La Aventura de La Historia - Dossier015 Carlos v - El Reto de Una Herencia Planetaria

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    C A R L O S VEL RETO DE UNA HERENCIA PLANETAEl misal y la pompaJoseph Prez

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    Carlos V, segundopor la izquierda,aparece con sieteaos en este dpticodel siglo XVI querepresenta a loshijos de Juana la Loca y Felipe el Hermoso (annimoflamenco, Museo deSanta Cruz, Toledo).

    Gastos cortesanos desorbitadosEl ceremonial de corte que Carlos V introdujo no

    fue del agrado de todos los espaoles. Desde la lle-gada del rey, era fama que haban crecido mucholos gastos de la Casa Real por causa de las fiestasy ceremonias al uso de Borgoa. En una consultadel Consejo de Estado de 1526 se lee lo siguiente:Parece asimismo que Vuestra Alteza debe tenerpor bien de ordenar los gastos de su casa y corte ymesa y vestidos della, porque a exenplo desto se or-denar todo el reino (citado por Manuel Fernndezlvarez). Pocos aos despus, escribe Juan de Val-ds en su Dilogo de la lengua : juego, vestir, van-quetear son tres cosas que, con la venida de SuMajestad en Espaa, an crecido en tanta maneraque os prometo que se siente largamente por todaspartes. Estas quejas y otras semejantes han dadomotivo al tpico de que se sustituy la antigua sen-cillez castellana por una etiqueta complicada y dis-

    pendiosa, con una muche-dumbre de cargos nuevos. Eltpico parece muy exagerado.La evolucin vena de antes.Los Reyes Catlicos, porejemplo, no se conformaronsiempre con la pretendidaausteridad castellana. La rei-na Isabel busc deliberada-mente y su confesor, frayHernando de Talavera, se lo reproch en variasiones dar esplendor a la Corte a fin de mardistancia que separa a los reyes de los demderes y de los sbditos.El ceremonial de los Austrias va ms lejosen rigor no se puede hablar de una ruptura ctradicin anterior. Algunas de las prescripcioneste ceremonial ya se haban puesto en prctlo largo del reinado, pero es en 1548 cuand

    D O S S I E

    Revestido de

    atributos del poder,el emperador Carlos V aparececon el Toisn deOro en esta ilustracin del manuscrito Libro

    del Toisn que seconserva en el Instituto Valencia deDon Juan (Madrid).

    Joseph Prez

    Catedrtido de Historia Moderna Universidad de Burdeos

    E L FUTURO EMPERADOR NACI ENGante en 1500 y hasta los 17 aos no sa-li de aquellas tierras del Norte de Euro-pa. En la pila bautismal le pusieron elnombre de Carlos, que recordaba al ltimo duquede Borgoa, Carlos el Temerario. Su padre, Felipeel Hermoso, muri en Burgos en 1506 y su madre,Juana la Loca, se qued en Espaa, con lo que elprncipe recibi una educacin exclusivamente bor-goona, la que le dieron su ta Margarita de Austriay su ayo, Guillermo de Croy, seor de Chivres. Decreer al cronista Sandoval, fue este ltimo quiendeliberadamente dio al futuro Emperador una for-macin preferentemente caballeresca.

    Sus lecturas eran de libros de caballera, a losque siempre se mostr aficionado, y su autor favo-rito fue Olivier de la Marche, cuyasMemorias fue-ron impresas por primera vez en 1562, pero quemuchos haban ledo en copias manuscritas. Otrolibro de Olivier de la Marche El Caballero delibe- rado es un poema alegrico a la gloria de la va-lenta y de Carlos el Temerario, smbolo por anto-nomasia de las virtudes caballerescas. Ser uno delos pocos libros que Carlos V llevar consigo a suretiro de Yuste.

    De esta primera educacin, Don Carlos conservsiempre gran apego a las costumbres de la corte deBorgoa, tan dada a la magnificencia, al ideal de la

    caballera y a la etiqueta, y procur introducir enEspaa algunos de los usos borgoones. Dos deellos han dejado huella: la Orden del Toisn de Oroy el ceremonial de corte.

    El Toisn de Oro, la ms clebre de las rdenesde Caballera, fue creada el 10 de enero de 1430,en Brujas, por Felipe el Bueno, duque de Borgoa yconde de Flandes. La Orden se propona mantenerel ideal de la caballera cristiana, el que haba ani-mado a tantos seores a marchar a la cruzada pararescatar los Santos Lugares; el vellocino de oro era,precisamente, el smbolo de Jerusaln. Unos mesesdespus de haberse proclamado rey de Castilla yAragn, Don Carlos determin ampliar la Orden envista del incremento de podero y prestigio de la ca-sa borgoesa, y reservar diez plazas en ella para es-paoles distinguidos. En este sentido se convoc uncaptulo en Barcelona, el nico que se haya cele-brado en Espaa. Segn Sandoval: A cinco das delmes de marzo de este ao 1519 celebr la fiesta delTusn y recibieron el hbito y divisa de ella el con-destable de Castilla, don igo de Velasco, don Fa-drique de Toledo, duque de Alba, don lvaro de Z-iga, duque de Bjar, don Fadrique Enrquez, almi-rante de Castilla, don Esteban lvarez Osorio, mar-qus de Astorga (Historia del emperador Carlos V) .El 25 de octubre de 1555, cuando entr en la ca-tedral de Bruselas para la ceremonia de la abdica-cin, Carlos V llevaba al cuello, sobre su vestido ne-gro, el collar del Toisn. El 22, haba renunciado so-lemnemente a su dignidad de maestre en favor desu hijo y heredero Don Felipe.

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    El misal y la pompa Tres rasgos de la personalidad deCarlos V permiten entender sufigura: las aficiones caballerescasde su educacin borgoona, la concepcin patrimonial y dinstica del poder de susabuelos Habsburgo y la religiosidad que le inculc sumaestro Adriano de Utrecht

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    Carlos V recibepleitesa de la Iglesia y los reyesde Europa (estampa alegrica de 1547,Biblioteca Nacional,Madrid). El papa

    Adriano VI(izquierda). Felipe el Hermoso (abajoderecha) y Juana la

    Loca (bajo estaslneas), padres deCarlos (Juan deFlandes,KunsthistorischesMuseum, Viena).

    dr ms remedio que incli-narse y contribuir con sussoldados y con su dinero a lapoltica imperial, pero es pa-tente que lo hace a regaa-dientes y que slo una mino-ra de altos funcionarios y deintelectuales, los erasmistas,comparte el ideario y los ob-jetivos del emperador. Los

    papas tampoco se mostraron dispuestos a apoyardecididamente los esfuerzos del emperador CarlosV por reformar la Iglesia u organizar una cruzadacontra el Turco; es que los papas no eran slo lospastores de la Iglesia universal, sino tambin sobe-ranos temporales y prncipes de un Estado italiano.Sus ambiciones nacionales les impedan discernirlos objetivos universalistas de Carlos V.En cuanto a Francia, son motivacionesdel mismo tipo las que explican su rece-lo ante la poltica imperial y su decididaoposicin, que lleg hasta la alianza for-mal con el Turco. Francia siempre seconsiderar amenazada por el inmensopodero de Carlos V, cuyas posesionesterritoriales la encierran por todas par-tes, en el Norte, en el Este, en el Sur.

    Esta proyeccin patrimonial del poderexplica la incapacidad de Carlos V paraorganizar los reinos y seoros que for-maban la monarqua de Espaa en untodo coherente y solidario. Manuel Aza-a supo expresar acertadamente enEl problema espaol este enfoque predo-minantemente patrimonial del ideariocarolino que despus comparti su hijoy heredero Felipe II: Todas las fuerzas yrecursos de Espaa se emplearon en ha-cer la poltica de esta familia [los Aus-trias]. Y en otros escritos, Azaa aade:Las acciones pasadas bajo el nombrede Espaa [...] tienen dos componentes

    : lo europeo y lo espaol es-tricto [...]. Lo poltico euro-peo y lo espaol no coinciden[...]. Lo europeo se cifra en lacorona. Por ejemplo, el ejr-cito [...] no era espaol, sinode la corona [...]. La accinde la corona catlica en Euro-pa, desde el emperador a sutriste tataranieto, es muchomenos espaola de lo que aparenta [...]. La pganda empea el amor propio de los espaolecindoles soportar mediante lisonjas del ocargas que no les corresponden: en su tiempora sufrirlas en su persona y bienes; ms tardlos sentimientos, para sostn y amparo de unasa fenecida.

    Piedad tradicionalAl referirse al cambio de ambiente ideo

    que coincide con el regreso definitivo de Fea Espaa autos de fe de 1559, ndice del inqdor general Valds, etc. se suele contraponergor y la intolerancia del hijo alliberalismo deldre. Nada ms inexacto. Felipe II tuvo poca oguna parte en los acontecimientos de 1559, yase encontraba en Flandes cuando se descubrlos focos herejes de Valladolid y Sevilla. Fue dre, el emperador Carlos V, quien, desde su de Yuste, recomend a su hija doa Juana, redel reino, la ms extrema severidad (muchoy recio castigo); convena proceder contra lteranos de Valladolid como contra rebeldes: be mirar si se puede proceder contra ellos contra sediciosos, escandalosos, alborotadorequietadores de la repblica y que tenan fin dcurrir en caso de rebelin, porque no se puprevalecer de misericordia (citado por Manue

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    Fernando el Catlico fuerenuente a que sunieto Carlosheredara el tronode Aragn.

    Emperador decide darle vigencia definitiva en Es-paa. En Augsburgo, 8 de enero de este ao, fir-ma Carlos V la instruccin dirigida a su hijo pa-ra montar la corte a la borgoona. El duque deAlba fue quien tuvo a su cargo introducir elceremonial en Espaa. Despus de variosmeses de preparacin y de ensayos, la eti-queta borgoona se estren oficialmente el15 de agosto de 1548, estando la Corte enValladolid. Desde Espaa, la etiqueta y elceremonial borgoones se van a imponer,en el siglo XVII, en casi todas las cortes deEuropa.

    Sentido patrimonial del EstadoDe sus antepasados germanos, Carlos V here-

    d la tendencia a considerar los territorios en losque reinaba como otros tantos bienes patrimonialesque tena que conservar escrupulosamente y trans-mitir ntegros a sus sucesores. Tanto Carlos V comoFelipe II trataron siempre de justificar algunas de susacciones internacionales por la obligacin que ten-an de defender los territorios que haban recibido susantecesores y los derechos dinsticos que podan os-tentar. Ellos nos buscaban acrecentar sus dominios;se limitaban a defender lo suyo.

    As se comprende el empeo que puso Carlos V,por lo menos hasta 1530, en recuperar Borgoa,que l consideraba como parte esencial de su pa-

    trimonio. En 1507, al cumplir los siete aos, le ha-ban proclamado, en Bruselas, duque de Borgo-

    a; nunca se olvid de aquella circunstancia ylo record a su hijo, en el testamento que hi-zo en 1548: que no renuncie nunca a Bor-goa, nuestra patria. El da de 1547 enel que venci a sus enemigos en la clebrebatalla de Mhlberg, Carlos V llevaba elpendn encarnado y amarillo de Borgoa yas es como lo retrat Tiziano.Despus de abdicar, el sello que siguiusando en privado era el de Borgoa y elescudo que ostentaba no llevaba ms que

    las armas de Borgoa y las de Espaa.Esta tendencia chocaba con el concepto ro-mano de Estado res publica muy arraigado

    en distintas partes de Europa. Al tratar de dar uncontenido efectivo a la idea imperial que hasta en-tonces tena un aspecto meramente nominal y mo-ral, Carlos V no supo percibir la fuerza arrolladorade los modernos nacionalismos que se resistan aacatar cualquier autoridad supranacional, inclusoen sus reinos y seoros de la pennsula Ibrica.Concretamente, los castellanos no compartieron laidea imperial de Carlos V y ste fue uno de los mo-tivos de la revolucin comunera de 1520: Castillano est sometida al Imperio ni tiene por qu sufra-gar los gastos del Imperio.

    Despus de la derrota de Villalar, Castilla no ten-

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    C R O N O L O G A 1500. Nace en Gante, el 24 defebrero, hijo de Felipe el Hermoso y Juana de Castilla.1502. Cuarto viaje de Coln. Co-lonizacin de las Antillas.1503. Casa de Contratacin deSevilla. Nace su hermano Fernando.1504. Muere Isabel la Catlica.Felipe y Juana, reyes de Castilla.

    1506. Muerte de Felipe e incapa-cidad de Juana. Regencia de Fer-nando el Catlico y Cisneros.Muerte de Coln.1509. Reforzamiento de la pre-sencia castellana en el Norte de frica.1512. Anexin del Reino de Na- varra.1515. Carlos alcanza la mayora de edad legal.

    1516. Muere Fernando el Catli-co. Cisneros, regente de Castilla y Alonso, arzobispo de Zaragoza, de Aragn.1517. Muere Cisneros. Carlosllega a Espaa. Lutero: 95 tesis de Wittemberg.1518. Carlos es reconocido mo-narca de Castilla y Aragn por lasCortes de Valladolid, Zaragoza y Barcelona.1519. Carlos I, elegido cabeza del Sacro Romano Imperio.1520. Cortes de Santiago-La Co-rua. Movimientos de las Comuni-dades y Germanas.1521. Batallas de Villalar y Orihuela.

    1522. Elcano culmina la circun-navegacin del Globo.1524. Guerras de los Campesi-

    nos en Alemania. Conquista de M- xico por Hernn Corts.1525. Batalla de Pava.1526. Alzamiento morisco en Va-lencia. Matrimonio de Carlos conIsabel de Portugal.1527. Saco de Roma. Nace elprncipe Felipe.1529. Brotes de iluminismo enCastilla y Andaluca.1529. Paz de Cambray.1530. Coronacin imperial.

    1531. Enrique VIII, cabeza de la Iglesia de Inglaterra. Liga de Smal-kalda.1532. Paz de Nuremberg. Con-quista del Per por Pizarro.1539. Muere la emperatriz Isa-bel.1542. Leyes Nuevas de Indias.

    1545. Nace don Juan de Austria.Concilio de Trento.1546. Muerte de Lutero.

    1547. Batalla de Muhlberg. Mue-re Francisco I de Francia.1552. El padre Las Casas conde-na el trato dado a los indios.

    1553. Ejecucin de Miguel Ser- vet en Ginebra. Boda del prncipeFelipe con Mara Tudor.1555. Paz de Augsburgo. Muere Juana la Loca.1556. Abdicaciones de Carlos V.Retiro en Yuste.1557. Batalla de San Quintn.1558. Muere Carlos V el 21 deseptiembre. Brotes de protestantis-mo en Sevilla y Valladolid.

    Carlos V con Francisco I.

    Enrique VIII de Inglaterra.

    Magallanes.

    Juana la Loca.

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    fiere usar de otros mtodos represivos, no menoseficaces; en 1550, un edicto prohiba la impre-sin, venta y posesin de libros de Lutero, Oe-colampadio, Zwinglio, Calvino... Quedabantambin prohibidas las reuniones de los mis-mos: nadie poda apoyar o albergar a alguiensobre el que recayese la sospecha de hereja;a los infractores se les castigaba con la penacapital. En una carta a su hermana Mara deHungra, Carlos V expresa sin rodeos su pen-samiento: lo que se tolera en Alemania no sepuede consentir de ninguna manera en los Pa-ses Bajos.

    En Npoles ocurri algo semejante; en 1546,Carlos V orden al virrey don Pedro de Toledo quecreara en aquel territorio una Inquisicin como lade Espaa, pero tuvo que dar marcha atrs antela oposicin de varios sectores de opinin y delmismo Papa, que proclam que las causas de he-reja dependan exclusivamente de los tribunaleseclesisticos.

    Pies de plomo en AlemaniaEn cambio, en Alemania, Carlos V no dispone de

    una libertad total de movimientos; su autoridad es-t limitada por una serie de trabas de tipo polticoque le impiden actuar como quisiera. Esto quedpatente ya en la Dieta de Worms de 1521: Lutero

    pudo salir libremente. El Em-perador ve en l un hereje,pero ello no quiere decir quela Iglesia no est necesitada

    de alguna reforma. Carlos Vconsidera pues que un conci-lio general sera la mejor so-lucin para examinar los pro-blemas que se plantean y re-alizar las oportunas reformastanto en el dogma como en la

    disciplina de la Iglesia, pero ni los luteranos ni elPapa desean realmente un compromiso de este ti-po. En vista de esto, Carlos trata en primer trminode convencer a los luteranos por medio de una se-rie de coloquios.

    En la Dieta de Augsburgo (1530), Melanchtonque representaba a Lutero hizo una serie de con-cesiones, pero se mantuvo intransigente en trespuntos: el matrimonio de los sacerdotes, la comu-nin bajo las dos especies y el rechazo de las mi-sas privadas slo admita misas pblicas. En1532, la dieta de Ratisbona tampoco dio resulta-

    dos positivos; Carlos V se neg a cualquier conce-sin. Segn laCrnica de Pedro Girn, el empe-rador habra dicho entonces: Ms quera en-trar con pocos justos en la batalla [contra elTurco] que con muchos y herejes.

    La poltica de coloquios sigui en los aos si-guientes. El coloquio inaugurado en Haguenau, el12 de junio de 1540, se continu en Worms, el 28de octubre de 1540, luego en Ratisbona, de abril ajulio de 1541. Esta ltima reunin fue presididapor el mismo emperador Carlos V en presencia deMelanchton y Calvino. El cardenal Granvela redac-

    t un artculo sobre la justifi-cacin, al que Calvino no tuvonada que objetar. En mayo de1543 se lleg as a un acuer-do sobre un texto de 23 art-culos, pero Lutero y Roma re-chazaron el compromiso asrealizado.

    El gran fracaso religiosoAl darse cuenta de que no se llegaba a nad

    aquella va, el Emperador decidi emla fuerza contra los luteranos al

    nes, a quienes venci en Mh(1547). Sin embargo, el problesencial segua en pie: Cmo

    bar con la divisin religiosaluteranos se negaba

    asistir al ConcilioTrento; no habaque esperar una httica reconciliaentre las dos Isias rivales. terminar con largo confldespus de contar con teloCarlos V se avuna frmula p

    sional que

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    Carlos V y el Furor,estatua de broncede Leone Leoni,1551-53, quemuestra al Emperador a la manera de unhroe de la Antigedad clsica, Museo del Prado, Madrid. A la izquierda,Martn Lutero en

    un retrato deLucas Cranach

    el Joven, en1575.

    Carlos V no logrimpoedir la ruptura de la Iglesia. Estemural le representa en guerra contra losprotestantes (Museode Navarra,Pamplona). A laizquierda, Calvino en un retrato de juventud y, a laderecha,Melanchton.

    nndez lvarez). Los autos de fe de 1559 no sonlos primeros actos del reinado de Felipe II, sino losltimos del gobierno de Carlos V.

    La cosa no tiene por qu extraarnos. El jovenDon Carlos haba tenido en Flandes por maestro ypreceptor a Adriano de Utrecht, den de la univer-sidad de Lovaina y futuro papa, un clrigo muy se-rio, adepto de la llamadaDevotio moderna que re-comendaban los Hermanos de la Vida Comn. El li-bro ms representativo deaquella tendencia, que gozde un xito extraordinario entoda Europa, fue laImitacin de Cristo , de Toms de Kem-pis.

    Adriano instruy al prnci-

    pe en los dogmas fundamen-tales y en el respeto de lastradiciones del catolicismoromano. De la piedad delEmperador, no hay que dudar. Oa misa cada daal final, en Yuste, lleg a or tres y, en das sea-lados, asista tambin a vsperas y a otros oficios;guardaba los ayunos que ordena la Iglesia; los jue-ves santos, lavaba l mismo los pies de trece po-bres y les serva la comida. Su fe entenda poco desutilezas teolgicas. Ahora bien, dicha postura nosignifica que fuera indiferente a las cuestiones dog-

    mticas y dispuesto a cualquier concesin, sino to-do lo contrario. Desde el principio 19 de abril de1521, Carlos V estuvo en contra de Lutero. l nollegaba a entender cmo un hombre solo poda te-ner razn contra toda la Iglesia y rebelarse contraunas creencias y unas costumbres autorizadas porsiglos y siglos de una tradicin piadosa y colectiva; al atacar los dogmas fundamentales de la fe, Lu-tero para Carlos V haca ms difcil la reforma delos abusos que se haban introducido en la Iglesia.

    No cabe duda, pues, de que Carlos V fue con-trario a los luteranos. De esta constatacin hay quepartir para entender su poltica religiosa. Convienehacer una distincin entre los territorios en los queCarlos V tena una autoridad limitada y aquellos enlos que poda imponer su voluntad. All donde el

    Emperador tiene las manos libres, se muestra muyriguroso en la represin y no tolera ninguna conce-sin. En Espaa, ya el 20 deabril de 1521, ordena lucharcontra la propaganda lutera-na y confa en la Inquisicinpara castigar a los herejes.En Flandes, piensa primeroen establecer una Inquisicinal estilo de Espaa; para evi-tar cualquier choque con lasinstituciones de la tierra, pre-

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    Carlos V, en el centro de esteretrato de la famildel emperador Maximiliano, suabuelo (BernhardStrigel, AcademiaBellas Artes de Sa

    Fernando, Madrid

    Carlos Martnez ShawCatedrtico de Historia Moderna UNED, Madrid

    EL QUE LA HISTORIA HABRA DE CONO-cer como emperador Carlos V naci enGante el 25 de febrero de 1500, fue bau-tizado el 7 de marzo, recibiendo su nom-bre en recuerdo de su bisabuelo, el duque de Bor-goa Carlos el Temerario, y adquiri de inmediatoel ttulo de duque de Luxemburgo. Tan slo dieci-

    siete aos despus se convirti en el monarca mspoderoso del mundo y tras otros dos fue elegidocomo cabeza de la ms alta dignidad poltica delmundo cristiano, el Sacro Imperio Romano-Ger-mnico. Bajo su soberana quedaban, una serie deterritorios que distaban mucho de constituir unconjunto unitario y armnico, ya que la vincula-cin con la figura de su titular fue diferente en ca-da caso y muchas veces cambiante. Sin embargo,este dispar conjunto funcion bajo la direccincentralizada ejercida por la persona de Carlos.

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    Laberinto imperialCarlos hered un Imperio inmenso, compuesto por decenasde territorios que hablaban idiomas distintos, se regan por leyes diferentes, a veces se enfrentaban por cuestionesnacionalistas, religiosas o territoriales, tenan una

    vinculacin particular con el Emperador y unos interesescon frecuencia opuestos a su poltica

    Poco antes demorir, Carlos V quiso conocer en

    Yuste a su hijo bastardo, Juan de Austria, (recreacinhistrica deEduardo Rosalesque se expone en el Casn del Buen

    Retiro, Museo del Prado, Madrid).

    poda ser del agrado de nadie: elInterim de Augs-burgo que se transform, el 30 de junio de 1548,en ley del Imperio, algo precario, como lo dice lamisma palabra: se aceptaba el matrimonio de lossacerdotes y la concesin del cliz, pero nada sedeca de la devolucin de los bienes de la iglesia.En los aos que siguen, Carlos V parece desenten-derse de lo que pueda suceder en Alemania. Es suhermano, Don Fernando, quien prepara la solucindefinitiva, la paz de Augsburgo (25 de septiembrede 1555), en la que se llega a confirmar a cadabando lo que haba obtenido desde 1521; se re-nunciaba a toda armonizacin posible en dogmas yculto cada prncipe decidira de la modalidad reli-giosa de su Estado, nadie sera perseguido porabrazar la Confessio augustana . Era la consuma-cin de la escisin religiosa la territorializacin y la

    politizacin de la religin.Carlos V no pudo impedir la divisin religiosa deEuropa en dos bloques, protestantes y catlicos.Este fracaso es, quizs, el que ms le pes al Em-perador por tratarse de algo que afectaba a su pro-fundo sentido religioso y que adems se situaba enlas tierras patrimoniales de sus antepasados, aque-llas tierras que el borgon que nunca dej de serCarlos V se empe a transmitir a su hijo, Felipe II.As fue cmo los Pases Bajos quedaron separadosde la herencia austraca y unidos a Espaa, situa-cin que pronto plantear problemas insolubles al

    Rey Prudente. El ideal caballeresco, el conceptopatrimonial del Estado y el apego a la tradicin ca-tlica son sntomas de que, a pesar de vivir en unapoca de transicin hacia la modernidad, el Empe-rador segua conformndose a un ideario funda-mentalmente medieval. Por ello resulta muy difcilver en Carlos V un precursor de laidea de Europa .Esta palabra ni forma parte de su vocabulario. Pa-ra l, Europa es una mera expresin geogrfica. Loque le interesa no es Europa, sino la repblica cris-

    tiana, lo que, en la Edad Media y todava a princi-pios del siglo XVI, antes de la rebelin de Lutero, sellamaba la Cristiandad. Durante su reinado se lle-varon a cabo las conquistas de extensos territoriosen Amrica. Carlos V recibi personalmente a Ma-gallanes, al padre Las Casas, a Hernn Corts, a Pi-zarro; su confesor, fray Garca de Loaysa, fue du-rante unos aos presidente del Consejo de Indias y,sin embargo, el Nuevo Mundo ocup muy poco lu-gar en las preocupaciones del Emperador, que se-gua viviendo, a pesar de todos los descubrimien-tos, en un universo para l familiar.

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    L O S L T I M O S A O S D E Y U S T E

    En junio de 1553, Carlos V les haba pedido a sus hijos que, al ladodel monasterio de San Jernimo de Yuste, se le fabricara una casa para poder vivir como persona particular. Despus de abdicar, elEmperador llega a Laredo el 28 de septiembre de 1556. Se dirige a Jaran-dilla, donde reside hasta el 3 de febrero de 1557, como husped del con-de de Oropesa, mientras se acaba de terminar el palacete de Yuste: un edi-ficio sencillo de dos plantas con cuatro estancias por piso, con terrazas so-leadas y, enfrente, un pequeo estanque con tencas y una huerta feraz. Elgabinete y el dormitorio estn tapizados de negro, como seal de luto porla muerte de su madre. Abundan los tapices flamencos, las mesas de no-

    gal, los sillones de cuero... Sobre los muebles, cuadrantes, compases, as-trolabios, mapas, collares entre ellos cinco de la Orden del Toisn deOro, muchos relojes, mucha plata... Los libros son pocos, pero bien es-cogidos: obras de devocin destacan la Doctrina cristiana del doctorConstantino y el Libro de la oracin y meditacinde fray Luis de Grana-da, as como tratados de astronoma, geografa, filosofa La Consola-cin de la filosofa, de Boecio, historia laGuerra de las Galias, de Ju-lio Csar, la crnica de Luis de vila sobre las guerras e Ale-mania y libros de entretenimiento elCaballero deliberadode Olivier de la Marche. Carlos V se ha llevado a Yuste la pintura ms famosa del Tiziano, La Gloria.

    La impresionante casa que mantena el Emperador se ha reducido a pocas personas: un mayordomo Luis MndezQuijada, un secretario Martn de Gaztelu, unos ayudas decmara que encabeza Guillermo van Male, un flamenco deBrujas. De Brujas es tambin el mdico, Enrique Matisio. En-tre los que comparten la vida del Emperador en Yuste es denotar un italiano natural de Cremona, Juanelo Turriano, ma-temtico y genial inventor, especialmente encargado de velar

    por la coleccin de relojes y objetos cientficos. Fue en junio de 1558, tresmeses antes de morir, cuando el Emperador le pidi a Luis Quijada que lle- vase a Cuacos, para que pudiera conocerle, a su hijo natural, el futuro Don Juan de Austria.

    Nunca pudo Carlos V desentenderse totalmente de lo que ocurra en elmundo; cartas y mensajeros llegaban a Yuste informndole de lo que pa-saba en el mundo, particularmente la noticia de la victoria de San Quintn.El peor disgusto que se llev Carlos V en Yuste, y que le amarg los ltimosmeses de vida, fueron los focos luteranos que se descubrieron en Vallado-lid y en Sevilla.

    En noviembre de 1557 se haba producido un nuevo y brutal ataque degota, pero lo que padece el Emperador a partir del 30 de agosto de 1558se parece ms al paludismo, con una calentura muy elevada. En un mo-mento determinado, exclam el Emperador: Ya es tiempo. Enseguida to-m en una mano una candela bendita y en otra el crucufijo para rendir elespritu a su Creador. Su ltima palabra fue : Jess. Era el 21 de septiem-bre de 1558, a las dos de la madrugada.

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    Posesiones quehered Carlos V enEuropa y lmites del Sacro ImperioRomanoGermnico.

    17 Provincias en el crculo imperial (Reichskreiss )de Borgoa (de nuevo, el viejo trmino) pareciconferir una definitiva coherencia al conjunto delos Estados, aunque sta revelara bien pronto sufragilidad como demostr la secesin de las sieteProvincias del Norte (Holanda, Zelanda, Utrecht,Overijsel, Frisia, Groningen y Geldres septentrio-nal) bajo el reinado de Felipe II, que haba recibi-do la soberana de la totalidad de los territorios en1554 con motivo de su boda con Mara Tudor, rei-na de Inglaterra.

    Carlos recibi tambin de su abuela paterna otro

    territorio, el Franco Condado,junto con sus dependencias,concretamente el condado deCharolais, un territorio hundi-do en el interior de Francia,que fue regido desde la capi-tal del Franco Condado, comoun bailiazgo administrado porun teniente de gobernador. Alfinal de sus das, Carlos prefi-ri desligar al Franco Condado de sus vnculel crculo imperial de Borgoa y transfiri larana del territorio a Felipe II, de tal modo

    partir de entonces qued incorporado de modmanente a la Monarqua Hispnica.Su abuelo paterno, el emperador Maximilia

    leg, en primer lugar, el conjunto del archidude Austria, el solar de la dinasta de los Habgos, compuesto por los siete territorios de laAustria, Baja Austria, Estiria, Carintia, Carnirol y Vorarlberg. Tambin un conjunto falto mogeneidad, que sera en el futuro incluso ode sucesivas divisiones entre diversos miembla familia, aunque en este caso, pese a la ressabilidad que siempre acept sobre los mipatente en su defensa de Viena ante el avanceco en 1529, Carlos cedi su soberana en favsu hermano menor Fernando, mediante el Trde Worms de 1521 y las Convenciones de Brude 1522 aqu junto con el ducado de Wrberg, cedido al Emperador en 1520 por la Lig

    D O S S I E

    CASTILLA

    ARA GNCATALUA

    VAL ENC IA

    BALEARES CERDEA

    SICILIA

    TIROLCHAROLAIS

    FRANCO

    CONDADO

    FLANDES ART OIS

    BRABANTE

    LUXEMBURGO

    AUS TRI A ESTIRIA

    CARINTIA CARNIOLA

    GRANADA

    NAVARRA

    FRANCIA

    IMPERIO

    REINO

    DE

    POLONIA

    OTOMANO

    INGLATERRA

    IMPERIO

    GERMNICO

    Lisboa

    Melilla Orn Buga

    Madrid

    Pars

    Londres Amsterda m

    Roma

    Npoles

    Viena

    Belgrado

    Cracovia Praga

    Colonia

    Miln

    Palermo

    Munich

    Hamburgo

    Veneci a

    Marsella

    Barcelona

    Canal de la Mancha

    Ma r J ni co

    M a

    r

    A d r i t i c o

    Ma r Egeo

    MNe

    Ma r TirrenoEstrecho

    de Gibraltar

    Gol fo de Vizcaya

    A t l n t i c o

    O c a n o

    M a r M e d i t e r r n e o

    10 0 0 30 0 20 40

    0 20

    60

    50

    40

    erencia borgoona ( )

    erencia castellana ( )

    erencia aragonesa ( )

    erencia austriaca ( )

    mperio germnico ( )

    mite del acro Imperio

    E L R O M P E C A B E Z A S D EL O S P A S E S B A J O S

    El "Pas de Aquende" heredado por Carlos era un conjunto de 17 Provincias, ca-da una con un estatuto diferente: condado de Flandes, condado de Artois, con-dado de Hainaut, condado de Namur, ducado de Brabante, ducado de Limbur-go, ducado de Luxemburgo, seoro de Malinas, marquesado de Amberes, ducado deGelderland (castellanizado habitualmente como Geldres, incorporado en 1543),condado de Holanda, condado de Zelanda, seoro de Frisia (incorporado en 1524),seoro de Utrecht (incorporado en 1528), seoro de Overijsel (incorporado en1528, con el territorio de Drenthe), seoro de Groninga (incorporado en 1536, con

    el territorio de las Ommelanden) y condado de Zutphen (unido posteriormente alGeldres septentrional), ms las ciudades de Tournai (ocupada por Carlos V en 1521 y unida hasta 1677 a los destinos de Flandes), y de Cambrai (controlada militarmen-te desde 1543 e incorporada definitivamente en 1595 y tambin hasta 1677).

    Juramento de la entrada de Carlosen Bruselas en1514, segn una interpretacinhistrica de Henri Leys (Museo deBellas Artes,Bruselas).

    Cmo se armonizaron todas estas distintas piezasbajo una misma autoridad?

    Una herencia complicadaUna serie de hechos casuales hizo la fortuna po-

    ltica de Carlos: la muerte de su abuela, Isabel deCastilla (noviembre de 1504); de su padre, Felipe,llamado El Hermoso (septiembre de 1506) cuandoya era rey de Castilla por su matrimonio con Juana,hija de los Reyes Catlicos; la presunta debilidadmental de su madre, que hizo que el ejercicio del

    poder poltico quedase en manos de su abuelo, Fer-nando de Aragn. Mientras tanto, en enero de1515, en los Estados regidos por sus abuelos, Ma-ximiliano de Austria y Mara de Borgoa, Carlos re-ciba el ttulo de duque de Borgoa, que pona ba-jo su soberana los territorios borgoones salvadosde la derrota de Carlos el Temerario ante Francia(batalla de Nancy, en 1477).

    En enero de 1516, la muerte de su abuelo Fer-nando le convirti en rey de Aragn, lo que permi-ta a su crculo ntimo organizar un verdadero golpede Estado que proclamaba a Carlos no slo como

    legtimo monarca aragons,sino tambin como rey deCastilla, salvando las apa-riencias constitucionales conel aadido de una frmulaque pareca preservar los de-rechos, nunca abolidos, de sumadre la reina Juana (junta-mente con la catlica reina,mi seora), aunque este re-conocimiento fue siempre no-minal, hasta que la muerte,bien tarda, de La Loca (abril

    de 1555) permiti acallarcualquier escrpulo de tipoconstitucional.Finalmente, la muerte de suabuelo Maximiliano (1519) lepuso en posesin de los Esta-dos patrimoniales de Austria,ms el territorio del llamadocondado libre de Borgoa(conocido corrientemente co-mo Franco Condado) con susdependencias, as como losderechos a la corona impe-rial, reclamados y obtenidostras la eleccin, que fue cele-brada en Francfort el 28 dejunio de 1519.Las distintas piezas recibidasde sus cuatro abuelos (Pases

    Bajos, Aragn, Castilla y Aus-tria) encubran no slo reali-dades muy diferentes entres, sino muy complejas en supropio interior. Los PasesBajos, oficialmente unidosbajo el ttulo de ducado deBorgoa ttulo engaoso,

    usado como arma reivindicativa del territorio deBorgoa, ocupado por Francia, y que por tanto in-duce a confusin, eran en realidad un conjunto deEstados muy diversos con vnculos muy laxos entres, aunque en general se reconoca su unidad comoel Pas de Aquende (le Pays de De ), por oposi-cin al Pas de Allende, o sea la Borgoa incor-porada a Francia despus de 1477 con capitalidaden Dijon, insistente e intilmente reclamada porCarlos V a Francisco I, hasta la definitiva renunciadel Emperador por el tratado de Cambrai (1529).

    Los Pases Bajos, compuestos por 17 Provincias,constituan un Estado tan abigarrado y con unosnexos tan inestables que obligaron a Carlos V a unparticular esfuerzo poltico, dirigido a dar mayor co-hesin al conjunto. Esta intencin se manifest enla creacin de un rgano de gobierno central, ins-talado finalmente en Bruselas y encarnado en dosparientes del soberano, Margarita de Austria(1518-1530) y Mara de Hungra (1531-1555), ascomo en la institucin de otros rganos comunes atodos los territorios, los Consejos Privados, de Es-tado y de Hacienda. Finalmente, la insercin de las

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    Carlos V entra enBolonia para sucoronacin comoemperador,acompaado del papa Clemente VII(Juan de la Corte,Museo de Santa Cruz, Toledo).

    fuerzos se vieron condenados al ms absoluto fra-caso. A su muerte, los asuntos de Alemania queda-ran bajo la exclusiva responsabilidad de los Habs-burgos de Austria.

    La Monarqua HispnicaDe sus abuelos maternos, los Reyes Catlicos,

    Carlos V recibi gran parte de la pennsula Ibrica,junto con otra serie de dependencias repartidas porEuropa, frica y Amrica. Separados los dos gran-des reinos de Castilla y Aragn a la muerte de Isa-bel la Catlica, los hechos relatados de 1516 lamuerte de Fernando el Catlico ms el golpe de Es-tado, que permiti a Carlos compartir la soberanade Castilla con su madre y gobernar en exclusivale allanaron el camino para ser jurado heredero su-

    cesivamente por las Cortes reunidas entre 1518 y1519 en Valladolid, Zaragoza y Barcelona.La unin de las dos coronas en Carlos fue, sin

    duda, un elemento que contribuy decisivamente ala consolidacin de la Monarqua Espaola, consti-tuida de muy diversas piezas, pero cada vez conms instituciones comunes que actuaban como po-derosos vnculos ms all de la coincidencia de lasoberana de todas ellas en un mismo titular. Comocolofn, Fernando el Catlico hizo valer sus dere-chos al reino de Navarra por la fuerza de las armasen 1512, de modo que el nuevo Estado, inserto por

    voluntad expresa del rey ara-gons en la Corona castellana(1515) pese a conservar suspropias instituciones origina-les as como su propio siste-ma parlamentario contribuya reforzar la unidad peninsu-lar en vsperas de la llegadade Carlos.

    Castilla era sin duda elms poderoso de los dos com-ponentes bsicos de la uni-dad. Compuesta por una seriede territorios de denominacin diversa (reinGalicia, Len, Castilla, Murcia, Jan, Crdobvilla y el recin conquistado de Granada, prin

    do de Asturias, seoro de Vizcaya y provinGuipzcoa y Alava), todos ellos se configunitariamente como fruto de una historia comda desde los tiempos medievales y de una incin parlamentara comn (las Cortes), aunqtres provincias vascongadas mantuvieran unoros que les otorgaban cierta singularidad dentconjunto.

    Castilla, que haba incluido al reino de Grsin ninguna dificultad dentro de su marco concional, haba incorporado asimismo otros Eantes de la llegada de Carlos a la pennsula I

    D O S S I E

    Carlos V y la emperatriz Isabel.(Alonso de Mena,Capilla Real,Granada).

    Suabia, de tal modo que esta pieza de la herenciacarolina dej de estar bajo su autoridad a los pocosaos de la eleccin imperial. Slo algn tiempodespus de esta decisin, Fernando, el nuevo titu-lar de Austria, vio elevarse su posicin como con-secuencia de la adquisicin de los dos reinos deBohemia y Hungra esta ltima, bien es verdad,

    reducida al rea denominada la Hungrareal, el tercio occidental del territorio,tras la muerte de Luis II en la batalla deMohacs frente a las tropas de Solimn elMagnfico (1526).Tambin como nieto de Maximiliano,Carlos pudo defender sus derechos a lacorona imperial con los resultados posi-tivos bien conocidos. Naturalmente, elImperio trajo aparejada una serie de res-ponsabilidades, que obligaron a Carlos auna presencia asidua en los territoriosalemanes y a la adopcin de una serie de

    decisiones de gran trascendencia, espe-cialmente en lo relativo a la cuestinprotestante, como atestiguan los hechosacaecidos en las Dietas de Worms de1521 o de Augsburgo de 1530, la bata-lla de Mhlberg de 1547 o la firma de lapaz religiosa de 1555, tambin en Augs-

    burgo. En el marco alemn, adems, Carlos, si-guiendo la senda trazada por su abuelo, trat de en-contrar una frmula constitucional que permitierauna cohesin del conjunto de los Estados ms allde los actos puntuales de las Dietas, las eleccionesimperiales y los recursos sustanciados ante el tri-bunal imperial, pero en este sentido todos sus es-

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    C A R L O S V E N M H L B E R G

    Jinete sobre un hermoso caballo ricamente en-

    jaezado, esplndido en su armadura relucien-te y enarbolando en actitud marcial la larga lanza, la perfecta figura recortada sobre un cielorojizo que imaginara Tiziano es una de las imge-nes ms famosas del Emperador, reciente vence-dor en la batalla de Mhlberg.

    La magnfica obra del pintor veneciano evoca a uno de los conflictos mayores en la vida del Empe-rador, la cuestin protestante. En efecto, la Refor-ma, iniciada por Martn Lutero, se convirti prontoen un grave asunto de Estado con profundas impli-caciones religiosas y polticas, a las que Carlos V hubo de hacer frente de manera continuada. Pri-mero hubo de encontrarse con la actitud arrogan-te, segura en sus convicciones, del propio Luteroante la Dieta de Worms, el 17 y el 18 de abril de1521. Aunque el reformador no pudo ni quisoretractarse de sus opiniones y sus actos, Carlos lepermiti marcharse libremente tras su compare-

    cencia, dictando tan slo contra l una sentencia de destierro de las tierrasimperiales.La semilla de la discordia religiosa estaba, sin embargo, echada desde

    antes, desde la proclamacin de las 95 tesis en la puerta de la iglesia delcastillo de Wittemberg el da de Todos los Santos de 1517, y tambin la se-milla del conflicto poltico, desde la redaccin del llamamiento A la no-bleza cristiana de la nacin alemanaen 1520. Y as, mientras Luteroprecisaba su doctrina parapetado tras los poderosos muros de la fortaleza de Wartburg, los sucesivos intentos de conciliacin fracasaban en las Die-tas de Spira de 1529 y de Augsburgo de 1530.

    El enfrentamiento se hizo inevitable a medida que los prncipes alema-

    nes se iban pasando al campo protestante e iban

    afianzando sus posiciones con la creacin de la Li-ga de Smalkalda (1531). Finalmente, las fuerzasadversarias se decidiran por la guerra abierta,que culminara en la batalla de Mhlberg. El 24 deabril de 1547, un ejrcito imperial., mandado porel propio Carlos V y con el duque de Alba y Mau-ricio de Sajonia a la vanguardia, derrot a orillasdel Elba a las tropas de la Liga mandadas por JuanFederico de Sajonia, tras un ataque por sorpresa que diezm a los efectivos protestantes y termincon el apresamiento del propio prncipe elector.Mhlberg signific el cnit del poder de Carlos V en Alemania, pero en absoluto el fin de la con-frontacin. El llamado nterim de Augsburgo de1548 no fue aceptado por los prncipes derrota-dos, mientras que lavoltefacede Mauricio de Sa-jonia estuvo a punto de ocasionar incluso la cap-tura del propio Emperador en Innsbruck algunosaos despus, en 1552. Como consecuencia, Car-

    los hubo de reconocer el fracaso de su poltica alemana y resignarse a aceptar en 1555 la llamada Paz religiosa de Augsburgo, que tena todo elaire de una claudicacin, pues reconoca a los, soberanos alemanes eliusreformandi o derecho a introducir el protestantismo en sus territorios y estableca el principio decuius regio eius religio, es decir la obligacinde los sbditos de profesar la religin establecida en sus Estados por cada soberano.

    Y de esta forma podra decirse, por tanto, que la ms duradera conse-cuencia de la batalla de Mhlberg fue el bellsimo cuadro de Tiziano. Oja-l que siempre Apolo prevaleciese sobre Marte.

    C. M. S.

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    Medalla con el retrato de Carlos Icomo rey de Espaa (Jacobo

    Jonghelinek, Museo ArqueolgicoNacional, Madrid). Abajo, el desembarco del rey francs Francisco Ien Valencia trashaber cadoprisionero en Pava

    (Jos Corts y Blau,Museo del Ejrcito,Madrid).

    cuyo mandato la conquista del continente avanz amarchas forzadas con la incorporacin de los dosgrandes imperios de Mxico en los aos veinte yPer a partir de los aos treinta. Desde las basesde Mxico, la vieja Tenochtitln, y de la recin fun-dada Lima, o Ciudad de los Reyes, los conquista-dores espaoles se expandieron en todas direccio-

    nes, de tal modo que la mayorparte del Nuevo Mundo estu-vo bajo la soberana del Em-perador antes de su abdica-cin y muerte. Y, ms all,Carlos respald la expansinpor el Pacfico, reclamandolas islas Molucas a las querenunci definitivamente enfavor de Portugal por el trata-do de Zaragoza de 1529 y explorando otras aunque los frutos de esta poltica no se recoghasta el siglo siguiente, con la incorporacin

    Filipinas y de la Micronesia espaola.Encaje de bolillos

    Desde un punto de vista constitucional, las monarquas del Antiguo Rgimen fueron mquas compuestas. Es decir, la unidad de sobna, la existencia de unas regalas inalienablependientes del soberano (direccin de la pointerior y de la poltica internacional, recluta ejrcito profesional, acuacin de moneda, sma instancia judicial, etctera) y la promociuna serie de rganos comunes de gobierno fperfectamente compatibles con la existenciinstituciones separadas y de una serie de lib

    D O S S I E

    El complejoescenario polticode Italia en poca de Carlos V.

    ca. En primer lugar, la conquista de las islas Cana-rias haba permitido la inclusin del archipilagoen la Corona castellana, con la simple salvedad dela distincin entre las tres islas de realengo (GranCanaria, Tenerife y La Palma) y las cuatro islas se-

    oriales (Lanzarote, Fuerteventura, Hierro y La Go-mera), pero todas ellas bajo la soberana del rey deCastilla.

    Del mismo modo, el derecho de conquista habapuesto en manos de los Reyes Catlicos un rosariode fortalezas o presidios en la costa africana (Meli-lla, Mazalquivir, Pen de Vlez de la Gomera,Orn, Buga y Trpoli), a las que Carlos V aadi lagran plaza fuerte de Tnez (julio de 1535), aunqueperdi el control sobre Buga y Trpoli esta ltimapuesta bajo la vigilancia de los caballeros de la Or-den de Malta, instalados en esta isla por el Empe-

    rador en 1525. El reino oCorona de Aragn se compo-na asimismo de varias pie-zas, esencialmente los rei-nos de Aragn propiamentedicho, Valencia y Mallorca yel principado de Catalua.Aunque unidas todas las pie-zas bajo un mismo soberano(antes y despus de Fernan-do el Catlico), los reinosmantuvieron instituciones yhasta Cortes separadas. In-

    cluso el reino de Mallorcapresent como caractersticaconstitucional especfica lafalta de una representacinparlamentaria propia y laparticular articulacin de lastres islas mayores de Mallor-ca, Menorca e Ibiza dentrodel conjunto insular.Adems, el reino aragons sehaba prolongado fuera delas fronteras peninsularescon la incorporacin de loscondados de Roselln y Cer-daa, recuperados de Fran-cia por el tratado de Barcelo-na de 1493, y del reino deCerdea, vinculado desde laEdad Media de modo tan es-

    trecho que sus asuntos bajoCarlos V dependieron delConsejo de Aragn, antes deincorporarse ms tarde elConsejo de Italia, cuando lalgica geopoltica prim so-bre el criterio constitucional.Finalmente, los derechos di-nsticos aragoneses obtuvie-ron su reconocimiento, im-puesto frente a Francia por lafuerza de las armas, en el ca-so de la incorporacin efec-tiva desde enero de 1504 y

    sancionada desde marzo del mismo ao por el tra-tado de Lyon de los reinos de Npoles y de Sicilia,que mantuvieron instituciones separadas, con ungobierno independiente ostentado por sendos virre-yes nombrados desde Espaa, pese a la obvia uni-

    dad geopoltica. El ducado de Miln que haba es-tado intermitentemente bajo la soberana de Franciay de la familia Sforza revirti tambin en Carlos Vcomo feudo imperial en 1535, aunque el territoriofue cedido en 1540 al futuro Felipe II y unido asdefinitivamente a la Monarqua Hispnica.

    El seor del Nuevo MundoFinalmente, Carlos se encontr con una herencia

    materna en plena expansin. El descubrimiento deAmrica haba propiciado la ocupacin de las Anti-llas antes de la llegada del nuevo soberano, bajo

    14

    Niza

    Gnova

    Alejandra Turn

    Miln

    Parma

    Verona

    Trento

    Mdena Bolonia

    Florencia

    Viterbo

    Perusa

    Roma

    Aquila

    Tagliacozzo

    Pontecorvo

    Benevento

    Foggia

    Tarento

    Pisa

    Piombino

    Padua

    Venecia

    Pola

    Zara

    Ancona

    Chieti

    Bari

    Brgamo

    Oneglia

    Ajaccio

    Sassari NpolesSalerno

    Cosenza

    ReggioMesina

    Catania

    Siracusa

    Palermo

    Cagliari

    REINO

    DUC. DE

    FLORENCIA REP.DE

    SIENA

    DUCADODE

    SABOYA

    REPBLICA

    DE

    GNOVA REPBLICA DE RAGUSA

    DALMACIA (Venecia)

    PONTIFICIOS

    ESTADOS

    DE

    NPOLES

    REINO DE

    SICILIA

    RE P B LICA

    C O N FE D . H E LV TI C A T I R OL

    CARNIOLA

    CRCEGA

    e d i t e r r n e o

    a r

    a r

    i r r e n o

    DE VENECIA

    REINO

    DE

    CERDEA

    IMPERIO

    OTOMANO

    a

    r

    d r i t

    1. Marques. de Saluzzo 2. Marques. de Ponferrato 3. Marques. de Ceva 4. Princip. de Mnaco5. Milanesado6. Duc. de Parma 7. Duc. de Mantua

    8. Duc. de Ferrara

    9. Pontremoli 10. Duc. de Mdena 11. Princip. de Massa 12. Rep. de Lucca 13. Rep. de San Marino14. Duc. de Urbino15. Duc. de Castro

    osesiones de Carlos V ierras de la glesi a mites del acro mperio

    LA AVENTURA DE LA HISTORIA ON-LINE

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    Carlos V se retir al monasterio de

    Yuste para prepararse a una muerte cristiana.Recreacin del momento de suabdicacin, por Louis Gallait Stdelsschen,Kunstinstitut,Francfort).

    prometida situacin estratgica. Por el contrario, lainsercin de los Pases Bajos se revel particular-mente conflictiva, dando origen a la guerra de losOchenta Aos, que condujo a la independencia delas siete provincias Unidas del Norte, mientras elFlandes meridional, por ms que quedara amputa-do y debilitado a lo largo del siglo XVII, se mantu-vo bajo la soberana del rey de Espaa, al igual queItalia, hasta el tratado de Utrecht (1713).

    Una monarqua unidaFinalmente, la Monarqua de Espaa con sus

    prolongaciones coloniales en el Norte de frica, enAmrica y, ms tarde, en el Pacfico form un ter-cer conjunto de Estados individualizados dentro dela Monarqua Hispnica. En efecto, al margen de

    los conflictos constitucionales desatados en reina-dos sucesivos en la Corona de Aragn aunque nun-ca en el reino de Navarra ni en las provincias vas-congadas incorporadas a la Corona de Castilla, Es-paa se fue afirmando como una Monarqua unidafrente al resto de los territorios de la MonarquaHispnica. Esta realidad puede constatarse exami-nando la produccin legislativa, siguiendo el len-guaje de las cancilleras europeas y, tal vez, some-tindose a la prueba de la colonizacin de las In-dias, reservada en exclusiva a los naturales de Es-paa, es decir a los nacidos en la Corona de Cas-

    tilla sin necesidad de una mencin particularvascongados, tan numerosos en la empresa acana, en los cuatro Estados de la Corona degn (como participantes en el descubrimientel reino de Navarra (pese a su incorporacin prior al descubrimiento, lo que resulta muy sicativo) y en las islas Canarias, mientras que evidencia a contrario) quedaban fuera los natude Cerdea, Estado aragons desde tiemposnos, pero Estado italiano al fin y al cabo.

    En Yuste, Carlos ya haba podido constatala idea imperial no haba bastado para dotar deunidad a todos los Estados que haba heredadsus antepasados, por lo que el bloque germ(Austria y Alemania) qued definitivamente gen de cualquier tentativa en tal sentido. P

    contrario, esperaba la continuidad de otra reapoltica, todava muy amplia, que sera la de lnarqua Hispnica, con su primognito Felipesoberano de todos los Estados constituyenteembargo, dentro de la misma cobraba cuerprealidad menos dilatada, pero ms cohesionadrazones histricas, la de la Monarqua de Esfraguada por los Reyes Catlicos y afirmada ago de su reinado. Era la nica destinada a lhasta el da de hoy, a pesar de todos los avaexperimentados a lo largo de sus cinco siglexistencia.

    D O S S I E

    Anton Fugger, por Hans Maler, 1525,abajo en el centro, y

    Jakob Fugger, en undibujo de HansHolbein, a suderecha, financiaronlas guerras del Emperador.

    des, fueros o leyes fundamentales privativas de ca-da uno de los Estados. Y, sin duda, esta generali-zacin puede hallarse en todas y cada una de lasmonarquas que fueron constituyndose en Europadesde fines del siglo XV y a lo largo del siglo XVI.

    En el caso de Carlos, su soberana se ejerci so-bre tres bloques diferentes de Estados sin ningnotro lazo de unin que la persona del Emperador: elgermnico, el flamenco y el hispnico, al que encierto sentido apareca vinculado un cuarto bloque,el italiano, a travs de la Corona de Aragn.

    En el primero, el germnico, sus atribucioneseran muy laxas, pues si apenas respondan al es-

    quema de las nuevas monarquas absolutas en susterritorios patrimoniales, eran mucho ms limitadasen Alemania, donde su autoridad imperial era sola-mente una superestructura impuesta sobre la reali-dad de un conjunto de trescientos Estados sobera-nos, que adems se enfrentaron con Carlos en de-fensa de unas libertades que eran al mismo tiempopolticas y religiosas, dando lugar a una permanen-te inestabilidad constitucional que no sera resuel-

    ta y en sentido contrario a la poltica unitaria per-seguida por el Emperador y por otros sucesores su-yos de la casa de Habsburgo hasta la paz de West-falia de 1648.

    En Flandes, como se llam generalmente a losviejos Estados borgoones no anexionados porFrancia, Carlos se esforz tambin por dotar a losdiversos territorios de una estructura unitaria y porafirmar sus atribuciones soberanas sobre las insti-tuciones representativas, siguiendo la tendenciageneral de la Europa renacentista. Al final de susaos, opt por incluirlos, al igual que todos sus Es-tados italianos, dentro de la unidad superior de la

    Monarqua Hispnica, cuyo titular iba a ser su pri-mognito Felipe.El encaje de todas las Italias (Cerdea, Npoles,

    Sicilia y Miln) se oper, al margen de la modali-dad originaria de incorporacin, de un modo pacfi-co y sin sobresaltos hasta mediados del siglo XVII.Lo mismo ocurri en el caso del Franco Condado,que bajo los sucesivos soberanos espaoles llevuna vida polticamente apacible a pesar de su com-

    16

    E N M A N O S D E L O S B A N Q U E R O S

    Los ingresos ordinarios que nutranlas arcas del Emperador fueron insu-ficientes ante la envergadura poltica y militar de su dominio. Los recursos co-rrientes de la Real Hacienda carecan de la liquidez y de la regularidad tan precisas al

    dinero poltico con que se pagaba al di-plomtico, al consejero o al militar, proto-tipos del siglo. Con posterioridad, se guar-dar la fama del monarca, pero se repro-charn los empeos econmicos en esce-narios de combate infructuoso como La Goleta, gomia o esponja y polilla de la infinidad de dineros que all sinprovecho se gastaban, sin servir de otra cosa que de conservar la memoria de haberla ganado la felicsima del invictsimo Carlos Quinto. Tambin en El Quijote, se menciona a quienes negociaban individualmente o en com-paa los asientos, las escrituras de suministro y giro de crdito a los mo-narcas. El caballero andante quiere ser un Fcar para remediar los apurosmateriales de su seora. Castellanizaba el apellido de la saga de alemanesque haba pagado los sobornos para la eleccin imperial de Carlos y que,en lo sucesivo, financi los agobios de su reinado a cambio de cuantiosasprebendas.

    No fueron los nicos. Como estos Fugger catlicos, los Welser aunqueprximos a las doctrinas protestantes acudieron en ayuda de las finanzasimperiales. La larga nmina de acreedores refleja nacionalidades variadas:

    los tambin germnicos Adler y Hochsttter; pronto, flamencos, florentinoso genoveses; poco a poco, pero efmeramente, castellanos.Los costes que se impusieron a este crdito imperial fueron elevados.

    Las grandes remesas de plata americana fueron insuficientes y el incre-mento vertiginoso de los intereses al 12 por ciento anual reconocido, pe-ro operando en la prctica al 20 30 por ciento cuatrimestral condujo a situar sus amortizaciones sobre las rentas y derechos de la Corona, en oca-siones mediante la delegacin de su total administracin en manos de lascompaas internacionales. Las tierras de la Venezuela recin descubierta,los Maestrazgos de las rdenes militares, las recaudaciones de la Bula dela Santa Cruzada, las pagaduras de los Consejos... el rgimen fiscal caste-

    llano se pleg a lo largo del siglo a los requisitos de la deuda que se dis-par: 6.327.000 ducados entre 1520-1532; 6.594.000 entre 1533-1542;10.737.000 entre 1543-1551; 14.351.000 entre 1552-1556...

    Con todo, en poca del Emperador, las repercusiones de estas colosa-les operaciones financieras fueron relativamente positivas para el tejidoeconmico castellano. La prohibicin de exportacin de los metales pre-

    ciosos desde Castilla, donde liquidaban sus crditos e intereses los ban-queros cosmopolitas, foment el comercio de manufacturas y materiasprimas peninsulares. La mecnica de los crditos anim gran parte de la coyuntura expansiva del Quinientos. Todava en 1551, los Grimaldi con-cluyeron con el Emperador un contrato que les aseguraba el valioso mo-nopolio de las importaciones a los Pases Bajos de alumbre espaol, mi-neral bsico en la tintura de los paos manufacturados, tan necesario co-mo el pan para el hombre, escribira Vannuccio Biringuccio. Se necesitabannuevos prstamos ante los inminentesconflictos con Francia, y para los banque-ros deseosos de reembolsarse sus anti-cipos sobre la plata indiana la inversinde los importes cobrados por sus crditosen mercancas exportables de alto valorestratgico multiplicaba sus beneficios.

    Con Felipe II, aumentados los estragosde las guerras imperiales sobre la Hacien-da, las licencias de saca de metales pre-

    ciosos menudearon y el drenaje de la plata americana que duramente ha-ba filtrado el Csar Carlos a sus banqueros se hizo irremediable sin con-traprestaciones en otros sectores productivos. La repblica internacionaldel dinero alemana primero, luego genovesa fue la autntica duea delImperio y nica autoridad indiscutida. Como evidencia palmaria, el motnsalvaje de los tercios sin paga: saquearon Amberes durante la furia espa-ola de 1576 y slo se detuvieron ante la sucursal bancaria de los Fcares,respetada ante el grito alarmado de los capitanes: Alto aqu, que esto esde los alemanes!.

    BernardoHernndez

    Universidad Autnoma de Barcelona

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  • 8/12/2019 La Aventura de La Historia - Dossier015 Carlos v - El Reto de Una Herencia Planetaria

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    Carlos V tuvo

    responsabilidadesde gobierno desde una edad muy temprana (retratode Strigel, GaleraBorghese, Roma)En la pgina anterlos Reyes Catlicoran ante la Cruz,en el manuscrito dMarcuello (finaledel siglo XV).

    D O S S I E

    Ricardo Garca-CrcelCatedrtico de Historia Moderna Universidad Autnoma de Barcelona

    C OMUNIDADES Y GERMANAS DEBENinsertarse en el contexto de los proble-mas de invertebracin hispnica que jalo-naron el singular perodo de transicinpoltica, iniciada en 1504 con la muerte de Isabella Catlica y agravada por el bito del Rey Catlico,en 1516. La transicin, salpicada de crisis, vacila-ciones polticas y tensiones sociales, fue el caldode cultivo de esas revueltas. El retorno del rey Car-los en el verano de 1522, la victoria militar de Pa-va con el Tratado de Madrid de 1526, el matrimo-nio del rey con Isabel de Portugal, celebrado en esemismo ao en Sevilla, y el nacimiento del herede-ro, el futuro Felipe II, un ao ms tarde, fueron hi-tos que marcaron una nueva poca, en la que se

    evaporaron los sueos erasmistas, surgi la guerraen mltiples frentes y, al mismo tiempo, se estabi-liz la situacin interna en Espaa, a partir de loque Fernndez lvarez llama organizacin del n-cleo castellano y fundacin de una nueva dinasta,la de los Austrias. Un diseo poltico progresiva-mente castellanocntrico y un futuro claro, previs-to en la persona del heredero Felipe, permitieronbarrer por fin las sombras de una transicin polti-ca, la de 1504 a 1525, que se demostr cierta-mente difcil. Cuando Carlos se embarc por pri-mera vez hacia Espaa en el puerto de Flesinga

    (Pases Bajos), en septiem-bre de 1517, tena una ima-gen distorsionada del pasque iba a gobernar de inme-diato. El encuentro en Torde-sillas con su madre, Juana laLoca, y su primera confronta-cin con los procuradores delas Cortes de Castilla y Lenen Valladolid, en 1518, le hi-cieron tomar una primera de-cisin: alejar de Espaa a suhermano Fernando, en tanto

    que involuntario competidoral trono.En estos primeros contactoscon territorio espaol, Carlos

    conoci mucho mejor la Corona de Aragn que lade Castilla. En Zaragoza hubo de permanecer ochomeses, de mayo de 1518 a febrero de 1529. En es-te ltimo mes, estando en Lrida camino de Barce-lona, recibi la noticia de la muerte de su abueloMaximiliano y en Barcelona se hallaba cuando, en

    18

    En contra de versiones muy difundidas, las revueltas de 1519 a 1522 contra el Emperador, en lasCoronas de Castilla y

    Aragn, fueronprovocadas por causasmuy semejantes

    Difcil transicin:Comunidades y

    Germanas

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  • 8/12/2019 La Aventura de La Historia - Dossier015 Carlos v - El Reto de Una Herencia Planetaria

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    Salida de Carlos V de La Corua condestino a Gante en1520 ( Libro de

    Oficios de Salomn ,Biblioteca del Monasterio de El Escorial, Madrid).

    miaje, con la unin de la Corona de Aragn y deCastilla en situacin extraordinariamente delicada.Parece que la razn de Estado atribuida a Fernan-do el Catlico distaba de ser cierta. Su matrimoniocon Germana de Foix, sus esfuerzos baldos por lareproduccin, que hasta 1513 le hicieron confiaren la posibilidad de tener ms hijos, son indicati-vos de su concepto patrimonial de la Corona deAragn y de su escasa vocacin unionista, aparte

    de las querellas con su yernoo con determinados nobles.

    Su primer testamento de-muestra, como seal JosephPrez, que no le apeteca fa-vorecer las opciones de sunieto Carlos, sino ms bienponer palos en las ruedas deuna sucesin legtima por ladecisin de Isabel la Catlicay apoyada por las Cortes castellanas. La incde Fernando implicaba cierto afn de incordsalida lgica del proceso sucesorio y es muy

    ficativo que, en su segundo testamento, separCorona de Aragn y la de Castilla, estableciengencias diferentes para ambas.

    Del escaso sentido y voluntad unionista dnando es tambin significativa la ruptura de ladad de la Inquisicin en el periodo 1507-16. de 1483, Torquemada era Inquisidor General para Castilla como para la Corona de Arag1507, Fernando el Catlico escindi la Inquiespaola en dos territorios, con su correspondInquisidor General: Castilla, con Cisneros al los reinos de la Corona de Aragn, primerJuan de Enguera (que haba negociado el Trde Blois con Francia) y despus con Mercobispo de Tortosa. No es el momento de analizfactores de esa divisin inquisitorial (la nicarimentada por el Santo Oficio), pero parece evte que Fernando el Catlico, como ha seHillgarth, pensaba separar las dos Coronas.

    Movimientos interrelacionadosSiempre se ha sostenido que las Germana

    ron las revueltas que se produjeron en ValenciMallorca (en este caso, a partir de febrero de 1contra las autoridades locales de los respecreinos. Recientemente, Eulalia Durn ha dadalcance superior a las citadas revueltas, detrando la agitacin revolucionaria que vivanciudades catalanas por la misma poca. Del atico alcance de las Germanas son indicadorsignos visibles de la proyeccin que tuvieronlos dems reinos de la Corona de Aragn. Ulas acusaciones de los fiscales contra los agenados fue la de haber intentado comover el de Aragn, Catalunya e Mallorca, embiandonas propias para predicar la Germana e comlos pueblos con falsas y muy siniestras informnes. Bartomeu Monfort, uno de los abogad

    las Germanas, estuvo cerca de tres meses etalua, consiguiendo el apoyo de los tres estatos catalanes al virrey. Ms problemtica resumisin de Jernimo Soriano en Aragn, encde dar informacin contraria de lo que, converdad, los agermanados de este reino de Valhaban escrito y personalmente algunos habaa sembrar por el dicho reino de Aragn soboficiales de su majestad y caballeros de este rpara provocar a la gente popular de dicho reiAragn (...), y que hicieran la misma germanen este reino haban hecho*.

    D O S S I E

    E L H I J O N AT U R A L D EF E R N A N D O E L C AT L I C O

    Hijo natural de Fernando el Catlico y de la aristcrata catalana Aldonza Iborre, Alfonso de Aragn naci en 1470. Destinado desde su nacimiento a la carrera

    eclesistica, recibi una muy esmerada educacin. Culto humanista, escribinotables obras y ejerci activamente como diputado de Aragn. Fue virrey de Catalua y Valencia y arzobispo de Zaragoza. A la muerte de su padre, fue regente del Reino de Aragn hasta que las Cortes juraron rey a su sobrino Carlos I. Mantuvo siempre tensasrelaciones con los elementos flamencos que rodeaban al rey. En 1519, y ante la gene-ral sorpresa, su candidatura a la silla episcopal toledana fue desbancada por la del jo- ven Guillermo de Croy, sobrino del detestado valido Chivres. Quiz fuese sta una delas causas que provocaron su muerte en 1520, en el prlogo al levantamiento de lasComunidades. Le sucedieron en el arzobispado zaragozano sucesivamente sus hijos Juan y Fernando, fundador de la cartuja de Aula Dei y promotor del primer cronista delReino de Aragn, Jernimo Zurita.

    El cardenal Cisneros muricuando acuda al

    encuentro de Carlos(retrato por FelipeBigarny y Fernandodel Rincn, 1518). A la derecha, el hermano de Carlos,Fernando I deHabsburgo(miniatura del Libro

    de Horas de Fernando I ,Biblioteca Nacional,

    Viena).

    mayo de 1519, le notificaron que habasido elegido emperador. En Catalua re-sidi hasta febrero de 1520, en que sedesplaz rpidamente a Castilla.

    All volvi a visitar a su madre en Tor-desillas, donde convoc Cortes a cele-brar en Galicia. Las Cortes de Santiago-La Corua,en abril de 1520, le hicieron sudar sangre al reyantes de que pudiera conseguir lo solicitado, viajar

    a Inglaterra en mayo y ser coronado, finalmente,emperador en Aquisgrn, en el mes de octubre de1520. Se ha hablado mucho de las Comunidades yde las Germanas como el precio del Imperio. Sinnegar los problemas generados por la eleccin im-perial, las revueltas fueron ante todo el precio deuna transicin muy difcil y sinuosa.

    Una vertebracin muy dificultosaLos doce aos que transcurrieron entre la muer-

    te de Isabel y la de Fernando se caracterizaron porcontinuos bandazos. Hasta 1506 prim el enfren-tamiento entre Fernando y su yerno Felipe el Her-moso, apoyado ste por buena parte de la noblezacastellana, lo que motiv el matrimonio del rey Ca-tlico con Germana de Foix, sobrina de Luis XII, yel tratado de Blois con Francia, antes de su des-plazamiento a Npoles. La muerte de Felipe, enseptiembre de 1506, abri un nuevo ciclo poltico

    hegemonizado, de nuevo, por Fernando, que inter-n a su hija Juana en Tordesillas, en 1509, y pusoen cuestin la unin territorial de las Coronas deCastilla y de Aragn cuando naci un hijo (Juan) desu matrimonio con Germana de Foix; un nio quemuri a las pocas horas y que ha disparado todaslas hiptesis sobre lo que hubiera podido ocurrir dehaber vivido.

    Fernando hizo dos testamentos. Uno en 1512,en Burgos, que otorgaba la condicin de heredero aCarlos, pero asignando a su hermano Fernando laregencia en Castilla. Este testamento llen de in-

    quietud al crculo flamenco de Carlos,hasta el punto de que Adriano deUtrecht tuvo que desplazarse a Espaapara negociar con un Fernando nadaproclive a facilitar las cosas a su nietomayor. Un segundo testamento, de ene-

    ro de 1516, rectificaba, sin embargo, los trminossucesorios: el heredero sera Carlos, con Cisneroscomo regente en Castilla y con Alfonso de Aragn,

    el arzobispo de Zaragoza, hijo natural del rey, comoregente en la Corona de Aragn.Era patente la extrema fragilidad de aquel anda-

    20

    C I S N E R O S : D I P L O M T I C O ,I N T E L E C T U A L E I N Q U I S I D O R

    Francisco Jimnez de Cisneros naci de familia hidalga en Torrelagu-na en 1436. Estudi la carrera eclesistica en Alcal y Salamanca y,en 1480, su protector, el cardenal Mendoza, le alz hasta capellnmayor de Sigenza. Inmerso en la observancia franciscana, se retir a la vi-da eremtica, de la que le sac la reina Isabel cuando en 1492 le nombrconfesor personal suyo. Arzobispo de Toledo en1495, organiz con gran efectividad snodos,constituciones diocesanas e impuls toda clase

    de iniciativas y reformas de la vida y organiza-cin religiosas. Reformador de monasterios,conventos y rdenes mendicantes, su extremada campaa de evangelizacin de los musulmanesgranadinos provoc los levantamientos de Gra-nada y Las Alpujarras de 1499.

    Muerta su protectora Isabel, se alz como fi-gura poltica de primer orden. Medi entre Fer-

    nando y su yerno Felipe el Hermoso y, desaparecido ste, Cisneros presi-di la Junta de Regencia de Castilla. Un agradecido Fernando le hizo car-denal y le dio el mando supremo de la Inquisicin. Al mismo tiempo, or-ganizaba la poltica de expansin armada por el Norte de frica. El testa-mento de Fernando le convierte en 1516 en regente del Reino, frente a la

    oposicin de los flamencos, que esperan la llegada de Carlos I. Debi enfrentarse enton-ces a brotes revolucionarios e intrigas nobilia-

    rias, que sofoc con gran energa. Muri enRoa, Burgos, el 8 de noviembre de 1517,cuando se diriga hacia la costa para recibir aljoven Carlos I. En el plano humanista, susaportaciones son elementos fundamentales enla cultura hispana: Universidad Complutense(1498) y Biblia Polglota,elaborada entre losaos 1514-17.

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  • 8/12/2019 La Aventura de La Historia - Dossier015 Carlos v - El Reto de Una Herencia Planetaria

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    Padilla, Bravo y Maldonado fueronajusticiados por liderar la revuelta comunera deCastilla contra Carlos V (leo de

    Antonio Gisbert,Congreso de losDiputados, Madrid).

    Parece incuestionable la gran admiracin quelos dirigentes de la Germana sentan por los lde-res comuneros. La derrota de Villalar, el 23 de abrilde 1521, produjo gran conmocin en Valencia y es-pecialmente entre los agermanados, quienes segnse afirmaba, stavan tan apassionados con la Junc-ta de Castilla que no suffrian que nadie osase dezirla victoria de los gobernadores. Falsificaron una le-tra, la qual hizieron imprimir y publicar por la ciu-dad, en que se rezava la batalla de Johan Padillacon los gobernadores, y davan al dicho Padilla lavictoria. Y si algunos mercaderes tenan letras de laverdad, amenazaban y maltractvanlos porque nolas publicasen.

    Despus de Villalar, se constata la presencia enValencia de numerosos comuneros, que engrosaronlas filas de los agermanados radicales, y no seraextrao, aunque no existen pruebas definitivas porahora, que el ltimo lder agermanado, EnriqueManrique de Ribera,lEncobert el Encubierto hu-biese sido comunero.

    Por ltimo, debe terminar el mito de la ausenciade proyecto poltico en las Germanas en contrastecon las Comunidades. Es indiscutible que puedenestablecerse en ambas revueltas sendos perodos,moderado y radical. En las Comunidades, el mode-rantismo acab con el traslado de la Junta a Torde-sillas, en septiembre de 1520, y la declaracin deguerra al mes siguiente; el radicalismo fue fugaz yresult cortado drsticamente en Villalar en abril de

    1521, con la capitulacin deToledo en octubre del mismoao y con el perdn generalcon 293 comuneros exclui-dos en octubre de 1522. Enlas Germanas, el moderantis-mo acab en octubre de1520 con la eleccin impe-rial, aunque fue en los prime-ros meses de 1521 cuandoocurrieron toda una serie deactividades propiamente revo-lucionarias. La guerra comen-z en el verano de 1521: victorias de las tropanrquicas en Castelln y Sagunto, victoria agnada en Ganda y derrotas definitivas de losmanados en Orihuela, Sagunto, Valencia y XLa descentralizacin agermanada parece evidpor eso no existe un Villalar conclusivo, pero ello cabe minimizar el ideario poltico que putener los agermanados. ltimamente, Vicent ha aportado interesantes elementos de juicio apecto.

    De julio de 1519 a julio de 1520, las relanes del rey con los agermanados fueron ptEl apoyo, primero de Chivres, despus de no de Utrecht y Antoni Agust, es bien paLos agermanados parecan no tener ningn epulo foral por el hecho de que el rey no celeCortes en Valencia en 1519, ni jurara fuero

    D O S S I E

    Soriano vio amenazada su vida en la ciudad deZaragoza cuando hubo una emboscada de gentearmada en el puente del Ebro (...), para matarlo. Yeso haban tramado Gonalo de Arcos (lder radical)y otros agermanados que estaban en Zaragoza; porlo cual el salmedina y los jurados de dicha ciudadlo acompaaron aquella noche hasta su casa, paraque no recibiese mal, estando avisados de dichaemboscada*.

    Mucho mejor documentadas estn las relacionesentre los agermanados de Valencia y Mallorca. Alparecer, fueron los valencianos quienes enviaronemisarios con objeto de implantar la Germana enla isla, siguindose por esta causa la conmocinde Mallorca y la expulsin del virrey y todos losotros excessos y desrdenes de aquella isla. Vicia-na informa de las cordiales relaciones entre los di-rigentes agermanados de ambos reinos. Los radica-les valencianos elogiaban la crueldad con que losde Mallorca haban procedido contra los traidores(mascarats ), proclamando que al final, tendremosque hacer con estos traidores enmascarados (los deValencia) lo mismo que han hecho en Mallorca.Una vez reducida la ciudad de Valencia, los radica-les de Xtiva y Alzira continuaron sus contactos conlos mallorquines a travs del puerto de Cullera,desde donde tenan el paso seguro para ir a Ma-llorca y enviar avisos de Mallorca a aqullos y deaqullos a Mallorca*.

    Pero no slo hubo intercomunicacin de los di-versos reinos de la Corona de Aragn. Tambin hu-bo muestras de evidente relacin de simpata mu-tua entre comuneros y agermanados.

    Simpatas comuneras en ValenciaLos agermanados fueron acusados de haber

    mantenido contactos con la Juncta de Castilla y,especialmente con la ciudad de Toledo, por dondese puede bien dezir que de Valencia ha nascido elprincipio y origen de todos los males de Espanya,porque de aqu provino que los de Toledo, cres-ciendo su malicia, scrivieron a la ciudad de Gante,en Flandes, en mucho prejuhicio de la cesrea ma-gestad, por comover aquellos pueblos e subvertir detodo su dominio.

    Por su parte, los procuradores fiscales no duda-ron en acusarles de que favorecan a la Junta deCastilla, con la cual tenan muchas inteligencias*.Igualmente, el 24 de enero de 1521, el cardenalde Tortosa y el almirante de Castilla escribieron alos Trece para pedirles que impidiesen la salida degente de Valencia en ayuda de los comuneros, loque permite suponer que el riesgo del posible con-tacto entre ambos movimientos era contempladocon preocupacin por los gobernadores de Castilla.Los comuneros de Murcia segn Viciana se unie-ron a los agermanados, pero al parecer, slo fue unepisodio espordico.

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    C O M U N I D A D E S : E L F I N D E L E Q U I L I B R I OM E D I E V A L D E P O D E R E S

    El 19 de septiembre de 1517, Carlos I desembarca en la costa astu-riana. El 8 de noviembre, el regente Cisneros muere en Roa, Burgos,en camino para encontrrsele. El 2 de febrero de 1518 se abren lasCortes de Valladolid, donde se manifiestan los agravios del clero, nobleza y ciudades frente al caprichoso reparto de cargos e ingresos que el rey ha-ce. Con todo, le conceden un servicio de 600.000 ducados, pidindole nomodifique el sistema fiscal de la alcabala, y marcha para ser jurado mo-narca en los Estados de Aragn.

    Las malas cosechas, el alza de precios y el desnimo por el absentismodel rey se unen a la indignacin por la presencia de extranjeros en los msaltos cargos. Desde Barcelona, Carlos manipula su eleccin imperial y, enjunio de 1519, recibe noticia de su eleccin. Debe convocar Cortes para recabar fondos y lo hace en Santiago y La Corua (31 de marzo-19 de ma- yo), alejndose del conflictivo corazn de Castilla. El clima de desconten-to es ya manifiesto y no cesa de extenderse.

    El Concejo de Toledo, encabezado por Padilla, ya haba visto ignorada en las Cortes de Valladolid su peticin de que se mantuviese el sistema fis-cal de la alcabala, conquista irrenunciable de comerciantes, profesionalesliberales y algunos caballeros. Ahora, sus representantes no son admitidosen La Corua. Estalla la rebelin en Toledo. Por presiones y amenazas, lasCortes otorgan 220 millones de maravedes y Carlos marcha a Alemania. Adriano de Utrecht queda como regente del reino. Se extienden los tumul-tos por Segovia, Zamora, vila, Salamanca, Valladolid, Toro, Cuenca, Gua-dalajara, Burgos... Los sectores ms liberales de la oligarquas urbanas,con algunos nobles medios y clrigos, lideran la revuelta. Junto al toleda-no Juan de Padilla, destacan personajes como el segoviano Juan Bravo y elsalmantino Francisco Maldonado. Tras el incendio del gran centro comer-

    cial de Medina del Campo, los comuneros reciben el apoyo de importan-tes ciudades de Andaluca y Extremadura.

    El 29 de julio de 1520 se constituye en vila la Junta Santa: es la ruptu-ra institucional con el monarca. El 24 de septiembre, la Junta obtiene la aprobacin de la reina Juana, recluida en Tordesillas. Sobre esta base delegitimidad, los junteros tratan de conseguir el sometimiento del poderreal a los principios y normas del derecho tradicional castellano. La Coro-na legislara y gobernara, pero lo hara en coparticipacin con las Cortes.

    No era una revolucin institucional, sino un intento de revitalizar la idea del contrato medieval. Buscaba una Monarqua asentada en la Pennsula y basada en el poder municipal.

    La Junta se erige en Gobierno legtimo: crea tribunales de Justicia, or-ganiza una administracin, impulsa la poltica econmica y constituye una milicia armada. En otoo de 1520, el cardenal Adriano consigue recom-poner sus fuerzas: oficiales, ricos mercaderes, nobles y elementos mode-rados asustados del radicalismo comunero. Burgos abandona; es el puntode incidencia del enfrentamiento y le siguen las ciudades de la Castilla nor-tea y las de Andaluca. Es en este momento donde intervienen activamen-te en la lucha comunera figuras como las del obispo Acua y el caballeroPedro Girn.

    Crecen las contradicciones internas en la Junta: patricios frente a ple-beyos; las ciudades frente al campo. Los nobles se aproximan al bandorealista y ello decide la guerra. En diciembre, los realistas toman Tordesi-llas. El 23 de abril de 1521 tiene lugar la decisiva batalla de Villalar. Losprincipales dirigentes comuneros son ejecutados pblicamente. Toledo semantiene en un plano testimonial durante algunos meses al mando de la viuda de Padilla.

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    El cardenal Adriano de Utrecht recibe a los lderes de las Germanas (JosBenlliure, Real Sociedad Econmica de Amigos del Pas,

    Valencia).

    relegado de su cargo de capitn general y el poderpas a los revolucionarios Urgells y Peris. Se pro-clam entonces que no exista rey, porque nuncavolvera a Espaa, e incluso se lleg a preparar laeleccin de un nuevo monarca. El da en que VicentPeris se enfrent al marqus de Zenete y encontrla muerte en su casa de Valencia, la gente lo vito-reaba diciendo: Dios guarde a Vicent Peris de

    traidores y le d victoria, y viva Vicent Perisel rey y todo el mundo!*.

    Desde abril de 1521, los radicales agermanintentaron nombrar un nuevo rey. Pensaron, pro, en Fernando de Aragn, duque de Calabrla Casa Real de Npoles, despojado de su tro1501. Estaba preso en Xtiva y se le ofreci bertad y el trono. El duque contest: yo me

    G E R M A N A D E F O I X : L A M A N O M C O T I Z A D A D E L R E I N O

    Hija de Gastn de Foix y de Mara de Orlens, hermana de Luis XII,naci en 1488. Amenazado por Castilla, Miln y Npoles, el viudoRey Catlico gestion su matrimonio con Germana. El rey francs leconceda el Reino de Jerusaln y la mitad de sus de-rechos sobre Npoles. Si hubiera hijos, Fernando secomprometa a transmitirles Aragn Npoles y Sici-lia. El 19 de octubre de 1505 tuvo lugar la boda porpoderes y, en marzo de 1506, se encontr con suesposo en la villa de Dueas. Entre septiembre de1506 y julio de 1507 residieron en Npoles comotitulares del Reino y regresaron tras la muerte deFelipe el Hermoso. El 3 de mayo de 1509 naca elque sera su nico hijo, Juan, que vivi pocas horas.Lugarteniente general de Catalua, Valencia y Ara-gn, presidi varias Cortes generales.

    El 23 de enero de 1516 mora Fernando en la localidad extremea de Madrigalejo. Aadida a la

    herencia de su marido, Carlos I le dio jurisdiccin sobre la valo, Madrigal y Olmedo. Por indicacin de Carlos, cas partidario, el marqus de Brandeburgo. Durante este matri

    Fernndez lvarez mantuvo relaciones Carlos, del que habra tenido una hija, dIsabel. En 1523, Carlos la nombr lugartneral de Valencia y a su marido, capitn Reino.Los dos personificaron la represin quefracaso de las Germanas. Viuda por segus en 1526 con Fernando de Aragn, dulabria. Carlos I les nombr virreyes dedonde organizaron una pequea pero brite. Muri en 1538. Segn escribi Prudendoval, era poco hermosa, algo coja, muholgarse y andar en banquetes, huertas, fiestas.

    D O S S I E

    Pacificacin de las Germanas valencianas por mediacin de la ciudad de Zaragoza(Marcelino de

    Unceta, DiputacinProvincial,Zaragoza).

    esta ciudad. Sus expectativas en esta primera fa-se trascendan del marco gremial y municipal. Pe-dro Mrtir d'Anglera insisti en los prejuicios va-lencianos respecto al Imperio: El Imperio no s-lo no era conveniente para estos reinos, sino tansiquiera para el propio rey, y acaso, por el contra-rio, resultara un perjuicio. Afirmaban que era librey gozaba de sus prerrogativas; bajo el Imperio seconvertira en una provincia miserable. Califica-ban el nombre del Imperio de hinchada ambiciny de viento vano. Por qu hemos de felicitar anuestro rey, si las rentas del Imperio son tan cor-tas? Si no ha de ganarse a ningn soldado ale-mn para hacer la guerra sino a costa de grandesdispendios? Pluguiera a Dios que tal fantasmahubiera cado sobre el francs! Nosotros hubira-mos disfrutado de nuestra paz y de nuestro rey!Se agotarn nuestras huestes, se secarn nuestros

    campos y nosotros pereceremos de hambre, mien-tras tierras ajenas se saturan de nuestro pan...Pero no parece que esta antipata les llevase auna colisin con Carlos I.

    Radicalizacin y represinSin embargo, desde marzo de 1521 las confron-

    taciones directas con el Emperador fueron nota-bles. As, durante el carnaval de este ao, en vs-peras de la guerra, los radicales agermanados pu-sieron hun dia en el mercado de Valencia, a la en-trada de una calle que se dize el Trenque, una fi-gura del emperador con la tiara en la cabea, ca-bea abaxo y las nalgas descubiertas. Cobra y des-cobralo con una vela de lieno porque la gente msall se allegase, de donde nasci mucha burla yscarnio, y a muchos paresci mal, porque se inter-pret por muchos a mala intencin.

    Se fueron generalizando lasopiniones irrespetuosas e in-solentes hacia Carlos I, pro-clamando pblicamente losagermanados que, si el reyviniesse en Spanya e no hi-ziesse lo que ellos queran,con hun cuerno al rabo le ha-ran volver a Flandes.Con la guerra y la consiguien-te toma del poder por los l-deres radicales revoluciona-rios, se perdi todo respetopor la figura de Carlos I, auncuando Joan Caro proclamaseque el pueblo haca la guerrapor la defensa del Real Patri-monio, en un intento deses-perado por evitar el enfrenta-miento con el soberano. Perotodo result intil; Caro fue

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    G E R M A N A S , U N A B O F E T A D A A L O SS E O R E S F E U D A L E S

    Conocida su eleccin imperial, sale Carlos de Barcelona hacia Cas-tilla sin haber convocado las Cortes valencianas; es el nico Reinoque no rene a su asamblea y la clase dirigente se siente margina-da. Los continuos ataques de la piratera musulmana y la situacin socialen las ciudades y el campo han creado un clima efervescente. Ahora, an-te el abandono en sus funciones del Gobierno municipal y la nobleza, losgremios de artesanos deciden llenar el vaco de poder y Carlos, dispues-to a la concesin por la premura de su inminente marcha, les autoriza para organizar la defensa armada de la costa. Se forman las hermanda-des o germanas.

    El cardador Juan Lorenzo se pone al frente de la Junta de los Trece, in-tegrada por plebeyos que toman el gobierno local mientras el virrey, los pa-tricios y la nobleza huyen. Tras reconocer la soberana del rey, toma dis-posiciones para acabar con el caos en todos los rdenes: administrativo,financiero y de abastecimientos. Nobles y oligarcas denuncian la usurpa-cin del poder y les niegan legitimidad.

    Cuando el movimiento se extiende por todo el reino a semejanza de la

    capital, artesanos y menestrales se alzan con el poder ante la huida de lasautoridades. Las victorias que los agermanados obtienen en Ganda y Xti- va sobre el virrey, en el verano de 1521, asustan al monarca y a la noble-za, que organizan decididamente la reaccin.

    En Almenara, en agosto de 1521, se produce el encuentro decisivo, se-guido por la nueva derrota agermanada en Orihuela. En noviembre, losagermanados dirigidos por Vicente Peris y refugiados en la capital sonaplastados y se reinstala la oligarqua tradicional de patricios y caballeros.Una fuerte represin y elevadas multas sobre las ciudades cierran el san-griento episodio.

    El movimiento mostr una naturaleza puritana y milenarista, productode un profundo malestar, que afectaba tanto a las relaciones sociales y a los sistemas de produccin como a la ordenacin municipal y al mismosistema seorial; la poblacin mudjar, considerada sustento del podernobiliario, fue objeto de los ataques de los agermanados. A la derrota en Valencia sigue la de los agermanados mallorquines, mediante el desem-barco de la Armada Real en la isla, en marzo de 1523.

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  • 8/12/2019 La Aventura de La Historia - Dossier015 Carlos v - El Reto de Una Herencia Planetaria

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    Marina Alfonso MolaProfesora de Historia Moderna UNED, Madrid

    C

    UANDO EL ANCIANO CARDENALCisneros apresuraba el paso por losdifciles caminos invernales para lle-gar al encuentro de Carlos, proclama-

    do en los Pases Bajos rey de Castilla y Aragny recin desembarcado en las playas de Asturias,apuraba las etapas con la evidente intencin de ex-plicarle muchas cosas que le convena saber parael buen gobierno de sus nuevos Estados. Entre es-tos asuntos que su muerte en la localidad burga-lesa de Roa le impidi relatar al soberano figura-ra, sin duda, un informe sobre los lejanos territo-rios de Amrica. De esta nueva frontera le preocu-paba en concreto la empresa que, personalmente,haba encomendado a los monjes de la orden jer-nima: que restablecieran una situacin que se ha-ba desordenado peligrosamente por obra de losconquistadores y encomenderos. stos estabanms preocupados por su medro personal quepor la labor de evangelizacin de los indios,una labor que justificaba la presencia es-paola en el Nuevo Mundo, destinadoa encarnar la utopa evanglica fren-te a un mundo antiguo ya definiti-vamente corrompido.

    A su llegada a Espaa, Carlosse encontr con mucho hecho,pero hara mucho ms, ya quedurante su reinado se toma-ron decisiones trascendenta-les para el futuro de las tie-rras recin descubiertas,en el triple plano de la ex-ploracin, conquista ycolonizacin de los nue-

    Amrica, entre laplata y el Evangelio

    Busto policromadde Carlos V adolescente(Conrad Meit,Museum voor Schone Kunsten,Gante).

    Carlos V comprendi muy pronto la importancia del Nuevo Mundo: como soportefinanciero de su poltica europea, como pieza capital de su prestigio y como territorio sobrecuya administracin y evangelizacin tena inexcusables responsabilidades

    D O S S I E

    Escudo imperial deCarlos V (1550),Puerta de la Bisagra,

    Toledo (la imagenes cortesa de la editorial Lunwerg).

    ra destas ventanas abaxo an-tes de verme en poder de tanvil gente como vosotros seys.En marzo de 1522, surgi unanueva posibilidad con El En-cubierto. El primer Encubierto(llamado Enrique Manriquede Ribera) se erigi, con sudiscurso en Xtiva, como can-didato en tanto que supuestohijo de Don Juan, hijo de losReyes Catlicos; se trataba,en realidad, de un judo con-verso originario de Orn, quefue asesinado en mayo de1522. Surgi, despus, todauna serie de Encubiertos: elplatero Joan Bernab, que in-tent prolongar la revuelta enAragn; Antn Navarro, labra-dor, y Joan lo Portugus, capelln.

    En julio de 1522 retorn Carlos a la Pennsula yasegur en una carta: tomar lo de ah muy de ve-ras, lo que signific la condena a muerte de Soro-lla, el cese del virrey Diego Hurtado de Mendoza yel nombramiento de Germana de Foix como virrei-na de Valencia en marzo de 1523, cargo que de-sempeara hasta octubre de 1536. Germana deFoix desencaden una feroz represin de la revuel-ta. En esa poca se relacion con el duque de Ca-labria, preso en Xtiva como se ha visto, con el que

    se cas en 1526 y, en mayode 1528, entraba el Empera-dor en Valencia donde poracumulacin de la gente sehundi el puente del Real,muriendo ms de mil perso-nas.El Carlos de 1528 haba op-tado por Castilla. Su identifi-cacin con esta Corona eraevidente, acentuando la peri-ferizacin de la Corona deAragn. El milenarismo tandel gusto de la sociedad va-lenciana de estos aos (parti-cular xito tuvo al respecto laobra de Joan Alemany) pare-ca, en 1528, en vas de con-firmacin. Fue en esa pocacuando las Coronas de Casti-

    lla y de Aragn se distanciaron. Tengo la conviccinde que comuneros y agermanados, con sus diversasvariantes, lucharon por factores o causas muy pr-ximas, si no idnticas. Fue