La Arquitectura Naval Española 1914.pdf

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    LA ARQUITE~ NAVAL .ESPASO

    (EN MAQERA) BOSQUEJO DE SUS CONDICIONES

    Y RASGOS DE SU EVOLUCIN POR

    GERVASIO DE ARTl~A.NO Y DE GALDCANO

    CA.TEDR.TICO DE LA ESCUlLA CE.H11l.AI.. O& ING&HIE.ROS INOU$TIUAI..I.S DIPUTADO A CORT~S

    coNFERENCW> ORGANIZADAS POR EL INSTITUTO DE INGENIEROS CIVILES DE ESPAA

    EN EL ATENEO DE MADRID MAYO DE 1914

    EDITADA EN MADRID POR EL AUTOR ARO DI NUESTRA SALUD, IICIIXX

  • De esta obra se han impreso 15 ejemplares en papel de las Manufacturas Imperiales del Japn, numerados de 1 a 15. La numeracin siguiente co-rresponde a los ejemplares de papel de hilo.

    Ejemplar n." 514 Cf / . '

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    que el vale:- y el arrojo; y, por fin, frente a ello, el que siento y palpo la posibilidad de que con personal tan so bracio de aptitudes y deseos cuan falto en su conjunto de sana orientacin y de ejercicio, y con los medios de que el pas dispone, sabia y enrgicamente utilizados y orga-nizados, y sobre todo descubriendo y revivificando sus naturales races, nicas que pueden inyectarle savia y darle verdadera vida, que es la natural que brota de la del pas, y enlazndola ntimamente con ellas, brille de nuevo cual debe y se merece la Marina espaola.

    Contribuyeron a decidirme: el valor arqueolgico de los materiales; la novedad de su compilacin; y, en es-pecial, una ntima ansia de iniciar con mi libro el re-cuerdo, si no la resurreccin, de aciertos bibliogrficos cuales los de la antigua imprenta espaola, impregnando de arte, quizs por vez primera, una materia tcnica, do-cumental y erudita. La cooperacin de mi hermano y comprofesor D. Pedro Miguel, ha sido para m inva!ua-ble en los de fondo como en estos aspectos; y en el ti-pogrfico, la insustituible y entusiasta de nuestro impre-sor y amigo D. Vctor Oliva (ayudado de su hermano D. Demetrio ), de la talla de los Sancha y de los !barra.

    Forma y fondo de la materia se amoldan a las confe-rencias; nicamente, confrmase con notas y apndices, compltase su texto, y la ilustracin se ha ampliado.

    Propia historia que se medite, y en que se escudrie la entraa y relaciones de los hechos, es madre fecunda en enseanzas. Sin embargo, poco me esforzar en dogma-

    a cada paso y aun en los ltimos rincones brotan

    espontne:-.s las moralejas; mas la categora de lectores a que se destina esu~ Ebro, hara ridcula en m la pretensin de recogerlas todas yo y de presentrselas.

    Rebusqu tras del secreto de la solidez, entre los slidos cimientos, y desnud la falacia en contrucciones a veces aparatosas, pero sin firmeza, de nuestra accin martima. Ni barcos, ni material, ni personal, ni la organizacin mis-ma, hacen la potencia naval. Son fachadas de yeso. Muy otras son sus aguas madres. En las pginas que siguen doy, en esencia, mis hallazgos en el campo inagotable de nues tra rica historia. Fcil ser escoger y desechar. En las ra-zas, injrtese sobre sus viejas sanas races; nada tan na-tural. tan inconmovible, nada tan maravillosamente fruct-fero como lo as implantado. Lo tradicional es fuerte, tal vez nica base; es garanta de arraigo; es, en todo caso, esencial preparacin para asentar con fcil enrgica fir-meza nuestro futuro.

    Zarrin- barry ( r0zco) y Septiembre de 1916.

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    La Arquitectura Naval Espaola

    PRI ERA ETAP

    y Progresos rnedioevales

    ca Casa de ustria

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    los ramos de que puede enorgullecerse la historia patria (por cierto sin que en nosotros, indiferentes, perezosos, inertes, resignados con la insignifican ca, -cualidades d"e ra,;a degenerada, en descomposicin, - despierte mas que un orgullo desmedido de lo que fuimos, o un alzar de hombros hastiado y despreciativo) se suma, acrecentando su inters, a los motivos peculiares que hacen de la construccin naval, ligada a todos y compendio de los ms fecundos elementos virules d~ cada pas, uno de lo ms importantes y ele vados patrones con que se miden la cultura, la prosperidad de una nacin, su rango internacional y cultural; motivos que, por harto conocidos y casi triviales, prescindo de enumerar aqui.

    Dejo de lado la faceta ms reluciente que tiene la cuestin : la actualidad; como base de orientacin que es, inapreciable y segura para nuestra poltica naval, el recordar lo que fu,;, por qu fu, y cmo fu nuestra industria cons tructiva :ya que, si bien es derto que as mirada presta momentneo atractivo y hasta es uno de los mvilY a la verdad, frutos ms valiosos, no los ofrece, ni puede ofrecerlos, en nuestro asunto, el pasado de nacin alguna; no excluyo a la que hoy rige los mares. Breves recuerdos nos lo dirn.

    Tres veces encontramos en la historia del mundo luchas martimas que han sido momentos decisivos para la marcha de la civilizacin. Salamina salva la cultura grieg~ rl":! peligro persa; se c.r:a c1l At;co ei imperio romano; detiene D. Juan de Austria en Lepanto el avance arrollador de las hordas turcas; y me atrevera yo a complctr este grandioso grupo, agregndole otra empresa blica naval de que naci una nueva y hasta hoy dominan te inclinacin en el imperio colonial y en la balanza poltica de Europa : la "Invencible>. En dos de estas acciones suena el nombre de Espaa. Cuatro razas desfilan as ante nosotros, aspirantes al dominio del mundo, y que ven

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    en el mar d :shechos sus arrestos. En la ltima, es Espaa la que siente des vanecerse ensueo! rjc. ::>Odcro universal que un da acariciara, y ve pasar el cetro de las aguas a manos rivales.

    Nuestras glorias martimas puramente culturales, no son menos importantes que las polticas, para el desenvolvimiento de la civilizacin : no se limit a Coln, Balboa, Magallanes y Elcano, rodeados de la plyade ilustre y sin igual de nuestros descubridores, la cifra de los que colocan a altura inac cesible el pendn castellano, convirtindolo en punto de mira y en guia de la cultura universal; yo encuentro tambin gloria, iniciativa y labor incom parables, en hechos mucho menos ruidosos, hasta casi desconocidos o a lo menos poco apreciados: en aquel corolario de tan asombrosos sucesos, coro .. \ario grandioso en su misma sencillez. imponente en su modestia : me refiero a las mltiples instituciones nuticas y mercantiles creadas e instauradas por nosotros a raiz de los descubrimientos, cima a la vez y corona de memoran dos progresos culturales de nuestra Media Edad; pongo por caso, a aquellos cosmgrafos sevillanos; a aquella implantacin de la enseanza nautica; a aquella nues~ra antigua organizacin comercial trasatlntica, por cierto tan de;piadada y generalmente atacada por quienes, a no dudar, sin compren dcrla, aplican la medida y exigen la plenitud de la presente cultura a tiempos en que brotan los botones de las futuras !lores, y, atrevidos, tachan de ra quticas y defectuosas a nobilsimas crislidas, por faltarles los esplndidos colores y las formas definitivas de la pintada mariposa que el tiempo produjo y ya desarrollada es la que vemos ante nosotros. Algo puntualizar sobre ello ms adelante. Encrnase en tales decisivas, revolucionarias transforma ciones culturales, el nervio y el espritu, son el!as la simiente, la aurora, el nacimiento de la Edad Modema.

    Hermana gemela del podero, caracterstica politica, emblema, espejo y medida del vigor y lozana internos, brazo de la Nacin, es la Marina, a modr de flor de la exuberancia cultural, a la vez adorno, fruto y hasta ob jetivo natural de la vitalidad y energa de un pas, cual el nuestro, indiso lublemente ligado al mar, su campo de mayores glorias, manantial de su fuen:a y esplendor, la ms firme, amplia, casi nica base de su ideal! Flor y fruto!, dije. Y a la verdad, no cabria descifrar nuestra historia naval, ni la poltica, sin descubrir de antemano y enlazarlas a la planta y a las races de que brotaran: el desenvolmiento econmico, la evolucin social; he! as ah!

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  • Base de todo podero martimo, de todo desarrollo comercial, es la Cons truccin Naval. No se ha dado caso de una nacin costera poderosa, que haya pretendido influir en los destinos y en el avance de la humanidad, sin construccin navaL Los mismos romanos, pueblo tpicamente basado en sus legiones, para abatir a su rival Cartago, para acabar despus con la piratera que lleg a interrumpir su comercio y su comunicacin con las provincia>, tuvieron por dos veces que incrementar la construccin naval, y formarse po tencia martima. Cuando los holandeses, tras de nuestro decaimiento, reco-gieron el imperio del mar, su construccin naval era la ms activa y adelan tada de Europa : y conste que carecan absolutamente de toda suerte de elementos nativos para esta industria, suplindolos con su extenso comercio: i echara la llave muchos aos antes, como razonaremos, Dios mediante, al tratar de la siguiente etapa.

    Desde luego, desaparece, silllvo raros y conb ""'~""'"'"'l!'ilil! dos casos que no hacen escuela, al realizarse la

    doble transformacin, la ms trascendental que actu jams sobre la fbrica Naval: el vapor y la ejecucin en hierro. lE:.Jpaoia, no existe ms que ar quitectura naval en madera. En hierro o con vapor, a lo sumo eY.iste una cons .. truccin material, pero n una arquitectura, quiero decir, idea, proyecto, deli-neacin, estudio, ejecucin; ::.lOtn05\ o compradores o copistas, n arquitectos. De aqu el que limite el bosquejo actual a los vasos martimos de madera.

    No deja de ser providencial. y yo no lo considero fortuito, cierto para lelismo que corre entre el hierro espaol y los barcos espaoles;' correlacin que cabria seguir a travs de la historia. Famoso era, es bien sabido, nues-tro hierro en la antigedad; mas, a lo que parece, no le ceden nuestras naves: nos dice Csar, en su De bello gallico, que envi desde Flandes a Espaa por materiales para labrar naves; y el poeta Sicionio tiene a las naos por 'cosecha de Espaa. Muestra elocuente de nuestro tradicional espritu marino, son las reliquias que de la Edad Antigua, en particular de poca romana, se conservan; he escogido dos, entre dias, interesantsimasj que rev produzco al lado de notables monedas espaolas con vasos martimos, que constituan, como se desprende, la caracterstica de algunas clebres ciuda des peninsulares.

    Mas, no es mi propsito seguir desde tan lejanos dias nuestra industria naval. Rr cordemos simpl~mente, en una rapidsima ojeada, algunos rasgos evolutivos de nuestra marina durante la Edad Media, para qnc nos sirvan de introduccin en el camino que vamos a seguir.

    ( 1 ) Son el uno y loi otro (~>icmprc en l; proporcio y tala cscJ; de ~u, poc.i!.) e.roblema!O dd c.clado dd p;.s.. Y lo m.U turioso en nuutro caw ez IZl iodcpendeoci.n entre ~mbo; elementos en el periodo o, que me rdicro: intimamcnte cnlaz~do~ hoy diao, d paralclir.mo no es tan chocauh:.

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    E11~ay.;o do r~~OIi!u, con 50,000 combatientes, pro que subsidio prdatus rcx, Fran cie rcx, mcmore Ice: ltem que nulla pen.ona c10tranya que no ~>iC"nyor Rey no gos bo~c.ar nc: tallar oe trcY nc fcr trer fu~ta rle rourc o de olzin.1 dd~ tcrrcs. de! 1\cnyor Rey. E qui cootr !.ara, que la fusti :.ia confiscada al scnyor Rey o pague per pcn01. mil $OU~. No :>e llega, como :oc ve, a l.u abs.urda.'!i dizposicioncs de la Ordcn

  • Uxer dd Atlru~ cataLn de 1375."'

    ques barceloneo~s con preferencia a los extranjeros : segn dije, abarcan a poco todas las costas del Mediterrneo; extindense ms adelante a las Ca narias, a los emporios comerciales y manufactureros flamencos, y hasta se aventuran a traer de Inglaterra, para elaborarlas, sus ricas lanas. El apogeo mercantil coincide naturalmente con el podero martimo de Aragn, y en los siglos X l V y X V casi oscurece a las prepotentes ciudades italianas; enlace natural de Marina y Armada, reforzado all por aquellos tiempos, con valerse de buques armados la navogacin de comercio, y con servir stos para guerra

    ( ~) Ta>:ativmnemte lo llama u.xer e! Atlas.. No coincide su figura con la descripcin que lu~o se dar de los barco: asi designados. Tal vez sea esto una comprobacin muita. espaol Juan Audr& en d tomo 3." de su Historia del/' origine e progr. d'ogn; letteraturu, al po ncrle a dirigir la famos-a Academin nutica crcnda en Sag-rc: en 1413 por d infante de Portugal don Enricuc. No ez probable: van mucho~> ao;,. Jaime es nombre vulgarbimo en Ma!~orca.

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    Barco de pcgc:dor~ dd Athu c.tal.iu de 1375.

    (") E.ste tipo de embarcacin e::o representado in:.!! veces., en mares distinto:.; d qut: repro duzco (y que he; prdcrido por la curio$ig.) dice que &e ieio11 en ti : M~cid [Matas] de Vilode$/es me- fecit in anno [JSic} MCCCCXllf. De acui ~>e obtitnc tlllmbi~n la fecha de 1375, tomando rru espaola, en vez de ar"w vulgar. SU fundador. muerto en 1410; ubite, sin embargo, una duda: la fcch;n dd viaje deJ~ime Ferrcr; debe interpn:tan.e como ao o corno r:ro? Cue:;tin curio:,.; o o o!videmo1 cue en 13 8 3 k cambi la E.ra.

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  • ya que antes del uso del can, los bastimentas de guerra y mercanca ... hacan promiscuamente los dos servicios. 1

    Comparse la marina catalana con la genovesa en las pocas de mayor florecimiento de sta, cuando Pedro Bizaro contaba en Gnova 670 naves del comn, sin incluir las de los particulares, y cuenta Montaner en su Cr nica que, al prepararse en 1281 la invasin de Sicilia, era

  • Senyor Rep, 1 no se mencione para nada en sus 34 captulos el trance de tener que capitular, ni ~e hable de rendirse en ningn caso;' Orde nanzas que tienen su pareja en el no me nos curioso Real Edicto del mismo aiio, sobre las reglas y precauciones con que deban navegar en tiempo de guerra las embarcaciones mercantes."

    La prosperidad econmica, el desa rrollo manufacture ro, corran parejas

    Popa de la galera Snn\jofdi~, de la Diputt~.cin de Barcelona.~ con el florecimiento naval.' Con el siglo XV decae el comercio, y por ende la construccin naval en Catalua; siendo los ltimos aprestos militares de que na y noticia: la ar macla en que fueron a Npoles el Rey Catlico y Doa Germana, en l 506, bajo las rdenes de D. Pedro de Cardona, en cuyo sepulcro figuran las na ves de su tiempo; y una escuadra catalana de nueve galeras y una nave, de que se hace mencin en 1515, y que bajo D. Luis de Requesens opera en

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  • barcelonesas. En el siglo XV!!l se fabrican en San Feliu de Guixols algunos Navos para la Armada. Los vestigios y la tradicin, si bien en escala (para hoy) insignificante, perduran hasta nuestros das.'

    La conquista del Oriente dd Mediterrneo por los turcos, que lo cierran, y matan el comercio levantino, el ms intenso y rico de la Media Edad, junto con el paso a la India por el Cabo, y con el descubrimiento de Am rica, trasladan al Occidente de Europa el centro de gravedad del comercio del mundo, obscureciendo a Venecia, Gnova y Barcelona, dando ~n cambio nuevo esplendor a Lisboa, Sevilla y Amberes, a Amsterdam ms tarde ... Entra la Edad Moderna.

    V isla del puerto de Barcdonc.."'

    (1) VaY.e, entre otran, In Memofi de A. Wohlgcmut: Ancnol civil de /Jarcdona, 1886. (mlro$ y oficic Mi doj rrandcli ga !craz. con \~.\ '.uc, a pc!.ar de lo poco otdccuada$ ~ue eran para . logr su objeto. ( Hhtoria Compo::-ielcma, lib. 1, cap. cw; lib. u, cap. XXI y uotv; lib. m, cap. uvu1.)

    {'!} Chrnica dclJHmclo rey don Funmdo tercero. (Edicin de Mcdina del Campo, 1566, C-1 pitu!o )(Liij, fol. xx11 vuelto.)

    ( ) A lo~ apelllda Sala!O en !\U /t.1cJrina E5pno/a dt' la Edad Mt:"dia. (Pg. 509. - Por cierto e u e e

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    y vla florecer impulsada por el mismo San F emando' y por Alonso el Sabio, quien en Sevilla, cuya conquista' fu para Castilla tanto o ms que lo que las Cruzadas para el desenvolvimiento del comercio, de la cultura y de las cos lumbres del resto de Europa,' instala las A tarazanas,' aspecto militar que completa a aquel emporio comercial, para as crear la Armada permanen-

    ( 1} En d Fuero de Sevilla (15 de Junio de la E.ra MCCLXXXVIII- ao 1250), en que no :MSio da a la gente de mar .:! por merced que les facemos., que ayan !iU Alcalde que les juzgue, toda cosa de Mar ... e si alguno non st: pagare del jub:io de este Alcalde, que el Alcalde cate sci& Omc~ bo-nos, que sean s.abidores del Fuero d~ la Mar, que lo acuerden con ellos ..... , concedindoles 0\dem$ 'lluda ante d rey, 11ino que se les facilita cuan\o necesiten par;1 lSU industria: xemetp~; y lo que es ms:"''/ damosvos, Honra de CauaiJeros.,segUn Fuero de Toledo". (Orti:t de Zniga: Anales de Sevilla, pg. 24.)

    ( :l) Se conservan en Sevilla llave$ sobre la.a que s~ ha fantaseado mucho, po:::ro que parecen provenir, si no de la rendicin de l21 plaza, cual se ba prelc:ndiclo, a !o menos del tiempo del rey Sabio. Ziga en sus Anales las repro duce, conforme se V~! en la figura; en el Museo e$p01iol de anligeda~ de!i (lomo u, L!O'fJes de ciuclad~:) y fortalczal) vuelven a describirse por e:dent.o y se prc&tntn un txcclcntc dibujo. Como d a:moto era de tanto intcr$, he pedido impromptas a Sevilla. Mi eminente ami16_o el Excmo. Sr. D. Jos Gestoso me advirti que la llave en cuestin slo l ~ presentaba insignificantes ve~tigios de dibujo!.; la& iwprompl.as no 1 \::: 1 dejan lug;:r a duda. El cmo en d c::udio public.aJo en d Mu~eo hap ysn poC:.ido reproducirse y describirse aquella::~ notable!'. {son mucho . ms detalladall y perfectas que las del grabado de !01 edicin prncipe de lo:> Anales, que e~ d que yo reproduzco) !iguras de barco:>, que en el original no pueden adivinarse, me resulta. incJo:p!icnble.

    (3) Sevilla justifica el que el Rey Sabio redack su Quinta Purtida; lo!I privilegios excepcio-nales concedidos a los genoveses ya desde d repnrto de In ciudad y otorgamiento dd Fut:ro, ex tendidot ms tarde a. otros mcrcu.dcres, y las mltiples atenciones que mcrccit:ron desde t:n\onccs lo~ Reyes los asuntO$ dd mar y del comercio, y tanto o ms que esto, el observar de~dc aquel tiempo ta cx.tensin y aprecio que vuo adquiriendo en Castilla las profesiones mcrcantilc~. hasta aquel entonces por s;Q mayor parle (!>alvo en la CO$t& cntabra) regin de Burgos) t:n mano~ de ju dios y moriscos, mcnosprccad&s por d pueblo y tenidas por mencslcr villano, y a las cuales, - a los del barrio de Francos., que eran \o$ mercndcrts,- en oposicin a la ley x:xv, titulo xxt, fJarti da 2.~ (pcrdc el rango de caballero o si vsa.ssc publcamcnic el mismo de mc:rcaduria .. ,) se con cede tambin que nyan honra de Caballerol segun Fuero de Toledo, son pruebas decisivas dd inmcnlio decto que en Castilla produjo uo slo la riqucra de !a capital mercantil de los moros, sino el horizonte abierto con la salida a un nuevo mar, centro US gran dio!.ail secuela$ politicru., :wciale,; y econmicas.

    (~) f.n ente !aito 1252] di principio la gran lUbrica de l

  • frecuenciil ostentaban barcos de remos, y el sello de las Atarazanas de Bar-celona, fiel a la tradicin levantina, muestra las galeras cobijadas bajo sus bvedas.' No otra cosa nos dice la Crnica de D. Pedro de Castilla, poca de reflorecimiento de la marina castellana : quedronse las galeras en Sevi-lla, . Por cierto (y es dato aclaratorio de este desarrollo constructivo na-val) que en las cuestiones martimas procedan y se comportaban las de an-tiguo comerciales provincias del Norte, con absoluta independencia de la Nacin,' llegando a concertar convenios y tratados de paz con otras comar-cas extranjeras, y con los mismos Reyes de Inglaterra, y emprendiendo por su propia cuenta' guerras de inters privado o regional, sin caracter nacional, en la mayor parte de los casos; condiciones de i~dependencia, extraordina-riamente influyentes sobre la marcha de la Marina castellana, y que explican

    ( l) Como se compn:ndc, ni una ni otra regin con cxclusividild. RccuCrdcsc, por ejemplo, el contrato efectuado con genoveses a principios del siglo XII, por D. Diego Gclmircz, para la construc-cin de la.s antes citadas dos GaHeas o galeras 4 bircmes (f!istoriq Compo:>lelano, Lib. 3). Bonifaz lleva en su armada 6 gulcr as {abri~das en Cantabria. Lo general era acudir a los pucr tos. cntabros, incluso, a veces, para galeras, como aparece de muchos otros casos (p. e. Crnica dt D. Pero Nio), 1\Un adelantado$ y los tiempo$ ; a5, a 7 de Diciembre de 1429, ordenn D. Ju;r \! que se c.bcdezca e perdi loO,,. 1 .. [Armada] de Cc.t.i!la: aobrc Algezira., en que muriendo, y cucdamdo dutruiclos !o.!i Comitre!., en lo siguiente fui: pr~::ciso, que loll Rcye!S n propias exp~na11, :.in z.entol!> fabric~Jr sen, y mantuuic!i:ten lid::l.d, ugregar que t:u d contuto a que :~c.ubo de rderl"me, !e e&lipula que In.'! pre~>M que iC hag~n ,;e repartirn a media'} entre el Rey y los Cmitres; de interi:s e:a:tr,;wrdinLJ rio para nuestra hi:otoria wci.nl en laS! vicizitude.10 dd gremio d~ Cmitres y ;crvidore!l de .,!1 At~ nu:.auas, que sigue con pn::nog:ivu.t y Privih:gioti, y ha:~ta con ()buws, de que se ocupan repetidas, VeCe$ l,u Cortes, dwrnte todo1 1~ E.d

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    galeras genovesas, seis mil doblas al mes de sueldo;' y con gradual aumento de alquileres, sguese idntico procedimiento en los reinados siguientes. As Alfonso Xl, que e'> sus guerras con Marruecos ve deshecha su armada, acu-de en 1339 a los genoveses, con los que contrata quince galeras, al mando de D. E.gediol, hermano del Duque, pagando por cada una ochocientos flo-rines de oro, y d bizcocho, amn de mil qlxinientos florines al Almirante y su galera.' D. Pedro el Cruel en 1356 pag a mil doblas al mes cada galera genovesa; precio que duplica d abonado por D. Sancho.

    Hay que advertir que en 1342, segn datos recogidos por Capmany, se calculaba en 1666 libras barcelonesas el sostenimiento de una galera por todo el ao. El negocio de alquileres resultaba, por tanto, esplndido. (Dos siglos y medio ms tarde costaba 15,000; casi diez veces ms.)

    Y ahora, un par de datos sobre el coste de la galera; los escoger de tiempos concordantes con las citas anteriores.

    E.n 1356, dice Capmany que una galera sutil, completamente aparejada y pertrechada, se apreciaba en mil ciento y cincuenta libras barcelonesas.

    ( 1) e demas di!e Santa Maria dd Puerto por heredad~ a cambio de que siempre tuv;::ra una galc:a armada {Cap. 1."). Era aquel d precio corriente, que pronto sube. (Confrntese con lu~ documentV& que citC al hablar de la marina catalana.) Algunos dato nos lo caofirmMn. E.u el tratado que en 1309 ajunt d Rey de Fez., Aburrab, con D. Jaime de AragOn, ofreci darle por e ca~cun& ga.lca con todo su cumplimiento e rmad~:~ para quatro mese~>, do~ mil doblas.-hc.m, pa !llndOl> .qucr;tos quatro me~cs primero, dar mil dobb~!l por galea de quatro en quntro meses mico trc mcnca~cr la aunI o. Al mismo precio alquilf4 galeras catalu1uo~ el Rey de Bugia. U lid Abu;u-gri pero en 1323, Abulbaka, rey de TU:ncz y de Bujla, ajust en trc: mil dobhu cada galera armada y equipda por cuatro me&c:a. Y sigue aubiendo el alquiler: en 1356, d rey Junn de Francia pay;n mil florinez de oro mensuales y d bizcocho necc.ario por cada gl'.llera de las 15 con que le auxi\iUS mandaderos al Duque ct al comun dr Genor;: et envlcs decir, que avi;l mene:> ter su ayuda et su ~ervcio, ct 9ue qucrn avcr Almiraute que fuer.c de aquellm dubcl&t: el que ler. rogabj! que le veniescn ayudar nqudla 'uerra cuc avia con tos Moroti, et c.ue gc lo ga!ardonari.n muy bien: e~ que loma~ por su Almirante Don E.gc dio! hcrmuno del Uuque. E.t el Ducue et el comun re-spondieron \ ello muy Uicn, diciendo que les placia: et otorg&ron luego que aquel bermano del Duque ue&c con quince galcll& en ayudter m~o.e galcas de Genoa, que ln6 dier-en i e& te precio ... Ca lo~ Genovcs.ef.>, ovicron empre manera. de ayudar i. quien le! die~>c dinero:;, et &obre esto non cataron Christiandad nin otro bien ninguno~. Cronica de Don Alfonw el Onceno.- (Cap. ccxv, p

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    Fragmentos de dos lmi na!>, del Viaje deln tierra sancta . de Bernardo de

    - Brciclcnbach. traducido por M.artin Martinc1. Oo~mpic:>. Impreso en ZMago1.a, J44X por ~>~ulo Huru:;.

    R~p~n!n, ~~~"""un ~,ilk"~" 1 dudAJ tl< Vcncdo (11. XUII), "f l. u!~

    un~ cun" rQlru vn>cr+on~lr '"mHi u .. ulf~""hnrin .. l~ '~"' ( , \.V) Amlou rGl>d" l""'~'k" ,,.,luol~k>lo

    Fn~nla j. lo ~l;;,, o. ol ,_ U.),~, rl Oc~"'"c" el~ .. ,. . d our lo~loh.o y ~n\irol 1>i "'"'"uillu por rl fin'{id~ '""~'""' 1 cinlto ; ~., y \~u ; coo "'11"" \~u~""' "" p'onl'" f~mll" : p G pii>IU'" .. qudlu tinru .Ju!HI< pu ..

    "~" ( f~L 111 ). .:1 vff~US rela

    De la parte r.upcrior del plafn de uulcjoa, compuesto de 266 piez.as (adem.l de mltiple& od..e.), cxiJSknte en un~ de IM paredea l.atcraJe de la capilla de J.; Virgen del Rol>.:trio, en la Ciudad de Valls. E.n la otro pa:-ed 11e r~presenta .:ol Papa recibiendo t::n audienci-1 a Jo. c~u

    d\lo criJ>tino~ que dirigieron k, ~;~ccin contr.>J d turco. Conmemora la ereccin un ret.;:blo, tam bin de azulejo~. eo tO! trminos: Fet

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    cienes con los restantes elementos nacionales, que forman el tema de este escrito. Por otra parle, es asunto bastante dilucidado, si bien se echa de menos la crtica de los aspectos que acabo de indicar, y una exposicin sis tematica, y en especial, de miras amplias.1

    Intentar definir los distintos tipos de naves, es tarea por un lado pesada, de otro, absurda. A fines del siglo XVI nos lo advierte grficamente un gran conocedor, Oliveira' : < Ha mesma especia de nauios o u barcos, te m hum nome na Espanha, outro em Franya, & out;o na Italia : Na Espanha se cha mao naos as que na Italia chamao carracas, & na Alemanha ureas .

    En todo el periodo de la < baja edad de que vengo ocupndome, las dos clases de vasos, a remo y a la vela, tienen parecida importancia y pue den tomarse respectivamente como caractersticos, de los destinados a la guerra, los primeros; y de los peculiares al comercio, los ltimos; si bien esto no excluye que tanto los unos como los otros sirvieran y se destinasen

    (1) Entre lqs autores c&pai'w\cs clescudlan Jo numeroso~ y documentados e:>critos de Javier dt: Salas y CeWeo Fernndcz Duro (rc:;pccto a la ArC]ucologia naval, vau;.e los trabajos de am bos publicados en d Museo Espaol de Antigedadel), c.~i corno lot~~ , as! como al mae:>tro entre todos dios, el cdcbrc Antonio Capmany, y la obra. inCdit& de Rafael Monlen, que s.e con.crva en cuatro tomos y en nu-merosas !rr.;rna:o, t:n el Museo Nnvlfl (y de que b&y otro ejemplar, el borrador original, cou sus dibujo:;, en po~esin de la arni!iu), inleres.anlLsim&, ademlis, por su~ precio!IOll dibujos y acuarelas de bastimento111 navalt:Ji~ 'j por fio, Lucaci, Estudio histrico de la marina de Espaa hasta el siglo X!l. Fuera de Espaa existe un& bibllogr.:afa oumero&a. Escoger alguno., de los ms importante~. En primer trmino: BaH o Baifio o Ba.y!l.iuc., De re m:roall, obr& de que exi.\lten uumc:rouu y curio-.liiJOmn.t< ediciooc~ y compendioJ.l (unid~:; generalmente ~ 1~ Somma rr:i vasco/qria: y D, re tlesliurn, obra tambin del autor). Varioz trnt~doa arqueolgicos &e baHan recopilados en el Th!!suunu anei-quitatwn Romanorum (Venecia, 1732 a 37), tomo xu; entre ellos el rnuy curio~o Marci Meibomii, De Fabrica Triremium Liber, y en el Thesaurus grc:carv.m t.mliquitatum (id., id.), que tambin reproduce el de BaH. E.ntrc lot mi$ modernos : A. Jal, e1 Marqus de Folin, Juricn de la GravCre,

    P~ris, Charnock, Fincham, Cecii, Torr, Undy, Wi!kinson, Ro~dliui, Steinit~:, G. C. V. Holmu. Laird Clowes, van Konijuenburg y otros muchos, que uc:ra pe~do enuro.ere.r. )C han ocupado con acierto de los antiguos buques, varios de dlot> en obrru; monumentales.

    (1) Livro da fabrica daJS naus;. Publicado por Lo pes Mendonc;a en 1898. (Anales dt la Real Academia de Ciencias de J>boa.) El mismo Lop~ Mendon~a en otro ezcrito .$uyo anterior ( 189'2) .obre d mismo tem.o., E$iudos sobre Navios. portuguezes no.\i seculo:. XV e XVI. lrala de definir IM Q.i~tiull!l;. da.>CI> u~ u~ ves del siglo XV, (que ciaullCJA en do grupo!>: 1.0 navios redondos. ou de vda , 2.~ n.;vo longo& ou de remos ), aporta o do gran copn de citai y datoz, y sobre ello$, dice: E.stu dUu;Oct apen~s servcm para augmenta.r ;. coofuso que existt: na nomendaturPocsu veces ~>t babni pue~lo mmyor t:mpeo en definir un buque, gue al reproducirse la carabda Santn Mnriav, en el pn..o>ado centenar-io del descubrmicnto: que: no fu fcil le. tarea lo muC3tTil tanto 1 y acatoradas de lto Batalla de Lepan~o. que rcprellentan la gran flota de aprovi.sion

  • 1 1

    1\ } J ti .\ ~ 'e \''

    Del c""d V, nacido en el siglo V y que va complicndose hasta el IX, sale la galea > o galera, as llamada, segn algunos' de su < stolo , por ser 'galeada' o ar macla de pico, o saliente de la proa, en el que ostentaba su nombre. Clasi ficbanse (a pesar de sus escasas diferencias) segn la robustez de la cons truccin y armamento, y por sus dimensiones, en sutiles, bastardas y gruesas; y se designaban por el nmero de remos (bancos), y su orden o nmero de remeros (o remos) por banco; asunto el ltimo, por cierto, muy discutido, sobre todo en los vasos a remos de la antigedad.' La galera, por lo menos en la forma de su casco, pasa por uno de \os tipos de buque ms estables.

    ( 1) E.n la obra curiot>is.ima de Baifio, antc:o citada, .s:.e da.siica metdicamente y se trata muy por e~tcn:.o de todas la~ especies de buques, y de su evolucin. Tambin en olras de las cuc mas adc lantc nombrar. Segn Veytia (Norte de la contrutuciu) \a mayora de los leo conscrvarou su nombre. M.a dificil es: a~>cgurnr que con l mantuvieran ~u forma, dhposicin y proporcione!., E$ parecido a lo que ocurre con \.n~ monedas: denominaciones iguale:; valores ab:wlutamcnte dii.-tinlos (el mlllrnvcd de S. Fcrnundo y el de los Reyes CatOlices, p. c.). A:ii opina, de acuerdo con Olivcira, ya antes lo hice ob~ervar, el Sr. Lopcs Mcndont{a. nutoridii.h::ncia de lo$ bucuc:s, u: har;i bien pronio cargo de la dificult.( 1) Salas, l. c. VCaJOc t.:.mbin Capmn.ny, Ordentmzal ... de: por lot. invenlro~ ... de l.lli (ga-lera!>) dd uno y otro tiempo ... 1354, de 1419, de 1506 y de 1535; u: demue!itra 9ut: i:!penalli h~bin diferencia en la magnitud de los buque: y cr. la fuena de sus trpulaciones. Alli con!>t.

  • '.

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    i l ) j .~ (

    \1 \

    Mv.rtc anoj vr. dardo con que mata al supremo general de los Turcos. Del poem.a : Felichima victoria en el golfo

    de Lepanto ... , por Jernimo Corte (1578}.

    tiles; 1 con frecuencia falta alguno o dos (asi Ma.lara, al describir la de Don Juan de Austria, dice que cuando en 1569 ); son rectos o diferentemente inclinados hacia proa, en vergados con velas latinas y otras al tercio, que les per mi lan aprovechar el viento; una cofa, primitivamente nombrada gata', y luego

    gavia~, cnica o cilndrica, revestida de mimbres y cue-ro, serva para lanzar virato~ nes, lanzas romaolas, y otros pertrechos sobre ei enemigo. Pintorescamente

    pintadas,2 los tapices y cuadros antiguos, y las descripciones que se conservan, dejan vislumbrar el animado aspecto de estas escuadras. Movilidad propia por los remos, ligereza debid~ a sus proporciones, les prestan cualidades

    { 1) Denominados: en Castilla, maestro, trinqudc y mesana; y en Catalua, ~d'artim , iop de proa~ y mitjan.1. EL muy chocante el que el nmero de mlbtiles sea variable. Varios son lo& autorc.11 que afirman que ;ou tres. En \as galera:> de los Ultimo~> tiempo! no es del todo raro en contrarios: pero en los tiempos medioevalc~ y basta en el primer siglo moderno, yo no conozco dibujos de galeras que contengan tres miistile!. C.ui cabria decir que es excepciona! presenten dos. Yo, perfectamente definido, quiero decir carackri;wdo y fiel, ~lO lo be encontrado en los dibujo:o. Confrnlensc la.11 reproducciones gue he escogido. E.s probable que. ya que no en tamao ni dis-posic:in, en el vdf'lw."C=: ~~~!t:t>e cvo!uciu, o por ~.:;. ,,...,.:,, l. .. vJ.,,..

    { 2) Pedro lll ordena .e pinten : dos de blanco, do~ de rojo, do :;:o de verde, dos de azul y do !o coo los colores de Barcdona {probablemente rojo y aonranjado }. l..a5 velas eran ~ambiCn bizarra.s. La galeru Real del emperador consta {Capmny: Ordenanza$ ... ele.} que llevabl: lt. una vcl& roa yor (arUmn) de 46 paitOIO, 4 .mnril\o y 3 enc::.rnadvz y enmedio piutadaa la; armas reales. Lo mismo la& otrat vela:, Vaze: Fem.indcl: Duro, !:.'/Arte Naval, y sobre lodo, la obre. de Juan de Malara ante~ citada. Las ordcn

  • 'lj

    Galer~ italiarm, ~n Bartolomco Crc~>ccntio en !U Nautica MediterraMa (i 606).

    e Invencible . Claramente se las distingue en los interesantsimos tapices de la Cmara de los Lores, que en las laminas reproduzco. Las venecianas de Le panto, seis en nmero, montaban por banda ocho caones, probablemente de 32 libras. Su tipo no debe diferir mucho del que, tomado de Crescentio, reproduzco en el texto; en las lminas de cuadros de la batalla pueden verse representadas, probablemente ron gran fidelidad. Ambos documentos coin ciclen. La importancia militar que se les conceda, se desprende de su posi-cin al iniciar la batalla, que se ve en la lmina que representa esta fase. Descharge, constructor francs de Bresl, pasa por el primero que aplic en los costados las portarolas, abriendo as el camino a las bateras cubiertas y protegidas. E.l enlace de las cualidades de las galeazas, con las cubiertas o puentes de las naos, y el abandono de los remos, 1 hacen brotar los afama dos 'Galeones> espaoles.

    Incidentalmente y a propsito de haber citado la artillera de las galeras y galeazas, dir aqu que son, a buen seg-uro, los espaoles, quienes primero la emplearon en los buques,' tomndola probablemente de los moros. En la crnica de D. Alfonso el VI, conquistador de Toledo (siglo XI), escrita por

    ( 1) Casi ineficaces.. E.n Lcpanto las Cillera$ remolcaban por turno las Galeazas, ( 2 } No cs. d nico gran pa.so que la lcnic\ naval nos debe. Sobre c1ue fucr:~n los csplOie.~ quiene~ primero usaron la bnijula C!llrc los pueblos occidcntalc$, vi:asc F. Navarrctc: 1-/islurio dr la Nutica, pg. 68: Et asi bien como los marineros se guiau ... cte.

    42

    G~k:.:u..i'! itali.lo&, ~ezn Coesoceotio (l. c.).

    el Obispo de Len, Don Pedro, que cita y refiere lvle:

  • ,_,

    ~.,..;;;;,a r.. ----;:::m~ ( :ta tcnico { consiructivo ).

    45

  • leras preparadas para la expedicin a Sicilia y Crcega de D. Alfonso V de Aragn; 1 en ellos, por vez primera' en documentos de esta clase, figuran bombardas en cuatro de las galeras.

    Volvamos a ~stas. Eran casi todas de un mismo glibo en todo el Me diterrneo y costas andaluzas : sobresalan los italianos en su construccin, de que ya a principios del siglo XV tienen un tratado manuscrito,' no yn-doles en zaga nuestros astilleros, pues no slo las atarazanas de Barcelona eran capaces de !abricar un nmero grande de bajeles, y de guardarlos, sino que tambin Sevilla descollaba en su labra. As, cuenta Zurita, que ha-biendo varado en Gardamar seis galeras genovesas a sueldo de D. Pedro, en 1358., di ste orden a Sevilla 46

    piezas de artillera, evolucionando tambin su disposicin y medidas. Uevan tres rboles, un ' de ..!los, el maestro, grandissimo & grossissimo .' Corta es la vida de la Galeaz . .3uJ itimos resplandores los lanza tristemente en la ' Invencible , donde se consagra la desaparicin del tipo, anulado por el buque de vela; entra a dominar el Galen, precursor del Navo.

    M u e has galeras clebres por su lujo o por sus circunstancias se constru yeron en Espaa. En los cuadros de Juan de Toledo puede apreciarse u esplendidez. Reproduje antes dibujo de una. La que D. Juan de Austria llev a Lepanto,' fu un prodigio de lujo y de inventiva, y a la par, un compendio de historia y ejemplo vivo del espritu humanista del Renacimiento. Un libro entero, curiossimo y erudito, emplea Malara en describir esta galera. El modelo de galera que pende de la ogiva, en la Capilla del Santo Cristo de Lepanto de la Catedral de Barcelona, que la tradicin quiere y vulgar-mente se admite como su facsmil exacto, no tiene demento alguno tpico coincidente con esla verdica descripcin.: Mencionar aqui, por tratarse de un notable tipo constructivo, la que a modo de ensayo, y para ver s eran factibles, y tal vez intentar renacer las multiremcs de antigua fama, mand

    ( 1 ~ Le Galcazzc, dice Pantera. sono i mag~iori vasclli di tutti, & t>ono luoghi, l g;tre.tti pro portio oc dc:lla !unghcna, & hanno le mcdcsirnc part, & mcmbra, che ha la galea. Porta.no taoti remi quanti un; galca ordinaria di vcntcinque, & piu banchi, ma molto piu lontani \'uno daU'altro, csscndo le g;o\cant pi u lunglu qua si un kr:o ddlc galcc ordinaric. &. parimcnte anca un tcr-a:o piu

    larg:he, & pi u altc. ( '.:') E.\ ;djunto dibujo de la c., lera Rc.l de D. Juan de Au~tria no se relaciona con ta de>.~

    cripciOn minuciosa de J. de Malidc por Virrey de C3t.aluil.l en Barcelona, hiciese edi6 car esta galera de la mejor madera que se halLuc en estas partes. por

    ~r el pino de: Catalui1a el nwjor leame que en A~ia. Africa y Europa $C halla. fucva de las Indias Orientales. En tanto que se h, conH) puede vcr:oc por el dibujo adjunto, !1.acado de una (olograI., que ha sidO tradicional costumbre colgar como ex-voto~ en much.u iglesias de nuestra..s rcg:ionc~ costeras, han de conscrvar!>c todavia intcn;J>ant.sitno$ modelo~ de nvcs anli;uu.

    11

  • fabricar en 1567 en Barcelona, con 36 bancos y siete remos por cada uno, con un hombre por remo, segn usanza (7)' anti-gua; .'

    Pasemos a los bastimentas a vela, menos interesantes en este periodo, que los de remo; ms rudimentarios que stos; en plena formacin. No hay mas que lanzar una ojeada sobre las lminas, en que reproduzco numerosos e interesantsimos documentos de la poca.

    Entre los buques de vela, recurdese que no existan entonces navos propia y exclusivamente de guerra. Bofarull 3 acepta como tales los < Uxe res , (?) con castillos, dice, a proa y popa, elementos, sin embargo, fcil-mente aiadibles a otros bastimentas. Nada de ello se ve en la figura, que con tal nombre de uxer designa la nave en que navegantes catalanes' reco-rren las costas africanas del Atlntico, que en la pgina 20 reproduje, de la clebre carta mallorquina de 1375. De las crnicas de aquel tiempo, ms bien deduzco que los uxeres eran una clase especial de galeras gruesas que adems de la carroza, ms o menos reforzada, llevaran, segn parece, un castillo a proa, y a veces varios.'

    En la navegacin comercial (y como ya se ha visto, usados tambin en la guerra como 2uxiliares y, en ocasiones, para el combate), por motivos ya apuntados, se empleaban de preferencia los buques de vela,, salvo, tal vez, en el cabotaje. Muchas veces las descripciones de los tipos no coinciden, y bajo denominaciones idnticas encontramos en !os autores barcos de ca

    (l) F.& muy dudoso. Vase en la reduccin adjunta lo que Baifio tiene por hcptarcmc. (L1!: lclrns; corr~ponden e. una nomenclaturn detallada de todos los c:Jc. roen lo! del nnvlo en cuC$tin.)

    ( '2) P. P( l) Los L~yc.11 de P~rti da, que he recogido en k!'i Apndice:;, tralan de varios; tipos; Bailio da.sific por sus dcstino.s, y describe ca~i !a totalidad. Vansc asimismo lo.s autore:~ italiano~ ante~ ci-tadm. pareos al ocupar.sc: de buques de vela, aunque los citan y definen ui como lo c5.H\l0lcs ya nombrado:~ y Jo: a que ms adelante aludir.

    ( '1) Lo era por compleio l.a construccin. V Case lo que sobre d particular dice E.x.ca !ante de Mcndo:ta, y que C De La Vida d~ Santa Magdalena M wbble1.. "' tar m.i.ll .delante. Hatt

  • por las ilustraciones. Con este objeto he procurado escoger las ms caracte-rizadas, verdicas y procedentes de documentos incontrovertibles.

    Casi ms fundamental, influyente y sistemtica me parece la tendencia al aumento de capacidad, y por eso prefiero fijarme en este aspecto, impor tantsimo, por estar ligado con la amplitud y desarrollo comercial, por un

    . lado, y con el nutico, y en particular con el constructivo, y con el avance tctico naval, por el otro; puntos de mira, que, adems, para los espaoles ofrecen doble atractivo, ya que precisamente bajo los tales aspectos, tu vieron fama nuestras naves.

    Generalmente, en el Mediterrneo la construccin no era de grandes bu ques, aunque, una vez atravesadas por los italianos y despus por los cata lanes las columnas de Hrcules e implantada la navegacin a Flandes y al Norte, se aumentaron los desplazamientos. Clebres fueron las onas de dotacin.'

    No faltan otros datos histricos que lo ilustren. La Coca< San Clemente ' armada en Barcelona en 1331 contra Gnova, tenia tres cubiertas y lleva ba 500 hombres a bordo.' Tres aos despus, diez galeras genovesas, tras

    (l) Finch&m: Hisiory of Naval Architt:cture, pg. 23; y casi todo$ los autorc!. (2) La salma corrcspondia a 4 fanega: c,.skilana.,;. ( 3) 4 !V : Primen mente, m.anda. dicho Seor : que tnfl; N"o ~ .. ; .... ~ puentes pueda ir a do o

    de quiera ... ; que cnda una h"y~ de H~:var ciento y cincuentu penonas de dotacin, es. a $&ber, ochenta Marinero, qu.>~renta Ballestero$, y treinta Grumetes; y que todos cucnlen de 16 aot~ arrib, y lleven su~ armaJ. '

    ~V . que toda N;o de dos puentes, .siendo de porte de dot.i mil ~>alma:~~, pueds ir ci. donde qu:c:. ra ... haya de llevar cien persona~ de dotacicin (60 marinuoa, 20 bnllc~tcro1i, 20 Grumclc!>i}.

    V l. .. toda Nli!o de dos puente:~., 6 de uno solo. zicndo de porte de mil y quinienta ~almu ... : hay51

  • escuadra completa para perseguirle. Alfonso V llev al sitio de Gaeta una nave catalana con 700 ballesteros, adems de los marinos. En 1454 se cons truyeron en Barcelona dos galeras de 1,400 botas cada una, y otra de 1,500 en San Feliu de Guixols.

    Pero no era eso lo corriente. Cuando los catalanes necesitaban naves de alto bordo, solan buscarlas en los puertos del Norte: Galicia, Asturias, Cua-tro Villas y Vizcaya, que las armaban, tripulaban y, al uso de la poca, las cedan en alquile.r, y no slo a sus reyes propios, los de Castilla, sino tam-bin a los extraos como sucedi en 1353 en la gran batalla de Alguer, de-cidida por su intervencin: segn la crnica del Rey D. Pedro, (forradas con cueros ). 3 La orden se cumple, pues clurante el sitio de Algucr, enviaron provisiones al

    ( 1) Otr11.11 crnica y documentos dicen que eran trel!.. (Z) (Ao 3.~, cap. vu1, pg. 79, Ed, de Sancha.) En.o escasas, y se daba alta importancia a lar. grandes naves,. Tal ocurre, por ejemplo, (en las

    Mcmori:\s de don Pedro de Aragn) con la muy grande que vino de Flandes. ouicru grandez ll20$ en :>u campan na no se le c:'>ca-para ninguna nao ddas d.e lnglatierra que tod.u non fuerall tomada.!., e por las nao de aca ser pe~ cuennall uvn que eran mucb.n:li ma' qwe)z.t d~ lng\J~.tic:rrA non tomaron la dicha flota, e por .ser las nuos delos inglecz gre.ndcf. la.~~ de nd. non otnran n!lcgar 11eHnJ~., antes r.e desuiaro~ en rn.1ner.:. que ;e Cl!c.nparon todas la$ m$ ddat nao~ de lnglaticrra~ ...

    ( 3 ) 'ltem, mana lo difScnyor-dice el texto original-que tates lc.s damunt di les Nau o Naos, sien e deien e:>.er eocuyrades, e fornides d'armes, de veles, de exrcics, d'ormcygs. d'a!tres fornirnents ncces~is. ...

    52

    Rey desde Barcelona sus Pro-curadores en una na e llamad~ , que seg~ !J crnica, estaba encuyrada :&, Lo mismo consta de la gran nave, a que ya antes me he re-ferido, empleada en ia defensa de Barcelona en 1359. En las lminas puede verse la repro duccin de un curioso relie ve, en que clarisimamente se muestra el < encuyrament de la nave.

    No siendo posible continuar detallando, enlazar esta po ca con la que le sigue, recor dando que la proteccin real a las fbricas martimas mercanq tes, tan marcada entre los le-vantinos, no faltaba tampoco en Castilla, ya desde tiempos De La Vida d!! Su,/ u Magdal~trlu r:n ccbblcSJ."

    remotos, como prolegmeno a la que de seguido veremos haba de con

    ( ~) la! tre! lmina! que n:cojo, entre la~; vuria! con barcos que figuran en:! curios.o e intc:rc .1.antc librito, cuyo nico ejo;;mp!ar conocido ~>e con>crv; en la 8ibliotcc "" lo! rey~ pugnno:11 de aquella tierra., dcsconlooL;~dol! por falta de sucesin, ascgtmi.ndosda si \Ccptuban la nueva fi. Ven !U.S deseos cercanos ~ reali:r.a.n:.c: d! princep velll ia l>., mullcr prcnv, y e: dispone ; cumplir su voto de visitar el Santo Sepulcro )' a San Pedro. Su idea luC de in;e $olo,

    ~' Ma11 la mulh:r! crecb yo que ser deuia dacuelles que l van tostcms ala cua de sao marit f oa l!ieuulla que sia cue puix que dix i quab eH aoar volia lan tranybina { finz que pas.!olobrebo pits ' nla dret per qult' la creu 1 !o fo11 r,.egun. m are~ " y no delu.IUd& tl\.1 e.~iperun:.a.

    pues los devuelve f.ano~ y ulvos al rey, quien, cumplido u voto, vuelve a 10u~ tierr~. que a vista de c.stc nuevo milagro abra:taD la vcrdadt:rZJ fi:.

    53

  • 1 \; !

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    tribuir tan eficazmente a promover la pujanza de nuestra marina en el siglo XVI. A los documentos ya referidos,' y a lo antes expuesto, agregar tan slo el pri vilegio concedido por D. Enrique lll a los Mareantes del Reino (fechas 27 de Enero y 7 de Febrero de 1398), anlogo al que en Catalua orden en su tiempo el Conquistador, para que las mercaderas que de l salieren, fuesen cargadas en navos de naturales y no de extranjeros; qujanse Sevilla e los mareantes de los mis Regnos .. , e dicen que ellos facen sus navos as naos como barcas bajeles, et porque acaesce que los mercadores extrangeros que vienen los mis Regnos, no quieren afretar los sus navos ... los han de vender grant menoscabo a los dichos mercadores extrangeros, por lo cual se ha despoblado despuebla el mi Regno de navos ... , ordena que los costrngades apremiedes que tanto por tanto, dicho de ... dos merca dores dos mareantes, que afreten antes para levar las dichas mercadvras los navos de los mis naturales de los mis Regnos, que los navos de los ex trangeros : .. [y] que todas las m~rcadoras cualesquier que salieren de los dichos mis Regnos, que se cargen en los navos de los dichos mis Regnos, non en otros algunos, por cuanto es mi servicio grant pro de los dichos mis Regnos .. ; documento curioso por la copia de razones en que apoya

    (1) ExilttP muchas otras curio&aS disposicio_nes, cual p. e. la pet. 42 de las Cortes de VaUa. dolid de 1351, para que se evite la saca de madera, porque, como el Rey dice, la que he a labrar enlaa mi tara ~taPas e nauios non la puedo aucr sinon muy cara Los privilegios que las Leyes y hasta los Fueros de poblacionca (p. c., el de Sevilla Je 15 de Junio de 1250, que concede a la gente de mar honra de cauallcros, privilegio elcvadi!imo en aquellos tiempos} otorgan a los marinos; la libertad de impueatos, la jurildiccin propia y otra1 vcntajs de que dislrutaban la.s macstnlll xaa de lu atara:zanas, que dan lugar a lreeucnles abu101 en que entienden las Cortes, etc .. etc., 1on intcteaanlca aspceto de la cueatin.

    No menos curioao e importante nda exponer el paralelo entre el dcaenvolvimienlo y evolucin del comercio y loa de la marina. Sobre todo si nos fij&.ramos en la marcha del comercio castellano, basta el siglo XlU en manoJ de judio1 (salvo en Burgos y vUias cantbricas); desde la conquista de Sevilla, menos despreciado, pero supeditado a los extranjcroa, genoveses, hanseticos, catalanes: hasta que el florecimiento gremial y manufacturero, permitiendo al pai1 prescindir de la importa cin de muchos productos, hace Invertir el criterio, que hasta elaiglo XV domina. de proteccin nl mercader extranjero y a la importadn (Vase el Ordenamiento de Jerez de 1268, tit. 14, y so brc todo el 23, que quiere garantizar la traidu de gneros; las peticione.s 9 y 20 de Valladolid en 1351, cte., cte .. ), para insinuarse en el proteccionismo. timidamentf' prirn,.ro, ms directamente des pua (Cortes de Madrid de 1419- peticin 15), tomando definitivo estado de5de 1438 (peticin 34 de la Cortes de Madrigal. extraordinariamente radical, pues propone la prohibicin de entra~ da y de la venta de paos extranjeros, y que 4 ningunas lanas non oliesen delos dichos vuestros rregnos por mar ntn por tierra e a ningunas partes ). Como digo. el estudio de este paralelismo, la coincidencia del florecimiento manufacturero, y huta del lujo del menestral (Cortes de Palen zuela de 1425- pe t. 31 : las de 1438, etc.} con la peticin en Cortes ( 1435 -Toledo, y 1438- Ma drigal, etc.) de la construccin de grandes buque5, es interesantsimo e instructivo en el ms alto grado. Me limito aqu a apuntarlo.

    54

    l ~ i ~ -~ J ~ '! "

    el Rey su decreto.' e importantsimo como precursor de la clebre providen ca de los Reyes C' ltlir.os de que ms adelante har mrito. Tambin en nuestros dias recogemos (::r. el !onda) idnticas ideas (basta citar el famoso derecho diferencial de bandera).

    Fanal de la Capitana de D. lvaro de Bnn.

    {') Figura testimoniado en un documento existente en la Corua. (fern.i.ode .. de Nnurete lo reproduce en su Coleccin de los viaje y dncubrimientos ... , tomo u, p. 378; Madrid, Imprenta Real. 1825.}

    () El fanal era el distintivo de las Capitanas. ( Aren primo : Le navi ... capitane, ... portva no il fanalc, dai veneziani detto fan.)

    En la bat.11la d,. ~epanto, es fam.a. que Juan Andrca Doria, cuya galera ostentaba un precioso fanal figurando la ufera celeste, mandlo guardar en el fondo, al comeour l.1. batalta. a pretexto de salvar aqu~ll

  • 1:'

    Naveta de plata dornda"' dona.da a la Seo de Zaragoza por Mosn Juao de T orrellas

    en el ltimo tercio del siglo XV. Eran los TorrcUas, $egn Antonio de Capma.ny,

    OIHH.loc y ricoe cor~rio, valt:ncianoa.

    (';.) Se conocen varios interesantes objetos amilogo~. E.n Toledo se guarda una navcl cue perteneci a D." Juana la Loca, F crn:indez Duro, en sus Nave" dd siglo XIV y XV en fa E.,po:;cin

    His.tOrica~Europea (18-93). cita algunat. otr

  • e lagares dela costa dela mar delos mis regnos muchedunbre de nauios e galeas e otras fustas; lo qual era mucho mi seruic;io por muchas cosas, e es-pe
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    portadas debieran cobrarse en productos espaoles, 1 coadyuvan, con otras muchas causas que no es aqu ocasin de detallar, a dar al pas una pros pe ridad anloga a la que, ms duradera,' ocasion en Inglaterra, siglo y medio despus, la famosa < Navigation-Act>, que parece calcada de las ordena ciones que acabo de citar, ncleo asimismo de las actuales tendencias de las naciones todas. 3

    Compltansc las nuestras de aquel entonces, con la clebre cdula de 14 de Febrero de 1503, creando en Sevilla, la Casa para la contratacin y negociacin de las Indias>' para facilitar su navegacin ;' reservndonos con ello la exclusiva de aquel comercio; institucin que, si bien establece el monopolio sevillano del trfico con Amrica, estudiada con imparcialidad y sin prejuicios, y atendiendo a su tiempo, es verdaderamente admirable, contra lo que se dice y sostiene siempre; suele olvidarse el que a 15 de Ene-ro de 1529 se concedi a muchos otros puertos del reino (Corua, Bayona, Avils, Laredo, Bilbao, San Sebastin, Cartagena, Mlaga y Cdiz) que

    (1) Ley 8.", tt. xm,lib. ~x. Novima Rec. Dada en la Vega de: Granada en 1491. ... quando que lo~ mercaderes Ingleses FnmcC$.CS ele. vinieren ... con merc.,dcrias para las vender .. les apc::rcib.,n, qqe los maravedis por que las vendieren, los. han de sacar de nuestros reinos en mer cadcrias ... y :.e: obliguen de s;~.car olras tantas mercaderas denlro de un ao primero siguiente ... Recurdense ( P'~ta graduar la evolucin) \ou, disposiciones precursora3 de sta.'>, a que en d pe-rodo medioeval me he referido.

    (Z) Por condicione~ cuc tampoco es aqu lu'{ar de .aoalize le coocedi jurUdicc.n , esto d, autoridad. E.o 1514 r.e orgz.niu d Supremo Co~jo de lodiru., uno de lo!~ ;;jto.s: Tribunales de L. o-\lciOn; es intcreunle b~cer ro..::.l-W. que .t.U primer ~cu..t:rdo fu d ck 4 libcrta.d y prote-ccin dtas de: la Mar del dho Reyno : Bien ~abeis, dc:beis saber como d Empera dor nuestro Seor ... por lo que tocaba al trato y comercio de La~ nue:otras India~. h.las, y Tierra Firme del Mar Occano ... dio lictncia y facultad a todas las pasonas que quiJeren y por bien tubie. sen, para que pudiesen ctra:. lndia.s quales.cuicra Mcr-c;duri:J.s )' Navos, no embargando cuc no fuesen dcspac.h.tdos por lv:. uuc:.trm ofici.alc5 de la

    Cas.:~ dda Contratacin dc!as Indias de Sevilla ... : por redamacicin de Csta .. debida a abusos, $C revoca la autori:r.adn. Creo a este documento inapreciable para d juicio de esto:: punto, en el que tantas oscuridade!> aclara. (Mi tc;to lo transcribo de! Archivo histrico nacional. c~dulari

  • de Castilla y Aragn.' y 3.", que la Cdula expresamente concentra el trfi co en un puerto, para poder organizarlo y reunir en l todos los elementos,' ya que la navegacin a Indias se consideraba, entonces, y con razn, suma mente difcil y arriesgada : inspi~ando verdadero respeto, casi miedo. Lo proclaman nuestras leyes y lo demuestran los hechos : en las Ordenanzas dictadas por Felipe ll para la navegacin a Indias, dice la 114,3 hablando del viaje de regreso : e Antes que la Armada, o Flota (de regreso ]llegue a las Islas de los Azores, mande el General deshacer los e
  • Todo esto es muy de notar, por cierto, y nos lleva a ocuparnos de los avances culturales, promovidos por esos mismos peligros y dificultades, y que son, por su lado, grandes factores del desenvolvimiento martimo y econmico del reino. Se redondea la organizacin de la casa con el registro completo y detallado de los Navos perdidos, precursor del tan admirado Lloyd actual, mandndose tener < quenta y razn de las Naos que se perdie-ren en la carrera de las Indias, con la mayor claridad, y distincin que fuere possible, con declaracin de en qu lugares ... > etc.; se establecen los regs tros de mercancas, y de otros muchos ramos, etc. En esta intensa y edifica dora labor modernizanle, es muy de notar, la creacin de los cosmgrafos y pilotos, obligados los ltimos a que < hiziessen diario de su navegacin ... , para que el cosmgrapho fuesse notando y advirtiendo lo quefaltasse en la carta, para aadirlo en ella ; 1 a lo que se suma la comprobacin y construc-cin de los aparatos nuticos; se obliga, por otro lado, a todo piloto que pre tendiera navegar a Indias, a examinarse' ante el piloto mayor y otros seis, que juraban Oo
  • miento> a los navos entre 600 y 300 toneladas, antes excluidos de l; les exime de alcbalas durante diez aos, y otorga otras ventajas y prelaciones.

    Se concede tambin que, adems de la prima dicha, a cualquiera que tra-tase de fabricar un galen de 400 toneladas para arriba, se le socorra (esto es, se le adelante) de la Real Hacienda con 4,000 ducados, o sea a razn de 10 ducados por tonelada; subvencin o ayuda, como se ve, elevadsima, habido en cuenta el coste de construccin.'

    Una inmensa actividad general en la nacin, y particularmente martima, es el resultado de las disposiciones referidas, y sobre todo, del proceso in dustrial, comercial y poltico del pas, que en el reinado sin igual de los Cat licos alcanza un estado de equilibrio tan perfecto, que forma por si solo una poca en nuestra historia.

    Hierve en naves y en fiebre mercantil el ro de Sevilla; y como dice M crea-do': era cosa de admirarse quien viera este rio tan lleno de naos, este mue-lle, este entrar y salir flotas para Indias, y bolber de all...>, texto confirmado por muchos escritores de aquel tiempo,' as como por otros documentos, y que viene a ser como la leyenda del cuadro' que en la lmina reproduzco y representa a Sevilla por sus anos de esplendor en el apogeo de la navega cin a Indias; siendo de doble inters para nuestro asunto por los tipos de naves (carabelas) que en l abundan (aparte de las galeras), destinadas a la carrera de lnclias antes y que se conservan aun despus del establecimiento de los galeones y de la forma definitiva de la Armada de Guardia.

    Sobre la industria de la construccin naval el efecto es ms rpido. Ya en 1501 la exportacin de naves' llega a considerarse peligrosa, y se

    ordena a Vizcay~.t (Labayru: Historia de Vizcaya, lomo 1v); usual, por otra parte, para cuantos $C construian adaptables a los servicios riel E$tado.

    (~) Fray Thomas de Mercado: Tratos. y contratos. (3) Por ejemplo, Pedro de Mcdina en su curioso Libro de la.s gmndt:ZU!i dt' EJ.pa,iu (15~8):

    q E.spaila C:!i cercada de mucho~ y buenos puertos de mar, algunos dcilo:; !.Oil dclos mejores dd mundo y haacse en ella gran nUmero de na.o5, muchas dellas. $On grandes y hermosas ansi por los largo!> Camino$ que por la Mar nauegan como por los preuilcgio~ que tienen. Ay continuame:ntc en 5Ull puertoa muy gran concuno de niliuios de todas partes. En tanta manera qur en qua! quicr dia se hallanm en Espaa do:; Mili nao.!~; sin otro! nauios de numero cali infinito de toda$ ;uertes (folio xxx).

    ( 4 ) Dd Mu$eo Arqueolgico Nacional. (~) Vta.se m,~; adelante lo que dicen E.$calante de Mendm:a, Thom Cano y otros.

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    que tenga carta de naturaleza.' Anos despues, solicita Vizcaya igual prohi-bicir, y 'n efecto, en 1551 se di Provisin Real mandando que no se consintiese a ivs extranjeros fabricar naos en el Seoro de Vizcaya.~

    La construccin naval ms importante y la ms afam~da se desarrolla en las costas de Santander (las Cuatro Villas), Guipzcoa y Vizcaya.' E.s curioso notar, que siendo Sevilla el centro martimo comercial, gozando del mo-nopolio americano, partiendo y volviendo, y preparndose alli las flotas, y ejecutndose arreglos, modificaciones, y quizs hasta la obra muerta de las naves de India en los careneros hispalenses, estando dispuesto desde !534 .que no siendo el Navo nuevo, ntes que se le de licencia para. Indias se vare en tierra, hasta que descubra la quilla' en ellos; a pesar de todos estos tra bajos de su hbil maestranza, vea excluidas por las leyes' sus fbricas navales y las andaluzas, de formar parte de flotas: se ordena ninguna Nao fabricada en todas las costas de Sevilla, Sanlcar, Cdiz, Puerto de Santa Maria, ni en las del Condado de Niebla, ni marque

    ( 1 ) De 11 de Agosto. Recopilada como ley.- Sin emb.ugo. !.1 prohihici6n no es absoluta; c)(ig:e para poderlo vender Nuestra carta de licencia ; es simplemente restrictiva, y yo creo que como tan~.u otra.'~. tan radicales. result indica. Aunque no sea de esta Cpoca, creo curio:>simo apuntar aqu. que en una Cdula de 3 de Mano de 171:11, lecmo~ : Por la Ley 6.' dd Ti t. 40 Lib. 7." de La Rc(opilacin de Castilla, esl

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    sacios de Gibralen y Ayamonte>; y tan slo se toleran de all imo, puez; ensea que e.~;a madera ero preferida en \as obr.u muertas, y que la naves vlzcalnas y Jan oln:u llegubm1 a Sevilla .-in acablH. (Cedulario d'l? /"'/iu1t, 7Hl b, fol. m v.") En cs.1.1nhio,laz Galera! l>iguen fabricndose casi exclut~iv&mente en Lcv1w!e {corno bcmo~ visto) y en Andalucia. A ra del dc$a.oJtre de Portuondo con !iU!.> galeras, .se cxpidt= en 1529 una CarL1 patente' para los que quieran asentar galeotas, y &e diri~e en ella d Emperador a todas e qua-lcs.qucr per

  • En estas condiciones, en medio de tanta prosperidad, y en la cspide de nuestro podero poltico y martimo, llega el desastre de 'la Invencible, golpe mortal asestado a nuestra marina, cuyos mejores buques nabian intervenido en aquella empresa, y desaparecido o regresado maltrechos o casi intiles.'

    Mucho ha exagerado la fantasa de los historiadores, y mucho ms an la del vulgo,' el poder de la ('1) Rel>pccto ~ Clta, y u los demll dato~ concerniente a l01 Invencible, vCar.e ~ Fern.\ndcz Duro, La Armada lnv

  • (que por milagro 1 afluan peridicamente e inundaban por un momento a la madre Patria, para verse, sin descansar, absorbidas por los proveedores extranjeros), tanto la Hacienda pblica y con ella toda la accin poltica del Estado, como el aseguramiento del consumo del pueblo y del comercio, esto es, todo el campo particular, que quiere decir el bienestar general de la na cin. Relegada as a segundo trmino la productibilidad propia, descuidadas las fuentes naturales de riqueza, apagado y desdeado el trabajo, predomi nando, en altos y en bajos, miras y aspiraciones muy otras de las que son premio de la laboriosidad, el decaimiento econmico no tarda en iniciarse, por cierto, arrastrando en su cada vertiginosa al otro platillo, incapaz de re-sistir a la larga el enorme desequilibrio : al final del periodo, tras un siglo entero en que nos sostiene el enorme empuje primitivo, nuestra potencia y rango poltico, a pesar de la plata americana, han tambin desaparecido,'

    ( l) Al alma de Job, :oiemprc atribulada pero siempre a salvo, ;;e ha comparado nuestra Flota de Amrica. Pa$udo el primer cuarto del iglo XVI, apenar; hubo viaje en que no se viese amn~ gada de caer t:n maoo~J de \o piratas o de las cacuadras que la acechaban. Maravillo:;.amcnte, ~lo dos caSO$ $C dieron. La preM de un galen de plala {la classis argcntea , de Jos extran-jeros) frente a Cdiz to 1656, y la vergonzosa entrega a lo$ holandeses de la ilota mandada por Benavides en el ao 1628 en la baha de Matanzas, que e la que representad curioso g-raba do que reproduzco (ntese en l la invcuin del rnapn de Cuba). Este hecho, que produjo una emocin extn.ordinr.da en las rebeldes Provincial! Unida:;, les proporcion lo~ medios de conli nuar con ardor su lucha contra Eipa&, y fuC probablemente la causa de que a la obra de Ha k luyt y de lot hermano. de Bry: Collcctianes Peregrinationum in lndiam Orienialem d lndiam Oc

    cid~ntalem ( 1590 ~ 1634), (obra muy tendenciosa, y e;o la que a Portugal, y principalmente a E3paila $e lc:il deni :;:rn y ataca sin re paro; pero que es en extremo curio~:.;;., y de gran imporian cia} se la agregara la Ultima parte (13.D de las India, Occi-

    denta.le~). dada a luz en 1634 por M.t~tthreu~ Mcrialnir. ciub & cha!cogruphuz Francofurtcni>it. Mris adelante (lo mndo de la misms., como otros grabador., que ya indico) reprodudrC un Galen que aprc:oaron.

    (:!) Vase: Arias Mirnndl!: lnfluenda de Amrica ... etc.: Cllcrito en que $C recopilan datos intcrcsnntblmos;; !lUil dcducdonez no J>on convincentcz en todoo; .us puntos; principalmente e~ exagerado el rdicve que concede al decto dd oro de Amica: influye, pero no en la proporcin que nlli :.c hace resaltar: hay varia:> otra.s CBUsa:> mli.s profundas y tan eficientes como esa. Vi:,a,e tambitu mi folletito : La produccin e$paola en la Edad Moderna. La mayora de las obra::. que

    tr se les da la preferencia en la seleccin de naves para las flotas de Indias; se les conceden permisos de carga, y otras numerosas pre-eminencias que no puedo gui detallar.

    Mas, falto el pais de arraigada vida mercantil. de resonancia, de espritu, y de medios, todo es intil;' quieren ser planta indgena y natural. rcpgnales la vida art:ficial de invernadero, y, en consecuencia, decaen sin remisin las fa~ bricas navales a ral del fracaso de la Invencible; tienen un destello pasajero en los primeros aos del siglo XVII;' pero tan aniquilada se hallaba la marina,

    ( 1) Ley 2, tit. xxvu1, lib. IX (25 de Febrero), de\; Recopi/{c/t)n d~ /r~diai. ( ') Veitia : Nort.e de lu Contra(uciil. (") Durante las guerras entre Inglaterra y Holanda en el siglo XVll ~e animaron alg-unos vi:t

    cano!'. a resucitar la flota comcrcal. y adquirieron doce navos para navegar a Flandes; pero fir m;.das las pacc.s quedan pribadoJ f de hacerlo) ... porque como los holandeses no tienen guerra con nadie. nabegnn COil la mitad de mt:nos gente y artillera ... que los espaoles, que no pueden 1t

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    tan amilanado e impotente para una reaccin el espritu del pueblo,' que se invierten las tornas, y a pesar de todas las disposiciones y leyes que ya hemos repasado, y de sus continuas renovaciones, se fletan barcos extranjeros para las flotas de Indias, y terminan los extraos por traer en sus propias naves los mltiples artculos de que nos surtan. Leyes y pragmticas proteccio-nistas no hacan navos.~

    La exposicin que eleva Vizcaya en 1610," es documento elocuentsimo para aclarar tal estado de cosas. Qu son para el Seoro los 40 galeones (de porte entre 700 y 300 toneladas), suma de los fabricados hasta 1630, comparndolos con las 15,000 toneladas que simultneamente haba en gra-das en aos anteriores?

    Sabido es que acudimos al recurso ms cmodo, y volviendo a las costum-bres medioevales, en el siglo XVII alquilbamos escuadras extranjeras. Y no slo para nuestras guerras en Europa : ni nuestras colonias, base nica de re-cursos en aquella poca, podamos defender.' A salvar a Cartagena de Indias, va una escuadra anglo-holandesa : nos socorran nuestros antiguos enemi-gos; por cierto, los padres de los mismos filibusteros, plaga de las costas americanas, de aquellos pechelingues, que precisamente en unin de los fran-ceses, atacaban, y .saquean luego, la rica ciudad.

    ( l) L.n r01pidez (y profundidad} de nuestra caida econmica se evidencia por muchos escri-tos y documentos de nqudlos licm,os. Entre los m enteras les vic nen consignnd;s . E.1l otro;:; varios lugares asegura gue d mal databa de bien pocos aiws : y que de pocos [tuioJ>) ac han sacado {lo!. cxtnwjcro.!;J muy de g-olpe grandes sum.a: . Lo .segundo, dice en otro punto, por

  • muy buen acuerdo, insta para 'que si la sangra de 500.000 pesos dados los olandeses o. de enflaquecer la Monarchia ... qunto mejor consejo de Es lado seria que con ese r:audal se formasen 20 fragatas naturales (que se puede muy bien administrando por buenas manos) para que las operaciones se executen con los propios [medios] ... sin permitir el vilipendio que salga [aquella suma] fuera del reyno ... >; con otras notables observaciones, que siento carecer de espacio para repetir aqui.'

    Seis o siete buques malparados, y 600 marineros,' eran toda nuestra mari-no. real al comenzar el siglo xvm.

    Desde 1696 se suspenden las Flotas de Amrica. Asi acaba la Casa de Austria.

    Cabecera del titulo Segundo libro de la mar~ de la obra de Pedro de Medina

    Arte de N"""gar ( 1545 ).

    ( 1) Manu~:;crito de la Bibliolcca Nacional, r,Q 3034. (2) Vado$1ot. Arscnalc& y Astilleros, r,e havia olvidado el nrtt" de conJ~u Espaiw bajo los Borbones.

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  • Para que se vea la importancia de los astilleros trasatlnticos, bastar ci tar que, desde 1724, se fabrican en la Habana 51 Navos de linea, (superan do a cualquier otro de nuestros astilleros; el Ferro! solo construye 49), entre ellos, siete de los doce de tres puentes que desde el siglo XV!ll ha tenido la Marina espaola. El famoso figura entre los isleos.'

    Se calcul, andando los tiempos, basndose en la experiencia adquirida, que la duracin de un navo hecho en la Habana, era doble de la de los europeos, y los de Guayaquil, donde hasta 1736 iban construidos 176 ba-jeles, pasaban por durar doble que los de la Habana.' Navo hubo, en aque !los mares (en que la broma destruy casi instantneamente los barcos que Ni\ez de Balboa transport a travs del Istmo, obligndole a fabricar otros en las Islas Perlas), que dur por varias generaciones; le llamaban 'El Cristo Viejo>,

    Cabria caracterizar la construccin de nuestras Indias, diciendo : maderas incomparables, precios ... tambin incomparables.

    Hora es ya de que pasemos a otro punto.

    DCcada:o; de Herrera : Cabecera de la portad~ del primer volumen, ..

    ( 1} E'.! desarrollo dd trfico en el Pacifico debi alcanzar proporciones importar1tt::s : h.:~cia 1625 habla en el Callao UflOS lOO buques de comerciantes de: Lima, no bajando nunca de 40 los que c~taban cu puerto. Un manuscrito (de 1707), habla de que en 8 meses entraron ms de 600 cmbrcacionel>. Con esto, y teniendo en cuenta que slo maderas amcricn.naJ> rcsi.slau bien acuc llas aguas, se cxpiica el iiorecimiento de los a.stillcro~> de Indias.

    C!) Lo afirma nadie menos que D. Jorge Juan, en sut~ Noticias, y;ecrttus : un na vio fabricado e u qucl a~t!lcro e! incomparablemente de mayor duracin que los> que !;C hacen en todo>. lo!> de-m;is conocido!, all en Europa como en las !ndiM (p:ig. 65); pues ciertamente durM.lu por l;o bondad de sus maderas dos o trc.\l vece~ m. qut: los con:otruidos en la Habana (pg. 66 ).

    (~) 1-fistoria Genera/ de los }ecfws de los castel/unos en las Islas i Tierra Firme del Mar Ocr:a no, e$crila pur Antonio 1-hrrera coronisla mayor de su lv/d. de lcu. Indias y .w coro,h-lo dt! Ccu/i-1/CI. En quutro dccada.s desde el Ao de 1492 ha;;fa el de 1531. En Ma.d en la Emplenta Ri!al, 160!.

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    AMPOCO EN LOS SIGLOS XVI Y XVII ES fcil de clasificar la multitud de buques. Los tipos son ms definidos, 1nas caracterizados que en la Edad Media, pero todava la muchedumbre de clases, la diversidad y la variabilidad de propor ciones, justificadas por los nuevos estupendos pro blemas impuestos a !a navegacin y por el nuevo

    aspecto y campo de las luchas navales, y el tratarse del consig-uiente imprcs cindible periodo de evolucin, hace ingrata y poco til ia tarea de su ordena cicin en clases, gneros y especies. Asi como en la Edad antecedente predo-minan en las escuadras las embarcaciones de remos, a medida que .:-wanzamos en la Edad Moderna' las vemos perder importancia, merced principalmente a las nuevas exigencias y amplitud de la navegacin, que abandona su carc ter costero, a los progresos y generalizacin de la artillera; siendo tpico ejemplo, nuestro clebre y caracterstico Galeon, derivado de la Galera, mezclado con nao de comercio {probablemente la diminuta y ligera carabe-

    WJ. on.!.crvado en el Mu>c:o Arqucol-gi..:o NacionaL En ]s lminas publico otro fragmento e-n ~- tff)'fl reproduccin auto~ipica. y el conjunto en color. :; .:.~ ( 1) Lcpir.nto c.S la po~trera gran batall11 en .

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    la), hbrido de carga y de pelea, pasando, a lo que es de creer, por la ga-leaza, mas o menos modificada, y acabando por ser en rigor y en propiedad nave de altura sin remos.

    Continan, sin embargo, en uso las galeras (en Lepanto; en el Medite-rrneo se conservan durante todo el siglo XVI!!) , 1 por cierto, apenas sin modificacin tcnica esencial sobre las ltimas medioevales y todava con ciertos caracteres de las mismas egipcias antiguas (salvo, claro est, la arti-llera); pero el ncleo y fuerza de las armadas, en los mares predominantes en estos dos siglos de delirio colonial,' pasa, durante el periodo, a los Na-

    ( 1) Vase el cuadro del embarque de Carlos m en Npolc~. Intervienen tambin en las !u e haz de aquellos tiempos.

    (2) Importn.utsimo como ingenua expn:sin de la oecet~idad de adaptar los hucues a !as nue. va:> exlgcnciM de la rwvcgacin; di~> iij de ~tembn: dd sny M v e j

    en bar-celo~ f>

  • Ubre del con.~olai do! mar.-Portada de la edicin de Ro.!H::mbach, de: 15H3."

    vos de vela, a cuya (para entonces) potente artillera y defensas, posi-cin dominante, y masas, no pueden resistir, ni mellar !as dbiles gale ras, ni tan siquiera las agigantadas galeazas venecianas, ni las espai\o las, que llegan a montar 50 caones, engorrosas y pesadas.

    Espaa, es, segn todos indicios, la primera nacin que, sin abandu nar en aguas tranquilas las giles y manejables galeras, adoptando, en tiempos, las galeazas, aun en aguas ocenicas, (destino de las que figu ran en el ), vindolas fra-casar en todos los intentos de acli

    matarlas fuera del Mediterrneo, y acometiendo de frente los dificultosos, graves y trascendentales prob!emas de una nueva orientacin mundial, inicia y lleva adelante con energa, el impulso en este sentido : se crea el Galen. Sobre el dir muy pronto alguna otra cosa.

    ("} Gajo d punto de vista tcnico naval, Csta y\ anterior portada tit:nen &nlogo inters, ;lUll que la primitiva lleve inmcn:w. \o'entaja, a la vez en realismo y en arte, trazad&, como est, con un odmrubloe atrevimiento de dibujo y tipognifico.

    El tipo de ambos bajde!3 ei todava me:dioeval, y los hubiese agregado a los tomado!! de La Vida de Santa Magdalena en cobblcs, i no creyera preferible agrupar n.qui completa (en tipos; no incluyo las variantes) In :a:rie de los 4 Con.~>olats ~. que, en medio de sus arcai~mos y de $U ru~ dc.1..a, y a pesar de las radicales diferencias de intencin n:alUta y de habilidad grfica de unas a olrat figuras, no deju de indicar \a evolucin del buque en eiite interewnte periodo.

    La portada de 1502, ms 9ue la de Ro.:,cmbach, quiere reprt:l.>t:nlar un gnm navo. Son de notar: la maciza arbol-!!0'..-ra; la !m:li!!::.-:;::5-r:: d:! p;)lo d~ rnesanO alcur de do$ pisos; In.!~ marcadas CO$turar. o cintas longitudinales; las costillou ~lieotes (exagcradaz en d primi tivo) e u e, probablemente, no crmn (.:.s cut~dern embonad..;, m$ de dc:fenl!>a contra golpes en d puerto y operaciones d~ carga y de&cargn, que elewcntos cons~rudivo~. y que (como ya lo demuestrl> l

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    Portada del Libre del Consolai (Edicin de 1523). 0

    interesante buscar su caracterizacin, y tratar de las lneas generales de su evo-lucin, que clasifi-car, enumerar y desD cribir los tips de buques.

    Con pintorescas frases y trazos deci-sivos, nos los dis-tribuye por su na-cionalidad, aspecto importantsimo por aquel entonces, E.s-calante de Mendo-za,1 en el trozo si~

    ( 1} E o su !t inerario de Nauc(acin Jt! los ma-res y tierra$ Occidenta le.ll , compuesto por el Capitn Jbou.n de Escalan-te de Mendoa , Manu)l.-crito s.acado ~ luz por Fcrnn.dez Duro en su to mo 11 de: las D.qaicioms. ndwtical, con olrol numc-f0$05 documeuo:. rde-rente:> a construccin na~

    val. Mi texto concuerda coo d del manuscrito originaL Se conserva en borrador (con correcciones de su 3utor) en la Biblioteca Nacional. Viene redactado (era lo u,oal) en forma de dilogo.

    ( 0 ) La proa inclinada, la o gatl. o o gavia, d rtmaic o tejadillo del alczar (que comparte es-te tipo con los de las. no toas de la pUg. 80), las co:;;tiUC:~s en l.a obra muel'ta (vase la oota a la por tada de Rosembach, pg. 82) y i~ co~>turas, le dan toda vi& carcter medioeval. E.s notable que

    ~e b11yn suprimidc la roh~!t:l ~:.se del .:irbo! nu~yor, .:;.;.::..:o,:"' .h.~~

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    Portada del Libre del Consola! {Edicin de 1523)."

    interesante buscar su caracterizacin, y tratar de las lneas generales de su evo-lucin, que clasifi-car, enumerar y des-cribir los tipos de buques.

    Con pintorescas frases y trazos deci-sivos, nos los dis-tribuye por su na cionalidad, aspecto importantsimo por aquel entonces, Es-calan te de Mendo-za,1 en el trozo si-

    ( 1 ) En su lt inerario dt! Navegacin dfl los mo-ft:-5 y lterras Occidenta-lei. . , compuesto por d Capitnjhoan de Escalan-te de Mendota . Manu&-crito :~.acado a luz por F crnndet Duro en su to-mo v de \a. Dquis.iciones nuiicai., con otro! oumc-ro~os. documento~; rdc-rcntel! a construccin na-

    val. Mi texto concuerda con el dd manuscrito original. Se con5erva en borrador (con correcciones de su autor) en ia Biblioteca Nacional. Viene redactado (en:11 lo usual) en orma de diilogo.

    C') LD proa inclinada., la ~ gat& o gavia, d rem~te o tejadillo del alcxar (que comparte es-te: tipo con los de l.;u nola5 de la pte detalle y d tipo de buque, relacion~n intimame:nte este dibujo eco la intcrcn::santisimt pieza de Manisc.t, que en !.mina reproduzco,

    E.l ejemplar nico {?) de esta edicin, existt; en la Biblioteca Colombina de Sevilla.

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    ..';,_..,cg-und~ vda (de gavi.;:~); por lo meno$,\; con sidcrabc: pro 1 ,nza.cin del m"-~ll por encima de: i.lf (~a9u Uoic) entena, no .odmitt: otn. ~darncin.

    Nte:oe que b portada dice nu~amll"nlr traducido ; cxiatieron, por lo tJao, otr~ traduccio nc31 c.aJ>ic:Uana!l del [:moso libro. Yo couoaco \.!:1

  • Los franceses, nauos pequeos y medianos y buenos de vela y barloven to para poder entrar y salir en sus pequeos y baxos puertos, yr tierra nueua y hazer sus pesqueras y boluerse el ynvierno sus casas, como lo suelen hazer.

    Los flamencos, sus muy grandes ureas planudas, que demanden muy poca agua para poder mejor nauegar por sus bancos de la muy nombrada canal de Flandes, y venir cargadas de sus muy grandes mstiles, y madera y lien

    Combate navAl. (Grv.bado de la edicin del Contolat de mar de 1540).'"

    .;.os y otras mercaderas para nuestra hespaa, y bolver sus tierras con sus Retornos de lanas, de Vinos, de azeites, y frutas secas y otras Cosas.

    >Los yngleses ass mesmo na u os muy pequeos conforme sus muy pe queos puertos para nos venir traer sus paos y otras mercaderas, y bol uer cargados de Pastel y azeites, y otras cosas de que en sus tierras tienen necesidad, Como los flamencos.

    Los portugueses, sus muy fuertes, grandes y poderosas naos, avnque po cas, para nauegar hasta su Remota yndia oriental y lleuar en ellas mucha

    (~) Interesantes !>On las cinta" ioogitudinalc~ en resalto; d enorme alcAzar con do!> rdenes de piso$; d cuLtillo de proa. tambin r:x.tcu.s.o y alto: el rob"~'-:o ?.~t-0! ::!!:.70~ :cr. :;u grao cofa.; la vela latina en d pequeo palo de mesana. No se ven porlaro\a. para la artillerio.

    Las galeras atacantes ofrecen sus remos en grupos de tres en tres (lriremes ?); lo!> cnooc$ o culebrina~ van atados con soga.-. sin proteccin de castillejo ni otr& alguna. En el conjunto, re~a.dta curioso ei contra:ote del alto bordo de la nao frente n la C$C8Kil altura de la.s galcru.

    E.l gntbndo, {publicado por Bofarull en liU Marina Caf(/ana) que el editor Carlos Amors intcrcnla en In edicin del Comolat, figurn repetido vari.u vccet en la not"ble crnlca de Perc Tomich (153~). de que he tomado otra ilustracin en la pg. 34; probablemente es uno de lanto~ como tenan de :;urtido los. impresores de aquella poca, y ilprovechaban donde podan ... o queran.

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    !

    gente y cosas nec;esarias, y ser en la costa de All" poderosos y bastantes contra sus enemigos, con que contienden en aque llos mares ~ tierras, des pues desde all para ac traer grandes cargas de especeras y de otras pre ciosas mercaderias. como vemos que lo hacen.

    Los castellanos pre tenden haz.er naos gran-des y pequeas y de to das suertes, modos y ma neras para nauegar con ellas todo el mar de el

    Portt!.da del Librrr d~:l Cunsulat, (Edidn de 1592), 0

    mundo, y que siruan Je todas las cosas juntas que siruen las de todos los Reynos y pr ouincias que he dicho, cada una en su ser.

    "Pero, sin embargo de las dichas opiniones, est verificado que las mejo-res naos que antiguamente se solan hazer, en lo ms general era en la ca,.,. na! de Bilbao, que es en la prouincia de Vizcaya, aunque creo que esto est ya algo estragado, porque como alli lo han tomado por officio y granjera, y las hazen, no para nauegar ellos en ellas, sino con yntcnto de tornarlas luego a vender para esta nauegaccn de los mares ocidental~s, suclenlas hazer algunas veces flacas y febles, sin respectar en ello lo que deben : pero con todo esto no se puede negar que los mejores maestros y aderezos de madera, clauazn, brea, y camo que hay para esta fbrica de nauios ordi

    (~) Aunque con!ocrvando el devado .-dc.:i.ar, y d gran !antamiento z.catmado de !& proa, este tipo de nave ofrece ya uo c.arO-bre todo en l;; abril ..~mcrta ), y .:~ r.u arboladura, en l21 e u e y ~o domino.n l~a vd.:u alta, en el ml

  • Grab~do qut: forma parte de la portada. de la edicin de: 1645 del Consolai. n uno de los ms influyentes elementos de la evolucin. Segn elias, :>e clasificaba la nave : eran 'unas de pozo, que son de dos cubiertas, y eran las que antiguamente (y aun en nuestros tiem-pos, dice Vcitia en 1671 ), se preferan para la guerra; otras de una cubierta, lo qua! s0lo puede practicarse en embarcaciones pequeas; y otras de tres cubiertas, que llaman de Puente corrida, que es la fbrica que oy florece, y ha parecido la mejor>. Y efectivamente, la evolucin que anuncia Veitia, se realiza, y los Navos de tres Puentes (producidos a no dudar, por el en lace del Castillo de proa con el Alczar de los navos del siglo XVI,' y su-primiendo las protuberancias que formaban esas dos construcciones sobre la obra muerta) dominan en el XVIII y hasta mediados del pasado siglo, en que el vapor y el hierro traen nuevas orientaciones. Pasa por el primero 2 de esta fa masa clase, el que los ingleses fabricaron en 1637': o
  • llevaba tres andenes de ordenanza en cada costado, y once piezas en cada piso. Llevaba adems ocho piezas a proa para dar caza>. 1

    Chatam cita otro navo sueco de tres puentes, el Makalos ', muy ante-rior al , y por tanto al . Lo que si es cier-

    Galen de un mapa de fines del siglo XVI, C)tistentc en el Archivo General de Indias. (Sevilla.)~

    toes que, desde el < Sovereign >,la arquitectura naval sigue los rumbos mar-cados por .Pett en sus construcciones, que a la larga Influyen sobre todas las marinas, por el decisivo y trascendental triunfo de los ingleses en su lucha contra Holanda, a la que arrebatan la supremaca naval, merced a las ven-tajas y al mayor tamao y potencia de sus buques. Adems, empieza ya a separarse definitivamente el buque de guerra del mercante, construyndose

    ( l} Fiocham : History of Naval Archteciu.re, pg. 54. Fjese en que tomo !ll cita de un nutor ingls, y de procedencia autorizadi~ima, inglesa tambin.

    Vase en otra nota, el testimonio de Pantera Pantera (1614) ~obre !a existencia de Galeonc~ de tre$ puente~.

    ('~>) Son de notar \o, cuatro (en rigor, tres) palot de su aparejo {Mendon;

  • tos, a mi ver, interesantisimos, que encierran. Es el primero, la invencin de !la
  • do cuenta ; 'J Jubq lbl9). pub\i.:.-wll't lo~ mi~mos hcrm.1no:o Nodal. poniendo en la porta-d sus retratos, r.u escudo de arm.-,.llcras y laochaz que hiw en el ao de 74! Vcitia da la fe.;; ha de \ 568; es po!i.iblc que Mcnndcz in~isticra en su.t c;cpe riencias i g-.ut m.-is de den mil duc.ado~ mal ,::~11t.-edoJ> ...

    ~5

    ~~::~':"::':---~' .. ::;:;.~-:.----.

  • Considrase hoy da como un gran adelanto tcnico el empleo de los com-partimentos estancos : cual la cubierta protectriz, son de invento espaol, siendo aqu, que yo sepa, donde por primera vez se reivindica. Propnelos un atrevido personaje, Lorenzo Perrer Maldonado,1 en la curiosa y (en otros aspectos) discutible relacin (1609) de su pretendido descubrimiento del ,-dice en este capitulo de su escrito,-conviene hacer tres Navos, la Capitana de ciento i cincuenta toneladas, i los otros dos cada uno de ciento, i estos sean hechos con unos caxones debajo del agua, segun la tra za que para ello se dar su tiempo, i con esto se escusa irse fondo una nave, aunque se abra por la parte de abajo, porque solamente se hinche de agua aquel caxon que responde la rotura, i los dems no, por ir todos calafateados, i tambin que si recibiere el Navo algn lombardazo entre dos aguas, por don-de el agua entrare por all tornara salir, sin echarle fondo, como me consta por esperierda del mismo Navio con que hice la dicha navegacin i descu brimiento.

    Antes hemos citado, y luego volveremos a ver, que tambin la coraza (de cuero o de plomo, es cierto; aqul como proteccin militar; ste para con-servacin del navio) fueron los espaoles quienes primero la emplearon.

    Como se ve, inventos espaoles fundamentales. Despus de lo dicho en la orientacin general, no sorprender que estos y

    otros grandes impulsos en las fbricas navales, correspondan al siglo XVl, y que en el siguiente, precisamente, cuando la arquitectura naval de guerra empieza a deslindarse francamente de la de comercio y adquiere grandes vue los, Espaa, la aeja iniciadora, cuyas construcciones navales decaen y casi

    ( t) L ir.terc.i.

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    "~'"---

    desapare.cen, apenas tome parte directa en r' ir.tr~~~ m o vimiento que fuera se desarrv-lla. Mas, tal era el avance ad quirido, tan intenso el impul so, tan arraigada y espontnea la tradicin, que sta se salva y se perpeta y enlaza al tra vs del periodo de dccaden cia. Vermoslo en su lugar.

    Uno slo de los. tipos de buques, encierra verdadero inters: el Galen. Completa r, en lo que cabe, brevemen .. te las indicaciones de antes.

    Todos los que de l se ocu pan, le atribuyen anlogo ori gen : la imitacin Je la Gale

    ~::~~~do~ ~~ ~ ~

    ~ ', d que. J>icndo as., uno de lot. rondas laudatorio'> (del c 1 ), que, m l

  • profunda, de pozo>, necesit ser reemplazada para navegaciones largas, ti e m pos duros y luchas en que la velocidad era factor decisivo, por buques que reunieran a la capacidad, resistencia y condiciones marineras de la nave, la ligereza y facilidad de maniobra de la Galera. De ah la necesidad, sentida primeramente por nosotros, del Galen. Ustariz, como antes Veitia, dicenos tambin que ' A pesar de tan autorizada opinin, parece que no era el tamao el distintivo, ya que las Ordenanzas de construccin,' abarcan bajo el mismo nombre de Galen, todas las naves que regulan, desde poco mas de 100 hasta de 800 y ms toneladas. Yo, con Lopes Mcndon\'.a y otros, creo que 'Nao facil de-finir exactamente o galeao, como typo inconfundivel de construcc;:iio naval ; mas, a diferencia de esos autores, tengo formado m criterio respecto del mismo. Aparte de los avances arquitecturales que todos indican, creo que son dos caractersticas principales las que lo definen, si bien el nombre se difunde' y llega a incluir naves que por su parecido con los Galeones ad-quieren esta denominacin a pesar de no reunirlas : para m, son : su carc-ter mixto de nave de guerra y comercio, y el estar destinadas a la carrera de Indias, a atravesar el Atlntico. Ambos caracteres son esenciales; las naves puramente de transporte, se llamaban naos o naves; slo las que for maban la Armada de Guardia, que iban tambien cargadas de mercancas,' y que se reclutaban como todas las dems, reciban el nombre de Galeones.' El que no fueran diferencias constructivas, ni las proporciones de su casco, (ya he hecho notar que tampoco su capacidad), ni la disposicicin especial de su velamen, o de la obra muerta (castillos y alczares, etc.) lo que los carac-

    ( l) E.n su clebre Therica y prdctica ele comercio. {Madrid, 1722; pg. 195 de la 2.' e d.) (2) Ordenanzas de la Casa de Conl_rala.ciu y Leyc$ de Indias. Cl) E.n la cancin 63 del Canyioneiro da Vaticana (vase: la edicin de Thcophilo Braga),

    probablemente d Rey Sabio usa la palabra Galen: creo indudable que ~u significado es del todo dbtinto ai dd Gale6n dd XVI y XVU; para mi, representa all una galera pttut'ila. Lo cita, como ex~tcntc en d Mcditcrrar de l(l na vale impreba.i \ Crc.H'Cn\o; Nautica M~diio-:rran,.a; R.onw, Bonladino, 16.()7 ), ~bien con algun;l variante, t.an pro lund.-l. como la de llevar cu.11ro m.l.stilc!>, no ob!t~ntc lo cuaL no c.1be dud.1 de que reproduce, o l>

    ~e quicrt'J9

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    t 1

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    terizara, lo prueba el aplicarse el nombre a los e antiguos y a los e de nue va invincin de Bazn (con remos), y a los de remos y e agalerados de Menndez; a los que propone Escalante, a los de la Legislacin de Indias en sus distintas ordenanzas, y a los de Garrote : o sea, se conserva el nombre durante siglo y medio, al travs de todas las variaciones y progresos, con y sin remos. As es que yo lo tengo por nombre ms genrico que especfi co, pero que inclua los dos conceptos que acabo de exponer. Creo decisivo, en ello, la redaccin de las leyes, y lo que dice Garrote en su manuscrito : e ... los [ ebaxeles] de la quarta orden, que montan sesenta y seis caones, fondean en toda su carga poco ms de nueue codo