Jorge Luis Borges: filosofía y enigma

17
Jorge Luis Borges: filosofía y enigma Sobre la presencia de la filosofía en la obra literaria de Jorge Luis Borges Borges es un universo capaz de albergar múltiples universos. La materia creativa surge de la memoria y la imaginación surge del olvido, porque la memoria es constante pérdida y sin embargo necesita reconstruir lo perdido, esa reconstrucción ya es ficción pues no recupera la realidad sino elabora otra realidad a partir de elementos fragmentados ordenándose en la continuidad del tiempo, mirando hacia atrás, sin poder detenerse en el camino. José Manuel Martínez Sánchez La eternidad, escribe Borges, es un artificio espléndido que nos libra, siquiera de manera fugaz, de la

description

Borges es un universo capaz de albergar múltiples universos. La materia creativa surge de la memoria y la imaginación surge del olvido, porque la memoria es constante pérdida y sin embargo necesita reconstruir lo perdido, esa reconstrucción ya es ficción pues no recupera la realidad sino elabora otra realidad a partir de elementos fragmentados ordenándose en la continuidad del tiempo, mirando hacia atrás, sin poder detenerse en el camino.

Transcript of Jorge Luis Borges: filosofía y enigma

Page 1: Jorge Luis Borges: filosofía y enigma

Jorge Luis Borges: filosofía y enigma

Sobre la presencia de la filosofía en la obra literaria de Jorge Luis Borges

Borges es un universo capaz de albergar múltiples universos. La materia creativa surge de la memoria y la imaginación surge del olvido, porque la memoria es constante pérdida y sin embargo necesita reconstruir lo perdido, esa reconstrucción ya es ficción pues no recupera la realidad sino elabora otra realidad a partir de elementos fragmentados ordenándose en la continuidad del tiempo, mirando hacia atrás, sin poder detenerse en el camino.

José Manuel Martínez Sánchez

La eternidad, escribe Borges, es un artificio espléndido que nos libra, siquiera de manera fugaz, de la intolerable opresión de lo sucesivo. El hombre está ineludiblemente sujeto al tiempo. Movimiento e inmovilidad se producen siempre en espacio y tiempo. El movimiento precisa de un lugar distinto en un tiempo distinto mientras que la inmovilidad se produce en un mismo lugar pero en distintos puntos del tiempo. Esta elucidación -a la que Borges llegó tras su fascinación por la lectura del filósofo Heráclito- refleja una verdad universal que sin duda Heidegger incluiría en su concepción de existencia auténtica pues tal preocupación ontológica nace de la angustia (Angst) del hombre por suestar en el mundo. De este modo el concepto taoísta de inacción que se refiere a la quietud del individuo en cuerpo y mente sigue estando resignado a un estado temporal pues no hay

Page 2: Jorge Luis Borges: filosofía y enigma

otra forma posible de estar en el mundo. Por tanto pensar la eternidad no es más que pensar en la esencia del ser, el enigma de nuestra continuidad una vez liberados de las cadenas del tiempo. Así Borges trata este tema –sobre todo en sus relatos- desde la mágica visión de quien no se somete a los arquetipos del existir. El sueño, por tanto, será el territorio más inexplorado y fascinante por el que Borges transitará. El sueño es –tómese este aserto como propio y subjetivo- quietud del cuerpo, quietud de la conciencia, movimiento de la inconsciencia y por tanto único estado mental – dejemos aparte la muerte- en el que no existimos. ¿Entonces qué somos cuando no existimos? Si el ser es ante todo enigma, ¿no es el sueño un enigma? Afirma Heidegger que el existir es siempre algo inacabado, porque su conclusión supone dejar de ser, claro está que para Heidegger la muerte es la conclusión del ser y sólo menciona que la muerte es la posibilidad más pura del existir.

Tras estas suposiciones metafísicas volvamos al tema del sueño, enormemente relevante en la obra y en la vida de Jorge Luis Borges. En El hacedor encontramos unos versos que desvelan el sentimiento onírico borgiano: Sentir que la vida es otro sueño/ que sueña no soñar y que la muerte/ que teme nuestra carne es esa muerte/ de cada noche, que se llama sueño. El sueño corresponderá a la realidad y sin embargo supondrá la verdadera muerte. Borges parte de la actitud calderoniana y configura una nueva actitud, la suya propia, que se define como un estado único, el verdadero sueño, y un segundo estado onírico dependiente del primero que es la vida: otro sueño que sueña no soñar. Pero ¿es realmente la interpretación adecuada establecer esta jerarquía? Tal hipótesis se derrumba al formularnos esta otra cuestión: Si la muerte teme nuestra carne, ¿acaso no será porque el cuerpo limita al ser y por tanto el hombre se libera de éste cuando le sobreviene el sueño? En un principio nadie diría que esta cuestión sea un argumento no favorable para la hipótesis del sueño como verdadera realidad, sin embargo, hemos de establecer una segunda suposición: si el cuerpo limita al ser ¿por qué durante el sueño la voluntariedad del hombre queda limitada y durante la vigilia se siente el hombre verdaderamente libre? Creo que

Page 3: Jorge Luis Borges: filosofía y enigma

también podemos responder a esta cuestión pues sería el cuerpo el elemento materializado del estado-único que incluye la acepción otro sueño que sueña no soñar, es decir, el cuerpo es la auténtica substancia del sueño.

Los versos citados anteriormente tal vez nieguen –desde el punto de vista de la estética literaria- tales presuposiciones ontológicas y convendría no detenerse en reflexiones que no fueran estrictamente literarias. Sin embargo, el principal objetivo de este artículo es tratar de ahondar en las cuestiones filosóficas que se desvelan en la obra de Borges, no con afán crítico o meramente expositivo sino interpretativo. Pero antes de proseguir sería oportuno señalar que Borges nunca se consideró un pensador ni quiso que sus textos se tomaran como materia filosófica. En palabras del propio escritor: Yo soy un lector, simplemente. A mí no se me ha ocurrido nada. Se me han ocurrido fábulas con temas filosóficos, pero no ideas filosóficas. La humildad del escritor era extremada y considero que el lector debe personalmente juzgar si los textos de Borges revelan o no, ideas filosóficas. El escritor, crítico y filósofo Mauthner -al que Borges guardaba especial admiración- manifestó que la filosofía es esencialmente lingüística, esto es, que la verdadera esencia de la misma radica en el lenguaje y es éste el que forja nuevas realidades y por tanto amplifica la realidad. ¿No podemos considerar a Miguel de Cervantes un filósofo porque no haya creado un sistema filosófico? ¿No es el Quijote, además de una obra literaria estilísticamente perfecta, una reflexión implícita acerca de las múltiples realidades que el ser humano puede forjarse de una misma visión? ¿No expresó Cervantes la idea filosófica que mucho más tarde enunciaría Schopenhauer? Fue Schopenhauer quien enunció: el mundo es mi representación, pero sin embargo a través de una obra literaria, el Quijote, la misma idea es sugerida por otro medio que no se corresponde al del tratado filosófico sino al género literario de la novela. De este modo, llegamos a la conclusión de que la ficción, a veces, aporta nuevas visiones de la realidad. El filósofo y escritor Fernando Savater afirma lo siguiente: Una de las intuiciones más geniales de Borges (y que prueba su profunda comprensión de la tradición

Page 4: Jorge Luis Borges: filosofía y enigma

filosófica) es que contempla las grandes construcciones especulativas no como productos refinados del uso lógico de la razón, sino por el contrario como obras maestras de la imaginación. Además Fernando Savater añade: Sin duda el eclecticismo filosófico de Borges no es simple consecuencia, como él quiso hacernos creer, de incapacidad para alumbrar ideas propias, sino de un radical y poético ‘escepticismo’, el cual también implica una toma de postura especulativa. Savater nos presenta a un Borges completamente capaz de formular ideas propias pero siempre enmascaradas en un entramado de ficciones que Borges concibe para poder caminar con mayor libertad, pues donde realmente se siente cómodo es donde su identidad se desdobla, se bifurca o se engrandece en los territorios de la gnosis y de otras ficciones en que él se sueña, desde los espejos, los laberintos o las bibliotecas. Por eso Borges es un universo capaz de albergar múltiples universos. La materia creativa surge de la memoria y la imaginación surge del olvido, porque la memoria es constante pérdida y sin embargo necesita reconstruir lo perdido, esa reconstrucción ya es ficción pues no recupera la realidad sino elabora otra realidad a partir de elementos fragmentados ordenándose en la continuidad del tiempo, mirando hacia atrás, sin poder detenerse en el camino.

   El tiempo es un tema fundamental en la obra de Borges y considero que en esta cuestión el escritor argentino sí aportó ideas realmente extraordinarias. Pero como en cualquier cuestión filosófica, no hay progreso, sino como bien señalaba Savater, especulación. No es ciencia, no es tecnología, toda indagación filosófica es creación, es literatura, es conocimiento y pensamiento. Lo que distingue precisamente a la filosofía es la búsqueda de lo que no está al alcance del hombre pero que sin embargo es lo que le hace ser hombre. La existencia sólo es posible en el tiempo y pensarla fuera del mismo –la eternidad- será pura imaginación. En palabras del escritor: Nuestro destino […] no es espantoso por irreal, es espantoso porque es irreversible y de hierro. El tiempo es la sustancia de que estoy hecho. El tiempo es un río que me arrebata, pero yo soy el río; es un tigre que me destroza, pero yo soy el tigre; es un fuego que me

Page 5: Jorge Luis Borges: filosofía y enigma

consume, pero yo soy el fuego. El mundo, desgraciadamente, es real; yo, desgraciadamente, soy Borges. Sobre este ‘yo’ forjado de tiempo hay un ‘yo’ integral que se corresponde con el tiempo integral, es decir, el Todo es el tiempo, y nosotros seríamos una porción mínima de ese Todo constituido en la continuidad del tiempo, así, el mundo, sería un inmenso reloj de arena. A partir de la máxima de Heráclito, Borges añade esta fascinante apreciación: Pero como los mares urden oscuros canjes/ Y el planeta es poroso, también es verdadero/ Afirmar que todo hombre se ha bañado en el Ganges. El protagonista del relato La forma de la espada considera que lo que hace un hombre lo hacen todos los hombresy conviene con Shopenhauer en que cualquier hombre es todos los hombres. Se refiere –Borges- a dos actuaciones de dos personajes concretos, Eva y Jesucristo, para señalar que lo que ambos hicieron –la desobediencia y el sacrificio- fue fruto de una voluntad universal, la del hombre como un solo ser fuera del tiempo atomizado en múltiples seres en el tiempo. Esta cuestión filosófica del tiempo se traslada ya al plano teológico de la eternidad y como consecuencia al tema de Dios. La tendencia de Borges –como señala en el epílogo a Otras inquisiciones- a estimar las ideas religiosas o filosóficas por su valor estético y aún por lo que encierran de singular y de maravilloso convierte al escritor argentino en un jugador profesional de lo trascendente, es decir, un irónico creador que se divierte en los laberintos de la razón. Borges es fiel al carácter lúdico que todo filósofo no debe olvidar al adentrarse en las preguntas sin resolver de la humanidad, por eso, es un auténtico filósofo, pues sigue lo que Platón considerase esencial en toda labor filosófica: Spoudaios paizein, jugar en serio 1. Y es que el instrumento fundamental en Borges para tratar los grandes temas de la historia de la literatura y de la filosofía es la ironía, como señala Manuel Benavides en su magnífico ensayo Borges y la metafísica: La empresa de Borges es una pregunta obsesiva por los poderes respectivos de la poesía y de la filosofía, de la imagen y el concepto. La respuesta es irónica; unas y otros denuncian los límites de nuestra finitud. Y la ironía -señala M. Benavides citando a Federico Schlegel- es la forma de la paradoja.

Page 6: Jorge Luis Borges: filosofía y enigma

Como ya se ha señalado, lo realmente fascinante en Borges es la forma en que configura la realidad por medio del lenguaje dotando ésta de elementos filosóficos integrados en la visión global del mudo. Ya en la Edad Media -tradición que Borges conocía- se establece una relación entre el lenguaje, el pensamiento y la realidad, contemplando el ser como resultado de la significación que por medio del pensamiento se establecía del mundo, y se reconocía el pensamiento, por tanto, como la realidad lingüística de cada individuo o de una lengua determinada y en consecuencia, una concreta visión del mundo. Esta tradición se abandona durante mucho tiempo y es en Alemania donde permaneció y se cultivó en mayor medida. El filósofo alemán Mauthner –al que ya me he referido- se ocupó de considerar esta perspectiva de corte logicista y profundizó en ella. Borges valoró enormemente las tesis de Mauthner e hizo lo que siempre solía hacer cuando una idea le seducía, convertirla en literatura. Sin embargo –y esto resulta curioso- Borges sentía una gran repulsión por el filósofo Heidegger el cual señaló y sostuvo que el lenguaje es la casa del ser. En su vivienda mora el hombre. Los pensadores y los poetas son los guardianes de esta vivienda, algo que supone una afinidad intelectual entre ambos, aunque los motivos de su desagrado por Heidegger eran por otras cuestiones no estrictamente filosóficas que no son necesarias señalar.

En su magistral relato Tlön, Uqbar, Orbius Tertius, Borges descubre en una enciclopedia – con asombro absoluto- el idealista planeta de Tlön y nos lo describe detalladamente. La ficción usurpa poco a poco a la misma realidad, como bien expresa Diego Valverde Villena: Un mundo imaginario que empieza a filtrarse –tenuemente al principio, luego con progresiva fuerza- en el mundo real. De nuevo la cuestión del lenguaje cobra aquí vital importancia pues las características del lenguaje de Tlön vienen determinadas por su concepción de la realidad y el modo en que expresan el mundo le sirve a Borges para entender cómo lo perciben. Su lenguaje y las derivaciones de su lenguaje – la

Page 7: Jorge Luis Borges: filosofía y enigma

religión, las letras, la metafísica- presuponen el idealismo, señala Borges en el relato. Se observa evidente que la religión, las letras y la metafísica son derivaciones del lenguaje, lenguaje éste que advierte la noción idealista del mundo y de tal modo conciben un mundo en el que sólo hay sucesividad temporal sin espacio en ella, no hay sustantivos […] hay verbos impersonales, calificados por sufijos (o prefijos) monosilábicos de valor adverbial. El adjetivo monosilábico es la palabra esencial y el sustantivo es acumulación de adjetivos. El sustantivo es la creación del objeto inexistente hasta entonces originado de la idea. Las cosas se van creando a medida que el hombre las va uniendo en la temporalidad a través de los procesos mentales sucesivos. Los tlönianos no conciben que lo espacial perdure en el tiempo. También se piensa en la eternidad pero ya sólo como una hipótesis no como una percepción, la memoria, la teología, el sueño, incluso el materialismo (lógica y paradoja), son también elementos teóricos interpretativos de lo real. La filosofía en Tlön se considera un juego, no buscan la verdad […] buscan el asombro y por eso se incluye en la rama de la literatura fantástica. La paradoja de las monedas es un insulto al idealismo tlöniano –que no admite el número plural-, sólo hay una moneda –el concepto- y las demás sólo poseen valor metafórico, si la igualdad comporta la identidad, habría que admitir asimismo que las nueve monedas son una sola. Se llega a la conclusión de que todo es uno –recordando a Platón y a Schopenhauer- y que todos los hombres, en el vertiginoso instante del coito, son el mismo hombre. Todos los hombres que repiten una línea de Shakespeare, son William Shakespeare, tema que también se presenta en Pierre Menard, autor del Quijote y en tantos otros poemas, relatos y ensayos borgianos. La idea es memoria y perdura en su recuerdo y con ella el objeto que representa, el olvido disipa el objeto y el hecho de que en cualquier ser perdure la idea hará que perdure el objeto, a veces unos pájaros, un caballo, han salvado las ruinas de un anfiteatro. El asombro de Borges al descubrir el planeta de Tlön es la prueba de que la filosofía forma parte de la literatura fantástica y tales ideas filosóficas son las que han concebido a los objetos y a los seres del conspirado Tlön. Sea este relato prueba tangible de un

Page 8: Jorge Luis Borges: filosofía y enigma

pensamiento que -trasformado en ficción literaria- camina más allá de sus límites estéticos.

Detengámonos ahora en el Borges oral, otro Borges distinto al de su literatura. Las palabras de un maestro, de un pensador intenso y extenso. Podemos prescindir en nuestro pensamiento del espacio, pero de ninguna manera podemos prescindir del tiempo, señala Borges en sus conversaciones con Roberto Alifano. Borges nos hace imaginar un mundo donde sólo tuviéramos un sentido, el oído. Así nuestros únicos instrumentos de comunicación serían las palabras y la música. Como dijo Schopenhauer, la música no es algo que se agrega al mundo: la música es un mundo en sí misma.

Sin embargo no podemos imaginar un mundo sin tiempo porque el tiempo es el problema esencial de la existencia. El tiempo es la sucesión. Existir es ser tiempo. Nosotros somos tiempo. […] El tiempo está hecho de memoria […] Y esa memoria está hecha a su vez, en buena parte, de olvido.

Borges elabora un discurso en el que da voz a muchos de los grandes maestros de la palabra y de la idea, de este modo sus palabras suenan todavía más altas, llenas de verdad. En Borges encontramos a filósofos como Heráclito, Platón, San Agustín, Plotino, Kant, Berkeley, Schopenhaer, Hume, Spinoza... Nombres que por sí mismos abarcan múltiples senderos, Borges sabe invocarlos en el momento justo en que se debe hacer, cuando precisa de ellos, cuando a partir de ellos se busca a sí mismo, así nos ofrece una reflexión concebida pausadamente, fruto de su saber y de su imaginar. Borges se definía lector antes que escritor, por eso gran parte de su literatura es un homenaje a todas sus lecturas, es una fascinación por la palabra que mora en aquellos laberintos de ficciones, de nombres y adjetivos, de tiempos y ciclos, de versos hallados en ese viaje luminoso de la mente que comienza siempre en una biblioteca.

El 11 de enero de 1975 mantienen un inquietante diálogo

Page 9: Jorge Luis Borges: filosofía y enigma

Jorge Luis Borges y Ernesto Sábato moderado por Orlando Barone, se alternan diversos temas vitales: la primera manifestación artística, el lenguaje y las revoluciones del lenguaje, la unidad geográfica de Latinoamérica, la realidad a través del artista… Borges habla en todo momento con esa luminosidad verbal tan frecuente en sus conversaciones. Ernesto Sábato, sin embargo, polemiza con su compatriota insistentemente, parece no estar de acuerdo con él en muchas cosas. También se habla sobre Dios y la creencia. Sábato manifiesta que el catolicismo es un despropósito pues no se basa en la sensatez sino en el absurdo,querer aplicar nuestras categorías humanas y sobre todo racionales a algo que las trasciende… Un disparate, comenta Sábato. Borges añade irónicamente: creo que basta un dolor de muelas para negar la existencia de un Dios todopoderoso. Este diálogo teólogico es breve pero indica en Borges un escepticismo religioso propio del hombre occidental moderno, o mejor dicho, posmoderno, Borges prefiere aceptar su propia propuesta enigmática de un Dios que nos está soñando, que estamos soñando, que es soñado al mismo tiempo. Borges entiende que Dios es una gran ficción del hombre y por tanto, un maravilloso -quizá el más importante- personaje literario que ha dado la humanidad desplegado además en Jesucristo. Hay un arquetipo posible: Dios es tan generoso con el hombre, que le da todo, hasta la posibilidad del Infierno. Pero quién sabe si esos regalos convienen, ¿no? Es la contestación de Borges a Sabato ante la afirmación de éste de la posible existencia de un Dios todopoderoso y perverso que se complace – recogiendo la ironía borgiana- causándonos dolor de muelas. Esta idea de Borges de la generosidad y malevolencia de Dios se introduce en muchos de sus poemas afirmando siempre la existencia de la deidad, del ser superior creador de seres. Recordemos los primeros versos de uno de los poemas más célebres de Borges, el ‘poema de los dones’: Nadie rebaje a lágrima o reproche / esta declaración de la maestría / de Dios, que con magnífica ironía / me dio a la vez los libros y la noche. Dios, el ser absoluto, el todo, lo eterno, es una mirada que el hombre no alcanza a visualizar nítidamente, sin duda, sin temor, sin misterio, por tanto, la visión más esclarecedora – como ya se

Page 10: Jorge Luis Borges: filosofía y enigma

ha advertido- es la ironía, puesto que su principal suposición es la lógica y atenta mirada, crítica y punzante, transgresora y fatídica, descreída y aguda, astuta y elocuente pero basada siempre en lo absurdo o en lo antagónico, en ese espacio inherente de la realidad que se nos escapa, que no sabemos explicar, donde no se puede negar o afirmar algo pues tal inferencia no admite una deducción lógica, la ironía es la respuesta y la pregunta al mismo tiempo, dice lo que no dice y no dice lo que realmente dice, es una exactitud burlada, un disparate que se presenta como indiscutible, que confunde aclarando.

El senador Boecio en su libro De Consolatione Philosophae describió una carrera de caballos y un espectador que la observaba y a un Dios que a su vez observaba la carrera y al espectador. Borges imagina que ese Dios también es observado: Dios mueve al jugador y éste, la pieza. / ¿Qué Dios detrás de Dios la trama empieza / De polvo y tiempo y sueño y agonía? Es incontestable el origen pues se basa en la idea de eternidad que es, de este modo, atemporal y simultanea. En palabras de Borges: la eternidad es la muy aventurada hipótesis de que existe un instante, y que en ese instante convergen todo el pasado, todos nuestros ayeres como dijo Shakespeare, todo el presente y todo el porvenir.

No podemos olvidar, finalmente, que una parte del discurso de Borges se expresa en términos utópicos. Lo difícil sería saber el grado de utopía que ocupa en todo el corpus borgiano. Parte de una ordenación del mundo literaria pero que sin embargo se acoge a una extrema y sensata idea de libertad en que el lector rechaza o acepta el texto al que se ocupa. Borges, más lector que escritor, nos muestra el escenario de su lugar ideal, lugar que le es vedado

Page 11: Jorge Luis Borges: filosofía y enigma

físicamente, como cualquier lugar utópico, pero que sin embargo puede reconocer en su memoria, que es la que elabora su discurso estético, y en la que debe apoyarse para vencer al olvido de sí mismo, del Borges que se aleja.

Trabajo publicado en la revista "La rosa profunda", nº0, noviembre 2004. ISSN: 1699-4671.