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96 | galegos 9 | 1 / 2010 E l fenómeno de la emigración gallega se remonta a la segun- da mitad del siglo XIX, cuando las difíciles condiciones eco- nómicas que imperaban en Galicia obligaban a desplazar- se lejos del hogar para buscar unas mejores condiciones de vida. El aporte de los emigrantes gallegos a las tierras que los acogieron no podría entenderse sin el importante papel que jugaron las ins- tituciones en las que se agrupaban. El asociacionismo cumplió la doble misión de simbolizar la tierra de origen y proporcionar al inmigrante protección y amparo en una sociedad que, en un prin- cipio, les era ajena. Uruguay fue uno de los principales destinos de las oleadas mi- gratorias procedentes de nuestra comunidad, junto con otros paí- ses americanos, como Argentina, Venezuela, Cuba o Brasil. En Montevideo, la Casa de Galicia, el Centro Gallego y el Patronato de la Cultura Gallega, fundado en 1964, contribuyeron a ese ob- jetivo de reafirmar el sentimiento de pertenencia a una colectivi- La Casa de Galicia en Montevideo, emblema del asociacionismo en la emigración Laura Vieiro El 17 de octubre de 1917, vio la luz en la capital uruguaya la que, con el tiempo, se trans- formaría en la institución gallega más grande de la emigración: la Casa de Galicia de Montevideo. Fue un emigrante de Baiona, José María Barreiro, quien, con decisión para afrontar los problemas, ideas nuevas, un profundo orgullo de ser gallego y mucho trabajo, fundó la entidad, que nació como una sociedad de instrucción, recreo, beneficencia, sanidad y pro- tección al trabajo de los gallegos que residían en aquel país. El próximo mes de octubre, el centro cumplirá 93 años velando por la cultura gallega y por la seguridad y la salud de sus más de 65.000 asociados, preparado para continuar haciéndolo por otros tantos años más. Porque 90 años de vida en un ser humano quizá signifiquen el fin, pero para una institución tan señera como ésta, son sólo un breve apar- tado en el tiempo.

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El fenómeno de la emigración gallega se remonta a la segun-da mitad del siglo XIX, cuando las difíciles condiciones eco-nómicas que imperaban en Galicia obligaban a desplazar-

se lejos del hogar para buscar unas mejores condiciones de vida.El aporte de los emigrantes gallegos a las tierras que los acogieronno podría entenderse sin el importante papel que jugaron las ins-tituciones en las que se agrupaban. El asociacionismo cumplió ladoble misión de simbolizar la tierra de origen y proporcionar al

inmigrante protección y amparo en una sociedad que, en un prin-cipio, les era ajena.

Uruguay fue uno de los principales destinos de las oleadas mi-gratorias procedentes de nuestra comunidad, junto con otros paí-ses americanos, como Argentina, Venezuela, Cuba o Brasil. EnMontevideo, la Casa de Galicia, el Centro Gallego y el Patronatode la Cultura Gallega, fundado en 1964, contribuyeron a ese ob-jetivo de reafirmar el sentimiento de pertenencia a una colectivi-

La Casa de Galicia en Montevideo,emblema del asociacionismo

en la emigración

Laura Vieiro

El 17 de octubre de 1917, vio la luz en la capital uruguaya la que, con el tiempo, se trans-formaría en la institución gallega más grande de la emigración: la Casa de Galicia deMontevideo.

Fue un emigrante de Baiona, José María Barreiro, quien, con decisión para afrontarlos problemas, ideas nuevas, un profundo orgullo de ser gallego y mucho trabajo, fundó laentidad, que nació como una sociedad de instrucción, recreo, beneficencia, sanidad y pro-tección al trabajo de los gallegos que residían en aquel país.

El próximo mes de octubre, el centro cumplirá 93 años velando por la cultura gallegay por la seguridad y la salud de sus más de 65.000 asociados, preparado para continuarhaciéndolo por otros tantos años más. Porque 90 años de vida en un ser humano quizásignifiquen el fin, pero para una institución tan señera como ésta, son sólo un breve apar-tado en el tiempo.

dad, actuando como factores de religación tanto de los propiosemigrantes como de sus descendientes.

La más antigua de esas asociaciones es el Centro Gallego deMontevideo, que, si bien en aquel momento proporcionaba cier-ta protección a los emigrantes, se concentraba sobre todo en la ver-tiente recreativa y cultural, lo que dejaba un cierto vacío que sehacía necesario llenar con la creación de una entidad que asumie-se las funciones asistenciales. Fue así como nació, el 1 de octubre

de 1917, la Casa de Galicia de Montevideo, a iniciativa de JoséMaría Barreiro y de un grupo de gallegos visionarios.

El primer artículo del Estatuto General Mutualista define aesta institución como “una sociedad civil sin fines de lucro, deInstrucción, Recreo, Beneficencia y Asistencia Médica Colecti-va”, lo que da una idea de la amplitud y grandeza de este enteque ejerció una acción social prácticamente desconocida hastaentonces en el país.

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A la derecha, imágenes del interior de La Casa de Galicia. Enesta página: fotografía iluminada de José María Barreiro,fundador de la Casa de Galicia de Montevideo.; Castelao esagasajado por la Casa de Galicia, junto a Luis Luna y losdiputados gallegos Elpidio Villaverde y Alonso Ríos;Organización de la exposición organizada en los Salones deAteneo de Montevideo. Acompaña a Castelao el presidente dela República Juan José Amézaga.

La entidad, hoy presidida por Manuel Ramos Pérez, tenía comofinalidad fomentar la unión entre los gallegos y sus descendientes,proporcionar a sus asociados ayuda, empleo y asistencia médica,así como organizar fiestas y eventos destinados al ocio y entrete-nimiento, intentando procurar a sus asociados el mayor bienestarposible. Otro de sus objetivos fundacionales fue honrar a Galiciay promover y difundir el conocimiento de la comunidad y su cul-tura en el país latinoamericano, apoyando también toda acción deprogreso que se emprendiera a favor de la comunidad.

Ahora, más de 90 años después de su fundación, la Casa deGalicia de Montevideo se mantiene en pie, desafiando al futuro,pese a la grave crisis que tuvo que afrontar a principios de los años2000, que se vio agravada por la coyuntura económica adversa quevivió el país. Hoy por hoy, continúa siendo una institución insig-ne en la acción social, manteniendo viva la excelencia de la asis-tencia sanitaria que siempre la caracterizó y su importante influen-

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En esta página: Óleo realizado por Colmeiro que representa un paisaje y quese encuentra en la Secretaría de la Junta Directiva de la instituciónuruguaya., Ecléctico paisaje urbano, del pintor y grabador nacido enMontevideo Raúl A. Rial. En la página siguiente: Dibujo de Castelao en elLibro de Oro de la entidad., Foto de la asamblea fundacional de lainstitución.

cia en la cultura gallega, la cual se preocupó de cultivar, enaltecer,promover y difundir.

En 1997, se convirtió en el primer centro español en el exte-rior en contar con un sello oficial, que conmemoraba sus 80 añosde existencia. El Gobierno uruguayo tomó la determinación deemitir el sello debido a la íntima relación de la comunidad galle-ga, particularmente representada por esta entidad, con la vida so-cial y política del país. En el sello se reproduce el edificio social de

la institución en Montevideo, mientras que el matasellos represen-ta la antigua fachada del centro e incluye las fechas de su funda-ción y de esa conmemoración.

Asimismo, en el año 1987 le fue reconocida la galleguidad, y,por resolución del 22 de octubre de 1992 de la Secretaría Xeral deRelacións coas Comunidades Galegas, se la nombró miembro per-manente de la Comisión Delegada del Consello de ComunidadesGalegas.

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El aporte de los emigrantes gallegos a la vida cultural monte-videana no se podría entender sin su gran presencia en la

prensa. Desde finales del siglo XIX, existieron diversas publica-ciones gallegas de prensa independiente.

El órgano más antiguo del periodismo gallego en Uruguay,el segundo en Río de la Plata y el tercero en América fue La Vozde Galicia, subtitulada Revista Semanal de Ciencias, Artes y Lite-ratura, que vio la luz de la mano del ourensano Benigno Salgadoen 1880, año en el que salieron doce números. Después dejó depublicarse.

En 1881, nació Unión gallega, con la finalidad de fomentar launión y la fraternidad de la colonia gallega en la República uru-guaya, tal y como rezaba el primer número:

“Nuestro lema es la unión y fraternidad de todos los buenos ga-llegos que hasta ahora vagaban dispersos por esta tierra hospita-laria, sin tener un lazo fraterno que la ligase estrechamente (...) Asecundar un movimiento patriótico y consolador debemos propen-der todos los nos holguemos de haber nacido en suelo gallego (...)”.

Tras un pequeño parón, en 1917 resurge con cierta fuerza elperiodismo gallego en la capital uruguaya, con el nacimiento deTierra Gallega. Semanario Regional Ilustrado, dirigida por el pro-pio José María Barreiro, que la utilizó como canal para propagarsu idea de crear una institución que sirviera a los intereses de lacolectividad y que sirvió de base para la creación de la Casa deGalicia de Montevideo.

Este semanario surgió el 11 de febrero de 1917, como un “pe-riódico que a más de ser denodado y valiente defensor de losintereses de la colectividad, sea también entusiasta propaga-dor del progreso y la cultura de Galicia”, tal y como se cita en elprimer ejemplar.

Tierra Gallega se publicó en castellano, al ser consideradoel gallego un dialecto del mismo y al dejar de ser paulatina-mente la lengua utilizada por la colectividad gallega en aquelpaís. A su redacción concurrían destacadas personalidades dela colectividad gallega en la capital uruguaya, como SánchezMosquera o Miguel Barros Castro. Esta publicación salió por úl-tima vez el 30 de diciembre de 1917, pero, pese a su escaso añode vida, cumplió una importante misión para los gallegos enMontevideo.

En 1919, la Casa de Galicia comenzó a editar Alma gallega,que salió de forma continuada hasta 1922. Tras publicarse unnúmero suelto en 1923, en 1924 esta cabecera inició una segun-da época hasta 1927. Entre 1934 y 1950 vivió una tercera etapa,y en octubre de 1954 y enero de 1960 salieron dos números ex-traordinarios.

Durante algunos años, la Casa de Galicia mantuvo una pu-blicación paralela, El Eco de Galicia, que salió entre julio y octu-bre de 1925. Entre agosto de 1928 y mayo de 1933 fue la publi-cación única de la institución, cuyo órgano oficial actual es Ecosda terra. G

La prensa gallega en la emigración

Sus instalacionesLa Casa de Galicia de Montevideo cuenta con unas espléndi-das instalaciones culturales y de recreo, así como con un am-plio y moderno centro hospitalario asistencial, situado en laAvenida Millán.

El centro social, ubicado en pleno centro de Montevideo,ocupa un área total edificada de 1.150 metros cuadrados divi-didos en cuatro plantas. En él se encuentran la sala de reunio-nes y la de sesiones, la biblioteca Alfonso R. Castelao, el salónregional y el instituto de enseñanza secundaria Manuel CurrosEnríquez.

El gran sanatorio policlínico central ocupa un espacio de2.150 metros cuadrados y cuenta con siete plantas. Este centroalberga varias salas de consulta y otros cuatro policlínicos zo-nales, además de una quinta área social de recreo. El policlíni-co central dispone de laboratorio de análisis clínicos, una salade hemodinamia, otra de operaciones y un área de internaciónpediátrica.

El sanatorio social, situado en la zona norte de Montevi-deo, tiene una superficie total edificada de 14.000 metros cua-drados, en los que presta atención quirúrgica y dispone de con-sultorios, vacunas, banco de sangre, salas de radiología generaly un amplio etcétera.

Cabe citar también el Panteón Social, que se encuentra en elCementerio del Norte de Montevideo y es único en el mundopor su concepción. Tiene capacidad para 1.200 nichos y 1.400usuarios distribuidos en tres áreas. En la parte frontal se empla-za un “cruceiro gallego”, donado en el año 1967 por la Xunta deGalicia. Sobre la terraza del primer piso hay un monolito de már-mol con los escudos de las cuatro provincias gallegas, y debajose encuentra una urna de vidrio con tierra autentificada de cadauna de esas provincias.

Además, en la Quinta Social se encuentran las instalacionesdeportivas de la entidad, que ofrecen la posibilidad de practicarfútbol sala, baloncesto, balonmano y gimnasia, entre otras acti-vidades de carácter social y recreativo.

La Biblioteca Alfonso R. Castelao dispone de unos 8.000 vo-lúmenes, entre los que destaca “Enciclopedia Universal Ilustra-da”, mientras que la Biblioteca Técnico-Médica Dr. Manuel Albo,instalada en el Sanatorio Social, es una de las mejores de todo elpaís por la calidad y actualidad tanto de las obras monográficascomo de las publicaciones periódicas que contiene.

Sus actividadesSon muchas las actividades culturales y folclóricas que se reali-zan en este centro, que cuenta con un grupo de baile y una es-

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cuela de gaitas. El Ballet Folclórico Gallego de la Casa de Ga-licia de Montevideo tiene tantos años como la propia institu-ción, pero el nombre de Obradoiro lo tomó hace pocos años,por ser en esa plaza compostelana donde el grupo vio Galiciapor primera vez, en el Xacobeo 93, con motivo de la celebra-ción del I Día de la Galicia Exterior. Esta agrupación, formadapor descendientes de gallegos con el fin de difundir, a través delbaile, la cultura y las costumbres de Galicia por tierras urugua-yas, ha actuado en numerosas ocasiones en Uruguay, Argenti-na y Brasil y ha conseguido múltiples distinciones nacionales einternacionales.

Asimismo, desde el año de su fundación, la Casa de Galiciaorganiza actividades musicales a través del orfeón “Pascual Veiga”,dirigido primero por Barreiro y después por Francisco Baldomir,padre del que entre 1938 y 1942 fuera presidente de la Repúbli-ca, Alfredo Baldomir.

En sus primeros años de vida, la institución puso en marchadiversos ciclos de conferencias y los llamados “Xantares”, ágapesofrecidos a personajes importantes, gallegos y españoles, a su pasopor la capital uruguaya.

Entre las actividades recreativas, destaca la participación enlos festejos del Día del Emigrante, fiesta que engloba a todas lascolectividades que residen en Uruguay, organizada por el Minis-terio de Educación y Cultura del país, o las tradicionales reunio-nes bailables de los domingos.

Además, la Casa de Galicia de Montevideo presta ayuda alHogar Español de Ancianos, poniendo a su disposición de formagratuita a un médico de medicina general, que los atiende tresveces por semana, y a un especialista en psiquiatría.

En 2004, la institución firmó un convenio con la SecretaríaXeral de Emigración para crear una Oficina de Atención de Pro-gramas Sociales y Asistenciales, que tiene como principal finali-dad difundir, asesorar y apoyar la gestión de las acciones y pro-gramas previstos por la Xunta para los emigrantes gallegos asentadosen Uruguay.

Su patrimonioComo en los restantes centros gallegos en la diáspora, la Casa de Ga-licia de Montevideo tiene en su haber un patrimonio documental,artístico y cultural notable. Su Libro de Oro recoge las dedicatoriasy firmas de puño y letra de los numerosos personajes ilustres que lavisitaron, como el intelectual Alfonso Rodríguez Castelao, símbolode la Galicia emigrante, la Reina Sofía, el escritor y artista gráfico Ca-milo Díaz Baliño o el pintor Julio Prieto Nespereira, entre otras mu-chas personalidades. Dentro de este apartado, destacan también loslibros de actas de las distintas reuniones de la junta directiva de la ins-titución, desde 1920 a 1950.

El centro cuenta también con fotografías que retratan diferentesacontecimientos singulares que marcaron el devenir de su historia,como la asamblea fundacional del centro, la primera reunión de lajunta directiva, el álbum de la inauguración del edificio o la visita deCastelao, además de algunas imágenes de José María Barreiro, fun-dador de la institución, entre otras muchas.

En el ámbito de la escultura, la Casa de Galicia alberga escudosy placas conmemorativas, como la que homenajea a Castelao, reali-zada en bronce y de autor desconocido, que lleva la inscripción “Enlembranza do esgrevio patriota de Alfonso Daniel Rodríguez Caste-lao”, y varios bustos, como el del propio galleguista, el del fundadorde la institución o el del militar José Gervasio Artigas, un militar yestadista uruguayo que contribuyó a la independencia tanto de supaís como de Argentina.

Completan el valioso patrimonio de esta entidad algunas obraspictóricas, como los retratos a carboncillo de Concepción Arenal yRosalía de Castro, la obra “Dolmen gallego” de Castro Gil, elabora-da con la técnica del aguafuerte, también usada en “Rincón betan-ceiro”, de Julio Prieto, y otros óleos, aerografías o carboncillos, la ma-yoría de ellos de autor no conocido.

Todo el patrimonio de la Casa de Galicia de la capital uruguayase puede consultar en la página web del proyecto Galicia Aberta www.ga-liciaaberta.com),puesto en marcha por la Secretaría Xeral de Emigra-ción de la Xunta de Galicia con el objetivo de dar a conocer el patri-monio de los centros gallegos en la diáspora y de servir como nexode unión de los gallegos residentes en el exterior con su tierra natal.

Su futuroLa Casa de Galicia de Montevideo es hoy la institución gallega másgrande de la emigración. El 12 de marzo de 1918, al poco de nacer,contaba ya con un número importante de socios registrados, un totalde 1.400. Desde entonces, esa cifra no ha dejado de crecer, alcanzan-do actualmente los 65.888 socios, de los cuales son gallegos aproxi-madamente el 30 por ciento, llegando al 45 por ciento si se tiene encuenta a sus hijos y nietos.

Superada la crisis que vivió a comienzos de este siglo, hoy en díase dan todas las condiciones para que esta entidad siga adelante, man-teniéndose a la vanguardia del mutualismo gallego en Uruguay porotros 90 años más. Porque 90 años de vida en un ser humano quizásignifiquen el fin, pero para una institución tan emblemática comoesta, son sólo el principio. G

Laura Vieiro es periodista.

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En la página anterior: Luis Andrade Castro, presidente de la Casa de Galicia,promotor de su Sanatorio. Busto de Castelao. En esta página: Foto del viejosanatorio en la década de los 30.