La carcajada divina. Cristian Ezequiel Guarinos

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CRISTIAN EZEQUIEL GUARINOS LA CARCAJADA DIVINA y otros ensayos EDICIONES TILACINO FILOSOFÍA

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La risa, el arte, la moral, epicúreos y cínicos, la prostitución en la época clásica, Nietzsche y Schopenhauer, la doctrina del don, la sofística, la tragedia, la lírica, la comedia, la problemática disciplinar contemporánea: todas cuestiones abordadas en esta compilación de ensayos, clases y conferencias, donde el joven autor despliega con agraciada retórica diversos problemas y curiosidades del ámbito filosófico, ofrendándonos un recorrido digno del apasionamiento tanto de profesionales como de entusiastas.

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CRISTIAN EZEQUIEL GUARINOS

LA CARCAJADADIVINAy otros ensayos

EDICIONES TILACINOF I L O S O F Í A

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LA CARCAJADA DIVINAy otros ensayos

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CRISTIAN EZEQUIEL GUARINOS_______________________________________

LA CARCAJADA DIVINAy otros ensayos

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EDICIONES TILACINOF I L O S O F Í A

* * *2013

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Guarinos, Cristian EzequielLa carcajada divina: y otros ensayos / Cristian EzequielGuarinos; edición literaria a cargo de Natalia Sinde.- 1aedición.- Junín: EdicionesTilacino, 2013. 182 p.; 15x11cm.ISBN 978-987-29095-1-21. Filosofía. 1. Sinde, Natalia, ed. lit. II. Título.CDD 190

Fecha de catalogación: 13/02/2013

Diseño de portada e interior: Natalia SindeImagen de portada: Fragmento del grabado

Sileno Borracho (Ribera, 1626).Edición: Natalia Sinde

E D I C I O N E S T I L A C I N OBlog: tilacinoproducciones.blogspot.com.arE-mail: [email protected] en Facebook:Tilacino producciones

Queda hecho el depósito que marca la ley 11.723

La obra se encuentra bajo licencia BIENES COMUNES CREATIVOS.Ud. tiene derecho a copiar, distribuir, exhibir y representar la obra

siempre que: reconozca y cite al autor y no tenga fines comerciales.

Impreso en Argentina

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Dedicado a mis padres y a mi hermana.

A Natalia, por la vitalidady a su familia, por el ánimo y el apoyo constante.

A los profesores que me convidaron su pasión,especialmente a Gustavo.

Y a Carmelita, por la sonrisa.

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ÍNDICE

Prólogo .................................................................................... 7

I. La carcajada divina .......................................................... 9

II. La sabiduría del perro impúdico .............................. 25

III. Tríptico sobre una prostitutade la Grecia antigua

Introducción ............................................................................. 39El paradigma divino | Phryné y Praxíteles ......................... 41La moderación como perspectiva del oprobio| Phryné y Xenócrates ......................................................... 44

La belleza inimputable | Phryné e Hispérides ................... 48

IV. El dios del jardín

Introducción ............................................................................. 51Canción de cuna filosófica en cuatro partes ........................ 54Física: ser y cuerpo .................................................................. 59La austeridad como predisposición al goce ........................ 67Vive oculto ................................................................................ 70

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V. Escrito de los dones ....................................................... 73

VI. La interpretación moralde los fenómenos ........................................................... 81

VII. Elogio de la sofística

Introducción ............................................................................. 95Sobre el diálogo Gorgias de Platón ...................................... 97De la verdad como convención .............................................. 104Ontología tripartita de disyunción,conjunción e imposibilidad ................................................... 110

VIII. La estética racionalistacomo fin de la tragedia ............................................... 115

IX. La rueda de Ixión:Schopenhauer y el arte ............................................. 129

X. La instrumentalización del poderen la crisis de la sociedad disciplinaria.

Introducción ........................................................................... 137Palabras preliminares ............................................................ 139El cuerpo como blanco de represión penal ........................ 142La punición correctiva: disciplina yapaciguamiento del suplicio ................................................. 153Crisis disciplinaria y sociedades de control ..................... 163Consideraciones finales ......................................................... 175

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PRÓLOGO

Los escritos son, de nuestras labores espirituales, elfruto. Interpretando esta sentencia en un sentido lite-ral podríamos decir que el riesgo de publicarlos estáen que dicho fruto se recoja demasiado verde, debidoa la ansiedad, o demasiado maduro, debido a las in-terminables disquisiciones de las que puede ser objeto.Publicar a la edad de veinticuatro años estos ensayos,algunos de los cuales han comenzado a germinar hacecinco, cuenta con el irremediable riesgo de haber co-sechado demasiado pronto. Consuela el hecho desaber que el posterior descontento es siempre congé-nito a toda creación. Sé que habrá cosas que merecendesarrollo o anulación, pero también sé que seguiráhabiendo cosas dignas de desarrollo o anulación in-dependientemente del hecho de que sean publicadasahora o dentro de muchos años. Hacerlo ahora da res-piro por contar con mayor margen temporal de re-tractación. La sentencia deAlfonso Reyes es, para talescircunstancias, una suerte de ansiolítico: “Publicamospara no pasarnos la vida corrigiendo borradores”.

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Esta publicación representa para mí una purga.Una posibilidad de desembarazo de cuestiones larga-mente gestadas para abrir la atención a otras, para cen-trar las energías en alguna novedad desanclándolas desu viciosa recurrencia hacia los mismos escritos, lasmismas palabras, las mismas frases cuya monotoníaya me incitaban a su aborrecimiento.

En un sentido filosófico, me estimula a la osadíaEpicuro con sus decires: “Que nadie, por joven, tarde enfilosofar”. En un sentido práctico y empírico, me alientael hecho de contar con la solicitud de mis alumnos yconocidos para quienes siempre carezco o del tiempoo de las ganas de ponerme locuaz y aclarativo. Y en unsentido aún más práctico y conformista, espero quedicha publicación sirva como un mecanismo de con-trol por el medio del cual mi mamá corrobore quedesde que me fui de casa no ando en ninguna activi-dad extraña o, para ser más preciso, ando en la másextraña de todas llamada filosofía.

Junín, enero de 2013.Cristian Ezequiel Guarinos

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LA CARCAJADA DIVINA

I

Amenudo se habla de reglas para la producción fi-losófica. Han sido recurrentes los intentos de estable-cer una especie de recetario que evidencie cuál es elcamino a seguir para encontrarse dentro de una pre-dicación lícita, dentro de la especificidad del discursofilosófico. Cuando una filosofía quiere aprender a ca-minar siempre tropieza con cuestión de las reglas.¿Con qué debemos cumplir para la producción de loque los académicos llaman discurso filosófico?... una res-puesta emerge naturalmente: ¡no tenemos idea! Peroesta respuesta lejos de abrumarnos, o de hacernoscreer que el conocimiento de la propia ignorancia esuna credencial a la virtud, nos abre un camino intere-sante de recorrer, pues una de las características masagraciadas de la filosofía consiste precisamente en noser jamás un saber acabado, en tener que reinterpre-tarse a sí misma y al mundo siempre. Es inútil un in-ventario de claves para el acceso a la misma, pues nohay leyes a priori. Lo que hay es filosofía. Puede ha-blarse de ciertos procedimientos más omenos estables

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LA SABIDURÍA DELPERRO IMPÚDICO

Una de las pocas filosofías en las cuales he halladoel placer agregado de la risa fue en la de los cínicos.Quizás esto se deba a la forma en la cual los testimo-nios sobre ellos nos han sido dados, que no son ni másni menos la forma en que los cínicos transmitían superspectiva sobre el mundo. Se trata de anécdotas quedescriben performances ético-estéticas de gran inge-nio y sagacidad. Se ha dicho: «Sólo pueden contarse anéc-dotas sobre ellos». Esta acusación con intenciones des-pectivas no es, ciertamente, para nada displicente. Escierto que sólo pueden contarse anécdotas sobre ellos,pero esto no representa solamente una limitación pueses también la única posibilidad de su estudio. Los tes-timonios directos con los que contamos para el cono-cimiento del cinismo son mayoritariamente doxogra-fías, es decir, menciones y juicios recogidos por otrosautores. El doxógrafo, en casos como el presente, me-rece abandonar la categoría de «autor menor» con laque recurrentemente se le identifica, y ser ponderadoen virtud de su criterio selectivo, pues ha hecho per-durar lo que nosotros consideramos dignísimo de ha-

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TRÍPTICO SOBRE UNA PROSTITUTADE LA GRECIA ANTIGUA

Introducción

Diógenes, el andrajoso y sucio cínico, era misterio-samente acreedor gratuito de los favores venéreos deuna prestigiosa mujer de la antigüedad griega. Segúnlos testimonios, en ella se daban cita toda la belleza yla gracia que los dioses podían prodigar. Era conocidacon el nombre de Phryné, oriunda de Tespias dondenació alrededor del año 328 a. C.29 Es difícil describiracertadamente su profesión sin predisponer a una ideadistorsionada de la misma. Phryné fue y es, la másprestigiosa en la profesión de Hetaira. Este quehacerconsistía en una prestación de compañía sofisticadaque si bien incluía el sexo entre sus servicios, esto nosignificaba que las hetairas fueran simples consigna-tarias de la incontinencia griega. Esa tarea era exclusi-vamente de las Pornai30. Las hetairas estaban mucho_______________________________________________29 DIEZ CANSECO, Vicente; Diccionario biográfico universal de mujeres

célebres; Tomo II; Madrid; 1844.30 Antecedente etimológico de pornografía; sig. vendida.

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mejor consideradas por realizar una labor mucho máscompleja. Su compañía no apuntaba solamente a lacomplacencia sexual y es por ello que abrieron unaperspectiva más amplia del goce, podríamos decir queconciliaron la afrodita terrestre y la celeste31.

Cuando los filósofos Epicúreos eran motejados de«cerdos» daban a entender que tal impugnación solohablaba mal del acusador por considerar que el hom-bre no era capaz de otros placeres diferentes a los delcerdo. De la misma forma las hetairas no respondíansolamente a deseos carnales, sino además a espiritua-les, son ellas quienes ligan el gusto griego por la con-versación y lo intelectual a la figura de lo femenino yhe aquí su importancia. Se inaugura con ellas el gustoy el culto griego por lo femenino en un sentidomás ra-dical, pues antaño veían en la mujer un simple mediode procreación y cuidado de la descendencia.

En vistas a ejercer dignamente éste complejo sis-tema de compañía las hetairas se esmeraban en dema-sía por su educación (poesía, música, danza, pin-tura, gimnasia, etc.), a tal punto que eran las mujeresmás cultivadas y sofisticadas de su época. Esto les per-mitía ser participes en las conversaciones de los ocio-sos atenienses, así como también participar de loscelebres simposios (allí no se admitían esposas) y susopiniones eran tenidas en cuenta sin menoscabo algu-_______________________________________________31 ONFRAY, Michel; Capítulo I: “De la falta”; Teoría del cuerpo

enamorado; Ed. Nacional Madrid; Madrid; 2003; p. 53.

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no por su oficio. La afamada Phryné tuvo tanto éxitoprofesional que aún perduran testimonios de la granfortuna que acopio mediante sus labores. CuandoAle-jandro destruyó a Tebas, ella quiso reconstruirla consu fortuna a condición de que en la puerta principalde la ciudad se leyera la siguiente inscripción: «Ale-jandro destruyó estas murallas y la hetaira Phryné las le-vantó de nuevo».

I. El paradigma divino | Phryné y Praxíteles

La certificación más enérgica de la excepcional be-lleza de Phryné la representa el hecho de que sucuerpo haya sido el criterio-rector a la hora de figurara la divina Afrodita. Este hecho relaciona a la célebrehetaira con dos colosales personalidades artísticas dela época: el pintor Apeles y escultor Praxíteles. Du-rante la celebración de la fiestas Eleusianas, Phryné sedespojó de su vestimenta y se metió en el mar. El pú-blico observaba embelesado con un sorpresa que soloera proporcional a su fascinación. Casualmente, el pin-torApeles era parte de aquella turba erotizada y se ins-piró en aquel episodio para su Afrodita Anadiómena(Venus saliendo de las aguas), obra que será recreada pos-teriormente por muchos pintores hasta convertirse enun tópico de dicho arte. El escultor Praxíteles, por suparte, además de ser su amante se inspiró en ella parala creación de varias esculturas de la diosa Afrodita.Se sabe que su famosa Venus de Cnido es una represen-

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tación de Phryné. Así Praxíteles inmortalizo a suamada. Lo que los iconófilos ven detrás de la figura dela diosa es a la apoteótica Phryné, la hetaria. Este casodevela el molde carnal de la divinidad y es un magní-fico testimonio de la teogonía griega como una «divi-nización de lo existente», del hombre que glorifica lomejor de sí, que ha divinizado a su especie, que labrasu imagen en la gloria superior de lo sacro. Pero esusual pensar el procedimiento inverso de poner porcausa lo que es consecuencia. Esta es la corrupción de larazón32 de la cual nos habla Nie>sche. Se toma lo di-fuso, la forma volátil emanada y se pone dicha ema-nación como causa. La avidez por abrir una brechaentre la supuesta causa y el efecto, lleva a postular ladivinidad de la forma más antagónica posible a la na-turaleza humana. La creciente depuración teológica delos rasgos humanos (físicos, psicológicos, morales) yaes perceptible en Jenófanes, quien es considerado porlos pensadores cristianos como un precursor del mo-noteísmo, lo cual nos invita a redefinir la idea de quelas vísperas conceptuales del cristianismo son exclusi-vamente platónico-aristotélicas. Jenófanes nos dice quedios no es “ni en figura ni en pensamiento semejante a losmortales”. La reacción en contra de la representaciónhumana de los dioses fue creando, progresivamente,un ámbito de indeterminación. Podríamos denominar_______________________________________________17 NIETZSCHE, Friedrich; “Los cuatro grandes errores”; El crepúsculo

de los ídolos; Ed. Edaf; Madrid; 2006; p. 75.

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a dicho procedimiento minimalismo gnoseológico: setrata de la preservación de un espacio depurado detodo rasgo, de hacer del menos un más, de dar lugar,progresivamente, a una estructura intangible que seráfinalmente llamada dios, a la cual no puede accedersepor lo factual -pues ha sido clausurada toda fisonomía-sino sólo mediante un salto de fe.

Jenófanes dice que dios “permanece siempre en elmismo lugar sin moverse, ni le conviene emigrar de un ladoa otro”; la figuración más cercana a esta idea de divi-nidad sería un cuadro monocromático: no dice nada,pero a la vez esta en potencia de decirlo todo por sucarencia total de determinaciones. Esta idea de dios re-presenta el máximo orden (estatismo-permanencia),con los mínimos medios. Es famosa la sentencia jeno-fánica de aversión a la fisonomía humana en lo refe-rente a la divinidad “Sí, y si bueyes y caballos o leonestuvieran manos y pudieran pintar con ellas, y producirobras de arte como los hombres, los caballos pintarían a susdioses con forma de caballo y los bueyes con forma de buey”.

Los dioses griegos, errantes peregrinos, no nacencomo respuesta de una súplica de transmundo. Ellosrepresentan más bien lo contrario, cristalizan y en-cumbran lo que se considera lo más digno de lo hu-mano, aquello que en virtud de sus gracias nos solicitainmortalidad. Son de esta tierra, pero son cumbre. Noestán más allá de las cumbres o lo están sólo proviso-riamente. Se impone uno de los estadios del devenircomo ser y este representa una ficción consoladora pa-

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ra quien sufre el cambio y quiere evitar que caduque labelleza digna de permanencia. El problema es cuandose invierte la prioridad ontológica y la ficción deja deser tal para ser causa de su causa, para constituir elhospedaje de aquellos que quieren habitar su propiafábula, de aquellos que sufren en demasía el devenir eincapaces de glorificarlo se inclinan por abandonarlo.Jenófanes reaccionó agriamente ante la concepción delos dioses trasmitida por la tradición homérica y he-siódica, tanto por su humanización como por su ca-rácter plural. Es él quien inaugura el gusto por loincorpóreo y único, la avidez nihilista por el tras-mundo y esa ponderación perversa de la carroña.

Sin duda hay una diferencia sutil pero descomunal(“el abismo más pequeño es el mas difícil de saltar” segúnNie>sche), entre la divinización de la carne en la teo-gonía griega y el venidero sometimiento de la carnebajo el espíritu.

Lo contingente se disfraza de absoluto. Una mas-cara más contra las impiedades del tiempo, o, en elcaso de Phryné, una glorificación del instante.

II. La moderación como perspectiva del oprobio| Phryné y Xenócrates

La hermosa Phryné, haciendo gala de sus encantos,aseguraba que ningún hombre podría resistírsele. Estaconfianza la llevó a apostar una suma cuantiosísimade dinero a que rendía al filósofo Xenócrates, hombre

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célebre por la austeridad de sus costumbres y por unamesura tal que llegaba al punto de devolver los rega-los que se le hacían rechazando todo tipo de distrac-ción mundana, limitándose a pasear con un rostrograve y severo haciendo gala de su platónico desamora todo lo terreno.

Phryné hizo lo que estaba a su alcance para sedu-cir al filósofo, lo que representa un énfasis inusual parauna criatura cuya excepcional belleza siempre le habíaconcedido toda rendición sin esfuerzo alguno. Pero enésta circunstancia todo esmero fue inútil. De ello seconvenció definitivamente Phryné al leer las primeraslíneas de una carta que le enviaba Xenócrates: “Por finme he determinado a escribirte Phryné, para enseñarte a dis-tinguir la virtud de la estupidez”. La bella hetaira resig-nada se negó de todas formas a pagar la suma de laapuesta bajo el argumento de “haber apostado rendir aun hombre y no a una estatua”. La carta de Xenócratesabundaba en elogios a la filosofía y reproches a la vidaintemperante:

“Sería yo indigno del nombre de filosofo si pudiera amarte:querría más bien que me aniquilasen, mira pues el aprecioque hago yo de una hermosura que has prostituido de estasuerte cuando antes consentiría en no existir. Yo no he na-cido para ser lisonjero ni para mentir: así es que errarías elcamino asociándote a un hombre cuyas inclinaciones son tancontrarias a tus deseos.”33

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La figura del filósofo aparece aquí claramente ene-mistada con el cuerpo y con el amor terreno. Desear(de-sidere: sig. etim.: «dejar de mirar los astros») significaabandonar la actitud contemplativa propia del sabio,apartar la mirada de lo celeste y rebajarla a la tierradonde los cerdos embuten el hocico. Aún así, preferirla muerte a un amor indigno es ser demasiado enfá-tico, pareciera que el filósofo estaba a la espera de unaexcusa para el aniquilamiento. Se deja entrever en éstefragmento una pulsión de muerte disfrazada de pro-cedimiento racional, cual Sócrates apurando la cicuta,que lo invita a hospedarse en aquel transmundo per-fecto e imperecedero que se ha inventado.

“Tu me brindas, Phryné, a que haga experiencia de tus las-civos abrazos, y yo los rehúso, no por temor de abandonar micuerpo a esta flaqueza, sino para convencerte de que se sub-ordinarlo a la voluntad de mi alma.”

El ideal de vida: subordinar el cuerpo al alma. Unamentira doble: 1°) escindir al hombre en cuerpo yalma; 2°) creer que uno de los términos (cuerpo-alma)debe imperar sobre el otro. El hombre, desde esta pers-pectiva antropológica, es una contradicción radicalhecha carne, un ser irreconciliable con la vida por quela felicidad está fuera de ella en esa fabula transmun-dana que el amante de la sabiduría esta ávido de ha-_______________________________________________33 Ídem. cit. 28.

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bitar cuando su alma abandone la escoriosa envolturacarnal que de tantos pesares la embarga.

“¿Qué deseas de mi Phryné? Tú no puedes ofrecerme sinoel resto de la concupiscencia de los otros, y la profesión queejerces destruye los frutos del amor: las mujeres de tu clasepecan contra la naturaleza y contra las leyes, venden lo quese ha establecido para usarse libremente. Tu, Phryné, no sólohaces disoluta a la juventud, sino que seduces también a losancianos y pretendes fundar tu tiránico imperio sobre nues-tros corazones, nuestra riqueza, nuestra salud y nuestra li-bertad”.

Es curioso como el ser más bello de la antigüedad,desde la perspectiva moralista, se convierte en la cria-tura más baja y, por si fuera poco, en la causa de todoslos males. Xenócrates hace de su negación un mani-fiesto. En vez de decir simplemente no a las lujuriosaspropuestas de la hetaira, se extiende en argumenta-ciones que no hacen más que denotar un interés exce-sivo en la cuestión, una meditación finísima paralibrarse de las pasiones que lo gobiernan. En vez denegarse prefiere declarar la guerra a sus apetitos ata-cando a aquella que los suscita e identificándola conla figura del mal. He aquí un testimonio de la misogi-nia que se hará sobradamente corriente en el Me-dioevo, donde se ha predicado que «la mujer es lapuerta al infierno» y se la ha hecho responsable de laperdida e imposibilidad de todo estado de gracia:

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“¿No sabéis que cada una de vosotras es una Eva? La sen-tencia de Dios sobre vuestro sexo sigue vigente en este siglo:la culpa debe existir también necesariamente. Vosotras soisla puerta del Diablo, sois las transgresoras del árbol prohi-bido, sois las primeras infractoras de la ley divina, vosotrassois las que persuadisteis al hombre de que el diablo no eralo bastante valiente para atacarle. Vosotras destruisteis fá-cilmente la imagen de Dios que tenía el hombre. A causa devuestra deslealtad incluso ha de morir el Hijo de Dios”34.Según esta tradición la mujer subsume al hombre en labestialidad. Opuesta a esta reflexión es la perspectivade lo femenino presentada en el Poema de Gilgamesh35

donde Shamhat, una prostituta sagrada, redime a En-kidu de su bestialidad; esta pareciera ser una lecturainversa a la figura bíblica de Eva. En una la mujer apa-rece como promotora de la bestialidad, en otra comoquien exime a la bestia de tal condición.

III. La belleza inimputable | Phryné e Hispérides

Eutias es el nombre del delator, aquel que llevo aPhyné a comparecer ante un tribunal bajo la acusaciónde impiedad36. Posiblemente Eutias obrara bajo el im-_______________________________________________34 AMSTRONG, Karen; “Tertuliano”; The Gospel According to Woman;

Elm Tree Books; Londres; 1986; p. 52-62.35 Narración de origen sumerio, considerado el escrito más antiguo de

la historia (compilación arcadia: 1300 a.C.). Algunos pasajes bíblicosse inspiran en esta obra.

36 LACROIX, Paul; Historia de la prostitución en todos los pueblos demundo; J. Pons Editor; Madrid; 1870.

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piadoso instinto del amante no correspondido. Anteéste enjuiciamiento, la defensa de Phryné estuvo acargo del afamado orador Hispérides, a quien lasmusas le habían tendido con dadivosa mano todas lasgracias del decir. Sin embargo, a pesar de su talento, elorador no podía despertar en los jueces ninguna per-suasión. Su entusiasmo se plasmaba en un discursoagitado y pasional, que en elucubraciones de argu-mentos y contra-argumentos, intentaba herir la sensi-bilidad de los jueces. Pero estos, inmunes a todapredica se mostraban ilesos y fríos. Algo exasperado,el orador optó por un recurso extremo e inusual enuna defensa jurídica: se dirigió a la acusada y, arran-cándole sus velos, expuso su cuerpo desnudo a los jue-ces, quienes se sorprendieron inmediatamente de subelleza sin tener tiempo de recurrir a ninguna fórmulapitagórica de simetría, o policletiana -según la cual uncuerpo armónico debe medir siete veces su cabeza-. Esnatural que a partir de aquel hecho se haya abolidotodo el orden del proceso y que los jueces, creyendover a la misma afrodita en persona, no osarán conde-nar a la telúrica divinidad pues el crimen sería doble.

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EL DIOS DEL JARDÍN

I. Introducción

«Un jardincillo, unas higueras, un poco de queso ytres o cuatro buenos amigos, -ésta es la verdadera

opulencia de Epicuro». Nie>sche

Que un sistema de pensamiento perdure a travésdel espesor de los siglos no es un hecho azaroso. Res-ponde a cierto criterio selectivo, a una criba que, fun-cional a lo que se ha instituido como el «verdaderosaber», selecciona rechaza, ensalza y omite. De Epi-curo, uno de los autores más prolíficos de la antigüe-dad, sólo nos queda una ínfima porción y no respondeésta pobreza, justamente, a un hecho azaroso. Si nofuera por el feliz entusiasmo (siempre propicio) dealgún doxógrafo o adepto, no hubiera quedado ni ras-tro de sus trescientos volúmenes37.

Que no son casuales estas descomunales pérdidaslo corrobora el hecho de que tampoco son casuales lasdescomunales conservaciones de las obras de otros fi-_______________________________________________37 Apuntado por D. Laercio (Libro X de Vida de los filósofos más ilustres).

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ESCRITO DE LOS DONES46

Hemos mencionado casi tangencialmente la sen-tencia de un poeta-educador: Píndaro. Recordemossus versos: “La gloria tiene su pleno valor cuando es in-nata. Quien sólo posee lo que es aprendido es hombre inde-ciso, jamás avanza con pie certero. Sólo cata con inmaduroespíritu mil cosas altas”. Lo que Píndaro nos dice es quehay cierto carácter inmanente dado por la naturalezamisma que es inasequible por mucho que se empeñeen asimilarlo quien lo pretende. Para él, hay una per-fección a la cual sólo se llega por una virtud innata. Apesar de la antigüedad en la que el poeta emitió su jui-cio sobre el asunto, éste refleja una problemática siem-pre actual e inacabable en el ámbito de la educación. Esdecir, entre los defensores del don natural y quienessostienen que éste es creado con trabajo y posterior-mente cobra la apariencia ilusoria de algo natural e in-nato en quien lo posee.

Pensamos, naturalmente, en quienes admiramoscomo iluminados o bendecidos por el don, la gracia,el azar, la naturaleza o lo que fuere. Pero lo que no se_______________________________________________46 Extracto de una clase. Conservatorio deMúsica Juan Pérez Cruz, 2012.

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percibe es el proceso que hay detrás de ese supuestodon. Nie>sche en su obra Humano, demasiado Humanoconsiderará que la auténtica inspiración artística, másque proceder de arrebatos de inspiración que apare-cen súbitamente y de forma espontánea en la inteli-gencia del artista, surge más bien, del esforzadosacrificio y mesurada reflexión que requiere la pro-ducción de cualquier obra creativa. Por tanto, el geniocreador basará su inspiración, más que en los talentosnaturales o en las dotes innatas, en su tenaz y cons-tante laboriosidad. Estamos habituados, segúnNie>s-che, a contemplar lo que consideramos perfecto, agozar de ello como si hubiese surgido por arte demagia. Pero a lo que no estamos habituados es a plan-tearnos «el problema de su creación».

El artista sabe que la impresión de espontaneidadde su arte surte mejor efecto, por lo cual favorecerá de-liberadamente esa ilusión y se postulará como un in-termediario o médium entre lo divino y el público; deesta forma dispondrá al alma del oyente a que crea enel surgimiento espontáneo de lo perfecto. El gran es-critor Edgar Allan Poe manifiesta lo interesante quehubiese sido que un autor describiera paso por pasola marcha progresiva que siguió hasta la realizacióndefinitiva de cualquiera de sus obras.47

Tal tarea no ha sido realizada y la causa más pode-_______________________________________________47 POE, Edgar Allan; The philosophy of composition; versión digital

www.ciudadseva.com/textos/teoria/opin/poe01.html

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rosa de dicha carencia es, según Poe, la «vanidad de losautores». Para él, muchos escritores, especialmente lospoetas, prefieren dejar creer a la gente que escribengracias a una especie de sutil frenesí o de intuición ex-tática: “Experimentarían verdaderos escalofríos si tuvieranque permitir al público echar una ojeada tras el telón, paracontemplar los trabajosos y vacilantes embriones de pensa-mientos”48. Luego, el autor se propone explicar la gé-nesis de uno de sus poemas más famoso, El cuervo,con el propósito de demostrar que ningún punto de lacomposición puede atribuirse a la intuición ni al azar,y que aquella obra avanzó hacia su terminación, pasoa paso, con la exactitud y la lógica rigurosa propias deun problema matemático.

Los artistas están interesados en que se crea en suinspiración, en su iluminación por una gracia superior,cuando en realidad su imaginación produce todo eltiempo cosas dispares, buenas, malas, mediocres, y deentre ellas combina, rechaza y selecciona. Al escucharuna sinfonía de Beethoven tenemos la impresión deque esa perfección ha surgido relumbrante de lamente del compositor, cuando se sabe que poseía in-terminables bocetos de cada parte de su obra, con re-formulaciones, aniquilaciones, variantes, etc. "Laimprovisación artística está a un nivel muy bajo en compa-ración con las ideas artísticas elaboradas seriamente y conesfuerzo. Todos los grandes hombres son grandes trabajado-_______________________________________________42 Ídem.cit. anterior.

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res, infatigables, no solamente en inventar, sino también enrechazar, en pasar por la criba, en modificar, en arreglar"49

-afirma Nie>sche-. Como puede verse en la citadaobra, el autor prioriza el esfuerzo y el ánimo de la vo-luntad respecto a la supuesta y gratuita inspiraciónque puede advenir inesperadamente en el espíritu delartista: “¡Guardaos de hablar de dones naturales, de talen-tos innatos! Podemos citar hombres grandes de todo géneroque fueron poco dotados. Pero adquirieron la grandeza, seconvirtieron en genios. Todos ellos tuvieron esa robusta con-ciencia de artesanos, que comienzan por aprender a formarperfectamente las partes antes de arriesgarse a hacer un todograndioso”50. Se establece aquí que la grandeza del artedepende más de la esforzada laboriosidad que de laposesión de cualidades innatas propias de un deter-minismo. El genio se conquista, la grandeza se ad-quiere: con un gran «optimismo pedagógico» se postulala conversión en genios de grandes hombres natural-mente poco dotados.

Nie>sche se inclinará por la opinión de que la «ins-piración» es consecuencia de un trabajo tenaz y de unaprolongada actividad imaginativa. De ahí que consi-dere que la inspiración sin más, que irrumpe de formagratuita al margen de la voluntad del artista, es unhecho que se da en escasas ocasiones y no constituye

_______________________________________________49 NIETZSCHE, Friedrich; Af. 155; Humano, demasiado humano;

Ed. Edaf; Madrid; 2006; p. 137.50 Ídem cit. anterior; Af. 163; p. 142.

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una garantía del buen hacer creativo. La aparente cre-ación espontánea no se trata más que de la liberaciónde una energía creativa acumulada con el paso deltiempo. La ausencia de actos creativos no es una faseestéril para la producción artística, aunque las apa-riencias puedan indicar lo contrario51. Más bien, brindala oportunidad más idónea para que el artista, aden-trándose en sus ideas y pensamientos, pueda extraer lomejor de sí, de sus posibilidades creativas. Esto es loque nota Nie>sche como factor de incremento interioral describir esta situación: "El capital no hace más queacumularse, no ha caído del cielo de golpe"52.

Para concluir, la pregunta que a nosotros nos atañees cuáles son las implicancias educativas de adherir alinnatismo de Píndaro o a la acérrima y laboriosa vo-luntad de Nie>sche. Dejando atrás la pretensión de es-tablecer la verdad sobre el asunto o de adherir a uno uotro, lo que debe ocuparnos es ver las implicancias oconsecuencias que se deducen de cada postura. La ide-ología del don es narcotizante para la voluntad, ¿porqué?... porque es el caminomás cortó al ideal. Ello noshace pensar que lo grande va a caer gratuitamentesobre nuestro ser, independientemente de que mi vo-_______________________________________________51 La ausencia no es carencia, así como tampoco el silencio es vacío, puesen música tiene el mismo potencial de sentido que el sonido mismo. Esusual, sin embargo, interpretar el silencio como falta a remediarse, comohueco incómodo a llenar inmediatamente. Basta para confirmar lo dicho,con remitirse a cualquier medio de comunicación audio-visual.52 Ídem cit. 47; Af.156; p. 138.

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luntad se esfuerce en su búsqueda. Por eso se toma elcamino más corto haciendo de lo bueno algo que tras-ciende al hombre y a su decisión de conquistarlo. Si elcamino no está naturalmente dispuesto para el trán-sito no se esforzarán en recorrerlo. Si el ideal se poseede forma genuina y verdadera, se debe superar todoobstáculo, pero careciendo de él no se puede justificarel esfuerzo que requiere su consecución y no quedamás que adherir a la ausencia del un don. En el ám-bito educativo si alguien no puede dicen: «No hay nadaque hacer, la naturaleza no lo ha dotado para ello». De estamanera, los educadores defensores del don se con-vierten en «promotores de la resignación».

Como vemos, lo que se busca es delegar la respon-sabilidad de consecución del ideal en una instanciaajena a la voluntad del pretendiente. Este es un proce-dimiento bastante común y con manifestaciones aná-logas a las del Don. Por ejemplo, en cierta sabiduríapopular que prioriza el azar o lo fortuito como origende lo grande, la de pensar que cayéndosenos unaman-zana en la cabeza podemos tener una idea maravillosaes una historia que al pueblo le encanta, pues nos hacecreer que lo grande está a la vuelta de la esquina, al al-cance de cualquiera y no requiere esfuerzo alguno. Porello son tan populares y felizmente contados estosanecdotarios, porque nos hacen creer que lo valioso nose conquista sino que se encuentra por casualidad, ca-yéndosenos en la cabeza, por accidente, o por cual-quier cosa que no dependa de una voluntad empeña-

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da en conseguirla. Esta sabiduría popular de demo-cratización de los derechos del genio, como los parti-darios de los dones o talentos naturales, tienen unefecto nefasto sobre el espíritu: lo narcotizan hacién-dole saber que es inútil el esfuerzo que tiende a logrande, porque lo grande sólo cae del cielo en formade manzana, de don natural y/o divino.

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LA INTERPRETACIÓN MORALDE LOS FENÓMENOS

“No hay fenómenos morales, no hay nada más queuna interpretación moral de los fenómenos.”53

Nie>sche

Ha sido puesto en duda el valor de la verdad. Latradición evitó relacionarla con la voluntad concreta.Quién quiere la verdad y para qué la quiere no fue mo-tivo de consideración hasta Nie>sche abrió el sercomo realidad de perspectivas, o para ser precisos,dicha consideración sólo había sido considerada comouna argucia sofística que nada tenía que ver con lo quese consideraba como verdad. Esta aparece ahora comointerpretación en la cual se expresa una voluntad, loque significa la abolición de la dualidad metafísica fe-nómeno-cosa en sí. Un fenómeno no es una aparienciacuya precariedad ontológica está subyugada a una rea-_______________________________________________53 NIETZSCHE, Friedrich; “Máximas e intermedios”; Más allá del bien y

del mal; Ed. Edaf; Madrid; 2002; p. 108.

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ELOGIO DE LA SOFÍSTICA

Introducción

No desconocen la importancia de la sofística aque-llos estudiosos que cifran acertadamente en dicha es-cuela a los fundadores de una tarea educativa sinprecedentes en la Grecia antigua65. El aborrecimientoligero, y de manual, con el que recurrentemente se losempaña corresponde a una actitudmás bien heredadapor la tradición, la cual trasmite, como por osmosis,sus apetencias y sus antipatías. El conocimiento de lasofística nos es legado, en su gran mayoría, por los es-critos de sus antagonistas ideológicos cuya animad-versión es manifiesta y hasta exagerada.

Los sofistas se caracterizaban por ser profesoresambulantes que iban de ciudad en ciudad procurandoque los jóvenes accedieran a una educación general ysuperior. Tenían gran prestigio y preponderancia so-cial, eran grandes oradores y pedagogos. Fueron criti-_______________________________________________65 ROJAS OSORIO, Carlos; Filosofía de la educación. De los griegos a la

tardomodernidad; Medellín: Ed. Univ. de Antioquia; 2010.95

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LA ESTÉTICA RACIONALISTACOMO FIN DE LATRAGEDIA(o la castración musical de la palabra)

“Pues bien, una vez que se ha aprobado que se beba lo quecada uno quiera y que no haya coacción alguna, propongo

a continuación que se mande a paseo a la flautista queacaba de entrar-¡que toque su instrumento para ella sola, osi quiere, para las mujeres de dentro! -y que nosotros pase-mos la velada de hoy en mutua conversación.”80 Platón.

Durante su período de enseñanza en Basilea,Nie>sche compone su primera obra: El origen de la tra-gedia, en la cual confluyen sus conferencias dadas an-teriormente (El drama musical griego, Sócrates y latragedia, y La visión dionisíaca del mundo). Dicha obragira en torno a dos conceptos fundamentales: lo apolí-neo y lo dionisiaco, a los cuales se liga toda la historiadel arte griego y su desarrollo. Ambos instintos mar-chan juntos estimulándose recíprocamente a nuevas_______________________________________________80 PLATÓN; Banquete; 176-d.

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LA RUEDA DE IXIÓN:SCHOPENHAUERY EL ARTE

“¿Qué significa un arte pesimista?...¿No es ésta una contradicción?”88 Nie>sche

Para Schopenhauer nuestros deseos no pueden serapaciguados, o pueden serlo sólo de forma provisoria.Aunque uno de ellos sea aparentemente resuelto emer-gerá una pluralidad de los mismos imposibilitados delograr sus fines. Todo goce, por grande que sea, no jus-tifica el esfuerzo que implicó su consecución. Nuestrofines no son más que una fantasmagoría que se nosalejan siempre un paso y se encarnan en otro objetodevelando aquel que le antecedía como una ilusión;así, un deseo satisfecho resulta una ilusión desvane-cida y un deseo insatisfecho una ilusión por desvane-cerse89. El querer no puedemás que pisarse a sí mismo.Nuestra voluntad está condenada eternamente a lle-gar a su punto de partida porque todo es voluntad o_______________________________________________88 NIETZSCHE, Friedrich; “Arte”; De los fragmentos póstumos;

versión digital en www.nie7scheana.org89 SCHOPENHAUER, Arthur; “El arte”; El amor, las mujeres y la muerte;

Ed. Edaf; Madrid; 2005; p. 143.129

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LA INSTRUMENTALIZACIÓN DELPODER EN LA CRISIS DE LASOCIEDAD DISCIPLINARIA

Introducción

La crisis de las disciplinas significa la institución denuevas fuerzas en las sociedades contemporáneas, locual implica la re-configuración de prácticas, saberes yhábitos en torno a las mismas y a los individuos. Lassociedades de control son hoy nuestro territorio, aquelloque nos constituye y en lo cual estamos inmersos. Yano se busca disciplinar al individuo, presenciamos elocaso de la sociedad disciplinaria ante la emergencia deuna pluralidad de nuevas fuerzas que pujan por apo-derarse de la realidad, por inscribir al sujeto en ámbi-tos espacio-temporales diversos. Ya no se necesitaobreros en las fábricas, distribuidos espacialmente yordenados temporalmente. Estas coordenadas ofrecenhoy una nueva configuración, el individuo puede serfuncional a los centros de poder aún en el marco deuna aparente liberación.

Es decisivo un análisis de las sociedades de control

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BIOGRAFÍA DEL AUTOR

Cristian Ezequiel Guarinos tiene veinticuatro años,nació en Puerto Rico (Misiones) el 5 de marzo de 1988.Durante su niñez se trasladó aAscensión (Bs. As), ciu-dad en la que vivió hasta finalizar sus estudios secun-darios. Desde el 2007 reside en Junín, donde, tras gra-duarse como Profesor de Filosofía, dicta clases en dis-tintas instituciones terciarias y secundarias. Asimismo,integra la comisión del Grupo de Investigación Filosóficade Junín con el que ha realizado diversas investigacio-nes y ponencias: La estética racionalista como fin de la tra-gedia (Extensión, UNNOBA. 2010), La interpretaciónmoral de los fenómenos (Extensión , UNNOBA. 2010), Elsimbolismo del par -sobre Marcel Duchamp- (1er En-cuentro Multidisciplinario de Arte, MUMA. 2010), Dela poesía -sobre la obra Ion de Platón- (Extensión, UN-NOBA. 2011). De la retórica -sobre la obra Gorgias dePlatón- (Extensión, UNNOBA. 2011) y Nie7sche y la po-ética clásica: mediación entre la figuración y la disolución(Extensión, UNNOBA. 2011), entre otras. Dicho grupode investigación ha gestionado en la ciudad la visitade importantes figuras filosóficas a nivel nacional.

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También es uno de los escritores fundadores de larevista filosófico-cultural Sofíafilia, presentada en laFeria del Libro de Junín en el año 2012, en la cual es-criben destacados profesores y profesionales de lazona.

Ha escrito también poesía, habiendo sido tres vecesseleccionado para su publicación por el Centro de Es-tudios Poéticos de Madrid (España), condecorado conmención de honor en el certamen Junín País 2010, y se-leccionado en representación de Argentina por elGrupo español E-magister para su inclusión en el poe-mario Voces de Libertad, destinado a la distribución gra-tuita en diferentes países de Latinoamérica.

De forma conjunto con de sus actividades en mate-ria filosófica, se dedica a la música, encontrándose enlos últimos años del Profesorado de Instrumento en elConservatorio Juan Pérez Cruz. Además de brindar con-ciertos en presentaciones de esta institución, fue selec-cionado como Instrumentista para Guitarras enConcierto (Tres de Algarrobos, 2009) y para el renom-brado festival Guitarras del mundo (Junín, 2012).

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La risa, el arte, la moral, epicúreos y cínicos,la prostitución en la época clásica, Nietzsche ySchopenhauer, la doctrina del don, la sofística,la tragedia, la lírica, la comedia, la problemáticadisciplinar contemporánea: todas cuestiones

abordadas en esta compilación de ensayos, clases yconferencias, donde el joven autor despliega con

agraciada retórica diversos problemas ycuriosidades del ámbito filosófico, ofrendándonosun recorrido digno del apasionamiento tanto de

profesionales como de entusiastas.