La autonomía moral:

Es la capacidad del ser humano para discernir entre una acción u otra, dándoles un valor de correcta o incorrecta, tomando en cuenta el impacto que tendrá sobre él mismo y sobre la comunidad en la que se desarrolla.

Se enmarca como un proceso que, según Piaget, Kohlberg y Kant, el sujeto atraviesa para desde una personalidad individual actuar responsablemente ante la sociedad que lo rodea, es decir es una conducta que va de lo particular a lo social, teniendo siempre como primicia la solidaridad dentro del grupo social en el que se encuentra.

Esta idea de solidaridad la retoman otros autores, que observan la importancia de crear una autonomía moral basada en la sociabilización. Para los docentes y educandos se vuelve imprescindible crear una autonomía moral, misma que le dará al individuo la posibilidad de actuar de forma justa y correcta con respeto a la sociedad comunicativa en la que se desenvuelve, dándole la oportunidad de analizar y comprar nuevas ideas, y conceptos con respecto a los propios, creando una conciencia colectiva que a su vez desencadenará en tradiciones, costumbres y una ética social, propia de la cultura a la que pertenece.