecha importante, y las consecuencias se vieron en elaño 2003. Estuve en Nueva York desde febrero hasta abril de ese año y pude contemplar lapreparación y el comienzo de la guerra en EE.UU. Desde un punto de vista sociológico es unaexperiencia íncreíble. Ahora comprendo mejor lo que nos cuenta la gente que, como RaymondAran, estaba en Alemania en 1933. En pocas semanas un país que hablaba de economla,tecnología, multilateralismo, Que se sentla orgulloso de su sistema de opinión pública, setransformó en un pals Que sólo hablaba de religión y guerra, y donde la opinión pública habíadesaparecido literalmente. Yo lela todos los días, para tener noticias sobre EE.UU., El Pals yLa Repubblica, ya que Le Monde es más dificil de encontrar. Podía así comprobar Que tantola prensa norteamericana como el Partido Demócrata mantenían un mutismo total acerca dereuniones y concentraciones en Washington o San Francisco. Este es un hecho fundamental

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y Bush es el resultado de esta situación. En definitiva, creo que no se puede hablar de unavuelta a la religión, porque el camino de Bush no es muy distinto del de Carter en ese aspec­to. No hay que pensar en términos de religión o de denominación religiosa, sino que, másbien, se genera una reacción defensiva -visible en el centro del país, no en las costas estey oeste- que apela a una historia, a un nosotros, una sociedad, una cultura, etc., que ya hatenido una influencia considerable, que no se preveía en principio, y que no sabemos lo queva a durar, pero cuyos efectos permanecerán, y no en pequeñas cantidades precisamente.Lo fundamental, por tanto, es este proceso de antidiferenciación institucional, de volver a unesplritu comunitario donde se defina por encima de todo un "nosotros" y un "ellos".

El segundo aspecto realmente extremo del mundo occidental es el caso de jóvenesintegrados perfectamente en nuestra sociedad, estudiantes de universidades e institucionestecnológicas, que se convierten en terroristas o mártires, como se les quiera llamar. Estoypensando en lo que aconteció en Hamburgo con esos jóvenes, ciudadanos occidentales quedejaron de serlo y que se trasladaron a Afganistán transformándose en miembros de AI-Qae­da o de otros grupos terroristas. No se trata de un movimiento de defensa islámica, comolos talibanes, sino de la presencia -más visible en Inglaterra, pero también en EE UU y otrospaíses- de algunos miembros de la sociedad occidental que dejan de identificarse con estasociedad y pasan al otro lado como producto de una lógica que es exactamente la contrariade la lógica de diferenciación institucional.

Nuestra historia fue hacia dentro, pero ahora estamos en un mundo en el cual todosvivimos hacia fuera, por emplear los términos de los antiguos economistas de la CEPAL enLatinoamérica. No hablamos hacia dentro en el sentido humanista, o en el sentido de lasluces, o de la Ilustración, o de la novela o de la pintura. Estamos dentro del mundo occiden­tal, dentro de otros mundos también, pero básicamente dentro de este mundo occidental.Estamos cambiando totalmente de actitud cuando dejamos de mirar hacia nosotros. Cuandolo hacemos, en el mismo momento que estamos mirando hacia dentro, hacia nuestro cuer­po, nuestra vida espiritual, o fisica o sexual, estamos mirando hacia fuera pensando que elmundo exterior no es el mundo dominado sino el mundo de la amenaza, y con la idea cadavez más común de que ya es demasiado tarde, de que la batalla ya está perdida, de que estemodelo occidental va a desaparecer por muy diversas causas: una crisis de tipo ecológico,una dominación exterior procedente de China, una catástrofe o una guerra de un tipo u otro.Hay que hablar de religión en ambos casos. El concepto de religión es central para explicareste doble proceso hacia delante y hacia atrás.

Mi conclusión por tanto es un comentario que hace referencia a mis primeras palabras:para entender lo religioso no se puede hablar de religión y mucho menos de lo sacro. Paraentender el fenómeno, hay que pensar, como siempre en el ámbito de la Sociologla, con unascategorlas de análisis que no son las categorías del objeto mismo, sino otro tipo de categorías,que, sin embargo, nos permiten también entender el significado subjetivo de las conductasde parte del actor. Aunque explicar esto nos llevaría demasiado lejos, si fuera posible trataría

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al menos de describir cómo estas categorías no religiosas que he empleado, corresponden acategorías de la experiencia en un nivel profundo, no solamente en el orden de la "Erlebnise"(vivencia) sino en el de la conciencia de sí mismo, de tal manera que yo creo que es la ex­periencia central que tenemos todos. Estamos viviendo nuestra vida con categorías que soncada vez mas morales, legales, jurídicas, espirituales, que son categorías hacia dentro, en unmundo que analizamos y que reconocemos como dominado por el proceso opuesto.

En realidad, estamos viviendo una doble vida, en el sentido de que cuando miramoshacia dentro, tenemos la visión que traté de presentar en la primera parte de mi ponencia. Ycuando miramos al futuro, o al mundo en su conjunto, estamos ya dominados por la visiónopuesta. Sinceramente no creo Que las instituciones religiosas tengan el poder de reunificarestas dos tendencias, ni en el Islam ni en ninguna otra parte. En el mundo cristiano abundanestudios, mas Queen ningún otro entorno, Que indican muy claramente que las institucionesreligiosas están en declive, mientras que un mundo religioso interior e individualizado, erno­cional, espiritual, etc., va adquiriendo una mayor relevancia.

Nadie piensa que vamos a ser dominados por el Islam, pero si somos conscientes delpeligro de una bomba atómica de lrán o del creciente protagonismo de la China de fin desiglo, etc. Vivimos en un mundo que, en cierto modo, es el punto final de esta diferenciación.Pero esta diferenciación institucional no está controlada por su propio movimiento y su propiacapacidad de manejar una separación de los poderes, sino que ya está fuera de control ysabemos muy bien que ya no tenemos la posibilidad, la capacidad, de reincorporar en nues­tra cultura, en nuestra vida política y social, ese control que convierta en un solo procesonuestra vida y la vida de los demás. En ese sentido, la vieja afirmación, a la que no quierorecurrir, de "la crisis de Occidente" -pero que es la imagen predominante después de la IGuerra Mundial- se ha ampliado. Me atrevería a afirmar que esa duda histórica y metafisicase ha acrecentado con el nazismo, las dictaduras comunistas, etc. y todo ello ha generadouna pérdida de confianza en la historia, realmente el elemento central de la visión del mundoque todos tenemos. Creo que por este motivo la visión catastrofista, a veces exagerada, co­rresponde más a nuestra conciencia que a cualquier otra visión del mundo, siendo esta visióncatastrofista exactamente la visión antirreligiosa.

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