La Cigarra No. 5

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Transcript of La Cigarra No. 5

  • Edicin:Alejandro CmaraAlexia HaltemanJulio Rivas Rojas Rubn Gil

    La CigarraNmero [email protected]

    La Cigarra es una revista independiente he-cha en Guadalajara, Mxico. El contenido de los textos es responsibilidad de los autores.

    Ilustracin de portada: Juan Hervs (Artsenal)

    Dibujos de cigarras: Jos Clemente Orozco Faras

    Marzo-mayo 2014

    Impreso en Acento editoresReforma #654. Col. Artesanos C. P. 44200, Guadala-jara, Jalisco

    ISSN en trmite

  • ndi

    ce

    6 | Anfora de W. F. Jensen Jorge Ortiz Robla 9 | La Ciudad de los Tigres (Oslo) Mnica Kuhlmann Zamora11| La carta Olinmenkin Sosa Njera 14 | Desierto en mano Luis Fernando Alcntar Romero 16 | Au centre de la rue Bernard Pozier 22 | El cruce Carlos Wilfredo Trejo26 | La bala no atraves al salmn pero s se

    qued en la costilla de Adn Eusebio Montes

    31 | Cuaderno ausente, reconstruccin Joaqun E. de la Torre Herrera35 | Kaleb Gmez37 | El patio de los callados Grau Hertt39 | A medio camino Diego Cntora Velsquez

    Grfica 43 | Variaciones de una fotografa Juan Hervs (Artsenal)

    3

  • 4Edito

    rial Nedre Slottsgate en Oslo, 1882. Fotografa utilizada como evidencia jurdica en el caso del Dr. Bac-

    ker en contra de Kristiania antiguo nombre de la capital de Noruega, perteneciente al archivo de la Suprema Corte. Un rasgo particular es la doble exposicin.

    Lo contradictorio es que la imagen no parece ser evidencia de nada. La difuminacin de las fi-guras apunta a lo incierto del hecho. No podemos saber siquiera si los peatones transparentes estn en el mismo momento que las figuras ntidas. Si damos por hecho que una imagen se presta para reconstruir lo que est ms all del instante capturado, el rasgo de incertidumbre en esta fotografa multiplica las historias posibles. De esta red de lneas narrativas el espectador toma una y la desa-rrolla; se apropia de ella. Este acto creativo es un intento por asir una parte del mundo. Es el ir de un encuadre a un alejamiento a un detalle.

    Dr. Backer vs. Kristiania. El primero es el que demanda. Dr. Backer, un agraviado. La fotografa, registro de la averiguacin jurdica. Si el conflicto se centraba en una omisin en el cumplimiento de regulacin de calles, se requera de una prueba contundente que en la fotografa de doble expo-sicin no se encuentra. Como evidencia debi anularse. Independientemente de su fracaso, llega una mirada distinta, sucede una ruptura, una recontextualizacin: el paso de una prueba jurdica a un objeto esttico. La composicin de los elementos, lo cromtico y el carcter sorpresivo ahora se desvelan. An as persiste su intencin originaria. Ambas coexisten, y enriquecen el objeto que refieren, sumando horizontes que amplan su entendimiento.

  • 5

  • 6 Anfora de W. F. JensenJorge ortiz robla

    I

    17 de Noviembre

    Tras los rezos la calle comienza a llenarse, es domingo y decido colocar mi cma-ra en la esquina de enfrente de W. F. Jensen. En estos das fros la ciudad comien-za a atestarse de aldeanos que vienen por provisiones para el invierno.

    Fotografiar la avenida, esa es mi intencin desde hace semanas, pero el am-biente cargado y negruzco que produce el humo de las chimeneas de carbn lo hace casi imposible.

    Hoy es domingo y la gente pasea a pesar del fro, y s, se ha abierto un claro de luz justo encima de las casas.

    Las personas se paran e inquietan ante el artefacto que les apunta desde el otro lado de la travesa, todos lo piensan, aunque en los bares traten el tema como habladuras, todos lo piensan. Ese cacharro te roba el alma.

  • 7II

    Lo que la ciudad esconde

    Cuando el fotgrafo ingls grit still everyone! en el cruce de W. F. Jensen, todo el mundo permaneci esttico, ni siquiera el cochero del carruaje que le haba llevado hasta all movi su ltigo. Sin embargo, al regresar a su estudio, en In-glaterra, tras el revelado, supo que todas esas historias de almas encerradas y fantasmas que se contaban en las tabernas eran ciertas. Pudo ver lo que la ciudad esconde.

  • 8III

    Recuerdo el da en que encontr aquella fotografa y un diario en el despacho de mi abuelo, la mir detenidamente durante horas sentado en su vieja butaca, mientras el olor a pipa an me haca sentir que l estaba conmigo en la sala.

    Imagin la historia de cada uno de los personajes que en ella haban quedado plasmados, el milagro de las sales de plata. Pens en su muerte, en la muerte de todos los fotografiados, en el bombardeo de la luz sobre los cuerpos, en el color que duerme bajo el blanco y negro, en la imagen robada eternamente, en cmo los movimientos, las rectificaciones de los personajes se graban como espectros.

    Eso es lo que quera decir el fotgrafo en su diario, eso es lo que mi abuelo quiso contar en el relato Lo que la ciudad esconde, es lo que significa la creen-cia de que las fotografas se quedan con una parte de tu alma.

    Al final di la vuelta al positivo, y a plumilla en la parte baja, como un epgrafe, pude leer:

    Autorretrato junto a carreta en el cruce de Jensen.

  • 9Gris, el color del invierno,

    de la melancola

    Se derrama por las calles,

    silencioso ro.

    Grises, la ra,

    los edificios, la ropa,

    el aire, el fro,

    grises, las nubes, el mar,

    los fantasmales barcos en el puerto,

    donde an resuenan

    La Ciudad de los Tigres (Oslo)

    Mnica KuhlMann zaMora

  • 10

    las voces de antiguos navegantes.

    Grises, las personas, las miradas,

    el vaho de sus bocas,

    las heladas piedras de la calle.

    Silenciosos, los fantasmas de nuestros ancestros,

    cubiertos por un tenue manto de neblina,

    nos observan desde su morada.

    Grises, sus siluetas,

    las insondables cuencas de sus ojos,

    grises, sus manos, que intilmente intentan

    aferrarse a un tiempo que se ha ido.

  • 11

    Qu sabes de l? Lleg alguna carta nueva?No. Nada desde la ltima.Cmo sabemos que no est muerto?No lo sabemos.Maldita sea! Dijo que escribira cada mes.Lo ms probable es que el correo haya tenido com-

    plicaciones. Est en la guerra, Franz, est en la guerra Le dije que no fuera. Se lo dije muy seriamente.

    Lo mir con dureza a los ojos: no vayas, Martin.Lo s. Yo tambin se lo dije.Y l repeta con sus ojos grandes y soadores: No

    slo es una guerra, es una lucha por un mundo mejor.El hombre se qued callado. Suspir largamente

    y camin hacia la ventana. El sol estaba oculto, pero el cielo luca hermoso y gris. Era como si Dios com-prendiera su melancola y pintara delicadamente el

    horizonte para explicarle que comparta su dolor. Ella teja y de vez en cuando volteaba la mirada para ver-lo. Estaba grande y fornido. De su camisa entreabierta se escapaban esos vellos negros y gruesos que suelen tener algunos hombres maduros. El humo del cigarro invada toda la sala y a ella eso generalmente le inco-modaba, sin embargo, en ese momento no importaba; el cigarro no haca ms que unirlos con un misterioso velo de humo.

    Mustrame la fotografa otra vez.l tom la fotografa entre sus manos grandes y la

    observ como alguien mira a quien alguna vez fue su amigo y ahora es un completo desconocido.

    Ha subido de peso. He escuchado que en Espaa comen mucho cerdo. Toma, leme la carta de nuevo.

    La cartaolinMenKin sosa nJera

  • 1213 de agosto de 1937Adorada Matilda, querido Franz:

    Espaa es grandiosa. Parece la tierra de las serpientes; todos utilizan mucho el sonido sSsSsS. La guerra va bien. Cuando los de la resistencia me vieron llegar, pen-saban que era uno de los espas enviados por Alemania. Despus les expliqu que vena para ayudarles contra los fascistas. Me hicieron un interrogatorio de varios

    das y me pusieron diversas pruebas, hasta que se con-vencieron de que estaba de su lado. Espaa es curiosa. Ahora estoy en Valencia y aqu el calor est bastante fuerte. Sin embargo, de vez en cuando el viento trae una brisa fresca deliciosa. Los espaoles dicen que hay un ro muy cerca.

    He conocido a varios ingleses que tambin apoyan la causa. La semana pasada muri uno de los nuestros; estaba en el frente, refugindose detrs de un muro. Se agach por un momento para tomar agua de su cantim-plora y su cabeza qued descubierta por centmetros: su-ficiente para que una bala enemiga le atravesara el cr-neo. Yo vi cmo se desplom. Fue terrible. Las prdidas siempre son terribles.

    Conoc a un mexicano que habla ingls bastante bien. Se hace llamar don David Alfaro Siqueiros. Es muy valiente, se mantiene en el frente y ha matado a muchos enemigos. Todos aqu lo respetan mucho. Siempre viste con una gabardina azul marino, unas botas grandes y un sombrero caf. Le he preguntado mucho de Mxico y ahora s algunas cosas de aquel pas. Don David me ha dicho que cuando la guerra termine, nos invitar a los

  • 13

    tres para que conozcamos sus tierras con sabor a cha. (Nunca he sabido a qu se refiere).

    Se preguntarn por qu les envi esa foto. Siempre traigo mi cmara conmigo; esa foto la tom Eldwin, en Berln. Me gusta porque consigui jugar con las sombras y eso concuerda mucho con la teora que tiene don Da-vid; l me cont que una bruja mexicana le explic que el alma pesa 21 gramos y que est en la cabeza. Entonces, cuando muri nuestro compaero en el frente, don Da-vid no dej que nadie se acercara al cuerpo. Tom el ca-dver de la cabeza, observ meticulosamente la mirada perdida y grit: Lo he visto! Lo he visto! El destello! El destello! Lo he visto!. l fue, seguramente, el pri-mer hombre en ver el ltimo destello del alma apagarse. Aquel destello en el cual, antes de morir, ves transcurrir toda tu vida como una gran fotografa. ltimamente he estado pensando mucho en el destello y todava no ten-go una conclusin. No obstante, quiero que observen esta fotografa muy detenidamente y en las sombras acaso en-cuentren la respuesta.

    Martin

    Es un soador. Es un idealista!Franz dej caer la fotografa al piso. Matilda la

    recogi. l se aboton la camisa y sali al bosque sin rumbo fijo. Tal vez para conseguir ms lea, tal vez slo para dejar de pensar. Ella coloc la fotografa en la mesa, junto a la carta. Se levant para encender una vela y observ con tristeza las figuras cambiantes que ofreca el fuego.

  • 14

    Tzu se fue de China. Traa una cmara que haba roba-do. Se hizo pasar por fotgrafo y tom un barco.

    Era un transporte directo a Europa. Pero Tzu des-conoca muchas cosas, entre ellas el lugar al que arriba-ra. No poda huir de algo que comenzaba a aquejarlo. Tampoco saba qu era eso.

    Mientras iba abordo, conoci a otro fugitivo. Char-laron y se volvieron cmplices. Robaron algo de bebida y comida.

    Nadie supo quines haban vaciado las alacenas cerca de la zona de mquinas. Ni siquiera los otros poli-zontes que de repente aparecan.

    El azul del mar pareca infinito, mientras fumaba en la cubierta. Pensaba en Pekn y en la vida que dejaba atrs. As que lleg a Austria.

    En una calle solitaria se deshizo de la cmara.

    Ahora se presentara como un joven desempleado. Quizs a la espera de alguna oportunidad de empleo. O de otra vida.

    Aquella ciudad de construcciones antiguas lo fasci-n con su aspecto enigmtico. Dio vuelta en una calle larga, que pareca ser una vialidad importante.

    All vio el paso de transentes y a comerciantes que a esa hora de la maana abran sus locales. Luego pas un carro que, ruidoso, se atraves en su andar.

    Alguien le llam. El ocupante del carro lo invit a subirse. As conoci al seor Wervondt, una especie de conde excntrico, con su vestimenta rigurosa de un ne-gro azabache que inclua un sombrero. Se fueron juntos y Tzu le cont su situacin.

    Sal de mi pas porque estuve involucrado en un crimen. Slo haca mi trabajo dijo.

    Desierto en manoluis Fernando alcntar roMero

  • 15

    Quin era su vctima, fue... usted el autor de eso que me cuenta?

    S respir hondo, hizo una pausa. Era mi padre, un minis-tro de cultura all en China. Por eso llegu hasta ac. Toda mi vida ha sido as, asaltos, robos y otras tropelas. Ya no puedo detenerme. Es mi trabajo y me pagan bien por ello.

    Ambos guarda-ron silencio despus de ese dilogo. Llegaron a un cruce de caminos.

    De repente, Tzu tuvo la vi-sin de su padre como una sombra

    muda que se mova incesante de una direccin a otra. Apareca y se

    desvaneca. Slo l poda verlo.

    Le dio miedo, pero no quiso darle ms

    importancia al he-cho. Le doli la cabeza y se sinti mareado. Se baj del carro cerca de una plaza.

    Aleg un can-sancio disimulado

    pese a su tensin interna. Camin

    sin rumbo, pues no le importaba realmente

    llegar a ningn lado. Esa noche se emborra-

    ch con algo de dinero que le dio el conde. Slo quera huir de s mismo.

  • 16

    Je te vois partout

    L o tu tais

    L o tu ntais pas

    Tout le temps

    Comme avant

    Comme maintenant

    Et dans le temps

    Je te vois partout

    Et nulle part la fois

    Hier et demain

    Maintenant et jamais

    Au centre de la ruebernard Pozier

  • 17

    En el centro de la calleTraduccin: Ana Cristina Ziga

    Te veo por todas partes

    Ah donde estabas

    Ah donde no estabas

    Todo el tiempo

    Como antes

    Como ahora

    Y en el tiempo

    Te veo por todas partes

    Y al mismo tiempo en ninguna parte

    Ayer y maana

    Ahora y jams

  • 18

    Pourtant tu tais l

    Et jy tais aussi

    Mais quand

    Faut-il traverser le chemin

    Ou marcher jusquau bout de la lumire

    Pour tre vraiment

    Et faire corps avec le rel

    Faut-il prendre demeure

    Prs des pavs

    Ou ltage

    Partir pied ou en voiture

    Se faire sombre ou transparent

    Avec ou sans vtement

    En ngatif en noir et blanc

    Ou simplement rester l

  • 19

    Sin embargo t estabas ah

    Y ah tambin yo estaba

    Pero cundo

    Hay que cruzar el camino

    O caminar hasta el final de la luz

    Para verdaderamente ser

    Y formar parte con la realidad

    Hay que instalarse

    Cerca de las piedras que forman la calle

    O en un piso alto

    Partir a pie o sobre ruedas

    Hacerse oscuro o transparente

    Con o sin vestimenta

    En negativo o blanco y negro

    O simplemente permanecer ah

  • 20

    Debout au centre de la rue

    Pour toujours

  • 21

    De pie en el centro de la calle

    Para siempre

  • 22

    l. Un milln de veces l.Nos vimos por ltima ocasin en el cruce de Trom-

    s y Strandgaten, frente a la tienda del viejo Jensen. l llevaba el abrigo que le regal, el que alguna vez perte-neciera a mi padre. Se lo di una noche que se qued a dormir en casa, cuando hizo mucho fro y l no llevaba nada para cubrirse. Nos despedimos y me mir con las manos metidas en los bolsillos, tranquilo, mientras me alejaba. Ninguno saba que esa sera la ltima vez.

    Ahora, cada que paso por ah y eso es algo que pocas veces puedo evitar vuelvo a pensar en l. Todo me lo recuerda; el ruido de los cascos de los caballos, las carretas, el grito de los vendedores, los nios corriendo, las seoras platicando a la orilla de la calle, el silbato de los policas. Y lo busco con la mirada; entre los abrigos y sombreros, entre el cabello rubio de los peatones. Busco

    sus zapatos, el aroma de su locin, el sonido de su voz. Y me quedo as durante minutos, de pie, mirando hacia un lado y hacia el otro, con el corazn cabalgando dentro del pecho. Y s que todo es intil: l nunca volver.

    Seorita. El caballero de aquella mesa le enva esto.

    La primera vez que lo vi yo tomaba una taza de caf en la terraza de un restaurante a media cuadra de aqu. El sobre que el mesero puso en mi mano era blanco, la hoja era color amarillo, el trazo de su letra era alargado y fino.

    Nunca me he subido a un barco, aunque debo hacerlo. No s qu pueda sucederme. No s a qu lugares pueda lle-varme. Pero no quera dejar tierra sin decirle lo que siento. Es algo que no me perdonara.

    Y qu es lo que siente? le pregunt al acercarme a su mesa.

    El crucecarlos WilFredo treJo

  • 23

    Siento ganas de quedarme. Claro que lo extrao. Nunca me he vuelto a rer

    tanto como lo haca con l. Con nadie he vuelto a tener chistes secretos ni seas que con slo hacerlas sabamos de lo que estbamos hablando. Nunca nadie me ha vuel-to a parecer tan inteligente como me lo pareca l.

    Y en cada ocasin que se iba a un nuevo viaje, nos despedimos en esa misma esquina. l de pie a la mitad de la calle y yo subida en el carruaje que me llevara de vuelta a casa. l con las manos en los bolsillos y yo con el pecho lleno de lgrimas. Y el aroma del mar.

    En este sitio las mujeres llevan plumas en el peinado. Plumas grandes y de varios colores. Las naves llegan al puerto trayendo cargamentos de ellas y de piedras pre-ciosas que sirven para decorar vestidos. Caminar por las calles de este lugar es como caminar por un ro multi-color. Aqu todas las mujeres sonren. El corazn de los hombres es feliz. Creo que ste es el sitio al que en reali-dad perteneces y no a esa ciudad fra y gris que lo nico hermoso que tiene eres t.

    An guardo sus cartas en una caja debajo de mi cama. Pero ya casi nunca las leo. Antes lo haca todas

    las noches. Lea y relea una y otra; principalmente mis favoritas. Las reciba cada semana. Llegaban desde lu-gares de los cuales jams haba escuchado hablar. l siempre, sin falta, me escriba.

    Y por qu no se queda, entonces? le pregunt aquella primera vez.

    Lo que quiero es quedarme junto a usted.Un marinero que soaba con ser escritor. Eso era.

    Un hombre de tierra, solitario, que lo nico que haba encontrado como solucin a su aburrida vida esa es la forma en que l mismo la defini fue recorrer el mundo. Buscar historias en el mar, en puertos extraos. Historias que luego, al volver, me contara.

    Mi madre nunca lo acept por completo. Me dijo que no hay que confiar en los marineros que se alejan durante tanto tiempo y de los cuales las nicas dos co-sas seguras son que terminan por olvidarse de su mujer o que acaban muertos. Los marineros son hombres que nunca maduran. Se lanzan a navegar porque no se pue-den atar a nada. Les gusta la libertad y la falta de com-promiso. Tienen espritus que no se pueden atrapar.

    Vas a sufrir mucho si te enamoras de l dijo.

  • 24

    Nunca pens que el sufrimiento iba a comenzar tan pronto.

    El capitn del barco ha decidido transportar las plu-mas y piedras preciosas de las cuales ya te he hablado. De cerca, sin el trabajo de los artesanos del puerto, no lucen tan hermosas. Hay de muchos tamaos y formas. Me siento privilegiado de verlas as, antes de ser trans-formadas en arte. Y al tenerlas entre mis manos y poner-las contra el sol me doy cuenta que toda la belleza en este mundo debe ser trabajada, as sean rocas o palabras... o una relacin.

    El mar me trae su recuerdo. Lo veo en todas las per-sonas que caminan por este cruce, lo escucho en todos los sonidos, lo huelo en todos los aromas. Todos son l y a la vez ninguno lo es.

    Slo pasamos una noche juntos. La noche en que mi madre tuvo que ir a cuidar a una ta enferma. Estuvimos juntos, debajo de las sbanas, frente al fuego de la chi-menea, leyendo sus cartas, inventando frases, dibujan-do las ciudades que l haba conocido y que de otra for-ma yo no hubiera podido siquiera imaginar. Me tom de la mano, me hizo rer y me hizo llorar. Fue una noche en

    que ninguno de los dos pudimos dormir. Quin hubie-ra podido decir que ya no tendramos otra?

    Eres el puerto al que me gusta regresar dijo con la voz cansada, antes del amanecer.

    Desde hace tiempo hemos escuchado que por estas aguas hay piratas. Varias de las embarcaciones amigas han sufrido ataques en las ltimas semanas. Temo por nuestra carga y por lo que pudiera llegar a sucedernos. Dicen que despus de robar los cargamentos acostum-bran quemar las naves y asesinar a toda la tripulacin. Nosotros no somos gente de guerra. Ninguno de noso-tros sabe utilizar el sable o disparar el mosquete. Creo que seramos presa fcil. El otro da cre ver, a lo lejos, el esqueleto ennegrecido de un buque. Sent escalofro. Y pens en ti, en las ganas que tengo de volver a verte y dormir contigo.

    Esa fue la ltima carta que recib. Despus slo que-d el silencio. Ha pasado tanto tiempo desde entonces.

    Nunca quise acompaarlo hasta su barco y despe-dirlo como hacen todas las mujeres con los marineros. Nunca quise agitar un pauelo y llorar aguantando las lgrimas. Siempre sent que no soportara la sensacin

  • 25

    de verlo internarse en el mar y que saldra corriendo de-trs de l, hasta quedar en la orilla del puerto, y que lo llamara por su nombre muchas veces; a l, un milln de veces l.

    Pero lo hubiera hecho. As ahora este cruce no me lo recordara tanto, a su aroma, a la dureza de sus manos. Hubiera sido mejor que el puerto me lo recordara por-que evitar el puerto es mucho ms fcil que evitar estas dos calles.

    Te sucede algo? dice mi madre apretando mi brazo, invitndome a caminar.

    No. Nada. Es slo que me puse a pensar en...

  • 26I

    Estoy enamorada de un ser terrestre

    Estoy enamorada de una mujer con seis tetas

    Yo estoy enamorada de un hombre invisible

    Yo estoy enamorada de un hombre invisible

    Yo estoy enamorada de un hombre que libr a los osos cuando iba corriente arriba

    La bala no atraves al salmn pero s se qued en la costilla de Adn

    eusebio MontesPara A. G. S.

  • 27

    II

    Qu piensas de los salmones

    Salmn: nombre comn de peces caracterizados por tener un cuerpo alargado cubierto por

    escamas redondas y una aleta carnosa en la dorsal y en la cola. Viven tanto en agua salada

    como en agua dulce y habitan en las regiones ms fras del hemisferio norte. Muchos

    regresan del mar a los ros para desovar, y las cras emigran de las corrientes de agua dulce

    al mar una vez que han alcanzado la madurez.

    Silencio

    S, ya entend, pero qu piensas t sobre ellos

    Por qu quieres saber mi opinin. Ya te habrs dado cuenta que no s nada sobre salmones

    De qu color son

    No lo s

    Silencio

    Blanco y negro! Los salmones son por arriba negros y por debajo blanco, creando en el

    centro un color ms bien grisceo.

    Cuntas extremidades tienen

  • 28

    Tienen dos brazos dos piernas un torso una cabeza un cuello dos tobillos una nariz dos

    orejas dos ojos. Escamasescamasescamas.

    Hacia dnde van

    Calle arriba, piedra sobre piedra dejando atrs a sus compaeros salmones. A los vencidos

    que se difuminan entre garras y saltos suicidas.

    Primero son diecisis, luego son cinco, luego son tres, al final slo queda uno. Sonriendo

    Con las aletas metidas en los bolsillos rados de su abrigo muerto.

    De perfil sin dejar de ver a los fantasmas. Observando al oso pardo que le grita con cara de

    rabia

    Corre, cabrn! Corre, hijo de puta! Corre!

    Mientras otro oso ms grande y ms robusto y ms fuerte levanta una pata delantera

    El salmn no sabe cul es. No sabe si es la derecha o la izquierda. No sabe siquiera qu es

    la derecha y qu mierdas es la izquierda. Slo los observa de perfil con una sonrisa herida,

    mojada, envuelta en escamas donde se reflejan las medallas que cuelgan del espeso pelaje

    Quedndose en silencio y sin recordar

    Sin recordar nada

    Corre desgraciado!

  • 29

    Se supone que tiene que nadar ro arriba

    No tiene caso

    Tiene que dejar a sus cras

    No tiene caso

    Preparen!

    Y no escucha nada, no ve nada, no huele nada, ya no va a regresar al mar nunca, va a ser

    devorado. Acribillado hasta la muerte. Pronto va a ser un vencido, pronto va a ser un fantasma

    que rondar las cabezas de los osos hasta el ltimo de sus das.

    Apunten!

    No le importa morir, no le importa terminar en la barriga de un hijo de puta. No le va a

    importar quedar mancillado entre rocas y que sus restos se conviertan en corrientes calle

    abajo, heladas y servir como alimento para especies ms pequeas. Otros peces, otros

    crustceos. Otra vida. Esto no acaba aqu

    Que vivan los salmones!

    Que viva el reino bajo el agua helada!

    Que vivan las corrientes de agua dulce y el mar!

    Que mueran los osos!

  • 30

    Que vivan los salmones!

    Silencio

    Disparen

    III

    Yo estoy enamorada de un pez

    estoy enamorada de un hombre que era un pez

    venci a la corriente

    y venci a los osos.

    Yo estoy enamorada de un hombre salmn

    y que al final de su vida dijo que jams morira

    porque yo haba tomado esta fotografa.

  • 31Ahora desde la soledad vuelvo a empezar. Reescribo todo lo que logro recordar con el ltimo respiro como si fuera el primero. No tarda en llegar alguien a tocar mi puerta, aunque tengo el tiempo suficiente. Pero yo tam-bin quiero tener la historia entre mis manos al morir.

    Fragmento de un poema, no recuerdo culVuelo de mariposa: un resto del plido cielo temblando en mi estmago. A travs del silencio lastre. La sonrisa que enmudece hasta mi paso.

    NotaAlguna vez de nia intent atrapar una mariposa, y una

    vez lo logr. Perdi toda su belleza entre mis manos.

    El da que llegu. Hace dos semanasTres vestidos, un par de zapatos. Reviso y un par est roto, no podr andar mucho con ellos. Tendr que ser paciente. Muevo la cama y la mesa de noche junto a la ventana para poder observar la calle principal desde aqu. Sobre la mesita, el relicario con la fotografa que me regal el da que nos conocimos, un arma con tres tiros. No necesito ms.

    Da 3A veces me pareci que lo encontraba a mitad de la ca-

    Cuaderno ausente, reconstruccin

    Joaqun e. de la torre herrera

  • 32

    lle. Otras veces slo escuch el resonar de sus zapatos en ella.

    Nota 2El cario es algo que sucede y, desde el instante en que comienza, no puede volver a ser lo mismo. El cario ocurre, o bien, el cario no ocurre. Si miras a alguien, el cario comienza a suceder. Y aun si no lo miras, algo comienza a suceder.

    Da 5/Nota 3 Entre mis idas y vueltas del hotel al mercado, llevo ya un tiempo viendo una serie de personas que se parecen ms a los ecos de personas que tal vez alguna vez vivie-ron en este pueblo. Aqu, el sol brilla demasiado. Hoy esas personas me parecen ms ntidas que nunca.

    Da 6Me puse a recordar su rostro para estar preparada el da que lo encontrara. Pens en la primera vez que nos vi-mos. Mi memoria no pudo dibujar sus rasgos de manera exacta. l no se est quieto ni aqu adentro ni all fuera.

    Da 7Me empezaba a dar miedo encontrrmelo en la calle.

    Da 8Hay un fantasma en la habitacin. No soy yo. No han querido cambiarme de cuarto. No cabe un alma ms, me dijeron en la recepcin.

    Da 9/Nota 4Miro por la ventana: el mundo es para el ojo un mar. El cario es un intento de detener un ro, de estabilizarlo. Escrib y escrib y escrib su nombre, pero siempre pa-reca que nombraba a alguien ms. Yo lo quiero a l. De ah la repeticin, incluso de mi vida cotidiana, de ah mi empeo, mi envidia a los fantasmas. Algunas personas escriben poemas, pero yo no, porque los poemas son fe, fe para prevenir la desesperacin universal pero la poesa tambin la provoca.

    Da 10/Nota 5A veces pensaba en si no estara muerto. Estaba vivo, pero ya no era l, ya no Sera maana. Lo ahogu en el

  • 33

    hueco insondable de mi ojo, y lo que vi en su rostro des-pus de todos estos meses es todos Ellos que l ya no es. Una pila de fantasmas que se amontonan: un recuerdo, como piedras que dan paso a otras piedras: una ciudad.

    Da 11Deca mi padre que la mirada funciona como la fotogra-fa. La mirada es luz.

    Da 12Hoja en blanco.

    Da 13Voy a mi pueblo a enterrar a mi madre, limpiarle el cuer-po, sanar los golpes, coser las heridas. Velar el cadver dos das. No s si mi padre est en prisin o se escap. No s cundo vuelva. Y as, con un silencio de hierro se fue mientras dorma.

    Nota 6Yo digo que en las fotografas tambin hay murmullos. Or el silencio de cada palabra que hay en ellas. Como la vez que me dijo que me quera, el mismo da que se tom el retrato.

    Da 14 Lo vi al otro lado de la calle desde mi ventana. Cuando baj ya no estaba.

    Da 15/Nota 7A veces, cuando la suela de sus zapatos golpea contra las

  • 34

    piedras, recuerdo mis propios pasos. Ahora mi paso ser fantasma con l. Quisiera aadir pisadas a lo perdido. Yo habra caminado con l, sin fin.

    Da 16Dorm todo el da. So con l y vi su rostro precioso. Olvid cmo era cuando un rayo de sol me golpe la cara y me despert. Fui a ver el relicario, pero la foto tambin se haba oscurecido por el sol.

    Nota 8 Aprend a morderme la lengua, pero ahora las calles mur-mullan su nombre. Esta es nuestra nostalgia: un hombre.

    HoyLo vi pasear bajo mi ventana, cre que era un espejismo, cre que era un fantasma. Intent demorar lo ms que pude mientras bajaba las escaleras, pero esta vez se-gua ah. El mundo se vea tan frgil. Parado frente a la relojera, a travs de la vitrina me vio llegar. No quiso voltearse, s que me vio, pero yo tampoco quera que se volteara. Quise murmurarle algo, pero no se me ocurri

    nada. Pens en la fotografa del relicario. Pens en todo este tiempo que intent atraparlo y un sentimiento de alegra me invadi, pero ms pronto se torn en miedo. Miedo de un pasado incierto, miedo de un futuro incier-to. Ambos nos miramos en el cristal sucio. l slo cerr los ojos. No s si le dispar primero a l y luego a su re-flejo o si le dispar primero a su reflejo y luego a l. Dej la libreta anterior en su mano y regres aqu. Queda una bala, pero ya no hay habitaciones.

  • 35

    Sobre la luz de aceras desmedidas,

    polvo de polvo ensucia la mirada,

    el viento azul, la calle abarrotada

    de voces y figuras diluidas.

    La huella gris de una y muchas vidas

    en el cemento yace derramada,

    hay una fra yegua acalambrada

    y sombras de farolas exprimidas.

    De nuevo aqu, de ayer, de hace cien aos,

    el tiempo es un espacio reducido,

    Kaleb gMez

  • 36

    de sbito sembrado de peldaos.

    La calle es un recuerdo adormecido,

    un hueco de invisibles travesaos,

    hogar de lo inconcluso y de lo ido.

  • 37

    estar en una jungla

    sin formar relacin,

    respirar la fantasa

    de que todos dejan la maleta de sus das

    y enfrentan la eternidad

    sin contenido

    el juego de ser paisaje

    momentos antes de partir,

    humedezco pero no bebo

    El patio de los calladosgrau hertt

  • 38

    quin fuiste en el reloj

    antes de convertirme

    en un ojo que toma distancia

    los pies se tuercen,

    no el camino

  • 39

    Hemos sido olvidados por el tiempo.

    Tangibles?

    No, no.

    Quizs un arrebato etreo,

    escena old fashion,

    grabacin de 8mm.

    Flash

    Flash

    F l a s h

    A medio caminodiego cntora velsquez

  • 40

    Y las secuencias, lentas,

    pretenden un arte retrica

    que termina

    en revista vulgar de moda,

    se transfigura.

    Olvidados de olvidados.

    La economa no es lo nuestro.

    No, no.

    Vendemos cuentos a 5 pesos,

    regalamos poemas,

    ni hablar del teatro.

    Somos nufragos,

    somos exilio,

  • 41

    el Ulises que nunca vuelve,

    ni a qu volver!

    Tenemos:

    Prozac

    Clonazepan

    Ritalin

    Valium

    oferta

    Pague dos

    y le regalamos el tercero.

    Salud, hermanos!

    Hemos sido olvidados por el tiempo.

  • 42

    Aydenme!

    Aqu estoy.

  • Variaciones de una fotografaJuan hervs (artsenal)

    Gr

    fica

    43

  • 49Col

    abor

    ador

    es Bernard Pozier1955. Trois-Rivires, Quebec, Canad. Obtuvo el doctorado en Literatura Quebequense en 1986 en la Universidad de Sherbrooke. Ocupa el puesto de director literario en crits des Forges desde 1985 y es vicepresidente de la Casa de la Poe-sa en Montreal desde su inicio en 1999. Su primer libro de poemas lo public en 1976 y frecuenta la poesa y los poetas mexicanos desde hace ms de 25 aos. Libros disponibles en Mxico: Bacilos de ternura, Nueva nieve, Las pirmides del corazn, Postales de Mxico y las antologas Poetas de Que-bec, Latinos del norte, Aqu y ahora, 15 poetas de Quebec. En el 2012 recibi un reconocimiento y la medalla del estado de Aguascalientes durante el xiv Encuentro de Poetas del Mundo Latino, por su labor en la traduccin y difusin de la poesa mexicana en Quebec.litterature.orgecritsdesforges.com

    Carlos Wilfredo Trejo1977. Ciudad de Mxico. Estudi la Licenciatura en Relacio-nes Internacionales en la Facultad de Estudios Superiores (fes) Acatln de la Universidad Autnoma de Mxico (unam). Actualmente se desempea como gerente de logstica para una compaa espaola de moda. Los fines de semana es ase-sor en un taller de escritura creativa en la colonia Roma. Su trabajo ha sido publicado en diversas revistas, tales como Le-tralia, Registro MX, Replicante, Vinilo, Errr Magazine y La Nevera. Sus cuentos tambin han aparecido en recopilaciones publicadas por editoriales como Disculpe las Molestias Edi-ciones y Los Hedonistas Cansados. En el 2007 obtuvo una

  • 50

    beca para estudiar en la Escuela Dinmica de Escritores, di-rigida por Mario Bellatin.

    Diego Cntora Velsquez1994. Xalapa, Veracruz. Estudiante de la Licenciatura en Len-gua y Literatura Hispnicas de la Universidad Veracruzana (uv).@DiegoCintora

    Eusebio Montes1993. El Rosario, Sinaloa. Estudiante del diplomado en Crea-cin Literaria de la Sociedad General de Escritores Mexica-nos. Ha tomado talleres de dramaturgia con Estela Leero y Luis Mario Moncada. Fue becado en una ocasin por el curso de creacin literaria para jvenes, de la Fundacin para las Le-tras Mexicanas (fml) y la uv. Tiene un texto publicado en la revista electrnica Crculo de Poesa.

    Grau Hertt1984. Mar del Plata, Argentina. Cofundador de la editorial Nul Bonsai junto con Sebastin Goyeneche. Tiene publicados los poemarios Necamesia (Nul Bonsai, 2009, co-escrito con Sebastin Goyeneche), La otra campaa (Nul Bonsai, 2010), La vida cultural (Nul Bonsai, 2012) y La violencia general (Nul Bonsai, 2014). unactodeoptimismo.blogspot.com.ar nulubonsai.com.ar

    Joaqun E. De La Torre Herrera 1991. Ciudad de Mxico. Estudiante de la Licenciatura en Lengua y Literaturas Hispnicas en la unam. Trabajo suyo apa-rece en el libro Diez aos sin Octavio Paz (unam, 2009), en la antologa Somos poetas y qu? (Honda Nmada Ediciones, 2012) y la plaquette So con una sombra (hne, 2013). Becario del Curso de creacin literaria para jvenes de la fml y la uv en Xalapa (2012) y alumno del octavo diplomado en Creacin Literaria organizado por conaculta y el [email protected]

    Jorge Ortiz Robla1980. Palmas de Gran Canaria, Espaa. Tiene un diplomado en Restauracin por la Escuela Superior de Conservacin y Restauracin de Bienes Culturales de Aragn. Es ganador del concurso de microrrelatos Propsitos para el nuevo ao realizado por el programa Pgina2 en el ao 2009, con el relato En braile. Tiene publicado el poemario Mitocondrias, por la editorial Sloper, dentro de la revista literaria La Bolsa de Pipas, no. 87 octubre-diciembre 2012, y diversos poemas en el nme-ro 89 y en el 91. Sus poemas han sido incluidos en antologas como Aldea Potica VI (pera Prima), Annimos 2.1 (Cosmo-potica, El Dispensario), en diversos blogs y pginas web y en revistas como tico y Eclipse. jorgeortizrobla.blogspot.com.es

    Kaleb Gmez1990. Guadalajara, Jalisco. Estudia la Licenciatura en Letras

  • 51

    Hispnicas en la Universidad de Guadalajara (UdeG). Gan el tercer lugar en el segundo concurso de poesa y cuento corto de la revista Lpiz-Cero (2011) y el primer lugar del tercer con-curso de creacin literaria de LuvinaJoven (2013).

    Luis Fernando Alcntar Romero Len, Guanajuato. Estudi Ciencias y Tcnicas de la Comuni-cacin. Se dedica al periodismo, en especial a las crnicas, y colabora en Avenida Digital 3.0 (portal leons de periodismo digital).@surrealboy

    Mnica Kuhlmann Zamora 1952. Ciudad de Mxico. Reside en Guadalajara, desde 1973. Licenciada en Letras Hispnicas por la UdeG y Maestra en Traduccin por la Universidad Autnoma de Guadalajara (uag). Tiene un diplomado en Literatura Hispanoamericana Contempornea por la univa y un diplomado en traduccin jurdica por la Organizacin Mexicana de Traductores. Miem-bro del Taller de Traduccin de la UdeG desde 2003. Ha sido ponente en diversos congresos internacionales de traductores. Cofundadora de la empresa de traduccin skala International Translation Network. Ha participado en la traduccin y pub-licacin de libros de poesa y narrativa de poetas y escritores de varias nacionalidades. Participante en el primer taller de traduccin literaria alemn-espaol en el marco de la Feria Internacional del Libro (fil) 2011 de Guadalajara. Traductora y maestra de idiomas y literatura. Participante con dos cuen-tos en el libro Cuentos para picar, del taller de cuento Letras

    tintas (2013). Recibi Mencin Honorfica por su cuento Entender a los pjaros organizado por el Instituto de De-sarrollo Ambiental Corazn de la Tierra y la Editorial La Zonmbula (2013).

    Olinmenkin Sosa Njera1993. Ciudad de Mxico. Ha asistido a dos cursos de verano de la fml: en 2012 en el gnero de narrativa y en 2013 en el gnero de dramaturgia.

  • 52

  • 53Juan Hervs (Artsenal)1968. Valencia, Espaa. Diseador, ilustrador y activista grfi-co. Adems de trabajar en el campo de la comunicacin insti-tucional y comercial, Artsenal invierte su tiempo libre en la de-nuncia y la crtica poltico-social a travs de las redes sociales y desde diferentes publicaciones digitales: Diagonal, Rebelin, Periodismo Digno, Hablamos de Repblica, El Desconcierto.cl. Tambin responde a las solicitudes de colaboracin en materia grfica de asociaciones y plataformas ciudadanas. Participa en proyectos de denuncia grfica en VocesconFutura.juanhervas.wordpress.comfacebook.com/artsenal.juan.hervas

  • 54

    ConvoCa a escritores a colaborar en su siguiente nmero que tendr como eje tem-tico la frase cancionero apcrifo, tomada del

    ttulo de la obra en donde se referencia por primera vez a Juan de Mairena.

    Los textos debern ser inditos y partir de una libre interpretacin del tema. Se recibirn colaboraciones hasta el 15 de abril en los gneros de poesa, ensayo, cuento, minificcin y crnica literaria. El archivo word no deber sobrepasar las 4 cuartillas en letra Times, 12 puntos e interlineado 1.5.

    Esperamos los archivos, acompaados de una breve semblanza, al correo [email protected] con Convocatoria No. 6 como asunto.

  • 55

    ConvoCa a ilustradores y fotgrafos a colaborar en su siguiente nmero que tendr como eje temtico la frase cancionero apcrifo, toma-

    da del ttulo de la obra en donde se referencia por primera vez a Juan de Mairena.

    Envanos una propuesta de portada indita que parta de una libre interpretacin del tema, con un mnimo de 300 dpi, adems de un portafolio o blog donde podamos conocer ms de tu trabajo. La propuesta de portada deber corresponder al formato apaisado de la revista (21.5x14 cm).

    Se recibirn los archivos hasta el da 15 de abril, acompaados de una breve semblanza, al correo [email protected] con Convocatoria No. 6 como asunto.

    Quien resulte seleccionado realizar las imgenes que acompaen algunos textos. Adems, en la seccin Grfica se incluir una muestra de su obra.

  • 57Punt

    os d

    e ven

    ta Ciudad Guzmn:AirePAZ (Cristobal Coln #58 Zona Centro)Culiacn:

    Caf Marimba (El Dorado #1203)Fabuloso Chantaje (Ruperto Paliza #80000)

    Guadalajara:AirePAZ (Lpez Cotilla #2008)

    Caligari (Juan Manuel #1406)Curro & Poncho (Torre Cube, Blvd. Puerta de Hierro #5210)

    Darjeeling (Morelos #1491)Hotel Demetria (La Paz #2219)

    La Mata Tinta (Jurez #145-11, Tlaquepaque)Laboratorio de Arte Jorge Martnez (Beln esquina con Independencia)

    Librera Mariano Azuela (Av. Jurez #612)Peregrino Caf Bistro (Lpez Cotilla #875-1)

    Rendez-Vous (Libertad #1903 esquina con Colonias)Rojo Caf (Jos Guadalupe Zuno #2027)

    Puebla:Proftica Casa de la Lectura (3 Sur #701)

    Xalapa:2288 (Murillo Vidal #130)

    La Rueca de Gandhi (rsulo Galvn #65)Librera El Hombre Ilustrado (Francisco Moreno #7)

    Librera Hyperin (Rayn #18)

  • 58

    [email protected]

    @_LaCigarra_facebook.com/lacigarrarevista

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  • No. 530 pesos

    marzo-mayo 2014