Junot Diaz
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Violencia y transnacionalidad en la obra de Junot Díaz.
Profesora Roxana Azcurra UNC
Esta ponencia intenta abordar la función de la violencia en la obra de Junot Díaz,
escritor de origen dominicano residente en Estados Unidos, un Do Yo (Dominican York
como él se autodefine) quien obtuvo el Premio Pulitzer 2008 por la novela La
maravillosa vida breve de Oscar Wao( 2007). Considerado por la crítica norteamericana
“a latin@ writer”1 dentro de la US Literature/American Studies, e incluido en Bogotá 39
entre los jóvenes y emergentes escritores latinoamericanos, Junot escribe en un inglés
marcado por el cambio de código al español.
Tomo como marco de referencia La isla que se repite: para una reinterpretación de la
cultura caribeña de Antonio Benítez Rojo por su vínculo implícito con el pensamiento
junotiano acerca de la economía de la plantación en el Caribe, suceso relacionado con la
extinción de la población precolombina y la trata de negros. A este último tema y su
consecuencia, el racismo, se dedica Lancelot Cowie en “Cocolos, emigración y
narrativa dominicana”2, texto que analiza el pensamiento isleño en torno a la población
de color que llegaba a trabajr a RD y que está plasmado en su literatura. Omaris Zamora
en “El tíguere sin cola: la emasculación de una dominicanidad transnacional” elabora
consideraciones acerca del machismo, la identidad que este aporta y su trascendencia
más allá de las fronteras, en un intento de delimitar los polos posibles de la
masculinidad y el estigma de no responder al ideal latino.
1 De Maeseneeer, Rita: “Los textos de Junot Díaz presentan una suerte de indefinición que desafía muchas
clasificaciones de índole geográfica, lingüística y cultural que suelen ser los pilares de las literaturas
(supra)nacionales. » (op. cit. 2014 : 1-3).
2 Cowie, Lancelot (2006) "Cocolos, emigración y narrativa dominicana: ". En: Cuadernos del CILHA. Revista del Centro Interdisciplinario de Literatura Hispanoamericana, Año 7, no. 7-8, p. 20. Consultada el 20/10/2014
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La violencia en el universo junotiano
Una lectura de la narrativa de Díaz, nos permite descubrir que violencia y experiencia
límite, funcionan como ejes estructurantes de su cosmos ficcional. Este universo
junotiano puede ser descripto mediante la metáfora de la isla despiadada, ya que en un
espacio transnacional que va de República Dominicana a Estados Unidos, entre ambas
orillas, se desarrollan vivencias extremas que colocan a los actores en situación de
víctimas o victimarios.
Distingo cuatro formas de violencia en el cosmos narrativo del autor vinculadas unas
con otras de manera concéntrica. En primer lugar me refiero al colonialismo3, semilla
cuyo escenario fueron las Antillas y que engendró la plantación4, máquina económica,
cultural y política que al crecer y dispersarse generó racismo, segundo modo de
violencia5. La violencia étnica excede lo local para instaurarse en el ámbito
transnacional, me refiero a la segregación padecida por latinos en Estados Unidos. En
tercer lugar se advierte una violencia de tipo estatal instaurada por Trujillo durante sus
más de treinta años de gobierno (1930/1961) y grabada en la conducta de los
dominicanos que, fieles al modelo, colaboraron con una política de delación, represión y
muerte. En última instancia es posible reconocer en el machismo, una forma de
3 Hugo Gutiérrez Vega retoma la diferencia estudiada por Knight entre los asentamientos de colonos y los de explotación o latifundio ( sociedad basada en amos y esclavos, con subdivisiones de raza y color).
4 Este concepto está mencionado en la “Introducción” y ampliado en “Parte I (La Sociedad)” titulado
“De la plantación a la Plantación”. En Benítez Rojo (op.cit.).
5 No olvidemos que un elevado porcentaje de la población dominicana posee sangre africana efecto del mestizaje al que dio lugar la trata de negros y que durante el trujillato fue víctima de un intento de blanqueamiento racial y cultural que segregó a muchos y terminó con el genocidio de sus vecinos haitianos. La matanza ocurrió en 1937. Díaz la cita en su novela.
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violencia social que se relaciona con los anteriores modelos de subyugación del más
débil, paradigma este último que degrada los vínculos familiares y entabla resonancias
en la vida infantil.
Todas estas facetas que presenta la violencia conforman la isla despiadada que retrata
Díaz, la que trasciende su espacio y se proyecta de modo supranacional.
Colonialismo y racismo
La experiencia colonial de Latinoamérica ha dejado profundas secuelas que se reflejan
en nuestra literatura, sea esta mimética o antimimética, ya que la máquina colonial
diseñada en Europa y evocada por Benítez Rojo (1989), portaba en su matriz un germen
que institucionalizó el esclavismo y diezmó a la población de caribes y taínos6.
En su novela La maravillosa vida breve de Oscar Wao (2007), que podemos integrar
por temática al ciclo de novelas del dictador, se relatan las duras experiencias vitales de
tres generaciones de una familia dominicana víctima del Fukú7. Esta maldición persigue
no sólo a cada integrante de la familia de Oscar, el protagonista de la saga, sino que se
propaga a cada antillano y cada latino.
Dicen que primero vino de África, en los gritos de los esclavos; que fue la perdición de los taínos, apenas un susurro mientras un mundo se extinguía y otro despuntaba; que fue un demonio que irrumpió en la Creación a través del portal de pesadillas que se abrió en las Antillas. Fukú americanus, mejor conocido como fukú —en términos generales, una maldición o condena de algún tipo: en particular, la Maldición y Condena del Nuevo Mundo. También denominado el fukú del Almirante, porque El Almirante fue su partero principal […].Pronunciar
6 Cito a Benítez Rojo en su introducción: “El Atlántico es hoy el Atlántico (con todos sus puertos-ciudades) porque alguna vez fue producto de la cópula de Europa- ese insaciable toro solar- con el archipiélago Caribe; el Atlántico es hoy el Atlántico (el espacio del capitalismo) porque Europa, en su laboratorio mercantilista, concibió el proyecto de inseminar la matriz caribeña con la sangre de África[…]” (vi/vii).
7 Término al que se le atribuyen diversos orígenes (probablemente de etimología africana, esta voz también resulta de la contracción del “fuck you” americano).
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su nombre en voz alta u oírlo es invitar a la calamidad, a que caiga sobre la cabeza de uno o varios de los suyos.8
Las resonancias entre los textos de Benítez Rojo y Junot Díaz se hace evidente por la
vinculación que ambos entablan con la causa primigenia de los males del Caribe: la
colonización. De manera que ambos iluminan el germen violento con que nace la
América post-colombina. Como consecuencia de ello, se advierte el racismo, segunda
forma de violencia en la narrativa de Díaz. Para Lancelot Cowie (2006), las obras
dominicanas son en gran medida espejo del racismo, el rechazo cultural y la
explotación. El término “mulato” se asemeja al de “cocolo” recuperado por Cowie, en
su resonancia peyorativa y en el intento describir esta condición híbrida y marginal.
Mulato de cabellos rojos, debido a su color, su obesidad, su condición de nerd y latino
en Nueva Jersey, Óscar es discriminado por los que creía hasta ese día sus amigos.
Asimismo Belicia Cabral, madre de Oscar, ha sido expuesta al racismo en una
distinguida escuela de la isla durante su juventud, en pleno trujillato. Víctima de la
exclusión y el maltrato, sus actitudes violentas son justificadas por el narrador, un
dominicano de la diáspora cuyo discurso desenfadado legitima a la madre del
protagonista.
Plantar a esa negrita medio campesina en una escuela exclusiva en que la mayoría de los estu-diantes eran los hijos blanquitos de los más grandes ladronazos del régimen resultó ser mejor idea en teoría que en la práctica. Hija de un médico brillante o no, Beli no pegaba nada en El Redentor. Dada la delicadeza de la situación, otra chica habría ajustado la polaridad de su imagen para integrarse, habría mantenido la cabeza baja y habría sobrevivido haciendo caso omiso de las mil y una puyas que le dirigían cada día tanto los estudiantes como los maestros. Pero Beli no. Aunque hubiera sido incapaz de admitirlo (ni siquiera a sí misma), en El Redentor se sentía por completo expuesta, con todos esos ojos pálidos royendo su piel oscura como una plaga de langostas; no sabía cómo manejar esa vulnerabilidad. Así que hizo lo que siempre la había salvado. Reaccionó de forma desmedida, se tornó defensiva y agresiva. 9
8 Díaz, Junot. La maravillosa vida breve de Oscar Wao. México, Mondadori, 2008:13. Traducción: Achy Obejas.9 Díaz, Junot. (op. cit,: 84).
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Belicia huye, de Trujillo, de su historia personal y de su color, pero no hay manera de
huir de la maldición. En Estados Unidos ésta persigue a la diáspora latina, un gueto
cuya desventaja vital se advierte como experiencia límite en los relatos de Así es como
la pierdes. Junot se vale de la intratextualidad y la autoficción para presentarnos al
mismo narrador de la novela, Yunior, quien se centra en la realidad de los latinos al otro
lado del Atlántico. “Otra vida, otra vez” desenmascara el fukú americanus, el que debió
ser el “sueño americano”, esta vez a través de la voz femenina.
Tres noches a la semana vamos a ver casas. Están en malísimas condiciones; son casas para fantasmas y cucarachas y para nosotros, los hispanos. Aún así, hay poca gente dispuesta a vendérnoslas. En persona nos tratan bien pero al final nunca nos llaman, y la próxima vez que Ramón pasa por cualquiera de las casas, ya hay otra gente viviendo allí, casi siempre blanquitos […].10
Violencia de estado y machismo
Colonialismo y racismo engendran otra forma de violencia que distingo de las
anteriores: me refiero a la violencia de estado. En la novela, Yunior expone con notas a
pie de página y espíritu de crónica, su teoría sobre el trujillato. Con ella intenta explicar
la diáspora dominicana, el machismo, la discriminación y otros males de la isla, temas
ya tratados desde una perspectiva infantil en Los boys (1996). Mediante lo carnavalesco,
el narrador deslegitima la figura del dictador, causa de abusos y muertes en RD. Trujillo
da origen a una serie de páginas “En Blanco” en la novela: la historia sobre el horror
aún no escrita.
Para aquellos a quienes les faltan los dos segundos obligatorios de historia dominicana: Trujillo, uno de los dictadores más importantes del siglo XX, gobernó la República Dominicana entre 1930 y 1961 con una brutalidad despiadada e implacable. Mulato con ojos de cerdo, sádico,
10 Díaz, Junot. Así es como la pierdes. Argentina, Mondadori, 2013:72. La obra, cuyo título original es This is how
you los her, fue traducida por Achy Obejas y conserva el cambio de código característico de la narrativa del autor.
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corpulento; se blanquaba la piel, llevaba zapatos de plataforma y le encantaban los sombreros al estilo Napoleón. Trujillo (conocido también como El Jefe, el Ladrón de Ganado Fracasado y Fuckface) llegó a controlar casi todos los aspectos de la política, la vida cultural, social y económica de la RD mediante una mezcla potente (y muy conocida) de violencia, intimidación, masacre, violación y terror.11
Yunior elige la intrahistoria de personajes anónimos y cotidianos, y desde allí conecta
con la gran historia dominicana en tres momentos: tortura del Doctor Abelard, abuelo de
Oscar, detenido ilegalmente durante la dictadura; violación y golpiza sufrida por su hija
Belicia, y muerte del propio Oscar, asesinado por unos matones del “Capitán”, auxiliar
de Balaguer, en uno de sus regresos a la isla. El narrador cierra el círculo de la
maldición familiar con la muerte del protagonista, pero deja abierta la condena a nuestro
continente.
Emulando a Trujillo, el hombre dominicano hace gala de su masculinidad. Lejos de
constituir una apología, la obra denuncia la práctica del machismo, signo identitario del
Caribe, y la concibe como una indeseable herencia de las formas de dominio instaladas
en Latinoamérica. La sexualidad de este hombre se idealiza por medio de la imagen del
“tíguere”. Omaris Zamora (2011) advierte que “El género y la sexualidad son elementos
centrales en novelas dominicanas de la diáspora que intentan definir la masculinidad
dominicana.”12. “Fiesta”, segundo cuento de Los boys, se centra en la mirada infantil,
perspectiva desde la cual un Yunior aún niño puede observar sin comprender el
omnímodo poder de su padre.
Pendejo o no, no me atreví a mirar. Papi era de la vieja escuela; cuando le estaba dando una pela a alguien, no quería que la víctima se distrajera. Tampoco le gustaba que le miraran
11 Díaz, Junot. La maravillosa vida breve de Oscar Wao. ( op. cit.:14).
12 Zamora, Omaris. “El tíguere sin cola: la emasculación de una dominicanidad transnacional”. University of California, Issue, N 2, 2011: 78-94. Extraído el 1 de julio de 2014 de: file:///C:/Documents%20and%20Settings/Administrador/Mis%20documentos/Downloads/Zamora_pdf-libre%20(1).pdf
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directamente a los ojos; aquello no estaba permitido. Lo mejor era clavarle la vista en el ombligo. Lo tenía perfecto e inmaculado.13
Margarita Rojas (2011), refiriéndose a la literatura del Caribe de los últimos años,
utiliza la frase “literatura en guerra”14 con la que intenta explicar los violentos sucesos
que ella refleja. Esta metafórica isla despiadada conque he intentado delimitar la obra
de Junot Díaz, atraviesa dimensiones históricas y geográficas que van del colonialismo
a la diáspora, de La Española a Estados Unidos y perfila una identidad latina, en
particular una identidad dominicana, que trasciende fronteras hacia una nueva
configuración del espacio, ligada a lo supranacional. No es casual el calificativo de “
chico terrible de la literatura estadounidense”15 con que editoriales norteamericanas
difunden la obra de nuestro autor.
Corpus
13 Díaz, Junot. Los boys. Argentina, Mondadori, 2009: 30/31. Traducción: Eduardo Lago.
14 Rojas, Margarita. “Literatura en guerra: la narrativa contemporánea en Centroamérica”.Letras , N 49,
2011: 50.
15 Eduardo Lago lo revela El País. 3 de Abril de 2013. Versión online
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Díaz, Junot. La maravillosa vida breve de Oscar Wao. México, Mondadori, 2008.
Díaz, Junot. Los boys. Argentina, Mondadori, 2009.
Díaz, Junot. Así es como la pierdes. Argentina, Mondadori, 2013.
Bibliografía
Aínsa, Fernando. Identiad cultural de Iberoamérica en su narrativa, Madrid, Gredos,
1986: 23.
Benítez Rojo, Antonio « Introducción » a La isla que se repita : para una
reinterpretación de la cultura caribeña. Hanover, Ediciones del Norte, 1989.
Cowie, Lancelot (2006) "Cocolos, emigración y narrativa dominicana: ". En: Cuadernos
del CILHA. Revista del Centro Interdisciplinario de Literatura Hispanoamericana, Año
7, no. 7-8, .Consultada el 20/10/2014.
De Maeseneer, Rita. “Junot Díaz, ¿escritor latinoamericanao?”. Inédito.
Rojas, Margarita. “Literatura en guerra: la narrativa contemporánea en
Centroamérica”.Letras , N 49, 2011.
Zamora, Omaris. “El tíguere sin cola: la emasculación de una dominicanidad
transnacional”. University of California, Issue, N 2, 2011: 78-94. Extraído el 1 de julio
de 2014 de:
file:///C:/Documents%20and%20Settings/Administrador/Mis%20documentos/
Downloads/Zamora_pdf-libre%20(1).pdf
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