Jorgensen

9
Imperativos y lógica en Jergen Jergensen CARLOSALARCÓNCABRERA Universidad de Sevílla 1. El dilema de Jf)rgensen 1.1. En Imperativer og Logik 1 (1938), Jergen Jergensen (1894-1969) presenta un dilema (que se conocerá como el «dilema de Jergensen» desde que Alf Ross, tres años después, le diera tal nombre) 2 com- binando dos tesis, la tesis meta lógica. según la cual la lógica sólo relaciona enti- dades de las que se predica la verdad o la falsedad, y la tesis semántica, según la cual las normas (los imperativer, dice Jergensen) no son ni verdaderas ni falsas. De estas dos tesis deduce la conclusión contraintuitiva de que las normas no pue- den relacionarse lógicamente 3. Lo que Jergensen pretendía destacar no era el error de derivar 'un deber ser desde un ser, sino el error de derivar un deber ser desde otro deber ser. 1.2. En Imperatives and Logic (1941), Ross comienza criticando la «lógica de la voluntad» (Logik des WiIlens) de Emst Mally, que éste pretendía desarrollar como lógica paralela a la «lógica del pensarnien- to» (Logik des Denkens). Similarmente a como la lógica clásica se basa en «leyes esenciales» del pensamiento, la lógica de la voluntad, la «deóntica» (la Deontík no como «otra lógica», sino como algo dis- tinto, aunque paralelo, a la lógica), se debería basar en las «leyes esenciales» de la voluntad 4. Ross critica la «deóntica» de Mally por terminar desembocando en la formulación de una ética formal, y tras rechazar tam- bién la «lógica de las costumbres» (Logik der Sitten) de Karl Menger, aclara que su intención es discutir la cuestión de si «un imperativo puede ser parte constitutiva ISEGORíN2D (1999) pp. 207-215 (ser una premisa o ser la conclusión) de una inferencia lógica», cuestión que retor- mula utilizando el razonamiento dilemá- tico de Jergensen s. 1.3. Y, en efecto, Jergensen había estudiado en Imperatives and Logic 6(1938) yen Imperativer og Logik (1938) cómo las normas (los imperativos), al no ser enti- dades apofántícas (al no poder predicarse de ellas la verdad o la falsedad), no podían relacionarse lógicamente. Ross cita ambos ensayos de Jorgensen (homónimos y simul- táneos) conjuntamente, sin diferenciarlos, y quizás esto ha sido lo que ha llevado a suponer de forma generalizada que bas- taba acudir al ensayo en inglés tImperatives and Logic) para conocer las tesis de Jergensen, puesto que este ensayo «debe- ría ser» la traducción inglesa del ensayo en danés Imperativer og Logik. Sin embar- go, Imperatives and Logic y Imperativer og Logik son ensayos diferentes, y el conte- nido de este último sólo ha sido conocido 'por quienes tienen acceso a la lengua danesa. 2. Lógicas alternativas para las normas 2.1. La alternativa que Jergensen propo- ne en Imperativer og Logik para salvar el dilema consiste en construir una «lógica de las descripciones de mandatos» basada en la distinción dentro de los imperativos de dos factores: i) un factor estrictamente imperativo (el «néustíco» de Richard M. Hare) 7, representado por los términos que expre- san la obligación o la prohibición; 207

description

Dilema de Jorgensen (trad. cast)

Transcript of Jorgensen

  • Imperativos y lgica en Jergen JergensenCARLOSALARCNCABRERA

    Universidad de Sevlla

    1. El dilema de Jf)rgensen

    1.1. En Imperativer og Logik 1 (1938),Jergen Jergensen (1894-1969) presenta undilema (que se conocer como el dilemade Jergensen desde que Alf Ross, tresaos despus, le diera tal nombre) 2 com-binando dos tesis, la tesis metalgica.segn la cual la lgica slo relaciona enti-dades de las que se predica la verdad ola falsedad, y la tesis semntica, segn lacual las normas (los imperativer, diceJergensen) no son ni verdaderas ni falsas.De estas dos tesis deduce la conclusincontraintuitiva de que las normas no pue-den relacionarse lgicamente 3.

    Lo que Jergensen pretenda destacarno era el error de derivar 'un deber serdesde un ser, sino el error de derivar undeber ser desde otro deber ser.

    1.2. En Imperatives and Logic (1941),Ross comienza criticando la lgica de lavoluntad (Logik des WiIlens) de EmstMally, que ste pretenda desarrollar comolgica paralela a la lgica del pensarnien-to (Logik des Denkens). Similarmente acomo la lgica clsica se basa en leyesesenciales del pensamiento, la lgica dela voluntad, la dentica (la Deontk nocomo otra lgica, sino como algo dis-tinto, aunque paralelo, a la lgica), sedebera basar en las leyes esenciales dela voluntad 4.

    Ross critica la dentica de Mallyporterminar desembocando en la formulacinde una tica formal, y tras rechazar tam-bin la lgica de las costumbres (Logikder Sitten) de Karl Menger, aclara que suintencin es discutir la cuestin de si unimperativo puede ser parte constitutiva

    ISEGORN2D (1999) pp. 207-215

    (ser una premisa o ser la conclusin) deuna inferencia lgica, cuestin que retor-mula utilizando el razonamiento dilem-tico de Jergensen s.

    1.3. Y, en efecto, Jergensen habaestudiado en Imperatives and Logic 6(1938)yen Imperativer og Logik (1938) cmo lasnormas (los imperativos), al no ser enti-dades apofntcas (al no poder predicarsede ellas la verdad o la falsedad), no podanrelacionarse lgicamente. Ross cita ambosensayos de Jorgensen (homnimos y simul-tneos) conjuntamente, sin diferenciarlos,y quizs esto ha sido lo que ha llevadoa suponer de forma generalizada que bas-taba acudir al ensayo en ingls tImperativesand Logic) para conocer las tesis deJergensen, puesto que este ensayo debe-ra ser la traduccin inglesa del ensayoen dans Imperativer og Logik. Sin embar-go, Imperatives and Logic y Imperativer ogLogik son ensayos diferentes, y el conte-nido de este ltimo slo ha sido conocido'por quienes tienen acceso a la lenguadanesa.

    2. Lgicas alternativas para las normas

    2.1. La alternativa que Jergensen propo-ne en Imperativer og Logik para salvar eldilema consiste en construir una lgicade las descripciones de mandatos basadaen la distincin dentro de los imperativosde dos factores:

    i) un factor estrictamente imperativo(el nustco de Richard M. Hare) 7,representado por los trminos que expre-san la obligacin o la prohibicin;

    207

  • NOTAS Y DISCUSIONES

    ii) un factor indicativo (el frsticode Hare), que describe la accin obliga-toria o prohibida, que es apofntico, y quese puede aislar del factor estrctamenteimperativo y combinar con los factoresindicativos de otros imperativos para for-mar inferencias lgicas.

    2.2. La lgica de las descripciones demandatos puede reformularse como l-gica de la satisfaccin, como lgica delas aserciones sobre la satisfaccin o cum-plimiento de las normas 8.

    Por ejemplo, si el enunciado dentico:Est prohibido fumar en todos los centrospblicos se convierte en el enunciadoadentcc: La norma exige de todos elcomportamiento que se puede describiras; No se fuma en los centros pblicos,o, simplificadamente, en el enunciadoadentico: No se fuma en los centrospblicos, entonces, si es el caso que lasaulas universitarias son centros pblicos,podemos inferir el enunciado adentco:No se fuma en las aulas universitarias,que resulta de la trasposicin en trminosadenticos del enunciado dentico: Estprohibido fumar en las aulas universita-rias.

    2.3. No obstante, tanto la lgica delas descripciones de mandatos como lalgica de la satisfaccin eran inserviblespara deducir normas (enunciados dent-cos) de otras normas; se limitaban a posi-bilitar la deduccin de descripciones sobreel cumplimiento de normas (enunciadosadenticos) de otras descripciones sobreel cumplimiento de normas.

    2.3.1. El rechazo de la lgica de lasdescripciones de mandatos y de la lgicade la sarisfacin como alternativas parasolucionar el dilema de Jergensen condujoa Ross hacia una lgica de la validez,basada en no aceptar la tesis metalgicaen la que el dilema se apoyaba (la tesissegn la cual la lgica slo relaciona enti-

    208

    dades apofnticas, entidades de las que sepredica la verdad o la falsedad).

    Validez e invalidez podran as sustituira la verdad y la falsedad como valores lgi-cos para las normas. Validez e invalidezque no pueden ser, para Ross, objetivas,ya que hara falta entonces constatar laexistencia de un procedimiento de verifi-cacin de la norma, algo imposible si noqueremos volver a acudir indirectamenteal valor de la verdad a travs de una ticanormativa cientfica impregnada de meta-fsica moral y religiosa 9.

    En sentido no objetivo, sino subjetivo,(seala Ross en Imperatives and Logic) unenunciado dentico es vlido si est pre-sente en una persona un estado psicolgicoque lo determina. Parece entonces quela validez es definida ambiguamente comoun concepto supuestamente semntico,correspondiente a cada situacin norma-tiva, que queda determinado por el estadopsicolgico o voluntad del imperante;pero, justamente por ello, Ross concluyeparadjicamente que las inferencias nor-mativas de la lgica de la validez son pseu-dolgcas porque presuponen

  • NOTAS Y DISCUSIONES

    3. Ambigedad deniicavs. ambivalencia dentica

    3.1. En Recht und Logik (1965), HansKelsen afirma que la lgica rige en las cien-cias naturales y en la ciencia jurdica, aun-que no en sus respectivos objetos, la rea-lidad natural y la norma jurdica. Pero lasemejanza se rompe en tanto que la normajurdica (a diferencia de la realidad natu-ral) se puede plasmar en enunciados queexpresan ideas abstractas y son suscepti-bles de ordenacin lgica 12.

    Para Kelsen, la confusin entre la (im-posible) lgica de las normas y la (posible)lgica de las proposiciones normativas(Sollstze) se deba a la frecuente coin-cidencia entre la formulacin lingstica dela norma y la formulacin lingstica dela proposicin normativa. Pareca repe-tir as la tesis de Jorgensen de la ambi-gedad (semntica) de los enunciados entrminos de "deber", susceptibles deinterpretacin descriptiva (dentica) oprescriptiva (adentica).

    3.2. Pero la ambigedad de la quehablaba Jorgensen no es una ambigedadsemntica. No es que un enunciado en tr-minos de deber interpretado descripti-vamente tenga que significar algo distintoa lo que significa interpretado prescripti-vamente. No se trata de una ambigedadsemntica, sino, corno ha resaltado Ame-deo G. Cante, de una ambivalencia prag-mtica, la ambivalencia pragmtica delacto de enunciacin (utterrance) del enun-ciado (sentence) dentico, que se puedeenunciar describiendo (adenticamente) oprescribiendo (denticamente) 13.

    Por consiguiente, un enunciado den-tico es pragmticamente ambivalente por-que puede enunciarse de6nticamente(cuando est prescribiendo) o puede (pa-radjicamente) enunciarse adentcamen-te (cuando est describiendo), cornoocurre con los Sollsatze de Kelsen (y, an-logamente, con los oiikta rattsatser deIngemar Hedenius) 14.

    ISEGORA/20 (1999)

    La tesis de la ambivalencia pragmticade los actos de enunciacin de enunciadosdenticos (un enunciado dentico se pue-de enunciar denticamente o adentca-mente) no es equivalente a la tesis (ni tam-poco la implica) de la ambigedad semn-tica (segn se enuncien por un legisladoro por un socilogo) de los enunciadosadenticos que siguen el modelo: Laaccin A se castiga con la sancin S~>.

    Cuando el legislador dice: La accinA se castiga con la sancin S, este enun-ciado significa lo mismo que cuando lo diceel socilogo. El enunciado significa lo mis-mo, no es semnticamente ambiguo, peroel legislador hace algo distinto cuando 10enuncia que lo que hace el socilogo cuan-do tambin lo enuncia.

    Cuando es el legislador quien habla estconstituyendo una regla, est asumiendocomo tesis la relacin entre A y B, estprescribiendo B para el caso de que ocurraA. Cuando es el socilogo quien habla estconstatando una regularidad social, estanalizando la relacin entre la norma yla realidad social, est describiendo unestado de cosas no-normativo (un estadode cosas adentico) 15.

    APNDICE

    Los ensayos Imperatives and Logic y Impe-rativer og Logik exponen lo que tres aosdespus de su publicacin Ross llamarael dilema de Jergensen, Ambos tienen elmismo ttulo (aunque el primero en ingls,el segundo en dans), el mismo autor(Jergcn Jargenscn) y el mismo ao de edi-cin (1938). Pero son ensayos diferentes.

    Imperatives and Logic es de fcil accesopara el estudioso, ya que apareci publi-cado en ingls [en la revista Erkentnnis,nm. 7 (1938), pp. 288-296], pero no ocurre10 mismo con Imperativer og Logik. Antela creencia, casi nunca desmentida, de quese trataba del mismo ensayo en diferentesidiomas, lmperativer og Logik no ha sido

    209

  • NOTAS Y DISCUSIONES

    traducido del dans hasta ahora. Es porello que considero importante darlo aconocer en su versin espaola.

    La traduccin espaola Imperativos ylgica [Imperativer og Logik, Theoria,nm. 4 (1938), pp. 183-1901 es obra deErling Strudsholm, Amedco G. Cantc yCarlos Alarcn Cabrera.

    IMPERATIVOS y LGICAJergen Jergensen

    1. EL MOTrvO DEL PRESENTE ENSAYOIMPERATIVOS y LGICA,>

    1.0. introduccin

    1.0.1. Al inicio de 1936, un grupo de edi-toriales nrdicas han anunciado un con-curso para premiar la mejor respuesta ala siguiente pregunta: Es hoy en da posi-bleestablecer una moral objetiva? De seras, sobre qu cosa puede fundarse unamoral objetva?.

    Acaban de ser publicadas algunas de lasrespuestas recibidas, y en consecuencia elproblema de la posibilidad de una moralobjetivamente fundada vuelve a seractual.

    Aprovechando esta circunstancia pre-sento los siguientes comentarios, que(pienso) son en principio relevantes parauna discusin fecunda sobre esta cuestin.

    1.0.2. Mi punto de partida es una delas respuestas premiadas por el concursoal que me he referido: la respuesta deK. Grue-Sorensen, La respuesta deK. Grue-Sorensen se ha publicado (en sue-co) en el libro Val' tids moralnihilism: Ommojligheten af en objektiv moral (El nihi-lismo tico de nuestro tiempo. Sobre la posi-bilidad de una moral objetiva), Stockholm,Natur och Kultur, 1937.

    210

    1.1. La tesis de Henri Poincar

    En el libro El nihilismo tico de nuestrotiempo, K. Grue-Sorensen discute (entreotras) la objecin previa de Henri Poincar(Henri Poincar, Demires penses, 1923)contra la posibilidad 'de una fundacincientfica de la moral.

    Esta objecin es as formulada:Si las dos premisas de un silogismo son

    indicativas, entonces la conclusin serindicativa.

    Para que la conclusin sea imperativaes necesario que sea imperativa alguna delas dos premisas.

    Pero los principios de la ciencia, los pos-tulados de la geometra, pueden ser sola-mente indicativos, del mismo modo quelas verdades experimentales tienen formaindicativa, y la hase de las ciencias no es(y no puede ser) ms que indicativa.

    y el dialctico ms sutil puede jugarcomo un prestidigitador con estos princi-pios, combinndolos y construyndolos aplacer: todo lo que obtendr de ellos serindicativo.

    No llegar nunca a un enunciado impe-rativo de la forma Haz esto o de la formaNo hagas (omite) esto; esto es, no lle-gar nunca a un enunciado que confirmeo contradiga la moral.

    1.2. La tesis deK. Grue-Sorensen

    Contra esta objecin de Henri Poincar(que niega la posibilidad de una fundacincientfica de la moral), K. Gruc-Sorcnsenargumenta as:

    De acuerdo con el planteamiento de Poin-car, se ve fcilmente qu condicin debe sersatisfecha para que un enunciado imperativopueda ser demostrado.

    Esta condicin de satisfacbilidad de un enun-ciado imperativo coincide con la condicin quedebe ser satisfecha para que un enunciado indi-cativo sea demostrable: la presencia de al menos

    ISEGORN2D (1999)

  • NOTAS Y DISCUSIONES

    una premisa con la misma forma que la con-clusin.

    El propio Poincar lo dice claramente. Unademostracin parte de determinados presupues-tos, de determinadas premisas, y los primerospresupuestos, las primeras premisas, no son res-pecto a las tesis susceptibles de demostracin.

    En ningn campo (ni en la matemtica, nien las ciencias, ni en jurisprudencia, ni en teo-loga) una demostracin es posible sin una pre-misa que valga sin una demostracin.

    Si las premisas primeras son indicativas (porejemplo, los axiomas de la matemtica, o loshechos y los principios primeros de la fsica),entonces sern indicativos todos los enunciadosderivados y ser indicativo todo el edificio dela teora.

    Si, por el contrario, las premisas primerasson no indicativas, sino imperativas, entoncespasar a ser imperativo todo el sistema de lateora.

    Pero nada impide extraer conclusiones enforma imperativa con la misma precisin conla que se extraen conclusiones en forma indi-cativa, y es posible demostrar una exigenciamoral del mismo modo que se demuestra unenuncado de las ciencias exactas.

    2. LA TESIS DE lA IMPOSlI3lLIDADDE OLE LOS IMPERATIVOS FORMEN PARTE

    DE INFERENCIAS LGICAS

    2.1. Enunciacin de la tesis

    2.1.1. Opongo la siguiente objecin a laobjecin hecha por Grue-Sorensen a Poin-car (

  • NOTAS Y DISCUSIONES

    que sus premisas y su conclusin seanenunciados que puedan ser verdaderos ofalsos (o sea, enunciados susceptibles deverdad o de falsedad).

    y esta condicin necesaria de posibi-lidad de una inferencia lgica no es satis-fecha por los enunciados imperativos.

    As pues, los enunciados imperativos nopueden aparecer en inferencias lgicas nicomo premisas ni como conclusiones.

    2.2.2.2. De la imposibilidad de que losenunciados imperativos sean o premisas oconclusiones de inferencias lgicas se siguecomo principio que es imposible fundarun imperativo mediante una inferencialgica.

    2.3. Comentarios a la tesis

    2.3.1. Enunciados imperativos, imperati-vos categricos, imperativos hipotticos.

    2.3.1.1. Concepto de enunciado impe-rativo.

    Los enunciados imperativos son enun-dados en los cuajes el modo del verbo prin-cipal es el modo imperativo. He aqu seisejemplos de enunciado imperativo:Cierra la puerta, Calla, Comprtateeducadamente en la mesa, Haz tudeber, Acta de tal modo que puedasquerer que la mxima de tu accin se con-vierta en una. ley universal, (No hagasa los dems lo que no querras que lodems te hiciesen a ti.

    Estos imperativos suelen ser llamados(siguiendo la terminologa de ImmanuelKant) categricos.

    Pero el aadido del adjetivo categ-rico es superfluo en realidad. El adjetivocategrico es pleonstico: de hecho, losenunciados imperativos son todos cate-gricos en virtud de su propia formaimperativa.

    2.3.1.2. Dos criticas al concepto deimperativo hipottico (no imperatividady noanapofanticidad de los imperativos hipo-tticos).

    212

    2.3.1.2.1. Los denominados imperati-vos hipotticos de la forma: Si quieresobtener esto y esto otro debes hacer asy as no son en realidad unos imperativos:son normalsimos enunciados hipotticosindicativos, que constan de prtasis y ap-dosis, y que simplemente describen cmose debe uno comportar para conseguir undeterminado fin, una determinada fina-lidad.

    2.3.1.2.2. Al contrario que los impe-rativos categricos, los imperativos hipo-tticos pueden ser verdaderos o falsos:pueden ser verdaderos o falsos porquepuede ser verdadero (justo) o falso (cqui-vacado) que se consiga la finalidad desea-da si se comporta uno como dice la ap-dosis ( no tendra sentido.

    2.3.2. Enunciado imperativo vs. enun-ciado en trminos de debe!'; descripcinde un mandato o de una exigencia vs. expre-sin de un mandato o de una exigencia.

    2.3.2.1. Por el contrario, un enuncadoen trminos de debe se suele considerarcomo si fuese un enunciado imperativo.Por ejemplo, cuando se dice: Debescerrar la puerta.

    Pero este aparente enunciado impera-tivo es, en realidad, un enunciado indica-tivo, un enunciado indicativo que (aproxi-

    ISEGORN2D (1999)

  • NOTAS Y DISCUSIONES

    mativamente) significa: Se te hace la exi-gencia de cerrar la puerta, O tambin:Ests en la situacin de deber cerrar lapuerta,

    2.3.2.2. Enunciados como Se te hacela exigencia de cerrar la puerta o Estsen la situacin de deber cerrar la puertano expresan un mandato, sino que sola-mente narran o describen que est pre-sente un mandato o una exigencia dirigidosa la persona a la que se habla.

    2.3.2.2.1. Todo esto se ve clarsima-mente cuando el sujeto se pone en tercerapersona (del singular o del plural: l,ellos): l debe cerrar la puerta, Ellosdeben cerrar la puerta.

    Estos enunciados (con el sujeto en ter-cera persona) en trminos de debe pue-den ser verdaderos o falsos, segn est ono presente la exigencia.

    2.3.2.2.2. Lo que vale para los enun-ciados en trminos de debe con el sujetoen tercera persona (

  • NOTAS Y DISCUSIONES

    representatva que media entre un cnun-ciado indicativo y el argumento que elenunciado indicativo describe.

    Por ello, enunciados imperativos de estetipo no pueden entrar como trminos,como miembros en inferencias lgicas: nopueden ni ser fundados lgicamente, ni serusados para dar fundaciones lgicas.

    2.3.3.3. Por ]0 que se refiere al tercerode los tres tipos de enunciado, el de losenunciados ambiguos, la respuesta a lacuestin de si son posibles trminos deinferencias lgicas (o sea, la respuesta ala cuestin de su utilizabilidad lgica)depende de cmo se entiendan los enun-ciados ambiguos:

    ii.i) si se entienden como enunciadosimperativos, no pueden entrar en inferen-cias lgicas;

    iii.ii) si, por el contrario, se entiendencomo enunciados indicativos, naturalmen-te que pueden ser empicados como pre-misas y como conclusiones.

    Pero, en todo caso, es necesario teneren cuenta el modo en el que estos enun-ciados ambiguos se entienden. No es posi-ble usar primero estos enunciados comopremisas indicativas y despus entendercomo imperativa la conclusin que seextrae de ellos.

    Por ejemplo, ste sera el error que secometera si de Jos enunciados Todo serhumano debe hacer su deber y ste estu deber se extrayese la conclusin Porconsiguiente, debes hacer esto, para des-pus entender la conclusin (

  • NOTAS Y DISCUSIONES

    una especie de lgic-a de algn otro gnero(concretamente, una especie de sintaxisde los mperatlvos) es otra cuestin que

    no discuto en este contexto, ya que esetipo de lgica no lo toma en consideracinni H. Poincar ni K. Grue-Sorensen,

    NOTAS

    I Jergen Jergenscn, Imperativer og Logik, Theo-ria, nm. 4 (1938),pp. 183-190.

    , Alf Ross, Imperativos and Logic , Theoria,nm. 7 (1941), pp, 53-71.

    , Cfr. Amedeo G. Cont, Filosofa de la validezdentca: una ecuacin de tres incgnitas", Theoria,nm. 24, traduccin castellana de Carlos AlarcnCabrera y Fernando H. Llano Alonso, San Sebastin,1995, pp, 17-43.

    AJf Ross, Imperatives and Logic, cit.5 bid. Jergcn Jergcnscn, Impcrativcs and Logc,

    Erkenntnis; nm. 7 (1937-1938), pp, 21\8-296.7 Richard M. Hare, The Languageof Morals, Lon-

    don, University Press, 1952.s La posibilidad de reconstruir una lgica de las

    aserciones sobre la satisfaccin de normas en base auna lgica de descripciones de normas no presuponela identidad de ambaslgicas. Como apunta LorenzoPea, las reglas de la lgica del cumplimiento de lasnormas (en sus propias palabras, la lgica de losestados de cosas en que consiste el cumplimiento oincumplimiento de las normas) no son las mismasque las reglas de la lgica del contenido de las nor-mas. No analizar aqu las importantes consecuenciasmetatcas de esta distincin.

    q Alf Ross, Imperativos and Logic, cit.10 bid.

    18EGORA/20 (1999)

    11 Alf Ross, Directives and Norms, London, Rout-ledge & Kegan Paul, 1968 (traduccin castellana deJos Hierro Snchez-Pescador, Logica de las normas,Madrid, Tecnos, 1971).

    " Hans Kelsen, Recht und Logik, Forum, nm. 12(1%5), pp. 421-425 Y 495-500 (traduccin castellanade Juan Carlos Gardella, Derecho y lgica, en HansKclsen/Ulrich Klug, Normas juridicasy anlisislgico,Estudio preliminar de Eugenio Bulygin, Madrid, Cen-tro de Estudios Constitucionales, 1988, pp. 92-120).En sentido similar Hans Kclsen, Nochmals: Rechtund Logik, Neues Forum, nm. 14 (1967), pp. 39-40;Hans Kelsen, Aligemeine Thcorie der Normen, Wien,Manz, 1979. Cfr. Carlos Alarcn Cabrera, El ltimoKelsen ante el dilema de Jergensen, en Carlos Alar-en Cabrera, Normas y paradojas, Madrid, Tecnos,pp. 87-114_

    11 Amedeo G. Cante, Deontica aristotelica, Rivis-la intcmazionale di filosofia del diritto, nm. 69 (1992),pp. 178-252 (vansc pp. 227-234}. Cfr. Amedeo G. Can-te, Aspctti dclla semntica del linguaggio deontko,en Giuliano di Bernardo, Logica deontica e semantica,Bologna, II Mulino, pp. 147175.

    ,. Ingemar Hedenius, Oro rdtt och moral, Stock-holm, Tidens frlag Stockholm, 1941.

    15 Amedeo G. Cante, Deontica aristotelica, cit.,pp. 228-234.

    215