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Punto Cero. Universidad Católica Boliviana ISSN: 1815-0276 [email protected] Universidad Católica Boliviana San Pablo Bolivia Garcés V., Fernando La ciudad, el barrio, el mercado: una mirada a las interacciones lingüísticas en Cochabamba Punto Cero. Universidad Católica Boliviana, vol. 20, núm. 30, enero-junio, 2015, pp. 9-20 Universidad Católica Boliviana San Pablo Cochabamba, Bolivia Disponible en: http://www.redalyc.org/articulo.oa?id=421839583002 Cómo citar el artículo Número completo Más información del artículo Página de la revista en redalyc.org Sistema de Información Científica Red de Revistas Científicas de América Latina, el Caribe, España y Portugal Proyecto académico sin fines de lucro, desarrollado bajo la iniciativa de acceso abierto

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Punto Cero. Universidad Católica

Boliviana

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Universidad Católica Boliviana San Pablo

Bolivia

Garcés V., Fernando

La ciudad, el barrio, el mercado: una mirada a las interacciones lingüísticas en

Cochabamba

Punto Cero. Universidad Católica Boliviana, vol. 20, núm. 30, enero-junio, 2015, pp. 9-20

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Cochabamba, Bolivia

Disponible en: http://www.redalyc.org/articulo.oa?id=421839583002

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ARTÍCULO CIENTÍFICO

La ciudad, el barrio, el mercado: una miradaa las interacciones lingüísticas en

CochabambaThe City, the Neighborhood, the Market: A Glance at Linguistic

Interaction in Cochabamba

Fernando Garcés V.Ecuatoriano-boliviano, Doctor en Estudios Culturales Latinoamericanos. Investigador del Instituto de InvestigacionesAntropológicas y Museo de la Universidad Mayor de San Simón (INIAM – UMSS). El autor declara no tener conflicto

de intereses con Punto Cero ni con ningún miembro de su Comité Editorial.

[email protected]

RESUMENLa presente comunicación intenta ser un primer esfuerzo de “observación” etnográfica en situaciones de interacciónlingüística en espacios de bilingüismo social y diglósico (Fishman 1995). Para ello se verán tres “paisajes lingüístico-sonoros” que corresponden a tres escalas diferentes: el ámbito urbano de la capital departamental, un contexto barrialy una feria semanal. El enfoque y los datos de cada uno de estos ámbitos también será diferente: en el primer caso,ofrecemos unos pocos datos de lo “observado” de manera informal en la cotidianidad urbana; en el segundo, tratamosde ofrecer un contexto de historia reciente a partir del diálogo con una habitante de un barrio periférico del MunicipioColcapirhua; en el tercer caso, mostraremos un trabajo etnográfico corto pero sostenido, realizado en un lugar de fuerteintercambio lingüístico como es el Mercado de Ferias Colcapirhua. El artículo muestra la relación entre dos lenguas encontacto: el quechua y el castellano, haciendo énfasis en la manera como la primera ocupa un lugar marginal sicruzamos varios factores tales como género, generación, lugar, tiempo y tipo de actividad comercial.

Palabras clave: Lingüística andina, interacción lingüística, etnografía de la comunicación, bilingüismo y diglosia.

ABSTRACT The present communication tries to be a first effort of ethnographic “observation” in situations of linguistic interaction inspaces of social bilingualism and diglossia (Fishman 1995). Thus, this article presents three “linguistic soundscapes” thatcorrespond to three different scales: urban environment of capital city, neighborhood context, and a weekly market. Theapproach and data from each of these areas are also different: in the first, we offer a few details of the “observed”informally in quotidian urban; in the second, we try to offer a context of recent history through a dialogue with a residentof peripheral neighborhood of Colcapirhua Municipality. In third, we show a short but sharp ethnographic work, it wasmade in Colcapirhua Trade Market, place of a strong language exchange. The article shows the relationship between twolanguages in contact: Quechua and Spanish, emphasizing how the first is marginal if we cross several factors such asgender, generation, place, time, and kind of commercial activity.Keywords: Andean Linguistic, linguistic interaction, ethnography of communication, bilingualism, diglossia.

RÉSUMÉCet article a le but de se constituer comme un premier effort « d’observation » des situations linguistiquesethnographiques dans les domaines de l’interaction sociale et le bilinguisme de diglossie (Fishman, 1995). Pour ce faire,on verra trois « paysages sonores linguistiques » qui correspondent à trois échelles différentes : un contexte urbain dela capitale du département, un emplacement de quartier et une foire hebdomadaire. L’approche et les données dechacun de ces emplacements seront aussi différentes : dans le premier cas, on offrira quelques données « de ce qui aété examiné » d’une façon informelle dans la quotidienneté urbaine ; dans le second, on essaiera de procurer un contextede l’histoire récente à partir du dialogue avec une femme du quartier de la banlieue de la commune de Colcapirhua ; etdans le troisième cas, on fournira un travail ethnographique bref mais soutenu, qui a été fait dans un emplacement defort échange linguistique tel que le Marché de Foires de Colcapirhua. Ce travail montre le rapport entre les deux languesen relation : le quechua et l’espagnol, tout en faisant une réflexion sur la façon dont la première occupe une placemarginale si l’on entrecroise plusieurs éléments tels que le sexe, l’âge, les lieux, le temps et le type d’activitécommerciale.Mots-clés: Linguistique des Andes, interaction linguistique, ethnographie de la communication, bilinguisme et diglossie.

9A Ñ O 2 0 , N º 3 0 , J U N I O 2 0 1 5ISSN 1815-0276

GARCÉS V., Fernando (2015). “La ciudad, el barrio, el mercado: unamirada a las interacciones lingüísticas en Cochabamba”. Punto Cero,Año 20 – N° 30 – 1° Semestre 2015. Pp. 9-20. Universidad CatólicaBoliviana “San Pablo”. Cochabamba.

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1. Un castellano quechuizado: mirando elhabla en la ciudad

En este apartado, mostraré una serie deejemplos de la manera como se encuentrapresente el quechua en el castellano urbano deCochabamba.

Varios autores dan cuenta de una variedad delcastellano fruto del uso de los andinohablantes (quechuas y aimaras) que noresponde a los patrones normativos delespañol peninsular (Cf. CErrÓN-PALoMINo2003; GrANDA 2001). Esta variante ha sidodenominada castellano andino. Presentaré acontinuación, fruto de varios meses deobservación (o mejor, audición) etnográficarealizada de manera ocasional, variosejemplos que nos permiten evidenciar lapresencia del quechua en el castellanocochabambino en todos los niveles de lalengua.1

En el nivel fonológico, se suele destacar lavariación i ~ e, o ~ u. He detectado la primeravariación en un diálogo concreto:

A.- ¿Sí? Pregunte nomás.b.- Quiero un pantalo medio cafí.A.- ¿Qué número?b.- Treinta y shiete.

Una nota curiosa es que loscastellanohablantes de lengua materna,cuando imitan la variante castellana de los quetienen una lengua andina por lengua materna,usan este indicador de manera burlesca: “tomato pendraib”, “me voy arreba”.

Por otro lado, es recurrente la dificultad demantener el grupo consonántico CVC cuandose trata de la semiconsonante y seguida de lavocal media anterior e: “Está traendo, estáleendo”. Esto se da a causa de la cercaníaarticulatoria de la semiconsonante con la vocalrespectiva.

Tenemos también la alternancia de la fricativavelar j con la dentilabial fricativa f, lo que sepuede ver en los siguientes ejemplos:

- “Fueves” < jueves - “Enfuagar” < enjuagar < enjaguar

- “Funio” < Junio, - “Fulio” < Julio, - “Fulia” < Julia.- “Jelipe” < FelipeCercano a los ejemplos presentados seencuentra el caso de la eliminación de ladentilabial f en el grupo consonántico CCV; así,“Florencio” se realiza como “Lorencio”.

En el nivel suprasegmental, es decir, en el nivelde la acentuación no limitada a la realizaciónfonética, tenemos el desplazamiento típico delquechua: “No sabiabámos, no traiabámos”;“Ahí hay hartos cantáros”.

En el nivel morfosintáctico, los adverbios delugar “aquí, allí, ahí” reciben la traduccióndirecta del quechua: “en aquí, en allí, en ahí”.Un caso bastante generalizado es el uso delrespetual –ri del quechua inserto en losimperativos del castellano a manera de unelemento suavizador de la orden: “sentarite,venderime, comprarime”. Junto a este caso,también es común el traslado de la dobleposesión quechua en frases como: “De laMaría su hermano es”.

En términos lexicales, hemos registradovarios elementos:

- “El queso está ñeqe” (= esponjoso). - La doctora era una p’ispila (= persona

flaca, pequeña, débil; por extensión,persona sin experiencia).

- El informe estaba q’asa (= incompleto).- El David estuvo t’uku (= pensativo)

durante toda la reunión.- Ese chico era wajchito (= huérfano).- No seas tan mich’a (= tacaño).- realmente, una suela uya (=

sinvergüenza).- Sin ser llunk’u pero (= servil).- Puriskiri (= andariego) había sido.- La Matilde se va a dormir a la jayt’ana

(= a los pies de la cama; lit. el lugardonde se patea)

- Esto es una ch’ipa, estoy ch’ipado (=enredado)

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- Ahí había una tremenda pakcha (=cascada)

- Voy a ch’atar (= cerrar) el candado- Le vas a decir que es un sapan wisa (=

comilón) - Había sido su na de la Lilian (=

acomodaticio ante el “olvido”involuntario o deliberado de unelemento lexical)

En el nivel pragmático, he encontrado en unfamiliar la recurrencia a la narraciónreportativa: “Diciendo ha dicho, diciendo habíadicho, diciendo dijo”.

Todos estos ejemplos son tomados depersonas que tienen el castellano como lenguamaterna o que siendo bilingües usanrecurrentemente el castellano en suinteracción cotidiana. Muchos de ellos sonprofesionales que se desenvuelven como talesen el ámbito urbano.

2. Un municipio

El Municipio de Colcapirhua se encuentraubicado en el Departamento de Cochabamba.Su jurisdicción corresponde a la QuintaSección de la provincia de Quillacollo. Suslímites, según la ley 744 son determinados dela siguiente manera: al norte con Tiquipaya, aleste y al sud con el municipio de Cercado, y aloeste con el municipio de Quillacollo.

Colcapirhua está situado a una altitudaproximada de 2.565 m.s.n.m., integrando lasprovincias de Cercado y Quillacollo. El clima deColcapirhua es templado y semiárido, aptopara la producción agrícola durante todo el año(Cf. oJALVo et al: 2010)

Según el Censo Nacional del año 2001, lapoblación total del Municipio, para ese año, erade 41.980 habitantes (INE 2005).

La autoidentificación por pueblo indígena uoriginario, en el Municipio, se da como sigue:

Cuadro Nº 1: Municipio de Colcapirhua: Autoidentificación

por pueblo indígena u originario

Fuente: INE 2005.

En términos lingüísticos, los datos apuntan adar referencia tanto de la lengua maternacomo de las lenguas en uso actual:

Cuadro Nº 2:

Municipio de Colcapirhua: Principal idiomaen el que aprendió a hablar

Fuente: INE 2005.

Cuadro Nº 3:

Municipio de Colcapirhua: Principal(es)idioma(s) hablado(s)

Fuente: INE 2005.

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Pueblo indígena uoriginario Número %

originario Quechua 15.593 57.93

originario Aymara 2.081 7.93

originario otro Nativo 96 0.36

Ninguno 8.791 33.93

Principal idioma en elque aprendió a hablar Número %

Español 28.078 74.11

Quechua 8.342 22.02

Aymara 1.262 3.33

Extranjero 99 0.26

Principal(es) idioma(s)hablado(s) Número %

Español 19.603 46.77

Quechua – Español 15.394 36.73

Aymara – Español 1.307 3.12

Quechua 1.212 2.89

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Es interesante notar que el 57.93% de laspersonas se autoidentifican como parte delpueblo quechua, aunque sólo un 22% hayatenido al quechua como lengua principal deadquisición materna. En el contexto actual el39% de las personas hablan quechua comomonolingües (2.89%) o como bilingües(36.73%). resalto esta información para hacernotar que Colcapirhua es un lugar con muchadinámica de interacción lingüística dondepredomina el bilingüismo.

Se conoce que en la época preincaica, incaica,colonial y en la republicana, Colcapirhua fue unvalle dedicado a la producción de cereales,principalmente maíz, así como también es deconocimiento generalizado que Colcapirhuafue históricamente un lugar donde sealmacenaba grandes cantidades de alimentosque luego serían enviados hacia el altiplano o,en otros tiempos, hacia el Cuzco; de ahí, elsignificado de su propio nombre. Colcapirhuaes un topónimo quechua-aimara, según variasfuentes.

González Holguín define Collcca como “Latroxe de adobes”; y, Pirhua como la “La trox dechaclla [varillas de cubrir el techo], o cañasembarrada” (GoNZÁLEZ HoLGUÍN 1608).Por su parte Ludovico bertonio dice que Collcay Piura quieren decir “Trox, almazen parachuño, quinua, mayz” (bErToNIo 1612). Demanera más reciente, Jesús Lara dice queQullqa corresponde al “Depósito de productosagrícolas construido de adobe”, mientras Pirwasería el “Depósito de productos agrícolasconstruido con cañahueca y barro” (LArA1971). Por último el Diccionario del CentroCultural Jayma afirma que Qullqa es un“Edificio, depósito” y Pirwa, “Depósito. Lugaren que se pone; troje. Depósito de mineralnatural” (Centro Cultural JAYMA 1997).

La plaza principal de Colcapirhua (Plaza 15 deabril) está asentada sobre un gran morro. Es elpunto más alto de una gran estratigrafíaarqueológica. Si se excavara ahí se podríanencontrar muestras de todos los períodosarqueológicos e históricos (Paleoindio,Formativo, Intermedio Temprano, HorizonteMedio, Intermedio Tardío, Inca y Colonial)(Walter Sánchez, comunicación personal,27/09/12). Por otro lado, las personas que

viven en los alrededores de la plaza principalafirman que todo Colcapirhua era un lugar conmuchas lagunas y mucha agua. Así lo afirmódon Gualberto, quien dijo ser una persona“propia” de Colcapirhua. él dijo que antes lascasas estaban todas sólo a una cuadra a laredonda de la plaza. También dijo que su papále decía “wasis muqupatapi ruwananku tiyan”,en referencia a que casi todas las casasantiguas se encuentran sobre morros. Hablóde que Colcapirhua era un lugar con muchaagua, con muchas quchas y que desde ahíiban al cruce Taquiña a pie, para ver unaenorme caída de agua que se encontraba enese lugar (Diálogo del 27/09/12).

Al igual que en muchos lugares deCochabamba, se asentaron terratenientes queestablecieron sus haciendas. En el trabajo deojalvo y otros se presenta a Colcapirhua comoun lugar de asentamientos terratenientes y que“en nuestros días, aún se observa en la zonade Capacachi, Callajchullpa y Esquilan restosde estas estructuras coloniales. Colcapirhuaadoptó una arquitectura colonial clásica en susviviendas como el uso de los adobeselaborados a base de barro y paja, con techoteja, puertas y ventanas de madera” (oJALVoet al. 2010: 3).

3. Un barrio

La oTb Canadá es una de las 30 juntasvecinales que conforman el Municipio deColcapirhua; ésta se encuentra a la altura delkilómetro 8 de la avenida blanco Galindo.Limita al Norte con la Avenida blanco Galindo,al Este con la oTb Florida Sur, al oeste conSumumpaya y al Sur con el barrio Ferroviario.

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Figura Nº 1: Barrio Canadá - Colcapirhua

Fuente: Google Earth. Image © 2015 Digital Globe © 2015Google. Imagen del 25/10/2013. Descarga del 20/02/2014.UTM 19K 794492 E 8074808 S 2558 m

En el diálogo que tuvimos con Doña YolandaVillarroel2, del barrio Canadá, dice que la zonaestaba llena de sembradíos, que había unaseñora que

[…] tenía una casa de hacienda; allá alfrente dice que tenía su casa. Casa dehacienda dice que había, en ahí dice quehabía unas señoras solteronas Maldonado,Florinda Maldonado, algo por ahí sellamaba, y esas eran las que todo estohacían trabajar con peones (Entrevista20/10/12).

Sin embargo, no había sistema de pongueajeya que las personas que vivían en losalrededores de la hacienda podían desarrollarotros tipos de actividades. Por ello, y por laforma de vida, muchos habitantes podían criaralgunos animales menores como patos,chanchos y otros.

Con las sobras pues, con lo que hacían lachicha, comían los patos también, pero esomismo sabíamos comer, no teníamos plata,porque no nos daba [mi papá]; entoncesagarraba un pato, una gallina y lo mataba y,eso mismo lo comíamos pues, los huevostambién, recogía y nos hacía comer. ¡Uuuu!¡Huevo! cualquier cantidad hemos comido,sí que hemos comido, grave hemos comido

huevo (Yolanda Villarroel, entrevista,20/10/12).

La zona era productora de maíz y teníaarticulación con el mercado regional a travésdel tren, el cual funcionó desde inicios del sigloXX hasta 1956. Y es que “durante lapresidencia de Víctor Paz Estensoro, estaparada fue cerrada por la construcción de laactual Av. blanco Galindo (ojalvo et al 2010:3).

El idioma predominante en el barrio era elquechua: “Todo quechua hablábamos en esetiempo. Yo también casi castellano nohablaba”. Dice Doña Yolanda que su papá noquería que ella hable quechua pero su mamatodo el tiempo le hablaba en esta lengua. “Conmis hermanas también, con mamá también,puro quechua éramos” (Entrevista 20/10/12).

Entre 1970 y 1980 el barrio comienza acambiar. Haciendo remembranza, Doña Yolanos cuenta que las dos únicas tías que tenía sumamá eran las empleadas domésticas de lasdueñas de la hacienda del lugar: las SeñoritasMaldonado. Las señoritas rosa y ErnestinaArauco, eran tías de Alberta Peredo Arauco,mamá de Yolanda Villarroel Peredo. rosa yErnestina habían recibido esos terrenos comouna forma de pago por los servicios prestadosdurante muchos años. Como las tías no teníanmás familia que Alberta, decidieron regalarleesos terrenos a ella y a sus siete hijos. Noobstante, sucedió algo que cambió el rumbo delos acontecimientos. Las señoritas Maldonadoatendían a los sacerdotes de San Juan de Dioscomo huéspedes en su casa de la ciudad.Llegadas a una edad avanzada, las hermanasMaldonado pidieron asesoría a los sacerdotescon respecto a los terrenos que todavía lesquedaba por vender en esta zona deColcapirhua: “puro curas vivían ahí, de SanJuan de Dios, puro curas. Y uno de ellos es elque se ha avivado, pues. El cura MiguelQuispe. Como las viejitas no conocían eldinero, ‘yo te lo voy a vender, te lo voy avender’, diciendo le había dicho. Y el vendedortodo para su bolsillo ha sido, a ellas nada lesha dado” (Yolanda Villarroel, entrevista,20/10/12). De esta manera, el religioso haloteado los terrenos: “¡Lo ha loteado pues él!Primerito dice que eran lotes grandes. Pocosnomás han debido ser pues, grandes eran. Se

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ha avivado; después otro plano ha hecho hacercon lotes más pequeños, así, otro después,tres planos dice que había; así mi papá nos hacontado” (Yolanda Villarroel, entrevista,20/10/12).

De esta manera, la familia de la señoraYolanda adquiere algunos terrenos, pero deninguna manera la cantidad que les habíancedido las dueñas. Y con este hecho se iniciauna nueva etapa para el barrio, en vista de queal cambiar de dueños, las tierras tuvieron otrosusos. éstos estarían conectados con loscambios sociopolíticos y económicos del país ytoda la ola de urbanización que sufrió eldepartamento de Cochabamba por la décadadel 70. En este contexto, un grupo de minerosorganizados en la Cooperativa Minera deCatavi compra uno de esos lotes; otrosterrenos son regalados a amigos y familiaresdel sacerdote mencionado. Sin embargo, losllamados “mineros” no se trasladan a vivirinmediatamente al barrio.

En la década del 70 en lo que después sería elbarrio Canadá no había luz ni agua potable.Los grandes problemas y limitaciones de unproceso de urbanización son sin duda, elservicio de energía eléctrica y el agua potable.Ante esta situación, los primeros vecinos delbarrio debían perforar pozos en cada una desus casas.

Si bien la geografía había cambiadoradicalmente con el loteamiento de la zona, nopasó lo mismo con la tenencia de animales.“Todos criábamos animales. Patitos, gallinitas,conejitos, siempre tenían, pues, su jardincito”(Yolanda Villarroel, entrevista, 20/10/12).

El paisaje rural se mantenía:

Cuando el octavio se vino a vivir acá [ennoviembre de 1972], no había casas, ¡todopampa era! Y sus vacas de los Cocasvenían, de los Padillas venían pues, hartavaca, debe tener fotos mi hermano. Y enahí, ¡Uuuu! las vacas y nosotros ahí afueratambién. Era como si de nosotros fueran lasvacas, y nosotros nos sentábamos en elpasto, ahí afuera sabíamos jugar, corretear.Ellos están tomando y nosotros correteandoahí pues, y las vacas por ahí comiendo elpasto (Yolanda Villarroel, entrevista,20/10/12).

Pero además la zona de Colcapirhua era muyconocida por la alfarería:

Es una de las actividades que se vienerealizando desde muchísimos años atrás yque se constituye en la característicaprincipal de la población, es por esta razónque los colcapirhueños se los llama“MANKA LLUT’AS”. Los artesanos que sededican a esta actividad son muy hábiles,inclusive hacían alambiques para eldestilado del licor, los wich’is, p’uños,ch’illamis, wirquis, etc. Estas sonverdaderas obras de arte, algunos p’uños ywirquis tienen una capacidad hasta de dosmil litros y son utilizados para elaborarchicha (ojalvo et al 2010: 5).

A través de esta actividad se puede ver cómose va diversificando la ocupación de loshabitantes del barrio:

Los de Colcapirhua siempre, la mayoría, sededicaban a hacer ollas, pues. Aquí cercahabía hartas olleras, poco a poco han idodespareciendo, ya casi no se ve.

Ahora… don Gerardo había sido sastre, ahínomás cocía. Ahora, mi hermano octaviotrabajaba en la alcaldía; su esposa ahí en lacasa nomás se quedaba. Mi hermana, laAntuca, se iba a la cancha a vender; donEsteban era panadero, y el cura era cura(Yolanda Villarroel, entrevista, 20/10/12).

Como se ve, en este período el barriocomienza a cambiar. Se da el fenómeno de lamercantilización de los terrenos junto a unaincipiente urbanización en la que el trabajoagrícola va siendo remplazado por larealización de diversos oficios; sin embargo, lacrianza de animales, con fines deautoconsumo o de venta, se mantiene. Deigual manera, poco a poco comienzan acubrirse los servicios básicos acorde al inicialproceso de urbanización.

Con la promulgación del D.S. 21060 se inicia elproceso doloroso de despido, llamadorelocalización, de miles de mineros. A partir de1986 decenas de familias llegaron al barrio,cargados de todas sus pertenencias,incluyendo sus animales domésticos (perros ygatos). Algunos habían hecho construiranticipadamente una o dos precariashabitaciones.

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En camiones llegaban pues, todas suscositas traían, con sus wawas, sus perros,sus gatos… con todo se han venido.Algunos ni siquiera han hecho terminar suscasitas, así en obra gruesa, sin ventanas,sin paredes, nada, así se han venido(Yolanda Villarroel, entrevista, 20/10/12).

El cambio fue radical para las personas quellegaban, ya que muchos de ellos habíandisfrutado de la bonanza económica de lasminas en Potosí. Llegaban a una tierra en laque no tenían casa, no tenían trabajo, notenían conexión eléctrica, yfundamentalmente, no tenían agua.

Cuando llegaron los mineros nos hemostenido que organizar. Ahí hemos hecho unareunión y se ha conformado el barrio“Constitución”. Así se llamaba primerito. Esaprimera mesa directiva se ha movido paraque se pueda tener agua, pues. Hanencontrado ayuda de unas monjitas deCanadá. Por eso luego le han puesto esenombre “Canadá”. Han hecho cavar esepozo para toditos. Grave ha sido porque nosalía agua limpia, turbia nomás siempresalía (Yolanda Villarroel, entrevista,20/10/12).

Con el tiempo, los exmineros fueronadquiriendo nuevas fuentes de trabajo, o enalgunos casos trajeron sus propios negocios

Aquí han puesto su carpintería pues, donreymundo; don rené Villarroel también eracarpintero y con todas sus herramientas seha venido y aquí ha puesto su carpintería;don Alberto Solá también electricista era,aquí sigue siendo electricista (YolandaVillarroel, entrevista, 20/10/12).

Poco a poco se han ido integrando las distintasformas de vida, la que se tenía en el barrio,fruto de una tradición agropecuaria, y la que setenía allá, caracterizada por el bienestareconómico resultado del trabajo minero,sindical y cooperativista.

Ante la pregunta de qué cosas han cambiadoen el barrio luego de la llegada de los mineros,Doña Yola contesta:

Harto ha cambiado pues, antes era bientranquilo aquí, pero peligroso también era.Con lo que se ha llenado ya no era tanpeligroso. Los mineros siempre estánorganizándose pues, sindicalistas son ellos,en cambio nosotros, aquí no sabíamos de

esas cosas, políticos siempre han sido ellos.Lo más grave es que estaban bienacostumbrados a todo ellos; estabanacostumbrados a que les dieran todo, elgobierno siempre les daba lo mejor, pues;de aquí la mejor fruta iba para las minas, lamejor verdura, todo, aquí no teníamos quécomer y ellos tenían lo mejor, la mejorcarne, los mejores huevos, ellos así siemprecuentan. Aquí en Cochabamba hemossufrido harto esos tiempos y allí ellosestaban bien tratados. Cuando han venidoaquí, grave han sufrido, ya no había pueseso (Yolanda Villarroel, entrevista,20/10/12).

La misma organización vecinal logró el serviciomédico en el barrio, gracias a una donaciónque ellos hicieron de una parte de sus áreasverdes a favor de la Alcaldía de Colcapirhua.En este terreno, el Municipio construyó unaposta sanitaria que, luego, se convertiría en elCentro de Salud del barrio Canadá.

Como se ve, esta tercera etapa de la narraciónde doña Yolanda está signada por la llegada delos mineros “relocalizados” y los cambios quefue necesario asumir para que la vida delbarrio contara con servicios básicos másamplios, especialmente en referencia al agua ya la salud. Pero ello también reestructuró laconformación social y lingüística de loshabitantes del barrio Canadá: ahora se cuentacon dos tipos de quechuas, los lugareños y losinmigrantes.3

Actualmente, la organización de los vecinosdel barrio ha logrado algunas mejorar en elmismo, en términos de servicios. Se cuentacon alumbrado público, alcantarillado, aguapotable las 24 horas del día a un precio muyeconómico. En vista de que el agua es detodos los vecinos, una red de distribución deagua domiciliaria es mantenida por el mismobarrio. Por otro lado se cuenta con un árearecreativa para la realización de deportes, y el90% de las calles tienen asfalto rígido.

En la actualidad la población del barrio llega aalcanzar el millar de personas, pero los sociosdel sistema de agua, que en su mayoría sonlos jefes de familia, llegan a un total de 160personas. El barrio ha crecido en cantidad depersonas y a nivel arquitectónico ya que el95% de las viviendas tienen un segundo, tercery hasta cuarto piso de edificación vertical.

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El sistema de agua sigue vigente y ese es elprincipal mecanismo de cohesión de losvecinos; cada dos años se realiza el cambio delos dirigentes gracias a un sistemademocrático de elección secreta, todo elloestipulado en sus reglamentos internos defuncionamiento de la junta vecinal.A nivel de las actividades de los pobladores, sepuede mencionar que existe una variedad muygrande de ellas. Existen empleados,comerciantes, transportistas, maestros,jubilados, amas de casa, profesionales endiversas áreas, funcionarios públicos,estudiantes, etc. El paisaje lingüístico, en los ámbitos públicos(centro de salud, cancha de fútbol y debásquet, tiendas y farmacias) es, ahora,eminentemente español. En el ámbito privadofamiliar las personas adultas hablan quechuaen algunas ocasiones. Cuando se encuentranlas personas adultas en las calles del barrio,alguna vez también se saludan o bromean enquechua. En las reuniones del barrio, algunaque otra vez se puede escuchar a algún adultomayor hablando en quechua. Pero claramenteel paisaje lingüístico tiene predominancia delespañol.

4. Un mercadoLas ciudades andinas tienen una altapoblación quechua y/o aimara. Sus principalesgrupos son los descendientes de sectores yaurbanos, los pueblos o comunidades delcontorno absorbidos por la misma ciudad y losinmigrantes rurales (Cf. ALbÓ 1998a). Por otrolado, la población andina, en general,despliega una permanente estrategia demovilidad social y ambigüedad cultural, una“habilidad para moverse alternativamente endos ambientes culturales: el suyo propio y elno-andino de corte más hispano, dentro de unapuja permanente por el ascenso social” (ALbÓ1998a: 65). Para ello, como una de lasopciones, algunos cambian de indumentaria,lengua y apellido. En otros casos, dado que noes fácil despojarse de una manera específicade ser, los lazos sociales y los sentimientosmás profundos siguen jalando hacia laidentidad cultural andina tradicional: “Más aún,el mismo afán de reconocimiento público,dentro de esta puja por el ascenso social sesatisface más fácilmente entre los paisanos yotros miembros de la cultura andina, que son

ellos los que mejor entienden el esfuerzorealizado. Entonces el reconocimiento se sigueexpresando también en clave andina” (ALbÓ1998a: 66).La Feria de Colcapirhua funciona como tal losdías jueves y domingos. Los/as vendedores/ascomienzan a organizar sus puestos a partir delas 5:30 horas y desde las 15:00 horas ya casino hay actividad comercial. Sin embargo, laintensidad del comercio, en relación a lashoras en que transcurre la Feria, varía de lugara lugar. Por ejemplo, en los puestos en que sevende ropa y platos de comida se puedeencontrar gran actividad hacia las 11 de lamañana, hora en que ya casi no hay actividaden la venta mayorista de papa.

Figura Nº 2: Mercado de Ferias -Colcapirhua

Fuente: Google Earth. Image © 2015 Digital Globe © 2015Google. Imagen del 25/10/2013. Descarga del 20/02/2014.UTM 19K 792845 E 8075198 S 2564 m

El mercado tiene secciones más o menos fijasde productos. En términos generales,encontramos las siguientes secciones:

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A la feria de Colcapirhua vienen a comprarpersonas de distintos lugares de la ciudad ysus alrededores. Por ejemplo, durante eltrabajo de campo me encontré con unosfamiliares que viven en la Villa Kennedy (a laaltura del Campus Tupuraya de la U. Católicapero más al norte de la Av. Circunvalación)(observación del 18/11/12). De igual forma,preguntando entre amigos, me he enterado deuna pareja de esposos que vienen desdeTiquipaya a comprar a la Feria de Colcapirhua.La mayoría de las vendedoras de la Feria sonmujeres, con una pocas excepciones: el señorque vende carne de cordero, un señor en lasección de venta de carne de res, otro en unpuesto de venta de pollo, otro en el puesto delos embutidos, uno de los puestos en que sevende coca, unos dos en los puestos de ventaminorista de papa. El caso de la ventamayorista de la papa es especial y me referiréa ello más adelante. En la sección verduras yde comida no hay ni un solo varón comocabeza de puesto. En muchos lugares deventa hay hombres ayudando a mujeres. Enlos puestos de oficios (relojería, zapatería) losmaestros son hombres. La Feria es un territorio prioritariamentefemenino. Sin embargo, son varias variablesimportantes que marcan el uso del quechua:una de ellas es el género (las mujeres hablanmás quechua, sobre todo cuando interactúanentre vendedoras); otra es la espacialidadrelacionada con el tipo de actividad comercial,

además de la variable generacional (los másadultos son los que más hablan quechua) ytemporal (a las 6:30 de la mañana se escuchamás quechua que a las 11). Por ello, creo quepuede ser útil trabajar desde las nociones depaisaje lingüístico (Cf. ALbÓ 1998b)4 y depaisaje sonoro (SÁNCHEZ 2010)5 para pensarla feria como un paisaje lingüístico sonoro. Así,en términos generales, es indudable lapredominancia del castellano como paisajelingüístico sonoro. Hice el ejercicio, durantetres domingos, a distintas horas, de “pasear”por todos los rincones del mercado y registrarel número de interacciones en quechua y encastellano entre vendedor y comprador, sóloidentificando, al pasar muy despacio por sulado, en qué lengua hablaban. El resultadototal fue de 72 interacciones en castellano vs.24 en quechua en una suerte de sonoridadambiental.Así mismo, la convocatoria inicial de unavendedora a comprar en su puesto se hacesiempre en castellano:- “¿Qué se va a llevar caserito?”, “¿Qué se

va a llevar señor?”(observación del18/11/12)

- “Choco, ven, comprate papas”(observación del 07/10/12).

- “Casero, ¿qué frutita va a llevar?”(observación del 01/10/12).

- “Cuatro por diez, cuatro por diez”(observación del 07/10/12).

Un fenómeno curioso es que todo elintercambio verbal referente a los precios delos productos se hace en castellano, aunquese esté hablando en quechua. Se ha perdidototalmente la designación numérica quechuaen el habla cotidiana.

Los lugares en los que más se escucha hablaren quechua son: la venta mayorista y minoristade papas, el lugar de las “moteras” opatasqeras” (las que venden mote, trigopelado, quesillo, poroto y patas de vaca), lospuestos de venta de comida y de verduras.También en algunos de los puestos de ventade carne.

El lugar donde más se habla quechua es en laventa mayorista de papa.6 Prácticamente todala interacción comercial es en quechua. Adiferencia de lo que ocurre en el resto de laFeria, en este espacio la mayoría de los

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Alas Puestos de venta y secciones

Noroeste Parqueo

Suroeste ropa, juguetes, videos, abarrotes,carnes de (res, chancho, pollo, cordero),pescado, embutidos, librería, refrescoshervidos, granos, ferretería.

Central Pan, especias, plásticos.

Noreste Verduras, frutas, papa por menor, oca,ch’uñu, camote, coca, q’uwa, lácteos. Enel exterior: papa por mayor.

Sureste Comida de desayuno (pasteles,sánduches de chorizo, api, tojorí),comida de platos (chhanqa de pollo,riñón, q’awi, ranga), productos dealmacén, motes, flores. En el exterior:vasijas, cántaros, canastas, macetas yplatos de barro, humus, relojería, arreglode calzados.

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puestos –entre paréntesis, no delimitados porencontrarse en el ámbito externo del mercado–están a cargo de varones. Aquí también hay uncierto quiebre en la variable generacional:los/las jóvenes que acompañan a sus padressuelen interactuar entre ellos/as en castellanopero cuando hablan con sus padres lo hacenen quechua. En cambio, los adultos hablanentre ellos en quechua; incluso loscompradores están obligados a hacerlo enquechua. Vi varias ocasiones en las que loscompradores preguntaban y compraban encastellano pero recibían respuestas enquechua de parte de los vendedores.7 Laventa de papas al por mayor es un lugar demucha actividad sonora. Se habla mucho y hayuna suerte de bullicio permanente en quechua.En los lugares de venta de comida, en general,se come en silencio (salvo por el televisor quesuele estar prendido en algunos de lospuestos). A diferencia del espacio de venta depapa mayorista, donde hay mucha interacciónlingüística con predominio del quechua yfuerza sonora, aquí predomina la pocasonoridad. Los diálogos entre los comensalesconocidos se realizan en voz baja, casisiempre en quechua, mientras la interrelacióncon las vendedoras se realiza en castellano.Hay una zona particularmente interesante: esel lugar de transición entre el ala Suroeste y elala Noreste del mercado. Ahí, frecuentementese encuentran personas hablando por celular.Excepto en una ocasión, lo hacían encastellano.otro tema interesante, dentro de los paisajessonoros, es la interacción entre el quechua y elcastellano.Ya hemos insinuado que las caserasinteractúan con los/as clientes de acuerdo a lalengua que les hablan. Incluso si tienen queofrecer sus productos lo hacen en castellano ysegún la respuesta de la otra persona (Q o C)continúan en una u otra lengua. En términossociolingüísticos hay tanto mezcla de código(code mixing) como cambio de código (codeswitching). El primero fruto del históricocontacto entre el quechua y el castellano; elsegundo, fruto de la realidad de bilingüismotanto social como individual.Presentaré varios ejemplos de lo dicho. Undomingo me acerqué junto con mi suegra alpuesto de ventas de Doña María, una de lasseñoras que vende verduras en la Feria. Al

acercarnos nos saludó en castellano y, dadoque mi suegra le respondió en la mismalengua, ella siguió hablándonos en castellano.Casi inmediatamente, una señora del puestode su derecha, de unos 70 años, le pasó aDoña María un billete de 50 bolivianos paraque se lo revise si era verdadero o falso y esolo conversaron en quechua. Luego, doña Maríase puso a conversar con su esposo, en vozrelativamente baja, y también lo hicieron enquechua. Volvió a dirigirse a nosotros y cambióal castellano de manera automática(observación del 01/07/12).En el puesto de venta de carne donde realizolas compras cada domingo, había un señorcomprando. El casero le dijo que vuelva mástarde para tener o darle lo que le había pedido.El casero le dijo “volvé más tarde, te lo voy aalistar”; el señor, “mayorcito”, le contestó enquechua, “ya, ya, kutimusaq entonces”. Y elcasero volvió a repetir, “vas a volver, vas avolver, ¿ya?”. Esto ocurría en uno de los ladosdel puesto de ventas (está en la esquina). Alotro lado, la casera atendía a una pareja deesposos mayorcitos. Entre ellos hablaban muydespacito en quechua, y con la casera encastellano (observación del 15/08/12). En otra ocasión una señora de pollera seacercó al señor que vende coca y tiene enventa también gangochos. - ¿Tu gangocho, caballero? –preguntó la

señora- A 5 y a 10 –respondió élLa señora le dio un billete de 50 por ungangocho de 5 bolivianos.

- ¡Uff! Jesús, José y María –dice el vendedorviendo el billete “grueso”

- Mancharikusanki!! Es que papata rantinaytiyan –dice ella medio riendo

El señor le da cambio y agrega- Muchas gracias señora.En el lugar cercano a la venta de lácteosestaban dos señoras de pollera pero jóvenes(de menos de 30 años). Una de ellas iba condos niñas, una de unos 9 años y otra de 4 o 5.La primera iba de pollera y la segunda conbuzo, “de civil”. Una de las señoras jóvenes depollera le dijo a la niña de 9: “¿Imaraykusaqisqanki? Ahora pues te arreglas”(observación del 21/10/12).

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Un aspecto más que quisiera mencionar es elde las personas que no saben quechua yvenden en la Feria. Conversé con Gaby, unajoven que vende q’uwas y estudia Enfermeríaen la Universidad Mayor de San Simón; ella nosólo no habla sino que no entiende quechua.Me dijo que su familia era de oruro y nuncahabía escuchado el quechua en su familia,aunque su mamá sí lo habla. Le preguntécómo hacía para vender las q’uwas en elpuesto de su mamá y me dijo que eso era unproblema para ella. Me contó que un día vinoun señor y le había preguntado si tenía “yuraq’oa” y tuvo que preguntar a su mamá quien leriñó explicándole que era q’uwa blanca.Además, su trabajo se le complicaba porquegeneralmente los viejitos sólo compran enquechua. También dijo que había un señor enun puesto cercano al de su mamá que eracolombiano y que sin embargo sabía quechua.Gaby dijo que todo lo que escuchaba enquechua lo anotaba en una libretita que tenía yque así estaba poco a poco aprendiendo.

Sobre este mismo tema, en otra ocasión, meacerqué a tomar jugo de quinua con manzanaal lugar donde una señora ubica siempre su“carrito”: a la entrada del mercado. Porconversaciones previas yo sabía que la señoraes aimara y vive ya muchos años enCochabamba. Cuando estaba tomando el jugose acercó otra señora hablando en quechua yle pidió que le venda un jugo (dando porsupuesto que la señora que vendía lo sabía).La que vendía tuvo que hacer auténticasmaromas para entender, y la que se acercó acomprar tuvo que usar señas para darse aentender en lo que le pedía (observación del02/12/12).

Conclusiones

Para lograr una comunicación interculturaleficaz es necesario una lengua común, elconocimiento de la cultura ajena, el re-conocimiento de la cultura propia, laeliminación de prejuicios, ser capaz deempatizar, saber metacomunicarse y tener unarelación equilibrada (Cf. roDIGro 1999). Lainterrelación lingüística presentada, enCochabamba y en Colcapirhua, aunque noanaliza explícitamente las relaciones de poder,nos da cuenta de la manera como se evacúanlos obstáculos comunicacionales en unespacio concreto.

En la sociolingüística andina se suele resaltarla incidencia negativa que históricamente hatenido el castellano sobre el quechua, al puntode configurar una variante denominadaquechuañol o chawpi lengua (Cf. MUYSKEN2000). Menos visible es, en el ámbito boliviano,la manera como el castellano ha acogidovarias de las marcas del quechua en suestructura formal. Hacer evidente estos casos,de los que aquí he presentado una pequeñamuestra, nos puede ayudar a tomar concienciadel grado de interrelación no sólo lingüísticasino también cultural que nos caracteriza.

Las notas sobre el barrio Canadá del MunicipioColcapirhua nos muestran el proceso decambio social que han vivido muchos espaciosperiurbanos y barriales del Departamento deCochabamba, a partir de la implementación delDecreto Supremo 21060 y los procesos de“modernización” de las últimas tres décadas.Modificaciones que han tenido repercusionestambién en el ámbito lingüístico.

La Feria de Colcapirhua es un lugarinteresante para mirar las interaccioneslingüísticas en el contexto de relacionescomerciales. Como se ha visto líneas arribahay una serie de factores (género, generación,lugar, tiempo, tipo de actividad comercial) quefuncionan como variables de uso del quechuay que le asignan una categoría marginal: máshablado por mujeres que por hombres, máshablado por adultos que por jóvenes, máshablado en la periferia que en el centro, máshablado temprano que tarde, más hablado enla venta de papa que en la venta de ropa. Sinembargo, no se trata de territorios lingüísticoscerrados sino de relaciones fluidas quepermiten el flujo de información. Pese a lodicho, la fluidez no significa armonía: tras lamanera como los hablantes resuelven susdificultades comunicativas hay una lenguapredominante (castellano) que expande sususos en desmedro de la lengua indígena(quechua). ¿Es posible una intervención quepermita equilibrar los usos lingüísticos a fin desuperar la condición diglósica del paisajelinguosonoro que se percibe en la Feria deColcapirhua? Es una de las tareas quedeberíamos enfrentar al momento deimplementar formas de equidad lingüísticademandadas por el actual contexto histórico.

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Notas1. Los ejemplos que se presentan a continuación presuponen

el conocimiento de la estructura básica gramatical delquechua sureño (Cf. CErrÓN-PALoMINo 1987;CUSIHUAMÁN 1976; QUIroZ 2000).

2. Doña Yolanda es nuestra vecina. Quechua hablante delengua materna, tiene una tienda que es el referente decompra de artículos cotidianos en toda su cuadra. Suesposo, mecánico de equipo pesado, ha sido empleado dediversas empresas a lo largo de su vida. Eso hizo que suesposo viviera muchos años “en campamento” y que doñaYolanda enfrentara sola la vivencia en el barrio con sus hijos.Hoy su esposo está ya jubilado y ayuda a “Doña Yola” en latienda. Tienen cinco hijos (2 mujeres y 3 varones), cuatro deellos ya casados. Abordamos a doña Yola en una de lascompras en su tienda y le pedimos que nos conceda laentrevista para conocer la historia del barrio. Fácilmenteaceptó la solicitud. Así, un sábado en la tarde, nos sentamosa “conversar”.

3. Para un caso similar, en Tiquipaya, Cf. bUSTAMANTE(2003).

4. El artículo de Albó habla de paisaje lingüístico en referenciaal ámbito público de la escritura.

5. El artículo de Sánchez piensa la sonoridad desde la música.6 Prácticamente toda la papa que se vende en Colcapirhua

proviene de Morochata. Entre las 4 y 5 de la mañana sepueden encontrar entre 6 y 8 camiones de papa que vienende tal lugar.

7. Esto es interesante porque está relacionado con el hecho deque en Cochabamba hay muchas personas que sonbilingües pasivos: no hablan quechua pero sí lo entienden.

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recepción: 1 de marzo de 2015.Aprobación: 20 de abril de 2015.

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GARCÉS V., Fernando (2015). “La ciudad, el barrio, el mercado: unamirada a las interacciones lingüísticas en Cochabamba”. Punto Cero,Año 20 – N° 30 – 1° Semestre 2015. Pp. 9-20. Universidad CatólicaBoliviana “San Pablo”. Cochabamba.